sábado, 18 de febrero de 2017

El “enigmático” Salmo 2.


Uno de los errores más garrafales que puede cometer todo aquél que pretende enseñar de la Biblia a otros, no solo es saltarse el contexto y explicar sencillamente lo que él entiende del pasaje que lee, sin considerar lo que en otras partes de ella se nos cuenta relacionado con el tema tratado, perdiendo con ello de vista lo que está envuelto en el asunto y, como parte fundamental de la cuestión, la posible relación de la actual situación mundial con lo que estamos leyendo. Y puesto que tal error no lo queremos cometer, aquí “los mendas”, es por lo que les vamos a hablar del susodicho Salmo 2, así como de la gran relevancia que ha adquirido en estos últimos tiempos y a tenor de algunos sucesos ocurridos que han pasado totalmente desapercibidos por algunos “expertos” en las Escrituras…… y ello porque de forma disparatada, fijan el cumplimiento del citado Salmo 2 para dentro del período milenario del reino de Dios y que aún no ha llegado; para sostener tal planteamiento dirigen la atención del “personal” a los versos 8 y 9, en dónde se lee como sigue:

Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya y los cabos de la tierra por posesión tuya propia. 9 Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos.”

Entonces y continuando con el disparate, deducen de estas palabras que Jesucristo ya tiene que estar reinando en el milenio y por lo que estaríamos hablando de una gobernación con mano dura por su conflictividad, supuestamente debida a unos gobernantes que se rebelan de continuo contra su autoridad y, siempre, según lo que interpretan de los tres primeros versos del Salmo en cuestión y en los que se lee como sigue:

¿Por qué han estado en tumulto las naciones y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía? 2 Los reyes de la tierra toman su posición y los altos funcionarios mismos se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido3 y dicen: “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”.

Sin embargo, la realidad es muy distinta, pues de ninguna manera puede ser aplicada tan conflictiva situación para después de iniciado el período milenial, si tenemos en cuenta lo que se nos dice en Rev. 19:11-21 y que nos habla del guerrear de Jesucristo, precisamente contra esas naciones con sus gobernantes al frente que se le oponen en su comisión de establecer el reino de Dios en la tierra y por lo que son destruidas totalmente…… luego si ello es así, difícilmente puede haber naciones o gobernantes “rebeldes” dentro del reino de Dios. Entonces lo que esos primeros versos hacen, en realidad, es marcarnos el momento en que Jehová Dios tomará acción en contra de los desmanes del hombre sobre la tierra…… dicho de otra manera, la llegada del momento tan esperado por aquellos que nos interesamos en las promesas divinas, eso es, el que se haga realidad nuestra tan deseada liberación del actual sistema opresivo creado por el ser humano, mediante el establecimiento del reino de Dios aquí en la tierra. Recordemos que lo que se nos explica en el citado Salmo 2 y por aquello de resumir su contenido a una mínima expresión, es que el desafío de esos gobernantes terrestres y relatado en los versículos que acabamos de leer, lo que hace es que monte en cólera el Dios Altísimo y cuya inmediata reacción es mandar a Su Rey Jesucristo para que destruya a tan revoltosos personajes:

El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos. 5 En aquel tiempo (lógicamente, estaríamos hablando del tiempo en que se produce dicha rebelión y dato a tener muy en cuenta) les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.

7 Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo: yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre. 8 Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya y los cabos de la tierra por posesión tuya propia. 9 Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos”.” (Acotación nuestra).

Entonces parece quedar claro que estamos ante una reacción inmediata de nuestro Creador para el momento en que se produce la rebelión de los gobernantes de las naciones que “se han reunido en masa como uno solo” contra el Dios Altísimo y lo que nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿cómo han podido materializar ese enfrentamiento dichos gobernantes?

En primer lugar y para situarnos, tenemos que tener en cuenta que esas naciones que se nos mencionan en esos tres primeros versos leídos, no pueden hacer nada contra Jehová Dios ni contra Su Ungido, Jesucristo, pues estos están fuera de su alcance…… pero lo que sí tienen a su alcance es una preciada propiedad del Altísimo que está sobre la tierra y que conocemos como la nación de Israel, contra la que si pueden y quieren actuar; teniendo esto presente y, sobre todo, que dicha nación es el reloj profético sobre el que tenemos que apoyamos para saber dónde estamos situados en la corriente de los tiempos, pasemos ahora a analizar el contenido de esos primeros tres versículos a la luz de los últimos acontecimientos ocurridos y que nos revelan lo “adelantada” que está la cosa, es decir, lo cercana que está la actuación divina en contra de los reyes y gobernantes de este mundo (así como de sus seguidores) y por lo tanto, consecuentemente, de la pronta instauración del reino de Dios en la tierra.

Por lo que la pregunta a formularnos debería ser la de ¿y cuando se cumple lo escrito en esos tres primeros versos, es decir, la rebelión “en masa” de dichos gobernantes? Pues no habrá que esperar mucho, pues la realidad es que esta ya se ha producido y algo que ha pasado desapercibido por la inmensa mayoría del “personal”, incluidos aquellos que se interesan en las Escrituras…… porque recordemos que el día 15 de Enero del corriente 2.017, se produjo una inusual reunión en París de los mandatarios de las 70 naciones más importantes del mundo y con un único tema del día: Israel. Recordemos también, que lo que se debatía en dicho foro (cabría señalar que sin la presencia de los interesados) y en aras de conseguir una paz “duradera”, de ahí que se nos diga de esos gobernantes que “han seguido hablando entre dientes una cosa vacía” (v. 1), era como dividir dicha nación en dos estados independientes: Israel por un lado y Palestina por el otro y la capitalidad de Jerusalén, repartida entre las dos naciones resultantes y proyecto que es un claro desafío al Dios Todopoderoso, que tiene a Su pueblo como indivisible y a Jerusalén como la Capital Santa del mismo; por otra parte y por aquello de añadir más “emoción” al asunto, tenemos lo llamativo de la cantidad de participantes en dicho foro, eso es, 70 naciones.

Porque resulta que dicho número es usado en importantes profecías; por ejemplo, en las “setenta semanas” de la profecía de Daniel que trata sobre la venida del Mesías. (Dan. 9:24-27); o con relación al tiempo que Jerusalén y Judá yacieron desoladas “setenta años” debido a su desobediencia a Dios (2 Crón. 36:21). Pero es que además, los dígitos que conforman el número “70” son el siete y el diez (siete veces diez o diez veces siete) y que si por separado representan cada uno la cualidad de completo, unidos representan lo completo de lo completo; por lo tanto, la reunión de las 70 naciones más importantes de la tierra no es más que el cumplimiento profético del versículo 2 del citado Salmo que incide en el hecho que los gobernantes de las naciones “se han reunido en masa como uno solo” en contra del Dios Altísimo.

De hecho y por aquello de destacar cómo “hilan de fino” las Escrituras en lo que a profecía se refiere (al menos según lo versiona la TNM de los Testigos de Jehová y de la que hemos transcrito los textos), de lo que se nos habla en el primer versículo del Salmo 2 es de “naciones” y “grupos nacionales” y que no son la misma cosa…… porque veamos quiénes intervinieron en “la fiesta” de París: por una parte, el llamado “Cuarteto” (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia, Naciones Unidas), en todo caso un “grupo” de naciones; por otra parte, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y EEUU), todas ellas “naciones” independientes. También países árabes (Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, etc.) y europeos, los países del G20 y otros países de América Latina como Colombia, Perú, Bolivia, Chile, etc. etc. y que también van “por libre”: eso es, tanto “naciones” a título individual, como “grupos nacionales” o naciones asociadas entre sí por diversos intereses…… o sea, que hasta ese grado, es exacta la Palabra de Dios y por tanto, fiable su profecía.

Por lo que todo considerado, querido amigo que nos lee y siempre teniendo en cuenta la rápida reacción de nuestro Creador ante la sublevación mencionada en los primeros versos del Salmo 2 (según se deduce por lo relatado en el mismo), hágase la siguiente reflexión: una vez ya consumada por parte de las naciones de la tierra, la profetizada rebelión y ocurrencia de la que no queda duda alguna que ya se ha producido…… ¿cuánto tiempo, cree usted, que se tardará el Dios Altísimo en actuar en contra de esas naciones rebeldes?

Y nosotros ahí lo dejamos, para que cada uno saque sus propias conclusiones…… ¡pero se nos antoja y visto lo visto, que la cosa tendría que estar al caer!

MABEL


miércoles, 15 de febrero de 2017

¿Qué es, realmente, lo que se nos dice en Juan 5:25?


Una premisa que los autores de este blog siempre hemos sostenido, es que sin el concurso del contexto escritural la Biblia sería un libro sin sentido alguno y, por tanto, tan inentendible como carente de provecho real para aquellos a los que va dirigida…… y aquí vamos a hacer una puntualización con la que muchos probablemente no estarán de acuerdo: la Biblia no fue escrita para todas las personas, sino solo para aquellas que de verdad se interesan en ella; al respecto, recordemos la admonición del Hijo de Dios dirigida a sus más inmediatos seguidores y que se incluye en el famoso Sermón del Monte, según se nos relata en Mat. 7:6:

No den lo santo a los perros, ni tiren sus perlas delante de los cerdos, para que nunca las huellen bajo los pies y, revolviéndose, los despedacen a ustedes.”

Es obvio que aquí se nos está haciendo referencia a aquellas personas que no solo no sienten ningún interés por la Biblia, sino que incluso la desprecian como cosa de ningún valor y, despreciando por ello, al Autor de la misma. Sin embargo y como contrapartida, afortunadamente están aquellos que sí se interesan en ella y la respetan como lo que realmente dice ser, eso es, La Palabra de Dios e intentan profundizar en ella; un ejemplo de ello lo tenemos en un reciente correo que nos acaba de llegar de uno de nuestros lectores, que después de leer nuestro artículo “El extraño caso de Mat. 27:52-53” (14/07/13) y uno de los más leídos de todos los que hemos publicado, citándonos de Juan 5:25 nos hace la siguiente pregunta:

¿Puede ser que como Jesús gritó en la cruz, los muertos lo oyeron y vivieron sin estar programado?

Es cierto que la pregunta no deja de tener su lógica, si leemos el citado pasaje de Juan tal cual “pinta” y sin otro tipo de consideración; por lo tanto veamos qué se nos dice en dicho pasaje y transcrito de la misma versión bíblica que ha usado nuestro amable comunicante y que, por la coincidencia de redacción con el susodicho pasaje, suponemos que es la RV 1960:

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”

Recordemos que en el pasaje de Mat. 27:52-53 y sobre el que montamos nuestro artículo, lo que se nos dice que aconteció en el preciso momento de la muerte de la muerte de Jesús, es lo siguiente y tomado de la versión bíblica BLP:

Jesús, entonces, lanzando otra vez un fuerte gritó, expiró. 51 De pronto, la cortina del Templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las rocas se resquebrajaron; 52 las tumbas se abrieron y resucitaron muchos creyentes ya difuntos. 53 Estos salieron de sus tumbas y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa donde se aparecieron a mucha gente.”

Pero relato que no puede ser tomado en consideración, pues se enfrenta a dos problemas insalvables y como son los siguientes: primero ¿cómo se puede explicar, que esos supuestos resucitados en el momento de la muerte de Jesús, entraran en Jerusalén después de la resurrección de este, eso es, tres días después de haber sido ellos resucitados? Concordarán con nosotros que estaríamos ante una actitud más sorprendente que la de la misma supuesta resurrección; y segundo y más importante ¿cómo es posible que el apóstol Pablo no hiciera mención de dicho evento, cuando estaba haciendo una encendida defensa de las resurrección de los muertos en 1 Cor. 15:12-19, siendo como habría sido una prueba irrefutable para sostener sus argumentos?...... pues sencillamente porque la tal resurrección no existió y por lo que estaríamos ante un pasaje de una más que dudosa procedencia.

Porque por otra parte y si bien es cierto que Jesús gritó con todas sus fuerzas (y por dos veces, si leen el relato con atención), no fueron sus gritos de dolor los que causaron el terremoto que destrozó sepulcros y expulsó a los cadáveres que estos contenían a la vista de los que pasaban por allí (y que es lo que realmente sucedió), sino su muerte…… por lo que la respuesta a la pregunta que nuestro amable lector nos formula, es que no fue el sonido de los gritos de Jesús los que propiciaron una resurrección que estuviera “fuera de guión” pues, repetimos, no hubo resurrección alguna. Pero dicho lo cual y para que nuestro planteamiento tenga un mínimo de credibilidad, lo que procede es explicar que es lo que realmente se nos dice en Juan 5:25 y que ya empezamos señalando que estamos ante un pasaje muy mal leído y peor interpretado; pero recordemos su contenido y por aquello de no perdernos:

De cierto, de cierto os digo: Viene la hora y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”

Prestemos atención en primer lugar a la expresión “viene la hora y ahora es…” y lo que nos coloca aquello que estuviera por acontecer, en los tiempos de Jesús…… sin embargo, esto es lo que se nos dice en Juan 5:28-29:

No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”

De lo que aquí se nos está hablando es de la resurrección de los muertos que ocurrirá dentro del reino de mil años de Dios y reino que aún no ha sido establecido, por lo que Jesús no podía estar hablando en ese momento de dicho evento…… pero si ello es así ¿de qué “muertos” nos podía estar hablando el Hijo de Dios en Juan 5:25? Para poder entender ese galimatías, nos tenemos que retrotraer a una situación anterior y en la que se nos narra la siguiente escena:

Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, más vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.” (Luc. 9:59-60).

Ahora bien…… ¿quiénes eran, entonces, esos “muertos” que podían enterrar a otros muertos literales? Pues sencillamente personas que por estar apartadas de Dios, estaban como “muertas” ante Él; de ahí, que Jesús dijera en Juan 5:25 que los “muertos” que “oyeran su voz” volverían a vivir delante de Dios, obviamente al conseguir Su aprobación. Luego es a esas personas que estaban en una condición como de “muertos” ante Dios, a las que Jesús se refería en dicho pasaje y que salvo que “oyeran su voz” y cambiaran de actitud, tenían un negro futuro ante ellas; no obstante y en apoyo de nuestro planteamiento, tenemos a una de las muchas versiones bíblicas que existen en el mercado que traduce dicho pasaje de Juan 5:25 con una claridad meridiana y como es la TLA, en dónde leemos como sigue:

Una cosa es cierta: ahora es cuando los que viven alejados de Dios me oirán a mí, que soy su Hijo. Si me obedecen (el equivalente a “si oyen mi voz”), tendrán la vida eterna.” (Acotación nuestra).

Y esta es toda la historia que se esconde detrás del pasaje de Juan 5:25, en donde no se nos habla de muertos literales que estén esperando una resurrección, sino de personas vivas alejadas de Dios y que precisan de “oír” la voz de Su Hijo Jesucristo (contenida hoy en las Escrituras), para poder acceder a la vida eterna, vía reino de Dios. Y una vez más, ha sido el uso del contexto escritural y el apoyo de distintas versiones de un mismo texto en otras traducciones bíblicas, lo que nos ha permitido esclarecer un pasaje que “parece” decir lo que de ninguna manera dice; y es que si de verdad deseamos “oír” la voz de Jesucristo, no tenemos más remedio que ser muy cautelosos en la interpretación de algunos pasajes bíblicos…… por ejemplo, este de Juan 5:25.

MABEL


domingo, 12 de febrero de 2017

¡Cuidado con los llamados “ungidos”!


Convendría aclarar en primer lugar y por aquello de irnos situando, que dicho término como tal no significa más que uno ha sido “elegido” por Dios para llevar adelante determinada comisión y, por tanto, se supone que dotado de los poderes necesarios para llevarla a cabo…… al menos, si tenemos en cuenta lo que se nos cuenta en el registro bíblico; podríamos añadir, y por aquello de completar el cuadro, que el término citado es aceptado también como sinónimo de Hijo de Dios (y con los poderes que dicha condición lleva inherentes), por tanto hermano de Jesucristo y en consecuencia, coheredero con éste del reino de Dios en calidad de inmortal rey y sacerdote.

Hasta aquí todo bien, sino fuera por el “pequeño” problema y para desorientación del “personal”, que a día de hoy nos salen “ungidos” hasta de debajo de las piedras y condición que se arrogan fundamentalmente los líderes de las distintas organizaciones religiosas dentro de la llamada “cristiandad” y por lo que se arrogan la autoridad moral de ser los únicos que pueden interpretar correctamente las Escrituras: por ejemplo, tenemos a los Testigos de Jehová que afirman estar dirigidos por una élite (“Cuerpo Gobernante” lo llaman) compuesta de “ungidos” y que ya en el mismo momento de su muerte son elevados al cielo para tomar su puesto como reyes en el reino de Dios (este supuestamente instaurado en el cielo 1.914), mientras el grueso de sus acólitos conforman lo que ellos llaman “la grande muchedumbre” (Rev. 7:9) de “otras ovejas” y cuyo destino es el de ser súbditos de dicho reino…… y dichos señores son de los más “modositos”, pues solo de cuando en cuando aparece entre ellos uno al que de pronto le ha dado la “ventolera” y afirma ser también un “ungido”. Porque tenemos a otras organizaciones religiosas en las que se nos afirma que todos sus miembros (dirigentes y dirigidos) y por el mero hecho de estar bautizados, ya adquieren la condición de “ungidos” o Hijos de Dios y por tanto, como ya hemos señalado, coherederos con Cristo del citado reino; y ello sin contar, a aquellos supuestos “ungidos” que van por libre y publican en Internet y que no resultan ser pocos…… con lo que puede ocurrir y de ser ello tal como nos lo “pintan”, que en un momento dado o bien falten tronos, o bien sobren reyes.

Por lo que bien sea en un caso, o en el otro, si a usted que nos lee se le presenta alguien que afirma ser un “ungido” (las mujeres no pueden recibir dicha unción y algo que explicábamos en nuestro artículo del 14/07/11), debería de hacerse algunas preguntas como, por ejemplo y como más perentoria, la de ¿cómo puede demostrar su condición de Hijo de Dios o “ungido”? Porque no olvidemos que este es el “quid” de la cuestión, pues recordemos las palabras de Jesús a sus apóstoles, momentos antes de ser elevado a los cielos:

Les dijo: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción; 8 pero recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más distante de la tierra.” (Hech. 1:7-8).

“Poder” que según el testimonio bíblico, iba desde el ser capaz de sanar un enfermo, de expulsar un demonio o, en el caso más extremo, el de resucitar a un muerto; queda claro, por otra parte, que el “poder” prometido estaba intrínsecamente relacionado con la obra de dar testimonio de Jesús como el Mesías prometido en los escritos sagrados que en ese momento tenían a su alcance y que eran lo que hoy conocemos como el “Antiguo Testamento” o “Escrituras Hebreas”. Que es obvia entonces, la intrínseca relación entre la comisión recibida y el poder necesario para llevarla a cabo, es algo que también se nos muestra claramente en unas palabras dichas por Jesucristo y dirigidas a sus más directos colaboradores, momentos ante de ser elevado a los cielos:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20).

Lo que queda claro de esas palabras es, primero, que habría “señales” que identificarían a aquellos que hubieran sido comisionados como “continuadores” de la citada obra, eso es, de seguir predicando al mundo el evangelio del reino de Dios y, segundo, que dichas señales serían clara evidencia de que la obra tendría la aprobación divina al ser apoyada por el poder divino en acción: sin embargo, la realidad es que nada de esto ocurre en nuestros días y lo que solo puede significar que no hay en la tierra personas comisionadas por el Altísimo para obra alguna ni, en consecuencia, obra de predicación alguna que tenga la aprobación divina. Por lo tanto, toda aquella persona que afirme ser un “ungido” (pertenezca o no a organización religiosa alguna) y afirme anunciar el “verdadero” evangelio del reino de Dios, no es más que un pobre botarate que no sabe de lo que habla, eso es, que no tiene ni la más remota idea de lo que dicen las Escrituras; más bien al contrario, lo que hacen las Escrituras es darnos la razón en nuestro planteamiento de que no existe a día de hoy “ungido” alguno sobre la tierra (ello lo prueba la total ausencia de obras poderosas), al señalar proféticamente que en un futuro ya muy cercano sí habrá personas enviadas por Jehová Dios y dotadas, como no, de grandes poderes que las identificarán como personas al servicio del Altísimo:

Y haré que mis dos testigos (en todo caso, un pequeño resto de enviados por Dios, según se desprende de Rev. 6:9-11)) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar; y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen (¡“Igualico” que los actuales “ungidos”, oigan…!).” (Rev. 11:3-6). (Acotaciones nuestras).

En primer lugar, lo que se nos anuncia es una obra de divulgación que está limitada en el tiempo (1.260 días o tres años y medio), cuando resulta que los actuales predicadores y supuestos “ungidos”, bien sea que pertenezcan a alguna de las organizaciones religiosas existentes o bien sea que vayan por libre, ya llevan décadas dándonos la lata (¡de la Iglesia Católica mejor ya ni hablamos!) y demostrando con ello, que su labor nada tiene que ver con la que se nos señala en el pasaje que acabamos de leer…… si a ello le sumamos que esos fraudulentos personajes por no poder, no son capaces ninguno de ellos ni siquiera de curar un vulgar resfriado (luego de “poderes” sobrenaturales nada de nada), no tenemos más remedio que concluir que nos encontramos ante unos “fantasmas” que a sí mismos se han adjudicado la condición de “ungidos” o Hijos de Dios y que encima ¡van y se lo creen!

Por lo que cuando alguien se presente ante usted afirmando ser uno de esos supuestos “ungidos”, sepa que de entrada ya le está mintiendo y por lo que hará bien en poner su cartera a buen recaudo, pues todos buscan lo mismo: vivir a costa de sus adeptos, bien sea con contribuciones “voluntarias”, mediante el “diezmo” o como quieran llamarle, pero que todo se reduce a lo mismo…… unos pagan, para que otros (ellos) ya vivan “como reyes” sin necesidad alguna de entrar en el ya cercano reino de Dios.

Luego, mucho cuidado querido amigo que nos lee sobre con “quién se junta” usted, pues ese “personal” se las pintan solos para vivir a costa del “contribuyente”…… personajes que tienen nombre y apellidos, como los Armando Alducín, David Diamont, Yiye Ávila, Darío Salas (estos dos últimos ya fallecidos), Hugo Albornoz, Cash Luna, Juan Carlos Ortíz y otros muchísimos más, todos dañinos personajes y muchos de los cuales se han hecho ricos a costa de los que bobaliconamente les siguen (sobre todo en América Latina) y acerca de los que ya nos advirtió el apóstol Pedro:

Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad. 3 También, con codicia los explotarán a ustedes con palabras fingidas. Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente y la destrucción de ellos no dormita.” (2 Ped. 2:1-3).

MABEL


martes, 7 de febrero de 2017

¿Qué es…… el “aliento de vida”?


Una de las deficiencias que caracterizan al ser humano, es que tiende a dar por sentadas las cosas de las que disfruta, sin preguntarse la razón de estas y algo que, con toda seguridad, le ayudaría a valorarlas mucho más de lo que normalmente las valora; un ejemplo de lo pretendemos plantear, lo tenemos en unas palabras que se encuentran en Gén. 2:7 y a las que se les suele prestar poca atención, pero de las que dependen todo lo que somos, sentimos y experimentamos en la vida…… pero veamos cuáles son estas:

Y jehová dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida y el hombre vino a ser alma viviente.”

Y uno podría pensar que lo que ocurrió en ese momento y como más o menos se nos ha venido contando hasta el momento, es que esa figura de barro que Dios había formado del polvo del suelo cobro vida y llegó a ser el hombre que hoy conocemos; y en el bien entendido que cuando hablamos del “hombre” estamos usando el genérico y por lo que se tiene que entender que nos referimos al hombre y la mujer como un todo, que es lo que realmente son…… eso es, un todo que se complementa:

Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.” (Gén. 1:27).

Es a estas dos formas de vida inteligente (macho y hembra), a las que se dotó del “aliento de vida” (o “espíritu de vida” y que es exactamente lo mismo), pero del que no contaba el resto de la creación animal ni, por supuesto, la vegetal y de la que ya ni hablaremos. Porque una cosa es la vida que tenía la creación animal y otra muy distinta, la vida que tenía el ser humano y en la que diferían, entre otras cosas de mayor enjundia, en lo que tenía que ver la duración de la misma, pues mientras el hombre tenía la posibilidad de vivir eternamente, no así los animales. Y es que mientras éste estaba dotado para una vida sin fin con la eternidad en mira (eso sí, siempre condicionada a la obediencia a su Creador), el resto de creación viviente tenía su existencia limitada en el tiempo y fuera cual fuera su extensión, según la especie: por ejemplo, podríamos estar hablando de los 70 años que puede vivir un elefante, los casi 20 que puede vivir un perro, los 35 de un león, o los 193 de la Tortuga de las Galápagos y así, vayan sumando…… luego queda claro que solo el hombre, estaba dotado para vivir eternamente.

Pero en cuanto a éste, lo que se nos dice es que “aliento de vida” fue soplado en sus narices por parte del Creador y que, por venir del Supremos Hacedor dicho “aliento” o “espíritu de vida”, este tenía que ser eterno pues el hombre fue creado para vivir para siempre…… ya otra cosa es que como consecuencia del pecado cometido por nuestros primeros padres y heredado por sus descendientes (luego ya nacemos con el pecado en nuestros genes), el hombre muere al igual que los animales y como se nos muestra en el siguiente pasaje bíblico:

Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia y ellos tienen el mismo suceso resultante: como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos y todos vuelven al polvo. 21 ¿Quién hay que conozca el espíritu de los hijos de la humanidad, si asciende hacia arriba y el espíritu de la bestia, si desciende hacia abajo a la tierra?” (Ecles. 3:19-21).

De ahí se podría deducir que el “aliento de vida” del hombre es el mismo que el de cualquier animal, pues eso es lo que leemos en el verso 19 en el sentido de que “todos tienen un solo espíritu”…… pero claro, eso resulta ser ahora así, como consecuencia de la condición imperfecta del ser humano y que en el momento de pecar se rebajó a sí mismo a la condición de un simple animal, aunque ello no era así antes del pecado. Y actual condición como de animal del hombre, que queda probada por la pregunta retórica del pasaje 21 y en la que tal parece que se intenta resaltar esa condición de igualdad entre el uno y la otra. Sin embargo, tenemos un pasaje en las escrituras que nos demuestran la condición de inmortalidad (en realidad, es inmortal todo lo que emana o procede de nuestro Creador) de ese “aliento de vida” insuflado en la primera criatura humana; porque veamos algo con respecto de ese “espíritu de vida” (también llamado así) del ser humano y en clara diferencia con el que tienen los animales, pues haciendo referencia a la muerte del hombre, esto es lo que se nos dice:

Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como sucedía que era y el espíritu mismo (o “aliento de vida”), vuelve al dios verdadero que lo dio.” (Ecles. 12:7). (Acotación nuestra).

Recordemos que lo que hemos leído en Ecles. 3:21 es que el “espíritu de la bestia” desciende “abajo a la tierra” y lo que significaría que dicho hálito de vida desaparece con la muerte de esta. Luego la pregunta sería ¿por qué entonces y a diferencia de los animales, dicho “aliento de vida” del hombre retorna a nuestro creador que nos lo dio? Pues por una razón muy sencilla, porque veamos: dicho “aliento de vida” es el que conforma nuestra característica personalidad, por tanto la clase de persona somos (bromista, seria, dicharachera, callada, etc.) y que nos tiene que ser devuelta en el momento de la resurrección; de ahí, el que dicho “aliento” vuelva al Creador que nos lo dio a cada uno y que en el momento de la resurrección de aquellos que hayan muerto, les sea devuelto para que vuelvan a ser exactamente la misma persona que fueron en vida. Y si bien es cierto que algunos consideran tal tarea imposible, debido al alto número de personas que a través de tiempos ancestrales han existido sobre la tierra, no es menos cierta la tremenda capacidad de Dios en ese campo y ello dicho por una persona que lo conocía muy bien:

¿No se venden dos gorriones (tal vez, una de las especias más extendida y vulgar de todo el planeta) por una moneda de poco valor? sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin el conocimiento de su padre. 30 Mas los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. 31 Por lo tanto, no tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones.” (Mat. 10:29-31). (Acotación nuestra).

Siendo ello así, de igual modo tiene Jehová Dios en su recuerdo la personalidad o “aliento de vida” que en cada momento recibió un ser humano y por lo que en la resurrección, le será devuelto a uno tal cual este había sido regresado al Creador en el momento de la muerte del individuo. Pero en todo caso, esto que les acabamos de explicar quizás no nos resuelva el por qué uno puede notar que el “aliento de vida” del que estamos dotados es eterno, aunque nuestro cuerpo físico es finito; y es que por decirlo de una manera que lo entendamos mejor, mientras nuestro “aliento de vida” y que conforma nuestro “yo” interior siempre se mantiene joven, nuestro cuerpo físico envejece hasta el grado de no poder responder a las demandas de la persona que somos por dentro y gradualmente se va apagando (nuestro físico, no nuestro “aliento de vida”), hasta que termina muriendo y volviendo al polvo del que fue tomado.

Porque si usted que nos está leyendo es un fiel seguidor de este blog, recordará que en algunas ocasiones nos hemos posicionado en el sentido de que una persona “vieja” no es más que una persona joven atrapada en un cuerpo viejo que ya no responde a sus demandas, pues nuestro “yo” interior (el “aliento de vida” recibido) siempre es joven. Pero veamos un ejemplo de lo que pretendemos explicarle: el que suscribe, u séase aquí “el menda” (Armando López Golart) y por aquello de coger el ejemplo más cercano, tiene 72 años de edad y por tanto un cuerpo físico bastante deteriorado, no solo por el natural paso del tiempo, sino porque además uno además está “muy trabajado”. Sin embargo, algunos de los lectores de este blog y con los que intercambio alguno correos, afirman que escribo con la viveza de una persona de 35 o 40 años…… ¡porque así es cómo yo realmente me siento, prescindiendo de la huella que el paso del tiempo ha dejado en mi cuerpo físico, el cual y como les acabo de señalar, no está precisamente como para tirar cohetes!

Cierto es, todo hay que decirlo, que no parece ser esta la situación del general de esos “abueletes” con lo que solemos toparnos en los parques sentados tomando el sol y anímicamente abatidos, viendo pasar el tiempo ante ellos y con él, la vida (no podemos olvidar este aspecto de la cuestión), por lo que la pregunta sería la siguiente: ¿por qué en idénticas condiciones físicas, unos pocos reaccionamos de una manera y una gran mayoría, de forma tan distinta? Pues porque falta en esas personas el factor “esperanza” y que proviene del conocimiento de Dios y de su propósito para con nosotros; porque el propósito divino para con el hombre nunca fue el de que este “vuelva al suelo” del que fue tomado (Gén. 3:19) y que es lo que sucede después de la muerte de uno, sino el de que el ser humano viviera eternamente. Y si bien es cierto que la treta de Satanás con nuestros primeros padres pareció oscurecer la esperanza primigenia del hombre de vivir eternamente, no es menos cierto que una vez caído este en el pecado rápidamente nuestro Supremo Hacedor hizo los arreglos necesarios para corregir la situación, tal como se nos explica en Juan 3:16:

Porque tanto amó dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Por lo que si bien es incontable el número de personas que a lo largo de los tiempos se han dormido en la muerte, no es menos cierto que por medio de la resurrección (Hech. 24:15) serán recuperados todas aquellas personas muertas que estén en el recuerdo de Dios:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas (o “de recuerdo” y vertido como “sepulcros” en muchas traducciones) oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28-29). (Acotación nuestra).

Y siendo el caso, como les veníamos diciendo, que a esas personas resucitadas les será devuelto el “aliento de vida” que en el momento de su muerte había regresado al “Dios que lo dio”, volviendo por tanto a ser la mismas personas que en su momento fueron; de hecho, el que dicho “aliento de vida” o el “yo” interior de la persona fallecida regresa “al que lo dio” (Ecles. 12:7) y posteriormente devuelto a la persona resucitada, queda puesto de manifiesto en unas palabras de Jesús y que encontramos en Luc. 20:37-38:

Pero el que los muertos son levantados, hasta moisés lo expuso, en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová “el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. 38 Él no es dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.”

Esos notables personajes del pasado “viven”, aunque sus cuerpos físicos ya no existan, porque sus “alientos de vida” se hallan en el poder del Altísimo y que en el momento de su resurrección les serán devueltos; lo que avala nuestra teoría en el sentido de que el “aliento de vida” que nos sustenta es eterno y por lo que no envejece con el paso del tiempo, a diferencia de nuestro cuerpo físico que actualmente sí lo hace: de ahí y como hemos venido planteando en este escrito, que personas cargadas de años tengan el dinamismo de una persona joven…… aunque su cuerpo ya no responda a dicho estímulos y lo que ya es “harina de otro costal”. Por lo tanto, querido amigo que nos lee, disfrute de ese “aliento de vida” que le ha sido dado y con la convicción de que si continúa siendo fiel a Dios, no lo perderá nunca, pues como todo lo que procede de nuestro Supremo Hacedor, el tal es eterno.….. y si uno muere, tiene la garantía de que dicho “aliento de vida” será puesto a buen recudo para serle devuelto en el momento de su resurrección:

Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; 26 y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?” (Juan 11:25-26).

O dicho de otra manera…… ¿cree usted eso?

MABEL