jueves, 26 de marzo de 2015

El futuro inmediato…… según nos lo cuenta el profeta Daniel.


Como ustedes habrán comprobado, si son sufridos lectores de este blog, los últimos artículos publicados giran alrededor de la cercanía en el tiempo del cumplimiento de ciertas profecías que nos alertan del pronto establecimiento del reino de Dios en la tierra y que los autores de este blog (“atrevidillos” donde los haya, hay que reconocerlo), auguramos que los acontecimientos preliminares que llevarán a tan feliz y esperado acontecimiento, podrían iniciarse alrededor del mes de Septiembre del año en curso. Lo cual quiere decir (tampoco hay que “amontonarse”), que antes de que dicho reino de Dios en manos de Jesucristo tome las riendas del gobierno de la humanidad, hay un preludio temporal perfectamente delimitado y que conocemos gracias a la información que se nos da en el libro escrito por dicho profeta y máximo exponente de lo que se entiende por profecía.

Es sorprendente como este libro, escrito hará unos 2.500 años atrás en el tiempo y que contiene, si mucho nos apuran, una de las más impresionantes profecías del registro escritural y ello por la directa implicación que tiene en lo relativo al período de tiempo que antecede al fin de los días o conclusión del sistema de cosas actual, resulta ser una de las menos entendidas. Porque en el mismo encontramos lo que se conoce como la “Profecía de las 70 semanas de Daniel” y registrada en su capítulo 9, concretamente en los versículos 24-27 y en donde brilla con luz propia lo registrado en el verso 27 y en el que se alude a la última de esas 70 semanas de años (en definitiva, la que nos aplica directamente en nuestros días), que no siendo otra cosa más que un periodo de siete años, subdividido en dos mitades con diferentes y marcadas características, es lo que nos da la clave para averiguar cuándo el reino de Dios tomará el poder en esta Tierra de nuestras entretelas…… y de ahí, la urgente necesidad de entender correctamente dicha profecía.

Razón por lo que en aras de la información de aquellos que no sean asiduos a este blog, pues dicho tema lo hemos considerado en diversas ocasiones (de paso refrescamos la memoria del “personal” que sí haya leído de ello), creemos conveniente el explicar de dónde sale dicha profética “semana 70” y lo que nos lleva a analizar dicha profecía, que para una exposición más clara y entendible fraccionaremos su contenido, explicando de forma pormenorizada texto por texto y empezando por el versículo 24 que subdividiremos en dos partes…… y siendo que en la primera de ellas lo que se lee es esto:

Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad……”

De entrada, estas palabras ya hacen de Israel el reloj profético del Altísimo y lo que nos tiene que llevar a no perder de vista a dicho pueblo, pues su proceso histórico es de suma importancia para entender dónde nos encontramos situados en determinado momento en la corriente de los tiempos. Por otra parte, el período de tiempo abarcado por dicha profecía ya nos indica que estaríamos hablando de semanas de años, lo que nos llevaría a un cómputo de 490 años y que es la resultante de multiplicar 70 semanas x 7 años cada una de ellas; dicho lo cual, sigamos con la segunda parte de ese versículo 24 y en donde se nos detalla la razón fundamental del porqué de dicho período de tiempo:

“…… para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos, para imprimir un sello sobre visión y profeta y para ungir el Santo de los Santos.”

O sea, que es al término de esos 490 años cuando se tienen que conseguir esos logros y lo que nos sitúa ya dentro del reino de Dios, que es donde realmente se cumplen dichos objetivos; es cierto que no son pocos los miembros de las distintas organizaciones religiosas que por medio de sus respectivos representantes o, en su defecto, por parte de escritores de artículos bíblicos que afirman no pertenecer a “ganadería” alguna, luego “van por libre” y como es en el caso de los autores de este blog (la semejanza está en lo de ir por libre y no en el mensaje transmitido, obviamente), que afirman que dicha “semana 70” tuvo su cumplimiento en el primer siglo, durante la actividad evangelizadora de Jesús y punto que consideraremos más adelante.

Es cierto que uno podría decir que los números no acaban de cuadrar, pues la citada profecía hemos dicho que se escribió como unos 2.500 años atrás en el tiempo y sin embargo, estamos hablando de solo 490 años para el cumplimiento de la profecía en cuestión y que es la resultante, repetimos, de multiplicar las 70 semanas anunciadas, por los siete años de cada semana…… para razonar lo cual, continuaremos con el análisis de dicha profecía y que nos permitirá entender ese desfase de años, considerando ahora el verso 25:

Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos.”

Este pasaje en sí mismo ya nos da a entender que estamos hablando de semanas, no de días, sino de años, pues un mínimo ejercicio de razonamiento lógico nos indica que la citada restauración de Jerusalén y su templo, destruidos por Nabucodonosor en 587 a. E.C. no se podía llevar a cabo en tan solo 49 días y circunstancia que queda avalada por los hechos conocidos a través del relato escritural (y confirmado por la arqueología), que nos habla de dichos conflictivos tiempos para el pueblo de Dios. Por otra parte, el hecho de que el cómputo inicial de esas “70 semanas” se nos dé en fracciones o grupos 7+62+1= 70), indica claramente que su cumplimiento no tenía que ser necesariamente correlativo y como es evidente en el último parcial, eso es, la “semana 70” y de la que se nos habla en el verso 26. Noten además, que lo que hace la porción que acabamos de leer, es establecer el tiempo de 69 semanas de años (7+62) o 483 años después de hecha dicha profecía, como el momento en que tendría que aparecer el Mesías esperado (Jesús) y aparición que se produjo cuando este fue bautizado, no solo en agua sino también en espíritu santo e inmediatamente después, reconocido por Dios como Su Hijo “amado”:

Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. 17 ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” (Mat. 3:16-17).

Fue en este preciso momento en el que apareció el Mesías prometido por Dios y por siglos esperado por el pueblo de Israel (Luc. 3:15), cuando se cumplieron las 69 semanas anunciadas por la profecía…… y ahí se detuvo el tiempo relacionado con las “70 semanas” de Dan. 9:24, pues Jesús tuvo un ministerio de tres años y medio posterior a dicho cumplimiento; de hecho, lo que leemos en el versículo 26 en su parte primera, es lo siguiente:

Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí.”

Luego lo que está claro, es que el tiempo que duró dicho ministerio no computaba como parte de las “69 semanas” cumplidas, pero tampoco tenía nada que ver con la “semana 70” o última del ciclo (algo en lo que incidiremos más adelante); señal inequívoca, entonces, de que el tiempo y en cuanto a la profecía de Daniel se había parado, dejando por tanto pendiente de ocurrir en un futuro aún lejano el cumplimiento de dicha “semana 70” (de hecho, aún estamos esperando que ello ocurra) y algo que los sucesos posteriores a la muerte de Jesús acreditan con solvencia, pues veamos como continúa la segunda parte del citado verso 26 y en donde radica la carga de la profecía en su conjunto:

Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo (como raza o etnia) de un caudillo que viene (luego aún estaba en el futuro) los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.” (Acotaciones nuestras).

Lo que aquí se lee, entonces, es que “el caudillo” que estaba “por venir”, procedería o sería descendiente del “pueblo” (raza o etnia) que en un futuro posterior a la ejecución de Jesús destruiría el templo y la ciudad de Jerusalén; y los hechos conocidos, es que dicha destrucción ocurrió casi 37 años después de que el Mesías fuera “cortado” y siendo que en ese momento no se tenía la menor idea de tal destrucción y muchísimo menos, qué “pueblo” la llevaría a cabo; por tanto, se desconocía totalmente la identidad del “caudillo” (o “príncipe” según versiones, en todo caso estaríamos hablando de un personaje poderoso) que estaba aún por venir…… pero queda claro que en ningún caso podía ser Jesús ese personaje por venir en ese momento, por razones obvias de puro sentido común. Pero veamos ahora, que es lo que se nos dice que hará ese enigmático personaje, leyendo el verso 27 en su primera parte y que es la interesante para nuestros días, pues lo relativo a las primeras “69 semanas” ya lo conocemos:

Y él (el “caudillo” en cuestión) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Acotación nuestra).

Luego aquí tenemos ya la esperada “semana 70” o última de un ciclo de “70 semanas” de años, que completa los 490 años que tenían que transcurrir para el cumplimiento de los objetivos marcados en el versículo 24 y que como hemos señalado, ello implica que ya se estará dentro del reino de Dios…… lo que ocurre y por aquello de que la felicidad “dura poco en casa del pobre”, es que para situarnos correctamente en la corriente del tiempo a partir de dicha profecía, nos es necesario el averiguar la identidad del personaje señalado y que es el que establece o confirma “un pacto con los muchos” por una semana de años y sobre lo que hay mucha confusión. Porque pasamos y reduciendo mucho la lista, de aquellos que afirman que fue el propio general romano Tito el personaje del que se nos habla en ese pasaje 27, a otros que señalan al propio Jesús como el “caudillo” señalado, pasando por aquellos a los que dicha profecía les importa más bien un pimiento como referente y lo que nos obliga a despejar incógnitas, porque veamos:

No pudo ser el general romano Tito el caudillo mencionado, porque en ningún lugar de la historia, religiosa o seglar, se hace referencia a que este hubiera establecido pacto alguno con nadie, puesto que no era esta la misión que le llevó a la tierra de Judea, mientras que la dimensión del personaje aludido en la profecía estriba precisamente en la consecución de dicho pacto; y puesto que si descartamos a aquellos que no tienen ningún interés por dicha profecía, solo nos quedan aquellos que tienen en Jesús como al personaje aludido como el autor del pacto citado, veamos ahora por qué no pudo ser Jesús el muñidor de dicho pacto: en primer lugar y añadiendo a lo ya dicho, que cuando murió Jesús no se tenía ni idea de quién o quiénes destruirían Jerusalén y su templo…… en segundo lugar, tenemos que el único pacto que Jesús estableció y del que hay constancia, es el que está registrado en Luc. 22:28-30:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”

Pacto que nada tenía que ver “con los muchos”, pues solo implicó a once de sus apóstoles, relacionado este con el reinar con él en el reino de Dios que en un futuro sería establecido en la tierra y que no aplicaba a todos los integrantes del pueblo de Israel, sino solo a unos pocos de ellos…… además, no estaríamos hablando de un pacto limitado en el tiempo o con fecha de caducidad (y mucho menos roto antes de su íntegro cumplimiento, por el mismo que lo había establecido), en este caso por “una semana” de años, sino de un pacto como mínimo por mil años. Por otra parte y para dar más solidez a nuestro planteamiento, tenemos que añadir a nuestro argumentario el hecho de que el “caudillo” (o “príncipe”, según versiones) por aparecer del versículo 26, tenía que emerger del “pueblo” o etnia que en su momento destruyó a Jerusalén, así como a su templo; y aunque está comúnmente adjudicada a los “romanos” la autoría del “desaguisado” ocurrido, la realidad es que eran mercenarios árabes reclutados en la zona por el Imperio Romano, bajo estandartes y oficialidad romana (fundamentalmente los componentes de la X Legión y que fue la que más protagonismo tuvo en dicha destrucción) y que para el caso es lo mismo, pues lo fundamental es que Jesús era hebreo y no árabe o romano…… luego nada que ver con el “pueblo” que causó dicha desolación y por lo que de ninguna manera podía ser el “caudillo” mencionado en Dan. 9:27.

Por lo que el planteamiento de que la “semana 70” y última del ciclo de “70 semanas” profetizadas se cumplió en tiempos de Jesús, no se sostiene por ningún lado; y aunque es cierto que ese planteamiento es mayoritario entre las distintas denominaciones de la cristiandad, eso no lo hace correcto y algo que queda claro cuando contrastamos dicha teoría con lo que se nos dice en Dan. 9:24b acerca de la razón por la que se determinan las “70 semanas” sobre el pueblo de Daniel y que volveremos a considerar:

“…… para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos, para imprimir un sello sobre visión y profeta (eso es, certificar el completo cumplimiento de todo lo profetizado) y para ungir el Santo de los Santos.” (Acotación nuestra).

Y siendo cierto que los que defienden dicho argumento dicen que todo eso se logró con la muerte de Jesús, la realidad es que de todas esas condiciones no se ha cumplido ni una, sino que más bien al contrario lo que estamos viendo es lo mismo que había antes de la muerte en sacrificio de Cristo, pero corregido y aumentado, porque veamos: la transgresión en la tierra continúa; con el pecado (se entiende que con el pecado adámico heredado y causante de nuestras desgracias) no se ha terminado, pues continuamos naciendo con él y sufriendo sus desastrosas consecuencias. Por otra parte, de ningún modo ha habido expiación por el error, pues la humanidad en su inmensa mayoría continúa siendo tan “borde” como siempre; ya qué decir acerca de una justicia implantada para tiempos indefinidos, cuando vivimos rodeados de injusticia por tierra, mar y aire…… y aunque nos digan que esos son los logros del sacrificio de Jesús sobre la humanidad, la cosa no “cuela” pues el siguiente de esos requisitos, eso es, el “imprimir un sello sobre visión y profeta”, tiene que ver con el cumplimiento de todas y cada una de las profecías registradas en la Biblia y lo cual no es el caso, cuando la cosa se analiza desde la perspectiva correcta.

Porque la profecía del reino de Dios y promesa fundamental sobre la que gira el registro sagrado, por ejemplo, aún no se ha cumplido, pues este aún no ha sido instalado en la tierra (los TJ disparatadamente lo colocan en el cielo, pero que a todos los efectos sería lo mismo) y con ello, la restauración tanto física como espiritual del ser humano, así como de su entorno medioambiental y coincidente dicha restauración, no con la muerte de Jesús y como algunos nos quieren vender, sino con el regreso a la tierra de este en el poder del reino y que es muy distinto, pues esto es lo que leemos en las Escrituras acerca del tema:

“…… y para que él (Jehová Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21). (Acotación nuestra).

Luego está claro que es la venida de Jesucristo en el reino la que cumple con los objetivos reseñados en Dan. 9:24, pues está directamente relacionada con el cumplimiento de las promesas de Dios hechas por medio de sus “santos profetas de tiempo antiguo” y que tienen que ver con la restauración física de la humanidad, así como de su entorno medioambiental y del mundo animal en su relación con el hombre (Isa. 11:6-9), como se sobreentiende de las siguientes palabras proféticas:

En aquel tiempo (eso es, cuando se establezca el reino de Dios en la tierra), los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica.” (Isa. 35:5-6). (Acotación nuestra(.

A tal grado será esto así, que la promesa divina es clara al respecto:

Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.” (Isa. 33:24).

Sin embargo, no es esto lo que contemplamos a nuestro alrededor, como no vemos tampoco por ningún lado, el cumplimiento de la profecía registrada en Job 33:24-25 en estos términos:

“…… entonces lo favorece y dice: “¡Líbralo de bajar al hoyo! ¡He hallado un rescate! 25 Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil”.”

Porque de lo que se nos está hablando aquí, es que cuando se establezca el reino de Dios en la tierra las personas dejarán de morir como consecuencia del pecado heredado, pues la muerte será “tragada para siempre” (Isa. 25:8) por dicha gobernación de hechura divina y como consecuencia, lo que va a ocurrir con las personas ancianas que en ese momento existan sobre la tierra, es que serán devueltas a los tiempos de su juventud vital…… al tiempo que aquella inmensa cantidad de personas muertas en el transcurso de la historia de la humanidad, serán devueltas a la vida en la resurrección que tendrá lugar en dicho espacio de mil años de reinado divino, algo garantizado por el propio Hijo de Dios:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28-29).

Todo esto expuesto y que no son otra cosa más que profecías bíblicas, no las vemos cumplidas a pesar de que los TJ continúan diciendo y en otra de sus disparatadas enseñanzas, que el reino de Dios fue instaurado en 1.914…… luego si 100 años nos contemplan desde que esa supuesta instauración se produjo y nosotros continuamos “con estos pelos”, aquí está fallando algo. Porque si lo que hemos leído en Hech. 3:20-21, es que el regreso de Jesucristo a la Tierra está directamente relacionado con la instauración del reino de Dios en la misma y como inmediata consecuencia de ello, inicia la “restauración” de todas las cosas como estaban en un principio antes del pecado y en Dan. 9:24 se corrobora dicho extremo, cuando se nos dice que se pondrá “un sello sobre visión o profeta” y con lo que queda claro que a partir de ese momento ya se verán cumplidas todas las profecías “que Dios habló por boca de sus profetas de tiempo antiguo” y resulta que, repetimos, 100 años después del supuesto establecimiento del reino de Dios no vemos nada de nada de lo prometido …… o bien la Biblia nos miente, o bien el establecimiento de dicho reino aún está en el futuro y los que mienten son los TJ y todos aquellos que, de alguna u otra forma, niegan la existencia de un reino literal.

Consideración aparte y no menos importante, merece el hecho afirmado de que dicha “semana 70” y última del ciclo, está dividida en dos partes con distintas características; pero dicho esto y por aquello de empezar por el principio, habría que explicar cuáles serán los sucesos que nos permitirán identificar el momento en que la tal inicia y en el bien entendido de que el segundo ciclo de “69 semanas”, terminó con la aparición del Mesías en el año 29 de nuestra era. Ello significa que han pasado casi 2.000 años desde ese momento hasta nuestros días, circunstancia que podría dar a entender a más de uno que Jehová se ha olvidado del tema y lo cual nada tiene que ver con la realidad…… es más, ya Jesús en su momento y en clara alusión a los sucesos por acontecer sobre el pueblo judío, advirtió de dicha circunstancia temporal cuando dijo lo siguiente:

“…… y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.” (Luc. 21:14).

Estas palabras proyectaban el cumplimiento de la profecía de Daniel más allá en el tiempo, eso es, el período determinado por Jehová Dios para castigo de la infiel y rebelde nación de Israel; no olvidemos que en 135 E.C. esta desapareció como nación para aparecer de nuevo más de 1.800 años después, concretamente el 15 de Mayo de 1.948 cuando recibió reconocimiento legal por la ONU, si bien este se hizo oficial un año después. Pero dicho esto, no nos resistimos a hacer una pequeña puntualización acerca de cuándo, a nuestro entender, empezaron a regir esos “tiempos de los gentiles” y que muchos entienden que fue a partir del año 70 de nuestra era, con la destrucción de Jerusalén y su templo a cargo de las legiones romanas mandadas por el general Tito o, en su defecto, el trágico suceso de 135 E.C. mencionado y en que definitivamente los judíos fueron expulsados de su tierra por el emperador Adriano y borrado del mapa el nombre de Israel…… sin embargo, parece que el contexto escritural coloca el inicio de esos “tiempos de los gentiles (o “naciones”, según la traducción bíblica que se use) para mucho antes de esos sucesos, porque veamos:

Con la caída de Jerusalén en 587 a. E.C. a manos de Nabucodonosor, la dinastía y el gobierno davídicos quedaron interrumpidos “in témpore” y Jerusalén, o lo que ésta representaba (la nación escogida por Dios, Israel), habría de continuar siendo “hollada” por los sucesivos gobiernos gentiles que durante la historia han dominado sobre esa parte del globo, mientras la regencia delegada del reino de Dios (1 Crón. 29:23) establecida en la tierra y ejercida por la casa de David, se ha mantenido en un estado inoperante bajo esas distintas potencias gentiles que, de forma alternativa y periódica, han dominado sobre esa tierra de Oriente Medio. Por lo tanto, este “tiempo de los gentiles” de hollar Jerusalén y lo que ésta representa, inició en ese momento histórico de 587 a. E.C. y durará hasta que de nuevo se levante un rey de la línea de David, que gobierne sobre la tierra en nombre del Dios Altísimo…… y como eso no ocurrirá hasta que Jesucristo acceda al trono de su antepasado David en representación de su Padre Celestial, dicho dominio se prolongará hasta el establecimiento de dicha gobernación divina sobre nuestro planeta; dicho lo cual, retomemos el tema y que habíamos dejado en el averiguar qué sucesos nos indicarán (noten que hablamos en plural) que dicha última semana del ciclo de 70 ha comenzado ya su discurrir.

Y hablamos de “sucesos”, porque aunque es cierto que la inmensa mayoría de autores bíblicos centra toda la atención en la aparición del “anticristo” como el caudillo profetizado que tiene que establecer ese pacto por siete años para “los muchos” (en todo caso estaríamos hablando de un influyente y poderoso personaje) y por tanto, el detonante temporal que marca el momento en que inicia dicho período de tiempo de la “semana 70” y lo cual es cierto, no es menos cierto que paralelamente y ya algo menos conocido (pues apenas se le dedica atención por parte de los “gurús” religiosos de la cristiandad, entiéndase teólogos), aparecerán otros relevantes personajes y de los que se nos habla en Rev. 11:3 e identificados como los “dos testigos”, eso es, un pequeño resto de personas enviadas por Jehová, equiparables en poder a los Pablo, Pedro, Juan, Elías, Moisés, etc. según los versos 5-6 de ese capítulo 11, para llevar a cabo lo que en definitiva es “la madre del cordero” de lo que realmente muchos estamos esperando y que no es otra cosa que el “pasaporte” que nos permita acceder al reino de Dios en calidad de súbditos, algo que muchos no conseguirán y como veremos a continuación.

Porque ese pequeño resto “ungido” por aparecer, tendrán a su cargo la obra de “profetizar” o anunciar al mundo y por espacio de 1.260 días o tres años y medio, la inmediata llegada de la “gran tribulación”, a ser seguida por el establecimiento del reino de Dios sobre este valle de lágrimas que responde al nombre de planeta Tierra…… luego cuando veamos aparecer dichos personajes, eso es, el llamado “anticristo” por un lado y que establece el pacto de 7 años entre Israel con sus vecinos árabes y los “dos testigos” por el otro, es cuando empieza la cuenta atrás que nos llevará al término de la última semana de años pendiente del ciclo de 70 y con ello, a los últimos siete años del mundo como lo conocemos y a ser seguidos por el establecimiento del reino de Dios en la Tierra. Semana dividida en dos mitades bien diferentes: una primera en que mediante dicha predicación, se dará la oportunidad al conjunto de la humanidad de tomar posición y asegurarse con ello el poder acceder al reino de Dios en calidad de súbditos del mismo (los que acepten la propuesta, obviamente) y marcada, lógicamente y contrario a lo vaticinado por la mayoría de “entendidos” en la materia, por una época de calma y bienestar que en este momento nos parece imposible de alcanzar, pero necesaria para el normal desarrollo de la mencionada predicación y algo de lo que se nos habla en Rev. 7:1-3:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra (símbolos de destrucción), para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.” (Acotación nuestra).

No perdamos de vista, el hecho de que dicho “sellar” tiene que ver con esas personas que Jehová envía y no a los que, aceptando su mensaje en el sentido de que el reino de Dios ya ha tomado el poder, serán súbditos del mismo; porque el “sello” que acredita la condición de aceptado por Dios solo se recibe cuando uno da su vida en sacrificio para alcanzar el reino como gobernante del mismo…… no olvidemos las palabras de Jesús “pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida” en Rev. 2:10 y que claramente muestran que uno primero tenía que dar su vida en sacrificio, para que luego y en premio, se le concediera la “corona de la vida” y que no significa otra cosa que la inmortalidad de la que gozarán todos aquellos que junto a Cristo reinarán. De ahí lo que leemos en Rev. 11:7, en el sentido de que “cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará”…… y eso es lo que ocurre al término de dicho periodo de 1.260 días o tres años y medio o primera mitad de esa última “semana 70” de años y caracterizada, como hemos dicho, por un período de calma para permitir la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y pasaje en el que se nos da una pista de lo que va a ocurrir en la segunda parte de dicha última semana o tres años y medio restantes:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Es decir, cuando finalice dicha predicación que da contenido a los primeros tres años y medio de la final “semana 70” y ya ejecutados los “dos testigos” o resto “ungido” por aparecer, es cuando se produce la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y que implica, no solo a ese “resto” aún por aparecer y víctima de la violencia del poder gobernante en ese momento y controlado por el “anticristo”, sino también a los apóstoles y a todos aquellos que en el primer siglo siguieron las pisadas de Jesús…… es en ese momento en el que se produce el punto de inflexión que nos introduce ya en la segunda parte de esa última semana, en donde la llamada “gran tribulación” será la protagonista y con lo que estaríamos hablando del mayor tiempo de angustia sobre este planeta (diluvio universal incluido) y dirigida contra aquellos que habrán mostrado desprecio por la misericordia divina, al rechazar la oportunidad ofertada de conseguir una plaza en el reino de Dios; ello se nos confirma en las siguientes palabras:

Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (obviamente porque no han querido) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (pues han rechazado el conocerlas). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna (durante la “gran tribulación”) de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (2 Tes. 1:6-9). (Acotaciones nuestras).

Terminados esos fatídicos tres años y medio restantes de esta segunda parte de la “70 semana”, es cuando finalmente toma posesión de la tierra el reino de Dios y adquieren carta de naturaleza los eventos anunciados en Dan. 9:24…… excusamos decir, que mientras la humanidad desobediente se enfrenta a su justo castigo, aquellos que si escucharon y decidieron acogerse a los beneficios del reino de Dios sobre la humanidad, habrán sido “ocultados” o protegidos por nuestro Creador de la destrucción causada por la “gran tribulación” (Sof. 2:3; Isa. 26:20; Salmo 91). Y aunque no sabemos cómo lo hará en esta ocasión, lo que sí sabemos es que a lo largo de la historia en general y en particular del pueblo de Israel, Jehová Dios siempre trató bondadosamente con aquellos que le fueron leales y preservó sus vidas del peligro al que se enfrentaban, pues la máxima de nuestro Supremo Hacedor es esta:

Con alguien leal, tú actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta.” (Sal. 18:25).

Pero habrán observado unos párrafos atrás, que hemos mencionado y con respecto de aquellos que pretendan hacerse con una plaza como súbditos en el reino de Dios, acerca de responder a una “propuesta” que será extendida a todo el mundo por parte de los “dos testigos” o enviados de Dios y que solo aquellos que la acepten, serán beneficiarios de tan codiciada plaza: el colaborar con esos mensajeros de Dios, en la tarea de extender el contenido del mensaje predicado por todo el mundo y contenido del que se nos habla en Rev. 14:6-7:

Y vi a otro ángel que volaba en medio del cielo y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra y a toda nación y tribu y lengua y pueblo 7 y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”.”

Que solo aquellos que colaboren en dicha comisión, tendrán acceso al reino de Dios como súbditos del mismo, es lo que se infiere de una de las parábolas que usó Jesús y que tenía que ver fundamentalmente con nuestros tiempos, que encontramos en Mat. 25:31-46 y conocida como “la parábola de las ovejas y las cabras”…… contenido de la cual que nos indica sin lugar a duda alguna, lo imprescindible de dicha actitud “colaboradora” para situarse uno en una posición de favor ante el Altísimo y que le permita el acceso a dicho reino venidero, porque esto es lo que enseñó el Hijo de Dios en dicha parábola:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha (una posición aprobada), pero las cabras a su izquierda (posición de desaprobación).” (v. 31-33). (Acotaciones nuestras).

La pregunta a la que nadie ha respondido aún o al menos, nosotros no nos hemos topado con ella (es cierto que a esa parábola y a pesar de su importancia en el asunto, se le ha prestado muy poca atención), es cómo o en función de qué baremo se hará dicha separación y algo que se nos explica en los siguientes versículos 34-40:

Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?’. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.”

Y puesto que las ayudas que aquí se mencionan no es probable que sean necesarias en este período histórico que estamos por vivir, visto el inmenso poder que tendrán esos “hermanos pequeños” y en clara referencia al resto “ungido” por aparecer, en el desarrollo de su comisión (Rev. 11:5-6), es obvio que de lo que se nos está hablando es de una colaboración activa en dicha tarea de predicación encomendada…… pero veamos ahora, en los versículos 41-46 siguientes, la cara negativa de esta moneda:

Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno (equivalente a destrucción eterna) preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer y me dio sed, pero no me dieron de beber. 43 Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron”. 44 Entonces ellos también contestarán con las palabras: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?’. 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí”. 46 Y estos partirán al cortamiento eterno (eso es, a enfrentarse con la “gran tribulación”), pero los justos a la vida eterna (en el reino de Dios).” (Acotaciones nuestras).

Y esto es, más o menos bien contado, todo lo relativo a la “Profecía de las 70 semanas de Daniel” registrada en el libro bíblico que lleva el nombre de este profeta y que nos pone en antecedentes, no solo de los acontecimientos por suceder, sino de su orden de aparición y lo que es más importante, de la secuencia temporal de los mismos. Es cierto que nos hemos extendido un poco en explicarlo, pero en todo caso entendemos que el tema es de suficiente importancia como para, no solo leérselo con atención, sino para que uno dedique un tiempo a meditar sobre ello y, si se tercia, complementar lo aquí dicho con otras fuentes de información que puedan añadir más datos sobre el particular. Porque no hay que pasar por alto, el hecho de que lo contado no es más que la particular visión de los autores de este blog, respecto de dicha profecía y lo que debería llevar a uno a poner de su parte, eso es, a contrastar dicha información con aquellas que tenga a su alcance o en su defecto, del personal conocimiento que ya se tenga sobre el particular; y es que como tantas veces hemos señalado, nosotros...... también nos podemos equivocar.

MABEL


sábado, 14 de marzo de 2015

¡Buena pregunta!


“Pero…… ¿y si no pasa nada?” Más o menos eso es lo que nos vinimos a plantear y en una especie de conversación informal entre los autores de este blog, acerca de nuestra personal convicción sobre el supuesto inicio de la 70 semana de Dan. 9:27 y lo que derivaría en los últimos siete años del mundo como lo hemos conocido hasta el momento y que, según nuestras cuentas, ya está muy próximo en el tiempo. Porque recordarán ustedes que en fecha 20/02/15, publicábamos un escrito en el que apuntábamos al verano del año en curso como momento en el que se podría producir dicho evento y ya más recientemente, en un artículo fechado el 02/03/15, nos “arrimábamos” un poquitín más al “morlaco” y apuntando ya más concretamente para el próximo mes de Septiembre, como el momento más probable para tan esperado suceso.

En todo caso, la auto-pregunta es del todo procedente y lo que nos llevó a reflexionar sobre lo acertado o no de nuestra presunción, lo que a su vez nos condujo a plantearnos el porqué de nuestra plena convicción de que ello tiene que ser así como lo contamos y cuestión que ni se nos había pasado por la cabeza cuando escribimos los artículos mencionados, eso es, el que pudiéramos estar equivocados en nuestra visión de las cosas…… y tenemos que reconocer, que la única respuesta que se nos ocurrió nos dejó helados. Porque si estamos equivocados en nuestra forma de ver las cosas y no ocurre lo que nosotros auguramos que va a ocurrir, nos quedamos totalmente “en blanco”, eso es, sin recursos o referencia alguna de lo que pudiera ocurrir en un futuro más lejano…… pero permítannos que se lo expliquemos.

Todo lo que publicamos en este blog está sustentado (eso es lo que honestamente creemos) por el registro sagrado, en el sentido de que todo lo dicho está de acuerdo con un entendimiento razonable de lo expuesto en las profecías bíblicas, pues analizamos estas con mucho detenimiento y contrastamos luego su contenido de manera exhaustiva con el contexto escritural, por lo que la posibilidad de error es ciertamente limitada…… al menos por el momento y hasta dónde nosotros conocemos, nadie nos ha podido señalar fallo alguno en nuestros planteamientos; ya otra cosa es que algunos discrepen de los mismos, aunque en realidad no puedan probar sus refutaciones y esperen que se les crea, sencillamente porque lo expresado sea su personal punto de vista sobre el tema refutado, entendiendo que con ello es más que suficiente y lo que ciertamente no es el caso, pues no basta con afirmar algo, sino que hay que demostrarlo.

Pero claro, con todo y eso no podemos “escaquearnos” al hecho de que lo que hemos publicado es “muy gordo”, pues lo que estamos diciendo es que aquello que la humanidad ha esperado por más de 2.500 años, eso es, el inicio de la 70 semana de Dan. 9:27 y con ello, la cuenta atrás de los siete últimos años que preceden a la instauración definitiva del reino de Dios en la Tierra y lo que representará un antes y un después en la historia de la humanidad, lo tenemos a solo 6 o 7 meses por delante; porque lo cierto es que el inicio de dicha semana conlleva la aparición del personaje el “anticristo” que validará un pacto de paz “entre los muchos” (eso es, entre Israel y sus vecinos árabes) y evento que sirve de punto de referencia para averiguar cuándo empieza dicha semana 70, al mismo tiempo que aparecen los “dos testigos” o resto “ungido” enviado por Dios (Rev. 11:3) para iniciar la predicación mundial anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y también como señal o “pistoletazo” de salida hacia el tiempo del fin:

Y estas buenas nuevas del reino (eso es, el anuncio de la definitiva toma de posesión de dicho reino, luego nada que ver con lo que vino a anunciar Jesús en el primer siglo) se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Acotación nuestra).

Recordemos que dicha tarea se llevará a cabo por un limitado espacio de tiempo de 1.260 días o tres años y medio (Rev. 11:3), a ser seguidos por el período de la “gran tribulación” con lo que se completarán los restantes tres años y medio de dicha semana 70, en lo que significará la total eliminación de todos aquellos que no hayan aceptado dicho mensaje divino; a partir de ese momento, el reino de Dios se establece definitivamente en la tierra y con él, la restauración del ser humano, así como la tan ansiada resurrección de los muertos (Hech. 3:20-21; 24:15)…… y el punto de inflexión para que todo eso inicie, repetimos, lo tenemos tan solo a 6/7 meses vista.

Entonces el problema radica en el hecho de que de no ocurrir las cosas tal como nosotros las hemos “anunciado”, nos quedamos totalmente sin referentes bíblicos que nos pudieran reportar a más allá en el tiempo, porque veamos: si pasara este año de 2.015 sin que ocurriera nada de lo señalado por las profecías ¿dónde en la corriente del tiempo, se nos señalan circunstancias parecidas a lo que está ocurriendo en nuestros días, eso es, las señales en el cielo que ya estamos viendo (las “lunas de sangre” y un notorio eclipse solar), por demás coincidentes con fechas señaladas en el calendario judío y fenómeno, que según expertos de la NASA, no se volverá a repetir en aproximadamente 500 años, así como con el cumplimiento de la “generación que no pasaría” (a partir de la nueva aparición de Israel como nación en 1.948) sin que ocurrieran todas las cosas anunciadas? Luego en nuestra personal interpretación de la situación, si el tiempo pasara sin que ocurriera “algo” en este año en el que nos encontramos, ya para el 2.016 la Biblia carecería prácticamente de contenido profético (al menos hasta donde nosotros llegamos), pues ya no se nos da ninguna pista adicional que señale a futuros eventos que pudieran servirnos como referentes en la corriente del tiempo, para determinar el momento ante que el propio Jesús nos instó a permanecer alerta:

También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y, sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas (luego habría que estar pendiente de ello), levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:25-28). (Acotación nuestra).

Y a nuestro entender, esos sucesos ya hace tiempo que comenzaron “a suceder”, por lo que inevitablemente nosotros tendríamos que estar en la idea correcta…… pero no es menos cierto y algo que también nos confunde, que el hecho es que somos los únicos (al menos hasta donde sabemos) que hemos tomado posición y nos hemos pronunciado al respecto; todos los demás representantes de distintas organizaciones religiosas de la cristiandad, eso es, predicadores, evangelistas, pastores, autores de páginas bíblicas, etc., no han hecho más que continuar, unos de su cansina “cantinela” en el sentido de que el arrebatamiento ya está más cerca (pero sin “mojarse” en cuanto a dar un tiempo aproximado para que el tal se produzca), otros con sus críticas a los TJ, otros que si Jesús no es Dios y cosas todas ellas ya sin importancia, de ser cierto nuestro argumentario. Porque nosotros pensamos que todo lo que se podía decir ya está dicho y que solo hay que esperar a que “ocurran” las cosas profetizadas en las Escrituras; recordemos y a modo de ilustración de lo que pretendemos decir, las palabras que un Jesús ya resucitado dirigió a sus apóstoles:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5).

Lo que aquí se les estaba proponiendo a los apóstoles, sencillamente, era que cesaran momentáneamente de su actividad divulgadora hasta que el espíritu santo descendiera sobre ellos y cosa que ocurrió diez días después de pronunciadas esas palabras, el cual les dotó de los poderes necesarios para sostener sus afirmaciones…… es a partir de ese momento, cuando empieza la recolección de aquellos que tenían que reinar al lado de los apóstoles junto a Cristo en el reino de Dios; luego lo que estamos viendo, es que hubo una especie de “impasse” entre la ascensión de Jesús a los cielos y la continuación de la labor de predicación sobre la tierra. Por lo que salvando todas las distancias habidas y por haber, tal parece ser lo que está ocurriendo ahora: solo queda esperar a que se produzcan los acontecimientos que abran “la caja de los truenos” y con ello, que empiece la gran predicación anunciada por Jesús y que antecede al fin:

Y estas buenas nuevas del reino (el anuncio de la instauración del reino de Dios en la tierra) se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14). (Acotación nuestra).

Por otra parte y por aquello de seguir con el paralelo de los tiempos, si bien como hemos dicho los apóstoles fueron restringidos de su actividad hasta la llegada del espíritu santo y por la razón señalada, veamos lo que leemos en la profecía de Joel y que habiendo tenido una primera aplicación en el primer siglo, señala a una segunda y de mucho mayor alcance para nuestros tiempos, a tenor de estas palabras:

Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. 29 Y aún sobre los siervos y sobre las siervas, derramaré en aquellos días mi espíritu.

30 Y ciertamente daré portentos presagiosos en los cielos y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo (lo que señala destrucción en la tierra y provocada por el mismo hombre). 31 El sol mismo será convertido en oscuridad y la luna en sangre, antes de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor.” (Joel 2:28-31). (Acotación nuestra).

Luego de lo que se nos está hablando es de un brutal derramamiento de espíritu santo que alcanzará, no solo a unos pocos, como fue en el caso del primer siglo, sino a “toda clase de carne”; y si colocamos en orden lógico esos acontecimientos mencionados en el pasaje señalado, vemos que tal derramamiento sigue secuencialmente a lo señalado en los versos 30-31 y de lo que no hay constancia de que ocurriera en el primer siglo, mientras que sí está ocurriendo en nuestros días sin duda alguna, pues no solo tenemos violencia de todo tipo y destrucción sin límite en la tierra, sino que también ya hemos contemplado las dos primeras “lunas de sangre”. Notemos, por otra parte, que se nos dice que esas señales ocurren antes “de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor” y que tiene que ver con el tiempo de la “gran tribulación”, dirigida como hemos dicho contra aquellos que hayan rehusado aceptar el mensaje predicado por los enviados de Jehová Dios…… y dado que de momento no vemos predicación alguna acompañada de grandiosas manifestaciones de poder del espíritu santo de Dios (Rev. 11:5-6) y eso es de lo que se nos habla en la profecía de Joel, ello quiere decir que esta se encuentra situada entre las señales que estamos hoy contemplando y el tiempo de la “gran tribulación”, eso es, en los primeros tres años y medio de la mencionada 70 semana de Dan. 9:27, por lo que esta tiene que iniciar ¡ya!

Porque lo que muchos no parecen tener en cuenta, a tenor de lo que se lee por ahí, es de la cronología de los distintos eventos por suceder y que a modo de recordatorio (ya los hemos reseñado en artículos anteriores), los exponemos de nuevo: la profética semana 70 de Dan. 9:27 inicia con la aparición del personaje “el anticristo” confirmando un pacto de paz por siete años “entre los muchos”, eso es, entre Israel y sus vecinos árabes; al alimón, aparecen los “dos testigos” o un pequeño resto de poderosos enviados de Dios, con la comisión de anunciar al mundo la instauración del reino de Dios y ello por un espacio de tiempo de solo 1.260 días o tres años y medio (Rev. 11:3), en la que serán ayudados por todos aquellos que progresivamente vayan aceptando dicho mensaje…… circunstancia de la que se nos habla en la parábola de “las ovejas y las cabras” y que por su relevante importancia, creemos necesario el incidir en ella:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.

34 Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?”. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos (eso es, a ese resto “ungido” aún por aparecer y personificado en los “dos testigos”), a mí me lo hicieron”.” (Mat. 25:31-40). (Acotación nuestra).

Todo lo contrario les será dicho a los que rehúsen aceptar el mensaje difundido durante esos 1.260 días de predicación (Rev. 11:3), pues la sentencia que reciben por su falta de aceptación y por tanto, de no colaboración en la obra, es la siguiente:

Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer; y me dio sed, pero no me dieron de beber. 43 Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron”. 44 Entonces ellos también contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?”. 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños (y a los que sí pudieron ver), no me lo hicieron a mí”. 46 Y estos partirán al cortamiento eterno (eso es, al encuentro con la “gran tribulación”), pero los justos a la vida eterna.” (Mat. 25:41-46). (Acotaciones nuestras).

El hecho de que el destino final de la persona quede determinado por la actitud colaboradora con esos de Dios, nos muestra dos cosas: primero, que cada uno queda “retratado” ante Dios en función de la determinación que tome en cuanto el apoyar o no a esos “hermanos pequeños” de Jesús y, segundo, que contrario a lo que nos quieren “vender” las actuales organizaciones religiosas y para su particular beneficio económico, nada de lo que se haga ahora con relación al reino de Dios, tiene que ver con el destino final de cada uno, pues este depende exclusivamente de lo que uno haga cuando se ponga en marcha dicha predicación. De ahí nuestra afirmación, en el sentido de que ahora es un tiempo de espera hasta que inicie dicha semana 70…… lo que no quita, para que cuanto más ocupado esté uno en las cosas de Dios ahora, menos peligro tendrá de ser engañado por las huestes de Satanás en ese momento crucial (Mat. 24:24).

Luego la parábola de “las ovejas y las cabras” aplica a las personas de las que se nos habla en Rev. 7:9: 14, como “sobrevivientes” de la destrucción causada en la segunda mitad de la 70 semana de Dan. 9:27…… personas a las que en su colaboración con la obra de difusión del mensaje divino durante esos primeros 1.260 días, les será dada la capacidad de llevar a cabo también manifestaciones de poder, según lo leído en Joel 2:28-29; y espacio temporal, caracterizado por una relativa tranquilidad y acompañada de cierta recuperación en la precaria situación mundial existente en la actualidad o, como lo podríamos considerar, un período de “calma chicha” necesario para llevar a cabo el proceso de predicación señalado, pues de eso es de lo que se nos habla en el siguiente pasaje:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra (símbolos de destrucción), para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios” (y con lo que concluyen los 1.260 días de dicha predicación).” (Rev. 7:1-3). (Acotaciones nuestras).

Es en ese momento, cuando el “anticristo” mata al resto ungido enviado por Dios, se produce la primera resurrección y empieza la llamada “gran tribulación” (Rev. 11:7-13) y que ocupa los restantes tres años y medio…… acabados estos, el reino de Dios es establecido en la tierra; hay que señalar de nuevo, que dicha “gran tribulación” tiene que ver con el “día de la ira de Dios” y dirigido de forma divina, expresamente contra aquellos que han rehusado escuchar el mensaje anunciado y según se sobreentiende de lo que se lee en 1 Tes. 1:7-9:

“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (porque no han querido) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (pues han rehusado el conocerlas). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (Acotaciones nuestras).

La pregunta es qué ocurre durante ese tiempo de tribulación o destrucción de la humanidad desobediente, con aquellos que sí han obedecido y algo que tienen perfectamente explicado, entre otros, en el artículo publicado en este blog el 01/05/11, también en el que se publicó el 20/02/13, así como en el publicado el 02/11/13 y en los que se pone en paralelo lo ocurrido en el diluvio del día de Noé, en el juicio de Sodoma y Gomorra y en el caso de las diez plagas de Egipto con aquellos que fueron fieles a Dios en esos críticos momentos, con lo que ocurrirá con los futuros sobrevivientes de la “gran tribulación” final…… eso es, de cómo serán divinamente protegidos.

Pero volviendo al tema central de este escrito y que tiene que ver con nuestra firme convicción de que estamos a pocos meses de que ocurran hechos sorprendentes para el general de los “mortales” y que viven “voluntariamente” ajenos a lo que está por venir (sencillamente no quieren ni oír hablar de ello), de nuevo nos topamos con la posibilidad de que no ocurra nada…… y que de ser ello así, ya les confesamos que no tendríamos más remedio y salvando las distancias, que hacer nuestro el razonamiento de Pablo cuando a este le negaban el hecho de la resurrección:

Ahora bien, si de Cristo se está predicando que él ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de los muertos? 13 Realmente, si no hay resurrección de los muertos, tampoco ha sido levantado Cristo. 14 Pero si Cristo no ha sido levantado, nuestra predicación ciertamente es en vano y nuestra fe es en vano. 15 Además, también se nos halla falsos testigos de Dios, porque hemos dado testimonio contra Dios de que él levantó al Cristo, pero a quien no levantó si los muertos verdaderamente no han de ser levantados.

16 Porque si los muertos no han de ser levantados, tampoco ha sido levantado Cristo. 17 Además, si Cristo no ha sido levantado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados. 18 De hecho, también, los que se durmieron en la muerte en unión con Cristo perecieron (de manera definitiva, si no existe la resurrección). 19 Si solo en esta vida hemos esperado en Cristo (eso es, en la esperanza de una resurrección futura), de todos los hombres somos los más dignos de lástima.” (1 Cor. 15:12-19). (Acotaciones nuestras).

Porque si toda nuestra confianza está puesta en unas profecías que no tuvieran el cumplimiento esperado y la promesa del reino de Dios se viera postergara más allá del horizonte de nuestras vidas, probablemente seríamos tan dignos de lástima (vulgo, los más “chorras del barrio”) como afirmaba el bueno de Pablo, pues repetimos: si las señales puestas ante nosotros , eso es, lo del Sol en oscuridad y las “lunas de sangre” coincidentes con señaladas fiestas judías no fueran tales, así como lo de la “generación” que evidentemente sí “pasaría” sin que ocurriera nada…… ¿qué más podríamos esperar? Máxime, cuando todo indica que estamos viviendo en los proféticos tiempos señalados en Luc. 21:25-27 y que leeremos otra vez:

También habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación (en terminología bíblica, se hace referencia a la humanidad como un todo), 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada (¡quién puede negar esta realidad!); porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.” (Acotaciones nuestras).

Luego si todo eso y que el común de la humanidad lo está viviendo en primera persona, no se ajusta como un guante a lo que ocurre en nuestros días ¿para cuándo, entonces, se puede esperar dicho cumplimiento? De todas maneras y ya para concluir, señalar que lo dicho queda a la personal interpretación de cada uno, pues nosotros no estamos más que manifestando nuestra posición de personal reconocimiento en el sentido de que, como las cosas no ocurran como nosotros las esperamos, eso es, para finales del verano de este 2.015 y, repetimos, que estaríamos hablando del inicio de la 70 semana de Dan. 9:17 y con ello, de los últimos siete años del mundo como hasta hoy lo hemos contemplado, aquí “los mendas” nos quedamos sin puntos de referencia y barruntando aquello de ¡...... que alguien nos lo explique!

MABEL


lunes, 2 de marzo de 2015

¿Qué tiene de “particular”, el próximo eclipse total de Sol?


Hace unos días, concretamente el 20 del pasado mes de Febrero, publicábamos el articulo “El inicio del fin…… ¿para este verano de 2.015?” y que ha causado cierto revuelo entre el “personal”; en el mismo hacíamos referencia al fenómeno de las cuatro “lunas rojas” o “lunas de sangre” según Joel 2:31 (dos ya aparecieron en 2.014) y un eclipse total de Sol estratégicamente colocado entre la segunda y tercera de esas cuatro “lunas rojas” (esperados dichos eventos para este 2.015) y fenómeno que recibe el nombre de “tétrada”, todo ello coincidente y ahí está lo inusual del suceso, con señaladas fiesta en el mundo judío.

Por otra parte, tenemos la profecía de la “generación que no pasará” (Mat. 24:34), antes de que sucedan “todas” las cosas anunciadas como señales…… razón por la que nos decantamos hacia el año 2.015 como el momento en que debería de iniciar la 70 semana de Dan. 9:27 y con ello, los siete últimos años del mundo como lo conocemos; semana que tendrá su pistoletazo de salida con la aparición del personaje “anticristo” u hombre “de desafuero” (2 Tes. 2:8-9) y de los “dos testigos” (Rev. 11:3) o resto “ungido” por salir a la palestra, que tendrá a su cargo el anunciar durante 1.260 días o tres años y medio, la inmediata toma de posición o establecimiento del reino de Dios sobre la Tierra y predicación anunciada en Mat. 24:14 por el propio Hijo de Dios. De hecho y resumiendo la cosa, esta profética última semana de años se divide en dos mitades; la primera para llevar a cabo dicha predicación y la segunda, para castigar a aquellos que no hayan aceptado dicho mensaje, como bien nos lo expone la TLA de la siguiente manera:

Después de eso, el malvado aparecerá. Satanás lo ayudará a engañar a muchos con señales y falsos milagros. Engañará con toda clase de mentiras a los que no quisieron amar y aceptar el verdadero mensaje de Jesucristo (salido de la futura predicación anunciada en Mat. 24:14), mensaje que podría haberlos salvado del castigo que recibirán. Dios permite que ese hombre mentiroso y malvado (el “anticristo”) los engañe, para que acepten lo que es falso. Así Dios castigará a todos los que no han querido creer en el verdadero mensaje y son felices haciendo el mal. Pero cuando el Señor Jesús vuelva, con todo su poder y su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado y le quitará su poder.” (2 Tes. 2:8-12). (Acotaciones nuestras).

Pero ya centrándonos en el citado eclipse total de Sol, la ocurrencia no tendría más relevancia que el hecho de que se produzca en otra fecha de importancia en el calendario judío, como es el inicio de su año nuevo, eso es, que el día 20 de Marzo y para cuando se espera que se produzca dicho evento, coincide con el 1 de Nisán y que es el inicio del año judío (Éxo. 12:2)…… claro, si además lo colocamos entre las cuatro “lunas rojas” y como es el caso, la cosa ya empieza a tomar ribetes intrigantes; pero para acabar de arreglar el asunto, véanoslo desde otra perspectiva con la que en principio nadie contaba y que le añade cierta “pimienta” al caso, pues hace de dicho evento algo más sorprendente, si cabe. Porque de entrada uno podría pensar y estaría en lo cierto, que eclipses de esa índole se han producido por cientos de miles a lo largo de la historia del mundo y sin que haya pasado nada destacable, como no sea la espectacularidad misma del fenómeno…… pero hete aquí, que la cosa se complica y lo que añade más “morbo” al suceso, porque veamos la información con la que nos hemos encontrado:

El eclipse solar del 20M apagará la luz.”

Los operadores europeos de los sistemas de electricidad advierten de que el eclipse solar que tendrá lugar el próximo 20 de marzo pondrá a prueba la flexibilidad del suministro de Europa.

El eclipse solar del 20 de marzo podría afectar al suministro eléctrico de Europa, debido a los numerosos países que emplean en la actualidad la energía solar, según han advertido los operadores de sistemas eléctricos. “No puede descartarse por completo el riesgo de que se produzca un incidente", señalaba el pasado lunes la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E por sus siglas en inglés), añadiendo que el eclipse del 20 de marzo será "un test sin precedentes para el sistema eléctrico de Europa”.

La energía solar suponía sólo el 0,1% de la electricidad producida en Europa a través de fuentes renovables cuando tuvo lugar el último eclipse solar que afectó a la región en 1999, según ENTSO-E. Desde entonces, la generación de energía solar ha aumentado hasta al menos el 10,5%, debido a las subvenciones de los países a la energía verde para cumplir los objetivos de la UE sobre fuentes renovables.

ENTSO-E señaló que el eclipse podría tener un efecto mayor en países como Alemania, que en la actualidad obtiene más de una cuarta parte de su electricidad de generadores renovables y que, al igual que otras naciones de la UE, está conectada a los sistemas eléctricos de países vecinos.

La organización explicó que lleva meses planeando “contramedidas” coordinadas para ayudar a proteger el sistema eléctrico del continente del eclipse. El grupo aseguró que los operadores mantendrán reuniones por teleconferencia mientras dure el fenómeno y que “recurrirán a los procedimientos de emergencia habituales de surgir la necesidad.” (Negritas nuestras).

Luego lo que no tendría que ser más que un simple y “rutinario” eclipse total de Sol, parece ser que inquieta a las agencias proveedoras de energía europeas y las pone en estado de alerta, con lo que adquiere más dimensión la profecía bíblica de “señales en el Sol” (Luc. 21:25); y ello merced, a la actual dependencia del ser humano de los recursos de nuestra estrella. Recordemos que en estas “señales en el Sol”, se incluye también una circunstancia jamás contemplada por el ser humano (al menos hasta nuestros días), como son las consecuencias de las eyecciones de masa coronaria o “llamaradas solares” y que podrían acabar con la extinción de una buena parte de los habitantes del planeta y, repetimos, algo jamás sospechado por el ser humano; porque dichas fluctuaciones solares son inofensivas para el hombre físico y que han ocurrido por generaciones, sin que los seres humanos se percataran siquiera de ello. Sin embargo y merced a la intensiva tecnificación actual, una llamarada solar puede bloquear las ondas de radio al cruzar esa parte de la atmósfera, lo que significaría no solo una degradación o apagón temporal de las señales de navegación (GPS y similares), así como de las comunicaciones satelitales y como mal menor, sino una escabechina que podría dejar a medio mundo sin fluido eléctrico y con las escalofriantes consecuencias que ello conllevaría.

Porque recordemos el célebre caso conocido como el “evento Carrington” y que se consideró como la interacción más violenta que nunca se ha registrado entre la actividad solar y la Tierra, pues la acción del viento solar sobre la Tierra en el año 1859 fue, con diferencia, la más intensa de la que se tiene constancia y siendo que la cosa fue, más o menos así: el día 28 de agosto del citado año, aparecieron numerosas manchas solares y entre los días 28 de agosto y 2 de septiembre se declararon numerosas áreas con llamaradas; ya para el 1 de septiembre el Sol emitió una inmensa llamarada y diecisiete horas y cuarenta minutos después, la eyección llegó a la Tierra con partículas de carga magnética tan intensa, que el campo magnético terrestre se deformó completamente y esto permitió la entrada de partículas solares hasta la alta atmósfera, donde provocaron extensas auroras boreales e interrupciones en las redes de telégrafo, que entonces estaba todavía muy sus inicios…… más que eso: la única red que existía en ese momento (el incipiente telégrafo), quedó carbonizada desde Europa hasta EE.UU y un sinnúmero de estaciones terminales resultaron incendiadas por la fuerte radiación electromagnética.

Imaginémonos ahora el resultado de la misma llamarada solar (no hace falta que sea de mayor intensidad y que como haberlas, “haylas”), en un mundo como el actual, dependiente en todos sus extremos de la alta tecnología…… en definitiva, dependiente de la electricidad sobre la que se sustenta dicha tecnología; porque lo primero que ello haría es cargarse todos los transformadores que encontrara a su paso (muy difíciles de reemplazar) y con ello dejarnos, no solo totalmente a oscuras, sino sin los servicios básicos que dependieran del fluido eléctrico y que son todos: transportes, servicios sanitarios, bomberos, ascensores, servicio de aguas, calefacciones, refrigeradores, hospitales, abastecimientos, policía, etc. etc. etc. Por lo que ¿cuánto creen ustedes que sobrevivirían a dicha hecatombe nuestras mega-ciudades, sin esos servicios básicos y que pudiera prolongarse por meses, cuando no por años? Porque la realidad es que en unos pocos segundos nos veríamos devueltos a la época medieval y con todo lo que ello significa de imperiosa necesidad de autosuficiencia, cuando resulta que no estamos preparados para ello, pues nuestras fuentes básicas de alimento son fundamentalmente los supermercados…… en fin; vayan imaginándose el panorama, pues estamos hablando de algo que puede ocurrir en el momento menos pensado. ¿Significa ello que el Sol haya cambiado sus “hábitos”? No, sencillamente lo que ocurre es que el ser humano y en el colmo de su estupidez, ha construido “su casa” en medio de una torrentera y sabiendo que de cuando en cuando por ella baja agua “a manta”…… eso es, que ha cifrado su perspectiva de futuro en algo sobre lo que no tiene control y lo que lo hace totalmente vulnerable a los “caprichines” de nuestra estrella madre.

Añadiendo a lo dicho y por aquello de que “para que falte, más vale que sobre”, hemos accedido a una información según la cual, la cuarta de las lunas rojas por aparecer, será todo un espectáculo; vean sino: la última luna de “sangre” de la tétrada y a ocurrir el 28 de septiembre próximo, coincidirá con un máximo acercamiento de nuestro satélite a la Tierra y lo que resultará en una imagen de grandiosa espectacularidad sobre Europa y por ende, sobre la nación de Israel, premonitoria de que “algo gordo” está por suceder y de alcance insospechado para la mayoría de los mortales. Ello nos lleva a los autores de este blog a barruntar y ya afinando un poco más nuestro vaticinio (recuerden que apuntábamos en términos generales al verano del año en curso como el tiempo del cumplimiento de la profecía), a situar lo esperado para el mes de Septiembre aludido y teniendo en cuenta además, según los expertos en estos temas, que en ese momento se inicia en Israel otro de los ciclos de siete años que tenían que ver con la liberación de las deudas a los deudores:

Al cabo de cada siete años debes efectuar una liberación. 2 Y esta es la manera de la liberación: habrá un librar por parte de todo acreedor de la deuda que él deje contraer a su prójimo. No debe apremiar a su prójimo ni a su hermano por el pago, porque tiene que proclamarse una liberación a Jehová. 3 Podrás apremiar al extranjero por el pago; pero lo tuyo, que se halle con tu hermano, líbrelo tu mano.” (Deut. 15:1-3).

De ahí que a los autores de este blog de nuevo se nos pongan los pelos como escarpias, pues tanta “casualidad” continúa sorprendiéndonos, ya que podríamos estar ante el momento anunciado por Jesús, cuando dijo eso de “cuando vean suceder esas cosas, sepan que su liberación se acerca” (Luc. 21:28). Por lo que continuamos reforzando nuestra idea en el sentido de que “algo” está para iniciar en ese momento, aunque la inmensa mayoría de la humanidad esté tocando “el violón”…… eso es, sin enterarse de qué va la película; afortunadamente, no es está la que dirige los asuntos que tienen que ver con las cosas de Dios y que Este, tuvo a bien mostrárselas en “señales” a aquellos que estuvieran alerta:

Por eso, estén siempre alerta, pues ustedes no saben el día en que yo, su Señor, vendré otra vez.” (Mat. 24:42).

Porque si bien cuando a inicios del 2.014 se señaló por parte de muchos autores de temas bíblicos, la ocurrencia de esta señal compuesta, la atención del “personal” fue máxima por lo novedoso del caso…… lo que ahora ocurre y pasado el tiempo (y con ello la novedad), es que tanto los unos como los otros se han ido enfriando y solo quedamos “cuatro gatos” para ir recordando que “eso” continúa ahí, avanzando inexorablemente hacia su culminación. Y es que las cosas pueden ocurrir como nosotros las vaticinamos…… o no; pero lo que sí está claro, es que todas las señales que tenemos a nuestro alcance apuntan hacia ello y lo que nos lleva a recordar unas palabras de Jesús, que para nada instan a que uno se confíe:

Ustedes también, manténganse listos, porque a una hora que menos piensen, viene el Hijo del hombre.” (Luc. 12:40).

MABEL