domingo, 29 de septiembre de 2013

¿Habló Pablo en 1 Tes. 4:16-17, de un “rapto”...... o de algo que se le pareciera?


Sobre este tema versaba la pregunta que uno de nuestros lectores nos formuló y por lo que decidimos, como con aquellas de las que recibimos y que entendemos son de interés, publicarla en formato de artículo para general beneficio del resto de nuestros lectores; por lo que este artículo debería ser tomado muy en serio por aquellos llamados cristianos que se asocian con organizaciones religiosas que difunden como doctrina fundamental, la enseñanza del “rapto” o el arrebatamiento de la “iglesia”…… cristianos a los que les han contado (¡y encima se los han creído!) que puesto que se han bautizado, ya han sido reconocidos como “ungidos” o Hijos de Dios y por lo gozarán del privilegio de ser arrebatados de la tierra al cielo para estar en la presencia de Dios durante cierto tiempo, mientras que aquellos que sean dejados atrás, serán víctimas de la ira de Dios y destruidos eternamente…… y es que para creerse semejante sandez y que rompe con toda la lógica bíblica, ya hay que tener arrestos.

Luego es obvio que nos encontramos ante un pasaje como mínimo conflictivo, pues ha dado pie y como acabamos de señalar, a una de las más disparatadas doctrinas que enseñan muchas organizaciones religiosas de relumbrón, con millones de seguidores y que tiene que ver con la supuesta existencia de un “rapto” o arrebatamiento de la “iglesia” de Cristo. Y con lo que más o menos nos vendrían a decir (y lo repetimos para focalizar el asunto), que al inicio de la profética semana 70 de Dan. 7:29 y últimos siete años del mundo tal como lo conocemos, la “iglesia” o el conjunto de personas (tanto hombres como mujeres) a las que dichas organizaciones religiosas han convencido de que mediante su bautismo en agua ya han sido reconocidas como Hijos de Dios, serán elevadas a la presencia de Este durante esos siete años de supuesto caos en la tierra, mientras y como ya hemos indicado, las que no sean tomadas sufrirán aniquilación total en el día “de la ira” o furor de Dios (Sof. 1:14-18). Y período de tiempo de “gran tribulación” que supuestamente y según dichas organizaciones religiosas, tiene que durar por esos siete años mencionados…… y que se apoyan para promocionar semejante disparate, eso es, la teoría de un “rapto” que misteriosamente dejará la tierra casi semivacía, precisamente en el texto de 1 Tes. 4:16-17 que da pie a este artículo y en el que se lee lo siguiente:

Porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después, nosotros los vivientes que sobrevivamos (o que estemos vivos en aquél momento) seremos arrebatados juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor (para recibirle) en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (Acotaciones nuestras).

Pero antes de continuar con nuestra exposición, permítannos un breve inciso para señalar que esos siete últimos años de Dan. 9:27 y lejos de ser siete años completos de “gran tribulación”, como señalan dichas organizaciones religiosas, estos se dividen en dos períodos: un primer período de tres años y medio de relativa calma (Rev. 7:2-3) y necesaria para que se pueda llevar a cabo la gran predicación de Mat. 24:14, mientras que en el segundo período, eso es, en los restantes tres años y medio y ya terminada dicha predicación, es cuando se producirá lo anunciado por Sof. 1:14-18 (entre otros) y que significará, ahora ya sí, la “gran tribulación” que eliminará o destruirá eternamente a todos aquellos que no hayan aceptado la propuesta divina ofertada por medio de dicha proclamación…… por cierto: aquellos que sí la acepten, durante tan catastróficos tiempos en la historia de la humanidad y que jamás se volverán a repetir, serán “ocultados” o protegidos por el Altísimo aquí en la misma tierra y sin necesidad de sacarnos de ella, según el Sal. 91, o Sof. 2:2-3, o en Isa. 26:20-21 y pasaje en donde se nos expone dicha idea, en los siguientes téminos:

Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti (recuerden el relato del arca de Noé). Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él; y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Acotación nuestra).

Una vez aclarado tan importante punto y volviendo a donde estábamos, eso es, a la enseñanza del “rapto” como tal, vemos que ya de entrada esta se topa con el hecho incontestable y como explicábamos en nuestro artículo del pasado día 24 del corriente mes de Septiembre, de que actualmente no existe sobre la tierra asomo alguno de algo parecido a una “iglesia de Cristo” y que pueda ser “raptada” o arrebatada en un momento determinado…… y planteamiento por nosotros publicado que, al menos hasta donde sabemos, no nos ha sido rebatido por ninguno de esos supuestos “ungidos” o Hijos de Dios, por tanto supuestos integrantes de la citada “iglesia” y candidatos a partir hacia la misma presencia del Dios Altísimo en los cielos.

Por otra parte, nos encontramos también con aquellos que sin compartir la idea de un “rapto” y ante la complejidad de dicho pasaje de 1 Tes. 4:16-17, no sabiendo por tanto de qué hablaba Pablo, no se les ocurre otra memez que afirmar que en esa porción bíblica mencionada este personaje tuvo un “lapsus” (vulgo, que “se le fue la olla”) y que estas palabras las pronunció pensando, erróneamente, que la venida de Cristo se produciría durante la vida de esas personas a las que se dirigía y por supuesto, de la suya propia…… sin embargo, el más elemental sentido común de nuevo nos muestra que dicha interpretación no puede ser correcta, pues tal situación es imposible de producirse en un autor bíblico y siendo las Escrituras clarísimas en este sentido, pues en ellas leemos que “toda Escritura es inspirada de Dios” (2 Tim. 3:16), lo cual de ninguna manera puede dar lugar a ese tipo de situaciones. Porque claro, si tuviéramos que considerar la posibilidad de un supuesto “lapsus” por parte de algún escritor bíblico, en este caso de Pablo, no solo serían difícilmente creíbles dichas palabras, sino que el entero texto escritural sería puesto en cuarentena; y circunstancia que por imposible, lo que hace es llevarnos a la siguiente conclusión: puesto que no parece que Pablo nos esté hablando de un “rapto” y la opción de un supuesto “lapsus” en semejante personaje es realmente absurda, lo único que procede es pensar que en 1 Tes. 4:16-17 se nos está hablando de otra cosa y que a partir de este momento, es lo que vamos a intentar averiguar…… siempre ciñéndonos, eso sí, a nuestro acostumbrado método de leer con atención y luego razonar sobre lo leído con lógica, sentido común y sobre todo, tomando como punto de referencia para cualquier análisis, al contexto general de las Escrituras; por lo que partiendo de esa posición, leeremos en primer lugar el pasaje mencionado dentro de su contexto más inmediato y luego ya, nos centraremos concretamente en el verso 17, que parece ser en donde radica el conflicto y que nos puede dar la clave del asunto:

Además, hermanos, no queremos que estén en ignorancia respecto a los que están durmiendo en la muerte; para que no se apesadumbren ustedes como lo hacen también los demás que no tienen esperanza (eso es, de los que no creían en una resurrección de los muertos). 14 Porque si nuestra fe es que Jesús murió y volvió a levantarse, así también, a los que se han dormido en la muerte mediante Jesús, Dios los traerá con él. 15 Porque esto les decimos por palabra de Jehová (luego aquí ya estaríamos hablando de una profecía, que nos señala algo que ocurrirá en un futuro): que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos (o estemos vivos en ese momento) seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor. 18 Por consiguiente, sigan consolándose unos a otros con estas palabras.” (1 Tes. 4:13-18). (Acotaciones nuestras).

Tengamos en cuenta que la congregación de Tesalónica era relativamente joven cuando Pablo escribió su primera carta a los cristianos de esa ciudad, cerca del año 50 E.C. (haría algo más de un año que el propio Pablo la había fundado) y algunos miembros de la congregación estaban angustiados por familiares o compañeros que se habían “dormido en la muerte”, pues una corriente “neo-platónica” que negaba la resurrección de los muertos, estaba introduciéndose en las congregaciones y confundiendo a muchas personas, entre ellas a miembros de dicha congregación; de ahí que poco después y en su particular cruzada en contra de dicha apóstata creencia, Pablo pronunciara aquellas palabras de “si los muertos no han de ser levantados, comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir” (1 Cor. 15:32). Sin embargo, lo que Pablo escribió acerca de la esperanza de la resurrección produjo resultados positivos, pues enderezó temporalmente la situación y trajo consuelo a esos fieles de Tesalónica; luego estaríamos ante el contexto de un mensaje de ánimo para levantar la moral del “personal” y no para suscitar una discusión como parece plantearnos el versículo 17…… pero ahí está este, por lo que resta solo el averiguar qué es lo que Pablo quiso decir realmente con esas palabras y no perdiendo de vista, que lo que estaba haciendo Pablo en este verso 17, era señalar algo a ocurrir en un futuro; dicho lo cual, metámonos en harina y empecemos por analizar dicho pasaje en distintas versiones e intentando sacar alguna conclusión razonable, habida cuenta que las distintas formas de presentarlo varían según la versión que uno use :

RV 1960: “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”

LBLA: “Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.”

BJ: “Después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados en nubes, junto con ellos, al encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el Señor.”

NVI: “Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre.”

PDT: “Luego, nosotros los que estemos vivos en ese momento, subiremos a las nubes con los resucitados para encontrarnos con el Señor en el aire, y así estaremos con el Señor para siempre.”

TLA: “Después Dios nos llevará a nosotros, los que estemos vivos en ese momento, y nos reunirá en las nubes con los demás. Allí, todos juntos nos encontraremos con el Señor Jesús, y nos quedaremos con él para siempre.”

Luego para comprender lo que Pablo estaba diciendo con estas palabras y siempre según a nuestro entender (solo estamos exponiendo una opinión), tenemos que partir en primer lugar del supuesto que cuando el apóstol empleaba el pronombre personal “nosotros”, no se estaba refiriendo a ellos como a personas físicas, sino como “clase ungida” y con lo que se podrían traducir sus palabras como “cuando vuelvan a aparecer personas como nosotros, o de nuestra misma condición”, ocurriría esto, lo otro o lo de más allá. En segundo lugar, tenemos que asumir una serie de planteamientos publicados en este blog y en perfecta armonía todos ellos con el contexto general de las Escrituras (del que Pablo no se podía apartar), como por ejemplo, que con la muerte del último de los apóstoles se acabó la posibilidad de que alguien pudiera acceder a la condición de “ungido” o Hijo adoptivo de Dios, pues estos que eran los únicos que podían impartir el bautismo en espíritu santo y que era el que la daba, ya habían muerto todos. Por otra parte tenemos que asumir, que en Rev. 6:11 y 10:11 se nos habla de que en un futuro aparecerían en la tierra un “resto” de personas con las mismas características de los apóstoles (aquí ya empieza a tomar sentido, lo dicho al inicio de este párrafo) y prefigurados por los “dos testigos” de Rev. 11:3, que dotados y a la manera de aquellos primeros seguidores de Jesús de grandes poderes (v. 5-6), darían comienzo a la gran predicación anunciada por el Hijo de Dios en Mat. 24:14...... predicación que con una duración de tan solo ¡1260 días!, tiene como objetivo el abarcar toda la tierra habitada; y circunstancia, dicho sea ya de paso, que nos hablaría del inmenso despliegue de poder realizado por Jehová en esos momentos finales y depositado en las personas que participen de la misma, colaborando con ese resto “ungido” por aparecer (compuesto de verdaderos Hijos de Dios) y del que se nos habla en Joel 2:28-29. Por lo que difícilmente se entendería la aparición de tan extraordinarios personajes, si la tierra y como nos afirman esos “genios” de la teología que nos rodean, prescindiendo que defiendan la idea del “rapto” o no, ya estuviera llena de “ungidos” o Hijos de Dios…… ¿o es que estaríamos hablando de estos supuestos “ungidos” actuales como de “ungidos de tercera”, pues a diferencia de los mencionados en Rev. 11:5-6, estos no sirven absolutamente para nada?

Entonces y partiendo de lo dicho hasta el momento, se puede deducir que Pablo estaba dando a entender que en un futuro aún lejano, aparecerían personas de su “clase” y que es de lo que nos habla el pasaje ya citado de Rev. 10:11, pues es imposible entender de este que la comisión de predicar de nuevo y en un futuro lejano de la que se nos habla, se le diera al envejecido apóstol Juan…… por lo tanto, es obvio que tanto en un caso como en el otro, se hace referencia a la futura venida de individuos de la “clase” de Pablo o de Juan (eso es, “ungidos”, o Hijos de Dios) que en un futuro serían elegidas por Dios para propagar determinado mensaje y que aparecerían al final de los tiempos; de ahí que en ese versículo 17 analizado, se diga aquello de que los que “estemos vivos en ese momento” (como “clase” y no como individuos, repetimos) no serían llamados antes o precederían en la resurrección (v. 16) a los que ya yacían en la muerte por siglos. Por otra parte, dicha predicación final se tendría que iniciar en el momento en que Cristo recibe la autoridad del reino y siendo dicha “buena nueva” proclamada en la tierra por esos “dos testigos” y aquellos que se les unan colaborando en la difusión de la misma, por espacio de tres años y medio:

Y vi a otro ángel que volaba en medio del cielo y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, a toda nación y tribu y lengua y pueblo 7 y decía con voz fuerte: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”.” (Rev. 14:6-7).

Y es que la toma de poder del reino no puede ser anunciada si esta no se ha producido, por lo que cuando aparezcan los “dos testigos” o “resto ungido” aún por venir, anunciando dicha “buena nueva”, Jesucristo ya tiene que haber tomado el control del reino de Dios…… y “resto” que aparece al unísono con el “anticristo” y momento en el que inicia la profética semana 70 de Dan. 9:27, o los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos. A los tres años y medio de proclamarse dicha esperanzadora noticia y ya acabada en la tierra la tarea de anunciarla por parte de esos enviados de Dios, el “anticristo” da muerte a dichos personajes (Rev. 11:7) y que son resucitados tres días y medio después, momento en el que se produce la “primera” resurrección de aquellos que tienen que reinar con Cristo y con lo que se “completa” el número que, según hemos leído en Rev. 6:11, tenía que redondear la cantidad predeterminada por el Altísimo sobre la totalidad de los componentes de ese gobierno teocrático alrededor de Jesucristo; porque como de todos es sabido, solo pueden reinar con Cristo aquellos que han sido “ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” (Rev. 20:4), eso es, que han muerto asesinados por guardar integridad a Dios.

Pero claro, alguien nos podría objetar que Pablo mencionó eso de “los que estemos vivos en ese momento” y lo que hemos leído es que el personaje del “anticristo” y como máximo exponente de la “bestia” (Rev. 13:1) les da muerte…… pero si nos miramos la cosa con cierta atención, veremos que en esos componentes de ese “resto” y en el momento de ser arrebatados a las nubes para recibir junto a sus otros hermanos también asesinados siglos antes, al Cristo que regresa a la tierra, sí se cumple esa condición señalada por Pablo, porque veamos qué leemos en Rev. 11:7-12:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (a los 1260 días de iniciado), la bestia salvaje que asciende del abismo (bajo el poder del “anticristo”) hará guerra contra ellos (el “resto”) y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten, que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (volvieron a la vida) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones nuestras).

Luego lo que se nos está diciendo aquí, es que esas personas son resucitadas ante los ojos de aquellos que los habían matado, por lo que a todos los efectos ya están vivas de nuevo antes de ser arrebatadas al encuentro de Jesucristo y por lo tanto, cumplidas las palabras de Pablo en el sentido de que esas personas fueron arrebatadas al encuentro de Jesús estando vivas o según palabras del apóstol “los que estemos (como “clase”) vivos en ese momento”…… prescindiendo de que instantes antes estuvieran aún muertos: la cuestión es, que en el momento de ser arrebatados, estaban con vida y de ahí, que podamos hablar de un “arrebatamiento”. Ahora bien ¿en qué sentido y a diferencia de aquellos “santos” que llevaban siglos en sus tumbas, se nos dice de ese “resto” que sus cuerpos fueron “cambiados en un abrir y cerrar de ojos”? La posible explicación de esas palabras de Pablo, probablemente se refiera a que en la actualidad y sin haber llegado aún a este suceso anunciado, de esos santos mencionados ya no queda vestigio alguno de ellos, pues sus restos se han “atomizado” con la tierra, eso es, los átomos que conformaban sus cuerpos físicos ya han pasado a formar parte de otras estructuras de materia y por lo que solo existen como personas en la prodigiosa e inconmensurable mente de Jehová; ello conlleva el que Jehová tenga de dotarles a cada uno de ellos de un nuevo cuerpo totalmente idéntico al anterior, solo que ya con la condición de ente inmortal…… circunstancia que paradójicamente no se produciría con los del “resto” ungido aún por aparecer, porque veamos lo que el mismo Pablo nos dijo, complementando con ello lo dicho anteriormente en 1 Tes. 4:16-17:

¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte (o permanecerían largo tiempo en la tumba), pero todos seremos cambiados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal, tiene que vestirse de inmortalidad.” (1 Cor. 15:51-53).

Recordemos que hemos leído que esos personajes prefigurados por los “dos testigos” y sea cual sea su número real, permanecen muertos por tres días y medio antes de ser resucitados, por lo que sus cuerpos no habrán iniciado aún el proceso de descomposición y lo que hace que Jehová no tenga más que insuflar vida en esos mismos cuerpos, que a diferencia de las resurrecciones de las que nos habla la Biblia, cuyos protagonistas volvieron a la vida en su anterior condición de seres mortales, esos personajes lo hacen ya con la condición de seres inmortales…… esta diferencia de levantarse en los mismos cuerpos mortales que tenían antes de morir, pero pasando a una nueva condición de inmortalidad , es lo que le permite a Pablo el decir que son “cambiados” o por decirlo de otra manera, que aquel mismo cuerpo que tres días y medio antes era “mortal”, Jehová lo cambia a la condición de “inmortal”. . Y el poco tiempo que permanecen muertos, permite entender el que sencillamente y a los ojos del Todopoderoso Dios, no sea más que un brevísimo instante y al que los seres humanos, coloquialmente (y eso es lo que probablemente hizo Pablo), solemos referirnos como “en un abrir y cerrar de ojos”, eso es, una actividad que se desempeña en un corto periodo de tiempo, que sucede rápidamente o que tarda poco tiempo en realizarse…… luego partiendo de todo lo considerado, veamos de nuevo ese pasaje de 1 Tes. 4:16-17, en esta ocasión en la versión Traducción en lenguaje actual y comprobemos si ya ahora, se nos hace más “digerible”:

Porque cuando Dios dé la orden por medio del jefe de los ángeles y oigamos que la trompeta anuncia que el Señor Jesús baja del cielo, los primeros en resucitar serán los que antes de morir confiaron en él. 17 Después Dios nos llevará a nosotros, los que estemos vivos en ese momento y nos reunirá en las nubes con los demás. Allí, todos juntos, nos encontraremos con el Señor Jesús y nos quedaremos con él para siempre.”

Y esta es, queridos lectores y a nuestro entender, toda la “historia” de lo que nos quiso decir Pablo en ese pasaje objeto de análisis y por lo tanto, nada de un “rapto” tal como nos lo plantean muchas prominentes organizaciones religiosas de la llamada cristiandad, ni que ese día no fuera precisamente el mejor de Pablo en su larga carrera al servicio del Altísimo. Es cierto que probablemente nos podríamos haber explicado mejor (¡qué quieren ustedes, cada uno llega hasta donde llega!), pero no es menos cierto que hemos dado suficiente información como para que cuando alguien le ofrezca la “oportunidad” de ser “raptado” al cielo para “estar con Dios”, le mande directamente a freír espárragos…… y ya por no hablar, de lo que habría que hacer con aquellos que afirman que la Biblia tiene “lapsus” y por lo que no vale la pena el dedicarle uno su atención.

MABEL

martes, 24 de septiembre de 2013

Confiar en lo que dice la Biblia…… o en lo que nos cuentan que dice la Biblia: ¡that is the question!


Porque claro, resulta que hay tantas opiniones distintas de lo que dice realmente la Biblia, como autores bíblicos hay que nos hablan de ella y lo que deja claramente expuesta, no solo la empanada mental que llevan dichos autores, sino la total indiferencia, cuando no desprecio acerca del contenido de la misma, por parte de la llamada “cristiandad” y a la que le importa un comino lo que esta diga…… en definitiva, que no les interesa en absoluto aquello que “su” Dios les dice en su propio beneficio. No es menos cierto, que en buena medida esta actitud indiferente de la “plebe” con respecto del mensaje divino, es responsabilidad de esos autores mencionados (y de los que vamos a hablar), que llamándose “expertos” en teología muchos de ellos y todos sin falta, reconociéndose como “ungidos” por Dios para gobernar en el reino milenial venidero en calidad de inmortales reyes y sacerdotes junto a Cristo (Rev. 20:6), resulta que son incapaces de transmitir un mensaje común y consensuado (medianamente entendible), violando con ello la primera exigencia bíblica para todos aquellos que asumen la responsabilidad de enseñar a otros acerca de las Escrituras:

Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).

O el mismo parecido de un huevo con una castaña, que diría nuestro amigo el castizo; y es es que mientras unos, por ejemplo, dicen que todos los cristianos bautizados reinarán con Cristo, otros dicen que solo 144.000 lo harán; mientras unos dicen que esa cantidad es simbólica, hay aquellos que dicen que es literal; mientras unos dicen que el reino ejercerá su gobernación desde los cielos, los hay que afirman que lo hará desde la Tierra; mientras los unos hablan de un “rapto” pre-tribulacional, eso es, a ocurrir antes de la “gran tribulación”, otros lo colocan a mitad de la misma y aún otros, al final de esta, pero en cualquier caso, en franca contradicción todos ellos con aquellos que niegan la mayor, o sea, que no habrá “rapto” alguno y así, suma y sigue…… y todo este desbarajuste, para más “inri”, saliendo todos desde un mismo punto de partida: la Biblia. Situación que se complica más, si cabe, cuando uno tiene en cuenta que estamos hablando de personas que se consideran “ungidas” y por lo que, supuestamente, deben de estar guiadas por el espíritu santo de verdad que Jesucristo dijo mandaría a todos aquellos que con él tenían que reinar (Juan 14:26); pero veamos la personal afirmación de uno de esos supuestos “ungidos”, extraída de dos artículos distintos que en su momento publicó y que es perfectamente extensible a todos esos personajes, ya que los “retrata” de tal manera que no deja lugar a duda alguna:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).

Bien, lo que vemos aquí, no solo es el explícito reconocimiento de su condición de “ungido” por parte de uno de tantos de esos caballeros y como hemos señalado, fiel reflejo del parecer de los demás, sino la plena convicción de estar guiado por el “espíritu de verdad” que, según Jesucristo, tiene que acompañar a las personas que gozan de dicha condición (vean que dicho autor apoya su afirmación, citando a Juan 16:13); sin embargo, una característica consustancial en estas personas que afirman ser “ungidas” y que las habría por cientos de miles, es que unas a otras se niegan recíprocamente dicha condición; eso es, que los unos afirman ser los verdaderos “ungidos” o Hijos de Dios, mientras que los otros ¡faltaría más! son los falsos…… y así sucesivamente los unos con los otros, pero sin que puedan demostrar su autenticidad y que es lo fundamental, tanto esos unos, como esos otros. Pero claro, el problema está en que la supuesta autoridad de las “enseñanzas” de esos personajes, está sustentada precisamente en esa presunta condición de “ungidos” y que les igualaría a los Pedro, Pablo, Juan y otros que como ellos, escribieron textos inspirados en las Escrituras…… otorgándose en consecuencia esos supuestos “ungidos” actuales, una “autoridad” de la que otros y por no arrogarse dicha condición (por ejemplo, los autores de este blog), carecen según su entender.

Sin embargo, cuando uno analiza las “enseñanzas” de esos supuestos gobernantes en el reino de Dios y como ya hemos apuntado, nos encontramos con una total contradicción en los disparatados planteamientos que nos formulan los “ungidos” de un lado, con respecto a lo que de un mismo tema nos presentan los “ungidos” del otro y prescindiendo de la organización religiosa a la que pertenezcan; luego…… ¿qué es lo que está ocurriendo aquí? Pues sencillamente, que la primera enseñanza que todos esos personajes (que como hemos señalado son legión) violentan flagrantemente ya de entrada, es la de ser “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, pues a Día de hoy no existen personas sobre la tierra que ostenten dicha condición y algo que podemos argumentar perfectamente; en primer lugar, vean las palabras que dijo Jesucristo a sus apóstoles, instantes antes de ser elevado a los cielos ante la presencia de su Padre Celestial y que encontramos en el pasaje de Mar. 16:16-20 y que para un correcto análisis del mismo, fraccionaremos en tres partes…… por lo que pasemos a la primera de ellas:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado.” (Vs. 15-20).

Luego empecemos por analizar esta primera fracción del citado pasaje y con el objetivo de ver qué se nos está diciendo en el conjunto del mismo, pues ello es importantísimo para apoyar nuestra afirmación de la no existencia de personas “ungidas” en este momento de lo historia; y es que esos falsos “ungidos” actuales, que no son más que unos pobres diablos que no saben ni de lo que están hablando, para probarnos su supuesta condición de Hijos adoptivos de Dios y a la cual aseguran, puede acceder cualquiera que crea en el evangelio de Jesús y se “bautice” en su nombre (tan fácil como eso) usan el versículo 16, pero omiten los que le siguen y con lo que hacen, sencillamente, es que sacar a este de su contexto natural haciéndole decir aquello que ellos necesitan que diga. Pero dejando esto a parte, en primer lugar lo que deberíamos de preguntarnos es a qué “bautismo” en particular, se estaba refiriendo Jesús que daba a uno la “salvación” y que no podía ser de ninguna manera el bautismo en agua, pues este no era más que la manifestación pública del arrepentimiento de uno por sus pecados cometidos (Mar. 1:4.8). Y que no daba la “salvación”, pues mientras el bautismo en agua nos habla de una decisión personal del individuo de bautizarse o no, se nos dice que la “salvación” no depende de voluntad humana alguna, sino de Dios; y palabras que nos señalan dicha circunstancia, que por la sencillez de su exposición, transcribimos de la versión Traducción en lenguaje actual:

Pero eso no es todo. Aun cuando los dos hijos de Rebeca eran de nuestro antepasado Isaac, 11 Dios eligió sólo a uno de ellos para formar su pueblo. Antes de nacer, ninguno de los niños había hecho nada, ni bueno ni malo. Sin embargo, Dios le dijo a Rebeca que el mayor serviría al menor. 12 Con esto Dios demostró que él elige a quien él quiere, de acuerdo con su plan. Así que la elección de Dios no depende de lo que hagamos. 13 Como dice la Biblia: «Preferí a Jacob y no a Esaú”.” (Rom. 9:10-13).

Parece quedar claro entonces, que nada tiene que ver el bautizarse en agua y acto que depende de una mera decisión personal, sino de que Jehová lo elija a uno…… y es que de lo contrario y para entendernos, el que elegiría ser Hijo de Dios o no, sería uno mediante su decisión soberana de bautizarse en agua, o no y sin que Dios tuviera que ver en el asunto; por lo que queda claro que solo se nos podía estar hablando en ese pasaje de Mar. 16:16 del bautismo en espíritu santo y que solo Jesús podía impartir en un principio, según se entiende de Juan 1:33:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: ‘Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.”

Porque no podemos olvidar, por otra parte, que hablando con un “maestro de Israel” de nombre Nicodemo, Jesús afirmó que a menos que uno contara con el bautismo en agua y el bautismo en espíritu santo, le era imposible el acceder al gobierno del reino de Dios (Juan 3:3-5) y algo que nos pone ante dos bautismos distintos el uno del otro; y que eran bautismos totalmente diferentes, queda probado por el hecho de que aquellos que fueron bautizados en agua (y que se conocía como “el bautismo de Juan”) incluso por el propio Jesucristo por mano de sus apóstoles, no adquirieron la condición de Hijos de Dios que sí concedía el bautismo en espíritu santo y que además conllevaba, no solo la “salvación”, sino los grandes poderes que dicho bautismo permitía desarrollar y que nunca puedo darlos el bautismo en agua, como quedó fehacientemente probado a partir del Pentecostés de 33 E.C. en las personas de los apóstoles. Sin embargo, que dicho bautismo solo pudo ser impartido por Jesús después de su resurrección y posterior ascenso a los cielos, queda puesto de manifiesto por las palabras que este dirigió a sus apóstoles: “Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes:

No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo (luego aún no habían recibido dicho bautismo y todos ellos, hacía años que habían sido bautizados en agua) no muchos días después de esto”.” (Acotación nuestra).

Y circunstancia que confirmó el apóstol Pedro posteriormente, cuando dijo que puesto que Jesucristo después de su ascensión a los cielos “recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen” (Hech. 2:23) y en referencia directa a la demostración de poder efectuada por los apóstoles en ese mismo día; bautismo en espíritu santo, que solo pudo ser impartido a partir de ese momento por estos y por absolutamente nadie más. Por lo que queda claro, que no era el bautismo en agua el que otorgaba la condición de Hijo adoptivo de Dios (o “ungido”) y algo que sabemos, porque el inspirado registro histórico del libro de Hechos de los Apóstoles nos cuenta de un par de sucesos que ocurrieron tiempo después de la muerte de Jesús, que nos hablan en este sentido; veámoslos:

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados (en agua) en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Hech. 8:14-17). (Acotación nuestra).

Note por favor, que si bien esas personas habían sido bautizados en agua de forma correcta en su momento, no recibieron el reconocimiento como Hijos de Dios hasta bastante tiempo después, cuando fueron bautizadas en espíritu santo al serles impuestas las manos por los apóstoles…… previa oración de solicitud a Jehová para que Este les concediera dicho reconocimiento y lo que nos muestra una particularidad de dicho bautismo: que no dependía en ningún caso de la voluntad del apóstol que imponía las manos, el que uno recibiera dicha unción, sino que en última instancia era Dios el que determinaba si se derramaba o no, el ungimiento o reconocimiento de uno como Hijo de Dios y siendo por tanto el apóstol que imponía las manos, solo el “instrumento” usado por Jehová para tal fin; pero analicemos otro suceso parecido en que el protagonista fue Pablo y que se nos relata en Hech. 19:1-7:

En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso y halló a algunos discípulos 2 y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”. 3 Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan” (eso es, en agua). 4 Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo en símbolo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús”. 5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús. 6 Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. 7 En conjunto, eran unos doce varones.” (Acotación nuestra).

Note de nuevo, por favor, que aunque bautizados en agua por el propio Pablo y en el nombre de Jesucristo, o sea, ya bautizados correctamente y por un personaje tan significado, tampoco esas personas recibieron el espíritu santo que los declararía como Hijos de Dios, como consecuencia directa de su bautismo en agua, sino que esto ocurrió después de su bautismo en agua y solo cuando Pablo les impuso las manos…… eso es, cuando les administró el bautismo en espíritu santo. Y permítannos un pequeño inciso para aclarar (sino luego nos llueven “chuzos de punta” por todos lados), que no era el acto físico de imponer la manos lo que transmitía dicha condición de Hijos de Dios a uno y que en esencia no era más, que la escenografía del bautismo en espíritu, así como el bautismo en agua se escenificaba mediante la inmersión en agua del sujeto que se presentaba al mismo, sino la autoridad delegada por Jesucristo en sus apóstoles para poder llevar a cabo dicho bautismo y autoridad, que no tenía nadie más sobre la tierra.

Dicho lo cual y retomando el tema en donde lo dejamos, vemos que los dos relatos del libro de Hechos mencionados, no solo demuestran inequívocamente que el bautismo en agua no concedió en ningún caso la condición de Hijo adoptivo de Dios o “ungido”, sino que era el bautismo en espíritu santo el que otorgaba dicha condición, pero que solo podía ser impartido por los apóstoles…… por lo que con toda lógica y razón fundamental del porque ello era así, cuando despareció el último de ellos se acabó temporalmente la posibilidad de que aparecieran más “ungidos”, eso es, se acabó el tiempo determinado por Dios para dar dicha oportunidad al ser humano. Y que era así, que solo los apóstoles podían impartir dicho bautismo, queda probado en el caso anteriormente relatado de Hech. 8:14-17 y en el que intervinieron Pedro y Juan, pues siendo Felipe como era también un “ungido” o Hijo de Dios (pero no era apóstol) y que predicaba el evangelio también con grandes demostraciones sobrenaturales de poder (Hech. 8:6-8), si bien bautizó con agua a aquellos creyentes de Samaria, no pudo sin embargo impartirles el bautismo en espíritu santo, sino que nos dice el relato que tuvieron que subir los apóstoles desde Jerusalén hasta Samaria para poder efectuar dicho bautismo (y en aquél tiempo, no viajaban precisamente en el AVE). Lo que nos viene a decir, repetimos y como una importante derivada que refuerza nuestra afirmación de que a día de hoy no existen “ungidos” como tal, que con la muerte del último apóstol se acabó de poder impartir dicho bautismo en espíritu y con ello, la aparición sobre la tierra de más “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios desde ese momento en adelante…… y lo que significa que, actualmente, no pueden existir personas sobre la tierra que tengan dicha condición; y algo que se prueba incontestablemente, si continuamos con el análisis del pasaje de Marcos, en este caso de los versos 17-18:

Además, estas señales acompañarán a los que crean: mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes; y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.”

Y nosotros desde luego, no tenemos noticia de que esos supuestos “ungidos” actuales y que nos rodean por tierra, mar y aire, puedan llevar a cabo dichas “señales” poderosas y que Jesús sin embargo aseguró, acompañarían en su labor de divulgación del evangelio, a todos aquellos que creyeran…… luego, o nos están mintiendo como bellacos en lo de su condición de “ungidos” o resulta que no son “creyentes” en el evangelio de Cristo y lo cual vendría a ser lo mismo. Es cierto, no obstante, que esos “ungidos” actuales y ante su incapacidad para manifestar tales poderes sobrenaturales, nos salen con aquello de que teniendo como tenemos hoy las Escrituras, ya no son necesarias dichas señales para que uno crea; pero, en primer lugar y en ese pasaje transcrito, Jesús no dice que las señales serían necesarias para que la gente creyera, sino que lo que dice es que a todo aquél que creyera, él le concedería el poder de efectuar dichas obras poderosas y ajenas al común de los mortales…… luego eso de que la Biblia y por decirlo de alguna manera, sustituye a esas obras poderosas y fuera del alcance del común de los mortales, no es más que una “milonga” (engaño o “cuento chino” en español) que esos supuestos “ungidos” se han inventado y siendo lo único en lo que están de acuerdo, para justificar el hecho de que ellos son incapaces de curar un simple catarro. Lo cual no quita el hecho fundamental de que esas señales tenían un objetivo concreto, como era el identificar a aquellos que afirmaban hablar en nombre de Dios y circunstancia que de producirse hoy, nos evitaría el actual desconcierto al que nos enfrentamos aquellos que tenemos que decidir quiénes en realidad, son los verdaderos entre la marabunta de aquellos que con ferocidad, se disputan dicha condición de “ungidos” o enviados de Dios…… y que lo que decimos es cierto, queda probado en los versículos 19 y 20 y últimos del pasaje analizado de Mar. 16:15-20:

Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.”

¿Y de qué otra manera podía ser apoyada por Jesucristo dicha obra, sino por la manifestación de poderes sobrenaturales que se les permitía llevar a cabo en su nombre a esas personas y que claramente, las identificaba como enviados genuinos de Dios? Bien, hasta aquí nos hemos ocupado en presentar la primera prueba en el sentido de que esos “ungidos” actuales, no son más que unos farsantes e impostores y por lo tanto, esos “falsos maestros” de los que nos habla el apóstol Pedro en su segunda carta (cap. 2:1) y de los que nos dice que “introducirán calladamente sectas destructivas”…… y que es precisamente lo que hacen esos personajes actuales, pues con sus particulares y disparatadas enseñanzas atraen a personas en pos de sí y de ahí, el que tengamos en la actualidad tantísimas denominaciones religiosas afirmando tener la verdad y que cual sectas destructivas, apartan a la gente del conocimiento verdadero acerca de la voluntad divina. Y lo cual incluye por supuesto, a aquellos que van por libre, como el ejemplo mencionado al principio de este escrito, cuyos blogs también son seguidos por numerosos seguidores y a los que también aparta de la verdadera enseñanza escritural…… pero dicho lo cual, vayamos ahora a por la segunda prueba que nos muestra que no pueden existir a día de hoy verdaderos “ungidos” sobre la tierra y que encontramos en Rev. 6:9-11:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos, como ellos también lo habían sido.”

Luego de lo que se entiende de estas palabras, es que la obra de aquellos primeros cristianos que dieron su vida en el primer siglo “por causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener” y que no era otra, que la predicación de las “buenas nuevas” o evangelio que Jesús les encomendó predicar y con el objetivo de recoger a aquellos que con él tenían que reinar, fue interrumpida temporalmente. Pues dicha obra y que se llevó a cabo hasta la muerte de los apóstoles (por las razones ya expuestas), obviamente quedó pendiente de terminar, cuando se nos dice que han de aparecer un “resto” de coesclavos de aquellos primeros cristianos y hermanos de Jesucristo para completar un número determinado…… y “resto” que es prefigurado por los “dos testigos” de Rev.11:3-4 y que deberían de iniciar otra predicación distinta a la iniciada por Jesús, al final de los tiempos. Y predicación distinta, porque si en la iniciada por Jesús, el objetivo era encontrar a aquellos que con él tenían que gobernar en el reino de Dios y algo que reconocen todos los autores bíblicos, en la anunciada en Mat. 24:14 y a llevar a cabo por ese “resto ungido” aún par aparecer, lo que se buscará ya será a los súbditos de dicho reino; pero aclarado lo cual, veamos lo que leemos en esa porción mencionada del último libro de las Escrituras:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.”

Ahora bien ¿qué sacamos en claro de este pasaje? Pues en primer lugar, que dichos personajes tienen la comisión de “profetizar” o predicar algo por un corto espacio de tiempo y tarea que tiene que ver con la predicción anunciada por Jesús en Mat. 24:14, con el objetivo ya mencionado de ofertar al “personal” el ser súbdito del reino de Dios y ello para la parte final de los días, pues después de la misma se nos dice que viene “el fin”. El que se nos hable de solo “dos” individuos no tiene tanto que ver con el número real por aparecer, sino más bien con que en el simbolismo bíblico, la presencia de “dos testigos” se relaciona con la veracidad, rectitud y justicia en un juicio. Por ello es apropiado que en el mensaje de juicio que se va a publicar y que significará destrucción eterna para muchos, se implique la figura de “dos testigos” y lo cual nos lleva a una norma o ley de Jehová, dada a su pueblo:

Por boca de dos testigos o de tres testigos debe dársele muerte al que ha de morir. No se le dará muerte por boca de un solo testigo.” (Deut. 17:6).

Recordemos que Jesús, no solo mandó a predicar a sus discípulos de dos en dos, de acuerdo con esa máxima, sino que en un asunto que tenía que ver con un juicio, se la repitió a sus seguidores:

Pero si no escucha, toma contigo a uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto.” (Mat. 18:16).

Luego lo que se desprende de estos pasajes, es el sentido de seriedad y firmeza, aparte de veracidad en el asunto considerado, que debe rodear a todo tema de importancia como puede ser aquello que implica vida o muerte y como es en el caso que nos ocupa; porque lo que es evidente, es que sin ningún problema Jehová podría haber dicho perfectamente “mandaré a mis testigos”, sin que por ello se alterara la situación en cuanto al juicio divino y ya predeterminado por Este. Pero la justicia divina requería, como hemos visto, la presencia de cómo mínimo dos de ellos para establecer un asunto de juicio grave, porque “no se le dará muerte (al delincuente) por boca de un solo testigo” y de ahí que la expresión inspirada, explícitamente especifique la presencia de “dos testigos”. Entonces lo que se hace en Rev. 11:3-4 con dicha fórmula, es establecer un principio de legalidad y respeto a las justas normas de Jehová y a las que el propio Jesús se sujetó (Juan 5:31-37); porque si tuviéramos que circunscribirnos a la literalidad del número, nos encontramos con que refiriéndose al mismo suceso a producirse en un tiempo en el futuro, en Miq. 5:5 leemos lo siguiente:

Y este tiene que llegar a ser paz. En cuanto al asirio, cuando entre en nuestro país y cuando pise sobre nuestras torres de habitación, nosotros también tendremos que levantar contra él siete pastores, sí, ocho adalides de la humanidad.”

Por lo tanto, lo que habría de entenderse de esa trilogía de números (dos, siete y ocho), es que en todo caso, serán los suficientes para cumplir con el requisito divino mencionado y a su vez, el número necesario de ellos para llevar a cabo dicha comisión…… y que bien podrían ser literalmente dos, o siete u ocho (circunstancia que no entramos a debatir), pero en cualquier caso estaríamos hablando de una reducida cantidad de miembros y lo que se ha dado en llamar un “resto” de enviados por Jehová ; y “resto” comisionado por Este para llevar a cabo una tarea concreta, a la manera de los apóstoles y de aquellos que recibieron de estos la “unción” como Hijos de Dios, así como los poderes que la misma llevaba inherentes…… recordemos que cuando hemos leído de Rev. 11:3-4, hemos obviado señalar lo que se nos dice en los versos 5-6 y que nos hablan del tremendo poder del que serán revestidos esos personajes:

Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”

Entonces si ya hemos analizado en los anteriores versos 3-5, la labor que tienen que desempeñar esos “dos testigos”, así como el tiempo que durará la misma, o la razón del por qué se nos mencionan concretamente a “dos” personas, en estos dos versos que acabamos de considerar hemos leído del poder del que serán dotados para llevar a cabo su comisión y lo que nos lleva a plantearnos algunas preguntas, porque veamos: si Jehová siempre y según nos dan a entender esos supuestos “ungidos” actuales, ha tenido tanto Hijo Suyo suelto por ahí ¿por qué tiene que mandar Dios a los citados en Rev. 11:3, para llevar adelante una predicación que, además, ya afirman estar haciendo esos “ungidos” actuales, pues todos sin excepción se postulan como genuinos predicadores del reino de Dios? Por otra parte y si realmente han sido esos personajes adoptados como Hijos de Dios tal y como nos aseguran ¿por qué no pueden hacer las mismas obras sobrenaturales, que hicieron en su momento los Juan, Pablo, Felipe, Pedro y tantísimos otros, que consiguieron poner al mundo de aquél entonces patas arriba? ¿Es que acaso Jehová y del que se nos dice que no hace distinción de personas (Hech. 10:34), tiene hijos de primera división, de segunda y sí mucho nos apuran, hasta de categoría regional? Es más, si todos los miembros bautizados de la cristiandad a través de los siglos y según nos afirman esos flamantes “ungidos”, por su bautismo fueron (y son, según nos dicen) declarados Hijos de Dios ¿cómo es que las guerras más feroces que se han peleado en el mundo, han ocurrido o han sido promovidas dentro de ella? ¿Cómo es, que el mundo está en el caótico estado en que está, si Dios tiene una legión de Sus Hijos pululando por estos lares? Respuesta a dichas preguntas que nos lleva a una realidad perfectamente constatada, en el sentido de que dichos supuestos “ungidos” no son más que unos “fantasmas” y que con la desaparición del último de los apóstoles en el año 99 E.C., en este caso el apóstol Juan, se acabaron esa serie de personas y con ellas, los poderes sobrenaturales y como es lógico, la influencia benefactora de estos sobre la tierra y así hasta el día de hoy…… y este es, repetimos, un hecho incontestable.

Luego solo podemos concluir, atendiendo a la razón y al sentido común, que a día de hoy no existen sobre la tierra personas que puedan demostrar (afirmarlo ya es harina de otro costal, pues a la lengua se le hace decir lo que uno quiere y el papel lo aguanta todo) que poseen dicha “unción” divina, ni por lo que hacen ni siquiera por lo que dicen, pues sus “enseñanzas” no son más que auténticos disparates; y si como muestra basta un botón, aquí les mostramos el titular de un video recientemente publicado por uno de esos “ungidos”, bajo el disparatado título “Llamados por el evangelio para ser reyes gloriosos con Jesucristo”. Por lo que queda claro, que hay que dar por sentado que dichos personajes no son más que unos embusteros, así como unos farsantes redomados y por lo que tendrán que rendir cuentas a Jesucristo cuando este vuelva a la tierra, como queda claro en la advertencia que con casi 2.000 años de antelación, les dirigió a tan nefastos personajes:

Pero cualquiera que haga tropezar (por medio de sus “enseñanzas” mentirosas) a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6). (Acotación nuestra).

No obstante y siendo cierto que tan fraudulentos personajes recibirán en su momento la recompensa merecida, no serán los únicos que sean recompensados de forma tan drástica, sino que también habrán aquellos que por su negligencia o pereza por procurar entender la Escrituras por sí mismos y confiando en lo que otros les cuentan que dice la Biblia, recibirán su merecida retribución; pues según dijo el Hijo de Dios en cierta ocasión, cuando “un ciego guía a un ciego”, el “castañazo” suele ser inevitable:

Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.” (Mat. 15:14).

Obviamente, alguno de esos personajes nos podría decir que nosotros también publicamos en internet y que algún que otro seguidor tenemos, en un intento malévolo de meternos a todos en el mismo cesto…… y lo cual de ninguna manera es el caso: porque nosotros jamás nos hemos identificado como “ungidos”, por tanto guiados por el espíritu santo de la verdad (Juan 16:13) y con la autoridad que ello da, sino que siempre hemos afirmado que lo que en este blog se publica no es más que fruto del razonamiento lógico y del más elemental sentido común, de aquello que leemos en las Escrituras. Súmenle a ello, el hecho comprobable que en muchos de nuestros artículos y al final de los mismos, solemos añadir la coletilla de que la última responsabilidad ante Dios de lo que uno haga, recae sobre sí mismo como claramente se lee en Gal. 6:5, en el sentido de que “cada uno llevará su propia carga de responsabilidad”; y por ello, siempre hemos instado a nuestros lectores a que hagan uso de su ejemplar de la Biblia y comprueben por sí mismos, si lo que les decimos se ajusta a lo que en ella leen…… o no.

Pero lamentablemente y como decíamos al principio de este escrito, entre los miembros de la llamada cristiandad existe un general desprecio por las cosas de Dios y en todo caso a lo máximo que llegan y por aquello del “qué dirán”, es a asistir con cierta regularidad a cualquiera de las innumerables denominaciones religiosas existentes, escuchar el sermoncito de rigor y contribuir con el no menos importante óbolo o contribución económica para el sostén de la misma…… y hasta la semana próxima. Ya los menos, son aquellos que se interesan en la literatura religiosa y quedándose con aquellos autores que les dicen aquello que les hace sentir bien, como por ejemplo, que todos los cristianos reinaremos con Cristo…… y que ante el panorama que presenta dicha cristiandad, como “melonada” no está nada mal; luego ya estamos aquellos que, en verdadero peligro de extinción, no solo no nos contentamos con leer lo que otros nos dicen que cuentan las Escrituras, sino que nos deleitamos en leer la Palabra de nuestro Dios (Sal. 1:2) y al igual que aquellos habitantes de Berea que fueron calificados por las Escrituras como de más noble disposición (Hech. 17:11), porque “examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (dicho en “román paladín”, que no se fiaban un pelo...... ¡y se las decía Pablo y no unos “sacamantecas” como los que nos hablan hoy a nosotros!), nos ocupamos en nuestro estudio personal de la Biblia para comprobar si las cosas que se nos dicen, se ajustan a lo que ella dice o no. Y de ahí, eso es, de que seamos tan poquitos, que esos “falso maestros” que altaneramente se reconocen a sí mismos como “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, abunden como la mala hierba a nuestro alrededor.

Sin embargo, algo que nos dicen esos supuestos “ungidos” es que la Biblia es un libro difícil de entender y que solo las personas con suficientes conocimientos en teología, como ellos afirman poseer, pueden comprender su mensaje…… y lo cual es radicalmente falso; porque en primer lugar, la Biblia no fue escrita para “teólogos”, sino para gente humilde como pastores, pescadores, agricultores, carpinteros, etc., eso es, personas sin conocimientos superiores y menos en aquella época de la que estamos hablando. Y en segundo lugar, porque cuando uno se enfrente al juicio divino por venir y que está al caer, no será librado de la “gran tribulación” por lo mucho que sepa de las Escrituras, sino por el sincero esfuerzo que de todo corazón haya hecho para aprender de su Dios Jehová; y es que no todos hemos nacido en la calle mayor y hemos podido tener la misma formación que otros, o no todos tenemos la misma aptitud intelectual para aprender cosas…… pero algo que nuestro bondadoso Dios sabe perfectamente y por eso no nos exige más que aquello que podemos hacer. Y circunstancia que queda perfectamente reflejada en una parábola que Jesús enseñó a sus discípulos y que por extensión también nos afecta a todos nosotros, conocida como la “Parábola de los talentos” y que encontramos en Mat. 25:14-18:

Porque es justamente como un hombre que, estando para emprender un viaje al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les encargó sus bienes. 15 Y a uno dio cinco talentos; a otro, dos; y a otro, uno, a cada uno según su propia habilidad; y se fue al extranjero. 16 Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. 17 Así mismo, el que recibió los dos ganó otros dos. 18 Pero el que recibió solamente uno se fue y cavó en la tierra y escondió el dinero en plata de su amo.”

Entonces la tarea encomendada a cada uno tenía que ver con la capacidad personal de este uno y no más allá; sin embargo, vemos que mientras los dos primeros rindieron conforme a su capacidad, luego con aquello que se esperaba de ellos, el tercero de ellos enterró la moneda y se olvidó del asunto hasta el momento en que le fuera demandada, eso es, no rindió lo que se esperaba de él. Cuando el amo de esos esclavos volvió, pasó cuentas y retribuyó a cada uno según su esfuerzo, el indolente esclavo que no se ocupó de la tarea encomendada por su amo, se encontró con que este dijo lo siguiente sobre él:

Por tanto, quítenle el talento y dénselo al que tiene los diez talentos. 29 Porque a todo el que tiene, más se le dará y tendrá en abundancia; pero en cuanto al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. 30 Y al esclavo que no sirve para nada, échenlo a la oscuridad de afuera. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes.”

Luego con la idea que tenemos que quedarnos, es que no vale con creernos lo que esos supuestos “elegidos” de Dios nos cuentan que dice la Biblia, sino que lo que hay que hacer es investigar por nuestra propia cuenta y esforzarnos sinceramente por aprender aquello que nos quiere comunicar Dios mediante Su Palabra; porque si usted se esfuerza y pone sincero empeño en la labor, no solo aprenderá al grado que su capacidad le permita, como ocurre con todo hijo de vecino, sino que eso es lo que se tomará en cuenta en la decisión final que sobre usted tome el Altísimo, en el momento del juicio…... y que como hemos dicho, está al caer.

MABEL

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Las “sacerdotisas” del reino de Dios y Juan 5:28-29…… o el 2+2=5.


O como un disparate y al igual que cerezas en un cesto, inevitablemente va seguido de otro y sobre todo en algo tan sensible como puede ser el texto sagrado, que siendo como es un todo armonioso, en cuanto violentas en lo más mínimo una de sus enseñanzas repercute inmediatamente en todas las demás. La cosa ya pasa a mayores, cuando siendo el caso que la incorrecta interpretación de un solo pasaje de las Escrituras, altera significativamente una determinada enseñanza bíblica, el “teólogo” en cuestión al ver que su particular punto de vista sobre la misma ya no le cuadra con la siguiente, lejos de rectificar su personal entendimiento de aquella, lo que intenta es cambiar el sentido de la susodicha siguiente enseñanza, para que esta se ajuste a su subjetiva manera de enfocar las cosas; y con lo que de seguir así, lo que al final nos encontramos, es con una Biblia paralela. Y un ejemplo sencillo de lo que pretendemos decirles, le tendríamos en aquel matemático al que la suma de 2+2 le salen 5 y que en lugar de reconsiderar su postura, pues las leyes de la matemática dicen que 2+2 solo pueden resultar 4, lo que intenta es cambiar dicha ley mediante cualquier subterfugio para que esta diga que 2+2=5…… y salirse de esta manera con la suya; y eso es lo que hacen esos “genios” de la teología que nos rodean por tierra, mar y aire y que queda perfectamente plasmado en las consecuencias producidas a causa de la desafortunada interpretación de un texto perdido entre los muchos de los que conforman las Escrituras y del que muchos llamados “cristianos” no siquiera saben de su existencia; pero esperpéntica interpretación que nos lleva a encontrarnos ante el monumental disparate de que las mujeres también gobernarán en el reino de Dios, en calidad de “inmortales reinas y sacerdotisas” al lado de Cristo: nos referimos al texto de Rev. 20:5 y en el que leemos lo siguiente:

Los demás de los muertos no llegaron a vivir sino hasta que se terminaron los mil años. Esta es la primera resurrección.” (Rev. 20:4-6).

Palabras que analizamos con detalle en nuestro artículo del 19/08/10, titulado “El incomprendido pasaje de Rev. 20:5” y que los “teólogos” actuales ponen en directa relación con lo que leemos en Juan 5:28-29 y con lo que ya tenemos el “sarao” montado; pero veamos que nos dice ese pasaje de Juan:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”

Entonces blanco y en botella para esos “genios” de la interpretación bíblica: la primera de esas dos resurrecciones de la que nos habla Juan para los “justos”, es la mencionada en Rev. 20:6 y que lleva al personal a reinar con Cristo…… y la segunda para los “injustos”, ocurre al final de esos mil años (aquí es en donde entra Rev. 20:5), para juicio o destrucción eterna de los tales y con lo que ya empieza a asomar ante nosotros la ecuación del 2+2=5. Porque para que la mujer no sea destruida en esta segunda resurrección, hay que montarse la “película” de que si puede esta ejercer de “reina” y “sacerdotisa” con Cristo en el reino de Dios y así, ya la tenemos colocada en la primera de dichas resurrecciones y problema resuelto; pero claro, resulta que según las Escrituras la ecuación lógica es la de 2+2=4, pues estas nos dicen que la mujer no puede acceder de ninguna manera a un puesto en el gobierno del reino de Dios…… entonces, ¿qué hacer? Porque si ello es tal como nosotros afirmamos, dicha circunstancia elimina a la mujer de poder participar de dicha primera resurrección para “vida” y lo que la coloca, irremediablemente y aquí está el quid de la cuestión, en la segunda de esas dos resurrecciones de Juan 5:28-29 y en calidad de persona “injusta”, por lo que debe ser destruida eternamente…… y con toda franqueza: colocar a Sara, Rebeca, Rut, Raquel, Lea, Noemí y tantísimas otras mujeres fieles a Jehová y que vivieron en tiempos precristianos, o las que vivieron en tiempos posteriores como María (la madre de Jesús), Elizabeth, Marta y María (las hermanas de Lázaro), María Magdalena, Ana “la profetisa”, Lidia, Loida, Eunice y a todas aquellas que se bautizaron posteriormente en el nombre de Jesús (Hech. 8:12), en una segunda resurrección para destrucción eterna, no nos negarán que resulta un “pelín” fuerte.

Por lo que, entre reconsiderar la postura adoptada sobre dichas dos resurrecciones citadas por Juan o tratar de minimizar el desaguisado creado por tan absurda formulación, esos “artistas” de la interpretación bíblica optan por lo segundo y que en este caso sería el buscar métodos alternativos, mediante “retocar” las distintas enseñanzas afectadas, aunque ello signifique el retorcer textos o sacarlos de sus contextos naturales para conseguir el fin perseguido: que las Escrituras se ajusten a su particular forma de entenderlas y lo que pasa por decir que la mujeres sí gobernarán en el reino milenario al lado de Jesucristo, en calidad de inmortales “reinas” y “sacerdotisas” y lo que ya sí les permite a estas, el pasar por la “primera” resurrección para salvación. Claro, ello lleva a esos “genios” de la ciencia teológica y como ya les hemos señalado, a las más disparatadas afirmaciones para defender su insostenible postura; y como muestra de lo que estamos diciendo, veamos lo que respondía uno de esos “entendidos” a la objeción presentada por este blog, en el sentido de que las mujeres no pueden reinar en el reino de Dios. Ese autor y para defender su postura, claramente inclinada a favor de que las mujeres sí pueden ejercer de “reinas” y “sacerdotisas” en el reino de Dios, respondía a nuestro artículo del pasado día 11 del corriente mes de Septiembre y en el que mostrábamos las razones bíblicas del porqué esa afirmación es una auténtica salvajada, diciéndonos y para empezar su tarea de mostrar que 2+2=5, que si bien en Rev. 14:4 y hablando de los 144.000, se nos dice de estos que “no se contaminaron con mujeres, de hecho son vírgenes”, lo que solo puede significar (siempre según el autor señalado), que estaríamos hablando de varones, nada sin embargo tiene que ver este pasaje con el de Rev. 20:6, en el que leemos lo siguiente:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Luego en su empeño de que 2+2=5, dicho autor pone el énfasis en la expresión “cualquiera” y afirmando con ello, que lo que hay de entender de dicha palabra es que tanto hombres como mujeres pueden participar de dicha “primera” resurrección; pero claro, para ello sería necesario que realmente las personas que participan de esta no fueran parte de esos 144.000 varones de los que se nos habla Rev. 7:4 y 14:1 y que es precisamente lo que afirma dicho autor…… amparándose, eso sí, en el hecho de que en ninguna de esas dos citas se usa explícitamente la palabra “reinarán” y que sí se usa en cambio, en Rev. 20:6. Como ustedes pueden ver, queridos amigos que nos leen, una “magistral” lección de los fundamentos teológicos que adornan a ese “genio” de la interpretación bíblica; porque veamos lo que a Juan le fue mostrado en visión, en esa porción escritural que comprende el pasaje de Rev. 14:1…… y no perdiendo de vista, que la Revelación fue dada “para mostrar a sus esclavos, las cosas que tienen que suceder” y en ese momento, en un futuro aún muy distante:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero (Jesucristo) de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.” (Acotación nuestra).

 Luego puesto que la visión, obviamente, tenía el propósito de transmitir un mensaje o información, la pregunta pertinente sería ¿qué tipo de información era, la que se le quería transmitir al bueno de Juan en esa visión?...... y respuesta que encontramos en el Sal. 2:4-6:

El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos. 5 En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña.”

Entonces lo que se le estaba mostrando a Juan en ese momento y en formato de visión, era el cumplimiento por adelantado de esas proféticas palabras dichas por boca del propio Jehová, eso es, a Jesucristo ya ejerciendo en su posición de encumbrado rey sobre el monte Sión…… siendo esto así y algo de lo que no queda ninguna duda ¿quiénes son entonces, esos 144.000 que se encuentran a su lado en ese preciso momento? ¡Exactamente, querido amigo, dio usted en el clavo! Porque esos 144.000 personajes que en ese momento flanquean a Jesucristo, solo pueden ser aquellos que le acompañan en su tarea de reinar y por lo tanto, aquellos que inexcusablemente participan de la “primera” resurrección de Rev. 20:6, pues esta es la vía por la que se accede a la inmortalidad y al derecho a reinar con Cristo y de los que se nos dice, que “serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años”. Luego es una falacia, propia de un total indocumentado, primero, el negar la relación entre Rev. 14:1-4 y 20:6 y segundo, el afirmar que no se dice explícitamente de esos 144.000 de Rev.14:1, que “reinarán” con Cristo en el reino de Dios. Pero es que dicho “estudioso” nos dice algo más, en su intento de cuadrar el círculo, eso es, que 2+2=5…… y es que nos afirma que esas restricciones impuestas a la mujer en tiempos pre-cristianos, formaban parte de la antigua “dispensación”, pero que con la muerte de Cristo se entró en una nueva “dispensación” y por tanto, abolida dicha restricción; y pasando con ello las mujeres, a tener ya los mismos derechos y oportunidades que los hombres, lo que les permite ya el poder ejercer de “reinas y sacerdotisas” en el gobierno milenario y con ello lo más importante (y que es de lo que se trata), el poder colocarse en una “salvadora” primera resurrección.

Porque no pierdan de vista, queridos amigos que nos leen, que el interés de esos “entendidos” en las Escrituras y en el tema que estamos analizando, no es tanto el que las mujeres gobiernen en calidad de inmortales “reinas y sacerdotisas” en el reino de Dios y lo cual les importa exactamente un pimiento, con tal que ellos sí puedan estar ahí (pues esta es su esperpéntica esperanza y en un claro desconocimiento del propósito de Dios), sino el poder colocarlas en la “primera” resurrección y no en la “segunda” para destrucción eterna, salvando con ello su disparatada interpretación de las “dos” resurrecciones de Juan 5:28-29; en donde y dicho sea de paso, se nos habla de una sola resurrección, con dos distintas retribuciones, siempre dependiendo estas de la personal actitud de cada uno a partir del momento en que sea resucitado y de lo que hablaremos más adelante. Es por eso que formulan esos disparatados argumentos que estamos analizando para “probar” que las mujeres sí pueden “reinar” y ejercer de “sacerdotisas” en el milenio, pues de lo contrario y en función de su disparatado planteamiento de Juan 5:28-29, obviamente las tienen que meter en la “segunda” de dichas resurrecciones y lo que las lleva directas a la destrucción eterna; y como en su orgullo y altanería no se quieren “bajar del burro” reconociendo su error, ahí están enrocados en ese 2+2=5 y que es el meter a las mujeres a gobernar en el milenio al lado de Cristo, como inmortales “reinas y sacerdotisas” y soltándonos, entre otras disparatadas afirmaciones, el “rollo” de las mencionadas dispensaciones y afirmando que en la actual, ya no existe restricción alguna sobre nuestra congéneres femeninas…… solo que cuando uno lee las palabras de Pablo y que fueron dichas ya muy adentrados en dicha nueva “dispensación”, dirigidas a establecer el rol de la mujer dentro del organigrama de la congregación cristiana, como que no suena muy creíble la afirmación del autor al que nos referimos:

Que la mujer aprenda en silencio, con plena sumisión. 12 No permito que la mujer enseñe, ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que esté en silencio.” (1 Tim. 2:11-12).

Por lo que mucho nos tememos que el punto de vista de Pablo (en última instancia de Jehová), distaba mucho del que tiene el autor en cuestión y todas sus chorradas de las distintas dispensaciones; porque en esa supuesta “nueva” dispensación, el varón continuaba siendo el varón y llevando la delantera en la adoración al Dios verdadero y la mujer continuaba siendo la mujer, que seguía sujeta al varón, tanto en el ámbito de las relaciones de pareja, como en el ámbito de las relaciones dentro de la congregación cristiana…… y no olvidemos, que dichas palabras fueron dichas casi treinta años después de la muerte de Jesús y en un momento de máximo esplendor de la congregación cristiana. Por lo que vemos, que la condición de sujeción de la mujer al varón, entre los adoradores de Dios, no había cambiado en absoluto con respecto de los tiempos precristianos o “antigua” dispensación; sin embargo, permítannos un inciso que creemos necesario para hacer una puntualización y dejar las cosas en su justa posición: cuando hablamos de la autoridad del hombre sobre la mujer, en primer lugar señalar que no estamos hablando de “autoritarismo” y que es algo muy distinto…… y en segundo lugar, que ello siempre depende de la relación existente entre ambos. Y es que una mujer que va por la calle, no está sujeta a la autoridad del primer varón que pase por su lado y que le pueda decir en un momento determinado, haz esto o lo otro o lo de más allá y ella tenga que obedecerlo…… nada de eso, por lo que tranquilamente lo puede mandar a hacer puñetas y encima, llamar al policía más próximo, pues no es de eso de lo que nos habla Jehová. Y es que la autoridad del hombre sobre la mujer, solo se activa y por decirlo de alguna manera, en cuanto esta entra en relación con el hombre, bien sea por medio de una relación afectiva, o por medio de un ámbito común como puede ser una reunión de creyentes cuyo objetivo sea la adoración verdadera. Es en esos ámbitos, en los que se ponen en marcha las disposiciones divinas acerca de la relación entre ambos sexos; dicho lo cual, volvamos a lo que íbamos y veamos como en un esfuerzo digno de mejor causa, ese autor (por supuesto, tomado como ejemplo de los que así piensan) añadiendo al 2+2=5, nos retrotrae ahora a los tiempos de Adán y Eva y en donde según extraña afirmación de ese caballero, no existía dicha posición de autoridad del hombre sobre la mujer…… algo que nos intenta probar, en una nueva demostración de su “capacidad” teológica, con el pasaje de Gén. 1:26-28:

Y Dios pasó a decir: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza, y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra”. 27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. 28 Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.”

Y dado que estas instrucciones están formuladas en plural, dicho “genio” de la teología ya interpreta de ellas que, ambos, hombre y mujer, tenían el mismo rol ante Dios pues a ambos y en virtud de esas palabras, se les dio la misma responsabilidad de dominar sobre la creación o “señorear” sobre ella…… y siendo que solo por causa del pecado, se pasó a la dominación del hombre sobre la mujer. ¡Claro! cuando uno razona con un mínimo de lógica y sentido común, lo primero que se le ocurre preguntarse es qué ver tendrá, con que ambos dominaran sobre una creación inferior, con el que existiera determinada primacía del varón sobre la mujer en el arreglo divino, o dicho de otra manera, que la mujer pudiera imponer su voluntad sobre un león o cualquier animal salvaje y sin embargo, estar ella bajo la sujeción del varón, pues este es el lugar en que Jehová la había colocado. Un ejemplo de lo que queremos señalar, lo encontramos en Efe. 6:1 en dónde el consejo de Pablo a los hijos, era que estos fueran “obedientes a sus padres (también en plural) en unión con el Señor, porque esto es justo”, lo cual no significaba en absoluto y como ha quedado perfectamente claro, que hombre y mujer tuvieran el mismo rol dentro del matrimonio, sino que como hemos visto en lo dicho hasta el momento, la mujer estaba en sujeción al marido y por lo que habría de considerarse esa “autoridad” de la madre sobre el hijo como “relativa”, eso es, como una “extensión” de la autoridad del padre y no que emanara de la mujer a título individual. De hecho y según el apóstol Pablo, el arreglo teocrático era de que “la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios” (1 Cor. 11:3)…… y todos entendemos perfectamente, la distancia que hay del hombre respecto a su cabeza Jesucristo, así como la de este con respecto a su cabeza Jehová Dios; por lo tanto ¿cuál se supone que debería ser en dicho organigrama divino, la distancia de la mujer, con respecto de su cabeza, el varón? Recordemos que lo que dijo Jehová con relación de la creación de la mujer, fue lo siguiente:

Y Jehová Dios pasó a decir: “No es bueno que el hombre continúe solo. Voy a hacerle una ayudante, como complemento de él”.” (Gén. 2:18).

Por lo que habría que entender, que la fémina no era más que el complemento del varón, porque probablemente lo que Jehová vio que el hombre Adán echaba en falta para sí y a diferencia de la creación animal a la que estaba poniendo nombre y como parece indicar el verso 20 del capítulo citado de Génesis “pero para el hombre no se halló ayudante como complemento de él”, era que no tenía pareja correspondiente que le complementara y con la que poder aparejarse y producir descendencia. De ahí que Pablo, remontándose también al principio de la creación y en clara discrepancia con lo que nos dice dicho autor (y algo más que ese señor, sabría Pablo), afirmara lo siguiente y que demuestra la veracidad de nuestra argumentación:

Porque el varón no debe tener cubierta la cabeza, puesto que es la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del varón (obviamente, bastante menos). 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; 9 y, más aún, el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por eso la mujer debe tener una señal de autoridad sobre la cabeza (eso es, en reconocimiento de la autoridad dada por Dios al varón, sobre ella), debido a los ángeles.” (1 Cor. 11:7-10). (Acotaciones nuestras).

No obstante, la cosa se va complicando, pues en ese empeño de que las mujeres han de ocupar esa posición de privilegio en el reino de Dios y para salvar el escollo de las dos resurrecciones de Juan 5:28-29, ese autor y para añadir fuerza a su argumentación, afirma que si bien esa escala jerárquica mencionada por Pablo en 1 Cor. 11:3 es correcta en la actual situación del hombre y con el fin de evitar la anarquía en las relaciones humanas, ya no sucederá así en los dominios del reino de Dios, en donde ya no existirá el matrimonio, ni la procreación entre aquellos que participen de esa “primera” resurrección; así como tampoco, entre aquellos que pasen con vida a dicho reino de Dios y en donde la esposa de uno ya no será su esposa, ni sus hijos serán sus hijos, sino que todos ellos pasarán a convertirse en sus hermanos y por lo que dejará de existir esa posición jerárquica del hombre sobre la mujer, al desaparecer la institución del matrimonio. Porque según ese “genio” de la teología del que estamos citando, todos esos personajes pasan a reinar con Cristo y serán como los ángeles en el cielo, que ni se casan ni se reproducen…… pero claro, en primer lugar, dicho planteamiento ya se topa con el primer escollo y que nos muestra la supina ignorancia del “intelecto” que lo presenta, dado que según se lee de Rev. 20:6, solo aquellos que participan de esa “primera” resurrección, son lo que reinarán con Cristo y no así, aquellos que como nos acaba de señalar el “genio” en cuestión, pasan con vida al reino de Dios (Rev. 7:13-17); “pequeño” detalle que les impide participar de dicha “primera” resurrección (pues si no han muerto, difícilmente pueden resucitar) y con ello, alejados de toda posibilidad de alcanzar el título de rey y sacerdote al lado de Cristo. No obstante y ya en segundo lugar, ese autor nos ha afirmado que en el reino de Dios no existirán ni el matrimonio ni la procreación, cuando lo que leemos en Hech. 3:20-21 es lo siguiente:

“…… y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.”

Luego si las cosas han de ser “restauradas”, ello significa que tienen que ser devueltas a su estado original, eso es, al mismo estado en el que se encontraban en tiempos de Adán y Eva antes del pecado…… ¿y cuál fue la comisión que Jehová les dio a estos? Veámosla:

Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó. 28 Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla; y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra”.” (Gén. 1:27-28).

Entonces ¿cómo que no existirá en el reino de Dios el matrimonio y la lógica consecuencia del mismo, que es la reproducción para perpetuar la especie, siendo como era esta la razón fundamental de dicha institución? Por lo que resulta, que de nuevo nos encontramos con otra enseñanza afectada por la idiocia de ese “personajillo” que no teniendo ni idea de lo que habla, va diciendo las cosas según se le van ocurriendo para defender un esperpéntico planteamiento, como resulta ser el de las “dos” resurrecciones de Juan 5:28-29, con una primera (como ya hemos señalado) para salvación de los “justos” y una segunda al término de los mil años, para juicio de los “injustos” y posterior destrucción eterna de ellos. Con lo que es del todo punto necesario, que las mujeres puedan reinar con Cristo, ya que ello las coloca en la primera resurrección, pues de lo contrario su destino final es la destrucción eterna al término del milenio y lo cual no tendría ni pies ni cabeza…… y esta es toda la esperpéntica historia que se montan esos ignorantes patológicos, acerca de las mujeres como “reinas y sacerdotisas” en el reino de Dios, eso es, el 2+2=5 de esos “entendidos” en las Escrituras

Sin embargo, querido amigo que nos lee, cierre los ojos solo por un momento y piense en una “primera” resurrección (Rev. 20:6) en la que participan solo aquellos 144.000 “comprados de entre la humanidad, como primicias para Dios y para el Cordero” (Rev. 14:1.4) como gobernantes en el reino de Dios y en una “segunda” (Juan 2:28-29), a ocurrir durante el milenio en la cual se levantarán (como súbditos del mismo) todas aquellas personas fallecidas desde los inicios de la historia de la humanidad, hasta el momento actual y que se hallen en el recuerdo de Jehová, entre ellas a aquellos seres amados a los que la muerte apartó de nuestro lado, para ser restauradas a las mismas condiciones de perfección de las que gozaron nuestros primeros padres Adán y Eva y al igual que ellos en su momento, poder iniciar una nueva vida de paz y felicidad y en la que la muerte no existirá, pues “el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos” (Rev. 7:17). Ya al final del milenio y lejos de hablársenos de una resurrección (otro error de bulto de esos “enteraos”), de lo que se nos habla es de que Satanás será soltado de sus encarcelamiento y saldrá “a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra” (Rev. 20:7-10), tal como en su momento “extravió” a Adán y Eva; y siendo que los que superen dicha prueba y como dice Juan, su resurrección habrá resultado “para vida”, mientras que en el caso de aquellos que no lo consigan, su resurrección habrá resultado ser, una para “juicio” o destrucción eterna.

Y ahora, querido amigo que nos lee, díganos si esa sencilla explicación que le acabamos de dar, precisa para ser creída, de los disparatados enredos que se nos han contado y que pueden encontrar en el siguiente link http://www.youtube.com/watch?v=HO0siSV2Bpo y en un burdo intento de hacernos tragar tan esperpéntico planteamiento de la mujeres como “reinas” y “sacerdotisas” en el reino de Dios…… y es que en definitiva, la ecuación bíblica continúa siendo la del 2+2=4.

 MABEL

domingo, 15 de septiembre de 2013

Los “antepasados” de Jesús…… y el Sal. 45:16.


Una creencia muy extendida entre ciertos personajillos que se las dan de “entendidos” en teología, así como el “no va más” en la técnica de la interpretación bíblica, es aquella que tiene que ver con la afirmación de que los llamados “notables del AT”, eso es, todos aquellos personajes de los que se nos habla en el AT y que en algún momento tuvieron que ver con Dios, empezando por Set, pasando por Abraham y acabando por el último de los profetas de Dios, Malaquías, todos sin excepción, han sido llamados a reinar con Jesucristo en el reino de Dios, junto con todos aquellos bautizados en nombre de Cristo a lo largo de toda la era cristiana; y “enseñanza” que rompe con todos los esquemas del propósito divino contenidos en la Biblia, por lo que a partir de la cual se tienen que reformular o “retocar” otras enseñanzas bíblicas, pues dicho planteamiento tiene difícil encaje con el un todo armonioso que es el registro sagrado. Y es que al igual como ocurre en un cesto de cerezas, que tiras de una y te salen una docena enganchadas por sus “rabitos”, así sucede cuando se altera una enseñanza bíblica, porque ello repercute directamente y sin remisión, en las restantes.

Sin embargo y como es característico en este blog (para eso lo montamos), cuando no estamos de acuerdo con determinado planteamiento bíblico, pues nos “huele” a falsa enseñanza, nos movemos inmediatamente para intentar probar lo falso del mismo y siempre con la finalidad de que las personas que sinceramente quieren aprender de Dios (usted, querido y desconocido amigo (o amiga), es una de ellas, pues de lo contrario no estaría leyendo estas palabras), no se vean entrampadas por las malas artes de tanto “falso maestro” como anda suelto por ahí (2 Ped. 2:1) y proponiendo para ello, como no podría ser de otra manera, soluciones alternativas a la “enseñanza” que estemos analizando. Y “falsos maestros” que se distinguen por tener todos el mismo común denominador, eso es, el creerse “elegidos” por Dios para reinar en el milenio, o lo que es lo mismo, que han sido reconocidos por Este como sus Hijos adoptivos, por tanto hermanos de Jesucristo y en consecuencia, herederos con este del reino de Dios, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes de Dios…… y como no, la mayoría de ellos afirman tener “grandes” conocimientos en Teología. Entonces y para desmontar dicha falsa “enseñanza”, nos vamos a apoyar en principio sobre un texto muy sencillo, pero letal para dicho fraudulento planteamiento y del que huyen como “alma que lleva el diablo” aquellos que enseñan dicha doctrina, eso es, la de que todos los “notables del AT” reinarán con Cristo en el milenio…… y pasaje que no es otro, que el Sal. 45:16 en donde leemos como sigue:

En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones), llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).

Y es que detrás de tan sencillas y parcas palabras, cuando uno las razona y las va desarrollando desde la lógica y el sentido común, se da cuenta que se esconden fuertes argumentos que se convierten en un arma determinante para desmontar el citado planteamiento o enseñanza, aunque los que la sostienen afirmen que dicho salmo no tienen la mayor relevancia y por lo que en poco o nada, afecta el mismo a la idea que ellos proponen; por lo que vamos a ver, si eso resulta ser así…… o no. De entrada, hay que tener en cuenta que esas proféticas palabras fueron escritas hará unos 3.500 años atrás, aplican directamente al tiempo en que Jesucristo toma las riendas del reino de Dios aquí en la tierra, momento en donde según dicho salmo ocurrirá lo siguiente: esos “antepasados” o “padres” de Jesús, van a sufrir un cambio radical en su relación de parentesco con este, pues de la condición de “padres” o “antepasados” suyos, pasan a adquirir la condición de “hijos” con respecto de él y en función de lo que se conoce como el “derecho de recompra” (Lev. 25:47-49); y es que Jesús y en virtud de su sangre derramada, rescató o “recompró” a la entera humanidad de las garras del pecado y la muerte y por lo que pasamos todos y no solo esos “antepasados” de Jesús, a tenerle por “Padre Eterno” (Isa. 9:6)…… excepción hecha de aquellos que Jehová ha reclamado para Sí y que en Rev. 7:4 y 14:1, se nos cuantifican en 144.000 miembros de dicha humanidad. En todo caso, pertenencia de esos “antepasados” ahora ya como “hijos” de Jesucristo, que queda clara en la primera parte de dicho pasaje, pues en ella hemos leído que “en lugar” (o sustituyendo) de los “antepasados” o “padres” de Jesucristo, llegarán a haber sus “hijos” y dando lugar con ello, como ya hemos dicho, a una nueva relación de parentesco.

Claro, cuando uno empieza a madurar, a entender y sobre todo, a aceptar dicha idea, pues la inmensa mayoría de cristianos actuales creen tener por Padre a Jehová Dios, con lo primero que se encuentra es con que si dichos personajes adquieren el rol de “hijos” que no de “hermanos” de Jesucristo, resulta y partiendo de la lógica más elemental, que los tales no pueden ser de ninguna manera Hijos del Altísimo y por lo que, en consecuencia, no pueden heredar con Cristo el reino de Dios. Pero es que además y mirándolo desde otro ángulo, al describirnos la Biblia a esos personajes como los “antepasados” o los “padres” de Jesús, razonablemente y desde el más elemental sentido común, ya se entiende que de ninguna manera pueden ser “hermanos” de este, a menos que se violenten descaradamente las leyes de la naturaleza, las de la genealogía y sí mucho nos apuran, hasta las del más elemental sentido de la razón: porque si dichos personajes vivieron antes de aparecer Jesús y eso es lo que significa el ser un “antepasado” o “padre” de… obviamente un mínimo ejercicio de lógica nos dice de dichos personajes, que pueden ser cualquier cosa menos “hermanos” de Jesús y lo que significa por extensión, como acabamos de señalar, que no pueden ser Hijos de Dios. Luego como primera providencia de lo considerado hasta el momento, queda claro que esos “antepasados” de Jesús a los que esos autores de los que estamos hablando hacen mención, como los Abraham, David, Moisés, Jeremías y tantísimos otros como nos meten en el mismo “saco”, no pueden tener como absurdamente se nos afirma y extremo que avala el salmo objeto de análisis, la condición de Hijos de Dios y por lo que de heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes…… pues eso ¡lo que nosotros les digamos!

Porque en directa armonía con el registro escritural y como de todos es conocido, no pueden heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes, aquellos que no sean Hijos de Dios y que por extensión, tampoco son “hermanos” de Jesucristo…… y eso es precisamente, lo que nos dice el Sal. 45:16: que dichos “antepasados” no son hermanos de Jesucristo. Pero es que en este pasaje se nos da otro detalle que confirma nuestro planteamiento (y algo que ya hemos explicado en algunos de nuestros anteriores artículos), porque veamos: esos “entendidos” de los que hablamos, nos dicen que esos “antepasados” o “padres” de Jesús, junto a sus descendientes hasta llagar a nuestros días y como un todo, conforman lo que actualmente se conoce como la “iglesia” o “cuerpo de Cristo”; pero notemos, sin embargo, que la segunda parte de ese Sal. 45:16 y de la que esos “genios” de la interpretación bíblica actuales no quieren ni oír hablar de ella, nos dice de esos “antepasados” de Jesucristo, que cuando se levanten en la resurrección, serán “nombrados” por este “príncipes sobre toda la tierra”…… cuando todos sabemos, por lo menos las personas medianamente formadas en las Escrituras, que según Rev. 20:6 todos aquellos que conforman el “cuerpo de Cristo” y que son los que reinarán con este en el milenio, cuando se levantan en la “primera” resurrección ya lo hacen con la condición inherente de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que no precisan de nombramiento alguno. Entonces y según se deduce de lo analizado hasta el momento, si los miembros de la “iglesia” o “cuerpo de Cristo” ya se levantan en la “primera” resurrección como inmortales reyes y sacerdotes ¿por qué necesitan ser nombrados “príncipes” sobre la tierra, siendo como es este rango totalmente inferior al de rey y que es con el que ya resucitan?

Por tanto y en una lógica conclusión de lo considerado, si esos “antepasados” de Jesús de los que nos habla el Sal. 45:16, al resucitar precisan de ser nombrados algo (lo que sea), sencillamente es porque no han participado de esa “primera” resurrección y de la que como les hemos indicado, ya se sale con la condición de inmortal rey y sacerdote…… circunstancia que nos lleva a la siguiente derivada: si no han participado de esa “primera resurrección” (lo cual es obvio, pues precisan de ser nombrados “algo” por “alguien”) y dado que según la “sagaz” interpretación que del pasaje de Juan 5:28-29 nos hacen esos autores bíblicos de los que estamos hablando, acerca de “dos” supuestas resurrecciones, una “primera” al inicio del milenio para aquellos que tienen que reinar con Cristo y una “segunda” al final de los mil años, para “juicio” o destrucción eterna de los que participan de ella…… ¿de dónde, cuándo y cómo, aparecen entonces en escena esos “antepasados” de Jesucristo? Porque claro, si como ha quedado perfectamente constatado, no han participado de esa “primera” resurrección, pero que lejos de ser “guardados” en sus tumbas respectivas hasta la conclusión de los mil años para levantarse en la “segunda”, para su “juicio” y destrucción eterna, resulta que más bien al contrario se les conceden “nombramientos” como altos dignatarios del gobierno ejerciente, solo podemos suponer una cosa: su volver a la vida y posterior nombramiento como “príncipes”, tiene que suceder en un espacio de tiempo intermedio entre ambas resurrecciones…… y lo cual desmonta otra enseñanza bíblica, eso es, el andamiaje de las “dos” resurrecciones de las que supuestamente nos habla el pasaje de Juan, luego ¿será que de lo que en realidad se estaría tratando es de tres resurrecciones y que Jesús se equivocó al hablarnos (supuestamente) de dos en ese pasaje de Juan? Porque de lo contrario que alguien nos explique de dónde salen esos personajes…… ¿o más bien resulta que dichos “entendidos” están equivocados también en esta “enseñanza” de colocar a dicha “segunda” resurrección al final del milenio y que los autores de este blog tenemos razón cuando tantas veces hemos señalado dicho error, al explicar que la misma transcurre durante el reino de mil años de Dios?

Permítannos un inciso para decirles, que todo esto que les acabamos de señalar, es lo que se va desprendiendo del análisis razonado del Sal. 45:16 cuando esto se hace con la corrección debida y algo que por lo visto, los “entendidos” actuales son incapaces de llevar a cabo…… imaginamos que dada su limitada capacidad para razonar con lógica y sentido común sobre aquello que leen y algo que en este blog, solemos hacer muy bien. Por lo que volviendo a lo que íbamos, que lo que les decimos es cierto, eso es, que dichos “antepasados” de Jesucristo no pueden participar en manera alguna de la llamada “primera” resurrección, queda meridianamente claro por el hecho de que esos personajes citados incumplen dos de los requisitos fundamentales exigidos por el propio Hijo de Dios, para poder acceder al reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… y circunstancia que fortalece el planteamiento que acabamos de formular, siempre partiendo de dicho salmo y de ahí la gran importancia del mismo en el tema que nos ocupa; veamos por lo tanto, el primero de esos requisitos y que encontramos en Juan 3:3-5:

En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer ¿verdad?”. 5 Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

O lo que es lo mismo, el requisito de contar con el bautismo de agua y con el bautismo en espíritu santo (eso es, dos bautismos totalmente distintos el uno del otro) y que era el que realmente otorgaba la condición de Hijo adoptivo de Dios (por ejemplo, los apóstoles); y dado que el bautismo en agua como tal, inició con la venida de Juan “el bautizante” (Juan 1:33), pues dicha ceremonia era totalmente desconocida entre el pueblo de Israel hasta ese momento…… y que el bautismo en espíritu santo, no se pudo administrar hasta después de la resurrección de Jesucristo (1:4-5), solo el sentido común nos dice que de ninguna manera esos “antepasados” de Jesús podían reunir dichos dos bautismos, pues habían muerto muchos siglos antes de que estos fueran establecidos. Y no vale decir, como suelen hacer estrafalariamente algunos de esos “entendidos”, que esos “antepasados” de Jesucristo “ya recibieron” ambos bautismos cuando pasaron “bajo la nube” en el desierto de Sinaí y citando de 1 Cor. 10:1-5; porque dicho pasaje y cuando se interpreta correctamente su contenido, no dice eso ni por el forro, sino que lo que nos dice es esto:

Hermanos, quiero que recuerden que todos nuestros antepasados estuvieron bajo la nube y que todos atravesaron el mar Rojo. 2 Fue como si todos hubieran sido bautizados en la nube y en el mar, para ser seguidores de Moisés. 3 Todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y bebieron la misma bebida espiritual. Bebieron de la roca espiritual que iba con ellos, y la roca era Cristo. 5 Pero Dios no estaba contento con muchos de ellos, por eso sus cuerpos quedaron tendidos por el desierto.” (En versión Palabra de Dios para Todos y siendo que con igual claridad se pronuncian NVI; TLA; DHH; NTV, así como BLP).

Luego no podemos estar hablando de un bautismo equivalente, en primer lugar porque de lo que se trataba ahora era de hacerse seguidor de Jesús y no de Moisés; y en segundo lugar y como punto más importante, porque Jehová no habría establecido dichos bautismos que marcaron obviamente un antes y un después en el pueblo de Israel, de haber existido ya un bautismo equivalente en el pasado y que englobara a los dos. Por lo tanto, está claro que dichos “notables del AT” no reunían este primer requisito…… como tampoco reunían el segundo y que encontramos en los siguientes pasajes, por cierto muy usados por la mayoría de esos “estudiosos”:

Rev. 2:10: “No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida.”

Rev. 3:21: “Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”

Queda claro entonces, que dicho segundo requisito implicaba el sufrir una muerte de sacrificio o martirio en defensa de la integridad de uno hacia Dios, así como lo había hecho el propio Jesús y por lo que se le concedió el sentarse al lado de su Padre Celestial; de hecho, cuando le fue dada la Revelación a Juan, le fue concedida una visión de aquellos que se sentarían en los tronos al lado de Jesucristo, para juzgar a las naciones y de la que Juan nos destaca la característica principal que identificaba a dichos personajes y que, lógicamente, habría que entender como fundamental (de lo contrario Jehová no la habría puesto ahí), para poder acceder a dicha posición de privilegio:

Y vi tronos, y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (eso es, asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús (algo que dichos “notables del AT” no pudieron hacer, pues en su tiempo aún faltaban siglos para que el tal viniera a la existencia) y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4). (Acotaciones nuestras).

Y siendo que de dichas palabras, queda meridianamente clara la necesidad de una muerte violenta por causa “del testimonio dado de Jesús y por hablar acerca de Dios” en un enfrentamientos desigual con la “bestia” (Rev. 13:1), evitando ser afectado por la marca de la misma; sin embargo y siendo demoledor lo expuesto a partir de los pasajes de Rev. 2:10; 3:21 y 20:4, veamos ahora qué clase de muerte tuvieron los más preclaros de esos “antepasados” de Jesús:

Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”

Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”

Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”

1 Cró. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”

Entonces, que esos “antepasados” de Jesús no reúnen esos dos imprescindibles requisitos exigidos por Jesús, para reinar a su lado en el reino de Dios, queda fuera de toda duda para una mente medianamente “amueblada”; y de nuevo resaltamos que todo esto que hasta el momento les hemos expuesto, se deriva de un pasaje que según esos “genios” de la interpretación bíblica, no tiene “la mayor importancia” y del que además aseguran “que nada aporta la debate”. Pero para que la fiesta no decaiga, veamos otro dato a tener en cuenta y que también ¡faltaría más!, se nos da en dicho Sal.45:16 y ello para probar que, lejos de tan desafortunada apreciación, dicho salmo sí da para mucho, aunque entendemos que en su supina ignorancia sobre temas bíblicos, esos señores ni se enteran de qué va la película. Dicho lo cual, veamos ahora de qué dato estaríamos hablando: porque alguno de esos “genios” de la teología, afirma enfáticamente en reiteradas ocasiones que innumerables personajes como los Moisés, Jeremías, Jeremías, el propio Daniel, etc. etc., participarán en la gobernación del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes al lado de Cristo…… sin embargo eso no es lo que el Sal. 45:16 nos dice; porque recuerden, que este nos pone el énfasis en los “antepasados” de Jesús y lo que nos tiene que llevar a la siguiente cuestión: cuando en ese Sal: 45:16 se nos habla de dichos “antepasados” ¿de quienes realmente se nos está hablando?

Bien, cuando buscamos en el diccionario de la RAE de la Lengua la expresión “antepasado” y en una segunda acepción, vemos que se lee lo siguiente: “Ascendiente más o menos remoto, de una persona o de un grupo de personas”…… o lo que es lo mismo, estaríamos hablando del árbol genealógico del que uno desciende, eso es, de aquellos individuos que formando una línea directa de sucesión, da como resultado la aparición de uno y siendo esos citados individuos, entonces, los antepasados de este uno, usted por ejemplo. Pero para entender esta importante cuestión, lo que vamos a hacer es poner unos pocos ejemplos de lo que queremos decir y para no confundirnos, pues este es un detalle muy importante para saber de qué estamos hablando: mientras que Abraham fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue Lot, siendo como era sobrino de dicho patriarca; mientras que Isaac fue un “antepasado” de Jesús, no lo fue sin embargo Ismael y eso, que eran hermanos por parte de padre; mientras que Jacob sí fue un “antepasado” de Jesús, no así Esaú, siendo como eran hermanos de padre y madre; mientras que Judá, fue otro “antepasado” de Jesús, no así el resto de sus once hermanos; mientras Sem (hijo de Noé) sí fue “antepasado” de Jesús, no así sus hermanos Cam y Jafet…… y así, suma y sigue.

Luego queda claro que, por una parte, eso reduce a una mínima expresión el número o cantidad de esos “antepasados” o personas de las que desciende directamente Jesús y a los que hace explicita referencia el Sal. 45:16, como aquellos que serán nombrados “príncipes” y que se circunscribiría a la lista genealógica que encontramos en Mat. 1:1-16 y ello por quedarnos en el personaje Abraham, pues a este es al que le fue hecha la promesa que de su simiente, provendría la “descendencia”  (Gál. 3:16). De todas formas y si alguien quiere ampliar el horizonte de antepasados de Cristo, puede ir a la lista genealógica de este y que se nos da en Luc. 3:23-38, que abarca desde Adán hasta José, esposo de María; si bien es cierto que dicha línea sucesoria y a partir de David, ya no viene por la línea de Salomón (y línea de la que desciende directamente Jesús), sino que viene por línea de Natán, descendiente de Judá y que nos lleva a los antepasados de Jesús por línea materna; y de los que ya no nos pronunciamos, así como tampoco lo hacemos con los antepasados antediluvianos de este (los Set, Enós, Mahalaleel, Matusalén, Enoc, etc.) en el sentido de si serán contados como antepasados de Jesús y por tanto, si también recibirán el nombramiento de “príncipes” sobre la tierra, o no…… y es que a tanto ya no llegamos. Pero que en todo caso ¿sabe usted, querido amigo que nos lee, de cuantos “antepasados” de Jesús estaríamos hablando?...... pues de poco más de un centenar de personas, eso es, si nos atenemos a aquellas de las que las Escrituras nos alistan, como “antepasados” de Jesús.

Lo que queremos destacar y ya llegando a la segunda parte de esta cuestión, es que en todo caso en ninguna de esas dos listas genealógicas de Jesús y que nos hablan de quiénes fueron realmente los “antepasados” de Jesús, aparecen como tales los Moisés, Josué, Jeremías, Benjamín, Zabulón, José (el que fuera gobernante en Egipto), Isaías, Daniel, Elías, Ezequías, Eliseo, Zacarías y tantísimos otros hombres prominentes que estuvieron al servicio de Dios y de los que nos habla la historia bíblica……. porque una cosa son estos y otra muy distinta, algo que parece ser ignoran esos “genios” de la interpretación bíblica, son aquellos que sí fueron “antepasados” del Hijo de Dios y que las Escrituras, como hemos comprobado, nos alistan por nombre. Luego siendo que el Sal 45:16 es claro al hacer referencia solo a los directos “antepasados” de Jesús y si lo que nos afirman esos señores fuera cierto, en el sentido de que estos “antepasados” también tuvieran que reinar con él en el reino de Dios, levantándose por ello en la “primera” resurrección ¿qué hacemos, entonces, con estos que acabamos de mencionar y que por no ser “antepasados” directos de Cristo, pues el registro genealógico de las Escrituras no los reconoce como tales, no pueden reinar con este y lo que les elimina de un plumazo, de poder participar de dicha “primera” resurrección? Entonces ¿en dónde nos los meten dichos caballeros, si lo que está claro es que fueron personas justas al servicio de Dios y por lo que no merecen el ser destruidas eternamente en la considerada como “segunda” resurrección para juicio o destrucción eterna de los “injustos”? ¿Será por ventura y como ya hemos apuntado hasta la saciedad desde este blog, que la llamada “segunda” resurrección, ni ocurre al final de los mil años, ni es para juicio o destrucción eterna de los “injustos”, sino que ocurre durante el período de mil años y para la “restauración” (Hech. 3:20-21) del ser humano en general?

Pero claro, resulta que si las cosas son como nosotros las contamos y así pintan ser, se genera otra derivada: y es que si esos señores supuestamente “elegidos” por Dios, cometen tantos errores y en tantos temas ¿qué crédito tienen, en el resto de cosas que nos puedan contar? Porque aquí está el quid de la cuestión, pues cuando todo un “teólogo” nos afirma que el Sal. 45:16 es un pasaje anodino “sin la más mínima importancia” desde su punto de vista, pero dos “descamisados” como los autores de este blog le demuestran que ello no es así (ahí está el rédito que le hemos sacado a dicho pasaje), cómo mínimo nos tendrán que reconocer que algo está fallando en esas personas y lo que las convierte en sujetos carentes de toda credibilidad, eso es, en “falsos maestros”. Y es que gracias a un correcto “análisis a fondo” del Sal. 45:16 y que los autores de este blog sí hemos sabido hacer y algo de lo que esos “ilustrados” no han sido nunca capaces, pues según nos dicen estamos ante un pasaje “intrascendente” y que nada aporta, ustedes queridos lectores, ha podido averiguar una verdad que por ignorancia o por mala fe de esas personas y que tanto nos da que nos da lo mismo, pues el resultado final sería el mismo (Mat. 15:14), se les estaba ocultando.

Por lo tanto, pensamos que dichos “entendidos” deberían de tener un poco más de recato en lo que dicen y no emplear (como hace alguno de ellos) un tono tan conmiserativo hacia los autores de este blog, pues está claro que en cuanto a conocimiento bíblico se refiere, les damos “sopas con honda” en todos los terrenos: sencillamente porque a nosotros se nos permite entender la Palabra de Dios (Luc. 10:21), mientras que a ellos no se les permite, por su orgullo, altanería y prepotencia, primero, por auto-erigirse en un alarde de soberbia, Hijos de Dios y segundo, por ese constante enfrentamiento que mantienen con Jehová (no con nosotros, que en todo caso no seríamos más que unos “mandaos”), al contradecir todas y cada una de las enseñanzas que Este expone en Su Palabra…… sin ir más lejos, en su absurda y disparatada “enseñanza” de unos “notables del AT” reinando en el reino de Dios, cuando hemos demostrado fehacientemente que el Sal. 45:16 dice todo lo contrario; y por extensión, en aquella que tiene que ver con Juan 5:28-29, en donde de lo que se nos habla realmente, es de una sola resurrección con dos distintas retribuciones y a ocurrir durante el período del reinado de Cristo en la tierra.

MABEL