miércoles, 4 de septiembre de 2013

Una breve reflexión, sobre el pasaje de Rom. 8:29-30.


Ya les advertimos, queridos lectores, que lo de “breve” se nos ha estirado un “pelín”, porque nos hemos ido enrollando como una persiana y para cuando nos hemos dado cuenta, la cosa ya era kilométrica…… pero como el titular ya lo teníamos colocado y puesto que queda muy bien (al menos es animador eso de “breve”), hemos decidido dejarlo tal cual; por lo que ya debidamente advertidos, esto que sigue es lo que les hemos preparado para hoy.

Y es que hay un proverbio en España, que dice “¡Qué atrevida, que es la ignorancia!” y algo que casi todos en nuestro cotidiano deambular por la vida, sin duda alguna habremos podido observar en algunas personas que, temerariamente y fruto de su ignorancia en determinado asunto, se han metido en unos “embolaos” de esos de “agárrate y no te menees”. Y dado que esto ocurre en todos los ámbitos en los que se mueve el ser humano, como no podía ser de otra manera también ocurre en el campo de la religión, quedando quizás más patente si cabe dicha negativa circunstancia, entre aquellos que escriben artículos bíblicos en Internet y en donde un tonto con un ordenador, puede publicar la primera chorrada que se le ocurra sin tener que responder de ello ante nadie…… bueno, aquello que se dice ante nadie, ante nadie, vamos a matizarlo un poco, pues el que escribe de Dios obviamente tendrá que rendir cuentas ante Él en algún momento, de aquello que escribe; razón por la que uno se tiene que asegurar muy mucho de lo que dice, pues se quiera o no, cuando uno expresa su punto de vista sobre cualquier tema que trate del texto sagrado y más cuando este uno se las da de “ungido” o de “teólogo”, en todo caso de persona capacitada en el estudio de las Escrituras, lo que está haciendo es impartir enseñanza y con lo que ello conlleva de responsabilidad no exenta de riesgo, pues esto es lo que leemos en las mismas:

Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que ponen fe en mí (obviamente, mediante una enseñanza falsa), más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6). (Acotación nuestra).

Por lo que queda claro que una afirmación o “enseñanza” que pudiera en un momento dado, apartar del correcto entendimiento escritural a la persona que quiere aprender sobre lo que el Altísimo nos está explicando en Su Palabra y con ello, crear confusión sobre la voluntad divina, colocaría a quien la formula en una situación algo “complicadilla” con respecto de Jehová Dios. Y decimos esto, porque hay algunos que se creen ser “él no va más” en conocimiento bíblico (y solo porque un día quitaron el polvo a una Biblia), que con inusitada frecuencia y por no entender el significado correcto de determinado pasaje bíblico, incurren en el grave error de tergiversar totalmente el sentido de las Escrituras e impartiendo en consecuencia, un mensaje totalmente contrario al que nuestro Creador pretende transmitir al “personal” mediante Su Palabra Escrita. Incurriendo por tanto esos nefastos personajes, en contribuir a la total desorientación existente hoy en día en cuanto al conocimiento del propósito de Dios para nosotros los seres humanos, pues las personas no saben ni qué va a hacer Dios, ni siquiera si va a hacer algo para sacar a la humanidad del atolladero en el que se encuentra, ni cómo lo va a hacer si es que lo hace, ni cuándo lo hará, ni cómo afectará individualmente a cada uno, etc. etc. etc. Y siendo este el caso del pasaje que mencionamos en el titular de este escrito y con cuyo estrafalario desarrollo, nos encontramos en uno de los innumerables videos de corte bíblico que se publican en YouTube; pero antes de pasar a exponerles la “magistral” interpretación que del mismo nos hace el autor de dicho video y del que por caridad cristiana omitiremos dar su nombre (¡ya saben ustedes, por aquello de evitar que la familia sea abucheada al salir a la calle y todas esas cosas que pasan!), veamos qué leemos en dicho pasaje de Rom. 8:29-30 y para lo cual usaremos la versión RV 1960, pues es la utilizada por el autor del video en cuestión y razón por lo que será esta la versión que utilizaremos a lo largo de este escrito, a menos que señalemos lo contrario:

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Entonces de lo que nos habla esta porción escritural, es de determinada actitud secuencial del Altísimo con respecto de determinadas personas, eso es, que primero “conoció”, después “pre-determino”, después “llamó”, después “justificó y finalmente “glorificó”; pero fíjense que hemos remarcado en negrita la expresión “conoció”, pues es en función de la misma que el autor de ese despropósito se monta un “tinglao” de mil pares de narices y todo ello, por no entender de qué se nos está hablando en dicho pasaje. Porque el autor mencionado, partiendo de esa simple palabra y en una lógica “cavernaria”, plantea la siguiente cuestión: puesto que en otros pasajes y refiriéndose a determinadas personas, encontramos la misma expresión “conoció” o derivadas de la misma, ello tendría que significar que esa persona es una de las que se nos habla en el citado pasaje de Rom. 8:29-30 y cuyo destino final y por expreso deseo del Altísimo, es gobernar como rey al lado de Su Hijo Jesucristo durante el milenio; y como primer ejemplo de dicho supuesto, el autor en cuestión nos menciona el caso del rey David y tomando como base para ello el Sal. 139:1-6, en donde dicho personaje se expresaba en los siguientes términos:

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.”

Como pueden ver, en esta porción bíblica aparece también la expresión “conocido” y ello ya es más que suficiente para que el autor en cuestión, saque la conclusión ya mencionada: si en Rom. 8:29-30 se nos habla de que aquellos a los que Jehová “conoció”, fueron “llamados”, declarados “justos” y finalmente “glorificados” al lado de Cristo, se puede deducir de ello que puesto que David también era “conocido” por Dios y según propia afirmación, dicho personaje también se podría contar entre aquellos que participarán de esa glorificación al lado de Jesucristo…… y rupestre razonamiento dónde lo haya, que nos muestra que ese autor no tiene ni la más remota idea de qué es de lo que se nos habla en Rom. 8:29-30 (y algo que aclararemos más adelante), ni por supuesto de a qué se estaba refiriendo David con esas palabras. Porque de lo que estaba hablando David, no era más que de la maravillosa capacidad de “presciencia” u “omnisciencia” de Jehová y que le permite “examinar” y consecuentemente “conocer”, hasta aquello que aún no ha ocurrido y por muy lejano que esté situado en la corriente del tiempo…… pues aún David no había nacido y ya Jehová lo “conocía” todo de él (su carácter, sus tendencias, sus sentimientos más profundos, sus debilidades, etc.) en virtud del “examen” al que fue sometido. Y algo que queda claro en el verso 4, cuando David afirma que aún antes de que él hablara, ya Jehová conocía todo lo que David iba a decir…… y de ahí, que este exclamara que dicha capacidad divina era demasiado elevada para poder ser comprendida por el ser humano (v. 6).

Que ello es como se lo afirmamos, lo deja claro la propia versión RV 1960 (entre otras), pues como cabecera de dicho salmo coloca la leyenda o título de “Omnipresencia y omnisciencia de Dios” y en una clara manifestación de que eso es de lo que trata dicho salmo y no de otra cosa…… luego nada parecido a que en dicho salmo se nos quiera dar a entender, que el hecho de ser David “conocido” por Dios (hecho que por demás, ocurre con cada ser vivo, sea material o espiritual, bueno o malo, racional o irracional que pueda existir en el Universo, pues Jehová lo “conoce” o puede saber todo de todos, incluso antes de que vengamos a la existencia), tenga relación alguna con el que este y en un momento futuro, esté entre aquellos que vayan a reinar con Cristo en el reino de Dios. Porque de lo que este salmo nos habla y como señala el encabezado del mismo al que nos hemos referido, es de las cualidades de Dios y no de lo que David sería en un futuro lejano; pero veamos otro ejemplo que nos da dicho autor para sostener su planteamiento y para lo que nos dirige en esta ocasión a Éxo. 33:12-13, que nos habla sobre Moisés:

Y dijo Moisés a Jehová: “Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia en mis ojos. 13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo”.”

Entonces, dado que de nuevo aparece la expresión “conocido” en ese pasaje y siempre según el autor en cuestión, se debería de entender que Moisés también figurará entre aquellos que reinarán con Cristo en el reino de Dios; ahora bien ¿es esto lo que se nos quiere dar a entender en dicho pasaje? ¿Qué significa, realmente, ese “te he conocido por nombre”? Pues algo tan sencillo como la relación de intimidad personal que Jehová mantenía con Moisés y que no tenía en ese tiempo con nadie más; y circunstancia que queda clara cuando leemos el contexto, en este caso el verso anterior a los citados, eso es, el verso 11 y en donde se nos dice que “hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero”. Luego nada que ver esa expresión mencionada “te he conocido por nombre”, con la posición de futuro rey al lado de Cristo para Moisés, sino que solo nos habla de la relación de máxima proximidad que el Altísimo mantenía con Moisés en ese momento. Y que tenemos razón en nuestro planteamiento, queda claro cuando dicho pasaje de Éxo. 33:12-13 es contrastado con lo que del mismo interpretan otras traducciones bíblicas y de las que veremos unos pocos ejemplos a continuación; y por lo que les rogamos que centren su atención en el verso 12, pues en donde la versión RV 1960 dice aquello de “te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia en mis ojos” y expresión en la cual el autor en cuestión apoya todo su disparatado planteamiento, las siguiente versiones traducen esto otro:

Traducción en Lenguaje Actual: “Moisés le dijo a Dios: “Tú me ordenaste guiar a este pueblo, pero no me dijiste quién me ayudaría a hacerlo. También me dijiste que me amas y que confías en mí. 13 Si eso es verdad, dime qué piensas hacer, para que yo también llegue a amarte y tú sigas confiando en mí. No olvides que este pueblo es tuyo y no mío”.”

Dios Habla Hoy: “Moisés le dijo al Señor: “Mira, tú me pides que yo dirija a este pueblo, pero no me dices a quién vas a enviar conmigo. También dices que tienes mucha confianza en mí y que me he ganado tu favor. 13 Pues si esto es cierto, hazme saber tus planes, para que yo pueda tener confianza en ti y pueda seguir contando con tu favor. Ten en cuenta que este pueblo es tu pueblo”.”

Nueva Versión Internacional: “Moisés le dijo al Señor: “Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo”.”

La Palabra (España): “Moisés dijo al Señor: “Mira, tú mismo me has encomendado que guíe a este pueblo, pero no me has indicado a quién enviarás para ayudarme. Dices que me he ganado tu confianza y gozo de tu favor; 13 pues si realmente es así, dame a conocer tus intenciones para que sepa que confías en mí. Recuerda que esta gente es tu pueblo”.”

O sea, que ni rastro de la expresión “conocido”, ni nada que mínimamente nos pueda dar a entender que la tal palabra tiene que ver con la connotación y trascendencia que le da el autor mencionado, pues de ser ello así, dichas versiones no hubieran excluido la tal de ese verso 12; luego queda claro que los traductores de esas versiones no entendieron de dicho pasaje, aquello de lo que el autor en cuestión nos quiere convencer…… por lo tanto, nada que ver con un futuro de privilegio para Moisés como rey, al lado de Cristo en el reino de Dios. Porque de lo que simplemente se nos está hablando en esa porción bíblica y como dice la traducción Palabra de Dios para Todos en ese texto 12, que traduce como “que me conocías muy bien y estabas contento conmigo”, era de que al igual que en el caso de David o de cualquier otro ser humano, Jehová lo conocía todo de Moisés, eso es, su pensar, su sentir, su firmeza, su integridad, etc. etc. etc. y valores por los que le escogió, para la concreta labor de sacar a Su pueblo de Egipto…… y para nada más. Y algo parecido a lo que nos encontramos, en otro ejemplo que nos plantea ese “genio” de la interpretación bíblica que parece ser el autor del que estamos hablando y que es el caso del profeta Jeremías, personaje del que ese “intelecto” mencionado, nos dice que también se le puede considerar candidato a reinar con Cristo, en función de lo él que interpreta del siguiente pasaje:

Antes que te formase en el vientre te conocí y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” (Jer. 1:5).

Y que en este caso ya son ambas expresiones, “conocí” y “santifiqué”, las que son usadas y enfatizadas por el citado autor como determinantes para demostrar que también Jeremías estaba destinado a reinar con Cristo en el milenio y en consecuencia, la veracidad de tan disparatado planteamiento; sin embargo y como en el caso anterior, veamos cómo vierten dicho texto bíblico otras traducciones, para ver si eso es así y realmente esas dos palabras tienen la connotación y en consecuencia, el valor concluyente que ese autor les atribuye:

Dios Habla Hoy: “Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones.”

Nueva Traducción Viviente: “Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté (o “escogí”) y te nombré mi profeta a las naciones.” (Acotación nuestra).

Nueva Versión Internacional: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado: te había nombrado profeta para las naciones.”

Traducción en Lenguaje Actual: “Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo.”

Palabra de Dios para Todos: “Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía (o “sabía” Jehová, la clase de persona que sería Jeremías). Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones.” (Acotación nuestra).

Luego lo que entendemos de ese pasaje y a tenor de lo que dicen de él distintas versiones bíblicas, es que Jeremía no fue pre-seleccionado (como tampoco lo fueron David y Moisés) para reinar con Cristo en el reino de Dios, sino sencillamente para que sirviera a Jehová como profeta y hablara en Su Nombre a las naciones, o lo que es lo mismo, para servirle en una comisión determinada y concreta. Y que en función de las cualidades que Jehová había visto en Jeremías, aún antes de que este fuera formado en el vientre de su madre y por medio de Su “presciencia” u “omnisciencia” y ante las que se maravilló David, el Altísimo sabía que Jeremías daría “la talla” y cumpliría cabalmente con la asignación encomendada; y que eso es así tal como lo planteamos nosotros, queda claro en un ejemplo del pasado, en el que Jehová actuó de igual manera y que tiene que ver con los dos hijos de Isaac y circunstancia que el apóstol Pablo nos resume de la siguiente manera:

Porque la palabra de promesa fue como sigue: “Por este tiempo vendré y Sara tendrá un hijo”. 10 Y no solo ese caso, sino también cuando Rebeca concibió gemelos de un solo hombre, de Isaac nuestro antepasado, 11 pues cuando todavía no habían nacido ni practicado cosa buena ni vil, para que el propósito de Dios tocante a la selección continuara dependiendo, no de obras, sino de Aquel que llama, 12 se le dijo a ella: “El mayor será esclavo del menor”. 13 Así como está escrito: “Amé a Jacob, pero odié a Esaú”.” (Rom. 9:9-13 en la versión TNM).

Lo cual no significa que Dios hubiera movido los asuntos para que ello fuera así, lo que hubiera sido una grave injerencia en la legítima capacidad de libre albedrio de esos dos seres aún por nacer, sino que el Altísimo y en Su “omnisciencia” vio las “tendencias” de los dos fetos y concluyó que las obras de ambos conducirían indefectiblemente a ese resultado, como así fue: en un alarde de total desprecio por las cosas sagradas, posteriormente Esaú vendió su derecho de primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas (Gén. 25:34) y con lo que despreció el maravilloso privilegio de convertirse en un antepasado directo del Mesías. Por otra parte, la expresión “santificado” y a la que el autor mencionado también le da tanta importancia, si consultan con cualquier diccionario bíblico verán que no significa más que algo que es apartado para el servició exclusivo de Dios, fuera el tal persona, animal o cosa; pues no olvidemos que según las Escrituras, se santificaban o dedicaban al servicio exclusivo de Jehová, tanto personas, como animales, lugares y cosas:

Dios le dijo a Moisés: 12“El día en que le quité la vida al primer hijo de cada familia egipcia, decidí que los israelitas debían entregarme todo primer hijo varón, tanto de personas como de animales. 13 En lugar de sus hijos quiero que me consagren (o me “santifiquen”, en todo caso que se dedicara al servicio exclusivo de Dios) a los descendientes de Leví para que estén a mi servicio y me pertenezcan de manera especial. Yo soy el Dios de Israel”.” (Núm. 3:11-13).

Sin embargo y siendo así, que también el tabernáculo y posteriormente el templo de Jerusalén, así como los utensilios del mismo, estaban consagrados o “santificados” a Dios, ello de ninguna manera significa que ni los animales, ni lugares como el templo o los utensilios usados en el mismo, tengan que reinar con Cristo en el reino de Dios; luego queda claro que la expresión “santificar” no puede tener más connotación que el que uno ha sigo puesto bajo el servicio de Dios y no, que el ser uno “santificado” tenga que ver para nada con el recibir un puesto de privilegio en el nuevo mundo, en calidad de inmortal rey y sacerdote…… decir lo contrario no es más que fruto de una brutal ignorancia del contenido escritural, cuando no de la diabólica intención de adulterar las Escrituras para uno salirse con la suya. Ahora bien, dicho lo cual, quizás ha llegado el momento y para acabar de entender de qué estamos hablando, que pasáramos a analizar Rom. 8:29-30 y que para refrescar la memoria, volveremos a transcribir y como hemos dicho, en la versión de la RV 1960:

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Y ahí tenemos la palabra “talismán” del autor al que estamos haciendo referencia, eso es, la expresión “conoció” y que da pie al disparatado argumento que estamos analizando y que, supuestamente, llevaría a David, a Moisés y a Jeremías, a reinar con Cristo en el reino de Dios; pero claro, resulta que nos encontramos de entrada con un pequeño problema: y es que por la misma regla de tres y aplicando el mismo baremo, tendríamos que suponer también, que de aquellos “notables del AT” de los que las Escrituras no mencionan expresamente que el Altísimo los “conoció”, como es el caso de Noé, Abraham, Isaac, Daniel, Isaías, Amós, Abdías, etc. etc. etc., quedarían apartados de poder disfrutar de semejante privilegio. Y lo que nos lleva a razonar que nos encontramos ante una estupidez de tamaño colosal y resultado, como hemos señalado al principio de este escrito, de no tener ni puñetera idea por parte del autor mencionado de qué realmente nos está hablando y mucho menos, a qué se refiere el pasaje mencionado de Rom. 8:29-30…… algo que les vamos a explicar inmediatamente y para lo cual, tenemos que empezar por recordar unas palabras que pronunció el Altísimo, en el mismo momento de pecar Adán:

Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y le magullarás en el talón”.” (Gén. 3:14-15, en la versión TNM).

Luego en el bien entendido que Jehová no se estaba dirigiendo a una serpiente literal, sino a la fuerza que operaba detrás de ella, el ser espiritual Satanás (Rev. 12:9), queda claro del verso 15 que desde ese mismo instante, ya el Altísimo tenía en su prodigiosa e inconmensurable mente todo el plan de redención del ser humano, hasta la última coma del mismo. Lo que se podía resumir y para entendernos, como que Dios ya tenía en su mente perfectamente planificados y perfectamente situados en la corriente del tiempo, todos, absolutamente todos, los acontecimientos que ustedes pueden leer hoy en la Biblia, así como a los distintos “actores” que participarían en los mismos y el papel que cada uno de ellos desempañaría en dicha “obra” y en el momento apropiado, hasta el más ínfimo detalle…… luego Jehová ya conocía miles de años antes de que ocurriera, todo aquello que tenía que ocurrir y lo nos lleva a la clave del asunto. Porque si han prestado atención a las palabras con que inicia Rom. 8:29-30, habrán notado que dice “porque a los que antes conoció”…… y lo que lleva a preguntarse a cualquiera con una cabeza medianamente “amueblada”, eso de: “antes” ¿de qué? Pues sencillamente antes de que viniera a la existencia este mundo que conocemos, pues recordemos que las palabras de Dios a Adán fueron dichas antes de que este fuera expulsado del jardín de Eden…… luego antes de que este mundo de pecado en el que vivimos viniera a la existencia y que principió con el nacimiento del primer ser humano sujeto al pecado (Caín), Jehová ya había predeterminado todo suceso que ocurriera en el mismo, para el completo logro de su propósito redentor; y lo que nos lleva a considerar de nuevo ese pasaje de Rom. 8, pero en esta ocasión desde el verso 28 y que para una mayor comprensión del mismo, transcribiremos de la versión Traducción en Lenguaje Actual y del cual, la versión Palabra de Dios para Todos, dice prácticamente lo mismo:

Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan. 29 Desde el principio, Dios ya sabía a quiénes iba a elegir y ya había decidido que fueran semejantes a su Hijo, para que éste sea el Hijo mayor. 30 A los que él ya había elegido, los llamó; y a los que llamó también los aceptó; y a los que aceptó les dio un lugar de honor.”

Ahora bien ¿significa eso que Dios desde ese principio señalado, ya sabía que un tal David, o un tal Moisés, o un Jeremías, un Pablo, Pedro, Juan, Santiago, etc. etc. etc. ocuparían un lugar en el gobierno del reino de Dios, pues así lo había “predeterminado” acerca de dichos personajes…… y que es exactamente lo que nos quiere dar a entender el autor del que estamos hablando? Obviamente no, pues como ya hemos señalado, eso violentaría el derecho al libre albedrío de esas personas y en consecuencia, el derecho de las mismas a ser lo que ellas quisieran ser, eso es, fieles a Jehová o no; pero además y de ser ello así, significaría que Jehová ya desde un principio habría condenado y para el adelanto de sus propósitos, a un tal Judas Iscariote a la destrucción eterna, pues ya estaba “decidido” de antemano que este fuera el que “cargara con el mochuelo” de traicionar al Hijo de Dios…… y con lo que de nuevo se violentaría el derecho al libre albedrío, en este caso del personaje en cuestión, de actuar como un traidor a Jesús o no. Y como eso no puede ser así, tiene que haber una explicación más razonable de lo que Jehová realmente hizo; porque recuerden que hemos dicho que en la mente de Jehová y en el mismo momento de pecar Adán, ya estaba perfectamente diseñado el plan completo de redención y que contemplaba como figura central, a un Hijo que daría su vida por la humanidad, así como a un conjunto de personas que colaborarían con este Hijo y durante un período de mil años, para llevar adelante el plan divino de restauración del ser humano en general (Hech. 3:20-21). Entonces lo que hizo Dios, fue lo siguiente: estableció una serie de requisitos semejantes a los que tendría Su Hijo, o lo que es lo mismo, hizo de este el “modelo” al que se tendrían que ajustar en todos sus extremos, aquellos que tuvieran que compartir tronos con él; luego llegado el momento y momento que llegó cuando apareció este Hijo de Dios aquí en la tierra, para buscar a aquellos que con el tendrían que reinar en el reino de Dios, todos aquellos (quienes fueran) que reunían las cualidades que Jehová había “predeterminado” en un principio que tendría que tener uno para alcanzar dicho galardón, fueron apareciendo y apegándose a su modelo que era Jesús…… y como esas personas cumplían con esos requisitos preestablecidos por Dios, con toda lógica Él los “llamó” o atrajo hacia Su Hijo (Juan 6:44), pues los “declaró justos” o de acuerdo a los requisitos exigidos y en consecuencia, “los glorificó” al reconocerlos también como Hijos Suyos.

Es entonces en este sentido, que Jehová “conoció” de antemano a aquellos que serían co-gobernantes con Su Hijo en un futuro aún distante en el tiempo, pues si no se ajustaban a los requisitos por Él demandados, ninguna persona podría acceder a dicho privilegio; luego y para entendernos: Jehová no eligió de antemano a personas determinadas con nombres y apellidos, sino que estableció requisitos que se exigirían a todo aquél que deseara formar parte de ese grupo de personas. Y permítannos ilustrar el asunto con un pequeño ejemplo, imaginándonos por un momento al todopoderoso presidente de una importante corporación financiera con miles de empleados, que hace el siguiente llamado a su secretario personal: “Quiero que me encuentres a 25 personas que hablen cinco idiomas, expertos en economía y finanzas, de total dedicación a la empresa, hábiles en informática y con un gran don de gentes; a los que reúnan dichos requisitos, los nombraré mis asesores personales”. Es obvio que ese presidente no conoce personalmente a los individuos que en un futuro colocará a su lado, pero sí la cualidades que tendrán, pues es él el que las ha delimitado…… una vez pasadas las pruebas de rigor y demostrada la capacidad de cada uno y acorde a los requisitos demandados, aparecen las 25 personas requeridas y que son elevadas al rango de asesores personales de ese poderoso personaje; luego en justicia y sin faltar a la verdad, dicho personaje podría decir que “conoció” a sus asesores personales, aún antes de que estos supieran de la oferta, pues él puso los requisitos que tenían que reunir para alcanzar dicho puesto de privilegio.

Pues más o menos y salvando todas las distancias, así es como ocurre con el grupo de aquellos que con Cristo tienen que reinar: Jehová estableció unos requisitos para poder acceder a gobernar con Su Hijo y a medida que fueron apareciendo aquellos que los reunían, les fue concediendo el alcanzar el puesto prometido. Y grupo de personas que inició con los apóstoles y no con los David, Moisés o Jeremías, pues en primer lugar y para ser de la partida, uno de los requisitos que las tales personas tenían que reunir, era el de haber recibido el bautismo en agua y que inició en Juan el Bautista (Juan 1:33) y el bautismo en espíritu santo que los “ungía” como Hijos adoptivos de Dios…… y bautismo que no estuvo accesible, hasta después de la resurrección de Jesucristo (Juan 1:33; Hech. 1:5); y requisito de poseer ambos bautismos, que por razones obvias (hacía siglos que habían muerto) los David, Moisés, Jeremías y tantísimos otros, no pudieron alcanzar. Pero es que en segundo lugar y según entendemos desde este blog, hay una razón mucho más sólida y definitiva por la que esos personajes mencionados y entre los que se contarían también, los Noé, Abraham, Daniel, Isaac, Jacob, etc. etc. etc. y a los que se conoce en conjunto como a “los notables del AT”, no podían de ninguna manera reinar con Cristo y que es la de ser precisamente antepasados de este; y razonamiento que se nos explica en el Sal. 45:16, en donde leemos lo que se nos dice acerca de ellos y en la misma versión RV 1960:

En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.”

Porque lo que se nos está diciendo realmente en este pasaje, es que por “derecho de recompra” (Lev. 25:47-54) y en función de su sangre derramada, Jesucristo “recompró” o “redimió” a la humanidad de su condena de muerte por el pecado heredado y lo que convierte a todo ser humano en hijo de Jesucristo, pues con su muerte nos devolvió la vida; porque recordemos que cuando Jehová expulsó a Adán del jardín de Edén, no solo le expulsó de un lugar físico, sino que también le expulsó de Su Presencia y por tanto de la vida (Gén. 3:22-24), así como de su relativa condición de hijo de Dios (Luc. 3:38)…… y situación que Adán pasó como herencia a sus descendientes, que a partir de ese momento quedaron bajo la tutela de Satanás y con la muerte en mira. Ya cuando apareció el Hijo de Dios y con su sangre recompró a la humanidad, todo aquel que ejerza fe en su sangre derramada pasa a convertirse en su hijo y con la vida en mira…… y de ahí, el título que el propio Jehová y entre otros, le concede a Su Hijo Jesucristo:

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isa. 9:6, en la versión TNM).

Pero, padre ¿de quién? Pues como hemos señalado, de los miembros de la humanidad y que adquirió en posesión, merced a su sacrificio vicario y lo que incluye a esos antepasados mencionados…… excepción hecha, claro está, de aquellos que como ya hemos dicho, reunieran determinadas características predeterminadas por Dios (entre ellas el “nacer del agua y del espíritu”, según Juan 3:3; 5) y que Este adquirió para Sí como “primicias” (Rev. 14:4) y que reuniéndolos al lado de Su Hijo, los adoptó como Hijos Suyos y por tanto, hermanos de Jesucristo; algo que no pudieron hacer esos notables del AT, pues para cuando apareció Jesús, ellos ya llevaban siglos muertos. Pero la cuestión es que si esos antepasados de Jesús y al igual que la humanos en general, pasan a convertirse en hijos de Jesucristo y esto el Sal. 45:16 lo deja claro como el agua, resulta que no pueden ser al mismo tiempo Hijos de Dios y en consecuencia, no pueden ser hermanos de Jesucristo…… y sabemos que solo los hermanos de Jesucristo y por tanto Hijos de Dios, pueden heredar el reino con él, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6). Y lo cual y dicho como simple anécdota, no significa que no hayan existido en el transcurso de los siglos posteriores a Jesucristo y existan actualmente personas, que afirmen reunir los requisitos predeterminados por el Altísimo para ocupar un lugar de rey en el reino de Dios (ahí esta esa pléyade de supuestos “ungidos” que nos rodea por tierra, mar y aire) y algo en lo que no nos queremos meter…… pero que en todo caso, resulta que Jehová también había predeterminado el número de estos y que limitó a 144.000 individuos (Rev. 7:4; 14:1.5). Grupo que inició con los apóstoles y a los que a estos siguieron (Juan 17:20) y de los que aún queda un pequeño resto por aparecer, prefigurado por los “dos testigos” de Rev. 11:3 y a los que les aguarda la comisión de llevar adelante la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14, que precederá al fin de este sistema inicuo de cosas; luego resumiendo la cuestión del porqué unos sí y otros no, digamos que se trataría sencillamente de haber estado en el lugar apropiado, en el momento oportuno: tan simple como eso.

Sin embargo y por si a alguien le queda alguna duda acerca de si esos antepasados de Jesús, eso es, los notables del AT, reinarán o no en el milenio con Cristo, solo tiene que reparar en un dato que se nos da en ese salmo mencionado y que no cuadra con lo que ocurre con aquellos que si gobernarán como reyes durante esos mil años; porque en el Sal. 45:16 se nos dice que Jesucristo “nombrará” a todos esos antepasados suyos por “príncipes sobre la tierra”…… cuando el caso es, que aquellos que tienen que reinar con él, ya se levantan en la llamada “primera” resurrección en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, por lo que no precisan de nombramiento alguno. Porque no olvidemos que dicha condición ya la consiguen en el mismo momento en que ofrecen su vida en martirio en defensa de su integridad a Dios y al Cristo, algo que queda claro en los siguientes versos:

Rev. 2:10: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.”

Rev. 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Luego lo que queda claro en esos dos pasajes, es que para sentarse en un trono junto a Cristo, hay que aguantar “hasta la muerte” y muerte violenta (Rev. 20:4) como la que él tuvo, eso es, una muerte de sacrifico en defensa de su integridad a Dios y lo que le llevó a sentarse en un trono al lado de su Padre Celestial; luego como hemos dicho, esas personas y en el mismo momento de su muerte en sacrificio, ya adquieren la condición de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que es con dicha condición con la que se levantan en su resurrección, por lo que repetimos, no precisan de que nadie les nombre nada. Pero es que además y por si lo dicho fuera poco, la inmensa mayoría de esos “notables del AT” no sufrieron esta muerte violenta o de sacrificio exigida (luego otro requisito que no cumplieron) y sino, vean algunos ejemplos registrados en las Escrituras y en la versión TNM que siempre usamos nosotros, dado que no hay conflicto de contenidos con la RV 1960:

Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”

Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”

Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”

Job 42:16-17: “Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.”

Jue. 8:32: “Con el tiempo, Gedeón hijo de Joás, murió en buena vejez y fue enterrado en la sepultura de Joás su padre, en Ofrá de los abí-ezritas.”

1 Cró. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”

Gén. 9:28-29: “Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente de muerte natural y en la cama, como todos los mencionados).” (Acotación nuestra).

Entonces vemos que todos estos personajes y a los que había que sumar a los Moisés, Lot, los doce patriarcas de la nación de Israel y tantísimos otros, no se ajustan al requisito exigido por el Altísimo en el sentido de que para alcanzar el reino como inmortal rey y sacerdote, se tenía que “vencer” como el Cristo había vencido, eso es y cómo hemos mencionado, sufrir una muerte de martirio. Por lo tanto y ya a partir de ahí, no deja de ser una falacia y producto de la ignorancia, cuando no de la soberbia y altanería de algunos de esos autores, el que se empecinen en afirmar que dichos “notables del AT” estarán como reyes al lado de Jesucristo y que para ello presenten largos y disparados argumentos como el que hemos analizado y en donde a partir de unas determinadas palabras, como “conoció” y “santificó” así como otras derivadas de las mismas, son capaces de persistir empecinadamente en un planteamiento que solo razonando con un mínimo de lógica y sentido común sobre un solo texto, como pueda ser el Sal. 45:16, dicho planteamiento es echado por tierra sin ninguna dificultad. Y prueba de que lo que afirmamos es tal como lo afirmamos, es que ninguno de esos autores que sostienen el planteamiento sobre el que hemos escrito hoy, es capaz de darnos una explicación razonable de cómo hay que entender entonces dicho salmo, para que cuadre con su argumentación; y si no, queridos lectores, a ver si alguno de ustedes consigue encontrar a un “teólogo” que sea capaz de darles razón del significado del citado Sal. 45:16 y al mismo tiempo, que pueda sostener que los “notables del AT” también reinarán con Jesucristo en el reino de Dios…… ¡a que no lo encuentran!

MABEL

No hay comentarios:

Publicar un comentario