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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Una breve reflexión, sobre el pasaje de Rom. 8:29-30.


Ya les advertimos, queridos lectores, que lo de “breve” se nos ha estirado un “pelín”, porque nos hemos ido enrollando como una persiana y para cuando nos hemos dado cuenta, la cosa ya era kilométrica…… pero como el titular ya lo teníamos colocado y puesto que queda muy bien (al menos es animador eso de “breve”), hemos decidido dejarlo tal cual; por lo que ya debidamente advertidos, esto que sigue es lo que les hemos preparado para hoy.

Y es que hay un proverbio en España, que dice “¡Qué atrevida, que es la ignorancia!” y algo que casi todos en nuestro cotidiano deambular por la vida, sin duda alguna habremos podido observar en algunas personas que, temerariamente y fruto de su ignorancia en determinado asunto, se han metido en unos “embolaos” de esos de “agárrate y no te menees”. Y dado que esto ocurre en todos los ámbitos en los que se mueve el ser humano, como no podía ser de otra manera también ocurre en el campo de la religión, quedando quizás más patente si cabe dicha negativa circunstancia, entre aquellos que escriben artículos bíblicos en Internet y en donde un tonto con un ordenador, puede publicar la primera chorrada que se le ocurra sin tener que responder de ello ante nadie…… bueno, aquello que se dice ante nadie, ante nadie, vamos a matizarlo un poco, pues el que escribe de Dios obviamente tendrá que rendir cuentas ante Él en algún momento, de aquello que escribe; razón por la que uno se tiene que asegurar muy mucho de lo que dice, pues se quiera o no, cuando uno expresa su punto de vista sobre cualquier tema que trate del texto sagrado y más cuando este uno se las da de “ungido” o de “teólogo”, en todo caso de persona capacitada en el estudio de las Escrituras, lo que está haciendo es impartir enseñanza y con lo que ello conlleva de responsabilidad no exenta de riesgo, pues esto es lo que leemos en las mismas:

Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que ponen fe en mí (obviamente, mediante una enseñanza falsa), más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6). (Acotación nuestra).

Por lo que queda claro que una afirmación o “enseñanza” que pudiera en un momento dado, apartar del correcto entendimiento escritural a la persona que quiere aprender sobre lo que el Altísimo nos está explicando en Su Palabra y con ello, crear confusión sobre la voluntad divina, colocaría a quien la formula en una situación algo “complicadilla” con respecto de Jehová Dios. Y decimos esto, porque hay algunos que se creen ser “él no va más” en conocimiento bíblico (y solo porque un día quitaron el polvo a una Biblia), que con inusitada frecuencia y por no entender el significado correcto de determinado pasaje bíblico, incurren en el grave error de tergiversar totalmente el sentido de las Escrituras e impartiendo en consecuencia, un mensaje totalmente contrario al que nuestro Creador pretende transmitir al “personal” mediante Su Palabra Escrita. Incurriendo por tanto esos nefastos personajes, en contribuir a la total desorientación existente hoy en día en cuanto al conocimiento del propósito de Dios para nosotros los seres humanos, pues las personas no saben ni qué va a hacer Dios, ni siquiera si va a hacer algo para sacar a la humanidad del atolladero en el que se encuentra, ni cómo lo va a hacer si es que lo hace, ni cuándo lo hará, ni cómo afectará individualmente a cada uno, etc. etc. etc. Y siendo este el caso del pasaje que mencionamos en el titular de este escrito y con cuyo estrafalario desarrollo, nos encontramos en uno de los innumerables videos de corte bíblico que se publican en YouTube; pero antes de pasar a exponerles la “magistral” interpretación que del mismo nos hace el autor de dicho video y del que por caridad cristiana omitiremos dar su nombre (¡ya saben ustedes, por aquello de evitar que la familia sea abucheada al salir a la calle y todas esas cosas que pasan!), veamos qué leemos en dicho pasaje de Rom. 8:29-30 y para lo cual usaremos la versión RV 1960, pues es la utilizada por el autor del video en cuestión y razón por lo que será esta la versión que utilizaremos a lo largo de este escrito, a menos que señalemos lo contrario:

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Entonces de lo que nos habla esta porción escritural, es de determinada actitud secuencial del Altísimo con respecto de determinadas personas, eso es, que primero “conoció”, después “pre-determino”, después “llamó”, después “justificó y finalmente “glorificó”; pero fíjense que hemos remarcado en negrita la expresión “conoció”, pues es en función de la misma que el autor de ese despropósito se monta un “tinglao” de mil pares de narices y todo ello, por no entender de qué se nos está hablando en dicho pasaje. Porque el autor mencionado, partiendo de esa simple palabra y en una lógica “cavernaria”, plantea la siguiente cuestión: puesto que en otros pasajes y refiriéndose a determinadas personas, encontramos la misma expresión “conoció” o derivadas de la misma, ello tendría que significar que esa persona es una de las que se nos habla en el citado pasaje de Rom. 8:29-30 y cuyo destino final y por expreso deseo del Altísimo, es gobernar como rey al lado de Su Hijo Jesucristo durante el milenio; y como primer ejemplo de dicho supuesto, el autor en cuestión nos menciona el caso del rey David y tomando como base para ello el Sal. 139:1-6, en donde dicho personaje se expresaba en los siguientes términos:

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. 3 Has escudriñado mi andar y mi reposo y todos mis caminos te son conocidos. 4 Pues aún no está la palabra en mi lengua y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5 Detrás y delante me rodeaste y sobre mí pusiste tu mano. 6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender.”

Como pueden ver, en esta porción bíblica aparece también la expresión “conocido” y ello ya es más que suficiente para que el autor en cuestión, saque la conclusión ya mencionada: si en Rom. 8:29-30 se nos habla de que aquellos a los que Jehová “conoció”, fueron “llamados”, declarados “justos” y finalmente “glorificados” al lado de Cristo, se puede deducir de ello que puesto que David también era “conocido” por Dios y según propia afirmación, dicho personaje también se podría contar entre aquellos que participarán de esa glorificación al lado de Jesucristo…… y rupestre razonamiento dónde lo haya, que nos muestra que ese autor no tiene ni la más remota idea de qué es de lo que se nos habla en Rom. 8:29-30 (y algo que aclararemos más adelante), ni por supuesto de a qué se estaba refiriendo David con esas palabras. Porque de lo que estaba hablando David, no era más que de la maravillosa capacidad de “presciencia” u “omnisciencia” de Jehová y que le permite “examinar” y consecuentemente “conocer”, hasta aquello que aún no ha ocurrido y por muy lejano que esté situado en la corriente del tiempo…… pues aún David no había nacido y ya Jehová lo “conocía” todo de él (su carácter, sus tendencias, sus sentimientos más profundos, sus debilidades, etc.) en virtud del “examen” al que fue sometido. Y algo que queda claro en el verso 4, cuando David afirma que aún antes de que él hablara, ya Jehová conocía todo lo que David iba a decir…… y de ahí, que este exclamara que dicha capacidad divina era demasiado elevada para poder ser comprendida por el ser humano (v. 6).

Que ello es como se lo afirmamos, lo deja claro la propia versión RV 1960 (entre otras), pues como cabecera de dicho salmo coloca la leyenda o título de “Omnipresencia y omnisciencia de Dios” y en una clara manifestación de que eso es de lo que trata dicho salmo y no de otra cosa…… luego nada parecido a que en dicho salmo se nos quiera dar a entender, que el hecho de ser David “conocido” por Dios (hecho que por demás, ocurre con cada ser vivo, sea material o espiritual, bueno o malo, racional o irracional que pueda existir en el Universo, pues Jehová lo “conoce” o puede saber todo de todos, incluso antes de que vengamos a la existencia), tenga relación alguna con el que este y en un momento futuro, esté entre aquellos que vayan a reinar con Cristo en el reino de Dios. Porque de lo que este salmo nos habla y como señala el encabezado del mismo al que nos hemos referido, es de las cualidades de Dios y no de lo que David sería en un futuro lejano; pero veamos otro ejemplo que nos da dicho autor para sostener su planteamiento y para lo que nos dirige en esta ocasión a Éxo. 33:12-13, que nos habla sobre Moisés:

Y dijo Moisés a Jehová: “Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia en mis ojos. 13 Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo”.”

Entonces, dado que de nuevo aparece la expresión “conocido” en ese pasaje y siempre según el autor en cuestión, se debería de entender que Moisés también figurará entre aquellos que reinarán con Cristo en el reino de Dios; ahora bien ¿es esto lo que se nos quiere dar a entender en dicho pasaje? ¿Qué significa, realmente, ese “te he conocido por nombre”? Pues algo tan sencillo como la relación de intimidad personal que Jehová mantenía con Moisés y que no tenía en ese tiempo con nadie más; y circunstancia que queda clara cuando leemos el contexto, en este caso el verso anterior a los citados, eso es, el verso 11 y en donde se nos dice que “hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla cualquiera a su compañero”. Luego nada que ver esa expresión mencionada “te he conocido por nombre”, con la posición de futuro rey al lado de Cristo para Moisés, sino que solo nos habla de la relación de máxima proximidad que el Altísimo mantenía con Moisés en ese momento. Y que tenemos razón en nuestro planteamiento, queda claro cuando dicho pasaje de Éxo. 33:12-13 es contrastado con lo que del mismo interpretan otras traducciones bíblicas y de las que veremos unos pocos ejemplos a continuación; y por lo que les rogamos que centren su atención en el verso 12, pues en donde la versión RV 1960 dice aquello de “te he conocido por tu nombre y has hallado también gracia en mis ojos” y expresión en la cual el autor en cuestión apoya todo su disparatado planteamiento, las siguiente versiones traducen esto otro:

Traducción en Lenguaje Actual: “Moisés le dijo a Dios: “Tú me ordenaste guiar a este pueblo, pero no me dijiste quién me ayudaría a hacerlo. También me dijiste que me amas y que confías en mí. 13 Si eso es verdad, dime qué piensas hacer, para que yo también llegue a amarte y tú sigas confiando en mí. No olvides que este pueblo es tuyo y no mío”.”

Dios Habla Hoy: “Moisés le dijo al Señor: “Mira, tú me pides que yo dirija a este pueblo, pero no me dices a quién vas a enviar conmigo. También dices que tienes mucha confianza en mí y que me he ganado tu favor. 13 Pues si esto es cierto, hazme saber tus planes, para que yo pueda tener confianza en ti y pueda seguir contando con tu favor. Ten en cuenta que este pueblo es tu pueblo”.”

Nueva Versión Internacional: “Moisés le dijo al Señor: “Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13 Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo”.”

La Palabra (España): “Moisés dijo al Señor: “Mira, tú mismo me has encomendado que guíe a este pueblo, pero no me has indicado a quién enviarás para ayudarme. Dices que me he ganado tu confianza y gozo de tu favor; 13 pues si realmente es así, dame a conocer tus intenciones para que sepa que confías en mí. Recuerda que esta gente es tu pueblo”.”

O sea, que ni rastro de la expresión “conocido”, ni nada que mínimamente nos pueda dar a entender que la tal palabra tiene que ver con la connotación y trascendencia que le da el autor mencionado, pues de ser ello así, dichas versiones no hubieran excluido la tal de ese verso 12; luego queda claro que los traductores de esas versiones no entendieron de dicho pasaje, aquello de lo que el autor en cuestión nos quiere convencer…… por lo tanto, nada que ver con un futuro de privilegio para Moisés como rey, al lado de Cristo en el reino de Dios. Porque de lo que simplemente se nos está hablando en esa porción bíblica y como dice la traducción Palabra de Dios para Todos en ese texto 12, que traduce como “que me conocías muy bien y estabas contento conmigo”, era de que al igual que en el caso de David o de cualquier otro ser humano, Jehová lo conocía todo de Moisés, eso es, su pensar, su sentir, su firmeza, su integridad, etc. etc. etc. y valores por los que le escogió, para la concreta labor de sacar a Su pueblo de Egipto…… y para nada más. Y algo parecido a lo que nos encontramos, en otro ejemplo que nos plantea ese “genio” de la interpretación bíblica que parece ser el autor del que estamos hablando y que es el caso del profeta Jeremías, personaje del que ese “intelecto” mencionado, nos dice que también se le puede considerar candidato a reinar con Cristo, en función de lo él que interpreta del siguiente pasaje:

Antes que te formase en el vientre te conocí y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.” (Jer. 1:5).

Y que en este caso ya son ambas expresiones, “conocí” y “santifiqué”, las que son usadas y enfatizadas por el citado autor como determinantes para demostrar que también Jeremías estaba destinado a reinar con Cristo en el milenio y en consecuencia, la veracidad de tan disparatado planteamiento; sin embargo y como en el caso anterior, veamos cómo vierten dicho texto bíblico otras traducciones, para ver si eso es así y realmente esas dos palabras tienen la connotación y en consecuencia, el valor concluyente que ese autor les atribuye:

Dios Habla Hoy: “Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado; te había destinado a ser profeta de las naciones.”

Nueva Traducción Viviente: “Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté (o “escogí”) y te nombré mi profeta a las naciones.” (Acotación nuestra).

Nueva Versión Internacional: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado: te había nombrado profeta para las naciones.”

Traducción en Lenguaje Actual: “Yo te elegí antes de que nacieras; te aparté para que hablaras en mi nombre a todas las naciones del mundo.”

Palabra de Dios para Todos: “Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía (o “sabía” Jehová, la clase de persona que sería Jeremías). Antes de que nacieras, ya te había elegido para que fueras un profeta para las naciones.” (Acotación nuestra).

Luego lo que entendemos de ese pasaje y a tenor de lo que dicen de él distintas versiones bíblicas, es que Jeremía no fue pre-seleccionado (como tampoco lo fueron David y Moisés) para reinar con Cristo en el reino de Dios, sino sencillamente para que sirviera a Jehová como profeta y hablara en Su Nombre a las naciones, o lo que es lo mismo, para servirle en una comisión determinada y concreta. Y que en función de las cualidades que Jehová había visto en Jeremías, aún antes de que este fuera formado en el vientre de su madre y por medio de Su “presciencia” u “omnisciencia” y ante las que se maravilló David, el Altísimo sabía que Jeremías daría “la talla” y cumpliría cabalmente con la asignación encomendada; y que eso es así tal como lo planteamos nosotros, queda claro en un ejemplo del pasado, en el que Jehová actuó de igual manera y que tiene que ver con los dos hijos de Isaac y circunstancia que el apóstol Pablo nos resume de la siguiente manera:

Porque la palabra de promesa fue como sigue: “Por este tiempo vendré y Sara tendrá un hijo”. 10 Y no solo ese caso, sino también cuando Rebeca concibió gemelos de un solo hombre, de Isaac nuestro antepasado, 11 pues cuando todavía no habían nacido ni practicado cosa buena ni vil, para que el propósito de Dios tocante a la selección continuara dependiendo, no de obras, sino de Aquel que llama, 12 se le dijo a ella: “El mayor será esclavo del menor”. 13 Así como está escrito: “Amé a Jacob, pero odié a Esaú”.” (Rom. 9:9-13 en la versión TNM).

Lo cual no significa que Dios hubiera movido los asuntos para que ello fuera así, lo que hubiera sido una grave injerencia en la legítima capacidad de libre albedrio de esos dos seres aún por nacer, sino que el Altísimo y en Su “omnisciencia” vio las “tendencias” de los dos fetos y concluyó que las obras de ambos conducirían indefectiblemente a ese resultado, como así fue: en un alarde de total desprecio por las cosas sagradas, posteriormente Esaú vendió su derecho de primogenitura a su hermano Jacob por un plato de lentejas (Gén. 25:34) y con lo que despreció el maravilloso privilegio de convertirse en un antepasado directo del Mesías. Por otra parte, la expresión “santificado” y a la que el autor mencionado también le da tanta importancia, si consultan con cualquier diccionario bíblico verán que no significa más que algo que es apartado para el servició exclusivo de Dios, fuera el tal persona, animal o cosa; pues no olvidemos que según las Escrituras, se santificaban o dedicaban al servicio exclusivo de Jehová, tanto personas, como animales, lugares y cosas:

Dios le dijo a Moisés: 12“El día en que le quité la vida al primer hijo de cada familia egipcia, decidí que los israelitas debían entregarme todo primer hijo varón, tanto de personas como de animales. 13 En lugar de sus hijos quiero que me consagren (o me “santifiquen”, en todo caso que se dedicara al servicio exclusivo de Dios) a los descendientes de Leví para que estén a mi servicio y me pertenezcan de manera especial. Yo soy el Dios de Israel”.” (Núm. 3:11-13).

Sin embargo y siendo así, que también el tabernáculo y posteriormente el templo de Jerusalén, así como los utensilios del mismo, estaban consagrados o “santificados” a Dios, ello de ninguna manera significa que ni los animales, ni lugares como el templo o los utensilios usados en el mismo, tengan que reinar con Cristo en el reino de Dios; luego queda claro que la expresión “santificar” no puede tener más connotación que el que uno ha sigo puesto bajo el servicio de Dios y no, que el ser uno “santificado” tenga que ver para nada con el recibir un puesto de privilegio en el nuevo mundo, en calidad de inmortal rey y sacerdote…… decir lo contrario no es más que fruto de una brutal ignorancia del contenido escritural, cuando no de la diabólica intención de adulterar las Escrituras para uno salirse con la suya. Ahora bien, dicho lo cual, quizás ha llegado el momento y para acabar de entender de qué estamos hablando, que pasáramos a analizar Rom. 8:29-30 y que para refrescar la memoria, volveremos a transcribir y como hemos dicho, en la versión de la RV 1960:

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”

Y ahí tenemos la palabra “talismán” del autor al que estamos haciendo referencia, eso es, la expresión “conoció” y que da pie al disparatado argumento que estamos analizando y que, supuestamente, llevaría a David, a Moisés y a Jeremías, a reinar con Cristo en el reino de Dios; pero claro, resulta que nos encontramos de entrada con un pequeño problema: y es que por la misma regla de tres y aplicando el mismo baremo, tendríamos que suponer también, que de aquellos “notables del AT” de los que las Escrituras no mencionan expresamente que el Altísimo los “conoció”, como es el caso de Noé, Abraham, Isaac, Daniel, Isaías, Amós, Abdías, etc. etc. etc., quedarían apartados de poder disfrutar de semejante privilegio. Y lo que nos lleva a razonar que nos encontramos ante una estupidez de tamaño colosal y resultado, como hemos señalado al principio de este escrito, de no tener ni puñetera idea por parte del autor mencionado de qué realmente nos está hablando y mucho menos, a qué se refiere el pasaje mencionado de Rom. 8:29-30…… algo que les vamos a explicar inmediatamente y para lo cual, tenemos que empezar por recordar unas palabras que pronunció el Altísimo, en el mismo momento de pecar Adán:

Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y le magullarás en el talón”.” (Gén. 3:14-15, en la versión TNM).

Luego en el bien entendido que Jehová no se estaba dirigiendo a una serpiente literal, sino a la fuerza que operaba detrás de ella, el ser espiritual Satanás (Rev. 12:9), queda claro del verso 15 que desde ese mismo instante, ya el Altísimo tenía en su prodigiosa e inconmensurable mente todo el plan de redención del ser humano, hasta la última coma del mismo. Lo que se podía resumir y para entendernos, como que Dios ya tenía en su mente perfectamente planificados y perfectamente situados en la corriente del tiempo, todos, absolutamente todos, los acontecimientos que ustedes pueden leer hoy en la Biblia, así como a los distintos “actores” que participarían en los mismos y el papel que cada uno de ellos desempañaría en dicha “obra” y en el momento apropiado, hasta el más ínfimo detalle…… luego Jehová ya conocía miles de años antes de que ocurriera, todo aquello que tenía que ocurrir y lo nos lleva a la clave del asunto. Porque si han prestado atención a las palabras con que inicia Rom. 8:29-30, habrán notado que dice “porque a los que antes conoció”…… y lo que lleva a preguntarse a cualquiera con una cabeza medianamente “amueblada”, eso de: “antes” ¿de qué? Pues sencillamente antes de que viniera a la existencia este mundo que conocemos, pues recordemos que las palabras de Dios a Adán fueron dichas antes de que este fuera expulsado del jardín de Eden…… luego antes de que este mundo de pecado en el que vivimos viniera a la existencia y que principió con el nacimiento del primer ser humano sujeto al pecado (Caín), Jehová ya había predeterminado todo suceso que ocurriera en el mismo, para el completo logro de su propósito redentor; y lo que nos lleva a considerar de nuevo ese pasaje de Rom. 8, pero en esta ocasión desde el verso 28 y que para una mayor comprensión del mismo, transcribiremos de la versión Traducción en Lenguaje Actual y del cual, la versión Palabra de Dios para Todos, dice prácticamente lo mismo:

Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan. 29 Desde el principio, Dios ya sabía a quiénes iba a elegir y ya había decidido que fueran semejantes a su Hijo, para que éste sea el Hijo mayor. 30 A los que él ya había elegido, los llamó; y a los que llamó también los aceptó; y a los que aceptó les dio un lugar de honor.”

Ahora bien ¿significa eso que Dios desde ese principio señalado, ya sabía que un tal David, o un tal Moisés, o un Jeremías, un Pablo, Pedro, Juan, Santiago, etc. etc. etc. ocuparían un lugar en el gobierno del reino de Dios, pues así lo había “predeterminado” acerca de dichos personajes…… y que es exactamente lo que nos quiere dar a entender el autor del que estamos hablando? Obviamente no, pues como ya hemos señalado, eso violentaría el derecho al libre albedrío de esas personas y en consecuencia, el derecho de las mismas a ser lo que ellas quisieran ser, eso es, fieles a Jehová o no; pero además y de ser ello así, significaría que Jehová ya desde un principio habría condenado y para el adelanto de sus propósitos, a un tal Judas Iscariote a la destrucción eterna, pues ya estaba “decidido” de antemano que este fuera el que “cargara con el mochuelo” de traicionar al Hijo de Dios…… y con lo que de nuevo se violentaría el derecho al libre albedrío, en este caso del personaje en cuestión, de actuar como un traidor a Jesús o no. Y como eso no puede ser así, tiene que haber una explicación más razonable de lo que Jehová realmente hizo; porque recuerden que hemos dicho que en la mente de Jehová y en el mismo momento de pecar Adán, ya estaba perfectamente diseñado el plan completo de redención y que contemplaba como figura central, a un Hijo que daría su vida por la humanidad, así como a un conjunto de personas que colaborarían con este Hijo y durante un período de mil años, para llevar adelante el plan divino de restauración del ser humano en general (Hech. 3:20-21). Entonces lo que hizo Dios, fue lo siguiente: estableció una serie de requisitos semejantes a los que tendría Su Hijo, o lo que es lo mismo, hizo de este el “modelo” al que se tendrían que ajustar en todos sus extremos, aquellos que tuvieran que compartir tronos con él; luego llegado el momento y momento que llegó cuando apareció este Hijo de Dios aquí en la tierra, para buscar a aquellos que con el tendrían que reinar en el reino de Dios, todos aquellos (quienes fueran) que reunían las cualidades que Jehová había “predeterminado” en un principio que tendría que tener uno para alcanzar dicho galardón, fueron apareciendo y apegándose a su modelo que era Jesús…… y como esas personas cumplían con esos requisitos preestablecidos por Dios, con toda lógica Él los “llamó” o atrajo hacia Su Hijo (Juan 6:44), pues los “declaró justos” o de acuerdo a los requisitos exigidos y en consecuencia, “los glorificó” al reconocerlos también como Hijos Suyos.

Es entonces en este sentido, que Jehová “conoció” de antemano a aquellos que serían co-gobernantes con Su Hijo en un futuro aún distante en el tiempo, pues si no se ajustaban a los requisitos por Él demandados, ninguna persona podría acceder a dicho privilegio; luego y para entendernos: Jehová no eligió de antemano a personas determinadas con nombres y apellidos, sino que estableció requisitos que se exigirían a todo aquél que deseara formar parte de ese grupo de personas. Y permítannos ilustrar el asunto con un pequeño ejemplo, imaginándonos por un momento al todopoderoso presidente de una importante corporación financiera con miles de empleados, que hace el siguiente llamado a su secretario personal: “Quiero que me encuentres a 25 personas que hablen cinco idiomas, expertos en economía y finanzas, de total dedicación a la empresa, hábiles en informática y con un gran don de gentes; a los que reúnan dichos requisitos, los nombraré mis asesores personales”. Es obvio que ese presidente no conoce personalmente a los individuos que en un futuro colocará a su lado, pero sí la cualidades que tendrán, pues es él el que las ha delimitado…… una vez pasadas las pruebas de rigor y demostrada la capacidad de cada uno y acorde a los requisitos demandados, aparecen las 25 personas requeridas y que son elevadas al rango de asesores personales de ese poderoso personaje; luego en justicia y sin faltar a la verdad, dicho personaje podría decir que “conoció” a sus asesores personales, aún antes de que estos supieran de la oferta, pues él puso los requisitos que tenían que reunir para alcanzar dicho puesto de privilegio.

Pues más o menos y salvando todas las distancias, así es como ocurre con el grupo de aquellos que con Cristo tienen que reinar: Jehová estableció unos requisitos para poder acceder a gobernar con Su Hijo y a medida que fueron apareciendo aquellos que los reunían, les fue concediendo el alcanzar el puesto prometido. Y grupo de personas que inició con los apóstoles y no con los David, Moisés o Jeremías, pues en primer lugar y para ser de la partida, uno de los requisitos que las tales personas tenían que reunir, era el de haber recibido el bautismo en agua y que inició en Juan el Bautista (Juan 1:33) y el bautismo en espíritu santo que los “ungía” como Hijos adoptivos de Dios…… y bautismo que no estuvo accesible, hasta después de la resurrección de Jesucristo (Juan 1:33; Hech. 1:5); y requisito de poseer ambos bautismos, que por razones obvias (hacía siglos que habían muerto) los David, Moisés, Jeremías y tantísimos otros, no pudieron alcanzar. Pero es que en segundo lugar y según entendemos desde este blog, hay una razón mucho más sólida y definitiva por la que esos personajes mencionados y entre los que se contarían también, los Noé, Abraham, Daniel, Isaac, Jacob, etc. etc. etc. y a los que se conoce en conjunto como a “los notables del AT”, no podían de ninguna manera reinar con Cristo y que es la de ser precisamente antepasados de este; y razonamiento que se nos explica en el Sal. 45:16, en donde leemos lo que se nos dice acerca de ellos y en la misma versión RV 1960:

En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra.”

Porque lo que se nos está diciendo realmente en este pasaje, es que por “derecho de recompra” (Lev. 25:47-54) y en función de su sangre derramada, Jesucristo “recompró” o “redimió” a la humanidad de su condena de muerte por el pecado heredado y lo que convierte a todo ser humano en hijo de Jesucristo, pues con su muerte nos devolvió la vida; porque recordemos que cuando Jehová expulsó a Adán del jardín de Edén, no solo le expulsó de un lugar físico, sino que también le expulsó de Su Presencia y por tanto de la vida (Gén. 3:22-24), así como de su relativa condición de hijo de Dios (Luc. 3:38)…… y situación que Adán pasó como herencia a sus descendientes, que a partir de ese momento quedaron bajo la tutela de Satanás y con la muerte en mira. Ya cuando apareció el Hijo de Dios y con su sangre recompró a la humanidad, todo aquel que ejerza fe en su sangre derramada pasa a convertirse en su hijo y con la vida en mira…… y de ahí, el título que el propio Jehová y entre otros, le concede a Su Hijo Jesucristo:

Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (Isa. 9:6, en la versión TNM).

Pero, padre ¿de quién? Pues como hemos señalado, de los miembros de la humanidad y que adquirió en posesión, merced a su sacrificio vicario y lo que incluye a esos antepasados mencionados…… excepción hecha, claro está, de aquellos que como ya hemos dicho, reunieran determinadas características predeterminadas por Dios (entre ellas el “nacer del agua y del espíritu”, según Juan 3:3; 5) y que Este adquirió para Sí como “primicias” (Rev. 14:4) y que reuniéndolos al lado de Su Hijo, los adoptó como Hijos Suyos y por tanto, hermanos de Jesucristo; algo que no pudieron hacer esos notables del AT, pues para cuando apareció Jesús, ellos ya llevaban siglos muertos. Pero la cuestión es que si esos antepasados de Jesús y al igual que la humanos en general, pasan a convertirse en hijos de Jesucristo y esto el Sal. 45:16 lo deja claro como el agua, resulta que no pueden ser al mismo tiempo Hijos de Dios y en consecuencia, no pueden ser hermanos de Jesucristo…… y sabemos que solo los hermanos de Jesucristo y por tanto Hijos de Dios, pueden heredar el reino con él, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6). Y lo cual y dicho como simple anécdota, no significa que no hayan existido en el transcurso de los siglos posteriores a Jesucristo y existan actualmente personas, que afirmen reunir los requisitos predeterminados por el Altísimo para ocupar un lugar de rey en el reino de Dios (ahí esta esa pléyade de supuestos “ungidos” que nos rodea por tierra, mar y aire) y algo en lo que no nos queremos meter…… pero que en todo caso, resulta que Jehová también había predeterminado el número de estos y que limitó a 144.000 individuos (Rev. 7:4; 14:1.5). Grupo que inició con los apóstoles y a los que a estos siguieron (Juan 17:20) y de los que aún queda un pequeño resto por aparecer, prefigurado por los “dos testigos” de Rev. 11:3 y a los que les aguarda la comisión de llevar adelante la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14, que precederá al fin de este sistema inicuo de cosas; luego resumiendo la cuestión del porqué unos sí y otros no, digamos que se trataría sencillamente de haber estado en el lugar apropiado, en el momento oportuno: tan simple como eso.

Sin embargo y por si a alguien le queda alguna duda acerca de si esos antepasados de Jesús, eso es, los notables del AT, reinarán o no en el milenio con Cristo, solo tiene que reparar en un dato que se nos da en ese salmo mencionado y que no cuadra con lo que ocurre con aquellos que si gobernarán como reyes durante esos mil años; porque en el Sal. 45:16 se nos dice que Jesucristo “nombrará” a todos esos antepasados suyos por “príncipes sobre la tierra”…… cuando el caso es, que aquellos que tienen que reinar con él, ya se levantan en la llamada “primera” resurrección en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, por lo que no precisan de nombramiento alguno. Porque no olvidemos que dicha condición ya la consiguen en el mismo momento en que ofrecen su vida en martirio en defensa de su integridad a Dios y al Cristo, algo que queda claro en los siguientes versos:

Rev. 2:10: “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.”

Rev. 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Luego lo que queda claro en esos dos pasajes, es que para sentarse en un trono junto a Cristo, hay que aguantar “hasta la muerte” y muerte violenta (Rev. 20:4) como la que él tuvo, eso es, una muerte de sacrifico en defensa de su integridad a Dios y lo que le llevó a sentarse en un trono al lado de su Padre Celestial; luego como hemos dicho, esas personas y en el mismo momento de su muerte en sacrificio, ya adquieren la condición de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que es con dicha condición con la que se levantan en su resurrección, por lo que repetimos, no precisan de que nadie les nombre nada. Pero es que además y por si lo dicho fuera poco, la inmensa mayoría de esos “notables del AT” no sufrieron esta muerte violenta o de sacrificio exigida (luego otro requisito que no cumplieron) y sino, vean algunos ejemplos registrados en las Escrituras y en la versión TNM que siempre usamos nosotros, dado que no hay conflicto de contenidos con la RV 1960:

Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”

Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”

Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”

Job 42:16-17: “Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años, y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.”

Jue. 8:32: “Con el tiempo, Gedeón hijo de Joás, murió en buena vejez y fue enterrado en la sepultura de Joás su padre, en Ofrá de los abí-ezritas.”

1 Cró. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años, y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”

Gén. 9:28-29: “Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente de muerte natural y en la cama, como todos los mencionados).” (Acotación nuestra).

Entonces vemos que todos estos personajes y a los que había que sumar a los Moisés, Lot, los doce patriarcas de la nación de Israel y tantísimos otros, no se ajustan al requisito exigido por el Altísimo en el sentido de que para alcanzar el reino como inmortal rey y sacerdote, se tenía que “vencer” como el Cristo había vencido, eso es y cómo hemos mencionado, sufrir una muerte de martirio. Por lo tanto y ya a partir de ahí, no deja de ser una falacia y producto de la ignorancia, cuando no de la soberbia y altanería de algunos de esos autores, el que se empecinen en afirmar que dichos “notables del AT” estarán como reyes al lado de Jesucristo y que para ello presenten largos y disparados argumentos como el que hemos analizado y en donde a partir de unas determinadas palabras, como “conoció” y “santificó” así como otras derivadas de las mismas, son capaces de persistir empecinadamente en un planteamiento que solo razonando con un mínimo de lógica y sentido común sobre un solo texto, como pueda ser el Sal. 45:16, dicho planteamiento es echado por tierra sin ninguna dificultad. Y prueba de que lo que afirmamos es tal como lo afirmamos, es que ninguno de esos autores que sostienen el planteamiento sobre el que hemos escrito hoy, es capaz de darnos una explicación razonable de cómo hay que entender entonces dicho salmo, para que cuadre con su argumentación; y si no, queridos lectores, a ver si alguno de ustedes consigue encontrar a un “teólogo” que sea capaz de darles razón del significado del citado Sal. 45:16 y al mismo tiempo, que pueda sostener que los “notables del AT” también reinarán con Jesucristo en el reino de Dios…… ¡a que no lo encuentran!

MABEL

domingo, 6 de enero de 2013

Apologista Mario Olcese...... Rev. 13:8 y la “presciencia” y “predeterminación” de Dios 

Y aunque les parezca un tanto extenso y diversificado el titular, no se preocupen pues les estamos hablando de una misma cosa y que tiene que ver con el contencioso que nos llevamos entre manos con el Sr. Olcese…… lo cual es un decir, pues los únicos que hablamos del tema somos nosotros, puesto que él y cual damisela ofendida, aparte de lamentarse del mal trato que le da cierto “españolito que anda por ahí”, ha sido incapaz de ofrecer razonamiento alguno del porqué de su planteamiento. Pero que en todo caso, nos comprometimos en nuestro anterior escrito del día 2 del corriente mes de Enero, a hablarles en este artículo del texto de Rev. 13:8 y que sirve de base a D. Mario para sostener su idea de que Jehová mediante el don de la “presciencia”, ya conocía de antemano lo que haría su creación, mucho antes de crearla y por lo que pudo “predeterminar” una serie de acontecimientos “necesarios”, entre ellos la entrada del pecado en el mundo, para que la humanidad pudiera “gozar” de la oportunidad de llegar a conocer de su amor, misericordia, bondad, paciencia…… en definitiva, de “cuanto” nos ama.

Por ello, hemos decidido hablarles de todo un poco, pues todo ello en conjunto está directamente relacionado con la exposición hecha por dicho caballero (¡qué generosos somos!) y siempre en función de lo que buenamente hemos conseguido averiguar, pues es obvio que no somos expertos en esos conocimientos (no somos teólogos) y por lo que ya les advertimos que lo que les vamos a plantear, hay que tomarlo con todas las cautelas del mundo y considerarlo como un simple punto de vista y por lo tanto, susceptible de ser corregido. Pero dicho lo cual y puesto que lo prometido es deuda, empecemos en primer lugar analizando el contenido del citado pasaje y averigüemos que se nos dice en él, que pudiera servir de apoyo de alguna manera, al Sr. Olcese para mantener tan inconcebible planteamiento:

Y todos los que moran en la tierra la adorarán; el nombre de ninguno de estos está escrito en el rollo de la vida del Cordero que fue degollado, desde la fundación del mundo.” (Rev. 13:8).

A partir de ahí y sin entender siquiera lo que está leyendo, pues no tiene ni la más remota de idea de ello a juzgar por el resultado final de su plenteamiento, el Sr. Olcese ya deduce de la expresión “fundación del mundo” (o “principio del mundo” según vierten otras traducciones), que esta nos sitúa en un momento anterior a empezar Jehová con la creación humana y que viendo en Su “presciencia” la que se le estaba viniendo encima, “predeterminó” una serie de acontecimientos, entre ellos el show del jardín del Edén y que derivó en el pecado y las fatales consecuencias del mismo de miles de años de sufrimiento, dolor, muerte y amargura para el personal, pero eso sí, todo ello por una buena causa ¡al final Dios, nos podría mostrar “cuanto” nos quiere!...... y que ya nos disculparán ustedes, pero ya hay que ser inmoral para sugerir siquiera semejante idea. Pero veamos aunque sea muy sucintamente, lo que tenemos que entender de la expresión “fundación del mundo” eso es, en dónde nos coloca dicha expresión “fundación” en la corriente del tiempo: si antes de producirse la creación humana como afirma D. Mario, o después de producirse el pecado como mantenemos nosotros; y para ello, podríamos empezar analizando unas palabras de Jesús:

“…… para que la sangre de todos los profetas vertida desde la fundación del mundo sea demandada de esta generación, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue muerto entre el altar y la casa’. Sí, les digo, será demandada de esta generación.” (Luc. 11:50-51).

Entonces y dado que Abel no fue un profeta en el estricto sentido de la palabra, tal podría parecer que Jesús colocó la “fundación del mundo”, como paralelo a la existencia de la descendencia Adán y Eva, en este caso de Abel, el segundo de los hijos de Adán y por lo cual este y su esposa Eva, ya hacía muchísimo tiempo que habían sido creados y por lo que lo razonable hubiera sido, que para datar dicha “fundación del mundo” se tomara como punto de referencia a nuestro primer padre y no a uno de sus hijos, nacido mucho tiempo después de la creación de este; es cierto por otra parte, el que se hubiera podido mencionar a Abel como el primer mártir de la historia religiosa y de ello el hacer referencia al mismo, pero lo cual no quita el hecho de que se relaciona el suceso de Abel con la “fundación” del mundo…… por lo que la pregunta sería ahora y para ir avanzando en nuestra investigación ¿de que “mundo” se nos estaría hablando?

En el pasaje mencionado, la palabra “mundo” traduce el término griego kó·smos en su acepción de “mundo de la humanidad” y por lo que tendríamos que tener en cuenta que este término en las Escrituras Griegas Cristianas, bíblicamente tiene tres acepciones posibles, como son, 1º: el conjunto de la humanidad, con independencia de su modo de vida o condición moral; 2º: las circunstancias en las que una persona nace y vive (en este sentido guardaría una cierta analogía con la palabra griega ai·on o “sistema de cosas”) y 3º: la humanidad “rebelde” en su conjunto y excluidas por tanto, aquellas personas aprobadas por Jehová. Entonces cobraría fuerza la idea de que Jesús usó la expresión “fundación del mundo” para referirse al nacimiento de los hijos de Adán y Eva, con lo que se produjo un mundo de seres humanos y siendo que está claro, que por “mundo” tenemos que entender este actual en el que vivimos, sumido en el pecado y en el que nos vemos incursos los seres humanos en cualquiera de las tres acepciones mencionadas; y “mundo” por otra parte, que es el único que existe, por lo que no se nos podía estar haciendo referencia a ningún otro…… y pareciendo confirmar dicha idea, las palabras del apóstol Juan registradas en el siguiente pasaje:

“…… porque todo lo que hay en el mundo, el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno, no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.” (1 Juan 2:16)

Eso es, del mundo “creado” por Satanás por medio del pecado edénico y que tuvo su inicio o “fundación”, no en Adán y Eva (creados perfectos), sino en los descendientes de estos y que fueron los primeros en nacer bajo el pecado que domina al mundo mencionado por Juan y lo cual colocaría la “fundación del mundo” señalada en Rev. 13:8 y texto que sirve de referencia o base al Sr. Olcese para su disparatada afirmación, para después del pecado y no antes de la creación de Adán y Eva y a partir de lo cual, ahora ya sí y con el propósito de enmendar el entuerto producido, Jehová pudo diseñar un plan de redención para devolver a la humanidad al mundo anterior que se había perdido y que ya no existía…… plan en el que estaba contemplado hasta el más ínfimo detalle y lo que permitió, por ejemplo a Juan, miles de años después, decir que el “cordero” (Jesucristo) fue “degollado desde la fundación del mundo” (Rev. 13:8) y con lo que todo empieza a adquirir una cierta lógica. Y confirmaría nuestra idea, el hecho de que el sentido de la palabra griega de la que se traduce el término español “fundación” es ka·ta·bo·lés o literalmente “echar hacia abajo simiente” y lo que vendría a reflejar gráficamente, el momento de la fecundación de la mujer por el varón y que conocemos como “acto sexual”; por lo que veamos unas palabras de Jesús y la interpretación que de las mismas se hace:

Padre, en cuanto a lo que me has dado, deseo que, donde yo esté, ellos también estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me amaste antes de la fundación del mundo.” (Juan 17:24).

Y expresión la señalada en “negrita” que se traduce del griego pro ka·ta·bo·lés y que significa literalmente (al menos hasta donde hemos podido averiguar) como “antes de un echar simiente” y lo que vendría a confirmar, que el plan redentor del Altísimo tomó forma, no antes de la creación de nuestros primeros padres, como incomprensiblemente nos quiere “vender” Apologista Mario Olcese, sino después y más concretamente en el momento de la aparición de la primera descendencia de Adán y Eva, eso es, Caín…… y algo que nos confirmaría sin lugar a duda alguna (a menos que Jehová mintiera) las siguientes palabras y que ya daban a entender la puesta en marcha un Plan divino, tendente a la reparación del mal causado y pronunciadas instantes antes de ser expulsados del paraíso nuestros primeros padres:

Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente: “Porque has hecho esta cosa, tú eres la maldita de entre todos los animales domésticos y de entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás y polvo es lo que comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón”. 

16 A la mujer dijo: “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos (luego aún no había descendencia de por medio) y tu deseo vehemente será por tu esposo y él te dominará”. 

17 Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: “No debes comer de él”, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:14-19): (Acotación nuestra).

Por lo tanto queda claro y a través de los castigos respectivos, que no solo Jehová no tuvo nada que ver en absoluto con la situación que se produjo, lo cual sería cierto si esta hubiera estado “predeterminada”, sino que dicho Plan Divino cobró vida después de la comisión del pecado, eso es, antes de que les naciera descendencia a Adán y Eva; por lo que en principio, todo parece indicar que la “fundación del mundo” no significa para nada el principio de la creación del universo material y anterior a la de Adán y Eva. Más bien esa expresión usada por Jesús en Juan 17:24 y según todos los indicios señalados, tendría que hacer referencia y a tenor del significado de la expresión griega de la que es traducida al español, al tiempo en que la raza humana se “fundó” o “principió” como resultado de la unión entre un hombre y una mujer y algo jamás visto hasta ese momento y que marcó un antes y un después en la historia del ser humano, eso es, la unión de Adán y Eva.

Porque recordemos, que estos habían sido creados por separado directamente por Dios y como partes individuales y distintas de Su creación, por lo que la unión de ambas creaciones, fue el origen, principio o inicio de algo nuevo y que fue el primer ser humano no creado por Dios y por tanto inédito, con lo que se “fundó” o “principió” el mundo como lo conocemos hoy y circunstancia que se produjo, no lo olvidemos ya fuera del jardín de Edén o “mundo anterior” sin pecado y por decirlo de alguna manera, que ya había dejado de existir…… luego es en ese momento cuando en la corriente del tiempo, inicia la “fundación del mundo” como lo conocemos y en el que existimos y que es a lo que se hace referencia en las Escrituras cuando dicha expresión se pronuncia.

Y nos ayuda a entender eso, el pasaje de Hebr. 4:3, en donde se nos dice que las obras creativas de Dios no fueron “comenzadas”, sino que fueron “terminadas” desde la “fundación del mundo”; luego si sabemos casi con toda seguridad que Eva fue la última obra creativa de Jehová, es obvio que la “fundación del mundo” como tal y punto de referencia en las Escrituras, pues dicho evento es el que nos marca un antes y un después de algo, obviamente es un suceso que tuvo que producirse después de la creación de Eva…… y lo que nos lleva inevitablemente a entender y por “fundación del mundo”, el momento en que apareció sobre la tierra el primer ser humano no creado por Dios, sino fruto de la unión entre dos creaciones distintas de Este, eso es, el hombre Adán y la mujer Eva. Luego y resumiendo, el pasaje de Rev. 13:8, de ninguna manera puede ser usado para demostrar que Dios actuó con referencia a su creación humana antes de que esta fuera creada, como nos pretende hacer creer Apologista Mario Olcese.

Dicho lo cual y esperando haber sido capaces de presentar nuestro planteamiento/teoría de manera razonablemente entendible, nos centraremos ahora y como interesante complemento para probar que Jehová no tomo decisión alguna sobre la creación humana, antes de haberla creado y que es lo que nos quiere vender el amigo Apologista, en el significado de los términos enunciados en nuestro titular, eso es, “presciencia” y “predeterminación”…… y más importante aún, el uso que de esas capacidades hace nuestro Creador y que es en dónde está la verdadera clave del asunto. Y que puesto que todo lo que vamos a contarles de ello, es básicamente información que se halla en Internet en un compendio de páginas que hablan del tema y de las que nos hemos tenido que empapar, pero en todo caso al alcance de cualquiera, obviaremos algunos detalles técnicos para no extender demasiado el artículo…… ya si uno a nivel personal desea hacer alguna comprobación, o adquirir más información al respecto, ya es decisión de cada uno y bastante aconsejable por cierto, siempre pensando en que nosotros nos podemos haber equivocado en algo.

De entrada y a grandes rasgos, el término “presciencia” tiene que ver con el conocimiento de lo que ha de suceder o existir, antes de que ello se haga realidad; y capacidad que tiene que ver principalmente con Jehová Dios, con respecto de sus propósitos. La palabra que por lo general se traduce por “presciencia” se encuentra en las Escrituras Griegas Cristianas o NT, aunque como concepto se halle reflejado también en las Escrituras Hebreas y conocidas comúnmente como AT; y que es la palabra griega pró·gno·sis (de pro, “antes” y de gno·sis, “conocimiento”).

Por otra parte, el término “predeterminación” es la acción de determinar o decidir el que en un momento determinado en la corriente del tiempo, se produzca determinado suceso decidido por anticipado y viene derivado de la palabra griega pro·o·rí·zo (de pro, “antes” y ho·rí·zo, “delimitar” o “demarcar”). De hecho la palabra española para “horizonte” se deriva de la griega ho·rí·zon, que significa “delimitador” o “demarcador de algo”; por ejemplo “el horizonte de sucesos” en un llamado “agujero negro” en el espacio, nos señala el borde o límite de lo que se puede ver de dicho fenómeno sideral. Ambas significados, los hallamos juntos en el pasaje de Hech. 2:23:

A este hombre, como uno entregado por el consejo determinado (o “predeterminado”) y presciencia de Dios, ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados, y lo eliminaron.”

Y en donde la traducción Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, vierte como sigue:

Este fue entregado por el plan predeterminado y el previo conocimiento (o “presciencia” según nota a pie de página) de Dios y ustedes lo clavaron en una cruz por manos de impíos y lo mataron.” (Hech. 2:23).

Ahora bien, ya conocidos a grosso modo el significado de ambos términos, analicemos determinados factores que tienen que ver con el uso de los mismos por nuestro Creador y que nos llevarán a entender, que es lo que realmente ocurrió con la historia del pecado y sus posteriores consecuencias.

Y un primer factor a tener en cuenta, sería que en las Escrituras se nos dice con toda claridad que estamos hablando de dos atributos divinos, por los que Dios puede “preconocer” todo asunto antes de que se realice y “predeterminar” sucesos a ocurrir en un tiempo futuro, para el cumplimiento de determinado propósito que Este tenga. Y siendo el mismísimo Jehová, el que presenta como prueba de su Divinidad, esta capacidad de “preconocer” y “predeterminar” acontecimientos de salvación y liberación, así como también actos de juicio o castigo y luego hacer que los mismos se realicen, siendo su pueblo escogido testigo de ello (Isa. 48:3-5). Por otra parte, no podemos olvidar que dichos aspectos mencionados, la “presciencia” y “predeterminación” divinas, constituyen la base sobre la que se fundamenta la verdadera profecía y por lo que Jehová desafió a las naciones que se oponían a su pueblo, a que demostraran la pretendida divinidad de aquellos a quienes consideraban dioses y de sus ídolos, pidiendo que sus deidades “profetizaran” actos de salvación o juicios similares y que luego hicieran que se cumpliesen…… obviamente la inexistente respuesta ante tal desafío, demuestra la impotencia de los ídolos o imágenes esculpidas, que solo “son viento e irrealidad” (Isa. 41:29).

Un segundo e importante factor que debe de tenerse en cuenta, es el libre albedrío, eso es, el poder escoger de entre dos o más opciones, aquella que más parezca convenirle a uno y capacidad con que Dios dotó a las criaturas inteligentes de Su creación; pues el registro escritural nos muestra, lejos de toda duda, que Este extiende a sus criaturas humanas el privilegio y la responsabilidad también, de elegir aquello que decidan hacer, eso es, el ejercer libre albedrío y haciéndolas por tanto, responsables de sus actos (Gén. 2:16, 17; Deut. 30:19-20). Por lo tanto, el ser humano no es un mero autómata o robot programado a distancia, o que al igual que los animales irracionales actúe por instinto, pues de lo contrario no tendría sentido el afirmar que el hombre fue creado a la “imagen y semejanza de Dios” si careciera del libre albedrío que su Divino Creador posee (Gén. 1:26). Por lo tanto es solo razonable pensar, que no debería existir conflicto alguno entre la “presciencia” y “predeterminación” de Dios, con el libre albedrío dado por Este a sus criaturas inteligentes y algo que sí se produce, en el planteamiento del Sr. Olcese que estamos analizando.

Un tercer factor que también entra en el cuadro, pero que demasiadas veces suele ser pasado por alto, es el de las normas y cualidades morales de Dios reveladas en Su Palabra, como son su justicia, honradez, imparcialidad, amor, misericordia o bondad y que deberían complementar con su capacidad de “preconocer” y “predeterminar”…… por lo tanto, la manera de entender cómo Dios usa sus facultades de “presciencia” y “predeterminación” tendría que encajar, no solo con algunos de estos factores mencionados, sino con todos ellos. Es obvio, por otra parte, que cualquier cosa que Dios “preconozca” o “predetermine” que acontezca, tiene que suceder inevitablemente y razón por la cual, nuestro Creador puede llamar a las “cosas que no son como si fueran” (Rom. 4:17).

Ahora bien, partiendo de esa base establecida, hagámonos la pregunta del millón: ¿Sabe Dios de antemano todo lo que la gente hará? Dicho de otra manera y para centrarnos en el mencionado planteamiento de Apologista Mario Olcese ¿sabía Dios por adelantado, eso es, antes de la creación de estos, lo que iban a hacer Adán y Eva? Lo cual nos plantea la cuestión, acerca de si Su ejercicio de la “presciencia” es infinito o ilimitado, o lo que es lo mismo y cómo ya hemos apuntado ¿prevé y “preconoce” Jehová todas las acciones futuras de sus criaturas, tanto celestiales como humanas? O en su defecto ¿“predetermina” Dios las acciones de dichas criaturas, o decide cuál será el destino final de todas ellas, aún antes de que estas hayan llegado a la existencia, tal como nos plantea D. Mario en el caso de Adán y Eva?

O más bien al contrario ¿usa Dios su “presciencia” de manera selectiva o a voluntad, de modo que solo prevea o preconozca aquello que opte por prever o preconocer y por lo que en lugar de “predeterminar” el destino eterno de sus criaturas antes de que estas lleguen a existir, espera que sea su comportamiento o la actitud que demuestren ellas al estar bajo diferentes situaciones, la que marque una tendencia en la misma y a partir de la cual, Él hacer un lógico pronóstico? Las respuestas a estas cuestiones, obviamente solo pueden hallarse en las Escrituras y en la información que en ellas se nos da acerca de los tratos de Dios con dichas criaturas, así como en aquellas cosas que Su Hijo Jesucristo nos reveló en su primera estancia aquí en la tierra (1 Cor. 2:16) y algo que pasaremos a considerar.

Habría que señalar de entrada, que el que Dios ejerza su “presciencia” hasta un grado infinito y “predetermine” o “preordine” el proceder y el destino de todos los individuos, es una doctrina o enseñanza conocida con el nombre de “predestinacianismo” (ese es el “palabrejo” que el que nos hemos encontrado ¡qué quieren ustedes!) y cuyos defensores vienen a razonar, que la Divinidad y la perfección de Dios requieren que Este sea “omnisciente” (eso es, que lo sepa todo absolutamente), no solo en lo que tiene que ver con el pasado y el presente, sino también en lo que respecta al futuro. Según este concepto, el que Dios no preconociera todos los asuntos hasta en sus mínimos detalles, no sería más que una muestra de imperfección en la Personalidad Divina, mientras que casos como el de Esaú y Jacob (los hijos gemelos de Isaac), se presentan como prueba de que Dios “predetermina” el futuro de sus criaturas aún antes de que nazcan (Rom. 9:10-13); otros pasajes como Efe. 1:4-5 y al que podríamos añadir el citado por el Sr. Olcese de Rev. 13:8, son usados como prueba de que Dios “preconoció” y “predeterminó” el futuro de todas sus criaturas ya antes del principio de la creación y que es lo que nos plantea Apologista en su escrito del 11/12/12 “Si Dios sabía que íbamos a pecar ¿por qué nos creó?” y que ha generado la polémica de la que les hemos hablado.

Sin embargo, para que este punto de vista fuera correcto, tendría que armonizar con todos los factores expuestos hasta ahora, lo que incluiría una explicación bíblica acerca de las cualidades, normas y propósitos divinos, así como la relación justa de Dios con sus criaturas. (Rev. 15:3-4). Sería por lo tanto conveniente, el analizar algunas implicaciones de esta enseñanza del “predestinacianismo”, porque aceptar dicho concepto implicaría suponer que, en función de su “presciencia”, Dios preconoció antes de la creación de los propios ángeles, así como del mismo hombre, el comportamiento de dicha creación y lo que incluiría la rebelión de uno de sus hijos celestiales, así como también la posterior rebelión de la primera pareja humana y todas las penosas consecuencias tras esa rebelión, que por tanto tiempo han afligido al hombre. Sin embargo, esto significaría lógicamente y ahí estaría el quid de la cuestión, que toda la maldad que se ha producido durante la historia del mundo (crimen, inmoralidad, opresión, sufrimiento, mentira, hipocresía, tiranía, adoración falsa, idolatría, etc. etc.) existía ya en un tiempo y antes de la creación, en la mente de Dios, debido a su pre-conocimiento del futuro hasta los más mínimos detalles y haciendo recaer con ello la responsabilidad de la existencia del mal, en el propio Creador.

Y es que el hecho de que el Altísimo verdaderamente hubiera ejercido su poder para “preconocer” todo lo que la historia ha visto desde la creación del hombre hasta nuestros días, significaría que cuando Él declaró “Hagamos al hombre……” (Gén. 1:26) y puso en marcha dicha creación, lo que hizo en realidad fue poner en marcha deliberadamente, eso es, a sabiendas de lo que iba a suceder, toda la iniquidad practicada desde aquel tiempo en adelante, pues esta había iniciado en Su mente y siendo en este sentido, que afirmamos que Apologista Mario Olcese le habría imputado malos motivos al Creador, al hacerle responsable del pecado existente y de la maldad derivada del mismo. Obviamente dicha circunstancia pone en tela de juicio, no solo lo irrazonable e inconsecuente de la idea o concepto del llamado “predestinacianismo”, sino el disparatado planteamiento del Sr. Olcese, siempre teniendo en cuenta el punto de vista que el discípulo Santiago muestra, en el sentido que el desorden, violencia y otras cosas viles no se originan en los cielos, eso es, no proceden de Jehová, sino que son de fuente demoníaca:

Pero si ustedes tienen en el corazón amargos celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad. 15 Esta no es la sabiduría que desciende de arriba (eso es, que procede de Dios), sino que es la terrenal, animal, demoníaca. 16 Porque donde hay celos y espíritu de contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil. 

17 Pero la sabiduría de arriba (que tiene su origen en Dios) es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser hipócrita.” (Sant. 3:14-17). (Acotaciones nuestras).

Por lo que argumentar que el que Jehová no ejerciera Su “presciencia” hasta un grado infinito o que no preconociera todos los sucesos y circunstancias futuras en pleno detalle, revelaría cierta imperfección, no deja de ser en realidad el tener un concepto arbitrario y distorsionado de lo que es la perfección. Porque la perfección, propiamente definida, no presupone términos tan absolutos e inclusivos, puesto que en realidad el que algo sea perfecto radica sencillamente en que esté a la altura de las exigencias o normas de excelencia impuestas por alguien capacitado para juzgarlas y por otra parte, que se ajusten al propósito para el que la cosa en cuestión fue creada o construida; por ejemplo, tal como un cuadrado aún siendo perfecto, no ajusta en un círculo también perfecto y no por ello deja ser perfecto…… sencillamente no ha sido creado para esa función; luego en definitiva, los factores decisivos que han de determinar si algo es perfecto o no, son la propia voluntad y beneplácito del Altísimo Dios en el sentido que la cosa creada, reúna las características que se ajusten a aquello para lo cual fue creada y no, las erróneas opiniones o conceptos imperfectos del ser humano, con respecto de las cosas de Jehová.

Pero veamos ahora la cuestión a la luz del siguiente ejemplo: la omnipotencia (o poder absoluto) de Dios, es innegablemente perfecta e infinita. (1 Cró. 29:11-12)…… no obstante, la perfección de Su Divinidad no requiere que haga uso de la plenitud de su omnipotencia en cualquier caso dado o en todos ellos. Y que es obvio que no lo ha hecho, es que de haber sido así, no solo se hubieran destruido algunas ciudades y naciones antiguas, sino que hace mucho que hasta la propia Tierra y todo cuanto hay en ella, habría sido destruido por la expresión de sus juicios y poderosas manifestaciones de desaprobación divinas, como ocurrió en el Diluvio y en otras ocasiones parecidas, como en el caso de Sodoma y Gomorra, eventos por todos conocidos. Por lo tanto, el ejercicio que Dios hace de su fuerza no es una liberación de poder ilimitada, sino que está controlada en función de su propósito y cuando es apropiado, atemperada por su bondad y misericordia:

Pero él era (y continúa siendo) misericordioso; cubría el error y no arruinaba. Y muchas veces hizo que su cólera se volviera atrás y no despertaba toda su furia. 39 Y seguía acordándose de que ellos eran carne, de que el espíritu sale y no vuelve.” (Sal. 78:38-39). (Acotación nuestra).

Entonces y si de manera similar, en determinados asuntos Dios opta por hacer uso de su facultad infinita de “presciencia” de manera selectiva y solo hasta cierto grado ¿quién es “el guapo”, humano o ángel, que tenga derecho a decirle ¡¿Qué haces?!? (Isa 45:9).Por lo tanto, vemos que no se trata tanto de una cuestión de capacidad, es decir, de lo que Dios puede prever, preconocer o predeterminar sobre cualquier cosa, pues “para Dios todas las cosas son posibles” (Mat. 19:26), sino de lo que Dios considere conveniente preconocer y predeterminar en un momento oportuno, porque “todo lo que se deleitó en hacer, lo ha hecho” (Sal. 115:3). Por lo que la opción alternativa a la enseñanza del “predestinacianismo”, eso es, el ejercicio selectivo de la presciencia de Dios y como ya hemos mencionado, tendría que estar de acuerdo con Sus elevadas normas de justicia y ser consecuente con lo que Él revela de Sí mismo en Su Palabra. Y es que al contrario a lo afirmado por dicha enseñanza, varios textos de la Biblia muestran que Dios simplemente se limita a analizar una situación que se pueda estar produciendo en un momento dado y luego decide que hacer, en función siempre del resultado del examen de los hechos sometidos a Su escrutinio…… y algo perfectamente al alcance de la mente del ser humano y que en definitiva, es con quién trata nuestro Amoroso Creador.

A modo de ejemplo, en el relato que se nos habla del diluvio del día de Noé, se nos dice que fue después de ver lo que ocurría en la tierra, cuando Jehová se sintió defraudado y tomó la consecuente decisión de destruir aquél mundo impío (Gén. 6:5-8); o en el caso de Gén. 11:5-8, se nos indica que Dios dirigió su atención a la Tierra con el fin de examinar lo que ocurría en Babel y a continuación, como resultado de su investigación, tomó las medidas oportunas para desbaratar la conspiración inicua que había comenzado allí. También cuando las ciudades de Sodoma y Gomorra se vieron sumidas en un ambiente de iniquidad sin igual, Jehová le informó a Abrahán que iba a investigar (por medio de Sus ángeles) “para ver si obraban del todo conforme al clamor que acerca de ello había llegado a él……” (Gén. 18:20-21). Por otra parte, aunque Dios dijo que “había llegado a conocer a Abrahán” (Gén. 18:19), solo después que este estuvo a punto de sacrificar a Isaac, en obediencia a las instrucciones divinas, Jehová declaró:

Ahora sé de veras que eres temeroso de Dios, puesto que no has retenido de mí a tu hijo, tu único.” (Gén. 22:12).

Entonces estos relatos, lejos de mostrar un uso intensivo de “presciencia” y predeterminación” por parte de nuestro Creador, de lo que nos hablan es de una actitud más acorde a los esquemas de la mente humana y que, por decirlo de una manera que nos entendamos, es que Jehová llegaba, investigaba determinados hechos o actitudes y actuaba en lógica consecuencia a los resultados finales de su investigación. Y es que la “presciencia selectiva” significa que Dios puede optar por no preconocer indistintamente todos los actos futuros de sus criaturas y lo que repercutiría, que en lugar de que toda la historia desde la creación en adelante fuese una simple repetición de lo que Dios ya habría previsto y decidido de antemano o “predeterminado”, con toda sinceridad y honestidad, Él podría y como hizo en su momento, colocar ante la primera pareja humana la perspectiva de vida eterna en una tierra libre de iniquidad, darles una advertencia sobre las consecuencias que la desobediencia les acarrearía y dejar luego que fueran estos con su actitud y siempre en función de su libre albedrio, los que determinaran las acciones posteriores a seguir. De lo contrario, tendríamos que aceptar la fatal enseñanza de que todos tenemos marcado un destino y que prescindiendo de lo que pensemos o hagamos, somos irremediablemente víctimas del camino que se nos ha trazado.

De hecho, lo opuesto a ello, son las instrucciones que Jehová dio a sus dos primeras criaturas humanas para que, como sus agentes perfectos y libres de pecado, llenaran la Tierra con su prole, la transformaran en un paraíso y ejercieran control sobre la creación animal y por lo que constituían en sí mismas la concesión de un privilegio verdaderamente amoroso y que era en realidad, lo que su Creador deseaba para ellos, más bien que involucrarlos en una “aventura” condenada de antemano al fracaso; y circunstancia que queda perfectamente probada, por la enérgica advertencia sobre la necesidad de no desobedecer Su mandato, en cuanto a abstenerse de comer del fruto del árbol prohibido, que le fue dada a Adán (Gén. 2:16-17). Y es que si Dios hubiera “preconocido” y como nos afirma absurdamente Apologista Mario Olcese, que la primera pareja humana iba a pecar, la prueba a la que fueron sometidos en el jardín de Edén y de la que supuestamente dependía su pervivencia, obviamente no solo hubiera carecido de sentido y de propósito, sino que además se hubiera tratado de una “broma” de muy mal gusto, rayana en la crueldad, solo tendente a proporcionarse Jehová a sí mismo, una coartada para justificar su tramposa acción.

Porque el ofrecer algo muy deseable a otra persona, como podía ser el vivir eternamente en felicidad en un entorno paradisíaco, sabiendo de antemano que no podría cumplir las condiciones exigidas para obtenerlo, porque Él mismo había decidido lo contrario, solo se podría considerar como un acto hipócrita y cruel, diametralmente opuesto a los altos principios morales y excelsas cualidades que adornan a la Persona de Jehová Dios. Recordemos que después que Jesús instó a sus oyentes a “seguir” buscando con el fin de hallar aquellas cosas buenas que proceden de Dios, dijo que un padre no daría una piedra o una serpiente a un hijo que le pidiese pan o pescado, en definitiva, que no defraudaría sus expectativas de logro (Mat. 7:7.10). Luego, con el fin de dar a conocer el punto de vista de su Padre respecto a denegar las legítimas y razonables aspiraciones de una persona, añadió lo siguiente:

Por lo tanto, si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos ¡con cuánta más razón dará su Padre que está en los cielos cosas buenas a los que le piden!” (Mat. 7:11).

Así que las invitaciones y oportunidades que Dios extiende delante de todas las personas para que reciban beneficios y bendiciones eternas, como en el caso de nuestros primeros padres, son indiscutiblemente de buena fe y ajustadas a Su deseo de darnos lo mejor (Sant. 1:5-6). Por ello Él puede, con toda sinceridad, instar a los hombres a que se vuelvan de sus transgresiones y sigan viviendo (Ezeq. 18:23), tal como hizo con el pueblo de Israel, con los siguientes argumentos:

Por lo tanto, a cada uno según sus caminos (no según hubiera “predeterminado”) es como los juzgaré, oh casa de Israel, es la expresión del Señor Soberano Jehová. Vuélvanse, sí, hagan un volverse de todas sus transgresiones (luego la propia actitud del individuo es determinante en la cuestión) y que nada les resulte ser un tropiezo que cause error. 31 Arrojen de ustedes todas sus transgresiones en que han transgredido y háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo, pues ¿por qué deben morir, oh casa de Israel? 32 Porque no tengo deleite alguno en la muerte de alguien que muere, es la expresión del Señor Soberano Jehová. Por lo tanto, hagan un volverse y sigan viviendo.” (Ezeq. 18:30-32). (Acotaciones nuestras).

Lógicamente, no podría instarlos a seguir dicho derrotero si “preconociera” cuáles individualmente estaban destinados a morir como practicantes de iniquidad, como así ocurrió en una mayoría de ellos; recordemos lo que Jehová le dijo a Israel y que aplica al resto de pueblos del mundo:

 “Ni dije yo a la descendencia de Jacob:Búsquenme sencillamente para nada”. Yo soy Jehová, que hablo lo que es justo, que informo lo que es recto (……) 22 Diríjanse a mí y sean salvos, todos ustedes los que están en los cabos (o en “todos los extremos”) de la tierra”. (Isa 45:19-22.) (Acotación nuestra).

Y después de tan amorosa invitación, es de destacar, por otra parte y de manera similar, la siguiente idea que el apóstol Pedro escribió en su segunda carta:

Jehová no es lento respecto a su promesa (acerca del día venidero en que se rendirán cuentas), como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2Ped. 3:9). (Acotación nuestra).

Porque sí Dios ya hubiera “preconocido” y “predeterminado” con milenios de anticipación, exactamente qué individuos recibirían la salvación eterna y cuáles destrucción eterna, bien cabría preguntarse de qué sirve en este caso la “paciencia” de Dios y hasta qué grado es genuino y veraz su deseo de que “todos” alcancen el arrepentimiento. Es más, de ser así las cosas ¿qué sentido tendría todo el “andamiaje” del reino milenario, para llevar al personal a la perfección y prepararlo adecuadamente para afrontar la prueba de la suelta de Satanás al término de los mil años, si Jehová ya supiera de antemano quiénes van a superar la prueba y quiénes no? ¿Para qué guardar entonces a dicho sujeto por mil años, para montar el “circo” que se va a montar, si el resultado final ya estuviera “predeterminado” acerca de quiénes y quiénes no alcanzarán la vida eterna?

No olvidemos por otra parte, que el apóstol Juan escribió bajo inspiración que “Dios es amor” (1 Juan 4:8), así como el apóstol Pablo indicó en su momento, que el amor “espera todas las cosas” (1 Cor. 13:4-7). Por lo que en consonancia con esta sobresaliente cualidad divina, Dios muestra una actitud genuinamente sincera y bondadosa hacia todas las personas, deseando que obtengan la salvación y brindando además la ayuda necesaria para la consecución de dicho logro, mientras estas no demuestren ser indignas y estar más allá de un sincero arrepentimiento, con lo que ya no quede esperanza alguna de salvación para ellas (Hebr. 6:4-12). Por esta razón, es que el apóstol Pablo habla de la “cualidad bondadosa de Dios” que está tratando de conducirnos al arrepentimiento (Rom. 2:4-6).

Por último decir, que si por la “presciencia” y “predeterminación” de Dios, la oportunidad de recibir los beneficios del sacrificio de rescate de Jesús ya hubiera estado irrevocablemente cerrada para algunos, quizás para miles de millones de personas incluso antes de que estas nacieran, debido a que nunca pudieran ser merecedoras de esos beneficios y como así será en aquellos que no sobrevivirán a la venidera “gran tribulación”, de ninguna manera podría decirse con sinceridad que el rescate pagado por Cristo, se habría hecho disponible para todos los hombres (1Tim. 2:5-6); es obvio, por lo tanto, que lo de la imparcialidad de Dios mencionada por Pedro, no son simples palabras o papel mojado:

Ante aquello, Pedro abrió la boca y dijo: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, 35 sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.” (Hech. 10:34-35).

Entonces la opción de buscar a Dios, aun buscando “a tientas” y llegar a encontrarle, pues de hecho “no está muy lejos de cada uno de nosotros” está disponible para todas aquellas personas que se esfuercen sinceramente en conseguirlo (Hech. 17:26-27). Por tanto, la animadora a la par que esperanzadora exhortación divina que cualquiera de ustedes puede leer al final del libro de Revelación, no es una esperanza vacía o una promesa hueca:

Cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida.” (Rev. 22:17).

Y como así sería, eso es, una esperanza vacía o una promesa hueca y sin contenido, si ya al principio en el libro del Génesis y según afirma ese “genio” de la interpretación bíblica que responde al nombre de Apologista Mario Olcese, nuestro Creador hubiera actuado tan malévolamente como él le ha atribuido, en el sentido que conociendo de antemano que Su primera creación humana estaba condenada a la destrucción, cruelmente les ofreciera la posibilidad de vivir eternamente una vida en felicidad en una tierra paradisiaca, al decirles lo siguiente:

Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.” (Gén. 2:28).

Luego ya en un principio, el primero en mentir habría sido el Creador y no Satanás, al “bendecir” a la primera pareja humana y colocar ante ellos un espléndido futuro, cuando el caso es que ya antes de ser creados, Jehová había “predeterminado” que pagaran con su vida por el error cometido, pues en Su “presciencia” ya sabía que ellos pecarían…… luego ¿qué credibilidad tendría Dios en sus posteriores promesas y de las que como descendientes pecaminosos de Adán y Eva, vivimos pendientes? Porque eso es justamente lo que pone en tela de juicio Apologista, con el abyecto planteamiento del polémico tema analizado y que dio origen a nuestra más que enérgica protesta…… y que por lo visto, hemos sido los únicos en salir en defensa de nuestro Dios y lo cual “a mucha honra” que diría el castizo; y título de dicho artículo que pasamos a recordarles, obviamente para vergüenza de dicho impresentable: “Si Dios sabía que íbamos a pecar ¿por qué nos creó?”.

Y ya dicho lo cual, permítannos la cantinela de costumbre en el sentido que saquen sus ejemplares de las Escrituras, contrasten lo leído con ellas y saquen sus propias conclusiones…… y ya saben, si en algo nos hemos equivocado, hágannos el inmerecido favor de comunicárnoslo y así aprenderemos todos; y por supuesto, contarán con nuestro infinito agradecimiento.

MABEL