sábado, 18 de agosto de 2012

Entonces el reino de Dios...... ¿para qué sirve?

Y es que son numerosos los autores de artículos religiosos que se las dan de “ungidos”, eso es, que se suponen adoptados como Hijos del Altísimo y por tanto, con derecho a heredar junto a Cristo el reino de Dios en calidad de reyes y sacerdotes (Rev. 20:6). Y que en defensa de semejante “galoncito”, afirman que tanto los “144.000” (Rev. 14:1), así como la “gran muchedumbre” sobreviviente de la “gran tribulación” (Rev. 7:9: 14), pasan todos a reinar con Cristo en dicho período milenario y que por tanto ambos grupos, reciben la inmortalidad de la que se nos habla en el mencionado pasaje de Rev. 20:6…… y decimos lo de defender su “galoncito, porque si solo “144.000” son los que reinan con Cristo, la práctica totalidad de esos supuestos “ungidos” actuales (pues son legión), se quedarían “compuestos y sin trono”; de ahí que mantengan el disparatado argumento de que dicha posibilidad se extiende a “to quisqui” y excentricidad en la que todos se ponen de acuerdo, prescindiendo de la confesión religiosa a la que pertenezcan o en su defecto que vayan por libre, como es el caso del personaje que vamos a citar a continuación.

Porque en línea con el tema que da título a este escrito y solo a modo de ejemplo de lo que pretendemos decirles, citaremos de lo último que ha publicado Apologista Mario Olcese a este respecto y caballero que continuando con sus disparates demostrativos de que lo más cercano a la Biblia que ha visto, han sido las aventuras completas de Marco Polo, se nos descolgó el día siete del corriente mes de Agosto, con el siguiente titular: “La mentira diabólica de que solo los 144.000 ungidos serán inmortales en el reino”…… que lógicamente y para “variar”, estaba dirigido a la organización de los Testigos de Jehová; pero que se ajusta plenamente a la opinión general mantenida por numerosos autores de artículos religiosos, tal como les hemos mencionado. Y planteamiento del Sr. Olcese, ajustado a la opinión general y que es a quiénes dirigimos este artículo (no solo a D. Mario), que podríamos resumir con este breve párrafo de su comentario de presentación del citado video/artículo:

Como pueden ver, estimados amigos, la Watchtower sostiene que sólo los 144,000 ungidos recibirán inmortalidad, mientras que la grande muchedumbre sólo vida eterna. Esta declaración es una tremenda falacia diabólica, puesto que Pablo dice que los que recibirán la vida eterna son precisamente aquellas personas que entre otras cosas están buscando LA INMORTALIDAD.” (Negritas nuestras).

Pero permítannos un pequeño paréntesis, queridos lectores, con el fin de aclararles a aquellos que no estén muy puestos en el tema y que razonablemente “haberlos, haílos”, que cuando hablamos de los “144.000” nos estamos refiriendo al grupo de los que tienen que gobernar con Cristo en el venidero reino de Dios (Rev. 14:1) y que prescindiendo de la cantidad citada (pues hay cierta polémica en cuanto a la literalidad de la misma), ya Jesús en su momento se refirió al grupo en cuestión como tratándose de un “rebaño pequeño” (Luc. 12:32). Por otra parte, cuando hablamos de la “gran muchedumbre” (Rev. 7:9), nos referimos a aquellas personas que entran en el citado reino en calidad de súbditos del mismo, por tanto beneficiarios directos de la labor llevada a cabo por Jesucristo y los citados “144.000”, durante dicho período milenario (pues tiene una duración de mil años) y que concluye cuando la humanidad obediente ha sido llevada de nuevo a la perfección; dicho lo cual y pensando que ya hemos situado al personal, continuemos con el tema inicial.

El video/artículo objeto de atención, ha sido publicado en otros blogs del citado autor con títulos cambiantes y en dónde en uno de los tales, D. Mario incluye la pregunta sobre en qué lugar de las Escrituras se dice eso, a saber, que mientras los “144.000” que gobiernan con Cristo en el reino reciben la inmortalidad, la “gran muchedumbre” sobreviviente de la “gran tribulación” accede solo a la vida eterna. Pues bien, aunque ya lo hemos explicado en ocasiones anteriores, de nuevo desde este blog vamos a enseñarle a ese “genio” de la interpretación bíblica llamado Apologista Mario Olcese y a todos los que como él piensan, dónde en el registro sagrado se hace semejante afirmación. También mencionarle al Sr. Olcese, que no estaría de más que en su caso pusiera en práctica el consejo que da a los TJ en ese mismo video, en el sentido de usar “discernimiento” o capacidad de “razonamiento”, para entender las cosas que a uno le explican…… pues habría que decirle a. Sr. Olcese, que solo con un mínimo ejercicio de esa capacidad de razonamiento, se daría cuenta de que quién dice que solo los “ungidos” o elegidos por el Altísimo para reinar con Cristo reciben la inmortalidad no son los TJ, sino que eso se dice las Escrituras, concretamente en Rev. 20:6:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso es lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotación nuestra).

Luego queda claro y sin lugar a duda alguna, que solo aquellos que participan de esa “primera” resurrección, adquieren la inmortalidad y pasan a gobernar con Cristo en el reino milenario en calidad de reyes y sacerdotes…… y ahora veamos que ocurre con la citada “gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar” de Rev. 7:9 y que sobrevive a la “gran tribulación” que precede al establecimiento del citado reino de Dios. Pero empecemos mencionando, que en el artículo de D. Mario se nos señala un texto bíblico y que habría que pensar que también, al entender del numeroso grupo de otros autores que comulgan con sus creencias, es definitivo para sustentar el planteamiento que estamos cuestionando y pasaje que se encuentra en Rom. 2:6-7:

Y él pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que por aguante en la obra que es buena buscan gloria y honra e inmortalidad.”

Y puesto que ambas expresiones aparecen en el mismo texto, a D. Mario ya le ha dado el “telele” y nos intenta transmitir su personal convencimiento de que la expresión “vida eterna” es sinónima a la de “inmortalidad” y algo que no parece ser así, pues ya saben: cuando dicho caballero dice “blanco”…… ustedes piensen en “negro” y seguro que aciertan. Porque aunque ambas expresiones aparecen en un mismo contexto, es obvio que tienen connotaciones distintas y algo que se puede razonar de la siguiente manera: se entiende por “vida eterna” el vivir de manera continuada en el tiempo, sin que algo parecido a la muerte exista como obstáculo físico que trunque dicha continuidad…… por ejemplo, Adán y Eva tenían vida eterna, eso es, vida sin fin y sin embargo no eran inmortales y algo que sorprendentemente nos explica el propio D. Mario en el video objeto de análisis, pues resulta que con esa aclaración desmonta todo su planteamiento y como veremos más adelante. Pero es que hay más, puesto que los mismos ángeles gozan de la vida eterna y sin embargo tampoco son inmortales, pues hay algunos de ellos que están guardados para destrucción eterna e incluso el mismo Satanás, en su momento será destruido (Rev. 20:10). Porque si bien es cierto que a efectos prácticos, tanto el tener “inmortalidad” como el disfrutar de “vida eterna” llevan la misma consecuencia, eso es, a vivir indefinidamente…… no es menos cierto que existe entre dichas expresiones un “pequeño” matiz que las hace distintas: mientras los primeros tiene vida en función de la inmortalidad que han recibido (luego tienen vida en sí mismos y por lo tanto, no pueden ya ser destruidos), en el caso de los segundos y al igual que los ángeles o Adán y Eva en su momento, su vida está condicionada a la obediencia al Creador y sí pueden ser destruidos, al igual que los citados Adán y Eva o los ángeles rebeldes.

Y aunque últimamente se lo hemos repetido hasta la saciedad, parece ser que ni el Sr. Olcese ni aquellos que como él piensan, se han acabado de enterar de qué va la película, por lo que se lo volveremos a repetir: hemos visto que la inmortalidad la reciben solo aquellos que participan de la “primera” resurrección, por lo que la citada inmortalidad queda fuera del alcance de la “gran muchedumbre”, pues se nos dice de esta ingente cantidad de personas que sobrevive a la “gran tribulación” que precede al establecimiento del reino de Dios y lo cual significa, que pasan con vida al citado reino…… por lo que resulta que al no morir, no pueden participar de esa “primera” resurrección en la que se concede la citada inmortalidad (ni de ninguna otra, lógicamente), con lo que se quedan sin recibir dicha inmortalidad y pasan al milenio en su condición de seres mortales. Ello nos demuestra que el pasaje de Rom. 2:6-7 y que se nos expone como prueba “contundente” y definitiva para probar el argumento compartido del Sr. Olcese, no es tal, sino que tiene que querer decir algo distinto de lo que se nos quiere “vender” y que tiene que ver, más o menos, con lo que les acabamos de argumentar en el párrafo anterior…… a menos eso sí, que la Biblia se contradiga a sí misma. Pero como ello no puede ser, solo nos queda pensar en que esos caballeros meten la “gamba” a más no poder y posibilidad que queda corroborada, por el argumento mencionado en la parte final del video citado y usado como prueba de apoyo al pasaje “probatorio” de Rom. 2:6-7: el “evangelio” es uno para todos, luego aplica a todos por igual (siempre según el Sr. Olcese y acólitos) y por lo que la “gran muchedumbre” forzosamente tiene que recibir también la inmortalidad al entrar en el reino de Dios, pues “bebe” del mismo “evangelio” que los “144.000”…… lo que ocurre es que el contexto escritural, no nos dice eso ni por el forro.

Y es que como acabamos de mencionar, el Sr. Olcese nos quiere convencer y en un intento de llevar el agua a su molino, que el “evangelio” o las buenas nuevas del reino, aplican en general y por lo que lógicamente tiene que tener las mismas consecuencias benefactoras en todos aquellos que creen en él y siendo esta, la opinión de la inmensa mayoría de teólogos y autores de temas religiosos…… sin embargo, el Sr. Olcese publicó hace tiempo un argumento que desmiente totalmente dicho planteamiento y que se puede leer en su tema “Estar con Cristo…… ¿qué significa esta frase?” (12/12/10) y que en la segunda mitad del último párrafo, afirma lo siguiente:

Pero lo cierto es que Jesús vino a los Suyos para buscar herederos de su reino, y éstos, por supuesto, eran una manada pequeña comparados con los gentiles del mundo entero. Pero una vez que la mayoría de Su pueblo natural rechazó la oferta del reino, Jesús llamó a los gentiles a través del ministerio de Pablo, y a éstos, les dijo: “Si sufrimos, también REINAREMOS con él; Si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:12). Así que una participación activa en el reino también le fue ofrecida a una grande multitud de conversos gentiles.” (Negritas nuestras).

Luego si Jesús solo vino a buscar aquellos que con el tenían que compartir gobierno y de hecho, para eso fue enviado (Luc. 4:43), habría que pensar que ese “evangelio” o buena nuevas del reino que predicó, eso es, el contenido o mensaje del mismo obviamente estaría dirigido exclusivamente a esas personas, o sea, el reunir a aquellos que junto a él tenían que reinar…… y mensaje que resumiendo la cosa, obviamente implicaría la promesa de que aquellos que lo abandonaran todo y le siguieran, accederían a la gobernación real a su lado en ese reino prometido y aún lejano en el futuro; y eso no nos lo inventemos nosotros, sino que al menos algo parecido, es lo que se deduce de Mat. 19:27-28:

Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.”

Y es en este sentido que se continuaron pronunciando los autores de las distintas cartas enviadas a las distintas congregaciones y que podemos leer en lo que conocemos como el NT. Pero que esa promesa quedaba circunscrita a ese núcleo o reducido grupo de personas que le siguieron y que con Jesús tenían que ejercer la gobernación real, luego no se podía hacer extensivo a la “gran muchedumbre” que como hemos visto no puede reinar con Cristo, queda probado por otro hecho significativo: dicha ingente cantidad de personas, aún tardaría siglos en aparecer…… tanto es así, que aún no han aparecido en nuestros días. Porque según el pasaje de Rev. 7:14, esas personas aparecen como sobrevivientes de la “gran tribulación”…… pero puesto que dicho evento aún no se ha producido y algo que el propio Sr. Olcese, refutando la afirmación de las “otras ovejas” de los TJ como miembros de dicha “gran muchedumbre”, demuestra en su video de 31/07/12 bajo el título “Comprobado: ¡la grande muchedumbre no sale de los Testigos de Jehová!”, es obvio que la citada “gran muchedumbre” como tal, aún no existe.

Luego teniendo en cuenta dicha circunstancia, más la mencionada anteriormente, en el sentido que puesto que esas personas sobreviven a la “gran tribulación” y por lo tanto, no mueren sino que pasan con vida al reino de Dios, luego no pueden participar de la “primera” resurrección que es la que da la inmortalidad y permite reinar con Cristo…… ¿sería razonable que un mismo “evangelio” o mensaje, fuera aplicable tanto a unos como a otros? Dicho de otra manera ¿sería entendible que un mensaje dirigido a captar a los que con Cristo tenían que gobernar en calidad de reyes y sacerdotes en el reino de Dios, fuera aplicable también (casi 2.000 años después), para aquellos que solo podían ser súbditos de ese futuro reino?

Obviamente no a nuestro entender y algo que queda claro, si siguiendo nuestra costumbre de desarrollar un planteamiento hasta sus últimas consecuencias y ver que sale de todo ello, volvemos a la pregunta que da título a este escrito; y es que si las cosas fueran como nos las plantean esos caballeros, en el sentido que ambos grupos (los 144.000, así como la “gran muchedumbre”) recibieran la inmortalidad al entrar en la “nueva tierra” (2 Ped. 3:13)…… ¿para qué sirve entonces, ese período de mil años y que conocemos como “el reino de Dios”, que además es el tema central de las Escrituras y que se nos propone como la única solución a todos los males de la humanidad? Porque no olvidemos, que según el libro de Revelación, los únicos que pasan de inicio al mencionado reino, solo son los que conforman los dos citados grupos: los “144.000” por un lado y la “gran muchedumbre” (Rev. 7:4 y 14) por el otro; entonces y de ser la cosa tal como nos la quieren “colar”, que tanto los unos como los otros recibieran la citada inmortalidad ya en el momento de entrar en el periodo milenario, nos encontraríamos con que todos los seres existentes en la tierra durante esos mil años, serían perfectos e inmortales Hijos de Dios y cualificados reyes y sacerdotes…… sin nadie sobre quién reinar y lo que es peor, sin nadie sobre quién poder desarrollar su benefactora labor sacerdotal y lo que de nuevo nos remite a la pregunta inicial ¿para qué entonces, sirve el reino de Dios? Porque si todos ya fueran “perfectos” y para acabar de arreglar la cosa, dicha idea no cuadraría con Hech. 3:20-21 y en dónde se nos expone la razón fundamental por la que Dios ha establecido dicho arreglo del reino o período milenario…… y algo más que el Sr. Olcese sabrá Jehová de eso ¿no creen?:

“…… y para que él (Jehová) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotación nuestra).

Y pasaje que no hace falta leerlo con mucha atención, para darse cuenta que en él se nos habla de cosas que han que ser restauradas y no de cosas que tuvieran que ser cambiadas…… y puesto que la expresión “restaurar”, significa básicamente el devolver algo a su condición anterior, ello significaría que el propósito declarado por Jehová es el de devolver a la humanidad a la misma condición de Adán y Eva antes del pecado y personajes, de los que ya hemos dicho y que el Sr. Olcese reconoce, no eran inmortales. Luego si los dos únicos grupos de personas que inician el milenio (los “144.000” y la “gran muchedumbre” y siempre según las Escrituras), recibieran de inicio la inmortalidad y fueran por tanto, ya perfectos e inmortales Hijos de Dios y sin necesidad de que se les “restaurara” nada…… ¿a quiénes aplicarían las palabras citadas en Hech. 3:20-21? Pero es que aún hay más y siempre en función del significado de la expresión “restaurar”, porque veamos; si las cosas fueran tal como dice el Sr. Olcese y la tierra se llenara de personas inmortales, Jehová nos habría mentido pues no habría nada parecido a un “restauración”, sino que nos encontraríamos con una “nueva creación”…… y qué precisamente eso es lo que se nos dice acerca de esos “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, que tienen que reinar con Cristo:

2 Cor. 5:17: “Por consiguiente, si alguien está en unión con Cristo, es una nueva creación; las cosas viejas pasaron, ¡miren!, cosas nuevas han llegado a existir.”

Gál. 6:15: “Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación es algo.”

Ahora bien ¿en qué sentido estaba hablando Pablo, acerca de esa “nueva creación”? Evidentemente en sentido literal, pues tengamos presente que en la creación conocida, no existía nada parecido a un ser creado en inmortalidad: los ángeles y hablando de la creación espiritual, no son inmortales; Adán y Eva, máximos exponentes de la creación material, tampoco eran inmortales…… solo tenía inmortalidad Jehová (1 Tim. 6:16). De hecho leeremos un texto que muestra la veracidad de nuestra afirmación y que junto al de Rom. 2:6-7 mencionado hace un momento, también parece ser “clave” para D. Mario (al menos eso dice en el citado video) como soporte de su planteamiento; pero veamos qué fue lo que Pablo explicó a su discípulo Timoteo en dicho pasaje:

“…… pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, quien quitó la muerte y sacó a la luz (o dio a conocer) la vida y la inmortalidad por medio del evangelio (o buenas nuevas)”. (2 Tim. 1:10, según RVC). (Acotaciones nuestras).

O dicho de otra manera y lo que es lo mismo, que Jesús descubrió para aquellos que le siguieron fielmente, algo desconocido e impensable hasta ese momento, como era la posibilidad de llegar a alcanzar la inmortalidad. Luego es obvio que cuando Jesucristo resucitó como ser inmortal, abrió el camino a algo nuevo (o “nueva creación”) para todos aquellos que como dijo Pablo, siendo semejantes en su muerte (a la de Cristo), serían también semejantes en su resurrección (Rom. 6:5), eso es, una resurrección de gloria e inmortalidad…… sin embargo recordemos, que la “gran muchedumbre” puesto que no muere sino que sobrevive a la “gran tribulación” y por ello pasan con vida al reino de Dios, no tiene parte en ningún tipo de resurrección y por lo que no pueden acceder a dicha inmortalidad; luego ¿qué ocurre con ellos? Pues que sencillamente y contrario a lo afirmado por el Sr. Olcese y “colegas”, se les ofrece la oportunidad de acceder a la vida eterna…… y que no es poco; pero veamos el proceso.

Una vez dentro de ese reino de Dios, regido por Jesucristo y sus hermanos adoptivos (los mencionados “144.000”), se llevará a cabo la mayor obra de restauración jamás conocida, que tendrá como logro más preciado la resurrección de los muertos, los cuales serán devueltos y al igual que los miembros de la “gran muchedumbre” que les precedió, a la plenitud o perfección física y en cumplimiento de la promesa de “restauración de todas las cosas” hecha por el Altísimo, por “boca de Sus profetas de tiempo antiguo” (Hech.3:21)…… si quieren más completa información acerca de lo que realmente se hará en ese tiempo, pueden ver nuestro artículo del 09/04/12 titulado alegóricamente “¡Y el sapo se convirtió en un príncipe!”. Y es en medio de esas condiciones de perfección, paz y seguridad que pueden leer en el título mencionado y que se darán durante los mil años del reinado de Jesucristo, que también se irán impartiendo nuevas enseñanzas tendentes a la edificación espiritual y que capacitará al personal que se lo tome en serio y las aproveche, para enfrentar la última prueba a la que será sometida la humanidad obediente, eso es, la suelta de Satanás de su encarcelamiento de mil años:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar.” (Rev. 20:7-8). (Acotación nuestra).

Los que superen dicha prueba podrán seguir viviendo tan felices y contentos por la eternidad, mientras que aquellos que (y emulando a nuestros primeros padres Adán y Eva), se dejen extraviar y tomen partido por el adversario de Jehová, serán destruidos eternamente…… y esa es toda la historia. Ahora bien, como siempre los hay que quieren saber más, puede que alguno se pregunte por qué Jehová somete a esta última prueba a la humanidad y lo que tiene una explicación tan sencilla como lógica: nuestros primeros padres nos hurtaron el derecho de decidir por nosotros mismos a quién queremos someternos (si a Jehová o a Satanás) y que con su equivocada decisión, nos liaron la que nos liaron y “así nos luce el pelo” que diría el castizo; por lo tanto el Altísimo, lo que hace es conceder a cada uno la oportunidad para que por sí mismo y en uso de su libre albedrio, tome la decisión que estime oportuna…… y de la que ya sí será responsable directo.

Porque resulta que actualmente los seres humanos y por expresarlo de manera gráfica y para entendernos, continuamos sufriendo los efectos de un pecado del que no fuimos responsables, pues no se nos preguntó nuestra opinión en la decisión tomada…… por eso Dios, pone de nuevo ante los hombres dicha posibilidad. Los que no superen la prueba, recibirán de Jehová lo mismo que se ganó Adán, eso es, la destrucción eterna; pero para aquellos que, agradecidos por lo que Jehová ha tenido que hacer por nosotros para que podamos disfrutar de dicha oportunidad (hasta el dar a su propio Hijo en sacrificio, como se nos dice en Juan 3:16), decidan sujetarse a Su Soberanía, recibirán lo mismo que poseían nuestros primero padres y que en armonía con el pleno significado de la palabra “restaurar”, no es otra cosa que la posibilidad de vivir por la eternidad, eso es, la vida eterna y que, repetimos, no es poco…… además ¿quieren que les contamos un secreto, que desconocen los Olcese y compañía y por ello dicen las barbaridades que dicen?: para vivir eternamente, no hace ninguna falta el ser inmortal…… solo con amar a Jehová, asunto resuelto.

Pero a todo eso, en este artículo se ha hecho una afirmación muy atrevida y que habrá puesto a más de uno con los pelos como escarpias, como es el decir que el “evangelio” predicado por Jesús y sus apóstoles en su momento, no nos aplica a las personas que vivimos en la actualidad…… y afirmación que va en contra de lo “políticamente correcto” dentro de las diferentes formas de religión de la cristiandad. Pero también parecía un disparate el decir que el bautismo en agua está obsoleto y no sirve actualmente para nada (recuerden nuestro artículo “El bautismo en agua…… ¿está aún vigente?” de 04/05/12) y sin embargo, hasta donde nosotros sabemos, nadie se atrevió a rectificarnos. No obstante y volviendo al tema que nos ocupa, como no es costumbre en los autores de este blog, el afirmar algo sin poder demostrar la veracidad de lo afirmado (o al menos intentarlo), nos comprometemos a publicar un próximo artículo (de lo contrario nos extenderíamos demasiado en este escrito) en el que explicaremos debidamente el porqué de nuestro razonamiento. Por lo tanto, ahí dejamos el tema analizado y ahora ya sí, son ustedes los que mediante su personal investigación de los argumentos esgrimidos por ambas partes, tienen que dar o quitar razones; y si en algo de lo que decimos no están de acuerdo y tienen a bien el comunicárnoslo, estaremos encantados de conocer sus puntos de vista…… y es que ya saben: nosotros también nos podemos equivocar.

MABEL

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