martes, 17 de noviembre de 2015
¿Qué nos quiso decir Jesús, realmente, en Juan 10:16?
Porque nos acaba de publicar el “teólogo” Apologista Mario Olcese un nuevo video, en esa cruzada personal que mantiene con la sociedad Watchtower de los Testigos de Jehová y en la que resulta que son más los disparates que publica, que aquellos que les pretende enmendar a esos señores; y es que en el mismo nos hace unas aseveraciones del todo incomprensibles para alguien con un mínimo conocimiento acerca de qué va el tema de las Escrituras, algunas de las cuales ya entran en el campo del engaño premeditado o, en cualquier caso, de la intención de condicionar subliminalmente el punto de vista del lector en favor de la tesis que uno expone…… y lo que no deja de ser una forma de engaño ¡claro!
En el video en cuestión, publicado en fecha 06/11/15 y titulado “La impía Watchtower degrada al rey David y le quita su corona real”, el personaje aludido continúa incidiendo en su disparatada idea mantenida en el tiempo, en el sentido de que los notables del AT o “héroes de la fe” (como tiene a bien llamarlos), también reinarán al lado de Jesucristo en el reino de Dios junto a los Pedro, Pablo, Juan y compañía. Y decimos disparatada, porque resulta que dicha supuesta “degradación” no la hace la “impía sociedad Watchtower” (descriptivo calificativo en el que los autores de este blog coincidimos), sino que la hacen las propias Escrituras y como en numerosas ocasiones le hemos señalado a ese “genio” de la teología, pero siendo el caso que aún no ha respondido a ninguna de las persistentes objeciones que sobre este tema en concreto se le han formulado desde este blog…… más bien al contrario y como tiene por costumbre, en una más que evidente muestra de su total ignorancia acerca del contenido escritural, se continúa “haciendo el sueco” reafirmándose en su propuesta, mientras ignora olímpicamente lo que en contra de la misma se le ha planteado.
Y es que entrando ya a analizar dicho video, lo primero con lo que nos topamos es con una afirmación tendenciosa y que no se ajusta a la realidad, pues ya en el minuto 2’35 de grabación nos sale el Sr. Olcese con que según “se nos dice” en la Biblia, David “fue rey en el reino de Dios” y lo cual no es más que una solemne animalada con el ánimo, repetimos, de condicionar la mente del lector, porque veamos: ni David reinó sobre el “reino de Dios” en ningún momento, ni en las Escrituras se nos dice algo semejante en ese sentido, sino todo lo contrario…… pues lo que estas nos dicen con respecto al gobierno ejercido por dicho personaje, es lo siguiente:
“Y los filisteos llegaron a oír que David había sido ungido por rey sobre todo Israel. Ante eso, todos los filisteos subieron para buscar a David. Cuando David lo oyó, entonces salió contra ellos.” (1 Crón. 14:8).
Luego el personaje David, como su predecesor Saúl y los que les siguieron posteriormente a ambos (Salomón y otros), solo fueron reyes de la nación de Israel y no “del reino de Dios”, como así se desprende también del siguiente pasaje:
“Así haga Dios a Abner y así añada a ello, si, tal como Jehová juró a David, no es como yo le haré, 10 para trasladar el reino de la casa de Saúl y para establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beer-seba.” (2 Sam. 3:9-10).
Entonces lo que Jehová le “juro a David” no fue el hacerle rey “en el reino de Dios” y como disparatadamente nos afirma el Sr. Olcese, sino sobre el pueblo que Jehová Dios tenía en la tierra en ese momento y que no era otro que la nación de Israel…… por lo tanto su gratuita afirmación en el minuto 3 de grabación, en el sentido de que el “fundador” del reino de Dios es el personaje en cuestión (y disparate que repite en el minuto 13’12-14 de grabación), no es más que una manifiesta falsedad tendente a continuar manipulando la mente del lector; de hecho, la primera mención del “reino de Dios” como tal, eso es, como un gobierno de alcance mundial, la encontramos posteriormente (sobre los 500 años después de desaparecido el personaje David) en la profecía de Daniel y en su capítulo 2 y concretada en el versículo 44:
“Y en los días de aquellos reyes (en nuestros tiempos) el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los que actualmente rigen en el mundo y sujetos a Satanás, según palabras del propio Hijo de Dios en Luc. 4:5-6) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.” (Acotaciones muestras).
Luego de ninguna manera, repetimos, David fue rey en el “reino de Dios” (cuánto menos “fundador” del mismo), ni lo será en un futuro y como el Sr. Olcese de forma tan disparatada afirma, puesto que el tal personaje (David, no el Sr. Olcese) forma parte de aquellos a los que el Sal. 45:16 denomina como “antepasados” de Jesús y de los que se nos dice como sigue:
“En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.”
Por lo que si bien es cierto que no serán reyes al lado de Jesucristo en el reino milenial, no es menos cierto que se les concederán posiciones de privilegio en la gobernación de dicho reino…… luego si bien no fungirán como reyes en dicho gobierno del reino, tampoco serán “degradados” a la condición de simples súbditos del mismo y como será en la mayoría del “personal”; entonces habría que señalar al Sr. Olcese aquello de que “ni tanto, ni tan poco”. Y que dichos personajes no reinarán al lado de Jesucristo, se desprende claramente del propio contenido del salmo citado y que solo un ignorante de la talla del “teólogo” en cuestión no entiende, pues por no saber no sabe ni leer; porque mientras en dicho salmo se nos aclara que cuando esos antepasados de Cristo resucitan serán “nombrados” algo, en este caso príncipes, aquellos que tiene que reinar con Cristo ya se levantan en su particular resurrección con la condición de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6) y por lo que, obviamente, no precisan de ser nombrados nada…… y mucho menos de un título de menor condición de la que ya ostentan “de salida”; esta es la “pequeña” diferencia y sobre la que el Sr. Olcese, en su total desconocimiento del texto escritural, jamás ha sido capaz de argumentar nada a nuestros continuos apercibimientos de lo errado de su planteamiento.
Lo que ocurre con dicho personaje, que blasona de ser “ingeniero” y “teólogo”, es que no es más que un analfabeto integral y por lo que no tiene ni la más leve idea de lo que es la lengua española, rica en matices donde las haya, pero que sin embargo en uno de sus correos nos acusó de no saber leer siquiera en nuestro propio idioma; pero resulta que no solo el que es desconocedor del mismo es él, sino que además ignora una de las normas fundamentales de la llamada lógica o sentido común y que es lo que comúnmente se conoce como la “acción por activa” y su contraria, eso es, la “acción por pasiva”…… y que por aquello de explicárselo de manera accesible a su limitada capacidad intelectual, se lo pondremos facilito: si a una persona se le dice que lo que uno tiene en la mano es un tomate (acción por activa), lo que se le está diciendo subliminalmente (acción por pasiva) que lo que se tiene en la mano no es ni un pepino, ni un rábano, ni una zanahoria, etc. Entonces, cuando uno lee en el Sal. 45:16, que esos antepasados de Jesús van a ser “nombrados príncipes” (acción por activa), lo que se le está diciendo también de forma subliminal al lector (acción por pasiva), es que no son reyes, pues de lo contrario sería un contrasentido el ser nombrados para un cargo de inferior rango o condición del que ya están investidos…… y conclusión a la que se llega, por si no lo sabe el Sr. Olcese, solo leyendo con un mínimo de coherencia.
Sin embargo, dicho esto y cuestión a la que, por cierto, dicho personaje nunca ha respondido a nuestras objeciones relativas a ese Sal. 15:16 cuando desde este blog se las hemos presentado, vayamos a un asunto que demuestra los “poderes” que como teólogo le adornan. Y es que lo dicho hasta el momento, no pasa de ser una simple broma si se compara con la particular interpretación que nos hace ese “genio” de la teología del pasaje de Juan 10:16 y que nos lleva ya a entrar de lleno en el tema anunciado en nuestro titular, en su intento por sostener esa disparatada idea de que esos “héroes de la fe” del AT (los Abraham, David, Moisés, etc.) reinarán también al lado de los “héroes de la fe” del NT, eso es, con los Pablo, Juan, Pedro y compañía, al lado de Jesucristo en el reino de Dios…… pero veamos primero las palabras de Jesús el pasaje en cuestión:
“Y tengo otras ovejas, que no son de este redil; a esas también tengo que traer y escucharán mi voz y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.”
En este pasaje se nos habla de la unificación de dos grupos en uno solo, eso es, de dos clases de ovejas de distinta procedencia que son reunidas en un solo redil y bajo la dirección de un solo pastor, que es Jesucristo…… hasta aquí, bien; el problema surge cuando a partir del minuto 7 de grabación y mezclando “churras con merinas”, dicho “teólogo” nos hace su particular y disparatada interpretación de dicho pasaje y en la que no se aclara en quién son unos y quiénes son los otros (los “héroes de la fe” del AT y los seguidores de Jesús del I siglo), en definitiva que no sabe ni de lo que está hablando, pues para nada se menciona en dicho pasaje a esos “héroes de la fe” del AT o también llamada primera “dispensación”. Porque una lectura coherente de dicho pasaje, nos muestra que Jesús estaba dirigiéndose a las ovejas del “redil” que ya tenía en ese momento y que no eran otros que sus seguidores, a los que les notifica que había “otras” ovejas ajenas a ese redil que ellos en conjunto componían y las que en su momento serían también atraídas por su “voz” (o mensaje) y ya, todas juntas, conformarían un solo redil y del que él sería el pastor único. Pero para entender de qué estaba hablando Jesús, tenemos que retrotraernos al tiempo de los profetas y ver a qué o a quiénes prefiguraban las expresiones “ovejas” y “redil” o aprisco; para ello, veamos qué se nos dice en los siguientes pasajes:
“Y en lo que respecta a ustedes (los miembros de la nación de Israel) mis ovejas, las ovejas de mi apacentamiento, ustedes son hombres terrestres. “Yo soy su Dios”, es la expresión del Señor Soberano Jehová.” (Ezeq. 34:31).
“Positivamente te reuniré, Jacob (refiriéndose a la nación de Israel), todo; sin falta juntaré a los restantes de Israel. En unidad los pondré, como rebaño en el aprisco (o redil), como hato en medio de su pasto; tendrán el alboroto de hombres.” (Miq. 2:12). (Acotaciones nuestras).
Luego compendiando el contenido de ambos pasajes, tendríamos lo siguiente: las “ovejas” de Jehová tienen que ver con hombres y el “aprisco” (o redil) que los contiene tiene que ver con la nación de Israel; ello considerado, Jesús en Juan 10:16 lo que quiso decir es que aparte de las “ovejas” que ya tenía del redil de Israel, había otras que no eran de dicha procedencia y en clara referencia a los “gentiles” (o gente “de las naciones”), que posteriormente y ante el rechazo mayoritario del pueblo con el que Dios había entrado en pacto, fueron invitados a participar de la promesa divina hecha en Sinaí, referente a sacar de entre Su pueblo Israel “un reino de sacerdotes” (Éxo. 19:6)…… y cambio de planes que el apóstol Pablo excusó con las siguiente palabras:
“De modo que, hablando con denuedo, Pablo y Bernabé dijeron: “Era necesario que la palabra de Dios se les hablara primero a ustedes (los miembros de la nación de Israel y en función del mencionado pacto). Puesto que la están echando de ustedes (eso es, rechazando dicha oferta divina) y no se juzgan dignos de vida eterna, ¡miren!, nos volvemos a las naciones”.” (Hech. 13:46). (Acotaciones nuestras).
Luego esas “otras ovejas” de las que habló Jesús en Juan 10:16 y que serían captadas de “entre las naciones” mediante el “oír su voz”, eso es, el mensaje proclamado, nada tenían que ver con los “héroes de la fe” del AT (los Abraham, Noé, Moisés, David, etc. etc. etc.) y de los que nos habla el Sr. Olcese, sino con los “gentiles” o gente de “las naciones” y que en principio no estaban incluidas en dicho pacto. Por otra parte y leyendo con la atención debida el pasaje de Juan 10:16, vemos que Jesús se estaba dirigiendo a unas “ovejas” que ya tenía y a las que advertía, que en un futuro se añadirían “otras” que aún no tenía y que reaccionarían ante su voz o mensaje publicado: ello se sustanció, con la conversión del oficial romano Cornelio y algo que se encuentra en el interesante relato del capítulo 10 del libro bíblico de Hechos de los Apóstoles.
Y que ello es como nosotros se lo estamos planteando, queda perfectamente establecido por una aseveración del propio Sr. Olcese (m. 3:48 de grabación), cuando refiriéndose al personaje David afirma que había muerto “en buena vejez” y como fue en el caso de la mayoría de los más prominentes “héroes de la fe” del AT (como atestiguan los relatos acerca de Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Daniel, Moisés, etc. etc. etc.) y lo que nos enfrenta al hecho de que dichos notables del AT no pueden reinar al lado del Hijo de Dios en el reino milenario de Cristo, si nos atenemos a la siguiente cuestión que se nos plantea en el libro de Revelación o Apocalipsis, ya en el mismo cap. 2, versículo 10:
“…… Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida (eso es, la inmortalidad).” (Acotación nuestra).
De hecho, en Rev. 3:21, Jesucristo menciona que para acceder a reinar con él se tenía que “vencer” como él “había vencido” y todos sabemos cómo venció Jesús: aguantando hasta la misma muerte; ahondando en la cuestión, tenemos las palabras de Pablo en el sentido de que solo muriendo a la “semejanza de Cristo”, se puede obtener una resurrección de gloria “semejante” a la suya (Rom. 6:5) y que es lo equitativamente correcto. Pero es que además, todo lo dicho queda confirmado por un pasaje que el Sr. Olcese ha usado con frecuencia y que contradice escandalosamente su planteamiento, en el sentido de que personajes que han muerto “en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria” y como fue en el caso de David (1 Crón. 29:28), puedan reinar al lado de Jesucristo…… y este es el pasaje en cuestión:
“Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (eso es, muertos de forma violenta a la “semejanza” del Hijo de Dios) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4). (Acotación nuestra).
Entonces queda claro que solo las personas que reúnan dicho requisito (y los “héroes de la fe” del AT mencionados por el Sr. Olcese no lo hacen), serán aquellas que ocuparán un lugar al lado de Cristo en la gobernación del reino de Dios.
Sin embargo, el Sr. Olcese y que cambia de pensamiento tan rápido como de chaqueta, corbata o sombrero, nos decía en un video publicado el 02/08/13 que dichos personajes sí reinarían con Cristo en el reino de Dios por ser “conocidos” de Dios y en una más que estrafalaria interpretación del pasaje de Rom. 8:29-30. Unos meses antes, concretamente el 12/03/13 y en un video titulado “No, Don Armando, usted debe responderme esto primero…” nos había dicho y apoyándose precisamente en el pasaje mencionado de Rev. 20:4, exactamente todo lo contrario al afirmar en el mismo y entre los minutos del 16 al 20 de grabación (si pueden, no se los pierdan), que solo aquellos que murieran “asesinados” en defensa de su fe durante la “gran tribulación” aún futura, en su enfrentamiento con la “bestia”, el “falso profeta”, el “anticristo” y que no recibieran la “marca” de dicha “bestia” (Rev. 13) en sus frentes o en sus manos, serían los que reinarían con Cristo durante el milenio y con lo que rebatía flagrantemente lo dicho en el primer video mencionado.
No obstante e inasequible al desaliento y superándose a sí mismo, cinco días después (18/03/13), nos publicaba otro, en esta ocasión titulado “La prueba irrefutable de que la grande muchedumbre reinará con Cristo” y en donde incluso nos llegaba a afirmar con gran convicción y muy seguro de lo que decía (ya conocen aquella máxima aristotélica de que “el necio afirma, el sabio duda y reflexiona”), que aquellos que tenían que reinar con Cristo no saldrían de entre los seguidores de Jesús del primer siglo, sino de la “gran muchedumbre” sobreviviente de la “gran tribulación” aún por venir y de la que se nos habla en Rev. 7:9; 14; y con el peregrino argumento de que estas estaban vestidas de blanco y que solo las personas que así estuvieran vestidas (según nos aseguraba ese “estratega” de la teología), es a las que Jesucristo les concedería el sentarse junto a él en el trono para reinar en el reino de Dios (Rev. 3:4-5)…… y vestimentas blancas que solo se pueden conseguir, según tan estrafalario personaje, mediante el “vencer” en la “gran tribulación” final, eso es, en un suceso que aún no se ha producido.
Luego “revolucionario” planteamiento que inevitablemente excluye del gobierno del reino a los seguidores de Jesucristo del primer siglo, ni que hablar ya de los “héroes de la fe” del AT (Abraham y David incluidos), pues ni los unos ni los otros pueden pasar por las pruebas que la “bestia” impondrá durante la “gran tribulación” y con ello, hacer “méritos” para recibir sus vestiduras blancas como “vencedores” pues ya hace siglos (milenios en el caso de los notables del AT) que fallecieron; por lo que la pregunta solo puede ser esta…… ¿quiénes son, realmente entonces, aquellos que reinarán con Cristo en el reino de Dios o, dicho de otra manera, con cuál de las cuatro posibles opciones nos quedamos? ¿Reinarán con Cristo los notables del AT, o lo harán solo los sobrevivientes vestidos de blanco de la “gran tribulación” venidera o, en su defecto, los primeros seguidores de Cristo y los únicos bautizados con espíritu santo y por tanto, únicos reconocidos públicamente como Hijos adoptivos de Dios y por tanto, coherederos con él del reino milenario…… o lo harán todos juntos?
A nuestro entender, los notables del AT no pueden hacerlo, pues a lo ya dicho sobre el tema habría que añadir que para reinar en el milenio se tiene que ser “hermano” de Jesucristo (luego Hijo de Dios) y esos personajes no lo son, siempre atendiendo a lo que se nos dice en el profético Sal. 45:16 y que leeremos de nuevo:
“En lugar de tus antepasados (o “padres”, según versiones), llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación nuestra).
Por lo que si dichos “héroes de la fe” del AT y por el “derecho de recompra” (Lev. 25:29-32), mediante la sangre derramada del Hijo de Dios, pasan a convertirse en hijos suyos y eso es lo que nos dice el salmo en cuestión, de ninguna manera pueden ser a la vez Hijos de Jehová Dios y lo que, por extensión, les impide ser “hermanos” de Jesucristo y por lo que no pueden ser coherederos con él del reino de Dios, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes. Añadámosle a ello y a modo de curiosidad, el hecho de que si bien esos fieles antepasados de Jesús del AT reciben el nombramiento de “príncipes” en el momento de su resurrección, no así el de “sacerdotes” y condición “sine qua non” para tomar posesión como reyes al lado de Jesucristo, según Rev. 20:6:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”
Descartados por lo tanto estos “héroes de la fe” del AT, como futuros reyes cogobernantes en el milenio al lado de Jesucristo, veamos ahora que hay de aquellos que “salen de la gran tribulación” y que como hemos visto, el Sr. Olcese también los coloca en dicha posición en otra muestra de su clara ignorancia de lo que dice el texto escritural, porque veamos que se nos dice en Rev. 7:13-17 y con referencia a esas personas:
“Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, 17 porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”.”
Analicemos ahora lo que se nos dice en este pasaje acerca del tema que estamos considerando: en primer lugar, se nos dice de esas personas que salen de la “gran tribulación” o sobreviven a esta, pero que en todo caso aparecen después de terminada dicha tribulación; y debemos de tener en cuenta, que dicha “gran tribulación” culmina con la batalla de Har-magedón y que es peleada por Jesucristo, acompañado por sus leales seguidores:
“Estos combatirán contra el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá. También, los llamados y escogidos y fieles que con él están lo harán.” (Rev. 17:14).
Y teniendo en cuenta que esos “llamados, escogidos y fieles” ya pelean con él dicha batalla contra los reyes de la tierra, solo pueden ser anteriores en orden de aparición a la “gran muchedumbre” de aquellos que aparecen después de terminada dicha batalla y que no han participado de la misma, sino que son los directos beneficiarios de la misma y por lo que no podemos estar hablando de las mismas personas. Por otra parte, tenemos el hecho de que el bueno de Juan desconocía la procedencia de dichas personas y por lo que no pudo responder a la pregunta que se le formuló, en el sentido de “¿quién son estos y de dónde vienen?”…… sin embargo, esa situación de ignorancia no se produce cuando a Juan se le habla de los 144.000 al lado de Jesucristo sobre el monte Sión (Rev. 14:1), porque ya sabía de lo que se le estaba hablando, pues él formaba parte de esos; porque Juan recordaba el “pacto por un reino” que Jesús en su momento les había ofrecido:
“Entonces Pedro le dijo en respuesta: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. 28 Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28).
Mientras, tenemos que los sobrevivientes de la “gran tribulación” aún futura, de ningún modo han podido seguir a Jesús, pues este murió hace casi 2.000 años, aunque sí se benefician del sacrificio vicario de la sangre derramada por este. Dicho lo cual, veamos un tercer aspecto por el que de nuevo queda claro que esos sobrevivientes de la “gran tribulación” y diga lo que diga ese indocumentado del Sr. Olcese, no pueden reinar al lado de Cristo. Porque habrán notado ustedes, queridos lectores, que lo que leemos en el versículo 17 de ese capítulo 7 del libro de Revelación, es que esos sobrevivientes serán “pastoreados y guiados a fuentes de aguas de vida” por el pastor Jesucristo…… cosa que no aplica a aquellos que tienen que reinar con él, pues como hemos dicho se levantan en la resurrección ya con la inmortalidad concedida y lo que significa que no precisan el ser “guiados” a fuente alguna de “agua de vida”, pues ellos ya tienen vida en sí mismos (esto es lo que significa el ser inmortal), eso es, que no dependen de fuente exterior alguna para mantenerla; más bien al contrario, ellos son los que colaboran con Jesucristo en la labor de pastoreo y guía de esos sobrevivientes mencionados, a las “fuentes de aguas de vida”…… que son ellos mismos.
Pero como colofón a nuestra afirmación en el sentido de que esos sobrevivientes de la “gran tribulación” y diga lo que diga esa estulticia con patas que resulta ser el “ingeniero” y “teólogos” Sr. Olcese, tenemos lo siguiente: de esas personas se nos dice que “salen” o sobreviven a la “gran tribulación” y lo que significa que entran con vida al reino de Dios; eso es, que serán personas que pasarán al reino de Dios sin haber experimentado la muerte…… ya aquí es en donde se crea el problema para el Sr. Olcese, según se lee en el siguiente pasaje:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no, sobre los que no participen de dicha primera resurrección) la muerte segunda no tiene autoridad (eso significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotaciones nuestras).
Entonces “blanco y en botella”: aquellos que sobrevivan a la “gran tribulación”, es obvio que no pueden participar de dicha “primera” resurrección (ni de ninguna otra), pues no han muerto y por lo que no tienen acceso a reinar con Cristo en el reino de Dios…… luego nos tendrá que explicar el Sr. Olcese cómo “se come esta ensalada”.
Por lo que todo considerado, queda claro que los únicos que pueden reinar con Cristo son sus seguidores del primer siglo, eso es, los apóstoles y los que siguieron a estos posteriormente (Juan 17:20) y el resto o remanente aún por aparecer, de los que se nos habla en Rev. 11:3; todo lo demás, no son otra cosa más que gansadas de ese “iluminado” de Apologista Mario Olcese, que tendrá muchos títulos colgados en la pared, pero que por no saber no sabe ni leer y por lo que hoy nos dice una cosa, mañana otra y pasado mañana, ni la una ni la otra, sino toda la contraria. Porque habrán notado ustedes, que lo que nosotros les acabamos de contar nada tiene que ver con estar titulado en tal o cual materia, sino sencillamente en el leer con la corrección debida los textos usados…… y es que la Biblia no está al alcance de los “teólogos” (Dios no la hizo escribir para ellos), sino de aquellos que saber leer con un mínimo de lógica y sentido común
Volviendo al punto de partida y con los antecedentes ya expuestos, queda claro que ese “genio” de la teología no tiene ni puñetera idea de lo que se nos dice en Juan 10:16 y de ahí, que lo use para apoyar una idea tan disparada como es la de unos “héroes de la fe” del AT reinando al lado de Jesucristo en el reino de Dios, cuando todo el contexto escritural y según acabamos de comprobar, está diciendo exactamente todo lo contrario. Pero no se preocupen, que en su paranoia intelectual y en la que está permanentemente establecido, dicho personaje dejará pasar unos días y luego, como si no hubiera ocurrido nada y la cosa no fuera con él, volverá a publicar la misma sandez…… ¡¡que cruz, Señor, que cruz!!
MABEL
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