sábado, 26 de diciembre de 2015

Usted...... y el “arrebatamiento” de la Iglesia.


Es esta una enseñanza muy popular dentro de la cristiandad y que tiene a decenas de millones de seguidores, básicamente entre aquellas denominaciones religiosas que se reconocen como “evangélicas”, pendientes del susodicho “arrebatamiento”; entre los actuales impulsores de dicha enseñanza, destacan personajes como los David Diamont, Armando Alducin, Darío Salas, Yiye Avila (ya fallecido), Antonio Bolainez o Dawlin Ureña y un largo etc., entre la ingente cantidad de distintos dirigentes religiosos de todo “pelaje” que se posicionan a favor de tan falsa enseñanza …… porque como creencia resulta ser más falsa que un “duro sevillano” y que no es por nada, pero ¡¡ya hay que ser falsa!!

Es lógico entonces que la tal tenga también sus detractores, pero lo sorprendente es que ninguno de ellos y hasta donde nosotros hemos podido averiguar, acierta a dar con la “tecla” que valide su argumentario en contra de dicha proposición acerca de un “rapto” o “arrebatamiento” de la Iglesia…… y siendo el caso que dicha propuesta ya se topa de entrada con un verdadero problema (sorprendentemente no señalado por los detractores de dicha enseñanza) y que tiene que ver con el “objeto” sujeto a dicho “arrebatamiento”. Y es que se considera “iglesia” al conjunto de personas que en su momento reinarán con Cristo en el reino de Dios y compuesto este de “ungidos” o individuos que han sido reconocidos por el Altísimo como Hijos Suyos, a la manera como en el primer siglo lo fueron los apóstoles y los más directos seguidores de estos (esto último, según se deduce de Juan 17:20)…… pero resulta que desde la muerte del último de esos personajes, no existe en la tierra dicho tipo de personas y con lo que no hay por tanto, “iglesia” a la que arrebatar. Porque recordemos que estos singulares personajes del I siglo, se caracterizaban y circunstancia que los diferenciaba del resto de sus contemporáneos, por su sorprendente capacidad para llevar a cabo obras poderosas y facultad de la que no disponen, incomprensiblemente, los actuales “ungidos”…… cuando el caso es que lo que dijo Jesucristo al respecto iba en dirección contraria, pues dirigiéndose a sus apóstoles lo que dijo fue esto:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales (u obras poderosas) que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20). (Acotación nuestra).

Luego si la obra se mantenía en el tiempo, lo lógico es que las señales que la acompañaban también se mantuvieran constantes, máxime cuando eran la forma en la que Jesucristo manifestaba su apoyo a la misma…… pero dado que estas anunciadas “señales” desaparecieron de la tierra hace muchos siglos (a finales del I siglo, recordemos) y razón por lo que no las vemos actualmente sobre ella, solo quedan dos alternativas entre las cuales moverse: o los actuales “ungidos” no son tales, o bien estaríamos hablando de personas que “no han creído” y con lo que estaríamos en las mismas: Jesucristo no apoya a esa pandilla de “paniaguados” que a sí mismos pomposamente se identifican como “ungidos”; por lo que lo del “rapto de la Iglesia” no es más que una simple invención de mentes calenturientas, ya que no existe una “iglesia” como tal …… de hecho, tal “enseñanza” salió a la luz hará no más de 200 años, por lo que lógicamente no puede ser tomada como una enseñanza bíblica, dado que los más directos seguidores de Jesús la desconocían totalmente. Pero es que aparte de eso, tenemos otra incongruencia en dicha “enseñanza” y que tiene que ver con que el hecho de que pasaje en el que se apoyan esos defensores del arrebatamiento para sustentar su disparatada teoría, está brutalmente mal interpretado y lo que invalida su planteamiento de raíz…… y es que eso es lo que pasa cuando uno se apoya en un solo pasaje para proponer determinada idea y no la cuadra con lo que dice sobre ella el contexto general de las Escrituras.

Porque la realidad es que estas (las Escrituras), son un todo armonioso y que como en un puzle, se tienen que encajar todas sus piezas en el lugar apropiado…… de tal manera que si solo una pieza se coloca en un lugar inadecuado, ya no te encaja ninguna y con lo que la Biblia pasa de ser un libro serio, a ser una simple “pachanga verbenera” en la que no cree nadie pues esta se “contradice” (es la opinión generalizada y ello merced a los embustes que partiendo de ella se dicen), cuando en realidad los que se contradicen son aquellos que pretenden erigirse en interprételes de la misma; pero veamos cuál es el pasaje en el que se apoyan los defensores de dicha teoría del “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”:

Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (1 Tes. 4.15-17).

De esta pasaje concluyen los defensores de la teoría del “rapto” o “arrebatamiento”, que en un momento determinado personas de todas las condiciones serán arrebatadas con vida e instantáneamente trasladadas al cielo, para permanecer allí los siete últimos años del mundo como lo conocemos y espacio de tiempo en el que en la tierra ocurrirá lo que se conoce como la “gran tribulación” o, también, el “día de la ira de Dios” al traer Él castigo contra los impíos…… pasado este tiempo serán devueltas a la tierra para “reinar” al lado de Cristo durante el milenio. Y la “historia” que nos cuentan ya la conocen ustedes: brutales accidentes de automóviles por falta de conductor, caída de aviones al haber sido “raptados” en pleno vuelo sus pilotos o buques a la deriva por haber desaparecido sus capitanes al mando, en definitiva, un caos de magnitudes inimaginables sobre la tierra…… y todo este “cirio”, partiendo del pasaje que hemos leído; ahora bien ¿es esta la idea que se nos quiere transmitir en esas palabras de Pablo y contenidas en su primera carta dirigida a los miembros de la congregación sita en Tesalónica?

No, si tenemos en cuenta el contexto, porque veamos: cuándo Pablo menciona a “los vivientes” ¿se refería a personas que estarían vivas en el momento de ser arrebatadas y que es lo que nos propone la teoría del rapto”? No…… y ; y para entender esta aparente contradicción que les proponemos, tenemos que dirigirnos al pasaje de Rev. 20:6 y en donde se nos deja claro qué personas son las que accederán a reinar al lado de Cristo en el milenio y que es en donde está el meollo de la cuestión:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Luego lo que queda claro, es que todos aquellos que tengan que reinar con Cristo, tienen que haber salido de una “primera” resurrección y por lo que, obviamente, primero tienen que haber muerto…… luego nada que ver con personas raptadas estando en vida a los cielos, como nos aseguran los defensores del “rapto” y con lo que ya tenemos dilucidado el primer punto: no fueron estas personas “arrebatadas con vida, pues las personas que no hayan muerto no pueden heredar el reino de Dios en calidad de gobernantes del mismo, según lo que hemos leído en Rev. 20:6; pero entonces ¿qué quiso decir Pablo con eso de “los vivientes”? Para poder entenderlo, de nuevo tenemos que buscar en el contexto escritural e ir a unas palabras que dijo Jesús en su momento y que encontramos en Luc. 9:59-60:

Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, más vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.”

Pero dado que “un muerto” no puede enterrar a otros muertos y ni hacer actividad alguna en el mundo de los vivos (Ecle. 9:5-6) y algo que Jesús sabía de sobra, es obvio que lo que nos estaba queriendo decir era otra cosa y algo que se percibe leyendo con atención el texto que acabamos de señalar. Porque en el mismo, Jesús establece una clara distinción entre sus seguidores y que por ello estaban “vivos” ante Dios (los “vivientes” a los que aludió Pablo), en claro contraste con aquellos que no le seguían y por lo que ante Dios estaban como “muertos” o personas sin perspectivas de vida…… luego no estaríamos ante una percepción material de la cuestión, sino espiritual y que era a lo que Pablo se refería; de hecho y en el plano material, tanto el mismo Pablo, como el resto de seguidores de Jesús, murieron como el resto de seres humanos, aunque en este caso, asesinados por los poderes gubernamentales de su tiempo.

Sin embargo, detrás de esa expresión “nosotros los vivientes” y que Pablo colocaba en un futuro distante y no en sus tiempos, había otro trasfondo y que señalaba a otros “vivientes” o continuadores de la obra de Jesucristo, que estarían literalmente vivos en los últimos tiempos; y poderosísimos personajes a la forma de los apóstoles, de los que se nos habla en Rev. 11:3-6:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen. “

Entonces estaríamos hablando de poderosísimos personajes, como en su momento fueron los apóstoles, enviados por Dios para transmitir un mensaje por toda la tierra, en este caso por espacio de tan solo 1.260 días y evento que se corresponde con la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14; y estas son las personas a las que se refirió Pablo como “los vivientes” que estarían presentes en el día del regreso de Jesucristo a la tierra; luego volviendo a lo que estábamos, veamos ahora como estas personas sí fueron realmente “arrebatadas” con vida y no obstante, sí pueden reinar con Cristo, pues estaban dentro de lo exigido por Rev. 20:6 que hemos leído antes y de lo que se nos da razón, en Rev. 11:7-12:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (o resucitaron y evento que anuncia la consumación de la “primera” resurrección de Rev. 20:6)) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “¡Suban acá!”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotación nuestra).

De ahí que Pablo pudiera decir en 1 Tes. 4:17, que dichas personas serían elevadas al encuentro de Jesucristo en su regreso “juntamente con ellos”, eso es, con los ya también resucitados Pedro, Juan, el propio Pablo, etc……. todos conjuntamente y justo en el momento se sonar ese imperativo “¡Suban acá!”, serían elevados a los cielos para recibir a Jesucristo en su regreso a la tierra; luego está claro que estos personajes de última hora están incluidos entre “los vivientes” que mencionó Pablo y de los que el apóstol dijo que serían “arrebatados” de la tierra…… pero noten que dichos personajes primero tuvieron que morir y en armonía con Rev. 20:6, lo que les permite el poder acceder a la gobernación del reino al lado de Jesucristo. Sin embargo, lo que nos dicen los defensores de la teoría del “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”, es que millones de personas que no han experimentado la muerte, serán arrebatadas al cielo con vida para regresar siete años después y cogobernar con el Hijo de Dios durante el reino milenario, en lo que no deja de ser más que un auténtico despropósito.

Para ello y como ya les hemos comentado, se apoyan en una disparatada interpretación del pasaje de 1 Tes. 1:16-17 y que para nada dice algo que siquiera se aproxime a lo que esos teóricos del “arrebatamiento” proponen, como es y por aquello de enfatizar la idea, el que en un momento determinado anónimas personas vivas que van tranquilamente por la calle, serán “arrebatadas” al cielo para siete mil años después ser regresadas a la tierra para reinar con Cristo y lo que genera una derivada, porque…… ¿en función de qué se les ha concedido dicho privilegio a tales personas? ¿Solo porque pertenecen a determinada asociación religiosa, como si los miembros de las demás denominaciones cristianas no tuvieran derecho a disfrutar del mismo status, siendo como son, probablemente, tan buenos creyentes como puedan ser los primeros? Porque la idea es que solo los miembros de determinada confesión religiosa (la que sea), serán los elegidos para disfrutar de semejante privilegio.

Resumiendo y para no extendernos, que estamos ante una disparatada “enseñanza”, repetimos ¡con menos de dos siglos de antigüedad!, apoyada sin embargo en unas palabras dichas por una persona que vivió casi 2.000 años atrás y por lo que no tenía ni puñetera idea, de la susodicha doctrina del “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”. Por lo tanto y ya hablando en un sentido más universal, la realidad es que estamos ante un conjunto de enseñanzas de las distintas organizaciones religiosas que tienen que ir cayendo por su propio peso y dejando en la más absoluta evidencia a las organizaciones que las han difundido, en lo que significará el derrumbe de todas las denominaciones religiosas de hechura humana, pues todas ellas, absolutamente todas ellas, son falsas; porque prescindiendo de las “enseñanzas” que cada una de ellas proponga, lo cierto es que confluyen en un mismo aspecto: todos sus dirigentes afirmas ser “ungidos” (a sumarles aquellos que andan por libre y que reivindican también dicha condición de Hijo de Dios) y por tanto, supuestos “enviados” del Altísimo para pregonar el evangelio del reino al resto de mortales que no somos más que unos “ignorantes” que sin su inestimable “ayuda” no podríamos entender las Escrituras.

Y lo que plantea la siguiente cuestión a los miembros de base de dichas organizaciones religiosas y que no es de menor cuantía ¿qué harán esos seguidores, cuando aparezcan esos poderosísimos personajes de Rev. 11:3 y demuestren con sus amplísimos poderes que sí son verdaderos enviados de Dios, luego verdaderos “ungidos” y desenmascarando a los actuales líderes religiosos, que no son verderos “ungidos”? Entendemos entonces que estamos ante una importante cuestión a considerar para todo aquél que esté encuadrado en cualquiera de las actuales y numerosas denominaciones religiosas dentro de la cristiandad (todas ellas afirmando sin excepción ser la “verdadera” religión ¡faltaría más!), a tenor de las siguientes palabras:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella (el sistema mundial de religión falsa), pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4). (Acotación nuestra).

Notemos los dos puntos importantes de ese pasaje: primero, Dios reconoce que dentro de ese conglomerado de falsa religión tiene a “un pueblo” y al que insta a salirse de dicha asociación fraudulenta de alcance mundial: ello se refiere a las personas que sinceras, pero engañadas, aún están asociadas a las distintas denominaciones de hechura humana y lo que las obliga a tomar acción para reconducir su situación ante el Creador y autor de tan claro y enérgico mandato. En segundo lugar, el mismo hecho de que Jehová Dios mande a salirse de un sitio determinado, pero sin aclarar a dónde hay que dirigirse como alternativa, solo puede significar que Él no reconoce tener sobre la tierra a organización religiosa alguna que le represente y con lo que se desmiente la afirmación de cada una de ellas, en el sentido de ser la “verdadera” organización que Dios tiene sobre el planeta.

A partir de ahí, que cada uno tome su determinación y que no pasa por continuar pensando que está en el sitio correcto y que las palabras de Rev. 18:4 aplican a “los otros”, sino por intentar averiguar honestamente si él o ella (que para todos hay) están asociados a un sistema religioso falso y por lo que no tiene la aprobación divina…… no olvidando, en este íntimo y personal examen, que precisamente la religión es la trampa mejor urdida por Satanás para extraviar al ser humano.

MABEL


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