viernes, 19 de agosto de 2016
La batalla de Har-magedón: ¿una guerra…… o un “picnic”?
Porque claro, tal como nos lo plantea el “teólogo” Apologista Mario Olcese, la cosa como que más parece que vaya de una simple “acampada” de fin de semana y no de algo mucho más serio; pero antes de continuar, queridos amigos que nos siguen, permítanme explicarles el porqué de esta introducción: hace unos días (27/07/16), se publicó en este blog un artículo dirigido a desmontar una nueva salida de “pata de banco” del personaje en cuestión, pues en uno de sus videos (23/06/16) nos afirmaba que Jesús de ninguna manera pudo haber hecho un “pacto para un reino” con sus apóstoles, pues dicho pacto se había establecido siglos antes con el rey David…… y como en ese artículo del día 27 tienen amplia información de por dónde iba la cosa, no les aburro con los detalles y paso a explicarles de qué va la “historia” en este nuevo escrito.
Y es que dicho personaje acaba de publicar otra de sus “ocurrencias” en forma de video, en este caso titulado “El engaño jehovísta de que Armagedón es una guerra entre el reino de dios y los reinos mundanos” (28/07/16) y titular que ya no tiene desperdicio alguno, pero “aliñado” en su entradilla de presentación y por aquello de si quedaba duda alguna del disparate que en el mismo se nos propone, con el siguiente texto:
“En el libro de la WT ¿Qué enseña Realmente la Biblia? página 81, párrafos 17 y 18, se dice que la batalla de Armagedón, previa al milenio, es entre el reino de Dios y los reinos de este mundo. Pero ¿es posible eso? ¿Se puede sostener con la Biblia? Absolutamente NO!”
O sea que según tan singular personaje, la citada batalla no es un conflicto entre el reino de Dios (eso es, Jesucristo y sus seguidores, según Rev. 17:14) y los reyes de este mundo al frente de sus ejércitos…… es más: según dicho “teólogo”, una afirmación contraria al planteamiento por él expuesto no se puede sostener con la Biblia. Pero antes de continuar con el argumento, permítanme que les haga una pequeña observación: el video que vamos a analizar apareció un día después de que se publicara en este blog el artículo señalado al inicio de este escrito (27/07/16), en el que se desmontaba el surrealista planteamiento del Sr. Olcese en el sentido que Jesús no pudo ofrecer a sus apóstoles ningún pacto y contrario a lo que se nos muestra claramente en Luc. 22:29, porque según el argumento presentado por tan “agudo” personaje, el tal pacto ya se había establecido siglos antes con su antepasado David. Por lo tanto, todo parece indicar que el video que hoy nos ocupa fue publicado por el Sr. Olcese después de haber leído el artículo que el día anterior un servidor había publicado y, supuestamente, como “un darse por enterado”.
Y para hacer tal conjetura, me apoyo en el hecho de que lo que el Sr. Olcese hace y después de un largo tiempo de absoluto silencio en cuanto a mi persona, es sencillamente el mandarme un abrazo y lo que me parece muy bien (¡por algo se empieza!), pero sin hacer el más leve comentario sobre el contenido de mí objeción y lo que me hace suponer que da por bueno mi planteamiento, en un implícito reconocimiento de que se había equivocado en su línea argumental (aunque solo sea por aquello tan popular de que “quién calla, otorga”) y en una clara asunción del hecho de no ser capaz de rebatir mis argumentos, que es en donde está el meollo de la cuestión. Por cierto y para que no tenga duda alguna, decirle al personaje en cuestión que, efectivamente, sigo su página de videos diariamente (nunca he negado dicho extremo) como hago con algunas otras y por aquello de encontrar temas que me permitan, en mi esfuerzo por rebatirlos, no solo aprender un poco más a nivel personal, sino también advertirles a aquellas personas que nos honran con sus visitas (y razón fundamental de este blog), acerca de enseñanzas disparatadas que se publican y que no se sostienen partiendo de un mínimo conocimiento escritural…… ya otra cosa es, que aquellos que nos leen sepan sacar el debido provecho de este esfuerzo.
Pero dicho lo cual, volvamos al asunto de la “batallita” de Har-magedón mencionada y que según dicho personaje resulta que no es un enfrentamiento entre Jesucristo y sus seguidores (Rev. 17:14), contra los reyes de la tierra…… y para demostrar lo cual, ya empieza por citarnos de un pasaje bíblico que dice exactamente todo lo contrario de lo que nos está proponiendo y que es el de Dan. 2:44:
“Y en los días de aquellos reyes (obviamente de los actuales reyes o gobernantes) el Dios del cielo establecerá un reino (de ahí lo del “reino de Dios”) que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (luego estaríamos hablando de una guerra o confrontación entre dos partes) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.” (Acotaciones mías).
El Sr. Olcese apoya su planteamiento razonando que si el reino de Dios y según Dan. 2:44, se “establece” en los “días de aquellos reyes”, ello significaría que cuando echa a andar dicho reino en la tierra y con ello el inicio de los mil años de gobernación divina en ella, todavía están esos reyes gobernando en la misma…… mientras que la batalla de Har-Magedón es anterior al establecimiento del mencionado período milenial (a grandes rasgos por ahí va la cosa). Claro, partiendo solo del pasaje leído de Dan. 2:44, la cosa y apurando mucho se quedaría “entre Pinto y Valdemoro” y poco se podría objetar al respecto…… pero si uno está al tanto del contexto bíblico y circunstancia que no concurre en el caso de tan reputado “teólogo”, la cosa ya cambia como el día de la noche, pues en el mismo se nos dice cuándo y en dónde adquiere carta de naturaleza dicho reino; pero veamos primero el “cuando” y que reflejado en el siguiente pasaje de Rev. 11:7-12:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (los “dos testigos” o resto “ungido que aparecerá en la tierra según el versículo 3), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron (con su mensaje de juicio) a los que moran en la tierra.
11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (en ese preciso momento se produce la llamada “primera resurrección” de Rev. 20:6 y en la que participan solo aquellos que han de reinar con Cristo) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones mías).
Por lo que dado que ya tenemos el “cuando” toma cuerpo el reino de Dios y que está directamente relacionado con la resurrección de aquellos que participan en el mismo, veamos ahora “dónde” queda conformado definitivamente como tal, dicho reino. Hemos visto en el versículo 12 que esos resucitados son llamados “al cielo” para su reencuentro con Jesucristo y evento este que en las Escrituras se identifica como “las bodas del cordero” (Rev. 19:7-9)…… y ahí es precisamente donde, repito, se conforma, se funda o adquiere carta de naturaleza como ente gobernante el reino de Dios, en lo que tiene que ver con la designación de sus miembros gobernantes; de hecho, que dicho reino adquiere carta de naturaleza en el cielo y de ahí posteriormente es derivado a la tierra y en la que tiene que gobernar por mil años, queda claro en el propio pasaje de Dan. 2:44 leído ya en su contexto del verso 45:
“Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; 45 puesto que contemplaste que de la montaña (en terminología bíblica, esa expresión significa gobernación, en este caso la de Dios) una piedra (en clara referencia al reino derivado a la tierra) fue cortada, no por manos (lo que nos da a entender que dicho gobierno o reino no es de procedencia humana, sino divina y por lo que no podemos estar hablando más que del venidero reino de Dios) y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro (eso es, al entero sistema de corruptos gobiernos humanos). El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable y la interpretación de él es digna de confianza.” (Acotaciones mías).
Luego resumiendo, el reino de Dios como tal nace en el cielo (el “dónde”) y ello a renglón seguido de producirse la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6 (el “cuándo”); porque no olvidemos un detalle que al Sr. Olcese se le pasa por alto y de ahí su absurdo razonamiento: las Escrituras nos hablan de los mil años en que dicho gobierno divino ejercerá su dominio en la tierra, pero nada nos dicen del tiempo transcurrido entre su nacimiento en el cielo (lo contado acerca de “las bodas del cordero”) y el momento en que es derivado a la tierra…… luego nada tiene que ver el momento en que es formado, con el momento en que inicia su gobernanza en ella.
Otra cosa que al citado “teólogo” también se le pasa por alto, tiene que ver con el hecho que desde que el mundo es mundo, un reino o gobierno no puede ser establecido o tomar posesión de un territorio para gobernar sobre el mismo, sin que previamente haya derrotado o derrocado al anterior gobierno para establecerse en lugar de ese: eso es, que no puede iniciar su gobernación, sin antes haber limpiado de enemigos dicho territorio…… y lo que nos propone el Sr. Olcese, es exactamente todo lo contrario y contrario por tanto (valga la redundancia), a la lógica de las cosas que siempre hemos tenido por comunes. Luego partiendo de dicha premisa, la lógica y el sentido común nos dicen que para cuando el reino de Dios se establece en la tierra y empiezan a correr los mil años de su gobernación, los anteriores reinos ya tienen que haber sido desalojados de su poder…… entonces lo que está claro y dado que según Rev. 20:6, esos reyes de origen divino tienen que reinar por los mil años (ni un día más, ni un día menos), es que los reinos opositores tienen que haber sido destruidos antes de que empiecen a contar esos mil años señalados. De hecho, en Rev. 19:6-8 se nos habla de las “bodas del cordero” y a partir del verso 11 hasta el final del capítulo se nos resume la batalla librada por Jesucristo y sus seguidores, que recibe el nombre de la “guerra de Har-Magedón”, así como en qué resulta esta, eso es, en la total destrucción de todas las fuerzas opositoras al servicio de Satanás…… pero veamos ahora como inicia el capítulo 20:
“Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás (el gran instigador de la rebelión ya sofocada) y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo.” (Rev. 20:1-3). (Acotación mía).
Pero para que ello sea así, es obvio que dicha cruenta batalla de Har-Magedón y en la que se aniquila totalmente a los ejércitos rebeldes de los reyes de la tierra al servicio de Satanás, como hemos visto en el capítulo 19, tiene que producirse antes de que inicien los mil años del reino de Dios…… por lo que la afirmación del Sr. Olcese en el sentido de que la derrota de esos reyes de la tierra rebeldes dirigidos por Satanás y sus angélicos esbirros, tiene lugar dentro del período de los mil años y eso es lo que nos dice, no deja de ser más que otra de sus acostumbradas mamarrachadas.
Porque el resumen de los acontecimientos y en orden correlativo es el siguiente; se produce la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y aquellos que participan de la misma son llamados al cielo (Rev. 11:11-12) para su reencuentro con Jesucristo, momento que se produce el evento que en las Escrituras recibe el nombre de “las bodas del cordero” (Rev. 19:7-9); es en ese momento cuando es establecido o fundado el reino de Dios, eso es, que toma cuerpo como ente gobernante y estando aún en el cielo. Ya investido de poder, dicho gobierno de hechura celestial y compuesto, no lo olvidemos, por hombres inmortales, es proyectado a la tierra (Dan. 2:44-45) para destruir a los reyes rebeldes instigados por Satanás y sus espíritus malignos; destruidos dichos reyes y sus ejércitos, el principal instigador de la rebelión (Satanás) es encerrado en el abismo por un período de mil años (Rev. 20:1-3) y, momento este, en que inicia dicho período de tiempo de mil años de gobierno del reino de Dios en la tierra. Luego la guerra de Jesucristo y sus fieles (Rev. 17:14), contra los reyes de la tierra y sus ejércitos al servicio de Satanás, contrario a lo que nos dice el Sr. Olcese, no se produce dentro del período milenario sino antes de que este empiece, según se desprende del relato escritural y en el que se nos muestra la secuencia de los acontecimientos:
“Y vi el cielo abierto y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero y juzga y se ocupa en guerrear con justicia. 12 Sus ojos son una llama de fuego y sobre su cabeza, hay muchas diademas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él mismo 13 y está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios. 14 También, los ejércitos que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio. 15 Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso. 16 Y sobre su prenda de vestir exterior, aun sobre su muslo, tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores.
17 Vi también a un ángel que estaba de pie en el sol y clamó con voz fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: “Vengan acá, sean reunidas a la gran cena de Dios, 18 para que coman las carnes de reyes y las carnes de comandantes militares y las carnes de hombres fuertes y las carnes de caballos y de los que van sentados sobre ellos y las carnes de todos, de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes”.
19 Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje fue prendida y junto con ella el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Rev. 19:11-21).
Hasta ese momento, es obvio que todo indica que el reino de Dios aún no ha empezado a ejercer su gobierno sobre la tierra, pues para ello falta que se lleve a cabo la acción fundamental y en la que concluye lo que en las Escrituras se conoce como la “guerra de Har-Magedón” y que se nos relata a continuación en Rev. 20:1-4:
“Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años. Después de estas cosas tiene que ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar (es en ese preciso instante cuando inicia la gobernación del reino de Dios sobre la tierra). Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación mía).
Resumiendo la cuestión, que de nuevo el “teólogo” Apologista Mario Olcese se ha “columpiado” al afirmar primero que dicha guerra no es la del reino de Dios en contra de los reyes de la tierra y, segundo (y entrando en flagrante contradicción), que esta sí se produce pero dentro del período de mil años de gobernación divina…… o sea y como nos tiene acostumbrados ¡que no ha acertado ni una! Porque dicho personaje es tan ignorante en cuestiones escriturales, que parece no saber que el término “Har-Magedón” (que significa “Montaña de Megido”), guarda relación directa con “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” (y que se nos relaciona en Sof. 1:14-18 con el “gran día de Jehová” ) y término que aplica específicamente a una condición, o situación, en la que se reúne a “los reyes de toda la tierra habitada” en oposición a Jehová y su reino dirigido por Cristo:
“Son, de hecho, expresiones inspiradas por demonios y ejecutan señales y salen a los reyes de toda la tierra habitada, para reunirlos a la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso (……). 16 Y los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Har-Magedón.” (Rev. 16:14-16).
Ello nos devuelve a algo que quizás a alguno se le habrá pasado por alto (al “teólogo” Mario Olcese, desde luego), como es el hecho de que dicho reino de Dios estará conformado por poderosísimos hombres inmortales (por tanto, indestructibles)…… pero en definitiva, hombres como usted que nos lee o un servidor que escribe, aunque un poco más “peleones”, eso sí. Y que tendrán que enfrentarse a los ejércitos de los reyes de la tierra y a todo su arsenal bélico de índole nuclear, químico o electromagnético (tanto el que nos han mostrado, como el que no nos han mostrado y que “haberlo haylo”), por lo que estaremos ante una guerra con “todas las de la ley” y encima apoyada por Satanás y sus demonios (Rev. 16:13-14); poderosos personajes que dado que en las Escrituras se les identifica como una “nueva creación” (2 Cor. 5:17), desconocemos de qué armas se valdrán para pelear dicha batalla y en el supuesto de que porten alguna; en todo caso algo difícil de especular desde la perspectiva humana, que siempre hemos precisado de algún artilugio adicional para “arrearle” al vecino en donde más duele y así dejar constancia de nuestra “disconformidad” con sus puntos de vista.
En todo caso y elucubraciones aparte (ya lo veremos llegado el momento), de nuevo Apologista Mario Olcese nos ha hecho una demostración de sus dotes “teológicas” al afirmar, primero, que la batalla de Har-Magedón no es una confrontación bélica entre el reino de Dios y los reyes humanos al frente de sus ejércitos; y segundo y contradiciéndose a sí mismo, que la tal confrontación sí se produce, pero ya dentro del período milenario…… y es que claro: ante la sapiencia “teológica” del personaje en cuestión ¡qué sabrá la Biblia de esas cosas!
Armando López Golart
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