miércoles, 11 de enero de 2017

¿Porqué millones de personas, creen en un “arrebatamiento” que no acaba de llegar…… ni llegará nunca?


En una de nuestras últimas entradas (21/12/16), hablábamos del clásico error de entendimiento bíblico causado, primero, por la incapacidad de leer con un mínimo de corrección y, segundo, por pasar por alto el contexto escritural y que es el que quita y da razones en el arte de entender las Escrituras. Y si bien en el caso del artículo citado la cosa no tenía mayor trascendencia en nuestro día a día, el asunto del que hoy vamos a tratar sí tiene mucha más importancia, pues de nuevo nos pone frente a otro disparatado entendimiento del texto sagrado y sin fundamente bíblico alguno, que tiene que ver con la enseñanza del llamado “arrebatamiento de la iglesia”. Enseñanza ésta muy popular dentro de la cristiandad y que tiene a decenas de millones de seguidores, básicamente entre aquellas denominaciones religiosas que se reconocen como “evangélicas”, pendientes del susodicho “arrebatamiento”…… cuando en realidad dicha “enseñanza” resulta ser más falsa que un “duro sevillano” (¡y que ya es ser falsa!), pues esta no es una enseñanza bíblica.

Es lógico entonces que la tal tenga sus detractores (entre los que nos encontramos los autores de este blog), si bien se da la circunstancia que ninguno de ellos y hasta donde nosotros hemos podido averiguar, acierta a dar con la “tecla” que valide su argumentario en contra de dicha propuesta acerca de un “rapto” o “arrebatamiento” de una supuesta “Iglesia”; porque el caso es que dicho planteamiento ya se topa de entrada con un verdadero problema (sorprendentemente no señalado por los detractores de la susodicha enseñanza) y que tiene que ver con el “objeto” sujeto al dicho “arrebatamiento”, eso es, la mencionada “Iglesia”. Y convendría aclarar antes de continuar con nuestra exposición y para aquellos no “muy puestos” en la cosa, que se considera como “Iglesia” al conjunto de personas que en su momento reinarán con Cristo en el reino de Dios y compuesto este de “ungidos” o individuos que supuestamente han sido reconocidos por el Altísimo como Hijos Suyos, a la manera como en el primer siglo lo fueron los apóstoles y los más directos seguidores de estos (esto último, según se deduce de Juan 17:20); pero resulta que desde la muerte del último de esos personajes al final del I siglo y ello hasta nuestros días, no existe en la tierra dicho tipo de personas y con lo que no hay, por tanto, “Iglesia” alguna a la que arrebatar.

Porque recordemos que estos singulares personajes del I siglo, se caracterizaban y circunstancia que los diferenciaba del resto de sus contemporáneos, por una sorprendente capacidad para llevar a cabo obras poderosas (expulsar demonios, levantar muertos, sanar enfermos, etc.) y facultad de la que no están dotados, incomprensiblemente, los actuales “ungidos” que son incapaces de curar un simple resfriado; sin embarg0, lo que dijo Jesucristo al respecto iba en dirección contraria, pues dirigiéndose a sus apóstoles lo que les prometió fue tanto como esto:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales (u obras poderosas) que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20). (Acotación nuestra).

Luego si la obra llevada a cabo desde ese momento en adelante hubiera sido mantenida en el tiempo y que es la “milonga” que la mayoría de actuales líderes religiosos nos quieren “vender” para justificar su privilegiada posición, lo lógico es que las señales que la acompañaban también se hubieran mantenido constantes, máxime cuando estas eran la clara evidencia del apoyo divino a dicha obra…… pero dado que estas anunciadas “señales” desaparecieron de la tierra hace casi 2.000 años (a finales del I siglo, recordemos) y razón por lo que no las vemos actualmente sobre ella, solo quedan dos alternativas entre las cuales moverse: o bien los actuales “ungidos” no son tales sino unos auténticos farsantes, o bien estaríamos hablando de personas que “no han creído” (verso 17) y con lo que estaríamos en las mismas, eso es, que Jesucristo no apoya a esa pandilla de “palanganeros” que a sí mismos pomposamente se identifican como “ungidos” o Hijos de Dios, por tanto “hermanos” suyos y que de ninguna manera parece ser el caso. Por lo tanto, queda claro que lo del “rapto de la Iglesia” no es más que una simple invención de mentes calenturientas, ya que los hechos muestran que a día de hoy no existe sobre la tierra una “Iglesia” como tal y a la que poder “arrebatar”…… de hecho, dicha fraudulenta “enseñanza” salió a la luz hará no más de 200 años, por lo que lógicamente no puede ser tomada como una enseñanza bíblica y que los más directos seguidores de Jesús desconocían totalmente.

Por lo que la cuestión está en averiguar sobre qué base sustentan la mayoría de líderes religiosos actuales dicha enseñanza; y con lo que nos encontramos, una vez más, con un pasaje brutalmente mal interpretado por parte de los defensores de dicha propuesta y lo que invalida su planteamiento de raíz…… y es que eso es lo que pasa, insistimos en ello, cuando uno se apoya en un solo pasaje para proponer determinada idea y no la contrasta con lo que sobre ella se dice el contexto general de las Escrituras. Porque la realidad es que estas (las Escrituras), son un todo armonioso y que como en un reloj de precisión, se tienen que encajar todas sus piezas en el lugar apropiado…… de tal suerte que si solo una pieza se coloca fuera de su lugar, ya no encaja ninguna de las restantes y con lo que la Biblia pasa de ser un libro serio, a ser una simple “pachanga verbenera” en la que no cree nadie pues esta se “contradice” (opinión generalizada del “populacho”). Y ello, merced a los embustes que, partiendo de ella, se han enseñado por parte de esos “genios” de la teología, cuando en realidad los que se contradicen son aquellos que pretenden erigirse en interprételes de la misma; pero veamos cuál es el pasaje en el que se apoyan los defensores de la teoría de un supuesto “rapto” o “arrebatamiento” de una supuesta “Iglesia”:

Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (1 Tes. 4.15-17).

De esta pasaje y dicho sea a grandes rasgos, concluyen los defensores de la teoría del “rapto” o “arrebatamiento” que en un momento determinado millones de personas serán arrebatadas en vida e instantáneamente trasladadas al cielo, para permanecer allí los siete últimos años del mundo como lo conocemos y espacio de tiempo en el que en la tierra ocurrirá lo que se conoce como la “gran tribulación” o, también, el “día de la ira de Dios” al traer Éste castigo contra los impíos (Sof. 1:14-18) …… pasado este tiempo, dichas personas serán regresadas a la tierra para “reinar” al lado de Cristo durante el milenio. Y la “historia” que nos cuentan para cuando ocurra dicho “arrebatamiento”, más o menos ya la conocen ustedes: brutales accidentes de automóviles por falta de conductor que de pronto se ha “volatizado”, caída de aviones al haber sido “raptados” en pleno vuelo sus pilotos, o buques a la deriva por haber desaparecido misteriosamente sus capitanes al mando; en definitiva, un caos de magnitudes inimaginables sobre la tierra…… y todo este “circo”, partiendo del pasaje que hemos leído. Ahora bien ¿es esta la idea que se nos quiere transmitir mediante esas palabras de Pablo y contenidas en su primera carta dirigida a los miembros de la congregación sita en Tesalónica?

No, si tenemos en cuenta el contexto, porque veamos: cuándo Pablo menciona a “los vivientes” ¿se refería a personas que estarían vivas en el momento de ser arrebatadas y que es lo que nos propone la teoría del rapto”? No…… y sí; y para entender esta aparente contradicción que les proponemos, tenemos que dirigirnos al pasaje de Rev. 20:6 y en donde se nos deja claro qué personas son las que accederán a reinar al lado de Cristo en el milenio y que es en donde está el meollo de la cuestión:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Entonces lo que queda claro, es que todos aquellos que tengan que reinar con Cristo, tienen que haber salido de una “primera” resurrección y por lo que, obviamente, primero tienen que haber muerto…… luego nada que ver con personas raptadas estando en vida a los cielos, como nos aseguran los defensores del “rapto” y con lo que ya tenemos dilucidado el primer punto: no podemos estar hablando de personas “arrebatadas” en vida, pues las personas que no hayan muerto no pueden heredar el reino de Dios en calidad de gobernantes del mismo, según lo que hemos leído en Rev. 20:6; pero entonces ¿qué quiso decir Pablo con eso de “los vivientes”? Para poder entenderlo, de nuevo tenemos que buscar en el contexto escritural e ir a unas palabras que dijo Jesús en su momento y que encontramos en Luc. 9:59-60:

Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, más vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.”

Pero dado que “un muerto” no puede enterrar a otros muertos, ni desarrollar actividad alguna en el mundo de los vivos (Ecle. 9:5-6) y algo que Jesús sabía de sobra, es obvio que lo que nos estaba queriendo decir era otra cosa y algo que se percibe leyendo con atención el texto que acabamos de señalar. Porque en el mismo, Jesús establece una clara distinción entre sus“” seguidores y que por ello estaban “vivos” ante Dios (los “vivientes” a los que aludió Pablo), en claro contraste con aquellos que no le seguían y por lo que ante Dios estaban como “muertos” o personas sin perspectivas de vida…… luego no estaríamos ante una percepción material de la cuestión, sino espiritual y que era a lo que Pablo se refería; de hecho y en el plano material, tanto el mismo Pablo, como el resto de seguidores de Jesús, murieron como el resto de seres humanos, aunque en este caso, asesinados por los poderes gubernamentales de su tiempo.

Sin embargo, detrás de esa expresión “nosotros los vivientes” y que Pablo colocaba en un futuro distante y no en sus tiempos, había otro trasfondo y que señalaba a otros “vivientes” o continuadores de la obra de Jesucristo, que estarían literalmente vivos y que aparecerían en los últimos tiempos, eso es, en nuestros días…… y poderosísimos personajes a la forma de los apóstoles, de los que se nos habla en Rev. 11:3-6:

Y haré que mis dos testigos (un resto “ungido” por aparecer) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.” (Acotación nuestra).

Entonces estaríamos hablando de poderosos personajes (nada que ver con los “despendolaos” ungidos actuales), como en su momento fueron los apóstoles, enviados en un futuro por Dios para transmitir un mensaje por toda la tierra, en este caso por espacio de tan solo 1.260 días (o tres años y medio) y evento que se corresponde con la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y que aún está en el futuro (luego nada que ver con la obra divulgadora de los Testigos de Jehová y en la que llevan ya más de 100 años dando la “matraca”)…… y estas son las personas a las que se refirió Pablo como “los vivientes” que estarían presentes en el día del regreso de Jesucristo a la tierra. Luego volviendo a donde estábamos, veamos ahora como estas personas sí fueron realmente “arrebatadas” con vida y, no obstante, sí pueden reinar con Cristo, pues estaban dentro de lo exigido por Rev. 20:6 que hemos leído antes…… pero veamos cómo se nos aclara esta aparente contradicción en Rev. 11:7-12:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron a los que moran en la tierra.

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (o resucitaron y evento que anuncia el momento en que se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6)) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “¡Suban acá! (es en ese preciso momento y ya devueltas a la vida, cuando son “arrebatadas” de la tierra). Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones nuestras).

De ahí que Pablo pudiera decir en 1 Tes. 4:17, que dichas personas serían elevadas al encuentro de Jesucristo en su regreso “juntamente con ellos”, eso es, con los ya también resucitados Pedro, Juan, el propio Pablo, etc……. todos conjuntamente y justo en el momento se sonar ese imperativo “¡Suban acá!”, serían elevados a los cielos para recibir a Jesucristo en su regreso a la tierra; luego está claro que estos personajes de última hora están incluidos entre “los vivientes” que mencionó Pablo y de los que el apóstol dijo que serían “arrebatados” de la tierra…… pero noten que dichos personajes primero tuvieron que morir y en armonía con Rev. 20:6, lo que les permite el poder acceder a la gobernación del reino al lado de Jesucristo. Sin embargo, lo que nos dicen los defensores de la teoría del “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”, es que millones de personas que no han experimentado la muerte, serán arrebatadas al cielo con vida para regresar siete años después y cogobernar con el Hijo de Dios durante el reino milenario, en lo que no deja de ser más que un auténtico despropósito contra la lógica de las Escrituras.

Para ello y por aquello de “recuperar el hilo”, recordemos que se apoyan en una disparatada interpretación del pasaje de 1 Tes. 1:16-17 y que para nada dice algo que siquiera se aproxime a lo que esos teóricos del “arrebatamiento” proponen, como es y por aquello de remachar la idea, el que en un momento determinado personas anónimas que van tranquilamente por la calle, serán súbitamente “arrebatadas” con vida al cielo para siete mil años después, ser regresadas a la tierra para reinar con Cristo y cuestión esta que genera una derivada, porque…… ¿en función de qué se les ha concedido dicho privilegio a tales personas? ¿Solo porque pertenecen a determinada asociación religiosa, como si los miembros de las demás denominaciones cristianas no tuvieran derecho a disfrutar del mismo status, siendo como son, probablemente, tan buenos creyentes como puedan serlo los primeros? Sin embargo, la idea que se intenta transmitir a la feligresía es que solo los miembros de la confesión religiosa a la que uno pertenece (la que sea), serán los elegidos para disfrutar de semejante privilegio…… porque de no ser ello así ¿qué más da la organización religiosa a la que uno esté afiliado, si al fin y a lo postre, también será “arrebatado”? Sin embargo, lo que vemos es que la esperanza del “rapto” es usada por las distintas confesiones religiosas, como una especie de “boletín de enganche” para captar feligreses que pasen a engrosar sus filas y con ello aumentar la recaudación, que es en definitiva de lo que se trata.

Resumiendo y para no extendernos más, que estamos ante una disparatada “enseñanza”, repetimos ¡con menos de dos siglos de antigüedad!, apoyada sin embargo en unas palabras dichas por una persona que vivió casi 2.000 años atrás y por lo que no podía tener ni puñetera idea, de la susodicha doctrina del “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”. Por lo tanto y ya hablando en un sentido más universal, la realidad es que estamos ante un conjunto de enseñanzas de determinadas denominaciones religiosas que tienen que ir cayendo por su propio peso y dejando en la más absoluta evidencia a las organizaciones que las han difundido, en lo que significará el derrumbe de todas las estructuras religiosas de hechura humana, pues todas ellas, absolutamente todas ellas, son falsas. Porque prescindiendo de las “enseñanzas” que cada una de ellas proponga, lo cierto es que confluyen en un mismo punto: todos sus dirigentes afirman ser “ungidos” (a sumarles aquellos que andan por libre y que reivindican para sí también dicha condición de Hijos de Dios) y por tanto, supuestos “enviados” del Altísimo para pregonar el evangelio del reino al resto de mortales que no somos más que unos ignorantes y que, sin su “inestimable ayuda”, no podríamos entender las Escrituras.

Lo que plantea la siguiente cuestión a los miembros de base de dichas organizaciones religiosas y que no es asunto de menor cuantía, porque ¿qué harán esos seguidores, cuando aparezcan esos poderosísimos personajes de Rev. 11:3 y demuestren con sus amplísimos poderes que sí son verdaderos enviados de Dios, luego verdaderos “ungidos” y desenmascarando a los actuales líderes religiosos, en el sentido que no son realmente “ungidos”, sino unos farsantes estafadores? Entendemos entonces que estamos ante una importante cuestión a considerar para todo aquél que esté encuadrado en cualquiera de las actuales y numerosas denominaciones religiosas dentro de la cristiandad (todas ellas afirmando sin excepción ser la “verdadera” religión ¡faltaría “plus”!), a tenor de las siguientes palabras:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella (el entero sistema mundial de religión falsa), pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4). (Acotación nuestra).

Notemos los dos puntos importantes de ese pasaje: primero, Dios reconoce que dentro de ese conglomerado de falsa religión tiene a “un pueblo” y al que insta a salirse de dicha asociación fraudulenta de alcance mundial: ello se refiere a las personas que sinceras, pero engañadas, aún están asociadas a las distintas organizaciones religiosas de hechura humana y lo que las obliga a tomar acción para reconducir su situación ante el Creador y Autor de tan claro y contundente mandato. En segundo lugar, el mismo hecho de que Jehová Dios mande a salirse de un sitio determinado, pero sin indicar a dónde hay que dirigirse como alternativa, solo puede significar que Él no reconoce tener sobre la tierra a organización religiosa alguna que le represente y con lo que se desmiente la afirmación de cada una de ellas, en el sentido de ser la “verdadera” organización que Dios tiene sobre el orbe.

A partir de ahí, que cada uno tome su determinación (sobre todo aquellos a los que se les ha vendido “la burra ciega” de un futuro “arrebatamiento” para sortear el “apocalipsis final”) y que no pasa por continuar pensando que está en el sitio correcto y que las palabras de Rev. 18:4 aplican a “los otros”, sino por intentar averiguar honestamente si uno o una (que para todos hay en la “viña del Señor”) están asociados a un sistema religioso falso y por lo que no tiene la aprobación divina…… no olvidando, en este íntimo y personal examen, que precisamente la religión es la trampa mejor urdida por Satanás para extraviar al ser humano.

MABEL


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