domingo, 8 de enero de 2017

La Biblia…… y los “nuevos rollos”.


De ese conjunto de “libritos”, concretamente 66 y que identificamos como La Biblia, se asevera que al igual que su Autor, pervivirá eternamente…… sin embargo, lo que los autores de este blog (siempre contestatarios con afirmaciones dogmáticas) afirmamos es que ello de ninguna manera puede ser así, siempre ateniéndonos a la correcta lectura del contenido bíblico; y conscientes de que se nos va a “poner a caldo” por esa afirmación (eso es, que menos “bonitos” nos dirán de todo), veamos cómo es la propia Escritura la que confirma nuestra aseveración:

Toda Escritura (la actual  Biblia) es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16-17). (Acotación nuestra).

Entonces lo que está claro, es que la idea que un correcto entendimiento del pasaje leído nos transmite es que cuando esos objetivos señalados sean alcanzados, la Biblia y cumplida su función, como tal quedará obsoleta…… y si alguien no está de acuerdo con nuestro planteamiento, que se haga la siguiente reflexión: ¿Necesitaba Adán una Biblia que le ayudara a alcanzar esas metas? Obviamente no, pues él ya era y en su condición de ser perfecto, “un hombre competente y equipado para toda buena obra”; eso es lo que se deduce de la conclusión a la que llegó nuestro Creador al término de su obra creativa y que, recordemos, certificó con estas palabras:

Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.” (Gén. 1:31).

Sin embargo y siendo tan idílica la situación, todos sabemos cómo acabó “la fiesta” después de la insidiosa acción de Satanás, la irresponsable actitud de Eva alternando con “lo peor de cada casa” (el “gachó” en cuestión) y la no menos irresponsable decisión del “calzonazos” de nuestro primer padre Adán que, lisa y llanamente, entre ser fiel a su Creador o seguir con su mujer, se quedó con esta última y así nos luce el pelo..... ¡y encima las féminas se nos ponen ahora en plan “cabrito”, en su pretensión de ser iguales al hombre y olvidándose de que “la que montó el pollo” fue una congénere suya! (ver nuestro escrito del 24/11/16). Pero volvamos al tema que nos interesa y lo que nos lleva a preguntarnos qué es entonces la Biblia: pues sencillamente y por aquello de resumir la cosa, un instrumento divino mediante el cual Dios nos da una amplia explicación acerca del de dónde venimos, porqué estamos como estamos, las medidas que ha tomado al respecto y, sobre todo, información acerca de cómo nos podemos beneficiar de las tales:

Porque he llamado, pero ustedes siguen rehusando; he extendido la mano, pero no hay nadie que preste atención 25 y ustedes siguen descuidando todo mi consejo y mi censura no han aceptado; 26 yo también, por mi parte, me reiré del propio desastre de ustedes, me mofaré cuando venga lo que los llena de pavor, 27 cuando lo que los llena de pavor venga justamente como una tempestad y el propio desastre de ustedes llegue aquí justamente como un viento de tempestad, cuando la angustia y los tiempos difíciles les sobrevengan.

28 En aquel tiempo ellos seguirán llamándome, pero yo no responderé; seguirán buscándome, pero no me hallarán, 29 por razón de que odiaron el conocimiento y no escogieron el temor de Jehová. 30 No consintieron en mi consejo; mostraron falta de respeto a toda mi censura. 31 De manera que comerán del fruto de su camino y se hartarán de sus propios consejos. 32 Porque el renegar de los inexpertos es lo que los matará y lo despacioso de los estúpidos es lo que los destruirá. 33 En cuanto al que me escucha, él residirá en seguridad y estará libre del disturbio que se debe al pavor de la calamidad.” (Prov. 1:24-33).

Y la forma de “escuchar” hoy a nuestro Creador, es sencillamente por medio de atender todo el consejo expresado en Su Palabra, La Biblia; pero y volviendo al inicio de este escrito, la cuestión que se plantea es hasta cuando ese consejo será útil, pues ya hemos dicho que el tal tiene fecha de caducidad. Porque y por aquello de simplificar las cosas, las Escrituras no son más que el instrumento guía que nuestro Creador usa para llevarnos hasta las puertas del llamado “reino de Dios” y por lo que, cumplida dicha comisión, estas quedarán obsoletas y lo que significa que tienen que ser sustituidas por nueva información, siendo precisamente de esto de lo que se nos habla en Rev. 20:11-15:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos (es a partir de este momento, cuando inicia su andadura el reino de mil años de Dios en manos de Jesucristo). 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos y fueron juzgados individualmente según sus hechos. 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.” (Acotación nuestra).

Pero claro, ahí tenemos a los “entendidos” de turno afirmando que el contenido de dichos “rollos” (libros, en definitiva) no son más que un registro de las faltas cometidas en su anterior vida por parte de aquellos que serán resucitados y en función de las cuales serán sometidos a juicio, en lo que no es más que un puro disparate propiciado, una vez más, por la incapacidad de esas personas de leer con un mínimo de corrección, así como el “pasar” olímpicamente del contexto escritural. Porque lo que este nos dice, es que una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito y como sería el caso, si las cosas fueran como nos las plantean dichos “entendidos”, pues veamos qué es lo que nos dicen las Escrituras al respecto:

Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23).

Palabras que se ajustan perfectamente a lo dicho por nuestro Creador al primer hombre Adán, cuando le dijo aquello de que “el día que peques, morirás”; o sea, que respondía con su vida acerca de cualquier desobediencia a su Supremo Hacedor. Recordemos al respecto, que Adán solo tenía una vida y que era la única que podía dar y, en consecuencia, la única que se le podía exigir y como queda claro del pasaje que acabamos de leer: solo una vida por el error cometido; de ello se puede deducir y sin posibilidad de error, que con la muerte de uno queda saldada la deuda del pecado que todos tenemos ante Jehová Dios (recordemos que esta es la “herencia” que nos dejó Adán) y que, irremediablemente, tenemos que pagar todos en un momento u otro. Sin embargo, tenemos un pasaje brevísimo en su redacción, pero grandioso en su contenido, que es el que sustenta nuestro planteamiento y nos insufla esperanza, que encontramos en Rom. 6:7:

Porque el que ha muerto ha sido absuelto (“justificado”, “redimido” o “exonerado”, según versiones) de su pecado.” (Acotación nuestra).

Y pasaje que es clave en el tema que nos ocupa, siguiendo el siguiente razonamiento: si al morir uno ya cancela su deuda y partiendo del hecho que nuestros errores como humanos, son consecuencia del pecado heredado ¿sobre qué base se nos puede condenar por ellos en el momento de nuestra resurrección y que es lo que nos proponen los citados “entendidos”, si con nuestra muerte ya hemos “pagado” por ellos? Un aspecto clave en el asunto, tiene que ver con lo que se nos dice acerca de esta cuestión en Juan 3:16-18:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él. 18 El que ejerce fe en él no ha de ser juzgado. El que no ejerce fe ya ha sido juzgado, porque no ha ejercido fe en el nombre del Hijo unigénito de Dios.”

De ahí, que aquellos que pasen con vida al reino de Dios (Rev. 7:13-14) y que solo lo harán aquellos que hayan ejercido fe en las promesas divinas, ya serán eximidos de sufrir la muerte, pues son directos beneficiarios aun en vida, del valor del rescate pagado por Cristo y por lo que pueden convertirse, si superan la prueba final de la que se nos habla en Rev. 20:7-10 (y dicho sea a modo de anécdota), en personas que jamás experimentarán la muerte. Personas y continuando con nuestra exposición, que cuando entren en el citado reino de Dios estando vivas no serán sometidas a ningún tipo de juico por las faltas cometidas en el mundo anterior, eso es, en el que estamos viviendo ahora, pues en las Escrituras no se nos dice que se abran “rollos” de faltas contra ellos; por lo tanto y partiendo de una simple lógica ¿por qué sí lo han de ser aquellos que resuciten dentro del citado reino de Dios, si además tienen el “aval” de haber pagado con su muerte por los errores cometidos en su vida anterior?

Por lo que nos encontramos ante una “enseñanza” que es un auténtico despropósito por parte de los indocumentados que la promulgan y con lo que demuestran no tener ni puñetera idea de lo que dice la Biblia, pero “enseñanza” que sostienen amparándose en los citado “rollos” como instrumentos recordatorios de faltas anteriores, cuando en realidad no son más que nueva información para un tiempo nuevo y que sustituirá a la que hasta este momento tenemos, como son las Escrituras y que, como hemos señalado, están preparadas para dejarnos justo a las puertas del reino de Dios…… pero no más allá; luego lo razonable y para superar esa nueva etapa de mil años, es que se nos den nuevas instrucciones tendentes a edificarnos para superar la prueba final y de la que ya hemos hablado.

No pasemos por alto y por aquello de añadir más fuerza a nuestro planteamiento, que incluso los beneficios redentores del sacrificio de rescate de Jesús y por mucho que les sorprenda a algunos, también tienen fecha de caducidad, eso es, que tampoco son eternos; porque las personas que entren en dicho período de mil años de gobernación divina y mueran dentro del mismo, ya no les serán aplicados dichos beneficios y por lo que no resucitarán jamás, sino que serán destruidas eternamente. Luego lo que tenemos es que el beneficio del rescate de Jesucristo y que se sustancia con la resurrección de los muertos, solo aplica a las personas que mueran dentro de este sistema de cosas en el que nos encontramos actualmente, pues a aquellas que lo hagan en dicho período milenario y en clara desobediencia a lo escrito en los citados “rollos” o nueva información que se nos dará, esto es lo que les ocurrirá:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos (es en ese momento cuando inicia su andadura el reino de mil años de Dios, en mando de Jesucristo). 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos (nueva información o “nuevas enseñanzas”). Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos (siempre con relación a la nueva información suministrada en los citados “rollos”). 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos y fueron juzgados individualmente según sus hechos (repetimos para énfasis, siempre con relación a las nuevas enseñanzas que sustituirán a las actuales Escrituras). 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego (sinónimo de destrucción eterna).” (Acotaciones nuestras).

Entonces la situación y por aquello de ir resumiendo, es la siguiente: tanto el consejo bíblico contenido en las Escrituras, como los beneficios del rescate de Jesucristo, solo son aplicables para aquellos que vivimos en este sistema de cosas, pero no ya para aquellos que, o bien pasando con vida o bien mediante la resurrección, entren en el reino de Dios; porque la Biblia y cumplida su misión, será sustituida por nueva información (nuevos “rollos” que se abrirán) y, por otra parte, como los que sean encontrados dignos de entrar en el reino de Dios ya lo harán limpios de la carga del pecado, su muerte solo se puede producir por un juicio adverso de Jehová Dios y para el que ya no hay redención posible…… de ahí, que digamos que ni el contenido bíblico actual, ni el rescate pagado por Cristo en su momento, tendrán aplicación alguna en el venidero reino de Dios.

Luego compendiando lo dicho, nos estamos acercando rápidamente a tiempos nuevos en los que, mediante esos nuevos “rollos” por abrirse en sustitución de la Biblia actual, se nos enseñarán muchísimas más cosas que no sabemos acerca de nuestro Creador y que debido a nuestra actual situación de sujeción al pecado no seríamos capaces de entender (Juan 16:12), además de otra notable bendición: la vida que uno posea en ese momento y al igual que fue en el caso de nuestro primer padre Adán, dependerá exclusivamente de la actitud obediente de cada uno para con su Creador y no de un fatal designio que no podamos evitar y como resulta ser ahora el caso: sencillamente, el vivir eternamente dependerá de uno mismo…… ¿podría Jehová Dios, nuestro Supremo Hacedor, ser más misericordioso con aquellos que confiamos en sus promesas?

MABEL


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