viernes, 26 de mayo de 2017
Dicen que “la burla, es el recurso de los necios”.
Hace un tiempo (10/04/17), se publicó en este blog el artículo titulado “Los “nuevos rollos”, el “rollo del Cordero” y el “rollo de la vida” y en el que, como autor, aclaraba (al menos esa era mi pretensión) el significado respectivo de dichas expresiones y artículo que concluía, como hago en muchos de mis escritos, con la coletilla “… y es que yo también me puedo equivocar”; con ello lo que pretendo destacar es que mis afirmaciones no son de ninguna manera dogmas, sino que como todo “hijo de vecino” estoy en riesgo de caer en el error en alguno de mis argumentos, pues nadie es infalible. Y es que servidor, a diferencia de algunos que blasonan de ser “ungidos” o Hijos de Dios, por tanto supuestamente “guiados” por el espíritu santo al proponer sus planteamientos, nunca me he arrogado semejante privilegio y por lo que mis exposiciones nunca pueden ser tomadas como “enseñanzas”…… de ahí la razón, que con frecuencia cierre mis escritos de la forma señalada. Esto viene a cuento de un correo en tono burlesco que en su momento recibí del “inefable” Ing. Apologista Mario Olcese y fechado el 21/04/17, en el que expone lo siguiente:
“apologista commented on LOS "NUEVOS ROLLOS", EL "ROLLO DEL CORDERO" Y EL "ROLLO DE LA VIDA"
“Sí claro, se pueden equivocar los dueños de este sitio, pero desde que Don Armando fundó su blog junto con su viejo amigo, nunca se ha equivocado. Creo que debería ser el nuevo "esclavo fiel y Discreto" de la secta de los Testigos de Jehova...jajajajajaja”
Por lo que me veo obligado a hacerle una pequeña precisión a tan histriónico personaje: servidor nunca ha dicho que no pueda equivocarse…… en lo que sí he incidido es en la brutal incapacidad por parte de ese aprendiz de teólogo que es el Sr. Olcese, para poder demostrar que estoy equivocado en mis planteamientos y que es algo muy distinto; por contra, sin embargo, yo sí he denunciado todas y cada una de sus “enseñanzas” como simples disparates y sin que hasta el momento haya sido capaz de demostrar que estoy equivocado en mis refutaciones. Es más, tanto es ello así como lo digo, que apenas había iniciado mi andadura en Internet (luego un “novato” en esas lides), ya le obligué reconocer públicamente que estaba equivocado en uno de sus planteamientos más señeros y que, recordemos, era aquél en el que nos afirmaba que la cantidad de los que tenían que reinar con Cristo en el reino de Dios ascendían a “millones, miles de millones” y no los 144.000 de los que se los habla en Rev. 14:1…… y extremo este que se puede comprobar con “pelos y señales” en mi escrito del 12/01/12.
Podría también hacer mención a otra de sus “magistrales” lecciones bíblicas en las que nos enseñaba que “con absoluta certeza”, todos los notables del AT (los Abraham, Moisés, David, etc. etc. etc.), junto a los apóstoles y a los seguidores de estos, reinarán con Cristo en el reino de Dios y planteamiento oportunamente rebatido por un servidor y sin que hasta el momento de me haya demostrado lo contrario; porque tal afirmación no deja de ser un despropósito si nos atenemos al registro escritural, pues veamos la condición sine qua non que imponen las Escrituras para acceder a participar en dicho gobierno milenial:
“Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4).
Entonces lo que entendemos, es que solo reinarán con Cristo en el período de mil años del reino de Dios, aquellos que sufran una muerte violenta (eso es, asesinados) en defensa de su lealtad al Creador en la persona de Su Hijo Jesucristo…… y esto es algo que queda fuera de toda duda, a tenor del pasaje leído; luego partiendo de esta premisa, veamos en contraposición cómo acabaron sus días en la tierra preclaros antepasados del Hijo de Dios:
Gén. 25:7-8: “Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.”
Gén. 35:28-29: “Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.”
Gén. 49:33: “Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.”
Desde luego y hasta el momento, nada que ver con el sufrir una muerte violenta en defensa de la fe de uno…… pero veamos más ejemplos en el mismo sentido, de otros prominentes personajes del AT:
1 Crón. 29:26-28: “En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.”
Gén. 9:28-29: “Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente, también de muerte natural).” (Acotación mía).
Job 42:16-17: “Y después de esto Job continuó viviendo ciento cuarenta años y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente (eso es, el proceso natural de la vejez) murió Job, viejo y satisfecho de días.” (Acotación mía).
Y así podríamos continuar con los Moisés, Josué, Daniel y tantísimos otros personajes ilustres del AT, que de ningún modo sufrieron muerte violenta por defender su fe, eso es “por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” según Rev. 20:4 y que ya hemos leído…… en definitiva, que todos los señalados murieron en la cama y de puro viejos; luego está claro que dichos personajes no pueden reinar con Cristo, pues no reúnen el requisito exigido en Rev. 20:4 y por lo que no se pueden contar, de ninguna de las maneras, entre aquellos que claman venganza a Dios por su “sangre derramada” (luego murieron violentamente) y algo de lo que se nos habla en el pasaje de Rev. 6:9-11, en expresa referencia a aquellos que han de acompañar a Cristo como reyes en el venidero reino de Dios:
“Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre (luego es obvio que fueron asesinados por su lealtad a Dios) de los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Acotación mía).
Entonces “blanco y en botella”: a menos que violentemos brutalmente el registro escritural y como suele hacer constantemente ese supuesto “teólogo” que afirma ser el personaje Apologista Mario Olcese, esos antepasados de Jesús del AT no reúnen el requisito exigido en Rev. 20:4 para entrar en el reino de Dios en calidad de inmortales reyes y sacerdotes y por lo cual, quedan fuera de dicho gobierno o, lo que es lo mismo, que no participan de la llamada “primera resurrección” de Rev. 20:6 y reservada solo para aquellos que sí han de reinar con Cristo:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no sobre los que no participan de ella) la muerte segunda no tiene autoridad (esto es lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotaciones mías).
Pero la cosa ya adquiere tintes de “sainete”, cuando resulta que este necesario requisito de sufrir una muerte violenta para reinar con Cristo, fue contundentemente explicado por el “teólogo” en cuestión en un video publicado el 12/03/13 y dirigido expresamente a un servidor (si se me permite, en un más que incorrecto tono chulesco) y en el que me decía, entre los minutos del 16 al 20 de grabación y en flagrante contradicción con lo que enseñaba antes de publicar dicho video y de lo que defiende actualmente acerca de esos personajes del AT como reyes en el milenio, que solo aquellos que murieran “asesinados” en defensa de su fe durante la “gran tribulación” (evento que, recordemos, aún no se ha producido), en su enfrentamiento con la “bestia”, el “falso profeta”, el “anticristo” y que no recibieran la “marca” de dicha “bestia” (Rev. 13) en sus frentes o en sus manos, serían los que reinarían con Cristo en el milenio y que como apoyo de dicha idea, usaba el pasaje que acabamos de leer de Rev. 20:4.
Tajante afirmación, sin embargo, con la que ese personaje de opereta y sin darse cuenta de ello, apartaba de un plumazo de poder reinar con Cristo en el reino de Dios, no solo a los Abraham y compañía, sino a los mismísimos apóstoles y resto de seguidores de Jesús del I siglo que, aun siendo más próximos en el tiempo, hace ya la friolera de casi 2.000 años que murieron y la “gran tribulación”, repito, aún no ha llegado…… o sea, una flagrante y esperpéntica contradicción, como concurre en el caso de aquellos que hablan sin tener un criterio claro de lo que dicen y en la que cae el personaje señalado, que hoy nos dice una cosa, mañana otra y pasado mañana, si se tercia, ni la una ni la otra, sino toda la contraria. Pero claro ¿qué se puede esperar de un “despendolao” que, por ejemplo, en un artículo fechado el 13/02/09 y bajo el título “¿Quiénes son los ungidos de Dios?”, afirmaba lo siguiente?:
“Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas mías).
Disparatada afirmación donde las haya, pero que visto el “recorrido” teológico de tan estrafalario personaje, lo mismo le podía haber dado por afirmar que era Napoleón Bonaparte; por lo que no es de extrañar que en un tema anterior titulado “¡Todos los bautizados somos “Cristos”!” y publicado en esta ocasión el 29/03/08, se despachara en los siguientes términos”:
“Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas mías).
“Bendiciones colaterales” que en este caso brillan por su ausencia, aunque nos habla en primera persona y lo que solo puede significar, obviamente, que cree tener el espíritu santo de adopción como Hijo de Dios y que como “gilipollez” no está nada mal, a tenor de las “genialidades” publicadas hasta el momento y en las que no ha dicho una sola verdad como no sea la fecha de publicación del artículo del que se trate; de hecho, unos meses antes de perpetrar dicho disparate y en unos de sus primeros artículos, eso es, el 28/08/07 y en el colmo del “delírium tremens” del que es víctima el personaje en cuestión (vemos que ya desde un principio apuntaba “maneras” el hombre), publicó el tema “Consejos oportunos para miles de testigos de Jehová desanimados” y en donde hablando de la liberación que había supuesto para él, el salirse de dicha secta, hacía la siguiente y presuntuosa afirmación:
“Al contrario, soy un hombre muy feliz y dichoso, ya que por fin tengo la libertad que no gozan ellos para escribir y tener mi sitio web donde puedo exponer mis creencias personales y mis “descubrimientos” bíblicos según me lo revela el Espíritu de Dios. Sólo el Espíritu de Dios nos guía a la verdad.” (Negritas mías).
Entonces se hace bueno en dicho personaje y a la vista de los resultados, aquél refrán tan español que dice “dime de qué presumes y te diré de lo que careces”; no obstante y si ello es así, eso es, que el espíritu santo le “chiva” cosas al oído, me permito insistir en mi demanda: que haga uso de dicha “fuente” y no permita que un, a su entender, ignorante como aquí “el menda” y que además no es teólogo (“… ni lo permita Dios”, como diría el gran Camilo José Cela, ante la pregunta de un periodista acerca de si sabía hablar en inglés), se le “suba a las barbas” y le esté obligando continuamente a “plegar velas” con esa bochornosa huida hacia delante en lo que no es más que un vergonzoso “abandonar el campo”, ante la imposibilidad de ser capaz de responder algo mínimamente coherente a las cuestiones en discusión: para no ir más lejos, como la que le acabo de plantear en este mismo escrito y que nunca me la ha podido rebatir…… eso es, que los notables del AT como los Abraham, Moisés, David, etc. etc. etc. y por las razones expuestas, no pueden de ninguna manera (según Rev. 20:4) reinar con Cristo en el ya cercano reino de Dios.
Pero es que además, a ese personaje hay que negarle la mayor, porque el que se identifique a sí mismo como un “ungido”, pues ¡ni tan mal, si al hombre le hace “ilusión”!...... lo que ocurre es que con un mínimo conocimiento de las Escrituras, esa es una afirmación que no se puede sostener con una Biblia en las manos, porque veamos: la unción del espíritu santo que daba a uno la condición de Hijo de Dios, fue recibida por los apóstoles directamente de Jesucristo en el Pentecostés de 33 E.C. (Hech, 4:31) y condición que estos podían transmitir a otros, escenificado ello en una especie de ritual que conocemos como la “imposición de manos” (Hech. 6:5). Sin embargo y como queda contrastado en el capítulo ocho de ese mismo libro de Hechos de los Apóstoles (para más información ver nuestro escrito del 27/09/14), aquellos que habían recibido dicha condición mediante la imposición de manos de esos directos seguidores de Jesús, ya no podían a su vez, trasmitírsela a otros; por tanto, lo que queda claro es que con la muerte del último de los apóstoles (Juan, en el 99 E.C.) se acabó la posibilidad de transmitir dicha unción como Hijo de Dios y, ya posteriormente, con la muerte de los más directos seguidores de los apóstoles, se acabó en la tierra la presencia de “ungidos” o Hijos de Dios y así hasta el días de hoy…… eso al menos, es lo que se puede deducir de Juan 17:20-21:
“Hago petición, no respecto a estos (los doce apóstoles) solamente, sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos (eso es, directamente de los apóstoles y no de otra persona que fuera seguidora de estos), 21 para que todos ellos sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, que ellos también estén en unión con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.” (Acotaciones mías).
Recordemos y por aquello de puntualizar, que a esas personas Jesús la identificó en su momento como “sus hermanos” (Juan 20:17) y por tanto, también como Hijos de Dios; pero retomando el tema que nos ocupa, tenemos que a partir del pasaje de Juan 17:20-21, toda afirmación personal de tener uno a día de hoy la condición de “ungido” o Hijo de Dios, no pasa de ser una mamarrachada sin sentido y teniendo en cuenta además, que todos aquellos que en su momento disfrutaron de la susodicha condición lo probaron fehacientemente por las obras poderosas que la tal les concedía llevar a cabo y lo cual, no es el caso en nuestros días. Pero volviendo al “ínclito” Apologista Mario Olcese, lo que no llego a entender es cómo un teólogo tan “eminente” como se precia de ser dicho personaje, no alcance a más que señalar los errores tipográficos en las imágenes de portada en las revistas de los Testigos de Jehová y ello en innumerables videos de menos de un minuto de duración; y circunstancia esta que forzosamente me lleva a la siguiente conclusión: como el personaje no tiene la capacidad necesaria para rebatir con un mínimo de rigor los argumentos que se le presentan (en el caso que nos ocupa, los de un servidor), no le queda otra que recurrir a la burla como arma de defensa…… luego lo dicho: la burla, es el recurso de los necios.
Armando López Golart.
domingo, 21 de mayo de 2017
Sin comentarios…
19/05/2.017, a las 2:42:
Andy Macguire ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Carta abierta a Apologista Mario Olcese.":
“USTED SEÑOR LOPEZ GOLART , NO ES MAS QUE UN APOSTATA DE LA PEOR CALAÑA QUE AL IGUAL QUE EL SEÑOR OLCESE MORDIERON LA MANO DE LA MADRE ORGANIZACION QUE LES DIO EL CONOCIMIENTO. QUE SI ELLA USTEDES NUNCA TENDRIA NI LA MILESIMA OARTE DE CONCIMIENTO BIBLICO COMO EL RESTO DE LOS MORTALES , SON INFIELES POLLITOS QUE SE CREEN QUE AHORA SON GALLOS , APRENDICES DE UNOS CUANTOS TEXTITOS DE LA BIBLIA Y QUE AHORA SE CREEN QUE SON MAESTROS DE LA PALABRA DE DIOS ¡QUE DESCARADA ES LA POSTURA DE USTEDES DOS ! SOLO SON TRISTES Y FRACAZADOS APOSTATAS SECTARIOS”
19/05/2.017, a las 2:47:
Andy Macguire ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Carta abierta a Apologista Mario Olcese.":
“UNA NOTA ME DICE QUE MI COMENTARIO SERA VISIBLE TRAS LA APROBACION ¿ COMO NO HERAN LOS TESTIGOS LOS QUE CENSURABAN A OTROS Y LES PERMITIAN HABLAR SOLO SI SE ESTA DE ACUERDO CON ELLOS ? JAJAJA USTED TAMBIEN ESPERA CESURAR O APROBAR LO QUE OTROS DICEN JAJAJA USTED ES UN FRAUDE TAMBIEN ... SINO PUBLIQUE LO QUE ESCRIBI Y SIN RECONVENIR NADA O ESCRIBAME A ESTE IMAIL : ANDY MACGUIREX@GMAIL.COM ..... HIPOCRITA ES USTED LOPEZ GOLART JUNTO CON EL ESPERPENTO DE MARIO OLCESE , TEOLOGO DE PACOTILLAS”
Repito: por mi parte, sin comentarios; si por contra, el Sr. Olcese tiene algo que decir al respecto, esto ya es asunto suyo.
Armando López Golart
sábado, 20 de mayo de 2017
¡Y nosotros que pensábamos todo lo contrario…!
Porque ¡“palabrita” de niño Jesús! (como diría nuestro amigo el castizo), que cuando en este blog se prepara un tema la voluntad que siempre nos guía es la de añadir entendimiento en cuanto al conocimiento de las Escrituras, no ya solo a nivel personal (que también) sino para beneficio de aquellas personas que, atraídas por el texto sagrado, tienen la deferencia de leer nuestros escritos…… nunca la de “liar la marrana” y confundir con ello al “personal”; pero hete aquí que tal resulta ser todo lo contrario, siempre y cuando nos atengamos a lo expuesto en un correo que acabamos de recibir de un tal Daniel (Natahel, parece que le gusta que le llamen y por lo que ya empezamos a “tocar madera”), comentando sobre uno de nuestros escritos publicado el 14/07/13 con el título “El extraño caso de Mat. 27:52-53” y por mucho, uno de los más leídos desde que fue sumado a este blog. Pero volviendo al tema que nos ocupa, veamos el correo que nos acaba de hacer llegar el caballero mencionado y en donde se lee como sigue:
“Con su comentario da lugar a que toda la escritura fue hecha con errores, de interpretación del espíritu santo, solo con esto hacen dudar del poder de Dios, dando campo abierto a la incredulidad a los no creyentes y creyentes,
Este pasaje no tiene nada complicado solo toma esto, con amor Jesús es el alfa y el Omega el principio y en fin
Muchos de los que durmieron en esos días y creyeron en la palabra que el trasmitio y es probable que muchos cuerpos de los santos fueron resucitados al momento de Jesús expiró no podían levantarse junto con el porque de ser a si Jesús no se ría el primero, y si los levantaron fuero donde sus familias estos fueron reconocidos por la gente, pregúntate porque los muertos de años no fueron levantados, si eran de años todos los que fueron resucitados fueron de dias, porque lo mejor fue reservado para el final resurección de todos los muertos. Gracias espero no haber incomodado esto es para largo de poder explicar, recuerden que no conocemos las escrituras y el poder de Dios, somos hombres de poca fe.” (Negritas nuestras).
Y dado que estamos ante solo tres párrafos, los responderemos uno por uno para dejar clara nuestra posición; en cuanto al primero, señalar que, lejos de intentar dar la idea de que la Biblia está plagada de errores, lo único que pretendemos es resaltar el valor del contexto escritural para un correcto entendimiento de la misma. No yendo más lejos, recordemos que en su momento publicamos un artículo que resaltaba dicha necesidad y titulado “La Biblia no solo es su “texto”…… también es su “contexto”.” (10/09/16); de hecho, el escrito al que hace referencia el autor de dicho correo iniciaba con la siguiente frase:
“O lo que es lo mismo, la importancia del contexto escritural en la capacidad personal para el entendimiento del texto sagrado…”
Algo que no parece tener en cuenta nuestro comunicante y con lo que demuestra un limitado conocimiento de las Escrituras, siempre a tenor de lo leído en ese primer párrafo; circunstancia esta que queda refrendada en su segundo párrafo al afirmar que Jesús es el “Alfa y el Omega”, afirmación que más falsa que Judas (¡y que ya es decir!), pues dicho título solo le aplica al Dios Todopoderoso. Porque resulta que en las Escrituras este título aparece solo tres veces (Rev. 1:8; 21:7 y 22:13) y siempre refiriéndose a Jehová Dios y no a su Hijo Jesucristo…… ahora bien ¿sobre qué base podemos sostener nuestra afirmación? Pues sencillamente en lo que leemos en las Escrituras, por ejemplo, esto:
“Y me dijo: “¡Han acontecido! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la vida gratis. 7 Cualquiera que venza heredará estas cosas y yo seré su Dios y él será mi hijo.” (Rev. 21:6-7).
Luego dado que Jesús se refirió a los que son herederos con él del reino de Dios como “hermanos” (Juan 20:17) y no como “hijos”, es obvio que el que habla las palabras citadas tiene que ser forzosamente el Dios Altísimo y no Su Hijo Jesucristo…… por lo que queda claro que es el propio Dios Todopoderoso el que se adjudica a sí mismo el título de “Alfa y Omega”. Para acabar de arreglar las cosas y ya hablando del tercer párrafo del correo en cuestión, el problema es que nos encontramos con la total imposibilidad de entender lo que se nos quiere decir y por lo que no tenemos más remedio que aplicar la siguiente lógica: una persona que tiene tanta dificultad para redactar y como parece ser el caso (no se le entiende absolutamente nada), es muy difícil que sea capaz de entender aquello que lee; pero es que además, resulta que lo que nos está objetando en su correo lo tiene perfectamente explicado en el artículo que ha motivado el correo en cuestión, eso es, el escrito señalado y titulado como “El extraño caso de Mat. 27:52-53”…… ya si no alcanza a entenderlo, solo podemos decir que lo lamentamos mucho.
Y con esto, nosotros tampoco queremos incomodar; lo que ocurre, es que en este blog tenemos la sana costumbre de hablar claro para que se nos entienda…… y es que con las cosas de Dios, no pasamos ni una.
MABEL
sábado, 13 de mayo de 2017
23 de Septiembre de 2.017…… ¿qué va a ocurrir, realmente?
Si uno entra en Internet por estos días (en especial a páginas en inglés), se sorprenderá por la ingente cantidad de información que aparece últimamente relativa a la fecha mencionada y casi todas publicadas entre el período Marzo/Mayo, cuando la cuestión es que hace tan solo unos meses, no teníamos ni la más remota idea acerca de dicha fecha…… pero empecemos por el principio:
Cuando Dios creó los cielos visibles y todo lo que en ellos habita, no nos dejó sin explicación acerca del propósito de dicha creación material; veámoslo:
“Y Dios pasó a decir: “Llegue a haber lumbreras en la expansión de los cielos para hacer una división entre el día y la noche; y tienen que servir de señales y para estaciones y para días y años. 15 Y tienen que servir de lumbreras en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra”. Y llegó a ser así. 16 Y Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche y también las estrellas. 17 Así las puso Dios en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra 18 y para dominar de día y de noche y para hacer una división entre la luz y la oscuridad. Entonces vio Dios que era bueno. 19 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día cuarto.” (Gén. 1:14-19).
Y si bien es cierto que el Sol, la Luna y las estrellas cumplen con la función primaria de alumbrar, bien sea de día, bien sea de noche y según proceda, no es menos cierto que en dicho pasaje también se nos dice que por medio de dichos astros se nos pueden hacer llegar “señales” para nuestra información y siempre que sepamos leerlas, claro; por lo que uno podría pensar que si bien es cierto que tanto el astro rey como nuestro satélite y por medio de eclipses u otras manifestaciones pueden emitir “señales” (recuerden el caso de las famosas “lunas rojas” aparecidas entre 2.014/2.015), la cosa ya cambia sustancialmente en lo que tiene que ver con las estrellas. Porque cuando hablamos de estas y dicho sea a “grosso modo”, nos estamos refiriendo a verdaderos hornos nucleares de distinto tamaño (nuestro Sol está entre las de tamaño mediano, tirando a pequeño), situadas a distancias inimaginables para la mente humana y de proporciones gigantescas: para no ir más lejos, VY Canis (una de las más grandes descubiertas y hasta donde llegan nuestros telescopios), tiene un radio 2.000 veces mayor al del Sol, lo que significa que colocada en el centro de nuestro sistema solar sus bordes sobrepasarían la órbita de Saturno; y en cuanto a distancias, tengamos en cuenta que la estrella más cercana a nosotros (Próxima Centauri) la tenemos situada a 4,2 años luz de distancia, eso es, que para poder llegar hasta ella tendríamos que estar viajando durante algo más de cuatro años a la velocidad de la luz que, recordemos, es de prácticamente 300.000 km…. ¡por segundo!
Estrellas, por otra parte, que se desplazan continuamente por el espacio aunque de forma imperceptible al ojo humano, debido a las abismales distancias que nos separan de ellas y de ahí, que por sí sola ninguna de estas representa para el ser humano tipo de señal alguna; sin embargo, el hombre aprendió ya al principio de su existencia sobre la tierra a identificarlas por grupos en sus aparentes posiciones en el plano galáctico…… y grupos o conjuntos a los que dio el nombre de “constelaciones”. Recordemos que fue el propio Creador de las estrellas el que usó dicha expresión, cuando refiriéndose a Su actividad creativa y en una reprimenda al bueno de Job, le hizo la siguiente reflexión:
“¿Puedes tú atar firmemente las ligaduras de la constelación Kimá (Pléyades), o puedes desatar las cuerdas mismas de la constelación Kesil (Orión)?
32 ¿Puedes hacer salir la constelación Mazarot (o “las constelaciones” en su conjunto, el llamado “Zodíaco”) a su tiempo señalado? Y en cuanto a la constelación Ash (Osa Mayor) al lado de sus hijos ¿puedes conducirlos?”. (Job 38:31-32). (Acotaciones nuestras).
Dicho lo cual, metámonos en harina y vayamos a la cuestión que nos importa: ¿qué ver tendrán las constelaciones de los cielos, con la fecha del 23 de Septiembre de 2.017? Pues que en esa fecha se producirá una conjunción estelar que jamás se ha producido en la historia de la humanidad y que jamás se volverá a repetir, circunstancia esta que muchos comentaristas bíblicos señalan como una simple coincidencia…… lo que ya no es coincidencia, es el hecho de que dicha conjunción nos fuera anunciada hace casi 2.000 años; veamos:
“Y se vio en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol y la luna estaba debajo de sus pies; y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas 2 y ella estaba encinta. Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz.” (Rev. 12:1-2).
Luego como soy incapaz de explicar de manera entendible dicha situación y por aquello de que una imagen vale más que mil palabras, adjuntamos este video de apenas 6 minutos (técnicamente el mejor realizado de los que hemos visto) y ya cuando lo hayan visionado, continúen leyendo…
… ¿qué les ha parecido? Porque prescindiendo de mayores razonamientos, lo que han visto es exactamente lo que va a ocurrir y que se nos presenta en las Escrituras como “una gran señal” en el cielo y conjunción estelar que, repetimos, jamás se ha producido ni se volverá a producir en el futuro, por lo que indudablemente se nos sitúa ante el cumplimiento de Rev. 12:1-2; es cierto que dicho evento ha sido aprovechado por los partidarios de la teoría del “rapto de la iglesia” para relacionar dicha señal con el momento en que supuestamente tendrá efecto dicho “rapto” y en lo que no es más que un disparate de extremos siderales y nunca mejor dicho (para más información sobre el “rapto”, ver nuestro escrito del 06/05/17) …… ya para los más catastrofistas, como el momento en que se producirá el tan temido “fin del mundo” en que todo será destruido por un cataclismo de proporciones inimaginables y por lo que, obviamente, estaríamos ante el fin de la humanidad como tal.
Pero como ya saben aquellos que nos honran con sus visitas, los autores de este blog nos distinguimos por ser algo renuentes o “quisquillosos” a creer todo aquello que se nos cuenta y por lo que no nos conformamos con saber que en la fecha mencionada se cumple lo señalado por el pasaje citado, sino que y dado que se trata de una señal, queremos saber de qué es señal dicho acontecimiento; además, algo que nos caracteriza es que no estamos por la labor de hacer seguidismo de las tendencias actuales en cuanto a entendimiento bíblico se refiere, sino que tenemos nuestros propios planteamientos acerca de lo que leemos en las Escrituras y por lo que entendemos que esa señal en los cielos, tiene que estar relacionada con otra cosa distinta a un arrebatamiento o un apocalipsis global; porque si continuamos leyendo, vemos que en los siguientes versos se nos habla de otra señal:
“Y se vio otra señal en el cielo y, ¡miren!, un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cabezas siete diademas; 4 y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó abajo a la tierra. Y el dragón se quedó de pie delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para, cuando diera a luz, devorar a su hijo.” (Rev. 12:3-4).
No perdamos de vista que el apóstol Juan estaba personalizando en las constelaciones que estaban en los cielos, un drama que se viviría en la tierra; ya hemos visto en el video adjuntado que “la mujer” estaba representada por la constelación de Virgo, mientras que la corona de “doce estrellas” era la constelación de Leo, más la alineación de los planetas Mercurio, Marte y Venus, alineados a su vez con la estrella Regulus que es la más brillante de dicha constelación, para completar el marco de doce estrellas. Por lo tanto solo es razonable pensar que hiciera lo mismo en lo que respecta al citado dragón representado en el firmamento por la constelación de la Serpiente (bajo los pies de la “mujer” según el Zodíaco) y que es una de las más largas, siendo que atraviesa la constelación de Ofiuco (quizás de ahí, la referencia a que con su cola “arrastra la tercera parte de las estrellas”, como aforismo para denotar su singular longitud) y circunstancia por la que se identifica también a esa constelación con dos nombres, eso es, como Serpens Caput (cabeza de la serpiente) y Serpens Cauda (cola de la serpiente).
Por otra parte, recordemos que las palabras que acabamos de leer en Rev. 12:1-4 fueron escritas más de 60 años después de morir Jesús y por lo que hay que pensar que estamos ante señales que tendrían que hacerse visibles en nuestros días, con el propósito de transmitirnos un mensaje…… pero ¿cuál? Según entendemos nosotros y a tenor de lo considerado, lo que podemos esperar para ese 23 de Septiembre de 2017 y a modo de “gran señal” (de lo contrario no se entendería), es la aparición sobre la tierra de un pequeño resto “ungido” (Rev. 6:9-11) y que se nos identifica como los “dos testigos” en Rev. 11:3, cuya comisión es la de iniciar la gran predicación de Mat. 24:14 y en la que se anunciará por todo el mundo, el inmediato establecimiento del reino de Dios sobre la tierra. No pasemos por alto que a ese grupo de fieles seguidores de Jesucristo y en su conjunto, se les identifica como miembros de la “iglesia” o “la mujer” y siempre en calidad de “novia” o “esposa” de éste; tampoco olvidemos que dicha aparición se produce al alimón con la del “anticristo” (Rev. 12:3-4) y por lo que a la “mujer” se la protege por un tiempo con la finalidad de que pueda llevar a cabo dicha comisión:
“Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que la alimentaran allí mil doscientos sesenta días.” (Rev. 12:6).
Recordemos que “mil doscientos sesenta días” representan tres años y medio y con lo que la conclusión es lógica: solo podemos estar hablando de la “70 semana” de Dan.9:27 y por lo tanto, extendiendo nuestra conclusión, solo podemos pensar que la señal de Rev. 12:1-2 nos marca el inicio de ese último período de siete años que nos llevarán a las puertas del reino de Dios y remedio definitivo a todos nuestros males; y eso, para el 23 de Septiembre de 2.017, eso es, para dentro de cuatro meses y unos pocos días…… siempre y cuando aquí los “mendas” no estemos equivocados, claro.
MABEL
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sábado, 6 de mayo de 2017
El “rapto de la iglesia”…… ¿o la historia de un “cuento chino”?
Uno de los eventos, es decir, el EVENTO por excelencia y que tiene en vilo a la mayoría de las iglesias llamadas “cristianas” en estos tiempos de tanta convulsión y dificultad a los que nos estamos enfrentando, es el llamado “rapto (o arrebatamiento) de la Iglesia”; pero antes de continuar, permítannos señalar que aunque hemos leído algo acerca de ello, no somos unos entendidos en esa materia y simplemente alcanzamos a resumirla, pero que nos vendría a decir, más o menos, que la vuelta de Cristo se produciría en dos etapas. Empezaría con un arrebatamiento (o rapto), en el cual los “santos” o la “Iglesia” actual serían llevados al cielo antes de que un período de siete años de tribulación y coincidente con la última semana profética de Daniel (9:27), devaste la Tierra; ya terminado ese período de tiempo, Cristo aparecería visiblemente acompañado de esos “santos” y juntos gobernarían sobre la Tierra por mil años……y disparatada teoría (la del “rapto”, no de que Cristo vaya a reinar por mil años), que se apoya en una esperpéntica interpretación de las palabras del apóstol Pablo en 1 Tes. 4:16-17 y que, hasta dónde sabemos, es el único lugar en las Escrituras en que se nos habla de un “rapto” como tal:
“…… porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después, nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.”
En síntesis, lo que se nos viene a decir es que en el momento de producirse la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:4), aquellos miembros de la “iglesia” que estén aún sobre la tierra serán “arrebatados” con vida para, junto con los resucitados, ser elevados al cielo para reinar con Cristo en el momento del regreso de éste a la tierra; hasta aquí y para un profano en las Escrituras, como son todos los que se creen tal tropelía, la cosa se podría aceptar…… pero a aquellos que miramos en el relato sagrado sin ningún tipo de condicionante, eso es, que no pertenecemos a organización religiosa alguna que nos adoctrine, de entrada ya se nos presentan tres problemas determinantes para la no aceptación de semejante enseñanza y que son los siguientes:
El primero de esos tres problemas es solo un asunto de lógica elemental: esa enseñanza de origen jesuita, tomó carta de naturaleza a mediados del siglo XVIII e impulsada por un tal Edward Irving, con lo que estaríamos hablando de una antigüedad de más o menos 200 años…… luego no es de ninguna manera, una enseñanza bíblica.
El segundo problema ya es una cuestión de mayor enjundia, pues resulta que a día de hoy no existe “iglesia” a la que arrebatar, porque veamos: se entiende por “iglesia” o “cuerpo de Cristo” al conjunto de personas que han sido bautizadas con el espíritu santo y por tanto “ungidas”, eso es, reconocidas como “Hijos de Dios”, luego hermanos de Jesucristo y como fue en el caso de los apóstoles, según propias palabras de éste:
“Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).
Estas personas fueron oficialmente ungidas o reconocidas como Hijos de Dios, cuando en el Pentecostés de 33 E.C. fue derramado sobre ellos el espíritu santo (Hech. 2:3-4) y recibiendo con él, los poderes que le eran consustanciales a éste, eso es, los mismos que tenía Jesús en vida y que iban desde sanar un paralítico a resucitar un muerto, pasando por expulsar demonios…… y eso es lo que podían hacer esos “ungidos” o Hijos de Dios; condición esta que, además, podían transferir a sus más inmediatos seguidores y para lo cual se usaba el ritual de la imposición de manos y momento a partir del cual estos quedaban facultados, como nuevos Hijos de Dios, para poder llevar a cabo las obras poderosas consustanciales con dicha condición. Sin embargo y ello es un detalle importantísimo que nos ayuda a saber si a día de hoy existe algo parecido sobre la tierra a una “iglesia” o “cuerpo de Cristo” que pasara a engrosar el número de integrantes de esa “iglesia” primitiva, resulta que esos nuevos convertidos por mediación de los apóstoles, eso es, que habían recibido su ungimiento mediante la imposición de manos de estos, ya no podían transmitírselo a otros y como razonamos con todo detalle, en nuestro escrito del 27/09/14. Queda claro entonces, que con la muerte del último apóstol vivo (Juan) sobre el 99 E.C. cesó toda posibilidad de que aparecieran en la tierra nuevos “ungidos” y así hasta nuestros días.
Por lo tanto, todo aquél que a día de hoy se identifique como un “ungido” o miembro de la “iglesia”, no es más que un simple “soplagaitas” que no sabe de lo que habla…… porque de entrada y de ser ello así, tendría que tener también la capacidad de poder llevar a cabo obras poderosas que poseían esas personas (y este no es el caso), pues Dios no tiene hijos que puedan hacerlo y otros que no, ya que dichas obras poderosas son precisamente el aval de que uno es Hijo de Dios y actúa en su nombre:
“Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.
19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20).
Dicho lo cual y volviendo al tema central que, recordemos, es el “arrebatamiento de la iglesia”, veamos ahora cual es el tercer problema con el que se encuentra dicha teoría; y es que cuando se nos habla del citado “arrebatamiento”, siempre gira entorno al hecho de que personas estando con vida son arrebatadas de pronto de sobre la tierra y llevadas al cielo, para ser regresadas de nuevo a esta al final de la “gran tribulación” y pasar a reinar con Cristo durante los mil años del reino de Dios…… y el problema está en que para poder reinar con Cristo en el reino milenario, se tiene que participar de la llamada “primera” resurrección, algo que es imposible si uno no ha muerto primero:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6).
Pero la cosa se complica más, cuando leemos lo que se nos dice dos versículos antes (el 4) y que tiene que ver con la clase de muerte que dichas personas tienen que sufrir para poder acceder a reinar con Cristo; veámoslo:
“Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.”
Luego estamos hablando de ser uno asesinado por mantener su lealtad a Dios, cuando esta es sometida a prueba, para acceder a participar en dicha gobernación; y ninguna de esas dos condiciones, el sufrir una muerte de martirio y el participar en una “primera” resurrección se puede dar en aquellos que son arrebatados con vida cuando van andando tranquilamente por la calle, o conduciendo su automóvil, etc. etc. y que es lo que nos están “vendiendo”. Por lo que todo indica que estamos ante una estafa monumental por parte de los líderes religiosos que proponen dicha enseñanza y que van por el mundo dando discursos, publicando libros, engañando a incautos: en resumidas cuentas, “viviendo del cuento”; pero para su fortuna, se dirigen a incautas audiencias enfervorizadas y previamente adoctrinadas, anhelantes de que se les diga aquello que quieren oír, como es el que serán llevadas al cielo antes de la “gran tribulación” y que reinarán al lado de Jesucristo…… en definitiva, lo más parecido al timo del “toco mocho”.
Pero puesto que hemos dicho que todo parte de una errónea interpretación de 1 Tes. 4:15-17, entendemos que lo suyo sería dar la interpretación correcta de dicho pasaje y para lo cual, quizás sería necesario y por aquello de refrescar la memoria, de volver a transcribir el pasaje en cuestión y ya puesto en su contexto:
“Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero. 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.”
La frase clave de este pasaje está en la expresión “los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor”; por lo que en primer lugar, tendríamos que contrastar el término “vivientes” con los “muertos” de los que se nos habla en Mat. 8:21-22:
“Entonces otro de los discípulos le dijo: “Señor, permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 22 Jesús le dijo: “Continúa siguiéndome y deja que los muertos entierren a sus muertos”.”
¿Quiénes eran esos “muertos” que podían enterrar a otros muertos? Pues sencillamente personas vivas, pero “muertas” a los ojos de Dios por culpa del pecado; luego con la expresión “vivientes” lo que Pablo nos está diciendo es que ellos, por ser seguidores de Jesucristo y haber recibido el espíritu santo de adopción como Hijos de Dios, pasaron de estar “muertos”, a estar “vivos” para Dios, pues al ser resucitados adquirirían la inmortalidad y tal como se nos indica en Rev. 20:6:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso es la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotación nuestra).
Aclarado este punto, analicemos ahora la misma expresión “los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor”, pero desde otra perspectiva y que tiene que ver con ese “sobrevivamos” hasta el regreso de Cristo a la tierra; porque con ello el bueno de Pablo no nos estaba diciendo que ellos permanecerían vivos hasta consumarse dicho regreso, sino que daba a entender que otros “vivientes”, eso es, un resto de personas con su misma condición de Hijos de Dios y por tanto, poderosos como ellos, aparecerían en los últimos días para anunciar el regreso de Jesucristo en gloria a la tierra para establecer el reino de Dios…… pero veamos cómo se nos confirma esto en Rev. 11:3-6:
“Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.
5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”
Y el que estemos hablando de un “resto” por aparecer, no es algo que nos inventemos nosotros, sino que es lo que está registrado en la Escrituras; veámoslo:
“Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Rev. 6:9-11).
Luego es obvio que estamos hablando de un “resto” de personas para completar un número mayor y “resto” que no tiene que estar compuesto necesariamente por solo dos individuos; el hecho de que se nos hable en Rev. 11:3 de “dos testigos”, eso es, más de un testigo, está de acuerdo con la norma bíblica de que todo asunto que implicara castigo tenía que ser probado por boca de “dos o tres testigos” (Deut. 17:2). En consecuencia tendríamos que estar hablando de dos o más personas que conformarían ese “resto” mencionado; de hecho, podrían ser más, si nos atenemos a lo que se nos dice en Miq. 5:5 y en una profecía de largo alcance, señalando al momento de la aparición del “anticristo”:
“…… En cuanto al asirio (procedencia supuesta del “anticristo”), cuando entre en nuestro país y cuando pise sobre nuestras torres de habitación, nosotros también tendremos que levantar contra él siete pastores, sí, ocho adalides de la humanidad.” (Acotación nuestra).
En todo caso, estaríamos hablando de más de dos personas las que conformarán ese “resto” de Hijos de Dios por aparecer y cuestión que nos plantea una derivada, porque veamos: si como se nos quiere hacer creer, resulta que Dios ya tiene ahora sobre la tierra a una ingente multitud de Hijos que conforman la “iglesia” a arrebatar ¿para qué mandar más? Ahora bien, el punto focal del asunto está en que Pablo sí hablo de un “arrebatamiento” y eso solo se puede hacer con personas vivas (de estar muertas sería una resurrección), pero hemos visto que personas que no hayan muerto no pueden reinar con Cristo en el gobierno milenario al no poder participar de la citada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y que, recordemos, es la que concede la inmortalidad y el derecho de reinar con Cristo…… entonces ¿cómo se arregla este entuerto? La clave la tenemos en lo que ocurre con ese pequeño “resto” que aparecerá en la tierra en la primera mitad de la “semana 70” de Daniel y del que se nos dice lo siguiente:
“Y cuando hayan terminado (ese citado “resto”) de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron (con su mensaje de juicio) a los que moran en la tierra.
11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (resucitaron o volvieron a la vida) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Rev. 11:7-12). (Acotaciones nuestras).
Ese es el “arrebatamiento” del que nos habla Pablo en 1 Tes. 4:17, de aquellos miembros del “resto” mencionado y aún por aparecer, que tienen que reinar con Cristo: primero habrán tenido que morir, por lo que ya pueden acceder a participar del gobierno milenario y posteriormente resucitados aquí en la tierra, para ser “arrebatados” de ésta y con lo que cumplimentarán los dos requisitos mencionados. Por lo que volviendo a la enseñanza actual del “arrebatamiento” y ya para concluir, vemos que ninguna de esas circunstancias mencionadas se da entre aquellos que actualmente se postulan para ser “arrebatados” y por lo que estamos ante un “cuento chino” o engaño monumental, por medio del cual muchos viven como reyes esquilmando a los incautos; la pregunta sería…… ¿es usted, uno de esos incautos?
MABEL
lunes, 1 de mayo de 2017
El futuro que nos aguarda.
El señor Jack Ma (no es el señor de la foto), es un multimillonario chino dueño de la plataforma de comercio electrónico Alibaba y al que se le atribuye la siguiente reflexión: “En los próximos 30 años, el dolor del mundo será mucho mayor que su felicidad.” Pues…… ¡cómo no nos quedemos todos “embarazaos”!, que diría nuestro amigo el castizo, porque la realidad es que peor no puede pintar el tema a la luz de cómo están las cosas y las miremos por donde las miremos; y es que hubo un tiempo en el dichoso “botoncito rojo” que activaba los arsenales nucleares solo lo tenían Rusia y EE.UU., por lo que la cosa parecía estar más controlada. Sin embargo y con todo eso, hubo un momento determinado en que por “los pelos” se evitó un desastre global de proporciones apocalípticas y gracias al buen juico de un militar ruso…… pero recordemos la historia de dicho suceso:
Stanislav Yevgrafovich Petrov (este sí es el señor de la foto) y cuya imagen acompaña hoy a este escrito, actualemente un teniente coronel del Ejército soviético retirado, es el hombre que tuvo el destino del mundo en sus manos una noche de 1983, momento en que se vivían los últimos coletazos de la guerra fría y el ambiente era de máxima tensión, pues en ese tiempo la antigua URSS acababa de derribar un avión coreano que había entrado en su espacio aéreo por despiste, mientras los Estados Unidos seguían en sus trece de colocar una batería de misiles en Europa Occidental y con el consiguiente malestar de los rusos, que veían peligrar su seguridad. Con ese ambiente poco tranquilizador, llegamos al 26 de septiembre de 1983, cuando catorce minutos después de medianoche todas las alarmas saltaron en el búnker Serpukhov-15, a unos cien kilómetros de Moscú, pues el satélite OKO captó supuestamente el lanzamiento de cinco misiles nucleares norteamericanos rumbo a la URSS…… tiempo estimado de impacto: 20 minutos.
El mencionado Petrov, era en ese momento el oficial responsable de activar el protocolo de respuesta, es decir, de iniciar el contraataque nuclear que acabaría con todo lo que estaba en medio mundo; sin embargo, convencido de que tenía que tratarse de un error, pues razonó que no tenía lógica que EE.UU. atacara con solo cinco misiles, decidió ignorar todas las alarmas, incumplir las órdenes de la cadena de mando y esperar…… y, efectivamente, no pasó nada. Medio año después se supo que habían sido los rayos del sol los que provocaron la alarma, pues resulta que el sol, la tierra y el satélite OKO se habían alineado de tal forma que éste último confundió la luz solar reflejada en las nubes con el curso de unos misiles; el incidente, silenciado por la URSS, ha pasado a la historia como el “Equinoccio de otoño”, aunque ni la hazaña ni su protagonista son apenas conocidos. Petrov fue degradado por esa decisión que salvó al mundo y posteriormente restituido, otorgándosele incluso en Febrero del 2013 el premio “Dresde de la Paz”, pues gracias a sus nervios de acero y capacidad de razonamiento lógico podemos contar hoy lo ocurrido en estos últimos treinta y pico de años que nos separan de ese crucial momento, tanto lo bueno como lo malo…… y que de todo ha habido “en la viña del Señor”.
El “problemilla” está en que hoy y a diferencia de hace más de tres décadas, hasta el tendero de la esquina tiene su particular “botón rojo”, pues no hay nación que se precie que no esté en posesión de armamento nuclear; ya otra cosa distinta es si alguien se atreverá en algún momento a pulsar el “botoncito” de marras y el sentido común nos dice que no, ¡peeerooo…! Sin embargo y en el supuesto de que no haya ningún descerebrado que se atreva a ello (pensamos en el “mozo” de Corea del Norte y cruzamos los dedos), dado que de hecho el armamento nuclear se contempla hoy más como arma se disuasión que como arma de ataque, la cosa se complica cuando el tema se mira desde otra perspectiva y que tiene que ver con los sofisticados sistemas informáticos que controlan todo ese armamento y que bien podrían colapsar, o ser pirateados, o achicharrados por una fluctuación solar o no sabemos cuántas cosas más, pero que en todo caso y debido a un error informático se podría montar y como diría nuestro buen amigo el castizo “la de Dios es Cristo” en lo que significaría, prácticamente, la destrucción de la humanidad en un holocausto nuclear.
Y esto no es una simple cuestión de opinión, sino una posibilidad muy real que contemplan muchos analistas políticos y militares, en todo caso, personas muy bien informadas acerca de cómo está la situación mundial en este momento en el que usted lee estas líneas y en el que las armas nucleares aparecen hasta en los “supermercados”. Pero siempre están aquellos que piensan que “el miedo guarda la viña” y que nadie se atreverá a dar el primer paso, pues en realidad estaría preparando su propia aniquilación; valga como símil y salvando todas las distancias, el ejemplo del dentista con las tenacillas en la mano y su paciente con la boca abierta: en ese álgido momento el paciente coge al dentista por sus partes nobles y dice aquello tan convincente de: “No nos vamos a hacer daño ¿verdad?”…… pues eso. Aceptando este argumento, todo parecería indicar que la “sangre no llegará al río” y por lo que no hay nada de qué preocuparse; pero ¿es eso realmente así?
Lamentablemente no estamos hablando de una opción tranquilizadora, pues aun aceptando que no se vayan a usar armas nucleares, no es menos cierto que estas existen y en constante renovación (más alcance, más potencia, etc.) y que por lo tanto tiene que haber un forzoso almacenamiento del material obsoleto y cuyo poder radioactivo perdura por cientos, cuando no, por miles de años. Sin embargo, el hombre (inasequible al desaliento, el muy “desgraciao”) continúa con su suicida deriva llenando al mundo de residuos nucleares, bien sean de plantas nucleares, de armamento militar o de lo que sea, almacenándolos en cuevas, túneles de hormigón o lanzándolos al mar…… en fin: nada que una persona bien informada no esté al tanto de ello y lo que plantea una destrucción o arruinamiento total del planeta en el momento menos pensado (humanidad incluida), a menos que algo o alguien lo impida; y ahí es en donde entra La Biblia, pues esto es lo que se nos dicen en ella:
“Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová y no hay ningún otro.” (Isa. 45:18).
Ello elimina entonces, la posibilidad de que el hombre se destruya a sí mismo en una devastación nuclear, pues no se contempla por parte de nuestro Creador la idea de una tierra sin habitantes; la pregunta es, entonces, cómo lo hará Dios para evitar aquello que parece inevitable…… y eso es lo que se nos contesta en las Escrituras:
“Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18).
Eso es, que Dios destruirá a aquellas naciones o gobiernos y a los que les apoyan, que en su demencial deriva ponen en grave riesgo el futuro de la humanidad; y no solo destruirá a esos gobiernos, sino que instalará en la tierra una gobernación propia que sanará todas las heridas que estos han infligido al planeta tierra en su conjunto y referencia esta, que aparece por primera vez en la profecía de Daniel:
“Y en los días de aquellos reyes (los actuales gobernantes), el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los actuales, repetimos) y él mismo (el susodicho reino), subsistirá hasta tiempos indefinidos.” (Dan. 2:44). (Acotaciones nuestras).
Este reino, obviamente no será un reino cualquiera, pues estará liderado por el propio Hijo de Dios, Jesucristo y acompañado en dicha gobernación por sus hermanos menores (Mat. 25:40; 45), con la comisión de restaurar en la tierra las condiciones paradisíacas que existían en tiempos de nuestros primeros padres, Adán y Eva; de dicha tarea restauradora se nos habla en el conocido pasaje de Hech. 3:20-21:
“…… y para que él (Jehová Dios), envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotación nuestra)
Luego lo que lo que habría de averiguarse es, primero, para cuándo podemos esperar ese tiempo, segundo, qué es lo que se va a restaurar y, tercero, de qué cosas habló Dios por boca de sus profetas, como cosas a restaurar; empezando por el “cuando”, tenemos que primero tiene que aparecer un singular personaje conocido como “el anticristo” y cuya tarjeta de presentación será un pacto por siete años que establecerá entre las naciones en conflicto (Dan. 9:27) y período temporal que conocemos como la “semana 70” de Daniel. Finalizada esta, se instaurará el citado reino de Dios en la tierra y que tendrá una duración de mil años, dentro de los cuales se producirá la anunciada “restauración”. Siguiendo por el “qué es” lo que se va a restaurar, es obvio que se trata de las condiciones que existían en un principio, eso es, en tiempos de Adán y Eva; que ello es así, queda enfatizado cuando analizamos “las cosas” a ser restauradas y que nuestro Creador anunció de antemano por “boca de sus profetas de tiempo antiguo” y empezando, por ejemplo, en lo que tiene que ver con nuestro entorno medioambiental, incluyendo los parajes más extremos, como se deduce de la lectura del siguiente pasaje:
“… pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros (recordemos que estas plantas precisan de mucha agua para su desarrollo).” (Isa. 35:6-7). (Acotación nuestra).
Obviamente, dicha restauración pasa también con todo aquello que tiene que ver con nuestros cuerpos:
“En aquel tiempo (eso es, a partir del momento en que Jesucristo tome posesión del gobierno del reino de Dios) los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría...”. (Isa. 35:5-6). (Acotación nuestra).
Restauración que tiene que ver también con la total eliminación de las enfermedades:
“Y ningún residente (de aquellos que accedan a dicho reino) dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error (recordemos que las enfermedades son resultado del pecado heredado).” (Isa. 33:24). (Acotaciones nuestras).
Por otra parte, esto es lo que nos dijeron esos “profetas de tiempo antiguo” y voceros del Dios Altísimo, acerca de la vejez, que tanto nos limita y antesala de la muerte:
“Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).
O lo que es lo mismo, que la persona anciana y decrépita retroceda en el tiempo en cuanto a lo físico y sea devuelta (o “restaurada”) a los momentos de su máximo esplendor juvenil, tanto en lozanía como en vigor; pero veamos más de lo que se nos dijo por medio de esos “profetas de tiempo antiguo” y ello para el momento en que (según se lee en Hech. 3:20-21), Cristo regrese a la tierra para empezar a reinar en ella…… en este caso, relacionado con lo que Jehová hará con la muerte en ese período de mil años de gobernación divina por medio de Su Hijo:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre (eso es, que la muerte como tal dejará de existir) y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro (causadas fundamentalmente por el dolor ante tan luctuoso suceso). Y el oprobio de su pueblo (eso es, el pecado que causa la muerte) quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotaciones nuestras).
Pero “restauración de todas las cosas” que quedaría incompleta, si de ella quedaran excluidas todas aquellas personas que murieron antes de que ese momento tan esperado por aquellos que confiamos en las promesas de nuestro Creador se haya hecho realidad…… por eso, otra de las cosas de las que nos hablaron “por boca de Jehová los profetas de tiempo antiguo”, tiene que ver con la resurrección de los muertos:
“Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! (luego nuestro Creador ya los contempla como seres vivos). Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida mediante una resurrección).” (Isa. 26:19). (Acotaciones nuestras).
Todas estas cosas, la restauración física, la eliminación de las enfermedades, la restauración del medio ambiente, el devolver al hombre la juventud interminable, el eliminar la muerte y el devolver la vida a los que han sido afectados por esta, son las cosas a restaurar y que fueron prometidas por Jehová Dios mediante “sus santos profetas de tiempo antiguo”. No olvidemos, sin embargo, que dicha restauración tiene que producirse dentro del período de mil años del reino de Dios y que para llegar al mismo tenemos que transitar aún por la mencionada “semana 70” de Dan. 9:27 y que se subdivide en dos partes: tres primeros años de una gran predicación y anunciada por Jesús en Mat. 24:14, con el propósito de poner en antecedentes al mundo del inmediato establecimiento del reino de Dios sobre la tierra y una segunda parte de dicha semana de “gran tribulación” para destrucción eterna de aquellos que hayan rechazado el someterse al reinado del Hijo de Dios; veamos cómo se nos explica este último evento en las Escrituras:
“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (porque no han querido conocerle) y sobre los que no obedecen (más bien al contrario, se resisten a ello) las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (2 Tes. 1:7-9). (Acotaciones nuestras).
Este es y para concluir, el futuro que tenemos por delante y cuyo pistoletazo de salida lo dará la aparición al unísono del “anticristo”, por un lado y, por otro, la irrupción en escena de los llamados “dos testigos” o un pequeño resto de poderosísimos “ungidos” que tendrá la comisión de anunciar al mundo el inmediato establecimiento del reino de Dios sobre la tierra (Rev. 11:3-6)…… recordemos que hemos dicho que la citada predicación ocupa la primera mitad (tres años y medio) de la mencionada “semana 70” de Dan. 9:27 y que su segunda mitad, está caracterizada por un tiempo de tribulación sin precedentes en la historia (Mat. 24:21), contra aquellos que rehusaron aceptar el mensaje divino dado a través de esos dos poderosos personajes enviados por Dios y lo que significará su eterna destrucción.
Dadas así las cosas, la pregunta clave tiene que ver en para cuándo la aparición del llamado “anticristo” y cuya respuesta no es nada difícil; porque si de él se nos dice que lo primero que hace y como cosa más importante es establecer un pacto de paz “entre los muchos”, ello parece indicar que su aparición en escena tiene que producirse forzosamente en un tiempo de gran turbulencia e inestabilidad entre las naciones. Luego viendo “cómo está el patio” en nuestros días…… ¿cree usted, que dicha aparición se puede retardar más?
MABEL
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