¿Entendemos bien?
Lo que ustedes van a leer a continuación, es el fragmento de un artículo publicado por Apologista Mario Olcese y titulado “¿Entiende usted lo que es restaurar el Reino de Dios?”. En el mismo, dicho autor hace hincapié en la necesidad de proclamar la restauración de un Reino de Dios, que refleje de forma fidedigna lo que este era originalmente en tiempos del rey David y que fue en definitiva, lo que Jesús vino a predicar. Y que eso es así, nos lo prueba el hecho de que en ninguna ocasión, tuviera que explicar que era ese reino del que hablaba: sencillamente sus oyentes conocían perfectamente de que trataba ese reino de Dios enunciado y que en su día, tuvo como titular al citado personaje. Nos hemos permitido incluir negritas, para resaltar determinados detalles o matices del citado fragmento:
“Así que el Reino de Dios es algo que deberá ser restaurado a Israel en algún momento en el futuro. Y cuando se habla de un reino restaurado, lo que se quiere decir es que ese reino existió en un lugar y pueblo definidos, que desapareció por la impiedad del último rey y su pueblo, y que debe volver a aparecer en el futuro exactamente en el mismo lugar y pueblo con un rey legítimo. Así pues, si el reino fue terrenal y político, entonces deberá ser restaurado como un reino terrenal y político, porque cualquier otra forma de presentación no sería igual al original, y por tanto, no podría hablarse de una verdadera restauración del reino original. Si restauro un jarrón resquebrajado de barro y de color negro, y termino presentando un jarrón de cristal amarillo trasparente, ¿podríamos decir que dicho jarrón ha sido restaurado fielmente? Si cualquier cosa restaurada no se parece al original, entonces no se ha hecho una verdadera restauración de esa cosa. Eso es obvio para cualquiera con dos dedos de frente. Pero esto es precisamente lo que muchos teólogos cristianos han hecho con el reino original. Sencillamente lo han cambiado por otro que no tiene las mismas características que el original. Ahora el reino es presentado en las iglesias como uno que es por naturaleza espiritual y celestial, y no teocrático y terreno como lo fue originalmente. Ahora los más de los cristianos creen que Cristo reina y reinará desde los cielos, o que Jesús gobierna en el corazón de los creyentes. Otros creen que el reino es la iglesia misma que reina en el mundo y ejerce su poder y autoridad sobre los pueblos a través de sus “ungidos”. Pero toda esta gama de creencias no se parecen en nada al reino original.”
Y nosotros, que por supuesto estamos de acuerdo con la idea que se pretende transmitir en este párrafo transcrito, nos permitirnos señalarle al Sr. Olcese, que tampoco se parece en nada al original, su particular versión de un reino compuesto de “millones, miles de millones” de co-gobernantes adjuntos al titular de dicho reino (Jesucristo) y planteamiento que con tanta vehemencia defiende, porque no tendría nada que ver con el original reino de David y que es el que se pretende restaurar. Y es que con esta afirmación, de lo que se nos está hablando no es de un mero cuerpo administrativo de apoyo y que seguramente llegado el momento, tendrá que haberlo (aunque ni de broma tan numeroso) para colaborar con la administración central, sita en Jerusalén. No, no; a lo que él se está refiriendo de entrada, es a aquellas personas que a partir del Pentecostés de 33 EC, se bautizaron, se bautizan y se bautizarán, en el nombre de Jesucristo y que en el momento de su bautismo en agua, ya son (según nos cuenta) sin excepción y de forma automática, “ungidas” o aceptadas como Hijos de Dios, por tanto hermanos de Jesucristo y en consecuencia, herederos de dicho reino en calidad de reyes/sacerdotes del Altísimo, con la inmortalidad añadida (Rev. 20:6) y que evidentemente, es otra cosa totalmente distinta.
Y hemos matizado en el párrafo anterior, que “de entrada” se hacía referencia a todos los bautizados, como futuros gobernantes en el reino, porque ya en la misma línea de otros autores (como el Sr. Rivas Martínez), el Sr. Olcese nos incluye también en este grupo de gobernantes en dicho reino y con la misma relación paterno/filial con el Creador, a los notables del AT, tales como los Abraham, Isaac, David, Daniel, etc. Pero resulta además, que no contento con eso y quizás por aquello de que más vale que sobre, que no que falte, añade a este grupo o clase dirigente, a los sobrevivientes de la “gran tribulación” de Rev. 7:9 y 14 que, según afirma dicho caballero, también formarán parte de ese gobierno, en calidad de inmortales reyes/sacerdotes. Y claro, lo que ocurre es que esas tres afirmaciones que tomadas en sí mismas y por separado, bien pudieran considerarse como simples opiniones más o menos discutibles, cuando las pones juntas en un mismo plano, resultan en una derivada que nos pone patas arriba el entero propósito del reino de mil años por Cristo. Porque lo que ocurriría de ser el caso tal como lo plantea el Sr. Olcese y suponiendo que la lógica exista, es que nos encontraríamos en ese período milenario con una tierra llena de reyes, pero sin nadie sobre quién reinar y lo cual, como contradicción, no está nada mal.
Luego lo que el Sr. Olcese nos está ofreciendo, no es una mala o deficiente “restauración” del reino de Dios, sino algo totalmente distinto a lo que es un reino al uso y que a la sazón, se compone de un rey, un grupo reducido o limitado de colaboradores en el gobierno del mismo, un territorio, una constitución o conjunto de leyes y…… súbditos, sobre todo muchos súbditos y que es una semblanza exacta de la composición del original reino de David y de otros de su entorno y época, según tenían en mente aquellas personas a las que es su día se dirigió Jesús. Y según lo que también nosotros actualmente, observamos en la composición estructural de los reinos que tenemos a nuestro alrededor, como los de Inglaterra, España, Holanda, Arabia Saudí, Marruecos y tantos otros. Pero dado que este no parece ser el caso ¿qué nombre le da entonces el Sr. Olcese, a eso que nos está ofreciendo y de lo que no hay ningún exponente en la historia de la humanidad? ¿O es que está incurriendo en el mismo error que imputa a otros, de pretender restaurar algo, que no ha existido nunca? Porque entendemos que de lo que se trata, no es tanto del tipo de error cometido al interpretar el reino, sino de que lo que se nos propone, se ajuste o no al original; al menos eso parece deducirse del párrafo transcrito. Y entendemos que lo que en este caso se nos propone, se parece como un huevo a una castaña al reino del que nos habló Jesús; porque “millones, miles de millones” de reyes/sacerdotes y sin nadie sobre quien reinar, poco tiene que ver con el reino que en su día y por delegación de Jehová, presidió el rey David. Y es que Jehová (permítannos caricaturizar la situación), escogió a un rey, para gobernar sobre un pueblo ya numeroso y pueblo que lógicamente, iría aumentando en número con el tiempo, pero que continuaría teniendo solo un rey; luego nada que ver con lo que nos plantea el Sr. Olcese, en términos de proporcionalidad.
Y nosotros que desde este blog, hemos publicado bastante acerca de las incongruencias disparatadas que se originan, si tomamos como punto de partida la creencia del automatismo del bautismo en espíritu al salir del agua bautismal (llamémoslo así), nos hemos encontrado con una total indiferencia, o sea, el más absoluto de los silencios tanto de parte del Sr. Olcese, como de los autores de su entorno más inmediato y resto de aquellos que comparten dicha teoría. Y es por tanto de justicia señalar, que ninguno de ellos ha sido capaz de podernos rebatir ni uno solo de nuestros argumentos (es más, ni lo han intentado), cuando afirmamos que están equivocados, tanto en esta enseñanza del automatismo, por llamarla de alguna manera, como en la psicodélica interpretación de las dos resurrecciones de Juan 5:28-29, un absurdo disparate consecuencia directa de la anterior y cuya resultante, forzosamente tiene que derivar en la enseñanza de los “millones, miles de millones” de gobernantes en ese reino, para que les cuadren los números. Sin embargo, vemos que lejos de intentar aclarar el entuerto, que lo hay y muy grave, continúan enseñando esos disparates como si nada hubiera pasado o mejor dicho, como si nada se les hubiera dicho (valga la redundancia) y lo cual, pues ¡hombre! como muy serio, aquello que se dice muy serio para personas tan respetables y entendidas y que se autocalifican como “ungidos”, o sea, personas elegidas por Dios, ciertamente no es. Y ocurre que nos cuesta un poco imaginar que semejante actitud tan falta de tacto y consideración, se pudiera producir en personas como los Pablo, Pedro, Juan, etc. y que, siendo depositarios del mismo espíritu, deberían ser sus ejemplos a seguir y por no hablar ya del propio Jesús (1 Pedro 2:21). Aunque a lo mejor resulta y es un suponer, que no les guía el mismo espíritu que a esos personajes citados y que todo podría ser ¿no creen? Y decimos que es muy grave, porque están hablando de las cosas de Jehová, impartiendo enseñanza y creando por tanto opinión, algo muy arriesgado y si no, vean:
“Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6).
En este contexto, el hacer tropezar equivaldría a difundir enseñanzas falsas que no se ajustaran a la realidad escritural y que pudieran alejar a uno del verdadero evangelio predicado por Jesús:
“Estoy asombrado de que tan pronto os estéis apartando del que os llamó por la gracia de Cristo, para ir tras un evangelio diferente. 7 No es que haya otro evangelio, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.” (Gál. 1:6-7).
Y no que pretendamos imputar intencionalidad, que no es el caso, sino que lo que estamos intentando es advertir del hecho de que podemos ser engañados, aun de forma involuntaria, acerca de la verdadera enseñanza de Jesús. Porque este jamás enseñó tan disparatada idea de “millones, miles de millones” gobernando con él, sino todo lo contrario:
“No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.” (Luc. 12:32).
Luego tendremos que aceptar que…… ¡hombre! una “pequeña” diferencia entre una afirmación y la otra y lo que tras ellas subyace, si la hay y siendo la resultante, que se altera por completo el sentido y propósito del Reino de Dios y que es gravísimo. Y es que eso sí es predicar otro evangelio y lo demás son cantos florales. Y ya Pablo nos muestra la gravedad de tal situación (aun sin intencionalidad) en los que incurren dichos caballeros, en los dos siguientes versículos:
“8 Pero aun si nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como ya lo hemos dicho, ahora mismo vuelvo a decir: Si alguien os está anunciando un evangelio contrario al que recibisteis, sea anatema (o sea, maldito de Dios).”
Luego no pareciendo que la cosa vaya de broma, hay una circunstancia que los hace inevitablemente responsables ante Dios y es que, si bien no les podemos imputar intención de mentir, no es menos cierto que al declararse como personas “ungidas”, están implícitamente afirmando hablar en nombre de Dios, aunque probablemente no se den cuenta de ello. Porque vean lo que nos decía Apologista Mario Olcese, en un artículo titulado “Yo soy un ungido…. ¿y usted?”, el 21 de Octubre pasado y que imaginamos, compartido por toda esa pléyade que se auto-designan como “elegidos” por Dios:
“Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).
Luego y a tenor de esas palabras, lo que nos están diciendo esos caballeros al arrogarse dicha condición de “ungidos”, es que el mismo Espíritu Santo (solo hay uno) que dirigió en su momento a los distintos escritores bíblicos, está operativo en ellos y en consecuencia, lo que nos explican o nos interpretan acerca de las Escrituras, es lo que Jehová quiere que sepamos en cada momento, ya que es el espíritu del propio Jehová el que los guía. O sea, que nos hablan en nombre de Dios, porque vean lo que nos dice el texto en el que se apoya el Sr. Olcese, para mantener su planteamiento:
“Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye y les declarará las cosas que vienen.”
Luego lo que estos señores están haciendo, es lo mismo que les critican a los TJ, eso es, pretender que nos creamos que son el “conducto” mediante el cual Jehová nos imparte enseñanza correcta al momento apropiado. Entonces quedaría claro, que el Altísimo y por medio de uno de esos conductos (en este caso, el “ungido” Sr. Olcese), nos está diciendo que ha cambiado de opinión y que ya no será una “manada pequeña” la que gobernará con Cristo, sino “millones, miles de millones” de reyes y sacerdotes. Porque claro, si en sus artículos y en los que nos imparten dichas enseñanzas, nos dicen y como hemos leído, que es el espíritu el que los guía a la verdad y resulta por otra parte, que el espíritu es de Dios, pues blanco y en botella: ellos son portavoces de Dios…… ¿o no es así, Sr. Olcese?
Por lo tanto y si de verdad están guiados por el “espíritu de verdad” de Dios, no creemos que tengan dificultad para aclararnos algunas cuestiones derivadas de sus enseñanzas, antes citadas y que no acabamos de entender:
1º Si todos los bautizados desde Jesús en adelante por una parte, más los notables del AT por otra, más los “sobrevivientes” de la tribulación de Rev. 7:14, por la de más allá, han de gobernar todos en calidad de reyes y sacerdotes en ese reino, ¿sobre quién entonces, gobernarán durante esos mil años? ¿De dónde se sacan a los súbditos de ese reino?
2º Y…… ¿para qué, ha dotado Jehová a esos co-gobernantes con Cristo, de los atributos de sacerdotes? ¿Sobre quiénes serán derramados sus benéficos servicios sacerdotales?
3º Y…… teniendo en cuenta que solo participan de la primera resurrección, aquellos que con Cristo han de gobernar (Rev. 20:6), ¿qué hacemos con Juan el Bautista y del que Jesús dijo expresamente, que no estaría formando parte de ese gobierno (Mat. 11:11)? Porque ello significa que no puede participar de esa primera resurrección “para vida”, por lo cual y según la interpretación que hacen esos caballeros de Juan 5:28-29, tendríamos que meterlo en la segunda y para “condenación” (o destrucción eterna), lo cual reconocemos que es un disparate, pero es que ya nos contarán que otra opción tenemos. Y ya dejando aparte, por supuesto, que del argumento de Jesús en Mat. 11:11, se saca una derivada que aplica también a los notables del AT y que los excluye directamente de formar parte de esa clase gobernante, eliminándolos por tanto, de levantarse en la primera resurrección; circunstancia esta que les lleva sin remisión y al igual que Juan, a la segunda para ser condenados a destrucción eterna.
4º Y…… si Jesús no nos mintió, el malhechor que murió a su lado, tampoco podría estar como gobernante en ese reino y aún a pesar de la promesa que se le hizo, ya que no reunía los dos requisitos indispensables reflejados en Juan 3:5, para formar parte del gobierno del mismo: el nacer del agua y el nacer del espíritu, ya que los mismos solo estuvieron accesibles a partir del Pentecostés de 33 EC y él ya había muerto para esa fecha. Luego si Jesús no se rectificó a sí mismo, ello aparta definitivamente al citado malhechor de la primera resurrección “para vida” y nos lo coloca en la segunda para “condenación”. Pero es que resulta que Jesús le aseguró que estaría con él en el paraíso, luego…… ¿qué hacemos con ese personaje? ¿En qué resurrección lo colocamos? Y circunstancia que dicho sea de paso, de nuevo mete en el cuadro a los notables del AT, puesto que también se ven afectados por ella. Y es que al morir cientos de años antes de esa fecha, tampoco pudieron acceder a esos dos imprescindibles requisitos:
“Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).
Entonces…… ¿también han de ser destruidos en la segunda resurrección para destrucción eterna?
5ª Y…… por otra parte y suponiendo (que ya es mucho suponer) que todo fuera como esos señores afirman, ¿qué sucesos importantes para el hombre, se producirán durante ese período milenario? ¿Qué concretamente va a ocurrir y que afecte directamente a las personas, durante esos mil años del reinado de Cristo? ¿Nos lo podrían explicar?
Porque según el Sr. Olcese y en su artículo “Retomando el evangelio verdadero, tal como Jesús lo enseñó” y en la parte final de su quinto párrafo, fíjense que “gran acontecimiento” se espera para el milenio:
“Si no se depone al diablo, el trabajo de Cristo se verá constantemente obstaculizado con revueltas y conflictos. Por eso en Apocalipsis 20:1-4 se nos revela que el diablo y sus servidores angélicos serán lanzados y atados al abismo por mil años y entonces el gobierno revolucionario y renovador de Cristo se restaurará en la tierra. Los hijos de la luz reemplazarán a los hijos de las tinieblas, y la tierra disfrutará de una era nunca antes vista, donde los animales más feroces y hostiles entre sí vivirán en armonía.”
O sea y si no entendemos mal, dicho autor y de acuerdo con lo que el apóstol Pablo expone en su carta a los creyentes de Éfeso, nos explica que para cuando los hijos de la luz (que según Efe. 5:8, son los “ungidos” para gobernar con Cristo, ya que a esa clase se dirigía Pablo en ese momento) ya levantados en inmortalidad, reemplacen a los hijos del maligno (los gobernantes de esta oscuridad, según Efe. 6:12) y se dé con ello inicio al reino milenario, el acontecimiento más notable por ocurrir en esta tierra a partir de ese momento, según leemos en el párrafo citado del Sr. Olcese, será que los animales más feroces, vivirán en armonía entre sí (¿). Y en fin, aunque no discutimos que eso pueda tener su importancia, ¡hombre! tampoco creemos que para ese viaje nos hicieran falta tantas alforjas; luego algo más tendrá que ocurrir y que responda a las expectativas creadas en torno al Reino de Dios, ¿no opina usted lo mismo, querido lector? Pero es que además, tenemos las siguientes palabras del apóstol Pablo:
“Porque la expectación anhelante de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza 21 de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” (Rom. 8:19-21)
Luego ¿qué realmente nos quiso decir? ¿A qué o a quién se refería el apóstol, cuando citaba de una “creación”, que sujeta a futilidad, sería “libertada” y tendría con ello la esperanza de alcanzar en su momento, “la gloriosa libertad” de los hijos de Dios y que evidentemente, no son lo mismo que esa “creación” citada? ¿Se estaba refiriendo Pablo a los animales? Porque resulta que hasta donde nosotros hemos leído (y creemos haber leído bien), para nada se nos habla en el citado artículo de aquello que dicho reino supuestamente tendría que hacer con los seres humanos y para lo cual imaginamos, que se habrá montado esta “fiesta” ¿o no es así? Luego ¿nos podría aclarar el Sr. Olcese un poco más esa cuestión?
Y créannos que nos cuesta mucho entender, que personas de tan elevados conocimientos, tanto seglares como teológicos (eruditos y maestros bíblicos se auto-califican ellos mismos), no se den cuenta de que con dichas erróneas enseñanzas y que son puros disparates, lo que están consiguiendo es dejar vacío de contenido ese período milenario, punto central a la par que argumental del entero registro sagrado y motivo fundamentalísimo, según propia afirmación, de la primera aparición de Jesús sobre la tierra:
“Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43).
Porque vemos que las buenas nuevas del reino de Dios, Jesús se las predicaba a las personas, luego dicho reino tendría que ver, con cosas buenas que se haría con las personas, sin embargo, nada de eso nos cuenta el Sr. Olcese y que presume de ser el que más habla del Reino de Dios. Y extremo que es cierto, pero una cosa es que cite del reino como un ente y otra muy distinta, que nos explique qué cosas de ese período de tiempo, van a beneficiar al ser humano.
Aunque bien pensada la cosa, permítannos rectificar: sí podemos comprender, el por qué no se enteran de la película dichos “intelectuales”, cuando de nuevo damos atención a las palabras de Jesús y que algo sabría de que iba la cosa:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti.” (Luc. 10:21).
Y Jesús se estaba refiriendo al hecho, de que su Padre Celestial hubiera negado el entendimiento de lo que él explicaba, a los orgullosos y arrogantes fariseos, doctos en la Ley y las Escrituras y que sin embargo, se lo hubiera concedido a las personas humildes, aunque sin tales conocimientos superiores y calificadas por ello, como “malditas” por esos mismos fariseos (Juan 7:49).
Y por supuesto que entendemos queridos lectores, que nos consideren unos pesados por insistir tanto en estos asuntos, pero les aseguramos que si así lo hacemos, es porque son de vital importancia para aquellos que de verdad quieren aprender de Dios y hacer su voluntad. Por lo tanto, permítanos una pequeña observación y a modo de atenuante para con nuestra actitud: si esos señores se hubieran dignado a responder a nuestras objeciones en su momento y no a actuar como los citados fariseos hacían con aquellos que no tenían su nivel de conocimientos, probablemente el asunto ya estaría más que resuelto y sabiendo todos a qué atenernos. Lo que ocurre es que no lo hacen y ello obviamente permite claro está, cualquier tipo de especulación, como por ejemplo, que no saben que responder; o sea y para entendernos: que se han metido en un “embolado” del que no saben cómo salirse. Por ello, nos permitimos hacerles a todos ustedes que nos leen, una pequeña sugerencia…… y si realmente les interesa conocer la verdad, claro: ¿por qué no les mandan correos, solicitando expresamente que nos expliquen a todos, cómo se solventan esas cuestiones presentadas?
Porque teniendo en cuenta la capacidad intelectual concitada en dichos personajes, no debería de representar ningún problema para ellos; es más, si de verdad son realmente personas dirigidas por el “espíritu de verdad” de Jehová, ahí tienen una oportunidad de impartirnos la verdadera enseñanza de nuestro Creador y sacarnos de este hoyo de oscuridad en el que estamos metidos; aunque solo sea por aquello de enseñar al que no sabe y lo cual, es impagable como obra de caridad. Y es que si de verdad son “ungidos” de Jehová, sencillamente no pueden negarse a ello, porque al igual que Jesús “para esto” han sido elegidos:
“Entonces Pilato le dijo: “¿Luego tú eres Rey?” Respondió Jesús: “Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.” (Juan 18:37).
Luego si nosotros estamos equivocados, cosa que no se puede descartar, deberían de corregirnos y no solo en beneficio de la verdad, con ser ello importantísimo, sino en beneficio también de todos aquellos que puedan verse afectados por nuestras afirmaciones…… si fueran erróneas y cosa que aún está por ver.
Sin embargo lo que también es cierto, es que si no lo hacen se estarán poniendo en evidencia y mostrando ser, lo que aparentemente son: “falsos maestros” (2 Pedro 2:1). Y calificación a la que se hacen merecedores, no porque hayan cometido un error en la interpretación de algún punto, cosa impensable por otra parte, en alguien dirigido por el “espíritu de verdad” de Dios (pero que podríamos aceptar), sino por el hecho de su pertinaz “mantenella e no enmendalla”, a pesar de las continuas alusiones que les hemos hecho en el sentido de que están en un error. Y cosa que podrá ser cierta o no, pero que evidentemente les obliga a salir a la palestra para dar cumplida atención a las objeciones que les hemos planteado (debidamente documentadas) y establecer así, no solo lo correcto de sus planteamientos, sino algo mucho más importante y que es mantener en alto su credibilidad. Pero y aun corriendo el riesgo de equivocarnos, estamos convencidos de que no lo harán, porque si no lo han hecho hasta este momento ¿por qué tendrían que hacerlo ahora?
Y es que en realidad, no pueden responder a las cuestiones planteadas a menos que reconsideren sus erróneas creencias, como la del automático “ungimiento” como Hijo de Dios, después del bautismo en agua; o en la disparatada interpretación de Juan 5:28-29, o en la de los “millones, miles de millones” de co-gobernantes en el reino. Y que quieren que les digamos, pero como que eso se nos antoja algo “dificilillo”; aunque por otra parte y es una cuestión que tendría que quedar muy clara, a menos que hagan, digan o escriban algo a este respecto, están completamente cuestionados y totalmente descalificados para hablarnos de las cosas de Dios: sencillamente, no son creíbles. Y ya dejando aparte, lo que su silencio significa de desprecio para sus lectores y lo que es más grave…… para el propio Jehová. Y claro, si esta es la actual actitud de aquellos que afirman que en un futuro nos han de gobernar, pues que quieren que les digamos, pero…… igual mejor dejar las cosas como están ¿no creen?
MABEL
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