lunes, 29 de junio de 2015
Los “días creativos” de 24 horas…… o como caer, en el mismo error que se pretende enmendar.
Es de todos conocida la interminable discusión entre la ciencia y la religión, acerca del cómo aparecieron las cosas que contemplamos a nuestro alrededor, tanto en lo “macro” como en lo “micro” y sobre todo, en lo que tiene que ver con esa singularidad llamada “vida” sin la cual nada tendría sentido y que, hasta donde alcanzamos ver, solo existe en este pequeño planeta perdido en un remoto rincón del inconmensurable universo; y es que mientras los científicos y circunscribiéndonos al ámbito de lo más cercano, eso es, en lo relacionado con nuestro planeta y en la vida en él existente, abogan por una secuencia fortuita de sucesos que a lo largo de cientos de millones de años y mediante un proceso llamado “evolución” devino en lo que contemplamos hoy a nuestro alrededor, resulta que los líderes religiosos se inclinan por atribuir como causa primera de todo lo existente, a la directa intervención de un Sumo Hacedor o Creador de todo lo contemplado y ello, en seis períodos de tiempo llamados “días” creativos; así es como se nos expone en los primeros capítulos de un libro llamado La Biblia y que para colmo de los científicos, abre con esta sencilla pero a la par, grandiosa declaración:
“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” (Gén. 1:1).
Y palabras que ponen los pelos como “escarpias” a cualquier “evolucionista” que se precie y que siga defendiendo la “veracidad” de la llamada “teoría de la evolución” propugnada por el biólogo británico Charles Darwin en 1.859, cuando publicó su obra “El origen de las especies”…… obviando, eso sí los evolucionistas actuales, el hecho de que más de 150 años después de aparecer dicha publicación, el tal proceso evolutivo continúa no siendo más que una simple “teoría” (científicamente indemostrable, por cierto), aunque se enseñe como una “verdad absoluta” en las mejores cátedras de Biología de las más prestigiosas universidades del mundo. Sin embargo, la realidad y que es muy tozuda, demuestra que no solo los avances científicos actuales en todos los campos de la investigación no avalan dicha teoría, sino que rebaten la misma desde su misma raíz…… pero en todo caso esta no es nuestra “guerra”, porque de lo que les queremos hablar es del intenso debate creado dentro de las principales religiones de la cristiandad, en cuanto a la duración de esos “días” creativos.
Ello viene a cuento de un artículo al que tuvimos acceso, publicado por D. Carlos Aracil Orts en su página “Amistad en Cristo” y como respuesta a la pregunta que le formulaba uno de sus muchos lectores; excusamos decir, de entrada, que estamos hablando de una persona que particularmente nos merece mucho respeto por su erudición, así como por su talante conciliador y por su “savoir faire” ¡vamos, que es un “señor” en toda la extensión del término, por tanto un auténtico caballero! Pero claro, ello poco tiene que ver con el hecho de que su amplio entendimiento de las Escrituras tenga algún que otro pequeño “claro/oscuro”; a ese respecto nos permitimos recordar, que en cierta ocasión ya le objetábamos a una de sus propuestas la cual tenía que ver con su afirmación en el sentido de que tanto Adán como Eva, serán levantados en la futura resurrección de los muertos; planteamiento que no solo va en contra de todo el contexto escritural, sino de la lógica y el sentido común más elementales: lo primero, porque decir eso sería lo mismo que afirmar que Jehová Dios se equivoca en sus juicios…… y lo segundo, porque de ser la cosa como nos la plantea D. Carlos, Dios entraría en franca contradicción consigo mismo.
Porque recordemos que lo que les fue dicho a nuestros primeros padres es que en el “día que pecaran”, eso es, desobedecieran el mandato divino sobre el no comer del fruto prohibido “morirían” y lo que era totalmente contrario al “vivir” que tenían antes del pecado…… es decir y por aquello de resumir la cuestión: la muerte es lo contrario de la vida. Luego teniendo en cuenta lo que dijo Jesús en Luc. 20:37-38, nuestros primeros padres no pueden participar de la resurrección de los muertos, a menos que Jehová Dios y como ya hemos señalado, se contradijera a sí mismo…… porque esto es lo que leemos en esas palabras del Hijo de Dios:
“Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová “el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob”. 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.”
Obviamente, “viven” en su recuerdo y de ahí que los pueda levantar de nuevo a la vida cuando llegue el momento oportuno; luego la pregunta sería ¿cómo están nuestros primeros padres en la Mente Divina: vivos…… o muertos? Lo primero y como ya hemos señalado, sería totalmente contradictorio con lo sentenciado allí en el jardín de Edén…… si es lo segundo y que parece ser lo más coherente, queda claro entonces y según las palabras de Jesús, que algo sabría del “invento”, que estos no pueden ser resucitados; no olvidemos, por otra parte, el importante detalle de que la resurrección solo es aplicable a aquellos nacidos bajo el pecado adámico, eso es, de aquellos que “pagan” por la decisión que otro tomó en su lugar. De ahí, que la resurrección no sea más que una segunda oportunidad concedida a toda persona nacida bajo el pecado (esta no era la situación de Adán y Eva) y por la inmensa misericordia de nuestro Supremo Hacedor (Juan 3:16), que le permita en su momento (Rev. 20:7-10) decidir por sí misma en cuanto a que autoridad es a la que desea sujetarse: si a la de su Magnífico Creador Jehová Dios o a la del archienemigo de Este, eso es, de Satanás el diablo y lo que hace a uno, ahora ya sí, responsable directo de la decisión tomada…… y esta es toda la “historia”.
Dicho lo cual y ya volviendo al tema que nos ocupa, resulta que nos hemos encontrado con que en el artículo mencionado, D. Carlos nos hace una clara y taxativa afirmación de lo que él cree acerca de la duración de esos períodos de tiempo creativos y que en las Escrituras reciben el nombre de “día primero”, “día segundo” y así, sucesivamente, hasta alcanzar el “día séptimo” y del cual se nos dice que Jehová lo dedicó a reposar de toda su actividad creativa…… pero veamos qué es lo que nos propone al respecto el autor en cuestión, en los siguientes tres párrafos tomados de su artículo de respuesta:
“Como no soy científico no puedo hablar desde ese punto de vista, sino solo desde mi lógica personal y de la interpretación Bíblica que creo Dios me ha dado entender. Al respecto, además de las Iglesias católica, ortodoxa y anglicana, son ya muchos los líderes de las iglesias evangélicas, que han claudicado al aceptar parte de las tesis evolucionistas preconizadas y defendidas por los científicos.
En general, la mayoría de los dirigentes de las principales o más importantes Iglesias cristianas citadas arriba –para conseguir esta conciliación del relato bíblico de los seis días de la Creación con la teoría evolucionista, que afirma que todo se formó lentamente durante millones de años, sin un Creador, mediante el azar y la casualidad– defienden que no hay que interpretar literalmente los primeros capítulos del libro del Génesis, y que cuando la Biblia habla de “Día” y “Noche”, “Y fue la “tarde” y la “mañana un día” (Génesis 1:5), en realidad está queriendo decir miles de años. Esta interpretación no literal, que desnaturaliza y pervierte completamente el texto bíblico, no es posible sostenerla desde un análisis imparcial gramatical y textual del mismo; y esta cesión de la fe bíblica de tantos creyentes, en aras de las tesis evolucionistas de los científicos, solo se puede entender por su falta de valentía intelectual.
Estos líderes religiosos –al no encontrar bases bíblicas para rechazar la evidencia de que los días de la Creación de nuestro mundo son de veinticuatro horas, como siempre han sido desde que éste existe–, absurda, ridícula e ilógicamente tratan de amparar sus postulados apoyándose en un texto de la Segunda Epístola de San Pedro (3:8), que registra: “Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”; porque cuando se escoge este pasaje aislado y se saca fuera de su contexto para aplicarlo a cualquiera otra parte de la Biblia, se están violando las más elementales reglas de la interpretación bíblica y de cualquier interpretación, solo con el fin de tratar de hacer decir a la Santa Biblia lo que de ninguna manera afirma.”
Nos hemos permitido el atrevimiento de destacar en negrita el “sugerente” planteamiento del Sr. Aracil y en el que, a nuestro entender, está totalmente equivocado y por lo que cae en el mismo error que en su escrito denuncia…… eso es, el de no ceñirse uno al estricto contexto bíblico cuando se explica el sentido de un pasaje o en su defecto, del planteamiento que se formule; porque cuando esto se hace con la pulcritud requerida en algo tan importante como es el hablar a otros de las cosas de Dios, de ninguna manera se puede afirmar que los períodos creativos llamados “días”, tengan nada que ver con la duración de los días tal como la conocemos los seres humanos y que nos viene dada por el movimiento de rotación del planeta Tierra. Por tanto, estaríamos ante una “ligereza” que no se puede tolerar en quien está afirmando hablar “en función” de la interpretación bíblica que “cree” que Dios le ha dado a entender y según se lee en el primer párrafo transcrito…… en todo caso, que subliminalmente uno estaría sugiriendo el estar hablando bajo la guía del espíritu santo y lo que no es más, que una forma como cualquier otra de condicionar a los que le escuchan a uno; no olvidemos, por otra parte, que D. Carlos se reconoce a sí mismo como Hijo de Dios y supuesta condición que siempre le concede a uno cierta superioridad teologal sobre aquellos a los que enseña con sus escritos o, en su defecto, en sus conferencias públicas pronunciadas en distintos foros.
Y es que afirmar que esos “días” creativos fueron períodos de 24 horas porque esto “siempre ha sido así” en la historia de la tierra como planeta, es no tener demasiado clara la idea de lo que el contexto escritural nos transmite acerca de la expresión “día”; por lo que vamos a ver ahora, distintos significados de dicha expresión y determinados estos por el contexto bíblico en el que se encuentran, empezando por el pasaje señalado por el Sr. Aracil, eso es, 2 Ped. 3:8:
“Sin embargo, no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día.”
En este caso, el contexto envuelto en el asunto no nos permite entrever de esas palabras el establecimiento de una rígida regla divina en cuanto a la medición del tiempo, sino la circunstancia de que nuestro Creador no sigue los mismos criterios que la limitada perspectiva del ser humano caído en el pecado, en el acto de medir el tiempo; de hecho, si el hombre “mide” el tiempo es por aquello de que “necesidad le está impuesta”, dado lo efímero de su vida y por lo que el tiempo se convierte en un preciado bien que se le agota rápidamente:
“En cuanto al hombre mortal, sus días son como los de la hierba verde; como la flor del campo es como florece. 16 Porque un simple viento tiene que pasar sobre ella y ya no es más; y su lugar no la reconoce más.” (Sal. 103:15-16).
Pero claro, este no es el caso de nuestro Creador, pues no solo no está sujeto al paso del tiempo, sino que Él es quien creó esa constante universal que determina lo largo de nuestras vidas (Sal. 90:10) y que conocemos como “tiempo”…… ¡pero es que ni siquiera Adán antes del pecado, estaba sujeto a la tiranía del tiempo, dado que su cuerpo estaba preparado para vivir eternamente! Dicho lo cual, veamos otro uso de la expresión “día”:
“El gran día de Jehová está cerca. Está cerca y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:14-18).
En este caso, ese “gran día” del “furor de Jehová” y según el contexto bíblico, tiene una duración de tres años y medio; porque tiene que ver con el momento en que se desata en la tierra la llamada “gran tribulación” y que ocupa la segunda mitad de la “semana 70” de Dan. 9:27, eso es, los tres últimos años y medio del actual sistema de cosas como lo conocemos y período de tiempo en el que son castigadas con la destrucción eterna, aquellas personas que han rechazado la oferta recibida en los primeros tres años y medio de dicha profética semana de años, mediante la gran predicación de Mat. 24:14 por toda la tierra y liderada esta por los “dos testigos” mencionados en Rev. 11:3, por espacio de 1.260 días (o 3 años y medio)…… circunstancia que queda reflejada en lo que vamos a leer a continuación:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación (en este caso destrucción eterna) a los que les causan tribulación; 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (porque han rehusado hacerlo) y sobre los que no obedecen (pues se resisten a ello) las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza, 10 al tiempo en que él viene para ser glorificado con relación a sus santos y para ser considerado en aquel día con admiración con relación a todos los que han ejercido fe, porque el testimonio que dimos fue recibido con fe entre ustedes.” (2 Tes. 1:6-10). (Acotaciones nuestras).
Por lo que estas palabras colocan el cumplimiento de la profecía de Sof. 1:14-18 acerca del “día del furor de Jehová” en ese espacio temporal de tres años y medio de “gran tribulación” y que culmina con la “batalla de Armagedón”, en donde Jesucristo junto a sus leales “hará limpia” (Rev. 17:14) e inmediatamente después de lo cual, instaurará el reino de Dios en este tierra; pero veamos otras aplicaciones del término “día”:
“Entonces Jacob dijo a su casa y a todos los que con él estaban: “Aparten los dioses extranjeros que hay en medio de ustedes y límpiense y muden sus mantos 3 y levantémonos y subamos a Betel. Y allí haré un altar al Dios verdadero que me contestó en el día de mi angustia, puesto que resultó estar conmigo en el camino por el cual he ido”.” (Gén. 35:2-3).
¿Se podría deducir de ello, que ese “día” de angustia del bueno de Jacob, era un día de 24 horas “como así ha sido siempre” y por aquello de parafrasear al Sr. Aracil? Obviamente no, pues el contexto nos habla de un período temporal de duración indeterminada y en la que Jacob, parece ser, no lo pasó especialmente bien; pero veamos otro ejemplo:
“Y la carne del sacrificio de acción de gracias de sus sacrificios de comunión ha de ser comida en el día de su ofrenda. Él no debe guardar nada de ella hasta la mañana.” (Lev. 7:15).
En este caso en cambio, el contexto determina que estamos hablando de un día o ciclo temporal de 24 horas…… pero veamos otro ejemplo en que al término “día” no se le puede dar esta aplicación:
“En cuanto a Benaya hijo de Jehoiadá, hijo de un hombre valiente, que hizo muchas hazañas en Qabzeel, él mismo derribó a los dos hijos de Ariel de Moab; y él mismo descendió y derribó a un león dentro de una cisterna en el día de la nieve.” (1 Crón. 17:22).
Es obvio que en este caso el término “día” hace referencia a la estación invernal y que dura unos pocos meses…… por lo que de nuevo ha sido el contexto el que nos señala el significado correcto del término “día”; pero veamos un último ejemplo acerca de la polivalencia de esa expresión “día” y solo determinado su significado por el contexto en el que se encuentra situada:
“En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, no había tránsito en los senderos y los viajantes de veredas viajaban por senderos indirectos.” (Jue. 5:6).
En este caso y ya en su plural, el contexto nos indica que esa expresión “en los días de” tiene que ver con algo que ocurrió durante el período de tiempo en que esas personas traslaparon sus vidas, pero sin indicar espacio temporal determinado, pues este queda fijado por la duración del tiempo en que estas coincidieron. Por otra parte no podemos pasar por alto y como circunstancia adicional, el hecho de que a la suma de las seis unidades o “días” creativos dedicados a la preparación del planeta Tierra, también se le llama “día” en Gén. 2:4 y en donde se lee como sigue:
“Esta es una historia de los cielos y la tierra en el tiempo en que fueron creados, en el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo (eso es, la creación como un todo).” (Acotación nuestra).
Es obvia entonces la polivalencia del término “día” y que no tiene en sí mismo significado concreto alguno, sino que este le viene dado por el contexto que lo acompaña; pero dicho esto, la pregunta que uno podría hacerse sería la siguiente: ¿es posible, entonces, de una forma u otra conocer la duración de esos períodos de tiempo creativos llamados “días”? Claro que sí, cuando uno usa el contexto de manera apropiada y no se lanza a especular en función de una idea personal, sin haberse asegurado antes que los contextos avalan su planteamiento; para ello tenemos que remontarnos a las palabras que pronunció el Creador en el momento de ver terminada su obra:
“Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto.
2 Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo su ejército. 2 Y para el día séptimo Dios vio terminada su obra que había hecho y procedió a descansar en el día séptimo de toda su obra que había hecho. 3 Y Dios procedió a bendecir el día séptimo y a hacerlo sagrado, porque en él ha estado descansando de toda su obra que Dios ha creado con el propósito de hacer.” (Gén. 1:31: 2:1-3).
A partir de ahí ya entran en escena la lógica y el sentido común, que nosotros aplicamos de la siguiente manera: en el registro bíblico, vemos que cada uno de los seis “días” creativos finaliza con las palabras: “Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana”, eso es, que el día había iniciado y se había acabado y con ello abarcada una determinada porción de obra creativa ese día primero, también el día segundo y así, sucesivamente, hasta llegar al día séptimo en donde dicha coletilla no aparece por ningún sitio, como si ese “día” aun estuviera en proceso, eso es, que aún no hubiera terminado…… y esto es exactamente lo que se deduce de las palabras de Pablo en Heb. 4:1-10 cuando se analizan con atención y que no reproducimos para no alargar demasiado la cosa, pero que cada uno debería de consultar en su propio ejemplar de las Escrituras. Por lo tanto y habida cuenta que estamos ya al borde de los seis mil años de finalizad la obra creativa en el “día” sexto y que culminó con la aparición de Eva como última creación divina y, por otra parte, tenemos por delante los mil años del reino de Dios para poner remedio al desaguisado montado por el pecado adámico (todas las profecías apuntan a que estamos ya ante los momentos preliminares al establecimiento de dicho período milenario), está claro que este “séptimo día” de descanso divino tiene una duración de 7.000 años.
Lo que ello significa y ya para concluir, que en un Dios de orden como es en el caso de nuestro Creador, lo que se tiene que razonar es que la duración de los restantes seis “días” creativos también tuvieran idéntica cantidad de años…… en todo caso y si no estuviéramos en lo cierto en nuestro planteamiento, como mínimo ya estaríamos ante un “día” del período creativo (aunque sea el de descanso de Jehová) que contrario a lo afirmado por el Sr. Aracil, no es de 24 horas, sino de 7.000 años; no olvidemos, por otra parte, que esta “semana” creativa fue la que estableció un modelo ya a una escala inferior y ajustada al entorno del hombre, eso es, para la semana actual como una división de tiempo impuesta por Dios, en primera instancia, a la nación de Israel:
“Acordándote del día del sábado para tenerlo sagrado, 9 seis días has de prestar servicio y tienes que hacer todo tu trabajo. 10 Pero el séptimo día es un sábado a Jehová tu Dios. No debes hacer ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu animal doméstico, ni tu residente forastero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y procedió a descansar en el séptimo día. Por eso Jehová bendijo el día del sábado y procedió a hacerlo sagrado.” (Éxo. 20:8-11).
Por tanto y guardando la respectiva correlación, si los días de la semana impuesta al hombre tienen la misma duración, eso es, 24 horas cada uno, no es descabellado pensar que el modelo original y salvando las distancias, también tenía que ser una semana de “días” de igual duración entre ellos, en este caso de 7.000 años cada uno…… ir más allá o más acá de esto, ya es saltarse a la torera lo dicho por Pablo en 1 Cor. 4:6:
“Ahora pues, hermanos, estas cosas las he transferido de modo que nos apliquen a mí y a Apolos para el bien de ustedes, para que en nuestro caso aprendan la regla: “No vayas más allá de las cosas que están escritas”, a fin de que no se hinchen ustedes individualmente a favor de uno y en contra de otro.”
Y nada en las Escrituras nos permite entender, que los “días” creativos fueran espacios de tiempo de 24 horas; es cierto que para la perspectiva del hombre 7.000 años por “día” pueden parecer muchos años…… pero no olvidemos que el Creador no se halla restringido dimensionalmente a los límites de nuestro sistema solar y por lo que no está condicionado a sus ciclos naturales de traslación y rotación, luego Su situación no puede compararse a la del hombre; el salmista dijo de Dios, quien es de “tiempo indefinido hasta tiempo indefinido” (Sal. 90:2), lo siguiente:
“Porque mil años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando ha pasado y como una vigilia durante la noche.” (Sal. 90:4)
Es a tenor de estas palabras, que el apóstol Pedro pudo escribir aquello que “un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día” (2Ped. 3:8); porque si bien un período de mil años representa para el hombre la friolera de unos 365.242 días de veinticuatro horas, para el Creador puede ser un único e indivisible corto espacio de tiempo en el que Él comienza y lleva a buen término un determinado propósito…… es, en cierto modo y salvando todas las distancias, lo más parecido a la jornada de trabajo de una persona, que da comienzo por la mañana y termina hacia el final del día.
MABEL
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jueves, 25 de junio de 2015
“Ovejas” o “cabras”…… ¿en qué grupo desea estar usted?
Probablemente muchas de las personas que nos leen, habrán oído hablar en algún momento acerca de una famosa ilustración o “parábola” contenida en las Escrituras y que se conoce como la de “Las ovejas y las cabras”…… en todo caso una de las tantas que usó Jesús para instruir a sus seguidores; de hecho, tan es eso cierto que en las mismas Escrituras lo que se lee es lo siguiente con referencia a la peculiar forma de enseñar que tenía el Hijo de Dios:
“Todas estas cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba; 35 para que se cumpliera lo que se habló por medio del profeta que dijo: “Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación del mundo”.” (Mat. 13:34-35),
Ahora bien ¿qué es una ilustración y porqué Jesús enseño mediante dicha figura literaria? Una ilustración y que en terminología bíblica es conocida también como “parábola” (nosotros continuaremos llamándola “ilustración”), no es más que una comparación o símil, en todo caso una narración corta y generalmente ficticia, mediante la que se transmite una verdad moral o espiritual; y el hecho de que el Hijo de Dios usara dicha figura literaria para enseñar, es porque constituye un método de enseñanza de gran eficacia debido a ciertas razones de peso: la primera, porque el hecho de que una persona tuviera que profundizar para captar el significado completo de la ilustración de la que se tratare, tendía a desanimar a aquellos que no apreciaban las enseñanzas de Jesús y cuyo interés era superficial, motivado solo por la curiosidad del momento…… por el contrario, impulsaba a los que de verdad apreciaban el mensaje recibido a solicitar más información sobre aquello que no entendían; de ahí, que la mayor parte de las muchedumbres que escuchaban a Jesús siguieran por su camino, mientras que solo unos pocos se acercaban a él y le solicitaban más datos sobre el asunto (Mat. 13:36).
Como segunda providencia, las ilustraciones tenían la propiedad de ocultar las verdades a aquellos que podrían hacer mal uso de ellas y cuyo objetivo era el entrampar a los seguidores de Jesús. Recordemos como éste en su momento respondió a una pregunta capciosa de los fariseos con la ilustración de la moneda relacionada con el pago del impuesto y concluyó con aquellas famosas palabras de “paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mat. 22:15-21); lo que dejó a sus enemigos la tarea de hacer ellos mismos la aplicación que creyeran oportuna de su enseñanza…… pero los discípulos de Jesús comprendieron plenamente, el principio de compatibilidad envuelto en dichas ilustrativas palabras.
Otra ventaja de la ilustración, es que permitía que fuera el oyente el que se aplicara los principios de la misma, con lo que esta no solo podía comunicarle un claro mensaje de advertencia o amonestación, sino al mismo tiempo dejarle “desarmado” de manera que no tuviera ninguna base para tomar represalias contra el orador, pues de hacerlo se delataba él mismo…… en otras palabras: que aquel a quien le aplicara el contenido de la ilustración, se diera por enterado y sin necesidad de ser puesto en evidencia ante otros. Cuando los fariseos criticaron a Jesús por comer con los recaudadores de impuestos y los pecadores, Jesús no recriminó frontalmente su crítica actitud, sino que respondió lo siguiente y dejando para ellos la tarea de interpretar sus palabras:
“Las personas en salud no necesitan médico, pero los enfermizos sí. Vayan, pues y aprendan lo que esto significa: “Quiero misericordia y no sacrificio”. Porque no vine a llamar a justos, sino a pecadores.” (Mat. 9:11-13).
Demoledoras palabras estas que dejaron sin capacidad de respuesta a esas altivas personas que a sí mismas se consideraban justas, al tiempo que calificaban al pueblo como de “malditos” porque no conocían la ley (Juan 7:49); ley que por otra parte, ellos mismos no se preocupaban y como era su obligación, de ensañar a dicho pueblo…… de ahí, la “andanada” que les envió el Hijo de Dios. También las ilustraciones podían mover a las personas a actuar en un sentido o en otro, eso es, a “quitarse la máscara” y mostrando si eran o no genuinos seguidores de las enseñanzas del Hijo de Dios; recordemos que cuando Jesús dijo aquello de que “el que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”, el registro escrito nos dice que “muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás y ya no andaban con él.” (Juan 6:54; 60-66)…… sin embargo, de esta manera Jesús “eliminó” de entre sus seguidores a todos aquellos que verdaderamente no creían en su mensaje y solo eran una causa de tropiezo para los restantes.
Estas son las razones por las que Jesús enseñaba mediante ilustraciones; pero lo que también queda claro entonces, es la vital información que encerraban estas, bien fuera en un sentido práctico inmediato o bien con un significado y aplicación proféticos; en este campo vemos, que mientras algunas tuvieron directa aplicación para el tiempo en que se formularon, otras tenían que ver con un futuro aún distante y que incluso alcanzaba a nuestros días, como es en el caso de la ilustración que estamos analizando acerca de “las ovejas y las cabras”. Relato este que encontramos en Mat. 25:31-46, en donde según el contexto de la misma se nos habla de unos acontecimientos trascendentales a los que la humanidad se enfrentará en breve, eso es, con una alta carga de enseñanza relativa a sucesos que están a punto de producirse…… pero ilustración que algunos han tergiversado hasta el extremo al afirmar, por ejemplo, que las “ovejas” son aquellas personas que tienen que reinar con Cristo durante el milenio y que las “cabras” identifican a aquellos que serán levantados en una supuesta resurrección de juicio para destrucción eterna al final de los mil años de reinado de Jesucristo, extremos ambos totalmente falsos.
También dicha ilustración nos muestra lo equivocado del planteamiento que muchos indoctos defienden en el sentido de la no existencia de dos grupos de personas que tengan la aprobación de Dios y con distintas opciones (unas, la de gobernar y otras, la de ser gobernadas), que coexistan en el momento de iniciar su andadura el reinado milenario de Cristo. Avanzado lo cual, empecemos por averiguar en qué momento de la corriente del tiempo nos sitúa dicha ilustración y finalidad que alcanzaremos con éxito, si leemos dicho relato de forma pormenorizada y no perdiendo de vista el hecho que una ilustración (o “parábola”) no puede ser tomada en su literalidad, pues nos habla de un suceso figurado o ficticio por medio del cual se nos transmite una idea o información, en este caso aplicable a los últimos días de este sistema de cosas; veamos por tanto, qué se nos dice en el versículo 31 y con el que inicia dicha ilustración:
“Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono…”
Palabras que sitúan la acción en el preciso momento en que el Hijo de Dios regresa a la tierra para tomar posesión de su autoridad de rey delegado por Jehová Dios y se sienta sobre su “glorioso trono”, circunstancia esta que nos coloca en la franja temporal en que se establecerá sobre la tierra el reino de Dios; que ello es así, queda apoyado por lo que leemos en Rev. 20:4 y 11:
“Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años (……) 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él (eso es, a Jesucristo). De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.” (Acotación nuestra).
Entonces lo que vemos es que en el verso 4 se nos muestra la toma de posesión de aquellos que tienen que reinar con Cristo durante el milenio, mientras que en el 11 se nos muestra la posición del Hijo de Dios como poderoso rey, ya después de haber derrotado a los gobiernos anteriores o “cielos” y destruida la inicua y rebelde sociedad humana como “tierra”, que no le acepta como rey (Dan. 2:44). Y lo que nos coloca en el momento en que inicia su andadura dicha gobernación de hechura divina; aclarado este punto y ya situados por tanto en la corriente del tiempo en donde se va a desarrollar lo relatado en la ilustración objeto de análisis, una segunda cuestión a averiguar y las más importante para el “personal”, siempre desde nuestro particular punto de vista, tienen que ver con lo que se nos dice en los versos 32-33:
“Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.”
Porque ¿cómo se hará para efectuar dicha separación entre las naciones…… a “dedo”, por sorteo, o a “ojo de buen cubero”? Una pista para resolver tan espinosa cuestión, la encontramos en unas palabras proféticas que se encuentran en Mat. 24:14 y que se encuadran en el contexto de sucesos a ocurrir como preludio al regreso del Hijo de Dios a la tierra:
“Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones…… y entonces vendrá el fin.”
Eso es, ya anunciado o predicado el mensaje correspondiente por “toda la tierra habitada”, luego estaríamos ante una obra de alcance mundial, es cuando se producirá el cataclismo final y que tiene que ver con el período conocido como la “gran tribulación”; luego ya de entrada, vemos que la aceptación o no de dicho mensaje tendrá que ver con la mencionada separación…… pero no adelantemos acontecimientos, pues hay mucho más envuelto en el asunto. De hecho, estos dos eventos correlativos en el tiempo y en el orden señalado, se cumplen durante la profética “semana 70” de Dan. 9:27 y período de tiempo que tiene que ver con los siete últimos años del mundo como lo conocemos y a ser seguidos por el establecimiento en la tierra del reino de Dios; que ello es así, se nos confirma en Rev. 11:3-12 y en donde se nos expone lo que está por acontecer:
“Y haré que mis dos testigos (un pequeño resto “ungido” al modo de los Juan, Pedro, Pablo, etc.) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.
5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar; y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.
7 Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba. 10 Y los que moran en la tierra se regocijan sobre ellos y gozan y se enviarán regalos los unos a los otros, porque estos dos profetas atormentaron (con su mensaje de juicio) a los que moran en la tierra.
11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie (eso es, resucitaron y junto a ellos todos aquellos que murieron en Cristo, lo que nos sitúa en el momento en el que se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6) y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube (ya todos juntos, según se lee en 1 Tes. 4:15-17) y sus enemigos los contemplaron.” (Acotaciones nuestras).
Resumiendo la cuestión, tenemos que coincidente con el inicio de la “70 semana” de Dan. 9:27 y que abre con la aparición del llamado “anticristo” o prominente personaje que establecerá un pacto de paz o de no agresión “entre los muchos” (Dan. 9:27), eso es, entre Israel y las naciones árabes que la rodean y pistoletazo de salida en la cuenta regresiva de los siete años últimos del mundo como lo contemplamos, aparece un pequeño resto de Hijos de Dios (Rev. 6:9-11) al modo de los apóstoles y por tanto poderosísimos, que liderarán la predicación de Mat. 24:14 por toda la tierra. Tres años y medio después, o sea, cumplidos los 1.260 días determinados para su actividad, o tres años y medio después de iniciada esta, son asesinados por el gobierno mundial encabezado por el “anticristo” y levantados de nuevo a la vida a los tres días y medio de su muerte en sacrificio, momento en el que se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y en la que participan aquellos que tienen que gobernar con Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… inmediatamente a continuación, da inicio la llamada “gran tribulación” que eliminará de la tierra a todos aquellos que hayan rechazado (2 Tes. 1:6-10) el acogerse en calidad de súbditos del reino de Dios a los beneficios que este extenderá por toda la tierra y que tendrá su culminación con la llamada “batalla de Armagedón”, en la que Jesucristo hará “limpia” definitiva y tomará el control de la tierra, lo que nos sitúa ya dentro del espacio temporal de los mil años del reino de Dios.
Justificada entonces, la importancia que le hemos dado a la forma en que será seleccionado el “personal” y que colocará unos a la derecha de Jesucristo y otros a su izquierda, veamos qué es lo que se nos cuenta en la ilustración que estamos analizando, acerca del cómo serán separadas unas personas de otras y que a tenor de lo que leeremos a continuación, ello tiene que ver no solo con el creer lo anunciado en la gran predicación de Mat. 24:14 mencionada y que también, sino en el tomar acción en función de lo creído y por lo que más bien son éstas las que se auto separan…… según sea la decisión que tomen; pero veamos cómo reflejan eso los versículos 34-40:
“Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?”. 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.”
Estas palabras convierten esta posición de “la derecha” del rey Jesucristo en un sinónimo de aprobación y por lo tanto, la calificación de “oveja” a personas de parecidas características de estos mansos y sumisos animales, eso es, personas sumisas y leales al Hijo de Dios, lo que las lleva a colaborar con esos “hermanos más pequeños” del rey y actitud que este agradece como directamente efectuada con él mismo; situación totalmente antagónica a otros a los que se les dice como sigue, en los siguientes versículos 41-45:
“Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. 42 Porque me dio hambre, pero ustedes no me dieron de comer y me dio sed, pero no me dieron de beber. 43 Fui extraño, pero no me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, pero no me vistieron; enfermo y en prisión, pero no me cuidaron”. 44 Entonces ellos también contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?”. 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí”.”
De ahí, que el lugar a la izquierda del rey sea sinónimo de reprobación y el calificativo de “cabra” a esas personas, reflejo de la actitud rebelde y poco propensa a la sumisión de este animal; recordemos que en las Escrituras se usa la cabra como símbolo literario para representar a ciertas personas, en particular a aquellos que están en oposición directa a Jehová y algo que refrendó el Hijo de Dios en esta ilustración objeto de análisis, al usar dicho animal como representación figurativa de aquellos rebeldes merecedores de maldición y por tanto de destrucción eterna…… pues de esta manera concluye Jesús dicha ilustración y ya en su verso 46:
“Y estos (las personas de condición de “cabras”) partirán al cortamiento eterno, pero los justos (u “ovejas” por su condición sumisa y obediente) a la vida eterna.” (Acotaciones nuestras).
A partir de ahí, veamos un punto fundamental que prueba sin lugar a duda alguna y contrario a lo que afirman muchos teólogos actuales, que esas personas de condición de “oveja” de la ilustración que estamos analizando, no pueden ser en manera alguna personas que acompañen a Cristo en su reinar, pues estos están representados en dicha ilustración por esos “hermanos más pequeños” de Jesús y a los que las personas de las naciones tienen de decidir si apoyan o no, en su tarea de divulgación de la buena noticia en cuanto a la inmediata toma de posesión del gobierno del mundo por parte de Dios en la persona de Jesucristo como rey delegado…… notemos que el juicio favorable o adverso sobre los miembros de esas naciones, tiene que ver con lo que han hecho o no, sobre unos terceros a los que Jesús identifica como sus “hermanos” menores (menores o más pequeños, en el sentido que son los últimos en aparecer a escena)…… luego queda claro que esas personas que adquieren la condición de “oveja” o “cabra” en función de lo que han favorecido o no a otros, en manera alguna pueden ser parte de esos “otros”. Siendo ello así y cuestión que hasta los “tontos de pueblo” en España entienden que así es (que serán tontos, pero que por saber, saben hasta hacer relojes) ¿a quiénes prefiguran esas “ovejas” y “cabras” figurativas, en la ilustración o “parábola” que nos ocupa y de las que se nos hable en el contexto escritural?
Pues los primeros, eso es, las “ovejas”, prefiguran a aquellas personas que por su sincera implicación en la difusión a nivel mundial del mensaje divino “sobreviven” a la gran tribulación y de las que se nos habla en Rev. 9:7; 13-15:
“Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos (……) 13 Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (o sobreviven a ella) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que ejerciendo fe en el sacrifico redentor de Cristo, han colaborado en la difusión del mensaje salvador alrededor de todo el mundo). 15 Por eso están delante del trono de Dios y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.” (Acotaciones nuestras).
En el caso de las “cabras”, estaríamos hablando de personas que no solo no han aceptado la oferta recibida, sino que se han opuesto a ella, a tenor de lo que se lee en 2 Tes. 1:6-10 y que tiene que ver con el momento en que Jesucristo regresa como rey y ajusta cuentas con aquellos que se le han resistido, en el período final de la “gran tribulación” y que tiene que ver con la llamada “batalla de Armagedón”:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación a ustedes (o se oponen a los que colaboran en difundir el mensaje de la inmediata llegada del reino de Dios); 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza, 10 al tiempo en que él viene para ser glorificado con relación a sus santos y para ser considerado en aquel día con admiración con relación a todos los que han ejercido fe, porque el testimonio que dimos fue recibido con fe entre ustedes.” (Acotación nuestra).
Aclarada pues, entendemos nosotros, la parte mollar de esa ilustración de “Las ovejas y la cabras” y ya apartándonos un poco de lo que es la estricta explicación de dicha “parábola” o ilustración analizada, la pregunta sería ¿qué caracterizará a los ayudantes de esos hermanos “más pequeños de Jesucristo”, durante el desempeño de su labor de colaboración? Sencillamente el poder con el que serán investidos para llevar a cabo dicha tarea. Y es que recordamos los autores de este blog y situación que se repite en todos aquellos que hoy en día afirman hablar en nombre de Dios, que en nuestra época como Testigos de Jehová la cuestión giraba siempre alrededor de infructíferas discusiones en las puertas con los amos de casa, en las que cada uno se quedaba “con la suya” y ahí se acababa “todo lo que se daba”…… eso es, que no se aportaba prueba concluyente alguna que avalara la razón de una de las dos partes litigantes. Extremo este incomprensible en un “enviado” de Dios y como nos muestran ejemplos del pasado de “enviados” de Dios y de los que se nos habla en el registro sagrado; tomemos como base y por aquello de que “para muestra, bien vale un botón”, lo que ocurrió con aquellos primeros comisionados por Jesús para expandir su mensaje y que en este caso fueron los doce apóstoles (no perdamos de vista el hecho de que aún no eran Hijos de Dios) y a los que se les dijo como sigue:
“Entonces convocó a los doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para curar enfermedades. 2 Y los envió a predicar el reino de Dios y a hacer curaciones.” (Luc. 9:1-2).
Esas personas, querido amigo que nos lee, no eran en ese momento más que personas que ejercían fe en Jesús, tal como lo hacemos nosotros actualmente…… luego nada nos diferencia de ellas; pero veamos y para corroborar esta afirmación, lo que se nos cuenta que ocurrió posteriormente:
“Después de estas cosas el Señor designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir.” (Luc. 10:1).
Y esto es lo que le dijeron esos setenta cuando regresaron de dicha comisión:
“Entonces los setenta volvieron con gozo y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre.” (Luc. 10:17).
Luego esa expresión “hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tú nombre”, no solo significaba que el poder no radicaba en ellos, sino en aquél que se lo había dado y que era el Hijo de Dios, sino que también nos indica que aparte de sujetar demonios, también podían hacer otras muchas más cosas; de hecho, en el relato paralelo del envío de los primeros doce que encontramos en Mat. 10:7 y ya un poco más explícito, esto es lo que se nos dice:
“Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis.”
Por lo que solo se puede entender, que la segunda hornada de enviados también tuviera las mismas capacidades que los anteriores y aunque solo fuera por aquello de que no se pudiera objetar al mensaje portado, con el consabido “es que los primeros hacían cosas que ustedes no pueden, luego ¿quién nos asegura que representan al mismo Dios de los anteriores? Por tanto ,queda claro que dichas poderosas señales no eran más que la “credencial” que siempre ha identificado a los verdaderos “enviados” por Dios a lo largo de toda la historia bíblica…… entonces ¿qué razón habría, para que ahora y en unos momento tan cruciales en la historia de la humanidad como los actuales, las cosas no fueran iguales? Porque la cuestión continúa siendo la misma ¿cómo se puede averiguar, quién es el que realmente habla en nombre de Dios, entre los muchos que afirman hacer lo mismo?
Entonces, querido amigo que nos lee, la perspectiva puesta ante aquellos que actualmente creen y esperan en las promesas divinas, es el poder colaborar en dar adelanto al propósito divino de anunciar por toda la tierra la buena noticia de la instalación del reino sobre la tierra y siendo, por tanto, receptáculos temporales de una porción del espíritu santo de Dios y circunstancia que jamás se repetirá en la historia futura de la humanidad…… por lo que la pregunta es obvia: ¿se apunta a la “juerga” con nosotros? Dicho de otro modo ¿en qué bando desea estar: en el de las “ovejas”, o en el de las “cabras”?...... ¡Usted decide!
MABEL
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viernes, 19 de junio de 2015
El “libro de la vida”, la resurrección de los muertos, los “nuevos rollos”…… y otras cosas que se nos aclaran en Rev. 20:11-15.
Probablemente sería fácil para cualquiera, llegar al acuerdo que para conseguir objetivos en la vida profesional de una persona se requiere de preparación concienzuda y, por supuesto, de mucho esfuerzo y empeño en la tarea, así como una alta dosis de capacidad de sacrificio en alcanzar aquello que hemos dado en llamar el “tener una carrera”…… eso es, el conjunto de estudios que le permiten a uno el situarse profesionalmente en la vida como abogado, médico, escritor y tantas otras “carreras” o especialidades profesionales que contribuyen a que uno pueda ganarse “las habichuelas” con cierta solvencia. Tesis que queda probada por las biografías de reputados personajes, tanto en el campo de la medicina, literatura, ciencia, finanzas, etc. etc. etc. y que nos hablan del tesón y fuerza de voluntad de los tales en su empeño en alcanzar sus respectivos logros: prácticamente se podría decir y sin riesgo de exagerar, que dichos personajes hicieron de la consecución de su meta por hacerse con la “carrera” elegida, una forma de vida. Sin embargo y aunque parezca contradictorio, la “carrera” más importante a conseguir por el ser humano y que es aquella que le reportará la posibilidad de vivir eternamente (“carrera” totalmente gratuita, por cierto), ha sido indefectiblemente relegada a un ultimísimo lugar en el conjunto de prioridades del “respetable” y haciendo, por tanto, caso omiso de esta exhortación divina que encontramos en Juan 17:3:
“Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (Acotación nuestra).
Eso es, un sincero deseo, no solo por aprender acerca de nuestro Creador y su propósito para con nosotros, sino el aplicar en nuestra vida sus enseñanzas; y que como toda enseñanza que se precie, también pone al alcance de quien desee cursar esta “carrera” hacia la vida eterna, un completísimo conjunto de libros de texto que capacitan para adquirir los conocimientos necesarios para alcanzar dicho objetivo y que conocemos como La Biblia o Las Sagradas Escrituras, así como de la asistencia de cualificados “profesores” como puedan ser los Moisés, Isaías, Ageo, Zacarías, Pedro, Pablo, Juan y tantísimos otros y, encabezados estos, por el mismísimo Hijo de Dios, Jesucristo, en su condición de profesor “mayor”. Por si ello fuera poco, tenemos y dirigiendo a esta especie de “universidad a distancia” que nos capacita con los estudios necesarios para alcanzar la diplomatura de la vida eterna (¡“cazi na”¡, que diría el castizo), al Magnífico Rector, Jehová Dios y que es el que firma y certifica el correspondiente “diploma”, que convierte a uno en el único propietario de su “derecho” a vivir eternamente y con lo que pasa a quedar escrito su nombre en ese libro o rollo “de la vida” señalado…… siempre y cuando se mantenga dicha receptiva actitud, pues de ese libro también se puede ser borrado:
“… “Pero ahora si perdonas su pecado... y si no, bórrame, por favor, de tu libro que has escrito”. 33 Sin embargo, Jehová dijo a Moisés: “Al que haya pecado contra mí, es al que borraré de mi libro”.” (Éxo. 32:32-33).
Noten a modo de aclaración y para no entrar en contradicción por lo dicho en el pasaje señalado y lo dicho por nosotros al final del párrafo anterior, que solo es borrado del libro mencionado aquél que peque contra Jehová Dios y por lo que, realmente, no es Dios el que borra a uno de Su libro, sino que el que se borra de dicho registro de la vida es uno mismo con su actitud afrentosa para con Jehová y que es lo que ocurrió en el caso de Adán; porque en dicho libro solo pueden estar inscritos los nombres de aquellos que han mostrado respeto y obediencia a las normas divinas…… encomiable y beneficiosa postura que en nuestros días parece haber caído en el olvido más absoluto. Y actitud indiferente del “personal” hacia la consecución de dicha “diplomatura”, que ha propiciado la aparición de una gran cantidad de “sacamantecas” de la teología, que se arrogan el estar “iluminados” por el Altísimo para anunciar el evangelio de Su reino al mundo, cuando no, de ser poseedores de la condición de “ungidos” o Hijos de Dios y por tanto, futuros inmortales reyes y sacerdotes gobernando al lado de Jesucristo en dicho reino…… afirmación esta y que como engaño satánico no está nada mal, que incomprensiblemente ha resultado en que dichos personajes cuenten con inmensas cantidades de seguidores que se creen todo aquello que estos les cuentan, por inverosímil que sea lo afirmado.
De ahí y yendo ya al fondo del tema que nos proponemos tratar, vemos cómo esos deleznables personajes nos hablan, por ejemplo, de la existencia de una segunda resurrección a ocurrir al término del milenio y para juicio de castigo o destrucción eterna sobre aquellos que participen de la misma y como retribución por las cosas inicuas que cometieron en su vida anterior, eso es, antes de morir y que estarán anotadas en unos libros o “rollos” de registro conservados al efecto. También nos explican esos “sesudos” entendidos en las Escrituras, que a la “vida eterna” como tal, no se accede sino una vez terminado el reinado milenario de Cristo y para después de superar la llamada “prueba final” con la suelta de Satanás y de la que se nos habla en Rev. 20:7-10…… pues según nos señalan tan “preclaros” intelectos en la cuestión bíblica, cosas como las enfermedades, la vejez y la muerte subsiguiente continuarán existiendo durante dicho reinado de mil años. Para sostener semejantes salvajadas, una resurrección de juicio (o destrucción eterna) como colofón del milenio y juicio sustentado en hechos ocurridos en su vida anterior, o la continuidad de la muerte durante el período milenial y otras lindezas por el estilo, tan nefastos personajes se apoyan fundamentalmente en el pasaje bíblico de Rev. 20:11-15…… por lo tanto y por la importancia de dicho pasaje en el asunto que estamos analizando, vamos a ver qué es lo que se nos dice en el mismo:
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos. 12 Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos y fueron juzgados individualmente según sus hechos. 14 Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.” (Rev. 20:11-15).
Leído así tal cual y sin el imprescindible concurso del contexto escritural, tal parecería que esos “teólogos” no van tan desencaminados en su planteamiento acerca de una resurrección final para juicio, sostenida en determinados registros guardados sobre hechos anteriores y, por extensión, de un obtener el derecho a la vida eterna en ese momento y para aquellos que superen dicho juicio…… pero cuando se acude a dicho contexto y por mor del conocido axioma de que “un texto sin su contexto, es solo un pretexto”, resulta que la cosa cambia radicalmente y dicho planteamiento se derrumba como un castillo de naipes. Porque la realidad nos muestra que no estamos más que ante un solemne disparate propuesto por ignorantes integrales en cuestiones bíblicas; y para demostrar la razón que nos asiste en esta afirmación, pasaremos a analizar dicho pasaje, ahora ya texto por texto y con el ánimo de sacarle el máximo jugo posible, empezando por ese verso 11:
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.”
Versículo este importantísimo, pues nos ubica en la corriente del tiempo y nos sitúa en el preciso momento en que se produce la instalación del reino de Dios en la tierra; tenemos que recordar que ya en el verso 4 de este mismo capítulo 20 de Revelación o Apocalipsis, se nos narra la toma de posesión de sus respectivos tronos por parte de aquellos que, junto a Cristo, tienen que gobernar durante el período de mil años del reinado de éste. Luego solo es razonable que lo que se lee en ese verso 11, tenga que ver con la figura del personaje más importante en el reino de Dios, eso es, con la toma de posesión del Hijo de Dios, Jesucristo, como majestuoso rey delegado por el Altísimo y ocurrencia que nos sitúa, repetimos, no al final de dicho reinado, sino en el preciso momento en que este inicia su andadura y de ahí que se nos diga que delante de él “huyeron la tierra y el cielo”…… elementos figurativos que hacen referencia a los antiguos gobiernos de hechura humana como “cielos” y a la inicua sociedad humana como “tierra”, que han sido destruidos ambos durante la “gran tribulación” y a lo que sigue inmediatamente el establecimiento efectivo del reino de Dios; luego queda claro que estamos ante los sucesos que ocurren en la tierra a partir del mismo momento en que empieza su periplo de mil años el reino de Dios y sucesos que inician, por orden cronológico, con lo dicho en el siguiente verso 12:
“Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.”
Pasaje que tiene su “miga” pues la pregunta, ya de entrada, es la siguiente: ¿de qué muertos se nos está hablando, que pueden estar “de pie” delante de aquél a quien el Altísimo ha encomendado dicha gobernación milenaria? Pues sencillamente se nos está hablando de la ingente cantidad de sobrevivientes de la “gran tribulación” y de los que se nos habla en Rev. 7:9; 13-14:
“Después de estas cosas vi, y ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos (……).13 Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (por tanto, sobrevivientes de la misma) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que han ejercido fe en su sacrificio de rescate).” (Acotaciones nuestras).
Queda claro, por tanto, que los primeros en estar delante del imponente personaje sentado en el “gran trono blanco” del verso 11, son esas personas que sobreviven o “salen” de la “gran tribulación” y por lo que pasan con vida al reino de Dios en su calidad de primeros súbditos de este…… pero ¿cómo puede ser que se nos hable de personas que pasan “con vida” a dicho reino, si en ese versículo 12 se nos habla de ellas, como de personas “muertas”? Para entender esa aparente contradicción, tenemos que ir a unas palabras que pronunció el Hijo de Dios cuando estuvo aquí en la tierra y que encontramos en Luc. 9:59-60:
“Luego dijo a otro: “Sé mi seguidor”. El hombre dijo: “Permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 60 Pero él le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos, más vete tú y declara por todas partes el reino de Dios”.”
¿Quiénes eran entonces, esos “muertos” que podían enterrar a otros “muertos”? Pues sencillamente personas físicamente vivas como aquella a la que se estaba dirigiendo Jesús en ese momento, pero que como descendientes del pecador Adán estaban como “muertas” ante Jehová Dios a causa del pecado heredado y por lo que estaríamos ante personas que no eran poseedoras del derecho a vivir eternamente como sí lo poseyó en su momento nuestro primer padre y derecho que perdió por su pecado de desobediencia (para más información al respecto, pueden leer nuestro artículo del 19/08/10). Pero este versículo 12 que estamos analizando, tiene otro aspecto que debe de ser aclarado y que tiene que ver con los “nuevos rollos” que se abren y que, según los actuales “entendidos” en la materia, contienen el registro de los “pecadillos” de esas personas y por los cuales tienen que ser juzgadas para ver si son merecedores de la vida eterna o, por el contrario, ser destruidas eternamente al final del milenio y según afirman esos “genios” de la teología; disparate donde los haya, porque aparte de lo contradictorio de dicha formulación, resulta que lo que se nos dice de esas personas que entran con vida al reino de Dios, es lo siguiente:
“Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.”
Eso es, eximidos o redimidos del pecado heredado y por lo tanto, de los efectos de este sobre sus anteriores conductas, merced a que les es aplicado y en el mismo momento de su entrada al reino de Dios, el sacrificio expiatorio de Jesús y por lo que ya no pueden ser juzgados por los errores cometidos antes de acceder a dicho reino, acceso que les ha sido posible y como hemos leído, por su fe en la sangre redentora de Cristo…… porque de lo contrario ¿de qué serviría dicho sacrificio? Por lo que dichos “rollos” no pueden en manera alguna contener información relativa a anteriores conductas y por las que uno ser juzgado, pues el tal sacrificio y como queda claro del pasaje leído, borra las faltas cometidas bajo la influencia del pecado; que ello es como se lo decimos, queda probado veraz por lo que leemos en el siguiente verso 13 y que es lo siguiente que aparece en escena en esos inicios del reino de Dios, eso es, la resurrección y en donde ya se nos habla de muertos literales:
“Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos y fueron juzgados individualmente según sus hechos.”
Aquí ya estaríamos hablando de personas, repetimos, que literalmente desaparecieron de la existencia al ser tragadas por la muerte y que son devueltas a la vida, lo que demuestra de entrada y puesto que estamos aún situados en el contexto de iniciar su andadura el reino de Dios, que la que podríamos considerar como una “segunda” resurrección o resurrección general (nada que ver con la “primera” resurrección de la que se nos habla en Rev. 20:6 y en la que solo toman parte aquellos que reinarán con Cristo), se produce a partir del período inicial del milenio y no al final del mismo, como nos quiere vender tanto “chiquilicuatre” de la teología actual que anda suelto por ahí. Pero de nuevo ello nos enfrenta al hecho del que se nos quiere convencer, en el sentido de que esos muertos también serán juzgados individualmente “según sus hechos” cometidos en su anterior existencia y escritos a modo de recordatorio en esos “rollos” que se abren, afirmación que cuando se contrasta con el contexto escritural queda probada falsa y como un nuevo exponente de la ignorancia supina que atesora quien semejante disparate sostiene…… y es que esto no es lo que leemos en las Escrituras acerca de las personas que han desaparecido en la muerte, sino que lo que se nos dice es esto otro:
“Porque el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor (eso es, la liberación de los efectos del pecado, en virtud del sacrificio redentor de este).” (Rom. 6:23). (Acotación nuestra).
Recordemos que lo que le fue dicho a nuestro primer padre (Gén. 2:17), es que en el “día que pecara” moriría y con lo que queda establecido que con la muerte uno ya paga por sus pecados, por tanto queda saldada la deuda contraída con el Altísimo y por lo que ya no puede volver a ser juzgado por los delitos cometidos antes de su muerte, pues no se puede juzgar de nuevo a uno por aquello por lo que ya fue condenado en su momento; en esta línea va lo que leemos en Rom. 6:7:
“Porque el que ha muerto, ha sido absuelto de su pecado.”
Lo que aquí nos dice Pablo es que la persona que vuelve a la vida ya lo hace sin la carga del pecado y por tanto con la deuda saldada, por lo que solo puede ser juzgado en función de lo que haga a partir de ese momento en adelante…… de eso y no de otra cosa es de lo que se nos habla en los versículos 12 y 13, cuando se nos anuncia que tanto los que pasen con vida al reino de Dios (Cristo murió por ellos y por lo que están exentos de morir), como aquellos que resuciten dentro del mismo y que con su muerte ya han cancelado su deuda (el sacrificio de Cristo les concede una segunda oportunidad), serán juzgados por su conducta a partir de este momento en adelante y siempre según la aplicación que hagan en sus vidas de la nueva información contenida en dichos “rollos” (para hacernos una idea aproximada, el equivalente a una nueva “Biblia” adaptada a esos nuevos tiempos) y que se proveerá con vistas al restablecimiento espiritual de la “parroquia”…… porque si esas personas no fueran juzgadas en función de una conducta posterior al momento de ser levantadas en una resurrección ¿qué sentido tendría el abrir un “rollo de la vida” para las merecedoras, si resulta que no hay tales y las que hay son juzgadas y condenadas por los actos pecaminosos cometidos en una vida anterior? ¿Y a quién aplicaría entonces, el sacrificio redentor de Jesús?
Recordemos que en algunos artículos hemos señalado que así como los “rollos” actuales, eso es, el conjunto de libros que componen las Escrituras, son la información que nos ayuda a conseguir el acceso al reino de Dios (hasta ese punto nos conduce la Biblia), esos “nuevos rollos” o nueva información, son los que ayudarán a capacitar a los súbditos de dicho reino para enfrentar con solvencia las artimañas de Satanás (Efe. 6:11), cuanto ese “pájaro” sea soltado al término del período milenial…… y aquí ya entramos en los dos últimos versos del pasaje analizado de Rev. 20:11-15, eso es, el 14-15 y en donde se nos explica la razón de la apertura de ese misterioso “rollo de la vida”; en estos se lee como sigue y teniendo muy presente, amigo lector, que continuamos estando en el contexto de los momentos iniciales del establecimiento del reino de Dios sobre la tierra:
“Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego. 15 Además, cualquiera a quien no se halló escrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.”
Entonces lo que es obvio, es que la muerte y contrario a lo que afirman algunos “teólogos” sueltos por ahí, en el sentido de que esta continuará plagando a la humanidad durante el período milenial, ya habrá dejado de existir durante ese tiempo pues es arrojada al “lago de fuego” y lo que significa que esa plaga llamada “muerte”, es destruida eternamente…… en el bien entendido que estamos hablando de la muerte derivada del pecado y que es la única muerte que existe, con lo que ya nadie más será víctima de la tal. Porque lo que se lee en el verso 14 sobre una “muerte segunda” y que avala el versículo 15, tiene que ver con aquellos que son “destruidos” directamente por Jehová Dios en un juicio sumarísimo y con lo que ya estaríamos hablando de otra cosa…… pero en todo caso, estaríamos señalando a personas cuyos nombres no estarán registrados en ese libro o “rollo de la vida”. Porque se nos ha dado a conocer la identidad de algunos que no figurarán en el registro de ese “libro de la vida”, que cerrará su último capítulo en el momento en que Satanás y sus “extraviadas” víctimas sean destruidos definitivamente (Rev. 20:7-10) y que son aquellas personas de las que se nos habla, por ejemplo, en Judas 7:
“Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas —después que ellas de la misma manera como los anteriores hubieron cometido fornicación con exceso, he ido en pos de carne para uso contranatural— son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno (o destrucción eterna y por lo que ya no existe resurrección alguna para esta).” (Acotación nuestra).
A las que habría que añadir, de hecho el apóstol Pedro en su segunda carta así lo hace (2 Ped. 2:5), a aquellas que fueron también destruidas por un juicio divino (Gén. 6:5-8) en el diluvio del día de Noé, o a los Coré, Datán y Abiram, así como a los seguidores de estos en su rebelión contra Moisés (Núm. 16:1-35)…… en todo caso, a cualquiera que en algún momento de la historia de la humanidad fuera destruido por un juicio adverso procedente del Altísimo y Quién no se equivoca al emitir sus veredictos, por lo que no cabe la posibilidad de una segunda oportunidad para dichas personas. Pero volviendo de nuevo al verso 14 y dado que en este se nos habla de la eliminación de la muerte como castigo del pecado, ello nos lleva al asunto de la vida eterna y a preguntarnos en qué momento se consigue acceder al “derecho de propiedad” sobre ella; porque recordemos que esos “entendidos” a los que hemos hecho referencia, afirman que ese derecho solo se consigue cuando se supera la prueba final con la suelta de Satanás, al término de los mil años de gobierno teocrático…… con lo cual y “para variar”, estamos ante otro disparate, pues vean lo que dijo el propio Hijo de Dios acerca del punto de vista de su Padre Celestial sobre el particular:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Luego solo el sentido de la lógica nos dice, que ya a partir del momento en que uno ejerce dicha fe y si se mantiene firme en ese derrotero, ya tiene adquirido en propiedad el “derecho” a la vida eterna y sin que nadie se lo pueda ya quitar…… pues solo uno está en capacidad de perder dicho derecho y como fue en el caso de nuestros primeros padres: nadie se lo quitó, sino que fueron ellos los que rechazaron dicho derecho con su rebelde actitud. Y aunque es cierto que dentro de este sistema de cosas y por mucha fe que uno tenga, todavía estamos sujetos a la posibilidad de morir (noten que hemos hablado del “derecho” a la vida eterna y no del mantener ahora nuestra actual vida de forma indefinida, pues ello solo se conseguirá cuando se entre al reino de Dios), esto es lo que nos dijo el Hijo de Dios a modo de conclusión esperanzadora:
“Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; 26 y todo el que vive y ejerce fe en mí (repetimos, ya dentro del reino de Dios), no morirá jamás. ¿Crees tú esto?”.” (Juan 11:25-26). (Acotación nuestra).
No obstante y por aquello de ponernos “más exquisitos”, razonaremos un poco más sobre ese verso 14 y en el que hemos leído que “la muerte y el hades fueron lanzados al lago de fuego”, eso es, destruidos totalmente y por lo que ésta, la muerte, dejará de existir de forma definitiva dentro del reino de Dios y punto de partida para nuestra especulación……. de hecho, lo que leemos en boca de aquellos profetas que hablaron en nombre de Dios (Hech. 3:20-21) y apuntando directamente al período milenial, es lo siguiente:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo (eso es, el “pecado” y responsable último de la muerte) quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotación nuestra).
Por lo que si la muerte desaparece del ámbito humano y hecho que como hemos dicho, ocurre en el preciso momento de ser instaurado el reino de Dios en la tierra, es obvio que lo que queda es la perspectiva segura de la vida eterna y que solo uno puede perder, siendo esta sencillamente, repetimos, la situación de nuestros primeros padres antes de cometer el pecado de desobediencia al mandato de Jehová…… porque recordemos que dicho disfrute de la capacidad de vivir eternamente, estaba estrictamente condicionado a la obediencia y algo que probablemente habría permanecido “in aeternum”, a tenor de las palabras de Jehová Dios al primer hombre:
“Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás”.” (Gén. 2:16-17).
Entonces tenemos que si Adán no hubiera comido, él continuaría ostentando dicho “derecho” y por tanto aún vivo hoy, nosotros sus descendientes sin “estos pelos” y la advertencia mencionada, aún vigente…… así de sencillo; por lo que todo indica el carácter eterno de dicha advertencia y que en todo caso, no es más que un recordatorio permanente para los seres creados, de su posición de absoluta dependencia para mantener la vida con respecto de su Supremo Hacedor. Y aquí es donde entra la importancia del porqué de los “rollos” mencionados en el verso 12, que para nada son recordatorios de “pecadillos” pasados de los súbditos del reino de Dios y que puedan ser usados en su contra al término de los mil años (disparate este de considerables proporciones), sino que como hemos señalado se trata de información tendente a restablecer la espiritualidad del “personal” e inmunizarlo ante el anunciado ataque satánico…… por lo que nos permitimos incidir de nuevo en la gran importancia para ese logro, del contenido de esos “rollos”. Y es que ya conocemos la estrategia de Satanás, que no es otra que el intentar “extraviar” al ser humano y para ello, como el animal de presa que resulta ser, siempre ataca al más débil y algo que quedó constatado en el caso de nuestros primeros padres: no se dirigió directamente a Adán, pues sabía que no podía enfrentarse a él dado que este como criatura creada por Jehová Dios, era poderosísimo y por lo que recurrió a atacar al “palo” más débil que era Eva y esperando que fuera esta, la que debilitara las defensas de Adán, como así fue…… y como, probablemente, volverá a suceder.
Transportado ello a un futuro aún distante, algo de lo que ya se nos está avisando desde hace casi mil años (Rev. 20:7-10) y que nos muestra lo grave del asunto, significa que del acopio de “vitaminas” mediante el “consumir” la información procedente de Dios para fortalecimiento espiritual y contenida en esos “rollos” señalados, dependerá de que uno consiga el éxito en su empeño por alcanzar la tan ansiada “vida eterna” (que no la inmortalidad y que ya es “harina de otro costal”) y que depende de que su nombre esté registrado en el “rollo de la vida” o no. Libro o “rollo” que a diferencia de los anteriores, no es información nueva y tendente a la edificación espiritual de los moradores del milenio, sino un registro de todas aquellas personas que durante el mismo mantengan una correcta actitud de respeto y aprecio a las instrucciones divinas, según parece sobreentenderse de lo que vamos a leer a continuación:
“En aquel tiempo, los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre.” (Mal. 3:16).
Por lo que la meta de toda persona que quiera acceder a la vida eterna, tiene que ver con el ser registrado su nombre en ese “libro de recuerdo” y que se corresponde con el “rollo de la vida” mencionado en Rev. 20:12…… y para ello, uno ya tiene que empezar por tomarse muy en serio todo lo relacionado con las promesas divinas expuestas en la Biblia actual, pues de lo contrario se corre el riesgo de ya ni entrar al milenio. Posteriormente y ya dentro del mismo, ello se tendrá que hacer también con el contenido de esos “nuevos rollos” que serán abiertos y portadores de más información tendente a aumentar la capacidad espiritual de las personas que hayan sobrevivido a la “gran tribulación”, así como también, a las que progresivamente se vayan levantando en la resurrección.
Es cierto que algunos “maestros” actuales en cuestiones bíblicas, hablan del período milenial como de un tiempo de “prueba” a añadir a las que actualmente estamos sometidos aquellos que esperamos en Jehová y lo que en un sentido estricto, dicha afirmación no es más que es un verdadero disparate; porque si ustedes van a nuestro artículo (y por aquello de no extendernos en demasía en este escrito) del 04/06/15, allí encontrarán los seis puntos fundamentales por los que el período milenial será un inmenso remanso de paz, felicidad, seguridad y total bienestar como la humanidad jamás ha disfrutado…… sin embargo, no es menos cierto que precisamente esa situación idílica y en donde se nos dice de nuestro Creador que “… estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente” ( Sal. 145:16), es la que llevará a algunos a tener serios problemas para alcanzar el ser inscritos en el libro “de la vida”.
Y decimos esto, porque muchos y básicamente aquellos que más alejados estén de los sucesos relacionados con el fin de este sistema de cosas (como las nuevas generaciones que irán naciendo dentro el milenio) y de lo que muchos seremos espectadores de primera fila, como pueda ser la “gran tribulación” y que dejará una indeleble huella entre la humanidad sobreviviente, como en un tiempo ocurrió con el diluvio del día de Noé (más de 4.300 años nos contemplan) y dramático suceso que transmitido de generación en generación, aún recordamos hoy en todo el mundo y a pesar de que solo ocho personas sobrevivieron para contarlo, se dedicarán básicamente a disfrutar de las bondades del reino de Dios y pasar por alto aquello concerniente a su necesario fortalecimiento espiritual, mediante la consideración de la información impartida por los nuevos “rollos” por aparecer…… más o menos como está ocurriendo actualmente, en donde las personas no prestan atención alguna a las advertencias bíblicas que reciben en el sentido de lo necesario que es mantener una buena relación con Dios en estos dificultosos tiempos y, sin embargo, sí al disfrute temporal de los limitados placeres que se pueden encontrar en este “valle de lágrimas” que es el mundo actual; y lamentable actitud de la que ya nos advirtió Jesús:
“Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. 37 Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio (eso es, ocupados en los placeres del momento), hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso (de la advertencia divina por medio de Noé) hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:36-39). (Acotaciones nuestras).
Circunstancia esta que será debidamente aprovechada por Satanás, que se irá directamente en busca de los más débiles en cuanto a espiritualidad y casi con toda seguridad pasará por alto a aquellos que, debidamente equipados en este sentido, le puedan mandar a hacer puñetas sin contemplación alguna y sin ningún temor…… recordemos y por aquello de ejemplificar un poco lo que pretendemos decir, que los discípulos de Jesús prevalecían sobre los mismos demonios, expulsándolos de su posesión sobre personas (Luc. 10:17). Todo considerado, queda claro entonces y contrario a lo que se nos quiere “vender”, que no es al término del milenio cuando uno puede acceder al “derecho” a vivir eternamente (este se adquiere en el mismo momento de entrar al reino de Dios), sino justo el momento en que se puede perder dicho “derecho”, que es algo muy distinto y por no haber aprovechado el tiempo favorable del período milenial, en nutrirse espiritualmente por medio de la información contenida en los “nuevos rollos” abiertos a tal efecto.
Lo que no significa en manera alguna y como disparatadamente señala algún “teólogo” suelto por ahí, que durante mil años se tenga que ser “esclavo” de un severo aprendizaje de las nuevas enseñanzas promulgadas por el propio Jehová Dios por medio de sus gobernantes delegados…… y es que plantear así la cosa, no es más que partir de un supuesto totalmente equivocado y totalmente falto de una perspectiva correcta, pues veamos qué es lo que se nos dice en el Sal. 1:1-3:
“Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los inicuos y en el camino de los pecadores no se ha parado y en el asiento de los burladores no se ha sentado.
2 Antes bien, su deleite está en la ley de Jehová (eso es, en el aprender más de Él) y día y noche lee en su ley en voz baja.
3 Y ciertamente llegará a ser como un árbol plantado al lado de corrientes de agua (eso es, tan firme que ni Satanás podrá contra él), que da su propio fruto en su estación y cuyo follaje no se marchita; y en todo lo que haga (dicha persona) tendrá éxito (como resultará ser en el caso del enfrentamiento final con el Diablo).” (Acotaciones nuestras).
Lo que significa que a menos que uno sienta un profundo e inmenso placer en el aprender cada día, aunque solo sea un poquito más acerca de su Creador y como nos ocurre a algunos actualmente (Sal. 119:97), durará menos en el venidero reino de Dios que un “chupa-chups” en la puerta de un colegio. Porque si el aprender de Dios resulta ser para uno una carga o, en todo caso, algo susceptible de poder ser sustituido por otras tareas “más gratificantes” y no un verdadero y exquisito deleite, ya se parte de una posición negativa y por lo que no le será nada fácil a este uno el ser inscrito en el libro o “rollo de la vida” y lo que se nos presenta como el objetivo principal a alcanzar…… no tanto (nos permitimos señalar y ya a modo de mera opinión personal), por el hecho en sí mismo de tener uno su nombre registrado en dicho libro y con todo lo que ello significa, sino la razón del porqué está su nombre inscrito ahí: sencillamente, porque uno conoce profundamente la sublime y amorosa personalidad de su Excelso Creador.
Todo esto, querido lector y ya para concluir, es tan solo un mínimo resumen de lo que se puede extraer de un pasaje bíblico tan enriquecedor como el de Rev. 20:11-15, cuando se analiza con criterio y se le busca un poco “de punta” al asunto…… y ya les aseguramos, que por nuestra parte ha sido un verdadero deleite el poder aprender de dicha consideración algo más acerca de nuestro Supremo Hacedor, del que cierto reputado personaje dijo lo siguiente:
“¡Oh, la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!” (Rom. 11:33).
Algo en lo que los autores de este blog, estamos totalmente de acuerdo.
MABEL
viernes, 12 de junio de 2015
Curiosidades bíblicas: el caso de la resurrección de Lázaro.
Pero eso ¿cómo puede ser? Esta pregunta y que refleja la incredulidad de uno ante lo que se le está contando, cuando no viendo o, en su defecto, leyendo, es algo frecuente entre aquellos que estamos liados continuamente con las Escrituras, eso es, que escribimos sobre ellas en un loable empeño por cumplir con aquella misericordiosa máxima de “enseñar al que no sabe” (ya otra cosa es que el “desgraciao” se deje, claro) y lo que nos lleva a toparnos con situaciones, de entrada, del todo inverosímiles. Un ejemplo de ello lo tenemos en el caso de la resurrección de un entrañable amigo de Jesús, el bueno de Lázaro (Juan 11:5) y que el relato escritural nos presenta de la siguiente manera el momento concreto de dicha resurrección:
“Y cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz: “¡Lázaro, sal!”. 44 El hombre que había estado muerto salió con los pies y las manos atados con envolturas y su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.” (Juan 11:43-44).
Es cierto que lo sustancial de este relato está en el “qué” y no en el “cómo”, eso es, en el acto de la resurrección en sí mismo y no en otra consideración circunstancial, como pueda ser el cómo pudo salir el personaje del sepulcro atado de pies y manos (actuar así, sería lo mismo que a uno le señalen la Luna con el dedo y se quede absorto mirando el dedo); pero ello no impide que alrededor de dicho evento se conciten determinadas circunstancias, como mínimo, curiosas…… y circunstancias pasadas por alto por los autores de este blog (obviamente por desconocimiento de las mismas), hasta que nuestro buen amigo Israel González, puertorriqueño él y excelente autor de artículos bíblicos en su blog www.israelgonzalez.info, comentando sobre uno de nuestros escritos nos mandó un correo en el que nos decía, entre otras cosas, lo siguiente:
“…… algo que siempre me he preguntado es, cómo Lázaro se las arregló para salir de la tumba, pues según el texto tenía las manos y pies atados.
He tratado de levantarme de la cama y caminar con las manos y pies atados y lo que sucede es que caigo estrepitosamente al piso. Lo probé varias veces y ni siquiera podía hacerlo dando brinquitos, rápido perdía el equilibrio. Torpe que soy.”
¡Vamos…… “como pa verse matao el hombre”, que diría nuestro amigo el castizo! Y es que a estas edades (está sobre los 80 años el bueno de Israel, como mi compañero Manolo), no estamos ya para muchas “filigranas” y como decía el clásico, por aquello de prevenir, que “los experimentos se hacen con gaseosa”…… de hecho, un servidor (Armando) y que “solo” tengo 70 “tacos”, visto lo visto le temo a los ochenta más que a un “nublao”. Ya después de este pequeño desahogo y volviendo a lo que íbamos, resulta que nos llamó la atención el comentario de nuestro amigo, pues como hemos señalado nunca habíamos reparado en ello y por lo que después de entonar el “mea culpa” requerido, empezamos a darle vueltas al asunto decidiendo finalmente investigar un poco acerca del tema (sabido es que cuando no hay nada que hacer, uno peina al gato), para ver qué sacábamos en claro de dicho relato y encontrar alguna salida razonable a esa verdadera incongruencia: cómo con los pies y las manos atadas, el bueno de Lázaro pudo salir andando del sepulcro…… eso al menos y razonablemente, descartada la levitación, es lo que se deduce de la lectura del pasaje señalado.
Y dado que no hay información seglar demasiado fiable de en qué condiciones se daba sepultura al cuerpo del finado en esos tiempos, aunque sí se nos dice que se le envolvía en tiras de lienzo impregnadas con ungüentos para disimular el hedor de la descomposición, pues dichos cuerpos eran depositados en nichos excavados en la roca de más o menos unos 3x2x2 mts. y a cuyos lados se habían excavado unos huecos longitudinales en los que depositar el cuerpo o cuerpos en cuestión y posteriormente dicho habitáculo mortuorio, cerrado con una piedra redonda…… excusamos decir que para evitar que los malos olores pudieran llegar a las ciudades colindantes con esas tumbas, se exigía que los vendajes fueran consistentes y prácticamente sin bolsas de aire en su interior. Luego la cuestión a resolver para poder llevar a buen puerto nuestra investigación, tiene que ver en el cómo se realizaban esos amortajamientos funerarios y para lo que contamos con la siguiente información, tomada en este caso de la versión TLA y que usa una redacción más sencilla de lo que ocurrió en ese momento:
“Después de esto José, de la ciudad de Arimatea, le pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era seguidor de Jesús, pero no se lo había dicho a nadie porque tenía miedo de los líderes judíos. Pilato le dio permiso y José se llevó el cuerpo.
39 También Nicodemo, el que una noche había ido a hablar con Jesús, llegó con unos treinta kilos de perfume (una mezcla de mirra y áloes) a donde estaba José. 40 Los dos tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en vendas de una tela muy cara. Luego empaparon las vendas con el perfume que había llevado Nicodemo. Los judíos acostumbraban sepultar así a los muertos.” (Juan 19:38-40). (Acotación nuestra).
Es cierto que había dos formas posibles de amortajar el cuerpo de un difunto: envolverlo como un todo con brazos y piernas pegados al tronco, o bien por partes, eso es, el torso, los brazos y las piernas de forma separada; sin embargo y para que la finalidad última de dicho amortajamiento tuviera éxito (el evitar en lo posible el hedor de la putrefacción), esta segunda era la más indicada pues dejaba muchísimos menos espacios para que se formaran bolsas de aire (el cuerpo más que corromperse, se desecaba por la presión de las vendas), aunque ello conllevaría el uso de muchísima más tela y, por extensión, de mucha más cantidad de líquido perfumado…… y el hecho de que se nos hable de tan grande cantidad de mezcla aromática, nada menos que treinta kilos de ella (equivalente aproximadamente y según su densidad, a unos 30 litros de ungüento), confirma que en el caso de Lázaro y según “la costumbre”, también se usó el mismo sistema que con Jesús y por lo que una vez devuelto a la vida y ante la imperativa voz del Hijo de Dios, el bueno de Lázaro pudo salir de su tumba sin problema alguno y como se percibe de la imagen que acompaña a este escrito…… porque preguntémonos ¿habría hecho Jesús lo mismo de saber (y él lo sabría) que Lázaro estaba atado de tal manera que no podría responder a su orden, por muy vivo que estuviera? Obviamente no y por lo que hubiera planteado la cosa de otra manera; pero si no lo hizo, fue porque él conocía la “costumbre” del pueblo de Israel en tratar a sus muertos y sabía que no serían las envolturas las que le impedirían a Lázaro podía responder a su mandato...... y con lo dicho, esperamos haber satisfecho la perspicaz curiosidad de nuestro buen amigo y “coleguita”, Israel González.
En todo caso, repetimos, no estamos más que ante una cuestión que para nada afecta al correcto entendimiento del contenido escritural, pues no pasa del rango de simple curiosidad…… pero que cuando “rascas” un poquito, te das cuenta de que en las Escrituras todo tiene su respuesta y que a nuestro Supremo Hacedor, Jehová Dios, no se le escapa ni una y no deja nada al azar; dicho lo cual y si a alguno de nuestro lectores se le ocurre alguna cosa que parezca que no acaba de “cuadrar” con los hechos relatados ¡pues nada, que nos lo comunique y veremos qué podemos hacer!
MABEL
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miércoles, 10 de junio de 2015
La “vara de hierro”, los súbditos del reino…… y las “revueltas” durante el milenio.
El día 24/05/15, el autor de artículos bíblicos (al menos eso cree él) Apologista Mario Olcese, publicó un sorprendente video que previamente titulado “El reino férreo que impondrá el Mesías en el milenio, no será del agrado de muchos”, posteriormente se cambió (se supone que en un intento de “suavizar” la cosa ante la salvajada que en el mismo perpetra) a “Eventuales revueltas durante el reino de cristo de mil años”…… y que, manteniéndose la salvajada, con esa expresión “eventuales” como que la cosa ya no sonaba tan mal al oído ¡vamos, que se disimulaba un poco el estropicio! Porque lo que nos dice tan “afamado” teólogo en el video de marras, es que el Salmo 2 y en donde se nos habla de la citada “vara de hierro” (o “cetro de hierro” según versiones y concretamente en su versículo 9), tiene su aplicación durante el período de tiempo del reinado de Cristo y ello debido, según dicho “erudito” en las Escrituras, a que el “populacho” que entrará en dicho reino y saliente de la llamada “gran tribulación” (por tanto, los primeros súbditos del reino de Dios), estará compuesto por lo “mejorcito” de cada casa o, lo que es lo mismo, por unos “pendones verbeneros” tales que ante la disyuntiva de aceptar el reinado de Cristo o la destrucción eterna por no hacerlo, optan a regañadientes por lo primero y por aquello tan manido de “del mal, el menos”…… y esa es la propuesta del “teólogo” en cuestión.
De ahí que el Sr. Olcese, con la fatuosidad que le caracteriza, siseando como una serpiente y adornándose en la “suerte”, pase a explicar de forma pormenorizada y por supuesto, disparatada, el contenido de ese Salmo 2 y tomado de la versión PDT, donde en sus tres primeros versos se lee como sigue:
“¿Por qué se rebelan las naciones? ¿Por qué los pueblos hacen planes inútiles? 2 Los reyes y gobernantes se han unido en contra del SEÑOR y del rey que él eligió. 3 Y dicen: “¡Cortemos las ligaduras que nos imponen y liberémonos de sus ataduras!”
A partir de ahí, el Sr. Olcese y de una manera totalmente gratuita y en extremo arriesgada, pues ningún contexto avala tan peregrina idea, ya afirma que dichas palabras tienen que ver directamente con el reinado del Hijo de Dios, eso es, que dicha situación se produce dentro del período de mil años de gobernación divina y que derivará en grandes “revueltas”, como consecuencia de que los individuos que entran en ese período de tiempo son personas que, renuentes a someterse a la gobernación de Cristo, pero ante la alternativa de ser destruidas eternamente si no lo hacen y como ya les hemos señalado, optan por la opción menos mala…… de ahí que la reacción inmediata de los nuevos gobernantes y según versión de dicho “caballero”, es lo relatado en los versos 8 y 9 y tomados de la misma traducción PDT:
“Sólo tienes que pedirlo y te daré por herencia las naciones. El mundo entero será de tu propiedad. 9 Tú las golpearás con cetro de hierro y las harás pedazos como ollas de barro.”
Y siendo eso lo que nos explica ese “genio siseante” de la teología que sucederá durante el reinado de Cristo, eso es, un continuo batallar del Hijo de Dios al frente de sus gobernantes asociados, para sofocar las continuas “revueltas” que las naciones descontentas con su gobernación y con sus mandatarios (o reyes) a la cabeza le montarán…… y saltándose a la torera, por tanto tan “reputado” teólogo, el contexto escritural y que cuando se toma en cuenta, no solo desmiente semejante salvajada, sino que retrata a dicho personaje como el verdadero ignorante que es y que a falta de “más luces”, se ha inventado una historia para no dormir. Porque veamos, de entrada, qué es lo que se nos dice en dicho contexto escritural, acerca de las primeras personas que entran en el reino de Dios y como súbditas del mismo:
“Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (o los que han sobrevivido a esta y por tanto, los primeros súbditos del reino) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que han ejercido fe en el sacrificio vicario de Cristo). 15 Por eso (por haber ejercido dicha fe y no por haberse rebelado contre él) están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos (a modo de bondadosa aprobación).” (Rev. 7:13-15). (Acotaciones nuestras).
Luego nada más lejos de la realidad el que esas personas de las que nos hablan las Escrituras como los primeros súbditos del reino, puedan corresponderse con el estereotipo que propone esa catástrofe intelectual con patas que es el Sr. Olcese, como de personas resignadas a aceptar la gobernación de Cristo como un mal menor, ante las fatídicas consecuencias de no hacerlo; pero es que además, resulta que para poder acceder a la condición de primeros súbditos del reino, dichas personas habrán tenido que demostrar fehacientemente que quieren realmente vivir bajo dicha gobernación, mediante una estrecha colaboración con los hermanos “más pequeños” de Jesucristo (el poderosísimo resto “ungido” por aparecer) y ello por espacio de tres años y medio según Rev. 11:3, en extender por todo el mundo la buena nueva de la inmediata instalación en la tierra del reino de Dios y según se deduce del contenido de la parábola conocida como la de “las ovejas y las cabras” (Mat. 25:31-46). Recordemos que en la misma, se nos explica que si unos son colocados a la derecha del rey y lugar que significa posición aprobada para su entrada al reino de Dios, es por la ayuda que dichas personas les han prestado es esos personajes a los que Jesús identifica como sus “hermanos más pequeños”:
“Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque me dio hambre y ustedes me dieron de comer; me dio sed y me dieron de beber. Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; 36 desnudo estuve y me vistieron. Enfermé y me cuidaron. Estuve en prisión y vinieron a mí”. 37 Entonces los justos le contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo te vimos extraño y te recibimos hospitalariamente, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo, o en prisión y fuimos a ti?” 40 Y en respuesta el rey les dirá: “En verdad les digo: Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos hermanos míos, a mí me lo hicieron”.” (Mat. 25:34-40).
Lo contrario sucede con aquellas que rehusaron colaborar con esos “hermanos” de Cristo y actitud propia de las supuestas personas que, según el Sr. Olcese, a regañadientes aceptan la soberanía de Jesucristo y ante la que se les puede caer encima de no hacerlo…… y a las que se les dice esto:
“Entonces ellos también contestarán con las palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, o con sed, o extraño, o desnudo, o enfermo, o en prisión y no te ministramos?”. 45 Entonces les contestará con las palabras: “En verdad les digo: Al grado que no lo hicieron a uno de estos más pequeños, no me lo hicieron a mí”. 46 Y estos (los que rehusaron colaborar) partirán al cortamiento eterno, pero los justos (o los que sí colaboraron) a la vida eterna.” (vs. 44-46). (Acotaciones nuestras).
Entonces y por esta “regla de tres” y que se resume en ese verso 46, queda clarísimo que nadie que no esté el 100% a favor de la gobernación divina mediante Jesucristo, tendrá acceso al reino de Dios como súbdito del mismo…… y con lo que la afirmación de ese “estropicio” teologal conocido como Apologista Mario Olcese sobre este particular, no es más que un puro esperpento que ya de entrada invalida la razón fundamental por la cual la “vara de hierro” tendría que ser aplicada “durante” el reinado de Cristo. Porque lo que ha quedado demostrado al contrastar lo dicho por el contexto escritural que acabamos de señalar, con respecto del disparatado planteamiento del personaje en cuestión, tiene que ver con el hecho de que el cumplimiento de dicho Salmo 2 no puede ser posterior a la toma de posesión de Cristo de su reino, sino anterior a esta…… y es que si esto no fuera así, tendríamos que preguntarnos qué es entonces, lo que hace Jesucristo en la batalla de Armagedón y evento que se produce antes de ser entronizado como rey sobre la tierra, eso es, aún dentro de este sistema corrupto de cosas.
Porque lo relatado de dicho episodio bélico en Rev. 19:19-21 y que ocurre antes de que sea atado Satanás (Rev. 20:1-3) y por tanto, antes de la toma de posición de los gobernantes del reino de sus respectivos tronos y que se nos relata en el verso 4 del capítulo 20 de Revelación o Apocalipsis (la toma de posesión de Jesucristo se nos relata en el versículo 11), es lo siguiente:
“Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos (implica también a los miembros de las naciones que los apoyan y lo que nos retrotrae al Salmo 2) reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje (el imperio mundial dominante y unido en contra del futuro rey) fue prendida y junto con ella el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás (los reyes mencionados y los miembros de las naciones que siguen a estos en su rebelión) fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos (lo que nos habla claramente de una destrucción total de aquellos que no aceptan la gobernación divina).” (Acotaciones nuestras).
Luego lo que queda claro, por una parte, es que dicha escena se corresponde a lo relatado en el Salmo 2 y por la otra, que de aquellos que no aceptan el ser regidos por el gobierno del Hijo de Dios, no queda ni el “apuntador” y que pudieran pasar con vida al reino milenario; cuestión que queda refrendada en la profecía de Daniel y en donde de nuevo se hace referencia a lo dicho en el Salmo 2, como de un evento a tener su ocurrencia antes de la instauración del reino de Dios en la tierra…… pero veamos qué se nos dice en dicha profecía:
“Y en los días de aquellos reyes (los actuales gobernantes mundiales) el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (o naciones que se resisten a ser gobernadas por Jehová Dios, mediante su rey delegado) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos, 45 puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro (o la imagen que simboliza a los distintos gobiernos humanos que han dominado a través de los tiempos).” (Dan. 2:44-45). (Acotaciones nuestras).
Y como la secuencia lógica de la acción, resumida esta, es que llega un nuevo gobierno a escala mundial, destruye a los reyes o fuerzas opositoras que se le enfrentan y, derrotadas estas, pasa a establecerse en su lugar, no tenemos más remedio que aceptar que los relatos del Salmo 2, Rev. 19:19-21 y Dan. 2:44-45 mencionados, nos hablan de un mismo suceso y que nos muestra que el reino de Dios primero derrota a los reyes y naciones en conflicto y ya después de “triturados como vasos de alfarero” estos, eso es, arrasados de raíz y borrados de la faz de la tierra, toma su lugar y empieza a reinar…… decir otra cosa es ya simplemente desbarrar y que es lo que hace ese personaje llamado Apologista Mario Olcese, en el desvarío intelectual al que nos tiene acostumbrados y del que hace gala un día sí y el otro también.
Otra cuestión que contribuye a desbaratar tan esperpéntica propuesta y por aquello de que “para que falte, más vale que sobre”, tiene que ver con el hecho de que todo lo dicho por los profetas que hablaron en nombre del Altísimo (Hech. 3:20-21), se circunscribe al ámbito de las cosas a ocurrir dentro del período de mil años que abarca el reino de Dios y tema único alrededor del que giran las Escrituras, salvo en Rev. 20:7-10, en donde se nos avisa de algo con lo que nos enfrentaremos una vez terminado dicho milenio…… y acerca del ambiente que como nota característica marcará a este reino de Dios venidero, vean lo que leemos en un Salmo de David y referido, como hemos señalado, a lo que ocurrirá durante el prometido reino de Dios:
“Y solo un poco más de tiempo (se nos dirige al período milenial) y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar y él no será (eso es, buscarás una persona inicua dentro de dicho reino de Dios y no la podrás hallar). 11 Pero los mansos mismos (o personas sujetas por convicción, que no por conveniencia, a la gobernación divina) poseerán la tierra y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz (nada que ver entonces, con “revueltas” y cosas por el estilo).” (Sal. 37:10-11). (Acotaciones nuestras).
Pasaje que vertido por la TLA, corrobora el correcto sentido de nuestras acotaciones en dicho pasaje y que hemos tomado de la TNM…… pero veamos como lo vierte dicha TLA:
“Dentro de poco no habrá malvados; podrás buscar y rebuscar, pero no encontrarás uno solo. 11 En cambio, la gente humilde recibirá la tierra prometida y disfrutará de mucha paz.”
Y dado que esa “tierra prometida” no es otra que el reino de Dios ¿de dónde puñetas se saca el botarate de Apologista Mario Olcese, la “chorrada” de que al reino solo pasa gente descontenta y obligada por las circunstancias, por lo que Jesucristo continuamente y para sofocar “eventuales revueltas”, se verá obligado a reinar con “vara de hierro”? ¿Pero de dónde procede la pretendida “iluminación” de semejante cretino? Pues sencillamente del dios al que sirve y que no es otro que Satanás, por lo que no puede decir más que mentiras para extraviar a los cuatro ignorantes que le siguen y le ríen las gracias, sin darse cuenta que están siendo extraviados por dicho repugnante sujeto y ya caricaturizado por Pedro hará unos dos mil años, según se lee de la misma TLA y pasaje que también puede ser entendido de la siguiente manera:
“En el pueblo de Israel hubo también algunos que decían ser enviados por Dios, pero no lo eran. Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios (eso es lo que afirma ser tan extravagante personaje), sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas (“les enseñarán herejías”, según algunas versiones) y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta y hasta dirán que Jesucristo no es capaz de salvar (eso es, por medio de sustituir la verdad de lo dicho en las Escrituras, por sus disparatados y erráticos planteamientos). Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo. 2 Mucha gente vivirá como esos falsos maestros (creyendo en la mentira que se les cuenta), haciendo todo lo malo que se les antoje (entre lo que se encuentra el re difundir a otros las tales mentiras). Por culpa de ellos, la gente hablará mal de los cristianos (o de aquellos que entienden la verdad contenida en las Escrituras y en un intento de ahogar dicha verdad, que es lo que intenta hacer Apologista) y de su modo de vivir. 3 Esos falsos maestros desearán tener más y más dinero (en el caso del personaje que nos ocupa, reconocimiento y prominencia con el que alimentar un ego desmedido, en todo caso otra forma de ganancia personal) y lo ganarán enseñando mentiras. Pero Dios ya decidió castigarlos desde hace mucho tiempo y no se salvarán de ese castigo.” (2 Ped. 2:1-3). (Acotaciones nuestras).
Y para aquellos que entiendan que nos hemos pasado un “pelín” al llamarle siervo de Satanás a ese nefasto personaje de vodevil y que responde al pomposo nombre de Apologista Cristiano Ingº Mario Olcese Sanguineti, señalarles que eso no es de una descripción de nuestra “propia cosecha”, sino tomada de algo que dijo el propio Hijo de Dios:
“Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).
Por lo que si como hemos visto vez tras vez, ese bochornoso personaje nos miente en todas y cada una de sus “enseñanzas” y siendo como es Satanás, el “padre de la mentira”, dígannos ustedes de quién creen que puede ser seguidor Apologista Mario Olcese…… de hecho, en la imagen que acompaña a este escrito y con el aspecto que le dan las alas de ese ridículo sombrero, tal parece la viva imagen de Beelzebú, el gobernante de los demonios (Mat. 12:24). Por otra parte decirle a este caballero, que no tenga tan poca vergüenza (si acaso le queda alguna) y cree expectativas falsas entre la “concurrencia”, porque veamos qué es lo que responde a un comentario que recibió al video del que estamos comentando y señalado en el mismo inicio de este escrito.
Eso es lo que recibió:
“LaVerdadOculta:
Estoy totalmente de acuerdo con usted hermano. Dios lo bendiga.”
Y esto es lo que respondió el “teólogo” en cuestión:
“cristiano72392:
Gracias, y creo que mi hermano Armando López Golart también!”
Contra respuesta:
“LaVerdadOculta:
Asi es....”
Por lo que nos vemos obligados a aclararle a ese/esa comunicante de “LaVerdaOculta”, que Armando López Golart ni se considera “hermano” de semejante sujeto (¡y es que aún existen clases!), ni está de acuerdo con la bazofia que continuamente publica ese desnortado “mercachifle” de la teología y lo nos lleva a pensar a los autores de este blog ¡qué tal serán, los remitentes de esos correos de aprobación!...... y es que ya se sabe aquello de que “en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey”.
MABEL
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