sábado, 5 de noviembre de 2016

¿Quiénes somos, de dónde venimos…… y hacia dónde vamos?


Cuestión esta que ha traído “a mal traer” a la humanidad desde sus inicios y que aún ahora, continúa siendo un auténtico galimatías para el común de los mortales, por lo que se nos plantea la siguiente disyuntiva: ¿no encontramos ante una cuestión de proporciones irresolubles, o más bien es que no hemos buscado la respuesta en la dirección correcta? Los autores de este blog nos decantamos por la segunda opción, dado que el continente de dicha información ha sido siempre tenido en menos por el hombre, cuando no denostado, incluso hasta perseguido a muerte…… sí, sí, lo han adivinado ustedes: estamos hablando de La Biblia y que inicia con estas prometedoras palabras:

En el principio, Dios creó los cielos y la tierra.” (Gén. 1:1).

Luego si ello es así y no hay porque dudarlo, solo cabe suponer que lo que siguió a dicho “principio” también tendría que estar reflejado en dicho conjunto de pequeños “libritos” y escritos en distintos momentos de la historia del hombre, que en conjunto conocemos como La Biblia o Las Escrituras; partiendo de esta base, pasemos a intentar averiguar la primera de las tres cuestiones cruciales para el hombre, eso es, ¿quiénes somos?

Y simplificando la cuestión, habría que concluir que no somos más que unos cretinos que hemos arruinado el lugar donde habitamos en un vasto Universo y que identificamos como el planeta Tierra, a tal grado que hemos pasado ya del punto de no retorno y por lo que la expectativa más razonable, a ojos de los científicos, es el buscarnos otro planeta para poder seguir viviendo y no extinguirnos como especie…… y sin con todos los insalvables inconvenientes que dicha posibilidad plantea, es la más barajada entre los entendidos, no quieran ni imaginarse como estará “el percal” para aquellos que mueven “el cotarro” y que realmente conocen la realidad de las cosas. Pero ¿nos habla la Biblia de tan negativa contingencia? Claro que sí y además, nos dice la razón de porque hemos llegado a dicha situación; veámoslo:

Sin embargo, los que están resueltos a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y perjudiciales, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. 10 Porque el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales y, procurando realizar este amor, algunos han sido descarriados de la fe y se han acribillado con muchos dolores (y arrastrando a la humanidad con ellos).” (1 Tim. 6:9-10). (Acotación nuestra).

Pero otra pregunta sería: ¿tenía prevista dicha terminal situación el Creador de todas las cosas? Por supuesto que sí, a tenor de lo que leemos en Rev. 11:18:

Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes; y para causar la ruina, de los que están arruinando la tierra.”

Y tan caótica situación que nos muestra el “quiénes somos”, nos lleva a la segunda de la cuestiones planteadas, eso es, el ¿de dónde venimos? y algo perfectamente explicado en las Escrituras, porque veamos: en los primeros tres capítulos de libro de Génesis se nos explica y por aquello de resumir, cómo Dios creó al primer hombre y a la primera mujer (nuestros primeros padres, Adán y Eva) completamente perfectos y preparados sus cuerpos para vivir eternamente, lo que implica la no existencia de las enfermedades, vejez y muerte que nos asolan a sus descendientes. Porque tan excelente inicio y al posibilidad de mantenerlo eternamente estaba condicionado a la continua sujeción a su Creador, algo totalmente comprensible y perfectamente asumible, pues en nada gravaba su situación…… todo bien, hasta que ocurrió lo siguiente y según se nos relata en Gén. 3:1-7:

Ahora bien, la serpiente (usada por Satanás como títere) resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.

6 Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando él estuvo con ella y él empezó a comerlo. 7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos.” (Acotación nuestra).

Pero el daño ya estaba hecho y su castigo, ya pre-advertido por su Creador, fue el de su condena a muerte y el ser expulsados del paraíso en el que Dios los había puesto, por lo tanto obligados a “ganarse el pan con el sudor de su frente” (Gén. 3:19) y siendo esta la herencia que nos dejaron nuestros “puñeteros” primeros padres…… y de ahí, es “de dónde venimos”. No obstante, la más importante de las tres cuestiones planteadas tienen que ver con la tercera, eso es, el “hacia dónde vamos” y que ya se nos presenta un poco más apetecible, porque lo que nos dicen las Escrituras al respecto es lo siguiente:

“…… y para que él (Jehová Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21). (Acotación nuestra).

Notemos que no solo se nos anuncia una “restauración” y que significa el devolver una situación a una posición anterior (en este caso, de la que disfrutaban Adán y Eva), sino que además se nos dice que las cosas a restaurar las comunicó Dios a través de sus “profetas de tiempo antiguo”…… y siendo lo que nos transmitieron dichos profetas fue tanto como esto que sigue y que empieza con lo que tiene que ver con maltrecho medio ambiente que hoy contemplamos:

“… pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros (vegetación esta, que precisa de agua en abundancia).” (Isa. 35:6b-7). (Acotación nuestra).

Obviamente y como no podría ser de otra manera, dicha restauración pasa también por aquello que tiene que ver con nuestros cuerpos:

En aquel tiempo (eso es, a partir del momento en que Jesucristo tome posesión del gobierno del reino de Dios y que es cuando inicia la mencionada “restauración”) los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría...”. (Isa. 35:5-6). (Acotación nuestra).

Restauración que tiene que ver también con la total eliminación de las enfermedades:

Y ningún residente dirá: “estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error (recordemos que las enfermedades son resultado del pecado heredado).” (Isa. 33:24). (Acotación nuestra).

Por otra parte, esto es lo que nos dijeron esos “profetas de tiempo antiguo” y voceros del Dios Altísimo, acerca de la vejez, que tanto nos limita y antesala de la muerte:

Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).

O lo que es lo mismo, que la persona anciana y decrépita retroceda en el tiempo en cuanto a lo físico y sea devuelta (o “restaurada”) a los momentos de su máximo esplendor juvenil, tanto en lozanía como en vigor; pero veamos algo más de lo que se nos dijo por medio de esos “profetas de tiempo antiguo” y ello para el momento en que (según se lee en Hech. 3:20-21), Cristo regrese a la tierra para empezar a reinar en ella y relacionado con lo que Jehová hará con la muerte en ese período de mil años de gobernación divina por medio de Su Hijo:

Él realmente se tragará a la muerte para siempre (eso es, la muerte como tal dejará de existir) y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro (causadas fundamentalmente por el dolor ante tan luctuoso suceso). Y el oprobio de su pueblo (el pecado que nos condena) quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotaciones nuestras).

Pero “restauración de todas las cosas” que quedaría incompleta, si de ella quedaran excluidas todas aquellas personas que murieron antes de que ese momento tan esperado por aquellos que confiamos en las promesas de nuestro Creador se hayan hecho realidad…… por eso, otra de las cosas de las que se nos hablaron “por boca de Jehová los profetas de tiempo antiguo”, tiene que ver con la resurrección de los muertos:

Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida mediante una resurrección).” (Isa. 26:19). (Acotación nuestra).

Todas estas cosas, la restauración física, la eliminación de las enfermedades, la restauración del medio ambiente, el devolver al hombre la juventud interminable, el eliminar la muerte y el devolver la vida a los que han sido tragados por esta, son todas las cosas a “restaurar” y que fueron prometidas por Jehová Dios mediante “sus santos profetas de tiempo antiguo”.

Y con lo dicho, que a algunos les parecerá como de “perogrullo” (pero eso es lo que hay), se cierra la tercera de las cuestiones planteadas que, recordemos, tienen que ver con el “quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos”; y todo ello lo hemos averiguado, sencillamente por acudir a la fuente de información adecuada y que se encuentra, como hemos señalado, en las Escrituras…… por eso, un mundo totalmente apartado de Dios y por tanto de Su Palabra, la Biblia, no tiene respuesta a tan sencillas cuestiones.

MABEL


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