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jueves, 16 de octubre de 2014

¿Por qué Daniel y resto de personajes del Antiguo Testamento, como los Abraham, David, etc. etc., no pueden reinar con Cristo en el reino de Dios?


Este escrito viene a cuento, querido y paciente lector (¡santo, que es usted un santo por seguirnos!), de lo que el ínclito personaje (estrafalario donde los haya) de Apologista Mario Olcese acaba de publicar en formato de video y en fecha 09/10/14, con referencia a mi último artículo publicado solo unas horas antes de ese mismo día 9 y en el que le respondía a la pregunta que en el video en cuestión me formulaba, acerca del correcto significado del pasaje de Dan. 12:13; video que aparte de mostrarnos que dicho personaje malamente puede disimular el sentido de impotencia que le corroe por su interior, como consecuencia de no poder objetar a mis argumentos, nos deja clara una circunstancia y que es la siguiente: ese señor se lee todos mis escritos, pues la celeridad en responderlos es pasmosa, ya que yo publico hoy y a las pocas horas ya tengo la réplica en su página de videos …… respondiendo, eso sí, solo a aquellos artículos en los que puede replicar algo, aunque se una “chorrada” como en el caso que nos ocupa, ya que el personaje no da para más y limitación que es la que realmente le pone de los nervios, generando esa impotencia mencionada.

Porque al artículo en el que con todo despliegue de documentación yo le negaba esa supuesta condición de “ungido” o Hijo de Dios de la que hace ostentación y publicado el 27/09/14, aún es el momento en el que se haya pronunciado sobre el mismo, como si dicho escrito no existiera y lo cual es sorprendente, teniendo en cuenta que en este le pongo “a bajar de un burro”, pues le acuso de mentiroso y farsante; por lo que se me ocurre pensar que deberá estar de acuerdo con el planteamiento por mí formulado acerca de su supuesto “ungimiento” (ya saben ustedes aquello tan conocido de que “el que calla, otorga”)…… o que es totalmente incapaz de presentar argumentos en su defensa y que es lo más probable, dado su manifiesto desconocimiento del contenido escritural y que, en definitiva, vendría a ser lo mismo.

Pero fíjense que yo acabo de decir que dicho personaje no es capaz de “rebatir” mis argumentos y que es algo muy distinto a lo que él hace siempre, eso es, el enrocarse e insistir machaconamente en su disparatada afirmación (la que sea) y sin entrar a analizar y desbaratar el fundamento de mi argumentario en contra de la misma, dada su total carencia de conocimientos bíblicos y como acabo de señalar…… pero que en su indigencia mental, cree que con hacer esto ya ha contestado suficientemente y ahí está la hemeroteca para confirmar lo que yo digo. Y si como muestra basta un botón, me permito recordarles, queridos lectores, que el escrito publicado en este blog el 09/10/14 y al que dicho personaje dirige el video que les he adjuntado, aquí “el menda” y después, obviamente, de haberle expuesto un razonado planteamiento acerca de porqué los sobrevivientes de la “gran tribulación” no pueden reinar con Cristo en el reino de Dios (otra de sus esperpénticas “enseñanzas”), cerraba el escrito o artículo con las siguientes palabras:

Y si ese “genio” de la teología considera que ello no es como yo lo expongo, que publique un video en el que nos resuelva ese “pequeño problemilla” que le he planteado acerca de los sobrevivientes de la “gran tribulación”, así como yo le he resuelto el de Dan. 12:13…… ¡a que no, Sr. Olcese!

Y efectivamente, ha sido “que no”, en otra palmaria manifestación de que es tanta su ignorancia, que no tiene la más mínima capacidad para defender siquiera aquellas cosas que él “enseña” como verdades escriturales, pero que la realidad prueba que no son más que solemnes disparates que no hay por dónde cogerlos…… de ahí, que sumando a su supina ignorancia, la desvergüenza, orgullo y altanería que le adornan, se limite a ratificarse empecinadamente en sus rocambolescos planteamientos y pasando por alto los argumentos presentados en contra de los mismos, como si los tales no existieran y así esperar a que el tiempo “escampe” y el “personal” se olvide del tema; resumiendo, un auténtico impresentable.

Pero volviendo al video que nos ocupa, resulta que el Sr. Olcese afirma que un servidor se atrinchera en la versión TLA para el esclarecimiento de Dan. 12:13 y lo cual no es cierto, pues yo lo único que intentaba al citar de la misma, era poner al alcance del lector un pasaje que añadiera más claridad al punto que yo pensaba exponer; y no es cierto que yo me atrincherara en dicha versión, pues dejo meridianamente claro en dicho escrito que mi planteamiento está soportado por el contexto escritural y no por lo que diga o no diga determinado pasaje bíblico (sea de la traducción que sea), actitud a la que me apego constantemente…… razón por la cual, ese teólogo “de tres al cuarto” no puede desmontar mis argumentos, ya que yo dejo que sea el contexto bíblico el que hable y no mi opinión personal. Pero dejando aparte esas “pequeñas” disquisiciones (“pelillos a la mar”), vayamos al fondo del asunto y que es el siguiente: ese “fenómeno” de la teología contemporánea (desvergonzado e ignorante donde los haya), lo que nos quiere decir es que en Dan. 12:13 está la clave para demostrar que tanto Daniel como el resto de profetas del AT, se levantarán en la “primera” resurrección que se produce “al final de los días”, eso es, aún dentro de este sistema de cosas y que es de la que se nos habla en Rev. 20:6, que llevaría a dichos personajes y de ser como se nos explica, efectivamente, a reinar con Cristo…… dicho esto, veamos qué es lo que se nos dice en Dan. 12:13 y transcrito de la RV 1960 y que es la usa dicho “entendido”:

Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.”

Es cierto que leído tal cual y como dije en mi escrito de referencia, tal parecería ser correcto el planteamiento de ese “genio” de la interpretación bíblica…… pero claro, no es menos cierto que ahí está el contexto bíblico para demostrar que los personajes del AT no pueden en manera alguna, reinar con Cristo en el milenio y cuestión que le he presentado a dicho personaje hasta la saciedad, sin que por el momento haya sido capaz de desmontar mi argumentario…… es más, ni lo ha intentado; porque como acabo de resaltar, una cosa es repetir un planteamiento hasta el extremo esperando que dicha repetición lleve a su aceptación general por parte del “respetable” y otra muy distinta, es contra argumentar a las razones que se presentan en el sentido de que el tal es erróneo. Dicho lo cual, de nuevo voy a demostrar el por qué los Daniel, Abraham, David y compañía, no pueden participar en el gobierno del reino de Dios y por mucho que Dan. 12:13 parezca afirmar lo contrario; y dado que es de general aceptación la máxima de que “un texto sin su contexto, es solo un pretexto”, a esta máxima y como tengo por costumbre, me ceñiré. Por lo que vamos a repasar a continuación, una serie de requisitos imprescindibles para participar en el reino de Dios en calidad de gobernante y que prueban más allá de toda duda, que dichos personajes del AT no lo pueden hacer, pues no reúnen dichos requisitos y por lo que no pueden alcanzar dicho privilegio…… y sacando el primero de ellos de unas palabras que dijo Jesús en su momento:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).

Eso es, que si uno no había recibido esos dos diferentes bautismos, uno de agua y el otro en espíritu santo, no podía de ninguna manera participar en ese gobierno del reino de Dios, en calidad de inmortal rey y sacerdote; ahora bien, veamos qué eran dichos bautismos y cuando (factor clave en este asunto) se empezaron a impartir. El primero de ellos, el bautismo de agua, lo instauró Juan “el bautizante” por mandato directo de Jehová Dios, según propias palabras y que tenemos registradas en Juan 1:33-34:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”. 34 Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.”

Luego fue el Dios Altísimo, el que ordenó que se pusiera en marcha un bautismo de agua, que en ese momento era totalmente desconocido en el pueblo de Israel y que tenía la siguiente finalidad:

De modo que él entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados, 4 así como está escrito en el libro de las palabras de Isaías el profeta: “¡Escuchen! Alguien clama en el desierto: “Preparen el camino de Jehová, hagan rectas sus veredas”.” (Luc. 3:3-4).

Por lo que queda claro que dicho bautismo en inmersión por agua, no era otra cosa que la manifestación pública del que se sometía al mismo, de que se arrepentía de sus pecados y desde ese momento en adelante, se comprometía con Dios para hacer Su voluntad y ello delante de testigos (los que observaban), por lo que recibía la “dádiva divina” (Hech. 2:38) o regalo de Dios, en el sentido de que mediante dicho acto se le condonaban los pecados cometidos y adquiriendo con ello, una condición aprobada ante Este…… y ese era el primer bautismo del que hizo referencia Jesús en Juan 3:5; y bautismo en agua que nadie (notables del AT incluidos) que hubiera vivido antes de la aparición de Juan “el bautizante” podía poseer. Y si me permiten un pequeño inciso, bautismo de agua que nunca transmitió el otro bautismo, eso es, el del espíritu santo y que daba al individuo la adopción como Hijo de Dios, pues de lo contrario no habría hecho falta la intervención de los apóstoles para lograr tal fin y como queda claro del relato de Hech. 8:1-20.

Salvado el inciso y continuando con lo que estábamos, es cierto que esa catástrofe con patas que es Apologista Mario Olcese, afirma que todos los judíos habían sido bautizados por Moisés en las aguas del Mar Rojo (cuando pasaron a través de ellas) y afirmación que tiene la misma credibilidad que si nos dijera algo parecido a que “una bandada de vacas volaba de flor en flor”; porque si ello fuera cierto (no lo de las vacas, claro está, sino lo de un simulacro de bautismo lo del cruce del Mar Rojo), inmediatamente se nos plantearía la siguiente cuestión: de ser así las cosas ¿por qué Jehová, ordenó a Juan que empezara a impartir dicho bautismo en agua como muestra de arrepentimiento de pecados, si el paso del Mar Rojo había hecho las veces o misma función del pasterior bautismo de Juan? Obviamente porque dicho evento no fue considerado nunca por el Altísimo como un bautismo y muchísimo menos, que el tal tuviera nada que ver con arrepentimiento alguno por parte del “personal”, por lo que no estaríamos más que ante una chapuza interpretativa salida del personaje en cuestión y de aquellos que como él se pronuncian…… en todo caso y dado que hay por ahí un texto algo “escabrosillo” de entender (1 Cor. 10:1-5) en cuanto a un hipotético o simbólico bautismo en el evento mencionado, es solo obvio establecer que el bautismo en agua ordenado por Jehová a Juan era el exigido y el que cumplía con el requisito dado por Jesús, pues deriva de una orden directa del Altísimo y por tanto, nada que ver con el acontecimiento del cruce de las aguas del Mar Rojo.

Resuelta esta cuestión, veamos ahora que era el segundo bautismo exigido por Jesús, eso es, el bautismo en espíritu santo y bautismo que solo podía ser administrado por este y ello, como está constatado por los hechos que conocemos, solo después de su resurrección y lo que significa que antes de dicho acontecimiento, tampoco nadie (notables del AT incluidos) podía estar en posesión del mismo:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: “Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo”.” (Juan 1:33).

Por lo tanto y se ponga como se ponga el ignorante del Sr. Olcese, esos personajes del AT no podían reunir el requisito de contar con los dos bautismos y sin el cual requisito, según palabras del propio Jesús “no se podía entrar en el reino de Dios”; y es que en sus días, aún faltaban siglos para que aquellos en quienes Jehová delegó para que empezaran a impartir dichos bautismos, aparecieran en escena. Pero es que además y de forma adicional, tenemos el hecho de que fue el propio Hijo de Dios quien estableció el momento a partir del cual, el acceso al reino se ponía al alcance de los hombres, cuando dijo lo siguiente y según lo vierte la NVI:

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea y los que se esfuerzan, logran aferrarse a él.” (Mat. 11:12).

Es cierto que dicho pasaje también está vertido por otras traducciones de forma distinta, en este caso por la RVC:

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan.”

Sin embargo, notarán que a pesar de tan dispar y curiosa forma de traducir dicho pasaje, en lo fundamental están de acuerdo todas las versione bíblicas, eso es, que fue a partir de Juan “el bautizante”, eso es, desde ese momento en adelante (no hacia atrás) cuando aquello que tenía que ver con el reino de Dios, fuera lo que fuera, se puso en marcha…… y para ese tiempo, repito, los personajes citados del AT hacía siglos que habían desaparecido en la muerte y por lo que, obviamente, no tenían ya ni arte ni parte en esta cuestión. Visto ya un primer requisito que no reunían dichos antiguos personajes, veamos un segundo que tampoco alcanzaban a reunir y que tiene que ver con lo que se registra en Rev. 20:4:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.”

Está sobradamente aceptado por los autores bíblicos actuales, que con estas palabras se está haciendo expresa referencia a personas que sufrieron una muerte “violenta” a manos de sus perseguidores, por su comisión de dar adelanto a los intereses del reino de Dios; o sea, que solo aquellos que hayan muerto violentamente (asesinados) por su servicio a la causa del reino, son los que sentarán al lado de Jesucristo para reinar con él…… de hecho, eso es lo que Jesucristo dio a entender en Rev. 3:21:

Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”

Y todos sabemos cómo “venció” Jesús: aguantando el martirio hasta la muerte y por lo que esto es lo que se exigía de todo aquél que deseara sentarse a su lado en el reino de Dios; de hecho, a eso es a lo que se refería Pablo cuando dijo aquello de que solo se podía resucitar a la “semejanza” de Cristo, esto es, en gloria e inmortalidad, si se había muerto a la semejanza de como él murió (Rom. 6:5), eso es, martirizado por mantener su integridad a Dios. Es más, resulta que este necesario requisito de sufrir una muerte violenta para reinar con Cristo, fue contundentemente explicado por el Sr. Olcese en un video publicado el 12/03/13 y dirigido expresamente a un servidor (en un más que estúpido tono chulesco), en el que nos decía, entre los minutos del 16 al 20 de grabación y en flagrante contradicción con lo que enseñaba antes de publicar dicho video y de lo que nos dice ahora, acerca de los personajes del AT como reyes en el milenio, que solo aquellos que murieran “asesinados” en defensa de su fe durante la “gran tribulación” aún futura, en su enfrentamiento con la “bestia”, el “falso profeta”, el “anticristo” y que no recibieran la “marca” de dicha “bestia” (Rev. 13) en sus frentes o en sus manos, serían los que reinarían con Cristo durante el milenio y que como apoyo de dicha idea, usaba el pasaje que acabamos de leer de Rev. 20:4.

Tajante afirmación, con la que dicho indocumentado y sin darse cuenta de ello (¡ignorante, que no es más que un disparatado ignorante!) apartaba de un plumazo de poder reinar con Cristo en el reino de Dios, no solo a los Daniel, Abraham y compañía, sino a los mismísimos apóstoles y que aun siendo más próximos en el tiempo, hace ya la friolera de casi 2.000 años que murieron y la “gran tribulación”, repito, aún no ha llegado…… o sea, una flagrante y esperpéntica contradicción en sus afirmaciones, pues como en el caso de los que hablan sin tener un criterio claro de lo que dicen, hoy el Sr. Olcese nos dice una cosa, mañana otra y pasado mañana, si se tercia, ni la una ni la otra, sino toda la contraria. Dicho lo cual y todos de acuerdo con este punto señalado en Rev. 3:21 y que se refrenda en Rev. 20:4, acerca de una necesaria muerte en sacrificio para acceder al reino como gobernante, veamos ahora como murieron esos personajes del AT de los que nos habla el “caballero” en cuestión y empezando por el propio Daniel, quién en función del pasaje referido de Dan. 12:13, nada parece indicar en el mismo que tuviera una muerte violenta, sino que probablemente murió en la cama y de vejez o muerte natural…… pero veamos cómo murieron otros insignes personajes del AT y de los que sí tenemos información directa de las Escrituras:

Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 25:7-8).

Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.” (Gén. 35:28-29).

Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 49:33).

Y después de esto, Job continuó viviendo ciento cuarenta años y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.” (Job 42:16-17).

“Con el tiempo, Gedeón hijo de Joás, murió en buena vejez y fue enterrado en la sepultura de Joás su padre, en Ofrá de los abí-ezritas.” (Jue. 8:32).

En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.” (1 Cró. 29:26-28).

Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente y a esa edad, de muerte natural y en la cama, como todos los mencionados).” (Gén. 9:28-29). (Acotación mía).

Entonces vemos que las muertes de todos estos prominentes personajes y a los que habría que añadir a los Moisés, Lot, los doce patriarcas de la nación de Israel y tantísimos otros como ellos, no se ajustan al requisito exigido por Jesucristo en el sentido de que para alcanzar el reino como inmortal rey y sacerdote, se tenía que “vencer” como él había vencido Rev. 3:21), eso es, sufrir una muerte de martirio, ni mucho menos se corresponden a la visión que le fue dada a Juan en Rev. 20:4 y en la que con claridad meridiana, se nos muestran sentándose en tronos de gloria, a personas que habían muerto asesinadas (“ejecutadas con hacha”) por “el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios”…… evidentemente este no es el caso de los personajes señalados y según se deduce de la prueba bíblica presentada y por lo que se me ocurre preguntarle a ese “fenómeno” de la interpretación bíblica actual, lo siguiente: ¿cómo nos razonaría él, la presencia entre esos gobernantes de Rev. 20:4 “ejecutados con hacha” o asesinados por defender su integridad a Dios, junto a otros personajes que han muerto plácidamente en la cama y algunos de ellos, colmados de “riquezas y gloria”, como el caso de David? ¿Deja, por ventura, la lectura de Rev. 20:4 algún pequeño resquicio que nos permita siquiera elucubrar sobre dicha posibilidad? Es más ¿sería razonable en un Dios de justicia como es el Soberano sobre todo el Universo, dar el mismo premio, para tan distinto mérito? Sería interesante conocer, cómo nos resuelve esta cuestión ese “genio” de la interpretación bíblica ¿no creen?

Dicho lo cual, metámonos de nuevo “en harina” y veamos ahora un tercer punto que de nuevo nos prueba, que esos personajes de la antigüedad de ninguna manera pueden y contrario a lo que nos asegura esa catástrofe teológica andante que es el Sr. Olcese, participar en la resurrección que se produce “al final de los días” de este sistema inicuo de cosas y que se corresponde con la resurrección mencionada en Rev. 20:6, eso es, la llamada “primera” resurrección; porque lo que nos encontramos en dicha resurrección, es que los que participan en ella ya se levantan con la condición de inmortales reyes y sacerdotes…… sin embargo, vean lo que se nos dice en el Sal. 45:16, acerca de esos antepasados de Jesús, eso es, los Abraham, David, Daniel y un larguísimo etc.:

En lugar de tus antepasados (o “padres” según versiones) llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Acotación mía).

Luego no podemos estar hablando de la misma resurrección, porque si hemos leído que los que se levantan en la “primera” ya lo hacen con la condición de inmortales reyes y sacerdotes y por lo que no precisan ya de nombramiento alguno ¿qué sentido tendría, entonces, el que se les diera un nombramiento de menor rango (príncipes) que el que ya tienen en el mismo momento en que resucitan? Además, vemos que a esos “antepasados” de Cristo se les nombra “príncipes”, pero no sacerdotes” y título imprescindible en aquellos que tienen que reinar en el milenio, según Rev. 20:6; y lo que solo puede significar, que esos notables del AT no participan de esa “primera” resurrección, sino que tienen que hacerlo en una “segunda” (ya que si no resucitan, no se les puede dar “nombramiento” alguno), pues en la “primera” solo lo hacen aquellos que reinan con Cristo y como nos muestra el pasaje mencionado de Rev. 20:6.

Pero es que además y volviendo al Salmo señalado, si lo leemos detenidamente (¡hay que ver lo que da de sí un simple texto, si se lee con atención!), nos encontramos con otra incongruencia, porque veamos: se nos dice de esos antepasados o “padres” de Jesucristo, que en el momento de su resurrección pasan a convertirse en sus “hijos” y lo que cuadraría con Isa. 9:6, pues uno de los títulos concedidos por Jehová Dios a su hijo Jesucristo es el de “Padre Eterno”…… hasta aquí bien, pero continuemos desarrollando la idea y veamos qué nos sale de ella: porque resulta que si pasan a ser “sus hijos” que no sushermanos”, esas personas no pueden heredar el reino con él. Es más, si pasan a ser “hijos” de Jesucristo y eso es lo que leemos en dicho Sal. 45:16, no pueden ser a su vez Hijos de Dios y condición “sine qua non” para heredar el reino como gobernantes del mismo…… pero añadámosle al asunto un poquito más de picante: porque resulta que con los que estableció Jesús un pacto por un reino, no fue con sus antepasados, sino que fue con sus contemporáneos (en este caso con los apóstoles) y como queda meridianamente claro en el siguiente pasaje:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).

Partiendo de estas palabras, la idea de que un pacto, arreglo o algo parecido para gobernar con Cristo en el milenio, pudiera haber sido ofrecido de una forma u otra a esos personajes de la antigüedad, se me antoja disparatada; porque de ser así ,Jesús habría mentido a sus apóstoles, pues si analizamos con detenimiento sus palabras vemos que lo que dice es “yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo”…… noten que no dijo “con otros” y como sería preceptivo, si todos esos personajes del AT y según nos afirma Apologista Mario Olcese, hubieran estado de alguna manera, en un pacto o arreglo divino para participar también en la gobernación del reino de Dios. Pacto, por otra parte, que como todos los pactos no tenía efectos retroactivos y por lo que aplicaba solo a aquellos que en ese momento estaban presentes en el acto y aceptaron las condiciones del mismo; y pacto que posteriormente fue extendido a otros a través de dichos apóstoles, pues estos habían sido expresamente comisionados por Jesucristo para continuar con su obra de búsqueda de personas merecedoras de alcanzar dicho galardón:

Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. 19 Vayan, por lo tanto y hagan discípulos de gente de todas las naciones…”.” (Mat. 28:18-19).

Todo considerado, está claro que esos personajes del AT y a tenor del contexto escritural, no pueden de manera alguna reinar con Jesucristo en el reino de Dios, porque , no habían sido bautizados en ninguno de los dos bautismos que estableció Jesús como requisito imprescindible en Juan 3:5 para alcanzar el reino; , que su muerte no fue violenta y en defensa de su integridad a Dios y como se exige en Rev. 20:4 para sentarse en un trono en el reino milenario; , su existencia fue anterior a la de Juan “el bautizante” y momento en que, según Jesús en Mat. 11:12, fue cuando se abrió la carrera hacia el reino de Dios y por lo que no pudieron participar en la misma; y ya como cuestión, dichos personajes precisan de ser nombrados algo (en este caso “príncipes”), según el Sal. 45:16, lo que significa que no participan de la “primera” resurrección, pues de la tal ya sale uno investido como inmortal rey y sacerdote, por lo que no precisa de nombramiento posterior alguno y mucho menos si es de rango inferior, como es el caso…… lo contrario sería una incongruencia sin sentido alguno. Dicho lo cual, queda claro que Dan. 12:13 no es prueba de absolutamente nada en sí mismo, pues cuando se lo pasa por el tamiz del contexto escritural, no dice nada de lo que se pretende que diga dicho pasaje, por parte de ese ignorante patológico que es ese “fenómeno” de la teología actual, pues de lo contrario tendríamos que poner la Biblia “patas arriba” cambiando el entero contexto escritural.

Por lo tanto, ya tenemos otra nueva cuestión pendiente de aclaración por parte del Sr. Olcese, que añadir a la anterior acerca de la cuestión de los sobrevivientes de la “gran tribulación” y a la que ese “ilustrado” en interpretación bíblica, aún no ha sido capaz de responder…… ni lo hará; y que ya les adelanto, que en esta nueva cuestión planteada, también será “que no”, porque no puede responder a ninguna de las dos, a menos que reconozca que tales “enseñanzas”, eso es, la de unos notables del AT reinando con Cristo, así como la los sobrevivientes de la “gran tribulación” haciendo lo mismo son, al menos a mi entender, dos auténticas salvajadas…… ¡qué quieren ustedes que les diga…!

Armando López Golart


jueves, 9 de octubre de 2014

La “terrible” dificultad de explicar el significado de Dan. 12:13.


Dicen que la ignorancia es muy atrevida y mucho más cuando es acompañada por la impotencia, pues juntas forman lo que se podría considerar un coctel explosivo y que generalmente suelen reflejar el bajo nivel acerca del tema del que se trate, del personaje que las atesora…… y como se pueden imaginar ustedes, me estoy refiriendo a esa “figura” de la teología contemporánea, que responde al pomposo nombre Apologista Cristiano Ingº. Mario Olcese Sanguineti, porque veamos: acaba de publicar un video, concretamente el 04/10/14 y en el que me alude directamente (de ahí que un servidor se meta en este “fregao”), al desafiarme a que le responda cual es el significado del pasaje tan “terrible de explicar para los testigos de Jehová y sus fans” (obviamente entre esos “fans” incluye a un servidor) de Dan. 12:13 y en el que se lee como sigue, según la traducción RV 1960 y que es la que suele usar tan esperpéntico personaje:

Y tú irás hasta el fin y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.”

Texto que la versión bíblica TLA nos hace más entendible, al emplear una fraseología más clara y lo que nos permite asumir con más facilidad lo que realmente se le estaba diciendo al bueno de Daniel en ese momento:

Y tú, Daniel, vive tranquilo hasta el día de tu muerte. Cuando llegue la hora final, te levantarás de entre los muertos para recibir tu premio.”

Claro, cuando uno no sabe de lo que habla y ello merced a una total carencia de fundamentos bíblicos, como es el caso del personaje en cuestión, es solo razonable que crea que con esas “chorradas” me va a poner en un brete, cuando el caso es que cualquier “tonto de pueblo” en España sabe que lo que se le quiere decir con esas palabras a Daniel, es que viva tranquilo hasta el día de su muerte, pues en el momento de la resurrección durante el reino milenario de Cristo, será levantado sin falta y recibirá su recompensa. Ahora bien, para llegar a esta conclusión, uno tiene que conocer el contexto general de las Escrituras (algo que desconoce ese “genio” de la interpretación bíblica del que hablamos) y contexto en el que se nos dice, 1º, que Daniel no tiene nada que ver con aquellos que reinarán con Jesucristo en el reino de Dios y 2º, que la resurrección de los muertos se produce y como ya hemos señalado, durante el período milenial, eso es, dentro del período de tiempo que comprende el reinado de Jesucristo y cuestiones de las que hemos hablado exhaustivamente en este blog…… con un escaso aprovechamiento, al parecer, por parte del personaje aludido.

Es cierto que dicho indocto y en una prueba más de su patológica ignorancia, carga el acento en la expresión el “día postrero”, o el “día final” del que se nos habla en Juan 6:39-40; 44, 54; 11:24 y 12:48 (pasajes que nos cita) y en dónde Jesús hace referencia a una futura resurrección, igualando tal expresión con la que se halla en Dan. 12:13 que nos habla del “final de los días” y sin darse cuenta que estaríamos hablando de cosas distintas, pues nada tiene que ver una cosa con la otra, porque veamos: lo que se le dice a Daniel, es que cuando se llegue al “final de los días”, eso es, el momento en que se acaben o finalicen los días del mundo actual en el que estamos viviendo y sea instaurado el reino de Dios, en ese momento sería levantado de entre los muertos…… dicho de otra manera, cuando el actual sistema de cosas sea eliminado y sustituido por el reino de Dios, Daniel y en conformidad con las palabras de Jesús citadas en los textos de Juan que hemos apuntado, será resucitado en el “último día” o día “postrero” y momento en el que Jesús colocó la resurrección de los muertos; veamos lo que se lee en Juan 11:23-24:

Jesús le dijo: “Tu hermano se levantará”. 24 Marta le dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día (o día “postrero” según versiones).” (Acotación nuestra).

Pasaje que también nos menciona el ínclito Sr. Olcese para defender su objeción, sin darse cuenta que el tal, lejos de darle a él la razón, está apoyando mi tesis en el sentido de que la resurrección se produce durante el milenio y que es en dónde se levantará, entre otros muchísimos, el bueno de Daniel, porque veamos: lo que Marta le dijo a Jesús, es que confiaba en que su hermano se levantaría en “el último día” o día “postrero” y lo que nos tiene que llevar a averiguar de qué estaba hablando la buena de Marta, eso es, en qué se fundamentaba para sostener su creencia y lo que nos lleva a un pasaje que nos habla de una norma divina, que conocía todo judío que se preciara:

Sin embargo, no vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años y mil años, como un día. “ (2 Ped. 3:8).

Partiendo de esos dos pasajes, veamos ahora un punto indispensable para entender cabalmente la cuestión que estamos intentando resolver y al que muchos “entendidos” (por supuesto, Apologista Mario Olcese se cuenta entre ellos), no le dan la importancia que tiene para dar luz al asunto que nos ocupa. Porque lo que nos dicen las Escrituras, es que los “días” creativos de Jehová Dios tenían una duración de 7.000 años cada uno y afirmación que se sustenta en el siguiente razonamiento: se nos dice en estas que el “séptimo día” el Altísimo lo dedico “a descansar de toda la obra que había hecho” (Gén. 2:2-3) y obra que concluyó con la creación de Eva. Desde ese momento de la creación de Eva, hasta el tiempo actual, han transcurrido casi 6.000 años y lo que significaría que solo quedan mil años (un “día” para Dios) para que se acabe el “día” de descanso del Divino y que consta, repito, de 7.000 años…… mil últimos años, que ocupados por el reino de Dios y con los que concluirá el día de descanso de Jehová Dios, se convierten en el “último día” o día “postrero”, expresión muy diferente a la de “el final de los días” ya que con ella se hace referencia, como ya he señalado, a la conclusión o últimos días de este sistema de cosas y en los que no se produce la resurrección asignada a Daniel.

Por lo tanto, si la Biblia es fiable y no nos conduce a engaño (algo totalmente imposible), las palabras de Marta en el sentido de que su hermano se levantaría en el “último día” o “día postrero”, nos llevan a concluir que la resurrección de los muertos se produce durante ese espacio de tiempo que comprende el reinado milenario de Cristo y que es en donde se le dijo a Daniel, que se levantaría para recoger su porción…… y esa es la “terrible” dificultad para explicar el sentido correcto de ese pasaje de Dan. 12:13; claro, “terrible” para semejante indocumentado, que no tiene ni la menor idea de lo que dice el contexto escritural y que como ya hemos señalado, es el que da el significado correcto de cada texto o pasaje del que se quiera inquirir. Porque en esta cuestión, existe un dato adicional que apoya mi tesis de lo que realmente se le quiso decir a Daniel y que como hemos visto de las palabras de Marta, era que se levantaría en el “último día” y el cual se corresponde con el milenio o reino de Dios, circunstancia que entiendo ha quedado meridianamente clara en todo lo dicho hasta el momento.

Sin embargo, el dato adicional mencionado que avala mi planteamiento, tiene que ver con el hecho de que la resurrección de aquellos que tienen que reinar con Cristo durante ese período de tiempo y acontecimiento que en las Escrituras se le llama la “primera” resurrección (Rev. 20:6), no ocurre y a diferencia de la de Daniel y otros muchísimos, dentro del “ultimo día” o día “postrero”, sino tres años y medio antes de que dé inicio la gobernación divina en manos de Jesucristo, eso es, antes de que se instale el reino de Dios aquí en la tierra y comience el citado “último día”. Por lo tanto, la resurrección de la que nos hablaba Jesús en los pasajes de Juan y algo que el propio Sr. Olcese reconoce en su video, no es la misma que la de aquellos que tienen que reinar con Cristo y que se produce dentro de este inicuo sistema de cosas; para ver que ello es tal como yo lo afirmo, basta con acudir a lo dicho en Rev. 17:12-14 y en donde se nos habla de la batalla de Armagedón, evento que ocurre antes de la instauración del reino de Dios (de hecho es el acontecimiento que limpia el camino para que se establezca en la tierra dicho reino) y en donde se nos dice esto:

Y los diez cuernos que viste significan diez reyes, que todavía no han recibido un reino, pero sí reciben autoridad como reyes por una hora con la bestia salvaje. 13 Estos tienen un solo pensamiento y por eso dan su poder y autoridad a la bestia salvaje. 14 Estos combatirán contra el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá. También, los llamados y escogidos y fieles que con él están, lo harán.”

Luego blanco y en botella: aquellos que con Cristo han de reinar, participan junto a él en dicha decisiva batalla y que lógicamente, se pelea aún dentro de este sistema de cosas, eso es, antes de que inicie el “último día” o “día postrero” y en el que Marta, correctamente (Jesús no la rectificó), colocó la resurrección de su hermano Lázaro; lo que nos demuestra con claridad dos cosas y que ya hemos apuntado unos párrafos atrás: 1º, Daniel no puede reinar con Jesucristo en el reino de Dios, pues no participa de la resurrección que se produce dentro de este sistema de cosas y 2º, que la resurrección de los muertos asignada a Daniel, se produce durante el período de tiempo del reinado de Cristo o “último día” del período de descanso de Jehová…… planteamientos ambos de los que discrepa radicalmente Apologista Mario Olcese, en una prueba más de su total ignorancia acerca del contenido escritural. Prueba de dicha ignorancia, la tenemos en el disparate interpretativo con el que se ha despachado en el video mencionado y del que, obviamente, ni se ha dado cuenta (de donde no hay, no se puede sacar), porque veamos: a partir del minuto 2 de grabación nos cita de Juan 12:48 y la interpretación que del mismo hace, es la de que esas palabras significan que en el día “postrero” habrá un juicio (que el citado “teólogo” coloca al término de los mil años de reinado mesiánico y en una disparatada interpretación del contenido de Rev. 20:5) y que implicará la existencia de un Juez, de un jurado y quiero imaginar, que de un fiscal acusador y de un abogado defensor, si queremos seguir los cánones de lo que es un juicio al uso y que es lo que nos propone dicho caballero…… sin embargo, veamos qué es lo que realmente dijo Jesús en dicho pasaje y colocado en su contexto, eso es, incluido el verso 50:

El que me desatiende y no recibe mis dichos tiene quien lo juzgue. La palabra que he hablado es lo que lo juzgará en el último día (……). 50 También, sé que su mandamiento significa vida eterna. Por lo tanto, las cosas que hablo, así como el Padre me las ha dicho, así las hablo.”

Entonces de ninguna manera se nos habla aquí de un juicio a la usanza y para un momento determinado, sino que la esencia de esas palabras es la siguiente: cuando uno decide desobedecer los mandatos de Dios ya ha sido sometido a juicio y dictado sentencia sobre sí mismo; ello queda claro por el hecho de que el verso 50 nos dice que el obedecer el mandato divino “significa vida eterna”, por lo que hay que deducir que el no obedecerlo, significa destrucción eterna. Luego cuando uno toma determinada actitud, ya ha dictado sentencia contra o a favor de sí mismo, según sea el caso, pues la obediencia significa vida eterna y la desobediencia muerte eterna…… recordemos que para el final del milenio y que es donde dicho personaje coloca la acción (si es coherente con sus actuales enseñanzas, de una resurrección de los impíos al término de los mil años), no se nos habla de juicio alguno sino que solo se nos habla de la suelta de Satanás, que saldrá a “extraviar” a la tierra habitada (Rev. 20:7-8).

Y momento en el que adquirirán su máxima expresión las palabras de Jesús mencionadas, pues recordemos que Jesús colocó su cumplimiento y según leemos en el verso 48, en el “último día” o “día postrero” (y que tiene que ver con el milenio), pues cada uno tendrá que decidir por sí mismo que hacer en ese momento: seguir el extravío de Satanás o seguir bajo la soberanía de Dios; o lo que es lo mismo, que uno será su propio juez y dictará sentencia sobre sí mismo, bien sea esta en contra o a favor, según sea la decisión tomada de obedecer las palabras de Jesucristo, o no hacerlo. Y cuestión que podríamos ilustrar de la siguiente manera: todos los conductores saben que un semáforo en rojo no se puede saltar, pues eso es lo que dice la ley de tráfico; luego cuando uno se salta un semáforo en rojo, ya sabe que ha infringido dicha ley y que es culpable ante ella…… otra cosa es que en ese momento haya cerca un agente de la autoridad para sancionarle. Pero ello no quita el hecho y es lo que queremos destacar, que la persona en cuestión es totalmente consciente de que ha cometido un delito contra la ley de tráfico, o sea, que es la propia persona la que se acusa y condena a sí misma con relación a la ley infringida…… eso y no otra cosa, es lo que nos quería decir Jesús con sus palabras y no las “historias para no dormir” que se monta el Sr. Olcese.

Pero ya en otro orden de cosas, resulta que dicho personaje solo me exige respuestas a mí, cuando él es totalmente incapaz de darme alguna sobre los temas que le tengo planteados, como el expuesto en el artículo del 27/09/14 y en el que le pongo a bajar de un burro, al denunciar que él no puede ser un “ungido” o Hijo de Dios como a sí mismo se identifica, por lo que solo es un farsante embaucador como aquellos que como tal se consideran…… sin embargo y hasta donde yo sé, de eso no dice nada en absoluto en los videos publicados a partir de dicho escrito y circunstancia que solo puede significar dos cosas: o bien que está de acuerdo con mí exposición, o bien que no tiene argumentos sólidos para rebatir mí razonamiento y que es lo más probable. Como tampoco me ha respondido nada sobre las cuestiones que le planteo en una carta abierta que publiqué el 05/08/14, pues ni siquiera se ha dado por enterado (aunque me consta que la ha leído, pues lee todo lo que publico) y por lo que le paso a recordar una de ellas: según el indocumentado personaje en cuestión, los sobrevivientes de la “gran tribulación” de Rev. 7:14 también pasan formar parte de ese gobierno del reino, eso es, que según tan indocto personaje estos reinarán al lado de Jesucristo, cuando las Escrituras nos dicen que ello solo lo pueden hacer aquellos que participan de la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no sobre otros que no participan de ella) la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotación mía).

Pasaje que rebate la disparatada propuesta de ese “genio” de la interpretación bíblica, porque para que ello fuera como nos lo plantea, nos tendría que resolver las siguientes cuestiones y siendo la primera de ellas la siguiente: la mencionada “primera” resurrección se produce tres años y medio antes de que finalice la tal “gran tribulación” y por tanto, antes de que aparezcan dichos sobrevivientes, por lo que es totalmente imposible que los tales puedan participar de la misma. Pero es que además y aunque no existiera este factor de temporalidad, si estamos hablando de “sobrevivientes” ello significa que son personas que pasan al reino de Dios con vida y por lo tanto, al no haber muerto, no pueden participar de resurrección alguna y requisito exigido, como hemos visto, para reinar con Cristo...... y por otra parte, aún en el caso de aquellos que murieran durante dicha “gran tribulación”, tampoco podrían participar en esa “primera” resurrección, pues esta acontece mucho antes de que se inicie dicho período de tiempo y que es en el que ellos pierden la vida.

Yo ya sé que dicho farsante embaucador (de lo contrario no tendría la desvergüenza de identificarse como un “ungido” o Hijo de Dios), no responderá a esta ni a otras cuestiones que le tengo planteadas, porque de haber podido ya lo habría hecho; incapacidad que le pone de los nervios, pues de lo contrario no estaría dando esos “golpes bajos” exigiendo que le responda a determinados y concretos textos bíblicos, cuando estos no pueden ser entendidos sin la ayuda del contexto escritural y que dicho personaje desconoce totalmente, pues en caso contrario no plantearía cuestiones tan absurdas, como la referida a Dan. 12:13. Por lo que queda claro, que su actitud es provocada por una supina ignorancia acerca del mensaje contenido en las Escrituras y que le lleva a no poder responder a mis demandas, lo que le provoca a su vez, ese sentido de impotencia que le mueve a actuar de esa manera tan pueril y con ello, a hacer el ridículo cada vez que se mete conmigo…… porque ya es hacer el ridículo, que un supuesto “forofo defensor” de los TJ, “contaminado” por sus enseñanzas y de lo que me acusa constantemente el personaje en cuestión, le esté dando “sopas con honda” en todos los terrenos en cuanto a conocimiento bíblico. Y si ese “genio” de la teología considera que ello no es como yo lo expongo, que publique un video en el que nos resuelva ese “pequeño problemilla” que le he planteado acerca de los sobrevivientes de la “gran tribulación”, así como yo le he resuelto el de Dan. 12:13…… ¡a que no, Sr. Olcese!

Armando López Golart