¿Qué quiso decir Jesús?
Y es que la última noche que Jesús pasó con sus discípulos, dijo unas palabras que deberían ser del interés de todas aquellas personas que nos interesamos por un futuro mejor, pues de hecho nos marcan la pauta a seguir para poder alcanzar esa meta:
“Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” (Juan 15:19).
Ahora bien…… ¿a qué mundo se refería Jesús en esas palabras y por otra parte, que significaría el no ser parte del mismo? Porque esas palabras del texto citado parecen entrar en franca contradicción, con las que están registradas en Juan 3:16:
“Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”.
Pero es que Jesús en esas palabras dirigidas a sus fieles discípulos en la última reunión que mantuvo con ellos, nos dio una pista al señalar el hecho que puesto que ellos “no eran” parte del mundo, sencillamente este “les odiaba”…… luego ¿cómo podemos hacer para desentrañar este aparente misterio? Pues como siempre hemos aconsejado en este blog, razonando a partir de la lógica, del sentido común y apoyándonos en las cosas que ya conocemos de las Escrituras.
Por ello y como respuesta a la primera parte de la pregunta formulada, habría que decir que la Biblia utiliza de diferentes maneras la palabra “mundo” (en griego “kó-smos”), pues la expresión “el mundo” se refiere muchas veces en las Escrituras, a la humanidad en general y siendo este, el mundo que Dios amó y por el cual entregó a su hijo (Juan 3:16). Pero sin embargo, no es menos cierto que en el registro escritural, el término “mundo” (de lo contrario no se entendería nada) también se refiere a lo que está alejado de Dios y por tanto, opuesto a Él. Luego en sentido figurado, el “mundo” y expresado en determinados contextos, puede significar el dominio donde actúan los poderes hostiles a Dios y que constituye, por su oposición al venidero gobierno de Cristo, un imperio enemigo bajo el control de Satanás…… no olvidemos que según el apóstol Juan “el mundo entero yace en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19). Entonces este “mundo” del que Jesús nos advirtió que no se debería de ser parte, es el conjunto de la humanidad que demuestra con sus formas de pensar y de actuar, estar totalmente alejada de Dios…… y del que todo cristiano debe de estar apartado; Juan tenía muy presente a este “mundo inicuo”, cuando escribió a finales del siglo primero, lo siguiente:
“No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo (acepta o está cómodo formando parte del mismo), el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo, el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno, no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.” (1 Juan 2:15-16). (Acotación nuestra).
Si por otra parte, ustedes leen desde Juan 15:1 hasta 17:26 y en donde se nos explican los pormenores de la última reunión que el Hijo de Dios mantuvo con sus discípulos, verán que continuamente Jesús establece una clara división entre un mundo alejado de Dios y un mundo cercano a Este, en el que se encontraba el mismo y sus seguidores…… apartados por tanto, de un “mundo” del que es actual gobernante Satanás y personaje a quién el propio Jesús identifico como “el gobernante de este mundo” (Juan 16:11.) Por lo que establecida la diferencia entre ambos “mundos” figurativos y sabiendo ya de qué estamos hablando, vayamos ahora a la respuesta a la segunda parte de la pregunta y que tenía que ver con el significado de “no ser” parte de este mundo y para lo cual es de vital importancia el saber distinguir la fina línea que delimita el estar integrado en un mundo…… o estar integrado en el otro; porque en realidad la cosa no es nada fácil, por lo que muchos se podrían estar engañando al creerse situados en una posición correcta y siendo la triste realidad, que se encontrarían situados en el lado opuesto. Por lo que la pregunta razonable podría que ser ¿qué actitudes o comportamientos marcarían una diferencia perfectamente distinguible, entre personas que pertenecen a los distintos “mundos” mencionados? Porque recordemos que en las Escrituras se nos habla de dos líneas de conducta distintas: la de aquellos que sirven a Dios…… y la de aquellos que sirven a Satanás:
“Los hijos de Dios y los hijos del Diablo se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia no se origina de Dios, tampoco el que no ama a su hermano.” (1 Juan 3:10).
Y es cierto que podríamos estar hablando de ciertas conductas manifiestamente “mejorables” (que nada tienen que ver con “ocuparse” de las cosas de Dios) y que nos hablan del pelaje de cada cual y en donde se incluyen comportamientos delictivos tales como violencia, corrupción, terrorismo, tráfico de drogas o de armas, trata de blancas y todos los etc. que cada uno le quiera añadir…… en donde lamentablemente suelen estar involucrados elevados personajes de la política, la judicatura, las finanzas, así como de otros poderes fácticos que todos tenemos en mente. Y comportamientos deleznables y perseguidos, que son fácilmente detectables por el común de los mortales, en los que la inmensa mayoría de ellos no participan de los mismos y por lo uno podría decir y con toda la razón “¡Yo no tengo nada que ver con dichas prácticas!”…… circunstancia que nos obligaría a precisar un poco más la cuestión, formulando la pregunta de la siguiente manera: ¿Están fuera de peligro, eso es, apartados de ese mundo “mundo” que la Biblia condena y que se enfrentará al juicio de Dios, las personas que afirman hallarse en esa aparentemente correcta posición?
Porque una cosa son las conductas que la propia sociedad condena y otra muy distinta, aquellas prácticas que esta misma sociedad considera permisibles, cuando no, como “progresistas” avances en derechos o libertades de las personas y que al Altísimo le huelen a “cuerno quemao”…… pero que una inmensa mayoría de la sociedad actual, no tiene ningún reparo en aceptar, luego ¿en qué lado está usted situado? Y es que vivimos inmersos en una sociedad que, por ejemplo, considera el divorcio, el adulterio y la fornicación, como conductas o actitudes perfectamente legítimas; el aborto, como un derecho alienable de la mujer; el reconocimiento de la homosexualidad, como un gran “avance” en los derechos individuales de las personas y lo cual degenera consecuentemente, en la aberrante imagen de las bodas entre personas del mismo sexo, así como los nauseabundos espectáculos del “día gay” y que se consideran como “conquistas” sociales fruto de una sociedad “adulta” y “avanzada”…… por lo que fácilmente podríamos quedar entrampados en tan diabólica lógica y apartada como hemos dicho, de las normas morales de Dios.
¿Y qué decir del espíritu segregacionista que recorre un mundo cada vez más fragmentado e insolidario? Porque a lo largo de la historia hemos contemplado imperios desmembrándose en territorios/estado llamados naciones, estas a su vez en porciones más pequeñas denominadas provincias, comunidades, departamentos o como quiera que se llame en cada lugar del mundo…… eso sí: cada una de las más ínfimas de esas porciones fragmentadas, con sus “lógicas” aspiraciones independentistas, fervientemente apoyadas por sus ciudadanos que ven en esa circunstancia una posibilidad de mejora a su situación personal (algo que no ocurre nunca), pero actitud divisiva que contrasta fuertemente con el deseo unificador del Altísimo (1 Cor. 1:10); por lo tanto ¿qué posición adopta usted en este caso…… y de rabiosa actualidad en nuestros días?
Por supuesto que podríamos añadir muchas más cosas que están en la mente de todos y que como las mencionadas, requieren de la participación activa por parte del personal, tanto en su planteamiento, como en su posterior desarrollo y por supuesto, final aceptación del asunto en cuestión…… luego la pregunta sería la siguiente: ¿Es usted una persona que de alguna manera promueve, participa o secunda con su presencia (aunque solo sea por aquello “del que no se diga”), o en su defecto “comprenda” esas situaciones contempladas en los dos párrafos anteriores? Lógicamente habrá personas que se reconozcan como claramente activistas en ellas, mientras que otras dirán que no tienen nada que ver con las mismas (ya las hemos mencionado), si bien “respetan” las distintas opciones tomadas…… y como no, los habrá que estarán frontalmente en contra de ellas y propondrán movimientos organizados para, de alguna manera, poder contrarrestarlas. Y aunque el segundo de esos tres distintos grupos de personas, pudiera parecer el mejor posicionado ante las palabras de Jesús, en el sentido de no ser parte del mundo, el caso no es tal pues ya hemos dicho que la línea que delimita la posición en la que se encuentra uno situado, eso es, a favor de un mundo gobernado por Satanás…… o en el otro que inspira Jehová, es muy fina y va mucho más allá del actuar a favor, del actuar en contra, o sencillamente del abstenerse de actuar. Por ello y a modo de ejemplo, veamos un pasaje bíblico que nos habla de la base o baremo que se estableció para delimitar la culpabilidad o no de ciertas personas involucradas en determinado evento, como fue en su momento el caso de los habitantes de la ciudad de Jerusalén del año 587 a.E.C., conquistada y destruida por Nabucodonosor:
“Y, ¡mire!, había seis hombres que venían de la dirección de la puerta superior que mira al norte, cada uno con su arma desmenuzadora (o destructora) en la mano; y había entre ellos un hombre vestido de lino, con un tintero de secretario a las caderas y ellos procedieron a entrar y a plantarse al lado del altar de cobre.
3 Y respecto a la gloria del Dios de Israel, fue elevada de sobre los querubines sobre los cuales estaba y llevada al umbral de la casa y Él empezó a clamar al hombre que estaba vestido del lino, a cuyas caderas estaba el tintero de secretario. 4 Y Jehová pasó a decirle: “Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén y tienes que poner una marca en las frentes de los hombres que están suspirando y gimiendo por todas las cosas detestables que se están haciendo en medio de ella”.
5 Y a estos otros dijo, a mis oídos: “Pasen por la ciudad detrás de él y hieran. No se sienta apenado su ojo y no sientan ninguna compasión. 6 A viejo, joven y virgen y niñito y mujeres deben matar... hasta arruinamiento. Pero no se acerquen a ningún hombre sobre el cual esté la marca y desde mi santuario deben comenzar”. Así que comenzaron con los viejos (o líderes religiosos) que estaban delante de la casa. 7 Y además les dijo: “Contaminen la casa y llenen los patios con los muertos. ¡Salgan!”. Y ellos salieron e hirieron en la ciudad.” (Ezeq. 9:1-7). (Acotaciones nuestras).
Entonces ¿sobre quiénes hemos visto que se colocó la marca salvadora? Sobre aquellas personas que estaban “suspirando y gimiendo” a causa de las cosas detestables que se estaban llevando a cabo dentro de aquella sociedad y con lo que estaríamos hablando de una actitud o posicionamiento interior de la persona, frente a determinadas situaciones…… actitud interior que los demás no podemos ver y por lo que nos tenemos que creer lo que nos dice la persona, pero perfectamente al alcance del Altísimo que está al tanto hasta de nuestros más recónditos pensamientos:
“Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, examinando los riñones, aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.” (Jer. 17:10).
Por lo que si bien uno hasta se puede engañar a sí mismo y por supuesto a los demás, en cuanto a su particular forma de valorar las cosas, no puede engañar a Jehová en cuanto a lo que realmente tiene en el corazón y en el sentido de si ya le va bien vivir en este mundo aún con todas sus deficiencias, pues se siente identificado con el mismo o dicho de otra manera, se siente parte de él y por ello se implica en sus cosas……. aunque constantemente se esté afirmando lo contrario. Y es cierto que muchas personas alegan que estamos viviendo en este mundo y por lo tanto, no podemos abstraernos de él…… lo cual no deja de ser una excusa, pues no es menos cierto que hay personas, por ejemplo los autores de este blog, que viviendo también en este mundo, sin embargo no somos parte del mismo, pues nuestra mente y corazón los tenemos puestos en el nuevo mundo por venir y que el apóstol Pedro definió de la siguiente manera:
“Pero hay nuevos cielos (o nueva forma de gobierno) y una nueva tierra (o nueva sociedad humana) que esperamos según su promesa (la de Jehová) y en estos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13). (Acotaciones nuestras).
Y puesto que es en ese nuevo mundo por venir en el que tenemos fijada nuestra esperanza, todas las cosas existentes en el mundo actual y en el que vivimos físicamente, eso es, sus metas, riquezas, logros, expectativas, posesiones, inquietudes, etc. etc., las consideramos como de ningún valor y no vamos en pos de ellas…… y no nos consideren unos bichos raros, pues tenemos precedentes bíblicos de una amplia variedad de personas adoradoras de Dios, que pensaban y actuaban como nosotros:
“En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra (eso es, en este sistema gobernado por Satanás).” (Hebr. 11:13). (Acotación nuestra).
Pero claro, también es cierto que dicha actitud condena a uno a una vida de cierta soledad, pues al no tener las mismas metas, proyectos, ilusiones o puntos de vista acerca de las cosas que las demás personas (la gente en general, no se siente “atraída” por la pasión que tenemos en hablar de las cosas de Dios), es muy difícil el mantener una elemental vida social…… y por lo que el deseo de ser aceptado entre sus congéneres, actitud por demás innata en el ser humano, se convierte en una trampa para la inmensa mayoría de las personas que prefieren mantener lo que tienen y sentirse parte del sistema, antes que renunciar al mismo en aras de una esperanza (para la mayoría absurda, pues no creen en ella debido a que han rehusado saber de la misma), como es la de vivir en un maravilloso mundo convertido en un paraíso en todos sus extremos y del que tantas veces les hemos hablado desde este blog. Pero de la situación de soledad mencionada y básicamente de las razones de la misma, ya nos habló el apóstol Pedro en su momento y por lo que no es algo que nos deba coger por sorpresa:
“Porque basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales. 4 Porque no continúan corriendo con ellos en este derrotero al mismo bajo sumidero de disolución, ellos están perplejos y siguen hablando injuriosamente (o no aceptándonos) de ustedes.” (1 Ped. 4:3-4). (Acotación nuestra).
Dicho esto, volvamos al meollo del asunto y hagamos la pregunta del “millón”: ¿Se siente usted y contrario a lo dicho por Jesús, “parte” de este mundo? Y recuerde que no importa lo que usted haga o no haga, diga o no diga…… sino lo que realmente hay en su corazón y que es lo que Jehová ve y por lo que juzgará a las personas. Por lo tanto entendemos que se impone una inmediata, exhaustiva y sincera reflexión por parte de cada uno (aquí no vale el engañarse), para averiguar dónde realmente está situado…… y si procede, tomar las medidas oportunas para corregir la situación; y es que no es ninguna tontería lo que estamos diciendo, si tenemos en cuenta la gravedad del hecho de que uno estuviera en el lugar equivocado, a tenor de las palabras de Sant. 4:4 y según la versión TLA (Traducción en lenguaje actual):
“Ustedes no aman a Dios, ni lo obedecen. ¿Pero acaso no saben que hacerse amigo del mundo es volverse enemigo de Dios? ¡Pues así es! Si ustedes aman (aceptan o toleran) lo malo del mundo, se vuelven enemigos de Dios.” (Acotación nuestra).
Y es que nosotros hemos conocido a muchas personas a lo largo de nuestra vida, que afirmaban creer en Dios y estar de acuerdo con el sentido de las palabras de Jesús, citadas al inicio de este artículo, pero que sin embargo lo más lejos en su pensamiento era el hablar de las cosas de Dios, al tiempo que se ocupaban en mantener una posición respetable dentro de la sociedad en la que se movían y que bajo ningún concepto querían perder…… cuando lo que hemos leído en Juan 15:19 al principio de este artículo, es que la persona que no es parte de este mundo, se ve apartada o relegada por sus convecinos por el hecho de no compartir las mismas inquietudes de ellos; porque a los que de verdad no somos parte de este mundo, nos encanta el leer, aprender y hablar de los propósitos de nuestro Dios Jehová y no teniendo otro objetivo en esta vida, mientras que a esas personas les repugna hasta la misma mención del nombre del Creador y por lo que no saben siquiera, si el tal es Jehová, o Yahveh, o Jesucristo, o el Señor…… cuanto más el hablar de Él.
Dicho lo dicho, ahí dejamos el tema y como diría el castizo “Al que le pique…… que se rasque”, eso es, que cada uno tome la decisión que considere más oportuna en función de su caso, no perdiendo de vista el hecho de que los tiempos están limitados y cuando menos pensemos, tendremos la “tormenta” encima; por lo que, lo que no hayamos hecho hasta ese momento, probablemente ya será muy difícil de hacer…… esa es al menos la idea que parece desprenderse de las siguientes palabras de Jesús:
“Ustedes también, manténganse listos (eso es, preparados), porque a una hora que menos piensen viene el Hijo del hombre”.” (Luc. 12:40). (Acotación nuestra).
MABEL
lunes, 3 de septiembre de 2012
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