viernes, 19 de octubre de 2012

Los “dos” árboles del Paraíso

Y si nos lo permiten, ya les adelantamos que hoy vamos a hablar de un tema en principio intrascendente, aunque como mínimo curioso y que tiene relación con algo que nos ocurrió a los dos autores de este blog, cuando militábamos en la filas de los TJ. Fue durante un discurso dominical, en que la persona que lo estaba presentando y en una fase del mismo, mencionó que en el jardín de Edén (o paraíso) y lugar en donde iniciaron su andadura nuestros primeros padres, había dos árboles (obviamente entre muchísimos otros) que tenían una significación especial: el árbol “de la vida” y el árbol del “conocimiento del bien y del mal”. Tal afirmación, que nos sentó a cuerno “quemao” (la verdad sea dicha), fue suficiente para que al final de la reunión nos dirigiéramos los dos al discursante de turno y le pidiéramos una oportuna aclaración, pues según nosotros entendíamos del registro escrito, estaríamos hablando de un solo árbol de relevada importancia y no de dos; pues bien, dicho personaje lo que hizo, fue remitirnos a las páginas del libro de consulta en dos tomos “Perspicacia para entender las Escrituras” publicado por la Sociedad Watchtower…… que “casualmente” era la que había proporcionado el bosquejo para el discurso en cuestión y por lo que solo sería razonable pensar, que ambos escritos estuvieran de acuerdo y con lo que, naturalmente, no aclarábamos nada.

Al señalarle nosotros este “pequeño” detalle y explicarle que lo que le estábamos pidiendo, era una aclaración Biblia en mano de la cuestión planteada, nos respondió lo clásico: esa información que él había expuesto en su discurso, era la que el “esclavo” (así llaman a sus máximos dirigentes los TJ) había preparado y por lo tanto, eso era lo que había…… que en todo caso, ya Jehová y si así lo consideraba oportuno, en un futuro daría “más luz” sobre el particular: en definitiva, que nos quedamos igual que antes. Y es que ese es, o al menos era en nuestros días de militancia en dicha organización, el “pelaje” de la inmensa mayoría de sus responsables de congregación (los llamados “ancianos”) y que tenían a su cargo el presentar los discursos públicos, en los que se limitaban a intentar explicar el contenido de sus respectivos bosquejos, cuando no a leerlos directamente sin más, debido a su manifiesta incapacidad para entenderlos y por lo cual, eran totalmente insolventes para detectar cualquier error que se pudiera producir…… de hecho ya partían de la firme convicción, que el citado “esclavo” no podía cometer errores; y si alguno de los oyentes tenía alguna duda sobre la información presentada, rápidamente se lo quitaban de encima, pues…… ¿cómo iban a explicar, algo que no entendían?

Pero pasó el tiempo y por circunstancias que no vienen al caso, nos fuimos de dicha organización (de hecho, nos echaron a la calle por “toca narices” ergo “rebeldes”) y empezamos nuestra aventura en Internet. Y ahí fue cuando nos dimos cuenta, que esa forma de entender el relato respecto a los “arbolícos” del paraíso (como diría un entrañable “baturrico” de la noble Aragón), era y en contra de lo que nosotros pensábamos, de general aceptación por una gran mayoría de autores bíblicos…… pero ya estábamos liados en la aventura de publicar los dos blogs que actualmente mantenemos en activo y lógicamente se nos fue olvidando el tema, pues como les hemos dicho al principio, no es algo que tenga demasiada relevancia en el conjunto de conocimientos necesarios para una cabal comprensión de las Escrituras.

Pero hete aquí que hace unos días y hablando de nuestras cosas con mi compañero de fatigas y coautor de este blog, Manuel Bel, así como de todas las peripecias vividas juntos y entre ellas, las pequeñas “batallitas” libradas en tiempos pasados, salió a relucir este tema y no se le ocurrió al “mozo” otra cosa que pensar y así me lo transmitió, que bien mirado, quizá no estaríamos ante un asunto tan banal como pensábamos puesto que, se quiera o no, implicaba el aumentar en el conocimiento correcto de las cosas de Dios…… y esa cuestión de los árboles mencionados, aunque nimia (continuamos pensando), forma parte de las mismas. Y por lo que entendida la “indirecta” por mi parte, decidimos que, aunque solo fuera a título de curiosidad o como simple anécdota, no estaría de más escribir algo sobre el tema para general conocimiento y a la vez, como un modesto ejemplo de cómo entendemos nosotros que serían los pasos necesarios a seguir, para orientar correctamente una investigación sobre cualquier problema escritural que en un momento dado se les pueda presentar a cualquiera de ustedes y que les permitiera, el llegar a resultados razonables…… y que, dicho sea de paso, son en los que nos apoyamos nosotros para confeccionar nuestros escritos.

Por lo que después de expuesto el origen de la “historia” en dónde se fraguó este artículo, nos vamos a meter “en harina” y veremos al final del mismo, en qué ha resultado este intento por “separar el grano de la paja” acerca del tema planteado; de entrada, sería preceptivo el leer la primera información que se nos da en las Escrituras sobre el particular y que se encuentra en Gén. 2:9, transcrita en este caso de la versión que en este blog tenemos de referencia, eso es, La Traducción del Nuevo Mundo de los TJ:

Así Jehová Dios hizo crecer del suelo todo árbol deseable a la vista de uno y bueno para alimento y también, el árbol de la vida en medio del jardín y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo.”

Pero veamos ahora como vierten dicho pasaje otras traducciones y en un intento por nuestra parte, de poner ante ustedes toda la información posible (en este blog, jamás la información es usada de forma tendenciosa), para ver si hay algo que nos pueda aportar un poco más de claridad en este asunto; por lo que en primer lugar, citaremos de La Nueva Versión Internacional, a continuación La Biblia de las Américas, a renglón seguido la versión católica Sagrada Escritura y ya por último, de la versión Reina Valera Revisada 1989...... y en el bien entendido que ustedes, pueden usar otras versiones que sean más de su agrado o en su defecto, la que tengan más a mano:

NVI: “Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.”

LBLA: “Y el SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.”

SE: “El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer y, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.”

RVR 1989: “Jehovah Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.”

De entrada y partiendo de esas lecturas, tal parecería para algunos que efectivamente se nos habla de “dos” árboles y no de uno, como nosotros entendemos que es el caso; pero no es menos cierto que según está formulada la redacción del texto en cuestión, también se podría interpretar de manera igualmente razonable, que se estuviera hablando de un solo árbol y no de dos, tal como apuntamos nosotros. Y es que la grafía “y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal”, si bien pudiera dar a entender y como ya hemos señalado, que estaríamos hablando de “dos” árboles, como afirman la mayoría de autores bíblicos, no es descabellado el afirmar que también se pudiera entender como que en el árbol “de la vida” mencionado, podría estar centrado también el “conocimiento del bien y del mal” y con lo que estaríamos hablando de un mismo árbol que representara ambas cosas…… y que es en definitiva, lo que nosotros estamos defendiendo; pero como la felicidad en casa del pobre, dicen que suele durar poco, la cosa parece complicarse (como les hemos dicho, en este blog siempre se da el máximo de información, pues lo que nos interesa es averiguar la verdad y no el tener la razón), cuando vemos la particular forma de verter en otra traducción, el texto de Gén. 2:9 que estamos analizando…… en este caso, la versión Reina Valera Contemporánea y que dice como sigue:

De la tierra, Dios el Señor hizo crecer todo árbol deleitable a la vista y bueno para comer; también estaban en medio del huerto el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.”

Luego vemos que ese plural “estaban” si parecería indicar definitivamente, que se nos estaría hablando de más de un árbol…… pero entonces ¿cómo se come esta “ensalada”, cuando no parece que los contextos del pasaje en cuestión, cuadren con esa idea transmitida? Bien, que no cunda el pánico, pues como ya les hemos dicho la Biblia se interpreta a sí misma y por lo que prescindiendo de lo que diga determinado texto en sí mismo, nunca su contenido puede invalidar el contexto más inmediato, ni muchísimo menos el general de las Escrituras; pues conocido es por todos los autores bíblicos que “un texto, sin su contexto, es solo un pretexto”. Por lo tanto, es a partir de dicha premisa que pasaremos a considerar la situación y lo que nos llevará a analizar los respectivos contextos del pasaje objeto de análisis, eso es, toda la información que gira alrededor de ese pasaje de Gén. 2:9, para averiguar si la citada traducción está acertada al verter dicho texto de la manera señalada y con lo que nos encontraríamos con dos árboles, o por el contrario se trataría de un error de traducción y seríamos nosotros los que tenemos la razón, cuando hablamos de un solo árbol.

Por otra parte, no es menos sabido por aquellos que nos leen con cierta asiduidad, que una correcta lectura y un posterior razonamiento con lógica y sentido común sobre lo leído, son las “armas” que usamos en este blog para irnos “defendiendo” en estas procelosas aguas de la temática bíblica, pues no disponemos de otras alternativas como, por ejemplo, grandes conocimientos (ni grandes ni pequeños ¡para qué nos vamos a engañar!) en Teología, Hermenéutica y ciencias afines, como tampoco en las lenguas vernáculas en las que se redactaron los primeros manuscritos…… pero como dicen que “a falta de pan, buenas son tortas”, esa técnica usada por nosotros, unida al hecho ya mencionado de que la Biblia se interpreta a sí misma, nos permite afirmar y como hemos puesto de manifiesto, que no pueden existir “dos” árboles de referencia en ese jardín en el que vivieron por un tiempo nuestros primeros padres, Adán y Eva.

Y para explicar nuestra posición acerca del tema que nos ocupa, pasaremos a considerar cuatro puntos principales y siendo el primero de ellos el siguiente: aceptando el supuesto de la existencia de “dos” árboles ¿cuál fue de los dos, el árbol causante del “desaguisado” que se montó? Y para averiguarlo, citaremos de un comentario del volumen de consulta antes mencionado y editado por los TJ, argumento por demás de fácil aceptación por cualquiera, pues en el leemos lo siguiente:

Dios utilizó dos árboles en el jardín de Edén con propósitos simbólicos: el “árbol de la vida” y “el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”. El que el hombre no se adhiriera al decreto divino concerniente a este último fue lo que le llevó a la caída.” (Pág. 175, bajo el subtema “Uso figurado”). (Negritas nuestras).

Luego la violación del mandato divino y su posterior consecuencia, tuvo que ver con el transgredir el mandato dado con respecto del árbol “del conocimiento del bien y del maly no con respecto del árbol “de la vida”…… y siempre partiendo del supuesto (que para nosotros ya es mucho suponer ¡qué quieren que les digamos!), que estuviéramos hablando de la existencia de “dos” árboles de referencia en el jardín de Edén.

Pero pasemos al segundo punto a considerar y que tiene que ver con el hecho que, puesto que la Biblia se interpreta a sí misma, habría que leer cuidadosamente lo que dice dicho pasaje de Gén. 2:9 y a partir de lo cual analizaremos lo siguiente: en primer lugar, el orden en el que se nos cita a los árboles mencionados y, en segundo lugar, su ubicación en el jardín edénico, lo cual nos lleva de nuevo a considerar el pasaje en cuestión:

Jehovah Dios hizo brotar de la tierra toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer; también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.” (Versión RVR 1989).

Luego y ya para ir fijando posiciones, vemos que el primer árbol mencionado es el “de la vida” y del que se nos dice, estaba situado “en medio del jardín” (luego en todo caso, era el punto de referencia por excelencia), mientras que del árbol del “conocimiento de lo bueno y lo malo” y en el supuesto de que estuviéramos hablando de la existencia de otro árbol, no se nos dice nada del lugar en dónde estaba situado…… lo cual es muy extraño, teniendo en cuenta que fue con relación a este árbol, que se cometió el pecado de desobediencia. Y la improbabilidad del hecho insinuado en este pasaje de Gén. 2:9, en el sentido que ambos árboles estuvieran en medio del jardín (algo geométricamente imposible, como no fuera uno plantado encima del otro), nos continúa reafirmando en nuestra idea de que estaríamos hablando de un solo árbol como epicentro de algo y por llamarlo de alguna manera. Pero continuando con la idea generalmente aceptada de los “dos” árboles y volviendo entonces al árbol que marcaba el centro geográfico del jardín del Edén (y que solo podía ser uno), en todo caso un lugar destacado dentro del propósito de Jehová para ese momento determinado, habría que pensar que tendría que ser un árbol que sobresaldría sobremanera entre los demás árboles y algo que parece confirmarnos el relato de Gén. 3:6…… y en dónde además se confirma nuestra tesis, pues se nos continúa hablando de un solo árbol de referencia y no de “dos”, uno plantado al lado del otro…… luego el que destacaba y servía de referente, según un testigo presencial (en este caso Eva), era uno:

Por consiguiente, la mujer (Eva) vio que el árbol (en singular) era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar…… sí, el árbol era deseable para contemplarlo...” (Acotaciones nuestras).

Entonces lo dicho: estaríamos ante un árbol majestuoso y qué destacaría de entre los demás, al grado de ser un referente entre los otros árboles y que además, tendría que destacar tanto entre ellos, que no tendría que representar ninguna dificultad para Adán y Eva en reconocer, de entre tantos árboles cómo había en dicho jardín y de los que podían tranquilamente comer de su fruto, cuál era aquél del que no podían comer de él…… siempre y cuando, este majestuoso árbol mencionado, fuera el árbol del que se les prohibió comer de su fruto, eso es, el árbol del “conocimiento del bien y del mal” y lo cual, nos permitimos señalar, nos daría la razón en nuestra forma de entender el asunto: el árbol “de la viday el árbol delconocimiento de lo bueno y lo malo” de Gén. 2:9, serían la misma cosa o las dos caras de una misma moneda. Y algo que parece ajustado a la realidad, a tenor de la conversación (y que nos lleva al tercer punto de interés en esta exposición) que Eva mantuvo con Satanás:

Ahora bien, la serpiente resultó ser la más cautelosa de todas las bestias salvajes del campo que Jehová Dios había hecho. De modo que empezó a decir a la mujer: “¿Es realmente el caso que Dios ha dicho que ustedes no deben comer de todo árbol del jardín?”. 2 Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.” (Gén. 3:1-5).

Luego analicemos la cuestión, con las necesarias dosis de lógica y sentido común, partiendo del bien entendido que si la Biblia se interpreta a sí misma, hay que tener mucho cuidado con las cosas que nos dice y darles la debida importancia: las Escrituras no hablan por hablar y todo lo que en ellas se contiene (hasta la última coma) tiene su importancia, como por ejemplo, el orden en que en ellas se mencionan a dichos supuestos “dos” árboles, así como también el lugar en dónde estaban colocados…… y que repetimos para fijar debidamente el punto, mientras que se nos dice que en medio del jardín estaba situado el árbol “de la vida” y que nada tenía que ver con la prohibición divina, no se nos dice absolutamente nada sobre dónde estaría situado el árbol del “conocimiento del bien y del mal” y alrededor del cual giraba todo el asunto, lo que es algo totalmente incomprensible…… a menos y como afirmamos nosotros, que estuviéramos hablando del mismo árbol.

Dicho lo cual, continuemos en dónde estábamos y que era, en que Eva tenía muy claro que el árbol del que no había que comer, so pena de incurrir en el castigo de muerte, era del árbol situado en medio del jardín y que repetimos, según el pasaje analizado de Gén. 2:9, era el “de la vida”; sin embargo y sorprendentemente Satanás, negándole la mayor a Eva, afirmó que si comían de ese árbol sobre el que pesaba la prohibición no morirían, sino que adquirirían el “conocimiento de lo bueno y lo malo” y lo que les igualaría a Dios……. pero para que eso fuera cierto, ellos tendrían que comer el fruto del árbol del “conocimiento del bien y del mal”: en primer lugar, para poder adquirir dichos conocimientos y en segundo lugar, para transgredir la orden dada por Jehová y objetivo final perseguido por Satanás…… y árbol del que aún no sabemos en dónde estaba situado. Porque lo que está claro, es que aún en el supuesto de la existencia de “dos” árboles y como afirman los “entendidos” de turno, este no era el que estaba situado en medio del jardín…… pues según todos los pasajes contrastados, se sitúa en dicha ubicación, al árbol “de la vida”:

Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.” (Gén. 2:9, en la versión Dios Habla Hoy).

Pero para una mayor claridad de lo que pretendemos decirles, les rogamos nos permitan una pequeña “boutade” y que hagamos una ligera corrección gramatical a dicho pasaje, eliminando el artículo “el” de delante de la referencia al árbol del “conocimiento del bien y del mal” y que sustituiremos por puntos suspensivos; y comprobaremos cual es la idea que después de dicha alteración se nos transmite y averiguar si esta se ajusta a los distintos contextos relacionados con el texto objeto de consideración…… o no; pero veamos en primer lugar, cómo quedaría el pasaje en cuestión después de ser “retocado”:

Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y (…) árbol del conocimiento del bien y del mal.”

Por lo que queda claro, pues así lo deja traslucir el pasaje transcrito resultante y en perfecta armonía con los argumentos hasta ahora expuestos, que estaríamos hablando del mismo árbol y no de “dos” árboles distintos y con distintas funciones, como afirman algunos “expertos” en el tema; porque lo que leemos en ese texto corregido y que realmente es lo que, repetimos, más se ajusta a los contextos involucrados con el mismo, es que entre otros árboles, Jehová puso en medio del jardín “el árbol de la vida y árbol del conocimiento del bien y del mal”…… luego un solo árbol que simbolizaba ambos aspectos o funciones: era el árbol “de la vida” porque no comer de él significaba el continuar manteniendo la vida sin fin que les había sido dada en el momento de ser creados…… y a su vez, era el árbol del “conocimiento del bien y del mal”, porque el comer de él traería nefastas consecuencias para el ser humano, por lo que este tendría que aquilatar (o valorar), el resultado o consecuencias de su acto de desobediencia.

Y es cierto, que quizás alguien podría reprobarnos (y seguro que alguno habrá) que para mantener nuestra afirmación, hayamos tenido que “retocar” un texto, aunque sea mínimamente…… pero no deja de ser menos cierto, que de entrada no tenemos la completa certeza que en el manuscrito original y escrito por Moisés, esa porción escritural y que hoy leemos en Gén. 2:9, se expresara en los términos que los distintos traductores nos han impuesto en la actualidad. Pero lo que sí ha quedado claro, es que con la pequeña corrección realizada, se ha demostrado que la idea transmitida a partir de ese momento por el pasaje en cuestión, se ajusta perfectamente a la idea que nos transmiten los distintos contextos envueltos en la cuestión…… y puesto que ya hemos dicho, que son estos los que determinan lo correcto o incorrecto de lo que determinado pasaje nos pueda transmitir y, dado que en este caso, nuestra leve corrección a armonizado correctamente el texto con sus respectivos contextos (según los argumentos expuestos), nuestra corrección resulta acertada. Porque repetimos: ¡no mandan los textos, sino sus contextos!...... y esos nos dan la razón a nosotros.

Corrección por otra parte, que no tiene más intención que la de ser un ejemplo gráfico que permitiera el hacer entender en que sentido, hay que interpretar la actual forma de transcribir el pasaje de Gén. 2:9, eso es, que la transcripción “y también el árbol de la vida en medio del jardín y el árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo”, de ninguna manera indicaría la existencia de “dos” árboles y como se nos pretende hacer creer en la versión Reina Valera Contemporánea mencionada, con la inclusión indebida del plural “estaban” en ese relato (e idea transmitida, que se da de bofetadas con los contextos mencionados)…… sino que la idea correcta tras esa frase tal como la leemos en la actualidad, es la de un solo árbol en el que estaban concitadas ambas condiciones. Y dicho lo cual, llegamos ya al cuarto de los puntos a analizar, para intentar reforzar, si cabe, nuestra posición en el sentido de que estaríamos hablando de un mismo árbol; porque veamos lo que Jehová le dijo a Adán y en donde encontramos un detalle muy significativo:

Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.”

Entonces queda claro que el Creador puso la restricción sobre el árbol del “conocimiento de lo bueno y lo malo” y que es considerado, por la inmensa mayoría de los autores religiosos, como el supuesto “segundo árbol” citado en Gén. 2:9 y que no era, siempre a tenor de dicho pasaje, el que estaba situado “en medio del jardín”, pues el que estaba situado en dicha posición y según el mismo texto indica, era el árbol “de la vida” y cuya utilización, no contemplaba castigo alguno.

Por lo tanto, veamos algunas cuestiones que se plantean al respecto: Eva le dijo a Satanás, que podían comer de todo árbol del jardín, excepto del que estaba en medio del jardín (Gén. 3:3), pues el hacerlo estaba castigado con la muerte…… pero por otra parte, el árbol que estaba en medio del jardín y del que ya hemos dicho que era de fácil identificación y cuyo uso no estaba restringido, era el árbol “de la vida” (Gén. 2:9); luego si la sentencia se cumplió, es porque ellos comieron del árbol prohibido y que Eva, recordemos, tenía perfectamente ubicado al situarlo en medio del jardín de Edén…… luego ese árbol tenía que ser necesariamente y como afirmamos nosotros, aparte del árbol “de la vida”, también el árbol del “conocimiento del bien y del mal” pues de lo contrario, no nos cuadran los números . Porque si la prohibición tenía que ver con el árbol del “conocimiento del bien y del mal” y ellos hubieran comido del árbol “de la vida”, eso es, del que estaba situado “en medio del jardín”, según Gén. 2:9 ¿por qué Jehová les castigó con la muerte por desobedecer su mandato, si realmente no lo habrían desobedecido, pues habrían comido del árbol “de la vida” y sobre el que no se les informó de restricción alguna?

Luego si la sentencia se hizo efectiva y de ello no hay ninguna duda (solo hay que ver cómo nos luce el pelo a sus descendientes)…… y Jehová no se equivoca, es porque desobedeciendo a Este, comieron del árbol del “conocimiento del bien y del mal”, en todo caso del árbol prohibido y que según la propia Eva (y que algo sabría del tema, habría que suponer), situó en medio del jardín (Gén. 3:3). Lo que nos llevaría de nuevo los argumentos ya formulados en párrafos anteriores, en el sentido que estaríamos hablando de un mismo árbol y en el que estarían contextualizadas las dos funciones mencionadas: el árbol “de la vida” por una parte y del “conocimiento del bien y del mal” por la otra y de lo que ya hemos dado el pertinente razonamiento.

Pero es que además y por aquello de “rizar el rizo”, está la cuestión que tiene que ver con la siguiente pregunta y que se impone como obligatoria, por lo lógico de la misma: ¿Qué necesidad habría de un árbol “de la vida”, en un lugar en dónde todo rebosaba vida y la muerte no existía? Porque no olvidemos que Adán fue hecho para vivir eternamente y privilegio que solo podía perder, si desobedecía a su Creador; por lo que queda claro que el mantener dicha vida no dependía del comer de tal o cual árbol (en este caso de algo parecido a un árbol “de la vida”) para mantenerla, pues ya la tenía en sí mismo desde su origen…… luego repetimos: ¿Qué pintaba” en dicho jardín, un árbol específicamente para sostener la vida, si la muerte dentro del mismo no se contemplaba? Porque recordemos que cuando Adán y Eva pecaron, de inmediato fueron expulsados de dicho jardín o paraíso, al exterior del mismo y en donde efectivamente, al cabo de cientos de años murieron…… y hasta aquí, parece que todo se va aclarando y tomando forma. Pero recuerden que ya les hemos dicho que en casa del pobre las alegrías suelen durar muy poco, pues aún no hemos empezado a saborear nuestro aparente “triunfo”, cuando ya nos aparece el primer obstáculo en las palabras que Jehová pronunció en el momento de ser expulsados Adán y Eva de ese entorno de ensueño…… ya otra cosa es que dijera precisamente estas palabras y algo que está por ver:

Y Jehová Dios pasó a decir: “Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo y ahora, para que no alargue la mano y efectivamente tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido...”. 23 Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo del cual había sido tomado. 24 De modo que expulsó al hombre y al este del jardín de Edén apostó los querubines y la hoja llameante de una espada que continuamente daba vueltas para guardar el camino al árbol de la vida.” (Gén. 3:22-24).

Luego si las cosas se desarrollaron así ¿en qué quedamos entonces, quizás se preguntarán ustedes?...... ¡toma! y nosotros también, por supuesto ¿o que se creen? Porque con esas palabras, tal parece que se nos va el “tenderete” a hacer puñetas, aunque o mucho nos equivocamos o aquí hay algo que no cuadra…… cierto es que no sabemos dónde, pero si sabemos que la Biblia no se contradice y de ser la cosa como la acabamos de leer, los contextos analizados fallarían estrepitosamente, a la vez que de forma contradictoria, cobraría mucho más sentido la pregunta formulada, porque veamos: si en un principio y como hemos dicho, Adán y Eva no necesitaban del citado árbol “de la vida” para continuar viviendo, pues ya la tenían en abundancia en sí mismos…… y para cuando fueron expulsados del paraíso, no se les permitió hacer uso del mismo ¿qué hacía entonces, o dicho en otras palabras, qué misión tenía dentro del contexto del jardín del Edén, el citado árbol “de la vida”?

Pero bueno, dicen los entendidos “que las cosas son como son y están como están” y por lo que les tenemos que confesar, que al menos por el momento no tenemos ni la más remota idea del significado de esas palabras de Jehová y que probablemente (y es una simple hipótesis) tendrían que ver con alguna idea profética mucho más profunda y generada por los acontecimientos ocurridos, pero que en este momento, repetimos, no alcanzamos a comprender; por lo que quizás en otra circunstancia más propicia y si conseguimos dar con la “tecla” (en este momento no sabemos ni por dónde anda el piano), nos liemos la manta en la cabeza y nos metamos en intentar desarrollarla. Pero de momento y para ir “haciendo boca”, ahí tienen ustedes nuestros argumentos en el sentido que solo había un árbol de referencia en el jardín de Edén, para que los analicen debidamente y saquen sus propias conclusiones…… y si les parece que en algo nos hemos equivocado, les estaríamos muy agradecidos si nos lo comunicaran. Y les repetimos una vez más, que en el tema desarrollado en este escrito, probablemente no estaríamos hablando de una cuestión clave para el entendimiento general del texto escritural, sino de algo más bien intrascendente y casi, si mucho nos apuran, rayando en la simple curiosidad; pero con todo, no nos negarán que el aprender de nuestro Creador y ahí está el “marrón” que se nos acaba de plantear, para demostrarlo…… es sencillamente apasionante ¿o no lo cree usted así?

MABEL

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