miércoles, 15 de enero de 2014
¿Y qué opina usted, acerca del “rapto” o “arrebatamiento de la Iglesia”?
Y es que uno de los conceptos más disparatados que existen en el campo de las creencias religiosas, es aquel que se conoce como el “rapto” o “arrebatamiento de la Iglesia” y en el bien entendido que se entiende como “iglesia”, a todas aquellas personas que por el mero hecho de haber sido bautizadas (estaríamos hablando del mundo de la llamada “cristiandad”), afirman haber adquirido ya la condición de “salvos” y en consecuencia, el derecho de poder reinar al lado de Jesucristo durante el milenio; extraña “enseñanza” por otra parte, seguida por millones de personas en todo el mundo cristiano y que además se predica en tres versiones distintas, cuando la sorprendente realidad es que nada siquiera parecido a dicha proposición se nos plantea en la Escrituras. Porque siendo cierto que contamos con estas y que deberían ser puerto de partida y de llegada para cualquier predicción que nos aventuráramos proponer, no es menos cierto el “cacao” montado a su alrededor y que ha llevado a la total división de la “cristiandad” en innumerables denominaciones religiosas y cada una con sus propias doctrinas, ritos, distintos cuerpos dirigentes y contraviniendo flagrantemente con ello, la admonición paulina al respecto:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
Bien, no queremos ni pensar y partiendo de esas palabras, lo que probablemente haría Pablo si hoy levantara la cabeza y tuviera cerca un “Kaláshnikov” al que echar mano, ante el panorama existente dentro de la cristiandad…… pero puesto que nos tememos que eso no viene a cuento en este momento, lo dejaremos para otro día. Por ello y ya entrando en el tema que nos ocupa, mencionaremos las distintas variantes de ese evento aún futuro conocido como el “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia” y que según estudios realizados por “expertos” en teología, se divide en tres tendencias: la primera de ellas y por mucho la más aceptada, es la conocida como “rapto pre-tribulacional” o a ocurrir antes de que inicie la profética semana 70 de Dan. 9:27 y que en cualquier caso estaríamos hablando de los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos y en donde se nos asegura que en ese período de tiempo tendrá lugar la llamada “gran tribulación” (Mat. 24:21). Y como se suele decir “la primera ya en la frente”, pues la venida de Cristo y momento en el que ocurre la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6), según todos los indicios ocurre justo “a la mitad” de esa semana profética mencionada y que para más inri, eso nos lo dicen precisamente los textos en los que se apoyan esos “genios” de la interpretación bíblica para señalar que “el rapto” ocurre antes de que inicien esos siete últimos años…… y en una clara manifestación de la supina ignorancia de esos señores acerca del contexto escritural.
Como segunda opción, tendríamos el llamado “rapto midi-tribulacional” o a ocurrir en el intermedio de la mencionada semana de Dan. 9:27 y colocando la “gran tribulación” en la segunda parte de dicho período de tiempo…… y siendo este el que más se acerca a “la vérité” (que diría un francés) si no fuera por lo del “rapto” como tal; quedando ya como tercera opción y denominada “rapto post-tribulación”, eso es, como evento final de dicha “gran tribulación” y que es la que menos adeptos tiene (de hecho no hay por dónde cogerla), al menos hasta donde nosotros hemos podido alcanzar. Excusamos explicar en detalle los intríngulis del término “rapto” o “arrebatamiento”, pues damos por sentado que todos aquellos que nos leen, están ya al tanto de ello y con lo que evitamos el extendernos en demasía en este escrito y dada la abundante información que de ello hay en Internet. Lo que sí podemos afirmar, es que dicha enseñanza tiene su inicio en 1.830 (luego menos de 200 años nos contemplan) por un “iluminado” de los muchos que aparecieron por esos años, llamado Edward Irving y de lo que hay mucha información en la Red; en resumidas cuentas y yendo a lo que nos interesa, que los apóstoles (entre ellos Pablo) no tenían ni puñetera idea de dicha ocurrencia, por lo que difícilmente Pablo puedo hablar de ello en los pasajes usados por esos “genios” de la interpretación bíblica, para sostener su afirmación de un “rapto” y en los términos que lo hacen…… por lo que están colocando en boca del apóstol mencionado, algo que este ni por asomo quería decir y como veremos a lo largo de esta consideración.
Pero continuando con lo que estábamos y para que no decaiga “la fiesta”, a esas tres opciones mencionadas, aquí estamos y como “la criada respondona”, los autores de este blog que negamos la mayor (probablemente seremos los únicos), eso es, que el “rapto” o “arrebatamiento” como tal no existe en las Escrituras y por lo que su mera mención ya es un puro desatino, además de que desde nuestro punto de vista (¡que quieren ustedes, somos así de “echaos palante”!) no existe actualmente sobre la tierra nada parecido a una “iglesia de Cristo” a la que raptar…… aunque ello no signifique que no vaya a ocurrir “algo gordo” en un futuro muy cercano. Y es que cuando hay tanto “movimiento” y al que nosotros también nos hemos sumado en un reciente artículo acerca de la profecía de la 70 semana de Daniel (Dan. 9:27), es fácil recordar aquél viejo refrán de que “cuando el rio suena, agua o piedra lleva”…… porque el hecho que destaca sobremanera y a pesar de ser muchas y variadas las hipótesis sobre lo que está por venir, es que hay una total unanimidad en el sentido de que sea lo que sea que ocurra o cómo ocurra, ello va a suceder de forma inmediata.
Porque algo que es innegable, es el “alboroto” existente en estos últimos tiempos dentro de la mayoría de denominaciones religiosas de la llamada “cristiandad”, pues en un general toque de arrebato para sus respectivas feligresías en el sentido de que ya es prácticamente inmediato el momento del “arrebatamiento de la iglesia”, o de los llamados “nacidos de nuevo” de entre dichas organizaciones y con ello alertar al “personal”, se han publicado numerosos videos en YouTube de clérigos, pastores, ancianos, predicadores o como quiera que tengan a bien llamarse esos señores, exhortando a la grey a una línea de conducta apropiada para con Dios y no ser, en ese crítico momento y como ellos dicen, “dejados atrás” (quizás sepan que hay una película con ese título) en dicho “arrebatamiento” y lo que significaría que esas personas no han sido consideradas dignas de ser llevadas al cielo a la presencia de Dios y de Su Hijo Jesucristo. Y con ello, viéndose abocadas a tener que enfrentar los últimos y terroríficos siete años de la “gran tribulación” y en la que la tierra se verá azotada por todos los males del averno y alguno más (ya por poner, que no quede), o lo que es lo mismo, los eventos más desastrosos que jamás haya enfrentado la humanidad…… y ahí estaríamos metidos en el que se considera como arrebatamiento “pre-tribulacional” y como hemos señalado, el más aceptado por las numerosas iglesias de las cristiandad; pero veamos que nos explican que supuestamente ocurrirá cuando dicho “arrebatamiento” como tal, acontezca.
Según nos cuentan los “esforzados” defensores del citado acontecimiento, dentro de poco y por sorpresa, “millones” de personas serán literalmente volatizadas y desaparecerán de nuestro entorno, evento que ya en sí mismo causará un caos espantoso sobre la tierra, pues conductores de automóviles en nuestras autopistas, pilotos de aviones en nuestros cielos, médicos en plena intervención quirúrgica en nuestros hospitales, conductores de ferrocarriles o metro en el ejercicio de sus funciones y todos los etc. que quieran ustedes añadirle, desaparecerán instantáneamente y creándose con ello el lógico caos que colapsará momentáneamente el planeta: carreteras cortadas por innumerables accidentes de tráfico, aviones cayendo literalmente del cielo por falta de pilotos, hospitales colapsados por falta de personal…… y vayan sumándolo a ello, entre otras cosas, la natural estupefacción de familias en donde uno o varios de sus miembros desaparezcan de improviso; en todo caso, devastadora situación que nos introducirá y por aquello de acabar de “arreglar las cosas”, en los siete años de “gran tribulación” en que será destruida la humanidad desobediente (siempre, según esos forofos del “pre-tribulacionismo”).
Al final de esos siete años y satisfecha ya la justicia de Dios, esos cientos de millones de personas que fueron arrebatadas ya en cuerpos inmortales (eso es lo que nos cuentan esos “genios” de la interpretación bíblica), descenderán de nuevo a la tierra con Jesucristo al frente, para reinar junto a él en la misma por los siglos de los siglos…… y así es, como más o menos se nos escenifica dicha situación. Y eso está tan cercano en el tiempo, según esos señores, que incluso para algunos de ellos ya tendría que haber sucedido; porque uno de los videos a los que accedimos, estaba grabado por un señor que afirmaba de forma repetitiva y vehemente que Dios le estaba “soplando” información al respecto para que oficialmente anunciara dicho “rapto” para el pasado mes de Diciembre…… sí, sí, tal como lo leen. Por lo que no queremos pensar en que a estas horas dicho caballero ya se haya cortado las venas, ahorcado en el “ficus” de su jardín o arrojado a la vía del tren; porque no nos negarán que el “numerito” raya en el esperpento y que si su familia aún no le ha echado de casa, no se preocupen ustedes que la cosa tiene que estar al caer.
Pero no se crean que aquí acaba todo, pues por ahí tenemos suelto a otro “genio” de la exégisis bíblica, que nos asegura que el “rapto” se producirá antes del 2.018 y siendo el personaje en cuestión, el ínclito Sr. David Diamond y más conocido como el “predicador del gorrito” (la Kipá judía), que con extremado fervor y entusiasmo digno de mejor causa, se prodiga en anunciar el “rapto de la iglesia” y en los mismos términos que el resto de esforzados “entendidos”: millones de personas y de manera instantánea, desaparecerán a nuestro alrededor, sembrando el caos y la confusión en el planeta y adquirirán cuerpos inmortales para al término de los siete años de “bofetadas” aquí en la tierra, descender junto a Cristo y empezar a reinar con él, como ya hemos mencionado.
Otro que tal baila, el llamado Pastor Dawlin A. Ureña, destacado personaje dominicano y gestor de la página antesdelfin.com también se posiciona en la misma tesitura que los anteriores y señalando además, el hecho de que nada tiene que ver el arrebatamiento como tal y que sucede antes de la “gran tribulación” (para el caballero en cuestión, también los siete últimos años de la profecía de Dan. 9:27), con la segunda venida de Jesucristo y que coloca para el mismo final de dicha cantidad de años, eso es, siete años de diferencia entre un hecho y el otro. Por lo que al igual que los dos anteriores y con ellos, la inmensa mayoría de los que se postulan como “pastores”, “predicadores”, “clérigos” o “ancianos” y que defienden la disparatada idea del “arrebatamiento”, dicho caballero no es más que un “mandangas” que no tiene ni la más remota idea de lo que está hablando…… y por si creen “exageradilla” nuestra afirmación, cojan una Biblia y contrasten con ella lo que dice el “artista” en cuestión en una de sus prédicas, en este link en el que aparece y en el que no caben más disparates por palmo cuadrado.
Y así, suma y sigue, en la mayoría de predicadores que sostienen esta incomprensible teoría de un “rapto pre- tribulacional” (casi todos), del que nada se nos habla en la Biblia y en el que nos centraremos, pues si bien difieren en el tiempo de ocurrencia, los otros dos van por el mismo camino…… luego si desbaratamos el uno, se desbaratan los otros dos; dicho lo cual, veamos sobre qué argumentos bíblicos se sostiene dicho planteamiento y que se reduce a tres únicos pasajes escriturales, mal interpretados y peor aplicados, siendo el primero de ellos el de Mat. 24:40-41:
“Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado; 41 dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada.”
Ahora bien ¿se estaba refiriendo Jesús en este pasaje, a algo parecido a un “rapto” en los términos que se nos están planteando? Obviamente no, pues si hacemos un poco de memoria, recordaremos que esas palabras se encuentran en el contexto de la “parábola de la higuera” y de lo que ya hemos hablado no hace mucho, en donde el punto focal era que no pasaría determinada “generación” sin que ocurrieran todas las cosas que Jesús profetizó (v. 32-35); a continuación y en los versos 36-39, éste compara los sucesos por venir a los tiempos de Noé, al decir “porque así como era en los días de Noé, así será en la presencia del Hijo del hombre”…… y a menos que nosotros estemos mal informados, en aquel tiempo no hubo nada parecido a un “rapto” y que llevara gente al cielo a estar con Dios, hasta que pasara “el guirigay” montado aquí en la tierra. Luego de lo que se nos estaría hablando los versículos 40-41 citados, siempre desde la lógica y el sentido común que nos impone el contexto escritural, sería sencillamente de una futura destrucción “selectiva” y no de una “indiscriminada” que arramblara con todo. Y que como fue en el tiempo de Noé, dicha selección dependió de la personal actitud de cada uno frente a la advertencia recibida por Dios en su intención de arruinar la tierra con un diluvio global (Gén. 6:17) y que es lo que realmente ocurrió: los que tuvieron en cuenta la advertencia dada por Jehová, fueron protegidos por Este del mayor cataclismo ocurrido en esta misma tierra y sin necesidad de sacarlos de ella para preservar su vida, mientras que aquellos que, incrédulos, “no hicieron caso” (v. 39) de dicha advertencia divina, fueron barridos por las aguas del diluvio y sus vidas destruidas para siempre…… y eso es lo que se nos quiere decir que ocurrirá en el futuro juicio de Dios (Sof. 1:14-18). Entonces queda claro que ese pasaje transcrito de Mat. 24:40-41, para nada nos transmite la idea de un “arrebatamiento” como tal y que pudiera asemejar estos tiempos presentes con aquellos perdidos en el baúl de los recuerdos y en los que no ocurrió nada de eso; pero veamos a continuación, los otros dos pasajes señalados y ya de más enjundia, en el que se apoya tan disparatada idea del “rapto”:
1 Cor. 15:50-54: “Sin embargo, esto digo, hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción. 51 ¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad.”
El hecho de este cambio de condición de mortal a inmortal, tiene que ver con lo que leemos en el verso 50 en el sentido que la incorrupción no puede heredar el reino de Dios y razón por la que los partidarios del “rapto” afirman, que en el momento del acto físico del “arrebatamiento”, ya los cuerpos son transformados en inmortales y lo que les permite el reinar con Cristo en su vuelta al final del milenio; pero aspecto que no cuadra con las Escrituras, pues recordemos que lo que nos dicen esos defensores de la teoría del arrebatamiento, es que serán “millones” las personas arrebatadas al cielo ya en cuerpos inmortales y lo que lógicamente significaría, que también serían “millones” y según su lógica, las que reinarán con Cristo sobre la tierra durante el período milenario…… cuando resulta que lo que leemos en el texto sagrado y concretamente en Rev.14:1-4, es esto:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes (a modo de sello que denota pertenencia) el nombre de él y el nombre de su Padre. 2 (……) 3 Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar (o aprender, según versiones) aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.” (Acotaciones nuestras).
Recordemos que en Rev. 7:4 se nos habla de que el “sello” de pertenencia a Dios, se impone solo a 144.000 personas y en claro contraste con la “gran muchedumbre” incontable del verso 9 y que no tenían dicha “marca” identificadora. Luego de lo que se nos está hablando aquí y como colaboradores con Cristo en la gobernanza del reino de Dios, es de únicamente 144.000 individuos y no de “millones” de personas que supuestamente habrán de ser “arrebatadas”; y que ello es como lo afirmamos, queda demostrado en el Sal. 2:5-6, en donde se lee lo siguiente, en palabras del propio Creador, Jehová Dios:
“En aquel tiempo (en referencia a nuestros días) les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. (Acotación nuestra).
Por tanto, lo que al envejecido Juan le fue mostrado en una visión y para que nos lo contara a nosotros, fue el cumplimiento de dichas proféticas palabras, eso es, a Jesucristo ya entronizado sobre el Monte Sión y ejerciendo como rey delegado de Dios (1 Cró. 29:23) …… y si a Juan solo se le mostraron como acompañantes al lado del Hijo de Dios en ese regir a 144.000 individuos (Rev. 14:1), es porque solo esa cantidad es la que reinará con él en el gobierno del reino de Dios, pues la visión muestra a un gobierno ya ejerciendo. Pero dicho esto, dejemos temporalmente lo que tiene que ver con ese pasaje de 1 Cor. 15:50-54 del que hemos empezado investigando y vayamos a lo registrado en el de 1 Tes. 4:15-17, tercera pata en la que supuestamente se soporta la disparatada teoría del “rapto”, pero que sorprendentemente y aunque parezca imposible de creer, lo que hace es avalar el planteamiento que nosotros les acabamos de exponer, en el sentido de que solo unos pocos reinarán al lado de Cristo y lo que por sí solo, ya contradice dicha teoría del “rapto” en el aspecto de que “millones” serán arrebatados y hechos inmortales, para posteriormente reinar con Cristo durante el milenio…… y no olvidemos, que este es el aspecto fundamental del “rapto” o “arrebatamiento” en cuestión:
“Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y, los que están muertos en unión con Cristo, se levantarán primero. 17 Después (eso es, después de que se haya producido la “primera” resurrección) nosotros los vivientes que sobrevivamos (o aquellos que esten vivos en la segunda venida de Cristo) seremos arrebatados, juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (Acotaciones nuestras).
Por lo que tenemos que, 1º, recordar que se nos ha contado que el acto del “arrebatamiento” tiene que ver con personas vivas y, 2º, que el mismo y según se muestra claramente en el pasaje citado, se produce a continuación de que “los que murieron en Cristo” hayan sido levantados en lo que se conoce como la “primera” resurrección…… por lo que de nuevo esos teóricos del “rapto” violentan el registro escritural, pues esto es lo que leemos acerca de dicha “primera” resurrección:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no sobre aquellos que no participan de la misma) la muerte segunda no tiene autoridad (eso es lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotaciones nuestras).
Entonces lo que queda claro de este pasaje, es que solo aquellos que tomen parte de esa “primera” resurrección, son los que reciben la inmortalidad, pues claramente se nos dice que es “sobre estos” que la muerte segunda no tiene “autoridad”; pero también se nos dice, por otra parte, que solo esos que participan de esa “resurrección”, son los que reinarán con Jesucristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… luego ¿qué hacemos y según esos “genios”, con aquellos “millones” de personas “arrebatadas” mientras aún estaban vivas y por lo que ya no pueden cumplir con el requisito exigido en ese pasaje, eso es, de participar de esa “resurrección” temprana para adquirir la inmortalidad y el derecho de reinar con Cristo? Porque lo que es obvio, es que eso de que reciben cuerpos inmortales en el momento de ser raptados, no es más que un disparate como un piano, pues está claro del texto transcrito que solo reciben la inmortalidad “estos” que se levantan en dicha “primera” resurrección; bien, visto lo visto y teniendo en cuenta que la Biblia no se contradice, tenemos que concordar en que esos dos pasajes analizados (1 Cor. 15:50-54 y 1 Tes. 4:15-17) tampoco nos hablan de nada que siquiera tenga una mínima relación con al famoso “arrebatamiento” que se nos quiere “vender” y en el que, sorprendentemente, creen millones de personas. Ahora bien, recordarán que les hemos dicho hace un momento que “temporalmente” dejábamos el pasaje de 1 Cor. 15:50-54, pero que retomamos a continuación, pues en el mismo se dice algo que tal parecería dar la razón a los defensores de la “enseñanza” del arrebatamiento y siempre que se analice sin una correcta perspectiva contextual, que encontramos en los versículos 51-52, en donde en la inmensa mayoría de las traducciones bíblicas a nuestro alcance, se puede leer lo siguiente:
“Presten atención, que les voy a contar un misterio: No todos moriremos, pero todos seremos transformados 52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Pues la trompeta sonará y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.” (RVC).
Es cierto que la RV 1960 y la LBLA, sustituyen dicho término por el de “no todos dormiremos”, pero con una acotación a pie de página en la que se nos aclara que en el texto original refleja la expresión “moriremos” y lo que bien podría dar cierta verosimilitud a la teoría del rapto…… pero eso es totalmente imposible a tenor del contexto escritural, por mucho que se encuentre un pasaje vertido en esos términos en todas las traducciones bíblicas, pues como dice el apóstol Pablo “¡Sea Dios hallado veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso!”. Partamos de la base que el punto dominante de la teoría del “rapto” o “arrebatamiento” tiene que ver con el que los “millones” que son “arrebatados” lo son estando con vida, que verán sus cuerpos vestidos de inmortalidad y que, al cabo de los siete años, volverán a esta tierra y reinarán con Cristo en el milenio…… sin embargo, acabamos de leer en Rev. 20:6 que solo acceden a la inmortalidad y a esa gobernación con Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, aquellos que participan de una resurrección (la primera) y algo que es imposible para una persona que no ha muerto, como es en el caso que nos ocupa ya que, repetimos, el “arrebatamiento” se lleva a cabo con personas que aún no han experimentado la muerte en el momento de ser arrebatadas; pero veamos otro aspecto de la cuestión y que reafirma nuestro punto de vista, que encontramos en una palabras del propio Jesucristo:
Rev. 2:10: “……. pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida.”
Luego queda claro que la “corona de la vida” y como otra manera de definir bíblicamente la “inmortalidad”, solo se consigue dando la vida (en este caso mortal) que uno posee mientras está en tránsito por este mundo.
Rev. 3:21: “Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono (en calidad de co-gobernante), así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.”
A tenor de estas palabras, queda claro que para poder acceder a gobernar con Cristo en el reino, uno no solo tiene que experimentar la muerte, sino además una muerte de sacrificio como la del propio Hijo de Dios, porque ¿cómo venció Jesús, sino guardando integridad hasta la misma muerte? Así parece haberlo entendido el apóstol Pablo, pues en su momento dijo estas palabras y según la versión TLA:
“Por eso, lo único que deseo es conocer a Cristo; es decir: sentir el poder de su resurrección, sufrir como él sufrió y aun morir como él murió, 11 ¡y espero que Dios me conceda resucitar de los muertos!”. (Fil. 3:10-11).
Que esto es así, que para acceder a la gobernación del reino en calidad de inmortal rey y sacerdote hay que experimentar la muerte en sacrificio, queda probado si razonamos lo que se nos dice en el libro de Apocalipsis; veamos en primer lugar y según la visión que le fue mostrada al envejecido apóstol Juan, cual es el requisito fundamental exigido para sentarse en un trono al lado del Hijo de Dios y que está en línea con lo que acabamos de afirmar:
Rev. 20:4: “Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (eso es, asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios; y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación nuestra).
Veamos ahora, confirmación adicional a estas palabras, con lo que se le muestra a Juan que ocurre en el momento de ser abierto el quinto de los siete sellos del “rollo” que le es entregado al Hijo de Dios (Rev. 5:1):
Rev. 6:9-11: “Cuando el Cordero rompió el quinto sello, vi debajo del altar a las almas de los que habían sido asesinados por anunciar el mensaje de Dios. 10 Decían con fuerte voz: “Dios todopoderoso, tú eres santo y siempre dices la verdad. ¿Cuándo te vengarás de los que nos mataron? ¿Cuándo los castigarás? (luego estaríamos hablando de personas que no murieron de muerte natural)”.11 Entonces Dios les dio ropas blancas, y les dijo que debían esperar un poco más, porque aún no habían muerto (o según versiones “se tenía que completar el número de…”) todos los cristianos que debían morir como ellos (eso es, asesinados).” (TLA). (Acotaciones nuestras).
Entonces lo que se deduce de estas palabras, es que en un momento determinado de la historia, tiene que aparecer un pequeño “resto” de personajes enviados por Dios con grandes poderes y a la manera de los Juan, Pedro, Pablo, Felipe y tantos otros que vivieron en el primer siglo y prefigurados por los “dos testigos” de Rev. 11:3-6…… ahora bien ¿y para cuándo tiene que producirse dicha aparición? Recuerden que el “rollo” fijado con siete sellos contiene información que incluye los acontecimientos a ocurrir durante los últimos siete años del mundo como lo conocemos; por lo que teniendo en cuenta que todo indica que nos hallamos ya muy adelantado en los acontecimientos iniciales de la apertura del sexto sello, habría que entender que no está lejano en el tiempo el momento de dicha aparición…… pero en todo caso y volviendo a lo que nos interesa ahora, dejemos que sean las Escrituras las que nos expliquen, cuál es el fin que les aguarda a dichos personajes y enviados directamente por el Altísimo:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (luego se les envía para una comisión concreta y que se nos explica en el verso 3), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba (eso es, que sean enterrados).” (Rev. 11:7-9). (Acotaciones nuestras).
Por lo que dichos personajes pasan a formar parte de aquellos que las Escrituras identifican como “los muertos en Cristo”, eso es, que al igual que este y sus seguidores del primer siglo, han dado su vida en sacrificio defendiendo su integridad a Dios. Entonces y visto lo visto, queda claro que el contexto escritural contradice totalmente el pasaje citado de 1 Cor. 51-52, cuando en el mismo se nos dice “que no todos moriremos” en el caso de aquellos que tengan que reinar con Cristo y que es de lo que estamos tratando…… luego ¿cómo podemos entender esta aparente contradicción? Vamos a ver si somos capaces de explicarlo; habrán notado ustedes, que en la primera ocasión en que hemos citado de ese pasaje de 1 Cor. 15:50-54 y citado de la TNM de los TJ y la que mejor expresa dicha idea, en los versos 51-52 leíamos lo siguiente:
“¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados.”
Y para encontrarle el punto a la cosa, hay que tener en cuenta lo que Pablo dice en 1 Tes. 4:15, pues allí está haciendo referencia al “resto ungido” por aparecer y del que acabamos de hablar, que también tienen que ser muertos, pues de lo contrario no pueden participar de la “primera” resurrección mencionada y que es la que da la inmortalidad y el poder reinar con Cristo…… y esto es lo que Pablo nos dice:
“Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor (claramente se nos habla del “resto ungido” mencionado y en el que Pablo se incluye como “clase” y no como individuo que tenga que sobrevivir hasta ese momento) no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte.” (Acotación nuestra).
Ahora y partiendo de ahí, sí estamos en condiciones de entender el pasaje de 1 Cor. 15:51-52 que estábamos analizando, porque veamos: el que se nos diga que no todos “dormiremos en la muerte”, solo quiere dar a entender que a diferencia de los “ungidos” del primer siglo y que han tenido que pasar casi dos milenios en estado de espera o “durmiendo” en la “muerte” (Juan 11:11-13), a que llegara el momento de su resurrección y cuyos cuerpos físicos, obviamente, dejaron de existir al descomponerse y sus átomos constituyentes pasar a formar parte de los elementos de la tierra, no ocurre así con el “resto ungido” por aparecer y que son resucitados a los “tres días y medio” de su muerte y sin tiempo prácticamente para su descomposición…… luego no se puede decir de ellos que se hayan “dormido en la muerte” como sus antecesores; de ahí que Pablo diga en el verso 52 que “los muertos (los que llevan siglos muertos) serán levantados incorruptibles y nosotros (los que mueren en la segunda venida de Cristo) seremos cambiados”. Eso es, que esos cadáveres que no se han descompuesto y aún de estructura imperfecta o mortal y que acaban de ser asesinados por la “bestia salvaje que asciende del abismo”, es sobre los mismos cuerpos que Jehová actúa “transformando” o “cambiando” su estructura molecular (por decirlo de alguna manera) en el momento de devolverles la vida o resucitarlos y “en un abrir y cerrar de ojos”, eso es, tornándolos en cuerpos incorruptibles o inmortales. Luego mientras que a los primeros se les tiene que dotar de un nuevo cuerpo ya incorruptible, pues el original hace siglos que desapareció y ya no existe, a los segundos el mismo cuerpo les vale y de ahí que Pablo establezca la diferencia en el sentido de que, mientras los primeros son “levantados incorruptibles”, eso es, en cuerpos “nuevos”, los segundos son “cambiados” de condición en el mismo cuerpo…… échenle un poco de ingenio al asunto y sin perder de vista el contexto escritural, mediten la cosa y verán que más o menos el tema iría por ahí.
Pero lo sustancial y a modo de conclusión (en el bien entendido de que algo se nos habrá quedado en el “tintero”, pero la idea ahí está para que ustedes la maduren), es que todos esos puntos que hemos señalado en este escrito y sacados del contexto general de las Escrituras, no se dan en aquellos individuos que supuestamente y según se nos dice serán “arrebatados”…… por lo que solo se puede entender, que dicho contexto escritural no apoya en absoluto la idea de un “rapto” o “arrebatamiento” tal como este se nos ha planteado. En consecuencia, no podemos por menos que afirmar que estamos ante una disparatada teoría, soportada en tres pasajes en los que para nada se nos habla de algo parecido a un “rapto”, por tanto mal interpretados y peor aplicados, como ha quedado plenamente contrastado por todo el contexto escritural…... contexto escritural y dicho sea de paso, que esos “genios” en teología se ha pasado olímpicamente por el “forro de lo pantalones” Ahora bien, es “norma de la casa” que cuando se desbarata un planteamiento por esperpéntico y disparatado, como es el caso, dar uno alternativo que sea creíble (en este caso sobre lo que está por suceder en nuestros días) y por supuesto debidamente avalado por el registro bíblico, para que nuestros lectores puedan comparar y optar por el que más les “cuadre”…… y es que rebatir, solo por rebatir y no aportar propuesta alguna a cambio, como hacen algunos, no es más que pura ignorancia.
Por lo tanto, nosotros haremos nuestra particular aportación sustitutoria del planteamiento analizado…… pero eso ya será en el próximo escrito, dada la extensión de este ¡pero qué quieren ustedes, si el Altísimo no nos ha llamado por el camino de la sinopsis (en “cristiano”, resumen)! Por lo que y como se decía en un antiguo programa de televisión en España ¡permanezcan atentos a la pantalla, pues esto solo acaba de empezar!
MABEL
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