jueves, 27 de febrero de 2014

¡Y es que por no saber…… no sabe ni leer!


Vaya por delante, queridos lectores, que la imagen que acompaña a este escrito “no es lo que parece” y algo que entenderán a medida que vayan adelantando en la lectura del mismo; porque este artículo no tiene más intención que la de enseñar al “personal” cómo hacer para enfrentar a las innumerables “enseñanzas” impartidas por tanto “falso maestro” que pulula por este valle de lágrimas (1 Ped. 2:1) y a los que a todos les une el mismo común denominador: todos se creen ser “ungidos”, eso es, Hijos de Dios y por tanto, herederos del reino milenario junto a Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6); afirmación con la que ya nos ponen en antecedentes de que nos encontramos ante uno de tantos “fantasmas” sueltos por ahí y por lo que nada de lo que nos proponga tiene que ser creído, pues la realidad es que a día de hoy no existen sobre la tierra personas que ostenten dicha condición…… luego el que afirme ser depositario de la misma, no solo nos está mintiendo, sino que demuestra no tener ni puñetera idea de lo que nos dicen las Escrituras y por tanto, sin credibilidad alguna.

Y volviendo al titular de este escrito, digamos que eso le aplica al personaje del que les voy a hablar y máximo exponente de cualquier enseñanza falsa que circule por ahí, pues todo lo que dicho autor nos explica es falso (no dice la verdad ni cuando se le pregunta la hora), eso es, que no solo desconoce totalmente el contenido escritural, sino que ni siquiera es capaz de entender lo que lee del mismo, a la luz del contexto que envuelve dicho contenido; y como probablemente se habrán imaginado ustedes, estoy hablando del ínclito personaje que se identifica como Apologista Mario Olcese y que nos ha dado una prueba más que confirma lo que les estoy diciendo. Y digo una prueba más, porque ya hace unos pocos días publicó un video/artículo en donde nos explicaba, sorprendentemente, que el primer ser humano en conocer el nombre Jehová como tal fue Moisés; para ello usaba como apoyo el texto de Éxo. 3:15, en donde se lee lo siguiente:

Esto es lo que habrás de decir a los hijos de Israel: “Jehová el Dios de sus antepasados, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a ustedes”. Este es mi nombre hasta tiempo indefinido y este es la memoria de mí a generación tras generación.”

Basándose en dicho pasaje, el Sr. Olcese y como he señalado, ya interpreta que fue Moisés el primer ser humano en conocer el nombre divino Jehová o Yahveh (según versiones), pero olvidándose (o desconociendo en su ignorancia y que es lo más probable) que en las Escrituras se lee algo parecido a esto:

Gén. 4:1: “Ahora bien, Adán tuvo coito con Eva su esposa y ella quedó encinta. Con el tiempo ella dio a luz a Caín y dijo: “He producido un hombre con la ayuda de Jehová.”

Por lo que es solo obvio que Eva ya conocía el nombre divino, evidentemente a través de su esposo Adán; pero veamos ahora un hecho que se nos menciona en el registro sagrado y que ocurrió nada menos que unos 2.000 años antes de que naciera el “amigo” Moisés:

Gén. 4:26: “Y a Set también le nació un hijo y él procedió a llamarlo por nombre Enós. En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová.”

Pero no contento con esa “salida de pata de banco”, ese “caballero” nos remata la jugada diciéndonos que tampoco Abraham, ni Isaac ni Jacob conocían dicho nombre, cuando la realidad contextual nos muestra exactamente todo lo contrario, eso es, que dichos personajes sí lo conocían:

Gén. 12:8: “Más tarde (Abraham) se mudó de allí a la región montañosa, al este de Betel y asentó su tienda, con Betel al oeste y Hai al este. Entonces edificó allí un altar a Jehová y empezó a invocar el nombre de Jehová.” (Acotación mía).

Gén. 26:25: “Por consiguiente, él (Isaac) edificó allí un altar e invocó el nombre de Jehová y asentó allí su tienda; y los siervos de Isaac se pusieron a excavar un pozo allí.” (Acotación mía).

Probablemente concordará usted conmigo, querido lector, que es un “pelín” difícil el invocar un nombre que no se conoce en toda su dimensión; pero veamos lo ocurrido con Jacob:

Gén. 28:13; 16: “Y, ¡mire!, allí estaba Jehová apostado por encima de ella y procedió a decir: “Yo soy Jehová el Dios de Abrahán tu padre y el Dios de Isaac. La tierra sobre la cual estás acostado, a ti te la voy a dar y a tu descendencia (……). 16 Entonces Jacob despertó de su sueño y dijo: “Verdaderamente Jehová está en este lugar y yo mismo no lo sabía”.”

Luego es obvio que esos tres personajes también conocían el nombre Jehová, pues los dos primeros edificaron altares para invocar (adorar u ofrecer sacrificios) precisamente a dicho nombre y al tercero y por si quedaba duda alguna, es el propio Dios Altísimo el que se identifica ante él por nombre; por lo que es obvio que dichos personajes y contrario a lo que afirma ese “genio” de la teología al que estoy aludiendo, sí conocían el nombre del Dios verdadero…… y cuestión, que habiéndosela señalado en un artículo de respuesta al personaje en cuestión, aún es el momento en el que me tiene que aclarar algo al respecto y en una actitud que le es característica: cuando mete la pata y se le señala dicha circunstancia, como no sabe por dónde salirse y en una vergonzante actitud, no se da por enterado y se olvida del tema como si este no existiera, esperando que el tiempo pase y así el “personal” se olvide de ello.

Pero por aquello de que no hay dos sin tres, el personaje mencionado nos acaba de dar y como les he dicho, una muestra más de su total ignorancia en cuanto al registro escritural y que tiene que ver con su total incapacidad para leer con un mínimo de corrección, amén de su ignorancia en cuanto el contexto de aquello que lee y factor fundamental para una correcta comprensión del relato considerado; y es que en un nuevo video/artículo publicado en el que me voy a centrar (si lo visionan, empezarán a entender el porqué de la leyenda que acompaña a este escrito) y en donde objeta dos de mis planteamientos, lo inicia diciéndonos que en el Pentecostés de 33 E.C. el espíritu santo fue derramado sobre 120 personas y no solo sobre los apóstoles, para lo cual nos cita de Hech. 1:15 y en donde se lee lo siguiente:

Ahora bien, durante estos días Pedro se levantó en medio de los hermanos y dijo (la muchedumbre de personas era en conjunto como de ciento veinte)……”

Ese texto el Sr. Olcese y en el colmo de la ignorancia en materia escritural, amén de una grave deficiencia en entender aquello que lee, toma dicho pasaje como correlativo con Hech. 2:1-4 y en el que se lee como sigue:

Ahora bien, mientras estaba en progreso el día de la fiesta del Pentecostés, todos se hallaban juntos en el mismo lugar 2 y de repente ocurrió desde el cielo un ruido exactamente como el de una brisa impetuosa y fuerte y llenó toda la casa en la cual estaban sentados. 3 Y lenguas como de fuego se les hicieron visibles y fueron distribuidas en derredor y una se asentó sobre cada uno de ellos; 4 y todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.”

Como puede ver cualquiera que lea con cierta corrección, estamos hablando de dos momentos distintos en el tiempo; pero no obstante para no extenderme en demasía y para demostrarles a ustedes la capacidad “teológica” de dicho caballero y su “extremado dominio” del contexto escritural, me remito a un artículo que se publicó en este blog el 19/07/11 y en donde bajo el título 120 ungidos…… ¿o no?, se dejaba perfectamente claro y con todo lujo de detalles que eso no podía ser tal como nos lo presenta el Sr. Olcese, sino que solo 12 personas estaban reunidas en ese lugar y en ese preciso momento, por lo que fueron las únicas receptoras de dicho bautismo en espíritu santo …… decir lo contrario como hace el Sr. Olcese, no puede ser tomado más que como una muestra de su manifiesta incapacidad para entender lo que se lee en las Escrituras. Y si una persona ya parte de estos dos ejemplos de entendimiento bíblico que les he señalado, para objetar determinado planteamiento…… credibilidad, aquello que se dice credibilidad, no es que tenga demasiada; máxime cuando resulta que le tengo por ahí presentadas algunas cuestiones y a las que hasta el momento ha sido incapaz de darnos explicación alguna, como por ejemplo, las siguientes:

En primer lugar, su “enseñanza” en el sentido de que las personas que en un futuro conformarán la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14) y siendo que pasan con vida al reino de Dios, puedan participar en el gobierno de dicho reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, cuando el caso es que solo pueden adquirir dicha condición aquellos que participen de la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6 y algo que esos “sobrevivientes” no pueden hacer, pues como indica la propia expresión, resulta que no han muerto…… pero es que para más inri, es el propio Sr. Olcese el que nos afirma que según él entiende, esas personas no morirán durante la “gran tribulación” y lo que las incapacita para participar de resurrección alguna; luego nos tendría que explicar cómo “se come eso”.

En segundo lugar, que nos explique porqué sí Jehová ya tiene tantos “ungidos” sobre la tierra y siempre según se deduce de las “enseñanzas” del autor en cuestión (el mismo afirma ser uno de los tales) ¿qué necesidad tiene Este de enviar a más de ellos en un futuro inmediato, en la forma de un “pequeño resto” y que es lo que se infiere de Rev. 6:9-11 y 11:3? ¿O es que dichos pasajes no dicen lo que un servidor entiende que dicen?

Una tercera, tiene que ver con el porqué de la necesidad de ser “nombrados” príncipes sobre la tierra esos antepasados de Jesús mencionados en el Sal. 45:16 y que según el Sr. Olcese también tienen que reinar con él y en otra original “enseñanza”, si resulta que en Rev. 20:6 los que se levantan en esa “primera” resurrección que se nos menciona, ya lo hacen en calidad de inmortales reyes y sacerdotes y condición que solo se puede adquirir mediante el participar en ella; y es que si los citados antepasados de Jesús precisan de un nombramiento “posterior” a su resurrección y como es el caso (algo que no se nos dice de los 144.000 y que ya resucitan con una condición infinitamente superior a la de “príncipe”), ello solo puede significar que los Abrahán, Isaac, Daniel, David, etc., etc., no han participado de dicha “primera” resurrección…… sino de otra diferente ¿o no es eso lo que nos dice la lógica más elemental?

Sin embargo y en línea con lo dicho en el párrafo anterior, ese planteamiento nos genera una derivada, pues ¿cómo se puede explicar el tema de una “segunda” resurrección, no durante el milenio como sostenemos desde este blog y según se infiere del registro escritural, sino al final del mismo y según propone el Sr. Olcese, para juicio o destrucción eterna de los “injustos”, sin que ello se dé de bofetadas con el contexto escritural? Porque de ser así, entonces nos tendría que aclarar y si no es mucho pedir, en cuál resurrección se levantan esos antepasados de Jesús, siendo como hemos visto que no es en la “primera” y que tampoco puede ser en esa segunda propuesta por D. Mario, pues en lugar de ser destruidos se les concede un nombramiento como “príncipes” sobre la tierra (Sal. 45:16). Y lo cual, repito para énfasis, significa que no han participado de la “primera”, pero por otra parte tampoco participan de la segunda que D. Mario nos plantea para el final del milenio para “juicio” o destrucción eterna, pues en lugar de destrucción reciben nombramientos; lo que nos llevaría, forzosamente, a la existencia de una resurrección intermedia en la que a esos antepasados de Jesús sí se les pueda “nombrar” lo que sea, pero de la que nada se nos habla en las Escrituras (y por lo que nos encontraríamos ya con tres diferentes resurrecciones: una para aquellos que reinan con Cristo, otra para dar nombramientos a los antepasados de Jesús y otra al final del milenio, para destrucción de los “injustos”)…… entonces ¿cómo nos aclara este “guirigay” el Sr. Olcese? Eso es ¿en cuál resurrección participan esos personajes del AT?

Ya por último y para no “castigarle” más, resulta que dicho caballero aún tiene pendiente de responderme otra cuestión, esta sobre el tema de los 144.000 que tienen que reinar con Cristo y que ese “genio” de la teología nos dice que no es un número literal, sino que serán muchísimos más los que gobernarán con Jesucristo…… pero si ello es así ¿cómo se debe entender entonces, Rev. 14:1 a la luz del Sal. 2:5-6? Pero dicho lo cual (¡ya saben ustedes, la carne es débil y todas esas cosas!), no me resisto el mencionarles otro disparatado planteamiento de ese “genio” de la interpretación bíblica, en el que nos afirma que el malhechor arrepentido que murió al lado de Jesús, también estará con él en dicho gobierno del reino durante el milenio…… algo imposible a tenor de las palabras de Jesús en Juan 3:5 y en donde leemos lo siguiente:

Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”

Eso es, que a menos que uno hubiera recibido el bautismo de agua y el bautismo de espíritu santo, distintos totalmente el uno del otro, no se podía acceder al reino de Dios en calidad de inmortal rey y sacerdote…… estando el problema entonces, en que aun suponiendo y que ya es mucho suponer en el caso del delincuente en cuestión, que hubiera recibido el bautismo en agua (sus “andares” no parecen ir en esa dirección), no así el bautismo en espíritu santo, pues este solo pudo ser impartido por Jesús después de su resurrección y posterior ascenso a los cielos y no mientras estuvo con vida aquí en la tierra:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5).

Luego es del todo punto impensable que el citado malhechor pudiera reinar con Cristo en el milenio, pues no reunía los dos requisitos exigidos por Jesús en Juan 3:5; pero es que hay más, pues para reinar con Cristo se exigía un tercer requisito y del que tampoco era poseedor el personaje citado, porque veamos:

Y vi tronos; y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Rev. 20:4).

Entonces y a tenor de lo que hemos leído, los que acceden a la gobernación en el reino de Dios son aquellos que han sido “ejecutados con hacha”, eso es, asesinados por “el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” y algo que no se puede decir del personaje en cuestión; y ello confirmado por él mismo, pues estas fueron sus palabras dirigidas al otro malhechor que se burlaba de Jesús:

En respuesta, el otro le reprendió y dijo: “¿No temes tú a Dios de ninguna manera, ahora que estás en el mismo juicio? 41 Y nosotros, en verdad, justamente, porque estamos recibiendo de lleno lo que merecemos por las cosas que hicimos; pero este no ha hecho nada indebido.” (Luc. 23:40-41).

Todo considerado, queda claro que a la luz del contexto escritural y dicho sea coloquialmente, que “ni por el forro” puede ese personaje reinar con Cristo en el reino de Dios…… no obstante, eso es lo que el Sr. Olcese absurdamente defiende y violando con ello una máxima en el estudio de las Escrituras que nos dice que “un texto fuera de su contexto, no es más que un pretexto”; claro, partiendo de esos antecedentes que les he mencionado, que dicho personaje se meta a objetarme un planteamiento, la cosa ya adquiere tintes caricaturescos. Sin embargo, eso es lo que ha hecho en elreciente video/artículo del que les he mencionado y en el que me rebate en primer lugar, la idea expuesta en este blog en el sentido de que la observancia de la “conmemoración” o “memorial” establecido por Jesús en la última cena con sus apóstoles, aplicaba a aquellos que posteriormente recibieron la condición de Hijos de Dios, eso es, el bautismo en espíritu santo…… lo curioso es el cómo lo hace. En primer lugar y para ir “preparando” el terreno en un intento de desacreditarme, hace mención expresa a mi anterior condición de TJ y con lo que no hace más que agravar su situación, porque veamos: si resulta que un ex-TJ y supuestamente influenciado aún por las enseñanzas recibidas de estos, según afirma dicho “caballero”, es capaz de plantearle cuestiones como las que acabo de mencionar y a las que no puede dar respuesta (de haber podido responderlas, ya lo habría hecho), como mínimo se lo tendría que hacer mirar: ¡un ex-TJ le está dando “sopas con honda” y poniéndole en ridículo en cuanto a conocimiento bíblico! Pero volvamos a las dos objeciones que me plantea y que las presenta a partir de lo que digo en el cuarto párrafo empezando por el final del artículo en cuestión y sacando afirmaciones de su contexto, porque lo que yo digo en parte del mismo es lo siguiente:

En todo caso y sea como fuere, lo explicado hasta el momento no tiene más de lo que pudiera ser una simple anécdota, dado que en el momento actual no hay “ungidos” sobre la tierra y por lo tanto personas que tengan que observar el mandato de Jesús “sigan haciendo esto en memoria de mí”. Porque no podemos olvidar, que dicha observancia aplicaba solo a aquellos que mediante la acción del espíritu santo habían recibido la condición de Hijos de Dios; es cierto que cuando los apóstoles entraron en ese pacto con Jesús al participar del pan y del vino en la mencionada cena, aún no habían recibido el bautismo en espíritu santo que les otorgaría dicha condición…… pero no es menos cierto que 50 días después de la muerte de Jesús, solo sobre aquellos que habían participado en dicho pacto, fue derramado el bautismo en espíritu santo, eso es, en el pentecostés de 33 E.C. y declarados Hijos de Dios.”

Y lo que hace ese indocumentado, es poner el énfasis en el hecho de que ya aclaro que cuando los apóstoles participaron en dicho pacto, aún no eran “ungidos” y señalando (mezclando “churras con merinas”, como siempre suele hacer) que los TJ dicen que el pacto se formalizó con personas ya “ungidas”…… pero es que una cosa y como tantas veces llevo repitiendo, es lo que dicen esos señores y otra bien distinta es lo que yo digo, que solo hablo de aquello que está reflejado en las Escrituras y que, además en este caso y según reconoce dicho “caballero”, yo afirmo todo lo contrario de lo que dicen esos señores y lo cual desbarata la afirmación del Sr. Olcese en el sentido de que un servidor sigue enseñanzas “wachtowerianas”, pues repito, afirmo en este caso algo totalmente opuesto de lo que esos señores dicen. Pero es que además, lo que vemos es una total incapacidad de razonar con lógica y sentido común del personaje mencionado, en una clara demostración de no entender siquiera lo que lee; porque lo que yo digo es lo siguiente: solo aquellos que recibieran el bautismo en espíritu santo, podrían participar de dicha “conmemoración” o “memorial” y lo que de entrada, nos lleva a averiguar de qué estamos hablando con dichas expresiones; veamos:

Conmemoración: “Recuerdo de una persona o acontecimiento y ceremonia o celebración con que se recuerda.”

Memorial: “Acto que se hace para honrar la memoria de un personaje.”

Luego cuando los apóstoles estaban en ese momento celebrando el pacto para un reino con Jesús, no estaban celebrando en ese momento ningún memorial y por lo que yo en mis palabras no entro en contradicción como quiere dar a entender dicho indocumentado, sino que estaban participando del acto que posteriormente Jesús estableció como “memorial”, al decir aquello de “hagan esto en memoria de mí”. Lo que significaba que un año después, en el mismo día y hora en que se había producido dicho evento, este se tenía que repetir como recordatorio del mismo…… y solo podrían participar del mismo, aquellos que hubieran sido declarados Hijos de Dios y por tanto hermanos de Jesucristo, mediante el bautismo en espíritu santo y que empezó a ser derramado sobre los 53 días después de haber sido establecido dicho “memorial”; y que se tenía que empezar a celebrar dicha “conmemoración” diez meses y siete días después de celebrado dicho pacto, por lo que ninguna importancia tiene el que en ese momento los apóstoles aún no hubieran sido “ungidos”, dado que no estaban celebrando dicha observancia, sino el acto del que derivó, precisamente, dicha observancia. Por lo tanto, si alguno de aquellos apóstoles no hubiera recibido dicho bautismo en espíritu y para ejemplificar lo que yo pretendía señalar en mi escrito, no hubiera podido participar con otros en celebrar dicha “conmemoración”, eso es, un año después de los sucesos a los que yo me refiero.

Pero recordemos algo y que ya desde este blog se señaló en un artículo publicado el 26/01/12 y que con el título Desmitificando el término “ungido”, que el sentido primario de dicho término no tiene más connotación que el de ser uno “elegido”, “escogido” o “separado” con respecto de otros, para una comisión divina y siendo ya después en una ceremonia pública, que se procedía al acto ritual del ungimiento con aceite y posteriormente mediante el rito de la imposición de manos, para mostrar a la “concurrencia” que dicha persona había sido apartada para un servicio divino (el que fuera) y como ocurrió, por ejemplo, en el caso de David. Sin embargo y en el caso de los apóstoles fíjense que, curiosamente, nadie fue testigo visual de su ungimiento, sino que la gente se apercibió de ello por los hechos poderosos que a partir de ese momento les fue permitido llevar a cabo…… pero volviendo a donde estábamos, me permito señalar algo que, como siempre, el Sr. Olcese ignora totalmente y es que los apóstoles ya fueron reconocidos como Hijos de Dios, mucho antes de ser bautizados en espíritu santo y que lo único que se hizo en ese momento de ser derramado sobre ellos el espíritu santo, fue sencillamente el dotarles de los poderes consustanciales a dicha condición y a modo de “credencial” ante sus contemporáneos; pero veamos lo que el “teólogo” en cuestión ignora y que está contenido en unas palabras que dijo Jesús a María Magdalena momentos después de ser resucitado, eso es, tres días después de su muerte y por tanto, 50 antes de que fuera derramado el espíritu santo sobre los apóstoles:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).

Es obvio entonces, que en ese momento los apóstoles ya tenían la condición de Hijos de Dios (pues de lo contrario Jesucristo habría mentido) y que en mi opinión personal y, repito, no es más que una opinión, ello se produjo en el mismo momento en que entraron en pacto con Dios a través de Jesús, según se nos relata en Luc. 22:28-30 y sin necesidad alguna de derramamiento del espíritu santo; lo que ocurrió, fue que al cabo de 50 días de pronunciadas las palabras de Jesucristo, se hizo pública dicha circunstancia mediante las manifestaciones de poder que les fueron dadas e inherentes a la condición de Hijos de Dios. Por lo que el Sr. Olcese y antes de objetar algo, se tendría que documentar un poco más para no meter “la gamba” como ha hecho en este caso (y ya he perdido la cuenta) y algo a lo que nos tiene acostumbrados; pero no contento con eso, resulta que en el mismo artículo al que estoy respondiendo, afirma también que yo me equivoco al decir que solo los apóstoles podían transferir a otros la condición de Hijos de Dios y algo que ya no podían hacer aquellos que lo recibieron de ellos, cuando eso no lo digo yo sino que eso es lo que dicen las Escrituras cuando uno las lee correctamente y capacidad que no parece estar al alcance de dicho “genio” de la teología.

Y es que desde este blog, se ha mencionado muchas veces del capítulo ocho del libro de Hechos de los Apóstoles y en donde queda perfectamente reflejada la veracidad de mi planteamiento en el sentido de que solo estos podían impartir el bautismo en espíritu santo y a lo que el Sr. Olcese responde que ello no es así, pues según él afirma Pablo fue bautizado en espíritu santo por un desconocido discípulo de nombre Ananías y algo de lo que he hablado ampliamente en mi escrito titulado Una reflexión sobre Hech. 9:17…… y ¡hombre! yo ya asumo que ese “genio” de la interpretación bíblica no alcance a entender argumentos tan intrincados, dado que su mente no parece dar para más, pero como mínimo podría hacerse la siguiente reflexión: si según él y citando del ejemplo de Ananías, todos los discípulos de Jesús podían bautizar en espíritu santo y transmitir con ello la condición de Hijo de Dios, así como los poderes que dicha condición llevaba inherentes ¿por qué no lo pudo hacer un personaje tan poderoso como Felipe y que es exactamente lo que nos muestra el registro sagrado? (Hech. 8:4-17). Pues sencillamente porque eso solo lo podían hacer los apóstoles; pero veamos un dato que refuerza mi planteamiento y se nos da en las Escrituras, que tiene que ver con algo ocurrió en ese momento y que es muy revelador:

Ahora bien, cuando Simón vio que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el espíritu, les ofreció dinero 19 diciendo: “Denme a mí también esta autoridad, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba espíritu santo”.” (Hech. 8:18-19).

Luego la pregunta es ¿por qué el tal Simón no hizo esta oferta a Felipe y con el que le unía una estrecha relación, según el registro escrito y se la hizo a Pedro y Juan, que eran dos perfectos desconocidos para él? Pues porque Simón se dio cuenta que estos podían hacer algo que Felipe no podía hacer y siendo este como era, también un poderoso Hijo de Dios…… luego la pregunta es obvia: ¿si no lo podía hacer un poderoso personaje como Felipe, que expulsaba demonios, restauraba paralíticos, devolvía la vista a los ciegos, sanaba enfermos aquejados de cualquier dolencia y otras “minucias” por el estilo, cómo lo pudo hacer un personaje tan anónimo como el tal Ananías? Entiendo que eso es lo que nos tendría que responder el Sr. Olcese, antes de tirar la piedra y esconder la mano, eso es, decir que algo no es como un servidor lo plantea, pero sin dar una opción alternativa y que pueda ser enfrentada a lo que yo propongo…… porque no se trata solo de decir que lo que yo afirmo es incorrecto, sino de ofrecer una oferta alternativa bien fundada en las Escrituras y que es lo que se debe de hacer, cuando se rebate cualquier planteamiento.

Yo ya sé que dicho personaje no lo hará, porque no es más que un indocumentado dominado por un ego indomable, alimentado constantemente por un orgullo y una soberbia que le ciegan la mente; porque solo el mero hecho de que a los temas que he expuesto al inicio de este escrito no les haya podido dar respuesta (¡y no ha podido, que conste!), ya tendría que indicarle al Sr. Olcese que algo le falla en su formulación. Me permito recordarle y a modo de ejemplo de que yo no hablo por hablar, que tras dos años de duros enfrentamientos dialecticos, al final le obligué a retractarse de su famosa “enseñanza” de que “millones, miles de millones” gobernarían con Cristo en el milenio…… o sea y resumiendo: que un aprendiz ex-TJ, le está dando “sopas con honda” continuamente y lo que le relega en toda esta historia, a la simple condición de “monigote del pim, pam, pum” de esos que en las ferias hay que tumbar de un pelotazo; eso es, que cada vez que abre la boca le llueven los pelotazos por todos lados. Y todo esto que les estoy diciendo y por incidir en algo que ya he señalado en el primer párrafo de este escrito, solo será practico para usted que me lee si saca el debido provecho, eso es, si le coge el tranquillo a como hay que actuar para distinguir entre a una enseñanza verdadera y otra falsa: leer con mucha atención los textos bíblicos envueltos en el asunto, contrastarlos con otras versiones bíblicas y siempre a la luz de su contexto (tanto el más inmediato, como el general de las Escrituras) y luego el razonar con lógica y sentido común sobre lo que ha leído…… y a partir de ahí sacar las oportunas conclusiones. Solo así, se puede aprender de Jehová y se puede librar uno de la influencia engañosa de esperpentos como el personaje Apologista Mario Olcese…… y al que animo a que monte un video, dando respuesta a esas cuestiones que le planteo en este escrito ¡a que no es capaz, Sr. Olcese!

Armando López Golart

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