martes, 25 de marzo de 2014

La “prueba final”…… ¿cómo se la imagina usted?


Es más…… ¿le teme usted a dicha “prueba” y de la que se nos habla en Rev. 20:7-10? Y ello se comprendería, a tenor de lo que nos explican de esta cuestión los llamados “entendidos” y que se atribuyen doctos estudios en teología, pues sobre la misma dicen todo tipo de tropelía y mostrando con ello la tremenda ignorancia que les adorna en cuanto a la comprensión del contenido de las Escrituras, que es y como diría un castizo, “pa mear y no echar gota”. Porque no estamos hablando de unos simples “mercachifles” que de pronto aparezcan por ahí, soltando chorradas una tras otra, sino de personas que presumen de ser licenciadas en teología, supuestamente preparadas intelectualmente y que están al frente de reputadas organizaciones religiosas de la cristiandad, bien sean Adventistas, Evangélicos, Mormones, Testigos de Jehová, Bautistas, Pentecostales , etc., así como de organizaciones menores como la dirigida por el llamado Pastor Dawlin Ureña (otro que tal baila) de la República Dominicana.

Y es que para documentarnos un poco más sobre esto que están leyendo ahora, queridos amigos que nos siguen, nos dimos un “garbeo” por la red para ver qué se decía por ahí fuera acerca del asunto que nos llevábamos entre manos, visitando algunas páginas y videos en donde predicadores de las susodichas confesiones religiosas, así como “entendidos” en la materia y que supuestamente van por libre, analizando todo aquello que sobre el tema publicaban en sus respectivos artículos. Bien, el resultado ha sido que nos hemos quedado “a cuadros” (ergo “pasmaos”), al ver las barbaridades que son capaces de afirmar esos “intelectuales” y en un total desconocimiento de las Escrituras, que encima se las dan de “ungidos”, por tanto futuros reyes y sacerdotes al lado de Cristo durante el milenio y condición que afirman, es extensiva a todos aquellos que les escuchan y siguen…… o sea, disparate sobre disparate. Por lo que no se tomen como una pedantería por parte de los autores de este blog lo que vamos a decirles, pero es que al final nos tendremos que creer aquello en lo que algunos de nuestros lectores nos han insistido, en el sentido de que lo que nosotros publicamos es totalmente distinto a lo publicado en el resto de páginas de corte religioso existentes en la Red, eso es, que somos los únicos que parece ser transmitimos de las Escrituras lo que realmente estas intentan comunicarnos…… por lo que si ello es así (¡ya nos gustaría!), vamos a darles nuestra opinión acerca de la llamada “prueba” a la que será sometida la humanidad al término del periodo milenal y que a nuestro entender, va más allá de lo que se podría entender como una simple prueba; y que en cualquier caso, en las Escrituras se nos presenta de la siguiente manera:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los que seguirán a Satanás en su rebelión) es como la arena del mar (por lo numerosos). 9 Y avanzaron (los extraviados) sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró. 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Rev. 20:7-10). (Acotaciones nuestras).

Luego estaríamos hablando y resumiendo un poco la cosa, de una destrucción eterna de muchísimas personas y con lo que ello representa; y si tenemos en cuenta que dicha advertencia lleva ahí anunciada por casi 2.000 años y aún le faltan como mínimo 1.000 más para su cumplimiento, además de que todo parece indicar que los que serán extraviados serán más numerosos que aquellos que no se dejarán extraviar, la cosa como que no “pinta” demasiado bien y lo que podría atemorizar a más de uno de la “parroquia”…… pero la pregunta es la siguiente ¿es usted de los que creen que van a ser extraviados, o de aquellos que más bien al contrario, están convencidos de que van a permanecer fieles a Jehová? Si en su ánimo está el contarse entre estos últimos, no tiene de qué preocuparse y como comprobará si sigue leyendo; porque vamos a analizar la secuencia de los hechos que se producen a partir de ese pasaje transcrito, los cuales iremos desarrollando progresivamente y explicando cada una de ellos para mejor comprensión de la idea que pretendemos trasmitirles.

Pero antes de continuar, permítannos un inciso para señalarles algo que entendemos importante: para una correcta comprensión de lo que vamos a escribir, vamos a añadir una serie de enlaces que les llevarán a unos artículos publicados con anterioridad y que proporcionan explicaciones complementarias al tema que nos ocupa y que les facilitarán la correcta comprensión del mismo…… y por supuesto somos conscientes de que ello les resultará en un esfuerzo adicional. Pero piensen que el aprender de la Palabra de Dios exige de mucho esfuerzo y que no se consigue dicho objetivo solo por leer algún escrito porque nos “suene” bien, como podría ser en el caso de algunos que les gusta lo que leen porque les resulta novedoso y atractivo, pero no profundizan en ello y al rato ya se han olvidado de lo que han leído…… lo que les impide el acumular datos e información que con el tiempo les puedan ayudar a entender temas más complejos (Mat. 13:51-52). Dicho lo cual, metámonos “en harina” y entremos ya a ver que sucede a continuación de este aprisionamiento de Satanás, según como nos lo cuentan los versículos que siguen al pasaje mencionado, eso es, del 11 al 13 y en donde se nos muestra la puesta en marcha del reino de Dios y de ahí que se lea esto en el verso 11:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.”

Pausemos aquí, para señalar que es cierto que la inmensa mayoría de los “entendidos” actuales afirman que la aparición del mencionado “gran trono blanco” se produce al final del milenio y planteamiento que cambiaría radicalmente la lógica del contenido escritural, por lo que ya desde este blog demostramos en un artículo publicado el 29/01/12 que eso no puede ser así como se nos cuenta, de ninguna de las maneras; porque de lo que se nos está hablando en ese verso 11, es del momento en que Jesucristo toma el poder del reino (de sus acompañantes ya se nos ha hablado en el versículo 4 de este mismo capítulo 20) y algo que cuadraría, con lo que leemos en la profecía conocida como la de “las ovejas y las cabras”, que inicia así:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono.” (Mat. 25:31).

Teniendo esto claro, demos un nuevo paso y veamos que se nos dice ahora en los versículos 12-13:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados individualmente según sus hechos.”

Una vez ya establecido aquí en la tierra el gobierno que dirigirá los asuntos humanos durante mil años, vemos que a continuación da inicio el más grande y maravilloso suceso que jamás la humanidad haya contemplado: la resurrección de los muertos; y resurrección de la que ya nos habló, por ejemplo, el apóstol Pablo y cuyas palabras están registradas en Hech. 24:15:

“…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

Pero tema en el que hay fuerte polémica, pues esos “intelectuales” mencionados al inicio de este escrito, afirman sin lugar a duda alguna que en dicho pasaje se está hablando, no de una resurrección durante el milenio y en la que participan todos, “justos” e “injustos”, sino de dos resurrecciones distintas y separadas en el tiempo por mil años: la primera que se nos anuncia en Rev. 20:6 y en la que solo participan aquellos que tienen que reinar con Jesucristo en el reino de Dios (o sea, los “justos”) y por lo que, lógicamente, esta se produce antes del establecimiento de este; y una segunda resurrección que supuestamente se produce al final del milenio para los “injustos”, para ser juzgados y destruidos eternamente…… pero idea que ni por el forro se desprende del pasaje citado, ni de Dan. 12:2 que también hace referencia a dicha resurrección y que, además, no se sostiene cuando se contrasta con el contexto bíblico y algo que ya explicamos desde este blog, en un artículo publicado el 19/08/10. Porque, por ejemplo, lo que Jesús dijo acerca del tema y de donde Pablo se apoyó para sacar la conclusión expuesta en el pasaje mencionado de Hech. 24:15, fue esto:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos (no unos ahora y otros al cabo de mil años) los que están en las tumbas conmemorativas (o en el recuerdo de Jehová) oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas (“justos”) a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles (“injustos”) a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28-29). (Acotaciones nuestras).

Entonces queda claro que Jesús estaba señalando a una resurrección conjunta en la que se levantarían “justos” e “injustos” (para más información al respecto, pueden considerar nuestro artículo del 06/04/13) y en la que cada uno recibiría la porción que le correspondiera o, lo que es lo mismo, que estaríamos hablando de una sola resurrección y durante el período milenial, con dos retribuciones distintas; y siendo los “justos” personajes como los Abraham. Daniel, David, etc. etc. etc. y los “injustos”, aquellos que a lo largo de su vida y a diferencia de los anteriores, no conocieron a Jehová y no lo tuvieron como su Dios, pero a los que se les dará la oportunidad de conocerle y servirle durante el milenio. Que ello es así, queda claro cuando se profundiza en lo que se lee acerca de los sobrevivientes de la futura “gran tribulación” y que cuadra con el hecho de que la venidera gran predicación de Mat. 24:14, tiene que extenderse por “toda la tierra habitada”; pero veamos que se lee en Rev. 7:9-10, acerca de dichos sobrevivientes:

Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. 10 Y siguen clamando con voz fuerte y dicen: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono y al Cordero”.”

Luego si estas “buenas nuevas” de Mat. 24:14, se llevarán hasta el último rincón del globo y a gente que en su inmensa mayoría no conoce a su Creador, para darles la oportunidad de que puedan conocerlo y servirle y así poder sobrevivir a la citada “gran tribulación” y con ello preservar su vida (Rev. 7:14-15), solo es razonable pensar que a aquellos que murieron siglos antes y en la mismas condiciones de “injustos” que los mencionados, eso es, que tampoco conocieron a Jehová, también se les dé una igual oportunidad para poder recuperar la vida que el pecado les arrebató…… recordemos que es el propio Jehová Dios el que nos menciona que no tiene ningún deleite en la muerte del inicuo, sino en que este se arrepienta de su mala actitud y siga viviendo, para lo cual es necesario que se les dé una oportunidad:

Diles: “Tan ciertamente como que yo estoy vivo -es la expresión del Señor Soberano Jehová-, no me deleito en la muerte del inicuo, sino en que alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminos, pues, ¿por qué deberían morir, oh casa de Israel?”.” (Ezeq. 33:11).

Por lo que es obvio que Jehová Dios, extenderá también dicha oportunidad a esos “injustos” que se levantarán en la resurrección y dejará que sean ellos los que decidan, mediante su comportamiento durante el milenio, acerca de la calidad última de su resurrección: o bien para vida eterna, o bien para destrucción eterna. Aclarado este punto, sigamos con ese versículo 12 y que nos habla de la resurrección de los muertos a continuación de iniciado el milenio, en donde vemos que también se nos explica que “se abren rollos” y a los que hay que prestar muchísima atención, pues es en donde está la clave para no tener miedo a la “prueba final” de la suelta de Satanás, sino todo lo contrario; pero recordemos dicho pasaje y diseccionémoslo, para ver que realmente se nos explica en el mismo y algo que parece ser, los “teólogos” actuales no acaban de tener claro:

Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos.”

Porque dichos “entendidos” dicen que en esos “rollos” que se abren, están escritas las cosas que cada uno hizo en vida y que en función de ese registro, es por las que serán juzgados los “injustos” al final del milenio; y para lo que se apoyan en la última frase de dicho pasaje …… pero aquí se nos abren algunas incógnitas, porque entonces ¿qué sentido tendría, el que se abrieran los citados “rollos” al inicio del período milenial y como se sobreentiende del pasaje citado, si no serían usados hasta mil años después y en el bien entendido de que fuera cierta la propuesta de esos señores? Tengamos en cuenta también, que dichos “muertos” y los nuevos “rollos” aparecen en el contexto del establecimiento del “gran trono blanco” que ocupa Jesucristo, eso es, al inicio del milenio y no al final del mismo, lo que demuestra que al término de los mil años del reinado de Cristo no hay resurrección alguna y como nos aseguran esos “entendidos” actuales, sino una “prueba” a la que es sometida la humanidad entera, con la suelta de Satanás.

Pero es que además, en ese contexto y junto con los nuevos “rollos” mencionados, se nos señala que se abre otro, el “de la vida” y en el que no sabemos a quiénes se va a apuntar; porque si el planteamiento de dichos “intelectuales” fuera cierto, en el sentido de que los que participan de la “primera” resurrección, más los que sobreviven a la “gran tribulación” reinarán con Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (eso es lo que nos están proponiendo) y solo hay otra resurrección al final de los mil años para juicio y destrucción eterna de los “injustos” a partir de sus fechorías en vida y expuestas en los primeros “rollos”…… ¿para qué puñetas hace falta un “rollo de la vida”, si los primeros ya son inmortales y por lo que ya están por encima del bien y del mal, mientras que los segundos no pueden ser apuntados en él, pues resucitan al “final” del milenio y para destrucción eterna? Y ello, siempre partiendo de lo que nos proponen esos “genios” de la teología; pero como todo eso suena a disparate, solo cabe pensar que esos nuevos “rollos” tengan otro propósito y según explicamos nosotros en otro artículo publicado el 07/07/13 y por lo que no insistiremos de nuevo en el asunto; porque de lo que hablaremos ahora, es del vital contenido de esos “rollos” que se abren y que no pueden significar otra cosa más que nueva información, tendente a la edificación espiritual de los que entren a vivir en ese nuevo mundo.

Porque si bien y como a nuestro entender todo apunta, es cierto que cuando uno entre en el reino de Dios ya será dotado de un cuerpo físico perfecto, tanto si viene de la “gran tribulación”, como si lo hace desde la resurrección (ver nuestro artículo del 09/04/12), no es menos cierto que ello no ocurre así con la condición espiritual del “personal”; pues infinidad de los que se levantarán en la resurrección, de espiritualidad ¡pues lo que nosotros les digamos, oigan!, ya no conocerán a Jehová y se les tendrá que enseñar todo acerca de Este. Súmenle a ello y siendo cierto que aquellos que entren en dicho reino como sobrevivientes de la gran muchedumbre, lo consiguen porque “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”, eso es, han conocido el propósito redentor del Altísimo y han dado los pasos para beneficiarse del mismo (por lo que tendrán una sustancial ventaja sobre aquellos que resuciten y que no tuvieron relación alguna con el Altísimo en el plano espiritual), no es menos cierto que actualmente las personas estamos alejadísimas de Dios y que entraremos en el reino (los que lo hagan) con un aprobado más bien “raspadito” en cuanto a espiritualidad; lo que significa que para poder enfrentarnos con las artimañas de Satanás cuando este sea soltado y que es un elemento de mucho cuidado, necesitaremos haber acumulado durante esos mil años un tremendo caudal de información tendente a elevar nuestra espiritualidad a un grado óptimo suficiente, o de lo contrario no superará la mencionada “prueba” ni el “lucero del alba”…… y esa información es, precisamente, la que contienen esos nuevos “rollos” que se abrirán.

No pasemos por alto que cuando el ser humano haya alcanzado la perfección completa, eso es, el volver a la misma condición que tuvo Adán en un principio, será un ser poderosísimo (de hecho, Adán era un dios en el mundo de lo material) y al que Satanás no podrá enfrentar directamente, como no lo pudo hacer con nuestro primer padre ¡vamos, que ni siquiera lo intentó! Fijémonos que el hecho de que recurriera a la astucia y la mentira a través de la mujer Eva, ya nos indica que ese “pendón verbenero” sabía que con Adán tenía poco donde “rascar”; y así va a actuar de nuevo, para entrampar o extraviar al “personal”…… usando artes malignas y engañosas; ahora bien ¿a quienes va a entrampar? ¿Quiénes serán aquellos que se verán seducidos a seguirle en su nueva rebelión contra la Soberanía de Jehová Dios? Pues sencillamente, aquellos que hayan pasado por alto la importancia del contenido vivificador de esos nuevos “rollos” que serán abiertos en beneficio de quiénes aprecien las cosas de Jehová y se hayan dedicado a menesteres menos edificantes; pero pongamos un ejemplo práctico, para corroborar nuestro planteamiento sobre la finalidad de dichos “rollos”: todos aquellos que sobrevivan a la “gran tribulación” y entren al reino de Dios, sencillamente consiguen dicho objetivo porque habrán aprovechado al máximo la fuente de información espiritual que tenemos hoy día a nuestro alcance, eso es y a modo de simbólicos “rollos”, los distintos libros que conforman como un todo lo que hoy conocemos como La Biblia…… pero que esta llega hasta donde llega, en el cumplimiento de su propósito. Porque veamos y para apoyar este razonamiento, unas palabras del apóstol Pablo:

Por consiguiente, la Ley ha llegado a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo, para que se nos declarara justos debido a fe. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos bajo tutor (eso es, bajo dicha Ley).” (Gál. 3:24-25). (Acotación nuestra).

Y dado que la Ley ya dejó de ser el tutor mencionado, pues Cristo ya había aparecido, esta pasó a mejor vida, o sea, que cumplido ya su papel, en ese mismo momento fue abolida (Col. 2:14); algo parecido podríamos decir del NT y básicamente la Revelación y dicho sea a grosso modo para que se entienda la idea, que han sido la guía que a modo de “tutor” ha ayudado a muchas personas a enfrentar “las maquinaciones del diablo” (Gál. 6:10-13) por casi 2.000 años y que nos ha permitido a algunos de esta última generación, llegar con una buena posición espiritual hasta las mismas puertas del reino de Dios. Y por lo que cuando ya estemos dentro del mismo, la Biblia y cumplido su propósito, quedara obsoleta y precisándose desde ese mismo momento en adelante, información adicional adecuada a las nuevas circunstancias concurrentes y que nos capaciten para enfrentar el último desafío por venir…… y ahí es en dónde encajan los “nuevos rollos” para cumplir con dicho cometido.

Por ello que entendamos desde este blog, que la tan traída y llevada “prueba final” no es algo para temer, sino algo para desear…… sí, sí, tal como lo leen. Porque veamos: si usted, querido lector o lectora sigue este blog, es obvio que lo hace porque le interesan las cosas de Dios, pues aquí no hablamos de otro tema; y en el bien entendido que nuestra información se limita a textos bíblicos explicados, eso es, que no nos inventamos nada ni enseñamos nada, pues solo buscamos ayudar a hacer más entendibles los distintos pasajes considerados a la luz de sus contextos y ya a partir de ahí, que cada uno con su ejemplar de las Escrituras saque las oportunas conclusiones…… luego lo que en definitiva usted está haciendo en todo este proceso, es leer de la Palabra de Dios. Pero que en todo caso, usted se siente atraído por dicha Palabra de Dios y lo que muestra que usted y quien quiera que sea, está consciente de su necesidad espiritual y por lo que le aplican las palabras de Jesús en su llamado “sermón del monte”:

Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos.” (Mat. 5:3).

Por lo que cuando esté en ese nuevo mundo, lo razonable es que usted siga apreciando la sana información que se le vaya dando y ya directamente de una fuente divina, eso es, de parte de Dios mediante sus reyes y sacerdotes y a diferencia de lo que ocurre a día de hoy, con tanta información falsa promovida por el hombre; por lo que imagínese por un momento, lo “jugoso” que estará ese “alimento” espiritual que recibirá directamente de Jesucristo y sus hermanos y que progresivamente le irá acercando más y más a su Creador, sin nada ni nadie que le estorbe y no como ocurre ahora, que se nos “pincha” por tierra, mar y aire. Sin embargo y con la aparición de los resucitados, algo cambiará en el panorama, pues probablemente una inmensa mayoría y que no habrá vivido los momentos finales del mundo como lo conocemos, así como las generaciones que vayan apareciendo dentro de ese mundo de bonanza en el que se habrá convertido la tierra, se decantarán más por disfrutar de los beneficios materiales que se nos brindarán en ese paradisíaco mundo, que de aprovechar el contenido de los benéficos “nuevos rollos” y que nos prepararán para la “prueba” final; y con lo que no se quiere decir que ello signifique que dichas personas no tengan un buen comportamiento dentro de esa nueva sociedad…… lo que quiere decir, es que cuando sea soltado Satanás probablemente les pillará “el toro”, eso es, que se encontrarán con las defensas espirituales mal nutridas y lo que las convertirá en terreno abonado para dicho maléfico personaje.

Pero hemos dicho que ese es un momento para desear, no para temer, porque si uno es poderoso espiritualmente, eso es, que haya aprovechado bien el tiempo durante esos mil años para nutrirse adecuadamente, es muy posible que Satanás ni se le acerque (recuerde que no lo hizo con Adán), sino que como animal de presa, dirija toda su atención a aquellos que vea “cojear” y los devore, eso es, los “extravíe” con sus engañosas maquinaciones o artimañas. Luego nada que temer y mucho que desear que llegue dicho momento, cuando el tema se enfoca desde una óptica correcta y lo que implica, el ver la cuestión fundamental que subyace detrás de lo que siempre se ha planteado como la “prueba final”, cuando en realidad tendríamos que estar hablando de la gran oportunidad final. Y es que la humanidad yace sumida en el pecado, por la errada decisión que en su momento tomó Adán, cuando le fue dicho esto:

Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:16-17).

La pregunta es ¿por qué Adán desobedeció semejante mandato? Y aunque nos apartemos un poco del tema, lo creemos necesario pues es una pregunta interesantísima, porque nos pone sobre aviso de un error que nunca debemos cometer si queremos superar esa “prueba” final con éxito, porque veamos: en ese envite, Adán tenía todas las de ganar, pues Satanás no le podía tocar ni un pelo…… ni siquiera engañarle; de hecho, lo que leemos en 1 Tim. 2:14, es que “Adán no fue engañado”, sino que la mujer fue la engañada, luego ¿qué ocurrió? Pues que Adán sucumbió al engaño satánico por medio de la presión de su esposa, por una sencilla razón y que nada tenía que ver en que Satanás le pudiera entrampar él (pues de hecho no lo hizo), sino porque el primer hombre antepuso algo a su relación con Jehová: a Eva…… o sea, que Adán tuvo que decidir entre si obedecer a Jehová y perder a su esposa, pues él sabía que ésta había incurrido en un pecado que implicaba muerte, o por el contrario seguir a su esposa (en definitiva, a Satanás), carne de su carne (Gén. 2:23) y desobedecer a Jehová; desafortunadamente optó por lo segundo y así “nos luce el pelo” ahora. Y ese es el error que tenemos que evitar cometer, eso es, el permitir que algo, lo que sea y por muy querido que nos sea, se interponga entre nuestro Creador y nosotros; porque la realidad es la que es y a resultas del error de Adán, sus descendientes hemos cargado con “el mochuelo”…… luego y retomando el hilo de lo que decíamos, la finalidad última por la que Jehová pone ante nosotros la “prueba” mencionada, no es con la intención de probarnos ya que Él conoce el corazón de las personas y sabe perfectamente quiénes le son leales y quiénes no, sino para darnos la maravillosa oportunidad de decidir por nosotros mismos a quién queremos servir: si a Él, como escogió Jesús, o a Satanás, como escogió Adán.

Por eso los autores de este blog, no tememos ese momento en que supuestamente seremos probados, sino que deseamos que llegue ese momento y poder manifestar personalmente de una vez por todas, que deseamos vivir eternamente bajo la soberanía del Supremo Hacedor del Universo y todo lo que este contiene, Jehová Dios, porque le amamos y porque eso es lo que queremos: enfrentarnos a ese repugnante sujeto que es Satanás el Diablo y decirle directamente que nuestra porción está al lado de nuestro Creador, mientras que su porción es la destrucción eterna…… al hilo de esto, vean lo que Jehová dijo en su momento:

Esto es lo que ha dicho Jehová: “Los cielos son mi trono y la tierra es el escabel de mis pies.” (Isa. 66:1).

Y todos sabemos que un “escabel” no es más que una especie de banqueta en donde debido a la altura de un trono (Jehová nos habla en términos de percepción humana) apoya sus pies un rey y por lo que se podría entender que dicho “escabel”, forma parte del mismo. Ello nos permite decir, que simbólicamente dicho divino “escabel” estará conformado por los primeros seres humanos que decidieron y en uso de su libre albedrío, el apoyar, contra “tirios y troyanos”, la Soberanía del Creador de todo el Universo sobre su creación viviente, frente al maléfico resistidor Satanás el diablo. Y ese es un privilegio, queridos amigos que nos leen, que no queremos perdernos por nada de este mundo los autores de este blog, pues dicha gesta y cuando el ser humano se vaya expandiendo y poblando el universo (ver nuestro artículo del 07/07/11), será recordada por generaciones y recompensada por Jehová, al tenernos como el “escabel” de Sus pies. Es por esto por lo que afirmamos que no hay que temer ese momento de la llamada “prueba final”, sino que todo al contrario, lo que hay que desear es que llegue cuanto antes, pues el privilegio que devengará en aquellos que teniendo por bandera el amor hacia su Creador la superen, será infinito: ser por una eternidad y como ejemplo universal de lealtad a Este, el “escabel” sobre el que el Altísimo Soberano de todo el Universo, Jehová Dios, soportará o sustentará la “legalidad” de Su Soberanía sobre toda la creación material viviente.

Dicho lo cual, de nuevo le emplazamos a que coja su ejemplar de las Escrituras y compruebe si lo que nosotros le proponemos, se ajusta a lo que usted entiende de ellas acerca del tema expuesto; por lo que hecho este pequeño recordatorio, solo nos queda plantearle una pregunta…… ¿formará usted parte de dicho “escabel”?

MABEL

viernes, 21 de marzo de 2014

Pero…… ¿es cierto que todos alcanzamos la “salvación”?


¡Una vez salvo, siempre salvo!” ¿Les suena esa exclamación, queridos amigos que nos leen? De entrada (ustedes ya conocen como nos las gastamos en este blog), no deja de ser una más de las muchas “chorradas” que nos han querido “vender” las distintas denominaciones religiosas, obviamente de tendencia cristiana y que nos rodean por tierra, mar y aire y que se da de bofetadas, con lo que nos dicen las Escrituras…… aunque eso sí, con alguna matización por parte de algunas de ellas, como por ejemplo que ello será así, mientras uno mantenga una conducta acorde con las normas más elementales requeridas en el comportamiento cristiano y como no se entendería de otra manera; ahora bien ¿qué es eso a lo que llaman “salvación” y que según nos cuentan, está al alcance de “to quisqui” como diría un castizo?

En líneas generales, dicho término no significa otra cosa que la liberación de un peligro o de un sufrimiento, pues el sentido último de la expresión “salvado” no es otro que el que uno es liberado o protegido de determinado peligro; dicho vocablo, por otra parte, encierra también connotaciones de victoria, salud, o preservación de cualquier circunstancia adversa a la que uno se enfrente. Bíblicamente y que es el tema que nos interesa, se suelen usar los términos “salvado”, “salvo” o “salvación” para referirse a algo temporal, como cuando Moisés fue “salvado” (rescatado o sacado) de las aguas” (Éxo. 2:10) y que es lo que significa el nombre del personaje en cuestión; o en su defecto, como fue en el caso de la “salvación” del apóstol Pablo y que tenía que ver con su liberación de la prisión en la que estaba recluido (Fil. 1:19). Sin embargo, con más frecuencia la palabra “salvación” y fundamentalmente en el NT, se refiere a una eterna liberación de orden espiritual: por ejemplo, cuando Pablo le dijo al carcelero de Filipos lo que debía hacer para “ser salvo”, se estaba refiriendo al destino eterno de dicho personaje (Hech. 16:30-31)…… y ya extendiéndonos un poco más en la idea, vemos que Jesús pone en un mismo plano el “ser salvo” con la entrada al reino de Dios (Mat. 19:23-25). Lo que ocurre es que se ha hecho una mala interpretación de las palabras de Jesús, al ser sacado dicho pasaje de su contexto temporal y con lo que se está difundiendo una idea falsa para el común de los mortales, acerca de lo que realmente significa la “salvación” y a quiénes aplica…… porque en todo caso, cualquier ser humano de los muchos que han pululado durante siglos por la tierra ¿de qué es salvado? Vamos un texto clave para averiguarlo:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Podríamos resumir entonces la cuestión, diciendo que en la doctrina cristiana de la “salvación”, la humanidad en general es “salvada” de la “ira de Dios”, esto es, del juicio que Este ejecuta sobre el pecado (Rom. 5:9), porque el pecado es el que nos separó de Dios y la consecuencia de dicho alejamiento, fue la muerte (Gén. 2:17). Luego la “salvación” bíblica y merced al sacrificio de Jesús, se refiere básicamente a nuestra liberación de las consecuencias del pecado y que por lo tanto, implica la remisión de dicho pecado…… y en consecuencia, el ser liberado el ser humano de su eterna condena a muerte. Ello conllevará que cuando sea instaurado el reino de Dios aquí en la tierra (y ello está al caer), las personas que estén vivas en ese preciso momento entrarán en el mismo sin haber muerto (Rev. 7:14) y con la posibilidad de jamás experimentar dicha muerte; y en el caso de aquellos que a lo largo de la historia humana hayan muerto hasta ese entonces (excepto aquellos que han sido ejecutados por un juicio divino), se les devolverá a la vida (Hech. 24:15) y con la posibilidad de no volver a morir jamás.

Y hablamos de “posibilidad” en ambos casos y aquí está el meollo del asunto, porque si bien es cierto que por haber sido perdonados de su pecado por la sangre de Cristo, ya no se puede volver a morir como consecuencia del pecado adámico, no es menos cierto que sí se puede ver la muerte, al ser uno destruido debido a un castigo divino…… y circunstancia que hay que contemplarla muy seriamente, como algo muy factible. Porque fíjense cómo será la cosa, que ya se nos avisa con casi ¡3.000 años de antelación! (los aproximadamente 2.000 desde que se escribió la Revelación, más los 1.000 del reinado de Cristo), de que al final de dicho período milenial será soltado Satanás de su aprisionamiento y que de nuevo volverá a hacer “el burro”, promoviendo otra rebelión en contra del Dios Altísimo y en la que será seguido por muchísimas personas (Rev. 20:7-10)…… esos rebeldes serán destruidos eternamente mediante intervención divina (v. 9), mientras que los que hayan permanecido leales, continuarán viviendo eternamente. De ahí que en la actualidad y contrario a lo que se nos está diciendo por parte de toda esa patulea de “entendidos” que nos rodea, nadie pueda pensar en alcanzar la “salvación” definitiva que le permitiría vivir eternamente, hasta que no haya sido superada dicha prueba final y que tenemos (no lo olvidemos) a mil años vista como mínimo…… excepción hecha, eso sí, de unos pocos individuos y de los que hablaremos a continuación.

Porque eso que nosotros les hemos planteado es una cosa y lo que nos cuentan la mayoría de denominaciones cristianas, con sus respectivos “teólogos” al frente (amén de aquellos que van por libre), es otra muy distinta acerca de lo que realmente es la “salvación”; porque lo que nos cuentan y tomándose al pie de la letra los relatos del NT, es que cuando uno ejerce fe en Jesucristo y se bautiza, ya desde ese momento adquiere la “salvación” y se convierte en un “ungido” o Hijo de Dios. Condición que de mantenerla mediante una conducta apropiada, le llevará en un futuro a reinar con Cristo en el milenio en calidad de inmortal rey y sacerdote…… y eso no es lo que dice la Biblia: porque mientras uno puede ser “salvado” sin ser Hijo de Dios y por ello no poder heredar el reino en calidad de co-gobernante con Cristo (como ocurre con los sobrevivientes de la “gran tribulación” y que son “salvados” sencillamente de perecer en ella), no se puede, por definición, ser Hijo de Dios si no se es “salvo”. Es cierto que hemos dicho que Jesús relacionó la salvación con el participar en el reino de Dios, o que en muchas de las cartas paulinas se hace referencia a “los que somos salvados”, o “los que están siendo salvados”, o “los que han sido salvados” y frases por el estilo, todas relacionadas con el poder reinar con Cristo en el reino de Dios…… pero las cosas hay que colocarlas en su debido contexto y saber de qué, de cuándo y de quiénes estamos hablando. Porque cuando Jesús estuvo aquí a la tierra, fundamentalmente tenía dos objetivos a cumplir: dar su vida como rescate por la humanidad y localizar a aquellos que tenían que reinar con él en el reino de Dios, a tenor de la oferta que hizo a sus apóstoles:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).

Luego el pacto por “un reino” para ser gobernante en el mismo, no se hizo con toda la humanidad, ni siquiera con el numerosísimo resto de seguidores que tenía Jesús en ese momento, a los que podía haber aludido y no lo hizo, sino solo con aquellas personas que en ese momento estaban allí presentes y que no representaban a nadie (contrario a lo que afirman algunos “entendidos”), sino que se representaban a sí mismas y que aceptaron los términos de dicho pacto, mediante el participar del pan y beber del vino. Que dicho pacto tenía que ser extendido a otros y en una cantidad limitada, es obvio a tenor de lo que leemos en Juan 17:20:

Hago petición, no respecto a estos solamente (a los que en ese momento estaban con él), sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.” (Acotación nuestra).

Por lo que tendríamos que entender de esas palabras, que la petición de Jesús se circunscribía a sus apóstoles en ese momento y se extendería posteriormente, a aquellos que por la directa palabra o intervención de estos y que eran los únicos que les podían transmitir el “ungimiento” como Hijos de Dios, aceptarían las condiciones del pacto en cuestión y pasarían también a reinar con él durante su gobernación milenaria; en definitiva, que hasta dónde alcanzaran los apóstoles en su comisión y que concluyó en el momento de su muerte, hasta ahí llegaría la captación de miembros para ese gobierno de hechura celestial…… en todo caso, un número reducido de personas y que las Escrituras nos cuantifican en 144.000 individuos. No olvidemos, que la primera vez que se da el número concreto de aquellos que tenían que reinar con Cristo en el reino de Dios y que hasta ese momento era desconocido, es en Rev. 14:1 donde ya se nos los muestra en su posición de gobernantes:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él, ciento cuarenta y cuatro mil, que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.”

Pero pausemos un poco y analicemos este pasaje, pues muchos son los indoctos que afirman que dicha cantidad es simbólica y es “representativa” del total de “ungidos” o Hijos de Dios aparecidos a lo largo de la historia, eso es, desde Jesucristo hasta nuestros días y por lo que actualmente nos salen “ungidos” hasta de debajo de las piedras (algunos “iluminados” incluyen en el lote a los llamados “notables” del AT, eso es, a los Abraham, Moisés, Noé, Isaac, etec. etc. etc.). Que eso no puede ser así, tendría que quedar claro solo por lo leído en Juan 17:20; pero dado que la cosa parece que “no cuela” en las “preclaras mentes” de ese personal citado, intentémoslo con otro argumento: mientras que en Rev. 14:1, Juan y bajo inspiración divina nos dice que “vio” la citada cantidad, en Rev. 7:4 leemos que Juan “oyó” el número “de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil” y lo que ya tendría que despejar cualquier duda sobre la literalidad de dicha cifra. Porque si las Escrituras nos dicen que al bueno de Juan, se le dio dicho número por dos veces, de viva voz primero (lo oyó) y posteriormente le fue dado en una visión (lo vio), ello apunta a la posibilidad de que a lo mejor “alguien” quería que nos enteráramos de la cantidad correcta de aquellos que van a gobernar el mundo al lado de Cristo…… y ese solo puede ser aquél en que se originó la Revelación y que no es otro que el Altísimo Jehová Dios (Rev. 1:1); luego ¿cómo se puede tener el atrevimiento de sostener la idea de que estamos ante una cantidad simbólica y no literal? No olvidemos que el contexto en el que se mueve dicho pasaje nos habla de un reino literal, de un monte Sión literal y de un Jesucristo literal ya ejerciendo en su función de rey, entonces ¿cómo hay que entender esa cantidad de 144.000 individuos que aparecen a su lado y “comprados de entre la humanidad como primicias” (Rev. 14:4)? Todo nos indica, que solo podríamos estar hablando de aquellos que le acompañan en su gobernar y que, obviamente, dicha cantidad tiene que ser tan literal como lo es el propio Jesucristo como rey, el reino de Dios como tal o el monte Sión que está al lado de Jerusalén…… porque dentro de Juan 14:1 o todo es simbólico o todo es literal, pero una cosa sí y la otra no, como que queda algo “rarito”.

Pero es que además, resulta que Juan contrasta a esos 144.000 sellados, con una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar” (que a diferencia de esos “sellados”, se les podía contar), que serían sobrevivientes de la “gran tribulación”…… que además y a diferencia de los primeros no tenían sello alguno en sus frentes; si a ello le añadimos que en Rev. 7: se nos habla de los dos únicos grupos que aparecen en el momento de iniciar su andadura el reino de Dios aquí en la tierra, es obvio que estamos hablando de una cantidad literal y concreta, que gobernará sobre una también literal gran multitud de personas y de la que sí se desconoce su número, pues este no ha sido predeterminado por Dios. A todo esto y como refuerzo de nuestro planteamiento, habría que reseñarse de la visión de Rev. 14:1, que no es más que el cumplimiento por adelantado y mostrado a Juan, del Sal. 2:5-6 y en donde se lee como sigue:

En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.”

Entonces razonemos: si lo que se le mostró a Juan en una visión, fue a Jesucristo ya entronizado y ejerciendo como rey desde el monte Sión, como cumplimiento de la profecía mencionada ¿en función de qué, están junto a él 144.000 individuos como acompañantes, que “tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre”? Es obvio que estamos ante un número o cantidad concreta y literal de aquellos que ocuparán un puesto en esa gobernación de hechura divina y que se corresponde, con los 144.000 de Rev. 7:4, que han sido sellados con el “sello del Dios vivo” en sus frentes, como muestra de pertenencia. Es cierto que hay mucha confusión acerca del origen de esos 144.000 resultantes de las 12 tribus de Israel, del que muchos afirman sobre su simbolismo y que lo repercuten al contenido de Rev. 14:1, cuando es este último pasaje y como cumplimiento de una profecía, el que prevalece y nos tiene que orientar acerca del significado de Rev. 7:4-8…… pero que en todo caso, eso ya sería tema para otro debate. Pero retomando el hilo conductor de este escrito, vemos que los únicos que alcanzan la “salvación” en el más estricto sentido bíblico del término, son esas personas, pues veamos lo que se nos dice de ellas:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Luego estos personajes, que murieron “ejecutados con hacha por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” (Rev. 20:4), eso es, asesinados por defender su lealtad a Dios y al “cordero”, cuando se levantan en esa “primera” resurrección ya lo hacen vestidos de inmortalidad y por lo que ya no pueden volver a morir…… luego están por encima de cualquier prueba o juicio que se efectúe, pues ya en vida fueron probados hasta la misma muerte y de ahí que reciban dicho galardón:

Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.” (Rev. 3:21).

Y siendo que esas personas, cuyo número final es de 144.000 individuos y que aún no se ha completado, son las únicas de entre la humanidad que sí alcanzan la “salvación” como tal, pues les es concedida en el mismo momento de su muerte en sacrificio, según se sobreentiende de Rev. 2:10; y decimos que aún no se ha completado dicha cantidad, porque lo que leemos en las Escrituras es esto:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Rev. 6:9-11).

Por lo que de este pasaje se pueden sacar algunas conclusiones interesantes: primero, que existe un número de “salvos” predeterminado por Jehová y que aún se tiene que completar; lo que elimina de golpe la idea que nos quieren vender algunos “entendidos”, en el sentido de que todos los seguidores de Cristo a lo largo de la historia desde el siglo I hasta el momento actual, que se pueden contar por cientos de millones y que como “salvos” supuestamente tengan que reinar con él, pues dicha posibilidad no se contempla en las Escrituras. En segundo lugar, si como nos da a entender el pasaje que acabamos de citar, aún queda un resto de “ungidos” o Hijos de Dios por aparecer, dotados de grandes poderes y prefigurados por los “dos testigos” de los que se nos habla en Rev. 11:3-6, ello solo puede significar que en el momento actual no existen “ungidos” sobre la tierra, pues nadie y hasta donde sabemos nosotros responde a las características que se nos señalan en dicho pasaje…… lo que nos lleva a pensar, que todos aquellos que a día de hoy (y son legión) se identifican como tales y que se auto proclaman directos candidatos a la “salvación”, no son más que unos “fantasmas” que no saben ni de lo que hablan.

En tercer lugar y por aquello de que “para que falte, más vale que sobre” podríamos señalar que el pasaje citado nos habla de que los miembros de ese “resto” por aparecer, tienen que morir como habían muerto sus hermanos, eso es, “degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener”, en definitiva asesinados por llevar adelante su comisión divina y que es lo que se nos dice que les ocurrirá también a ese “resto por aparecer, en Rev. 11:7. Sin embargo y para desmentir la enseñanza mencionada de que todos los cristianos bautizados son “salvos” y reinarán con Cristo, lo que vemos actualmente y ello desde hace un par de siglos en que aparecieron esa “marabunta” de denominaciones religiosas llamadas cristianas y que nos quieren vender esa “milonga”, es que sus respectivos “ungidos” han vivido y viven hoy día como “reyes”, mientras que una innumerable cantidad de ellos han muerto a causa de la edad, enfermedad, accidentes u otras circunstancias, pero no asesinados por desarrollar su ministerio…… luego ello no se ajusta a lo leído, ni por supuesto a la exigencia que estableció Jesucristo para aquellos que quisieran reinar con él: que murieran como él murió, eso es, asesinado por su lealtad a Dios y en el cumplimiento de su asignación. (Rev. 3:21).

Es cierto que alguien y si no entiende demasiado de qué va la “película” (¡y que no son pocos!), nos podría decir que a lo largo de la historia del mundo muchos “cristianos” han muerto simplemente por serlo, bien hayan sido protestantes, católicos, ortodoxos, etc. y por lo que a estas personas sí les aplicaría la condición de “salvos”, pues reúnen dicho requisito; pero hay que tener en cuenta que estaríamos hablando de miembros seguidores de religiones falsas (todas las iglesias cristianas actuales son escisiones de lo que a partir de inicios del siglo II degeneró en la apóstata Iglesia Católica o escisiones de dichas escisiones) y por lo que obviamente, no pueden haber muerto “por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios” (Rev. 20:4), sino por otra cosa distinta y por tanto, nada que ver con lo que nos quieren “vender”. Hay otro factor a tener en cuenta y que es muy importante, que normalmente suele ser pasado por alto dentro de la inmensa mayoría de los llamados “teólogos” y que señalan a esas personas mencionadas como “los mártires de todas las épocas”; sin embargo, solo puede aplicar dicha condición, eso es, el morir como mártir al servicio de Dios, eso es, en “acto de servicio” y para entendernos, a aquellos que han sido divinamente elegidos o comisionados para hablar en nombre de Este o, dicho de otra forma, “enviados” por Él para una comisión determinada. Recordemos que el propio Jesús aseguró haber sido “enviado” por Jehová (Juan 5:30), así como él a su vez y en función de la autoridad que le fue dada (Mat. 28:18-19 a), “envió” o comisionó a sus apóstoles a continuar con la obra que le fue asignada y que como hemos dicho, tenía que ver con el buscar al grueso de aquellos que con él tenían que reinar:

¡Miren! Los estoy enviando como ovejas en medio de lobos; por lo tanto, demuestren ser cautelosos como serpientes y, sin embargo, inocentes como palomas.” (Mat. 10:16).

Y estos a su vez, cuando recibieron el bautismo en espíritu santo y con ello los poderes y autoridad que les fueron conferidos, “enviaron” o comisionaron a aquellos que les escucharon a ellos…… y ahí se acabó la historia, pues estos últimos “enviados” ya no tenían autoridad para enviar a otros. Que ello es como lo decimos, queda claro cuando leemos lo que Jesucristo les dijo a sus apóstoles, momentos antes de su ascensión a los cielos:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas 18 y con las manos tomarán serpientes; y si beben algo mortífero no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20).

Por lo que si a partir de inicios del siglo II hasta nuestros días (para cuando ya habían desaparecido los directos seguidores de los apóstoles y que habían recibido de estos la condición de Hijos de Dios, pero que ya no la pudieron transmitir a otros y con ella, la autoridad para continuar con dicha obra), no vemos estas señales en aquellos que afirmaron en su momento y afirman hoy día hablar en nombre de Dios al predicar el evangelio, ello solo puede significar que o bien Jesucristo nos mintió, o que nosotros tenemos razón al afirmar que desde ese siglo I en adelante dejaron de aparecer sobre la tierra personas “enviadas” por el Altísimo (por medio de aquellos que estaban autorizados para hacerlo y que habían desaparecido de la escena), para llevar a cabo comisión divina alguna; pero es que además, si fuera cierto lo que afirman esos llamados “ungidos” actuales en el sentido de que ellos son “continuadores” de la comisión dada por Jesucristo para predicar el verdadero evangelio del reino ¿por qué no se cumplen en ellos las palabras de éste y que acabamos de citar? Es más ¿para qué tendría Jehová que “enviar” a alguien como los mencionados “dos testigos” (poderosísimos personajes, no lo olvidemos), con la comisión de “profetizar (o predicar) por 1.260 días” (Rev. 11:3), si ya tuviera la tierra llena de Hijos Suyos dando “la vara al personal”? Todo considerado, queda claro que nadie a día de hoy puede arrogarse el actuar en nombre de Jehová Dios (en su defecto, en nombre de Jesucristo y en quién el Altísimo delegó toda autoridad en el cielo y sobre la tierra, como ya hemos señalado), esto es, que no existen actualmente “ungidos” o “enviados” por Este y por lo que no pueden haber personas entre la humanidad actual que tengan acceso a la “salvación” y que como hemos planteado, solo alcanza un reducido grupo de personas que murieron como consecuencia directa del cumplimiento de la comisión que tenían asignada.

Ya otra cosa es el que uno y en función de sus creencias personales lo haga por su cuenta y riesgo y que está muy bien, pero que ello en modo alguno obliga a Jehová a reconocerlo como “enviado” Suyo y en consecuencia, premiarlo con la “salvación”; por lo que en el caso de que muriera por llevar a cabo dicha tarea y como ejemplo de lo que pretendemos mostrar, no se levantaría en la “primera” resurrección y que es la que da la inmortalidad, pues Dios no le comisionó para llevar a cabo tarea alguna; pero veamos cómo se nos explica este importante punto en las Escrituras:

Sin embargo, el profeta que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir.” (Deut. 18:20).

Y puesto que en Jehová no existe “la variación del giro de la sombra” (Sant. 1:17), lo que valía para esos tiempos de igual manera aplica en los nuestros. Por lo que todo aquel que se las dé “profeta” o “ungido”, eso es, “enviado” de Jehová para hablar en Su nombre y ello no sea cierto, según el juicio divino no merece más recompensa que la muerte…… así es de serio el asunto; luego malamente pueden esos “evangelistas” o “predicadores” actuales y las denominaciones religiosas a las que estos representan, así como aquellos las siguen, recibir la llamada “salvación” si lo que están haciendo es violar un mandamiento directo de Dios. Luego la “historia” la podríamos resumir de la siguiente manera: cuando el pecado entró en el mundo, Dios estructuró un plan para desbaratar la obra del diablo; ello pasaba por la aparición de una descendencia y la elección de un pueblo del que saliera dicha descendencia; además de entre ese pueblo, se tenía que sacar un grupo de reyes y sacerdotes y que junto a la descendencia prometida, tendrían a su cargo y por espacio de mil años y lo que conocemos por “el reino de Dios”, el restaurar las condiciones de la humanidad a su origen de perfección y santidad ante Dios…… más o menos y a grosso modo la cosa va por ahí. Todo esto formaba parte del plan de Dios y para la consecución de un objetivo concreto: la restauración de la humanidad; luego estaríamos hablando de que todas las partes que conforman dicho Plan Divino, incluyendo al milenio, o al propio Jesucristo y a sus hermanos (aquellos que recibieron la condición de Hijos de Dios), no son más y en conjunto que el medio o “instrumento” que Jehová usa para la consecución de un logro y no el logro en sí mismo y que es la idea que nos venden los teólogos actuales: eso es, que el fin de todo cristiano pasa por ser Hijo de Dios y reinar junto a Cristo en el milenio y sobre no sabemos quién…… y eso sencillamente es una burrada. Que ello es como se lo planteamos, en el sentido de que no todos, eso es, una inmensísima mayoría de cristianos o seguidores de Cristo no gobernarán con éste, queda claro cuando se lee lo que el propio Jesús explicó a sus apóstoles en la que se conoce como la parábola de “las ovejas y las cabras”, en la que dijo lo siguiente:

Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” (Mat. 25:34).

Obviamente no preparado para los 144.000, sino para la humanidad en general, que es la que será ayudada por esos personajes a los que Jehová usa como magnífico “instrumento” (Sus Hijos) para guiar hasta la perfección a dicha humanidad; ello queda claro, porque en dicha parábola y si se lee con la atención debida (algo que no hacen la inmensa mayoría de “teólogos”), vemos que el reino fue preparado para aquellos que habían actuado en favor de otros y a los que Jesucristo identifica como “los más pequeños de estos hermanos míos” (v. 40), que por tanto, no podían ser parte del grupo de esos hermanos de Jesucristo y por lo que no podían coheredar el reino con él, en calidad de gobernantes…… y es que unos (las ovejas) son los que actúan en favor de otros y estos otros (los hermanos de Cristo), el referente sobre el que se actúa y por lo que no pueden ser la misma cosa. Y con ello se hace alusión, a los que durante el profetizar de esos “dos testigos” (o “resto” de Hijos de Dios por aparecer y “hermanos más pequeños” de Jesucristo) de Rev. 11:3, colaborarán con ellos en extender el mensaje divino por toda la tierra…… estos y los que acepten su mensaje serán salvaguardados por Jehová de la gran tribulación y pasarán con vida al reino de Dios, en tanto que los que lo rechacen serán destruidos eternamente, junto a la “bestia” y al “falso profeta” (Rev. 19:20-21), mientras que Satanás será apresado por mil años y a continuación, se establece el reino de Dios sobre la tierra (Rev. 20:1-4). Y reino que, como hemos dicho, inicia su andadura con esos 144.000 gobernantes como acompañantes de Jesucristo por una parte y los componentes de la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” por otra, directa beneficiaria esta de la labor salvificadora de Jesucristo y sus hermanos…… y sin nadie más “en el ruedo”, hasta que aparezcan los primeros resucitados; de ahí, que en el párrafo anterior hayamos señalado que no sabemos sobre quiénes reinarán, esa supuesta infinidad de cristianos que supuestamente han de alcanzar la “salvación”.

Pero retomando el tema central de esta escrito, estos colaboradores necesarios (una “gran muchedumbre” según las Escrituras), junto con aquellos que vayan resucitando durante el milenio, no adquirirán la “salvación”, eso es, el derecho a vivir eternamente, hasta que transcurran los mil años y enfrenten la prueba final con la suelta de Satanás, que sale “a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra”…… y si lo que les explicamos no fuera como se lo explicamos, ya nos contarán ustedes para qué serviría entonces el guardar a Satanás por mil años y el “show” que se montará al final de estos. Por lo tanto y resumiendo, excepto esos 144.000 gobernantes que adquirirán la inmortalidad en el mismo momento de su resurrección, cuya inmensa mayoría desaparecieron de la tierra hace más de 19 siglos y un pequeño resto de ellos aún está por aparecer, no existe entre la humanidad nadie ni vivo ni muerto, que tenga acceso a la “salvación” o a la vida eterna (que no inmortal y que esta es otra) hasta pasados los mil años del reino de Dios, les digan lo que les digan esa pandilla de “enteraos” que andan sueltos por ahí…… y estén “atentos a la pantalla”, porque en el próximo artículo les hablaremos de los “intríngulis” de dicha prueba final y a la que será sometida la humanidad, así como cosas relacionadas con la misma.

MABEL

domingo, 16 de marzo de 2014

¿Cómo puede ser, que a los “ancianos” de los Testigos de Jehová, se les haya “escapado” esto?


Si ustedes siguen este blog, sabrán que nunca hemos destacado por ser demasiado beligerantes con dicha organización y a la que pertenecimos por muchos años, pues con decir que es una más de entre las falsas religiones de la cristiandad existentes en la actualidad, está todo dicho y prescindiendo de lo que ellos digan de sí mismos…… por otra parte, nada que no digan otras denominaciones religiosas sobre sí mismas, eso es, que son la religión “verdadera”. Por lo tanto, nada nuevo bajo el Sol y que queda perfectamente evidenciado por los errores que cometen todas y cada una de esas distintas denominaciones, que quedan en ridículo cuando lo que enseñan se contrasta con lo que dice el registro escritural y en el que dicen apoyarse.

Uno de estos errores garrafales, lo cometen los TJ con respecto de su catastrófica aplicación de la profecía de las 70 semanas de Daniel y profecía fundamentalísima, por otra parte, para averiguar dónde estamos situados en la corriente del tiempo, eso es, lo cercano del reino de Dios. Porque recordarán ustedes, queridos lectores, que en este blog hemos dado bastante atención últimamente a dicho tema y en donde destaca el artículo publicado el 29/12/13 y en el que nos preguntábamos cuán cerca estamos del cumplimiento de Dan. 9:27, o en su defecto, uno más reciente en el que teorizábamos con la posibilidad de que dicha profecía se cumpliera en este próximo verano y publicado el día 11 del pasado mes de Febrero…… siendo dicho artículo y en cierto aspecto, complementario del primero mencionado. Luego si contrastamos lo que dicen los TJ con respecto de lo que leemos en dicha profecía bíblica (importante donde las haya, repetimos, pues tiene que ver con los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos y a ser sustituido por el reino de Dios), veremos lo disparatado de su planteamiento y que, repetimos, no entendemos como sus “ancianos” no han reparado en ello…… máxime cuando para hacerlo, no hace falta tener mucho conocimiento bíblico y que se les presupone a dichos personajes, sino solo el saber leer con un mínimo de corrección y que también se les tendría que presuponer; pero veamos en primer lugar, que se lee en dicha porción escritural y según lo vierten esos señores en su propia versión de las Escrituras, eso es, la TNM:

Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado y para hacer expiación por el error y para introducir la justicia para tiempos indefinidos y para imprimir un sello sobre visión y profeta y para ungir el Santo de los Santos. 

25 Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos. 

26 Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones. 

27 Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva. Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado.” (Dan. 9:24-27).

Decir de entrada, que se está haciendo referencia al “pueblo” de Daniel y que era el pueblo hebreo y sobre la “santa ciudad”, que no era otra que la ciudad de Jerusalén, lo que convierte a Israel en el “reloj” profético de Dios y de ahí, la vital importancia de dicha profecía bíblica en nuestros tiempos.

Fijémonos, por otra parte, que las 70 semanas determinadas nos son mostradas en tres fracciones o períodos de tiempo, eso es, 7+62+1=70 y lo que significa, según los entendidos y los hechos conocidos así lo avalan, que no tendrían por qué ser períodos de tiempo correlativos; y puesto que sabemos por la cronología bíblica que las dos primeras fracciones sí fueron prácticamente correlativas, ello solo puede significar que la tercera fracción no sería correlativa con la segunda (de lo contrario no tendría sentido lo de presentar dicha cantidad en fracciones) y por tanto, existiría entre ellas un tiempo intermedio y al que el propio Jesús identificó como “los tiempos señalados de las naciones” (Luc. 21:24). Resumiendo, que con la muerte del Mesías al final del segundo período compuesto de 62 semanas, se llegaba al cómputo de 69 semanas (7+62=69) y a partir de lo cual se abría un paréntesis hasta el inicio de la semana 70 y última del período total decretado por el Altísimo; que ello es así como se lo decimos, queda probado por lo que nos cuenta la profecía que tenía que ocurrir en esa final semana 70 y que no ocurrió en el I siglo…… pero antes, veamos lo que dicha organización enseña acerca de dicha profecía, según lo que nos explicaban en un libro publicado el 1.999, bajo el título de “Prestemos atención a las profecías de Daniel” y en donde en el capítulo 11, bajo el subtítulo “Se revela el tiempo de la llegada del Mesías” se nos habla de dicha profecía en concreto y del que citaremos solo los párrafos 23-24 y 26 (por aquello de abreviar un poco), donde se lee lo siguiente:

23 ¿Qué habría de lograrse durante la septuagésima semana? Gabriel indicó que el período de “setenta semanas” se había determinado “para poner fin a la transgresión, y para acabar con el pecado, y para hacer expiación por el error, y para introducir la justicia para tiempos indefinidos, y para imprimir un sello sobre visión y profeta, y para ungir el Santo de los Santos”. Para que esto se consiguiera, “Mesías el Caudillo” tendría que morir. ¿Cuándo? Gabriel dijo: “Después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. [...] Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva” (Daniel 9:26a, 27a). El momento crítico llegaría “a la mitad de la semana”, es decir, a mediados de la última semana de años. 

24 El ministerio público de Jesucristo se inició en los últimos meses de 29 E.C. y se extendió tres años y medio. Tal como se había profetizado, Cristo fue “cortado” a principios de 33 E.C., cuando murió en un madero de tormento y de ese modo entregó su vida como rescate por la humanidad (Isaías 53:8; Mateo 20:28). Los sacrificios animales y las ofrendas de dádiva que la Ley prescribía, dejaron de ser necesarios cuando el resucitado Jesucristo presentó en los cielos a Dios el valor de su vida humana sacrificada. Aunque los sacerdotes judíos siguieron efectuando ofrendas hasta la destrucción del templo de Jerusalén, en el año 70 E.C., Dios ya no aceptaba esos sacrificios. Los había reemplazado un sacrificio mejor, uno que nunca tendría que repetirse. El apóstol Pablo escribió: “[Cristo] ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente [...]. Porque por una sola ofrenda de sacrificio él ha perfeccionado perpetuamente a los que están siendo santificados” (Hebreos 10:12, 14).”

26 Por lo tanto, Jehová abolió el pacto de la Ley en 33 E.C., por medio de la muerte de Cristo. ¿Por qué se dijo, entonces, que el Mesías “mantendría el pacto en vigor para los muchos por una semana”? Porque mantuvo en vigor el pacto abrahámico. Hasta el final de la septuagésima semana, Dios siguió concediendo las bendiciones de ese pacto a la prole hebrea de Abrahán. Pero cuando concluyeron las “setenta semanas” de años en 36 E.C., el apóstol Pedro predicó a un italiano devoto llamado Cornelio, a la casa de este y a otros gentiles. A partir de aquel día, las buenas nuevas empezaron a declararse a la gente de las naciones (Hechos 3:25, 26; 10:1-48; Gálatas 3:8, 9, 14).” (Negritas nuestras).

Luego según los TJ, dicha profética “semana 70” ya se cumplió en el primer siglo, eso es, que siguió correlativa a las 62 semanas que culminaron con la aparición y muerte del Mesías y con lo que de entrada, ya se nos presenta un problema: acontecimientos señalados para ese período de tiempo y que, como hemos señalado, no se cumplieron en el I siglo (como es público y notorio desde la perspectiva actual), como la aparición del “anticristo” por un lado, la de los “dos testigos” y que por espacio de 1260 días (Rev. 11:3) tienen que llevar a cabo la predicación de Mat. 24:14 y a la que sigue inmediatamente a su conclusión, “el fin” del sistema inicuo de cosas mediante la “gran tribulación” de Rev. 7:14 y con lo que resulta que para los TJ no existen tales eventos. Porque dichos sucesos, están por ocurrir dentro del tiempo comprendido en dicha semana 70 y con ello y al final de la misma, la instauración del reino de Dios…… por lo que si ya no hay semana 70 para los TJ, puesto que según enseñan esos señores dicho periodo de tiempo ya se cumplió hace cerca de 2.000 años, solo usando un poco de lógica tenemos que concluir que tampoco hay establecimiento del reino de Dios, dado que dicho evento es consecutivo secuencialmente a la mencionada “gran tribulación” y que se desata precisamente en la segunda mitad de dicha profética semana 70 y que los TJ dan por concluida en el siglo I. Ahora bien…… ¿es eso lo que nos dicen las Escrituras?

Obviamente no, pues queda claro que entre esa semana 69 y que finalizó con la aparición del Mesías, hasta el comienzo de la semana 70 y que aún no ha iniciado, hay un período de tiempo intermedio que como ya hemos señalado, tenía que ver con “los tiempos de los gentiles” mencionados. Ello queda probado por un dato pasado por alto por muchos, como es el hecho de que Jesús murió dentro de ese período conocido como de “los tiempos señalados de las naciones” y algo que comprobamos si leemos con atención Dan. 9:25-26 a:

Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos. 

26 Y después de las sesenta y dos semanas, Mesías será cortado con nada para sí.”

Y “Mesías el Caudillo” apareció, cuando Jesús fue bautizado y reconocido publicamente por Jehová Dios como Su Hijo, según se nos relata en el pasaje de Mat. 3:16-17:

Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. 17 ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.”

Fue en ese preciso momento, que se cumplieron esas 62 semanas de años, por lo que todo lo que ocurrió después, ocurrió fuera de los límites del tiempo establecido por Jehová y con la última semana profética aún en el futuro; recordemos, que hemos leído que Jesús murió “después” de cumplidas las 62 semanas del segundo período de tiempo establecido por el Altísimo…… luego y como ya hemos señalado, Jesús murió ya dentro del período de tiempo de dominio de los gentiles o naciones. Prueba de ello, es lo que leemos en Dan. 9:24 y donde se nos habla de lo que tiene que ocurrir al finalizar ese período de 70 semanas decretado por el Dios Altísimo y que los hechos actuales, sin lugar a duda alguna, muestran que dicho período aún no se ha completado; veamos:

Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error y para introducir la justicia para tiempos indefinidos y para imprimir un sello sobre visión y profeta (o sea, el cumplimiento de todas las profecías) y para ungir el Santo de los Santos (eso es, Jesucristo tomando posición de su reino).” (Acotaciones nuestras).

Es obvio y como hemos dicho, que las circunstancias actuales del mundo en el que vivimos, nos muestran claramente que eso no se produjo en el I siglo, ni en los 20 siguientes y lo que claramente nos indica que dicha semana 70 aún está en el futuro…… sirva como ejemplo, el hecho de que los eventos proféticos mencionados en el libro de Revelación o Apocalipsis, todavía no se han producido; ahora bien ¿cómo ha llegado esa organización de enseñar el brutal disparate, de que dicho período se cumplió en tiempos de Jesús? Pues ¡asómbrense ustedes!: por no saber ni leer lo que ellos mismos dicen en su propia traducción de las Escrituras; que ello es así como lo decimos nosotros, queda claro cuando se analiza lo que se nos dice acerca de esta última semana de años:

 “Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones. 

27 Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Dan. 9:26-27).

Ahora bien: fíjense que en la porción que hemos transcrito del libro “Prestemos atención a las profecías de Daniel” y que encontramos en el párrafo 23, ellos citan de dicho pasaje, pero transcrito de la siguiente manera:

Después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. [...] Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Daniel 9:26a, 27a).”

Luego noten que la parte b del verso 26, está incomprensiblemente sustituida por un paréntesis con puntos suspensivos, bien porque no lo consideran interesante, o bien con la intención de engañar al “personal” y que es lo que nos barruntamos los autores de este blog, pues expuesto de esa manera, uno es inducido a creer que el personaje “él” mencionado al inicio de verso 27 es, efectivamente, el Mesías del que se nos habla en el verso anterior. Sin embargo, es en esa parte omitida en donde está la clave que nos muestra que ese personaje “él” con que inicia el verso 27, no puede de ninguna manera ser Jesucristo y por lo que en esa porción de la profecía, se nos está dirigiendo a un tiempo aún en el futuro distante. Que eso es tal como nosotros lo planteamos, queda claro cuando leemos con la debida corrección esa parte b del versículo 26 y razonamos con lógica y sentido común sobre lo leído:

Y a la ciudad y al lugar santo, el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.”

Lo que aquí leemos, es que “el pueblo” (como etnia), de un caudillo “que viene” (dicho caudillo pertenecería a dicho pueblo), eso es, que dicho “caudillo” aún no estaba presente en el momento que su “pueblo” de procedencia, llevó a cabo el arruinamiento de Jerusalén y su Templo, algo que ocurrió en el año 70 de nuestra era…… luego la primera cuestión que prueba la fiabilidad de nuestra afirmación, es la siguiente: ¿qué pueblo fue el que destruyó Jerusalén y su templo en el año 70? Obviamente no fue el pueblo hebreo y al que pertenecía el Caudillo Mesías, sino como nos explica la historia, fueron las legiones romanas (formadas por nativos de las naciones alrededor de Israel, eso es, árabes y para entendernos) al mando del general Tito…… y segunda cuestión: si eso ocurrió en el año 70, eso es, 37 años después de la muerte del “Mesías” y dicho “caudillo” aún no había aparecido, obviamente no podemos estar hablando de Jesús.

Queda entonces claro, que la enseñanza de los TJ con respecto de la profecía de las 70 semanas de Daniel es un puro disparate y que se mantiene en vigor, sencillamente porque los que la enseñan no saben siquiera leer…… y con ello, no estamos diciendo que el “esclavo” o la clase dirigente más elevada de dicha secta, no conozcan que han “metido la gamba hasta el corvejón”, pues esos altos dirigentes lo que hacen es continuar con el “tinglado” que se tienen montado y que les da pingües beneficios, aguantando mientras haya tontos que les vayan haciendo ricos o al menos, que les permitan continuar viviendo del “cuento”. Y lo que aplica y en orden jerárquico descendente, desde el presidente de dicho fraudulenta organización, hasta a los superintendentes de circuito y que todos cobran por hacer su trabajo; ahora bien ¿por qué entonces, hemos puesto nosotros en el punto de mira, en los “ancianos” que dirigen las distintas congregaciones locales de dicha organización y que son los únicos que no cobran un céntimo?

Pues porque son los verdaderos responsables de dicho desaguisado y por ello, los más miserables de todos; porque mientras los anteriores al menos sacan beneficio económico y viven tan ricamente de ello, estos se venden por esa pequeña cuota de poder o “galoncito” que les concede la organización sobre sus compañeros de congregación y mediante la cual, pueden arruinar la vida de una persona, con solo decidir si debe ser expulsada o no…… y eso da mucho poder y el respeto temeroso del “personal”; algo que los autores de este blog, conocemos en primera persona, si bien es cierto que nunca agradeceremos bastante a Jehová, el que nos hubiera sacado de ese antro diabólico. Por eso y en nuestros artículos de crítica a dicha organización, siempre hemos dirigido fundamentalmente esta, no a los miembros de su base militante, en su gran mayoría formada por personas de pocas luces, pero que destacan por su bondad y deseo sincero de servir a Dios, sino a esos personajes que los dirigen llamados “ancianos” y en los que confían ciegamente; ahora bien ¿sobre qué está fundada nuestra inquina en contra de esos personajes?

Obviamente, no por nuestra personal experiencia, pues lejos de guardarles rencor, les estamos más que agradecidos de que nos echaran de dicha secta; luego para encontrar la verdadera razón que nos motiva a ello, tendríamos que averiguar las cualidades que, según Pablo, les son exigidas a cada uno de esos personajes en 1 Tim. 3:2 y entre las que destaca, el estar “capacitado para enseñar”. Y mal se puede estar capacitado para enseñar, si no se sabe leer correctamente un texto escrito y algo demasiado común entre los ancianos de las congregaciones de los TJ, cuya inmensa mayoría destaca por su mediocridad intelectual…… sin embargo, esta es una exigencia que la misma organización les demandaba a esas personas (se supone que se lo seguirá demandando), en una revista La Atalaya del 15/01/84, pág. 24-25 y en donde hablando de lo requerido a un anciano para ocupar dicho cargo, bajo el subtema “Se adhiere a la fiel palabra” se puede leer esto:

¿Qué contribuirá a que el anciano cultive a mayor grado las cualidades esenciales? De hecho, en algunos casos, ¿qué puede hacer para conservarlas? Hallamos la respuesta en las palabras de Pablo: 

“Que se adhiera firmemente a la fiel palabra en lo que toca a su arte de enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es sana y también censurar a los que contradicen”. (Tito 1:9.) 

Capacitado para enseñar”. (1 Timoteo 3:2.) 

¿Qué puede hacer el anciano para ‘adherirse firmemente a la fiel palabra’ y estar “capacitado para enseñar”? Primero, tiene que apartar tiempo con regularidad para el estudio personal de la Biblia. Eso abarca la preparación que debe realizar para las reuniones cristianas y sus asignaciones de discursos. Por su propia salud espiritual, tal preparación no debe ser superficial. Por ejemplo, puede que él subraye en un breve lapso las respuestas a las preguntas de un artículo de estudio de La Atalaya, pero ¿significa eso que se ha estudiado la información? ¿Entiende él a cabalidad el desarrollo del tema? ¿Se han examinado los textos bíblicos citados para determinar cómo aplican? Claro, no es posible lograr eso en una breve sesión de subrayar respuestas. El estudio personal y el de familia requieren tiempo.” (Negritas nuestras).

Luego la pregunta que nos hacemos nosotros es la siguiente: si los “ancianos” de los TJ hacen caso a esta admonición y que de obligado cumplimiento parece ser ¿cómo es posible que ninguno de ellos y son legión, se haya dado cuenta del error de interpretación de Dan. 9:26-27? Porque una cosa es que la organización oculte y como hemos visto, determinados pasajes porque no le convienen a sus intereses (en este caso, el tener que reconocer que de nuevo se han equivocado y por lo que de “ungidos” nada de nada) y otra muy distinta, que el anciano de turno que tenga que dirigir un estudio semanal del libro, o la consideración de La Atalaya en la reunión dominical, o pronunciar un discurso público y en donde se toque dicho tema, no sea capaz de darse cuenta del “error” cometido por el “esclavo” al publicar el planteamiento mencionado y denunciarlo públicamente, en beneficio de aquellos que están bajo su custodia espiritual. Y lo que nos lleva a la dos únicas razones que se nos ocurren, por la que ninguno de esos personajes diga “esta boca es mía” y que no sabemos cuál es la peor, porque veamos: o bien estaríamos hablando de un indocumentado que no sabe ni leer, pues no entiende lo que el texto de la información que está leyendo le está explicando, o bien que, entendiéndolo, se hace el “loco” para no tener un enfrentamiento con la organización y lo que le costaría el cargo (cuando no la expulsión), perdiendo con ello ese plus de autoridad que tiene sobre los miembros de la congregación y que le hace sentirse más o menos de “capitán general” para arriba.

En el primer caso, el sujeto en cuestión es despreciable, porque si no entiende lo que lee, es obvio que no está “capacitado para enseñar” y por lo que lo que está haciendo no es más que engañar al “personal”, contravenir las propias disposiciones de la organización y, lo que es peor, burlarse de Jehová ocupando un cargo de gran responsabilidad y para el que no está capacitado…… todo, por continuar disfrutando del “galoncito” que el ser “anciano” conlleva aparejado y que le da autoridad sobre sus correligionarios; cuando la realidad, es que no es más que un miserable que juega con el bienestar espiritual (pues contribuye a transmitir información falsa) de sus compañeros de creencia que confían en él, en función de espurios intereses personales.

En el segundo caso, obviamente más miserable si cabe que el primero, tenemos al que entendiendo lo que lee (que “haberlos haylos”, como diría un gallego) se hace el “loco” y sube a la plataforma a enseñar lo que dice la organización (no lo que dicen las Escrituras), a sabiendas de que ello es falso…… y todo por lo mismo: conservar el “galoncito” que le hace sentirse un general con mando en plaza e ignorando con ello la tremenda responsabilidad que contrae, pues con dicha actitud lo que hace, es no solo violar las normas más elementales de honradez exigidas por Jehová, sino desobedecer directamente una admonición de Este y que leemos en Tito 1:7-9:

Porque el superintendente (o “anciano”) tiene que estar libre de acusación como mayordomo de Dios, no ser voluntarioso, ni propenso a la ira, ni borracho pendenciero, ni golpeador, ni ávido de ganancia falta de honradez (en este caso, su “ganancia” está en el plus de autoridad que se le da), 8 sino hospitalario, amador del bien, de juicio sano, justo, leal (a Jehová, no a la organización), que ejerza autodominio, 9 que se adhiera firmemente a la fiel palabra (eso es, a la Biblia y no a la Sociedad Watchtower) en lo que toca a su arte de enseñar, para que pueda exhortar por la enseñanza que es saludable (y no es “saludable”, si no procede de las Escrituras y como es el caso) y también censurar a los que contradicen.” (Acotaciones nuestras).

De todo ello, lo único que aplican a rajatabla dichos mezquinos personajes, es la parte final del pasaje, en el sentido de “censurar a los que contradicen”…… obviamente y como no podía ser de otra manera, interpretando todo lo contrario de lo que en dicho pasaje se nos dice. Porque a lo que ahí se les insta, es a que se censure al que contradice las Escrituras y ellos lo que hacen y con la aquiescencia de la Sociedad Watchtower, es echar a la calle al que contradice a la Organización y prescindiendo de que este tenga “más razón que un santo”…… y de eso, repetimos, los autores de este blog sabemos un rato. U séase, que si uno se va al anciano de turno y le plantea la razonable objeción que hemos desarrollado en este escrito (u otras que otros autores, también correctamente desarrollan en sus artículos), lo tiene más claro que el agua: será señalado como “apóstata” y como no se retracte “ipso facto” de lo dicho y jure y perjure fidelidad eterna a la Sociedad Watchtower (no a Jehová)…… pues eso ¡que se va a la puñetera calle y con todo lo que eso significa!

Y hemos dicho, con la aquiescencia de la organización, pues aunque se hace la pantomima de que para nombrar a uno “anciano” se tienen que pasar un montón de “filtros” y ello, a cargo de “ancianos” más maduros de la congregación y que son los que presentan la recomendación, no es menos cierto que lo que se busca no es la calidad espiritual e intelectual del recomendado (recuerden, “capacitado para enseñar”) y que les importa un pimiento, sino el grado de sumisión de este a la organización. Pues a esta no le interesan los “entendidos”, sino que prefiere a los “obedientes” y más en ese crucial eslabón de la cadena de “mando”; pues esos personajes, los tales “ancianos”, son los que manipulan directamente a “las ovejas” y las cuales son la fuente directa de ganancias de los que mandan en ese cotarro, pues son los verdaderos “paganos del invento”. Eso es lo que hace despreciables a esos sujetos (que no son más que “policías” al servicio de la Watchtower), que por desconocimiento o por omisión, contribuyen directamente a esquilmar, espiritual y económicamente al “rebaño” del que dicen cuidar y que confía ciegamente en ellos; porque un superintendente de circuito y siendo tan impresentable como los ancianos (de hecho, es un anciano mucho más cualificado, luego mucho más sinvergüenza) y por los mismos motivos expuestos, en definitiva aparece cada siete u ocho meses por la congregación (a los de distrito, esta ya ni les huele) y durante unos días hace el “papelón”, recibe una cantidad en metálico en concepto de dietas y se larga…… y si te he visto, no me acuerdo: eso es, que no existen lazos afectivos.

Pero claro, resulta que en el caso de los “ancianos” de congregación, estos conviven continuamente con los miembros de la misma y parte del “rebaño” a su cuidado, compuesto este de familiares, amigos, convecinos…… en definitiva, personas allegadas que confían en ellos para ser enseñados y a los que tienen la responsabilidad de cuidar espiritualmente. Y a los que como hemos visto, mienten continuamente, bien sea por desconocimiento (imperdonable en un anciano, pues si uno no sabe, que no se meta en ese “fregao”), o bien por omisión de la verdad, para conservar el “galoncito” y olvidándose de algo que dicen las Escrituras y que les aplica directamente:

Y la palabra de Jehová continuó ocurriéndome y dijo: 2 “Hijo del hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y tienes que decirles a ellos, a los pastores (en esta caso, a dichos “ancianos”): “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ¡Ay de los pastores de Israel, que se han hecho apacentadores de sí mismos! ¿No es el rebaño lo que deben apacentar los pastores? 3 La grasa es lo que ustedes comen y con la lana se visten a sí mismos. El animal gordo es lo que degüellan. Al rebaño mismo no apacientan. 4 A las enfermas no han fortalecido y a la doliente no han sanado, a la quebrada no han vendado, a la dispersada no han traído de vuelta y a la perdida no han procurado hallar, sino que con dureza las han tenido en sujeción, hasta con tiranía”.

7 Por lo tanto, pastores, oigan la palabra de Jehová: 8 “Tan ciertamente como que estoy vivo —es la expresión del Señor Soberano Jehová—, de seguro debido a que mis ovejas llegaron a ser algo para saqueo y mis ovejas continuaron siendo alimento para toda bestia salvaje del campo, porque no había pastor y mis pastores no buscaron mis ovejas, sino que los pastores siguieron apacentándose a sí mismos (eso es, buscando sus propios intereses) y a mis propias ovejas no apacentaron”; 9 por lo tanto, pastores, oigan la palabra de Jehová. 10 Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy yo contra los pastores y ciertamente reclamaré mis ovejas de su mano y haré que cesen de apacentar mis ovejas y los pastores ya no se apacentarán a sí mismos; y ciertamente libraré mis ovejas de su boca y no llegarán a ser alimento para ellos (o explotadas por esos pastores, para ganancia personal).” (Ezeq. 34:1-4; 7-10). (Acotaciones nuestras).

Y palabras que aplican a todos aquellos que toman a su cargo el cuidar del “rebaño” de Dios, eso es, a personas que quieren aprender de Él y se confían a esos “pastores” para alcanzar dicho fin; contenido de dicho pasaje que el propio Hijo de Dios y bajo de cuya superintendencia afirman estar dichos “ancianos” (Rev. 1:20), refrendó con la siguiente advertencia:

Pero cualquiera que haga tropezar (eso es, engañe) a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar. 7 ¡Ay del mundo, debido a los tropiezos! Pues, forzosamente tienen que venir los tropiezos, pero ¡ay del hombre por medio de quien viene el tropiezo!” (Mat. 18:6-7). (Acotación nuestra).

Luego está claro, que esos deleznables personajes están metidos en un “pequeño” problema, pues inexorablemente y si no cambian de actitud, en el momento de juicio serán llamados a capítulo. Pero claro, resulta que no es menos “envidiable” la posición de los miembros de base de los TJ en las distintas congregaciones esparcidas por el mundo que, viendo todo este panorama (corrupto en todos sus extremos), “quieren” continuar pensando que forman parte de la “religión verdadera” y personas a las que aplican estas palabras:

En respuesta, él dijo: “Toda planta (u organización religiosa) que mi Padre celestial no ha plantado será desarraigada (eso es, destruida). 14 Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo.” (Mat. 15:14). (Acotaciones nuestras).

Por lo tanto y por la parte que les toca, pues dichas personas que se dejan guiar por esos “guías ciegos” que son los “ancianos” de congregación, sufrirán el mismo destino que ellos, creemos que lo más oportuno que podría hacer un miembro de dicha organización y por aquello de “por sí las moscas”, es averiguar si realmente esta es la “religión verdadera” tal como le han hecho creer o, por el contrario, está contribuyendo con su esfuerzo y dinero a sostener una de tantas organizaciones que forman parte del entramado de la llamada “Babilonia la Grande” (Rev. 17:5-6), eso es, el imperio mundial de religión falsa dirigido por Satanás y que Jehová desprecia…… y con dicha colaboración, enfrentándose al mandato divino de salirse de todo contacto con dicha religión falsa, pues contribuye a mantenerla. E investigación que podría empezar, por ejemplo, leyendo un artículo que publicamos en este blog bajo el título ¡Sálganse de ella, pueblo mío! y ya a partir de ahí, si uno entiende que efectivamente está en la “verdad”, pues ¡nada!, “pelillos a la mar” y que continúe…… y si no es así, que cada uno tome su decisión en el sentido de servir de verdad a Jehová Dios o, en su defecto, continuar al servicio de la Sociedad Watchtower y bajo la vigilante mirada de sus esbirros más directos, los “ancianos” de congregación.

MABEL


viernes, 14 de marzo de 2014

“Y en tú descendencia, serán bendecidas todas las familias de la tierra”


Jehová Dios, nuestro Creador, es el único que con Su poder puede dar vida y forma a las cosas y que todo lo ha hecho con un propósito; en Isaías 45:12, Él mismo nos dice lo siguiente:

Yo mismo he hecho la tierra y he creado aun al hombre sobre ella. Yo... mis propias manos han extendido los cielos, y a todo el ejército de ellos he dado órdenes.”

Sabemos que desde el principio Dios con su Poder creo los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, en el Salmo 115:16 se nos explica para qué los crea:

En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres.”

Después de crear a Adán y Eva (nuestros primeros padres) les dio instrucciones de lo que debían hacer en Edén (El Paraíso) y les dijo:

Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla; y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.” (Gen. 1:28).

Para entenderlo, imaginemos a alguien levantando una morada ó casa para una gran familia, así es, nuestro Amoroso creador nos preparó una casa donde ahí podemos vivir y disfrutar de las buenas cosas de la Vida que realmente lo es. Pero lamentablemente antes que nuestros primeros padres llegaran a tener descendencia, la serpiente engaño a Eva y tomó (robaron) del árbol del conocimiento del bien y el mal. Entonces la mujer come del fruto prohibido y persuade a su esposo para que se una a ella en su rebelión, y así se profana Edén por la desobediencia. Dios señala inmediatamente el medio por el cual se realizará su propósito:

Y Jehová Dios procedió a decir a la serpiente (Satanás, el instigador de la rebelión)..... y pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullara en la cabeza y tú le magullaras en el talón.” (Gen. 3:14-15).

Luego se expulsa al hombre y la mujer del jardín, para vivir en dolor y fatiga laboriosa entre espinos y abrojos, hasta que murieron dejando una descendencia sumida en el pecado, prácticamente moribunda. Solo su prole puede cifrar su esperanza en la Descendencia prometida (Jesús). Más tarde, según se nos dice en las escrituras, todo iba mal... Caín (el primogénito de Adán y Eva) mata a su hermano Abel, ángeles se revelan, los gigantes (hijos de los ángeles) y los hombres comienzan a arruinar la tierra etc. etc. (similar a nuestros Días), hasta que Dios decide eliminar ese mundo impío con el famoso diluvio: allí murieron todos los Gigantes y hombres de Fama de ese mundo antiguo, mientras que los ángeles rebeldes fueron encadenados en prisiones de densa oscuridad para, el día de juicio, ser arrojados al “lago de fuego” (símbolo de destrucción eterna) junto a Satanás y así pagarán por todo el sufrimiento que trajeron a la humanidad.

Pero Jehová Dios, en su amor siguió escudriñando los corazones de los hombres, porque obviamente nuestro Sabio Creador no iba a permitir que una calumnia le impidiera cumplir con su propósito original para con la humanidad; tanto es así, que Jehová no perdió su Fe en el hombre, así que siempre esperaba que apareciera alguien agradable a su corazón… de ahí es que conocemos a los hombres fieles de la antigüedad como Abel, Enoc, Noé, Abrahán, Moisés y muchos más. Así como lo afirmo el Apóstol Pablo hace casi 2000 años en un discurso, donde dijo a los presentes que Dios “no se dejó a sí mismo sin testimonio, por cuanto hizo bien, dándoles (a todos) lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando por completo sus corazones de alimento y de alegría.” (Hechos 14:17).

Él mismo escogió y preparo a un pueblo (Israel) y les entrego su ley, con la que mostró al pueblo y a toda la humanidad, que solos no podrían salir de esa condición pecaminosa que los conducía a su propia autodestrucción. Por lo tanto en el plan de rescate que preparo Dios, se nos muestra lo que necesitaba la humanidad para salvarse de una extinción segura, era la vida de un Hombre Justo (Hijo de Dios). ¿Quién sería aquel Hijo del Hombre que cumpliría la Ley de Dios a la Perfección? Así es, estimado lector... ese único hombre fue Jesucristo, aquel de quien se nos cuenta que vino al mundo hace aproximadamente 2000 años y fue directamente engendrado por el espíritu Santo (Poder) de Dios en la matriz de una mujer virgen Judía llamada María. Años más tarde, cuando Jesús ya próximo a los 30 años de edad, es bautizado por Juan el Bautista, quien lo bautizo en agua y en ese momento Dios lo bautizó con Espíritu Santo; Juan pudo ver con sus ojos al Espíritu Santo de Dios descendiendo y reposando sobre Jesús (en ese momento es ungido por Dios) y así este comienza su ministerio impartiendo la enseñanza pura de la Justicia y mostrando a todos la misericordia de Dios, creando así el “camino” que conduce a la vida eterna.

Así nuestro Sabio Creador mediante su Hijo Jesús, habló su justicia e impartió el verdadero conocimiento que da vida eterna; también hizo saber mediante portentos y señales, lo que realmente esperaba Dios de aquellos que decían y afirmaban ser su pueblo, llegando hasta a hacer audible Su Voz desde el cielo, diciendo:

Este es mi Hijo, el que ha sido escogido. Escúchenle.” (Luc. 9:35).

Pero como dice Dios en la Biblia, Israel era un pueblo de “dura cerviz”, pues ellos rechazaron a los profetas, también rechazaron al Mesías y le quitaron la vida; pero Jesús es Justo, así que no podía ser retenido en el sepulcro (la muerte). Por lo tanto, Dios estaba en pleno derecho de devolverle la vida a su hijo, porque lo mataron injustamente: Dios lo resucito a los 3 días y después de su resurrección, Jesús se reúne con sus apóstoles y les deja instrucciones específicas de hablar e informar a todo el mundo, la Buena Noticia, eso es, las cosas vistas y oídas acerca de él y de su Padre, así como Su propósito para con la humanidad. Después de esto, Jesús ascendió al cielo donde tiene que ser retenido hasta la restauración de todas las cosas que el mismo Jehová Dios (el Padre de Jesús) hablo por medio de sus profetas. Esta restauración de la que hablamos, sería el cumplimiento de la promesa que Dios hizo a Abraham, Jehová Dios le prometió:

Por mí mismo de veras juro —es la expresión de Jehová— que por motivo de que has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu único, yo de seguro te bendeciré y de seguro multiplicaré tu descendencia como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar; y tu descendencia tomará posesión de la puerta de sus enemigos. Y mediante tu descendencia ciertamente se bendecirán todas las naciones de la tierra debido a que has escuchado mi voz.” (Gen. 22:16-18).

O sea, que las naciones serán bendecidas cuando Jesús (la descendencia prometida) venga del Cielo, trayendo consigo el Reino de su Padre; y para eso, se tienen que completar los 144000 reyes y sacerdotes que son sus Hermanos, que murieron en el mundo como mártires: estos son los que observan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús, estos son tomaron su madero de tormento y no amaron sus almas ni siquiera al arrostrar la muerte.

Según Apocalipsis (leer capítulo 11), la Revelación que Dios le dio a Jesucristo, en el tiempo del fin nos dice que Dios hará que dos mártires (Testigos) profeticen 1260 días (los primeros 3,5 años de los 7), ellos hablaran de Dios y exhortaran a la humanidad que se arrepientan de sus pecados y apoyen el Reino de Dios, pero serán acusados de terroristas y la bestia salvaje (líder del nuevo Orden Mundial) les hace la guerra y los mata (porque son Apóstoles ungidos por Dios y hablan de los juicios Divinos); pero observen que en ese mismo capítulo de la Revelación, se nos da a entender que cuando resucitan (evidencia de la primera resurrección, solo para los Santos, Hermanos de Jesús), se completa el número que forman el cuerpo Santo de nuestro Señor Jesucristo, con lo que se alcanza el número pleno de los 144.000 que serán Reyes y Sacerdotes…… así se inaugura, por decirlo de alguna manera, el Reino de Dios aquí en la Tierra, porque eso nos dice Apocalipsis 11:15:

Y el séptimo ángel tocó su trompeta. Y en el cielo ocurrieron voces fuertes, que decían: “El reino del mundo sí llegó a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará para siempre jamás.”

Ahí dice “mundo” y no “cielo”, por lo que hay que entender que cuando Jesús venga en el Reino de Dios, lo primero que hace es tomar control de este mundo, eso es, de toda la Tierra y lo que hay en ella; ahí comienza a dividir la humanidad en dos grupos, como lo explica el mismo Jesús en la parábola de Mateo 25: 31-33, donde dice:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda.”

Entonces vemos que hace una separación entre la humanidad, para extirpar a los inicuos y a los corruptos de la existencia, pues ese es el destino de las cabras; también nos da a entender algo así en la “parábola del sembrador” donde Jesús mismo lo explica en Mateo 13: 36-43:

El sembrador de la semilla excelente es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; en cuanto a la semilla excelente, estos son los hijos del reino; pero la mala hierba son los hijos del inicuo, y el enemigo que la sembró es el Diablo. La siega es el Fin del mundo (Fin del Sistema Férreo en el que vivimos), y los segadores son los ángeles. De manera que, así como se junta la mala hierba y se quema con fuego, así será en la conclusión del sistema de cosas, El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y ellos juntarán de su reino todas las cosas que hacen tropezar, y a los que cometen desafuero, y los arrojarán en el horno de fuego. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes. En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol en el reino de su Padre.”

Acá vemos que Cristo envía a sus ángeles y limpian el mundo de la corrupción, lo que no sirve es arrojado al fuego eterno (lugar del que nadie puede volver), incluyendo a la bestia (Sistema Político actual ó Nuevo Orden Mundial) y al falso profeta (Sistema Religioso Apostata); a su vez, Satanás es apresado por mil años en el abismo y ya no puede extraviar a la humanidad.

En esos mil años se limpia la tierra, comenzando un tiempo en el que serán restauradas todas las cosas, que hablo por medios de sus profetas de tiempo antiguo, seremos enseñados por Jesús y los Santos (leer Ezequiel 34), la tierra volverá a ser un paraíso, porque Jehová nuestro creador no permitirá que nada nos falte, sino que Él mismo mediante su Hijo Jesús, abrirá su mano y satisfará el deseo de todo ser viviente, en ese mundo resucitaran casi todas las personas de todas las naciones de todos los tiempos empezando de Abel, para tener la oportunidad de vivir para siempre en un mundo donde reinara la Paz y la Justicia de Dios, donde el lobo morara junto con el cordero (leer Isaías 11). Esos 1000 años son como el verdadero Sábado de Dios, también llamado por la hermana de lázaro "el ultimo Día" (Juan 11:24) donde ella creía que resucitaría lázaro; allí también va a estar el ladrón que murió al lado de Jesús y que el mismo, le dijo que estaría en el paraíso.

Bueno, al final de los mil Años con la tierra convertida en el Edén y con la humanidad ya restaurada física y espiritualmente, Satanás es soltado de su prisión y ve todo lo bueno que Jesús y sus Santos han hecho en la tierra, con la bendición de Jehová y como restauró a la humanidad. Por lo que el Diablo, otra vez, intenta adueñarse de la tierra, y sale a extraviar y muchos se ponen de su parte, pero como la tierra ha sido bendecida por el espíritu Santo de Dios, el hace bajar fuego del cielo y los consume, mientras que Satanás y sus secuaces son arrojados al Fuego Eterno (leer Apocalipsis 20:7-10)… y al fin, llega el final de la muerte y de la maldad.

Pero antes que se cumplan todas estas cosas, tiene que suceder lo profetizado por Jesús y sus Apóstoles, cosas que ocurrirían después de su muerte; y lo que más enfatiza el capítulo 24 de Mateo (capítulo muy conocido), es la advertencia que deja a todo el que oye la palabra de Dios y es con respecto a la aparición de impostores que dirían venir en su nombre y hasta afirmando ser el mismo Jesús. Así es, estimado lector, un mundo plagado de falsos cristos o libertadores y falsos profetas… y si no pueden digerir esta realidad, abran los libros de historia del mundo, busquen información (Dios dispuso los medios) y verán lo real que es esta situación hasta en nuestros días: hombres que van según sus propias concupiscencias y buscando su propia gloria (no la de Dios) y sin dejar su mal proceder, imponiendo a su prójimo mandatos de hombres como doctrinas, colocando cargas pesadas sobre los hombros de todos los que buscan a Dios y tienen un verdadero deseo de servirle, convirtiendo a sus feligreses en mercancía y esclavos, utilizando al prójimo para erigir y mantener templos de piedras. En los que por cierto no reside Dios, sino más bien lo que reside en esos templos no es más que toda suerte de putrefacción, codicia y engaño y que como dijo Jesús son sepulcros blanqueados; y que tal como los fariseos hicieron en el tiempo de Jesús, igual hacen hoy todos los que se aferran al sistema religioso Babilónico, leamos Mat. 24:4-5:

Jesús respondió diciéndoles: “Miren que nadie los engañe; porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy el Cristo (mesías, ungido o elegido) y engañarán a muchos.”

También lo vuelve a decir en Mat. 24:10-12:

Entonces muchos tropezarán; y se traicionarán unos a otros, y se aborrecerán unos a otros. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por el aumento de la violación de la Ley, se enfriará el amor de muchos.”

Y nos vuelve a advertir del engaño que vendría, en Mat. 24:23-27:

Entonces, si alguien les dice: ‘Miren, aquí está el Cristo’, o ‘Allá está,’ no le crean. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y maravillas para engañar, de serles posible, aun a los escogidos. Miren que se los he dicho de antemano. Así que, si les dicen: ‘Miren, está en el desierto’, no salgan; o ‘Miren, está en los aposentos interiores (de alguna estructura edilicia), no lo crean. Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.”

Años más tarde que Jesús pronunciara sus Palabras, el Apóstol Pablo se lo dijo a sus hermanos en la carta 2 Tes. 2:1-4:

Ahora, con respecto a la venida de nuestro Maestro Jesús el Mesías y nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen mover fácilmente de su modo de pensar ni se alarmen, ni por espíritu, ni por mensaje, ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día de Jehová. Nadie los engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre sin-ley, el hijo de perdición. Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama divino, o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios.”

Es por eso que hoy en el mundo las religiones en su gran mayoría, nos quieren hacer creer a todos, que Jehová, Jesús y el Espíritu Santo son lo mismo (o sea, un ser de tres cabezas). El impostor se hace pasar por Dios y tiene el apoyo de todos los Líderes Mundiales, a su vez de las Masas. Además el Falso Reino de Dios que nos proponen en este mundo, la política y la religión y en el que sus líderes instan a sus seguidores y feligreses a ocupar todas sus energías en trabajar para que dicho reino se haga realidad, no es más que una burda imitación de lo que realmente será el Verdadero Reino de Dios; el apóstol Juan también lo dijo en su primera carta:

Hijitos, ya es la última hora; y como oyeron que el anticristo habría de venir, así también ahora han surgido muchos anticristos. Por esto sabemos que es la última hora. Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros; porque si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, para que fuera evidente que no todos eran de los nuestros.” (1 Juan 2:18-19).

Y por último, Jesús fue tajante con respecto y quienes afirmarían estar de su lado en Mat. 12:30:

El que no está conmigo, está contra mí (o es Anticristo); y el que conmigo no recoge, desparrama.”

Miren por ustedes mismos: hoy la cristiandad, está dividida entre miles de iglesias y corporaciones u organizaciones o como se llamen, cada una con su propia interpretación de la verdad, sazonadas con ideas paganas, es por eso que todas las organizaciones sean políticas o religiosas, junto con sus estructuras que erigieron los hombres y que forman parte de este Sistema Corrupto, tienen sus cimientos en la arena y están destinados por palabra de Dios a la destrucción… si no creen eso, vean lo que dice Mateo 7:26-27:

Además, a todo el que oye estos dichos míos y no los hace se le asemejará a un varón necio, que edificó su casa sobre la arena. Y descendió la lluvia y vinieron las inundaciones y soplaron los vientos y dieron contra aquella casa, y se hundió, y fue grande su desplome.”

También, el Apóstol Juan escribió:

No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno—no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17).

Nosotros no debemos amar al mundo ni a sus cosas, suficiente es saber que Dios tanto amo al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo el que cree en él, no sea destruido sino más bien (y por su bondad inmerecida), alcancemos la vida eterna (en ese paraíso que tanto anhelamos). Y antes que se queme a Babilonia, hay que hacer caso a la voz de Dios desde el cielo:

Salid de ella pueblo mío para que no participen de sus pecados y para que no reciban parte de sus plagas, porque sus pecados se amontonaron hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia.” (Rev. 18:4).

Y a pesar de que vivimos en este mundo caótico, lleno de ideologías, cultos y organizaciones, religiones paganas, que forman parte de Babilonia, Dios mediante su Hijo nos ha dejado instrucciones precisas de lo que debemos hacer para no caer presos, del engaño que tiene cautivos a muchos creyentes. No hay duda que Él nos ha cuidado y mantenido con vida para que lo busquemos, es por eso, que nos dejó como base la enseñanza de Jesús registrada en su Palabra (La Biblia), para tener un ejemplo, así como una guía o tutor mantiene un árbol pequeño derecho y no permite que se incline ni a un lado ni a otro y esto es lo que nos mantiene en el camino de la Vida; pero el problema está en que nos dedicamos más a cosas vanas, en vez de aprovechar el corto tiempo que tenemos en hablar y darnos a entender con estas cosas… que no se para usted, pero para mí son de vida o muerte. En mi opinión personal, tenemos que amar a Dios por lo que este es y no por las cosas que podríamos llegar a tener de este. En la Biblia, ese libro que está en el rincón de muchas casas, ahí está la prueba de que Dios siempre estuvo, está y estará, que tiene un propósito para todo cuanto ha hecho y hará, sea la versión Valera, Jerusalén, King james, TNM, etc. etc., todas las biblias tocan el mismo tema importante: El apoyo a la soberanía de Dios (su derecho a gobernar) en su Reino por medio de Jesús (su Hijo Unigénito) a quien nombro como Rey de reyes y Señor de señores. Indicó a sus verdaderos discípulos, el lugar que este asunto debería ocupar en su vida cuando dijo:

Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de Dios.” (Mateo 6:33).

Y que no nos preocupemos tanto por las cosas materiales, porque Dios sabe bien lo que realmente necesitamos (Mateo 6:32). También enseño a sus discípulos a orar de esta manera:

Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mateo 6:10).

Ahora bien, está en uno como parte interesada el pedirle a Dios entendimiento para lograr discernir estos asuntos “... porque cada uno llevará su propia carga de responsabilidad.” (Gal. 6:5).

Además, hoy sabemos que después de morir los verdaderos Apóstoles, los cristianos se comenzaron a fusionar con el estado Romano, fueron absorbiendo muchas creencias paganas. Comenzaron a aparecer en el escenario del mundo personajes que se dedicaron a sacar textos de sus contextos, para apoyar falsas ideas o falsas doctrinas, por ejemplo: adoración a los muertos, el alma inmortal, la trinidad, adoradores de ídolos demoniacos, bien sean del cielo o la tierra, obras y estructuras y todo tipo de cosas viles erigidas por hombres, que no son más, que la sabiduría del mundo. Y de hecho, eso es lo que hizo la iglesia Católica por muchos siglos, de la cual salieron todas las denominaciones religiosas que existen hoy en día. En la carta que el Apóstol Pablo dirigió a los romanos, se nos explica de la siguiente manera:

“....porque, aunque conocieron a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron casquivanos en sus razonamientos, y se les oscureció su fatuo corazón. Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios y tornaron la gloria del Dios incorruptible en algo semejante a la imagen del hombre corruptible, y de aves y cuadrúpedos y cosas que se arrastran.” (Rom 1:21-23).

Pero esto no debería ser un obstáculo para encontrar a Dios y entender sus caminos, ya que el mismo dice, a todo el que oye sus palabras en Isaías 55:

¡Oigan, todos ustedes los sedientos! Vengan al agua. ¡Y los que no tienen dinero! Vengan, compren y coman. Sí, vengan, compren vino y leche hasta sin dinero y sin precio. ¿Por qué siguen pagando dinero por lo que no es pan, y por qué es su afán por lo que no resulta en satisfacción? Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, y halle su alma su deleite exquisito en la grosura misma. 3 Inclinen su oído y vengan a mí. Escuchen, y su alma se mantendrá viva, y prestamente celebraré con ustedes un pacto de duración indefinida respecto a las bondades amorosas para con David, que son fieles. 4 ¡Miren! Lo he dado como testigo a los grupos nacionales, como caudillo y comandante a los grupos nacionales. 

5 ¡Mira! A una nación a quien tú no conoces llamarás, y los de una nación que no te han conocido correrán aun a ti, por causa de Jehová tu Dios, y por el Santo de Israel, por cuanto él te habrá hermoseado. 6 Busquen a Jehová mientras pueda ser hallado. Clamen a él mientras resulte estar cerca. 7 Deje el inicuo su camino, y el hombre dañino sus pensamientos; y regrese a Jehová, quien tendrá misericordia de él, y a nuestro Dios, porque él perdonará en gran manera.

8 “Porque los pensamientos de ustedes no son mis pensamientos, ni son mis caminos los caminos de ustedes —es la expresión de Jehová—. 9 Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que los caminos de ustedes, y mis pensamientos que los pensamientos de ustedes. 10 Porque tal como la lluvia fuerte desciende, y la nieve, desde los cielos, y no vuelve a ese lugar, a menos que realmente sature la tierra y la haga producir y brotar, y realmente se dé semilla al sembrador y pan al que come, 11 así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado. 

12 “Porque con regocijo saldrán ustedes, y con paz se les hará entrar. Las montañas y las colinas mismas se alegrarán delante de ustedes con clamor gozoso, y todos los mismísimos árboles del campo batirán las manos. 13 En vez del matorral de espinas subirá el enebro. En vez de la ortiga que causa comezón subirá el mirto. Y tendrá que llegar a ser para Jehová algo famoso, una señal hasta tiempo indefinido que no será cortada.”

Jesús confirmo que él era la Palabra que Dios había enviado, cuando cito la profecía de Isaías:

De modo que se le dio (a Jesús) el rollo del profeta Isaías, y abrió el rollo y halló el lugar donde estaba escrito: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová”. Con eso enrolló el rollo, se lo devolvió al servidor, y se sentó; y los ojos de todos los que estaba en la sinagoga se fijaron atentamente en él. Entonces comenzó a decirles: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.” (Lucas 4:17-21).

Por lo tanto, al leer estos textos nos damos cuenta que Dios no se deleita en la muerte de los inicuos, sino que en verdad se vuelva de sus malos caminos y que las personas que ejercen verdadera Fe en él y su Palabra, hallen consuelo, junto a todos aquellos fieles que verdaderamente lo aman…… tal como dice en Hebreos 11:6:

Además, sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe y que el mismo recompensa a los que le buscan.”

Contribuido por Jaime Marcelo (Argentina)