sábado, 26 de abril de 2014

¿Y qué hacemos...... con tanto “ungido” suelto por ahí?


Si en algo existe unanimidad entre los distintos representantes de las innumerables confesiones religiosas que existen dentro de la llamada “cristiandad” (y mira que ya es difícil que se pongan de acuerdo en algo) y que en la mayoría de ellas se incluye a su feligresía, es en que todos se consideran “ ungidos” o Hijos de Dios, eso es, bautizados con el espíritu santo de adopción de Este, por tanto hermanos de Jesucristo y en consecuencia, herederos con él en calidad de inmortales reyes y sacerdotes del reino milenario por venir; y con la particularidad, de que como cada uno de ellos afirma pertenecer a la religión “verdadera”, obviamente se da por descontado que los “ungidos” del resto de organizaciones religiosas a su alrededor, son más falsos que “un duro sevillano”. Y para que no hayan malos entendidos, ya les adelantamos que este no es el caso de aquí “los mendas”, eso es, de los dos autores de este blog, pues no pertenecemos a organización religiosa alguna (ni falta que nos hace), ni nos consideramos “ungidos”; es más, lo que nosotros afirmamos es que a día de hoy y eso desde el primer siglo en adelante, no ha existido ni existe sobre la tierra persona alguna que ostente dicha condición de Hijo de Dios y por tanto, que pueda reinar junto a Jesucristo en el milenio…… afirmación que pone al borde de un ataque de nervios a más de uno.

Porque claro, de ser esta cierta, ello dejaría al descubierto a dichos supuestos “hijos” de Dios y futuros “reyes” con Cristo, en el sentido que los expondría públicamente como lo que son: unos vulgares charlatanes mentirosos o “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y por lo que nada de lo que enseñan debe ser tomado en cuenta, pues ya mienten en su primera declaración, eso es, la de ser “ungidos” y por lo que de ningún modo pueden tener la aprobación de Dios; y es que la mentira nunca puede estar asociada con la verdad, como se nos señala en el siguiente pasaje:

La fuente no hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura, ¿verdad? 12 Hermanos míos, la higuera no puede producir aceitunas, ni la vid higos, ¿verdad? Tampoco puede el agua salada producir agua dulce.” (Sant. 3:11-12).

Y es que según la teoría de estos auto-proclamados “ungidos”, cuando uno se bautiza por inmersión en el nombre de Jesucristo, ya recibe el espíritu santo de adopción y por lo que a partir de ese momento ya es declarado Hijo de Dios, con todo lo que eso comporta y que hemos citado al inicio de este escrito…… así es de fácil el alcanzar reinar con Cristo, según dichos caballeros; por lo tanto y según su lógica, si uno no se considera hijo “ungido” de Dios y como es nuestro caso, no puede ser un cristiano por muy bautizado que esté, pues en su empanada mental, solo se puede ser hijo de Dios o hijo de Satanás (algo que sabemos por experiencia, pues de eso último se nos ha acusado a nosotros). Ahora bien, el problema está en que ese planteamiento acerca de las bondades del bautismo en agua, ni se insinúa en las Escrituras, sino que lo que estas más bien nos dicen es que solo con la intervención directa de los apóstoles se concedía el espíritu de adopción de uno como Hijo de Dios…… algo que ya señalábamos en un artículo que publicamos el 24/09/13. Y por lo que nosotros desde este blog, no tenemos nada clara esta supuesta pertenencia de esas personas a un grupo de “ungidos” actualmente presente aquí en la tierra y sin que ello signifique que pongamos en duda la sinceridad de tan personales convicciones; no obstante, sí desearíamos pasar dicha afirmación por el filtro de las Escrituras y contrastando para ello los argumentos en los que se apoyan para confirmar o apoyar tal idea, con lo que estas nos dicen …… porque sencillamente entendemos que la Biblia no corrobora dicha afirmación y por lo que la realidad de ser un “ungido”, tiene que apoyarse no en la convicción personal de uno y por muy sincero que este sea, sino en algo más sólido y como son los hechos que avalan dicha condición, tal como nos demuestra la historia contenida en el registro sagrado.

Pero para centrar el tema, deberíamos primero responder a una pregunta clave que nos puede llevar a una conclusión correcta ¿qué es un “ungido”? Y que simplificando al máximo la cuestión y lejos de toda mitificación, la cosa quedaría así: un “ungido” es aquella persona que ha sido comisionada por el Altísimo, para llevar a cabo una tarea por Él encomendada, por lo que al igual que Jesús, estaríamos hablando de una persona enviada en representación de Jehová:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado.” (Luc. 4:43).

Esta expresión fue una constante en Jesús mientras permaneció en la tierra, hasta tal grado que con frecuencia y a lo largo del evangelio de Juan, le encontramos refiriéndose a Dios, no como “Dios”, ni como “mi Padre”, sino como “el que me envió”; por lo tanto y por extensión, queda claro que un “ungido” es una persona elegida y comisionada por Jehová, “enviada” en su representación para dar adelanto a determinada tarea y prescindiendo por supuesto, del hecho de que reciba la adopción de Hijo de Dios o no: Moisés, por ejemplo, fue “enviado” por Dios para liberar a su pueblo de las garras de Egipto y no gozó de dicha relación paterno/filial con el Creador, como ninguno de los personajes del AT que fueron “enviados” por Jehová para cumplir con determinado propósito del Altísimo…… sin embargo, sí vemos que en su práctica totalidad desarrollaron poderes milagrosos en mayor o menor grado. Luego el primer principio que debemos aceptar en cuanto a la obra de Dios, es que todos Sus obreros son personas “enviadas”; por lo que extendiéndonos en la idea, tenemos que concluir que si no hay comisión divina, no puede haber manifestación divina de poder y por lo que parece quedar claro, que el poder milagroso para cambiar las situaciones en el mundo físico, es una manifestación necesaria en la afirmación de ser uno un “ungido” o comisionado por Dios. Por lo que asumir el rol de “enviado” del Dios Omnipotente y que repetimos, es lo que significa básicamente el término “ungido” y sin embargo, estar incapacitados ante situaciones que desafían Su poder y con las que normalmente se enfrentan aquellos que actúan en Su Nombre, sería una clamorosa contradicción y en la que entran todos esos “iluminados” que, según afirman, serán “reyes” al lado de Jesucristo.

Luego lo dicho nos lleva a una derivada que nos propone la cuestión de cuáles personas son “ungidas”, eso es, el porqué y el cómo de dicho ungimiento; para ello debemos tener en cuenta que las expresiones “ungido” y elegido (o escogido), aunque no son sinónimas, sí son ambas ciertamente interdependientes. Uno no puede ser un “ungido”, sin previamente haber sido elegido (véase el caso de David), del mismo modo que uno no puede afirmar que ha sido “elegido”, sin posteriormente mostrar y mediante el poder recibido por el espíritu santo, su “ungimiento” mediante algún tipo de manifestación externa (tal y como acabamos de afirmar) que de prueba de ello. Otro detalle a tener en cuenta, es el significado de las expresiones “elegido” o “escogido”, que sí son sinónimas y que según el diccionario de la RAE, ambas tienen su raíz en la palabra del latín saligêre, cuyo participio pasivo es selectus (en español “selecto”) y que significa: “Que es o se reputa como mejor, entre las cosas de su especie”. O sea, de ello podemos concluir que escoger o elegir y en el caso que nos ocupa, se refiere a, de entre iguales, escoger o elegir a algunos y que por alguna razón Jehová considera más óptimos para llevar a cabo con la comisión asignada (el caso de Pablo) o bien por orden de aparición en escena (como es el caso que nos ocupa), derecho que por demás tiene el Altísimo, como en su momento nos recordó:

Pero él dijo: “Yo mismo haré que toda mi bondad pase delante de tu rostro y ciertamente declararé el nombre de Jehová delante de ti; y ciertamente favoreceré al que favorezca y ciertamente mostraré misericordia al que le muestre misericordia.” (Exo. 33:19).

Entonces es un “ungido” y ya desde Jesucristo en adelante, aquella persona que elegida de entre otras de igual condición, o sea, de entre seguidores de este, recibió mediante el bautismo en espíritu santo (un bautismo diferente del bautismo en agua), el reconocimiento como Hijo de Dios y con ello los poderes necesarios para llevar a cabo cualquier comisión recibida de Jehová. Luego vemos que en el I siglo, no todos los cristianos bautizados tenían por qué ser “ungidos” (muchísimos no lo fueron), mientras que todos los que fueron “ungidos” o elegidos como sus representantes, tenían que ser cristianos bautizados; y entendiendo, como ya hemos comentado, que el poder referido es un poder que les permitía el realizar actos impensables para el ser humano normal, como nos muestran los primeros capítulos del libro de Hechos de los Apóstoles, con los Pedro, Juan y resto de apóstoles (Pablo entre ellos), así como en el caso de Felipe, Bernabé y otros:

Por lo tanto, ellos (Pablo y Bernabé) pasaron bastante tiempo hablando con denuedo por la autoridad de Jehová, quien daba testimonio de la palabra de su bondad inmerecida, concediendo que mediante las manos de ellos ocurrieran señales y portentos presagiosos.” (Hech. 14:3). (Acotación nuestra).

Y si se nos permite la observación, hoy en día no hay nadie con capacidad de realizar tales logros o portentos presagiosos, porque habría que pensar que de haberlos, ya nos habríamos enterado de ello; por lo que, en consecuencia, no hay actualmente nadie en nuestros días que pueda afirmar el haber sido escogido/ungido/enviado por el Altísimo, para una comisión en particular, por ejemplo, la tan “cacareada” predicación de las buenas nuevas del reino en toda la tierra habitada que afirman estar llevando a cabo los supuestos “ungidos” actuales, pues dicha obra anunciada en Mat. 24:14 no se puede estar realizando en nuestros días, pues aún no hay mandato divino al respecto. Ya sabemos que más de uno se escandalizará ante esta afirmación (sobre todos, los TJ), pero es que si esa obra se estuviera realizando en el momento actual y como continuación de la iniciada por Jesús en su momento, se nos plantearía la siguiente cuestión ¿para qué entonces, se le tendría que haber dicho al apóstol Juan en la Revelación, que le sería necesario “profetizar de nuevo”? (“otra vez” según versiones); veamos:

Y me dicen: “Tienes que profetizar de nuevo respecto a pueblos y naciones y lenguas y muchos reyes.” (Rev. 10:11).

La prueba de que esta comisión de Mat. 24:14, reservada para los últimos días y como preludio de la gran tribulación (que aún no ha llegado), no es la que se está efectuando en nuestros días, es que Jehová aún no ha enviado a nadie para poner en marcha dicha comisión, algo que se deduce de lo que leemos en Rev. 11:3-6 en donde se nos dice lo siguiente:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 (……). 5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”

Entonces si aún no han aparecido esos poderosísimos “dos testigos” o pequeño resto de personas de la clase de Juan (eso es, “ungidos” verdaderos) y que de haberlo hecho ya lo habríamos notado, es obvio que dicha comisión divulgadora aún no se ha iniciado y que, notemos, se tiene que llevar a cabo en tan solo 1.260 días o tres años y medio…… ahora solo preguntémonos el tiempo que llevan predicando esos falsos “ungidos” o las organizaciones en nombre de las que afirman hablar esos supuestos “enviados” de Dios y saquemos la cuenta: la que menos lleva, rondará los 90 o 100 años dando “la matraca”; con el añadido, de que en todo ese tiempo no hemos tenido noticia alguna de ese tremendo despliegue de poder del que nos habla el pasaje en cuestión, así como que la condición del “personal” en la tierra no solo no mejora con tanta predicación, sino que empeora cada día más.

Por lo que y aunque es cierto que hoy en día se están haciendo muchos esfuerzos en ese sentido, las organizaciones dedicadas a ello han resultado fraudulentas (Testigos de Jehová, Adventistas, Mormones, etc. etc. etc.), por lo cual es obvio que las tales no pueden ser un instrumento usado por nuestro Creador; tenemos por otra parte a Internet con el inmenso caudal de información al respecto, pero que de ninguna manera llega a toda la tierra habitada (por falta de medios, pues aún hay millones de personas en zona subdesarrolladas que no disponen de dicho instrumento) y que además, en aquellos lugares adelantados que sí tienen acceso a dicho medio, la inmensa mayoría de las personas no tiene el más mínimo interés en ese tema, ocupadas como están en mantener el ritmo trepidante de sus vidas…… luego ¿por qué tan nulos resultados, ante tan loables esfuerzos por extender las “buenas nuevas” del reino? Porque recordemos que estas se tendrán que conocer en “toda la tierra habitada” antes de que venga “el fin”; pero para encontrar la respuesta a esa pregunta formulada, nos tendríamos que remontar muy atrás en el tiempo y escuchar unas palabras de Jehová, de las que dejó constancia Jeremías:

Yo no envié a esos profetas y ellos corrieron. No les hablé y ellos profetizaron (predicaron o anunciaron).” (Jer. 23:21). (Acotación nuestra).

Y veamos ahora, las consecuencias de ese actuar, eso es, el hablar sin mandato expreso de Jehová:

Aquí estoy yo contra los profetas de sueños falsos, es la expresión de Jehová, que los cuentan y hacen que mi pueblo ande errante debido a sus falsedades y debido a su jactancia (por identificarse como enviados Suyos, cuando no lo son). Pero yo mismo no los envié ni les di orden. Así que de ninguna manera aprovecharán (sus palabras o prédicas) a este pueblo”, es la expresión de Jehová.” (Jer. 23:32). (Acotaciones nuestras).

Entonces vemos una directa relación causa/efecto, entre la tremenda falta de resultados con el no haber sido esas personas o las organizaciones a las que pertenecen, comisionadas o “enviadas” directamente por Jehová y lo que nos lleva a considerar lo que nos señala nuestro Creador en el siguiente pasaje de Jeremías, acerca de la efectividad de su palabra, según la versión DHH y que les rogamos presten atención al verso 29:

¡Si un profeta tiene un sueño, que diga que es un sueño, pero si recibe mi palabra, que la anuncie fielmente! No se puede comparar la paja con el trigo. 29 Mi palabra es como el fuego, como un martillo que hace pedazos la roca (eso es, que produce sin falta resultados). Yo, el Señor, lo afirmo. 

30 Por eso me declaro contra esos profetas que se roban unos a otros mis palabras (eso es, cada uno asegura tener él la verdad y no así el resto). Yo, el Señor, lo afirmo. 31 Me declaro contra esos profetas que hacen pasar como mensaje mío, cosas que ellos inventan. 32 Me declaro contra esos profetas que cuentan sueños mentirosos; que con sus mentiras y habladurías hacen que mi pueblo se extravíe. Yo no los he enviado ni les he dado orden alguna, así que son incapaces de ayudar al pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jer. 23:28-32). (Acotaciones nuestras).

O lo que es lo mismo, que Su palabra y en boca de Sus “enviados”, tiene efecto y deja huella de su paso en las personas; todo lo contrario a lo que estamos observando en nuestros días, donde nadie en absoluto y por diversas circunstancias, hace el más mínimo caso de la predicación de los innumerables “profetas” existentes hoy en día. Según Jehová, profetas que Él “no ha enviado”, manteniéndose por lo tanto la máxima antes expuesta en el sentido de que “si no hay comisión divina, no puede haber obra divina” y por tanto, manifestaciones de poder del espíritu santo. Y es que de lo que nos está hablando la Biblia en Mat. 24:14, es de una predicación mundial persona a persona y por medio de unos agentes debidamente reconocidos como representantes legales de Jehová, mediante las obras poderosas (a modo de tarjeta de presentación) que les será permitido llevar a cabo, como se nos dice de los “dos testigos” de Rev. 11:3-6 y personajes, dicho sea de paso, que serán elegidos de entre cristianos de hoy en día y que tengan las debidas cualidades espirituales requeridas por Jehová…… y que habrá una inmensa cantidad de personas que les apoyarán en su comisión y sin necesidad de ser “ungidos”, lo prueba el contenido de la profecía de Joel 2:28-29 y refrendada por el apóstol Pedro en Hech. 2:17-18, en esta ocasión, según versión de la TLA:

En los últimos tiempos les daré a todos de mi Espíritu: hombres y mujeres hablarán de parte mía; a los jóvenes les hablaré en visiones y a los ancianos, en sueños. 18 También en esos tiempos les daré de mi Espíritu a los esclavos y a las esclavas, para que hablen en mi nombre.”

Eso es, que el Altísimo haría una manifestación de su espíritu santo de mucho más calado que en el I siglo y que abarcaría no solo a unos pocos (como ocurrió en ese tiempo), en este caso al resto “ungido” por aparecer y prefigurado por los mencionados “dos testigos” de Rev. 11:3, sino también a todos aquellos que colaboren con estos en llevar adelante dicha comisión, como se desprende de la parábola de “las ovejas y las cabras” de Mat. 25:31-46 y de la que ya en su momento les hablamos……y de ahí, que solo se precisen tres años y medio o 1.260 días, para abarcar el planeta entero. Pero fíjense que lo que se nos dice en ese pasaje que recién hemos leído, es que esas personas hablarán de “parte suya” o en su nombre y algo que, como en el I siglo, quedará probado por los hechos poderosos que dicho espíritu santo les permitirá llevar a cabo y cómo no puede ser de otra manera; y dado que de momento y por mucho que lo afirmen, nadie puede probar que ha sido comisionado por Jehová mediante el llevar a cabo dichas obras del espíritu santo, ninguna organización religiosa aquí en la tierra puede probar que ha sido comisionada por el Altísimo para representarle por medio de sus pastores o como quieran llamarles, eso es, el hablar “en su nombre”…… por lo que eso que nos cuentan, no son más que “fantasías engañosas” y como hemos leído en la profecía de Jeremías.

Por lo tanto, cuando se les acerque alguno de esos supuestos “hijos de Dios” que se identifican a sí mismos como “ungidos” y que les hablan de un rapto, o que si usted se bautiza en nombre de Cristo será aceptado para reinar con él, o que el reino de Dios ya fue instaurado en el cielo en 1.914, etc. etc. etc., sepan que les están mintiendo; y si quieren convencerse de que ello es como se lo decimos, hagan una simple prueba: exíjanles que les muestren sus “credenciales” como “enviados” de Dios, eso es, alguna manifestación del poder del espíritu santo obrando en uno. Recuerden que acabamos de leer en Joel, que todos los que vengan en Su Nombre, podrán demostrarlo mediante las obras milagrosas que llevarán a cabo y que les identificará como Sus “enviados”…… al menos, eso es lo que corroboró Jesús con sus palabras en Mar. 16:15-20:

Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas; 18 y con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.

19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.”

Señales que obraban como “credencial” de estar uno representando al Soberano del Universo, Jehová Dios, pues esto es lo que siempre ha hecho Este: cuando a comisionado a alguna persona para hacer algo y la Biblia está llena de ejemplos de ello, siempre la ha dotado de los poderes necesarios para llevarla a cabo…… de no ocurrir así en ese momento ya cercano de iniciar la gran predicación de Mat. 24:14, las palabras que acabamos de leer serían mentira. Sin embargo, nos encontramos con la contradicción de que esos supuestos “ungidos” actuales, nos dicen que a día de hoy ya no son necesarias manifestaciones poderosas para demostrar uno su condición de enviado de Dios y con lo que están llamando mentiroso al propio Hijo de Este, Jesucristo…… luego la pregunta es ¿a quién se cree usted? Si se cree a Jesucristo, lo primero que tiene que hacer en salirse de ese entramado infecto de religión falsa que es la “cristiandad” en toda su extensión, pues este es el mandato divino:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4).

Y con la particularidad, de que estas palabras son muy usadas por los TJ (lo sabemos por experiencia) para hablarle de la necesidad de salirse de la religión “falsa” en la que usted está encuadrado y sin darse cuenta de que ellos también se encuentran en semejante situación de peligro, pues la organización a la que pertenecen y de la que se les ha contado la “milonga” de que es la “verdadera” (encima van y se lo creen), resulta ser tan falsa como todas las demás…… y ahí están los hechos que lo demuestran. Recordemos por otra parte y para apoyar nuestra afirmación, que esta secta también tienen sus propios “ungidos” y que tampoco pueden demostrar dicha condición de forma alguna; es más, fueron estos mismos “ungidos” y miembros de su famoso “Cuerpo Gobernante”, órgano de dirección del que emanan todas las enseñanzas o “alimento espiritual” que reciben los TJ, los que en la revista conocida como La Atalaya (órgano oficial de adoctrinamiento) del año 1.981 y en su número del 15 de Julio, pág. 29, afirmaron lo siguiente con relación a sus constantes cambios de rumbo y bajo el suave planteamiento “¿Por qué ajustes en el entendimiento?”…… pero veamos lo que dijeron:

El “esclavo” no está bajo inspiración divina; más bien, continúa escudriñando las Escrituras y examinando detenidamente los acontecimientos mundiales, así como la situación en que se encuentra el pueblo de Dios, a fin de entender el cumplimiento progresivo de las profecías bíblicas (eso es, que “levantan la cola al burro” y saben si es macho o hembra). Debido a limitaciones humanas, a veces puede haber un entendimiento incompleto o incorrecto de algún asunto que quizás requiera corrección más tarde.” (Obviamente, acotación nuestra).

Por lo que si esos personajes que dirigen a los TJ, resulta que “no están bajo inspiración divina” (y estamos hablando de una declaración de parte), por tanto sujetos a las “limitaciones humanas”, lo que hay que entender es que mienten como bellacos al afirmar que son miembros de la “clase ungida”, eso es, Hijos de Dios y por tanto “reyes” durante el milenio junto a Cristo. Y es que según nos cuentan, reinarán desde “el cielo” sobre su gran muchedumbre de “otras ovejas”, que serán sus súbditos aquí en la tierra; pero claro, ello se topa con lo que dijo Pablo en Rom. 8:14 y leído de su propia traducción bíblica:

Porque todos los que son conducidos por el espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios.”

Luego sí reconocen no estar bajo inspiración divina, eso es, que no son conducidos o guiados por el espíritu santo y que es lo que significa el “no estar bajo inspiración divina”, según las palabras de Pablo obviamente no son Hijos de Dios y por lo que está claro que Jehová no los está usando para nada, por lo que al igual que las demás organizaciones religiosas de la cristiandad, no son más que falsos profetas y contra los que el Altísimo dice estar. Sin embargo, sus adeptos y en el colmo del absurdo, a pesar de esa concluyente declaración de parte continúan con “la burra en el pesebre”, eso es, afirmando pertenecer a la religión “verdadera” y contribuyendo por tanto a expandir la mentira entre aquellas personas que les escuchan, lo que las hace culpables ante Dios de proclamar falsedades; y que no se crean esas personas que escaparán del juicio divino, pues esto es lo que dijo Jesús respecto de aquellas organizaciones religiosas que predican falsedades y de aquellos que se las creen y contribuyen a su expansión:

En respuesta, él dijo: “Toda planta que mi Padre celestial no ha plantado será desarraigada. 14 Déjenlos. Guías ciegos es lo que son. Por eso, si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo”.” (Mat. 15:13-14).

 MABEL

martes, 22 de abril de 2014

Las “Lunas de sangre”: ¿Casualidad…… o señales que anuncian “algo”?


Probablemente y a estas alturas de la “película”, ya estarán ustedes enterados de la aparición en nuestros cielos entre el 14 y el 15 de este actual mes de Abril, de la primera de una serie de cuatro “lunas rojas” y fenómeno astronómico conocido como “tétrada”, que se produce cuando nuestro satélite se sitúa dentro de la sombra (umbra) que proyecta la Tierra al interponerse entre el Sol y la Luna; en principio, este evento y que no es más que un eclipse lunar de los que los habrá habido por cientos a lo largo de la historia conocida (la mayoría parciales), se ha convertido casi en una singularidad por las circunstancias que concurren en el mismo: dicho fenómeno se producirá cuatro veces seguidas en dos años (de ahí lo de tétrada) y en las mismas fechas, en las que nuestro satélite y por efecto de la reflexión de la luz solar en nuestra atmosfera, adquirirá un acentuado color rojizo cuando entra en su “umbra” y lo que ha derivado en que se conozcan como “lunas de sangre”. A modo de curiosidad, digamos que la coincidencia de la "luna de sangre" con días festivos de la Pascua Judía sólo se ha producido dos veces en los últimos cinco siglos y en ambas ocasiones tenía que ver con Israel, pues estaba en juego la supervivencia de la nación: en 1949, con la guerra de independencia del país tras su proclamación como Estado el año anterior y en 1967, en la Guerra de los Seis Días…… será casualidad o no, pero estos son los hechos.

Por lo que debido a la “escandalera” que dicho evento ha levantado, nos hemos decidido a dar nuestra impresión sobre el particular, aunque no nos extendernos en asuntos técnicos en nuestro escrito; pues no solo no somos expertos en el tema, sino que además cada uno de ustedes tiene la posibilidad de averiguar con todo lujo de detalles en Internet sobre el caso y por lo que nosotros iremos a lo que nos interesa y que tiene que ver con lo que pueda significar dicho evento en nuestros tiempos. Porque es cierto que hemos dicho que no es más que un fenómeno astronómico y, aunque infrecuente, repetido en el tiempo…… pero no es menos cierto, sin embargo, que hay ciertas circunstancias que hacen de este suceso que vamos a vivir por espacio de dos años, algo tan extraordinario como sorprendente: las cuatro “lunas rojas” aparecerán precisamente en coincidencia con dos de las tres fiestas más grandes señaladas en el calendario hebreo y en el que se mueve Israel, como son la Pascua y la fiesta de los Tabernáculos (la otra sería el Pentecostés) de 2.014 y 2.015 y que para los judíos son el 5.774 y 5.775 respectivamente. Añadámosle a ello, el hecho de que entre el segundo y el tercero de esos cuatro eclipses lunares, está intercalado un eclipse total de Sol y también coincidente con otra celebración importante del pueblo de Israel, como es la del final del año hebreo y la entrada al nuevo año (la fiesta del Rosh Hashaná), eso es, un eclipse de Sol que demarcará el fin de 5.774 y el inicio del 5.775, correspondiente al 20 de Marzo de 2.015 de nuestro calendario gregoriano; y que para que no decaiga la fiesta, resulta que según los científicos de la NASA, los tres primeros eclipses de la tétrada se verán desde América y Oceanía (zona del Pacífico), mientras que solo el último y previsto para el 28 de septiembre de 2015 será perfectamente visible en toda Europa, por ende en Israel. Y por aquello de que “para que falte, más vale que sobre” dicho eclipse coincidirá con un máximo acercamiento de nuestro satélite con la Tierra y por lo que lo que se verá desde Jerusalén, será una grandiosa y espectacular “luna roja”…… ¿coincidencias o “señales”?

Bien, nosotros no lo sabemos a ciencia cierta y por lo que evitaremos el pronunciarnos, pero lo que sí que nos atrevemos a decir es que la cosa es como mínimo sorprendente, pues todo apunta a que aquí está pasando algo raro…… y es que como diría nuestro amigo el castizo “tantas casualidades nos confunden”. Porque claro, cuando tenemos en cuenta que la Biblia señala directamente a Israel como el referente de Dios (Dan. 9:24) sobre las cosas que tienen que ver con la humanidad (o dicho en otras palabras, Israel es el reloj profético de Jehová) y que, por otra parte, estamos hablando de fenómenos astronómicos coincidentes con fiestas judías, uno no puede sustraerse de pensar que algo se nos podría estar queriendo decir. Y es que siendo cierto que durante los sucesos mencionados de los años 1.949 y 1.967 en Israel, también ocurrieron otros eventos en distintos lugares del mundo, no es menos cierto y como ya hemos mencionado, que nuestra atención debe de estar dirigida a lo que sucede en Israel, a tenor de lo que leemos en el pasaje de Dan. 9:24 señalado:

Hay setenta semanas (de años) que han sido determinadas sobre tu pueblo (Israel) y sobre tu santa ciudad (Jerusalén), para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos y para imprimir un sello sobre visión y profeta (eso es, el cumplimiento íntegro de todas las profecías) y para ungir el Santo de los Santos.” (Acotaciones nuestras).

Fijémonos en que ese período de tiempo que nos tendría que conducir al reino de Dios, tenía que ver con Israel y su santa ciudad Jerusalén y no con el resto de las naciones del planeta; lo que deja muy claro que lo que ocurra en esa nación nos tiene que mantener alerta al resto de la humanidad, eso es, que todas las cosas que ocurran en el mundo y que estén relacionadas con esa nación, como la coincidencia de esos eventos astronómicos mencionados con las festividades de dicho pueblo, tienen que ponernos en alerta ante posibles sucesos que se puedan producir…… máxime cuando en las Escrituras leemos lo siguiente y que citamos como fundamento sobre el que estructurar nuestro tema:

Y Dios pasó a decir: “Llegue a haber lumbreras en la expansión de los cielos para hacer una división entre el día y la noche; y tienen que servir de señales y para estaciones y para días y años. 15 Y tienen que servir de lumbreras en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra”. Y llegó a ser así. 16 Y Dios procedió a hacer las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominar el día y la lumbrera menor para dominar la noche y también las estrellas. 17 Así las puso Dios en la expansión de los cielos para brillar sobre la tierra 18 y para dominar de día y de noche y para hacer una división entre la luz y la oscuridad. Entonces vio Dios que era bueno. 19 Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día cuarto.” (Gén. 1:14-19).

Según este pasaje, siempre y cuando nuestro análisis del mismo sea el correcto, el Sol y la Luna están para alumbrar al ser humano y hacer una división entre la luz y la oscuridad (vs. 17-18)…… sin embargo, no podemos pasar por alto lo que se nos dice en el verso 14: aparte de dividir el día y la noche, tendrían que servir como “señales” para estaciones, días y años; añadamos el dato y para acabar de entender lo que estamos leyendo del pasaje transcrito, que la palabra hebrea para “estaciones”, significa también “fechas señaladas” o “solemnidades”. Que ello es así, queda corroborado por la interpretación que de esa palabra del verso 14 hacen algunas versiones de la Biblia como, por ejemplo, las siguientes que citamos:

BJ: “Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche y valgan de señales para solemnidades, días y años.”

DHH: “Entonces Dios dijo: «Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y separen el día de la noche y que sirvan también para señalar los días, los años y las fechas especiales.”

PDT: “Después Dios dijo: «Que haya luces en el firmamento del cielo, para poder así separar el día de la noche y para que sirvan para señalar los días, los años y las festividades.”

SB: “Dijo Dios: "Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche y valgan de señales para solemnidades, días y años.”

Luego confirmado en principio dicho extremo, fijémonos en que el común denominador en este pasaje de Gén. 1:14, es que una de las misiones de dichas lumbreras era la de “señalar” algo, eso es, que por medio de algo que sucedería en ellas se anunciarían sucesos o acontecimientos a ocurrir en la corriente del tiempo…… lo que nos lleva hasta la profecía de Joel 2:28-31 y proyectada hacia el final de los tiempos:

Y después de eso tiene que ocurrir que derramaré mi espíritu sobre toda clase de carne y sus hijos y sus hijas ciertamente profetizarán. En cuanto a sus viejos, sueños soñarán. En cuanto a sus jóvenes, visiones verán. 29 Y aun sobre los siervos y sobre las siervas derramaré en aquellos días mi espíritu.

30 Y ciertamente daré portentos presagiosos en los cielos y en la tierra, sangre y fuego y columnas de humo. 31 El sol mismo será convertido en oscuridad y la luna en sangre, antes de la venida del día de Jehová, grande e inspirador de temor.”

Por lo que si leemos el pasaje correctamente, vemos que lo que se nos anuncia son “portentos presagiosos” en el cielo, por una parte y “sangre, fuego y columnas de humo” en la Tierra por otra y lo que vendría a ser el equivalente de situación calamitosa en esta, eso es, violencia, guerra y terribles desastres naturales, como terremotos, inundaciones, brutales sequías, pavorosos incendios, misteriosos socavones que aparecen de repente, etc. etc. y que es lo que estamos viendo hoy en día a nuestro alrededor. Y que esta profecía aplicaría fundamentalmente en el final de los tiempos, queda claro por la forma en que la aplicó el apóstol Pedro cuando esta tuvo un primer cumplimiento en el Pentecostés de 33 E.C y en donde encontramos el siguiente matiz:

Y en los últimos días -dice Dios- (eso no está en la profecía de Joel) derramaré algo de mi espíritu sobre toda clase de carne y sus hijos y sus hijas profetizarán y sus jóvenes verán visiones y sus viejos soñarán sueños; 18 y aun sobre mis esclavos y sobre mis esclavas derramaré algo de mi espíritu en aquellos días y profetizarán (o predicarán). 19 Y daré portentos presagiosos en el cielo arriba y señales en la tierra abajo, sangre y fuego y neblina de humo; 20 el sol será convertido en oscuridad y la luna en sangre antes que llegue el grande e ilustre día de Jehová.” (Hech. 2:17-20). (Acotaciones nuestras).

Entonces y partiendo del hecho de que no hay constancia de que la segunda parte de dicha profecía (vs. 19-20) se cumpliera en el primer siglo, parece quedar claro que los sucesos predichos y como indicó Pedro, tendrán que ocurrir en nuestros tiempos; y dado que las “señales en la tierra” ya las tenemos identificadas (“sangre, fuego y neblina de humo”, o sea y como ya hemos apuntado, violencia y destrucción de todo tipo), pues estas están ocurriendo desde hace tiempo, solo podemos entender que los “portentos presagiosos” anunciados para el cielo y que complementarían a los mencionados sobre la Tierra, tendrían que ver con sorprendentes fenómenos astronómicos como los que estamos enfrentando y que tuvieron su inicio el 14/15 de este mes de Abril de 2.014, con la aparición de la primera de las “lunas rojas” de una serie de cuatro. Y fíjense además, que en las palabras de ambos personajes (Joel y Pedro) se nos advierte de que dichos sucesos y en conjunto, ocurrirían antes de la llegada el “gran día” de Jehová, eso es, la “gran tribulación” y a ocurrir durante la segunda parte de la profética semana 70 de Dan. 9:27; lo que nos lleva y volviendo a esos versos 19 y 20 parafraseados por Pedro de la profecía de Joel, a las palabras de Jesús que se registran en Luc. 21:25-28 y en donde, efectivamente, se nos habla de la confluencia en el tiempo de una situación de conflicto extremo en la Tierra con los mencionados sucesos astronómicos y pasaje en el que leemos como sigue:

También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.”

Es obvio que entre estas “señales” del Sol concretamente y aparte de ese mencionado eclipse solar tan estratégicamente situado entre la segunda y la tercera “luna de sangre”, habría de mencionarse la inusitada actividad del astro rey en ese final de ciclo solar en el que ha estado inmerso y que aún tiene sorprendidos a los científicos, que no saben que es lo que realmente está pasando en nuestra estrella. Pero es cierto que alguien nos podría señalar que no se cumple lo de las señales “en las estrellas” del verso 25…… pero no es menos cierto que a quién diga esto se le pasa algo por alto; y es que por estrella se entiende, no solo los soles que contemplamos en nuestra galaxia, sino cualquier objeto que esté situado en el espacio y que en cualquier momento determinado brille, como puede ser un meteorito (de ahí, figurativamente, lo de “lluvia de estrellas” cuando caen masivamente). Y lo que está claro en este aspecto, es que incluso los astrónomos están desconcertados por lo gran cantidad de misteriosas “bolas de fuego” avistadas en todo el mundo y de las que se desconoce su origen, pues mientras unos afirman que nos encontramos ante la de caída de “chatarra espacial”, eso es, restos de satélites artificiales, otros lo niegan y afirman que se trata de meteoritos de más o menos tamaño que se nos vienen encima con una frecuencia inusitada, como el que cayó en la ciudad rusa de Cheliabinsk en los Urales y que dejó más de mil heridos y pérdidas materiales por valor de treinta millones de dólares, o como el del pasado día 19 de este mes de Abril, en que nos desayunábamos con la noticia de que otro meteorito cayó cerca de la ciudad también rusa de Murmansk, cercana a la frontera con Finlandia…… y ello sin contar, la innumerable cantidad de ellos que han caído en lugares desiertos o en el mar y detectados en la NASA por las explosiones que producen a su entrada en la atmosfera terrestre.

Pero volviendo al tema de las “lunas rojas”, tenemos y como ya hemos señalado, que siempre que ha ocurrido dicho fenómeno astronómico coincidiendo con fiestas de Israel, han ocurrido sucesos importantes en el devenir de esta nación; pero siendo el caso que hoy nos ocupa un tanto peculiar. Y es que en esta ocasión, lo inusual no radica tanto en la ocurrencia del hecho en sí mismo y en su coincidencia con señaladas festividades judías, sino por la circunstancia de que este fenómeno astronómico y en la misma secuencia en la que se va a producir, no se volverá a repetir en aproximadamente 500 años, según los expertos…… y lo que hace del mismo algo a lo que prestar atención de una manera muy especial, pues no sería descartable la posibilidad de que realmente nos encontremos antes “señales” que nos adviertan de que algo va a suceder . No pasemos por alto el hecho de que cuando Jesús estuvo aquí en la tierra y en una de las muchas “trifulcas” que mantuvo con los escribas y fariseos, les hizo notar lo siguiente y según la versión DHH:

Los fariseos y los saduceos fueron a ver a Jesús y, para tenderle una trampa, le pidieron que hiciera alguna señal milagrosa que probara que él venía de parte de Dios. 

2 Pero Jesús les contestó: «Por la tarde dicen ustedes: “Va a hacer buen tiempo, porque el cielo está rojo”; 3 y por la mañana dicen: “Hoy va a hacer mal tiempo, porque el cielo está rojo y nublado.” Pues si ustedes saben interpretar tan bien el aspecto (o señales) del cielo (por medio de acontecimientos normales en este), ¿cómo es que no saben interpretar las señales de estos tiempos? 4 Esta gente malvada e infiel pide una señal milagrosa; pero no va a dársele más señal que la de Jonás.” (Mat. 16:1-4). (Acotaciones nuestras).

O sea, que lo que aquí se nos dice realmente, es que a aquellas personas no se les daría una señal adicional o especial, sino que tenían que conformarse con lo que estaba a su alcance en esos momentos como era la “señal de Jonás”, eso es, el estar tres días y tres noches en lo profundo. Luego lo que parece que se nos está diciendo a nosotros, es que tampoco se nos dará una señal específica que marque el regreso de Jesucristo, sino que también tenemos que echar mano de lo que está a nuestro alcance y como son los signos de los tiempos…… lo que nos llevaría a unas señales que Jesús nos dio en Mat. 24:29 y en donde leemos así:

Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido y la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos.”

Y entendiendo por “la tribulación de aquellos días” en este pasaje, los sufrimientos actuales y que la humanidad lleva padeciendo por siglos; por otra parte y bíblicamente, dichos “poderes de los cielos” hacen referencia a gobernación humana y que es lo que estamos viendo a día de hoy, en el sentido que los gobiernos son incapaces de encontrar una solución a las tremendas dificultades por las que pasa la humanidad y de ahí, las palabras de Lucas en el sentido de que “sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida” a tanta dificultad (Luc. 21:25). Luego todo considerado y tomando en cuenta las palabras de Jesús en Mat. 16:1-4, habría que pensar que estos sucesos por acontecer y tomados en su conjunto, no son señales expresamente puestas ahí como una advertencia o anuncio al “personal” para determinar el momento del regreso de Jesucristo, sino que lo que se nos está diciendo es que dicho regreso se produciría cuando se produjeran determinados acontecimientos en el firmamento y coincidentes en el tiempo con lo que ocurriera sobre la Tierra, lo cual es muy diferente. Porque no tener eso en cuenta no contribuye más que a confundir al “respetable”, pues este alega que dichos fenómenos son propios del movimiento estelar y siempre han existido, así como que en la tierra siempre han habido épocas más críticas que otras y lo cual sería cierto, por lo que no estaríamos más que ante una simple casualidad…… pero no: lo que se nos está diciendo es que cuando sean coincidentes ambas situaciones en el tiempo, las astronómicas con las de un grave deterioro en la situación en la Tierra (nunca esta ha estado tan al borde de la auto-aniquilación), en ese momento es en el que se iniciarían los acontecimientos que derivarían en el regreso de Jesucristo; eso es, el comienzo de la profética semana 70 de Dan. 9:27. Porque si analizamos lo que sigue a continuación de Mat. 24:29 y que ya hemos leído, vemos que es esto:

Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días el sol será oscurecido y la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos. 30 Y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. 31 Y él enviará sus ángeles con un gran sonido de trompeta y ellos reunirán a los escogidos de él desde los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta su otro extremo.” (Mat. 24:29-31).

Y ese reunir de los siervos de Dios, sabemos que se produce en la primera mitad de dicha semana 70 de Daniel y por lo que estaríamos hablando de una secuencia correlativa en el tiempo, de los sucesos que estamos contemplando e iniciados el 14/15 de Abril del año en curso, con los prolegómenos del establecimiento del reino de Dios en la tierra y de lo que se nos habla precisamente en Rev. 7:1-3:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles (inicio de la “gran tribulación”), hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.” (Acotación nuestra).

Por lo que se podría decir y recurriendo una vez más a nuestro amigo el castizo, aquello de que “cuando el rio suena, agua o piedra lleva”; porque, repetimos, sin pronunciarnos sobre el tema (aunque sí tenemos una opinión formada), lo que sí es cierto es que nos encontramos ante demasiadas “casualidades”. Luego lo que les recomendamos, es que busquen toda la información que puedan y con la Biblia en la mano, contrástenla con lo que nosotros les hemos dicho y saquen sus propias conclusiones…… y que para ayudarles, ahí les dejamos un dato: lo que está ocurriendo hoy en el mundo (básicamente dentro del cristianismo), se ajusta al milímetro con las siguientes palabras de Jesús:

Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:37-39).

Y es que la gente está tan absorta en sus asuntos cotidianos, que no prestan ninguna atención a las cosas de Dios, por lo que les ocurre como a los escribas y fariseos del día de Jesús: saben distinguir las “señales de los cielos”, pero pasan por alto las “señales de los tiempos”.

MABEL

martes, 15 de abril de 2014

¿Mantiene usted…… una “actitud de espera” en Dios?


Uno de los muchos contrastes que percibimos entre las personas a nuestro alrededor, es que mientras unas se derrumban cuando se encaran a intensas dificultades, hay las otras que pasando por igual dolorosa experiencia o incluso hasta por peores circunstancias, asumen la situación adversa con una gran entereza; y tal parece que ello las fortalece para afrontar futuras penalidades, por lo que se podría afirmar que han sacado una consecuencia positiva, partiendo de una circunstancia negativa. De manera similar, mientras hay personas que hasta reniegan de la existencia misma de Dios cuando son sometidas a dificultades prolongadas, cuando no le acusan directamente de ser el causante de sus desdichas, hay las otras que pasan por pruebas severas con una fe inquebrantable en el Dios Todopoderoso…… luego la pregunta sería ¿por qué esta diferencia?

Pues porque las primeras se amargan y pierden la fe, probablemente debido a que se consideran demasiado importantes (solo piensan en sí mismas y por lo que evitan ver lo que está envuelto en la situación) y no reconocen que son generalmente los propios errores de uno los que provocan la mayoría de situaciones adversas por las que están atravesando, pues somos humanos imperfectos que vivimos bajo pecado, en un mundo que pasa por alto las leyes de Dios y ello, lógicamente, tiene sus consecuencias…… una de ellas y dicho sea de paso, lo difícil que resulta ser una persona que tenga una “actitud de espera” en Jehová Dios ante semejante entorno; por otra parte, incorrectamente le atribuyen al Altísimo las cosas malas de las cuales los hombres son los únicos responsables y con lo que no aprenden nada provechoso de las dificultades en las que se ven metidos…… y siendo el caso que después de que experimentan alivio de las mismas, generalmente se olvidan del asunto y quizás reflejen aún características o actitudes más indeseables que las anteriores y lo que las lleva a cometer peores errores. Sin embargo las segundas y para que eso no les suceda, hacen un esfuerzo por sobreponerse a sus problemas y beneficiarse de todo aquello que pueda acontecerles en este mundo plagado de maldad, eso es, sacar de ello una lección práctica y positiva, para lo que se necesita tener una perspectiva correcta de lo que está implicado en el asunto. Ahora bien, alguien podría preguntarse cuál es la fórmula “magistral” para conseguir mantener esta actitud ante la adversidad: y se requiere, sencillamente, el que tengamos un punto de vista correcto en cuanto a las causas del porqué del sufrimiento humano; y ello nos lleva a un libro bíblico frecuentemente pasado por alto por el “respetable” y que es precisamente un libro de lamentos, pues de hecho se le conoce con el descriptivo nombre de Lamentaciones y que nos ayuda a poner esta cuestión que nos planteamos, en la perspectiva correcta.

El libro, escrito por el profeta Jeremías después de la destrucción de Jerusalén y su templo por Nabucodonosor y sus habitantes deportados a Babilonia, contiene cinco poemas en los que se expresa lamento por la terrible destrucción que le sobrevino a Jerusalén a manos de los babilonios; en el tercer poema y en el que nos vamos a centrar, el profeta Jeremías, llevado por el espíritu de Dios, desahoga sus sentimientos intensos y aunque habla en primera persona, habría que entender que lo que está haciendo es “personificar” el sentir de la entera nación hebrea ante dicha catástrofe, eso es, el sentir de la nación rebelde de Israel, representada en la figura de un “hombre físicamente capacitado” (Lam. 3:1-18). Sin embargo y en un plano personal, aunque Jeremías también sufrió junto con la entera nación dicha calamidad, no permitió que la amargura hiciera presa en él y de ahí el sabio y estimulante consejo que vamos a leer; pues desplegando un punto de vista positivo del asunto, esperaba con esperanza el tiempo en que el favor de Dios estaría de nuevo con su pueblo y por lo que aceptó lo que le ocurrió a la nación, como lo que realmente era: una justa ejecución del juicio divino, por los continuados actos de rebelión del pueblo judío por casi 700 años. La esperanza de una liberación futura, repetimos y de un revertir en la situación, sustentó a Jeremías y como queda patente de sus palabras, que hoy nos tienen que servir de estímulo a los que las leemos:

Acuérdate de mí aflicción y de mi estado sin hogar, del ajenjo y de la planta venenosa. 20 Sin falta se acordará tu alma y se inclinará sobre mí. 21 Esto es lo que traeré de vuelta a mi corazón. Por eso mostraré una actitud de espera.” (Lam. 3:19, 21).

Jeremías no permitió que la amargura inundara su corazón, sino que lo que puso en este o trajo “de vuelta” al mismo, fue la esperanza de una próxima restauración y de ahí que decidiera mostrar una “actitud de espera” en su Dios. Y es que no había ninguna duda en la mente de Jeremías, que Jehová con el tiempo miraría con misericordia a Su pueblo arrepentido, aunque es cierto que habían sido sumamente humillados en una derrota sangrante…… pero Jehová descendería (por decirlo de alguna manera), de su alta posición en el cielo para recuperarlos de su estado degradado; con esto presente, Jeremías podía consolar su corazón y esperar con paciencia hasta que Jehová actuara a favor de Su pueblo arrepentido. Así que, cuando estemos pasando por una experiencia angustiosa, no deberíamos perder la esperanza, sino que debemos tener presente el hecho de que las pruebas tienen un comienzo y también tienen un final (recuerden ese dicho tan famoso de que “no hay mal que cien años dure…... ni cuerpo que lo aguante”) y que Jehová tiene el poder de reconducir las cosas, al grado que nos puede recuperar incluso hasta de la misma muerte (Hech. 24:15); y es que el Altísimo nunca permitirá que sus siervos fieles sufran indefinidamente junto con las personas que, desobedientemente, no están atentas a Su Palabra. Por esa razón, deberíamos mantener una confiada “actitud de espera” como decidió hacer Jeremías, aguardando con paciencia hasta que Jehová traiga alivio seguro y definitivo; y es que el mismo hecho de que como especie todavía estemos con vida, debería darnos razón para tener esperanza e idea que subyace en las palabras del profeta en cuestión, referidas a la nación de Israel:

Son los hechos de bondad amorosa de Jehová el que no nos hayamos acabado, porque sus misericordias ciertamente no terminan. 23 Son nuevas cada mañana. Es abundante tu fidelidad. 24 Jehová es la parte que me corresponde -ha dicho mi alma-, por eso mostraré una actitud de espera por él.” (Lam. 3:22-24).

Es cierto que en el tiempo de Jeremías la ciudad de Jerusalén con su templo y la tierra de Judá fueron desoladas, siendo muchos los israelitas que perecieron en aquella masacre; pero aun así, hubo muchos sobrevivientes y lo que le dio a Jeremías la seguridad de que Jehová Dios continuaría mostrándole misericordia a su pueblo. Porque si no fuera por la bondad amorosa de Dios y el interés compasivo hacia su pueblo en un futuro, no habría habido ninguna necesidad de dejar sobrevivientes entre los israelitas; de igual manera, Jehová podía haber acabado con Adán y Eva y acabar ahí la cuestión…… pero el Altísimo mostró bondad inmerecida a la humanidad, al permitir que ellos tuvieran descendencia antes de morir y lo que significa que para dicha descendencia tenía un propósito distinto al de la muerte. Así como en el caso de Israel que estamos analizando, de igual modo sus expresiones de misericordia continuarían fluyendo hacia esta descendencia (nosotros) y serían renovadas “cada mañana”, pues el hecho de que la fidelidad de Jehová es abundante nos asegura que se puede depender de sus misericordias, pues estas serían constantes y nunca débiles e ineficaces. Por otra lado y volviendo al Israel antiguo, dado que Este permaneció como la parte que le “correspondía” a su pueblo (a modo de herencia), había buena razón para que ellos continuaran a la espera de un cambio sustancial en las difíciles circunstancias en las que Él había permitido que se hallaran debido a su infidelidad; ahora bien, hemos visto que Jeremías es reincidente en la expresión “actitud de espera” y lo que nos lleva a preguntarnos lo siguiente: ¿qué debería de “caracterizar” a tal espera? Y siendo esto lo que el libro de Lamentaciones nos contesta:

Bueno es Jehová al que espera en él (o que confía en Él), al alma que sigue buscándolo (a pesar de la adversidad del momento). 26 Bueno es que uno espere, aun callado, la salvación de Jehová. 27 Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud. 28 Que se siente solitario y se quede callado, porque él le ha impuesto algo. 29 Que ponga su boca en el mismísimo polvo. Quizás exista una esperanza. 30 Que dé su mejilla al mismísimo que lo golpea. Que tenga su suficiencia de oprobio.” (Lam. 3:25-30). (Acotaciones nuestras).

Note que aún durante dicho tiempo de aflicción, uno debería continuar esperando en Dios con optimismo por alivio y acercarse más a él (buscarle), al tiempo que debería de ser paciente esperando calladamente o sin quejarse, hasta que el Todopoderoso haya traído la liberación o salvación de la circunstancia del que uno es víctima; por lo tanto, es muy beneficioso el que uno aprenda a sobreponerse de determinado sufrimiento, eso es, aprender a soporta la adversidad con entereza…… pero ¿por qué? Pues porque esto hará que sea mucho más fácil aguantar una posterior experiencia similar o mucho más dura, sin perder la esperanza; el saber que se ha enfrentado a otras dificultades anteriormente y ha salido con éxito de ellas con la ayuda de Dios, le dará una base para reafirmar su esperanza en Él.

Ahora bien, cuando una persona se ve sometida a un “yugo” de aflicción, esta no debería estar corriendo por todas partes expresando sus quejas y justificando su actitud, como intentó Job en su momento y dando a entender con ello, que uno no es merecedor de semejante sufrimiento (somos tendentes a justificarnos, en lugar de reconocer nuestros errores) y acabando, inevitablemente, por culpar a Dios de las desdichas de uno…… por lo que más bien lo que se debería de hacer y como señala Jeremías, es “sentarse solitario” o no alborotar contando a unos y a otros sus penares, sino permanecer callado. Dicho de manera figurada, debería postrarse con su boca en el mismísimo polvo y que no significa otra cosa que el que uno se somete humildemente a las pruebas que Dios ha permitido que experimente y espera con optimismo la liberación venidera. Porque si bien es cierto que el Altísimo con cosas malas no nos somete a prueba (Sant. 1:13), no es menos cierto que muchas veces permite dichas adversas circunstancias para disciplinarnos en justicia, como ocurrió en el caso de Israel.

Otro punto vital que debemos recordar cuando experimentemos una situación adversa, es que esta puede ser provocada por el hombre, provocada por errores propios o, en último extremo, provocada por la propia imperfección que caracteriza al ser humano. En el primer caso, tenemos el hecho de que Dios no aprueba las cosas que un tercero nos pueda causar a aquellos que confiamos en Él; sin embargo, si puede el Altísimo permitir que ciertas cosas nos aflijan en un momento determinado y por la directa acción del hombre en contra de uno, aun cuando no es de Su agrado el que esto suceda y tal como se nos muestra en las siguientes palabras del libro de Lamentaciones:

Porque Jehová no seguirá desechando hasta tiempo indefinido. 32 Porque aunque haya causado desconsuelo, también ciertamente mostrará misericordia conforme a la abundancia de su bondad amorosa. 33 Porque no de su propio corazón ha afligido ni desconsuela a los hijos de los hombres. 34 El aplastar debajo de los pies de uno a todos los prisioneros de la tierra, 35 el desviar el juicio de un hombre físicamente capacitado delante del rostro del Altísimo, 36 el torcer a un hombre en su causa judicial, no lo ha aprobado Jehová mismo.” (Lam. 3:31-36).

En el caso de los infieles israelitas, Jehová Dios les permitió sufrir una terrible experiencia a manos de los babilonios, pues los desechó hasta el grado de permitir que fueran llevados al exilio y Su propio templo destruido; no obstante, lo hizo con un buen propósito en mira, a saber, llevar a un arrepentimiento a los sobrevivientes y que les permitiera alcanzar de nuevo Su favor, pues de no haber actuado en la forma que lo hizo estos habrían seguido por el mismo derrotero que les llevó a ser castigados y quizás, con el tiempo, sin posibilidad ya de arrepentimiento alguno. Pero ello no significaba que los autores de dicha felonía, en este caso los babilonios, quedaran sin castigo por haber actuado contra el pueblo de Dios, según leemos a continuación:

Tú les devolverás un tratamiento, oh Jehová, conforme a la obra de sus manos. 65 Tú les darás la insolencia de corazón, tu maldición a ellos. 66 Seguirás tras ellos con cólera y los aniquilarás de debajo de los cielos de Jehová.” (Lam. 3:64-66).

Sin embargo, para con un resto del pueblo Jehová mostraría misericordia ya que no sintió ningún placer en castigarlos, ni fue el deseo de su corazón causarles desconsuelo y aflicción al entregarlos en manos de sus enemigos; Jehová no apoyó tampoco el terrible trato que estos dieron a su pueblo, pues Él no miraba con aprobación a aquellos hombres que oprimían a los prisioneros de guerra y a los que negaban sus derechos dados por Dios, como era en el caso de los babilonios. Por consiguiente, cuando alguien esté sometido a dificultades severas, generalmente provocadas por la maldad y egoísmo del hombre, no debe culpar a Dios por las mismas, pues el Altísimo no aprueba la opresión ni la violencia de este y siendo que al fin y al cabo, ellos tendrán que responderle por sus hechos malos (2 Tes. 1:6-9). No obstante y como ya hemos ido apuntando, los problemas pueden venir de otra parte, pues la gente pudiera causarse sufrimiento a sí misma por sus propios errores, pues de hecho fueron los propios israelitas quienes dieron la espalda a Jehová Dios, rechazando su cuidado protector…… por lo que Él y con justicia, los abandonó a manos de sus enemigos; de modo que no tenían base alguna para quejarse respecto a lo que les había sobrevenido y circunstancia que se enfatiza en la siguiente pregunta formulada por el profeta:

¿Cómo puede un hombre viviente entregarse a quejas, un hombre físicamente capacitado, a causa de su pecado?” (Lam. 3:39).

Como no hay razón alguna para quejarnos, cuando el problema está causado por nuestra propia impericia; por lo que en vez de quejarnos, deberíamos seguir el consejo dado a los israelitas, en el sentido que deberían de haber regresado a Jehová con arrepentimiento, apelando a su misericordia y como posteriormente así fue, pues esto es lo que leemos:

De veras escudriñemos nuestros caminos y explorémoslos y volvámonos, sí, hasta Jehová. 41 Levantemos nuestro corazón junto con las palmas de nuestras manos a Dios en los cielos: 42 Nosotros mismos hemos transgredido y nos hemos portado rebeldemente. Tú mismo no has perdonado.” (Lam. 3:40-42).

En efecto, no era tiempo para quejarse, sino un tiempo para que examinaran cuidadosamente sus caminos, su derrotero en la vida o conducta y para meditar en lo que ello había resultado; más bien que continuar en sus propios caminos para perjuicio propio, debían regresar a Jehová y obedecer sus mandatos de buena gana, pues con simples expresiones exteriores de arrepentimiento (el meramente levantar las palmas de las manos en oración) no era suficiente, sino que era necesario que se arrepintieran sinceramente de sus transgresiones dentro de su corazón…… y forma de actuar que nos aplica a todos. Así que, cuando se experimentan dificultades, lo que uno tiene que hacer es examinar su derrotero en la vida y preguntarse: ¿me he acarreado problemas yo mismo, debido a que paso por alto las normas divinas? Si así es, entonces no hay base para culpar al Altísimo sino que, más bien, deberíamos mostrar que nos hemos beneficiado de la justa disciplina recibida (Prov. 3:11-12), mediante abandonar el derrotero incorrecto y volvernos a Dios con arrepentimiento; y si por otra parte, nos hemos esforzado por llevar una vida recta y aun experimentamos aflicción causada por terceros, no debemos olvidar que Dios no aprueba lo que los inicuos hagan en contra de aquellos que deseamos servir a Dios y que en su momento les devolverá la “moneda” (Rom. 12:19)…… mientras tanto, deberíamos someternos humildemente a las difíciles circunstancias que estamos atravesando, esperando con paciencia y sin quejarnos hasta que Jehová Dios traiga alivio.

Pero ahora entraremos en otro apartado y que tiene que ver con el hecho de que no siempre las adversidades a las que tenemos que enfrentar, son producto de terceros o como consecuencia de nuestros propios errores, sino de algo a lo que no podemos poner remedio definitivo por nuestros propios medios; no olvidemos y este es el punto al que queríamos llegar, que ya llevando todo lo dicho hasta el momento a un nivel más general, eso es, a la humanidad como un todo, habría que aceptar que las cosas que le acontecen a esta tienen que ver con su imperfección, derivada del pecado del primer hombre y que finalmente resulta en la muerte del ser humano. Ahí tenemos, por ejemplo, enfermedades tremendas que se llevan la vida de personas queridas y sin tener en cuenta la edad que estas puedan tener y lo que nos sume en una situación de impotencia y desesperación profundas, que lleva a la persona a preguntarse cómo puede Dios permitir semejante cosa…… y cuando no, a culparle de ello. Y es que dado que el hombre no fue hecho para morir, la muerte de un ser humano y por milenios, continúa siendo un trauma brutal al que este no se ha podido acostumbrar; sin embargo y una vez más, ahí está de nuevo nuestro Creador para sacarnos “las castañas del fuego” de un hecho ante el que, como ya hemos señalado, estamos totalmente indefensos e impotentes y como resulta ser la muerte, pues esto es lo que leemos en las Escrituras y a modo de esperanzador mensaje:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Y esperanzador mensaje que nos estimula a “esperar en Jehová” para la solución a esta traumática ocurrencia que es la muerte y en definitiva del pecado, que es lo que la causa, pues el propósito divino es que gocemos de “vida eterna” y no el que tengamos que morir, de enfermedad grave o accidente mortal (pues ya las Escrituras -Ecl. 9:11- nos advierten de dicha posibilidad, al decirnos que “el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos”) en plena juventud; aunque, lamentablemente, sabemos de entrada que todos tenemos que pasar por ahí al final de nuestra trayectoria en esta tierra, como causa de la vejez y consecuente cese de nuestras fuerzas vitales, lo que nos lleva finalmente y en definitiva, a la muerte. Por lo que la vida y visto desde nuestra perspectiva, no es más que lo que conocemos hasta el momento, eso es, nacer, crecer, envejecer y todo ello en medio de sufrimientos, dolor y penalidades, para finalmente morir o dejar de existir como entes vivos, volviendo con ello al lugar del que fuimos sacados y según se nos señala en el libro sagrado:

Y a Adán dijo: “Porque escuchaste la voz de tu esposa y te pusiste a comer del árbol respecto del cual te di este mandato: “No debes comer de él”, maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. 18 Y espinos y cardos hará crecer para ti y tienes que comer la vegetación del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19).

Porque antes de ser creado, Adán como ser vivo sencillamente no existía, pues los átomos que conformaron su cuerpo formaban en un principio parte del polvo de la tierra…… el mismo polvo que pisan nuestros pies a día de hoy; luego a lo que volvemos los seres humanos y sin más perspectiva ante nosotros, es a permanecer eternamente en esa inexistencia de la que provino el primer ser humano. Pero Jehová puso ante este la posibilidad de reconducir la situación, eso es, el recobrar la vida eterna, siempre y cuando el hombre “esperara en Él” y algo que no basta con afirmarlo, sino que hay que demostrarlo con hechos; porque recordemos que lo que hemos leído en el libro de Lamentaciones y en palabras de Jeremías, es algo parecido a esto:

De veras escudriñemos nuestros caminos (a la luz de las Escrituras) y explorémoslos y volvámonos, sí, hasta Jehová. 41 Levantemos nuestro corazón junto con las palmas de nuestras manos a Dios en los cielos; 42 Nosotros mismos hemos transgredido y nos hemos portado rebeldemente. Tú mismo no has perdonado.” (Lam. 3:41-42). (Acotación nuestra).

Si analizamos con atención este pasaje (y aunque ya hemos hablado de ello, lo repetimos para énfasis), notaremos que para conseguir el favor de Dios, uno tiene que escudriñar sus “caminos” y efectuar un volverse a Este, no con una actitud superficial (el equivalente a “levantar las palmas de las manos” en actitud suplicante a Jehová Dios) y como un mero formulismo, sino con un sincero deseo de corazón de cambiar en aquello que no le es del agrado a Este; porque si bien es cierto que nuestro Creador ha prometido que nos va a devolver a nuestros seres queridos mediante la resurrección, no es menos cierto que estaríamos hablando y en sentido figurado, de una moneda que tienen dos caras…… pero veamos un ejemplo de lo que pretendemos señalar: Imaginemos un caso extremo y como podría ser una familia que por un accidente mortal (el suceso imprevisto) o por una enfermedad incurable (consecuencia de la imperfección humana), pierde a uno de sus miembros en la flor de su juventud; bien, ya hemos dicho que Jehová Dios nos promete que va a revertir dicha situación, devolviéndonos a la persona en cuestión mediante la resurrección, pues esto es lo que nos dijo el propio Hijo de Dios:

No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz (o su nombre en la voz de Jesucristo, como en el caso de Lázaro) 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28-29). (Acotación nuestra).

Luego esa persona perdida en la flor de su juventud y mediante la resurrección, volverá a estar entre nosotros y podrá abrazar a sus padres y demás familiares, luego estaríamos hablando de una separación temporal y no definitiva…… pero esta, la resurrección de esa persona, es una de las dos caras de la moneda mencionada, luego veamos cual es la otra. Y esta otra tiene que ver con el esfuerzo que hagan los dolientes que lloran la muerte de la persona en cuestión, pues estos también tienen que poner de su parte para poder estar presentes en el momento de dicha resurrección y propiciar así, el encuentro entre ellos y su ser querido; pero para entender lo que está envuelto en el asunto, tenemos que averiguar cuando se producirá dicha resurrección y que dicho sea de paso, no se va a tardar.

 Notemos que lo que nos dijo Jeremías, es que tiene que haber un “volverse” a Jehová y lo que implica el tener una relación con Él por el medio o conducto apropiado, eso es, adorándole como Este quiere que se haga y no como nosotros entendemos que hay que hacerlo; recordemos que los israelitas en el desierto y poco después de su liberación de la esclavitud en Egipto, celebraron “una fiesta a Jehová” (Éxo. 32:5) y que acabó con la muerte de más de tres mil personas, como castigo divino: sencillamente, no adoraron a Dios como este dice que hay que hacerlo, sino como ellos querían hacerlo, eso es, mediante la imagen de un becerro de oro. Hecho que nos señala y dado que “las cosas escritas en tiempo pasado, fueron escritas para nuestra instrucción” (Rom. 15:4), la imperiosa necesidad de adorar a Dios desde un posición correcta según Su punto de vista y lo que está estrechamente relacionado, con la clase de religión con la que cada uno se asocia; y forma de adoración, que Jesús dejó perfectamente delimitada:

No obstante, la hora viene y ahora es, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre con espíritu y con verdad, porque, en realidad, el Padre busca a los de esa clase para que lo adoren. 24 Dios es un Espíritu y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu (eso es, sin utilización de imágenes) y con verdad.” (Juan 4:13-24). (Acotación nuestra).

Entonces si usted está asistiendo a una iglesia que tiene imágenes como “ayuda” para la adoración, usted sabe que ahí hay algo no funciona; o si las enseñanzas que le llegan de su iglesia, no se ajustan a lo dicho en las Escrituras, tiene que sospechar que algo está fallando ahí, pues según Jesús, solo la Palabra de Dios “es la verdad” (Juan 17:17). Por ello y cuando Jehová, mediante su Hijo Jesucristo nos dio la Revelación o Apocalipsis, ya nos advirtió acerca de la existencia de un imperio mundial de religión falsa que no tenía su aprobación y por lo que sería destruido, al tiempo que lo serían también sus seguidores y del que nos teníamos que apartar, mediante estas palabras:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4).

Por lo que volviendo el ejemplo familiar antes citado, si bien la persona finada volverá a la vida en su momento, las personas envueltas en el asunto y si no hacen los arreglos necesarios para ello, no estarán presentes cuando se produzca dicha resurrección; y que por hacer los “arreglos necesarios”, se entiende la necesidad de averiguar si la religión en la que están asociadas tiene la aprobación de Dios o no…… y si es no, recuerden que Jeremías nos recomienda el “volvernos a Jehová” (Lam. 3:40). Pensemos que estamos a “puntito” de entrar en los siete últimos años del mundo como lo conocemos y que serán seguidos por el establecimiento del reino de Dios, periodo de tiempo en el que dará inicio la mencionada resurrección de los muertos; si además tenemos en cuenta que los tres años y medio últimos de ese cómputo de siete, serán ocupados por la llamada “gran tribulación” y en la que no habrá ya posibilidad de cambiar de “chip”, resulta que solo tenemos los primeros tres años y medio (y eso está al caer, repetimos) en los cuales se llevará a cabo la gran predicación anunciada en Mat. 24:14, como ayuda al “personal” para enderezar las respectivas relaciones con nuestro Supremo Hacedor.

Entonces, si uno es católico, TJ, adventista, mormón, bautista, etc. etc. etc., tiene que empezar a dar pasos en el sentido de averiguar si su forma de adoración tiene la aprobación de Dios y que de no ser así (y de hecho no lo es), no puede permanecer dentro de la misma ni un minuto más y prescindiendo de los muchos problemas que ello le cause, pues de lo contrario estaría oponiéndose a un mandato expreso dado por el propio Creador y en consecuencia, actuando en rebeldía contra Él; y aunque es cierto que esos “reajustes” en su forma de adoración, repetimos, conllevarán esfuerzo y sacrifico, no es menos cierto que si uno quiere volver a reunirse con sus seres queridos arrebatados por la muerte, tiene que hacer cambios en su forma de adorar a Dios, para que pueda realmente mantener una “actitud de espera” en Jehová con resultados de éxito, eso es, estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.

Y que Este y como ya hemos señalado, devolverá a los muertos a la vida mediante la resurrección, es algo que no admite duda alguna puesto que “para con Dios, ninguna declaración será una imposibilidad” (Luc. 1:37)…… ya otra cosa, es que uno no pueda estar allí para disfrutar ese momento, por haber sido destruido en la “gran tribulación” al no obedecer el mandato divino de apartarse de la adoración falsa. Por lo tanto, ese tiempo sublime de la reunión con nuestros seres queridos que nos han sido arrebatados por la muerte, es cosa de dos: Jehová por una parte y nosotros por la otra…… y Él no fallará, luego ¿fallaremos nosotros, por no habernos atrevido a dar el paso de abandonar una forma de adoración que es falsa y que a Dios le repugna? Y con el agravante de que si usted que lee esto, está en esta situación de pertenencia a algún tipo de denominación religiosa de corte humano (repetimos la idea de que todas lo son), sepa que a partir de este momento tiene que darse por enterado y por ello, lo que tarde en tomar acción al respecto ya le “cuenta” como actitud de desobediencia hacia su Creador…… luego la cosa es muy seria.

En el bien entendido y ya se lo advertimos por adelantado y para que no se lleve a engaño, que no existe a día de hoy y dentro de la llamada “cristiandad”, denominación alguna que tenga la aprobación de Dios, aunque todas digan lo contrario, eso es, que cada una de ellas afirme ser la religión “verdadera”; pues ésta, la mencionada “cristiandad” y con todo su conjunto de distintas “iglesias” o formas de cultos (católicos, adventistas, testigos de Jehová, mormones, etc.), no es más que una parte del imperio mundial de religión falsa e identificado en las Escrituras como “Babilonia la Grande, la madre de las rameras” (Rev. 17:5) y del que nuestro Creador nos insta a salirnos de inmediato. Por lo tanto, si usted es una de las muchas personas que se encuentran en la situación que hemos usado como ejemplo, eso es, si llora la pérdida de un ser querido y desea volver a verlo pronto, lo prudente es que empiece a dar los pasos requeridos que le permitan mantener una “actitud de espera” en Jehová; y dado que, como hemos dicho, ese período de siete años por venir ya lo tenemos prácticamente encima, hágase a la idea de que ha emprendido un viaje hacia un destino que le llevará a encontrarse de nuevo con su ser querido, a la manera de aquél que toma un avión desde cualquier punto del planeta, para reunirse en el lado opuesto del mismo con alguien amado: sabe que si bien el trayecto es largo y duro en ocasiones, vale la pena hacerlo por lo que hay al final del este.

Y entendemos que el hacer uno ajustes en su forma de relacionarse con Dios (eso es, apartarse de la organización religiosa a la que se pertenece) no es nada fácil, pues los autores de este blog en su momento pasamos por ello al tener que decidir qué hacer, cuando nos dimos cuenta que la organización a la que pertenecíamos (TJ) no era “la verdadera” y según nos juraban y perjuraban su dirigentes. Pero como dice la leyenda que encabeza este artículo, si bien el “esperar en Dios” no es lo más fácil, si es lo más seguro…… por lo que ahora es usted, el que tiene que tomar una decisión.

MABEL

miércoles, 9 de abril de 2014

El cristianismo…… y la construcción del “tercer Templo”.


Para todos los interesados en el tema religioso, no es un secreto que los judíos están maniobrando y desde el mismo momento de alcanzar su nuevo status como nación en Mayo de 1.948, no ya para restaurar el Templo de Jehová en Jerusalén, pues este fue totalmente destruido en 70 E.C., sino para levantar lo que sería y a lo largo de la historia, el tercer templo que estos edificarían dedicado al Dios Altísimo: el primero fue el de Salomón y el segundo, el que reedificó Zorobabel a partir de las ruinas del primero, después del regreso del destierro en Babilonia…… y hasta ahí, ni tan mal la cosa. Lo que ocurre, es que dentro de la llamada “cristiandad”, hay muchas de sus distintas denominaciones que, sorprendentemente, se mueven también en esta dirección; es más, afirmando algunas de ellas que durante el milenio, continuarán los sacrificios de animales en dicho templo y algo que pueden comprobar, entrando en el video protagonizado por un tal “pastor” Javier Villalobos y que parece militar en la “Iglesia los de el camino” o algo parecido, en donde se nos cita de la profecía de Ezeq. 40 y 42.

 Pero dejando aparte las barbaridades que nos cuenta ese señor y que, como no podía ser de otra manera, también resulta que se nos las da de “ungido”, o sea, “guiado” por el espíritu santo, cuando en realidad no sabe ni de lo que está hablando y algo que el mismo reconoce en el video mencionado ¡y que ya son narices!…… pero qué se puede esperar de un individuo, que presenta un discurso (el día 2 de Marzo de 2011), oración incluida, vestido como si viniera de sembrar patatas, móvil en el bolsillo y tocado con una gorra de beisbol de la marca Nike (quede claro, que no tenemos nada en contra de la marca), en una reunión en Montebello en el estado de California (EEUU); dicho esto, vamos a ver de qué va realmente la “película” en cuanto a dicha profecía. Porque es cierto que en esos capítulos del libro de Ezequiel, del 40 al 48 se nos habla de lo que parecen ser las medidas de una gran edificación y que se correspondería con el templo de Jerusalén…… pero no es menos cierto que las cosas hay que colocarlas en su lógico contexto, para averiguar de qué se nos está hablando en determinado momento. Y el contexto nos sitúa, en este caso, en tiempos de Isaías el profeta y que unos 200 años antes de que ocurriera la destrucción total de Jerusalén y su templo a manos de Nabucodonosor y con sus habitantes llevados cautivos a Babilonia, ya profetizó lo siguiente:

Aquel que dice de Ciro: “Es mi pastor y todo aquello en que me deleito él lo llevará a cabo por completo; aun en mi decir de Jerusalén: Será reedificada y del templo: Te será colocado tu fundamento”.”(Isa. 44:28).

Eso es, que ya Jehová anunciaba por adelantado la liberación de un cautiverio que aún quedaba lejanos en el tiempo, a manos de un tal Ciro, así como la reconstrucción de Jerusalén y la reedificación del templo, como realmente así ocurrió: setenta años después de ser llevados al exilio, Ciro el grande, rey del imperio Medo Persa, derrotó a Babilonia y propicio, en armonía con las palabras profetizadas, la liberación del pueblo israelita…… y siendo que un resto de israelitas fieles regresó a su tierra de origen y, efectivamente, reconstruyeron Jerusalén y el templo de su Dios; por lo que dicha profecía se cumplió a rajatabla y lo que nos lleva a intentar averiguar qué papel desempeñó Ezequiel en todo este “engrudo”, aunque para ello nos tenemos que situar un poco en la secuencia de los hechos. Tengamos en cuenta, que en realidad no fue una sola invasión, sino que fueron 3 invasiones con sus otras tantas deportaciones (traslado de cautivos) a Babilonia, siendo que la primera de las cuales ocurrió sobre el año 606 a.E.C. y en la que Nabucodonosor se llevó cautivos al rey Joaquín y a los principales y más destacados de sus habitantes (entre los que figuraban Daniel, así como los tres compañeros de este entre otros), dejando a Sedequías como rey vasallo. Mientras que Ezequiel fue deportado a Babilonia en la segunda invasión en 597 y produciéndose una tercera y última en el año 587, siendo en esta cuando el templo fue destruido y quemado hasta en sus cimientos, los vasos y demás utensilios sagrados robados y Jerusalén convertida en un humeante montón de ruinas; de entre los sobreviviente de la destrucción, solo fueron dejados atrás unos pocos y entre los que se contaba el profeta Jeremías, mientras que el resto fue llevado también a Babilonia.

Por lo tanto, cuando Ezequiel escribió la primera parte de su profecía, la dirigió a la futura destrucción de Jerusalén y su templo y como castigo al desapego constante del pueblo de Israel, hacia su Creador y Dios. Ya en una segunda parte y por subdividir dicha profecía en sus facetas más importantes, pasa a describir la certeza de un retorno al favor de Dios, por lo que su labor ya pasó a ser la de animar y exhortar al “personal” en el sentido de que Jehová les rescataría y con ello a sus símbolos identitarios, como la ciudad de Jerusalén y el templo que serían recobrados; estimulándolos además, para que no cayeran presos de las enseñanzas paganas de la nación en la que vivían, sino que tuvieran en mente el futuro regreso a su tierra de origen, ya que aún faltaba mucho tiempo para que se produjera dicha liberación. Por lo tanto, de lo único que podía estar hablando el profeta y en lo tocante al templo en los capítulos 40 en adelante, sería de la edificación del “segundo” templo y que fue llevada a cabo posteriormente bajo la dirección de Zorobabel; y es que dado que no puede haber tres sin dos, la referencia no podía ser de manera alguna acerca de un “tercer” templo situado en el tiempo para aproximadamente 2.500 años en el futuro distante (en nuestros días), sino de un “segundo templo” y a levantarse después de la liberación de los desterrados, como así fue…… y “segundo” templo que fue remozado y ampliado (los judíos jamás entendieron de que se tratara de un nuevo o “tercer” templo) sobre el año 17/16 a. E.C. por Herodes el Grande, siempre según lo que unos judíos le dijeron a Jesús, después de que este hubiera tenido su primer “cambio de impresiones” (Juan 2:14-17) con los mercaderes que ocupaban dicho templo:

Por lo tanto, en respuesta, los judíos le dijeron: “¿Qué señal tienes para mostrarnos, ya que haces estas cosas?”. 19 En respuesta, Jesús les dijo: “Derriben este templo y en tres días lo levantaré”. 20 Por eso dijeron los judíos: “Este templo fue edificado en cuarenta y seis años ¿y tú en tres días lo levantarás?”. 21 Pero él hablaba acerca del templo de su cuerpo. 22 Sin embargo, cuando fue levantado de entre los muertos, sus discípulos recordaron que él solía decir esto; y creyeron la Escritura y el dicho que Jesús dijo.” (Juan 2:18-22).

Vemos por otra parte, que la profecía de Ezequiel sí se extiende más allá en el tiempo, a la manera en cómo Jesús respondió a la pregunta de Mat. 24:3, eso es, que si bien dio información de lo que ocurriría a corto plazo, su respuesta fue más allá, pues se extendió mucho más allá en el tiempo y prediciendo sucesos que ocurrirían en el mismo momento de su segunda venida y que aún en nuestros días, no se ha producido…… de la misma manera, Ezequiel nos habla en primer término de una reedificación a ser llevada a cabo a corto plazo y como hemos ya mencionado, a cargo de Zorobabel, pero señala también a una monumental construcción futura y en la que nada tendrán que ver los judíos. Y ello sin despreciar el dato que se nos proporciona en Dan. 9:27, en el sentido de que el “anticristo”, a la mitad de la semana 70 de Daniel y últimos siete años del mundo como lo conocemos “hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva”; y cuestión que nos podría sugerir, razonablemente, que para ello se precisa de un templo y que se correspondería en principio con el que pretenden construir actualmente lo judíos…… pero una cosa es la pretensión del pueblo de Israel y otra muy distinta, el que Jehová esté por la labor y apruebe dicha construcción; no pasemos por alto que en Dan. 9:27, solo se nos habla de un suceso que ocurrirá en determinado tiempo y no de que se tenga que construir un templo para que ocurra dicho suceso y que es algo muy distinto. En todo caso, nada tiene que ver dicho supuesto “tercer” templo, con el que se nos menciona para un futuro lejano en la profecía de Ezequiel y algo que explicaremos más adelante.

Sin embargo, para entender cabalmente de qué estamos hablando, hay que partir de la base y de ahí nuestra extrañeza de que miembros de la llamada “cristiandad” apoyen dicho proyecto, que los judíos aún están bajo el pacto de la Ley Mosaica y de ahí que se esfuercen en construir un templo en el que llevar a cabo los sacrificios preceptivos, pues continúan sin reconocer a Jesús como “el Mesías” enviado de Jehová, por lo que tampoco reconocen el valor supremo de su sangre redentora en favor de la humanidad…… de ahí que precisen de dichos sacrificios animales, hasta que para ellos, llegue el prometido Mesías. Pero claro, lo disparatado es que como hemos señalado, sean miembros de la “cristiandad” y que por otra parte, afirman creer en el sacrifico vicario de Cristo, los que apoyen y colaboren de una forma u otra en semejante iniciativa de edificar un nuevo templo y restaurar los sacrificios animales prescritos por la Ley; y es que lo que leemos en las Escrituras es esto:

Además, aunque estaban muertos en sus ofensas y en el estado incircunciso de su carne, Dios los vivificó junto con él. Bondadosamente nos perdonó todas nuestras ofensas 14 y borró el documento manuscrito (la Ley) contra nosotros, que consistía en decretos y que estaba en oposición a nosotros; y Él lo ha quitado del camino clavándolo al madero de tormento. 15 Desnudando por completo a los gobiernos y a las autoridades, los exhibió a la vista pública como vencidos y los condujo en una procesión triunfal mediante ello. 

16 Por lo tanto, que nadie los juzgue (obviamente, con respecto de la Ley) en el comer y beber, o respecto de una fiesta, o de una observancia de la luna nueva, o de un sábado (pues ya no se estaba bajo Ley); 17 porque esas cosas (las de la Ley) son una sombra de las cosas por venir, pero la realidad pertenece al Cristo.” (Col. 2:13-17). (Acotaciones nuestras).

Entonces si la Ley con sus sacrificios y observancias fue “quitada del camino”, eso es, abolida (no así sus principios morales o sustancia, según Rom. 2:14-15) ¿qué objetivo tiene el edificar un templo para continuar con unos sacrificios que Jehová no puede aceptar, a menos que se contradiga y reconozca que con el de Jesús no fue suficiente? Porque lo que está escrito en la Biblia y rogamos que lo lean con más de la acostumbrada atención, va en sentido contrario, pues lo que en ella se dice es como sigue:

Porque, puesto que la Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir, pero no la sustancia misma de las cosas, nunca pueden los hombres con los mismos sacrificios que ofrecen continuamente de año en año perfeccionar a los que se acercan. 2 De otro modo, ¿no habrían dejado de ofrecerse los sacrificios, por cuanto los que rendían servicio sagrado, habiendo sido limpiados una vez para siempre, no tendrían ya ninguna conciencia de pecados? 3 Al contrario, por estos sacrificios se hace recordar los pecados de año en año, 4 porque no es posible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados. 

5 Por eso, cuando entra en el mundo, él dice: “Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. 6 No aprobaste (o “aceptaste” por insuficientes en su valor cualitativo) holocaustos ni ofrenda por el pecado”. 7 Entonces dije yo: “¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios”. 8 Después de primero decir: “No quisiste ni aprobaste sacrificios ni ofrendas ni holocaustos ni ofrenda por el pecado” —sacrificios que se ofrecen según la Ley— 9 entonces realmente dice: “¡Mira! He venido para hacer tu voluntad”. Elimina lo primero (los sacrificios de animales) para establecer lo segundo (el sacrificio perfecto de Jesús). 10 Por dicha voluntad, hemos sido santificados (o limpiados del pecado) mediante el ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.” (Hebr. 10:1-15). (Acotaciones nuestras).

Entonces es obvio que los sacrificios de animales fueron eliminados y con ellos la Ley, para dar paso a un sacrificio mayor y ya sí aceptado por Jehová, como fue el de Jesús y de ahí, que este sea prefigurado como “el “cordero” de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Prueba inequívoca de que la Ley fue eliminada y con ella sus prácticas, eso es, observancias tanto de sacrificios, como de fiestas, así como guardar el sábado (muchos murieron por no hacerlo) o cuales cosas comer, la tenemos en un signo de identidad del pueblo hebreo como era la circuncisión y obligatoria dentro del mismo, desde Abraham en adelante. Porque este fue en su momento un tema muy conflictivo dentro de la joven congragación cristiana y que provocó el que Pablo subiera a Jerusalén y pusiera “verdes” a los apóstoles que allí estaban; pero veamos la secuencia de los hechos acontecidos y que derivaron en la situación mencionada:

Y ciertos hombres bajaron de Judea y se pusieron a enseñar a los hermanos: “A menos que se circunciden conforme a la costumbre de Moisés, no pueden ser salvos”. 2 Pero cuando hubo ocurrido no poca disensión y disputa de Pablo y Bernabé con ellos (ambos contrarios a dicha idea), hicieron los arreglos para que Pablo y Bernabé y algunos otros de ellos subieran a donde los apóstoles y ancianos en Jerusalén respecto a esta disputa.” (Acotación nuestra).

Recuerden que la enseñanza provenía de conversos judíos venidos de Jerusalén a Antioquía y que estaban enseñando algo que, aparentemente se aceptaba en Judea y por lo tanto, aceptado por los propios apóstoles y con lo que Pablo no estaba de acuerdo. Que dicha enseñanza era aceptada incluso por los apóstoles (con su autoridad ellos la podrían haber borrado del mapa en un “santiamén”), queda claro por el hecho de que cuando la cuestión fue admitida a debate, algunos de dentro de ese grupo compuesto por apóstoles y ancianos (eso es “la creme de la creme”) defendían dicha enseñanza; pero veamos lo que ocurrió cuando Pablo estuvo ante los apóstoles y expuso su objeción a dicha exigencia:

Llegados a Jerusalén, fueron amablemente recibidos por la congregación y por los apóstoles y los ancianos y refirieron las muchas cosas que Dios había hecho por medio de ellos. 5 Sin embargo, algunos de los de la secta de los fariseos que habían creído se levantaron de sus asientos y dijeron: “Es necesario circuncidarlos y ordenarles que observen la ley de Moisés”. 

6 Y los apóstoles y los ancianos se reunieron para ver acerca de este asunto. 7 Ahora bien, cuando se hubo disputado mucho (la cosa no estaba clara, que digamos), se levantó Pedro y les dijo: “Varones, hermanos, bien saben ustedes que desde los primeros días Dios hizo de entre ustedes la selección de que, por mi boca, gente de las naciones (el caso de Cornelio y su casa) oyera la palabra de las buenas nuevas y creyera; 8 y Dios, que conoce el corazón, dio testimonio dándoles el espíritu santo, así como nos lo dio también a nosotros. 9 Y no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos (eso es, entre circuncisos y no circuncisos), sino que purificó los corazones de ellos por fe. 10 Ahora, pues, ¿por qué están ustedes poniendo a Dios a una prueba, imponiendo sobre el cuello de los discípulos un yugo (la observancia de la Ley) que ni nuestros antepasados ni nosotros fuimos capaces de cargar? 11 Por el contrario, confiamos en ser salvados mediante la bondad inmerecida del Señor Jesús de la misma manera como esa gente también”. 

12 Ante aquello, toda la multitud calló y empezaron a escuchar a Bernabé y a Pablo contar las muchas señales y portentos presagiosos que Dios había hecho mediante ellos entre las naciones (o sea, a personas que ni siquiera conocían la Ley, ni estaban circuncidadas)”. (Hech. 15:4-12). (Acotaciones nuestras).

Fíjense y como prueba adicional de lo que decimos, que en el versículo 10 Pedro afirma que las personas que sostenían la necesidad de dicha observancia, estaban “poniendo a prueba a Dios” o como dice la versión TLA, “ir en contra de lo que Dios ha hecho”, eso es, el eliminar tanto la Ley como la circuncisión y, por lo tanto, la no exigencia de su observancia. Por lo que queda claro de este relato, por demás explícito, que ya no existía la Ley y sin esta, no había necesidad de circuncisión, luego tampoco el hacer sacrificios, así como tampoco el guardar fiestas o sábados…… por lo que sin estos tampoco había necesidad de templo alguno en que llevarlos a cabo; y planteamiento que queda probado fehacientemente, por una afirmación que hizo en su momento el apóstol Pablo:

¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en ustedes? 17 Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo, el cual son ustedes.” (1 Cor. 3:16-17).

Lo que entendemos de dichas palabras, es que no solo que no había necesidad de un templo material en el que pudiera morar el espíritu de Dios, sino que las personas eran el verdadero templo en donde habitaría desde Cristo en adelante, el espíritu del Altísimo…… obviamente, estaríamos haciendo referencia expresa de aquellos que en su momento fueron reconocidos por Jehová como Sus Hijos y que en conjunto, se los identifica como la “iglesia” o “cuerpo de Cristo”; y personajes que desaparecieron de la escena terrestre al final el primer siglo, inicios del segundo (algunos de los que habían recibido dicha relación filial con Dios de manos de los apóstoles, eran más jóvenes), pues desde ese momento no han existido ni existen actualmente, personas que puedan demostrar tener dicha relación paterno/filial con el Creador. Ello queda probado, eso es, el planteamiento que les hemos presentado sobre la no existencia de la Ley y todo su contenido de requisitos, cuando desde Jerusalén y aprobadas por los apóstoles, salen las nuevas instrucciones (se podrían considerar como un decreto de mínimos) necesarias para mantener la paz dentro de la primitiva congregación cristiana y que tanto conflicto había creado entre conversos judíos y conversos gentiles, en donde ni se mencionaba la obligatoriedad de guardar la Ley, ni la práctica de la circuncisión:

Porque al espíritu santo (luego dicha decisión tenía la aprobación divina) y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias (como hemos señalado, para mantener el orden y la paz dentro de las congregaciones): 29 que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos y de sangre y de cosas estranguladas y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!” (Hech. 15:28-29). (Acotaciones nuestras).

Por lo que si dicha circuncisión y con todo lo que ello significó en la nación de Israel, pues era un mandato directo de Jehová al patriarca Abraham y cuya desobediencia se castigaba con la muerte, ya no tenía vigor alguno ¿qué puede hacernos pensar que la Ley, con sus sacrificios tenía que ser mantenida y con ello, la necesidad de un templo con todos sus rituales, sacerdocio, etc.? Fijémonos que en dichas cuatro “cosas necesarias”, en ninguna de ellas se contempla la necesidad de presentar sacrificios en el templo por parte del “personal”, sino que se dice que solo con la simple observancia de estas “prosperarían”, eso es, tendrían al beneplácito o bendición del Dios Altísimo. Es cierto, por otra parte, que algunos hacen referencia a Mal. 3:1, para aseverar la necesidad de la existencia de un templo para el momento en que regrese Jesús a la tierra; por lo que vamos a ver qué se nos dice en dicho pasaje y luego lo analizaremos con la debida atención, para averiguar si su contenido cuadra con aquello que, según nos dicen, en el mismo se afirma:

¡Miren!, envío mi mensajero y él tiene que despejar un camino delante de mí. Y súbitamente vendrá a Su templo el Señor verdadero, a quien ustedes buscan y el mensajero del pacto en quien se deleitan. “¡Miren! Ciertamente vendrá”, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Ese pasaje y sacado de su contexto, quizás podría mostrar la necesidad de la existencia de un templo para cuando regrese Cristo a la tierra y que daría pie, a la necesidad de edificar el tercer templo mencionado y como así señalan algunos; a sí mismo se podría entender y ua puestos, que a menos que haya templo, no puede haber venida de Jesucristo…… pero claro, si ponemos dicho pasaje en su justo contexto, la cosa cambia radicalmente de orientación. Porque si analizamos con detenimiento dicho pasaje, veremos que tiene su aplicación en los tiempos de Jesús, pues el personaje que tenía que “despejar un camino” para que llegara el personaje que habla en primera persona en dicho versículo, era Juan “el bautizante”, pues esto es lo que se nos dice de él en Luc. 3:3-6:

De modo que él (Juan) entró en toda la comarca del Jordán, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados, 4 así como está escrito en el libro de las palabras de Isaías el profeta: “¡Escuchen! Alguien clama en el desierto: Preparen el camino de Jehová (en la figura de Su “enviado”), hagan rectas sus veredas. 5 Todo barranco tiene que ser rellenado y toda montaña y colina allanada; y las curvas tienen que convertirse en caminos rectos y los lugares escarpados en caminos llanos. 6 Y toda carne verá el medio de salvar de Dios” (eso es, a Jesús).” (Acotaciones nuestras).

Por lo que Juan no fue más que el precursor de Jesús, pues se identificó a sí mismo como “la voz de alguien que clama en el desierto: Hagan recto el camino de Jehová” (Juan 1:23) y citando de la profecía de Isa. 40:3. Y la labor que le fue asignada, tal como se señala en el citado Mal. 3:1, no era otra que la de “despejar el camino de Jehová”, eso es, el preparar al pueblo para recibir al “mensajero” del pacto o “el medio de salvar de Dios” como acabamos de leer, pues esto es lo que les fue dicho a los padres de Juan, cuando se les anunció su nacimiento:

Sin embargo, el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido oído favorablemente y tu esposa Elisabet llegará a ser para ti madre de un hijo y has de ponerle por nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y gran alegría y muchos se regocijarán por su nacimiento; 15 porque él será grande delante de Jehová. Más no debe beber en absoluto vino ni bebida alcohólica alguna y estará lleno de espíritu santo hasta desde la matriz de su madre; 16 y a muchos de los hijos de Israel los volverá a Jehová, Dios de ellos. 17 También, irá delante de él (de Jesús) con el espíritu y poder de Elías, para volver los corazones de padres a hijos y los desobedientes a la sabiduría práctica de los justos, para alistar para Jehová un pueblo preparado (para recibir a Jesús, el Mesías).” (Luc. 1:13-17). (Acotaciones nuestras).

Resumiendo, que en Mal. 3:1 no se nos habla de un templo para la segunda venida de Jesucristo, aún en el futuro, sino que dicho pasaje se cumplió en el I siglo cuando Jesús se presentó en el templo y la “montó parda” y a modo de tarjeta de presentación, con los mercaderes y cambistas que allí actuaban (imaginamos que estos últimos, precursores de los actuales bancos ¡claro!):

Pues bien, se acercaba la pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 14 Y halló en el templo a los que vendían ganado vacuno y ovejas y palomas y a los corredores de cambios en sus asientos. 15 Por consiguiente, después de hacer un látigo de cuerdas, expulsó del templo (eso es, los corrió “a gorrazos”) a todos aquellos junto con las ovejas y el ganado vacuno y desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. 16 Y dijo a los que vendían las palomas: “¡Quiten estas cosas de aquí! ¡Dejen de hacer de la casa de mi Padre una casa de mercancías!”. 17 Sus discípulos recordaron que está escrito: “El celo por tu casa me consumirá”.” (Juan 2:13-17). (Acotación nuestra).

Imagínense por un momento el espectáculo que se montó en ese momento y el tremendo poder desplegado por Jesús, pues fue como un huracán violento que arrasara con todo lo que encontraba a su paso…… y es en ese preciso momento, que se cumplió lo dicho en Mal. 3:1: vino a su templo “el señor verdadero y mensajero del pacto”, eso es, el Mesías. Por lo que para cuando de nuevo vuelva Jesucristo a la tierra, no precisa ya de ningún templo en el que entrar, pues él es el “templo” del Dios vivo, pues esto es lo que dijo cuándo fue interrogado por los fariseos y les habló lo siguiente:

En respuesta, Jesús les dijo: “Derriben este templo y en tres días lo levantaré”. 20 Por eso dijeron los judíos: “Este templo fue edificado en cuarenta y seis años, ¿y tú en tres días lo levantarás?”. 21 Pero él hablaba acerca del templo de su cuerpo.” (Juan 2:19-21).

Es sorprendente y lo mencionamos como un detalle curioso, que cuando en el momento del juicio sumarísimo al que fue sometido se buscaban cargos contra él, se presentaron falsos testigos que afirmaban lo siguiente:

Muchos, en realidad, testificaban falsamente contra él, pero sus testimonios no estaban de acuerdo. 57 También, algunos se levantaban y daban falso testimonio contra él, diciendo: 58 “Nosotros le oímos decir: “Yo derribaré este templo que fue hecho de manos y en tres días edificaré otro, no hecho de manos”. 59 Pero tampoco sobre esta base estaba de acuerdo su testimonio.” (Mar. 14:56-59).

Es cierto que Jesús no dijo que él derribaría el templo construido por el hombre y que levantaría otro no hecho por manos, por lo que esta era realmente una falsa acusación…… pero no es menos cierto, que la esencia o mensaje subliminal contenido en las palabras de Jesús en Juan 2:19-21 ya mencionado, iban precisamente en esa dirección, como veremos a continuación. Porque podríamos concluir, después de todo lo dicho, que no entra dentro de los planes del Altísimo la edificación de un “tercer templo” e idea que solo se sustenta por el empecinamiento del pueblo judío como consecuencia de no haber reconocido a Jesús como el Mesías, eso es, que dicha iniciativa se soporta sobre un brutal error y por lo que no puede tener la aprobación de Jehová “ni por el forro” ¡vamos! Luego todos aquellos cristianos que de algún modo participen de dicha idea, están oponiéndose a la voluntad divina al promover algo que no cuenta con el beneplácito de Dios: y es que Este destruyó el templo en 70 E.C. mediante un instrumento terrestre (el imperio dominante en aquel momento), para que jamás fuera reedificado, pues sería sustituido por otro en el que ya no intervendría el pueblo judío actual. Y lo que nos lleva a retomar el argumento presentado sobre Ezeq. 40-48, en el sentido antes mencionado de que apuntaba también a un futuro mucho más allá de los tiempos de Ezequiel y a un templo más complejo…… e idea coincidente con el mensaje que subyacía detrás de las palabras de Jesús que acabamos de analizar; ello se desprende de algunos pasajes contenidos en dicha profecía y que veremos más adelante, que prefiguran un glorioso “edificio” a modo de templo que aparece al inicio del milenio. No obstante, empecemos por ver lo que dijo Jesucristo al respecto y en línea con el mensaje subliminal mencionado en el pasaje citado de Juan, pues sus palabras apuntan a un templo singular y que empezó a ser edificado en el I siglo:

Al que venza... lo haré columna en el templo de mi Dios y ya no saldrá de este nunca; y sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que desciende del cielo desde mi Dios y ese nuevo nombre mío.” (Rev. 3:19). 

A su vez, el apóstol Pablo y que como siempre fue el que captó mejor dicha idea, escribió lo siguiente:

“¿No saben que ustedes son el templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en ustedes?” (1 Cor. 3:16). 

O esto otro, ya ampliando dicha idea y que corrobora lo que subyacía detrás de las palabras de Jesús en Juan 2:19-21:

“Ciertamente, por lo tanto, ustedes ya no son extraños y residentes forasteros, sino que son conciudadanos de los santos y son miembros de la casa de Dios 20 y han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular de fundamento. 21 En unión con él, el edificio entero, unido armoniosamente, va creciendo para ser un templo santo para Jehová. 22 En unión con él (con Cristo, como piedra de fundamento), ustedes, también, están siendo edificados juntamente para ser lugar donde habite Dios por espíritu.” (Efe. 2:19-22). (Acotación nuestra). 

Luego es obvio que estamos hablando de un templo “singular” no hecho de manos, pues sabemos que en el pasado, Jehová “habitaba” en un templo físico (primero en el Tabernáculo y posteriormente en el templo edificado sobre el monte Sión, al lado de Jerusalén), mientras que ahora se nos habla, no ya de un templo físico o material, sino de uno espiritual, conformado por Jesucristo y el conjunto de sus hermanos menores; algo de lo que nos habla también el apóstol Pedro:

Llegando a él (Jesucristo) como a una piedra viva, rechazada, es verdad, por los hombres, pero escogida, preciosa, para con Dios, 5 ustedes mismos también como piedras vivas están siendo edificados en casa espiritual (o templo) para el propósito de un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales (no materiales) aceptos a Dios, mediante Jesucristo.” (1 Pedro 2:4-5). (Acotaciones nuestras).

Fijémonos en que se nos está hablando de una casa o templo “espiritual”, así como de sacrificios “espirituales”, luego en ambos casos no materiales y lo que descarta totalmente la existencia de un templo físico…… ahora bien ¿cuál es la prueba definitiva que nos muestra que durante el milenio no habrá templo material o estructura física en Jerusalén? Ella la encontramos en el libro de Revelación o Apocalipsis, en dónde se nos muestran vívidamente los sucesos ocurrentes durante la instauración del reino de Dios aquí en la tierra; veámoslo:

Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. 2 Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo.” (Rev. 21:1-2).

Entonces, si se nos presenta una “nueva Jerusalén” descendiendo del cielo, ello es porque la antigua ha sido desechada y ello por decirlo de una manera que nos entendamos…… y recordemos que la antigua ciudad, tenía a su lado y sobre el monte de Sion, el edificio del templo; pero resulta que cuando leemos en el verso 22 de dicho capítulo 21, nos encontramos que de dicha “nueva Jerusalén”, se nos dice esto:

Y no vi en ella templo, porque Jehová Dios el Todopoderoso es su templo; también lo es el Cordero.”

Por lo que queda claro que Jehová Dios es el único templo y representado aquí en la tierra por la persona de Su Hijo Jesucristo y resto de hermanos…… luego sea como sea la “nueva Jerusalén”, en todo caso lo que dicha expresión significa, en definitiva, es el fin de algo viejo y caduco, a ser sustituido por algo nuevo, eso es, un cambio total en las estructuras tal como ahora las conocemos; recordemos que en Col. 2:17 se lee que las cosas actuales son “una sombra de las cosas por venir, pero la realidad pertenece al Cristo”: eso es, que lo real es lo que viene, mientras que lo que está por pasar, no es más que una prefiguración al alcance del ojo humano. Por otra parte, en Rev. 21:1 vemos que se nos habla de “nuevos cielos” y que significan una nueva forma de gobernación humana, a ser sustituida por una gobernación de hechura divina y de una “nueva tierra” que significa una nueva sociedad humana obediente a su Creador, por tanto diferente a la actual que es desobediente…… en conclusión, un cambio radical en las cosas. Entonces y volviendo a la profecía de Ezequiel y en lo relativo al templo, que ella se extendía mucho más allá en el tiempo queda probado por unas similitudes entre lo que dicho personaje escribió, con lo que se encuentra en el libro de Revelación y escrito casi 700 años después; porque en Ezeq. 47:1-9; 12 se nos dice lo siguiente y tomado de la traducción Biblia de Jerusalén:

Me llevó a la entrada de la Casa y he aquí que debajo del umbral de la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa, al sur del altar. 
2 Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente; y he aquí que el agua fluía del lado derecho. 
3 El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano, midió mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos. 
4 Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta las rodillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la cintura. 
5 Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que no se podía atravesar. 
6 Entonces me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Me condujo y luego me hizo volver a la orilla del torrente. 7. Y a volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de árboles, a ambos lados. 
8 Me dijo: Esta agua sale hacia la región oriental, baja a la Arabá, desemboca en el mar, en el agua hedionda y el agua queda saneada.
9 Por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Los peces serán muy abundantes, porque allí donde penetra esta agua lo sanea todo, y la vida prospera en todas partes adonde llega el torrente (……) 12 A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán: producirán todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de medicina.” 

Luego y en síntesis, vemos se nos habla de un chorro de agua que saliendo de la “Casa” se convierte en un gran torrente, que da vida a quién entre en contacto con él, con árboles a ambos lados y que darán su fruto todos los meses; obviamente, siendo este fruto alimento espiritual para las personas y sus hojas para curación de estas, para borrar los efectos del pecado…… ahora veamos lo que se lee en Rev. 22:1-2:

“Y él me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que fluía desde el trono de Dios y del Cordero, 2 por en medio de su camino ancho. Y de este lado del río y de aquel lado, había árboles de vida que producían doce cosechas de fruto y que daban sus frutos cada mes. Y las hojas de los árboles eran para la curación de las naciones.”

Por lo que solo podemos pensar, ante las similitudes de ambos textos, que si bien es cierto que la profecía de Ezeq. 40-48 nos habla en un principio de la restauración del templo ocurrida después del regreso del exilio de los israelitas, no es menos cierto que se extiende en el tiempo y en un doble cumplimiento, a un futuro templo espiritual que se implantaría en el milenio. Por lo tanto, es impensable que la idea de que dicha profecía nos hable de la construcción de un “tercer templo” literal en Israel, como es el caso y que en todo caso perpetuaría el sistema de cosas actual, sea del agrado de nuestro Creador Jehová Dios; más bien habría que pensar, que es una instigación de Satanás en su intento de apartar a las personas de “la verdad” que “libera” (Juan 8:32)…… máxime teniendo en cuenta que el proyecto parte de personas que no reconocen al Mesías prometido en la persona de Jesús y, por lo tanto, alejadas totalmente de Jehová Dios.

Porque los judíos podrán levantar dicho tercer templo o no, pero lo que sí está claro es que este no tendrá cabida en el reino de mil años de Dios a tenor de lo que hemos leído hasta el momento y por lo que su duración será, en todo caso, efímera; en consecuencia, todo aquél que este colaborando en dicho proyecto de una manera u otra, está colaborando en una empresa satánica y por lo tanto, rebelándose contra la voluntad del Dios Verdadero…… por muy buenas que sean sus intenciones y algo que no penemos en duda. Y es que en cualquier caso y aunque brutalmente equivocados, no es menos cierto que los judíos con ese proyecto, son consecuentes con sus creencias; pero que esto lo apoye un cristiano que, al menos se supone, confía en el rescate de Cristo para acceder al reino de Dios y con ello, alcanzar la vida eterna en el mismo…… pues ¡qué quieren que les digamos, como no sea que es lo más parecido “a un cristo con dos pistolas”!, como diría nuestro amigo el castizo. No obstante y como siempre, les animamos a que abran sus ejemplares de las Escrituras y comprueben por ustedes mismos, si lo que les contamos tiene sentido…… o no; ya a partir de ahí ¡que cada uno saque sus conclusiones!

MABEL