martes, 1 de abril de 2014
¿Cómo evitar ser engañado…… por la religión falsa?
A partir de ese supuesto, el riesgo de ser engañado por la religión, la siguiente pregunta que se podría hacer uno es ¿pero existe la religión falsa? Pues sí existe, querido amigo que nos lee (y por lo que tiene que tener mucho cuidado con qué “iglesia” se asocia) y ello queda claro por una simple regla de tres: puesto que todas y cada una de las distintas denominaciones religiosas dentro de la cristiandad y que es el “territorio” que nos ocupa (el resto de religiones, hinduismo, budismo, islam, etc. ya damos por descontado que no son cristianas), afirman ser la verdadera, implícitamente con ello se reconoce que las restantes tienen que ser falsas…… lo que hace que la pregunta tenga que variar un poco, ya en el sentido de que si ello es así ¿cuál sería la verdadera y cual la falsa? ¿Cuál es, en definitiva, de todas las que nos proponen ser “la verdad”, la que tiene más visos de ajustarse a dicha exigencia? Porque no podemos olvidar, que cuando Jesucristo estuvo aquí en la tierra “fundó” una sola iglesia, con una sola enseñanza y de la que aseveró esto:
“También, yo te digo a ti: Tú eres Pedro y sobre esta masa rocosa edificaré mi congregación (o “iglesia”); y las puertas del Hades no la subyugarán.” (Mat. 16:18). (Acotación nuestra).
Luego si ni siquiera el poder de la muerte podría hacer desaparecer dicha “iglesia” y más en concreto, el conjunto de enseñanzas sanas que implantó Jesús entre sus seguidores ¿dónde está ahora esa “iglesia” verdadera y que impartiera las genuinas enseñanzas promulgadas por su creador? ¿Será alguna de las denominaciones actuales la que pregone “la verdad” y por lo que el problema, solo estaría en localizarla? Pues nada más lejos de eso, porque la realidad es que ninguna de dichas denominaciones en absoluto enseña “la verdad” y algo que queda probado con un simple experimento y que no pocas veces en foros de religión, de forma casual se ha producido: y es que si usted reúne en una tertulia religiosa a un católico, un pentecostal, un bautista, un adventista, un testigo de Jehová y un mormón, les da una Biblia y les conmina a que se pongan de acuerdo sobre aquello en lo que creen, aunque solo fuere en un único punto, comprobará que después de largas horas de intenso y acalorado debate no se ha conseguido sacar nada en claro, sino que cada uno de ellos continuará pensando que su forma de religión es la verdadera y las de los restantes contertulios, falsas…… luego y por otra parte ¿cómo puede existir “la verdad” dentro de una cristiandad, dividida, subdividida y requeté subdividida en distintas iglesias, sectas, denominaciones y creencias distintas, al grado que se ha perdido ya el cómputo de su número total, estimado en todo caso en más de 33.000 divisiones o grupos distintos? Y con lo que ello significa de flagrante violación de esta admonición paulina:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
O sea, el mismo parecido de un huevo a una castaña…… sin embargo, ahí tenemos las palabras de Jesús afirmando que su enseñanza no desparecería ni con el poder de la muerte, eso es, que permanecería para siempre. Por otra parte, también tenemos unas palabras que este dirigió a sus seguidores de aquél tiempo y que aplican directamente a cualquiera de los que se consideran sus seguidores actuales…… pero veamos lo que nos dijo Jesucristo:
“De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos que le habían creído: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos 32 y conocerán la verdad y la verdad los libertará”.” (Juan 8:31-32).
Entonces es obvio que dicha “verdad” existe en algún sitio y el único problema al que nos enfrentamos es al de averiguar dónde localizarla y que parece, visto lo visto, que ello puede ser en cualquier sitio menos dentro de las distintas denominaciones de la llamada cristiandad; y es que la religión (sea la que sea) como tal y en su conjunto, no es más que un poderoso instrumento en manos de Satanás para apartar al “personal” de su Creador, mediante enseñanzas falsas y al que las Escrituras describen como un imperio mundial de religión falsa al que identifica como “Babilonia la Grande” (Rev. 17:5-6) y en dónde destaca en grado de culpabilidad ante Dios, la llamada “cristiandad”, pues esta es la que apostató de la enseñanza verdadera de Jesucristo y de la que afirma ser seguidora. Y situación que llegaría a su máximo exponente en los últimos tiempos, iniciando ello a finales del siglo XVIII en adelante con la aparición de numerosas sectas escindidas de las tres grandes ramas en que estaba dividida en ese momento la cristiandad (católicos, ortodoxos y protestantes) y a las que se continuaron añadiendo otras escisiones de esas anteriores escisiones y de las que como les hemos dicho, ya se ha perdido la cuenta…… pero ¿por qué a partir de un tiempo en concreto y como en singular avalancha? Pues por una razón muy sencilla: estaba profetizado que así ocurriría; recordemos que cuando Jesús fue preguntado por sus apóstoles acerca de las señales que marcarían el tiempo de su regreso a la tierra, la primera de estas y en orden de importancia, tenía que ver con las falsas enseñanzas:
“Estando él sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él los discípulos privadamente y dijeron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. 4 Y en contestación, Jesús les dijo: “Cuidado que nadie los extravíe; 5 porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo” (o “pertenecemos al Cristo”) y extraviarán a muchos”.” (Mat. 24:3). (Acotación nuestra).
Y tan serio peligro representaba esa circunstancia de poder ser “extraviado” de la sana doctrina o enseñanza, que Jesús a lo largo de esa extensa respuesta a la pregunta de sus discípulos, la repitió por dos veces más:
“Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; 12 y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:11).
Fíjense que Jesús nos dice que “muchos” serían extraviados por la labor de esos “falsos profetas” y por lo que debemos de tomarnos la cosa muy en serio, para no contarnos entre dichos extraviados; pero veamos la tercera ocasión en la que Jesús repite la advertencia:
“Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas (o maestros) y darán grandes señales y prodigios para extraviar, si fuera posible, hasta a los escogidos.” (Mat. 24:24). (Acotación nuestra).
Eso es, que las falsas enseñanzas se producirían dentro del mismo cristianismo, porque recordemos que en el versículo 5 se nos dice que los portadores de las mismas vendrían “en su nombre”, eso es, que serían miembros cualificados de dentro de la congregación formada por Jesús; recordemos que ya en tiempos de Pablo y circunstancia que queda reflejada en todas sus cartas, existían grandes disensiones entre los componentes de las distintas congregaciones y con los que apóstol se la mantuvo “tiesas”…… por no hablar ya, de los últimos momentos del apóstol Juan (último apóstol en morir), quien se vio llevado y ante el panorama existente ante él, a escribir lo siguiente:
“Niñitos, es la última hora y, así como han oído que el anticristo viene, aun ahora ha llegado a haber muchos anticristos (eso es, opositores a las genuinas enseñanzas de Jesús); del cual hecho adquirimos el conocimiento de que es la última hora. 19 Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, para que se mostrara a las claras que no todos son de nuestra clase.” (1 Juan 2:18-19). (Acotación nuestra).
Pero...... la última hora ¿de qué? Pues de la permanencia de la verdadera doctrina enseñada por el Hijo de Dios y que era aún retenida dentro de la congregación cristiana primitiva, merced al peso específico de los apóstoles de Jesús dentro de la misma y que mantenía a raya a la apostasía emergente en su interior; pero veamos como realmente era ello así, según leemos en palabras del apóstol Pablo y que al igual que Juan, era consciente que desaparecida la influencia de los apóstoles, la apostasía camparía por sus respetos:
“De modo que ahora (eso es, en aquel tiempo) ustedes conocen la cosa que obra como restricción (de la ola de apostasía), con miras a que él sea revelado a su propio tiempo. 7 Es verdad que el misterio de este desafuero ya está obrando; pero solo (se mantendría dicha obra de restricción) hasta que el que ahora mismo está obrando como restricción llegue a estar fuera del camino.” (2 Tes. 2:6-7). (Acotaciones nuestras).
Esta “cosa” que obraba como restricción, no era otra que el poder del espíritu santo obrando en aquellos que lo habían recibido, los apóstoles y que tenían gran autoridad dentro de la congregación cristiana, como ya hemos señalado; a partir de la desaparición de estos, desapareció dicha influencia restrictiva y con ella todo vestigio de la sana doctrina enseñada por Jesús, siendo la apostasía la que ocupó su lugar y que posteriormente derivó en lo que sería el embrión de la actual Iglesia Católica…… y a partir de ahí, lo que ya les hemos contado. Pero hemos dicho que Jesús anunció que en los últimos días, la proliferación de los “falsos maestros” sería notable y algo de lo que el apóstol Pedro, señaló en su segunda carta:
“Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Ped. 2:1).
Y que para una mayor comprensión de la idea que queremos transmitirles, permítannos mostrarles este mismo pasaje en la versión TLA, en donde se translitera de esta manera:
“En el pueblo de Israel hubo también algunos que decían ser enviados por Dios, pero no lo eran. Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios, sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta y hasta dirán que Jesucristo no es capaz de salvar. Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo.”
Ahora bien ¿con quiénes se podría relacionar a esos “falsos profetas” (o “maestros”) por venir y señalados por Jesús en la respuesta mencionada, en la actualidad? Obviamente, con todo aquél que se nos presenta como un “ungido” o “enviado” de Dios, alegando predicar el “genuino” evangelio de Cristo y que se podrían contar en estos momentos en cientos de miles; pues salvo los TJ y que establecen una diferencia entre sus “ungidos” (una ínfima cantidad) y sus “otras ovejas” que no lo son (más de siete millones), el resto de denominaciones religiosas afirman que tanto sus dirigentes, como su feligresía y mediante el bautismo, todos pasan a formar parte del “cuerpo de Cristo”, eso es, de la “iglesia” o grupo de aquellos que tienen que reinar con él durante el milenio y por tanto, portadores de la “verdadera” enseñanza. Luego todas esas personas que les vienen a hablar en “nombre de Cristo” y a proponerles determinadas enseñanzas (como la reseñada), son esos falsos “Cristos” mencionados por Jesús y a los que él no ha enviado, de los que en su momento dijo esto:
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre expulsamos demonios y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?”. 23 Y sin embargo, entonces les confesaré: “¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero”.” (Mat. 21:7-23).
Lo que significa que dichos personajes no hacen la voluntad divina, en el sentido de que no han sido “enviados” para llevar a cabo predicación alguna y por lo que están actuado por su cuenta y riesgo…… contraviniendo con ello dicha voluntad divina que claramente fija la predicación de Mat. 24:14, por ejemplo, para el momento de la llegada de sus “dos testigos” y que la llevarán a cabo por espacio de 1.260 días (Rev. 11:3); ello significa que toda la labor de predicación de las “buenas nuevas” o “evangelio de Cristo” dentro de la cristiandad en este momento, es algo que Jehová Dios no ha mandado y con lo que ello significa de responsabilidad última ante Él:
“Sin embargo, el profeta (o “maestro”) que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir.” (Deut. 18:20). (Acotación nuestra).
Pero es que además y en su desconocimiento del propósito divino, esos personajes están plenamente convencidos de su condición de representantes de Jesucristo y de ahí que se expresen con la convicción y autoridad con la que lo hacen; recordemos que en el pasaje de 2 Ped. 2:1 y en la versión TLA hemos leído, que “se creerán” enviados por Dios sin serlo…… de ahí que el propio Jesús afirmara que no los reconocería por ser “obradores del desafuero” o lo que es lo mismo, por actuar en contra de la voluntad divina expresada en el pasaje citado y con ello, adulterando la enseñanza o doctrina que él predicó. Porque este no enseñó, por ejemplo y como afirman algunos indoctos, que todos sus seguidores o cristianos bautizados reinarán con él; como no enseñó nada acerca de un “rapto” como tal, así como tampoco enseñó y como sí lo hacen los adventistas, por ejemplo, que durante el período milenial la tierra permanecerá en oscuridad y solo habitada por Satanás y sus secuaces, rumiando sus fechorías mientras esperan su destrucción, en tanto los fieles permanecerán en el cielo ante la presencia de Jehová para ser devueltos a la tierra al término de dicho período de tiempo…… y por citar solo algunas. Enseñanzas que extravían de “la verdad” revelada en las Escrituras y por lo que a aquellos incautos que sean extraviados, no les aplicará lo dicho por Jesús en el sentido de que “conocerán la verdad y la verdad los libertará”.
Ahora bien, ya entrando en el meollo de lo que queremos resaltar en este escrito y que es el punto verdaderamente importante, veamos que ocurre con aquellos que son víctimas del mencionado engaño y no de los engañadores, pues el de estos ya lo conocemos; porque alguno podría razonar que en todo caso el problema estaría en aquellas personas que engañan y no en las que son engañadas, que de buena fe y al igual que sus “maestros”, creen sinceramente estar sirviendo a Dios y por lo que entienden que no tienen responsabilidad alguna ante Este…… pero esto no es lo que dicen las Escrituras, pues estas sí ponen responsabilidad en esas personas que son víctimas de la falsa enseñanza; ello se deduce de unas palabras que dijo Jesús y que señalaban que si un ciego, guiaba a un ciego, ambos caerían en un hoyo (Mat. 15:14). Por lo que vamos a hablar ahora, de la responsabilidad que recae también sobre la persona que se deja engañar y como veremos en el texto sagrado, que en este caso aplicaremos solo a los miembros de la apóstata cristiandad, cuando en el libro de Revelación o Apocalipsis, escrito para el tiempo del fin (en definitiva para nuestros días), se nos da el siguiente mandato:
“Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4).
Ello de entrada significa, que Dios tiene un “pueblo” dentro de la misma y al que insta a separarse de esa religión falsa y algo que muchos ya hemos hecho, al salirnos de nuestra militancia en cualquiera de sus distintas denominaciones y andamos por libre. Mandato, por otra parte, que no se nos daría si no tuviéramos la posibilidad de tener éxito al alejarnos de la religión falsa, haciendo así frente a dicho engaño y que nos condenaría al mismo castigo que recibe aquél que somete a otros en el susodicho engaño; por lo que si usted es miembro de alguna organización que diga hablar en nombre de Cristo (todas las de la “cristiandad” lo hacen) y la sustenta con su esfuerzo personal y económico, mediante donativos, diezmo o como quieran llamarlo, el consejo divino es que se separe de ella de inmediato, si no quiere encontrarse como resistidor a ese expreso mandato de Dios y sufrir con ello las consecuencias de su desobediencia…… es cierto que como todas creen ser “la verdad” y por tanto la religión verdadera, no entienden que dichas palabras les apliquen a ellos. No es menos cierto, por otra parte, que algunos podrían razonar que puesto que son numerosísimas las personas que no conocen de las Escrituras, estas precisan de instrucción y de ahí, que de muy buena fe acudan a aquellos que afirman dar dicha instrucción en busca de guía; en este sentido se pronunciaba un amigo lector, en un correo que nos remitió y en el que, entre otras cosas, nos hacía la siguiente reflexión:
“Todas las denominaciones afirman ser la verdadera de Dios y sin embargo, ninguna es capaz de hacer ningún milagro, tal como podían hacer en el primer siglo.
Sólo esta obviedad probaría que no provienen de Dios. Son grandes instrumentos de confusión, que utiliza Satanás para confundir y separar a las personas de buena voluntad.
Porque lo que está claro, es que esas personas desean servir a Dios, pero no tienen la capacidad de poder darse cuenta del engaño, al cual están sometidos.” (Negritas nuestras).
Argumento que va en la dirección indulgente y buenista de eximir a dichas personas de la responsabilidad que, como hemos visto, contraen ante Dios al continuar con su afiliación en esas fraudulentas organizaciones…… y que en nuestra opinión, avalada por las Escrituras como hemos señalado, tanta responsabilidad tiene el que da la falsa enseñanza, como el que la acepta dándola por buena y despreocupándose de si ello es así o no. Y es cierto que uno podría razonar en el sentido de preguntarse a dónde ir para encontrar la religión verdadera, ya que esta debería de existir, pues recordemos las palabras ya mencionadas que habló Jesús, en el sentido de que a su “iglesia” o grupo de seguidores que se moverían dentro de sus enseñanzas “las puertas del Hades no la subyugarán.” (Mat. 16:18). Pero eso no significa que Jesucristo haya mantenido en el tiempo una estructura religiosa como tal, defensora de “la verdad” aquí en la tierra y como muchos indoctos afirman, a la cual apegarnos para que nos haga “el trabajo” que nuestra supuesta falta de capacidad nos impide hacer; lo cual es muy conveniente, porque ¡miren por dónde!, ello pone a cada uno ante la necesidad de tener que pelear personalmente por ese conocimiento y lo que evita que nos convertirnos en oidores pasivos, circunstancia reflejada en lo que vemos hoy en día dentro de la “cristiandad” y en donde unos pocos dirigen y unos muchos, de dejan dirigir. Lo que ello significa, es que las enseñanzas de Jesús están a nuestro alcance y sin necesidad de recurrir a organización religiosa alguna que nos las explique, pues estas se encuentran reflejadas en las Escrituras, perfectamente claras y actualmente al alcance de cualquiera; que ello es así como se lo decimos, queda claro en unas palabras que dijo Jesús y que ya hemos mencionado, pero que repetiremos, pues en las mismas está la clave de la cuestión…… nos referimos al pasaje ya mencionado de Juan 8:31-32:
“De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos que le habían creído: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos 32 y conocerán la verdad y la verdad los libertará”.”
Luego una persona puede conocer “la verdad”, si permanece en la palabra de Dios, la Biblia y en donde está contenida la salvadora información que le puede llevar a la vida eterna…… y si uno tiene la Biblia a mano ¿para qué necesita a alguien que se la interprete, si puede “beber” directamente de la fuente y no “agua” adulterada por el paso de otras manos y como es el caso que estamos considerando? Pero claro, nos encontramos con lo que hemos leído en el correo mencionado en el sentido de que la inmensa mayoría de las personas dicen querer servir a Dios, pero que no tienen la capacidad de poderse dar cuenta del engaño al que están sometidos”; y es que lo primero que uno dice cuando ve ese “tocho” que a simple vista parece ser la Biblia, es eso de “yo no entiendo lo que en ella se dice”…… y de ahí que tengan que acudir a diversas “fuentes” de la cristiandad, para que les hagan el trabajo que ellos no quieren hacer, eso es, el investigar por su cuenta. Porque esta es la realidad y punto principal de este escrito, le pese ello a quien le pese; y es que si bien entre el “personal” pueda haber algunos que les interese el aprender de Dios, a lo que no están dispuestos es a hacer el esfuerzo necesario para ello, alegando que “no entienden” y por ello buscando formas sustitutorias, como el ser miembros de distintas iglesias para que otros les expliquen de qué va “la película”: en definitiva, que les hagan el trabajo de investigar y que les den las cosas “mascaditas”, que para eso “cobran”…… pero eso no es lo que dijo Jesús, sino que lo que dijo fue esto:
“Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción y muchos son los que entran por él; 14 mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida y pocos son los que la hallan.” (Mat. 7:13-14).
Vemos que Jesús nos habla de dos caminos, el uno ancho y espacioso y sin ninguna dificultad, eso es, que no requiere de esfuerzo alguno por parte del “`personal” para transitar por el mismo, pero que conduce a la destrucción ya que este nos pone en manos de esos “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y en última instancia, de Satanás; mientras que el que conduce a la vida es estrecho, pues requiere de esfuerzo personal y que pocos son los que están dispuestos a hacerlo. En relación con el traspasar esa mencionada “puerta angosta” que lleva “a la vida” y que implica esfuerzo individual, en Luc. 13:24 Jesús habla de un “esforzarse vigorosamente” para poder hallarla, pues muchos lo intentarán pero no podrán conseguirlo, pues su esfuerzo no ha estado acorde con el logro deseado; luego…… ¿hasta dónde está uno dispuesto a esforzarse para poder pasar por esa simbólica puerta, camino a “la vida”? Porque una cuestión que hay que dejar clara, es que no es cierta la afirmación tan comúnmente extendida en el sentido de que uno no puede entender las Escrituras sin la ayuda de terceros, supuestamente “versados” en las Escrituras, sino que lo que sí es cierto, es que no se hace el esfuerzo necesario para conseguirlo; pero veamos un ejemplo bíblico (y que para algo están los ejemplos) que nos muestra que cualquiera puede entender la Biblia si se lo propone, pues según Rom. 15:4 “todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado, fueron escritas para nuestra instrucción”…… luego veamos lo que ha sido escrito para nuestra instrucción:
“Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste 15 y que desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:14-15).
Lo que aquí notamos, es que un niño pudo aprender lo suficiente de los “santos escritos”, como para ponerle en el camino de la salvación; luego si ello fue así en el caso de un niño…… ¿cómo alguien adulto puede decir, que “no entiende” lo que dice la Biblia? Y es que no sería comprensible, que una información que nos da nuestro Creador para que todos nos podamos beneficiar de ella, solo pudiera ser entendida por personas de determinado nivel intelectual y como se nos quiere dar a entender, cuando la realidad es que esta fue dirigida en principio a pastores, agricultores, pescadores, carpinteros, etc., en definitiva, personas que en aquellos tiempos tenían unos conocimientos rudimentarios, pues el acceso a la cultura estaba restringido a una pequeña clase pudiente de aquella sociedad…… cuando el caso es que en la actualidad, la Biblia continúa siendo la misma, mientras que la media intelectual y en la gran mayoría de los casos, supera en mucho a la de aquellos tiempos. Pero en todo caso, que ello no es así, o sea, que para entender las Escrituras se precise de elevados estudios teológicos e idea que se nos ha estado vendiendo por medio de aquellos que dirigen las mencionadas denominaciones religiosas de la cristiandad y que viven de ello, lo tenemos reflejado en las Escrituras y como veremos continuación; porque lo que nos dicen es que a menos que uno tenga estudios teológicos, la Biblia es un coto cerrado al cual solo se puede acceder con su expresa ayuda (y siendo ello otra de las muchas mentiras que nos cuentan)…… pero que ello no es así, repetimos, queda probado por lo que leemos en la Palabra de Dios:
“Los proverbios de Salomón hijo de David, el rey de Israel, 2 para conocer uno sabiduría y disciplina, para discernir los dichos del entendimiento, 3 para recibir la disciplina que da perspicacia, justicia y juicio y rectitud, 4 para dar sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven.” (Prov. 1:1-4).
Entonces queda claro que las Escrituras sí se pueden entender por uno mismo, pues de lo contrario no conseguirían dichos resultados en los “inexpertos”, ni podrían desarrollar el “conocimiento y capacidad de pensar”, incluso en personas jóvenes. Porque hemos dicho que es una falacia el afirmar que si no se tienen determinados conocimientos en Teología, Hermenéutica y ciencias afines, no se puede entender las Escrituras a menos que nos las expliquen, pues el entendimiento acerca de la palabra de Dios no se consigue por meritorios estudios personales, sino que se obtiene porque el Altísimo se lo permite a uno…… veamos para apoyar nuestro argumento, las palabras que Jesús y en un claro reconocimiento de que eso es así, se encuentran en Luc. 10:21:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.”
Luego lo que ahí vemos, es que el Altísimo retiene o revela dicho conocimiento, en función de parámetros distintos a los que establece el ser humano y con lo que resulta, que el tener altos conocimientos y apoyarse en ellos para alcanzar el verdadero conocimiento, no es más que un impedimento para conseguir dicho fin; mientras que el ser uno humilde y confiar en que Dios le proveerá ayuda para aprender de Él, es el camino recomendado para alcanzar el entendimiento correcto que lleva a la vida eterna…… todo la contrario de lo que se nos cuenta, por parte de las distintas organizaciones religiosas con las que uno se asocie. Es cierto que no le estamos diciendo que coja una Biblia y se ponga a leerla como un poseso, sino que haga aquello que ciertas personas de la antigüedad hicieron y por lo que se las calificó como de ser “de noble condición”; veámoslo:
“Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.” (Hech. 17:11).
Personas por tanto, que lo que hacían era recibir una determinada información y luego contrastarla con lo que leían en las Escrituras que estaban a su alcance en aquellos tiempos; fíjense en el hecho de que lo hacían con mucho “cuidado” y “a diario”, lo que las identificaba como personas que tenían sincero interés por las cosas de Dios. De ahí, que constantemente les estemos recomendando desde este blog, que no se crean de buena a primeras las cosas que nosotros les contamos, sino que comprueben si aquello que les explicamos se ajusta a lo dicho por las Escrituras y luego saquen sus propias conclusiones; y es que contrario a lo que suelen decir esos dirigentes de las distintas denominaciones religiosas que nos rodean por tierra, mar y aire, nosotros afirmamos que para entender la Biblia es condición “sine qua non” el abrirla y el leerla con atención, además de una motivación correcta: eso es, un sincero deseo de aprender de los propósitos de Jehová Dios para con Su creación…… y es que Jehová ve hasta el más profundo de nuestro de nuestros pensamientos:
“Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas (eso es, si uno no se interesa en El), él te desechará para siempre.” (1 Crón. 28:9). (Acotación nuestra).
Y con el añadido de que nada tiene que ver para alcanzar el beneplácito de Jehová, cuánto uno sepa acerca de Él, si mucho o poco, porque es razonable el pensar que los que ya llevamos muchos años metidos en esta aventura de aprender “por libre”, sepamos más de las Escrituras que uno que empiece ahora y que nos pudiera dar cierta ventaja sobre el que recién empieza en su investigación, como por ejemplo pueda ser en su caso. Porque lo que realmente valora nuestro Dios, no es tanto la cantidad de conocimiento que se tenga sobre Él y su propósito (pues ello depende de muchos factores ajenos a nuestra voluntad), sino el esfuerzo sincero del que se propone alcanzar dicho conocimiento, sea poco o mucho, en definitiva, el empeño en conseguirlo…… a ese grado, le será concedido a cada uno el poder entender las Escrituras; pero veamos cómo nos estimula a ello, el consejo de Pablo a su discípulo Timoteo:
“Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos. 16 Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:15-16).
Luego séale sabido, querido amigo que nos lee, que de su actitud dependerá el que Jehová le permita comprender el significado de Su Palabra o no…… y ello no exento de consecuencias, a tenor de lo que leemos en 2 Tes. 1:6-9:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús (ya cercana) desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (obviamente porque no quisieron hacer el esfuerzo necesario para ello) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (porque no se han preocupado en conocerlas, pues se han conformado en aquello que les han contado). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (Acotaciones nuestras).
Y es que, resumiendo, estamos ante una situación que no admite zonas intermedias, pues Jesús dijo claramente que el que no estaba con él, estaba contra él (Luc. 11:23)…… obviamente estar contra él y como se sobreentiende del pasaje que acabamos de leer, es el seguir enseñanzas falsas y que es todo lo que se encuentra por ahí. Porque usted solo puede encontrar lo que dijo Jesús, leyéndolo directamente de las Escrituras y entendiendo por usted mismo lo que de ellas lee, pues este el medio que usa Dios para comunicarse hoy con nosotros y no a través de “falsos maestros”, pues según Sant. 3:11 una fuente “no hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura”...... eso es, que donde está cobijada la mentira, pueda en algún momento salir algo de “la verdad”. No se olvide, por otra parte, que los pastores, ancianos, sacerdotes o como quiera que se hagan llamar los dirigentes de la organización con la que se asocia, no hacen más que eso: leer la Biblia y comunicarle a usted lo que ellos entienden que dice esta, siempre desde su particular punto de vista y generalmente, en función de espurios intereses…… luego si usted puede “beber” directamente de la fuente ¿para qué beber el “agua” que le trae un intermediario, cuando la Biblia resulta ser la carta que su Creador le dirige a usted personalmente para que se entere de porqué estamos como estamos, que ha hecho Él para enderezar las cosas y en qué, cómo y cuándo acabará todo? ¿Dejará tan fundamental información, en manos de gente que usted no conoce y que en definitiva, solo defienden intereses propios (recuerde que viven de ello) y no los suyos, pues para ellos no es usted más que una fuente de ingresos? Vea el consejo que Jehová le da al respecto:
“Sé sabio, hijo mío y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (Prov. 27:11).
Siendo que el que está desafiando al Altísimo, no es otro que el rebelde Satanás, pues este afirma que usted no hará los cambios que sean pertinentes, sino que continuará en la misma situación de dependencia de organizaciones religiosas de hechura humana que ha tenido hasta ahora (si este es el caso) y que, como hemos dicho, no son más que el instrumento usado por dicho inicuo personaje para extraviar al “personal”; y siendo que el primero le ofrece la vida eterna, mientras el segundo le ofrece la destrucción eterna…… o sea, ¡que usted decide!
MABEL
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