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sábado, 27 de septiembre de 2014
Sin huevos…… no se pueden hacer tortillas.
Probablemente uno de los planteamientos más disparatados en estos últimos tiempos (pongámosle de 200 a 150 años para acá), a cargo de los teólogos que durante esa época han vivido y sean estos de la tendencia que sean, tiene que ver con lo que se ha dado en llamar el “arrebatamiento de la iglesia” o “cuerpo de Cristo”, eso es, el conjunto de personas que supuestamente han sido “ungidas” con el espíritu santo de Dios para reinar en el reino milenario al lado de Jesucristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6) y que durante la llamada “gran tribulación” son llevadas al cielo para, posteriormente y acabada esta, ser devueltas a la tierra como seres inmortales. Por lo que tenemos a los teólogos actuales y prescindiendo de la “ganadería” a la que pertenezcan, empeñados en convencernos de que antes de que inicien los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos, lo que se conoce como la 70 semana de Daniel y que concluirá con la mencionada “gran tribulación”, se producirá dicho arrebatamiento; cierto es, que están otros que colocan dicho suceso a mediados de esa profética semana de años (en mucha menor cuantía, estarían aquellos que colocan dicho evento al final de esos siete años), pero que en todo caso el resultado viene a ser el mismo: millones de personas supuestamente “ungidas” serán instantánea y sorpresivamente arrebatadas al cielo (con el consiguiente caos que tal desaparición repentina causará en su entorno) y así ser libradas de sufrir los rigores de tan singular desastre y que acabará, como ya hemos señalado, con el mundo tal como lo conocemos ahora…… finalizados esos siete años y ya limpiada la tierra por el juicio divino, serán devueltas a la misma para vivir en el reino de Dios, ya en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6).
Disparate donde los haya, como ya hemos apuntado, pero que se lo cree un montón de gente merced a que el atrevimiento de esos personajes mencionados (que van desde aquellos que dirigen las más importantes organizaciones religiosas de la cristiandad, hasta aquellos que son seguidos solo por su mamá y algún que otro familiar que está en el paro), va más allá de la simple afirmación de que ellos son los “ungidos”, pues su paranoia llega al grado de afirmar y ello con gran énfasis, que aquellos que les escuchan y les siguen, en el momento de bautizarse también recibirán dicho ungimiento…… y, obviamente con el mismo, los privilegios de los que ya les acabamos de hablar. Pero claro, dicho planteamiento se cae por su base, pues como ya hemos apuntado en el titular de este escrito, sin huevos no se pueden hacer tortillas o, dicho de otra manera y para entendernos, que para que toda esa historia del “arrebatamiento de la iglesia” que nos cuentan esos “iluminados” y que así mismos se auto proclaman como Hijos de Dios o “ungidos” pudiera ser verdad, tendrían que existir sobre la tierra personas “ungidas” (eso es, una “iglesia” a la que arrebatar) y lo cual no es el caso, como intentaremos demostrar en este escrito…… y siempre partiendo de lo que se nos cuenta mediante el relato bíblico y tarea que podríamos iniciar, considerando el siguiente y clarificador pasaje:
“Porque no el que a sí mismo se recomienda es aprobado, sino el hombre a quien Jehová recomienda.” (2 Cor. 10:18).
Si analizamos con atención estas palabras, veremos que lo que las mismas nos sugieren es que no basta con afirmar algo, sino que hay que poder demostrar la veracidad de lo afirmado…… o dicho de otra forma, que uno tiene que demostrar que ha sido escogido por Dios para representarle y lo que no resulta ser en el caso que nos ocupa, con lo que la moraleja es la siguiente: no se fíen un pelo de aquel predicador que se presenta ante ustedes, solo afirmando ser tal o cual cosa, sino de aquellos que puedan probar su afirmación acerca de ser “algo” que tenga que ver con Jehová Dios y razonamiento que nos lleva a preguntarnos lo siguiente ¿de qué forma podría el Altísimo señalarnos que ha “recomendado” a una determinada persona, eso es, que esta actúa en Su Nombre (como en los casos de Moisés, Elías, Pedro, Pablo y por mencionar solo algunos), si no es por medio de permitirle llevar a cabo obras poderosas fuera del alcance del ser humano común? Así ha sido, al menos hasta donde nosotros conocemos, a lo largo de toda la historia bíblica sin excepción alguna y afirmación que queda refrendada, especialmente aplicativa en nuestros tiempos, por las palabras que un Jesucristo resucitado dirigió a aquellos a los que envió a predicar las buenas nuevas, poco antes de ser elevado a los cielos:
“Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán”.
19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este.” (Mar. 16:15-20).
Y decimos que estas palabras aplican principalmente en nuestros días, por el hecho de que todos esos “iluminados” que se las dan de “ungidos”, afirman ser continuadores en el tiempo de esa obra de predicación que inició Jesús y encomendó proseguir a sus apóstoles, con lo que nos están diciendo que dicha obra ha estado vigente a través de los siglos hasta llegar a nuestros días…… ahora bien, si ello es así, la pregunta es obvia ¿por qué entonces, los actuales “continuadores” de esa obra de evangelización encomendada por Jesucristo, no pueden hacer parecidas demostraciones de poder a las que llevaban a cabo aquellos seguidores de Jesucristo del primer siglo? Dicho de otra manera ¿en qué momento de la historia cristiana, dejó Jesucristo de apoyar “el mensaje” y dejar a sus seguidores abandonados a su suerte, teniéndose estos que buscarse la “habichuelas” por su cuenta? Es cierto que esos supuestos “ungidos” que nos rodean por tierra, mar y aire, pues son legión, afirman que actualmente ya no hacen falta las demostraciones de poder para predicar el evangelio de Cristo, lo que nos lleva a hacernos la siguiente reflexión: si a lo largo de la historia bíblica y como ya hemos adelantado, Jehová siempre dio a sus siervos los poderes necesarios para llevar adelante la comisión asignada ¿por qué razón y teniendo en cuenta que estos supuestos “ungidos” actuales afirman ser los continuadores de la obra que inició Jesús en su momento, Jehová dio a los “ungidos” del primer siglo el poder de hasta levantar muertos y a los actuales no les permite ni curar un simple catarro, siendo como es el caso y según afirmación de parte, que están haciendo la misma obra? ¿Alguien lo entiende y nos lo puede explicar? ¿Por qué a unos tanto y a otros tan poco, si en teoría se está haciendo exactamente el mismo trabajo?
Lo que ocurre realmente, es que nada hay en las Escrituras que nos dé a entender que esta comisión se mantendría por siglos, sino más bien nos muestran que tal como esa obra de selección tuvo un inicio, también tuvo un final y como explicaremos más adelante; de lo contrario tampoco se entendería lo que leemos en Rev. 11:3-7, acerca de la futura aparición de unos poderosos personajes (los “dos testigos”) y dotados de grandísimos poderes a la manera de los primeros apóstoles, que tendrán a su cargo el llevar la delantera en una gran predicación que ya fue anunciada por Jesús en Mat. 24:14…… luego la cuestión que se nos plantea es la siguiente: si los supuestos “ungidos” actuales son “continuadores” en el tiempo de la obra que inició Jesús y que según nos dicen, mediante el ejercer fe en el evangelio por ellos predicado y previo el bautismo en agua que ellos imparten, ya se alcanza la salvación ¿qué necesidad habría, entonces, de que el Altísimo levantara a otras personas a la manera de los Juan, Pablo, Pedro, etc., para iniciar una “nueva” predicación? Luego solo es razonable pensar, que el propio hecho de que Jesús anunciara esa nueva predicación para un futuro distante, implícitamente estaba dando a entender que la que él había iniciado en su momento tenía fecha de caducidad, eso es, que no se dilataría en el tiempo.
Predicación futura que además y según leemos en Rev. 11:3, tiene una duración de tan solo 1.260 días o lo que es lo mismo, por tres años y medio…… pregúntense ahora, queridos lectores, cuanto tiempo hace que las actuales denominaciones de la “cristiandad” (TJ, adventistas, mormones, pentecostales, etc. etc. etc.) llevan dándonos “la vara” y verán que nada tiene que ver la predicación que estas están llevando a cabo, con la que Jesús anunció. Período de tiempo, por otra parte, que coincide con la primera mitad de la profética semana 70 de Daniel, por lo que la aparición de esos “dos testigos” o “resto ungido” y por razones que ya han sido publicadas en este blog, tiene que coincidir con la aparición del personaje “anticristo”…… y dado que dicha figura aún no ha aparecido, tampoco lo pueden haber hecho dichos personajes enviados por Dios y lo que significa que la predicación anunciada por Jesús tampoco se ha puesto en marcha.
Luego si esta es la situación (y esta es) a la luz del registro escritural, lo que tenemos que preguntarnos es lo siguiente: ¿quiénes son, entonces, esa pandilla de “engañabobos” actuales que se arrogan 1º, el ser representantes de Dios en calidad de hijos “ungidos” a la manera de Jesucristo, por tanto sus hermanos y en consecuencia, herederos del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes; 2º, el estar predicando el “verdadero” evangelio salvador de Cristo y 3º, tener el poder de transmitir a otros la condición de Hijos de Dios…… pero que, sin embargo, de ninguna manera y en clara diferencia con los seguidores de Jesucristo del primer siglo, son capaces de hacer nada “del otro jueves” y con lo que poder demostrar la veracidad de su afirmación de tener dicha relación paterno/filial con Dios. No podemos olvidar y en otro orden de cosas, que las Escrituras ya nos advierten de la auténtica plaga de falsarios agentes de Satanás que nos invadiría en los últimos días y ello en palabras del propio Hijo de Dios, según se lee en Mat. 24:3:
“Y en contestación, Jesús les dijo: “Cuidado que nadie los extravíe; 5 porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo” (o somos de Cristo, eso es, “ungidos”) y extraviarán a muchos.” (Acotación nuestra).
Y palabras corroboradas por el envejecido apóstol Pedro en su segunda carta:
“Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Ped. 2:1).
Solo hay que ver cómo está actualmente el “patio” dentro de la denominada “cristiandad”, fraccionada esta en más de 30.000 denominaciones distintas y cada una de ellas con sus diferentes doctrinas, ritos, dirigentes, etc., algo totalmente contrario a la admonición del apóstol Pablo que en su momento y bajo inspiración, dijo lo siguiente:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
Con lo que cualquier parecido con el grotesco espectáculo contemplado hoy, es pura coincidencia y por lo que cuando hablamos de la “cristiandad”, estamos hablando del sistema religioso más corrupto y reprensible del orbe (ellos son los que han apostatado de la verdadera enseñanza de Dios) y por lo que de ninguna manera puede brotar de entre ella algo parecido a un “ungido” que represente a Dios y en el que se pueda confiar. Pero dicho lo cual, estamos de acuerdo con usted, querido lector, en que las cosas no solo basta con decirlas sino que hay que demostrarlas, pues de lo contrario los autores de este blog caeríamos en el mismo error que estamos criticando a los supuestos “ungidos actuales: el afirmar algo, pero sin demostrar que lo afirmado es cierto; por lo tanto vamos a probar con las Escrituras en la mano lo veraz nuestra afirmación, en el sentido de que es del todo imposible que actualmente existan hoy “ungidos” sobre la tierra y en el bien entendido, como hemos señalado al inicio de este escrito, que al conjunto de esos personajes se les identifica como la “iglesia” o “cuerpo de Cristo” y de los que se nos dice que son los que serán “arrebatados” al cielo (lo que se conoce como el “arrebatamiento de la iglesia”), mientras aquí en la tierra se monta “la mundial”. Por tanto, veamos que nos dice la Biblia de todo esto y partiendo de lo que Jesús vino a hacer aquí en la tierra y en lo que hay unanimidad entre todos los autores bíblicos: este vino a buscar a aquellos que tendrían que reinar con él en el reino de Dios, en cumplimiento de la promesa divina contenida en Éxo. 19:3-6:
“Y Moisés subió al Dios verdadero y Jehová empezó a llamarlo de la montaña, diciendo: “Esto es lo que has de decir a la casa de Jacob y anunciar a los hijos de Israel: 4 Ustedes mismos han visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de águilas y traerlos a mí mismo. 5 Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.”
Luego Jesús inicio una obra de búsqueda para encontrar a esas personas y obra que tendrían que continuar sus más directos seguidores, eso es, los apóstoles…… y si dicha obra tuvo un inicio, obviamente habría que pensar que también tendría un final y como queda claramente expresado en la petición que el Hijo de Dios hizo en favor de sus seguidores a su Padre Celestial y en la que, implícitamente, ya habló del final de la misma:
“Hago petición, no respecto a estos (sus apóstoles) solamente, sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.” (Juan 17:20). (Acotación nuestra).
Si analizamos debidamente estas palabras, veremos que la comisión de continuar la obra de encontrar a aquellos que eran merecedores del reino, quedaba limitada a sus apóstoles y a aquellos que recibían directamente de estos el mensaje de Jesús. Ahora bien, es cierto que alguien podría decir que esto no es más que la interpretación personal e interesada del contenido de un texto bíblico para que las cosas parezcan ser como nosotros las “pintamos”…… por lo que permítannos razonar nuestro argumento y así probar la veracidad de lo que les decimos, acudiendo para ello al capítulo ocho del libro de Hechos de los Apóstoles. No obstante, para conseguir dicho objetivo tenemos que partir de la idea y que es asumida por cualquier teólogo actual, de que para heredar el reino de Dios en calidad de inmortal rey y sacerdote (Rev. 20:6), uno tiene que ser reconocido como Hijo de Dios, eso es, haber recibido el bautismo en espíritu santo…… y que es algo muy distinto del bautismo de agua, pues este por sí mismo no concede dicha condición, por mucho que los “entendidos” en la materia nos juren y perjuren que eso es así; dicho lo cual, analicemos una porción de lo que se lee en el capítulo mencionado:
“En aquel día se levantó gran persecución contra la congregación que estaba en Jerusalén; todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria (……)
4 No obstante, los que habían sido esparcidos iban por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra. 5 Felipe, uno de estos, bajó a la ciudad de Samaria y se puso a predicarles al Cristo. 6 Las muchedumbres prestaban atención de común acuerdo a las cosas que Felipe decía, mientras escuchaban y miraban las señales que él ejecutaba. 7 Porque había muchos que tenían espíritus inmundos y estos clamaban con voz fuerte y salían. Además, muchos paralíticos y cojos fueron curados. 8 De modo que llegó a haber mucho gozo en aquella ciudad.
9 Ahora bien, en la ciudad había cierto varón, Simón por nombre que, antes de esto, había estado practicando artes mágicas y asombrando a la nación de Samaria, mientras decía que él mismo era alguien grande. 10 Y todos ellos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y decían: “Este hombre es el Poder de Dios, que puede llamarse Grande”. 11 De modo que le prestaban atención porque los había asombrado durante mucho tiempo con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe (sus obras eran por mucho más poderosas que las de Simón), que estaba declarando las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, procedieron a bautizarse, tanto varones como mujeres. 13 Simón mismo también se hizo creyente y, después de bautizarse, atendía constantemente a Felipe; y quedaba asombrado al contemplar las señales y grandes obras poderosas que se efectuaban (por medio del tal Felipe).” (v. del 1 al 13). (Acotaciones nuestras).
Ahora analicemos lo que hemos leído y notemos tres aspectos fundamentales en su contenido: lo primero que notamos en este pasaje, es que el tal Felipe no era un “pelanas” como los actuales “ungidos”, sino que sus obras probaban que era un ser poderoso en espíritu santo; recordemos que fue una de las siete primeras personas que recibieron dicho espíritu santo por manos de los apóstoles (Hech. 6:1-6) y por tanto, el reconocimiento como Hijos de Dios. En segundo lugar y en armonía con las palabras de Jesucristo en Mar. 16:15-20, que la difusión del evangelio verdadero iba acompañada, ineludiblemente, de grandes manifestaciones de poder y que daban legitimidad a los que las proclamaban, en clara diferencia de lo que ocurre a día de hoy entre esa pandilla de charlatanes que se las dan de “ungidos”. Y, tercero y más importante, pues aquí está el quid de la cuestión, que el bautismo en agua en nombre de Jesucristo y que era el que impartía Felipe, no transmitía la condición de Hijo de Dios al que lo recibía y contrario a lo que esos “entendidos” actuales nos están diciendo…… porque veamos como continúa dicho relato, en sus versos 14 al 17:
“Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; 15 y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo (luego queda claro que pese a estar bautizados en agua, aún no lo habían recibido). 16 Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados (obviamente en agua) en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces se pusieron (Pedro y Juan) a imponerles las manos y ellos empezaron a recibir espíritu santo.” (Acotaciones nuestras).
Lo que se nos está diciendo en esta porción escritural, es fundamental para sostener nuestra afirmación en el sentido de que actualmente no pueden existir personas “ungidas” o Hijos de Dios, porque veamos: si bien Felipe podía llevar a cabo obras poderosísimas como los apóstoles, lo que no podía era impartir el bautismo en espíritu santo y como sí podían hacer estos, algo que queda probado por lo que acabamos de leer; de ahí, que las personas que creyeron en el mensaje de Felipe y aunque bautizadas en agua correctamente en el nombre de Jesucristo, solo “empezaron” a recibir espíritu santo cuando los apóstoles Pedro y Juan les impusieron las manos, o dicho de otra manera, cuando fueron bautizadas en espíritu santo. Lo que ello nos muestra es que si bien los apóstoles sí podían impartir dicho bautismo de espíritu, pues lo había recibido directamente de Jesucristo, aquellos que como Felipe lo habían recibido de manos de los apóstoles, ya no podían transmitírselo a otros y lo cual, evidentemente, limitaba el tiempo de duración de la obra encomendada por Jesús; pero continuemos con el relato de ese capítulo ocho, leyendo ahora los versos 18-19:
“Ahora bien, cuando Simón vio que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se daba el espíritu, les ofreció dinero, 19 diciendo: “Denme a mí también esta autoridad (o "poder", según versiones), para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba espíritu santo”.” (Hech. 8:18-19). (Acotación nuestra).
Lo que queda claro de estas palabras, es que Simón se dio cuenta de que los apóstoles podían hacer algo que Felipe no podía hacer, como era el transmitir a otros la condición de Hijos de Dios o lo que es lo mismo, el bautizar en espíritu santo…… de ahí que lo que Simón les pidiera a Pedro y Juan (a cambio de dinero), no fue que le dieran dicho espíritu santo, sino “la autoridad” de poderlo impartir a otros y que Felipe no tenía. Todo lo considerado nos lleva al punto crucial del tema que estamos analizando, como es el averiguar en qué momento se interrumpió dicha capacidad o autoridad aquí en la tierra de poder impartir el bautismo en espíritu santo y con ello el poder ungir a otros como Hijos de Dios, lo que nos lleva de nuevo a lo leído en Juan 17:20 y que nos marca el punto de inflexión o momento, en que desapareció de sobre la tierra el poder transmitir a otros la condición de Hijo de Dios y con ello, el fin de la obra iniciada por Jesús, dirigida a seleccionar a aquellos que tendrían que gobernar a su lado en el reino de Dios:
“Hago petición, no respecto a estos solamente, sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos.”
Como ya hemos dicho, la petición de Jesús tenía que ver con sus más directos seguidores (los apóstoles) y a los que a su vez, aceptarían el mensaje de la boca de los propios apóstoles…… en llegando aquí, la obra de selección se paraba por la razón que ya hemos apuntado y que repetimos para que la cosa quede clara: ha quedado probado por el contenido escritural y personalizado en el caso de Felipe, que si bien aquellos que recibieron a través de los apóstoles el bautismo en espíritu santo (no fue así en el caso de Pablo y que también lo recibió directamente de Jesucristo), podían desarrollar obras poderosas como los apóstoles, lo que ya no podían hacer era el transmitírselo a otros y como ha quedado evidenciado en ese relato analizado de Hech. 8:1-20 y hecho que sienta un precedente…… por lo que es obvio concluir, entonces, que con la muerte del último apóstol (Juan) sobre el año 99 E.C., desapareció de sobre la tierra la posibilidad de recibir dicho espíritu santo de adopción, pues ya no existía quien lo pudiera impartir y con ello, finalizó la obra de selección iniciada por Jesús y así, hasta nuestros días.
Por ello, todos y cada uno de esos “mandangas” que a día de hoy nos quieren vender “la burra coja” de su ungimiento como Hijos de Dios, nos tendrían que decir en primer lugar quién les ha bautizado en espíritu santo para adquirir tal condición y, en segundo lugar, con qué autoridad lo ha hecho la persona o denominación religiosa que haya intervenido en el acto; porque en ningún lugar de las Escrituras y contrario a lo que nos proponen los falsos “ungidos” actuales, se encuentra afirmación alguna en el sentido de que solo con el bautismo en agua, sea suficiente para adquirir la condición de “ungido” o Hijo de Dios…… recordemos lo que acabamos de leer, en el sentido de que todo un poderoso Hijos de Dios como era Felipe, no pudo mediante el bautismo en agua, conseguir que los bautizados recibieran el espíritu de adopción como Hijos de Dios, sino que esto no ocurrió hasta que intervinieron los apóstoles. Más bien lo que las Escrituras nos dicen y esto en palabras del propio Jesús, es exactamente todo lo contrario, por que veamos lo que este dijo y relacionado con dos bautismos totalmente diferentes entre sí:
“En respuesta, Jesús le dijo: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede nacer el hombre cuando es viejo? No puede entrar en la matriz de su madre por segunda vez y nacer ¿verdad?”. 5 Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua (bautismo de agua) y del espíritu (bautismo en espíritu santo), no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:3-5). (Acotaciones nuestras).
Ello nos lleva a unas palabras dirigidas también por Cristo a sus apóstoles, momentos antes de ser elevado a los cielos:
“Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto”.” (Hech. 1:4-5).
De nuevo vemos que se nos está hablando de distintos bautismos, pues no pasemos por alto que los apóstoles, aunque ya hacía años que habían recibido el bautismo de Juan (bautismo de agua), este no los convirtió en Hijos de Dios, sino que solo alcanzaron dicha condición cuando en el Pentecostés de 33 E.C. recibieron el otro bautismo anunciado por Jesús, eso es, el bautismo en espíritu santo y el que sí les concedió esa relación paterno/filial con Dios y por tanto pasaron a convertirse en hermanos de Cristo, hecho reconocido por este, poco antes de ascender al cielo:
“Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).
Luego vemos que el bautismo en agua y que es el único que se puede impartir hoy en día (y de forma fraudulenta, pues no tiene validez alguna), no puede dar a uno la condición de Hijo de Dios, pues ello nunca ha sido así y como queda perfectamente reflejado en el contenido escritural; por otra parte, nada en el registro sagrado nos habla de que la cosa y en algún momento de la historia de la primitiva congregación cristiana hubiera cambiado, en el sentido de que a partir de determinado momento ya con solo el bautismo de agua fuera suficiente para adquirir el ungimiento como Hijo de Dios, como si dicho bautismo hubiera asumido ambos roles. Por lo tanto, continúan en vigor las palabras de Jesús en Juan 3:5, en el sentido de que para adquirir dicha condición continúan siendo necesarios dos bautismos: el de agua y el de espíritu santo; y lo que nos lleva a recordar un “pequeño” detalle: el bautismo en espíritu solo lo pudo administrar Jesucristo después de haber resucitado y posteriormente, después de haberlo recibido directamente de este, sus apóstoles…… nadie más y según nos cuenta el registro sagrado, estuvo en disposición de poderlo administrar y por lo que repetimos la pregunta ¿de quién y con qué autoridad, han recibido los supuestos “ungidos” actuales, la condición de Hijos de Dios? Y pregunta de la que surge una derivada ¿por qué el espíritu santo recibido en el primer siglo, movía inmediatamente a las personas a actuar de forma poderosa…… y hoy no lo hace, si en teoría estaríamos hablando del mismo espíritu santo de Dios?
Todo considerado, solo se puede concluir que todo aquél que actualmente se identifique como un “ungido”, no es más que un “mandangas” ignorante y del cual no se puede creer nada de lo que diga, ni siquiera si nos da la hora; porque a día de hoy, sencillamente no existen personas que tengan la condición de Hijos de Dios y por lo que, por extensión, no puede existir un arrebatamiento “de la iglesia” porque no hay “iglesia” a la que arrebatar. Ello significa que todas aquellas organizaciones religiosas que por medio de sus pastores, evangelistas, maestros, predicadores o como quiera que les llamen, nos hablan de un arrebatamiento como tal y del que uno pudiera ser beneficiario, no solo son miembros del sistema mundial de religión falsa que nos está intentando extraviar, sino lo que es peor, que no tienen la menor idea de lo que realmente dicen las Escrituras y por lo que no se les puede creer en nada de lo que nos cuenten relacionado con estas; porque después de lo considerado y haciendo uso de la lógica más elemental acerca de todo lo considerado y a modo de conclusión, si no hay “ungidos” (y no los hay) tampoco puede haber un “arrebatamiento de la iglesia” o, lo que es lo mismo y como señalamos en el titular de este escrito, sin huevos…… no se pueden hacer tortillas.
MABEL
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martes, 1 de abril de 2014
¿Cómo evitar ser engañado…… por la religión falsa?
A partir de ese supuesto, el riesgo de ser engañado por la religión, la siguiente pregunta que se podría hacer uno es ¿pero existe la religión falsa? Pues sí existe, querido amigo que nos lee (y por lo que tiene que tener mucho cuidado con qué “iglesia” se asocia) y ello queda claro por una simple regla de tres: puesto que todas y cada una de las distintas denominaciones religiosas dentro de la cristiandad y que es el “territorio” que nos ocupa (el resto de religiones, hinduismo, budismo, islam, etc. ya damos por descontado que no son cristianas), afirman ser la verdadera, implícitamente con ello se reconoce que las restantes tienen que ser falsas…… lo que hace que la pregunta tenga que variar un poco, ya en el sentido de que si ello es así ¿cuál sería la verdadera y cual la falsa? ¿Cuál es, en definitiva, de todas las que nos proponen ser “la verdad”, la que tiene más visos de ajustarse a dicha exigencia? Porque no podemos olvidar, que cuando Jesucristo estuvo aquí en la tierra “fundó” una sola iglesia, con una sola enseñanza y de la que aseveró esto:
“También, yo te digo a ti: Tú eres Pedro y sobre esta masa rocosa edificaré mi congregación (o “iglesia”); y las puertas del Hades no la subyugarán.” (Mat. 16:18). (Acotación nuestra).
Luego si ni siquiera el poder de la muerte podría hacer desaparecer dicha “iglesia” y más en concreto, el conjunto de enseñanzas sanas que implantó Jesús entre sus seguidores ¿dónde está ahora esa “iglesia” verdadera y que impartiera las genuinas enseñanzas promulgadas por su creador? ¿Será alguna de las denominaciones actuales la que pregone “la verdad” y por lo que el problema, solo estaría en localizarla? Pues nada más lejos de eso, porque la realidad es que ninguna de dichas denominaciones en absoluto enseña “la verdad” y algo que queda probado con un simple experimento y que no pocas veces en foros de religión, de forma casual se ha producido: y es que si usted reúne en una tertulia religiosa a un católico, un pentecostal, un bautista, un adventista, un testigo de Jehová y un mormón, les da una Biblia y les conmina a que se pongan de acuerdo sobre aquello en lo que creen, aunque solo fuere en un único punto, comprobará que después de largas horas de intenso y acalorado debate no se ha conseguido sacar nada en claro, sino que cada uno de ellos continuará pensando que su forma de religión es la verdadera y las de los restantes contertulios, falsas…… luego y por otra parte ¿cómo puede existir “la verdad” dentro de una cristiandad, dividida, subdividida y requeté subdividida en distintas iglesias, sectas, denominaciones y creencias distintas, al grado que se ha perdido ya el cómputo de su número total, estimado en todo caso en más de 33.000 divisiones o grupos distintos? Y con lo que ello significa de flagrante violación de esta admonición paulina:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
O sea, el mismo parecido de un huevo a una castaña…… sin embargo, ahí tenemos las palabras de Jesús afirmando que su enseñanza no desparecería ni con el poder de la muerte, eso es, que permanecería para siempre. Por otra parte, también tenemos unas palabras que este dirigió a sus seguidores de aquél tiempo y que aplican directamente a cualquiera de los que se consideran sus seguidores actuales…… pero veamos lo que nos dijo Jesucristo:
“De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos que le habían creído: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos 32 y conocerán la verdad y la verdad los libertará”.” (Juan 8:31-32).
Entonces es obvio que dicha “verdad” existe en algún sitio y el único problema al que nos enfrentamos es al de averiguar dónde localizarla y que parece, visto lo visto, que ello puede ser en cualquier sitio menos dentro de las distintas denominaciones de la llamada cristiandad; y es que la religión (sea la que sea) como tal y en su conjunto, no es más que un poderoso instrumento en manos de Satanás para apartar al “personal” de su Creador, mediante enseñanzas falsas y al que las Escrituras describen como un imperio mundial de religión falsa al que identifica como “Babilonia la Grande” (Rev. 17:5-6) y en dónde destaca en grado de culpabilidad ante Dios, la llamada “cristiandad”, pues esta es la que apostató de la enseñanza verdadera de Jesucristo y de la que afirma ser seguidora. Y situación que llegaría a su máximo exponente en los últimos tiempos, iniciando ello a finales del siglo XVIII en adelante con la aparición de numerosas sectas escindidas de las tres grandes ramas en que estaba dividida en ese momento la cristiandad (católicos, ortodoxos y protestantes) y a las que se continuaron añadiendo otras escisiones de esas anteriores escisiones y de las que como les hemos dicho, ya se ha perdido la cuenta…… pero ¿por qué a partir de un tiempo en concreto y como en singular avalancha? Pues por una razón muy sencilla: estaba profetizado que así ocurriría; recordemos que cuando Jesús fue preguntado por sus apóstoles acerca de las señales que marcarían el tiempo de su regreso a la tierra, la primera de estas y en orden de importancia, tenía que ver con las falsas enseñanzas:
“Estando él sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él los discípulos privadamente y dijeron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. 4 Y en contestación, Jesús les dijo: “Cuidado que nadie los extravíe; 5 porque muchos vendrán sobre la base de mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo” (o “pertenecemos al Cristo”) y extraviarán a muchos”.” (Mat. 24:3). (Acotación nuestra).
Y tan serio peligro representaba esa circunstancia de poder ser “extraviado” de la sana doctrina o enseñanza, que Jesús a lo largo de esa extensa respuesta a la pregunta de sus discípulos, la repitió por dos veces más:
“Y muchos falsos profetas se levantarán y extraviarán a muchos; 12 y por el aumento del desafuero se enfriará el amor de la mayor parte.” (Mat. 24:11).
Fíjense que Jesús nos dice que “muchos” serían extraviados por la labor de esos “falsos profetas” y por lo que debemos de tomarnos la cosa muy en serio, para no contarnos entre dichos extraviados; pero veamos la tercera ocasión en la que Jesús repite la advertencia:
“Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas (o maestros) y darán grandes señales y prodigios para extraviar, si fuera posible, hasta a los escogidos.” (Mat. 24:24). (Acotación nuestra).
Eso es, que las falsas enseñanzas se producirían dentro del mismo cristianismo, porque recordemos que en el versículo 5 se nos dice que los portadores de las mismas vendrían “en su nombre”, eso es, que serían miembros cualificados de dentro de la congregación formada por Jesús; recordemos que ya en tiempos de Pablo y circunstancia que queda reflejada en todas sus cartas, existían grandes disensiones entre los componentes de las distintas congregaciones y con los que apóstol se la mantuvo “tiesas”…… por no hablar ya, de los últimos momentos del apóstol Juan (último apóstol en morir), quien se vio llevado y ante el panorama existente ante él, a escribir lo siguiente:
“Niñitos, es la última hora y, así como han oído que el anticristo viene, aun ahora ha llegado a haber muchos anticristos (eso es, opositores a las genuinas enseñanzas de Jesús); del cual hecho adquirimos el conocimiento de que es la última hora. 19 Ellos salieron de entre nosotros, pero no eran de nuestra clase; porque si hubieran sido de nuestra clase, habrían permanecido con nosotros. Pero salieron, para que se mostrara a las claras que no todos son de nuestra clase.” (1 Juan 2:18-19). (Acotación nuestra).
Pero...... la última hora ¿de qué? Pues de la permanencia de la verdadera doctrina enseñada por el Hijo de Dios y que era aún retenida dentro de la congregación cristiana primitiva, merced al peso específico de los apóstoles de Jesús dentro de la misma y que mantenía a raya a la apostasía emergente en su interior; pero veamos como realmente era ello así, según leemos en palabras del apóstol Pablo y que al igual que Juan, era consciente que desaparecida la influencia de los apóstoles, la apostasía camparía por sus respetos:
“De modo que ahora (eso es, en aquel tiempo) ustedes conocen la cosa que obra como restricción (de la ola de apostasía), con miras a que él sea revelado a su propio tiempo. 7 Es verdad que el misterio de este desafuero ya está obrando; pero solo (se mantendría dicha obra de restricción) hasta que el que ahora mismo está obrando como restricción llegue a estar fuera del camino.” (2 Tes. 2:6-7). (Acotaciones nuestras).
Esta “cosa” que obraba como restricción, no era otra que el poder del espíritu santo obrando en aquellos que lo habían recibido, los apóstoles y que tenían gran autoridad dentro de la congregación cristiana, como ya hemos señalado; a partir de la desaparición de estos, desapareció dicha influencia restrictiva y con ella todo vestigio de la sana doctrina enseñada por Jesús, siendo la apostasía la que ocupó su lugar y que posteriormente derivó en lo que sería el embrión de la actual Iglesia Católica…… y a partir de ahí, lo que ya les hemos contado. Pero hemos dicho que Jesús anunció que en los últimos días, la proliferación de los “falsos maestros” sería notable y algo de lo que el apóstol Pedro, señaló en su segunda carta:
“Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (2 Ped. 2:1).
Y que para una mayor comprensión de la idea que queremos transmitirles, permítannos mostrarles este mismo pasaje en la versión TLA, en donde se translitera de esta manera:
“En el pueblo de Israel hubo también algunos que decían ser enviados por Dios, pero no lo eran. Así también, entre ustedes, habrá quienes se crean maestros enviados por Dios, sin serlo. Ellos les darán enseñanzas falsas y peligrosas, sin que ustedes se den cuenta y hasta dirán que Jesucristo no es capaz de salvar. Por eso, cuando ellos menos lo esperen, serán destruidos por completo.”
Ahora bien ¿con quiénes se podría relacionar a esos “falsos profetas” (o “maestros”) por venir y señalados por Jesús en la respuesta mencionada, en la actualidad? Obviamente, con todo aquél que se nos presenta como un “ungido” o “enviado” de Dios, alegando predicar el “genuino” evangelio de Cristo y que se podrían contar en estos momentos en cientos de miles; pues salvo los TJ y que establecen una diferencia entre sus “ungidos” (una ínfima cantidad) y sus “otras ovejas” que no lo son (más de siete millones), el resto de denominaciones religiosas afirman que tanto sus dirigentes, como su feligresía y mediante el bautismo, todos pasan a formar parte del “cuerpo de Cristo”, eso es, de la “iglesia” o grupo de aquellos que tienen que reinar con él durante el milenio y por tanto, portadores de la “verdadera” enseñanza. Luego todas esas personas que les vienen a hablar en “nombre de Cristo” y a proponerles determinadas enseñanzas (como la reseñada), son esos falsos “Cristos” mencionados por Jesús y a los que él no ha enviado, de los que en su momento dijo esto:
“No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre expulsamos demonios y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?”. 23 Y sin embargo, entonces les confesaré: “¡Nunca los conocí! Apártense de mí, obradores del desafuero”.” (Mat. 21:7-23).
Lo que significa que dichos personajes no hacen la voluntad divina, en el sentido de que no han sido “enviados” para llevar a cabo predicación alguna y por lo que están actuado por su cuenta y riesgo…… contraviniendo con ello dicha voluntad divina que claramente fija la predicación de Mat. 24:14, por ejemplo, para el momento de la llegada de sus “dos testigos” y que la llevarán a cabo por espacio de 1.260 días (Rev. 11:3); ello significa que toda la labor de predicación de las “buenas nuevas” o “evangelio de Cristo” dentro de la cristiandad en este momento, es algo que Jehová Dios no ha mandado y con lo que ello significa de responsabilidad última ante Él:
“Sin embargo, el profeta (o “maestro”) que tenga la presunción de hablar en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta tiene que morir.” (Deut. 18:20). (Acotación nuestra).
Pero es que además y en su desconocimiento del propósito divino, esos personajes están plenamente convencidos de su condición de representantes de Jesucristo y de ahí que se expresen con la convicción y autoridad con la que lo hacen; recordemos que en el pasaje de 2 Ped. 2:1 y en la versión TLA hemos leído, que “se creerán” enviados por Dios sin serlo…… de ahí que el propio Jesús afirmara que no los reconocería por ser “obradores del desafuero” o lo que es lo mismo, por actuar en contra de la voluntad divina expresada en el pasaje citado y con ello, adulterando la enseñanza o doctrina que él predicó. Porque este no enseñó, por ejemplo y como afirman algunos indoctos, que todos sus seguidores o cristianos bautizados reinarán con él; como no enseñó nada acerca de un “rapto” como tal, así como tampoco enseñó y como sí lo hacen los adventistas, por ejemplo, que durante el período milenial la tierra permanecerá en oscuridad y solo habitada por Satanás y sus secuaces, rumiando sus fechorías mientras esperan su destrucción, en tanto los fieles permanecerán en el cielo ante la presencia de Jehová para ser devueltos a la tierra al término de dicho período de tiempo…… y por citar solo algunas. Enseñanzas que extravían de “la verdad” revelada en las Escrituras y por lo que a aquellos incautos que sean extraviados, no les aplicará lo dicho por Jesús en el sentido de que “conocerán la verdad y la verdad los libertará”.
Ahora bien, ya entrando en el meollo de lo que queremos resaltar en este escrito y que es el punto verdaderamente importante, veamos que ocurre con aquellos que son víctimas del mencionado engaño y no de los engañadores, pues el de estos ya lo conocemos; porque alguno podría razonar que en todo caso el problema estaría en aquellas personas que engañan y no en las que son engañadas, que de buena fe y al igual que sus “maestros”, creen sinceramente estar sirviendo a Dios y por lo que entienden que no tienen responsabilidad alguna ante Este…… pero esto no es lo que dicen las Escrituras, pues estas sí ponen responsabilidad en esas personas que son víctimas de la falsa enseñanza; ello se deduce de unas palabras que dijo Jesús y que señalaban que si un ciego, guiaba a un ciego, ambos caerían en un hoyo (Mat. 15:14). Por lo que vamos a hablar ahora, de la responsabilidad que recae también sobre la persona que se deja engañar y como veremos en el texto sagrado, que en este caso aplicaremos solo a los miembros de la apóstata cristiandad, cuando en el libro de Revelación o Apocalipsis, escrito para el tiempo del fin (en definitiva para nuestros días), se nos da el siguiente mandato:
“Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4).
Ello de entrada significa, que Dios tiene un “pueblo” dentro de la misma y al que insta a separarse de esa religión falsa y algo que muchos ya hemos hecho, al salirnos de nuestra militancia en cualquiera de sus distintas denominaciones y andamos por libre. Mandato, por otra parte, que no se nos daría si no tuviéramos la posibilidad de tener éxito al alejarnos de la religión falsa, haciendo así frente a dicho engaño y que nos condenaría al mismo castigo que recibe aquél que somete a otros en el susodicho engaño; por lo que si usted es miembro de alguna organización que diga hablar en nombre de Cristo (todas las de la “cristiandad” lo hacen) y la sustenta con su esfuerzo personal y económico, mediante donativos, diezmo o como quieran llamarlo, el consejo divino es que se separe de ella de inmediato, si no quiere encontrarse como resistidor a ese expreso mandato de Dios y sufrir con ello las consecuencias de su desobediencia…… es cierto que como todas creen ser “la verdad” y por tanto la religión verdadera, no entienden que dichas palabras les apliquen a ellos. No es menos cierto, por otra parte, que algunos podrían razonar que puesto que son numerosísimas las personas que no conocen de las Escrituras, estas precisan de instrucción y de ahí, que de muy buena fe acudan a aquellos que afirman dar dicha instrucción en busca de guía; en este sentido se pronunciaba un amigo lector, en un correo que nos remitió y en el que, entre otras cosas, nos hacía la siguiente reflexión:
“Todas las denominaciones afirman ser la verdadera de Dios y sin embargo, ninguna es capaz de hacer ningún milagro, tal como podían hacer en el primer siglo.
Sólo esta obviedad probaría que no provienen de Dios. Son grandes instrumentos de confusión, que utiliza Satanás para confundir y separar a las personas de buena voluntad.
Porque lo que está claro, es que esas personas desean servir a Dios, pero no tienen la capacidad de poder darse cuenta del engaño, al cual están sometidos.” (Negritas nuestras).
Argumento que va en la dirección indulgente y buenista de eximir a dichas personas de la responsabilidad que, como hemos visto, contraen ante Dios al continuar con su afiliación en esas fraudulentas organizaciones…… y que en nuestra opinión, avalada por las Escrituras como hemos señalado, tanta responsabilidad tiene el que da la falsa enseñanza, como el que la acepta dándola por buena y despreocupándose de si ello es así o no. Y es cierto que uno podría razonar en el sentido de preguntarse a dónde ir para encontrar la religión verdadera, ya que esta debería de existir, pues recordemos las palabras ya mencionadas que habló Jesús, en el sentido de que a su “iglesia” o grupo de seguidores que se moverían dentro de sus enseñanzas “las puertas del Hades no la subyugarán.” (Mat. 16:18). Pero eso no significa que Jesucristo haya mantenido en el tiempo una estructura religiosa como tal, defensora de “la verdad” aquí en la tierra y como muchos indoctos afirman, a la cual apegarnos para que nos haga “el trabajo” que nuestra supuesta falta de capacidad nos impide hacer; lo cual es muy conveniente, porque ¡miren por dónde!, ello pone a cada uno ante la necesidad de tener que pelear personalmente por ese conocimiento y lo que evita que nos convertirnos en oidores pasivos, circunstancia reflejada en lo que vemos hoy en día dentro de la “cristiandad” y en donde unos pocos dirigen y unos muchos, de dejan dirigir. Lo que ello significa, es que las enseñanzas de Jesús están a nuestro alcance y sin necesidad de recurrir a organización religiosa alguna que nos las explique, pues estas se encuentran reflejadas en las Escrituras, perfectamente claras y actualmente al alcance de cualquiera; que ello es así como se lo decimos, queda claro en unas palabras que dijo Jesús y que ya hemos mencionado, pero que repetiremos, pues en las mismas está la clave de la cuestión…… nos referimos al pasaje ya mencionado de Juan 8:31-32:
“De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos que le habían creído: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos 32 y conocerán la verdad y la verdad los libertará”.”
Luego una persona puede conocer “la verdad”, si permanece en la palabra de Dios, la Biblia y en donde está contenida la salvadora información que le puede llevar a la vida eterna…… y si uno tiene la Biblia a mano ¿para qué necesita a alguien que se la interprete, si puede “beber” directamente de la fuente y no “agua” adulterada por el paso de otras manos y como es el caso que estamos considerando? Pero claro, nos encontramos con lo que hemos leído en el correo mencionado en el sentido de que la inmensa mayoría de las personas dicen querer servir a Dios, pero que no tienen la capacidad de poderse dar cuenta del engaño al que están sometidos”; y es que lo primero que uno dice cuando ve ese “tocho” que a simple vista parece ser la Biblia, es eso de “yo no entiendo lo que en ella se dice”…… y de ahí que tengan que acudir a diversas “fuentes” de la cristiandad, para que les hagan el trabajo que ellos no quieren hacer, eso es, el investigar por su cuenta. Porque esta es la realidad y punto principal de este escrito, le pese ello a quien le pese; y es que si bien entre el “personal” pueda haber algunos que les interese el aprender de Dios, a lo que no están dispuestos es a hacer el esfuerzo necesario para ello, alegando que “no entienden” y por ello buscando formas sustitutorias, como el ser miembros de distintas iglesias para que otros les expliquen de qué va “la película”: en definitiva, que les hagan el trabajo de investigar y que les den las cosas “mascaditas”, que para eso “cobran”…… pero eso no es lo que dijo Jesús, sino que lo que dijo fue esto:
“Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción y muchos son los que entran por él; 14 mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida y pocos son los que la hallan.” (Mat. 7:13-14).
Vemos que Jesús nos habla de dos caminos, el uno ancho y espacioso y sin ninguna dificultad, eso es, que no requiere de esfuerzo alguno por parte del “`personal” para transitar por el mismo, pero que conduce a la destrucción ya que este nos pone en manos de esos “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y en última instancia, de Satanás; mientras que el que conduce a la vida es estrecho, pues requiere de esfuerzo personal y que pocos son los que están dispuestos a hacerlo. En relación con el traspasar esa mencionada “puerta angosta” que lleva “a la vida” y que implica esfuerzo individual, en Luc. 13:24 Jesús habla de un “esforzarse vigorosamente” para poder hallarla, pues muchos lo intentarán pero no podrán conseguirlo, pues su esfuerzo no ha estado acorde con el logro deseado; luego…… ¿hasta dónde está uno dispuesto a esforzarse para poder pasar por esa simbólica puerta, camino a “la vida”? Porque una cuestión que hay que dejar clara, es que no es cierta la afirmación tan comúnmente extendida en el sentido de que uno no puede entender las Escrituras sin la ayuda de terceros, supuestamente “versados” en las Escrituras, sino que lo que sí es cierto, es que no se hace el esfuerzo necesario para conseguirlo; pero veamos un ejemplo bíblico (y que para algo están los ejemplos) que nos muestra que cualquiera puede entender la Biblia si se lo propone, pues según Rom. 15:4 “todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado, fueron escritas para nuestra instrucción”…… luego veamos lo que ha sido escrito para nuestra instrucción:
“Tú, sin embargo, continúa en las cosas que aprendiste y fuiste persuadido a creer, sabiendo de qué personas las aprendiste 15 y que desde la infancia has conocido los santos escritos, que pueden hacerte sabio para la salvación mediante la fe relacionada con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:14-15).
Lo que aquí notamos, es que un niño pudo aprender lo suficiente de los “santos escritos”, como para ponerle en el camino de la salvación; luego si ello fue así en el caso de un niño…… ¿cómo alguien adulto puede decir, que “no entiende” lo que dice la Biblia? Y es que no sería comprensible, que una información que nos da nuestro Creador para que todos nos podamos beneficiar de ella, solo pudiera ser entendida por personas de determinado nivel intelectual y como se nos quiere dar a entender, cuando la realidad es que esta fue dirigida en principio a pastores, agricultores, pescadores, carpinteros, etc., en definitiva, personas que en aquellos tiempos tenían unos conocimientos rudimentarios, pues el acceso a la cultura estaba restringido a una pequeña clase pudiente de aquella sociedad…… cuando el caso es que en la actualidad, la Biblia continúa siendo la misma, mientras que la media intelectual y en la gran mayoría de los casos, supera en mucho a la de aquellos tiempos. Pero en todo caso, que ello no es así, o sea, que para entender las Escrituras se precise de elevados estudios teológicos e idea que se nos ha estado vendiendo por medio de aquellos que dirigen las mencionadas denominaciones religiosas de la cristiandad y que viven de ello, lo tenemos reflejado en las Escrituras y como veremos continuación; porque lo que nos dicen es que a menos que uno tenga estudios teológicos, la Biblia es un coto cerrado al cual solo se puede acceder con su expresa ayuda (y siendo ello otra de las muchas mentiras que nos cuentan)…… pero que ello no es así, repetimos, queda probado por lo que leemos en la Palabra de Dios:
“Los proverbios de Salomón hijo de David, el rey de Israel, 2 para conocer uno sabiduría y disciplina, para discernir los dichos del entendimiento, 3 para recibir la disciplina que da perspicacia, justicia y juicio y rectitud, 4 para dar sagacidad a los inexpertos, conocimiento y capacidad de pensar al joven.” (Prov. 1:1-4).
Entonces queda claro que las Escrituras sí se pueden entender por uno mismo, pues de lo contrario no conseguirían dichos resultados en los “inexpertos”, ni podrían desarrollar el “conocimiento y capacidad de pensar”, incluso en personas jóvenes. Porque hemos dicho que es una falacia el afirmar que si no se tienen determinados conocimientos en Teología, Hermenéutica y ciencias afines, no se puede entender las Escrituras a menos que nos las expliquen, pues el entendimiento acerca de la palabra de Dios no se consigue por meritorios estudios personales, sino que se obtiene porque el Altísimo se lo permite a uno…… veamos para apoyar nuestro argumento, las palabras que Jesús y en un claro reconocimiento de que eso es así, se encuentran en Luc. 10:21:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.”
Luego lo que ahí vemos, es que el Altísimo retiene o revela dicho conocimiento, en función de parámetros distintos a los que establece el ser humano y con lo que resulta, que el tener altos conocimientos y apoyarse en ellos para alcanzar el verdadero conocimiento, no es más que un impedimento para conseguir dicho fin; mientras que el ser uno humilde y confiar en que Dios le proveerá ayuda para aprender de Él, es el camino recomendado para alcanzar el entendimiento correcto que lleva a la vida eterna…… todo la contrario de lo que se nos cuenta, por parte de las distintas organizaciones religiosas con las que uno se asocie. Es cierto que no le estamos diciendo que coja una Biblia y se ponga a leerla como un poseso, sino que haga aquello que ciertas personas de la antigüedad hicieron y por lo que se las calificó como de ser “de noble condición”; veámoslo:
“Ahora bien, estos eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.” (Hech. 17:11).
Personas por tanto, que lo que hacían era recibir una determinada información y luego contrastarla con lo que leían en las Escrituras que estaban a su alcance en aquellos tiempos; fíjense en el hecho de que lo hacían con mucho “cuidado” y “a diario”, lo que las identificaba como personas que tenían sincero interés por las cosas de Dios. De ahí, que constantemente les estemos recomendando desde este blog, que no se crean de buena a primeras las cosas que nosotros les contamos, sino que comprueben si aquello que les explicamos se ajusta a lo dicho por las Escrituras y luego saquen sus propias conclusiones; y es que contrario a lo que suelen decir esos dirigentes de las distintas denominaciones religiosas que nos rodean por tierra, mar y aire, nosotros afirmamos que para entender la Biblia es condición “sine qua non” el abrirla y el leerla con atención, además de una motivación correcta: eso es, un sincero deseo de aprender de los propósitos de Jehová Dios para con Su creación…… y es que Jehová ve hasta el más profundo de nuestro de nuestros pensamientos:
“Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas (eso es, si uno no se interesa en El), él te desechará para siempre.” (1 Crón. 28:9). (Acotación nuestra).
Y con el añadido de que nada tiene que ver para alcanzar el beneplácito de Jehová, cuánto uno sepa acerca de Él, si mucho o poco, porque es razonable el pensar que los que ya llevamos muchos años metidos en esta aventura de aprender “por libre”, sepamos más de las Escrituras que uno que empiece ahora y que nos pudiera dar cierta ventaja sobre el que recién empieza en su investigación, como por ejemplo pueda ser en su caso. Porque lo que realmente valora nuestro Dios, no es tanto la cantidad de conocimiento que se tenga sobre Él y su propósito (pues ello depende de muchos factores ajenos a nuestra voluntad), sino el esfuerzo sincero del que se propone alcanzar dicho conocimiento, sea poco o mucho, en definitiva, el empeño en conseguirlo…… a ese grado, le será concedido a cada uno el poder entender las Escrituras; pero veamos cómo nos estimula a ello, el consejo de Pablo a su discípulo Timoteo:
“Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas, para que tu adelantamiento sea manifiesto a todos. 16 Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y también a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:15-16).
Luego séale sabido, querido amigo que nos lee, que de su actitud dependerá el que Jehová le permita comprender el significado de Su Palabra o no…… y ello no exento de consecuencias, a tenor de lo que leemos en 2 Tes. 1:6-9:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús (ya cercana) desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (obviamente porque no quisieron hacer el esfuerzo necesario para ello) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (porque no se han preocupado en conocerlas, pues se han conformado en aquello que les han contado). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (Acotaciones nuestras).
Y es que, resumiendo, estamos ante una situación que no admite zonas intermedias, pues Jesús dijo claramente que el que no estaba con él, estaba contra él (Luc. 11:23)…… obviamente estar contra él y como se sobreentiende del pasaje que acabamos de leer, es el seguir enseñanzas falsas y que es todo lo que se encuentra por ahí. Porque usted solo puede encontrar lo que dijo Jesús, leyéndolo directamente de las Escrituras y entendiendo por usted mismo lo que de ellas lee, pues este el medio que usa Dios para comunicarse hoy con nosotros y no a través de “falsos maestros”, pues según Sant. 3:11 una fuente “no hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura”...... eso es, que donde está cobijada la mentira, pueda en algún momento salir algo de “la verdad”. No se olvide, por otra parte, que los pastores, ancianos, sacerdotes o como quiera que se hagan llamar los dirigentes de la organización con la que se asocia, no hacen más que eso: leer la Biblia y comunicarle a usted lo que ellos entienden que dice esta, siempre desde su particular punto de vista y generalmente, en función de espurios intereses…… luego si usted puede “beber” directamente de la fuente ¿para qué beber el “agua” que le trae un intermediario, cuando la Biblia resulta ser la carta que su Creador le dirige a usted personalmente para que se entere de porqué estamos como estamos, que ha hecho Él para enderezar las cosas y en qué, cómo y cuándo acabará todo? ¿Dejará tan fundamental información, en manos de gente que usted no conoce y que en definitiva, solo defienden intereses propios (recuerde que viven de ello) y no los suyos, pues para ellos no es usted más que una fuente de ingresos? Vea el consejo que Jehová le da al respecto:
“Sé sabio, hijo mío y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio.” (Prov. 27:11).
Siendo que el que está desafiando al Altísimo, no es otro que el rebelde Satanás, pues este afirma que usted no hará los cambios que sean pertinentes, sino que continuará en la misma situación de dependencia de organizaciones religiosas de hechura humana que ha tenido hasta ahora (si este es el caso) y que, como hemos dicho, no son más que el instrumento usado por dicho inicuo personaje para extraviar al “personal”; y siendo que el primero le ofrece la vida eterna, mientras el segundo le ofrece la destrucción eterna…… o sea, ¡que usted decide!
MABEL
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miércoles, 19 de septiembre de 2012
Usted…… y los “falsos maestros”
Y que haberlos “ahílos” que diría un castizo, es algo evidente a tenor de lo que uno ve por ahí y sobre todo, en zonas tan proclives al fenómeno religioso, como pueda ser básicamente el área de Latinoamérica, zona geográfica en donde están localizadas las más diversas y variopintas denominaciones religiosas, algunas de ellas con sorprendentes y extravagantes planteamientos. Pero para centrar un poco el tema, veamos en primer lugar, en dónde se nos habla de la aparición de esos peculiares personajes que dan título a este artículo, así como de las funestas consecuencias de sus erráticas enseñanzas:
“Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad (eso es, de la Palabra de Dios). 3 También, con codicia los explotarán a ustedes (obtendrán réditos económicos) con palabras fingidas. Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente y la destrucción de ellos no dormita.” (2 Ped. 2:1-3). (Acotaciones nuestras).
En definitiva, que al final la gente se harta y ante tanta confusión por los diferentes mensajes difundidos, acaban por dejar la Biblia a un lado al pensar que esta es un libro excesivamente complicado, difícil de entender y “pasando” olímpicamente de la esperanzadora verdad que desde sus páginas se transmite. Entonces queda claro que las consecuencias de la aparición de los mencionados falsos maestros o falsos profetas (serían las dos caras de una misma moneda), con su amplia gama de disparatadas y divisivas enseñanzas, tiene nefastas consecuencias para una sociedad que se tiene por religiosa. Y hecho que queda constatado, por la amplia variedad de denominaciones (o sectas) existentes dentro de la misma cristiandad y que acaban por desorientar al personal…… y dándose con ello la paradójica circunstancia, que un libro (la Biblia) que supuestamente tendría que llevar a la unidad entre personas, ha degenerado en el inmenso caos que a día de hoy observamos:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
Entonces estaremos de acuerdo y a la vista de las casi 33.000 denominaciones llamadas “cristianas” por todo el mundo (según diversas fuentes consultadas), unas escindidas de las otras y así sucesivamente y que partiendo de un tronco común como puede ser la enseñanza de Jesucristo contenida en las Escrituras, cada una de ellas cuenta con sus propios “ungidos” o elegidos por Dios (por supuesto, los verdaderos y a diferencia del resto que son los “falsos”, como no podría ser de otra manera), por ende con sus propias enseñanzas o doctrinas y sí mucho se tercia, hasta con su particular traducción de la Biblia y lo que acaba liando aún más la situación; en resumidas cuentas…… pues eso, que la cosa no está como para tirar cohetes.
Pero no obstante, hagámonos una pregunta…… ¿toda la responsabilidad de la situación creada, está en esos “falsos maestros” y que como hemos dicho, haberlos “ahílos” y en cantidades industriales? Y es que la realidad no parece ser así, cuando razonamos desde la lógica y el sentido común, porque veamos: esa lógica nos dice que solo puede haber “falsos maestros” si existen alumnos indolentes e irresponsables, que para nada se preocupan de si lo que se les enseña es verdad o no…… por lo tanto, “alumnos” que no hacen sus deberes; personas en definitiva, que se ajustan a las características que señaló el apóstol Pablo en su momento:
“Porque habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable (la que emana directamente de las Escrituras), sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos (eso es, les digan las cosas que desean oír); 4 y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos.” (2 Tim. 4:3-4). (Acotaciones nuestras).
Y es que el común de los mortales (en el bien entendido que nos estamos refiriendo al ámbito de la llamada cristiandad), cree que con asistir a las prácticas dominicales, escuchar lo que determinado señor les cuenta que dice la Biblia, contribuir al sostenimiento de la denominación religiosa a la que pertenezcan y entremedias, colaborar con alguna que otra obra benéfica auspiciada por la parroquia en cuestión, ya lo tiene todo hecho para conseguir la aprobación de Dios (y obviamente, las prebendas que eso devenga ¡faltaría más!). Porque eso es lo que se le enseña a la grey, por parte de los llamados pastores, reverendos, curas, ministros o ancianos (según la confesión religiosa a la que se pertenezca) y que generalmente, suelen vivir de eso…… por lo que ya entra en el cuadro y por si este no estaba ya bastante emborronado, el interés espurio, eso es, la “explotación” o aprovechamiento en beneficio propio de la Palabra de Dios, por parte de las citadas organizaciones sobre sus feligreses o adeptos. Ahora bien ¿qué es lo que nos dicen las Escrituras, respecto de la actitud correcta de aquellos que son enseñados? De entrada, ahí tenemos los consejos de personas tan reputadas como los apóstoles Pablo y el propio Juan:
“Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que es excelente (luego eso implica selección y para lo cual, hace falta investigación).” (1 Tes. 5:21).
“Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben (mediante contraste con las Escrituras) las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” (1 Juan 4:1). (Acotaciones nuestras).
Bien, el mensaje está claro: asegurarnos de que las cosas que nos cuentan, sean tal cual se nos cuentan y para lo que es imprescindible, el no creernos de entrada todo lo contado por esos supuestos “representantes” de Dios, sino comprobar por nosotros mismos si esa información recibida se ajusta a la realidad…… o no. Lo que significaría el no dejar en manos de esos dirigentes religiosos nuestra personal enseñanza, sino acudir directamente a la fuente de donde emana toda la verdad (Juan 17:17), que por demás ha estado a nuestro alcance desde tiempos inmemoriales y que conocemos como La Biblia…… pero claro, ello exige esfuerzo por parte de uno y no todo el mundo está por la labor, pues es mucho más cómodo que alguien haga esa tarea por nosotros. Sin embargo, dicha actitud no se parece en nada con la que se nos recomienda desde las Escrituras, según hemos leído en los dos pasajes anteriores transcritos y que quedan refrendados, por las siguientes palabras del evangelista Lucas:
“Ahora bien, estos (los habitantes de Berea) eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente, en cuanto a si estas cosas (las que les explicaba Pablo) eran así.” (Hech. 17:11). (Acotaciones nuestras).
Luego lo que está claro y a tenor de esas palabras de reconocimiento como de personas de noble disposición, para aquellas que se tomaban esa “molestia” de comprobar con las Escrituras la veracidad o no, de las enseñanzas que recibían (¡y nada menos que de todo un personaje como era el apóstol Pablo!), es que en ese texto se nos quiere transmitir un mensaje estimulador, en el sentido que tenemos que hacer un esfuerzo para averiguar por nosotros mismos, si lo que nos explican acerca de Dios es correcto o no. Y asunto que no es baladí, cuando vemos que esa forma de actuar y recomendada en las Escrituras, parece estar en relación directa con respecto de la posición que ocupamos ante nuestro Creador:
“Los hijos de Dios y los hijos del Diablo, se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia no se origina de Dios; tampoco el que no ama a su hermano.” (1 Juan 3:10).
Y siendo cierto que esas palabras iban dirigidas a individuos que tenían una relación paterno/filial con Jehová (pues habían sido declarados Hijos adoptivos del Altísimo), no es menos cierto que como “principio” aplica a cualquier persona, pues todas sin excepción nos enfrentamos a la misma situación: dilucidar en qué bando estamos militando. Porque algo que nos gustaría aclarar y a fin de dar el toque de normalidad que requiere la cuestión, lejos de ese enfoque sobrenatural que se ha dado a los que con Cristo formarán parte de ese gobierno de hechura celestial, es que esas personas que recibieron el privilegio de alcanzar esa relación con su Creador y lo que les permitiría el llegar a reinar con Cristo en ese reino de Dios venidero, eran sencillamente personas como usted y el que suscribe, o como cualquier convecino que podamos encontrarnos cada día por la calle; eso es, personas con nuestras mismas imperfecciones, defectos, virtudes, fobias, manías…… solo que estuvieron en el lugar adecuado en el momento oportuno, se creyeron lo que les explicó Jesús y por ello, consiguieron acceso a un privilegio que ahora ya no está disponible, pues cesó con la muerte del último apóstol; y privilegio reservado solo para un reducido grupo de personas (Luc. 12:32). Y para comprobar que estaríamos hablando de personas de parecidas características a las nuestras, eso es, iguales en todo aspecto a nosotros, veamos lo que las mismas opinaban sobre el particular:
Sant. 5:17: “Elías era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros y, no obstante, en oración oró que no lloviera…… y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.”
Hech. 14:15: “…… y diciendo: “Varones, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes y les estamos declarando las buenas nuevas, para que se vuelvan de estas cosas vanas al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos.”
En definitiva, simples personas como las actuales y por lo que prescindiendo de cual sea la recompensa final, bien el reinar con Cristo en el reino de Dios y con la inmortalidad en mira en el caso de unos pocos…… o bien el llegar a ser súbditos del mismo y con la perspectiva de alcanzar la vida eterna para los más (la diferencia está delimitada simplemente por el factor oportunidad), los “principios” envueltos en el asunto y como ya hemos dicho, nos aplican a todos por igual. Entonces, parece estar claro que en ese “ocuparse en la justicia” mencionado en 1 Juan 3:10, estaría envuelta la consideración frecuente y personal de la Palabra de Dios (la Biblia), con el fin de cerciorarnos de que no somos víctimas de un engaño con respecto de aquellas cosas que se nos dicen desde el púlpito, tarima, escenario o lugar desde el que se nos hable en nuestros diferentes lugares de reunión…… y en donde tendríamos que incluir a Internet, por supuesto. Luego todo considerado, queda claro que la responsabilidad última de la posición errónea en la que podamos estar situados con respecto de nuestra fe y del verdadero conocimiento acerca de la voluntad de nuestro Dios y Creador para con Sus criaturas, no recae tanto en los “falsos maestros” mencionados, como en la indolencia manifiesta de los educandos y que por comodidad, dejan que sean otros los que les saquen las castañas del fuego; sin embargo, notemos las palabras de Pablo y contrarias a dicha actitud:
“Por eso es necesario que prestemos más de la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca se nos lleve a la deriva.” (Hebr. 2:1).
Entonces habría que entender, que podríamos ser llevados “a la deriva”, eso es, en una dirección incorrecta si prestáramos atención a cualquier “expresión inspirada” (1 Juan 4:1) que oímos en nuestros respectivos lugares de culto, o leemos en cualquiera de los muchos blogs que existen en la red y que hablan del tema religioso, sin la necesaria y prudente actitud de confirmar la veracidad de dicha “expresión inspirada”, mediante el contrastar la información recibida con las Escrituras. Pensemos que todas esas personas que nos hablan, lo que nos transmiten no es otra cosa que aquello que “ellas entienden” que dice la Biblia sobre tal o cual tema y siempre visto desde su particular perspectiva, fruto de las personales vivencias o enseñanzas que hayan recibido a lo largo de su vida…… pero puesto que cada uno de nosotros puede leer directamente y de primera mano en las páginas del registro sagrado ¿por qué recibir dicha información a través de intermediarios y con el riesgo que ello conlleva (Gál. 6:5)? Pero es que además, “intermediarios” que a pesar de ser denominaciones religiosas de prestigio, como los adventistas, evangélicos, pentecostales, etc. y provistos de amplios medios de difusión, como cadenas de TV, radio, prensa escrita, libros y páginas en Internet, no dejan de decir verdaderas barbaridades…… al menos, eso es lo que oímos de destacados miembros o predicadores de las citadas confesiones y de lo cual les vamos a dar algunos ejemplos, que por esa zona geográfica a la que nos hemos referido al inicio de este escrito, seguramente conocerán de quiénes les estamos hablando.
Tomemos el caso del “Dr.” David Diamont y al parecer de línea pentecostal, al que le llaman “el predicador del gorrito”, ya que hace sus prédicas tocado con la “Kipá” judía; pues bien: en el video “2012 y el arrebatamiento” y en el minuto 4 de grabación, cita de Rev. 21:1 y en donde leemos como sigue:
“Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado y el mar ya no existe.”
Pues bien, dicho caballero afirma sin rubor alguno, que el significado de esas palabras es que en esa nueva tierra por venir, los mares y océanos no existirán…… literalmente hablando. Pero para mayor inri, la persona que comparte protagonismo en dicho video, el “Pastor” Arturo Norero (ignoramos su filiación religiosa), asiente enfáticamente y dando también por buena semejante salvajada…… y lo que nos lleva a pensar que no tienen ni la más remota idea del significado del citado texto bíblico, eso es, de lo que significan el “nuevo cielo” o la “nueva tierra” y muchísimo menos, el significado de la expresión “el mar” así como de la ubicación de esa profecía en el tiempo…… lo cual significa por extensión, que desconocen totalmente el significado de profecías que tengan que ver con esas palabras; luego ¡cómo para fiarse de tan “preclaros” predicadores de la Palabra de Dios! Y explicación del citado pasaje, bastante más sensata y razonable, que pueden encontrar con todo lujo de detalles acerca de su correcta interpretación, en el título publicado en este blog “Cuando el absurdo supera los límites” del 01/08/10. Por cierto, que tampoco es verdad y según enseñan o afirman dichos caballeros, que exista algo parecido a un rapto pre-tribulación, eso es, personas tomadas de la tierra y llevadas a los cielos temporalmente y evento a ser seguido por siete años de tribulación y que pasados los mismos, aquellas serán devueltas de nuevo a una tierra ya restaurada…… sencillamente, la Biblia no dice nada de eso.
Pero veamos otro que tal baila y que en esta ocasión se trataría del “predicador” adventista, Sr. Doug Batchelor (también defiende la teoría del rapto pre-tribulación), que en su video “Los eventos finales” (muy bien hecho por cierto, el citado video) y subdividido en siete secciones o apartados, en una de ellas, la quinta concretamente, dicho personaje nos cita de Rev. 20:1-2 en donde se puede leer lo siguiente:
“Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años.”
Ahora bien ¿cuál es la interpretación de dicho caballero a esas palabras? Pues la de que ello significa que ese maligno personaje, permanecerá mil años vagando por una tierra desértica y destruida, fruto de su denigrante proceder en contra del Altísimo y rumiando acerca de su futura y definitiva destrucción al término de esos citados mil años ¡y se queda tan ancho el hombre, después de decir semejante animalada!…… porque claro, aquellos que no somos ni pastores, ni reverendos, ni teólogos, pero que tenemos la sana costumbre de leer las Escrituras para asegurarnos que no nos toman el pelo, sabemos que esos mil años Jehová los ha preparado para otra cosa, a tenor de lo anunciado en Hech. 3:20-21:
“…… y para que él (Jehová) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos (obviamente el milenio) de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotaciones nuestras).
Luego todo indica que estaríamos hablando del reino milenario de Dios en manos de Su Hijo Jesucristo y período de tiempo, que tiene por objetico el restaurar las cosas en la tierra…… y reino de mil años de Dios aquí en la tierra, que es el tema central de las Escrituras y única esperanza de la humanidad para resolver sus problemas; por lo que la pregunta que nos tendría que responder dicho caballero, es la de quién de esos dos personajes (Jesucristo por una lado o Satanás por el otro), ocuparán la tierra durante ese período de mil años. Pero como de ese caballero y sus afirmaciones en ese video, hablaremos más extensamente en otro artículo dedicado expresamente a él, veamos a otros que también se las traen y que al igual que los anteriores, publican sus mensajes en Internet y que en algunos casos, regentan pequeñas iglesias.
Porque ¿qué hay si hablamos del Sr. Félix Guttmann y sus disparatadas “enseñanzas” en su canal de You Tube, explicándonos por ejemplo, que en cielo hay familias que se reproducen mediante sexo, o que la torre de Babel no era otra cosa que una rampa de lanzamiento de naves espaciales? Y pormenores del caso, que ustedes pueden leer en nuestro artículo “Será una broma…… ¿no Sr. Guttmann?” del 12/10/10.
¿O que tal, si hablamos de Apologista Mario Olcese, con sus “millones, miles de millones” que según su “preclaro” entender, tienen que reinar con Cristo en el milenario reino de Dios? Pues resulta que llega a dicha cantidad, al afirmar que todos los notables del AT, más los cristianos bautizados de todos los tiempos, más los miembros de la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9, participarán de ese gobierno en calidad de reyes y sacerdotes (Rev. 20:6)…… lo que nunca nos ha explicado y a pesar de nuestra insistencia, es sobre quienes reinarán y desarrollarán su labor sacerdotal. Pero como ya saben todos aquellos que nos van leyendo con cierta frecuencia, planteamientos que se los hemos rebatido hasta la saciedad, pero que tal da la sensación de que continúa sin enterarse de por dónde va la cosa, por lo que ¿para qué incidir en ello, si el hombre ya no da para más?…… solo hay que ver que del prestigioso blog que tenía cuando empezamos a mostrarle que según las Escrituras estaba equivocado en sus enseñanzas, ahora “malvive” publicando unos pobres videos en los que critica a los TJ, en su canal de You Tube bajo la denominación “cristiano 72392”. Aparte eso sí, de mostrarnos los distintos modelitos de sobreros que tiene…… por cierto, en uno de sus últimos videos (15/09/12) nos aparece tocado con el sombrero negro encima del blanco; en fin ¡todo un ejemplo de seriedad y coherencia en una persona que nos afirma hablar de las prístinas verdades del evangelio!
Pero nos encontramos ahora con D. Armando Alducin (tocayo de un servidor) y del que se nos dice es un eminente doctor en teología y uno de los más grandes predicadores cristianos de Hispanoamérica y resto del mundo. Siempre según la información consultada, es también el pastor principal de una mega iglesia de más de 10.000 miembros en México, sumando más de tres décadas predicando el evangelio de Jesucristo y alcanzando a millones de personas en más de 60 países…… siendo el caso que en los últimos años, ha viajado por varias naciones, predicándoles a los principales líderes cristianos. Se dice que su mensaje es bastante sencillo, pero bien fundamentado en la palabra de Dios, lo que le ha dado la fama como un predicador de sana doctrina; también se nos dice que es todo un fenómeno en Internet, con miles de predicas circulando por la red y algo que hemos podido comprobar…… pero también hemos podido comprobar, que comete errores de bulto impropios de un personaje de semejante envergadura y que denotan un grave desconocimiento del texto escritural.
Por ejemplo, en uno de sus muchos videos y cuyo título ya es un solemne disparate “La gran multitud en el cielo”, nos habla de esa “gran muchedumbre” de Rev. 7:9, cometiendo el clamoroso error de situarla en el cielo y ante la presencia de Dios, cuando el caso es que eso es totalmente imposible; pues como el mismo señala con énfasis, la tal muchedumbre sale de la “gran tribulación” (Rev. 7:14) eso es, sobrevive a ella y lo que les lleva a entrar directamente y con vida, al reino de Dios que se establece aquí en la tierra. Porque en todo caso, estaríamos hablando de un evento que ocurre en la tierra, así como el resto de acontecimientos que en esa profecía están escritos y que como su propio nombre indica (Apocalipsis), no es más que un revelar o descorrer el velo…… en definitiva, poner al descubierto cosas por acontecer aquí en la tierra y no en el cielo. No olvidemos que el propósito de dicha profecía es el de “mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco” (Rev. 1:1)…… obviamente (repetimos) aquí en la tierra; luego si la “gran tribulación” de la que sale o sobrevive dicha “gran muchedumbre” (Rev. 7:9; 14), ocurre aquí por estos andurriales, razonablemente estaríamos hablando de personas vivas de carne y hueso, lo cual añade más fuerza a nuestro argumento pues ningún ser humano puede estar ante la presencia del Altísimo y sobrevivir…… recordemos las palabras de Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí:
“Y añadió: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir (o “seguir viviendo” según versiones).” (Éxo. 33:20). (Acotación nuestra).
Entonces ¿cómo nos puede explicar el Sr. Alducin, que seres humanos puedan estar cantando y alabando a Dios en el cielo, ante Su mismísima Santa Presencia…… y sin embargo no morir? Por lo que o Jehová nos mintió…… o D. Armando está completamente equivocado en su afirmación y por extensión, en otros puntos de esa profecía por muy reputado teólogo que sea y por lo que quedaría desvirtuado, todo el mensaje que quiere transmitir en ese video. Tengamos presente que D. Armando inicia su exposición con la lectura de Rev. 7:9-17 y por lo cual, no hay error en el sentido de que pudiéramos estar hablando de cosas distintas; dicho lo cual y para no extendernos en demasía, ya que también dedicaremos algún tiempo en nuestro blog al citado caballero, volvamos al punto que pretendemos resaltarles.
Los autores de este blog, por supuesto que no tenemos los conocimientos en teología o ciencias afines que tendrán los citados personajes, así como tampoco tenemos ni la más remota idea de los idiomas originales en los que se escribió la Biblia ¡vamos, que no sabemos “na de na” que diría el castizo! Y por lo cual, al lado de esas personas a las que hemos hecho referencia, somos unos auténticos desconocidos y perfectos ignorantes, pues no tenemos ni de lejos sus muchos conocimientos y muchísimo menos, su acreditada reputación como evangelistas o predicadores de renombre…… y situación personal por nuestra parte, en la que suponemos se encuentran la mayoría de amigos que nos leen. Pero ¡miren por dónde!, nosotros amamos a Jehová y por ello nos gusta y en armonía con el consejo por Él dado a través de Su Palabra, investigar si esas cosas que nos cuentan son tal como nos las cuentan…… o estamos ante falsos maestros (como obviamente es el caso que nos ocupa) que lo único que pretenden, es extraviarnos de la sana enseñanza que emana de la Palabra de Dios.
Y quede claro, que no imputamos intencionalidad, puesto que entendemos que esas personas pudieran ser sinceras en sus apreciaciones y simplemente estar equivocadas en sus conclusiones, por lo que el beneficio de la duda no se lo negaremos…… pero sí que vamos a hacer una pequeña apostilla, para que todos ustedes la consideren y saquen sus propias conclusiones: todos ellos, se auto-reconocen presuntuosamente como “ungidos” o lo que es lo mismo, como Hijos adoptivos de Dios a la manera de los Pedro, Pablo, Juan, etc. y por lo tanto, depositarios del espíritu santo de verdad que Jesús prometió y que avalaría su supuesta condición de “ungidos”, dando fuerza, valor o autoridad a sus afirmaciones con respecto de la interpretación bíblica…… sin embargo y de no ser ello así, nos estarían sometiendo a un fraude monumental; pero veamos qué fue lo que dijo Jesús:
“Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no las pueden soportar ahora. 13 Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye y les declarará las cosas que vienen. 14 Aquel me glorificará, porque recibirá de lo que es mío y se lo declarará a ustedes.” (Juan 16:12-14).
Luego si esa personas realmente tuvieran ese espíritu santo de verdad en ellas, no cometerían esos escandalosos errores que hemos señalado y que reflejan una manifiesta falta de entendimiento del contenido escritural…… por lo que es obvio que no resultan ser depositarios de dicho espíritu de verdad y en consecuencia, no resultan ser las personas que nos dicen ser, esos es, “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, por lo que resultaría que nos están mintiendo no solo en lo que nos están “enseñando”, sino también en la clase de personas que son. Por ello, tal como señaló Jesús en su momento y en relación con los fariseos de su tiempo, a pesar de su imponente “fachada” estas persona que hemos mencionado, así como tantísimos otros que probablemente tendrán ustedes en mente, no son más que siervos o agentes de Satanás:
“Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).
Por lo que nosotros aconsejamos a los que nos quieran escuchar, que no se dejen impresionar por la posición y elocuencia de esos personajes y que aprendan a buscar por sí mismos aquello que muestro Creador quiere que sepamos de Él, con la completa confianza de que su esfuerzo será recompensado; veamos como garantía de ello, unas palabras de consejo del rey David a su hijo Salomón y que obviamente establecen un “principio” que nos aplica a todos:
“Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando y toda inclinación de los pensamientos, la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.” (1 Crón. 28:9).
Luego si hay un deseo sincero de conocerle y a Él no se le puede engañar, pues ve hasta lo más recóndito de nuestro corazón, de seguro uno verá satisfecho su deseo ya que Jesús dijo en su momento que “todo el que pide, recibe; y todo el que busca, halla…… y a todo el que toca, se le abrirá” y palabras que pueden leer ustedes en Mat. 7:8. Pero no es menos cierto que si uno “lo deja” y lo cual se hace cuando uno confía su instrucción a eso “falsos maestros” y no preocupándose de la “calidad” del alimento espiritual que recibe, Jehová también lo dejará abandonado a su suerte. Y olvídense ustedes de su lógico y razonable temor en cuanto al posible desconocimiento de la Biblia que puedan tener, en comparación a esas personas citadas, porque les vamos a hacer partícipes de un pequeño “secretillo”: no es el mucho conocimiento que uno atesore el que le permite entender las Escrituras, sino la humildad de la persona y su deseo sincero por aprender de Jehová…… y si no, vean lo que nos reveló Jesús acerca de esta cuestión:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (o a los que “son como niños”, según versiones). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti.” (Luc. 10:21). (Acotación nuestra).
Vemos entonces que Jehová revela sus asuntos, en este caso el acceso al conocimiento salvador de Su Palabra, a los que son “como niños”, eso es, humildes; y sin embargo, la oculta de los sabios e intelectuales, obviamente porque no son humildes sino altaneros (pues de lo contrario el pasaje no tendría sentido), ya que se apoyan en sus muchos conocimientos para entenderla…… y ya nos dice la Escritura que Jehová, a pesar de Su infinita altura con respecto del ser humano “al humilde lo ve…… pero al altanero lo conoce solo de distancia” (Sal. 138:6), o lo que es lo mismo, no tiene tratos con él. Y son altaneros, porque como hemos visto se arrogan presuntuosamente una relación paterno/filial con Él como de Hijos adoptivos Suyos, que no se corresponde con la realidad, pues nadie les ha dado dicha relación (solo tenemos su simple afirmación) y algo que queda demostrado, no solo por el hecho que no pueden hacer las mismas obras poderosas que llevaron a cabo los seguidores de Jesús en el primer siglo (Mar. 16:16-18), tales como los apóstoles, o Pablo, Felipe, Bernabé y tantos otros, sino también y como ya hemos dicho, por el hecho que con sus errores de bulto demuestran no poseer (y que sí poseían los personajes que acabamos de citar) el citado “espíritu de verdad” y que Jesucristo prometió derramar como credencial, sobre todos aquellos que llegarían a ser su hermanos.
Por ello no podemos olvidar, que la única información veraz acerca de nuestro creador y de Sus planes para con cada uno de nosotros, está en la Biblia y llegándose a considerar por muchos, que esta no es otra cosa que una carta que Jehová nos ha mandado a cada uno de nosotros…… entonces ¿por qué dejar que esa carta, nos la lea un intermediario? Y lo que es más ¿por qué no empieza a practicar desde este momento y comprueba por usted mismo, si lo que le hemos explicado en este escrito, se ajusta a la verdad registrada en las páginas de la Biblia? Porque recuerde…… nosotros, también nos podemos equivocar.
MABEL
Y que haberlos “ahílos” que diría un castizo, es algo evidente a tenor de lo que uno ve por ahí y sobre todo, en zonas tan proclives al fenómeno religioso, como pueda ser básicamente el área de Latinoamérica, zona geográfica en donde están localizadas las más diversas y variopintas denominaciones religiosas, algunas de ellas con sorprendentes y extravagantes planteamientos. Pero para centrar un poco el tema, veamos en primer lugar, en dónde se nos habla de la aparición de esos peculiares personajes que dan título a este artículo, así como de las funestas consecuencias de sus erráticas enseñanzas:
“Sin embargo, llegó a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán calladamente sectas destructivas y repudiarán hasta al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. 2 Además, muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad (eso es, de la Palabra de Dios). 3 También, con codicia los explotarán a ustedes (obtendrán réditos económicos) con palabras fingidas. Pero en cuanto a ellos, el juicio desde lo antiguo no se mueve lentamente y la destrucción de ellos no dormita.” (2 Ped. 2:1-3). (Acotaciones nuestras).
En definitiva, que al final la gente se harta y ante tanta confusión por los diferentes mensajes difundidos, acaban por dejar la Biblia a un lado al pensar que esta es un libro excesivamente complicado, difícil de entender y “pasando” olímpicamente de la esperanzadora verdad que desde sus páginas se transmite. Entonces queda claro que las consecuencias de la aparición de los mencionados falsos maestros o falsos profetas (serían las dos caras de una misma moneda), con su amplia gama de disparatadas y divisivas enseñanzas, tiene nefastas consecuencias para una sociedad que se tiene por religiosa. Y hecho que queda constatado, por la amplia variedad de denominaciones (o sectas) existentes dentro de la misma cristiandad y que acaban por desorientar al personal…… y dándose con ello la paradójica circunstancia, que un libro (la Biblia) que supuestamente tendría que llevar a la unidad entre personas, ha degenerado en el inmenso caos que a día de hoy observamos:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
Entonces estaremos de acuerdo y a la vista de las casi 33.000 denominaciones llamadas “cristianas” por todo el mundo (según diversas fuentes consultadas), unas escindidas de las otras y así sucesivamente y que partiendo de un tronco común como puede ser la enseñanza de Jesucristo contenida en las Escrituras, cada una de ellas cuenta con sus propios “ungidos” o elegidos por Dios (por supuesto, los verdaderos y a diferencia del resto que son los “falsos”, como no podría ser de otra manera), por ende con sus propias enseñanzas o doctrinas y sí mucho se tercia, hasta con su particular traducción de la Biblia y lo que acaba liando aún más la situación; en resumidas cuentas…… pues eso, que la cosa no está como para tirar cohetes.
Pero no obstante, hagámonos una pregunta…… ¿toda la responsabilidad de la situación creada, está en esos “falsos maestros” y que como hemos dicho, haberlos “ahílos” y en cantidades industriales? Y es que la realidad no parece ser así, cuando razonamos desde la lógica y el sentido común, porque veamos: esa lógica nos dice que solo puede haber “falsos maestros” si existen alumnos indolentes e irresponsables, que para nada se preocupan de si lo que se les enseña es verdad o no…… por lo tanto, “alumnos” que no hacen sus deberes; personas en definitiva, que se ajustan a las características que señaló el apóstol Pablo en su momento:
“Porque habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable (la que emana directamente de las Escrituras), sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos (eso es, les digan las cosas que desean oír); 4 y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos.” (2 Tim. 4:3-4). (Acotaciones nuestras).
Y es que el común de los mortales (en el bien entendido que nos estamos refiriendo al ámbito de la llamada cristiandad), cree que con asistir a las prácticas dominicales, escuchar lo que determinado señor les cuenta que dice la Biblia, contribuir al sostenimiento de la denominación religiosa a la que pertenezcan y entremedias, colaborar con alguna que otra obra benéfica auspiciada por la parroquia en cuestión, ya lo tiene todo hecho para conseguir la aprobación de Dios (y obviamente, las prebendas que eso devenga ¡faltaría más!). Porque eso es lo que se le enseña a la grey, por parte de los llamados pastores, reverendos, curas, ministros o ancianos (según la confesión religiosa a la que se pertenezca) y que generalmente, suelen vivir de eso…… por lo que ya entra en el cuadro y por si este no estaba ya bastante emborronado, el interés espurio, eso es, la “explotación” o aprovechamiento en beneficio propio de la Palabra de Dios, por parte de las citadas organizaciones sobre sus feligreses o adeptos. Ahora bien ¿qué es lo que nos dicen las Escrituras, respecto de la actitud correcta de aquellos que son enseñados? De entrada, ahí tenemos los consejos de personas tan reputadas como los apóstoles Pablo y el propio Juan:
“Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que es excelente (luego eso implica selección y para lo cual, hace falta investigación).” (1 Tes. 5:21).
“Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben (mediante contraste con las Escrituras) las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.” (1 Juan 4:1). (Acotaciones nuestras).
Bien, el mensaje está claro: asegurarnos de que las cosas que nos cuentan, sean tal cual se nos cuentan y para lo que es imprescindible, el no creernos de entrada todo lo contado por esos supuestos “representantes” de Dios, sino comprobar por nosotros mismos si esa información recibida se ajusta a la realidad…… o no. Lo que significaría el no dejar en manos de esos dirigentes religiosos nuestra personal enseñanza, sino acudir directamente a la fuente de donde emana toda la verdad (Juan 17:17), que por demás ha estado a nuestro alcance desde tiempos inmemoriales y que conocemos como La Biblia…… pero claro, ello exige esfuerzo por parte de uno y no todo el mundo está por la labor, pues es mucho más cómodo que alguien haga esa tarea por nosotros. Sin embargo, dicha actitud no se parece en nada con la que se nos recomienda desde las Escrituras, según hemos leído en los dos pasajes anteriores transcritos y que quedan refrendados, por las siguientes palabras del evangelista Lucas:
“Ahora bien, estos (los habitantes de Berea) eran de disposición más noble que los de Tesalónica, porque recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente, en cuanto a si estas cosas (las que les explicaba Pablo) eran así.” (Hech. 17:11). (Acotaciones nuestras).
Luego lo que está claro y a tenor de esas palabras de reconocimiento como de personas de noble disposición, para aquellas que se tomaban esa “molestia” de comprobar con las Escrituras la veracidad o no, de las enseñanzas que recibían (¡y nada menos que de todo un personaje como era el apóstol Pablo!), es que en ese texto se nos quiere transmitir un mensaje estimulador, en el sentido que tenemos que hacer un esfuerzo para averiguar por nosotros mismos, si lo que nos explican acerca de Dios es correcto o no. Y asunto que no es baladí, cuando vemos que esa forma de actuar y recomendada en las Escrituras, parece estar en relación directa con respecto de la posición que ocupamos ante nuestro Creador:
“Los hijos de Dios y los hijos del Diablo, se hacen evidentes por este hecho: Todo el que no se ocupa en la justicia no se origina de Dios; tampoco el que no ama a su hermano.” (1 Juan 3:10).
Y siendo cierto que esas palabras iban dirigidas a individuos que tenían una relación paterno/filial con Jehová (pues habían sido declarados Hijos adoptivos del Altísimo), no es menos cierto que como “principio” aplica a cualquier persona, pues todas sin excepción nos enfrentamos a la misma situación: dilucidar en qué bando estamos militando. Porque algo que nos gustaría aclarar y a fin de dar el toque de normalidad que requiere la cuestión, lejos de ese enfoque sobrenatural que se ha dado a los que con Cristo formarán parte de ese gobierno de hechura celestial, es que esas personas que recibieron el privilegio de alcanzar esa relación con su Creador y lo que les permitiría el llegar a reinar con Cristo en ese reino de Dios venidero, eran sencillamente personas como usted y el que suscribe, o como cualquier convecino que podamos encontrarnos cada día por la calle; eso es, personas con nuestras mismas imperfecciones, defectos, virtudes, fobias, manías…… solo que estuvieron en el lugar adecuado en el momento oportuno, se creyeron lo que les explicó Jesús y por ello, consiguieron acceso a un privilegio que ahora ya no está disponible, pues cesó con la muerte del último apóstol; y privilegio reservado solo para un reducido grupo de personas (Luc. 12:32). Y para comprobar que estaríamos hablando de personas de parecidas características a las nuestras, eso es, iguales en todo aspecto a nosotros, veamos lo que las mismas opinaban sobre el particular:
Sant. 5:17: “Elías era hombre de sentimientos semejantes a los nuestros y, no obstante, en oración oró que no lloviera…… y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.”
Hech. 14:15: “…… y diciendo: “Varones, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes y les estamos declarando las buenas nuevas, para que se vuelvan de estas cosas vanas al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra y el mar y todas las cosas que hay en ellos.”
En definitiva, simples personas como las actuales y por lo que prescindiendo de cual sea la recompensa final, bien el reinar con Cristo en el reino de Dios y con la inmortalidad en mira en el caso de unos pocos…… o bien el llegar a ser súbditos del mismo y con la perspectiva de alcanzar la vida eterna para los más (la diferencia está delimitada simplemente por el factor oportunidad), los “principios” envueltos en el asunto y como ya hemos dicho, nos aplican a todos por igual. Entonces, parece estar claro que en ese “ocuparse en la justicia” mencionado en 1 Juan 3:10, estaría envuelta la consideración frecuente y personal de la Palabra de Dios (la Biblia), con el fin de cerciorarnos de que no somos víctimas de un engaño con respecto de aquellas cosas que se nos dicen desde el púlpito, tarima, escenario o lugar desde el que se nos hable en nuestros diferentes lugares de reunión…… y en donde tendríamos que incluir a Internet, por supuesto. Luego todo considerado, queda claro que la responsabilidad última de la posición errónea en la que podamos estar situados con respecto de nuestra fe y del verdadero conocimiento acerca de la voluntad de nuestro Dios y Creador para con Sus criaturas, no recae tanto en los “falsos maestros” mencionados, como en la indolencia manifiesta de los educandos y que por comodidad, dejan que sean otros los que les saquen las castañas del fuego; sin embargo, notemos las palabras de Pablo y contrarias a dicha actitud:
“Por eso es necesario que prestemos más de la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca se nos lleve a la deriva.” (Hebr. 2:1).
Entonces habría que entender, que podríamos ser llevados “a la deriva”, eso es, en una dirección incorrecta si prestáramos atención a cualquier “expresión inspirada” (1 Juan 4:1) que oímos en nuestros respectivos lugares de culto, o leemos en cualquiera de los muchos blogs que existen en la red y que hablan del tema religioso, sin la necesaria y prudente actitud de confirmar la veracidad de dicha “expresión inspirada”, mediante el contrastar la información recibida con las Escrituras. Pensemos que todas esas personas que nos hablan, lo que nos transmiten no es otra cosa que aquello que “ellas entienden” que dice la Biblia sobre tal o cual tema y siempre visto desde su particular perspectiva, fruto de las personales vivencias o enseñanzas que hayan recibido a lo largo de su vida…… pero puesto que cada uno de nosotros puede leer directamente y de primera mano en las páginas del registro sagrado ¿por qué recibir dicha información a través de intermediarios y con el riesgo que ello conlleva (Gál. 6:5)? Pero es que además, “intermediarios” que a pesar de ser denominaciones religiosas de prestigio, como los adventistas, evangélicos, pentecostales, etc. y provistos de amplios medios de difusión, como cadenas de TV, radio, prensa escrita, libros y páginas en Internet, no dejan de decir verdaderas barbaridades…… al menos, eso es lo que oímos de destacados miembros o predicadores de las citadas confesiones y de lo cual les vamos a dar algunos ejemplos, que por esa zona geográfica a la que nos hemos referido al inicio de este escrito, seguramente conocerán de quiénes les estamos hablando.
Tomemos el caso del “Dr.” David Diamont y al parecer de línea pentecostal, al que le llaman “el predicador del gorrito”, ya que hace sus prédicas tocado con la “Kipá” judía; pues bien: en el video “2012 y el arrebatamiento” y en el minuto 4 de grabación, cita de Rev. 21:1 y en donde leemos como sigue:
“Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado y el mar ya no existe.”
Pues bien, dicho caballero afirma sin rubor alguno, que el significado de esas palabras es que en esa nueva tierra por venir, los mares y océanos no existirán…… literalmente hablando. Pero para mayor inri, la persona que comparte protagonismo en dicho video, el “Pastor” Arturo Norero (ignoramos su filiación religiosa), asiente enfáticamente y dando también por buena semejante salvajada…… y lo que nos lleva a pensar que no tienen ni la más remota idea del significado del citado texto bíblico, eso es, de lo que significan el “nuevo cielo” o la “nueva tierra” y muchísimo menos, el significado de la expresión “el mar” así como de la ubicación de esa profecía en el tiempo…… lo cual significa por extensión, que desconocen totalmente el significado de profecías que tengan que ver con esas palabras; luego ¡cómo para fiarse de tan “preclaros” predicadores de la Palabra de Dios! Y explicación del citado pasaje, bastante más sensata y razonable, que pueden encontrar con todo lujo de detalles acerca de su correcta interpretación, en el título publicado en este blog “Cuando el absurdo supera los límites” del 01/08/10. Por cierto, que tampoco es verdad y según enseñan o afirman dichos caballeros, que exista algo parecido a un rapto pre-tribulación, eso es, personas tomadas de la tierra y llevadas a los cielos temporalmente y evento a ser seguido por siete años de tribulación y que pasados los mismos, aquellas serán devueltas de nuevo a una tierra ya restaurada…… sencillamente, la Biblia no dice nada de eso.
Pero veamos otro que tal baila y que en esta ocasión se trataría del “predicador” adventista, Sr. Doug Batchelor (también defiende la teoría del rapto pre-tribulación), que en su video “Los eventos finales” (muy bien hecho por cierto, el citado video) y subdividido en siete secciones o apartados, en una de ellas, la quinta concretamente, dicho personaje nos cita de Rev. 20:1-2 en donde se puede leer lo siguiente:
“Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años.”
Ahora bien ¿cuál es la interpretación de dicho caballero a esas palabras? Pues la de que ello significa que ese maligno personaje, permanecerá mil años vagando por una tierra desértica y destruida, fruto de su denigrante proceder en contra del Altísimo y rumiando acerca de su futura y definitiva destrucción al término de esos citados mil años ¡y se queda tan ancho el hombre, después de decir semejante animalada!…… porque claro, aquellos que no somos ni pastores, ni reverendos, ni teólogos, pero que tenemos la sana costumbre de leer las Escrituras para asegurarnos que no nos toman el pelo, sabemos que esos mil años Jehová los ha preparado para otra cosa, a tenor de lo anunciado en Hech. 3:20-21:
“…… y para que él (Jehová) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos (obviamente el milenio) de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotaciones nuestras).
Luego todo indica que estaríamos hablando del reino milenario de Dios en manos de Su Hijo Jesucristo y período de tiempo, que tiene por objetico el restaurar las cosas en la tierra…… y reino de mil años de Dios aquí en la tierra, que es el tema central de las Escrituras y única esperanza de la humanidad para resolver sus problemas; por lo que la pregunta que nos tendría que responder dicho caballero, es la de quién de esos dos personajes (Jesucristo por una lado o Satanás por el otro), ocuparán la tierra durante ese período de mil años. Pero como de ese caballero y sus afirmaciones en ese video, hablaremos más extensamente en otro artículo dedicado expresamente a él, veamos a otros que también se las traen y que al igual que los anteriores, publican sus mensajes en Internet y que en algunos casos, regentan pequeñas iglesias.
Porque ¿qué hay si hablamos del Sr. Félix Guttmann y sus disparatadas “enseñanzas” en su canal de You Tube, explicándonos por ejemplo, que en cielo hay familias que se reproducen mediante sexo, o que la torre de Babel no era otra cosa que una rampa de lanzamiento de naves espaciales? Y pormenores del caso, que ustedes pueden leer en nuestro artículo “Será una broma…… ¿no Sr. Guttmann?” del 12/10/10.
¿O que tal, si hablamos de Apologista Mario Olcese, con sus “millones, miles de millones” que según su “preclaro” entender, tienen que reinar con Cristo en el milenario reino de Dios? Pues resulta que llega a dicha cantidad, al afirmar que todos los notables del AT, más los cristianos bautizados de todos los tiempos, más los miembros de la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9, participarán de ese gobierno en calidad de reyes y sacerdotes (Rev. 20:6)…… lo que nunca nos ha explicado y a pesar de nuestra insistencia, es sobre quienes reinarán y desarrollarán su labor sacerdotal. Pero como ya saben todos aquellos que nos van leyendo con cierta frecuencia, planteamientos que se los hemos rebatido hasta la saciedad, pero que tal da la sensación de que continúa sin enterarse de por dónde va la cosa, por lo que ¿para qué incidir en ello, si el hombre ya no da para más?…… solo hay que ver que del prestigioso blog que tenía cuando empezamos a mostrarle que según las Escrituras estaba equivocado en sus enseñanzas, ahora “malvive” publicando unos pobres videos en los que critica a los TJ, en su canal de You Tube bajo la denominación “cristiano 72392”. Aparte eso sí, de mostrarnos los distintos modelitos de sobreros que tiene…… por cierto, en uno de sus últimos videos (15/09/12) nos aparece tocado con el sombrero negro encima del blanco; en fin ¡todo un ejemplo de seriedad y coherencia en una persona que nos afirma hablar de las prístinas verdades del evangelio!
Pero nos encontramos ahora con D. Armando Alducin (tocayo de un servidor) y del que se nos dice es un eminente doctor en teología y uno de los más grandes predicadores cristianos de Hispanoamérica y resto del mundo. Siempre según la información consultada, es también el pastor principal de una mega iglesia de más de 10.000 miembros en México, sumando más de tres décadas predicando el evangelio de Jesucristo y alcanzando a millones de personas en más de 60 países…… siendo el caso que en los últimos años, ha viajado por varias naciones, predicándoles a los principales líderes cristianos. Se dice que su mensaje es bastante sencillo, pero bien fundamentado en la palabra de Dios, lo que le ha dado la fama como un predicador de sana doctrina; también se nos dice que es todo un fenómeno en Internet, con miles de predicas circulando por la red y algo que hemos podido comprobar…… pero también hemos podido comprobar, que comete errores de bulto impropios de un personaje de semejante envergadura y que denotan un grave desconocimiento del texto escritural.
Por ejemplo, en uno de sus muchos videos y cuyo título ya es un solemne disparate “La gran multitud en el cielo”, nos habla de esa “gran muchedumbre” de Rev. 7:9, cometiendo el clamoroso error de situarla en el cielo y ante la presencia de Dios, cuando el caso es que eso es totalmente imposible; pues como el mismo señala con énfasis, la tal muchedumbre sale de la “gran tribulación” (Rev. 7:14) eso es, sobrevive a ella y lo que les lleva a entrar directamente y con vida, al reino de Dios que se establece aquí en la tierra. Porque en todo caso, estaríamos hablando de un evento que ocurre en la tierra, así como el resto de acontecimientos que en esa profecía están escritos y que como su propio nombre indica (Apocalipsis), no es más que un revelar o descorrer el velo…… en definitiva, poner al descubierto cosas por acontecer aquí en la tierra y no en el cielo. No olvidemos que el propósito de dicha profecía es el de “mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco” (Rev. 1:1)…… obviamente (repetimos) aquí en la tierra; luego si la “gran tribulación” de la que sale o sobrevive dicha “gran muchedumbre” (Rev. 7:9; 14), ocurre aquí por estos andurriales, razonablemente estaríamos hablando de personas vivas de carne y hueso, lo cual añade más fuerza a nuestro argumento pues ningún ser humano puede estar ante la presencia del Altísimo y sobrevivir…… recordemos las palabras de Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí:
“Y añadió: “No puedes ver mi rostro, porque ningún hombre puede verme y sin embargo vivir (o “seguir viviendo” según versiones).” (Éxo. 33:20). (Acotación nuestra).
Entonces ¿cómo nos puede explicar el Sr. Alducin, que seres humanos puedan estar cantando y alabando a Dios en el cielo, ante Su mismísima Santa Presencia…… y sin embargo no morir? Por lo que o Jehová nos mintió…… o D. Armando está completamente equivocado en su afirmación y por extensión, en otros puntos de esa profecía por muy reputado teólogo que sea y por lo que quedaría desvirtuado, todo el mensaje que quiere transmitir en ese video. Tengamos presente que D. Armando inicia su exposición con la lectura de Rev. 7:9-17 y por lo cual, no hay error en el sentido de que pudiéramos estar hablando de cosas distintas; dicho lo cual y para no extendernos en demasía, ya que también dedicaremos algún tiempo en nuestro blog al citado caballero, volvamos al punto que pretendemos resaltarles.
Los autores de este blog, por supuesto que no tenemos los conocimientos en teología o ciencias afines que tendrán los citados personajes, así como tampoco tenemos ni la más remota idea de los idiomas originales en los que se escribió la Biblia ¡vamos, que no sabemos “na de na” que diría el castizo! Y por lo cual, al lado de esas personas a las que hemos hecho referencia, somos unos auténticos desconocidos y perfectos ignorantes, pues no tenemos ni de lejos sus muchos conocimientos y muchísimo menos, su acreditada reputación como evangelistas o predicadores de renombre…… y situación personal por nuestra parte, en la que suponemos se encuentran la mayoría de amigos que nos leen. Pero ¡miren por dónde!, nosotros amamos a Jehová y por ello nos gusta y en armonía con el consejo por Él dado a través de Su Palabra, investigar si esas cosas que nos cuentan son tal como nos las cuentan…… o estamos ante falsos maestros (como obviamente es el caso que nos ocupa) que lo único que pretenden, es extraviarnos de la sana enseñanza que emana de la Palabra de Dios.
Y quede claro, que no imputamos intencionalidad, puesto que entendemos que esas personas pudieran ser sinceras en sus apreciaciones y simplemente estar equivocadas en sus conclusiones, por lo que el beneficio de la duda no se lo negaremos…… pero sí que vamos a hacer una pequeña apostilla, para que todos ustedes la consideren y saquen sus propias conclusiones: todos ellos, se auto-reconocen presuntuosamente como “ungidos” o lo que es lo mismo, como Hijos adoptivos de Dios a la manera de los Pedro, Pablo, Juan, etc. y por lo tanto, depositarios del espíritu santo de verdad que Jesús prometió y que avalaría su supuesta condición de “ungidos”, dando fuerza, valor o autoridad a sus afirmaciones con respecto de la interpretación bíblica…… sin embargo y de no ser ello así, nos estarían sometiendo a un fraude monumental; pero veamos qué fue lo que dijo Jesús:
“Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no las pueden soportar ahora. 13 Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye y les declarará las cosas que vienen. 14 Aquel me glorificará, porque recibirá de lo que es mío y se lo declarará a ustedes.” (Juan 16:12-14).
Luego si esa personas realmente tuvieran ese espíritu santo de verdad en ellas, no cometerían esos escandalosos errores que hemos señalado y que reflejan una manifiesta falta de entendimiento del contenido escritural…… por lo que es obvio que no resultan ser depositarios de dicho espíritu de verdad y en consecuencia, no resultan ser las personas que nos dicen ser, esos es, “ungidos” o Hijos adoptivos de Dios, por lo que resultaría que nos están mintiendo no solo en lo que nos están “enseñando”, sino también en la clase de personas que son. Por ello, tal como señaló Jesús en su momento y en relación con los fariseos de su tiempo, a pesar de su imponente “fachada” estas persona que hemos mencionado, así como tantísimos otros que probablemente tendrán ustedes en mente, no son más que siervos o agentes de Satanás:
“Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).
Por lo que nosotros aconsejamos a los que nos quieran escuchar, que no se dejen impresionar por la posición y elocuencia de esos personajes y que aprendan a buscar por sí mismos aquello que muestro Creador quiere que sepamos de Él, con la completa confianza de que su esfuerzo será recompensado; veamos como garantía de ello, unas palabras de consejo del rey David a su hijo Salomón y que obviamente establecen un “principio” que nos aplica a todos:
“Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando y toda inclinación de los pensamientos, la está discerniendo. Si tú lo buscas, él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.” (1 Crón. 28:9).
Luego si hay un deseo sincero de conocerle y a Él no se le puede engañar, pues ve hasta lo más recóndito de nuestro corazón, de seguro uno verá satisfecho su deseo ya que Jesús dijo en su momento que “todo el que pide, recibe; y todo el que busca, halla…… y a todo el que toca, se le abrirá” y palabras que pueden leer ustedes en Mat. 7:8. Pero no es menos cierto que si uno “lo deja” y lo cual se hace cuando uno confía su instrucción a eso “falsos maestros” y no preocupándose de la “calidad” del alimento espiritual que recibe, Jehová también lo dejará abandonado a su suerte. Y olvídense ustedes de su lógico y razonable temor en cuanto al posible desconocimiento de la Biblia que puedan tener, en comparación a esas personas citadas, porque les vamos a hacer partícipes de un pequeño “secretillo”: no es el mucho conocimiento que uno atesore el que le permite entender las Escrituras, sino la humildad de la persona y su deseo sincero por aprender de Jehová…… y si no, vean lo que nos reveló Jesús acerca de esta cuestión:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (o a los que “son como niños”, según versiones). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti.” (Luc. 10:21). (Acotación nuestra).
Vemos entonces que Jehová revela sus asuntos, en este caso el acceso al conocimiento salvador de Su Palabra, a los que son “como niños”, eso es, humildes; y sin embargo, la oculta de los sabios e intelectuales, obviamente porque no son humildes sino altaneros (pues de lo contrario el pasaje no tendría sentido), ya que se apoyan en sus muchos conocimientos para entenderla…… y ya nos dice la Escritura que Jehová, a pesar de Su infinita altura con respecto del ser humano “al humilde lo ve…… pero al altanero lo conoce solo de distancia” (Sal. 138:6), o lo que es lo mismo, no tiene tratos con él. Y son altaneros, porque como hemos visto se arrogan presuntuosamente una relación paterno/filial con Él como de Hijos adoptivos Suyos, que no se corresponde con la realidad, pues nadie les ha dado dicha relación (solo tenemos su simple afirmación) y algo que queda demostrado, no solo por el hecho que no pueden hacer las mismas obras poderosas que llevaron a cabo los seguidores de Jesús en el primer siglo (Mar. 16:16-18), tales como los apóstoles, o Pablo, Felipe, Bernabé y tantos otros, sino también y como ya hemos dicho, por el hecho que con sus errores de bulto demuestran no poseer (y que sí poseían los personajes que acabamos de citar) el citado “espíritu de verdad” y que Jesucristo prometió derramar como credencial, sobre todos aquellos que llegarían a ser su hermanos.
Por ello no podemos olvidar, que la única información veraz acerca de nuestro creador y de Sus planes para con cada uno de nosotros, está en la Biblia y llegándose a considerar por muchos, que esta no es otra cosa que una carta que Jehová nos ha mandado a cada uno de nosotros…… entonces ¿por qué dejar que esa carta, nos la lea un intermediario? Y lo que es más ¿por qué no empieza a practicar desde este momento y comprueba por usted mismo, si lo que le hemos explicado en este escrito, se ajusta a la verdad registrada en las páginas de la Biblia? Porque recuerde…… nosotros, también nos podemos equivocar.
MABEL
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