martes, 21 de octubre de 2014

Pregunta pública para Apologista Mario Olcese.


Porque resulta que usted, Sr. Olcese, respondió a mi escrito del 16/10/14 y en el que le rebatía una de sus estrafalarias “enseñanzas”, pues le señalaba y contrario a lo que usted nos propone con harta insistencia, que los notables del AT (los Abraham, David, Daniel, Noé, Moisés, Isaac, Job, etc. etc. etc.) no pueden, en manera alguna, reinar al lado de Jesucristo en el reino de Dios; y lo ha hecho con un video publicado al día siguiente, eso es, el 17/10/14 y bajo el título “Los ungidos de los dos testamentos: un destino común” y en el que incluía la siguiente entradilla:

Los ungidos del Antiguo Testamento y los del Nuevo tienen un destino común...la inmortalidad, gloria y honra en el reino.”

Y que para más inri, se reafirma en dicha idea, en otro video publicado el 18/10/14 y titulado “El rey David resucitará como rey, no como vasallo de su reino”, pero continuando sin hacer referencia alguna a los requisitos imprescindibles para acceder al reino en calidad de inmortal rey y sacerdote y que servidor le señala en el citado escrito del día 16…… de eso, sorprendentemente, no ha dicho ni una sola palabra y con lo que queda palmariamente demostrada, una vez más, su tremenda incapacidad para refutar mi planteamiento.

Pero permítame y antes de continuar con esta exposición, que aclare y para no liar al “personal” (cosa en la que usted es un maestro), que por “ungidos del AT” usted hace referencia a los personajes que acabo de citar al inicio de este escrito y a los que de ahora en adelante, me referiré como los “notables del AT” y expresión con la que también usted los ha identificado en numerosas ocasiones, por lo que creo que en este extremo no hay discrepancia alguna entre nosotros; luego de sus palabras queda claro y continuando con el tema que nos ocupa, que dichos ancestros de Jesús participan de la llamada “primera” resurrección, pues esta es la que concede los atributos por usted señalados en la mencionada entradilla, según lo leemos en Rev. 20:6:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotación mía).

Y gloriosa condición que reciben, según usted nos firma, todos aquellos personajes destacados o notables del AT que vivieron antes de Jesús y lo que me lleva a formularle la siguiente pregunta: si este es el caso, eso es, que esos y como usted los llama, “ungidos de los dos testamentos” y en los que me centraré solo en los del AT (pues este es el tema de debate), ya resucitan como gloriosos e inmortales reyes y sacerdotes ¿quiénes son, entonces, esos “otros” antepasados de Jesucristo que pasan a convertirse en “hijos” suyos, que no en “hermanos” (detalle importantísimo para resolver esta cuestión) y a los que este premia, dándoles el nombramiento de “príncipes” sobre la tierra y que nos aparecen en el Sal. 45:16?:

En lugar de tus padres (o “antepasados” según versiones) serán tus hijos, a quienes harás (o “nombrarás”, según traducciones) príncipes en toda la tierra.” (RV 1960). (Acotaciones mías)

Leído ya dicho pasaje, permítame que le de otro sesgo a la pregunta que le he formulado: porque si según dicho salmo, esos antepasados pasan a ser, en lugar de padres, “hijos” de Jesucristo, es obvio que no pueden ser a la vez Hijos de Dios y por lo que no pueden heredar el reino con Cristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes; luego si según usted, todos los notables del AT, en definitiva antepasados de Jesús, se levantan en la “primera” resurrección, al igual que los apóstoles y seguidores de estos y que es la que, como hemos leído, concede la condición de inmortalidad y el poder gobernar con él en calidad de gloriosos reyes y sacerdotes ¿quiénes son y de dónde salen, esos “otros” ancestros, padres o antepasados (como usted prefiera) de Jesús, que pasan a convertirse en sus “hijos” que no en sus “hermanos” y de los que nos habla el salmo citado…… y a los que además, se les premia dándoles el título de “príncipes”? Y esto viene a colación, por el hecho de que usted enseña (una vez más, de forma errónea) que solo existen dos resurrecciones: una la mencionada en Rev.20:6 y en la que participan todos los “justos” o como usted dice “los ungidos de los dos testamentos” y una segunda a ocurrir al término de los mil años para los “injustos”, en dónde a estos se les enfrenta con sus antiguas fechorías y por ellas, son castigados a destrucción eterna…… y si bien estoy de acuerdo con usted en el número de las resurrecciones en perspectiva, no así en su distribución.

Porque si aceptamos su planteamiento acerca de cuándo se produce la segunda de ellas y la finalidad de la misma, nos encontramos con que después de que todos los “justos” son levantados en la “primera” resurrección, razonablemente solo pueden quedar “injustos” que resucitar y ello para su destrucción total…… sin embargo, resulta que el Sal. 45:16 nos muestra a otras personas que no participan de la “primera” resurrección, pero que lejos de estar guardadas para destrucción eterna al término de los mil años, se les premia con el título de príncipes y, obviamente, para que ejerzan dicho cargo durante el reinado milenario, pues de lo contrario dicho nombramiento no tendría sentido alguno. Luego repito, Sr. Olcese ¿de dónde salen esos personajes y que el citado salmo identifica también como antepasados de Jesús, a los que se les premia con el título de “príncipes” y lo que solo puede significar que no poseen la gloria dada a los participantes en la “primera” resurrección?...... eso es, que no son inmortales y gloriosos reyes y sacerdotes del Dios Altísimo y por lo que no pueden haber salido de esta. En caso contrario, Sr. Olcese, explíquenos usted ¿qué sentido tendría el nombrar príncipes sobre la tierra a dichos participantes en la “primera” resurrección, si sus títulos ya son infinitamente más elevados que el de “príncipe”?...... y es que de ser así las cosas, las Escrituras entrarían en una flagrante incongruencia.

En todo caso, Sr. Olcese y aunque usted no responda a dicha pregunta (y me consta que no lo hará), lo que ha quedado claro y como ya apuntaba un servidor en el mencionado artículo del 16/10/14, es que usted no ha podido refutar mis argumentos expuestos en el mismo y en el sentido de que hay que cumplir con determinados requisitos que imponen las Escrituras, para reinar con Cristo en el milenio. Y limitándose tan solo y como tiene por costumbre (su capacidad intelectual no da para más, yo ya lo entiendo), a repetir su “cantinela” de que dichos personajes sí reinarán con Cristo y pasando por alto totalmente lo dicho en el contexto escritural; en el sentido, repito y para que entienda usted la idea, de que hay ciertos e ineludibles requisitos a cumplir, si se quiere alcanzar tan alto galardón y que no reúnen en modo alguno esos supuestos “ungidos del AT” y tema, Sr. Olcese, del que usted no me menciona absolutamente nada en su video…… ¿por qué será?

Tampoco y en otro orden de cosas, ha podido responder usted en forma alguna a mi aseveración del 27/09/14, en el sentido de que no existen en la actualidad personas con la condición de “ungidas” y equivalente a ser uno un Hijo de Dios (de haber podido, ya lo habría hecho) y lo que muestra que no tienen ni la más remota idea de lo que está hablando, cuando menciona acerca de supuestos “ungimientos” en nuestros días…… el suyo, por ejemplo; por lo que dicha ignorancia en este tema, solo significa que usted está mintiendo descaradamente al “personal”, cuando con tanta “convicción” dice cosas como la siguiente y publicada en su artículo “No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” del 7 de Septiembre de 2007 y que translitero tal cual:

Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas mías).

Pero estará de acuerdo conmigo, Sr. Olcese, que el que usted “se considere” estar en posesión de dicha condición de “ungido” o Hijo de Dios, no demuestra que eso sea realmente así (más bien todo lo contrario, si nos atenemos a lo dicho en 2 Cor. 10:18), pues lo mismo afirman ser los miembros del Cuerpo Gobernante de los TJ y ahí los tiene usted, haciendo “el burro” hoy sí y mañana también como, lamentablemente sucede en su caso particular, pues no hay diferencia entre los unos y los otros: tan falsos “ungidos” son ellos, como lo resulta ser usted; porque esos señores también afirman lo mismo que usted en el sentido de estar “guiados por el espíritu santo” y algo que le recuerdo también dijo de sí mismo en un artículo del 21/10/10, bajo el título de “Yo soy un ungido…. ¿y usted?” y que por cierto, no era más que una simple reposición del que publicó unos dos años antes, eso es, el 29 de Marzo de 2008 bajo el título “Todos los bautizados somos Cristos” y por lo que su estrambótica deriva, parece que viene de lejos:

Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas mías).

De hecho, bastante tiempo antes de eso (como puede ver, Sr. Olcese, estoy muy bien documentado), concretamente el 28/08/07 y en el tema titulado “Consejos oportunos para miles de testigos de Jehová desanimados”, usted hablaba de la liberación que había supuesto en su caso el salirse de dicha secta (como, por otra parte, para cualquiera de los que hemos tenido la inmensa fortuna de haberlo conseguido) y hacía la siguiente y presuntuosa afirmación:

Al contrario, soy un hombre muy feliz y dichoso, ya que por fin tengo la libertad que no gozan ellos para escribir y tener mi sitio web donde puedo exponer mis creencias personales y mis “descubrimientos” bíblicos según me lo revela el Espíritu de Dios. Sólo el Espíritu de Dios nos guía a la verdad.” (Negritas mías).

Y dado que hasta dónde yo sé, Sr. Olcese, usted no se ha retractado de ninguna de dichas afirmaciones, debo de entender que aún continúa considerándose “guiado” por dicho espíritu santo de verdad…… y si ello es así, me sorprende profundamente que este no le haya “revelado” o “susurrado al oído”, el cómo poder rebatir los argumentos que yo le expongo para defender mis propuestas y totalmente contrarias a las suyas. Propuestas tales, como porque los sobrevivientes de la “gran tribulación” no pueden reinar en el milenio, o porque tampoco lo pueden hacer los notables del AT, o porqué usted no puede ser un “ungido” y temas, entre otros y que he defendido por años, sin que por su parte haya habido un desmontar uno por uno dichos argumentos y desbaratar con ello, las razones que me muevan a plantear tales cuestiones…… luego ¿dónde está la “influencia reveladora” de dicho espíritu santo y que supuestamente le pone a usted al día, en cuestiones espirituales? Pero hete aquí y continuando con lo de su personal “ungimiento”, lo que usted explicaba en el último párrafo del artículo “¿Quiénes son los 144.000 de Apocalipsis 7:4 y 14:1?” y que publicaba el 25 de Abril del 2007, para razonar sobre la inconsistencia de los miembros de la clase “ungida” de los TJ, al tratar de defender su supuesto “ungimiento”:

¿Cómo sabe un "T.J" que es un miembro de los 144,000 y no de la "GRAN MULTITUD" y viceversa? Bueno, aquí aparece el subjetivismo puro. Yo, como ex-"T.J", me hacía la misma pregunta. Una vez le pregunté a uno de la clase de la Iglesia o de los 144,000, lo siguiente: ¿cómo sabe usted que es de la clase ungida?, y me contestó: “Yo siento un llamado celestial" o "Mi corazón me dice que mi paradero final y eterno está en el cielo y no en la tierra". ¡Punto final! Caramba dije: ¡qué fácil es saber si uno es miembro de la iglesia! Como si nuestro destino final dependiera de lo que a uno le guste o le parezca. Los más de los "T.J" dicen no sentir el deseo de vivir en el cielo sino en la tierra. A éstos les corresponde vivir en la tierra, pues así lo han decidido ellos en su corazón. ¡Qué tontería! ¿Acaso se han olvidado los "T.J" que engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; y quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9). ¿Acaso no recordamos que el Diablo suele usar "el corazón" de los hombres para engañarlos? (Ver Juan 13:2). Por tanto, debemos basarnos en lo que realmente dice la Biblia sobre algún asunto, y no en nuestras propias elucubraciones.” (Negritas mías).

Bien, Sr. Olcese ¿y por qué no se aplica usted a sí mismo, tan lógico razonamiento? Porque resulta, en última instancia, que los TJ dicen de usted, exactamente lo mismo que usted dice de ellos, eso es, que ambas partes se acusan recíprocamente de ser unos “ungidos” más falsos que un “duro sevillano”…… entonces ¿qué hacemos con su afirmación de ser un “ungido”, dado que usted tiene la misma “credibilidad” que tienen esos señores, pues no puede presentar argumentos más consistentes que los que ellos presentan para acreditar dicha “unción” y que se resumen, en una mera afirmación personal? ¿O se cree usted, por ventura, estar por encima del bien y del mal, por lo que no le aplicarían las palabras de Jer. 17:9 o en su defecto, las de Juan 13:2, mientras sí les aplican a los “ungidos” de los TJ? Sin embargo, lo que dice la Biblia sobre dicha cuestión y ya que usted se remite a la misma, lo tiene claramente reflejado en el relato de Hech. 8:1-20 y en donde se nos muestra, sin el menor atisbo de duda alguna, que con la muerte de los apóstoles se acabaron los “ungidos” de sobre la tierra, pues eran los únicos que podían bautizar en espíritu santo y transmitir con ello a otros, dicha condición y algo que ocurrió hace la friolera de 1.900 años…… y eso está escrito en la Biblia, Sr. Olcese, aunque usted pretenda ignorarlo.

Lo que me lleva a centrarme en la última frase de su escrito y dirigida a resaltar que “debemos basarnos en lo que realmente dice la Biblia sobre algún asunto y no, en nuestras propias elucubraciones” y frase que me sugiere algunas preguntas al respecto: ¿Dice acaso la Biblia en alguna parte, que los sobrevivientes de la “gran tribulación” reinarán con Cristo? ¿O acaso esta dice que los notables del AT sí lo harán? ¿O por ventura nos habla esta, de una resurrección al final del milenio, con resultado de destrucción eterna para aquellos a los que les toque el premio “gordo”? Obviamente no, sin embargo usted y pasando por alto el contexto escritural al que siempre le he remitido, sigue manteniendo de forma empecinada dichos planteamientos y pasando olímpicamente de dicho contexto; y lo que trae a mi memoria, cierto asunto del que decía estar también “muy seguro” en su momento de que ello era tal como usted lo planteaba y que, además, apoyaba con gran despliegue de textos bíblicos, del que me consta no es usted muy partidario de rememorar su desenlace final, pero que ahí está, al igual que lo están esas porciones de artículos suyos que he transcrito…… y es que la hemeroteca tiene estas cosas, Sr. Olcese.

Porque permítame recordarle que según usted y algo que estuvo enseñando por años, los mismos en los que yo se lo estuve rebatiendo con empeño, los que reinarían con Cristo durante el milenio serían “millones, miles de millones” y al final, dándome a mí la razón, tuvo que reconocer que usted estaba equivocado en dicho planteamiento, pues no solo no sabía si esto era así, sino que además reconoció que la Biblia no decía absolutamente nada sobre el particular…… y algo que está perfectamente documentado en los artículos que nos cruzamos durante ese largo espacio de tiempo; luego ¿en que se apoyaba usted para sostener semejante disparate: en lo que decía la Biblia, o en la primera “chorrada” que se le ocurrió un día al levantarse de la cama? Pues exactamente esto último y que es lo que continúa haciendo usted actualmente, pues continúa sin tener ni puñetera idea de lo que realmente nos dicen las Escrituras; de ahí, que en lugar de apoyarse en ellas para desmontar argumentos adversos a sus postulados, se limite solo a repetir ideas como vulgar cotorra (no llega a más su capacidad intelectual), como si por medio de repetir un disparate hasta la saciedad, este pudiera llegar a ser aceptado por el “populacho”…… y cayendo además, en el clásico error de atacar al mensajero, en lugar de centrar su atención en el mensaje que le llega. Porque si lo que en este blog se publica, es solo aquello que está reflejado en las Escrituras y tal parece ser así, de ahí que usted y muchos otros no puedan demostrar lo contrario (criticarlo por criticar, ya es otra cosa), resulta que no soy yo el que le está sacando los colores continuamente, sino el Autor del mensaje y al que usted resiste con un estoicismo digno de mejor causa…… pero en fin, Sr. Olcese, con su pan se lo coma ¡y que le aproveche!

Yo me limito a dejarle ahí esa pregunta formulada al principio de este escrito y usted sabrá si es capaz de responderla con un mínimo de solvencia; un servidor ya sabe que no es capaz de ello, pero como diría mi amigo el “castizo”…… “más verdes las han segado”.

Armando López Golart


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