lunes, 27 de octubre de 2014

¡Noticia! ¡Noticia!...... ¡Apologista Mario Olcese, da con la “tecla” que demuestra que su enseñanza acerca de los notables del A.T. reinando con Cristo en el milenio, es falsa!


Y como supongo que estarán ustedes al tanto del pleito que estoy manteniendo con el personaje en cuestión (falaz e ignorante donde los haya), en el sentido de si dichos antiguos personajes reinarán junto a Cristo en el reino de Dios o no y a lo que él afirma que sí y un servidor, que no (¡faltaría más!), pasaré sin más al meollo de la cuestión; resulta que dicho personaje acaba de publicar un artículo en su página web, con fecha 25/10/14 (acompañado de su video correspondiente) y haciendo referencia al pasaje de Hebr.11:40, con el que pretende reforzar el planteamiento mantenido por él de unos notables del AT reinando junto a Cristo en el reino de Dios…… pero artículo en el que nos presenta una “genial” afirmación en su párrafo siete y que desmiente totalmente el planteamiento referido, de unos notables del AT reinando con Cristo en el milenio. Es cierto que el absoluto silencio mantenido por tan disparatado personaje, acerca de unos requisitos que no cumplen esos personajes de la antigüedad para alcanzar tan privilegiada posición y que le planteé en su momento, ya establece por sí solo que soy yo el que tiene la razón…… pero dicho lo cual, veamos de nuevo dichos requisitos y por aquello de refrescarle la memoria a tan indocumentado personaje:

1º: No poseen los dos bautismos exigidos por Jesús en Juan 3:5 y por las razones que expongo en mi escrito del 25/10/14, e indispensables (según palabras del propio Jesús) para poder entrar en el reino en calidad de inmortal rey y sacerdote.

2º: No se ajustan a lo exigido en Rev. 20:4 e idea que es corroborada por lo dicho en Rev. 3:21 en palabras del propio Jesucristo, en el sentido de que para alcanzar dicha gloriosa posición de gobierno, se tenía que morir una muerte de sacrificio o martirio, en defensa de la integridad de uno a Dios.

3º: Según estableció el propio Hijo de Dios y algo que leemos en Mat. 11:12, la posibilidad de acceder a dicha gloriosa posición de reinar a su lado en el reino de Dios, dio inicio a partir de la muerte de Juan “el bautizante” y no antes de ello, por lo que dichos notables no pudieron acceder a la misma, pues habían muerto muchos siglos antes (algunos incluso milenios) de que apareciera dicho personaje.

Y puntos fundamentales de los que ese “teólogo” de pandereta que es el personaje señalado, aún es el momento, repito, en el que se haya pronunciado sobre ello, obviamente porque no puede hacerlo, a menos que reconozca que está equivocado en su particular proposición; pero para sustentar la razón que me asiste en esta controversia mantenida entra ambos, me voy a centrar con el segundo de esos tres puntos y que tiene que ver con Rev. 20:4, pues es en donde repercute de lleno la mencionada “genialidad” presentada por el Sr. Olcese…… pero veamos cómo se lee en el mismo:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación mía).

Luego tenemos que todas las personas que se sentaron en dichos tronos y según le fue mostrado a Juan en su visión, se caracterizaban por haber sufrido una muerte violenta en defensa de determinados ideales; ello cuadraría, con lo que retrospectivamente se lee en Rev. 6:9-11 y que coincide con la apertura del quinto sello:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido (eso es, asesinados por su fe).” (Acotación mía).

Estaríamos hablando entonces de los mismos personajes que posteriormente aparecen en Rev. 20:4, en dónde se les muestra, ya al completo, accediendo a sus respectivos tronos; pero notamos que en esta ocasión que nos ocupa, están pidiendo “venganza” y algo que no se entendería si dichas personas no hubieran sido muertas de manera violenta, eso es, asesinadas y por las razones expuestas en ambos pasajes…… violencia que también sufrirían aquellos que en un futuro seguirían a estos, como se nos muestra la parte final del verso 11. Y extremo el mencionado, que cuadraría con unas palabras que dirigió Jesús a todos aquellos que desearan compartir gobierno con él, cuando dijo lo siguiente:

Y cualquiera que no acepta su madero de tormento (o “cruz” y frase que tiene que ver más con la clase de muerte que sufrió Jesús, que del instrumento con el que uno fuera ejecutado) y sigue en pos de mí (eso es, seguir su mismo camino hacia el martirio) no es digno de mí. 39 El que halle su alma la perderá y el que pierda su alma por causa de mí la hallará.” (Mat. 10:38-39). (Acotaciones mías).

Eso es, que cualquiera que no fuera a una muerte de sacrificio o martirio por la causa de Jesucristo, este no lo consideraría digno de acompañarle en las tareas de gobernación en el reino milenario. Ello cuadraría, además, con lo que este dijo y que está registrado en Rev. 3:21, en el sentido de que el que no venciera como “él venció”, eso es, no permitiendo que ni siquiera la muerte atroz lo doblegara, no se sentaría con él en un trono en el reino de Dios…… lo que permite que entendamos la palabras de Pablo cuando afirmó que solo muriendo a “su semejanza”, eso es, en una muerte de martirio, podría uno resucitar a “su semejanza” en gloria e inmortalidad (Rom. 6:5). Lo que nos muestra, fuera de toda duda, que el acceso al reino de Dios en calidad de gobernante, exigía un altísimo nivel de entrega y sacrificio, pues tenía que ver con el renunciar uno a su propia vida para obtener dicho galardón…… y siendo que lo dicho está sustentado por las Escrituras, como hemos visto, ya tenemos sobre la mesa un hecho innegable y que no se puede discutir; por lo que veamos ahora y en agudo contraste con lo que acabamos de señalar, un segundo hecho tan innegable como el citado y que tiene que ver con la clase de muerte que acabó con la vida de los más preclaros patriarcas del AT, según nos lo cuentan las mismas Escrituras:

Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 25:7-8).

Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.” (Gén. 35:28-29).

Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 49:33).

Y después de esto, Job continuó viviendo ciento cuarenta años y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.” (Job 42:16-17).

Con el tiempo, Gedeón hijo de Joás, murió en buena vejez y fue enterrado en la sepultura de Joás su padre, en Ofrá de los abí-ezritas.” (Jue. 8:32).

En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.” (1 Cró. 29:26-28).

Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente y a esa edad, de muerte natural y en la cama, como todos los mencionados).” (Gén. 9:28-29). (Acotación mía).

Luego ya tenemos en escena un segundo hecho igual de innegable y que contrasta clamorosamente con el primero: pues mientras a los mencionados en el primer caso se les exigió el dar la vida para alcanzar el galardón de reinar con Cristo en el milenio, vemos que los segundos murieron “buena vejez y satisfechos de días” y en el caso concreto de David, “satisfecho de días, riquezas y gloria”…… entonces una absoluta y clamorosa diferencia que, obviamente, no puede por menos que repercutir en el resultado final de este asunto.

Dicho lo cual, veamos ya, la “tecla” (entiéndase “genialidad”) pulsada por el Sr. Olcese y que pone patas arriba todo el planteamiento que nos propone, publicada en el artículo señalado al inicio de este escrito y titulado “Para que ellos (Abraham, Noé, David, etc) no fuesen perfeccionados aparte de nosotros” (los cristianos ungidos)–hebreos 11:40” (pasaje este de Hebr. 11:40, del que les hablaré en un próximo artículo y que nada tiene que ver, con lo que del mismo nos explica ese ignorante patológico), en dónde se pronuncia en el sentido ¡y ojo al dato!, de que “los cristianos ungidos también deben aceptar el reproche de Cristo para que puedan obtener el pago de la recompensa: los mismos reproches, mismo pago”; o lo que es lo mismo y esto ya lo suscribe un servidor, que a igual sacrificio, igual recompensa…… luego tomando la frase por pasiva (¡sabrá lo que significa esto dicho indocumentado!), tenemos que si no hay sacrificio, no hay recompensa y como sucede en el caso de esos personajes del AT.

Por lo que si aplicamos esa novedosa máxima asumida por el Sr. Olcese en la disputa que entre ambos mantenemos y tomando por bueno que “a tal sacrificio, tal recompensa” (como por demás es del todo lógico), resulta que de ninguna manera pueden esos notables del AT y que murieron de viejos y en la cama, acceder a gobernar en el reino de Dios junto a aquellos que para poder alcanzar dicho galardón, tuvieron que llegar al grado de renunciar a sus propias vidas y sufriendo una violenta muerte de martirio…… ¡y es que es tan burro e ignorante el personaje en cuestión, que no se da dado cuenta de que con dicha afirmación lo que está haciendo es derribar absolutamente todo el andamiaje de su esperpéntico planteamiento y darme a mí la razón, cuando digo que esos personajes del AT no pueden en manera alguna, gobernar en el reino de Dios!

No olvidemos que esta máxima y en términos genéricos, de “a tal señor, tal honor” nos la propone el mismo Sr. Olcese y con la que nos viene a reconocer implícitamente (¡tampoco sabrá qué significa esto!), que sin sacrificio, no hay recompensa; entonces este indocumentado personaje no puede sostener ni por un segundo más, tan disparatada enseñanza de unos notables del AT y cuyo mérito fue simplemente el hacer aquello que se les había asignado por parte de Jehová, gobernando en el reino de Dios y en igualdad de condiciones, al lado de aquellos que, más allá de hacer lo que se les había mandado (que también), tuvieron además que llegar al sacrificio supremo (eso es, el renunciar a su propia vida) para poder conseguirlo. Y lo que significaría, reduciendo el caso a su mínima expresión, que Jehová daría el mismo premio a unos que no hicieron nada para conseguirlo, mientras que a otros se les exigió el dar la vida para alcanzarlo…… y esto, en un Dios de Justicia como es nuestro Creador, Jehová Dios, es algo totalmente inconcebible.

Armando López Golart


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