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domingo, 9 de agosto de 2015

¿144.000…… o 288.000 gobernantes con Cristo, en el reino de Dios?


Desde tiempos inmemoriales, casi nos atreveríamos a decir que desde el mismo momento en que fue hecha pública entre sus coetáneos la revelación dada al apóstol Juan, la cuestión del número de gobernantes que acompañarán a Cristo en su regir durante el período de mil años del reino de Dios sobre la tierra, ha sido objeto de intenso debate; debate que transitando por diversos estadios, ha ido desde la afirmación por parte de algunos en el sentido de que la cantidad que nos dan las Escrituras en Rev. 14:1 es literal, hasta encontrarnos con aquellos otros que actualmente son legión, que nos dicen que estaríamos ante una cantidad simbólica y pre-figurativa del conjunto de aquellos que como un todo y a través de los tiempos, eso es, desde los apóstoles en adelante, han conseguido alcanzar tan alta magistratura y que por lo tanto ahí cabemos todos. Circunstancia esta que nos colocaría (eso afirman los supuestos “ungidos” actuales), ante una cantidad que según algunos “entendidos” en la materia, alcanzaría la sicodélica cantidad de “millones, miles de millones” de acompañantes de Jesucristo en su regir en la tierra como rey delegado por Jehová Dios y que no serían otros (como acabamos de señalar) que todos aquellos cristianos bautizados en todos los tiempos desde Cristo en adelante…… eso, repetimos, según nos lo cuentan la inmensa mayoría de los “teólogos” actuales.

Planteamiento este último, al que se “apuntan” todos aquellos indocumentados que a día de hoy se reconocen como “continuadores” de la obra encomendada a los apóstoles y que abundan como la mala hierba (nunca mejor empleado el símil), por tanto presuntos Hijos de Dios y por ello coherederos del reino junto a Jesucristo, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… pero “tenderete” que se les cae por su propio peso a toda esa pandilla de “paniaguados”, cuando señalan que su recompensa tendrá que ver con el ser nombrados gobernantes sobre “muchas ciudades” y apoyándose para ello en una aplicación literal de la llamada “parábola de las minas” (Luc. 19:12-27), en lo que no es más que un solemne disparate. Primero, porque ya no hay tantas ciudades en el mundo entero para tanto presunto “gobernante” y segundo, ya tomándonos la cosa un poco más en serio, porque lo que pretendía enseñar Jesús en dicha parábola no era la cuantía del premio a recibir, sino el hecho de que cada uno sería premiado de forma proporcional a como hubiera sido su esfuerzo y dedicación personal en defender los intereses del reino en la tierra, hasta el momento del regreso de este a la misma; por lo que no estaríamos más que ante una “chapuza” interpretativa de una parábola de Jesús y lo que nos habla de la altura “intelectual” del que así la interpreta...... y que no son pocos, dicho sea de paso.

Sin embargo y volviendo al tema que hoy nos ocupa, con lo que nunca nos habíamos topado es con el planteamiento que da título a este escrito y que nos propone un buen amigo de este blog, para lo que se apoya en la siguiente aparente lógica: los 144.000 de Rev. 7:4, más los 144.000 de Rev. 14:1, igual a 288.000 miembros para ese futuro gobierno de hechura divina…… visto así y sin los matices propios de una clara perspectiva del contexto escritural, tal pareciera entrar dentro de lo razonable dicha propuesta; lo que ocurre es que el citado contexto lo que nos dice es que “los tiros no van por ahí”, pues lo que en el mismo se nos da a entender es que en ambos pasajes se nos habla de los mismos personajes que en un futuro acompañarán a Jesús en su gobernar, eso es, de solo 144.000 individuos. No obstante y por aquello de que las cosas, más que decirlas, hay que demostrarlas, metámonos en harina y a ver que sale de este “engrudo”; decir de entrada que para desmontar las disparatadas teorías que alrededor de dicha cuestión se barajan y que lo único que hacen es embrollar la cosa, entendemos necesario partir de un supuesto que esté avalado por el mencionado contexto bíblico y en el que todos podamos estar de acuerdo: en este caso, que estaríamos hablando de una cantidad de cogobernantes en el reino predeterminada por Dios (eso es, un número concreto y de alcance limitado de personas) y circunstancia de la que se nos habla en la apertura del quinto sello del capítulo seis de Revelación o Apocalipsis, expuesta de la siguiente manera:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.” (Rev. 6:9-11).

Por la importancia de dicho pasaje para un correcto entendimiento del asunto que estamos considerando, vemos la necesidad de analizarlo adecuadamente y en donde, en primer lugar, habría que hacer hincapié en lo siguiente: en el mismo se nos habla de aquellos que tienen que reinar junto a Cristo en el reino de Dios y parte de los que, simbólicamente se nos los muestra “debajo del altar”, reclamándole a Dios justicia sobre aquellos que los habían asesinado por “causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener”. Siendo esto así, lo que tenemos es a un grupo de personas a las que se les dice que, antes de que se les haga justicia, tienen que añadirse a ellas otras de su misma condición y que aún han de “completar” en la tierra una determinada cantidad, para que dicha cantidad a su vez y esta es la idea lógica que transmite el texto en cuestión, “complete” al grupo de personas que le están demandando justicia a Dios y con lo que conformar definitivamente el “gran total” de aquellos que al lado de Jesucristo, ejercerán la gobernación del reino…… y gran total que se nos da en Rev. 14:1:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.”

Que ello es así, eso es, que estamos ante el “gran total” de aquellos que junto a Cristo reinarán en el milenio, queda perfectamente establecido cuando dicho pasaje lo ubicamos debidamente en contexto escritural y lo que nos lleva al contenido del profético Sal. 2:4-6:

El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos. 5 En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña.”

Por lo tanto, lo que le fue mostrado al envejecido apóstol Juan en visión, era a Jesucristo ya ejerciendo sus funciones como rey delegado de Jehová Dios en la tierra…… luego si ello es así y así parece ser a la luz del contexto señalado ¿quiénes pueden ser esos 144.000 individuos que en Rev. 14:1 se nos muestran alrededor del Gran Rey en quién el Supremo Hacedor ha delegado Su Autoridad (Mat. 28:18), como no sean aquellos que comparten gobernación con tan majestuoso personaje, durante el período milenial? Cabría señalar y para redondear la cosa, que “las almas” de aquellos que le reclaman justicia a Jehová Dios y según hemos leído en Rev. 6:9-11, no son otros que aquella saga de fieles seguidores de Jesucristo del primer siglo y que fueron asesinados por la observancia de su fe y que desaparecieron de la faz de la tierra, coincidiendo en el tiempo con la muerte del último de los apóstoles…… mientras que aquellos que aún tienen que ser muertos “como ellos lo fueron” y por lo que aún están por sellar en sus frentes con “el sello del Dios vivo”, son aquellos personajes de los que se nos habla en Rev. 11:3 y que aún están por aparecer:

Y haré que mis dos testigos profeticen (o prediquen) mil doscientos sesenta días vestidos de saco.” (Acotación nuestra).

En cualquier caso, la expresión “dos testigos” y siempre según nuestro entender, aparte de cumplir con lo establecido en la norma divina registrada en Deut. 19:15, no es más que una indicación de que estaríamos hablando de un pequeño remanente o “resto” de enviados por Dios, repetimos, aún por aparecer y que tendrán la comisión de llevar la delantera en la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Convendría señalar, antes de entrar a explicar el significado real de la relación de los pasajes mencionados de Rev. 7:4 y 14:1, que el sellar que se menciona en Rev. 7:4 no se produce sino hasta después de la muerte en sacrificio del individuo en cuestión y como dejó perfectamente establecido en el momento de dar la revelación a Juan, el propio Jesucristo:

No tengas miedo de las cosas que estás para sufrir. ¡Mira! El Diablo seguirá echando a algunos de ustedes en la prisión para que sean puestos a prueba plenamente y para que tengan tribulación diez días. Pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida.” (Rev. 2:10).

Queda claro entonces el aspecto condicional de la oferta, en el sentido que solo después de haber sufrido la muerte en defensa de la fe de uno, es cuando se es sellado en la frente, como merecedor de la “corona de la vida”, eso es, de la inmortalidad y de la que solo estarán dotados aquellos que reinarán con Cristo y que se levantan conjuntamente en la llamada “primera” resurrección:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (eso significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Partiendo entonces de esos pequeños puntos aclaratorios, pasemos ahora a analizar la relación existente entre Rev. 7:4 y 14:1; y siendo que como ya hemos señalado que en ambos casos de lo que se nos habla es del número total de aquellos que comparten gobierno con Jesucristo, veamos ahora cómo desmenuzamos Rev. 7:4 y para lo cual hay que leerlo en su contexto más inmediato, eso es, partiendo de los versos 1-3 y en donde se nos dice esto:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.”

Lo que en este pasaje se nos está anunciando, de entrada, es un tiempo de relativa tranquilidad que permita el recoger a un determinado grupo de personas que tienen que ser selladas también en “sus frentes” con el “sello del Dios vivo” y sello que como hemos leído, solo es otorgado en el momento de ser muerto uno en sacrificio en defensa de su fe, al mantener su lealtad a Jehová Dios y a Su Hijo Jesucristo, aún a costa de su muerte…… lo que nos lleva al período de 1.260 días de la predicación señalada en Rev. 11:3 a cargo de esos “dos testigos” enviados por Dios, para anunciar al mundo que el reino de Dios ya ha tomado el control de los asuntos humanos, pues es al cabo de dicho tiempo, cuando se produce el siguiente suceso, según Rev. 11:7:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (eso es, cumplidos los 1.260 días determinados por Dios), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará.” (Acotación nuestra).

Es en este momento cuando se completa con el sellar de ese pequeño resto o remanente de enviados de Dios, aún por aparecer y del que se nos habla en la apertura del quinto sello, que se cierra el cómputo total de esos 144.000 personajes que aparecen en Rev. 14:1 al lado de Jesucristo…… no que en ese período concreto de la historia aún por llegar, se sellen a 144.000 individuos más, aparte de los señalados en dicho pasaje de Rev. 11:3. Por lo tanto y para enfatizar la idea, lo que tiene que quedar claro es que no son 144.000 los que son sellados durante ese período de tiempo de 1.260 días, pues en la tierra en ese momento solo está ese pequeño resto conformado por aquellos a los que Jehová Dios reconoce como “mis dos testigos”, en todo caso, repetimos, un número reducidísimo de enviados Suyos y con el que completar al grueso de los que ya están sellados, según Rev. 6:11, eso es, el total de los elegidos por Dios para acompañar a Cristo en su regir…… siendo así cómo debemos entender, entonces, lo que leemos a continuación de Rev. 7:1-3, eso es, en el verso 4:

Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel.”

Porque si hemos dicho hace un momento que en Rev. 14:1 se nos da el total de aquellos que reinarán junto a Cristo en el reino de Dios, en este verso 4 que acabamos de leer nos encontramos ante la primera vez que en las Escrituras se nos revela o explica cuál es el número predeterminado de gobernantes escogidos por Jehová Dios, para acompañar en su regir a Su rey delegado, Jesucristo, así como también la razón del porqué de este número en concreto y no de otro cualquiera, algo que se nos muestra en los siguientes versículos del 5 al 8. De ahí, que no haya lugar para entender que estemos ante un número simbólico o indefinido de individuos como acompañantes de Cristo en su posición de rey sobre el monte Sión (donde siempre estuvo situado el “trono de Jehová”, según 1 Crón. 29:23) en la cantidad mencionada por Rev. 14:1-5 en dónde, por otra parte, solo se nos hable de 144.000 individuos “comprados” de la tierra y no de 288.000:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. 2 Y oí un sonido procedente del cielo como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuerte trueno; y el sonido que oí fue como el de cantantes que se acompañan con el arpa, tocando sus arpas. 3 Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos (los 144.000) fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero 5 y no se halló en su boca falsedad; están sin tacha.” (Acotación nuestra).

Luego siendo que de “entre la humanidad” solo fueron comprados 144.000 individuos, como primicias “para Dios y para el Cordero” y esto es lo que se nos dice en esta porción bíblica leída, toda discusión acerca de cuantos reinarán al lado de Jesucristo durante el milenio, no es más que “buscarle cinco pies al gato”…… eso sí, todo ello dicho partiendo desde nuestro particular punto de vista sobre el particular y que como casi siempre (“rumbosos” que somos ¡qué le vamos hacer!), se aparta de lo “políticamente correcto”, eso es, de las tendencias actuales en asunto de interpretación bíblica.

Entonces y por aquello de “remachar el clavo”, resumiremos a modo de aclaración sobre el tema analizado (reconocemos que está un poco “liadillo” y más, explicado por unos palurdos como nosotros), lo que hemos intentado resaltar acerca de esos pasajes de Rev. 7:1-8 y 14:1-5 y esta sería la resultante: en Rev.7:1-3, a Juan se le coloca en la franja de tiempo que comprende la primera parte de la profética semana 70 de Dan. 9:27 y últimos siete años del mundo como lo conocemos, de la cual se le dice que será un tiempo de relativa calma para permitir que pueda ser usado para el desarrollo normal de la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y momento en el que determinados siervos suyos serán sellados…… dado que ya les hemos dicho que dicho sellar solo se hace y según Rev. 2:10, cuando uno entrega su vida en sacrificio por su lealtad a Jehová Dios y a Su Hijo Jesucristo, es obvio que dicho sellar se produce cuando la “bestia” mata a los “dos testigos” (Rev. 11:7), en todo caso y según Rev. 7:3, de un reducido grupo de enviados por el Altísimo y cuando ya estos han terminado la comisión que se les asignó.

Noten que a continuación del citado verso 3, se produce un punto y aparte que gramaticalmente significa que la idea que se va a dar a continuación, ya no sigue el mismo hilo de la que se acaba de dar; de ahí que mientras los versos 1-3 nos hablan de lo que va a ocurrir durante ese período de tiempo, lo que se produce en el verso 4 es que a Juan se le revela la cantidad total de sellados de todos los tiempos y que hasta ese momento nadie conocía, eso es, el de los Pedro, Pablo, el propio Juan, etc. del primer siglo, junto al grupeto formado por los “dos testigos” aún por aparecer y cuya suma total, repetimos, se revela por primera vez y que, exclusivamente, se compone de 144.000 individuos…… ya en los siguientes versos (del 5 al 8), se da información adicional del porqué se ha tomado como referente dicho número y no otro cualquiera.

La pregunta pertinente sería ahora, la de ¿qué pinta en este “enjuague”, el pasaje de Rev. 14:1-5? Pues sencillamente el demostrar de forma evidente que lo que hemos explicado hasta el momentos es verdad, pues en el mismo y como ya les hemos razonado (recuerden que estamos haciendo un resumen de todo lo dicho), se nos confirma que evidentemente son solo 144.000 los que acompañan de Jesucristo en su regir, pues ya se nos los muestran en su posición de reyes adjuntos al Rey Mayor, Jesucristo, sobre el monte Sión (repasen de nuevo el Sal. 2:4-6) y en donde a partir del rey David, siempre estuvo y estará situada la gobernación real de Jehová Dios en manos de su rey delegado. Por lo que es obvio, que en ese versículo 1 lo que se nos está mostrando no es otra cosa que una visión de Jesucristo ya en el ejercicio de sus funciones como rey, acompañado por aquellos que, lógicamente y en calidad de inmortales reyes y sacerdotes (Rev. 20:6), colaboran con él en dicha tarea administrativa; mientras que los versos del 2 al 5 lo que hacen es reafirmar la idea dada en el verso 1, al mostrarnos no solo la cantidad, sino también la procedencia de esos personajes que apoyan al Hijo de Dios en su gestión…… más o menos bien explicado, la cosa va por ahí.

Ya otra cuestión es que cada cual y en función de espurios intereses, como por ejemplo, el pensar que también es un “ungido” y que tiene derecho a formar parte de ese grupo de inmortales reyes y sacerdotes, lo que le lleva a no aceptar la explicación dada y continúe yendo a su “bola”. Por lo que no estaría de más el señalar, que caer en el error de intentar proponer una cosa distinta de la que sugieren las Escrituras y que parece ser lo que hay detrás de dicha actitud, colocaría a uno ante una clara transgresión de la máxima paulina que nos aconseja el “no ir más allá, de las cosas que están escritas” (1 Cor. 4:6) y con ello, por extensión, el violar flagrantemente la voluntad divina de ceñirnos siempre a la verdad expuesta en el registro sagrado, solo porque dicha verdad no está acorde con sus personales expectativas…… con las siguientes fatales consecuencias, en caso de mantener semejante línea de conducta:

Pero cualquiera que haga tropezar (mediante proponer enseñanzas falsas) a uno de estos pequeños que ponen fe en mí, más provechoso le es que le cuelguen alrededor del cuello una piedra de molino como la que el asno hace girar y que lo hundan en alta mar.” (Mat. 18:6). (Acotación nuestra).

O sea que, como solían decir nuestros abuelos, “con las cosas del comer”…… ¡bromas, las justas!

MABEL


sábado, 17 de enero de 2015

¿Está seguro de lo que dice, Sr. Sospedra?


Y es que acabamos de recibir un correo con un extenso comentario acerca de uno de nuestros escritos, concretamente el titulado “¿Cuándo “aparecen” en escena, los 144.000 cogobernantes con Cristo?” y publicado el 13/06/14, en donde se nos hacen una serie de puntualizaciones y que, como tenemos por costumbre, al entender que son de interés general responderemos públicamente. En el correo en cuestión, que lo remite uno de nuestros asiduos lectores (así más o menos se identifica) y que responde al nombre de D. Carlos Sospedra (Willy), se nos hacen una serie de afirmaciones en las que queda claro que dicho caballero, o bien no se ha leído con la atención debida dicho artículo, o bien que no ha entendido nada de lo que ha leído, pues lo que nos plantea lo tiene explicado en el mismo; porque una cosa es que no se esté de acuerdo con nuestras afirmaciones y las mismas se rebatan con textos bíblicos procedentes que las puedan contrarrestar, lo cual es enriquecedor y otra muy distinta, el que se objete porque a uno no le gusta lo que nosotros planteamos y sin aportar prueba convincente alguna que avale su disconformidad con lo publicado.

Dicho lo cual, pasemos a exponer los dos puntos fundamentales que se nos discuten y que ya muestran que dicho caballero no está muy puesto en eso del entendimiento bíblico, al menos atendiendo a lo que él mismo nos dice ya de entrada en lo referido al primer punto en discordia y que pone en nuestro conocimiento con las siguientes palabras…… palabras que transcribimos sin retoque alguno, eso es, tal cual nos han llegado y en las que nos permitiremos resaltar en “negrita” algunas palabras significativas:

Sabemos que los 144.000 son literales,no hay duda,pero a pesar de haber escudriñado mucho tiempo éste pasaje polémico y haber defendido la pertenencia de los primeros cristianos a él,he de admitir por puro sentido y continuación del pasaje,que los 144.000 son sellados enteramente en la tribulación.TODOS.No indica el sentido del texto para nada,un sellamiento dividido en dos tiempos diferentes y distanciados en 2000 años. Es verdaderamente torcer el texto y acomodarlo forzosamente a nuestra idea pre-concebida.

Yo mismo defendía su idea,e incluso la torcí,pero hay que admitir y reconocer que los 144.000 son sellados ¨todos juntos¨ en un momento determinado.¿Sabemos quienes serán?,No.¿Sabemos si serán los únicos que acompañarán en su gobierno a Yahshua?,No.

¿Por qué aparecen sólo ellos en Sión junto a él?.No lo sabemos.

Las escrituras no lo revelan,y tú lo sabes.”

Luego dicho caballero y que afirma tener muchas lagunas en cuanto a conocimiento escritural para tanta objeción presentada, de entrada ya nos está acusando de mentir flagrantemente y a sabiendas de ello (luego nos imputa mala fe o perversas intenciones), pues si resulta que nosotros sabemos algo y publicamos lo contrario de lo que sabemos y eso es lo que nos está diciendo…… ¡pues juzguen ustedes mismos! Pero volviendo al tema que nos ocupa, estaríamos hablando del pasaje de Rev. 7:2-4 y en donde se lee como sigue:

Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”. 4 Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel.”

Ya leído dicho pasaje, veamos ahora lo que nos objeta dicho caballero en su comentario: 1º, los primeros cristianos no tienen nada que ver con esos sellados; 2º, los 144.000 son sellados todos juntos durante la “gran tribulación”; 3º no sabemos quiénes serán; 4º, no sabemos, además, si serán los únicos que acompañarán a Cristo en su reinar y, 5º, no sabemos tampoco que hacen o representan al lado de Jesucristo “sobre el monte Sión” y según nos los muestra Rev. 14:1. Es decir, que ese caballero no sabe nada de de nada acerca de todo eso (de nuevo nos remitimos a su afirmación en este sentido) y lo que pone seriamente en entredicho su aseveración de que nos sigue desde hace tiempo, pues dichos puntos los tenemos perfectamente explicados en numerosos artículos…… sin embargo, se permite la licencia de afirmar que nosotros “torcemos los textos” para acomodarlos a nuestra particular forma de entender el asunto y lo cual no es más que una falacia, pues tal como muestra nuestra trayectoria siempre nos movemos en función del contexto escritural, como haremos también en esta ocasión.

Por lo que atendiendo a dicha ignorancia reconocida, pasaremos a enseñarle de “qué va la película” al caballero mencionado, desmontándole punto por punto su planteamiento y que es obligado iniciar con lo que se nos dice en Rev. 14:1 y del que dicho caballero afirma no saber que hacen esos 144.000 al lado de Jesucristo en dicho monte Sión:

Y vi, y ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.”

Es cierto que si uno lee dicho pasaje con ideas preconcebidas, no parece aclararnos mucho en sí mismo, acerca de qué se nos quiere decir con la presencia de esos personajes al lado de Jesucristo y más si uno tiene las “lagunas” escriturales que parecen adornar al comunicante en cuestión…… ya otra cosa es, cuando dicho pasaje se entiende a la luz del contexto escritural y que para algo está, por ejemplo en lo que se lee en el Sal. 2:5-6:

En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.”

Entonces y teniendo en cuenta que la Revelación o Apocalipsis es una narración de cosas que tenían “que suceder en la tierra” aún en un futuro lejano (Rev. 1:1), lo que se le mostró a Juan en esa visión de Rev. 14:1 era el momento en que Jesucristo toma el control del mundo en calidad de rey delegado de Jehová sobre el monte Sión y donde siempre estuvo el trono de Dios (1 Crón. 29:23), ocupado por Su rey designado…… luego si ello es así y así es, pues es el propio Dios Altísimo el que pronuncia dichas palabras, esos 144.000 acompañantes de Cristo en esa visión solo pueden ser aquellos que le acompañan en su reinar durante el milenario reino de Dios. Entonces y contrario a lo que nos dice el Sr. Sospedra, sí sabemos de entrada que esos 144.000 son los únicos que gobiernan al lado de Jesucristo en el reino de Dios…… y partiendo de dicha premisa, también sabemos que esos 144.000 personajes de los que nos habla Rev. 7:4, no son todos “sellados” en ese tiempo final de la “gran tribulación”, a tenor de lo que leemos en Luc. 22:28-30:

Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.”

Por lo tanto, dado que dentro de esa cantidad 144.000 están contabilizados también los apóstoles y resto de seguidores de estos del I siglo y con los que Jesús estableció dicho pacto, es obvio que Rev. 7:4 nos tiene que estar diciendo otra cosa distinta a la que entiende D. Carlos en el sentido de que es en ese momento cuando serán sellados “todos” aquellos que con Cristo tienen que reinar…… y lo que está haciendo dicho pasaje no puede ser otra cosa, que darnos simplemente la cantidad total y hasta ese momento desconocida, de aquellos que participarían en dicho gobierno del reino. Porque recordemos la directa relación existente entre esos personajes mencionados en Rev. 7:4 y los mencionados en Rev. 14:1, en el sentido de que todos ellos (y a diferencia de la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9:14 y que sobrevive a la mencionada “tribulación”), están “sellados en sus frentes” con el sello del Dios vivo, eso es, “el nombre de él (Jesucristo) y el nombre de su Padre”…… y circunstancia que nos lleva indudablemente al hecho de que estamos hablando de las mismas personas; ahora bien, quizás el Sr. Sospedra podría objetar acerca del significado de Rev. 7:3, pues probablemente tampoco sabrá de lo que se nos está hablando en el mismo:

“…… y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.”

Porque si nos fijamos, en dicho pasaje y si bien se nos habla de sellar “a alguien”, es obvio y por lo ya explicado, que no pueden ser todos los 144.000 del verso cuatro, sino un resto de estos y que aún no han aparecido…… pero ¿nos habla la Biblia de esto, o estamos ante suposiciones nuestras para “torcer el texto y acomodarlo a ideas preconcebidas” para salir airosos del supuesto “atolladero” en el que nos haya podido meter la objeción del Sr. Sospedra? Nada de esto, sino que dado que los autores de este blog jamás decimos algo que no podamos demostrar, veamos que se nos dice que ocurre en la apertura del quinto sello, de los siete que abre Jesucristo:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido (noten el verbo en tiempo pretérito) degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto (luego suceso posterior a la reclamación de los personajes citados) de ser muertos como ellos también lo habían sido (eso es, asesinados en defensa de su fe).” (Rev. 6:9-11). (Acotaciones nuestras).

De nuevo vemos como el registro sagrado contradice lo dicho por el Sr. Sospedra, pues él sostiene que no estamos ante un sellamiento dividido en dos tiempos con una separación de casi 2.000 entre ambos, cuando la realidad es totalmente la contraria, porque veamos: sabemos que con la muerte de los apóstoles, finalizó la dispensación del bautismo en espíritu santo y que era el que daba la condición a uno de Hijo de Dios (algo que hemos explicado con harta frecuencia en diferentes artículos y citando para ello de Hech. 8:1-20), así como el que dotaba de poderes sobrenaturales a sus poseedores y que les identificaba como aquellos que reinarían con Cristo, con lo que hubo un “parón” en la obra iniciada por Jesús de búsqueda de aquellos que tenían que reinar a su lado…… de hecho, con dicha interrupción temporal finalizó la oportunidad extendida al ser humano de poder luchar para alcanzar dicho privilegio y así hasta el tiempo actual. Porque estaríamos hablando de la próxima aparición en la tierra de un pequeño “resto” de esos poderosos personajes y que serán elegidos ya directamente por Jesucristo (eso es, a la manera de Pablo) y no como en el I siglo, mediante búsqueda por medios humanos (los apóstoles en ese caso) y como premio al esfuerzo personal de uno, completando con ello la cantidad pendiente de redondear y de la que nos habla el pasaje que acabamos de mencionar; luego leamos lo que se nos dice en Rev. 11:3-6:

Y haré que mis dos testigos (obviamente un pequeño resto “ungido”) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.” (Acotación nuestra).

Luego poderosísimos personajes a la manera de los apóstoles, Moisés o Elías, que tienen una comisión divina que llevar a cabo por espacio de 1.260 días o tres años y medio, para lo cual se decreta por orden divina un tiempo de tregua en la tierra (Rev. 7:1-3) y después de lo cual, ocurre esto:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. (……)

11 Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos y se pusieron de pie y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube y sus enemigos los contemplaron.” (Rev. 11:7-12).

Es en ese momento y completado ya el número de los que con Cristo tienen que reinar, cuando se produce la “primera” resurrección de Rev. 20:6 y ello conjuntamente con el arrebatamiento de esos personajes (1 Tes. 4:16-17); momento en el que inicia la segunda parte de la profética 70 semana de Dan. 9:26-27 y con ello la “gran tribulación” (para más información, ver el artículo mencionado al inicio de este escrito). Lo cual nos lleva a la segunda objeción que nos plantea dicho caballero y que, como la primera, transcribimos directamente de su correo…… obviamente sin hacer corrección alguna a dicho contenido, salvo el añadir de nuevo “negritas” para destacar puntos clave que nos plantea:

A pesar de decir que es sólo tu opinión personal lo que cuentas en éste y otros temas,pareces tener una obsesión con la ¨famosa semana setenta¨. Amigo Armando,en las escrituras no existe ninguna semana de siete años guardada para la tribulación.Eso es una falsa doctrina que se ha establecido en numerosas sectas.Tú bien sabes, que tanto en Daniel como en Revelación, se nos detalla el único tiempo de duración de la gran tribulación y que dura únicamente 1260 días,42 meses o tres tiempos y medio.No existe ningún periodo de 7 años para la gran tribulación.La misma biblia nos lo indica en varias formas el mismo periodo de duración como para tergiversarlo. Tú mismo siempre has dejado patente,tu humildad a la hora de tener que reconocer que uno se puede equivocar y que estarías dispuesto,como debe hacer todo cristiano, a rectificar.

¿Puedes objetar algo a ésto que te expongo?

Dan 9:26 (DESPUÉS) de las sesenta y dos semanas el Mesías será muerto y no tendrá nada, y el pueblo del príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario. Su fin vendrá con inundación; aun hasta el fin habrá guerra; las desolaciones están determinadas.

Dan 9:27 Y él hará un pacto firme con muchos por una semana, pero a la mitad de la semana pondrá fin al sacrificio y a la ofrenda de cereal. Sobre el ala de abominaciones vendrá el desolador, hasta que una destrucción completa, la que está decretada, sea derramada sobre el desolador.

En todas las traducciones,compruébalo, aparece traducido DEPUÉS, Y DESPUÉS, PASADAS, CUANDO PASEN, las 7+62 semanas=69 Por lo tanto, PASADAS las 69 semanas, no puede significar otra cosa que ¨ESTAR YA DENTRO DE LA SEMANA 70¨

Es incongruente y saltarse el puro sentido común, afirmar que aun no se llegó a la semana 70. Luego es evidente y claro, que el Mesías sería cortado ¨DENTRO DE LA SEMANA 70¨ por la sencilla razón de que ¨DESPUÉS DEL 69 VIENE EL 70¨.

Daniel 9:26 también nos afirma la destrucción de Jerusalén por Tito,el hijo del emperador romano y por lo tanto príncipe, a pesar de que él mismo, no quiso destruir el Santuario,sino el ¨pueblo islámico¨ que regía bajo su legión y que desobedecieron sus óredenes.También se predice las contínuas guerras ¨hasta el fin¨ que soportaría Jerusalén. No podemos objetar nada a ésta evidencia.

Daniel 9:27 sigue hablando del Mesías,el cual haría un pacto¨CON MUCHOS¨ por ¨una semana¨. ¿Cual pacto?

Mat_26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada ¨POR MUCHOS¨para el perdón de los pecados.

Ésta es la ¨misma semana 70¨ o periodo de tiempo.

En medio o mitad de esa misma semana 70 en que se efectuará el pacto de expiación con su propia sangre, el Mesías pondrá ¨fin¨ a los sacrificios del Templo de Yahveh, pues ya nunca harían falta.”

Y después de algunas expresiones reiterativas a la objeción presentada, nos dice esto otro y a modo de conclusión:

Por lo tanto, sólo queda ¨MEDIA SEMANA PENDIENTE¨ o ¨3.5 AÑOS¨ o ¨TRES TIEMPOS Y MEDIO¨ y que está acorde con el tiempo decretado por las escrituras para la gran tribulación.

Luego, el intentar forzar sucesos en una semana de siete años partida en dos tramos, es un tanto infructuoso y algo temeroso.”

Por lo que con la claridad que nos caracteriza en este blog, tenemos que decir que lo que es realmente temerario es hablar, cuando no se tiene ni puñetera idea de lo que se habla y lo que es peor, ni siquiera de lo que se lee; porque veamos lo que se nos dice en el libro de Daniel, acerca de dicha profecía de las 70 semanas:

Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos, para imprimir un sello sobre visión y profeta y para ungir el Santo de los Santos. 25 Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos.

26 Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí.

Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.

27 Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.”

Luego de lo que estamos hablando es de tres periodos de tiempo y lo que se nos quiere dar a entender con ello, es que no estaríamos hablando de 70 semanas de años correlativas, sino fraccionadas en períodos de 7 semanas+62 semanas+1 semana=70 semanas de años y que suman un total de 490 años en tres fracciones que, repetimos, no son correlativas; notemos y como nos apunta dicho caballero con insistencia, que el verso 26 nos habla de que la muerte de Jesús se produjo “después” de las sesenta y dos semanas, eso es, ya fuera de dicho computo de tiempo, mientras lo que leemos en el verso 25 es que “desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas” que suman un total de 69 semanas de años…… y aparición de dicho Mesías que se produjo cuando Jesús fue bautizado y reconocido por Dios como Su Hijo (Mat. 3:17); sin embargo, este murió mucho tiempo después del cumplimiento de la 62 semana, pues se cifra dicha muerte sobre los tres años y medio de haber iniciado su ministerio.

Pero ello no significa, como en una simplista y más bien rudimentaria lógica sustentada por dicho caballero y en el sentido de que “después del 69 viene el 70”, que dicha muerte se produjera dentro de la última semana de años pendiente, pues ya hemos señalado que no son períodos de tiempo correlativos y que además, esta no puede ser fraccionada. Y algo que incomprensiblemente nos apunta dicho caballero al decir que los primeros tres años y medio se cumplieron durante el ministerio de Jesús y, casi 2.000 años después, aún quedan pendientes de cumplirse los restantes tres años y medio, pues ya estaríamos hablando de cuatro intervalos de tiempo y no de los tres marcados por la profecía de Daniel. Por otra parte, si se lee correctamente el verso 26, queda claro que no puede ser Jesús el caudillo que mediará el “pacto con los muchos” del versículo 27 y por lo que dicha semana 70 no pudo iniciar con él, como de forma incomprensible nos asegura el Sr. Sospedra, pues veamos que se nos dice en la parte b de dicho verso 26:

Y a la ciudad y al lugar santo, el pueblo de un caudillo que viene los arruinará…”

O sea, que “la ciudad (Jerusalén) y el lugar santo (el templo)” serían arruinados por “el pueblo de un caudillo que viene”, eso es, de un caudillo que aún tenía que aparecer y procedente del pueblo, raza o etnia que destruiría Jerusalén y su templo, por lo que no se podría elucubrar acerca de quién pudiera tratarse, hasta después de que se averiguara que pueblo arruinaría Jerusalén y algo que ocurrió más de 30 años después de muerto Jesús, por lo que en vida de este, dicho misterioso personaje aún quedaba en el futuro…… o dicho de otra manera, que el caudillo que establecería “el pacto entre los muchos” pertenecería al pueblo o “etnia” que desolaría posteriormente a Jerusalén y su templo y que no fueron en realidad los llamados “romanos” (como pueblo o raza), sino miembros de etnia asiria (o “pueblo islámico” según nos apunta el Sr. Sospedra) y de las que estaban compuestas las legiones mandadas por el general romano Tito, cuyos componentes era mayoritariamente mercenarios de la zona en las que estaban acantonadas dichas legiones,eso es, de lo que hoy conocemos como Oriente Medio. En todo caso y para añadir fuerza a nuestro argumento, resaltar que no fue el pueblo hebreo y al que pertenecía Jesús, el que causó la ruina de Jerusalén y su templo en el año 70 E.C., por lo que queda descartado el Hijo de Dios como el “caudillo” promotor del futuro pacto mencionado en el versículo 27 y al que dicho caballero de forma disparatada relaciona con Mat. 26:28; luego con lo que nos encontramos, no es con la disparatada afirmación de que solo restan tres años y medio de “gran tribulación”, sino que lo que resta por cumplirse es la entera semana 70 de Daniel y que aún no ha iniciado, pues veamos de nuevo que se lee en Rev. 7:1-3:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra, (vientos que son símbolo de destrucción) para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol (lo que significa un tiempo de calma sobre la tierra). 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.” (Acotaciones nuestras).

Y ya hemos dicho que los “dos testigos” de Rev. 11:3, tienen que profetizar o predicar por espacio de 1.260 días o tres años y medio, por lo que dicha calma anunciada se produce para que dicha predicación (la de Mat. 24:14) se pueda extender hasta la extremidad de toda la tierra habitada; solo después de finalizada dicha comisión, es cuando se da muerte a dichos personajes por su lealtad a Dios y momento en el que reciben “el sello” de aprobación divina; pues lo que se lee en Rev. 2:10, es que uno no puede recibir dicho sello acreditativo, sino sufre una muerte de sacrificio en defensa de su fe, pues lo que allí se dice es “pruébate fiel hasta la misma muerte y yo te daré la corona de la vida”, eso es, la inmortalidad. Luego no se puede “sellar” a esos personajes mencionados, hasta que no sean ejecutados después de cumplir con su comisión; ya a partir de dicho suceso y con lo que se acaban los 1.260 días o primeros tres años y medio de “calma chicha” anunciada en Rev. 7:1-3 que acabamos de mencionar, se inicia el segundo período de tiempo pendiente (tres años y medio más) y en el que los cuatro ángeles de Rev. 7:1 dejarán de retener a los “cuatro vientos” de destrucción, con lo que inicia el período de la “gran tribulación” que destruirá a todos aquellos que no hayan aceptado el mensaje predicado por esos poderosos personajes y que culmina con la batalla de Armagedón.

Por cierto y para que conste “en acta”, desde este blog jamás se ha dicho que la “gran tribulación” tenga una duración de siete años y como nos imputa dicho caballero, lo que demuestra que nos ha leído muy poco, o que no se ha enterado de lo que ha leído: porque lo que nosotros siempre hemos dicho, es que la primera mitad de dicha semana se desarrolla la gran predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y acabado ésta a los 1.260 días, es cuando inicia el período restante de tres años y medio en el que se produce dicha “gran tribulación” sobre aquellos y como ya hemos señalado, no hayan hecho caso al mensaje publicado. Y 70 semana de Daniel que aún no se ha iniciado, pues ni ha aparecido el príncipe o caudillo que tiene que validar el “pacto entre los muchos” y que se conoce como el “anticristo”, ni han aparecido esos poderosos personajes (los “dos testigos”) que tendrán la comisión de anunciar al mundo el establecimiento del reino de Dios; por otra parte y para añadir más a favor de nuestra afirmación, veamos qué es lo que se espera de dicha semana, según le fue explicado al profeta Daniel:

Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión y para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error y para introducir la justicia para tiempos indefinidos; y para imprimir un sello sobre visión y profeta (eso significa el cumplimiento total de la profecía bíblica) y para ungir el Santo de los Santos (entendemos que se refiere a la instauración del reino de Dios en la tierra).” (Dan. 9:24). (Acotaciones nuestras).

Y más de 2.500 años nos contemplan desde el momento en que se escribió dicha profecía y ni uno solo de esos logros mencionados se ha conseguido, sino que lo que estamos viendo a nuestro alrededor es totalmente lo contrario; luego repetimos, profética semana 70 de Daniel que aún queda en el futuro, aunque su próximo cumplimiento lo tengamos prácticamente encima…… pero futura al fin y al cabo.

Por lo que al “desconocimiento” de algunos puntos importantes en este tema y circunstancia reconocida por el mismo Sr. Sospedra, habría que añadir su incapacidad para leer correctamente un texto y que le ha llevado a la brutalidad de afirmar la división de la mencionada semana 70 en dos mitades y con casi 2.000 años de por medio, pues según él la primera mitad corrió a cargo de Jesús y en una incomprensible aplicación del pasaje de Mat. 26:28 (como ya hemos señalado) y una segunda mitad, de la que aún no sabemos nada. Y por otra parte y dado que como hemos visto, Jesús no pertenecía al pueblo que más de treinta años después de su muerte arruinó Jerusalén y a su templo, nos tendría que explicar el Sr. Sospedra quién es entonces el caudillo proveniente de dicho pueblo, etnia o raza, que tiene que venir para establecer un pacto “para los muchos” y al que las Escrituras identifican como “el asirio”:

Y el asirio tiene que caer a espada, no la de un hombre; y una espada, no la del hombre terrestre, lo devorará (referencias directas a la batalla de Armagedón, en la que el “anticristo” es derrotado y destruido junto a sus seguidores, por el ejército celestial liderado por Jesucristo).” (Isa. 31:8ª). (Acotación nuestra).

En todo caso, un personaje aparentemente proveniente del mundo islámico y por lo que resulta que si Jesús no es dicho caudillo por aparecer y por lo que la semana 70 no pudo iniciar con él, el disparatado planteamiento de dicho caballero se cae por su propia base; también nos tendría que explicar de qué “pacto para los muchos” se nos habla en Dan. 9:27 y que dicho caballero relaciona disparatadamente con el de Mat. 26:28, cuando el caso es que el pacto mencionado en Daniel no solo está en el futuro, sino que aún no ha aparecido el personaje que tiene que validarlo, mientras que el pacto del pasaje de Mateo fue establecido o validado en ese mismo momento entre Jesús y aquellos que participaron del pan y del vino, por lo que no tenía nada de futuro ya que se estableció hace casi 2.000 años.

Y es que cuando uno no sabe de lo que habla, como parece ser el caso, es muy temerario pronunciarse de forma tan tajante y ya ni que decir, de acusar a otros de mentir diciendo aquello contrario a lo que saben, como nos ha acusado a nosotros de forma tan clara…… y claridad por claridad, esta es nuestra respuesta.

MABEL


lunes, 27 de octubre de 2014

¡Noticia! ¡Noticia!...... ¡Apologista Mario Olcese, da con la “tecla” que demuestra que su enseñanza acerca de los notables del A.T. reinando con Cristo en el milenio, es falsa!


Y como supongo que estarán ustedes al tanto del pleito que estoy manteniendo con el personaje en cuestión (falaz e ignorante donde los haya), en el sentido de si dichos antiguos personajes reinarán junto a Cristo en el reino de Dios o no y a lo que él afirma que sí y un servidor, que no (¡faltaría más!), pasaré sin más al meollo de la cuestión; resulta que dicho personaje acaba de publicar un artículo en su página web, con fecha 25/10/14 (acompañado de su video correspondiente) y haciendo referencia al pasaje de Hebr.11:40, con el que pretende reforzar el planteamiento mantenido por él de unos notables del AT reinando junto a Cristo en el reino de Dios…… pero artículo en el que nos presenta una “genial” afirmación en su párrafo siete y que desmiente totalmente el planteamiento referido, de unos notables del AT reinando con Cristo en el milenio. Es cierto que el absoluto silencio mantenido por tan disparatado personaje, acerca de unos requisitos que no cumplen esos personajes de la antigüedad para alcanzar tan privilegiada posición y que le planteé en su momento, ya establece por sí solo que soy yo el que tiene la razón…… pero dicho lo cual, veamos de nuevo dichos requisitos y por aquello de refrescarle la memoria a tan indocumentado personaje:

1º: No poseen los dos bautismos exigidos por Jesús en Juan 3:5 y por las razones que expongo en mi escrito del 25/10/14, e indispensables (según palabras del propio Jesús) para poder entrar en el reino en calidad de inmortal rey y sacerdote.

2º: No se ajustan a lo exigido en Rev. 20:4 e idea que es corroborada por lo dicho en Rev. 3:21 en palabras del propio Jesucristo, en el sentido de que para alcanzar dicha gloriosa posición de gobierno, se tenía que morir una muerte de sacrificio o martirio, en defensa de la integridad de uno a Dios.

3º: Según estableció el propio Hijo de Dios y algo que leemos en Mat. 11:12, la posibilidad de acceder a dicha gloriosa posición de reinar a su lado en el reino de Dios, dio inicio a partir de la muerte de Juan “el bautizante” y no antes de ello, por lo que dichos notables no pudieron acceder a la misma, pues habían muerto muchos siglos antes (algunos incluso milenios) de que apareciera dicho personaje.

Y puntos fundamentales de los que ese “teólogo” de pandereta que es el personaje señalado, aún es el momento, repito, en el que se haya pronunciado sobre ello, obviamente porque no puede hacerlo, a menos que reconozca que está equivocado en su particular proposición; pero para sustentar la razón que me asiste en esta controversia mantenida entra ambos, me voy a centrar con el segundo de esos tres puntos y que tiene que ver con Rev. 20:4, pues es en donde repercute de lleno la mencionada “genialidad” presentada por el Sr. Olcese…… pero veamos cómo se lee en el mismo:

Y vi tronos y hubo quienes se sentaron en ellos y se les dio poder para juzgar. Sí, vi las almas de los que fueron ejecutados con hacha (asesinados) por el testimonio que dieron de Jesús y por hablar acerca de Dios y los que no habían adorado ni a la bestia salvaje ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni sobre la mano. Y llegaron a vivir y reinaron con el Cristo por mil años.” (Acotación mía).

Luego tenemos que todas las personas que se sentaron en dichos tronos y según le fue mostrado a Juan en su visión, se caracterizaban por haber sufrido una muerte violenta en defensa de determinados ideales; ello cuadraría, con lo que retrospectivamente se lee en Rev. 6:9-11 y que coincide con la apertura del quinto sello:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus coesclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido (eso es, asesinados por su fe).” (Acotación mía).

Estaríamos hablando entonces de los mismos personajes que posteriormente aparecen en Rev. 20:4, en dónde se les muestra, ya al completo, accediendo a sus respectivos tronos; pero notamos que en esta ocasión que nos ocupa, están pidiendo “venganza” y algo que no se entendería si dichas personas no hubieran sido muertas de manera violenta, eso es, asesinadas y por las razones expuestas en ambos pasajes…… violencia que también sufrirían aquellos que en un futuro seguirían a estos, como se nos muestra la parte final del verso 11. Y extremo el mencionado, que cuadraría con unas palabras que dirigió Jesús a todos aquellos que desearan compartir gobierno con él, cuando dijo lo siguiente:

Y cualquiera que no acepta su madero de tormento (o “cruz” y frase que tiene que ver más con la clase de muerte que sufrió Jesús, que del instrumento con el que uno fuera ejecutado) y sigue en pos de mí (eso es, seguir su mismo camino hacia el martirio) no es digno de mí. 39 El que halle su alma la perderá y el que pierda su alma por causa de mí la hallará.” (Mat. 10:38-39). (Acotaciones mías).

Eso es, que cualquiera que no fuera a una muerte de sacrificio o martirio por la causa de Jesucristo, este no lo consideraría digno de acompañarle en las tareas de gobernación en el reino milenario. Ello cuadraría, además, con lo que este dijo y que está registrado en Rev. 3:21, en el sentido de que el que no venciera como “él venció”, eso es, no permitiendo que ni siquiera la muerte atroz lo doblegara, no se sentaría con él en un trono en el reino de Dios…… lo que permite que entendamos la palabras de Pablo cuando afirmó que solo muriendo a “su semejanza”, eso es, en una muerte de martirio, podría uno resucitar a “su semejanza” en gloria e inmortalidad (Rom. 6:5). Lo que nos muestra, fuera de toda duda, que el acceso al reino de Dios en calidad de gobernante, exigía un altísimo nivel de entrega y sacrificio, pues tenía que ver con el renunciar uno a su propia vida para obtener dicho galardón…… y siendo que lo dicho está sustentado por las Escrituras, como hemos visto, ya tenemos sobre la mesa un hecho innegable y que no se puede discutir; por lo que veamos ahora y en agudo contraste con lo que acabamos de señalar, un segundo hecho tan innegable como el citado y que tiene que ver con la clase de muerte que acabó con la vida de los más preclaros patriarcas del AT, según nos lo cuentan las mismas Escrituras:

Y estos son los días de los años de la vida de Abrahán que él vivió: ciento setenta y cinco años. 8 Entonces expiró Abrahán y murió en buena vejez, viejo y satisfecho y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 25:7-8).

Y los días de Isaac ascendieron a ciento ochenta años. 29 Después Isaac expiró y murió y fue recogido a su pueblo, viejo y satisfecho de días; y Esaú y Jacob, sus hijos, lo enterraron.” (Gén. 35:28-29).

Así acabó Jacob de dar mandatos a sus hijos. Entonces recogió los pies en el lecho y expiró y fue recogido a su pueblo.” (Gén. 49:33).

Y después de esto, Job continuó viviendo ciento cuarenta años y llegó a ver a sus hijos y sus nietos... cuatro generaciones. 17 Y gradualmente murió Job, viejo y satisfecho de días.” (Job 42:16-17).

Con el tiempo, Gedeón hijo de Joás, murió en buena vejez y fue enterrado en la sepultura de Joás su padre, en Ofrá de los abí-ezritas.” (Jue. 8:32).

En cuanto a David hijo de Jesé, reinó sobre todo Israel; 27 y los días que él reinó sobre Israel fueron cuarenta años. En Hebrón reinó por siete años y en Jerusalén reinó por treinta y tres años. 28 Y por fin murió en buena vejez, satisfecho de días, riquezas y gloria; y Salomón su hijo empezó a reinar en lugar de él.” (1 Cró. 29:26-28).

Y Noé continuó viviendo trescientos cincuenta años después del diluvio. 29 De modo que todos los días de Noé ascendieron a novecientos cincuenta años y murió (obviamente y a esa edad, de muerte natural y en la cama, como todos los mencionados).” (Gén. 9:28-29). (Acotación mía).

Luego ya tenemos en escena un segundo hecho igual de innegable y que contrasta clamorosamente con el primero: pues mientras a los mencionados en el primer caso se les exigió el dar la vida para alcanzar el galardón de reinar con Cristo en el milenio, vemos que los segundos murieron “buena vejez y satisfechos de días” y en el caso concreto de David, “satisfecho de días, riquezas y gloria”…… entonces una absoluta y clamorosa diferencia que, obviamente, no puede por menos que repercutir en el resultado final de este asunto.

Dicho lo cual, veamos ya, la “tecla” (entiéndase “genialidad”) pulsada por el Sr. Olcese y que pone patas arriba todo el planteamiento que nos propone, publicada en el artículo señalado al inicio de este escrito y titulado “Para que ellos (Abraham, Noé, David, etc) no fuesen perfeccionados aparte de nosotros” (los cristianos ungidos)–hebreos 11:40” (pasaje este de Hebr. 11:40, del que les hablaré en un próximo artículo y que nada tiene que ver, con lo que del mismo nos explica ese ignorante patológico), en dónde se pronuncia en el sentido ¡y ojo al dato!, de que “los cristianos ungidos también deben aceptar el reproche de Cristo para que puedan obtener el pago de la recompensa: los mismos reproches, mismo pago”; o lo que es lo mismo y esto ya lo suscribe un servidor, que a igual sacrificio, igual recompensa…… luego tomando la frase por pasiva (¡sabrá lo que significa esto dicho indocumentado!), tenemos que si no hay sacrificio, no hay recompensa y como sucede en el caso de esos personajes del AT.

Por lo que si aplicamos esa novedosa máxima asumida por el Sr. Olcese en la disputa que entre ambos mantenemos y tomando por bueno que “a tal sacrificio, tal recompensa” (como por demás es del todo lógico), resulta que de ninguna manera pueden esos notables del AT y que murieron de viejos y en la cama, acceder a gobernar en el reino de Dios junto a aquellos que para poder alcanzar dicho galardón, tuvieron que llegar al grado de renunciar a sus propias vidas y sufriendo una violenta muerte de martirio…… ¡y es que es tan burro e ignorante el personaje en cuestión, que no se da dado cuenta de que con dicha afirmación lo que está haciendo es derribar absolutamente todo el andamiaje de su esperpéntico planteamiento y darme a mí la razón, cuando digo que esos personajes del AT no pueden en manera alguna, gobernar en el reino de Dios!

No olvidemos que esta máxima y en términos genéricos, de “a tal señor, tal honor” nos la propone el mismo Sr. Olcese y con la que nos viene a reconocer implícitamente (¡tampoco sabrá qué significa esto!), que sin sacrificio, no hay recompensa; entonces este indocumentado personaje no puede sostener ni por un segundo más, tan disparatada enseñanza de unos notables del AT y cuyo mérito fue simplemente el hacer aquello que se les había asignado por parte de Jehová, gobernando en el reino de Dios y en igualdad de condiciones, al lado de aquellos que, más allá de hacer lo que se les había mandado (que también), tuvieron además que llegar al sacrificio supremo (eso es, el renunciar a su propia vida) para poder conseguirlo. Y lo que significaría, reduciendo el caso a su mínima expresión, que Jehová daría el mismo premio a unos que no hicieron nada para conseguirlo, mientras que a otros se les exigió el dar la vida para alcanzarlo…… y esto, en un Dios de Justicia como es nuestro Creador, Jehová Dios, es algo totalmente inconcebible.

Armando López Golart