miércoles, 1 de octubre de 2014

¡Y es que de donde no hay…!


… “no se pué zacá” que diría nuestro amigo el castizo y vean el porqué de tan zumbona entrada; unas pocas horas después de haber colgado nuestro último escrito del 27/09/14, en el que desarrollábamos la idea de que en la actualidad no pueden existir “ungidos” sobre la tierra (extenso artículo, por cierto), Apologista Mario Olcese respondía al mismo con un video de ocho minutos y publicado el 28/09/14, en el que solo objetaba a un minúsculo paréntesis casi al final de dicho escrito y que hacía referencia al bautismo en espíritu santo de Pablo…… pero vean el contenido del tal paréntesis en la siguiente porción del citado escrito:

“… ha quedado probado por el contenido escritural y personalizado en el caso de Felipe, que si bien aquellos que recibieron a través de los apóstoles el bautismo en espíritu santo (no fue así en el caso de Pablo y que también lo recibió directamente de Jesucristo), podían desarrollar obras poderosas como los apóstoles, lo que ya no podían hacer era el transmitírselo a otros y como ha quedado evidenciado en ese relato analizado de Hech. 8:1-20 y hecho que sienta un precedente…”

Y asegurando dicho autor, que no es cierta la afirmación contenida en dicho paréntesis, sino que por el contrario Pablo recibió el bautismo en espíritu santo de manos, según se nos dice en el video mencionado, de “un discípulo poco conocido” y que responde al nombre de Ananías y no directamente de Jesucristo como afirmamos nosotros…… más o menos la cosa iba por ahí.

Por lo que prescindiendo de que una amplia explicación del punto objetado, la tiene el susodicho personaje en nuestro artículo del 10/04/2013, atenderemos su demanda en el sentido de que cuando hicimos la afirmación mencionada nos “olvidamos” (parece que nos imputa mala intención) de colocar un texto de referencia que avalara nuestra aclaración y como tenemos por costumbre…… pero claro, es que nosotros ya colocamos dicho texto demostrativo en el artículo del que les acabamos de hacer referencia y por lo que dimos por sentado que cualquiera de nuestros asiduos lectores estarían al tanto de la cuestión; no obstante, no siendo así en el caso del Sr. Olcese (de dónde no hay, no se puede sacar) y por aquello tan piadoso de “enseñar al que no sabe”, de nuevo le repetiremos en qué lugar de las Escrituras se nos dice que no fue Ananías el que bautizó en espíritu santo a Pablo, sino que fue el propio Jesucristo…… y además, según declaración de parte, o sea en palabras del mismísimo Pablo. Pero antes de ir a ello, nos gustaría señalar y para que la idea se capte con claridad, que todo bautismo se recibe siempre “por medio” de alguien: en el caso de los apóstoles de Jesús, estos recibieron dicho bautismo en espíritu santo en el Pentecostés de 33 E.C. de Jehová Dios y por medio del propio Jesucristo, o lo que es lo mismo, sin mediación humana alguna, porque veamos lo que este les dijo a sus apóstoles antes de ascender al cielo:

Y estando reunido con ellos, les dio las órdenes: “No se retiren de Jerusalén, sino sigan esperando lo que el Padre ha prometido, acerca de lo cual oyeron de mí; 5 porque Juan, en verdad, bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en espíritu santo no muchos días después de esto.” (Hech. 1:4-5).

Y así nos explicó el apóstol Pedro, cómo se llevó a cabo la cosa:

Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él (Jesucristo) ha derramado esto que ustedes ven y oyen.” (Hech. 2:33). (Acotación nuestra).

Luego está claro que los apóstoles fueron bautizados en espíritu santo por Jesucristo o, dicho de otra manera, por el Dios Altísimo por medio de su Hijo Jesucristo y que vendría a ser lo mismo, en lo que tiene que ver con el tema que estamos tratando. Sin embargo, los siguientes en disfrutar de la condición de Hijos de Dios y según el relato escritural, fueron esas siete personas de las que se nos habla en Hech. 6:6 y que a partir del momento en que les fueron impuestas las manos por parte de los apóstoles (luego ya estaríamos hablando de una mediación humana), empezaron a desarrollar los poderes inherentes a la condición de Hijo de Dios y según se deduce de los casos de Esteban (Hech. 6:8) o de Felipe (Hech. 8:6-8). De este último se nos relata, además, que los individuos de Samaria a los que él había predicado y bautizado en agua, precisaron de una posterior intervención de los apóstoles, eso es, de la mediación humana, para recibir el bautismo en espíritu santo y lo que los convirtió en Hijos de Dios y con los poderes derivados de dicha condición (Hech. 8:14-17)…… luego tanto esas siete primeras personas y entre las que figuraba Felipe, como posteriormente los discípulos de Samaria, recibieron el bautismo en espíritu santo de parte de Jesucristo por medio o a través de hombres, en este caso de los apóstoles y por lo tanto, no directamente de Jesucristo y como sí fue en el caso de estos en el Pentecostés del año 33 de nuestra era. Dicho esto, veamos que dice el apóstol Pablo de sí mismo y cuyas palabras nos aclaran sin género de duda alguna, por medio de quién recibió el bautismo en espíritu santo y que le dio la condición de Hijo de Dios: si por medio de Ananías y como sostiene el Sr. Olcese, o directamente de Jesucristo y como sostenemos nosotros…… y algo que está perfectamente aclarado en el pasaje de Gál. 1:1 y que contrastaremos con diversas traducciones, para que no quede ninguna duda acerca de la idea que dicho pasaje nos quiere transmitir:

TNM: “Pablo, apóstol, ni de parte de hombres ni mediante algún hombre, sino mediante Jesucristo y Dios el Padre, que lo levantó de entre los muertos.”

Luego queda claro que en el bautismo de Pablo en espíritu santo, solo intervinieron Jehová Dios que lo dio y Jesucristo que como mediador lo transmitió, exactamente igual a como ocurrió en el caso de sus primeros apóstoles; pero ahora veamos si el resto de traducciones bíblicas están de acuerdo con nuestra afirmación:

RV 1960: “Pablo, apóstol,no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos…”

LBLA: “Pablo, apóstol, no de parte de hombres ni mediante hombre alguno (luego se descarta la intervención de Ananías), sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que le resucitó de entre los muertos…” (Acotación nuestra).

DHH: “Pablo, apóstol no enviado ni nombrado por los hombres, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre que resucitó a Jesús.”

NTV: “Les escribo, yo, el apóstol Pablo. No fui nombrado apóstol por ningún grupo de personas ni por ninguna autoridad humana, sino por Jesucristo mismo y por Dios Padre, quien levantó a Jesús de los muertos.”

NVI: “Pablo, apóstol, no por investidura ni mediación humana, sino por Jesucristo y por Dios Padre, que lo levantó de entre los muertos.”

BLP: “Pablo, apóstol no por disposición ni intervención humana alguna, sino por encargo de Jesucristo y de Dios Padre que lo resucitó triunfante de la muerte.”

TLA: "Queridos hermanos y hermanas de las iglesias de la región de Galacia: Yo, Pablo, y los seguidores de Cristo que están conmigo, los saludamos. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que los amen mucho y les den su paz. Soy un apóstol enviado a anunciar esta buena noticia: ¡Jesucristo ha resucitado! No me envió nadie de este mundo, sino Jesucristo mismo y Dios el Padre, que lo resucitó."

Por lo que queda totalmente excluida la figura de Ananías en dicho bautismo en espíritu a Pablo; pero por otra parte y para añadir otro dato que refuerce nuestra posición, tengamos presente que sólo Jesucristo podía nombrar apóstoles y las Escrituras solo nos hablan de doce de ellos y que son aquellos a los que Jesucristo escogió y bautizó personalmente:

El muro de la ciudad también tenía doce piedras de fundamento y sobre ellas los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.” (Rev. 21:14).

Entonces está claro que Jesucristo solo tiene doce apóstoles (lo de la incluasión de Matías no fue más que una “chorrada” que Pedro se sacó de la manga) y que Pablo se declaró como tal en numerosas ocasiones, como aquella en que se reconoció como “apóstol a las naciones” (Rom. 11:13). Luego siendo esto así, Pablo solo pudo ser bautizado en espíritu santo directamente por Jesucristo, pues de lo contrario no hubiera llegado a ser apóstol; por lo tanto en el bautismo en espíritu santo de Pablo y que le convirtió en un Hijo de Dios, no intervino ser humano alguno y por lo que la figura de Ananías en todo este engrudo nada que ver con el mismo, sino que lo único que se le ordenó a este es que actuara para que Pablo recobrara la vista y fuera puesto en antecedentes de lo que se esperaba de él (Hech. 9:5-6)…… al menos eso es lo que se deduce de la orden dada por Jesucristo al personaje en cuestión:

El Señor le dijo: “Levántate, ve a la calle llamada Recta y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso. Porque, ¡mira!, está orando 12 y en una visión ha visto que un varón por nombre Ananías entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista.” (Hech. 9:11-12).

Nada de lo que se le dijo a Ananías, entonces, sugiere la idea de algo de tanto calado como el impartir el bautismo en espíritu santo ni nada que se le pareciera…… por otra parte, tenemos el relato que acerca de este acontecimiento hizo el propio Pablo, pues esto es lo que él explico a la multitud que le estaba escuchando:

Entonces Ananías, cierto varón reverente según la Ley, acerca de quien daban buen informe todos los judíos que allí moraban, 13 vino a mí y, puesto de pie a mi lado, me dijo: “¡Saulo, hermano, recobra la vista!”. Y levanté la vista hacia él en aquella misma hora.” (Hech. 22:12-13).

Luego lo que queda establecido en este pasaje, es que Pablo y en una situación tan difícil como la que se encontraba en ese momento, a lo único que hizo referencia en su alegato es que Ananías simplemente lo que hizo fue el devolverle la vista y nada más; pero claro, ahí tenemos ese pasaje incordiante de Hech. 9:17 en el que leemos como sigue:

De modo que Ananías se fue y entró en la casa y puso las manos sobre él y dijo: “Saulo, hermano, el Señor, el Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo.”

Y pasaje en el que se apoyan indocumentados como el personaje de Apologista Mario Olcese, que cuando encuentran un texto que dice aquello que necesitan que se diga, se olvidan del contexto escritural y siguen adelante “con los faroles”, pues lo que les interesa es más el tener la razón, que el descubrir la verdad de lo que las Escrituras nos están contando. Pero miren si es indocumentado dicho personaje y disculpen este inciso, que uno de los argumentos que presenta (minuto 4 de grabación) para refutar la idea de que Jesucristo pudiera haber impartido personalmente el bautismo en espíritu santo a Pablo, es el de que “cómo podría ser esto así, si cuando este (Pablo) fue llamado, Jesucristo ya estaba en el cielo”…… claro, la pregunta que hasta a los tontos de pueblo en España se les viene a la mente de forma inmediata es ¿y dónde puñetas se encontraba Cristo, Sr. Olcese, cuando bautizó a sus apóstoles en el Pentecostés de 33 E.C., sino que en el cielo? O sea que para ese personaje, que es más corto que una cuerda que no llega y que se reconoce como un “ungido”, la distancia física (o metafísica, como ustedes prefieran) tal parece ser un impedimento insalvable para que Jesucristo pudiera bautizar en espíritu o hacer lo que le diera la gana con Pablo y olvidándose dicho ignorante personaje, que Jesucristo se le apareció al propio Pablo y habló directamente con él:

Ahora bien, al ir viajando se acercó a Damasco, cuando de repente una luz del cielo fulguró alrededor de él 4 y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”. 5 Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo. 6 Sin embargo, levántate y entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer”.” (Hech. 9:3-6; 1 Cor. 15:7-8).

Dicho lo cual volvamos a donde estábamos y recordando ese axioma de que “un texto sin su contexto, es solo un pretexto”, tenemos que tener en cuenta que un solo texto como el de Hech. 9:17, no puede desvirtuar el mensaje contenido en el contexto escritural y que en este caso nos dice que no fue Ananías el que bautizó a Pablo en espíritu santo, pues de lo contrario nos enfrentaríamos a la siguiente insoluble cuestión: si un oscuro y casi anónimo discípulo de Jesucristo como Ananías podía impartir dicho bautismo en espíritu y hacer de uno (en este caso Pablo) un Hijo de Dios ¿por qué no lo pudo hacer un personaje tan prominente como Felipe, como nos deja perfectamente aclarado el relato de Hech. 8:1-20? Esta es la pregunta que nos tendría que contestar el “ungido” Apologista Mario Olcese y que como en tantas y tantas ocasiones, lo más seguro es que dará la callada por respuesta, pues no sabe ni de lo que habla…… es más, nos tendría que explicar ese “teólogo” de tres al cuarto qué enseñanza es la que se nos quiere transmitir del relato bíblico de Hech. 8:1-20, como no sea la de que mientras aquellos que habían recibido el bautismo de espíritu directamente de Jesucristo sí lo podían transmitir a otros, aquellos que lo habían recibido por medio de manos humanas, en este caso de los apóstoles, ya no podían hacerlo. Pero ya que estamos metidos “en harina”, recordarle a ese “genio” de la teología que hace unos meses (05/08/14) le dirigimos una carta abierta y en la que le exponíamos una serie de cuestiones que desmontan todas y cada una de sus disparatadas enseñanzas, siendo este aún el momento en que la haya atendido y nos haya rebatido los planteamientos contenidos en la misma; prueba inequívoca, dicha tardanza (nunca un silencio fue tan clamoroso), de la incapacidad e ignorancia supina del sujeto en cuestión en todo aquello que tiene que ver con las Escrituras, pues lo que está claro es que de habernos podido responder, ya lo habría hecho…… o debería de haberlo hecho.

Pero es que aún hay algo más sorprendente aún y que demuestra la veracidad de nuestra afirmación, relativa a la manifiesta ignorancia del contenido escritural por parte de ese controvertido personaje, porque la objeción que nos presenta y que acabamos de analizar, que entendemos ha sido debidamente atendida al señalar por nuestra parte en dónde se nos dice que no fue Ananías el que bautizó en espíritu santo a Pablo (Gál. 1:1), está referida a un artículo dirigido en su totalidad a exponer la falsedad de la existencia actual de “ungidos” sobre la tierra y extremo del que ese “aprendiz de teólogo” que es Apologista Mario Olcese, no nos ha objetado absolutamente nada de ello y lo que nos lleva a plantearnos la siguiente cuestión: o bien que está de acuerdo con nuestro punto de vista al respecto y da por buenos nuestros argumentos en el sentido de que a día de hoy no existen “ungidos” sobre la tierra (por lo que al arrogarse dicha condición, nos está mintiendo como un bellaco), o más bien que como siempre ocurre, carece de argumentos sólidos para desbaratar nuestra tesis. Por lo que, tanto en un caso como en el otro, no tiene más remedio que admitir que es un falso “ungido” y por tanto, no solo un farsante mentiroso al servicio del “padre de la mentira” (Juan 8:44), sino un ignorante que no tiene ni la más remota idea de lo que explican las Escrituras, pues de lo contrario, no se arrogaría la condición de “ungido” o Hijo de Dios…… o al menos que nos diga quién le bautizó con espíritu santo para recibir dicho condición y con qué autoridad lo hizo y, lo que es más, que demuestre su condición de “ungido” o Hijo de Dios (no nos basta con su simple afirmación) como en su momento los hicieron los Pablo, Pedro, Juan, Esteban, Felipe, Bernabé, Marcos y tantos otros.

Y en otro orden de cosas, decirle a tan indocto personaje que no se considere nuestro amigo, pues a estos los escogemos nosotros y entre ellos no se cuenten aquellos que tergiversan las Escrituras para satisfacer su ego personal y como es el caso…… mucho menos que nos considere como sus “hermanos en Cristo”, pues nosotros no somos “ungidos” sino unos simples “curritos” de a pie y a los que, en claro contraste con el “ungido” Sr. Olcese, tal parece que Jehová Dios sí nos permite entender de Su Palabra (de ahí que este “genio” de la teología, no pueda rebatir nuestros argumentos) y algo de lo que nos sentimos muy honrados y agradecidos.

MABEL


No hay comentarios:

Publicar un comentario