jueves, 28 de mayo de 2015
Apologista Mario Olcese, o el “corregidor”…… corregido.
Y es que estaba yo tan tranquilo preparando un tema dirigido al “teólogo” en cuestión, como réplica a un video que publicó recientemente y en el que me aludía con claridad en mi condición de impenitente “detractor” (ya ni se atreve a citarme por nombre, no sea que se me suba la mosca a la nariz y le “sacuda” otra vez), cuando me entró, sorprendentemente, el siguiente correo del personaje citado…… y digo sorprendente, porque dicho personaje y no hace mucho tiempo de ello (17/12/14, m. 18 de grabación), juró y perjuró que jamás volvería a hacerme objeto de su atención ni a mandarme correo alguno, en vista de mi “terca” actitud en no plegarme a las sandeces que publica; sin embargo y “fiel cumplidor” de sus promesas, hete aquí lo que recibí:
“apologista commented on TIC-TAC, TIC-TAC, TIC-TAC...”
“Sólo un ingenuo como tú, Armando, puede decir que en el milenio se restaurará el paraíso edénico. Eso es lo mismo que afirmar que se restaurará la desnudez de los primeros padres antes de la caída y que durará mil años. Esa idea es una enorme estupidez que proviene de la Watchtower. Repito: Si se restaura el paraíso, se debe restaur también la desnudez que existía antes de la caída...y todos los súbditos deberán estar en cueros. Sin duda alguna, esa perspectiva hará que un buen número de los que resuciten (supuestamente en el milenio) se la pasen de lo lindo viendo a jovencitas y niñas desnudas, morboseándose y asechándolas. ¡Cuántas violaciones y abusos se podrían ver por parte de personas que aún necesitarán ser reeducadas y que supuestamente aún no son perfectas, y que aún no conocen a Dios!. Es preocupante pensar en eso. Pero claro, hay bobos que se han tragado esa historia de un paraíso restaurado milenial donde todos seremos buenitos y obedientes, y donde el pecado y la rebelión no existirán. ¿Es que acaso nos olvidamos que Cristo tendrá que gobernar con vara de hierro, o como dicen otros, con puño de hierro? ¡Despierta armandito, y no sigas engañando como lo hacen los Testigos de Jehová a tanta gente que no ve más alla de sus narices! Saludos.
Apologista, el corregidor”
Ni corto ni perezoso, dejé en barbecho lo que estaba preparando y me puse manos a la obra en responder a tan ignorante personaje; de entrada, permítanme un pequeño inciso para señalar que dicho caballero y según afirma, poseedor de sesudos estudios universitarios, tendría que mejorar un poco su gramática porque en la España de mis tiempos de enseñanza obligatoria (lamentablemente, estos son tan solo mis “poderes”), ese texto no habría superado ni un examen de primaria. Pero dicho lo cual, acepto de tan “experto” corregidor (así y como han leído, se califica a sí mismo “el gachó”) esa descripción de persona ingenua, pues la verdad es que “espabilao”, aquello que se dice muy “espabilao”, tampoco soy ¡qué quieren ustedes que les diga!…… pero sin que ello implique carencia alguna en mi capacidad para razonar con lógica y sentido común acerca de las cosas que conozco, contrario ello a lo que parece querer insinuar acerca de las capacidades del que suscribe, u séase, aquí “el menda”, el Sr. Olcese en su comentario. Por lo que en todo caso, no estaríamos más que ante un efecto reflejo de la impotencia que como gangrena corroe a tan indocto personaje, que se ve incapaz de “hincarme el diente” en todo aquello que publico, pues carece de la suficiente capacidad para ello; como prueba de que esto es así, no hay más que analizar el contenido de dicho correo (no la ortografía del mismo y en donde hay faltas clamorosas, pero ¡pelillos a la mar!) y en el que destacan dos puntos que, por sí solos, ya nos hablan de la supina ignorancia de su autor…… no solo en aquello que tiene que ver con el contenido de las Escrituras, sino también en cuanto a su “capacidad” personal para establecer prioridades, porque veamos:
Su respuesta parte de un artículo que recién se publicó en este blog, eso es, el día 17 del mes en curso titulado “Tic-tac, tic-tac, tic-tac…” y en el que se habla de un tema muy serio, pues tiene que ver con la cercanía de los acontecimientos que darán inicio a la profética “70 semana” de años de Dan. 9:27, que a su vez dará paso al inicio de los últimos siete años del mundo como lo conocemos y a ser seguidos de forma inmediata, por el establecimiento del reino de Dios sobre la tierra y, con ello, la restauración del llamado “paraíso” en este “terruño” de nuestras entretelas y que buena falta nos hace, visto el panorama actual; en dicho escrito, además, servidor hacía referencia a anteriores artículos en los que se incide en la cercanía de dicho evento y que, en definitiva, es la cuestión mollar del asunto…… y puesto que dicho correo está enviado desde el acceso disponible en el artículo señalado, es obvio que el Sr. Olcese tuvo que leérselo y algo que se deduce del propio contenido del correo recibido, ya que está aludiendo a los temas que en el escrito mencionado se reseñan.
La cuestión, entonces, está en que el Sr. Olcese y al igual que el tonto de pueblo al que le señalan la luna con el dedo y se queda mirando el dedo, se hace eco en ese artículo de lo anecdótico, eso es, de si la expresión “reino” es equivalente a la de “paraíso” o no, pero sin enterarse de lo sustancial y que es, si yo no me equivoco en mi predicción, el hecho de que dentro de cuatro/cinco meses máximo podría iniciar dicha “semana 70” y con toda la tremenda repercusión que ello tendrá para la humanidad en general; porque de eso, que es lo mollar en el artículo señalado y ello desde que empecé con el primero de una serie de escritos hablando de dicha posibilidad (20/02/15), el personaje en cuestión no ha dicho esta boca es mía y…… ¡hombre!, se supone que algo tendría que decir sobre ello en su pretendida condición de teólogo, bien para tranquilizar a la “parroquia” en el caso de que entienda que yo estoy en un error, o bien para animarla a estar alerta si entiende que no voy desencaminado en mis deducciones. Pues de ser cierta mi propuesta y cosa que está por ver, estaríamos a las puertas de un hecho esperado por miles de generaciones pasadas y a lo largo de la historia del ser humano sobre la tierra: nada más y nada menos, que a siete años vista del establecimiento en la tierra del reino de Dios anunciado por Jesús (Mat. 4:17), hace casi 2.000 años…… y si a esto, ese “genio” de la teología no tiene nada que decir, repito, en un sentido o en otro, pues “apaga y vámonos” ¡qué quieren ustedes que les diga!
Pero claro, como está completamente a oscuras en cuanto a entendimiento de las Escrituras y es que no se entera el hombre de por dónde le suenan los truenos, no sabe cómo responder a esa cuestión (y a ninguna otra, por supuesto) y por lo que nos sale con la primera “chuminá” que se le ocurre y que diría mi amigo el castizo, en el sentido de que el paraíso no se puede restablecer durante el periodo de tiempo del reino de Dios, porque de ser ello así también se tendría que volver al estado de desnudez en el que estaban Adán y Eva dentro del mismo y con todo el “show” que, según tan indocto personaje, se montaría con ello…… y que como argumento teológico “de peso”, me reconocerán ustedes que no está nada mal. Y es que en primer lugar, para pronunciarse con un mínimo de propiedad hay que saber leer y por extensión, entender aquello que se está leyendo, pues de lo contrario malamente se puede enseñar a otros y como pretende dicho caballero…… porque de hecho, lo que nos dicen las Escrituras respecto a esta cuestión, es lo siguiente:
“Y ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa y, sin embargo, no se avergonzaban.” (Gén. 2:25).
Nada pues “del otro jueves”, ya que estaríamos ante una actitud normal entre marido y mujer, que con frecuencia se ven desnudos y no se avergüenzan de dicha situación, bien sea duchándose, en la alcoba o en otra situación que conlleve intimidad…… ya otro cantar es cuando hay un tercero de por medio, aunque se trate de un hijo y que lo normal, es no mostrarse ante él desnudos: luego lo que es normal en determinado momento de intimidad y que es la situación que concurría entre Adán y Eva en el paraíso (estaban completamente solos), cambia radicalmente cuando cambia también la situación en la que uno se encuentra; es cierto que después de haber pecado y aun estando dentro de los límites del “jardín de Edén” o “jardín de Dios” y que es lo que significa sencillamente el término “paraíso”, su situación cambió y ya acusaron el estar desnudos:
“Por consiguiente, la mujer vio que el árbol era bueno para alimento y que a los ojos era algo que anhelar, sí, el árbol era deseable para contemplarlo. De modo que empezó a tomar de su fruto y a comerlo. Después dio de este también a su esposo cuando él estuvo con ella y él empezó a comerlo. 7 Entonces (cuando ya se había consumado el pecado) se les abrieron los ojos a ambos y empezaron a darse cuenta de que estaban desnudos. Por lo tanto cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos.” (Gén. 3:6-7). (Acotación mía).
Para entender lo que pretendo decir, tenemos que tener presentes dos aspectos fundamentales de la cuestión: el primero, que mientras nuestros primeros padres estaban en una condición espiritual aprobada ante su creador no eran conscientes de su estado de desnudez…… solo fueron conscientes de ello, cuando perdieron dicha aprobación; y el segundo, que cuando hablamos de restauración del paraíso en la tierra, estamos hablando y según los profetas, de una restauración física y no espiritual, que en definitiva era la que les daba “cobertura” y les hacía ignorantes de dicho estado de desnudez física. Por lo tanto y hasta que se restaurase en la tierra dicho estado de perfección espiritual (y de la que nada hablan los profetas), como cobertura divina para dicha desnudez y ello merced a nueva información dirigida a recobrar la restauración de dicha condición espiritual, que se hará disponible durante ese tiempo milenario (los nuevos rollos de Rev. 20:12), no se podría volver, hipotéticamente hablando, a ese estado de desnudez corporal…… y solo por responder algo a la disparada argumentación que nos hace el Sr. Olcese.
Pero es que las cosas tal parece que van por otro camino y quede claro, que lo que estoy planteando no tiene más valor que el de una mera especulación, por tanto susceptible de ser enmendada, porque tendríamos que preguntarnos por qué aún hoy, un hombre y una mujer unidos en matrimonio no se avergüenzan de su desnudez y sí lo hacen ante un extraño…… pues sencillamente porque están dentro del arreglo de Dios en cuanto a las relaciones de pareja:
“Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa; y tienen que llegar a ser una sola carne.” (Gén. 2:24).
Pero aún en esta sociedad actual tan permisiva, la realidad es que cuando en un matrimonio entra una relación adulterina por parte de uno de los cónyuges, la cosa cambia radicalmente y si bien no lo calificaríamos como de una sensación de vergüenza, si es cierto que ese estado de desnudez entre ambos ya se hace un tanto embarazosa, como si algo hubiera cambiado…… y lo que ha cambiado es que ya no se está dentro del arreglo divino, en lo que tiene que ver con la relación de pareja. Y eso es lo que les pasó a nuestros primeros padres: cuando desobedecieron el mandato divino, se salieron del arreglo establecido y la cosa cambió radicalmente para ellos; por otra parte, notemos que el texto que acabamos de leer lo que establece es que el ser “una sola carne” aplica solo al hombre y a la mujer que entran en una relación de matrimonio y por lo que no se entiende la presencia de un tercero, en ese pasar a ser “una sola carne”…… pero es que además, tenemos que contemplar otra variante en el caso que nos ocupa y que no permite establecer ninguna aseveración como la presentada por el personaje Apologista: no sabemos (de ahí que yo señale, que lo que planteo no pasa de ser más que una simple especulación sobre un supuesto planteado) cómo hubiera cambiado la situación en cuanto a esa desnudez inicial, de no haberse producido el pecado y ya con el aumento de personas sobre la tierra y que no serían, obviamente, parte de esa “sola carne” que conforma una unidad familiar esposo/esposa, sino unos terceros.
Pensemos que la comisión de dicha pareja no solo era el procrear y hacerse “muchos” y llenar la tierra (Gén. 1:28), sino que implicaba también el extender ese jardín de perfección por todo el planeta y para lo cual tenían que salir de ese recinto protector, ayudados obviamente por sus descendientes y que en un momento dado, debido a su rápida multiplicación y a la consecuente expansión territorial, ya llegarían a ser unos auténticos desconocidos entre ellos…… entonces ¿sería razonable y aún dentro de la perfección, eso es, sin el pecado, que las personas no se hubieran procurado prendas de vestir y cubrir así su cuerpo de la mirada indiscreta de “extraños”? Por mi parte entiendo que sí sería razonable, máxime teniendo en cuenta lo dadas que son genéticamente las mujeres a la cuestión de los “trapitos”; a lo que habría que añadir, el hecho de que Jehová (que no hace nada sin un propósito determinado, según se deduce de Isa. 45:18) proveyó de materias primas al ser humano para la confección de tales coberturas, como pueden ser el lino, la seda, o el algodón…… razonemos, por ejemplo, el porqué de la existencia de un animal como la oveja, entre otros (como la llama, el guanaco, la vicuña, etc.) y que periódicamente, mediante un proceso de “esquila”, nos provee de una materia prima como es la lana y que tratada debidamente, sirve para hacer excelentes prendas de abrigo y referencia, que nos lleva a una cuestión añadida y que no hablaría precisamente en favor de la desnudez perpetua del ser humano, fuera de ese habitáculo natural que era el “jardín de Edén” y conocido coloquialmente como el paraíso.
Porque tenemos que partir de la base que dicho paraíso o tierra de placer y perfección, no fue más que el punto de partida de un majestuoso plan de Dios para extender al ser humano por toda la tierra (de momento y como parte inicial del propósito mencionado) y por lo que lo que allí había, era sencillamente lo esencial para empezar a desarrollar dicho propósito…… el resto se lo tenía que “currar” el hombre, mediante su ingenio y del que estaba grandemente dotado y como queda constatado por los increíbles logros que aún hoy, 6.000 años después de perdida su perfección, este ha colocado a su alcance; recordemos que alejado casi 2.000 años de dicha perfección, esto es lo que dijo Jehová de la inmensa capacidad del hombre para ingeniárselas por sí solo:
“Y Jehová procedió a bajar para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres habían edificado. 6 A continuación dijo Jehová: “¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que tengan pensado hacer, que no les sea posible lograr. 7 ¡Vamos! Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro”. 8 Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra…… y poco a poco dejaron de edificar la ciudad.” (Gén. 11:5-8).
Luego lo que está claro es que Jehová capacitó al hombre para, a partir de lo que tenía y según las necesidades que se le fueran presentando, crear cosas para suplir las tales…… entre ellas, las prendas de abrigo; y que si bien es cierto que el paraíso o “jardín de Dios” (no deifiquemos el término “paraíso”), no era más que un espacio en el que reinaba la paz y la felicidad, pues no existían la enfermedad, ni la vejez, ni la muerte y que se tenía que extender por todo el globo terráqueo, nada tenía que ver con que la desnudez fuera consustancial con ese primer entorno del hombre y que este no pudiera cambiar dicha circunstancia a su voluntad…… recordemos que la única condición impuesta al hombre se limitaba a no comer del árbol que se hallaba “en medio del jardín” (Gén. 2:9) y a absolutamente nada más. Por otra parte, estas cosas mencionadas son las cosas que se nos dice que son las que serán restauradas y que Jehová Dios hizo que nos fueran transmitidas “por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo”, según se lee en Hecho. 3:20-21…… y esto es lo que nos dijeron los profetas aludidos, en su momento:
“En aquel tiempo (eso es, a partir del momento en que Jesucristo tome posesión del gobierno del reino de Dios) los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría...”. (Isa. 35:5-6ª). (Acotación mía).
En cuanto al recobro de nuestro entorno medioambiental, incluyendo los parajes más extremos, se lee como sigue:
“… pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.” (Isa. 35:6b-7)
Restauración que tiene que ver también con la total eliminación de las enfermedades:
“Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error (recordemos que las enfermedades son resultado del pecado heredado).” (Isa. 33:24). (Acotación mía).
Por otra parte, esto es lo que nos dijeron esos “profetas de tiempo antiguo” y voceros del Dios Altísimo, acerca de la vejez, que tanto nos limita y antesala de la muerte:
“Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).
O lo que es lo mismo, que la persona anciana y decrépita retroceda en el tiempo en cuanto a lo físico y sea devuelta a los momentos de su máximo esplendor juvenil, tanto en lozanía como en vigor; pero veamos más de lo que se nos dijo por boca de esos “profetas de tiempo antiguo” y ello para el momento en que, como se lee en Hech. 3:20-21, Cristo regresara a la tierra para empezar a reinar en ella, con relación a lo que Jehová hará con la muerte en ese período de mil años de gobernación divina:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre (eso es, la muerte como tal dejará de existir) y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro (causadas fundamentalmente por el dolor ante tan luctuoso suceso). Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotaciones mías).
Cumplimiento cabal de ese “tragarse la muerte”, que no sería tal si los muertos no fueran devueltos a la vida, mediante lo que conocemos como la “resurrección de los muertos”:
“Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida mediante una resurrección).” (Isa. 26:19). (Acotación mía).
Todas estas cosas, la restauración física, la eliminación de las enfermedades, la restauración del medio ambiente, el devolver al hombre la juventud interminable, el eliminar la muerte y el devolver la vida a los que han sido afectados por esta, son “las cosas” a restaurar y que fueron dichas por Jehová Dios por “boca de sus santos profetas de tiempos antiguos”…… y no vemos por ninguna parte, que los profetas hablaran de la restauración de la desnudez, como nos propone el Sr. Olcese; porque de ser ello así, todo tan estrictamente literal como nos lo “pinta” ese personaje, tendría que ser restaurado también el árbol “del bien y del mal” (Gén. 2:9) y lo que crearía un pequeño “problemilla”: en un inmenso planeta Tierra lleno de millones de sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14), más los que vayan resucitando posteriormente y con lo que resulta que nos juntaremos “la tira”…… ¿“en medio” de dónde puñetas, plantaría el Sr. Olcese dicho “arbolito”? Porque si se ha de restaurar todo…… ¡pues eso!
Porque incidiendo un poco más en el tema de la desnudez y repitiendo que lo que estoy exponiendo, no es más que una simple elucubración por mi parte de algo que jamás sabremos, como es el qué hubiera pasado de no mediar el pecado, hay otra cuestión a añadir a lo ya dicho y que ese indocumentado personaje no ha tenido en cuenta: para llevar a cabo la tarea de extender ese paisaje edénico, el hombre tenía que salir del mismo y enfrentarse a climas distintos y que requerirían de coberturas para protegerse de ellos, como sería en el caso de las bajas temperaturas invernales; porque siendo cierto que alguien podría argumentar que un dosel de agua cubría el globo terráqueo y hacía las veces de invernadero (lo que solo hacía que no existieran climas tan extremos como los actuales), no es menos cierto que los efectos físicos derivados del movimiento de rotación y traslación de la tierra y que es lo que genera el día y la noche y el cambio de estaciones, respectivamente, obviamente generarían distintas temperaturas y como ocurre, sin ir más lejos, entre la temperatura diurna y la nocturna y que en muchas ocasiones difieren entre sí en unos 20 o 30 grados…… o más, según sea la situación geográfica.
Pero es que además, prescindiendo de que en un principio la primera pareja hubiera sido creada en un estado de desnudez, no se entiende el por qué el hombre tendría que continuar así, siendo como era que éste y en el ejercicio de su libre albedrío, podía haber tomado la decisión que hubiera querido y en función de lo que les he relatado al respecto…… pero que en el restaurado paraíso la gente no andará desnuda. contrario a lo que afirma el “teólogo” en cuestión y como “gran impedimento” para que este sea restaurado durante el reino milenario (¡ya hace falta ser “acémila” para soltar semejante animalada!), se sobreentiende de las siguientes palabras de nuestro Creador:
“Durante todos los días que continúe la tierra, nunca cesarán siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno y día y noche.” (Gén. 8:22).
Luego está claro que esta promesa divina se mantendrá también dentro del paraíso restaurado y por lo que el frio obligará al “personal” a cubrirse para protegerse del mismo, así como el calor, a cambiarlas por prendas más ligeras y vaporosas…… exactamente como se ha hecho, desde que el mundo es mundo. Es cierto que alguien podría llegar al extremo (¡no le demos ideas al Sr. Olcese¡), de decir que en un estado de perfección, los seres humanos serían inmunes a esos cambios térmicos y por lo que no se requeriría de prenda de abrigo alguna para protegerse del frio…… pero si ello fuera así ¿por qué Jehová habla de las sensaciones de “frio” y “calor”, si no estuviera el cuerpo humano preparado para experimentar tal diferencia térmica? Por lo tanto, la razón dada por dicho “genio” de la teología del porqué el paraíso no puede ser restaurado durante el reinado de Jesucristo, no deja de ser más que una mera estupidez propiciada por un nulo entendimiento del contenido escritural y, fundamentalmente, por la necesidad de responder algo a mis planteamientos (lo que sea, con tal que parezca que me discute “algo”) y que ponen en tela de juicio sus disparatadas “enseñanzas”…… máxime cuando son las propias palabras de un moribundo y agonizante Jesús, las que confirman que el paraíso será restaurado en su reino de mil años y algo que dicho “number one” de la teología niega estúpidamente:
“Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el paraíso”.” (Luc. 23:42-43).
Recordemos, que el término paraíso deviene del griego “pa·rá·dei·sos” y que se usaba para hablar del “jardín de Edén” en la época de Jesús, como del “día” o espacio de tiempo en donde las personas vivirían en un futuro en paz y felicidad, en donde la enfermedad, la vejez y la muerte serían cosa del pasado y los muertos serían resucitados (Juan 6:40; 11:24), todo ello según el registro profético, hasta la llegada del momento final en el que Dios juzgaría a todos…… y eso es de lo que hablaba el malhechor, que no entendía otra cosa por paraíso y a lo que el Hijo de Dios, lejos de rectificarle, identificó el establecimiento del tal para cuando él reinara sobre la tierra. Está claro entonces y para un coeficiente intelectual medio, que el Hijo de Dios relacionó directamente el reino con el paraíso como las dos caras de una misma moneda; decir lo contrario, como hace dicho personaje, no es más que demostrar su completa incapacidad para entender lo que está leyendo y a lo que en España se llama, ser un perfecto analfabeto: saben leer una frase, pero son incapaces de interpretar su significado…… ¡claro!, siendo así, se comprende otra disparatada afirmación que nos hace ese personaje en el sentido de que durante el reino de Dios en la tierra, no habrá lugar para una situación paradisíaca, sino más bien todo lo contrario.
Porque lo que señala al final de su correo, es que en el momento de su reinado “Cristo tendrá que gobernar con vara de hierro, o como dicen otros, con puño de hierro” y con lo que ese “caballero” demuestra no tener ni puñetera idea de por dónde le sopla el viento en cuestiones bíblicas (esperemos que la cosa no pase a otros campos), porque veamos: esa expresión de gobernar con “vara de hierro” o “cetro de hierro” y en referencia al bastón que, generalmente de metal precioso, simboliza el rango o autoridad del que lo lleva, aparece por primera vez en el Sal. 2:9 y en dónde se lee como sigue:
“Las quebrarás con cetro de hierro (vara de hierro, según versiones), como si fueran vaso de alfarero las harás añicos.” (Acotación mía).
Lo que ocurre es que ese quebrar “con cetro de hierro” no ocurre durante el reinado de Jesucristo y como afirma tan disparatado personaje, sino que es anterior a la instalación de dicho reino; y es que el contexto en el que se produce esta profética declaración, tiene que ver con un total enfrentamiento del Dios Altísimo con los reyes de la tierra, que rehúsan aceptar la soberanía de Su Hijo y en lo que se conoce como la batalla de Armagedón, de la que se nos habla en Rev. 19:11-16 y con la que concluye la “gran tribulación” (Rev. 7:14), para dar inmediatamente paso el reino de Dios. Por tanto, evento que se produce cuando aún Satanás no ha sido apresado y echado en prisión (Rev. 20:1-3), luego cuando aún no se ha establecido el reino de Dios en la tierra y algo que queda claro en el contexto del entero Salmo 2; pero es que además, de que la secuencia de los hechos es esta, queda probado por lo que se dice en la profecía de Daniel y en la que se lee como sigue:
“Y en los días de aquellos reyes (gobernantes actuales) el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los actuales gobiernos mundiales que se opondrán a su establecimiento y que es, de lo que se nos habla en el mencionado Salmo 2) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; 45 puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro (la imagen que representaba a los sucesivos imperios que gobernaría sobre la tierra hasta la llegada del reino de Dios). El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable y la interpretación de él es digna de confianza.” (Dan. 2:44-45). (Acotaciones mías).
Por lo que queda claro que antes de ser establecido dicho reino y como es lógico (otra cosa no se entendería), se tenía que desalojar a los actuales gobernantes y que es de lo que se nos en habla en dicho Salmo 2 y en Rev. 19:11-21; si ello es así y así es, habrá que convenir que es un total disparate el afirmar que “durante” el milenio el personal será tratado “a palos” y según afirma el indocumentado de Apologista Mario Olcese citando del Sal. 2:9 leído, en donde se habla de “quebrar” y “hacer añicos” a las naciones opositoras a dicho reino…… máxime cuando con lo que se encontrará Jesucristo en el momento de tomar posesión de dicho reino, lejos de naciones “opositoras”, será con una “parroquia” de cuyos componentes se nos dice lo siguiente:
“Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son, y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (o sobreviven a ella y que culmina con la mencionada batalla de Armagedón) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (eso es, que han ejercido fe en el sacrificio propiciatorio de Jesús). 15 Por eso (por ejercer esa fe) están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, 17 porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará (obviamente de buenas maneras y no a “palos”, según se desprende del verso anterior) a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”.” (Rev. 9:13-17). (Acotaciones mías).
Como pueden comprobar, nada más lejos este trato recibido por aquellos que sobrevivan a esa “gran tribulación”, con el ser gobernados con “vara de hierro” tales personas y que las Escrituras cuantifican como “una gran muchedumbre que ningún hombre podía contar” (Rev. 7:9). Por lo que estaríamos hablando de los primeros súbditos del reino de Dios y por lo tanto, de personas que pasan al mismo por la fe ejercida en el sacrificio de Jesús y lo que es más, que lejos de oponerse al establecimiento de dicho reino, han colaborado firmemente en difundir por todo el mundo, la buena nueva de la inminente llegada de este y como queda claro, en la parábola de “las ovejas y las cabras” (Mat. 25:31-46)…… luego la afirmación del Sr. Olcese y como nos tiene acostumbrados, no puede ser más sacada de contexto y por ello, más disparatada.
Entonces y como siempre he afirmado desde este blog, estamos ante un auténtico ignorante en el campo escritural (quizás como “sexador” de pollos destaque algo, pero ¡paren ustedes de contar!) y del que no se puede creer nada de lo que diga, pues todo ello se da continuamente de bofetadas con el contexto bíblico…… y este indocto personaje, es el que le quiere enmendarle la plana a un servidor ¡vamos, que ni el Sr. Olcese podría subir tan alto, ni aquí “el menda” caer tan bajo! No tendría que olvidarse dicho “teólogo” (cualquier semejanza a lo que es un teólogo de verdad, es pura coincidencia), que en su momento ya le hice rectificar una enseñanza mantenida por años y por lo que me tendría que tener un poco de “respeto”, circunstancia que pueden comprobar y con todo lujo de detalles, en un artículo publicado en este blog el 12/01/12 y en donde, además, añado un acceso directo al video en el que reconocía estar equivocado. Por cierto y ya que estamos metidos “en harina”, me gustaría que el Sr. Olcese dijera algo sobre mi escrito acerca del premio “sobremanera grande” que recibirá Abraham (13/05/15), en el que le discutía su afirmación en el sentido de que dicha expresión que se encuentra en Gén. 15:1 y en la versión RV 1960, tenía que ver con que le fuera concedido a dicho patriarca el gobernar al lado de Jesucristo en calidad de inmortal rey y sacerdote, durante el reino milenial.
Disparate donde los haya y de ahí que no se atreva siquiera a mencionar la cuestión y desmontar mis argumentos con una Biblia en la mano (no solo sosteniéndola, sino citando de ella ¡claro está!), en una más que evidente muestra de la incapacidad que sobre conocimientos bíblicos atesora…… pero ¡qué quieren ustedes, si el personaje no da para más! Y es que cuando no sabe que responder a lo que se le objeta, olímpicamente “pasa” de ello como si la cuestión no fuera con él y al más puro estilo avestruz; por eso y a 15 días vista de publicado dicho escrito, un clamoroso silencio se produce por parte de ese “genio” de la teología sobre el particular y mostrando claramente con ello que no es más que un vulgar “mercachifle” de la teología, por tanto sin capacidad alguna para refutar objeciones. Sin embargo, recordemos que abre su blog de cabecera “apologista.wordpres.com” y como texto de presentación, con el pasaje de 1 Ped. 3:15 y en donde se lee como sigue:
“Antes bien, santifiquen al Cristo como Señor en su corazón, siempre listos para presentar una defensa ante todo el que les exija razón de la esperanza que hay en ustedes, pero haciéndolo junto con genio apacible y profundo respeto.”
Sin embargo, ni es capaz de presentar defensa alguna de sus propuestas y basándose en las Escrituras, lo de genio apacible mejor ni hablar de ello y lo de profundo respeto, pues…… ¡lo que yo les diga! Y claro, eso que lo haga un servidor que no es más que un “garrulo” sin formación alguna, tiene su pase…… pero que lo haga un supuesto Hijo de Dios, también supuestamente “iluminado” por Éste (y algo de lo que les hablaré en un próximo artículo) para llevar las buenas nuevas del evangelio del reino de Dios a todo el mundo y según propia afirmación, pues ¡qué quieren que les diga, como no sea que “sa pasao” siete pueblos”!, como diría mi amigo el castizo. En todo caso, estamos ante un simple vendedor de humo que encandila a unos cuantos ignorantes que le ríen la gracias y que se auto reconoce pomposamente como tocado por el dedo divino, para impartir la enseñanza del verdadero evangelio al mundo mundial (lo cual y visto lo visto, no se lo cree nadie ni harto de vino), pero que por otra parte, es totalmente incapaz de refutar las objeciones que un servidor le plantea.
Armando López Golart
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domingo, 17 de mayo de 2015
Tic-tac, tic-tac, tic-tac…
Onomatopeya del sonido que siempre ha estado asociada con el paso del tiempo, que salía de aquellos aparatosos despertadores de nuestra juventud y que si uno se ponía en plan filósofo, nos recordaba lo efímero de la existencia del hombre sobre la tierra y lo cual, todo hay que decirlo, tampoco es que fuera un recordatorio como para “tirar cohetes”; porque sus connotaciones más bien eran tendentes a recordarnos la dramática situación del condenado a muerte que sabe que va a morir y al que no le han dicho ni el día ni la hora, pero que sabe que eso va a suceder…… pero que dejando la parte filosófica a un lado y poniéndose ya en plan práctico, lo que también le recordaba a uno era que tenía que levantarse para ir a “currar” y ganarse las “habichuelas”, como todo hijo de vecino. Es cierto, por otra parte y retomando ya la parte seria del asunto, que si bien no estamos literalmente en una cárcel y privados de libertad como el reo de muerte al que hemos hecho mención, no es menos cierto que la “cárcel” de nuestro propio cuerpo y en su proceso de envejecimiento, con las limitaciones que ello lleva aparejadas, es señal inequívoca de que el tiempo se nos acaba…… así ha sido, al menos, desde que el mundo es mundo.
Pero dicho lo cual ¿qué es el “tiempo”? Ello explicado por profanos en la materia y que solo hablamos a partir del razonamiento lógico sobre lo que conocemos, como resulta ser en el caso de los autores de este blog, el “tiempo” es un elemento intangible (“dimensión física” lo llaman los entendidos) cuyo efecto es universal, pues todo lo que existe y ocurre lo hace dentro de esa corriente temporal: cuando decimos que una estrella tiene una “edad” de 4.000 millones de años o que la luz generada en la galaxia Andrómeda tarda 2,000.000 de años en llegar hasta nosotros, estamos hablando de “tiempo”; o cuando medimos la velocidad de la luz, cuantificada en 300.000 kms./segundo (realmente 299.792,458), o la distancia que nos separa de otro punto al que pretendemos llegar, más que de distancia o velocidad, estamos hablando inexorablemente de “tiempo”…… ahora bien ¿es cierto que todo lo que existe y como hemos afirmado en este párrafo, está sujeto al férreo dominio de ese fenómeno llamado “tiempo”? Veamos una información pasada por alto por el común de los científicos y que si bien son capaces de explicarnos científicamente qué es el “tiempo”, resulta que niegan el origen de este…… información esta que es crucial para entender todo lo que nos rodea y que se halla en una brevísima, a la par que grandiosa, declaración:
“En el principio Dios creó los cielos y la tierra.” (Gén. 1:1).
Y entendiendo por “cielos”, al universo contemplado y todo lo que hay en él, material o inmaterial e incluyendo en este apartado de “inmaterial” y aunque quizás no sea muy “científico”, cosas como el propio “tiempo”, el electromagnetismo o la gravedad, la energía, etc. etc., pero que en todo caso rigen con majestuosidad en dicho universo. Luego partiendo de la inconmensurable grandeza dentro de su sencillez, de la declaración señalada, nos encontramos con que el “tiempo” fue creado…… por lo tanto, es obvio que dicha dimensión no existía antes de ser llevada a la existencia (valga la redundancia), por lo que su Creador tendría que ser de rango infinitamente superior, eso es, sin principio ni final y eso es lo que se nos dice en la Biblia, libro este que pasa por ser el más leído en el mundo y que inicia, precisamente, con la mencionada declaración; dicho lo cual, veamos qué es lo que se nos dice en ese libro acerca de la intemporalidad de dicho Creador:
“Antes que los montes fueran engendrados y nacieran la tierra y el mundo (éste como sinónimo de “universo”), desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.” (Sal. 90:2). (Acotación nuestra).
De hecho, el concepto “eternidad” no puede ser entendido sin la presencia de un ser sin principio ni fin, por tanto anterior a todo lo creado…… incluido el “tiempo”, por supuesto; medición del cual y a partir de instrumentos rudimentarios como relojes de sol, de arena, etc., fue adquiriendo más notoriedad a medida que el ser humano iba progresando en sus conocimientos y también, porque no, necesidades, para llegar al momento en que prácticamente somos esclavos de este, eso es, del tiempo y no del ser humano (que también, para desgracia de este y como nos recuerda Ecle. 8:9). Es justo reconocer, por otra parte, que también hemos sacado beneficios de ello, es decir, de medir el tiempo (que no dominarlo y que ya es harina de otro costal), circunstancia solo enturbiada por el hecho de que lo corto de nuestras vidas hace que las queramos vivir con intensidad, lo que a su vez nos lleva a querer hacer muchas cosas en poco tiempo y lo que implica el estar luchando constantemente en contra de este; de tal suerte que la exclamación “¡no tengo tiempo!” es de uso cotidiano en el día a día de cualquier persona…… y con una agravante: cuanto más viejo se hace uno, más rápido parece pasar el “desgracio” y con lo que aumenta la angustia del “personal”. Todo considerado, quizás lo que se pudiera llegar a concluir es que el “tiempo” es una maldición para el hombre y el peor enemigo de este; y es que otra característica puñetera del “tiempo” es que es unidireccional (siempre va hacia delante) y constante (no se detiene), por lo que aquello de si “pudiera volver atrás en el tiempo” no haría esto, lo otro o lo de más allá, o quizás aquello de “si pudiera parar el tiempo” y que tantos enamorados habrán dicho en algún momento, es tarea imposible para el ser humano…… ¿se acuerdan de aquel bolero del genial cantante y compositor mejicano, Roberto Cantoral, titulada “El reloj” y que empezaba diciendo: “Reloj, no marques las horas...”?...... pues eso.
Y es que parar el tiempo, ha sido el deseo inalcanzado del ser humano en su fallido intento de no enfrentarse al negro e insoslayable futuro que tiene ante sí: nacer, crecer, envejecer y finalmente morir, todo ello en medio de incontables sufrimientos, penas y privaciones de todo tipo que hacen para el común de los mortales un verdadero infierno el transitar por este bien llamado “valle de lágrimas”…… ya a partir de tan estimulante y “animadora” disertación que les hemos hecho sobre el “tiempo” y sus fatales consecuencias, entendemos perfectamente el que uno esté barajando entre si cortarse las venas o ahorcarse en el “ficus” que tiene en el porche de su casa (que mancha menos, eso sí), pero ¡quieto ahí “parao”, que no cunda el pánico, porque la cosa tiene arreglo! Sí, sí, lo que están oyendo: la cosa sí tiene arreglo; y tanto es ello así, que dicho “enemigo” (el “tiempo”) puede pasar a convertirse en nuestro aliado más fiel, pues de hecho lo ha sido siempre y aunque dicha afirmación pueda sorprender, al grado que las personas bien informadas estamos como locas para que pase el “tiempo” lo más rápido posible…… ¡no, no, no que estemos locas de remate las personas que esperamos eso!, sino “como locas”, eso es, con gran impaciencia para que este transcurra lo más rápido posible y ello, por los beneficios que traerá consigo y de los que se nos da una primera perspectiva en el siguiente pasaje:
“…… y para que él (Jehová) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21). (Acotación nuestra).
Noten, que ese “tiempo” por venir, tiene que ver con el regreso del Hijo de Dios para tomar el poder del reino milenario…… luego todo lo hablado por Dios en boca de “sus santos profetas de tiempo antiguo” tiene que llevarse a cabo dentro de ese período de “tiempo” y del que se nos explica, que es durante el mismo en donde se lleva a cabo la “restauración de todas las cosas”; pero ¿de qué cosas, son las que hablaron dichos profetas por encargo divino y que puedan hacer del “tiempo”, nuestro más preciado aliado? Pues tanto como esto, con respecto de las actuales limitaciones físicas:
“En aquel tiempo (eso es, a partir del momento en que Jesucristo tome posesión del gobierno del reino de Dios) los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría...” (Isa. 35:5-6a). (Acotación nuestra).
En cuanto al recobro de nuestro entorno medioambiental, incluyendo los parajes más extremos, se lee como sigue:
“… pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.” (Isa. 35:6b-7).
Veamos, por otra parte, que nos dijeron esos “profetas de tiempo antiguo” y voceros del Dios Altísimo, acerca de la vejez, que tanto nos limita y antesala de la muerte:
“Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).
O lo que es lo mismo, que la persona anciana y decrépita retroceda en el “tiempo” en lo físico y sea devuelta a los momentos de su máximo esplendor juvenil, tanto en lozanía como en vigor; pero veamos más de lo que se nos dijo por boca de esos “profetas de tiempo antiguo” y ello para el momento en que, como hemos leído en Hech. 3:20-21 Cristo regresara a la tierra, con relación a lo que Jehová hará con la muerte en ese período de mil años de gobernación divina:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro (causadas fundamentalmente por el dolor ante dicho suceso). Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8). (Acotación nuestra).
Y cumplimiento cabal de ese “tragarse la muerte”, que no sería posible si los muertos no volvieran a la vida:
“Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida mediante una resurrección).” (Isa. 26:19). (Acotación nuestra).
Todas estas cosas, absolutamente todas ellas, fueron dichas por Jehová Dios por “boca de sus santos profetas de tiempos antiguos” y por lo que si el pasaje de Hech. 3:20-21 que hemos leído no nos ha “colado un gol”, todas “esas cosas” tienen que ocurrir dentro del período de mil años del reino de Dios y ello a partir del momento en que es establecido el reino de Dios en la tierra (y no mil años después de dicho establecimiento, como disparatadamente afirma determinado “teólogo” de pizarrín que va suelto por ahí) y hecho que se produce, según dicho pasaje, con el tiempo del regreso de Jesucristo a la tierra…… luego la pregunta es obvia: ¿no estamos ante unas perspectivas deseables y que nos tendrían que hacer ver el “tiempo” que falta para que las tales se cumplan, como excesivamente largo? De hecho, lo que se nos dice con relación a los momentos que se nos avecinan, es lo siguiente:
“Pero al comenzar a suceder estas cosas (eso es, los acontecimientos preliminares que anunciarían que el tiempo para dicha “restauración” prometida, lo estaríamos tocando ya con la punta de los dedos, es decir prácticamente inmediata), levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28). (Acotación nuestra).
Ante tan espectacular promesa y puesto que la tal nos ha sido formulada por nuestro Creador, por tanto segurísima en su cumplimiento ¿no es cierto que ahora tal parezca que el tiempo que resta hasta el cumplimiento de la tal, parece haberse ralentizado? Porque esta es otra aparente vertiente de ese fenómeno llamado “tiempo”; y decimos “aparente” porque ahora de lo que estaríamos hablando no es tanto del “tiempo” y su transcurrir (que como hemos dicho es unidireccional e inmutable), sino de la forma que tenemos de percibirlo los seres humanos y según sea nuestra particular situación en un momento determinado: si es de felicidad, pedimos que se “pare el reloj” pues el “tiempo” parece haberse desbocado…… mientras que si la situación es de dificultad, parece haberse ralentizado en extremo, eso es, como si se hubiera quedado dormido. Luego dado que todo parece depender “del color del cristal con que se mira”, este es un buen barómetro con el que medir el grado de confianza y fe en las promesas divinas de cada cual, porque veamos:
En su momento (20/02/15) los autores de este blog nos atrevimos a apuntar como el punto de inflexión para la puesta en marcha de los siete últimos años del mundo como lo contemplamos, eso es, inmediatamente anteriores a la instalación del reino de Dios en la tierra, para el final del verano del año en curso y lo que nos lleva a Septiembre/Octubre, como el inicio de la profética “semana 70” de Dan. 9:27 (semana de años) y en dónde explicábamos el orden de cómo ocurrirán las cosas: aparición del personaje “anticristo” y hecho delatado por la firma de un tratado de paz por siete años que este establecerá “entre los muchos”, eso es, entre Israel y sus vecinos árabes; también al unísono, aparecen unos poderosísimos enviados de Jehová identificados como los “dos testigos” (Rev. 11:3) y que darán inicio a la predicación mundial anunciada por Jesús en Mat. 24:14 (nada que ver con la ya centenaria “pachanga dominguera” de los TJ), con una duración de 1.260 días o tres años y medio (la primera mitad de la semana mencionada), para cerrar la última parte de esta semana de años (los restantes tres años y medio) con la “gran tribulación” que acabará con aquellos que no hayan hecho caso a lo ofertado en esa predicación (2 Tes. 1:6-9) en la que se alcanzará al mundo entero…… eso es, a grandes rasgos, lo que afirmábamos va a ocurrir y planteamiento en el que nos ratificábamos en artículos posteriores (14/03/15 / 26/03/15 / 04/04/15 / 16/04/15 o 01/05/15).
Planteamiento que no ha sido rebatido por ninguno de esos líderes religiosos, pastores o predicadores que van intoxicando con lo del “arrebatamiento” y zarandajas por el estilo, reuniendo a su alrededor a una multitud ignorante en su inmensa mayoría (independientemente de la buena disposición que tengan de corazón, así como de su calidad como personas, de las que no dudamos) o, en su defecto, personajes que desde la intimidad de su despacho y presumiendo de “expertos” en teología (Apologista Mario Olcese es un ejemplo de ello), van produciendo disparatados videos en los que afirman, por ejemplo y como es en el caso del personaje citado, que el paraíso no será restaurado en el reino de Dios, sino a partir del término de este, eso es, finalizados ya los mil años; no solo no explicándonos para qué sirven entonces esos mil años de prolongación del sufrimiento humano, así como el porqué de una Biblia girando totalmente alrededor de tan magno evento como única esperanza de la humanidad y con un Jesús enviado con la única finalidad de predicar las bondades de dicho reino (Luc. 4:43), sino que además, contradiciendo lo dicho por el mismísimo Hijo de Dios en el sentido de que “reino” era equivalente a “paraíso” y viceversa, tal como se afirma en Luc. 23:43. Pero como a dicho “caballero” lo voy a poner en posición de “firmes” en mi próximo artículo (lo haré a título personal, pues no le permito que me toque “la moral” ni al lucero del alba ¡y es que uno es muy suyo, qué quieren ustedes que le diga!), dejaremos el tema de ese “mercachifle” de la teología y volveremos a donde estábamos, eso es, que nuestro planteamiento de un inmediato inicio de ese período de tiempo profetizado por el bueno de Daniel, no ha sido objetado por nadie y por lo que parece que ha sido dado como bueno.
No obstante a dónde queremos ir a parar, es al hecho de que ese artículo inicial y seguido por otros en el mismo sentido, se publicó en el mes de Febrero del año en curso, por lo que quedaban aún por delante en ese momento y de ser cierta nuestra tesis, entre siete y ocho meses para que ya viéramos “cosas”…… cuando el caso ahora es que ya estamos y en el momento de publicar estas líneas, a solo cuatro meses (cinco a lo más) para que se organice “la mundial” con esa gran predicación que marcará el inicio de los siete últimos años del mundo como lo conocemos y a ser seguidos, de manera inmediata, por el establecimiento en la tierra del tan ansiado, por muchos, reino de Dios en manos de Jesucristo. Es en este sentido, que en el transcurso de este escrito les hemos señalado que realmente el “tiempo” ha corrido siempre a favor del hombre, pues desde la pérdida de la perfección por el pecado de Adán y con ello el inicio de los problemas de la humanidad que hoy plagan a la humanidad y ya enumerados, lo que el “tiempo” ha estado haciendo es acercándonos cada día más al momento en que de nuevo recuperaremos el rol que Jehová en un principio se propuso para el hombre y que como acabamos de señalar, momento que está al caer; pero veamos como en las Escrituras ya se nos muestra que el “tiempo” nunca ha sido nuestro enemigo, sino nuestro mejor aliado:
“Ahora bien, sabemos que Dios hace que todas sus obras (el “tiempo” incluido) cooperen juntas para el bien de los que aman a Dios, los que son llamados según su propósito.” (Rom. 8:28). (Acotación nuestra).
Entonces y dado que ya hemos señalado que el “tiempo” pasa rápido o lento en función de las expectativas personales de cada uno, la pregunta es la siguiente: ¿cómo de corto o largo se le hace a usted ese reducido espacio de “tiempo” que queda pendiente para el cumplimiento de la promesa divina de “restauración” y siempre en el bien entendido, de que aquí “los mendas” no hayamos metido “la gamba” hasta el corvejón en nuestra predicción?
Porque si para usted el “tiempo” continúa pasando con la monotonía que nos tiene acostumbrados (algunos prefiriendo incluso que no fuera tan rápido el llegar de ese momento y que “haberlos haylos”), ello significa que poca o ninguna confianza tiene en ese maravilloso futuro que se nos promete…… si por el contrario, el “tiempo” para usted parece haberse ralentizado en su discurrir hacia ese momento tan esperado ¡enhorabuena, porque usted muestra tener firmemente agarrada la esperanza del reino de Dios y sus promesas!
MABEL
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miércoles, 13 de mayo de 2015
El premio “sobremanera grande” de Abraham.
Uno de los tremendos errores que cometen determinados “teólogos” y que presumen de “diplomaturas” colgadas de una pared, como uno que nosotros conocemos, tiene que ver con la interpretación que hacen de esas palabras que le fueron dichas al patriarca en cuestión y que según ese “genio” de la teología al que nos referimos (que por aquello de la caridad cristiana y todas esas cosas, obviaremos dar su nombre), ello significa sin lugar a duda alguna que al bueno de Abraham le fue ofrecido el reinar con Cristo en el reino de Dios y no el morar en este “simplemente” en calidad de súbdito del mismo y que tampoco es el caso…… porque según el Sal 45:16 a ese personaje y a otros como él (en todo caso, antepasados de Jesús) les serán dados cargos de alta relevancia dentro del organigrama de dicha gobernación de hechura divina. Lo dicho viene a cuento de un video que ha publicado recientemente el personaje al que nos referimos (07/05/15) y en el que de entrada, como tiene por costumbre, miente más que habla, porque veamos:
En dicho video lo que pretende el autor en cuestión es contra argumentar a las respuestas que sobre 35 preguntas que había formulado a los Testigos de Jehová, se presentaron desde este blog y a petición de uno de nuestros lectores, respuestas que pueden encontrar en nuestro artículo del 07/05/15 y publicado casi un día antes de que fuera subido a la red el video mencionado, lo que ya establece una sospechosa relación causa/efecto…… si a ello le sumamos las veladas referencias que en el mismo se hacen de los autores de este blog, así como el temario de su contenido, está clara la señalada relación de causalidad; ahora bien ¿en que miente el autor del mismo? Pues sencillamente al afirmar que hasta el momento de publicar el video del que estamos hablando, ninguna respuesta a dichas preguntas le había llegado hasta él de parte de TJ, así como tampoco de ex-testigos (min. 25’40-26 de grabación) y en clara alusión a aquí “los mendas”; cuando el caso es que quién visualice dicha grabación, al tiempo que haya leído nuestro escrito, rápidamente se dará cuenta de la estrecha relación existente entre el contenido de la tal, con lo respondido por los autores de este blog y confesos ex-testigos de Jehová…… luego resumiendo: dicho autor si había leído nuestro escrito de respuesta a muchas de sus preguntas y a las que por cierto, objeta a su contenido en el video publicado y por lo que queda claro que miente, al señalar que absolutamente nadie le había podido responder a tan “incisivas” cuestiones.
Dicho lo cual, pasemos a responder al disparate en el que cae el “teólogo” en cuestión y que denotan la total carencia de esa formación teologal de que tanto presume, de la que por cierto apunta al término de dicho video que él “no tiene la culpa” de haber podido estudiar teología y extremo éste en el que los autores de este blog no podemos estar más de acuerdo…… ahora bien, de lo que “sí tiene la culpa” es, a nuestro entender, de haber sacado tan pésimo rendimiento de sus años de esfuerzo estudiantil. Porque de lo contrario, no se entiende la cantidad de disparates teológicos contenidos en dicho video (de hecho en todas sus “enseñanzas”) y que, además, resulta que en 30 minutos de grabación y de deslavazada y repetitiva verborrea en su intento de desbaratar las respuestas que desde este blog se le presentaron y ello con un amplio despliegue de textos bíblicos como apoyo de nuestras afirmaciones, solo cita de un testo bíblico (para meter aún más “la gamba” si cabe y algo de lo que hablaremos más adelante), por lo que mucho “bla, bla, bla”, pero nada de contra argumentar con una Biblia en la mano…… con lo que es del todo apropiada la cita que figura en nuestra imagen de entrada; dicho lo cual, volvamos al tema de Abraham y su supuesto premio como rey en el reino, arguyendo algunas de las razones por las que Abraham no puede reinar con Cristo en el reino de Dios.
En primer lugar y como el propio autor de ese desaguisado perpetrado en el video de referencia reconoce, para reinar en el reino uno tiene que tener la condición reconocida de Hijo de Dios y circunstancia que no concurre en dicho caso…… porque si ello fue así en el caso de Abraham ¿cómo podría ser entonces Jesucristo, el “primogénito” entre muchos hermanos y según nos muestra Rom. 8:29?:
“…… porque a los que dio su primer reconocimiento también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.”
Para ser el “primogénito” (el término ya lo dice todo), entonces, se requería y como se señala en dicho pasaje, que los hermanos de Jesucristo fueran posteriores a este, pues de lo contrario y razonando con un mínimo de lógica y sentido común, no podrían ser hechos “a su imagen” (eso es, el “modelo” a partir del cual “ser hechos”, pues de lo contrario perderían todo sentido esas palabras de Pablo), ya que sería Jesús el que fue hecho “conforme a la imagen de ellos” pues existieron siglos antes que éste hiciera acto de presencia; por otra parte y según las Escrituras, el primer ser humano reconocido por Dios como hijo suyo fue Jesús, a menos, eso sí, que las Escrituras nos cuenten una “milonga”…… pero veamos cómo se produjo la cosa, desde su mismo principio, pues ello nos permitirá captar con más detalle lo que tratamos de exponer:
“De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios; 31 y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo y has de ponerle por nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre y de su reino no habrá fin.” (Luc. 1:30-33).
La pregunta inmediata de María, que era virgen, pero no tonta, fue la siguiente:
“Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”.” (v. 34).
Y a lo que el ángel respondió lo siguiente, según el versículo 35:
“En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti y poder del Altísimo te cubrirá (o “fecundará”) con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”.” (Acotación nuestra).
Entonces lo que se nos explica, es cómo Dios “engendró” en el vientre de una virgen judía y mediante la poderosa intervención de Su espíritu santo, un hijo Suyo que nacería “santo”, eso es, sin pecado; posteriormente de ese hijo se nos dijo lo siguiente:
“Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. 17 ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado”.” (Mat. 3:16-17).
Eso es, que fue Jehová Dios quién reconoció su paternidad en el caso de Jesús, el hijo nacido de María, por lo que siempre ha sido identificado por generaciones como el “Hijo de Dios”, tal como Este había dicho por boca de su ángel…… y todo esto, no se produjo en el caso de Abraham, ni en el de ningún otro ser humano; pero es que hay más, cuando analizamos las palabras con las que Dios reconoció a Jesús como Su Hijo y que fueron estas: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado”. Prescindiendo que la frase en sí misma ya lleva a pensar en la existencia de un solo Hijo de Dios envuelto en el asunto ¿significa la construcción de dicha frase, de que entre otros supuestos Hijos de Dios existentes y como nos sugiere el “teólogo” mencionado (Abraham y otros), solo éste era “amado” y el único “aprobado”? No y por lo tanto, lo único que se puede entender de dichas palabras, así como del entero relato expuesto, es que Jehová solo reconocía a Jesús como Su Hijo único…… de hecho, lo que leemos en Juan 3:16 y en palabras del propio Jesús y que algo más que ese “genio” de la teología del que estamos hablando, sabría del tema, va precisamente en esa dirección:
“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo (“unigénito” según versiones, pero que significa lo mismo), para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (NTV). (Acotación nuestra).
Algo que jamás podría haber afirmado Jesús en ese momento y sin incurrir en una mentira, si Abraham ya hubieran adquirido dicha condición en tiempos pretéritos; por lo tanto, en el momento de aparecer Jesús como el Hijo de Dios, no existía ningún otro Hijo de Dios “despendolao” por ahí y anterior a él…… luego Abraham no era un Hijo de Dios y por tanto no puede heredar el reino en calidad de inmortal rey y sacerdote. Pero no obstante, es cierto que lo dicho hasta este momento no explica que es lo que pudo ser ofrecido a Abraham y que se pudiera considerar como un galardón “muy grande” (que es de lo que se trata) y lo que nos retrotrae a los tiempos en que dicha oferta fue formulada; vayamos, por tanto, a las palabras que le fueron dichas a Abraham en su momento y que, de forma disparatada, el autor del video objeto de análisis afirma que solo pueden significar que le fue prometido un puesto de rey al lado de Jesucristo en el reino milenial:
“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abrán en una visión y dijo: “No temas, Abrán. Soy para ti un escudo. Tu galardón será muy grande.” (Gén. 15:1).
Habría que destacar que la expresión “sobremanera grande” de nuestro titular y que es sobre la que se apoya dicho autor para sacar sus disparatadas conclusiones, solo se encuentra en la RV 1960 y que es la traducción que suele usar dicho personaje como referente…… pero que en todo caso vendría a ser lo mismo: un premio por encima de lo imaginable para una persona como dicho patriarca; dicho esto, lo que procede es averiguar cuál era la situación por la que en ese momento estaba pasando el bueno de Abraham y expresada ésta en sus propias palabras:
“A lo que dijo Abrán: “Señor Soberano Jehová, ¿qué me darás, cuando voy quedándome sin hijo y el que poseerá mi casa es un hombre de Damasco, Eliezer?”. 3 Y Abrán añadió: “¡Mira! No me has dado descendencia y, ¡mira!, un hijo de mi casa (el hijo tenido de una esclava) me sucede como heredero”. (vs. 2-3).” (Acotación nuestra).
Ello significaba que su línea genealógica quedaba cortada y con lo que no habría sido antepasado de Jesucristo, cosa fundamental en aquellos tiempos para esos patriarcas…… recordemos la que se montó entre Esaú y Jacob (Gén. 25:31-35), por los derechos de primogenitura; pero volviendo a donde estábamos, obviamente nos encontramos ante una pregunta directísima y que merecería en justa correspondencia, igual respuesta y por lo que si el plan de Dios hubiera sido el darle un puesto de rey en el gobierno del reino, lo lógico es que se lo hubiera dicho en ese mismo momento…… pero lejos de esto, veamos por dónde iban los planes de Jehová, según los versículos 4-5:
“Pero, ¡mire!, la palabra de Jehová a él fue en estas palabras: “Este hombre no te sucederá como heredero; más bien, uno que saldrá de tus propias entrañas, te sucederá como heredero”. 5 Entonces lo sacó afuera y dijo: “Mira hacia arriba, por favor, a los cielos y cuenta las estrellas, si es que se te hace posible contarlas”. Y pasó a decirle: “Así llegará a ser tu descendencia”.”
Pero en todo caso, ésta y aunque parte de ella, no era en sí misma la recompensa “muy grande” prometida al bueno de Abraham, sino lo que encontramos más adelante y en dónde ya Jehová le explica en qué consistiría, realmente, la recompensa que iba a darle…… para ello tenemos que irnos a Gén. 17:3-6 y tomado de la misma traducción que usa esa “figura” de la teología del “mundo mundial”, la mencionada RV 1960:
“Entonces Abram se postró sobre su rostro y Dios habló con él, diciendo: 4 He aquí mi pacto es contigo y serás padre de muchedumbre de gentes. 5 Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. 6 Y te multiplicaré en gran manera y haré naciones de ti y reyes saldrán de ti”(refiriéndose fundamentalmente, a aquellos que reinarían en el reino de Dios).” (Acotación nuestra).
Y este es el “pacto” o promesa que Jehová Dios estableció con Abraham y que haría de ese personaje una auténtica figura para generaciones futuras (estaríamos hablando del principal antepasado de Jesús y sobre quien se empieza a gestar o edificar, el proyecto divino de restauración mediante el reino de Dios) y ejemplo de ello, es que unos 4.000 años nos contemplan desde esas palabras y todavía continuamos hablando de él, como uno de los personajes de más relumbrón en la historia del mundo y que como tal, será considerado por una eternidad; sin embargo y volviendo al tema que nos ocupa, noten que lo que se le dijo a ese patriarca es que reyes “saldrían de él” y no que él tuviera que ocupar el puesto de rey en cualquier momento de la historia y que es algo muy distinto…… luego todo considerado, la promesa de Jehová nada tenía que ver con el que Abraham participe en ese futuro gobierno del reino en calidad de inmortal rey y sacerdote, sino la pieza fundacional y por llamarlo de alguna manera, de la que arrancaría el proyecto del reino.
Pero es que además, resulta que desde la promesa divina al patriarca en cuestión, hasta llegar al pacto “para un reino” que celebró Jehová con el recién liberado pueblo de Israel del yugo egipcio y que ese sí, ya contemplaba la posibilidad de que algunos y en un futuro aún lejano, llegaran a ser reyes y sacerdotes para reinar junto a Cristo, pasaron más de 400 años y pacto que se estableció en estos términos:
“…… “Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán (tiempo futuro) a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. 6 Y ustedes mismos llegarán (de nuevo se está hablando en futuro) a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel.” (Éxo. 19:5-6). (Acotaciones nuestras).
Luego lo que está claro, es que hasta ese momento no hubo pacto alguno en este sentido, eso es, el de poder llegar a ser designado como rey para conformar ese futuro gobierno divino por aparecer…… luego ¿cómo se puede entender que ya Abraham hubiera recibido, más de 400 años antes, un puesto en ese gobierno del reino? Lo que nos indica la lógica, sencillamente, es que eso no fue así, sino que lo que ocurre es que estamos ante un supuesto “teólogo” que muestra estar “más pallá que pacá” en cuestiones bíblicas, pues está clarísimo en el contexto escritural que nada parecido le fue ofertado a dicho patriarca…… por lo que el “teólogo” en cuestión y como nos tiene acostumbrados, se ha “columpiado” de nuevo o, lo que es lo mismo, que no tiene ni puñetera idea de lo que está hablando.
Queda claro, entonces y haciendo buena la leyenda de la imagen que encabeza este escrito, que de nuevo nos encontramos ante grandilocuentes alocuciones sin ningún tipo de “sustancia” y de mucho menos apoyo bíblico, por tanto burdas mentiras por parte del personaje señalado a lo largo de este artículo que, en cuanto a teología, resulta ser una verdadera catástrofe andante y por lo que no puede ser tomado en consideración ninguna de sus proposiciones…… proposiciones ante las que los TJ se “chotean”, pues resulta ser menos creíble el “criticador” que el “criticado”, por lo que ya ni se molestan en contestarle. Y si lo hacemos nosotros, no es por el mero hecho de meternos con dicho “intelectual” (que de teólogo tienen lo mismo que nosotros de curas) y que más bien nos importa “un bledo” lo que diga, pues nada nos puede aportar (excepto ocasiones para “vapulearle”), sino el interés en aquellos de sus seguidores que también nos lean a nosotros (que no son pocos) y que puedan verse perjudicados por las “gansadas” que publica ese “súmmum” de la teología en su blog de videos; además, de la voluntad por parte de los autores de este blog, de subrayar el hecho de que aún continúa habiendo alguien que entiende lo que se dice en las Escrituras…… que eso se lo crea quien nos lee, ya es “harina de otro costal”.
MABEL
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jueves, 7 de mayo de 2015
¡…… y es que hay preguntas que merecen “palos”!
Porque claro, resulta que cuando uno pregunta, o bien lo hace para aprender y lo que es muy loable, o bien lo que espera es que mediante dicha pregunta se despierte la capacidad de razonamiento del preguntado y con ello enseñarle algo, lo que también es igual de loable…… lo que no puede ser, es preguntar cosas cuando uno ignora las razones que están envueltas en ellas y por lo que nos encontramos, sencillamente, ante un preguntar solo por preguntar. Pero veamos a qué viene este comentario: una buena amiga de este blog y a colación de un artículo que habíamos acabado de publicar (01/05/15), en el que aludíamos a Apologista Mario Olcese y personaje de referencia en la introducción que acaban de leer, nos remitió un correo informándonos de ciertas preguntas que el tal personaje planteaba a los Testigos de Jehová y mediante las cuales estos pudieran probar la veracidad de su doctrinas más representativas…… preguntas que ustedes pueden encontrar en el artículo publicado por dicho “caballero” en su blog de cabecera y en fecha también del 01/05/15.
Dado que es obvio que nuestra buena amiga lo que pretendía con ello, es ver cómo responderíamos nosotros a las mismas y desde un punto de vista estrictamente bíblico, en nuestro deseo de complacerla pasamos a visitar dicho blog para ver de qué iba la cosa y efectivamente, en el artículo perteneciente a la fecha que les hemos señalado nos encontramos con las 35 preguntas de las que se nos habían hablado y en las que en cada una, se requería de un texto demostrativo que avalara determinada enseñanza…… y obviamente dando por sentado desde la parte “preguntante”, que el tal no existe, pues de lo contrario dicha exigencia no tendría sentido. Después a un breve análisis, llegamos a la conclusión que solo podíamos responder a parte de esas preguntas y que sí tenían una componente bíblica, pues el resto tenía que ver con “interpretaciones” más bien sicodélicas de las Escrituras que esos señores (los TJ) hacen para defender algunas de sus doctrinas fundamentales, pero del todo indefendibles desde el punto de vista del contexto escritural ¡vamos, que no hay texto o pasaje bíblico que las avale! Dicho lo cual, veamos qué respuesta tienen esas preguntas presentadas por el “teólogo” Mario Olcese y que, paradójicamente, tienen como objeto el cuestionar puntos que verdaderamente son defendibles bíblicamente…… y lo que prueba la supina ignorancia en cuanto al contenido escritural por parte del que las formula, pues queda claro que desconoce la existencia de los textos que prueban las cuestiones que él está poniendo en entredicho.
Por otra parte y antes de iniciar dicho análisis, lo que habría que señalarse de entrada es que no toda cuestión planteada puede ser respondida satisfactoriamente mediante un solo texto bíblico, pues hay que tener en cuenta los contextos, pues estos son los que complementan y añaden solidez al pasaje del que se trate. Luego lo que nosotros haremos, es presentar argumentos apoyados por determinados textos bíblicos y que en conjunto, den una respuesta razonable a la pregunta formulada…… excusamos decir, por tanto, que exigir respuestas concretas partiendo de textos concretos y que es lo que se nos propone, solo habla de un manifiesto analfabetismo bíblico por parte del “preguntador” y como resulta ser, repetimos, en el caso del personaje que nos ocupa; apuntado lo cual, entremos en materia y veamos la primera de esas preguntas:
1.- Un texto bíblico que pruebe que habrá una resurrección multitudinaria en el milenio.
De entrada habría que señalar, que para recibir respuestas adecuadas a lo que se pregunta, hay que empezar por saber preguntar y que tampoco parece ser el caso, pues esta pregunta ya de principio resulta confusa, pues no sabemos si lo que se intenta averiguar es si la resurrección señalada será “multitudinaria”, o si bien lo que se quiere saber es si la tal se producirá “durante” el tiempo abarcado por el reino de Dios, eso es, dentro del período milenial. Sin embargo, sí hay un pasaje que nos muestra ambos extremos, eso es, que dicha resurrección será multitudinaria y que se produce durante el período milenial; veámoslo:
“Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados, para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos, a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18).
Entonces que estamos ante una resurrección multitudinaria queda claro por el hecho de que se nos dice que estamos ante el tiempo “señalado” para que los muertos reciban su correspondiente retribución (premio o castigo, según sea el caso), lo que implica la resurrección de todos los muertos desde que el mundo es mundo a menos, eso sí, que algunos se queden sin dicha retribución y lo cual no tendría sentido en un Dios de “justicia” y término que significa el dar a cada uno aquello que se merece. Y que será dentro del período milenial, queda claro por el marco de circunstancias en el que se procede a dar dicha retribución, eso es, en el momento en que Jehová Dios y por medio de Su Hijo Jesucristo, trae el juicio a la tierra por medio de la instauración del reino de Dios (Dan. 2:44); en todo caso y en apoyo del primer supuesto, que dicha resurrección será multitudinaria, veamos también el siguiente pasaje:
“No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas (o sea, todas aquellas personas que están en el recuerdo de Dios) oirán su voz 29 y saldrán…” (Juan 5:28-29). (Acotación nuestra).
Luego si “todos” los muertos desde que el mundo existe, “oirán su voz” (lo que significa que serán llamados por nombre) y “saldrán”, es obvio lo multitudinario de dicho evento; veamos ahora como reforzamos el segundo supuesto, eso es, que dicha resurrección ocurre “durante” el milenio, en esta ocasión con el siguiente texto:
“Jesús le dijo: “Tu hermano se levantará”. 24 Marta le dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”.” (Juan 11:23-24).
Es obvio, que ese pasaje precisa de un contexto que avale el sentido que le pretendemos dar y por lo cual, la pregunta ahora tendría que ver con qué se entiende por “el último día” del que nos habló la buena de Marta; expresión que, en todo caso, Jesús no discutió como el momento en que efectivamente se llevaría a cabo dicha resurrección de carácter general…… y respuesta que encontramos en Hech. 3:20-21:
“…… y para que él (Jehová Dios) envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Acotación nuestra).
Puesto que el regreso de Jesucristo se relaciona con “los tiempos de la restauración de todas las cosas”, eso es, el devolver una situación, cosa u objeto a su estado inicial (en este caso, a la humanidad a los tiempos de Adán y Eva antes del pecado), es obvio que desde el punto de vista bíblico “el último día” señalado por Marta es consustancial con el período de tiempo del reinado de Jesucristo sobre la tierra y dentro del cual, se llevarán a cabo “todas las cosas que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” y entre las que figura la siguiente:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.” (Isa. 25:8).
Y que ello tiene que ver, no solo con el eliminar la muerte de sobre la tierra, sino también con el restaurar a la vida a los muertos en una resurrección, queda patente en el siguiente profético pasaje y cuyo contenido se incluye también entre esas “cosas” que el Altísimo prometió al ser humano que serían restauradas, por medio de sus profetas:
“Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, vuelvan a la vida).” (Isa. 26:19). (Acotación nuestra).
Pero siendo evidente que de lo que se nos está hablando es de una resurrección, resulta que eso no es lo que está en discusión, sino que lo que se discute es el espacio temporal dentro del cual se produce esta; porque claro, lo que el Sr. Olcese y autor de las preguntas objeto de análisis pone en cuestión, no es la existencia de otra resurrección (aparte de la “primera” resurrección de Rev. 20:6) y que a partir de ahora en adelante y para no liarnos, sencillamente mencionaremos como la resurrección de los muertos, sino el hecho de que la misma y según su peculiar manera de entender las Escrituras, ocurre ya pasados o fuera ya del ámbito de los mil años del reinado de Cristo y ello en función de una más que estrafalaria interpretación de Rev. 20:12-13…… sin embargo, lo que nosotros afirmamos es que lo que se nos dice en las Escrituras acerca de dicha resurrección, es que esta ocurre durante el período milenario. No obstante y si bien es cierto que los pasajes mencionados hasta el momento nos hablan de una resurrección, no es menos cierto que en sí mismos tampoco son demasiado explícitos o contundentes en señalar el tiempo en que la tal se lleva a efecto…… y aquí aparece de nuevo el contexto salvador, pues veamos lo que se lee en Isa. 25:7 y texto anterior al que hace un momento hemos hecho referencia:
“Y en esta montaña (eso es, en el ámbito de influencia de dicha “montaña”) él ciertamente se tragará la cara de la envoltura que está envuelta sobre todos los pueblos y la obra tejida que está entretejida sobre todas las naciones.” (Acotación nuestra).
No siendo esa “envoltura” y esa “obra tejida”, más que una alusión a la muerte que como envoltura tejida constriñe al ser humano y de la que se nos habla en el verso 8 que, repetimos, ya hemos leído; ahora bien…… ¿qué es esa “montaña” dentro de cuyo contexto la muerte será reducida a nada, mediante la resurrección y como hemos comprobado en el también leído Isa. 26:19? Para responder a esta pregunta, nos tenemos que trasladar a la profecía de Daniel y en donde se lee esto:
“Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los actuales) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; 45 puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro. El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable y la interpretación de él es digna de confianza.” (Dan. 2:44-45). (Acotación nuestra).
Y puesto que ya unos versos antes, concretamente en el 35, se nos ha explicado que esa “piedra” cortada que dio contra la imagen y la desmenuzó, llegó a ser una “gran montaña” que llenó toda la tierra, solo se puede concluir que la “montaña” en la que los muertos serán devueltos a la vida y de la que se nos habla en Isa. 25:7, no es otra cosa que el reino de Dios en manos de Jesucristo…… luego ahora sí, blanco y en botella: la resurrección de los muertos se lleva a término dentro del período de tiempo de mil años del reino de Dios. Por lo tanto y resumiendo la cuestión, la respuesta a esa primera pregunta es la siguiente: si bien no hay un texto concreto que pueda responderla de manera explícita y contundente, si lo hace el conjunto del contexto escritural y que nos señala de manera incontestable que, efectivamente, estaríamos ante una resurrección multitudinaria que se llevará a cabo de manera progresiva durante el milenio…… establecido lo cual, vayamos a la segunda pregunta:
2.- Un texto bíblico que pruebe que los impíos que no conocieron a Dios serán resucitados en el milenio para tener una oportunidad para conocer a Dios.
Partiendo de lo ya considerado hasta el momento, esta respuesta sí se puede dar con un solo texto del todo concluyente, eso es, Hech. 24:15 y que se vierte de la siguiente manera en distintas versiones:
TNM: “…… y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”
BJ: “…… y tengo en Dios la misma esperanza que éstos tienen, de que habrá una resurrección, tanto de los justos como de los pecadores.”
BLP: “Mantengo la esperanza, que comparten también mis oponentes, de que Dios hará resucitar tanto a los buenos como a los malos.”
LBLA: “…… teniendo la misma esperanza en Dios que éstos también abrigan, de que ciertamente habrá una resurrección tanto de los justos como de los impíos.”
TLA: “Yo creo que Dios hará que los muertos vuelvan a vivir, no importa que hayan sido buenos o malos. Y también los que me acusan creen lo mismo.”
Aclarar que todas aquellas versiones que usan el término “impíos”, añaden una acotación a pie de página que corrige dicho término, por “injustos”. Pero claro, de lo que nos habla el Sr. Olcese es de aquellos “impíos que no conocieron a Dios” y por lo que se podría repreguntar en el sentido de, sobre qué base si uno no conoce ni a oído hablar de Dios, puede ser calificado de “impío” y que a lo largo de la historia de la humanidad, habrá seguramente, miles de millones de personas en esta situación; no olvidemos que el sentido primario del término “impío”, es la falta de respeto a las normas sagradas y lo que implica el no respetar al propio Dios Altísimo…… pero ¿cómo se puede respetar aquello que no se conoce y ser culpado por ello? Para resolver esta cuestión, tenemos unas palabras de Jesús que pueden ser tomadas como un principio y que nos dan a entender que no hay culpa, si hay desconocimiento; pero veámoslas:
“Y Jesús dijo: “Para este juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, queden ciegos” (estaba hablando en sentido espiritual, luego en lo relacionado a conocer o no, las cosas de Dios). 40 Aquellos de los fariseos (dirigentes religiosos de Israel, en los tiempos de Jesús) que estaban con él oyeron estas cosas y le dijeron: “Nosotros no somos ciegos también ¿verdad?” (a diferencia del pueblo al que esos personajes consideraban “malditos”, por no conocer la Ley de Dios y de la que ellos eran maestros). 41 Jesús les dijo: “Si fueran ciegos (eso es, que no “vieran” o no “conocieran”), no tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen: “Vemos”. Luego su pecado permanece” (eso es: puesto que “conocían” las cosas de Dios, pero no las obedecían, eran hallados culpables).” (Juan 9:39-41). (Acotaciones nuestras).
Luego según este principio, se puede entender que es peor el desobedecer teniendo conocimiento de lo desobedecido, que actuar mal desde el punto de vista de Dios, pero desconociendo lo que Este demanda de uno; luego las personas que a lo largo de su vida no han tenido conocimiento de las exigencias de nuestro Creador (ni siquiera de la existencia de Este en su calidad de Dios verdadero y que es de lo que se trata), no pueden ser halladas culpables de transgresión consciente, por tanto calificadas de “impías” y, consecuentemente, el ser rechazadas por ello de participar en la resurrección de los muertos…… dicho lo cual, queda claro que el pasaje de Hech. 24:15 mencionado, responde perfectamente a la pregunta analizada; por lo que vayamos a la siguiente:
3.- Un texto bíblico que pruebe que los impíos incorregibles e impenitentes nunca resucitarán sino que permanecerán eternamente inconscientes en sus tumbas o sepulcros.
Pregunta que puede ser respondida también con un solo pasaje, en este caso con el de Judas 5-7:
“Deseo recordarles, a pesar de que saben todas las cosas de una vez para siempre, que Jehová, aunque salvó a un pueblo de la tierra de Egipto, después (o “de una vez para siempre”, según nota a pie de página en algunas traducciones) destruyó (o redujo a la nada y que es muy distinto a sufrir la muerte causada por el pecado heredado que experimentamos los seres humanos) a los que no mostraron fe. 6 Y a los ángeles que no guardaron su posición original, sino que abandonaron su propio y debido lugar de habitación, los ha reservado con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día. 7 Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, después que ellas de la misma manera como los anteriores hubieron cometido fornicación con exceso, he ido en pos de carne para uso contranatural, son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno (o destrucción eterna).” (Acotaciones nuestras).
Porque si ello no fuera así, eso es, que aquellos destruidos por un juicio adverso directo por parte de Jehová Dios, como los muertos en el diluvio del día de Noé, o los rebeldes Coré, Datán y Abiram (y seguidores de estos) de los días de Moisés, o los moradores de Sodoma y Gomorra, no hubieran sido objeto del castigo de destrucción eterna ¿de qué “ejemplo amonestador” estaríamos hablando, si al final resultara que fueran también resucitados y, como los demás, con la opción de alcanzar la vida eterna? Luego parece quedar claro que la “muerte” es una cosa de la que hay retorno (por medio de la resurrección), mientras que no hay retorno posible de la destrucción a manos de Jehová, pues el juicio divino es eterno…… de ahí las palabras registradas en Hebr. 10:31:
“Es cosa horrenda caer en las manos del Dios vivo.”
Pero podríamos añadir a lo dicho y por aquello de dejar la cosa bien sentada, unas palabras dichas por el apóstol Pablo y referidas a unas personas que se enfrentaron en su momento y con feroz contumacia con aquellos que tenían a su cargo el difundir el mensaje de Jesús, oponiéndose con ello a la voluntad divina de que dicho mensaje fuera divulgado:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación (eso es, que intentaban evitar por todo medio la divulgación del mensaje divino, llegando para ello incluso a la violencia física contra aquellos que tenían a su cargo dicha tarea), 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen (pues rehusaron hacerlo) a Dios y sobre los que no obedecen (pues con violencia se resistieron a ello) las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos (eso es, las personas opositoras que vivieron en los tiempos de la labor apostólica y aquellas que en un futuro, harán lo mismo que ellas) sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna (luego de la que no hay resurrección posible) de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (2 Tes. 1:6-9). (Acotaciones nuestras).
Entonces la pregunta es inevitable ¿sería lógico y a tenor de lo que acabamos de leer, que esas personas que en el primer siglo persiguieron a muerte a los legítimos representantes de Dios, fueran resucitadas y con la perspectiva de alcanzar también la vida eterna, codo con codo con aquellas a las que masacraron? Ahí dejamos la pregunta y dicho lo cual continuaremos con nuestro análisis, pero obviando las preguntas 4 a la 14, pues estas y como hemos señalado al principio, tienen que ver con doctrinas de los TJ apoyadas en “sicodélicas” interpretaciones de distintos pasajes bíblicos y que no tienen sentido alguno…… por lo tanto, veamos ahora la pregunta que sigue:
15.- Un texto bíblico que pruebe que en el milenio no habrá muerte.
Pues en este caso y por aquello de que para que falte, más vale que sobre, señalaremos tres de ellos:
“Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado. (Isa. 25:8).
Veamos otro:
“Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.” (Rev. 21:3-4).
Ahora bien, si uno está en “la luna de Valencia” y que en España dicha expresión se usa para significar el estar fuera de lugar, eso es, más perdido “que un pato dentro de un garaje” y como es el caso del Sr. Olcese en cuestiones bíblicas ¡pues qué quieren que les digamos, como no sea que a partir de ahí cualquier cosa se puede esperar de semejante personaje! Y es que en una muestra de su capacidad “teológica” dicho “caballero” afirma que los capítulos de Rev. 20 al 22 aplican para terminado el milenio y por lo tanto, el pasaje señalado tiene un cumplimiento post milenial…… partiendo de ahí, ni mención del “cacao” mental que se monta el hombre y que resulta en los disparates que publica. En todo caso y prescindiendo de que en nuestro artículo del 01/05/15 mencionado al inicio de este escrito, ya exponíamos las razones por las que dicha forma de pensar no es más que una solemne majadería, veamos otro pasaje que reafirma nuestro planteamiento en el sentido de que la muerte como tal, es erradicada durante el reinado de mil años de Cristo y que encontramos en 1 Cor. 15:24-26, en donde se lee como sigue:
“En seguida, el fin (del milenio, obviamente), cuando él (Jesucristo) entrega el reino a su Dios y Padre, cuando haya reducido a nada todo gobierno y toda autoridad y poder. 25 Porque él tiene que reinar hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. 26 Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.” (Acotaciones nuestras).
Y eso solo puede ocurrir cuando la resurrección haya llegado a su fin, pues mientras exista un solo muerto sin ser devuelto a la vida, la muerte continuará prevaleciendo como un poderoso enemigo del reino de Dios; de ahí y dado que la resurrección será progresiva y requerirá de buena parte del tiempo del reinado de Cristo, que se nos diga que la muerte es “el último enemigo” en ser derrotado…… y si este pasaje leído nos sitúa en el preciso momento en que Jesucristo ya terminada su tarea “entrega el reino” de retorno a su Padre Celestial que se lo encomendó (vs. 27-28), ello solo puede significar que la resurrección de los muertos es anterior a ese retornar del reino a Dios, lo que sitúa dicha resurrección durante el reinado de Cristo y no después de terminado este, como de forma totalmente disparatada enseña Apologista; dicho lo cual, continuemos con la siguiente pregunta:
16.- Un texto bíblico que pruebe que el milenio será el paraíso recobrado.
Pues por ejemplo, uno tan conocido como puede ser Luc. 23:42-43:
“Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”.”
Y prescindiendo que este pasaje también coloca la resurrección de los muertos dentro del reino de Dios, pues esto es lo que el malhechor estaba demandando de Jesús, eso es, el ser resucitado cuando éste llegara en su reino, lo que vemos en el mismo es el paralelismo que establece el propio Hijo de Dios entre “reino” y “paraíso”…… porque noten que las palabras del malhechor fueron “cuando entres en tú reino” y lo que le respondió Jesús fue “estarás conmigo en el paraíso”. No perdamos de vista el hecho que la expresión griega “pa·rá·dei·sos” que hoy se traduce “paraíso” en español y en clara referencia al “jardín de Edén” (Gén. 2:15), en la época de Jesús y según algunos estudiosos, se usaba para referirse al lugar en donde los hijos de Dios vivirían en paz y felicidad, hasta que llegara el momento final en el que uno tendría que decidir sobre su propio futuro, en clara referencia al momento señalado en Rev. 20:7-10.
Luego palabras del propio Hijo de Dios, que establecen una total equivalencia entre el “reino de Dios” y el “paraíso en la tierra”, como las dos caras de una misma moneda…… y puesto que no es arriesgado afirmar, que algo más sabría Jesús del asunto que el “enteradillo” del Sr. Olcese, el pasaje en cuestión prueba sin la menor duda que el paraíso será instaurado en la tierra durante el milenio; dicho lo cual y por las razones ya aludidas, saltamos hasta la pregunta 20 y en la que se nos demanda lo siguiente:
20.- Un texto bíblico de prueba de que Jesús dio a conocer el nombre de Dios a todo el mundo que lo escuchaba durante su ministerio.
Texto que encontramos en esta ocasión en Juan 17:26 y de nuevo, en una afirmación del propio Hijo de Dios:
“Y yo les he dado a conocer tú nombre y lo daré a conocer (luego persistió en la tarea de continuar dando a conocer dicho nombre), para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en unión con ellos.” (Acotación nuestra).
Por otra parte, también tenemos el relato que nos muestra cómo enseñó Jesús a orar a sus seguidores:
“Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tú nombre…”.”
Y mal se puede santificar un nombre si este no se conoce; pero es que resulta que el escritor del libro “A los Hebreos” y citando del profético Sal. 22:22, en directa aplicación a Jesús, escribió lo siguiente:
“…… como dice: “Declararé tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré con canción”.” (Hebr. 2:12).
Por lo que si todos estamos de acuerdo que Jesús cumplió todas y cada una de las profecías con él relacionadas, es obvio que también cumplió con esta y por lo que tuvo que enseñar el nombre de su Padre Celestial a sus seguidores; nombre que él conocía perfectamente y que transmitió a sus apóstoles, los cuales lo transmitieron a su vez, a sus más inmediatos seguidores…… y es que no nos imaginamos a todo un Hijo de Dios, como a Esteban, o Felipe, o Bernabé y tantos otros que alcanzaron dicha condición, que no tuvieran un conocimiento exacto de cuál era el verdadero nombre de su Padre Celestial.
Ya otra cosa es que en tiempos posteriores y debido a estúpidas supersticiones por parte de los dirigentes religiosos de Israel sobre dicho nombre, este fuera poco a poco restringido del uso cotidiano y con el tiempo acabara perdiéndose; con el resultado de que lo que hoy nos ha llegado hasta nosotros son las variantes gráficas Jehovah y Yahveh (Jehová y Yavé en español) y partiendo del llamado “tetragrámaton” que se compone de las siguientes consonantes: YHWH…… y este es el nombre de Dios. Pero dado que el hebreo se escribía sin vocales, a ver ahora y casi 2.000 años después, quién es “el guapo” que acierta con la vocales que darían forma fonética a las tales y que nos acercaran, más o menos, a la pronunciación correcta del nombre de Dios…… pero en todo caso y ateniéndonos a la pregunta en sí misma, es evidente que el nombre de Dios, se pronunciara como se pronunciara y sonara como sonara, sí fue dado a conocer durante el primer siglo a los seguidores de Jesús; dicho lo cual, pasemos a otra pregunta de las contestables:
23.- Un Texto bíblico de prueba que nos diga que Abraham, David, Moisés, y otros insignes hombres del llamado Antiguo Testamento que fueron paradigmas de la fe tienen una esperanza de vivir como súbditos del reino.
En este caso tenemos que volver y por aquello de centrar la situación, a las dos resurrecciones de las que se nos habla en las Escrituras: la “primera” de Rev. 20:6 en la que solo participan los que tienen que reinar con Cristo y que hemos dicho, se produce dentro de este sistema de cosas, pues ellos pelean la batalla de Armagedón (Rev. 17:14) y que es el episodio con el que concluye este sistema de cosas...... y una “segunda” resurrección, a la que nosotros y como ya hemos señalado, sencillamente la identificamos como la resurrección de los muertos, que ya hemos visto que se produce durante el período de tiempo del reino de mil años de Dios y en la que aparecen progresivamente aquellos que, sumándose a los sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14), conformarán el conjunto de los súbditos de dicho reino.
Resurrección ésta en la que van apareciendo esos notables del AT mencionados por el Sr. Olcese (entre muchísimos otros patriarcas), por lo que se convertirán en súbditos del reino de Dios…… obviamente en puestos de altísima relevancia dentro del organigrama de dicha gobernación divina y como corresponde a su prestigio ante el Creador, pero en sujeción al poder superior, o sea, en súbditos al fin y al cabo. Pero claro, lo que el personaje en cuestión defiende es que dichos personajes también reinarán con Cristo y para lo cual, tendrían que participar de la “primera” resurrección, pues esto es lo que leemos en las Escrituras:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (los que participan de esta resurrección) la muerte segunda no tiene autoridad (eso es, que se les concede la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotaciones nuestras).
El problema con el que se encuentra el Sr. Olcese para mantener semejante disparate, está en que solo pueden heredar el reino en condición de inmortales reyes y sacerdotes, aquellos que tengan la condición de Hijos de Dios y que no es el caso entre los notables del AT, si nos atenemos a lo dicho por Pablo en Rom. 8:29:
“…… porque a los que dio su primer reconocimiento, también los predeterminó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.”
Lo que leemos entonces, es que el primer Hijo de Dios fue Jesucristo y después aparecieron otros que fueron hechos a la imagen del original (eso es, a la imagen de éste) y lo que convierte a ese original como el “modelo” a partir del cual seguirían otros, que serían reconocidos como hermanos suyos y lo que permite que Jesucristo sea el primero o “el primogénito entre muchos hermanos”; y siendo el caso que la condición de Hijo de Dios le fue reconocida a Jesús en el momento de su bautismo (Mat. 3:16-17), resulta que si los Abraham y compañía en su momento ya hubieran sido reconocidos como tales por Dios (requisito “sine qua non” para reinar con Cristo, recordemos) y que es lo que nos propone Apologista…… ¿cómo puñetas podría ser Jesucristo, de manera alguna el “primogénito” de entre muchos hermanos? A lo dicho, habría que añadirle otra cuestión de no menos enjundia y que encontramos en el Sal. 45:16, en donde leemos las siguientes palabras proféticas dirigidas de Jesucristo:
“En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.”
Analicemos ahora la cuestión y partiendo de un dato que es incontrovertible: esos personajes del AT, efectivamente, fueron antepasados de Jesús; entonces y sabiendo que los que reinarán con Cristo ya se levantan en la “primera” resurrección, con la condición de inmortales reyes y sacerdotes, posición solo inferior a la del Soberano sobre todo el Universo, Jehová Dios ¿qué necesidad tienen de ser “nombrados” algo, en este caso príncipes…… siendo además dicho título, de rango en extremo inferior a la excelsa posición que ostentan a partir del mismo momento de su resurrección? Luego es obvio que los que reciben dicho nombramiento, son esos antepasados del mencionado salmo y que se corresponden con destacados personajes del AT como los citados, que reciben ensalzadas posiciones como sub-gobernantes en la tierra, pero en su condición de mortales súbditos, destacados eso sí, pero mortales súbditos al fin y al cabo, siempre en directa sujeción a los reyes del gobierno del reino encabezados por Jesucristo; dicho lo cual, continuemos con la siguiente pregunta:
24.- Un Texto bíblico de prueba de que el día del juicio durará mil años.
En primer lugar, decir que lo que el Sr. Olcese tendría que tener en cuenta antes de meter la “gamba” y como nos tiene acostumbrados, es que la expresión “día” en terminología bíblica, solo se refiere a un espacio de tiempo de duración desconocida y que solo el contexto en la que se encuentra determina su duración; por ejemplo, ya hemos visto que “el día final” mencionado por la hermana del difunto Lázaro y en clara referencia al reino de Dios, tiene una duración de mil años…… por el contrario, cuando hablamos del “día de Jehová” en Sof. 1:14 y otros pasajes relacionados con dicho evento apocalíptico, tiene que ver con los tres años y medio últimos de la profética “70 semana” de Dan. 9:27, en el que Dios actúa en contra de aquellos que han rechazado la oportunidad de acogerse al reino y ofertada en los primeros tres años y medio de dicha “semana 70” mediante la gran predicación de Mat. 24:14, como se nos explica en 2 Tes. 1:6-10.
Por otra parte, que la expresión “día” solo adquiere una connotación temporal determinada cuando el contexto lo define, queda claro si consideramos una situación tipo: por ejemplo, cuando se menciona en las Escrituras “en los días de Sedequías”, bien podemos estar hablando de la duración del reinado de este personaje y con lo que tendríamos una duración determinada, o bien de un suceso puntual ocurrido durante el reinado de dicho personaje y por lo que ya estaríamos hablando de un espacio de tiempo de distinta duración; sin embargo, la expresión “en los días de…” no pierde su validez en ningún momento, merced al contexto que aclara de qué estamos hablando…… pero veamos otro ejemplo:
“En los días de Samgar hijo de Anat, en los días de Jael, no había tránsito en los senderos y los viajantes de veredas viajaban por senderos indirectos.” (Jue. 5:6).
En este contexto, la expresión “en los días” se usa para señalar que cuando vivían esas personas, no había tránsito alguno por esos senderos y se usaban vías alternativas; pero veamos la misma expresión “en los días” con un significado distinto:
“Así fue sojuzgado Madián delante de los hijos de Israel y ya no volvieron a levantar la cabeza; y la tierra no tuvo más disturbio por cuarenta años en los días de Gedeón.” (Jue. 8:28).
Porque aquí lo que el contexto nos señala, es de un hecho concreto que ocurrió en “los días” de Gedeón, eso es, mientras ejerció como juez de Israel, hubo un espacio de tiempo de cuarenta años de paz…… de nuevo espacios de tiempo de distinta duración, que sin embargo se describen con la misma expresión: “en los días de…” y dejando que sea el contexto el que nos aclare el tiempo abarcado en cada momento por dicha expresión. Por otra parte, tenemos que “un día” para Jehová es como mil años y mil años como “un día” (2 Ped. 3:8) y sin embargo, cada “día” creativo y según el contexto escritural, abarcó un período de tiempo de 7.000 años; entonces queda claro que el término “día” como elemento temporal, solo adquiere un valor determinado cuando se coloca en su contexto. Por lo tanto, si tomamos como el “día” de juicio lo relatado en Rev. 20:12-13, ese “día” tiene una duración de mil años; sin embargo, si por “día” de juicio entendemos lo relatado en Sof. 1:14, nos encontramos con un “día” de tres años y medio y, así sigan ustedes calculando…… pero dicho esto, continuemos con la siguiente pregunta:
29.- Un Texto bíblico que nos pruebe de que Cristo hizo un nuevo pacto con una minoría de sus seguidores llamados los 144,000 ungidos.
Para aclarar este punto, empecemos por el principio (no se asusten, que no va la cosa por donde ustedes piensan, eso es, que les van “a dar la uvas” leyendo este artículo), en este caso por saber cómo fue la elección de los apóstoles…… y que el mero hecho de hablar de “elección”, ya significa que de entre muchos fueron elegidos unos pocos y como fue realmente el caso, pues en el momento en que se produjo dicha elección ya Jesús tenía muchos seguidores o discípulos; pero veamos cómo fue la historia, según lo relatado en el pasaje de Luc. 6:12-13:
“En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar y pasó toda la noche en oración a Dios (obviamente, en demanda de ayuda para hacer la elección correcta). 13 Pero cuando se hizo de día (y ya con las cosas claras) llamó a sí a sus discípulos y escogió a doce de entre ellos (eso es, de entre los muchos discípulos que tenía, solo doce fueron los agraciados), a los cuales también dio el nombre de “apóstoles”.” (Acotaciones nuestras).
Ahora bien ¿cómo sabemos, que Jesús tenía “muchos” discípulos? Pues porque eso es lo que se nos dice cuatro versículos más adelante, eso es, en el 17:
“Y bajó con ellos (con los doce) y se apostó en un lugar llano y había una gran muchedumbre de sus discípulos (probablemente no todos los que tenía, sino solo los de esa zona) y una gran multitud del pueblo de toda Judea y de Jerusalén y del país marítimo de Tiro y Sidón, que vinieron a oírle y a ser sanados de sus enfermedades.” (Acotaciones nuestras).
Noten la distinción que se hace en dicho pasaje entre los que eran discípulos de Jesús y aquellos que no lo eran, que son identificados como gente “del pueblo”; en todo caso, a lo que queremos llegar es que con la ayuda de esos doce ayudantes directos y que fueron directamente enviados por Jesús a predicar, el número de sus discípulos en general aumentaría significativamente, merced a los prodigios que se les permitió llevar a cabo a estos enviados:
“A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: “No se vayan por el camino de las naciones y no entren en ciudad samaritana; 6 sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis”.”
Es solo natural, entonces, que dichas demostraciones de poder llevaran a aumentar considerablemente el número de discípulos del Hijo de Dios…… sin embargo, veamos qué nos cuentan las Escrituras, acerca de con cuantos estableció Jesús un nuevo pacto:
“Sin embargo, ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; 29 y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, 30 para que coman y beban a mi mesa en mi reino y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (Luc. 22:28-30).
Entonces, si para ese momento ya Judas había salido de la escena, el “nuevo pacto” para un reino fue establecido solo con once personas, eso es, una ínfima cantidad si se compara con la inmensa cantidad de discípulos que por ese entonces tenía y ya prácticamente finalizado su ministerio, el Hijo de Dios…… y lo de “nuevo pacto” no es algo que se nos ocurre a nosotros, sino que es lo que anunció el mismísimo Jehová Dios en su momento y que recordemos, ya había establecido un pacto con el pueblo de Israel (Éxo. 19:5-6) en las llanuras del desierto del Sinaí; pero veamos cómo fue anunciado dicho “nuevo pacto”:
“¡Mira! Vienen días, es la expresión de Jehová y ciertamente celebraré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto; 32 no uno como el pacto que celebré con sus antepasados en el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, el cual pacto mío ellos mismos quebrantaron, aunque yo mismo los poseía como dueño marital, es la expresión de Jehová.
33 Porque este es el pacto que celebraré con la casa de Israel después de aquellos días, es la expresión de Jehová: Ciertamente pondré mi ley dentro de ellos y en su corazón la escribiré. Y ciertamente llegaré a ser su Dios y ellos mismos llegarán a ser mi pueblo.” (Jer. 31:31-33).
Entonces la pregunta sería y dado que el anterior pacto fue establecido con Moisés como mediador ¿por medio de quién “después de aquellos días”, celebró Jehová el nuevo pacto con el pueblo de Israel? Pues obviamente por medio de Jesús y teniendo como participantes del mismo a sus once apóstoles fieles y que, validado dicho pacto en el momento en que recibieron el bautismo en espíritu santo que los reconoció como Hijo de Dios, continuaron su apostolado y recogiendo a aquellos que tendrían que acompañarles en su reinar al lado de Jesucristo y que las Escrituras cifran en un total de 144.000 miembros…… a menos eso sí, que estas nos mientan y Rev. 14:1-4 no diga, lo que indudablemente dice. Luego en conclusión y ciñéndonos a la pregunta analizada, sí es cierto que el Hijo de Dios estableció un “nuevo pacto” con una ínfima minoría de sus seguidores, que al final de los tiempos han de llegar a conformar un “grupeto” de 144.000 componentes con Jesucristo al frente…… eso es lo que nos dicen las Escrituras ¡y lo demás son gaitas!
Dicho lo cual y esperando con nuestras respuestas haber complacido a nuestra buena amiga, nos permitimos el atrevimiento de pedirle a ella o a cualquiera de las personas que han leído este escrito, el siguiente favor: dado que este “genio” de la teología defiende que el contenido de los capítulos del 20 al 22 de Revelación (o Apocalipsis) ocurre después de acabado el milenio, exíjanle al Sr. Olcese que en uno de sus videos responda a la siguiente cuestión: ¿Qué ocurre entonces, en la tierra, durante los mil años del reino de Dios”? Ya que no nos responde a nosotros porque lo tenemos “acogotado”, eso es y usando un símil boxístico (muy de moda después del “combate del siglo”), que lo tenemos contra las cuerdas y encima muy “calladito”, al menos que lo haga a otras personas con el ánimo de mostrarles las excelencias de sus “enseñanzas; y es que si bien y como hemos señalado en el titular de este escrito, hay preguntas “que merecen palos”, hay otras que merecen ser contestadas para defender uno sus tesis y como es la que hemos planteado…… ya otra cosa, es que no se tenga la capacidad para ello y como es en el caso que nos ocupa, porque el planteamiento que sostiene la idea de que Rev. 20-22 tiene su cumplimiento terminado ya el reino de Dios, no es más es una verdadera salvajada ¡qué quieren ustedes que les digamos!
MABEL
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