viernes, 1 de mayo de 2015

¿Qué es el fin…… y qué pasará, después del fin?


Y es que cuando habla…… ¡vamos, es que sube el pan! Frase esta que en España se usa para señalar a aquellas personas que, no precisamente dotadas del don de la “oportunidad”, cada vez que hablan no consiguen más que complicar las cosas, por muy complicadas que estas ya estén…… ¿y a qué viene esto ahora, quizás se preguntarán ustedes? Vamos a ver si somos capaces de contárselo de una manera breve pero entendible…… bueno, lo de “breve” quizás dejarlo para mejor ocasión, por lo que volvamos a lo que íbamos: la revista La Atalaya de los Testigos de Jehová y en su número del 1 de Mayo del año en curso (2015, para aquellos que tengan dudas), publicaba un artículo titulado “¿Qué es el fin?” y ya en uno de sus subtemas, formulaban la pregunta “¿Qué pasará, después del “fin”?”…… y hasta aquí, todo bien.

Además, preguntas interesantes estas, para aquellas personas que ante la que está “cayendo” andan preocupadas en cuanto al incierto futuro que nos aguarda; y es que lejos de haber sido debidamente respondidas tales preguntas por los supuestos “entendidos” en la materia, estos y más que aclarar algo al respecto, lo que han hecho con sus disparatados planteamientos es montar una considerable confusión y, como no, mucho temor entre la “concurrencia”. Sin embargo, es necesario señalar que si bien la existencia de un momento final en lo que tiene que ver con el devenir del ser humano es del todo cierta, los autores de este blog ya nos permitimos el adelantarles y de acuerdo con lo explicado por los TJ en el mencionado artículo (lo que no nos hace simpatizantes de dicha secta, ni defensores de esta, sino sencillamente defensores de la verdad y la diga esta, quién la diga), no deja de ser menos cierto que dicho final y lejos de ser algo que nos deba atemorizar, es algo que el ser humano debería de anhelar, pues tiene que ver con la liberación de las ataduras que en el presente nos oprimen, como podrían ser la enfermedad, vejez, muerte, violencia, injusticia, etc. etc. etc.; de hecho, cuando el Hijo de Dios estuvo en la tierra, dijo lo siguiente:

Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28).

Eso es, que al observar los sucesos que nos anunciarían “el fin” del que estamos tratando (momento de transición en el que ya nos encontramos, según publicábamos en nuestro artículo del 20/02/15 y otros que le siguieron), tendríamos que verlos como una clara indicación de que algo positivo para el ser humano está por ocurrir y no como algo de lo que salir corriendo; ahora bien ¿dónde en las Escrituras se nos anuncia acerca de un “fin” y de ser así, el “fin”…… de qué? Luego lo que procede, entonces, es ir por partes (como diría Jack “el destripador”) y empezar por ver, dónde en las Escrituras se nos habla del mencionado “fin”:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14).

Es cierto que cuando uno oye eso tan agorero de “el fin”, lo primero que se le viene a la mente y por mor de anuncios sensacionalistas, es la ocurrencia de un desastre nuclear a escala mundial, o la colisión con un asteroide que elimine la vida de sobre la tierra o, como posibilidad no descartable, también una aniquilación total causada por armas bacteriológicas en descontrol; y ya para acabar de arreglar el asunto (por aquello de que para que falte, más vale que sobre), un brutal desequilibrio medioambiental causado por la gestión del hombre sobre su entorno, que también podría amenazar seriamente la permanencia de este sobre la tierra. Circunstancias todas ellas perfectamente posibles a tenor de lo poco que conocemos (se nos oculta mucha información) y sin descartar, además, que en cualquier momento una “burrada” del Sol nos pueda dejar sin electricidad y circunstancia esta que, aunque haya mucho incrédulo suelto por ahí, bien podría causar prácticamente la extinción del ser humano de sobre el planeta en una sociedad tan dependiente de la tecnología como es la actual (solo para ir al baño, ya casi se precisa de un GPS) y que sin el factor primario para mantener operativa dicha tecnología, eso es, la corriente eléctrica, nos veríamos devueltos en un “pispás” a la época de “Los Picapiedra”…… y, retroceso en el tiempo, para el cual es obvio que la civilización actual no está preparada; sin embargo, que no cunda el pánico pues nada de eso ocurrirá, merced a la promesa divina de que la tierra y como lugar de habitación del hombre, permanecerá estable para siempre:

Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella; Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, sino que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová y no hay ningún otro”.” (Isa. 45:18).

Ello ya descarta por tanto, cualquier suceso fortuito ajeno al ser humano, como podría ser el señalado impacto de un asteroide que acabara con la vida en el planeta; pero es cierto, por otra parte, que el hombre es muy burro y se las pinta solo para complicarse la vida, pues ya está en disposición química y nuclear a día de hoy, para acabar con todo vestigio de vida de sobre el planeta y ello por centenares de veces...... y por no hablar, de los residuos tanto nucleares como químicos que han sido lanzados al mar o enterrados en minas profundas, pretendiendo ignorar que son verdaderas bombas de relojería para generaciones futuras y cuestión esta que también ha requerido de la atención de nuestro Creador:

Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados, para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos, a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18).

Dicho de otra manera, que antes de que el hombre se “cargue” la tierra, Jehová Dios se “cargará” al hombre, eso es, a los que están poniendo en peligro la continuidad del planeta Tierra como lugar de habitación del hombre, contribuyendo a la ruina medioambiental de este y en función de espurios intereses; noten que el pasaje de Mat. 24:14 que hemos leído, “el fin” se anuncia para después de una gran predicación que llegará hasta el último rincón del planeta y en un tiempo récord de 1.260 días (Rev. 11:3), por lo que no sería lógico que concluido tan ímprobo esfuerzo, el “invento” saltara por los aires y quedara en nada debido a la ocurrencia de alguna de las posibilidades destructivas barajadas…… por lo tanto, todo indica que detrás del “fin” y objeto de análisis, hay un propósito preconcebido del Creador y por lo que se nos da la garantía de que la cosa está perfectamente controlada. Ello parece quedar garantizado por lo que acabamos de leer, en el sentido de que la pretensión divina es “dar su galardón” o premiar a los que temen Su Nombre y lo que pasa inevitablemente por la existencia de un planeta en condiciones…… con lo que, resumiendo la cuestión, “el fin” anunciado y algo (no pasemos por alto este “pequeño” detalle) que tenemos ya a la vuelta de la esquina, tendría que ver con el final de la existencia de los gobiernos opresores y corruptos, de las guerras, de la injusticia, de la maldad, del sufrimiento humano plagado por las enfermedades, vejez y finalmente la muerte, pero de ninguna manera con la destrucción del planeta como lugar de morada para el ser humano (¡qué culpa tendrá el planeta de que seamos tan burros!).

Lo que nos lleva a intentar averiguar, con qué situación o condiciones de vida se enfrentarán aquellos que “pasen el corte” señalado en 2 Tes. 1:6-9) (las actuales está claro que son manifiestamente mejorables), con lo que ya entramos de lleno en la pregunta planteada por la revista La Atalaya y que tiene que ver con el qué sucede después del “fin” por llegar, respuesta que esos señores y en lo que continuamos estando de acuerdo, resumen con las palabras que se encuentran en Rev. 21:3-4:

Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor (porque las causas que originan el sufrimiento serán eliminadas). Las cosas anteriores han pasado” (eso es, todos los sufrimientos a los que actualmente estamos sometidos, serán cosa del pasado).” (Acotaciones nuestras).

Cambio circunstancial, por tanto, en todo aspecto y que se producirá dentro del período de tiempo que comprende el reino de mil años de Dios en manos de Jesucristo, eso es, inmediatamente después de llegado “el fin” anunciado en Mat. 24:14 y que es, precisamente (de ahí la razón de este escrito y que a continuación verán el porqué), lo que nos explican los Testigos de Jehová en su revista La Atalaya mencionada y con la intención, obviamente, de tranquilizar al “personal” que les sigue y que los autores de este blog firmaríamos sin pestañear. Pero hete aquí y por aquello de que la alegría en casa del pobre suele durar más bien poco, que aparece el “soplagaitas” de turno (que nadie se ofenda, pues dicho “palabro” hace solo referencia al señor que sopla una gaita), diciéndonos que de lo dicho no hay nada, sino que tanta felicidad y jolgorio es para después de finalizado dicho período de mil años…… o lo que viene a ser lo mismo, que el cumplimiento del contenido de Rev. 21:3-4 en el que los TJ apoyan su razonamiento, es posterior al reinado milenario de Cristo sobre la tierra y posterior también, a la suelta y final destrucción de Satanás (Rev. 20:7-10).

¿Y quién es él…?”, se preguntarán ustedes, parafraseando el título de una famosa canción de los años 80 y llevada al éxito por el cantautor español José Luis Perales, o sea, quién es el “pendón verbenero” que se ha atrevido a publicar tamaño despropósito y que va en contra de absolutamente todo lo dicho en el contexto escritural…… ¡pues quién tenía que ser!: el ínclito personaje que responde al nombre de Apologista Mario Olcese, supuestamente licenciado en Teología por el Instituto Baxter de Honduras y que a raíz de semejante salvajada, si dicha entidad aún no ha tomado medidas y le ha retirado la titulación, no se preocupen que la cosa tiene que estar al caer. Porque lo que éste señor, un completo indocumentado en cuestiones bíblicas, nos viene a decir, es que durante dicho período de mil años de gobernación divina sobre la tierra y que, recordemos, sigue inmediatamente “al fin” anunciado en Mat. 24:14, el sufrimiento, la enfermedad, la vejez, así como la muerte (¡agárrense a la silla!), continuarán plagando a la humanidad, pues el cumplimiento de Rev. 21:3-4 es para después de finalizados los mil años del gobierno de Dios sobre la tierra en manos de Jesucristo y afirmación que pueden escuchar, en el video publicado por ese “genio” de la teología en fecha 19/04/15 y entre los minutos 12-15 de grabación…… claro, ante tamaña salvajada, la pregunta “del millón” que a una persona con un mínimo de lógica y sentido común le viene a la mente es ¿¡para qué puñetas, entonces, sirve el milenio!? Insignificante cuestión esta que para dicho personaje no tiene la menor importancia…… por lo que menudo “escaparate” promocional resulta ser el “genio” en cuestión para el citado Instituto Teológico Baxter de Honduras, que aparte de retirarle la licenciatura, lo menos que tendría que hacer dicha institución es personarse en el juzgado de guardia más próximo y demandar a Apologista Mario Olcese por daños y perjuicios.

Y es que en una errática e incomprensible deriva, dicho personaje “entiende” que desde el capítulo 20 de Revelación (o Apocalipsis) en adelante, el marco de circunstancias se sitúa para después de cumplidos los mil años del reinado de Jesucristo ¡así, con un par…!, que diría nuestro amigo “el castizo”; porque ello significaría que lo relatado en los capítulos 20 al 22 de Revelación (últimos tres capítulos de la Biblia), ocurre pasados los mil años del regir del reino de Dios en manos de Jesucristo…… cuando en realidad, lo único que se nos dice en las Escrituras acerca de algo a ocurrir posterior a dicho reinado milenario y como una advertencia para “navegantes”, es lo que se lee en Rev. 20:7-10:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró (o destruyó eternamente a esos extraviados que secundaron a Satanás). 10 Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre (símbolo de destrucción eterna según Judas 7), donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Acotaciones nuestras).

Eso y no otra cosa, es lo que se nos dice que ocurre “terminados” los mil años y como única información que se nos da acerca de algo que ocurre después de terminado el reino milenial y, repetimos, a modo de advertencia para el “personal”; aprovechamos para señalar, que el hecho de que se nos advierta de ello con casi 3.000 años de antelación (recordemos que el libro de Revelación fue escrito en 96 E.C. y por lo que 1.900 años nos contemplan desde ese entonces, más los mil del reino de Dios que faltan para que lo advertido se cumpla, suman los 3.000 años, año arriba, año abajo). Ello ya muestra a las claras que “la cosa” no será nada fácil…… y siendo el caso de que la posibilidad de alcanzar la vida eterna, dependerá sencillamente de no ser uno “extraviado” por Satanás en ese momento y por lo que estaríamos ante una información valiosísima, que nuestro Creador nos anticipa. Entonces tenemos que todo, absolutamente todo lo escrito en la Biblia, excepto esos cuatro versículos que acabamos de leer, transcurre dentro del espacio de tiempo comprendido desde Gén. 1:1, hasta Rev. 22:21…… por tanto, lo que leemos en Rev. 20:4 y 11 tiene que ver con la toma de posición del gobierno del reino y por lo que todo lo que sigue a continuación ocurre a partir del momento en que inicia ese gobernar sobre la tierra el reino de Dios. Pero que el “teólogo” Apologista Mario Olcese y en una muestra más de su supina ignorancia en cuanto a conocimiento bíblico (no entendemos lo del título en teología, como no sea que lo hubiera conseguido de “matute” en algún “rastrillo”), nos lo coloca pasados ya los mil años del reino de Dios y sandez donde las haya, porque de ser ello así resultaría que lo que sigue a continuación se convierte en un completo “berenjenal” que no hay quién lo entienda, porque veamos cómo inicia ese capítulo 20:

Y vi a un ángel que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás y lo ató por mil años. 3 Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviara más a las naciones hasta que se terminaran los mil años…” (v. 1-3).

Es a partir de ese momento y ya abismado Satanás, cuando inicia el milenio con la toma de posesión de sus respectivos tronos de aquellos que acompañan a Jesucristo es su reinar y que se nos narra en los v. 4-6; ya a continuación, nos encontramos con esa información que se nos da a modo de “acotación” en los versículos 7-10 y que nos advierte de algo que ocurrirá pasados esos mil años que se acaban de mencionar y a cargo del personaje encadenado; no olvidemos, que una “acotación” y para aquellos que no estén muy puestos en el tema, no es más que la interpolación de una nota en un texto ajeno, no para alterar su tiempo secuencial, sino para ampliarlo o enriquecerlo mediante una información adicional como nota aclaratoria y que en el caso que nos ocupa, tiene que ver con el señalar o advertir de algo que ocurrirá pasados mil años a partir de esa toma de posesión de los miembros del gobierno del reino de Dios. Luego la acción narrada en los versos 4-6 (para información aclaratoria del v. 5, pueden ver nuestro artículo del 19/08/10), tiene su continuación secuencial en el verso 11 y en donde se nos muestra la toma de posesión de la figura central en ese reino milenario, eso es, la majestuosidad del Hijo de Dios y a la que sigue la narración de subsiguientes sucesos que ocurren a partir de ese momento; y siendo que el primero y por orden de importancia del que se nos da información, es el relacionado con la resurrección de los muertos (v. 12-13) y acontecimiento estelar a llevar a cabo durante dicho período de tiempo…… no perdamos de vista el hecho de que sin la resurrección, el reino de Dios carece de todo sentido.

Resurrección que el Sr. Olcese y según su cavernícola lógica, coloca para después del período de mil años del reinado de Jesucristo, cuando claramente hemos visto que la Biblia coloca dicha resurrección inmediatamente a continuación de la toma de posición de este y asociados de sus respectivos tronos; que ello es así, queda probado cuando analizamos el contexto bíblico y que nos habla de lo que va a ocurrir a partir de que Jesús sea entronizado:

“…… para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová 20 y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, 21 a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo.” (Hech. 3:20-21).

Lo que se nos cuenta en este pasaje, es que Jesucristo no vuelve a la tierra hasta que llegue “el tiempo de la restauración de todas las cosas que hablo Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” (tiempo que, repetimos, lo tenemos ya a la vuelta de la esquina)…… luego el inicio de ese tiempo de “restauración” se produce en el mismo instante en que Cristo regresa a la tierra para tomar el poder del reino y momento, en que empieza su reinado de mil años y con lo que se da inicio a la “restauración de todas las cosas”, eso es, el devolver las cosas a como estaban en un principio antes del pecado de Adán y lo que en sí mismo, ya significa la eliminación de todo aquello causado por el efecto del pecado, como son las enfermedades (Isa. 33:24), o las limitaciones físicas (Isa. 35:5-6), o la vejez con sus negativas consecuencias (Job 33:25); por otra parte, le será devuelto a la tierra todo su esplendor (Isa. 35:6-7), el sufrimiento será quitado de sobre la humanidad e incluso la muerte dejará de existir (Isa. 25:8) y los muertos serán resucitados o levantados de nuevo a la vida (Oseas 13:14).

Luego si estas son las cosas que dijo Jehová Dios por boca de “sus santos profetas de tiempo antiguo”, que serían objeto de “restauración” y la cual empieza en el momento del regreso de Jesucristo a la tierra para iniciar su reinado de mil años (a menos de que en Hech. 3:20-21 se nos mienta), es obvio que todas esas cosas escritas en los profetas y que acabamos de mencionar, tienen que ocurrir inevitablemente dentro del período de tiempo del reino de mil años de Dios y no finalizado este; por lo tanto y ya volviendo al importante asunto de la resurrección y como apoyo de nuestro planteamiento de que la tal ocurre durante el período milenario y no terminado este, como sostiene Apologista Mario Olcese, porque veamos qué es lo que le pidió a un Jesús agonizante, uno de los dos malhechores que morían a su lado:

Y pasó a decir: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres (no cuando “salgas”, eso es, terminados los mil años de su reinado) en tu reino”. 43 Y él le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” (Luc. 23:42-43). (Acotación nuestra).

Es evidente que la petición del malhechor iba dirigida a que cuando Jesús llegara en su reino, eso es, en ese momento del inicio de la “restauración de todas las cosas”, se acordara de él y le resucitara…… algo a lo que el Hijo de Dios accedió cuando le dijo “Estarás conmigo en el paraíso”. Pero noten la directa relación que establece el Hijo de Dios entre el reino y el paraíso, pues fíjense que la petición tenía que ver con el entrar “en el reino” y Jesús responde que, efectivamente, el malhechor estaría con él “en el paraíso”; por lo que reino y paraíso resultan ser una misma cosa y con lo que hay que entender que la resurrección de los muertos (nada que ver con la “primera” resurrección de Rev. 20:6), se producirá dentro del reino milenario o “paraíso” y no fuera de este ya cumplidos los mil años, como incomprensiblemente nos intenta “vender” el personaje Apologista. Ello significa, que el contenido de Rev. 20:12-13 de lo que nos está hablando es de una resurrección a ocurrir durante el milenio y en la que pidió estar el malhechor que murió al lado de Jesús y no una a ocurrir pasados ya los mil años de gobernación divina en manos de Jesucristo, extremo este que para nada nos hablan las Escrituras; recordemos que de lo único que se nos dice para “terminados” los mil años (Rev. 20:7-10), es de la suelta de Satanás y posterior destrucción, pero de nada que tenga que ver con algo tan importante y notorio como sería una resurrección de juicio universal y que es de lo que nos quiere convencer el Sr. Olcese…… sin embargo, con lo que nos encontramos en las Escrituras es con el más absoluto de los silencios sobre este particular.

Por lo que hay que concluir que dicho capítulo 20 de Revelación o Apocalipsis y para resumir la cuestión, nos sitúa en el preciso momento en que inicia el reinado milenario de Jesucristo, pues en el mismo se nos muestra el tiempo en que pasan a ocupar sus tronos aquellos que tienen que reinar con Cristo (v. 4) y la aparición del líder de estos, Jesucristo (v. 11) y a partir de lo cual, la secuencia del relato sigue con el acto de la progresiva resurrección de los muertos (vs. 12-13) ya anunciada por Jesús (Juan 5:28-29) y razón fundamental de la existencia del reino de Dios…… porque si no hay resurrección, no puede haber cumplimiento de lo prometido por Jehová Dios “por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” y para beneficio de la humanidad, señalado en Hech. 3:20-21; circunstancia que ya impide por sí misma, la existencia de un lapsus de tiempo de 1.000 años entre la toma de poder del gobierno del reino (vs. 4 y 11) y dicha resurrección (vs. 12-13)…… resurrección de los muertos (incidimos de nuevo en el hecho de que no estamos hablando de la llamada “primera” resurrección de Rev. 20:6), que contrario a lo que afirma el Sr. Olcese, no se produce de manera alguna al término de los mil años, sino que inicia a partir del momento de la instalación del reino de Dios sobre la tierra.

Continuando con nuestro análisis, llegamos al capítulo 21 y en donde el “teólogo” en cuestión de nuevo muestra estar más perdido que un pato dentro de un garaje en su entendimiento de las Escrituras, porque veamos con qué palabras abre el capítulo 21:

Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado y el mar ya no existe.” (v. 1).

El Sr. Olcese y siguiendo en su disparatada teoría de que los capítulos del 20 en adelante nos relatan sucesos que ocurrirán fuera de los límites del reino de Dios, o sea, cumplidos ya los mil años del gobierno regio de Jesucristo sobre la tierra, nos dice en dicho video que esa permuta de cielos y tierra antiguos por unos de nuevos (“cielos” como gobierno y “tierra”, como personas que son gobernadas, hay que entender), también se produce terminados esos mil años; pero claro, ello se topa de frente con unas palabras del apóstol Pedro y que algo más que el Sr. Olcese sabría del tema:

Pero hay nuevos cielos (o “gobierno” y del que él aspiraba formar parte) y una nueva tierra (“personal” gobernado) que esperamos según su promesa y en estos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13). (Acotaciones nuestras).

La pregunta sería entonces ¿para cuándo esperaban Pedro y resto de aquellos seguidores de Jesús del primer siglo, que aconteciera el momento de tan benefactor cambio? Pero planteemos la pregunta desde otra perspectiva ¿para cuándo esperaban ellos el llegar a gobernar con Cristo, como parte de esos “nuevos cielos”, sobre una “nueva tierra” o nueva generación de personas obedientes a Jehová Dios? Bueno, ello no es ningún secreto pues el propio Jesús se lo había dicho personalmente: para cuando él volviera para reinar sobre el mundo:

Jesús les dijo: “En verdad les digo: En la re-creación (o tiempo de la “restauración” de todas las cosas de Hech. 3:20-21), cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso (eso es, tome posesión del reino), ustedes los que me han seguido también se sentarán sobre doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel.” (Mat. 19:27-28). (Acotaciones nuestras).

Está claro entonces, que los Pedro y compañía esperaban ese iniciar en su gobernación, para el momento del regreso de Jesucristo a la tierra y eso, lógicamente, para antes de pasado el milenio, pues si Cristo no regresaba no había ni reino, ni milenio, ni “restauración”, ni resurrección, ni perro que les ladrara; pero si rebobinamos un poco, veremos que lo que se lee en Rev. 20:11 confirma que la expectativa de esas personas era la correcta, pues lo que allí se lee es lo siguiente:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él (Jesucristo). De delante de él huyeron la tierra y el cielo y no se halló lugar para ellos.” (Acotación nuestra).

Luego este “huir” de la tierra y los cielos “antiguos” (ya hemos mencionado que por “cielos” se hace referencia a gobiernos y por “tierra”, al conjunto de personas que son gobernadas) y según el texto leído, se produce en el momento en que toma el control de la tierra el rey delegado por Jehová Dios (Dan. 2:44), eso es, Jesucristo y por lo que dicho “huir” no se puede producir al término de los mil años de gobierno teocrático, sino al inicio de este. No obstante, veamos otro pasaje que refuerza la línea de razonamiento de los Pedro y compañía y que encontramos en Rev. 20:6, curiosamente en el mismo capítulo que según el Sr. Olcese, ocurren cosas que se cumplen “pasados” los mil años, como por ejemplo, la resurrección de los muertos; pero leamos el pasaje en cuestión:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”

Entonces queda claro que esos tronos mencionados en Rev. 20:4, son ocupados mil años antes de la suelta de Satanás (Rev. 20:7), pues no pasemos por alto que esa “primera” resurrección de la que se nos habla en esa porción bíblica citada, se produce aún dentro del actual sistema de cosas, eso es, antes de sentarse en sus tronos y tomar el control efectivo del reino de Dios, aquellos que tienen que reinar; recordemos y para reforzar la idea, que en ese verso siete del capítulo 20 leemos que “luego que hayan terminado los mil años” es cuando se procede a la suelta de esta maligno personaje…… dicho desde otro enfoque, mil años después de la toma de posesión del reino de Cristo y de que “los cielos y la tierra” antiguos (Rev. 21:1) hubieran huido de delante de él. Ello hace de todo punto imposible un cumplimiento de Rev. 21, posterior al reino de mil años como nos plantea Apologista Mario Olcese; la pregunta por tanto, es qué ocurre durante ese tiempo de mil años en la tierra y que según el Sr. Olcese es absolutamente nada, pues el “personal” continuará sufriendo, enfermando, envejeciendo y muriendo, ya que lo dicho en los versos 3-4 de ese capítulo 21 que estamos analizando, según el Sr. Olcese (repetimos) no se cumple sino hasta pasados los mil años…… pero recordemos qué es lo que se lee en los mismos:

Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad y él residirá con ellos y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.”

Porque claro, si según afirma dicho personaje, eso no ocurre sino al final de los mil años del reinado de Jesucristo, significa que durante ese tiempo han continuado “campando por sus respetos” las lágrimas, el dolor, el clamor y la muerte, pues las cosas “anteriores” aún han estado vigentes durante el reinado de este…… por lo que tendrán que convenir con nosotros, que como “ejercicio” de entendimiento teológico de las Escrituras, la cosa no está nada mal; pero claro, es que el “intelectual” en cuestión nos dice que los capítulos del 20 al 22 con correlativos, pues no entiende que Rev. 20:7-10 es solo una acotación que tiene por objeto señalar algo que sucederá al término del milenio y no un hecho “correlativo” en el contexto en que está insertado dicho pasaje y que nos transporte de golpe y sin solución de continuidad, a mil años después de la toma de posesión de los tronos (v. 4) por parte de aquellos que tienen que reinar. Porque si aceptáramos dicha premisa, eso es, lo correlativo del relato de los capítulos 20-22 y esos versos 7-10 nos trasladaran ya a mil años adelante en el tiempo y que es lo que entiende ese “number one” de la teología que es Apologista Mario Olcese, nos encontraríamos con el siguiente “cacao”:

Resultaría en primer lugar, que lo dicho en Hech. 3:20-21 sería mentira, pues allá se lee que cuando Jesucristo regrese a la tierra y tome el control del reino, se produce la “restauración” de todas aquellas cosas profetizadas en las Escrituras y que Jehová había anunciado de antemano por boca de sus profetas; por otra parte, resultaría que un libro (la Biblia) que gira en torno a un punto focal que es el tema del reino de Dios, solo nos habla de la toma de posesión de los miembros de dicho gobierno (Rev. 20:4-6), para en los siguientes cuatro versos 7-10 transportarnos ya a mil años después y sin explicación alguna acerca de la realización de lo prometido en Hech. 3:20-21 y en dónde se nos pone en antecedentes de las promesas de Dios al hombre, a cumplirse a partir del momento del regreso de Cristo a la tierra…… porque de ser cierto lo que nos cuenta el Sr. Olcese, resultaría que no se nos hace ni el más leve comentario acerca de lo que sucede durante ese tiempo de mil años del reino de Dios y tema fundamental, repetimos, de la razón de ser de las Escrituras. Y por no hablar ya, que si Rev. 21:1 ya nos sitúa al término de esos mil años de gobierno milenario a cargo de poderosísimos Hijos de Este con Jesucristo al frente, lo que se encuentra el Altísimo en la tierra es como para echarse a templar, ante la pandilla de inútiles a los que encomendó la “restauración de todas las cosas” por él prometidas y que le obligan a empezar de nuevo…… veamos, veamos:

Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas”. También, dice: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. 6 Y me dijo: “¡Han acontecido! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la vida gratis. 7 Cualquiera que venza heredará estas cosas y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad, y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda”.” (Rev. 21:5-8).

Luego resulta que como opción final y ante el estrepitoso fracaso de Jesucristo y asociados en su misión de restaurar todas las cosas en la tierra, Dios no tiene más remedio que “hacer nuevas todas las cosas”, eso es, las cosas que se han hecho durante esos mil años de gobierno teocrático y que no ha servido para nada, pues resulta que el planeta continúa lleno de cobardes, personas sin fe, homosexuales, asesinos, fornicadores, espiritistas, idólatras y engañadores (es decir, lo “mejorcito” de cada casa), campando todos por sus anchas y con lo que la pregunta es obligada: ¿Qué han hecho, entonces, Jesucristo y asociados durante esos mil años de gobernación en el reino de Dios y tema fundamental, no nos cansaremos de repetirlo, alrededor del que gira absolutamente todo el contenido escritural? Dicho en otras palabras más expresivas y de ser las cosas como nos las cuenta ese “genio” de la teología que es Apologista Mario Olcese ¿para qué puñetas han servido esos mil años, como no sea para perder absolutamente el tiempo y con ello, alargar innecesariamente la agonía del ser humano? ¿Nos podría explicar esta pequeña “minucia”, tan docto y “entendido” personaje? ¿Es que no se ha leído ese indocumentado, lo que se nos dice en 1 Cor. 15:24-28 y en donde se nos habla de cómo las expectativas divinas han sido llevadas a buen término durante ese período de mil años, por Jesucristo y sus hermanos menores? Porque veamos lo que se lee en dicho pasaje señalado y teniendo en cuenta que el mismo, se nos sitúa en el preciso momento de la conclusión de dicho reinado de mil años y antes de la suelta de Satanás:

En seguida, el fin (de los mil años), cuando él entrega el reino a su Dios y Padre (cumplida ya la tarea asignada), cuando haya reducido a la nada todo gobierno y toda autoridad y poder (eso es, que haya desbaratado el poder del pecado sobre la humanidad y haya devuelto ésta a la misma condición de perfección de la que gozó Adán antes del pecado). 25 Porque él tiene que reinar hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. 26 Como el último enemigo (o más letal, se podría entender), la muerte ha de ser reducida a nada. 27 Porque Dios “sujetó todas las cosas debajo de sus pies”. Más cuando dice que “todas las cosas han sido sujetadas”, es evidente que esto es con la excepción de aquel que le sujetó todas las cosas. 28 Pero cuando todas las cosas le hayan sido sujetadas (eso es, haya recuperado a la humanidad para Jehová, hoy apartada de Este al estar contaminada por el pecado), entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas para con todos.” (Acotaciones nuestras).

Pero si esto es así y así es, resulta y a tenor del versículo 28, que Jehová da el visto bueno a la tarea llevada a cabo y por lo que toma de vuelta el control de las cosas cedido temporalmente a Su Hijo primogénito y, como señala al final dicho texto, ser de nuevo “todas las cosas para con todos”; en todo caso y para situarnos, recordemos que estamos hablando de cuando Cristo, cumplidos los objetivos señalados, devuelve el poder a su Padre Celestial y lo que ocurre al término de esos mil años de gobernación sobre la tierra…… luego nada que nos indique a un Jehová Dios “arremangándose” y empezar de nuevo la tarea de establecer “nuevos cielos y tierra”, así como el eliminar el llanto, el dolor, el clamor y aún la muerte, porque los encargados de ello por mil años le han fallado miserablemente. La cuestión es que si esto no es lo que se lee en las Escrituras ¿cómo nos puede decir ese indocumentado de Apologista Mario Olcese, que es ya fuera del ámbito de esos mil años para cuando se pasa a cumplir lo dicho en esos capítulos 21-22 de Revelación, en el sentido de que es entonces cuando se instalan los nuevos cielos y tierra, serán resucitadas las personas, será limpiada toda lágrima de los ojos de estas y se acabará con el clamor, lamento y dolor del ser humano y “la muerte no será más”?

Porque claro, según dicha esperpéntica teoría, las palabras de conclusión de Rev. 21:4 acerca de que las “cosas anteriores serán olvidadas”, solo se pueden entender en el sentido de que durante el reinado de Cristo cosas como el lamento, dolor, clamor, llanto del ser humano y la muerte, han estado vigentes durante el tiempo de gobernación por Jesucristo…… y eso es lo que nos dice tan indocumentado personaje. Y es que si eso fuera así, la conclusión a la que se podría llegar es que dicho reinado no es más que una “pachanga dominguera” que habría alargado de forma innecesaria la complicada situación del ser humano, sumido en las graves consecuencias del pecado y, además, que para ello no había necesidad alguna de escribir un libro que gira precisamente alrededor de las cosas que dicho reino de Dios hará por la humanidad y como son las Escrituras…… pero es que así de bruto es el “tío” ¡que quieren ustedes que les digamos! Con todo, lo peor del caso es que esas golferías las publica para rebatir y desacreditar las enseñanzas de los TJ y que ante las acometidas de semejante “súmmum” de la teología, baten palmas hasta con la orejas ya que quedan como “reyes” ante sus parroquianos, pues lo que ese “mandangas” está consiguiendo es hacerlos buenos a ellos y quedar él en el ridículo más absoluto; porque la realidad es que en el caso que nos ocupa, acerca de qué es el fin y lo que ocurre a partir de este, esos señores tienen toda la razón del mundo.

Y que ya tiene narices que tengamos que defender nosotros a esos señores, pero si tienen razón y la tienen, bien hay que dársela…… ¿o no? Por lo que la pregunta que nos tendría que responder Apologista Mario Olcese, a menos que quiera quedar como “Cagancho” en Almagro, eso es, fatal tirando a peor, es ¿para qué sirve entonces, el reino de Dios que con tanto empeño afirma predicar dicho “caballero”? Respuesta que ya sabemos que no dará, como tampoco ha sido capaz de responder a ninguna de las objeciones que desde este blog se le han planteado ante sus despropósitos y ahí está la hemeroteca para demostrar lo veraz de nuestra afirmación, porque no es más que un auténtico indocumentado. Por lo que inasequible al desaliento, continuará con sus “feroces críticas” a los TJ y haciendo buenos a aquellos que con tanto empeño está criticando y quedando él, como siempre, totalmente desacreditado y en ridículo; y es que como hemos dicho al inicio de este escrito, cuando ese “genio” de Apologista Mario Olcese se lanza a formular una tesis doctoral en teología…… ¡vamos, es que sube el pan, oigan!

MABEL


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