domingo, 22 de mayo de 2016

Sábado, 14 de mayo de 2.016


Probablemente esta fecha pase totalmente desapercibida por la mayoría de las personas, que enfrascadas como están en el día a día y los quebraderos de cabeza que esto en sí mismo ya conlleva, solo habrán considerado ese sábado como el primer día de un planificado fin de semana…… más allá de eso, paren ustedes de contar. Sin embargo, para aquellos que estamos al tanto de los propósitos de Dios, esa fecha 14 de Mayo tiene una gran importancia ya que en este día del año actual se han cumplido 68 años de la reaparición de nuevo a la escena mundial de Israel como nación y después de casi 2.000 años de haber desaparecido de la misma. Con todo y eso, la cosa no tendría mayor relevancia si no fuera porque el tal evento tiene que ver con una profecía registrada en las Escrituras y que encontramos en Luc.21:25-33:

También, habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar (la humanidad en tumulto, según Isa. 27:20) y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos (gobiernos humanos, según Isa. 65:17-19; 66:22) serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.

29 Con eso les habló una ilustración: “Noten la higuera (simbolizando a la nación de Israel) y todos los demás árboles: 30 Cuando ya echan brotes (o renacen), ustedes, al observarlo, saben para sí que ya se acerca el verano. 31 Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas (en primer lugar, el renacer de Israel), sepan que el reino de Dios está cerca. 32 En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo, sin que todas las cosas sucedan. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán”.” (Acotaciones nuestras).

Noten que se nos está hablando de “señales” proféticas que nos indicarían la ya cercana segunda venida de Jesucristo y señales que todos hemos contemplado, fundamentalmente las mencionadas en los versos 25-26 y de las que hemos hablado largo y tendido en este blog; en los siguientes versos 29 al 33, se nos habla de una señal primaria y que tiene que ver con el renacer de Israel como nación, evento este que tenía que ir siendo complementado con señales posteriores, eso es, que solo a partir de dicha aparición en la escena mundial de la nueva Israel, es cuándo se tenía que empezar a estar “alerta” (Mat. 24:42). Tengamos en cuenta que la profecía tiene como sujeto primario a dicha nación y por lo que, si esta no está en la escena, la profecía bíblica no tiene ningún sentido…… por decirlo de una manera gráfica, Israel era la primera ficha de un puzle que tenía que irse completando con el tiempo y lo que genera la siguiente pregunta: ¿por cuánto tiempo?

Ello queda perfectamente establecido en el verso 32, cuando se nos habla de la generación “que no pasará” hasta que se cumplan todas las cosas y lo que lleva a plantearnos la cuestión de a qué “generación” se nos estaría señalando. Y todo hace pensar que estaríamos hablando de aquella generación que contempló ese renacer de Israel como nación y que en estos momentos estaría rondando los 75/80 años y que según Jesús, tenía que ser espectadora de “todas las cosas”, lo que incluye obviamente la misma instalación del reino de Dios en la tierra…… y para que no hayan dudas acerca del período de tiempo del que estaríamos hablando, Jehová Dios nos indicó acerca de lo que Él establece como el tiempo predeterminado para una generación:

En sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial (en este caso, estaríamos hablando de los avances de la medicina) son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales, porque tiene que pasar rápidamente y volamos.” (Sal. 90:10). (Acotación nuestra).

Circunstancia que se cumple en nuestros tiempos, pues debido a los adelantos de la ciencia actual la esperanza de vida en las naciones más desarrolladas, está situada sobre los 80 años y no son pocos los casos en que dicha longevidad alcanza hasta los 90/95…… es cierto, sin embargo, que la media mundial para una generación estaría situada alrededor de los 75 años de vida. Por lo tanto y volviendo al tema que nos ocupa, estaríamos ante una “generación” prácticamente ya vencida y por lo que no puede tardar el inicio de los acontecimientos que nos llevarán hasta el reino de Dios…… ¡y algo que dicha generación tiene que contemplar, insistimos, lo que añadiría siete años más a su ya larga vida! Ello nos lleva a pensar, que el inicio de los acontecimientos que nos tienen que llevar hasta el reino de Dios no puede demorarse más en el tiempo, pues de lo contrario nos fallarían todos los cálculos cifrados en dicha profecía y que para algo nos fue dada; de hecho, la última de las profecías a cumplir para alcanzar dicho logro y que está ya muy cercana en el tiempo, es la que se encuentra en Dan. 9:26-27:

Y después de las sesenta y dos semanas (de años) Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene  los arruinará (luego en el año 70 E.C. dicho caudillo aún estaba en el futuro). Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.

27 Y él (el mencionado “caudillo”) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana (de años); y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Acotaciones nuestras).

Como ya hemos explicado en algunos de nuestros escritos, el “caudillo” mencionado tiene que ser un relevante personaje de ascendencia asiria, puesto que el “pueblo” como etnia que destruyó Jerusalén y su Templo fueron mercenarios asirios enrolados en las legiones romanas que participaron en dicha destrucción; y “caudillo” que a modo de tarjeta de presentación, establecerá un acuerdo de paz o de no agresión por siete años (la semana mencionada en el verso 27), entre Israel y sus vecinos árabes e irreconciliables enemigos desde la noche de los tiempos…… pero para ello se precisa que reaparezca Asiria como nación y cuestión en la que nos pronunciábamos en nuestro escrito del 10/03/16, por lo que ya no incidiremos en ello.

En todo caso y volviendo a la fecha en cuestión, el 14 de Mayo del corriente año 2.016 y que nos habla de los 68 años de la aparición de la primera de las señales en las que empezó la cuenta atrás en el tiempo y que debe de concluir con el establecimiento del reino de Dios en la tierra, esta no es una fecha más en el calendario sino que es un recordatorio de que la cosa está al caer o, como mínimo, que nos queda menos tiempo del que algunos se imaginan para que ocurra aquello que estamos esperando; recuerden, en cuanto a ello, lo que dijo Jesús en su momento:

Por este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.” (Mat. 24:44).

Porque las señales mencionadas en Luc. 21:25-26, las primeras, eso es, las señales estelares coincidentes con fechas señaladas en el calendario judío, si bien tuvieron cierta repercusión en el momento de producirse (se escribió mucho sobre el tema), la realidad actual es que ya han pasado al olvido y nadie se acuerda de ello; en cuanto a las segundas y que tienen que ver con situaciones extremas en la tierra, mientras para algunos la cosa siempre ha sido así (la generación actual, pues estos han nacido ya dentro de estos tiempos conflictivos y no conocen otra cosa), están aquellos más optimistas que piensan que de alguna manera los gobiernos solventarán dicha situación, pues no estamos más que ante ciclos por los que pasa la humanidad. Sea como fuere, estamos ante personas sin creencia alguna en un futuro arreglo divino de la situación y por ello, sin esperanza alguna más allá de su muerte, se limitan a “vivir la vida” con total despreocupación y sacando lo mejor de ella, haciendo buena con ello el siguiente razonamiento que mueve a ese tipo de personas y denunciado por el apóstol Pablo:

“…. Si los muertos no han de ser levantados, “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir”.” (1 Cor. 15:33).

Ciñéndose más o menos, el bueno de Pablo, a unas palabras que en su momento pronunció el Hijo de Dios y en clara referencia a aquellos que pasan por alto las advertencias divinas en forma de señales (pronto se olvidan de ellas, en el supuesto de que les hayan hecho caso alguno), que encontramos en Mat. 24:36-39:

Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. 37 Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre (eso es, la destrucción les cogerá por sorpresa).” (Acotación nuestra).

Queda claro entonces que, prescindiendo de que Jehová Dios trajo juicios para castigar actitudes que también se están produciendo en nuestros días (Gén. 6:5; Judas 7), lo que destacó Jesús en este caso no es tanto la maldad existente en los tiempos de Noé, como el hecho de que “no hiciera caso” esa generación de las señales que estaba recibiendo por activa (la misma predicación de Noé, según 2 Ped. 2:5) y por pasiva (el arca que se estaba construyendo ante sus propias narices, según se relata en Gén. 6:14-16). Y para darnos cuenta de la magnitud del diluvio que asoló a un mundo, tengamos en cuenta que la población mundial en ese entonces está cifrada y según sofisticados métodos estadísticos actuales, entre los 1.200/1.500 millones de habitantes (ver nuestro escrito del 16/03/10) y que, lógicamente, mucho más cercanos a la perfección mental y física que nosotros, estarían con toda probabilidad mucho más avanzados que nosotros en los distintos campos del saber…… ello no quita para que la situación en esos días, fuera parecida a la que estamos viviendo en los nuestros:

Y la tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios verdadero, pues la tierra se llenó de violencia. 12 De modo que Dios vio la tierra y, ¡mire!, estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra (eso es, que el problema estaba en la actitud de las personas).

13 Después de eso Dios dijo a Noé: “El fin de toda carne ha llegado delante de mí, porque la tierra está llena de violencia como resultado de ellos; y, ¡mira!, voy a arruinarlos junto con la tierra.” (Gén. 6:11-13). (Acotación nuestra).

Y que el problema estaba y sigue estando en nuestros días en la conducta del “personal”, lo dejó clarísimo el apóstol Pablo en una profecía de largo alcance y que leemos en 2 Tim. 3:1-5:

Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.”

Noten que con esa conjunción causal “porque” que inicia el versículo 2, se establece una directa relación entre los tiempos “críticos, difíciles de manejar”, con la actitud de las personas y estableciendo con ello una directa relación causa/efecto en la situación señalada…… exactamente como fue en el caso de los días de Noé y por lo que solo se puede razonar que, a igual causa, idénticas consecuencias. Luego si Pablo identificó esa indeseable condición de la humanidad en general con “los últimos días”, puesto que es claro y notorio que ya la estamos viviendo, ello significa que estamos ya en esos días en los que Dios de nuevo traerá juicio sobre la tierra…… recuerden lo dicho por Jesús, en el sentido de que “así como fue” en los días de Noé “así será” en los días finales.

Pero lo interesante y a la vez estimulador, es que ello significa que así como en el tiempo del diluvio hubo sobrevivientes, también ahora los habrá; de hecho, la profecía ya leída de Mat. 24:36-39, el Hijo de Dios la concluye con las siguientes palabras:

Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado; 41 dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada. 42 Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.” (Versos 40-42).

Entonces está claro que estamos ante una destrucción selectiva y no indiscriminada de personas, cuya selección tendrá que ver con la actitud de cada uno…… y si quieren ver qué es lo que se requerirá para ser resguardado uno de dicha destrucción, les recomendamos nuestro escrito del 25/06/15, titulado “Ovejas y cabras…… ¿en qué grupo desea estar usted?

En todo caso, nos reiteramos en lo dicho: esa fecha del 14 de Mayo de 2.016 tiene una gran importancia como muestra la información aportada al respecto, al tiempo que nos sirve de recordatorio de que estamos a las puertas de lo que Jesús señaló como nuestra “liberación”:

Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28).

MABEL


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