sábado, 7 de mayo de 2016
Obviamente, nuestra “liberación” está más cerca, pero…… ¿cuánto más cerca?
Permítannos, de entrada, advertirles que con lo que vamos a exponer a continuación no pretendemos hacer catastrofismo y ni muchísimo menos enredarnos en el mundo de la futurología, eso es, el “profetizar” acerca de cosas a ocurrir en un futuro inmediato, sino sencillamente el poner negro sobre blanco acerca de lo que nosotros entendemos que se nos dice en las Escrituras y que es una cosa muy distinta; ya, a partir de ahí, que cada uno y en función de lo que sabe sobre el tema, saque sus propias conclusiones: nosotros solo exponemos aquello que “creemos” pueda pasar.
Y es que si usted es una persona que ha seguido con cierta asiduidad los artículos que han ido apareciendo en este blog, estará al tanto de nuestra particular opinión en el sentido de que estamos ya muy cerca del cumplimiento de lo que en las Escrituras se conoce como “la 70 semana de Daniel” y con todo lo que ello conlleva, pues dicho evento tiene que ver con los últimos siete años (dado que estaríamos hablando de una “semana” de años, según dicha profecía) del mundo tal como lo hemos contemplado hasta el día de hoy. Ya para las postrimerías del año 2.013, concretamente el 29/12/13, publicamos un artículo titulado “¿Se ha preguntado usted alguna vez…… cuán cerca estamos del cumplimiento de Dan. 9:27?” y en el que ya argumentábamos en el sentido de cómo todo apunta en que estamos en los tiempos para cuando dicho cumplimiento está “al caer”. Poco tiempo después, para el 22/04/14, incidíamos en el hecho de que la ocurrencia de una serie de acontecimientos astronómicos, estaba relacionada con lo profetizado por Jesús y que tendría que marcar el momento de su inminente regreso a la tierra; proféticas palabras que encontramos en Luc. 21:25-28:
“También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos (gobiernos humanos, según Isa. 65:17-19) serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Acotación nuestra).
Lo primero que notamos en este pasaje bíblico y algo que ya pusimos de manifiesto en posteriores artículos publicados (ver por ejemplo, nuestros escritos del 20/02/15, del 02/03/15 o el del 24/08/15), tiene que ver con el hecho de la coincidencia en el tiempo de unas señales astronómicas, con una situación de extrema dificultad en la tierra como nunca se había dado y con unas perspectivas de futuro para la humanidad más “negras” que el carbón: la violencia, bien sea mediante conflictos bélicos abiertos entre distintos países (lo raro a día de hoy, es encontrar a un país que no ande “a la greña” con su vecino), o de terrorismo, o de la llamada “violencia de género”, o de total corrupción de las instituciones que nos gobiernan, así como de una “justicia” nada beligerante con el poderoso (violencia al fin y al cabo, ambas cosas), campan hoy por sus respetos en todas las direcciones en la que uno mire. Si a ello le sumamos el total desmoronamiento de nuestro entorno medioambiental, con una brutal disminución de agua potable cada vez más acuciante, polución “a manta” de nuestras ciudades, contaminación de nuestro ríos, lagos, mares y acuíferos, no podemos más que concordar que realmente estamos en la situación descrita por las palabras de Jesús en el pasaje leído del evangelio de Lucas.
Pero claro, así como toda cosa tiene un inicio, también tiene que llegar finalmente a una conclusión y de eso es de lo que hablábamos en esos artículos mencionados del año 2.015, pues en alguno de ellos apuntábamos la posibilidad de que dicha conclusión se produjera en el verano de dicho año o en próximo, eso es, en el verano del año 2.016 y que es en el que nos encontramos actualmente; cierto es que uno podría objetar en el sentido de que, si bien esas palabras de Jesús eran constatables en 2.014 y 2.015 y que es cuando ocurrieron dichos fenómenos estelares, eso es, las señales en el Sol (eclipses) y en la Luna (el fenómeno de los “lunas de sangre”) y continúa sin ocurrir nada ¿por qué tendría que ser ahora cuando todo se precipite? De hecho, la gran expectación que dichos fenómenos despertaron en ese momento entre la “concurrencia” (se escribió mucho acerca del tema) ha ido diluyéndose en el tiempo, hasta el punto de hacer perder de vista lo más importante del asunto y que no está tanto en la ocurrencia en sí misma del hecho contemplado, sino el que estábamos ante una profecía bíblica que se estaba cumpliendo ante nuestras propias narices.
No olvidemos, sin embargo, que lo que se nos dice en las palabras de Lucas es que cuando veamos comenzar estas cosas, tenemos que saber que nuestra liberación “está cerca”…… luego habría cierto tiempo entre el cumplimiento de la profecía y la llegada de la esperada “liberación”; lo que sí está claro en cualquier caso, es que el pistoletazo de salida ya se ha dado, si bien la pregunta podría continuar siendo la de ¿cuánto más cerca, estamos de la susodicha “liberación”? Para averiguarlo, tenemos que continuar con las palabras de Jesús, dichas a continuación de las ya consideradas y tomadas, en este caso, del relato paralelo de Mat. 24:32-35:
“Ahora bien, aprendan de la higuera como ilustración este punto: Luego que su rama nueva se pone tierna y brota hojas, ustedes saben que el verano está cerca. 33 Así mismo también, ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él (Jesucristo) está cerca, a las puertas (expresión esta que transmite la idea de gran inmediatez). 34 En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación (la que contempló determinados acontecimientos) hasta que sucedan todas estas cosas. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán.” (Acotaciones nuestras).
Señalar el hecho de que, puesto que ya en fecha 26/09/15 profundizábamos en el tema de esa “generación que no pasará” sin que antes ocurra todo lo profetizado, no creemos necesario repetirnos en lo mismo (aunque sí recomendamos la lectura del mismo, para entender de qué realmente estamos hablando en este momento), por lo que nos dedicaremos a hablar acerca de qué es lo que tenemos que esperar y en una fecha tan temprana como pudiera ser, a lo sumo, dentro de dos o tres meses…… sí, sí, como lo están leyendo: dos o tres meses y partiendo de estos primeros días de Mayo. Luego de lo que vamos a hablar es de lo que tenemos que esperar suceda y que señalará el inicio del fin de esa “generación” mencionada, lo que nos lleva indefectiblemente a la profecía de Dan. 9:24-27:
“Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos, para imprimir un sello sobre visión y profeta y para ungir el Santo de los Santos. 25 Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos.
26 Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.
27 Y él (el caudillo mendionado) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva. Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado”. (Acotación nuestra).
De lo que se nos está hablando en los versos 26-27 acerca del “caudillo que viene”, es de un personaje que descenderá del pueblo que, como etnia, arruinó a Jerusalén y su Templo y que identificamos como “el anticristo”…… en todo caso, estaríamos hablando de un poderoso gobernante que tiene que aparecer y momento en el que inicia dicha “semana 70”, cuya tarjeta de presentación será el establecimiento de un pacto de paz o de no agresión entre “los muchos por una semana” (siete años), eso es, entre Israel y sus vecinos árabes (recordemos que el foco de atención de la Biblia está dirigida, fundamentalmente, a esa parte del mundo que conocemos como Oriente Medio). De ahí, la necesidad de averiguar sobre dicho personaje y lo que pasa por averiguar qué “pueblo” fue el que en el año 70 E.C. arrasó con Jerusalén y su Templo; porque aunque en el acervo popular se afirma que fue el pueblo “romano” el causante de tal “desaguisado”, ello no se ajusta de ningún modo a la realidad…… porque lo cierto es que fueron mercenarios pagados por Roma y originarios de un terreno situado al norte de Israel, que en su momento fue el poderoso Imperio Asirio, eso es, la antigua nación de Asiria. Luego esos soldados supuestamente “romanos” que conformaban la legiones que Roma mandó llevar a cabo la destrucción mencionada, no eran más que descendientes de dicha nación y ancestral enemiga de Israel, para más señas, que desapareció en la noche de los tiempos sin que se volviera a tener noticia alguna de ella (Rev. 13:1-3).
Debido a lo cual, es del todo necesario que dicha antigua nación reaparezca (como en su momento ocurrió con Israel), ya que de lo contrario no habría “anticristo” y con ello, sería imposible el inicio de dicha “semana 70” y por tanto, la final instauración del reino de Dios en la tierra…... pues todo está perfectamente concatenado; sin embargo y aunque hemos dicho al final del párrafo anterior, que el rastro de dicha nación se pierde en la noche de los tiempos, parece que se vislumbra en nuestros días un revivir de la misma, pues continuamente tenemos noticias que nos hablan de los actuales descendientes de la antigua Asiria, porque ¿les suenan de algo esas personas a las que llaman “kurdos” y que últimamente tienen un gran protagonismo en Oriente Medio? Pues son tal y como les acabamos de señalar, los descendientes de esa otrora poderosa nación que ocupaba la franja territorial que actualmente se denomina como el Kurdistán y por la que están sus moradores luchando a “cara de perro” contra el DAESH o EI y organizaciones terroristas satélites…… tanto es ello así, que algún medio de información ya no se refieren a esas personas como “kurdos”, sino como “asirios”; pensemos, por otra parte, que dichas personas tienen el total apoyo de Rusia, pues esta considera a los “kurdos” como aliados imprescindibles en ese enclave estratégico que es el Medio Oriente, para adquirir el dominio predominante de una zona en extremo conflictiva.
De hecho, Rusia está negando repetidamente que dicho aliado pueda ser Siria y a la que aparentemente están ayudando frente al EI, cuando lo que se está cociendo entre bambalinas por parte de los rusos es la protección de los “kurdos” de Siria, Irak e Irán…… de ahí el enfrentamiento más o menos soterrado de Rusia contra Turquía, por su política de demolición de esa etnia asiria que mora dentro de sus fronteras, pues de serles concedida la independencia de su territorio a los “kurdos”, esta última tendría que ceder casi el 40% del suyo y a lo que el Sr. Endorgan, a la sazón presidente de Turquía, no está dispuesto a ello ni “por el forro”: y como solución “salomónica” al problema, aplica aquella máxima de “muerto el perro, muerta la rabia” y que traducido, equivale a borrar a los “kurdos” de su territorio mediante masacrarlos. Por lo tanto y para no extendernos, queda claro que la aparición del personaje “anticristo” está directamente relacionada con la aparición de nuevo en la escena mundial, de la nación de Asiria (actualmente Kurdistán), pues dicho personaje tiene que ser precisamente de ascendencia asiria (Isa. 31:8); recordemos que según la profecía de Daniel, estaríamos hablando de un destacado personaje que como tarjeta de presentación y que no está nada mal, pues nadie ha triunfado en ese empeño, conseguiría un tratado de paz o no agresión por siete años entre dos partes irreconciliables…… ni uno más, ni uno menos y además, de una notable mejoría en la situación mundial.
Y tal como están las cosas que sabemos y que nunca es el “todo” de lo que realmente se está cociendo entre bastidores, ello podría ocurrir el día menos pensado; sin embargo notarán, que en los artículos de referencia a los que hemos hecho mención, hemos puesto especial atención en el hecho de que tal ocurrencia podría tener lugar en los meses de verano; pero ¿por qué, esa presunción? Veamos: los autores de este blog consideramos que todo lo que está escrito en la Biblia tiene un significado concreto, tendente a darnos las pistas necesarias a aquellos que escudriñamos en ella o, lo que es lo mismo, que nada en las Escrituras puede ser considerado como superfluo y por lo que no puede ser nada pasado por alto; porque recordemos que al unísono con dicho personaje “el anticristo”, aparecen también unos poderosos personajes a los que Dios identifica como “sus dos testigos” y enviados para una comisión específica, como es el anunciar la inmediata instauración del reino de Dios a la tierra:
“Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.” (Rev. 11:3).
Notemos primero que dicha actividad tiene una duración de 1.260 días o tres años y medio, justo el tiempo en que tarda el “anticristo” en romper su pacto (por lo que tienen que aparecer en el mismo espacio temporal) y lo que resulta en la muerte de esos “dos testigos”, como se nos explica en ese mismo capítulo 11, pero en los versos 7 al 9 y en donde encontramos un dato sumamente revelador:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (a los tres años y medio), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba (eso es, que son dejados a la intemperie). (Acotaciones nuestras).
La pregunta sería ¿por qué se nos da el dato de que dichos cuerpos tienen que permanecer por espacio de tres días y medio insepultos? ¿Hay algún propósito detrás de tan, en principio, irrelevante cuestión? Nosotros pensamos que sí, amparándonos en el hecho ya señalado que nada es las Escrituras ha sido escrito sin un propósito definido, eso es, que nada es casual, sino que todo está magistralmente diseñado con un propósito determinado…… otra cosa distinta es que seamos capaces de encontrarlo. Luego partiendo de dicha premisa (no de que seamos capaces de encontrarlo, sino de que todo en el registro sagrado tiene un propósito determinado), lo que nosotros nos barruntamos es que estamos ante una señal temporal que nos indica para qué época del año podemos situar el hecho esperado, porque veamos: Israel al estar situada en una latitud algo más cercana al Ecuador que España, tiene también calurosos y secos veranos, acentuados estos por un fenómeno denominado “khamsin” (en hebreo “sharav”), que son unos vientos secos y calientes procedentes del desierto de Arabia, que contribuyen a generar temperaturas muy elevadas. Súmenle a ello, el de por sí complicado “cambio climático” y que está aumentando a “ojos vista” la temperatura media mundial y con lo que nos encontramos que sería muy “complicadillo” en esa época del año, el mantener un cuerpo sin vida a la intemperie y sin que este entre en el lógico proceso de descomposición en unas pocas horas de exposición al fuerte calor.
Tengamos presente que el proceso de descomposición en una temperatura moderada, comienza dentro de los primeros tres días de ocurrida la muerte, mientras que la putrefacción se empieza a notar entre los días 4 y 10, siempre teniendo en cuenta que la influencia de factores climáticos puede acelerar o demorar el proceso…… si hay calor y como es el caso que planteamos, se podría calcular el inicio del proceso a partir del segundo día y en circunstancias mucho más frías (ambiente invernal), estaríamos hablando de unos siete u ocho días. Ello nos inclina a razonar, que la muerte de esos “dos testigos”, en todo caso representantes divinos, tiene que situarse en la época invernal y por lo tanto su aparición tiene que producirse, para que cuadren los tres años y medio de tarea, en época veraniega; ello, parece estar respaldado por unas palabras del apóstol Pablo registradas en el siguiente pasaje:
“¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal, tiene que vestirse de inmortalidad.” (2 Cor. 15:51-53).
La expresión “toque final de la trompeta” hace referencia al momento en que se produce la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y en donde los apóstoles de Jesús y resto de seguidores del I siglo que con él tienen que reinar, recibirán cuerpos nuevos (los originales ya no existen desde hace siglos) dotados de la inmortalidad…… pero ¿qué ocurre con los cuerpos de esos “dos testigos”, cuando son asesinados por el “anticristo”? Veamos que nos dicen las Escrituras:
“Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos (eso es, en esos mismos cuerpos), y se pusieron de pie y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los contemplaron.” (Rev. 11:11-12). (Acotación nuestra).
Es en ese preciso instante cuando se produce la citada “primera” resurrección y los muertos de hace casi 2.000 años reciben los nuevos e inmortales cuerpos…… sin embargo, esos “dos testigos” son levantados con el mismo cuerpo, pero ya con la condición de inmortal y que no tenía dicho cuerpo, tres días y medio antes: de ahí que el apóstol Pablo mencionara el hecho de que los que sobrevivieran hasta la presencia de Jesucristo (1 Tes. 4:15), serían “transformados”, eso es, que el mismo cuerpo mortal que tenían en vida, es el que será levantado ya en inmortalidad. Pero claro, para que ello sea así, se precisa de un “pequeño” requisito: esos cuerpos no pueden tener el menor signo de descomposición para que en ellos se produzca dicha “transformación”, pues de lo contrario y de alguna manera, se estaría violentando la siguiente condición:
“Sin embargo, esto digo, hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción (en este caso, un cuerpo ya afectado por la descomposición) hereda la incorrupción.” (1 Cor. 15:50). (Acotación nuestra).
Es cierto que algunos dirán que la aplicación de este pasaje está muy “cogida por los pelos”, pues lo que Pablo pretendía señalar con el mismo era otra cosa…… pero en todo caso, no es menos cierto que como máxima es perfectamente aplicable: Jehová Dios, por definición, no levantaría jamás de algo ya inmerso en un proceso de degradación y como sería el caso, algo de naturaleza incorrupta. Luego lo que todo parece indicar y si no erramos en el diagnóstico, es que estaríamos esperando una resolución que tiene que producirse a caballo en la época de verano y este, meteorológicamente hablando, inicia el 21 de Junio en la zona del hemisferio norte; y en el bien entendido, de que lo que estamos esperando es la aparición del “anticristo” y esos “dos testigos”, para ponernos en acción aquellos que confiamos en el propósito divino. Lo que ocurre a continuación de la puesta en escena de los citados personajes, es el inicio de la “gran predicación” de Mat. 24:14 por espacio, repetimos, de tres años y medio, a ser seguidos estos por la “gran tribulación” o “el día de la ira de Jehová” y que se extenderá por los restantes tres años y medio, para juicio y destrucción eterna de aquellos que hayan reusado aceptar el mensaje transmitido por esos “dos testigos” y sus colaboradores, cómo claramente se nos muestra en 2 Tes. 1:7-9:
“… pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (porque no han querido) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (más bien se oponen a ellas). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza…” (Acotaciones nuestras)
Por lo que la perspectiva colocada ante aquellos, insistimos en ello, que esperamos en Jehová y que, repetimos, podría ser alcanzada en unos dos/tres meses, está directamente relacionada con lo dicho en la parábola conocida como la de “las ovejas y las cabras”, en donde aquellos colocados a la derecha del rey se garantizan la vida eterna, por el hecho de que han colaborado con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo, en la difusión del mensaje anunciado…… esperado momento, insistimos, que puede producirse en el breve espacio de tiempo señalado.
Es cierto y opción que no es descartable, que aquí “los mendas” estuviéramos totalmente equivocados en nuestra percepción de las cosas…… pero no es menos cierto, que todo nuestro argumentario está basado en hechos reales que hemos contemplado y que responden a profecías bíblicas cumplidas: las señales en el Sol y la Luna ahí están; la angustiosa situación de la humanidad, confluyendo con la anterior, ahí está también; la “generación” que no tiene que pasar hasta que ocurran todas las cosas, está perfectamente identificada. Por si fuera poco, tenemos la “radiografía” que hizo en su momento el apóstol Pablo para los “tiempos del fin” y que se ajusta como un guante a lo que vemos a nuestro alrededor, según se lee en 2 Tim. 3:1-5:
“Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar (situación que se corresponde plenamente a lo dicho en Luc. 21:26). 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.” (Acotación nuestra).
Añádanle a ello, la extrema decadencia moral de las personas precisamente dentro de la llamada “cristiandad”, estableciendo el aborto como un derecho, al tiempo que se legisla por ley la unión de personas del mismo sexo y con lo que Sodoma y Gomorra resulta un chiste al lado de lo que está ocurriendo en nuestros días; y por si alguno duda de “cómo está el percal”, vean cómo se “cuecen las habas” por esta España de nuestras entretelas, en una notica tomada de un artículo de prensa el 06/05/16…… con el agravante, todo ello, de que quién osa posicionarse en contra de tan depravadas prácticas, es prácticamente “lapidado” por el sentir mayoritario de una sociedad totalmente desquiciada y más allá de todo sentido moral, con la que uno tiene que “lidiar” todos los días ¡vamos, que las circunstancias que llevaron al diluvio del día de Noé, eran una broma al lado de lo que ocurre hoy! Actitud, por otra parte, perfectamente resumida en las siguientes proféticas palabras y que no auguran nada bueno para los transgresores de las normas morales, en su momento establecidas por Jehová Dios:
“¡Ay de los que dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno, los que ponen oscuridad por luz y luz por oscuridad, los que ponen amargo por dulce y dulce por amargo!” (Isa. 5:20).
Todo considerado, entendemos que no podemos por más que pensar que la cosa tiene que estar al caer, pues jamás la humanidad había llegado a semejante límite porque, por tener, tiene hasta la capacidad nuclear para destruirse a sí misma varias veces; entonces que cada uno y a partir de lo leído, saque sus propias conclusiones acerca de si nuestro Creador va a esperar más o va a actuar ya de inmediato. Por cierto y tómenlo como una pequeña apostilla, pero creemos que para aquellos que decidan el colaborar con esos “hermanos más pequeños” de Jesús y mencionados en la citada parábola de “las ovejas y las cabras”, a partir del momento de iniciar dicha colaboración, sus problemas ya se habrán terminado…… es cierto que no estarán aún en el reino de Dios, pero no es menos cierto que estarán trabajando para el Supremo Hacedor de todas las cosas, Jehová Dios y por lo que estarán atendidos y protegidos durante ese tiempo de actividad en favor del “resto ungido” por aparecer (los “dos testigos”), de cualquier acechanza maligna:
“¡Miren! El ojo de Jehová está hacia los que le temen, hacia los que esperan su bondad amorosa, 19 para librar el alma de ellos de la muerte misma y para conservarlos vivos en tiempos de hambre.” (Sal. 33:18-19).
Terminada dicha labor y ya en el tiempo de la “gran tribulación”, los que hayan tomado parte en ella serán “ocultados” y protegidos durante ese período de tiempo:
“Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él; y la tierra ciertamente, expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:20-21).
Tema este del que tienen más información, en distintos artículos publicados en este blog y siempre partiendo de la base que contamos las cosas según nosotros las entendemos; circunstancia esta que exime a nuestros lectores de concedernos credibilidad alguna, sino más bien y partiendo de lo leído, hacer una personal investigación y sacando de ella sus propias conclusiones. Y es que como tantas veces les hemos señalado, nosotros…… también nos podemos equivocar.
MABEL
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