Mostrando entradas con la etiqueta Isa. 40:29-31. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Isa. 40:29-31. Mostrar todas las entradas
martes, 28 de junio de 2016
Cuando usted se mira al espejo…… ¿qué es lo que ve?
Probablemente el objeto más utilizado del mundo, es el espejo; y si no se lo creen, calculen las horas que las mujeres permanecen ante él…… ello sin contar, las miradas de reojo cuando van por la calle y pasan ante un escaparate, puerta acristalada o cualquier mural que sea capaz de reflejar una imagen (lo de los hombres lo dejaremos estar, por aquello de “no hacer sangre”); además, toda persona un poco informada sabe que los descubridores españoles del llamado “nuevo mundo” se hicieron prácticamente de oro, cambiando este noble metal por pequeños pedazos de espejo con los nativos del nuevo continente que “flipaban” al verse por primera vez a sí mismos al ser reflejados en el dichoso “espejito”, especialmente las féminas, claro. Recordemos, por otra parte, el protagonismo del espejo en el cuento de los hermanos Grimm (Jacob y Wilhelm) llevado al cine por Walt Disney con el título “Blancanieves y los siete enanitos”; por lo que volviendo a la idea inicial, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos, que mujer y espejo son realmente términos consustanciales…… algo de lo que los hombres disfrutamos (justo es reconocerlo), al ver los excelentes resultados que se derivan de tanto estar ante el “espejito” de marras.
Pero no es de eso de lo que vamos a tratar, sino de algo más profundo y que tiene que ver con el ser interior, que pocas veces tiene que ver con la imagen que nos devuelve un espejo…… o al menos eso es lo que debiera de ser, fundamentalmente entre aquellas personas que confiamos en las promesas de Dios y en el poder de Este para hacernos poderosos; recordemos al respecto, unas palabras del profeta Isaías y que iremos repitiendo a lo largo de este escrito:
“Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y también se fatigan y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.” (Isa. 40:29-31).
Es cierto que los “achuchones” que nos da la vida nos amilanan un poco, al igual y usando un símil taurino, que el toro más bravo al ser “picado” (“suerte de varas” le llaman) y sufrir la “suerte” de banderillas, le llega ya medio muerto al torero que tiene a su cargo la “suerte” de matar (no entendemos el porqué de la expresión “suerte” en todo este entorno, porque maldita la gracia que le hará al pobre animal tanta “suerte”), a nosotros también las peripecias de la vida nos restan fuerzas, ilusión, esperanza, etc. Pero siendo todo eso cierto, la cuestión radica en cómo nos vemos cuando nos miramos al espejo: si vemos a la persona que ha resultado de los infortunios de la vida, o más bien vemos a la persona que esperamos ser en un futuro…… y todo depende del espejo en el que uno se mire; porque si hablamos del espejo del baño y ante el que nos aseamos cada mañana, este nos reflejará la dura realidad a menos, eso sí, que le echemos un poco de imaginación al asunto.
Y para echarle esa imaginación, tenemos que vivir cada día con la ilusión que genera el futuro que nos aguarda a aquellos que confiamos en las promesas de Dios; porque no solo lo que se nos promete, es un futuro de paz, perfección (física y mental), así como la posibilidad de vivir eternamente y lo que nos tendría que hacer ver nuestras actuales circunstancias, como simples situaciones pasajeras y que nunca más volverán a repetirse, sino que se nos explica que está en nuestras manos el ganarnos tan feliz porvenir. Pero antes de continuar en este tema, veamos algunas de las bendiciones de las que disfrutaremos en ese futuro que nos aguarda; y es que si usted está enfermo en este momento, “disfrute” de ello por que llegará el tiempo en que nadie sabrá qué es eso de estar enfermo:
“Y ningún residente (ya dentro del reino de Dios) dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.” (Isa. 33:24). (Acotación nuestra).
O si usted es una persona que se ve aquejada por los estragos causados por la vejez (en esas estamos aquí los “mendas” autores de este blog), sepa que a no tardar eso será cosa del pasado y por tanto, circunstancia desconocida para las venideras generaciones:
“Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.” (Job 33:25).
Si por el contrario, le da un poquitín de “repelús” la idea de la muerte (¡y a quién no!), consuélese con la siguiente promesa que hallamos en Isa. 25:7-8:
“Y en esta montaña (eso es, ya dentro de los límites del reino milenario de Dios) él ciertamente se tragará la cara de la envoltura que está envuelta sobre todos los pueblos y la obra tejida que está entretejida sobre todas las naciones (eso es, la muerte). 8 Porque Él realmente se tragará a la muerte para siempre (es decir, que ésta como tal dejará de existir) y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro.” (Acotaciones nuestras).
Y ese limpiar “las lágrimas de todo rostro”, tiene que ver también con el reparar la pérdida más dolorosa que sufre el ser humano: la desaparición en la muerte de un ser querido:
“Tus muertos vivirán. Cadáver mío... se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo (los muertos)! Porque tu rocío es como el rocío de malvas y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento (eso es, que vuelvan a la vida).” (Isa. 26:19). (Acotaciones nuestras).
Estaríamos hablando, por tanto, de la resurrección de los muertos que se va a producir a partir del establecimiento del reino de Dios en la tierra, entre otras muchas cosas más y que tienen que ver con la restauración del medio ambiente, de la paz y de tantas otras cosas de las que hablamos extensamente en su momento, en un escrito fechado el 14/02/14 y todo ello a ocurrir (insistimos en la idea) a partir del momento en que inicie el período de tiempo de mil años del reino de Dios y que es lo que esperamos según promesa divina (Hech. 3:20-21). Pero dicho lo cual, no tenemos más remedio que volver al pasaje de Isa. 40:29-31, porque esas palabras y según el contexto en el que están situadas, no parecen apuntar al reino de Dios como el tiempo de su cumplimiento, sino un poco antes de entrar en él…… por lo que volveremos a leerlas con un poco más de atención:
“Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y también se fatigan y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.”
Luego tal como está estructurada la frase, todo apunta a un momento en que todos aquellos que confían en Sus promesas, serán dotados de una fuerza adicional que les permitirá llevar a cabo algo que está más allá de las posibilidades del ser humano actual y que no puede ser otra cosa, que la que se nos indica en la llamada “parábola de las ovejas y las cabras” (Mat. 25:31-46) y que tiene que ver con lo que les acabamos de señalar en el sentido que cada uno tendrá en su mano la oportunidad de ganarse un sitio en el reino de Dios. Resumiendo la cosa, la cuestión tiene que ver con el ayudar dentro de poquísimo tiempo, a unos impresionantes personajes enviados por Dios en llevar adelante la comisión que se les ha encomendado de anunciar por todo el mundo y en un reducido espacio de tiempo (1.260 días, según Rev. 11:3), el inmediato establecimiento del reino de Dios en la tierra y predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14:
“Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”
Podríamos detenernos un momento en este pasaje, para señalar que dicho fin se produce inmediatamente después del cese de la mencionada predicación y de la que sabemos su duración; también sabemos la duración de la mencionada “gran tribulación” y que es de igualmente 1.260 días o tres años y medio, en virtud de la profecía de Dan. 9:27:
“Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana (de años); y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva…” (Acotación nuestra).
Si ello lo complementamos con el contexto de Rev. 11:7, la ecuación es clara: la “gran tribulación” es inmediata al término de dicho tiempo de predicación y, recordemos, tiene una duración de tres años y medio; pero veámoslo:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (esos enviados que hemos mencionado y labor, insistimos en ello, que hemos visto tiene una duración de tres años y medio), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará.” (Acotación nuestra).
Entonces tenemos que inmediatamente a la mencionada predicación de esos enviados divinos y a los que Jesús identificó como sus “hermanos más pequeños” (Mat. 25:40; 45), sigue la llamada “gran tribulación” y en donde recibirán su merecido castigo, todos aquellos que habrán rechazado la oferta de colaborar en la difusión de dicho mensaje, extendida por esos poderosos personajes y según se lee en 2 Tes. 1:6-9:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen (porque no han querido) a Dios y sobre los que no obedecen (más bien al contrario, han rehusado hacerlo) las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza…” (Acotaciones nuestras).
Luego aquellos que habrán colaborado con esos “hermanos más pequeños” de Jesús en el adelanto de la comisión dada a estos, serán los que se librarán de la “gran tribulación” al ser guardados en seguridad (Isa. 26:20-21) por Jehová Dios durante esos fatídicos tres años y medio que cerrarán el ciclo de los siete últimos años del mundo tal como lo contemplamos. Pero puestas así las cosas, recapitulemos y volvamos a aquellos que confiando en las promesas divinas se pondrán a disposición de esos “hermanos más pequeños” de Jesús y de los que las Escrituras nos dicen lo siguiente:
“Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen las buenas nuevas a toda la creación. 16 El que crea y sea bautizado será salvo, más el que no crea será condenado. 17 Además, estas señales acompañarán a los que crean: Mediante el uso de mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas, 18 con las manos tomarán serpientes y si beben algo mortífero, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán” (En todo caso, dichas señales no serán otra cosa que la “credencial” que identificará a uno como enviado de Dios).
19 Entonces el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue tomado arriba al cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Por consiguiente, ellos salieron y predicaron por todas partes, mientras el Señor obraba con ellos y apoyaba el mensaje por las señales que acompañaban a este (luego habría que razonar, que dichas señales son consustanciales con el mensaje).” (Mar. 16:15-20). (Acotaciones nuestras).
Y siendo cierto que esas palabras iban dirigidas a los once apóstoles y tuvieron un primer cumplimiento en el I siglo, no es menos cierto que como la mayoría de las cosas narradas en las Escrituras, tendrán una nueva aplicación en un futuro inmediato en aquellos que “creerán” en el mensaje de los mencionados “hermanos más pequeños” del Hijo de Dios y por lo que cuya obra de colaboración también será “apoyada” por éste, mediante las señales que permitirá que dichos colaboradores lleven a cabo y, repetimos, como “credencial” de estar al servicio de Dios.
Ahora bien, retomando el tema de la ayuda a prestar a esos poderosos personajes por aparecer, resulta y por poner un ejemplo de primera mano, que aquí a los “mendas” (entiéndase los autores de este blog) con 82 años mi compañero (Manolo) y 71 el que suscribe (Armando), solo nos vemos aptos para ingresar en una “chatarrería” para desguace, pues por no poder ya no podemos siquiera andar de una forma normal y nos duelen hasta las pestañas y por lo que la tarea se nos presenta, sino imposible, sí muy difícil de poderla llevar a cabo y por muy buena voluntad que le pongamos a ello. Y lo que agrava la cosa, hasta donde nosotros sabemos y en función de lo que conocemos acerca de las personas que nos siguen en el blog y los únicos que comparten nuestro punto de vista acerca de lo que está por ocurrir y lo que se demandará de nosotros (nadie enfoca la parábola de “las ovejas y las cabras” como nosotros), es que no solo estas son pocas, sino además avanzadas en años, luego…… ¿significa ello que la obra se quedará sin hacer, por falta de “mano de obra”? Obviamente no, pues si bien es cierto que no seremos devueltos a la perfección de la que se nos habla ocurrirá dentro del reino de Dios, no es menos cierto que un pequeño “arreglillo de “chapa y pintura” sí se nos hará a aquellos que lo precisemos, según se sobreentiende del pasaje ya por dos veces leído de Isa. 40:29-31:
“Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y también se fatigan y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero los que estén esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.”
Luego si ello es así y así será ¿por qué cuando nos miramos al espejo cada mañana, no muchos no ven en el mismo la imagen de lo que Dios hará en cada uno de nosotros, probablemente dentro de unos pocos días? Porque como ya señalábamos en nuestro escrito del 11/06/16, la cosa está al caer y por lo que no tenemos que olvidar las palabras de Jesús que se hallan registradas en Luc. 21:28:
“Pero al comenzar a suceder estas cosas (las señales anunciadas en los versos 25-26), levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Acotación nuestra).
Ya con la mente puesta en la circunstancia apuntada, en el sentido de que somos los dueños de nuestro propio destino, pues de nosotros depende exclusivamente el colaborar con esos “hermanos más pequeños” de Jesús o el no hacerlo, ahora sí, vuelva a mirarse en el espejo y vea qué imagen es la que este le devuelve.
MABEL
Etiquetas:
espejo,
Isa. 40:29-31,
reino de Dios,
resurrección
lunes, 14 de septiembre de 2015
Pero…… ¿y cómo sabremos, que ha llegado el momento de empezar a andar?
Aquellos que sean asiduos seguidores de este blog (¡...“pelín masoquista” ya hay que ser!), seguramente concordarán en que este se caracteriza por no alinearse nunca con lo que se entiende por lo “políticamente correcto”, que en este caso sería el seguir el mismo discurso de esa inmensa cantidad de “charlatanes” que a sí mismos de denominan “ungidos” o Hijos de Dios y que desde sus iglesias, púlpitos, lugares de reunión, medios audiovisuales o página escrita están difundiendo, por ejemplo, el mensaje de que ahora es el momento adecuado para conseguir una plaza en el reino de Dios; aunque para ello ¡faltaría más!, uno tiene que asociarse con la organización que le promete esa plaza en dicho reino…… sin ir más lejos, en su momento y hará de ello unos 50/60 años, la Iglesia Católica y al menos en España, aún vendía “parcelitas” en el cielo a sus fieles y por un módico precio ¡y no crean que les estamos hablando en broma! O también, hacerse seguidor del predicador de turno que anda por libre y quizás líder de alguna pequeña iglesia, que se define a sí mismo como poseedor de la “verdadera verdad” y no como el resto de “pelanas” de sus congéneres, que no son otra cosa más que profetas tan falsos como “un duro sevillano”…… ello siempre (¡claro esta!), desde el punto de vista del “pelanas” que en ese momento le esté hablando a usted.
Y como este punto es muy importante, pues el verdadero objetivo del cristiano es esforzarse (Luc. 13:24) por alcanzar el reino de Dios que en su momento convertirá la tierra en un paraíso en donde no existirán ni la maldad, ni la enfermedad, ni la vejez, además de ser la muerte será cosa del pasado y con el añadido, de que los muertos serán devueltos a la vida, entendemos necesario aportar nuestro granito de arena para que el “personal” no viva engañado por tanto farsante suelto por ahí (básicamente, repetimos, todos aquellos que se presentan como “ungidos” o Hijos de Dios) y que, en el colmo del paroxismo, van predicando un supuesto “evangelio verdadero” del reino de Dios como el “santo grial” que permitirá a uno alcanzar dicho reino, cuando la realidad es que no tienen ni puñetera idea de qué es ese “evangelio” y que como tal, para más inri, resulta que no existe…… algo que con todo detalle explicamos en nuestro escrito del 07/07/15.
Volviendo al punto que realmente nos interesa, resulta que el acceso al reino de Dios no tiene nada que ver en absoluto con lo que uno haya podido hacer en un pasado, ni en lo que haga en el presente, ni mucho menos en que pertenezca a tal o cual organización religiosa, sino en aquello que tendrá que hacer en un futuro que ciertamente ya está muy cercano; porque si han estado siguiendo nuestros escritos, sabrán que la clave del asunto gira entorno a la llamada “parábola de las ovejas y las cabras” (Mat. 25: 31-46) y en donde se nos muestra que aquellos que consiguen la aprobación del “rey” que está impartiendo juicio (en este caso Jesucristo) y con ello conseguir el pasaporte al reino de Dios que hace expedito el camino hacia la vida eterna, son aquellos que han obrado o actuado en favor de los “hermanos más pequeños” del monarca en cuestión…… personajes de los que se nos habla en Rev. 11:3 y en donde leemos como sigue:
“Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.”
De lo que se nos está informando aquí y según el contexto bíblico, es de la aparición en la tierra y que los autores de este blog auguramos para este otoño de 2.015 y paralela a la del llamado “anticristo”, de un pequeño “resto” de enviados de Dios a la manera de los apóstoles y con idéntica labor, eso es, liderar una predicación de ámbito global que en este caso tendrá una duración de tan solo 1.260 días o tres años y medio y a los que “el rey” de la parábola mencionada, reconoce como a sus “hermanos más pequeños” y ello, probablemente, en función de que han sido los últimos en aparecer a escena; luego todo considerado, tenemos que los que accederán al reino de Dios, serán solo aquellos que hayan colaborado con esos personajes por venir, en llevar a cabo la tarea divina encomendada de anunciar cierto mensaje a la humanidad, eso es, que les habrán ayudado en la difusión de dicho mensaje y que “el rey” mencionado considera dicha ayuda, como si se la hubieran prestado a él directamente.
Hasta aquí, lo que nos dicen las Escrituras sobre el tema…… ya lo que sigue a continuación, es aquello que los autores de este blog nos permitimos elucubrar como una mera posibilidad entre las muchas que pueda haber sobre el patrón a seguir, porque veamos: la cuestión que se plantea a partir de lo considerado, es la formulada en el titular de este escrito y que gira en torno a cómo nos enteraremos de la aparición de dichos personajes y con ello, que ha llegado el momento de ponernos en marcha. Y como resulta que esto no se nos explica en las Escrituras, pero como la cuestión radica en estar “alerta” (Mat. 24:42) para que no se nos “escape el tren”, los autores de este blog nos atrevemos a sugerir una posibilidad que entendemos amparada, tanto por textos bíblicos proféticos, como por ejemplos del primer siglo…… dicho lo cual, veamos cómo, probablemente, nos enteraremos de que el momento de “dejar todas las cosas” (Mat. 19:27) e iniciar nuestra andadura al servicio de Dios, ha llegado.
Lo primero a tener en cuenta y según se desprende de las Escrituras, es que cuando Jehová ha comisionado a alguien para cualquier empresa (Jesús hizo lo propio con aquellos a quienes envió), siempre lo ha dotado de los medios y capacidades necesarias para llevarla a cabo…… partiendo de dicha premisa, consideremos lo siguiente: los autores de este blog y que no nos queremos “perder la fiesta”, somos dos ancianos decrépitos, mi compañero Manuel con 80 “tacos” y que debido a una rara enfermedad en sus piernas, anda con mucha dificultad, aparte de las deficiencias propias de la edad. Pero que por aquello de no personificar en otros, lo dejaré a parte y me centraré en mi caso: héteme aquí que me encuentro con 70 años, sordo total de un oído, dificultad en la visión (veo pasar un carro cargado de paja y digo aquello de ¡“adiós rubia”!), artrosis degenerativa en la cadera izquierda y lo que imposibilita el moverme con soltura, circunstancia agravada por mi exceso de peso y además, aunque no soy calvo, podríamos decir que la cosa anda “rozando el larguero”…… y dejémoslo aquí, porque de lo contrario y con semejante propaganda, desde luego “no vendo la burra”. Por lo tanto es obvio que con esos mimbres, pocos cestos se pueden hacer, eso es, que no estamos en condiciones para emprender comisión alguna y por mucho empeño que pongamos en ello…… pero parece que la cosa afortunadamente tiene remedio, pues veamos qué es lo que se nos dice acerca de nuestro Dios con relación a aquellos que nos encontramos en tan “airosa” situación:
“Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y también se fatigan; y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero los que estén esperando en Jehová (como es en nuestro caso y prescindiendo de la avanzada edad), recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.” (Isa. 40:29-31). (Acotación nuestra).
Sin embargo y siendo razonable pensar, que dicho “recobro” no solo tenga que ver con la movilidad, sino que afecte también a las demás deficiencias señaladas y que podrían ser un lastre en el desempeño de nuestra tarea divulgadora, ello no nos resuelve la cuestión de saber para cuándo es el momento de salir en ayuda de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo; pero si continuamos echándole imaginación al asunto y hacemos una pequeña amalgama de lo dicho, nos podría dar el siguiente resultado y no olvidando, que estamos situados en el territorio de la especulación: imaginemos que una noche me acuesto con las limitaciones señaladas (hecho un estropajo ¡para qué nos vamos a engañar!) y a la mañana siguiente resulta que me despierto siendo una persona “nueva”, eso es, viendo nítidamente, oyendo por ambos oídos con suma claridad, sin dolor alguno en mi cadera y en perfecto estado de revista ¡vamos, hecho “un pincel” que diría nuestro amigo el castizo!…… esa sería la señal que me indicaría que es el momento de ponerme en movimiento y con ello colaborar con esos personajes por aparecer y que, probablemente, ni siquiera contactaremos con ellos durante el desempeño de nuestra comisión de ayuda. Dicho de otra manera, que cuando el espíritu santo haya actuado sobre uno de manera tan clara (solo el espíritu santo de Dios puede llevar a cabo dicho “recobro”), a este no le tiene que quedar ninguna duda de que el momento de tomar acción ha llegado, pues indiscutiblemente ha sido habilitado para ello.
Otra cuestión ya tiene que ver con el qué decir en nuestra tarea de divulgación y lo cual tampoco presenta problema alguno, pues de la misma manera que el espíritu santo ha actuado sobre las deficiencias físicas de uno y en armonía por lo dicho en el pasaje leído de Isaías, de igual manera se nos facilitará por inspiración divina el mensaje a divulgar, tal como se hizo en otras ocasiones:
“Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa, 15 porque yo les daré boca y sabiduría (entiéndase argumentos contundentes), que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar.” (Luc. 12:11-12). (Acotación nuestra).
Y si bien es cierto que en ese contexto, Jesús se refería al momento en que sus seguidores fueran llevados ante tribunales de justicia o autoridades diversas, no es menos cierto que los que nos pongamos a ayudar a eso “hermanos más pequeños” de Jesucristo, también nos toparemos con poderosos adversarios (Efe. 6:11-12) que querrán derribar nuestros razonamientos y por lo que dichas palabras también nos aplicarían. Porque como hemos dicho, parece ser que al “resto ungido” por venir y señalado en Rev. 11:3, probablemente ni los veremos durante el tiempo que dure nuestro ministerio y por lo que no podremos recibir instrucciones directas de ellos, pues todo indica que su actividad quedará circunscrita a la nación de Israel y que es a quien va dirigida la profecía…… ello se podría deducir, partiendo del dato que se nos da en Rev. 11:7-8 y que inequívocamente señala a dicha nación:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero.”
Dicha presunción por nuestra parte, parece quedar corroborada por lo que leemos en Isa. 1:10 y dirigido también a la nación de Israel con sus líderes religiosos al frente, a los que simbólicamente se les compara con esas ciudades de pecado:
“Oigan la palabra de Jehová, dictadores de Sodoma. Presten oído a la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.”
Por lo que si ello fuera así, que dicho remanente no saliera de dicha zona y no pudiera dar instrucciones a sus ayudantes esparcidos por lejanos y remotos lugares ¿cómo se podría extender dicha predicación alrededor del mundo, a menos que fuera como nosotros lo planteamos? Para hacernos una idea de lo que pretendemos decir, de nuevo pondremos a trabajar a la imaginación y lo que nos permite el explicarlo de la siguiente manera a modo de ejemplo: suponiendo que estemos en lo cierto en todo aquello que hemos publicado, tenemos que nuestro blog se lee en diferentes lugares de los cinco continentes…… cierto es que la cantidad de lectores que tenemos es exigua en todos esos lugares (no pasamos de las 100 entradas diarias entre los dos blogs que con idéntico contenido publicamos), pero no es menos cierto que están estratégicamente distribuidos en puntos tan dispares como China, Australia, Rusia, Malasia, Japón, todo el continente americano y en distintos puntos de Europa, así como algunos países de Oriente como Irak, Turquía, Arabia Saudí, también en la India, así como en la zona africana con naciones como Costa de Marfil, Mozambique o Kenya, por ejemplo. Lo que significaría que si nuestros lectores, aunque unos pocos en cada lugar de los mencionados, tuvieran el mismo convencimiento que nosotros y en ellos se produjera también la restauración física presupuesta como señal y respondiendo a la misma se pusieran en marcha, resultaría que al unísono con la aparición de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo en Jerusalén y como foco central de la gran predicación de Mat. 24:14, se iniciarían en distintos lugares del planeta pequeños focos que, en armonía con el principio que se desprende en la mencionada “parábola de las ovejas y las cabras”, irían en aumento de forma progresiva hasta abarcar el mundo entero.
O sea, que al igual que pequeñas manchas de aceite, la divulgación del mensaje divino se iría extendiendo desde distintos y dispares puntos del globo, hasta abarcarlo completamente y en lo que parece ser la única posibilidad de cumplir con el plazo señalado de 1.260 días para terminar la tarea encomendada (Rev. 11:3; 7); sin embargo, repetimos, que estamos hablando desde el plano de la especulación y por lo que nada nos confirma de manera concluyente que ello tenga que ser tal como lo planteamos, pues solo estamos proponiendo una posibilidad de las muchas que Jehová Dios tiene en su mano, acerca de cómo podrían ser las cosas. Pero en todo caso, consideramos que es mejor tener esos pensamientos en la cabeza y que demuestra que uno está expectante y alerta de los acontecimientos, que no estar pensando en la final de la Champions Ligue, o en el partido de liga del domingo, o de las próximas fiestas navideñas o de las venideras verbenas del pueblo (por aquello de decir algo) y que nos ocurra lo que señaló Jesús en su momento: que con la rutina de lo cotidiano, perdamos de vista las “señales de los tiempos” (Mat. 16:3) y que al igual como aquellas personas del tiempo de Noé “no hagamos caso” (Mat. 24:38-39) a las cosas de Dios y “nos pille el toro”.
Dicho lo cual, nosotros ahí lo dejamos y reiterando que lo planteado no es más que una pura especulación de cómo entendemos nosotros que se podrían desarrollar los acontecimientos; ahora pues, ya les toca a ustedes que nos leen sacar sus propias conclusiones y estar alerta de los tiempos que se avecinan, no dejándose entrampar por la vorágine del día a día; porque si los autores de este blog estamos en lo cierto y que no es del todo descartable, eso lo tenemos a solo unos pocos días vista, eso es, para este otoño de 2.015…… y recuerden que, aunque se equivoque, “el que avisa no es traidor”.
MABEL
Suscribirse a:
Entradas (Atom)