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lunes, 21 de marzo de 2016

¡Las tres preguntas más importantes de nuestros tiempos!


Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha debatido en un mar de preguntas y entre las que destacan, de hecho se las considera como de gran “trascendencia” para la existencia de este, aquellas que tienen que ver con el quién somos, porque somos y hacia dónde vamos, que excediendo del campo de lo material ya nos adentran en el campo de lo espiritual; sin embargo y ya situados en los últimos estertores del mundo como hasta ahora lo hemos contemplado y aunque pocos son los que se creen dicho extremo, lo cierto es que las tales han mermado su interés en favor de otras tres de más rabiosa actualidad y por mucho de más importancia capital, si cabe, que las citadas, para cada una de las personas que viven en este momento en el planeta…… pero recapitulemos y veamos porque salimos ahora con esto:

Hace unos días, concretamente el 10/03/16, publicábamos en este blog el artículo titulado “¿Se mantiene usted……alerta?”, en donde hacíamos mención sobre algunas cuestiones tan sorprendentes como interesantes que nos deparará el futuro, como pueda ser la inminente aparición de la antigua nación de Asiria y con todo lo que ello significará en un futuro inmediato; porque dicha ocurrencia está directamente relacionada con la puesta en escena del personaje conocido como “el anticristo” y profético evento que se producirá al unísono con la presencia de los “dos testigos” de Rev. 11:3 (en todo caso, un reducido grupo de personas enviadas por Dios, al modo de los Pedro, Pablo, Juan, etc.), encargados de liderar la gran predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y para lo que precisarán de ayuda, dado el poco tiempo que tendrán para llevar la obra a cabo y que queda limitado a tan solo de tres años y medio para abarcar el mundo entero (“cazi ná”, que diría nuestro amigo el castizo). Ayuda que llegará a cargo de personas que se presten a colaborar con ellos en difundir el mensaje del inmediato establecimiento del reino de Dios en la tierra y colaboración de la que se nos habla en la parábola conocida como la de “las ovejas y las cabras” (Mat. 25:31-46); y cerrábamos el artículo señalado, dejando pendiente el tema que se detalla en el último párrafo del mismo y en donde se lee así:

Otra cuestión es lo que se requerirá de aquellos que acepten el colaborar con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo, qué es lo que les identificará como tales colaboradores y cómo se las apañarán para llevar adelante dicha labor…… pero de eso, ya les hablaremos en un próximo escrito.”

Notemos que la citada parábola fue usada por Jesús, para transmitir una enseñanza a sus discípulos y que si bien es cierto que tuvo una aplicación en aquellos tiempos (Mar. 16:15-20), no es menos cierto que dicha parábola apuntaba directamente al tiempo del fin de los tiempos (ver Mat. 25:31-33), eso es, en nuestros días y por tanto provechosa para las personas que vivimos hoy; porque en ella queda claro que aquellos que pretendan entrar al reino de Dios en calidad de súbditos, tendrán que significarse en favor de aquellos a los que el Hijo de Dios identificó como a sus “hermanos más pequeños” o pequeño resto “ungido” aún por aparecer…… y que para una información más detallada sobre el particular, nos permitimos sugerirles el que se lean nuestro escrito del 25/06/15 titulado ““Ovejas” o “cabras”…… ¿en qué grupo desea estar usted?”. La cuestión es que dada (siempre según nuestro entender) la cercanía del momento en que aparezca de nuevo la antigua nación de Asiria, zona territorial que se corresponde con el actual territorio conocido como el Kurdistán y cuyos habitantes, los kurdos, son directos descendientes de los antiguos asirios, no es momento para que aquellos que quieran entrar al reino de Dios anden despistados; tan es eso así, que los kurdos son descendientes de los antiguos asirios, que algunos medios de comunicación ya no identifican a las personas que viven en esas tierras como “kurdos”, sino como “asirios”. Sea como fuere la situación, el caso es que su proyecto de independencia está más avanzado de lo que creemos y con ello, la profecía de Rev. 13: 3 a punto de cumplirse…… por lo que hay que estar muy alerta, para que “no nos coja el toro” y perdamos el tren del reino de Dios.

Recordemos que acabamos de señalar que dicho rebrotar de la antigua Asiria oficialmente como nación, como otrora lo hizo la nación de Israel (1.948), conlleva la aparición del personaje llamado “anticristo” (que tiene que ser precisamente de ascendencia asiria, según Isa. 31:8) y al unísono, insistimos para énfasis, se produce la aparición de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo y prefigurados por los “dos testigos” de Rev. 11:3, con lo que nos encontraremos que se acerca el tiempo en que tendremos que dar un paso al frente todos aquellos que estamos esperando dicho momento y de ahí, las preguntas formuladas en el párrafo transcrito de nuestro anterior escrito. Pero claro, la cosa está en que los autores de este blog no tenemos capacidad alguna de profecía y por lo que para responder a esas tres cuestiones planteadas, no podemos hacer otra cosa más que especular basándonos en lo ocurrido en épocas pretéritas y siguiendo siempre el consejo del apóstol Pablo:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado, fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).

Épocas pretéritas que en este caso nos retrotraen a los tiempos de Jesús, para ver cómo se manejaron en ese momento los asuntos relacionados con el tema que nos interesa hoy y que como ya hemos señalado, tiene que ver con el qué se requerirá para ser un colaborador de esos “hermanos más pequeños” de Jesús, así como qué será lo que les identificará como colaboradores de los personajes citados y, por último, cómo se las apañarán para llevar a cabo dicha colaboración, por espacio de tres años y medio …… que ya es todo un “tiempecito” y con lo que ello implica de intendencia y logística. Vamos pues, a tratar de averiguar la primera de esas tres cuestiones, eso es, que se requerirá de estos futuros colaboradores y que a tenor de lo ocurrido en el primer siglo, tiene que ver con una clara disposición de servicio y lo que implica una serie de renuncias personales; veamos algunos ejemplos que ilustran lo que pretendemos explicar:

Luego, al ir pasando de allí, Jesús alcanzó a ver a un hombre, cuyo nombre era Mateo, sentado en la oficina de los impuestos y le dijo: “Sé mi seguidor”. En seguida este se levantó y le siguió.” (Mat. 9:9).

Vemos como esa persona abandonó su buen empleo de recaudador de impuestos (lo que hoy llamaríamos un “funcionario” y con lo que ello comporta de empleo seguro) de forma inmediata, tras el llamado y lo que significa que se quedó sin medio alguno de subsistencia; pero veamos más ejemplos que van en el mismo sentido:

Andando a lo largo del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, a quien llaman Pedro y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. 19 Y les dijo: “Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres”. 20 Abandonando en seguida las redes, le siguieron. 21 Al seguir adelante de allí también, vio a otros dos que eran hermanos: Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, remendando sus redes y los llamó. 22 Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:18-22).

Cabría señalar, que estas personas ya conocían a Jesús y el mensaje que este portaba (y nosotros hoy conocemos mucho más del tema, de lo que conocían esos primeros seguidores de Jesús), si bien aún no había sido requerida su colaboración por parte de éste para participar en su programa de evangelización…… pero que cuando esta fue requerida, actuaron de inmediato dejándolo todo atrás y dedicando su vida solo a la tarea encomendada; de hecho, lo que se lee en Mat. 19:19 va en esa camino:

Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre (eso es, aceptando la comisión ofertada), recibirá muchas veces más y heredará la vida eterna.” (Acotación nuestra).

Más exigente se pone la cosa, cuando uno lee los pasajes que siguen a continuación:

Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo y ven, sé mi seguidor”.” (Mat. 19:21).

Lo que requiere de uno el renunciar o desprenderse de posibles riquezas o posesiones y que pudieran ser un tropiezo en su decisión, como lo fueron para el personaje al que se dirigía Jesús con esas palabras (ver v. 22); sin embargo, la cosa parece ponerse aún más grave, cuando leemos la siguiente advertencia:

El que le tiene mayor cariño a padre o a madre que a mí no es digno de mí; y el que le tiene mayor cariño a hijo o a hija que a mí no es digno de mí. 38 Y cualquiera que no acepta su madero de tormento y sigue en pos de mí no es digno de mí.” (Mat. 10:37-38).

Eso es, si uno siente más apego por sus familiares que por la obra en perspectiva, difícilmente la emprenderá y por lo que no es digno de hacerla y, por extensión, no es digno de Jesús. Pero si su situación es la contraria y usted está de acuerdo con lo leído, nuestra más sincera enhorabuena, pues demuestra ser una persona con una buena disposición de servicio y por lo que se ajusta perfectamente a lo que se requerirá de esos futuros colaboradores; aclarado lo cual, nos permitimos el pasar ya a la segunda cuestión a resolver y que tiene que ver con lo que identificará a cada uno como colaborador de esos “hermanos más pequeños”……. y sin olvidarnos de un “pequeño” detalle que nos recuerda el Hijo de Dios:

El que les escucha a ustedes me escucha a mí también. Y el que los desatiende a ustedes me desatiende a mí también. Además, el que me desatiende a mí desatiende también al que me envió.” (Luc. 10:16).

Luego dado que el que envió a Jesús, fue su Padre Celestial, resulta que todos aquellos que tomen parte en esa tarea de colaborar con esos personajes que Dios pronto mandará a la tierra, estarán realmente representando, por delegación y en última instancia, al mismísimo Jehová Dios...... lo que no es algo que pueda ser tomado a broma; y dado que Este siempre ha dotado de poderes a aquellos a los que comisiona para alguna tarea, esos colaboradores podrán hacer cosas como las siguientes y siempre ajustándonos, insistimos en ello, a los ejemplos del I siglo y que se nos dan en las Escrituras. Y lo que empezaría por el poder hablar en lenguas y que es lo primero que hicieron la apóstoles de Jesús, después de haber recibido el espíritu santo y capacidad fundamental para entenderse con muchas de las personas con las que uno se topará a lo largo de su comisión divulgadora…… capacidad a las que se añadirán las siguientes:

Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis.” (Mat. 10:7-8).

De hecho y algo que quizás muchos no sepan, esos “arreglillos” se producían a diario en los tiempos de Jesús, a tenor de la respuesta que este dio a una pregunta que, mediante intermediarios, le formuló su primo Juan “el bautizante”:

Pero Juan, habiendo oído en la cárcel acerca de las obras del Cristo, mandó por medio de sus propios discípulos 3 y le dijo: “¿Eres tú Aquel Que Viene, o hemos de esperar a uno diferente?”. 4 En respuesta, Jesús les dijo: “Vayan e informen a Juan lo que oyen y ven: 5 Los ciegos ven otra vez y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son levantados y a los pobres se declaran las buenas nuevas”.” (Mat. 11:2-5).

No sabemos si la cosa llegará, en el caso de esos futuros colaboradores de los que estamos hablando hasta el extremo de poder levantar muertos, aunque todo parece indicar que sí, pues según Joel 2:28-29 el derramamiento de espíritu santo sobre la tierra (lógicamente habría que pensar que sobre aquellos que participen en esa tarea de colaboración), será brutal…… en todo caso y de no llegar a ese extremo, algunas cosas “raritas” si las harán esas personas. Por ejemplo y es solo un suponer, imagínese usted que es una de esas personas que colaboran en la obra y que llega a un campamento de refugiados de dos o tres mil personas y de los que hay en algunas partes del mundo, que tienen hambre y sed ¿hay algún precedente bíblico que nos explique cómo se arregla esa situación? Porque difícilmente podrá usted identificarse como un enviado de Dios y transmitirles el mensaje, si primero no atiende esas necesidades, pues de palabras no se vive y eso es precisamente a lo que les tienen acostumbrados los gobiernos humanos; pues bien ¿recuerda usted lo que hizo Jesús con unos cuantos “panecillos” y una par de “sardinillas”?...... comieron y quedaron saciados “unos cinco mil varones, además de mujeres y niñitos” (Mat. 14:15-21). Eso es lo que se podrá hacer en esos casos, pues de ello hay precedente en las Escrituras…… cierto es que siempre habrá algún “quisquilloso” de diga ¿y cuando esa persona se marche, quien continuará dando de comer a esa multitud? La respuesta la tenemos en el siguiente relato y que nos habla de las andanzas del profeta Elías, en una situación paralela:

Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo y tendremos que comerlo y morir” (porque ya no tenían más comida).

Entonces le dijo Elías: “No tengas miedo. Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda y tienes que traérmela acá fuera y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo’”. 15 Por lo tanto, ella se fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días (eso es, una larga “temporadita”). 16 El jarro grande de harina mismo no se agotó y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.” (1 Rey. 17:10-16). (Acotaciones nuestras).

Luego ¿qué tal si usted dejara a cada familia de refugiados y según el número de miembros, una bolsa de comida y una botella grande de agua que nunca se agotaran? Y logro este que es algo insignificante para nuestro Creador, el Dios Altísimo; entonces ¿a quién piensa usted que creerían esas personas: en las vanas palabras de los miembros enviados por la ONU, o a usted como enviado de Dios? Con ello no pretendemos decir que las cosas sucedan exactamente de esa manera, sino que lo que pretendemos es trasladar la idea de que serán dados a esas personas que colaborarán con esos “hermanos” de Jesús por venir, los poderes sobrenaturales necesarios para solventar cualquier tipo de dificultad y que les sirva de acreditación como representantes de Dios.

Aclarado también el segundo punto en cuestión y que tiene que ver en cómo se identificará a esos enviados de Dios, pasemos al tercero y relacionado en esta ocasión con algo más prosaico (¡pero que quieren ustedes, somos humanos y tenemos ciertas necesidades innatas a nuestra condición!), como es el tema de la intendencia y logística o lo que es lo mismo, cómo se las apañarán esos colaboradores necesarios para estar tres años y medio sin generar un solo ingreso económico, pero teniendo que comer, beber, vestirse, aseo personal, etc. etc. etc. todos los días y además, el poder trasladarse de un lugar a otro para llevar a cabo su comisión por todo el mundo o, en su defecto, en la parte del mundo en la que lleven a cabo la misma…… en todo caso, estaríamos hablando de distancias que cubrir y para lo que hace falta medios de transporte, que no son precisamente gratis. Llegados a este punto, de nuevo tenemos que acogernos a la información de la que disponemos y que encontramos (¡dónde sino!) en las Escrituras, en el siguiente resumen de la peripecia de los israelitas por el desierto del Sinaí:

Mientras seguí guiándolos cuarenta años en el desierto, sus prendas de vestir no se gastaron sobre ustedes y tu sandalia no se gastó sobre tu pie. 6 Pan no comieron y vino y licor embriagante no bebieron (eso es, que su alimentación no dependió de fuente humana, sino de la bondad de Dios), para que supieran que yo soy Jehová su Dios.” (Deut. 29:5-6). (Acotación nuestra).

Y la idea que nos quiere transmitir dicho pasaje, es la de que Jehová Dios asume el costo de sus decisiones: Él fue el que los estuvo “guiando” cuarenta años por el desierto y Él fue el que corrió con los “gastos” derivados de esa decisión…… y quede claro que estaríamos hablando de más de tres millones de personas, que además de la vestimenta y calzado, fueron alimentadas de manera milagrosa con un “maná” que cubría totalmente las necesidades proteínicas para toda persona, fuera hombre, mujer o niño y agua limpia y fresca para beber en cantidad ¡y eso en medio de un desierto “grande e inspirador de temor”!, según Deut. 1:19. Súmenle a ello, la cantidad de agua necesaria para abastecer a un pueblo al que se le exigía limpieza, no solo en el ámbito de lo moral, sino también en lo físico y para lo que se precisaba del líquido elemento en cantidades industriales. Luego habría que pensar que eso de la intendencia y logística es peccata minuta para nuestro Creador y como de hecho lo fue también en el primer siglo, en dónde la exigencia hecha a aquellos que eran enviados a predicar, fue la siguiente:

No se consigan oro, ni plata, ni cobre para las bolsas de sus cintos, 10 ni alforja para el viaje, ni dos prendas de vestir interiores, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su alimento.” (Mat. 10:9-10).

Eso es y como se dice coloquialmente, que iban a “gastos pagados”; para entender lo que pretendemos decir, imagínese usted, querido lector, que trabaja de comercial en una determinada empresa y que su tarea es la de visitar clientes por todo el territorio nacional; por lo que dicha empresa le ha dotado de una tarjeta Visa Oro y con la que usted abona todos sus gastos, eso es, restaurantes, hoteles, taxi, indumentaria y aseo personal y todo otro gasto de representación que tenga que ver con la empresa para la que trabaja; y si la empresa es de las de postín, lo que le llevaría a tratar con elevados personajes, es obvio que sus representantes deberían de ir siempre bien trajeados, bien afeitados y oliendo bien, por lo que incluso las colonias irían a cargo de la citada empresa…… cuanto más en el caso que nos ocupa, pues seríamos representantes del más poderoso y excelso “empresario” del Universo y del que se nos dice lo siguiente:

La plata es mía y el oro es mío, es la expresión de Jehová de los ejércitos.” (Ageo 2:8).

Luego estaríamos hablando de una tarjeta que jamás se quedaría “sin fondos”; bien es cierto que en el I siglo las cosas funcionaban de otra manera, pues el sentido de la hospitalidad estaba muy arraigado en la cultura judía y de ahí que a los enviados por Jesús, éste les dijo lo siguiente:

Además, les dijo: “Dondequiera que entren en una casa, quédense allí hasta que salgan de aquel lugar”.” (Mar. 6:10).

Pero hoy los tiempos, así como las circunstancias son muy diferentes a las del I siglo, por lo que y salvando todas las distancias, hoy bien podría ser traducido ese pasaje por “en el hotel que entren, quédense ahí hasta abarcar la zona y no vayan transfiriéndose caprichosamente de hotel en hotel, para ver en cual se encuentran mejor”…… en todo caso, insistimos en que comprendan que lo que pretendemos no es interpretar cómo serán las cosas en ese futuro del que les estamos hablando, sino el trasladarles una idea, lo más gráfica posible, de cómo podrían ser estas y con el propósito de que se entienda lo siguiente: donde quiera que uno esté, en esa labor de colaboración con el propósito divino de extender un mensaje por toda la tierra, sus necesidades fundamentales serán plenamente atendidas. Dicho lo cual, entendemos que queda solventado el tercer punto, eso es, cómo se apañará uno para pasarse tres años y medio predicando por los territorios que le sean asignados.

Llegados a este punto y solventadas las tres incógnitas, como son el que se requerirá de uno para participar en esa labor de ayuda a esos “hermanos más pequeños” de Jesús, así como la manera en que se podrá identificar como enviado de Dios y cómo se podrá subsistir durante esos tres años y medio que durará dicha comisión, permítannos insistir en un punto que entendemos clave: todo lo que les hemos señalado, es pura especulación orientativa de cómo “podrían” ser las cosas en ese momento que aún está en el futuro; y partiendo siempre, de los ejemplos que se nos narran en el relato escritural acerca de cómo ocurrieron estas con respecto de aquellos enviados del siglo I…… a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones y especule como mejor le parezca.

Lo único que nosotros les podemos asegurar, es que el entrar en el reino de Dios dependerá exclusivamente de que uno colabore, codo con codo, con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo: eso, los autores de este blog, lo tenemos clarísimo…… lo demás, es pura hipótesis.

MABEL


lunes, 14 de septiembre de 2015

Pero…… ¿y cómo sabremos, que ha llegado el momento de empezar a andar?


Aquellos que sean asiduos seguidores de este blog (¡...“pelín masoquista” ya hay que ser!), seguramente concordarán en que este se caracteriza por no alinearse nunca con lo que se entiende por lo “políticamente correcto”, que en este caso sería el seguir el mismo discurso de esa inmensa cantidad de “charlatanes” que a sí mismos de denominan “ungidos” o Hijos de Dios y que desde sus iglesias, púlpitos, lugares de reunión, medios audiovisuales o página escrita están difundiendo, por ejemplo, el mensaje de que ahora es el momento adecuado para conseguir una plaza en el reino de Dios; aunque para ello ¡faltaría más!, uno tiene que asociarse con la organización que le promete esa plaza en dicho reino…… sin ir más lejos, en su momento y hará de ello unos 50/60 años, la Iglesia Católica y al menos en España, aún vendía “parcelitas” en el cielo a sus fieles y por un módico precio ¡y no crean que les estamos hablando en broma! O también, hacerse seguidor del predicador de turno que anda por libre y quizás líder de alguna pequeña iglesia, que se define a sí mismo como poseedor de la “verdadera verdad” y no como el resto de “pelanas” de sus congéneres, que no son otra cosa más que profetas tan falsos como “un duro sevillano”…… ello siempre (¡claro esta!), desde el punto de vista del “pelanas” que en ese momento le esté hablando a usted.

Y como este punto es muy importante, pues el verdadero objetivo del cristiano es esforzarse (Luc. 13:24) por alcanzar el reino de Dios que en su momento convertirá la tierra en un paraíso en donde no existirán ni la maldad, ni la enfermedad, ni la vejez, además de ser la muerte será cosa del pasado y con el añadido, de que los muertos serán devueltos a la vida, entendemos necesario aportar nuestro granito de arena para que el “personal” no viva engañado por tanto farsante suelto por ahí (básicamente, repetimos, todos aquellos que se presentan como “ungidos” o Hijos de Dios) y que, en el colmo del paroxismo, van predicando un supuesto “evangelio verdadero” del reino de Dios como el “santo grial” que permitirá a uno alcanzar dicho reino, cuando la realidad es que no tienen ni puñetera idea de qué es ese “evangelio” y que como tal, para más inri, resulta que no existe…… algo que con todo detalle explicamos en nuestro escrito del 07/07/15.

Volviendo al punto que realmente nos interesa, resulta que el acceso al reino de Dios no tiene nada que ver en absoluto con lo que uno haya podido hacer en un pasado, ni en lo que haga en el presente, ni mucho menos en que pertenezca a tal o cual organización religiosa, sino en aquello que tendrá que hacer en un futuro que ciertamente ya está muy cercano; porque si han estado siguiendo nuestros escritos, sabrán que la clave del asunto gira entorno a la llamada “parábola de las ovejas y las cabras” (Mat. 25: 31-46) y en donde se nos muestra que aquellos que consiguen la aprobación del “rey” que está impartiendo juicio (en este caso Jesucristo) y con ello conseguir el pasaporte al reino de Dios que hace expedito el camino hacia la vida eterna, son aquellos que han obrado o actuado en favor de los “hermanos más pequeños” del monarca en cuestión…… personajes de los que se nos habla en Rev. 11:3 y en donde leemos como sigue:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.”

De lo que se nos está informando aquí y según el contexto bíblico, es de la aparición en la tierra y que los autores de este blog auguramos para este otoño de 2.015 y paralela a la del llamado “anticristo”, de un pequeño “resto” de enviados de Dios a la manera de los apóstoles y con idéntica labor, eso es, liderar una predicación de ámbito global que en este caso tendrá una duración de tan solo 1.260 días o tres años y medio y a los que “el rey” de la parábola mencionada, reconoce como a sus “hermanos más pequeños” y ello, probablemente, en función de que han sido los últimos en aparecer a escena; luego todo considerado, tenemos que los que accederán al reino de Dios, serán solo aquellos que hayan colaborado con esos personajes por venir, en llevar a cabo la tarea divina encomendada de anunciar cierto mensaje a la humanidad, eso es, que les habrán ayudado en la difusión de dicho mensaje y que “el rey” mencionado considera dicha ayuda, como si se la hubieran prestado a él directamente.

Hasta aquí, lo que nos dicen las Escrituras sobre el tema…… ya lo que sigue a continuación, es aquello que los autores de este blog nos permitimos elucubrar como una mera posibilidad entre las muchas que pueda haber sobre el patrón a seguir, porque veamos: la cuestión que se plantea a partir de lo considerado, es la formulada en el titular de este escrito y que gira en torno a cómo nos enteraremos de la aparición de dichos personajes y con ello, que ha llegado el momento de ponernos en marcha. Y como resulta que esto no se nos explica en las Escrituras, pero como la cuestión radica en estar “alerta” (Mat. 24:42) para que no se nos “escape el tren”, los autores de este blog nos atrevemos a sugerir una posibilidad que entendemos amparada, tanto por textos bíblicos proféticos, como por ejemplos del primer siglo…… dicho lo cual, veamos cómo, probablemente, nos enteraremos de que el momento de “dejar todas las cosas” (Mat. 19:27) e iniciar nuestra andadura al servicio de Dios, ha llegado.

Lo primero a tener en cuenta y según se desprende de las Escrituras, es que cuando Jehová ha comisionado a alguien para cualquier empresa (Jesús hizo lo propio con aquellos a quienes envió), siempre lo ha dotado de los medios y capacidades necesarias para llevarla a cabo…… partiendo de dicha premisa, consideremos lo siguiente: los autores de este blog y que no nos queremos “perder la fiesta”, somos dos ancianos decrépitos, mi compañero Manuel con 80 “tacos” y que debido a una rara enfermedad en sus piernas, anda con mucha dificultad, aparte de las deficiencias propias de la edad. Pero que por aquello de no personificar en otros, lo dejaré a parte y me centraré en mi caso: héteme aquí que me encuentro con 70 años, sordo total de un oído, dificultad en la visión (veo pasar un carro cargado de paja y digo aquello de ¡“adiós rubia”!), artrosis degenerativa en la cadera izquierda y lo que imposibilita el moverme con soltura, circunstancia agravada por mi exceso de peso y además, aunque no soy calvo, podríamos decir que la cosa anda “rozando el larguero”…… y dejémoslo aquí, porque de lo contrario y con semejante propaganda, desde luego “no vendo la burra”. Por lo tanto es obvio que con esos mimbres, pocos cestos se pueden hacer, eso es, que no estamos en condiciones para emprender comisión alguna y por mucho empeño que pongamos en ello…… pero parece que la cosa afortunadamente tiene remedio, pues veamos qué es lo que se nos dice acerca de nuestro Dios con relación a aquellos que nos encontramos en tan “airosa” situación:

Está dando poder al cansado; y hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía dinámica. 30 Los muchachos se cansan y también se fatigan; y los jóvenes mismos sin falta tropiezan, 31 pero los que estén esperando en Jehová (como es en nuestro caso y prescindiendo de la avanzada edad), recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.” (Isa. 40:29-31). (Acotación nuestra).

Sin embargo y siendo razonable pensar, que dicho “recobro” no solo tenga que ver con la movilidad, sino que afecte también a las demás deficiencias señaladas y que podrían ser un lastre en el desempeño de nuestra tarea divulgadora, ello no nos resuelve la cuestión de saber para cuándo es el momento de salir en ayuda de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo; pero si continuamos echándole imaginación al asunto y hacemos una pequeña amalgama de lo dicho, nos podría dar el siguiente resultado y no olvidando, que estamos situados en el territorio de la especulación: imaginemos que una noche me acuesto con las limitaciones señaladas (hecho un estropajo ¡para qué nos vamos a engañar!) y a la mañana siguiente resulta que me despierto siendo una persona “nueva”, eso es, viendo nítidamente, oyendo por ambos oídos con suma claridad, sin dolor alguno en mi cadera y en perfecto estado de revista ¡vamos, hecho “un pincel” que diría nuestro amigo el castizo!…… esa sería la señal que me indicaría que es el momento de ponerme en movimiento y con ello colaborar con esos personajes por aparecer y que, probablemente, ni siquiera contactaremos con ellos durante el desempeño de nuestra comisión de ayuda. Dicho de otra manera, que cuando el espíritu santo haya actuado sobre uno de manera tan clara (solo el espíritu santo de Dios puede llevar a cabo dicho “recobro”), a este no le tiene que quedar ninguna duda de que el momento de tomar acción ha llegado, pues indiscutiblemente ha sido habilitado para ello.

Otra cuestión ya tiene que ver con el qué decir en nuestra tarea de divulgación y lo cual tampoco presenta problema alguno, pues de la misma manera que el espíritu santo ha actuado sobre las deficiencias físicas de uno y en armonía por lo dicho en el pasaje leído de Isaías, de igual manera se nos facilitará por inspiración divina el mensaje a divulgar, tal como se hizo en otras ocasiones:

Por lo tanto, resuélvanlo en sus corazones que no ensayarán de antemano cómo hacer su defensa, 15 porque yo les daré boca y sabiduría (entiéndase argumentos contundentes), que todos sus opositores juntos no podrán resistir ni disputar.” (Luc. 12:11-12). (Acotación nuestra).

Y si bien es cierto que en ese contexto, Jesús se refería al momento en que sus seguidores fueran llevados ante tribunales de justicia o autoridades diversas, no es menos cierto que los que nos pongamos a ayudar a eso “hermanos más pequeños” de Jesucristo, también nos toparemos con poderosos adversarios (Efe. 6:11-12) que querrán derribar nuestros razonamientos y por lo que dichas palabras también nos aplicarían. Porque como hemos dicho, parece ser que al “resto ungido” por venir y señalado en Rev. 11:3, probablemente ni los veremos durante el tiempo que dure nuestro ministerio y por lo que no podremos recibir instrucciones directas de ellos, pues todo indica que su actividad quedará circunscrita a la nación de Israel y que es a quien va dirigida la profecía…… ello se podría deducir, partiendo del dato que se nos da en Rev. 11:7-8 y que inequívocamente señala a dicha nación:

Y cuando hayan terminado de dar su testimonio, la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero.”

Dicha presunción por nuestra parte, parece quedar corroborada por lo que leemos en Isa. 1:10 y dirigido también a la nación de Israel con sus líderes religiosos al frente, a los que simbólicamente se les compara con esas ciudades de pecado:

Oigan la palabra de Jehová, dictadores de Sodoma. Presten oído a la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.”

Por lo que si ello fuera así, que dicho remanente no saliera de dicha zona y no pudiera dar instrucciones a sus ayudantes esparcidos por lejanos y remotos lugares ¿cómo se podría extender dicha predicación alrededor del mundo, a menos que fuera como nosotros lo planteamos? Para hacernos una idea de lo que pretendemos decir, de nuevo pondremos a trabajar a la imaginación y lo que nos permite el explicarlo de la siguiente manera a modo de ejemplo: suponiendo que estemos en lo cierto en todo aquello que hemos publicado, tenemos que nuestro blog se lee en diferentes lugares de los cinco continentes…… cierto es que la cantidad de lectores que tenemos es exigua en todos esos lugares (no pasamos de las 100 entradas diarias entre los dos blogs que con idéntico contenido publicamos), pero no es menos cierto que están estratégicamente distribuidos en puntos tan dispares como China, Australia, Rusia, Malasia, Japón, todo el continente americano y en distintos puntos de Europa, así como algunos países de Oriente como Irak, Turquía, Arabia Saudí, también en la India, así como en la zona africana con naciones como Costa de Marfil, Mozambique o Kenya, por ejemplo. Lo que significaría que si nuestros lectores, aunque unos pocos en cada lugar de los mencionados, tuvieran el mismo convencimiento que nosotros y en ellos se produjera también la restauración física presupuesta como señal y respondiendo a la misma se pusieran en marcha, resultaría que al unísono con la aparición de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo en Jerusalén y como foco central de la gran predicación de Mat. 24:14, se iniciarían en distintos lugares del planeta pequeños focos que, en armonía con el principio que se desprende en la mencionada “parábola de las ovejas y las cabras”, irían en aumento de forma progresiva hasta abarcar el mundo entero.

O sea, que al igual que pequeñas manchas de aceite, la divulgación del mensaje divino se iría extendiendo desde distintos y dispares puntos del globo, hasta abarcarlo completamente y en lo que parece ser la única posibilidad de cumplir con el plazo señalado de 1.260 días para terminar la tarea encomendada (Rev. 11:3; 7); sin embargo, repetimos, que estamos hablando desde el plano de la especulación y por lo que nada nos confirma de manera concluyente que ello tenga que ser tal como lo planteamos, pues solo estamos proponiendo una posibilidad de las muchas que Jehová Dios tiene en su mano, acerca de cómo podrían ser las cosas. Pero en todo caso, consideramos que es mejor tener esos pensamientos en la cabeza y que demuestra que uno está expectante y alerta de los acontecimientos, que no estar pensando en la final de la Champions Ligue, o en el partido de liga del domingo, o de las próximas fiestas navideñas o de las venideras verbenas del pueblo (por aquello de decir algo) y que nos ocurra lo que señaló Jesús en su momento: que con la rutina de lo cotidiano, perdamos de vista las “señales de los tiempos” (Mat. 16:3) y que al igual como aquellas personas del tiempo de Noé “no hagamos caso” (Mat. 24:38-39) a las cosas de Dios y “nos pille el toro”.

Dicho lo cual, nosotros ahí lo dejamos y reiterando que lo planteado no es más que una pura especulación de cómo entendemos nosotros que se podrían desarrollar los acontecimientos; ahora pues, ya les toca a ustedes que nos leen sacar sus propias conclusiones y estar alerta de los tiempos que se avecinan, no dejándose entrampar por la vorágine del día a día; porque si los autores de este blog estamos en lo cierto y que no es del todo descartable, eso lo tenemos a solo unos pocos días vista, eso es, para este otoño de 2.015…… y recuerden que, aunque se equivoque, “el que avisa no es traidor”.

MABEL


sábado, 1 de agosto de 2015

Pero…… ¿y quién corre con los “gastos”?


Si usted es seguidor de este blog, estará al tanto de que desde hace algún tiempo (concretamente desde el 22/04/14), en que publicamos un artículo acerca del fenómeno de las lunas rojas o “lunas de sangre” bajo el título “Las “Lunas de sangre”: ¿Casualidad…… o señales que anuncian “algo”?”, con cierta frecuencia los autores de esta página venimos anunciando que entre los meses de Septiembre y Octubre de este año 2.015, ocurrirán cosas que marcarán un antes y un después en el inmediato devenir de la humanidad. Es cierto que quizás pocos son los que recuerden esos escritos, en dónde hemos ido dando detalles de lo que, a nuestro entender, está por suceder en este inmediato futuro que estamos señalando; y decimos esto, porque si bien es cierto que en su momento dichos artículos levantaron cierta expectación (¡tampoco mucha, no se crean que la cosa es como para tirar cohetes!), no lo es menos el hecho de que el “personal” y en una actitud “camaleónica”, con el tiempo va ajustando o acomodando sus expectativas a las condiciones que le rodean y olvidándose de que el tiempo, de forma inexorable, va pasando…… ya saben ustedes aquello del “tic-tac, tic-tac, tic-tac” y con ello, acercándose el momento del cumplimiento de lo prometido en las Escrituras.

Y explicábamos nosotros, que lo que va a ocurrir en ese tiempo señalado, tiene que ver con el inicio de la profética “70 semana” de Dan. 9:27 y con ella, los siete últimos años del mundo tal como lo conocemos…… eso es, el final del tiempo en que el mundo ha sido gobernado por la tiránica mano del hombre corrupto y con las consecuencias finales que a todos hoy nos son más que evidentes y ajustadas, por tanto, a las inspiradas palabras dichas por el sabio rey Salomón en su momento:

Todo esto he visto y hubo un aplicar mi corazón a toda obra que se ha hecho bajo el sol, durante el tiempo que el hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo.” (Ecles. 8:9)

Constatada esta realidad y en nuestro papel acostumbrado de víctimas de dicha dominación corrupta (¡quién manda, manda!), lo que afortunadamente se nos ofrece en las Escrituras es un cambio total de sistema de juego, en el que será Dios quien marcará las reglas y gobernará al mundo por medio de Su rey delegado, Jesucristo, encabezando este un gobierno mundial compuesto de un determinado número de individuos elegidos de entre la humanidad (o “comprados de entre la humanidad”, según Rev. 14:4) y elevados a la condición de inmortales Hijos de Dios…… y siendo en este punto en donde nos vamos a detener, pues es alrededor de este asunto sobre el que pretende girar el artículo de hoy. Porque en ese momento al que hacemos referencia, dará inicio la última de un conjunto de “70 semanas de años” (ver nuestro artículo del 26/03/15) y que es de la que se nos habla en Dan. 9:27, e inicio que será marcado por dos acontecimientos de fundamental importancia, si bien en ese pasaje de Daniel solo se nos refleja uno de ellos; este tiene que ver con la aparición de un personaje que la Biblia identifica como el “anticristo”, en todo caso un prominente personaje aparentemente del ámbito de la política, que establecerá un pacto de paz o de no agresión por siete años “entre los muchos” y pacto que implicará a la nación de Israel y sus vecinos árabes como firmantes y beneficiarios del mismo, en lo que será el detonante, repetimos, que marcará el momento preciso del inicio de la cuenta regresiva de dicha profética semana de años:

Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación; y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.

27 Y él (el “caudillo” mencionado en el verso anterior) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana (eso es, por siete años); y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva…” (Dan. 9:26-27b). (Acotaciones nuestras).

Pero como ya hemos señalado, hay otro acontecimiento paralelo a este y que pasará desapercibido por la inmensa mayoría del “populacho”, más pendiente de sus “cuitas” diarias que de lo profetizado en el texto sagrado, pero no por aquellos que estamos atentos a los acontecimientos de los que nos informan las Escrituras y que, en este caso, se nos relatan en Rev. 11:3-6:

Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra.

5 Y si alguien quiere hacerles daño, de la boca de ellos sale fuego y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles daño, tiene que ser muerto de esta manera. 6 Estos tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre…… y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.”

Entonces de lo que se nos está informando aquí, es de la aparición al unísono con ese “anticristo” mencionado, de unos personajes que identificados por Dios como “mis dos testigos”, en todo caso un pequeño resto de “ungidos” o Hijos de Dios a la manera de los apóstoles y que dotados de grandísimos poderes, son enviados por Este para poner en marcha una gran predicación mundial solo por espacio de 1.260 días y que se corresponde con la anunciada por Jesús en Mat. 24:14:

Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”

Acontecimiento este, la aparición de esos singulares personajes, de especial interés para aquellos que esperamos en las promesas de Jehová, mediante Su Hijo Jesucristo y de ahí de la necesidad en cuanto a averiguar cuándo se produce la misma; y de vital importancia el conocimiento del momento en que estos personajes salen a la luz, pues en ese momento es cuando inicia dicha gran predicación y con ello ofertada la posibilidad de tomar parte en la misma, eso es, el poder colaborar codo con codo en esa obra divulgadora con esos “ungidos” por aparecer y a los que el propio Jesucristo identifica como sus “hermanos más pequeños” (ello porque son los últimos en aparecer a escena), en la llamada “parábola de las ovejas y las cabras”…… y parábola de obligado conocimiento, para poder entender de qué realmente estamos hablando. Porque en esta parábola y que se encuentra en Mat. 25:31-46, lo que se nos explica y resumiéndolo al máximo, es que solo aquellos que colaboren con esos “hermanos” de Jesús en dar adelanto a la comisión que les ha sido encomendada, son los que alcanzarán a entrar en el reino venidero de Dios y con ello, hacerse acreedores a optar por la vida eterna…… y es aquí en donde está el nudo gordiano de la cuestión.

Porque dicha colaboración y teniendo en cuenta que actualmente son muy pocos los que confían en las promesas de nuestro Creador, puede llevar a aquellos que acepten dicho ofrecimiento a tener que abarcar en su tarea de predicación, grandes extensiones de terreno y con todo lo que ello pueda significar en dispendio económico, pues no solo hay que tener en cuenta los desplazamientos, sino otras cosas como será el tener que abandonar negocios o empleos ya que la dedicación y debido al poco tiempo para llevar a cabo dicha tarea (solo 1.260 días para abarcar a toda persona de este planeta), tendrá que ser plena….. y a lo que también se añade en la mayoría de los casos, que ello implicará necesariamente el tener que abandonar una familia, sobre todo, en el caso de aquellos que la tenemos y no muy dispuesta esta, además, a compartir con nosotros la aceptación de dicha oferta y que somos una inmensa mayoría los que nos encontramos en dicha situación. Circunstancia esta que podría poner entre la espada y la pared a la persona deseosa de colaborar en esa obra de predicación (por demás, una oportunidad única para alcanzar la vida eterna), eso es, el tener que elegir entre dejar de sustentar a la familia con su aportación económica fruto de su trabajo, o el tomar la decisión que se demanda de él y que es el colaborar a tiempo total en el dar adelanto a dicha obra de divulgación mundial…… obra de divulgación, en la que se anunciará el hecho de que el reino de Dios ya ha tomado las riendas de los asuntos del mundo (Rev. 14:6-7).

Súmemele a ello que esa labor, sostenida por tres años y medio, inevitablemente exigirá de una aportación económica para cubrir gastos tales como desplazamientos, pernoctaciones, alimentos, aseo personal, ropa y calzado y demás cosas necesarias de las que somos conocedores aquellos que nos hemos pasado una vida de actividad profesional, viajando en función de nuestro trabajo…… luego la pregunta del titular de este escrito es del todo pertinente: ¿quién correrá con este costo económico, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los que creemos en las promesas del Creador, no somos gente pudiente, sino más bien lo contrario? Porque la realidad contemplada a nuestro alrededor, es que las personas con amplios recursos materiales no suelen ser muy proclives a tener en cuenta las promesas divinas y extremo este que no fue pasado por alto por el propio Hijo de Dios, como queda reflejado en estas palabras:

Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo y, ven, sé mi seguidor”. 22 Al oír el joven este dicho, se fue contristado, porque tenía muchas posesiones. 23 Mas Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que será cosa difícil el que un rico entre en el reino de los cielos. 24 Otra vez les digo: Más fácil es que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios”.” (Mat. 19:21-24).

Y prescindiendo de que alguna excepción habrá, no es menos cierto que aquellos que creemos en las promesas divinas no pasamos de ser unos “paniaguados” que a duras penas llegamos a fin de mes con nuestro salario o exigua pensión (como es el caso del que suscribe) y con familia a nuestro cargo y que depende exclusivamente de nosotros…… entonces ¿qué hacer ante tal situación, cuando lo que leemos en las Escrituras acerca del comportamiento de un cristiano en esta cuestión, es lo siguiente?:

Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.” (1 Tim. 5:8).

Pero por otra parte, tenemos este mandato del propio Hijo de Dios y que no deja lugar a duda alguna, acerca de cómo actuar en las cosas que hagan referencia a cualquier servicio que tenga como depositario a Jehová Dios:

Entonces, ¡mira!, cierto hombre versado en la Ley se levantó, para probarlo y dijo: “Maestro, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna?”. 26 Él le dijo: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?”. 27 Contestando, este dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente y, a tu prójimo, como a ti mismo”. 28 Él le dijo: “Contestaste correctamente; sigue haciendo esto y conseguirás la vida eterna.” (Luc. 10:25-28).

Entonces lo que está claro es que la devoción a nuestro Supremo Hacedor y, por delegación, a Su Hijo amado Jesucristo y en quién Jehová Dios ha conferido toda autoridad, tanto en el cielo como sobre la tierra (Mat. 18:18), tiene que ser sin fisuras ni remilgos y lo que nos lleva a una pregunta importante, que tiene que ver en este caso con el coste emocional que uno tendrá que pagar al separarse de sus familiares más allegados y que ni nos acompañarán, ni nos apoyarán en nuestra decisión, lo que nos lleva a considerar unas palabras de Jesús:

El que no está de mi parte, contra mí está y el que no recoge conmigo, desparrama.” (Luc. 11:23).

Partiendo de estas palabras y que claramente nos muestran que no hay término medio en este asunto, hágase la siguiente pregunta: ¿están de parte de Jesucristo, aquellos de nuestros familiares o amigos más cercanos, que cada día nos ponen más trabas en nuestro intento de aprender de las Escrituras y aplicar en nuestras vidas, sus enseñanzas, así como nuestro intento de compartirlas con otros? Obviamente no, pues de no ser ello así, no solo nos animarían a seguir en nuestro empeño, sino que se posicionarían con nosotros en colaborar con esos enviados de Dios de los que se nos habla en Rev. 11:3…… luego la opción está clara: cuando llegue el momento en que se nos convoque, hay que “liarse la manta a la cabeza” y sin otra consideración, salir zumbando a cumplir con nuestra obligación de ayudar a esos “hermanos” de Jesucristo si queremos optar a la vida eterna y como nos deja claro la parábola mencionada de “las ovejas y las cabras”. A este respecto, veamos unas palabras de propio Jesús y que no tenemos que perder de vista, pues nos marcan con claridad la opción a tomar:

En cuanto a todo aquel, pues, que confiese unión conmigo (en este caso, mediante el colaborar en la comisión señalada) delante de los hombres, yo también confesaré unión con él delante de mi Padre que está en los cielos; 33 pero en cuanto a cualquiera que me repudie delante de los hombres (en este caso, mediante el no colaborar en dicha obra), yo también lo repudiaré delante de mi Padre que está en los cielos. 34 No piensen que vine a poner paz en la tierra; no vine a poner paz, sino espada. 35 Porque vine a causar división y estará el hombre contra su padre, la hija contra su madre y la esposa joven contra su suegra. 36 Realmente, los enemigos del hombre serán personas de su propia casa. 37 El que le tiene mayor cariño a padre o a madre que a mí, no es digno de mí; y el que le tiene mayor cariño a hijo o a hija que a mí, no es digno de mí.” (Mat. 10:32-37). (Acotaciones nuestras).

Palabras esclarecedoras que nos marcan el derrotero a seguir en ese crucial momento de tener que decidir qué rumbo tomar; en todo caso, cuestión esta que queda reflejada en algo que ocurrió en el primer siglo con uno de los seguidores de Jesús y que se nos muestra como ejemplo de la línea a seguir, según se nos relata en Mat. 8:21-22:

Entonces otro de los discípulos le dijo: “Señor, permíteme primero ir y enterrar a mi padre”. 22 Jesús le dijo: “Continúa siguiéndome y deja que los muertos entierren a sus muertos”.”

Lo que ese discípulo le pedía al Hijo de Dios, no era el ir a enterrar a su padre muerto y algo a lo que no se habría opuesto Jesús, sino que la petición iba en el sentido de continuar atendiendo a este familiar hasta el momento en que este muriera y para cuando eso se produjera, ya liberado de dicha responsabilidad, entonces ya sí, empezar a seguir a Jesús…… sin embargo, la respuesta de este fue del todo contundente: que dejara cualquier obligación con sus familiares y que “continuara” siguiéndole a él. Tal situación, parece querer indicarnos que lo que ocurra con aquellos parientes que dependan de nosotros y que dejemos atrás en nuestro empeño por colaborar en dar adelanto a la comisión de esos “hermanos” de Jesús aún por aparecer, queda en las manos de Jehová y por lo que nosotros solo nos tenemos que ocupar en la empresa que se nos ofrece. Luego en el bien entendido que ello será así, pues Jehová Dios no nos obligaría a dejar a nuestros familiares desamparados, sin tomar Él las riendas del asunto, centrémonos ahora en el meollo de la cuestión y que como hemos señalado, tiene que ver con los recursos de los que cada uno posee para emprender semejante aventura por tres años y medio, que más bien son “escasitos” en aquellos que deseamos alcanzar el inmenso privilegio de poder participar de esa última predicación y reseñada en Mat. 24:14…… y que para un correcto entendimiento de “cómo nos lucirá el pelo” durante ese tiempo, hay que retrotraernos a unas palabras del apóstol Pablo y que encontramos en Rom. 15:4:

Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”

Luego ¿qué cosas ocurrieron en tiempos pasados y que fueron escritas para “nuestra instrucción”, en las que fijarnos como modelo para lo que posiblemente ocurrirá en nuestro caso, eso es, en lo que tiene que ver con las condiciones en las que se nos enviará a predicar? Pues en aquellas que tienen que ver con lo que ocurrió con aquellos primeros a los que Jesús envió a predicar y que, según las Escrituras, fue en estas circunstancias:

A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: “No se vayan por el camino de las naciones, y no entren en ciudad samaritana; 6 sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis. 9 No consigan oro, ni plata, ni cobre para las bolsas de sus cintos, 10 ni alforja para el viaje, ni dos prendas de vestir interiores, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su alimento (o “salario”)”.” (Mat. 10:5-10). (Acotación nuestra).

Estos “doce” que no eran otros que los apóstoles y que todavía no tenían la condición de Hijos de Dios, pues esta les fue concedida en Pentecostés del 33 E.C., por lo tanto en esos momentos unos “curritos” de a pie como podamos ser ahora nosotros, eso es, unos simples “soldados rasos”, vemos en primer lugar que fueron dotados de grandes poderes que les permitían acreditar ante el “personal” que, efectivamente, habían sido enviados por Dios…… y en segundo lugar, que iban a “gastos pagados” pues se les dijo que no tomaran nada de equipaje para llevar adelante la comisión recibida, ni siquiera una muda interior, pues todo esto les sería facilitado por Aquel para quién estaban “trabajando”, Jehová Dios, pues “el obrero merece su salario” y ser dotado de las “herramientas” necesarias para llevar adelante su tarea. Veamos ahora, también, lo ocurrido en el caso de otros setenta enviados posteriormente por Jesús a predicar y que, al igual que a los doce anteriores, recibieron las mismas instrucciones en su comisión de dar a conocer la buena noticia de la colocación de los fundamentos del venidero reino de Dios:

Después de estas cosas el Señor designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir. 2 Entonces empezó a decirles: “La mies, en realidad, es mucha, pero los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Vayan. ¡Miren! Los envío como a corderos en medio de lobos. 4 No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias y no abracen a nadie en saludo por el camino. 5 Dondequiera que entren en una casa, digan primero: “Tenga paz esta casa”. 6 Y si hay allí un amigo de la paz, la paz de ustedes descansará sobre él. Pero si no lo hay, se volverá a ustedes. 7 De modo que quédense en aquella casa, comiendo y bebiendo las cosas que les suministren, porque el obrero es digno de su salario. No anden transfiriéndose de casa en casa”.” (Luc. 10:1-7).

De nuevo nos encontramos con lo mismo: fueron enviados “con lo puesto” y sin embargo vieron siempre cubiertas sus necesidades básicas como son la comida, el alojamiento, ropa, etc.; es cierto que las Escrituras no nos dan detalles de cómo fue realizado dicho aprovisionamiento, pero lo que si se nos dice en estas, es que las cosas básicas realmente nunca les faltaron:

También les dijo: “Cuando los envié sin bolsa y sin alforja y sin sandalias, no les faltó nada, ¿verdad?”. Ellos dijeron: “¡No!.” (Luc. 22:35).

Por otra parte, que estos setenta también fueron dotados de los mismos poderes que los doce primeros, queda perfectamente establecido por sus propias palabras cuando regresaron de su comisión:

Entonces los setenta volvieron con gozo y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre”.” (Luc. 10:17).

Entonces lo que queda claro ya de entrada y recordando la mencionada parábola de “las ovejas y las cabras”, es que aquellos que se vayan sumando de forma progresiva a esa grandiosa obra de predicación, serán también dotados de grandes poderes que les acreditarán como enviados de Dios, ante aquellos que les escuchen y que, a su vez, si estos se deciden aceptar lo escuchado y subirse “al carro”, así mismo serán dotados de idénticos poderes. ¡Vamos!, lo mismo que hacen los TJ, que uno enseña a otro, este a su vez a otro y así sucesivamente, de modo que todos llegan a ser participantes de la obra (en lo que podríamos considerar un crecimiento “a la dobla”), pero en el caso que nos ocupa, con los poderes sobrenaturales necesarios que le permitan a uno demostrar ser realmente un enviado por Dios y no como esas voluntariosas personas de la membresía de la organización religiosa Watchtower, que no son más que representantes de una organización terrenal fraudulenta al servicio de Satanás y por lo que en modo alguno, pueden ser considerados como representantes a Dios…… y lo mismo aplica a toda esa plaga de supuestos “ungidos” o Hijos de Dios actuales y que nos rodean por tierra, mar y aire, que se arrogan el hablar en nombre de Dios un supuesto “evangelio de Jesucristo” y que no son más, que sicarios al servicio de Satanás.

En cuanto a cómo se hará lo referente a la logística, eso es, el tema de alojamiento, alimentación, ropa, calzado, transporte, etc. y en el bien entendido que los tiempos actuales no son los del primer siglo, ni el terreno a abarcar será el mismo, sino muchísimo más grande (¡el mundo entero, ni más ni menos!) y en un tiempo record de 1.260 días, es cierto que no lo sabemos…… pero lo que sí sabemos, es esto:

“…… porque con Dios, ninguna declaración será una imposibilidad.” (Luc. 1:37).

Luego si nuestro Creador ha dicho que esto tiene que ser así, Él lo hará posible; tomemos como ejemplo de lo que es capaz nuestro Sumo Hacedor, un episodio de la historia bíblica en el que probablemente no se ha profundizado como se debiera y que cuando se hace, nos muestra una gran lección sobre la capacidad de provisión del poder divino: cuando el pueblo de Israel salió del cautiverio en Egipto, junto a él salió también “una vasta compañía mixta” y que en conjunto se calcula que conformarían un grupo cercano a los tres millones de personas. Pues bien, Jehová Dios los mantuvo por espacio de cuarenta años vagando por un desierto “grande e inspirador de temor” (Deut. 1:19), en donde no solo fueron alimentados debidamente, sino que “sus prendas de vestir” no se gastaron de sobre ellos ni “su sandalia” se gastó de sobre sus pies (Deut. 29:5); y a lo que habría que añadir otra particularidad que hacía más complicada la situación: el pueblo de Israel y por tanto los prosélitos que se les unieron, tenían que ser un pueblo limpio tanto en lo moral como en lo físico y para esto último, se requería de muchísima agua (aparte del consumo diario de las personas, así como del ganado que les acompañaba) y que no creemos que abundara en un desierto “grande e inspirador de temor” (Deut. 8:15)…… sin embargo y de forma milagrosa, nada de todas estas cosas les faltó a esa ingente multitud en su vagar por cuarenta años en ese terreno inhóspito.

Todo ello nos habla del inmenso poder de nuestro Dios, lo que nos tiene que llevar a confiar en Él en cualquier circunstancia y pensar que de una u otra manera se nos proveerá de lo necesario para poder llevar adelante nuestra comisión de ayuda a esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo…… y siendo cierto que no estamos para elucubrar en el cómo serán cubiertas nuestras necesidades en estos tiempos actuales y que, como hemos dicho, nos son las del I siglo ¿se imaginan que fuéramos dotados de algún salvo conducto o tarjeta Visa Oro o MasterCard que nos permitiera el acceso a hoteles, restaurantes, tiendas de ropa, transportación y de todo aquello necesario para el desempeño de nuestra asignación en cualquier parte del mundo y ello, con cargo al erario “celestial”? No podemos olvidar y por aquello de “rizar el rizo”, que en Ageo 2:8, se lee como sigue:

La plata es mía y el oro es mío, es la expresión de Jehová de los ejércitos.”

Por lo que prescindiendo de que, repetimos, no sabemos cómo seremos atendidos en el desempeño de nuestra obra de colaboración y lo señalado no es más que una mera conjetura acorde con los usos actuales que vemos a nuestro alrededor, no estaría de más que usted que nos lee y cree lo mismo que nosotros, se lo fuera pensando pues no es nada descabellado que esta situación se le plantee en un par de meses, a lo sumo tres. Y decimos esto, porque el natural del ser humano es el de “cuando llegue el momento, ya actuaré”…… pero resulta que cuando llega el momento y si no hay una determinación ya firmemente establecida de antemano, lo más normal es que a uno “le coja el toro”.

Entonces es menester, que cada uno sepa que en un cortísimo plazo de tiempo y siempre que nosotros estemos en lo cierto en nuestra previsión de los inmediatos acontecimientos por suceder, se verá ante la disyuntiva de dejarlo todo y confiar en la promesa del reino…… o quedarse con todo y dejar aparte la promesa del reino; en las Escrituras y que como hemos dicho, es el espejo en el cual mirarnos para saber a qué atenernos, tenemos un ejemplo de cuál es la actitud correcta a seguir:

Andando a lo largo del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, a quien llaman Pedro y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. 19 Y les dijo: “Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres”. 20 Abandonando en seguida las redes, le siguieron. 21 Al seguir adelante de allí, también vio a otros dos que eran hermanos: Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, remendando sus redes; y los llamó. 22 Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:18-22).

Visto lo visto, amigo que nos lee ¿qué hará usted y si se tercia el caso: dejará de “remendar las redes” y seguirá a Cristo…… o dejará a Cristo y seguirá “remendando sus redes”?

MABEL