lunes, 21 de marzo de 2016
¡Las tres preguntas más importantes de nuestros tiempos!
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano se ha debatido en un mar de preguntas y entre las que destacan, de hecho se las considera como de gran “trascendencia” para la existencia de este, aquellas que tienen que ver con el quién somos, porque somos y hacia dónde vamos, que excediendo del campo de lo material ya nos adentran en el campo de lo espiritual; sin embargo y ya situados en los últimos estertores del mundo como hasta ahora lo hemos contemplado y aunque pocos son los que se creen dicho extremo, lo cierto es que las tales han mermado su interés en favor de otras tres de más rabiosa actualidad y por mucho de más importancia capital, si cabe, que las citadas, para cada una de las personas que viven en este momento en el planeta…… pero recapitulemos y veamos porque salimos ahora con esto:
Hace unos días, concretamente el 10/03/16, publicábamos en este blog el artículo titulado “¿Se mantiene usted……alerta?”, en donde hacíamos mención sobre algunas cuestiones tan sorprendentes como interesantes que nos deparará el futuro, como pueda ser la inminente aparición de la antigua nación de Asiria y con todo lo que ello significará en un futuro inmediato; porque dicha ocurrencia está directamente relacionada con la puesta en escena del personaje conocido como “el anticristo” y profético evento que se producirá al unísono con la presencia de los “dos testigos” de Rev. 11:3 (en todo caso, un reducido grupo de personas enviadas por Dios, al modo de los Pedro, Pablo, Juan, etc.), encargados de liderar la gran predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14 y para lo que precisarán de ayuda, dado el poco tiempo que tendrán para llevar la obra a cabo y que queda limitado a tan solo de tres años y medio para abarcar el mundo entero (“cazi ná”, que diría nuestro amigo el castizo). Ayuda que llegará a cargo de personas que se presten a colaborar con ellos en difundir el mensaje del inmediato establecimiento del reino de Dios en la tierra y colaboración de la que se nos habla en la parábola conocida como la de “las ovejas y las cabras” (Mat. 25:31-46); y cerrábamos el artículo señalado, dejando pendiente el tema que se detalla en el último párrafo del mismo y en donde se lee así:
“Otra cuestión es lo que se requerirá de aquellos que acepten el colaborar con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo, qué es lo que les identificará como tales colaboradores y cómo se las apañarán para llevar adelante dicha labor…… pero de eso, ya les hablaremos en un próximo escrito.”
Notemos que la citada parábola fue usada por Jesús, para transmitir una enseñanza a sus discípulos y que si bien es cierto que tuvo una aplicación en aquellos tiempos (Mar. 16:15-20), no es menos cierto que dicha parábola apuntaba directamente al tiempo del fin de los tiempos (ver Mat. 25:31-33), eso es, en nuestros días y por tanto provechosa para las personas que vivimos hoy; porque en ella queda claro que aquellos que pretendan entrar al reino de Dios en calidad de súbditos, tendrán que significarse en favor de aquellos a los que el Hijo de Dios identificó como a sus “hermanos más pequeños” o pequeño resto “ungido” aún por aparecer…… y que para una información más detallada sobre el particular, nos permitimos sugerirles el que se lean nuestro escrito del 25/06/15 titulado ““Ovejas” o “cabras”…… ¿en qué grupo desea estar usted?”. La cuestión es que dada (siempre según nuestro entender) la cercanía del momento en que aparezca de nuevo la antigua nación de Asiria, zona territorial que se corresponde con el actual territorio conocido como el Kurdistán y cuyos habitantes, los kurdos, son directos descendientes de los antiguos asirios, no es momento para que aquellos que quieran entrar al reino de Dios anden despistados; tan es eso así, que los kurdos son descendientes de los antiguos asirios, que algunos medios de comunicación ya no identifican a las personas que viven en esas tierras como “kurdos”, sino como “asirios”. Sea como fuere la situación, el caso es que su proyecto de independencia está más avanzado de lo que creemos y con ello, la profecía de Rev. 13: 3 a punto de cumplirse…… por lo que hay que estar muy alerta, para que “no nos coja el toro” y perdamos el tren del reino de Dios.
Recordemos que acabamos de señalar que dicho rebrotar de la antigua Asiria oficialmente como nación, como otrora lo hizo la nación de Israel (1.948), conlleva la aparición del personaje llamado “anticristo” (que tiene que ser precisamente de ascendencia asiria, según Isa. 31:8) y al unísono, insistimos para énfasis, se produce la aparición de esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo y prefigurados por los “dos testigos” de Rev. 11:3, con lo que nos encontraremos que se acerca el tiempo en que tendremos que dar un paso al frente todos aquellos que estamos esperando dicho momento y de ahí, las preguntas formuladas en el párrafo transcrito de nuestro anterior escrito. Pero claro, la cosa está en que los autores de este blog no tenemos capacidad alguna de profecía y por lo que para responder a esas tres cuestiones planteadas, no podemos hacer otra cosa más que especular basándonos en lo ocurrido en épocas pretéritas y siguiendo siempre el consejo del apóstol Pablo:
“Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado, fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).
Épocas pretéritas que en este caso nos retrotraen a los tiempos de Jesús, para ver cómo se manejaron en ese momento los asuntos relacionados con el tema que nos interesa hoy y que como ya hemos señalado, tiene que ver con el qué se requerirá para ser un colaborador de esos “hermanos más pequeños” de Jesús, así como qué será lo que les identificará como colaboradores de los personajes citados y, por último, cómo se las apañarán para llevar a cabo dicha colaboración, por espacio de tres años y medio …… que ya es todo un “tiempecito” y con lo que ello implica de intendencia y logística. Vamos pues, a tratar de averiguar la primera de esas tres cuestiones, eso es, que se requerirá de estos futuros colaboradores y que a tenor de lo ocurrido en el primer siglo, tiene que ver con una clara disposición de servicio y lo que implica una serie de renuncias personales; veamos algunos ejemplos que ilustran lo que pretendemos explicar:
“Luego, al ir pasando de allí, Jesús alcanzó a ver a un hombre, cuyo nombre era Mateo, sentado en la oficina de los impuestos y le dijo: “Sé mi seguidor”. En seguida este se levantó y le siguió.” (Mat. 9:9).
Vemos como esa persona abandonó su buen empleo de recaudador de impuestos (lo que hoy llamaríamos un “funcionario” y con lo que ello comporta de empleo seguro) de forma inmediata, tras el llamado y lo que significa que se quedó sin medio alguno de subsistencia; pero veamos más ejemplos que van en el mismo sentido:
“Andando a lo largo del mar de Galilea, vio a dos hermanos: Simón, a quien llaman Pedro y Andrés su hermano, que bajaban una red de pescar en el mar, pues eran pescadores. 19 Y les dijo: “Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres”. 20 Abandonando en seguida las redes, le siguieron. 21 Al seguir adelante de allí también, vio a otros dos que eran hermanos: Santiago hijo de Zebedeo y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, remendando sus redes y los llamó. 22 Ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, le siguieron.” (Mat. 4:18-22).
Cabría señalar, que estas personas ya conocían a Jesús y el mensaje que este portaba (y nosotros hoy conocemos mucho más del tema, de lo que conocían esos primeros seguidores de Jesús), si bien aún no había sido requerida su colaboración por parte de éste para participar en su programa de evangelización…… pero que cuando esta fue requerida, actuaron de inmediato dejándolo todo atrás y dedicando su vida solo a la tarea encomendada; de hecho, lo que se lee en Mat. 19:19 va en esa camino:
“Y todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre (eso es, aceptando la comisión ofertada), recibirá muchas veces más y heredará la vida eterna.” (Acotación nuestra).
Más exigente se pone la cosa, cuando uno lee los pasajes que siguen a continuación:
“Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes y da a los pobres y tendrás tesoro en el cielo y ven, sé mi seguidor”.” (Mat. 19:21).
Lo que requiere de uno el renunciar o desprenderse de posibles riquezas o posesiones y que pudieran ser un tropiezo en su decisión, como lo fueron para el personaje al que se dirigía Jesús con esas palabras (ver v. 22); sin embargo, la cosa parece ponerse aún más grave, cuando leemos la siguiente advertencia:
“El que le tiene mayor cariño a padre o a madre que a mí no es digno de mí; y el que le tiene mayor cariño a hijo o a hija que a mí no es digno de mí. 38 Y cualquiera que no acepta su madero de tormento y sigue en pos de mí no es digno de mí.” (Mat. 10:37-38).
Eso es, si uno siente más apego por sus familiares que por la obra en perspectiva, difícilmente la emprenderá y por lo que no es digno de hacerla y, por extensión, no es digno de Jesús. Pero si su situación es la contraria y usted está de acuerdo con lo leído, nuestra más sincera enhorabuena, pues demuestra ser una persona con una buena disposición de servicio y por lo que se ajusta perfectamente a lo que se requerirá de esos futuros colaboradores; aclarado lo cual, nos permitimos el pasar ya a la segunda cuestión a resolver y que tiene que ver con lo que identificará a cada uno como colaborador de esos “hermanos más pequeños”……. y sin olvidarnos de un “pequeño” detalle que nos recuerda el Hijo de Dios:
“El que les escucha a ustedes me escucha a mí también. Y el que los desatiende a ustedes me desatiende a mí también. Además, el que me desatiende a mí desatiende también al que me envió.” (Luc. 10:16).
Luego dado que el que envió a Jesús, fue su Padre Celestial, resulta que todos aquellos que tomen parte en esa tarea de colaborar con esos personajes que Dios pronto mandará a la tierra, estarán realmente representando, por delegación y en última instancia, al mismísimo Jehová Dios...... lo que no es algo que pueda ser tomado a broma; y dado que Este siempre ha dotado de poderes a aquellos a los que comisiona para alguna tarea, esos colaboradores podrán hacer cosas como las siguientes y siempre ajustándonos, insistimos en ello, a los ejemplos del I siglo y que se nos dan en las Escrituras. Y lo que empezaría por el poder hablar en lenguas y que es lo primero que hicieron la apóstoles de Jesús, después de haber recibido el espíritu santo y capacidad fundamental para entenderse con muchas de las personas con las que uno se topará a lo largo de su comisión divulgadora…… capacidad a las que se añadirán las siguientes:
“Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis; den gratis.” (Mat. 10:7-8).
De hecho y algo que quizás muchos no sepan, esos “arreglillos” se producían a diario en los tiempos de Jesús, a tenor de la respuesta que este dio a una pregunta que, mediante intermediarios, le formuló su primo Juan “el bautizante”:
“Pero Juan, habiendo oído en la cárcel acerca de las obras del Cristo, mandó por medio de sus propios discípulos 3 y le dijo: “¿Eres tú Aquel Que Viene, o hemos de esperar a uno diferente?”. 4 En respuesta, Jesús les dijo: “Vayan e informen a Juan lo que oyen y ven: 5 Los ciegos ven otra vez y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son levantados y a los pobres se declaran las buenas nuevas”.” (Mat. 11:2-5).
No sabemos si la cosa llegará, en el caso de esos futuros colaboradores de los que estamos hablando hasta el extremo de poder levantar muertos, aunque todo parece indicar que sí, pues según Joel 2:28-29 el derramamiento de espíritu santo sobre la tierra (lógicamente habría que pensar que sobre aquellos que participen en esa tarea de colaboración), será brutal…… en todo caso y de no llegar a ese extremo, algunas cosas “raritas” si las harán esas personas. Por ejemplo y es solo un suponer, imagínese usted que es una de esas personas que colaboran en la obra y que llega a un campamento de refugiados de dos o tres mil personas y de los que hay en algunas partes del mundo, que tienen hambre y sed ¿hay algún precedente bíblico que nos explique cómo se arregla esa situación? Porque difícilmente podrá usted identificarse como un enviado de Dios y transmitirles el mensaje, si primero no atiende esas necesidades, pues de palabras no se vive y eso es precisamente a lo que les tienen acostumbrados los gobiernos humanos; pues bien ¿recuerda usted lo que hizo Jesús con unos cuantos “panecillos” y una par de “sardinillas”?...... comieron y quedaron saciados “unos cinco mil varones, además de mujeres y niñitos” (Mat. 14:15-21). Eso es lo que se podrá hacer en esos casos, pues de ello hay precedente en las Escrituras…… cierto es que siempre habrá algún “quisquilloso” de diga ¿y cuando esa persona se marche, quien continuará dando de comer a esa multitud? La respuesta la tenemos en el siguiente relato y que nos habla de las andanzas del profeta Elías, en una situación paralela:
“Por lo tanto, él se levantó y se fue a Sarepta y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: “Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber”. 11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él pasó a llamarla y a decir: “Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano”. 12 Por lo cual ella dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo y tendremos que comerlo y morir” (porque ya no tenían más comida).
Entonces le dijo Elías: “No tengas miedo. Entra, haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda y tienes que traérmela acá fuera y para ti y tu hijo puedes hacer algo después. 14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘El jarro grande de harina mismo no se agotará y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo’”. 15 Por lo tanto, ella se fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días (eso es, una larga “temporadita”). 16 El jarro grande de harina mismo no se agotó y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.” (1 Rey. 17:10-16). (Acotaciones nuestras).
Luego ¿qué tal si usted dejara a cada familia de refugiados y según el número de miembros, una bolsa de comida y una botella grande de agua que nunca se agotaran? Y logro este que es algo insignificante para nuestro Creador, el Dios Altísimo; entonces ¿a quién piensa usted que creerían esas personas: en las vanas palabras de los miembros enviados por la ONU, o a usted como enviado de Dios? Con ello no pretendemos decir que las cosas sucedan exactamente de esa manera, sino que lo que pretendemos es trasladar la idea de que serán dados a esas personas que colaborarán con esos “hermanos” de Jesús por venir, los poderes sobrenaturales necesarios para solventar cualquier tipo de dificultad y que les sirva de acreditación como representantes de Dios.
Aclarado también el segundo punto en cuestión y que tiene que ver en cómo se identificará a esos enviados de Dios, pasemos al tercero y relacionado en esta ocasión con algo más prosaico (¡pero que quieren ustedes, somos humanos y tenemos ciertas necesidades innatas a nuestra condición!), como es el tema de la intendencia y logística o lo que es lo mismo, cómo se las apañarán esos colaboradores necesarios para estar tres años y medio sin generar un solo ingreso económico, pero teniendo que comer, beber, vestirse, aseo personal, etc. etc. etc. todos los días y además, el poder trasladarse de un lugar a otro para llevar a cabo su comisión por todo el mundo o, en su defecto, en la parte del mundo en la que lleven a cabo la misma…… en todo caso, estaríamos hablando de distancias que cubrir y para lo que hace falta medios de transporte, que no son precisamente gratis. Llegados a este punto, de nuevo tenemos que acogernos a la información de la que disponemos y que encontramos (¡dónde sino!) en las Escrituras, en el siguiente resumen de la peripecia de los israelitas por el desierto del Sinaí:
“Mientras seguí guiándolos cuarenta años en el desierto, sus prendas de vestir no se gastaron sobre ustedes y tu sandalia no se gastó sobre tu pie. 6 Pan no comieron y vino y licor embriagante no bebieron (eso es, que su alimentación no dependió de fuente humana, sino de la bondad de Dios), para que supieran que yo soy Jehová su Dios.” (Deut. 29:5-6). (Acotación nuestra).
Y la idea que nos quiere transmitir dicho pasaje, es la de que Jehová Dios asume el costo de sus decisiones: Él fue el que los estuvo “guiando” cuarenta años por el desierto y Él fue el que corrió con los “gastos” derivados de esa decisión…… y quede claro que estaríamos hablando de más de tres millones de personas, que además de la vestimenta y calzado, fueron alimentadas de manera milagrosa con un “maná” que cubría totalmente las necesidades proteínicas para toda persona, fuera hombre, mujer o niño y agua limpia y fresca para beber en cantidad ¡y eso en medio de un desierto “grande e inspirador de temor”!, según Deut. 1:19. Súmenle a ello, la cantidad de agua necesaria para abastecer a un pueblo al que se le exigía limpieza, no solo en el ámbito de lo moral, sino también en lo físico y para lo que se precisaba del líquido elemento en cantidades industriales. Luego habría que pensar que eso de la intendencia y logística es peccata minuta para nuestro Creador y como de hecho lo fue también en el primer siglo, en dónde la exigencia hecha a aquellos que eran enviados a predicar, fue la siguiente:
“No se consigan oro, ni plata, ni cobre para las bolsas de sus cintos, 10 ni alforja para el viaje, ni dos prendas de vestir interiores, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su alimento.” (Mat. 10:9-10).
Eso es y como se dice coloquialmente, que iban a “gastos pagados”; para entender lo que pretendemos decir, imagínese usted, querido lector, que trabaja de comercial en una determinada empresa y que su tarea es la de visitar clientes por todo el territorio nacional; por lo que dicha empresa le ha dotado de una tarjeta Visa Oro y con la que usted abona todos sus gastos, eso es, restaurantes, hoteles, taxi, indumentaria y aseo personal y todo otro gasto de representación que tenga que ver con la empresa para la que trabaja; y si la empresa es de las de postín, lo que le llevaría a tratar con elevados personajes, es obvio que sus representantes deberían de ir siempre bien trajeados, bien afeitados y oliendo bien, por lo que incluso las colonias irían a cargo de la citada empresa…… cuanto más en el caso que nos ocupa, pues seríamos representantes del más poderoso y excelso “empresario” del Universo y del que se nos dice lo siguiente:
“La plata es mía y el oro es mío, es la expresión de Jehová de los ejércitos.” (Ageo 2:8).
Luego estaríamos hablando de una tarjeta que jamás se quedaría “sin fondos”; bien es cierto que en el I siglo las cosas funcionaban de otra manera, pues el sentido de la hospitalidad estaba muy arraigado en la cultura judía y de ahí que a los enviados por Jesús, éste les dijo lo siguiente:
“Además, les dijo: “Dondequiera que entren en una casa, quédense allí hasta que salgan de aquel lugar”.” (Mar. 6:10).
Pero hoy los tiempos, así como las circunstancias son muy diferentes a las del I siglo, por lo que y salvando todas las distancias, hoy bien podría ser traducido ese pasaje por “en el hotel que entren, quédense ahí hasta abarcar la zona y no vayan transfiriéndose caprichosamente de hotel en hotel, para ver en cual se encuentran mejor”…… en todo caso, insistimos en que comprendan que lo que pretendemos no es interpretar cómo serán las cosas en ese futuro del que les estamos hablando, sino el trasladarles una idea, lo más gráfica posible, de cómo podrían ser estas y con el propósito de que se entienda lo siguiente: donde quiera que uno esté, en esa labor de colaboración con el propósito divino de extender un mensaje por toda la tierra, sus necesidades fundamentales serán plenamente atendidas. Dicho lo cual, entendemos que queda solventado el tercer punto, eso es, cómo se apañará uno para pasarse tres años y medio predicando por los territorios que le sean asignados.
Llegados a este punto y solventadas las tres incógnitas, como son el que se requerirá de uno para participar en esa labor de ayuda a esos “hermanos más pequeños” de Jesús, así como la manera en que se podrá identificar como enviado de Dios y cómo se podrá subsistir durante esos tres años y medio que durará dicha comisión, permítannos insistir en un punto que entendemos clave: todo lo que les hemos señalado, es pura especulación orientativa de cómo “podrían” ser las cosas en ese momento que aún está en el futuro; y partiendo siempre, de los ejemplos que se nos narran en el relato escritural acerca de cómo ocurrieron estas con respecto de aquellos enviados del siglo I…… a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones y especule como mejor le parezca.
Lo único que nosotros sí les podemos asegurar, es que el entrar en el reino de Dios dependerá exclusivamente de que uno colabore, codo con codo, con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo: eso, los autores de este blog, lo tenemos clarísimo…… lo demás, es pura hipótesis.
MABEL
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