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jueves, 13 de junio de 2013

Jesús de Nazaret...... ¿quién fue realmente? 

Las respuestas a esta pregunta, que de ningún modo es retórica, pues estaríamos hablando del personaje que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, son tantas como escritos hay acerca del personaje y que, encima, de éstos hay “la tira” que diría un castizo. Algo que también añade a la confusión reinante entre el personal, en lo que hace referencia a la figura de Jesús, son las diferentes representaciones que de este se han ofertado, tanto en la literatura como en el celuloide. Como señaló cierto autor, a Jesús se le ha presentado desde diversas perspectivas, eso es, desde “impetuoso campeón de los oprimidos”, pasando por “payaso crucificado”, o “místico perplejo” y acabando por “charlatán bienintencionado”…… pero en realidad ¿quién o qué, fue él?

Algo de lo que no cabe ninguna duda para cualquier tipo de persona, sea atea o creyente, es que este personaje existió, pues no solo dejó una huella indeleble en el tiempo, sino que numerosos historiadores seglares de la antigüedad suministran muchas referencias que prueban fehacientemente de su existencia, si bien es cierto que no ofrecen mucha información adicional acerca de él, por lo que es del todo imposible escribir una biografía de Jesús en el sentido convencional del término. Por otra parte y para acabar de “arreglar” la cuestión, tenemos a aquellos estudiantes religiosos del día moderno que han llegado a interesarse tanto en las teorías contradictorias sobre Jesús, que han pasado por alto el contenido de los evangelios que nos hablan de él y fuentes básicas donde las haya, para averiguar la dimensión del personaje.

Tengamos en cuenta que estas fuentes de información, que son los relatos de los cuatro evangelios, basan su fiabilidad en el hecho de que sus respectivos escritores fueron compañeros íntimos de Jesús o en su defecto, personas que se asociaron personalmente con aquellos que lo fueron…… por ello, nunca se ha descubierto prueba alguna que haya logrado poner en tela de juicio, la veracidad de los hombres que escribieron esos relatos acerca de Jesús; más bien, lo contrario ha resultado ser cierto. Se cuenta que en cierta ocasión, el famoso científico Sir Isaac Newton, dijo algo parecido a esto:

Hallo más señales seguras de autenticidad en la Biblia, que en cualquier otra historia profana.

Y en algunas obras de consulta, se puede leer lo que Jean Jacques Rousseau, escritor, filósofo, músico, botánico y naturalista franco-helvético y reconocido como un “ilustrado”, a pesar de las profundas contradicciones que en todo momento le separaron de los principales representantes del movimiento intelectual llamado “de la Ilustración”, escribió a mediados del siglo XVIII:

¿Hemos de suponer que la historia evangélica es mera ficción? Al contrario, la historia de Sócrates, que nadie se atreve a poner en tela de juicio, no está tan comprobada como lo está la de Jesucristo.”

Por lo tanto y como cristianos, sería sabio considerar los hechos acerca del personaje Jesús, a la luz del registro bíblico…… y el razonar a partir del mismo, en cuanto a que tal de cierto hay en las actuales ideas que determinadas denominaciones cristianas tienen de él, como por ejemplo, el afirmar que Jesús fue el propio Dios hecho hombre; u otros, que fue un poderoso ser celestial encarnado en hombre y ya los de más allá (los menos), que por el contrario fue simplemente un hombre que engendrado por Dios, en la matriz de una virgen judía llamada María, nació como cualquier otro ser humano, solo que por no haber intervenido en dicha operación un padre imperfecto (en este caso José), el niñito engendrado nació sin pecado y por tanto, perfecto al igual que Adán antes del pecado. Por ello y si realmente deseamos saber quién fue en verdad Jesús de Nazaret, que sufrió una muerte horrible para que nosotros alcanzáramos la posibilidad de vivir eternamente y que el tiempo lo hace cada vez más necesario para el ser humano, no tenemos más remedio que, al igual que aquél que quiere beber agua fresca, acudir directos y sin ninguna idea preconcebida a la misma fuente de la que brota esta…… que en este caso, no es otra fuente que la de los mismos evangelios y con una sola pregunta en mente ¿quién fue, realmente, Jesús de Nazaret?

Acabamos de mencionar de un pasado que incluye el llamado “siglo de las luces”, concretamente el XVIII, en donde los pensadores de la época conocida como “de la Ilustración”, sostenían la teoría de que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición, la tiranía y construir un mundo mejor. Lo de conseguir un mundo mejor, es obvio que no lo consiguieron, pero sí sentaron la base para eliminar la ignorancia, la superstición y tiranía, también en este caso en el campo de la religión y que es el que nos ocupa, pues la tal tenía que ver con la capacidad de razonar con lógica y sentido común, ante los supuestos que se nos pudieran plantear en cualquier momento. Por ello, los autores de este blog y siempre a tenor de lo que entendemos del registro escritural, nos decantamos y en el asunto que hoy nos ocupa, por la tercera de las opciones planteadas, eso es, que Dios engendró a Jesús de una mujer y que por lo tanto este nació como hombre perfecto, al igual que Adán (por lo de perfecto, pues Adán no fue un hijo de Dios engendrado, sino una “creación” terrestre de Este) y llegó a ser llamado o reconocido, como “Hijo del Altísimo”:

De modo que el ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado favor con Dios; 31 y, ¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo y has de ponerle por nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; y de su reino no habrá fin”. 

34 Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”. 35 En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”.” (Luc. 1:30-35).

Luego y dicho de una manera simple para que nos entendamos, tal como el varón cubre a la mujer y le transmite “poder” de vida en la forma de esperma y a partir de lo cual, el organismo femenino gestiona hasta transformarlo en un ser viviente, de igual manera y de forma milagrosa, Jehová y para quién nada le es imposible (v. 37), milagrosamente transfirió a la matriz de María “poder” de vida y esta concibió (quedó embarazada), empezando en ese momento la gestación de un Hijo de Dios…… tan sencillo como esto; ya a partir de ahí, todos conocemos la historia. Pero sin embargo, hay algunos como los TJ, que en función de algunos textos mal entendidos y peor aplicados, afirman que Jesús no es más que el resultado de que Jehová transfiriera a la matriz da María, la vida de un poderoso personaje celestial y que supuestamente había sido la primera creación del Altísimo y encargado, posteriormente, de llevar a cabo toda la creación restante…… a ese supuesto personaje y en la región celestial, según los TJ se le conocía como el “arcángel Miguel”. Pero como desde este blog tenemos la costumbre de ir averiguando la verdad, por el método de eliminación, veamos en principio el primer supuesto contemplado y veamos si ese niño nacido era Dios hecho hombre o no; y posibilidad que ya queda fehacientemente probada como falsa, por las palabras que un Jesús resucitado dirigió a sus apóstoles:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes.” (Juan 20:17).

Luego si Jesucristo estableció este plano de igualdad entre él y sus apóstoles, es obvio que él era un ser humano al igual que ellos; pues lo que vino a decirles fue que su Padre, pasaba a convertirse en el padre de ellos también y su Dios, en el Dios de ellos…… lo cual significaba que Jesucristo no era el mismo Dios, pues de lo contrario habría mentido a sus apóstoles. No olvidemos por otra parte, el reconocimiento que el propio Jehová hizo de Jesús en su momento, cuando dijo: “Este es mi Hijo, el amado, a quién he aprobado” (Mat. 17:5) y que de no haber sido esto así en todo el extenso sentido de la expresión, nos encontraríamos con que el mismo Dios habría mentido y algo que el Altísimo no puede hacer (Tito 1:2). Luego descartado el que Jesús fuera el mismo Dios, veamos qué hay de lo que dicen los TJ en el sentido de que este era un poderoso arcángel de nombre Miguel, primera creación de Dios e instrumento usado por Este para crear el resto de lo que existe, tanto en el mundo de lo espiritual, como en el mundo de lo material; sin embargo, veamos que se nos dice en las Escrituras del citado Miguel, por boca de otro poderoso mensajero celestial y que algo sabría del tema:

Pero el príncipe de la región real de Persia estuvo plantado en oposición a mí por veintiún días y, ¡mira!, Miguel, uno de los príncipes prominentes, vino a ayudarme; y yo, por mi parte, permanecí allí al lado de los reyes de Persia.” (Dan. 10:13).

Entonces lo que se nos dice en ese pasaje, es que el tal arcángel Miguel, no era más que “uno” de los varios príncipes prominentes existentes entre los ángeles y no, como nos quieren hacer creer los TJ, el personaje más excelso después de Jehová y por lo tanto, la máxima autoridad después de Este…… de lo contrario, poco o ningún sentido tendría esto que leemos en Hebr. 1:5:

Por ejemplo, ¿a cuál de los ángeles dijo él alguna vez: “eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre”? ¿Y otra vez: “Yo mismo llegaré a ser su padre y él mismo llegará a ser mi hijo”?”.

Por lo que solo podemos concluir, que Jesús no era el arcángel Miguel encarnado en un cuerpo humano, porque de lo contrario las siguientes palabras del apóstol Pablo resultarían ser del todo falsas:

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús, 6 que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos... de esto, ha de darse testimonio a sus propios tiempos particulares.” (1 Tim. 2:5-6).

Tengamos en cuenta que si Jesús hubiera sido un poderoso ser espiritual reencarnado en el cuerpo de un hombre, según nos exponen los TJ y que según nos afirman, al resucitar “recobró” su anterior condición celestial, no podríamos estar hablando de un hombre como “mediador entre Dios y los hombres”, pues en el resultado final de esa singularidad que presuntamente fue Jesús, prevalecería la de poderoso personaje celestial a la de hombre mortal…… y por lo que en el pasaje mencionado, de nuevo se nos estaría mintiendo. Pero veamos otro aspecto que nos prueba que Jesús no era una persona que hubiera tenido una preexistencia espiritual, pues tenemos el testimonio de aquellos que lo habrían reconocido de inmediato de haber sido así y que de no haber sido Jesús quién decía ser, eso es, un “hijo del hombre” y para resaltar su condición estrictamente humana, hubiera sido fácilmente desenmascarado; en este caso, el primer testimonio procede de parte de un poderoso espíritu inmundo o demonio y el segundo, de otros “coleguillas” de este, pero de menor “enjundia”:

Mar. 5:5-7: “Y continuamente, noche y día, aquel estaba en las tumbas y en las montañas dando gritos y cortándose con piedras. 6 Pero al alcanzar a ver a Jesús desde lejos, corrió y le rindió homenaje 7 y, habiendo clamado en alta voz, dijo: “¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te pongo bajo juramento por Dios que no me atormentes”.”

Luc. 4:40-41: “Pero cuando estaba poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas dolencias los trajeron a él. Poniendo las manos sobre cada uno de ellos, él los curaba. 41 Salían también demonios de muchos, clamando y diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero él, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.”

Luego si esos demonios sabían quién era Jesús y lo identificaban como el Hijo de Dios y no como el arcángel Miguel, es obvio que estamos hablando de dos personajes totalmente distintos el uno del otro y que de no ser así, esos demonios también lo habrían sabido, pues en un tiempo habían estado con ese príncipe de los ángeles y por tanto lo conocían; pero veamos otro aspecto de nos muestra que ello es así. Los TJ dicen que una vez muerto Jesús, lo que fue realmente resucitado fue el poderos ser celestial Miguel el arcángel, que volvió de nuevo a su anterior condición de segundo ser más poderoso del Universo…… pero recordemos que Jesús, como heredero legal del rey David (Mat. 21:4-9), tiene que reinar desde la tierra durante el período de mil años del reino de Dios:

Porque ha fijado un día en que se propone juzgar la tierra habitada con justicia por un varón a quien ha nombrado y ha proporcionado a todos los hombres una garantía con haberlo resucitado de entre los muertos.” (Hech. 17:31).

Por lo que si lo que había sido muerto, había sido el “varón” designado por Jehová para ejecutar juicio sobre la tierra y sobre lo cual no hay ninguna duda, aquello que fue resucitado tenía que ser el mismo “varón” que fue ejecutado y no otro (un tan arcángel Miguel) al que no conocían sus discípulos y con lo que se invalidaría la mencionada garantía…… y que ello tiene que ser así, nos lo confirman las propias Escrituras:

Porque no es a ángeles a quienes él (Jehová) ha sujetado la tierra habitada por venir (el reino de Dios), acerca de la cual hablamos.” (Hebr. 2:5). (Acotaciones nuestras).

Y si la cosa fuera como nos la cuentan los TJ, la tierra estaría gobernada por el poderoso arcángel Miguel (en definitiva por un ángel) y no por el “hombre” Cristo Jesús (1 Tim. 2:5) y con lo que resultaría que, aparte de ser un fraude lo afirmado por dicho pasaje, nos encontraríamos con que dicho arcángel tendría que bajar a la tierra, pues es en ella desde donde se llevará a cabo dicha gobernación real…… aunque los TJ absurdamente afirmen que ducha gobernación se ejercerá desde el cielo; pero veamos otra afirmación de un personaje que, obviamente, sabía de lo que estaba hablando:

Más no es con el don como fue con la ofensa. Porque si por la ofensa de un solo hombre (Adán) muchos murieron, mucho más abundaron para los muchos la bondad inmerecida de Dios y su dádiva gratuita con la bondad inmerecida por el solo hombre, Jesucristo.” (Rom. 5:15). (Acotación nuestra).

Queda a todas luces claro, que Pablo y que, repetimos, sabía de lo que hablaba, pone en un plano de igualdad al hombre Adán, con el “solo hombre” Jesús y con lo que en la misma redacción del texto en cuestión, se deja claro que Jesús era solo un hombre y no un poderoso ser espiritual “disfrazado” de hombre. Y en llegando aquí, ya nos encontramos con la propia ley de Dios y que sería flagrantemente violada, si Jesús fuera otra cosa más allá de un perfecto hombre mortal durante su estancia en la tierra (equivalente a Adán), pues esto es lo que dice la Ley de Dios dada a su pueblo Israel:

Pero si ocurre un accidente mortal, entonces tienes que dar alma por alma, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 marca candente por marca candente, herida por herida, golpe por golpe.” (Éxo. 21:23-25).

Eso es, dar en pago exactamente lo equivalente al mal que se había causado y no, más o menos parecido…… y ese desequilibrio se habría causado, si Jesús hubiera sido un poderoso ser espiritual y no un hombre como cualquier otro, pues nos encontraríamos con que lo que perdió un hombre perfecto, lo recuperaría un poderoso ser espiritual, pues en definitiva eso es lo que nos dicen los TJ que transmitió el Altísimo a la matriz de María: la vida del arcángel Miguel; y que para entendernos, podríamos decir que lo que perdió el hombre mortal Adán, lo recuperó un dios poderoso, pues en definitiva eso es lo que es un arcángel:

Dios está apostándose en la asamblea del Divino; en medio de los dioses él juzga.” (Sal. 82:1).

Y con lo que siendo esto así, no se habría respetado, definitivamente, le equivalencia establecida por el propio Jehová, por lo que queda más claro si cabe que Jesús era Jesús y el arcángel Miguel, uno más entre los poderosos seres o “príncipes” celestiales creados por Dios para su servicio exclusivo (Dan. 10:13). Pero salmo el mencionado, que desmonta uno de los argumentos más recurridos por los TJ para sostener su disparatado planteamiento, pues ellos hacen hincapié en las palabras que dirigió Jehová supuestamente a ese “obrero maestro”, como llaman esos señores al poderoso personaje celestial y que, supuestamente, llegaría a ser posteriormente el Jesús terrenal que todos conocemos; y palabras que encontramos en Gén. 1:26-27:

Y Dios pasó a decir: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza y tengan ellos en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal moviente que se mueve sobre la tierra”. 27 Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó.”

Sin embargo y a tenor de lo considerado hasta el momento, ello no puede ser así y por lo que habría que encontrar a aquellas personas o seres celestiales a las que se pudo dirigir El Divino, para ponerles en antecedentes de lo que pensaba hacer; cuestión que de momento nos lleva al último libro de la Biblia y en donde por primera vez al hombre, se le da una vivida visión del “organigrama” celestial…… por lo tanto, veamos qué se lo mostró a un estupefacto apóstol Juan:

Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una puerta abierta en el cielo y la primera voz que oí era como de una trompeta, que hablaba conmigo y decía: “Sube acá y te mostraré las cosas que tienen que suceder”. 2 Después de estas cosas, inmediatamente llegué a estar en el poder del espíritu y, ¡miren!, un trono estaba en su posición en el cielo y hay uno sentado sobre el trono. 3 Y el que está sentado es, en apariencia, semejante a una piedra de jaspe y a una piedra preciosa de color rojo y alrededor del trono hay un arco iris de apariencia semejante a una esmeralda. 

4 Y alrededor del trono hay veinticuatro tronos y sobre estos tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de prendas de vestir exteriores blancas y sobre sus cabezas coronas de oro. 5 Y del trono proceden relámpagos y voces y truenos; y hay siete lámparas de fuego ardiendo delante del trono y estas significan los siete espíritus de Dios.” (Rev. 4:1-5).

Lo que Juan vio en esta inconmensurable visión, no era otra cosa y por resumirlo a una mínima expresión, al Todopoderoso Soberano del Universo, Jehová Dios, rodeado de su poderoso consejo regente, en asamblea permanente y lo que nos retrotrae de nuevo al Sal. 82:1 mencionado, en dónde hemos leído que en la “asamblea del Divino, en medio de los dioses, Él juzga”. Luego lo que habría que entender, es que Jehová pone en antecedentes de sus propósitos a ese poderoso consejo permanente de “ancianos” o dioses y por lo tanto, es a ellos a quienes probablemente fueron dirigidas las palabras de Gén. 1:26-27. No obstante eso, aún nos quedaría cierta resistencia pendiente por ahí, pues para demostrar la veracidad de su planteamiento, los TJ usan unas “intrigantes” afirmaciones en diversos pasajes y que siendo cierto que las dijo el propio Jesús, ya no está tan claro que el significado de las mismas sea el que le dan esos señores…… pero veamos las palabras de Jesús:

Juan 8:57-58: “Por eso le dijeron los judíos: “Todavía no tienes cincuenta años ¿y sin embargo has visto a Abrahán?”. 58 Jesús les dijo: “Muy verdaderamente les digo: Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido.”

Juan 17:5: “Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera.”

¿Apoyarían estos pasajes, entre otros del mismo talante, el que Jesús hubiera tenido una preexistencia celestial al lado de Jehová, como un poderoso arcángel llamado Miguel? Obviamente no, pues cuando leemos las Escrituras hay que enfocarlas desde el punto de vista de Dios y no, desde el particular punto de vista del ser humano y para que estas se ajusten a lo que uno necesite en un momento determinado, para apoyar una idea preestablecida…… y es que la Biblia no está para amoldarse a nuestras expectativas, sino para que amoldemos nuestras expectativas a lo que dice la Biblia. Veamos: cuando el hombre pecó, este no solo fue expulsado del paraíso, sino que también fue expulsado de la presencia de Dios y por lo que se acabó un “mundo” que gozaba del favor de Este y se entró en “otro” mundo nuevo, gobernado por el pecado y en manos de Satanás (Luc. 4:5-7); y razón por la que Jesús pudo decir que antes que el mundo fuera (ese mundo de pecado en dónde vino a la existencia) él ya existía o tenía gloria al lado de su Padre Celestial…… ahora bien ¿cómo pudo ser esto, si hemos dicho que Jesús no tuvo una preexistencia celestial, como la que le atribuyen los TJ?

Pues porque en el mismo momento de producirse el pecado, ya Jehová diseño un plan de restauración y que tenía que ver básicamente con el sacrificio de un hombre perfecto, que compensara por el error de Adán (1 Cor. 15:45) y a su vez, la creación de una “administración (o gobierno) al límite cabal de los tiempos” (Efe. 1:10), que recondujera la situación a cómo se propuso Jehová que fueran las cosas en un principio…… ya partir de ese momento, fue que Jesús vino a la existencia en la mente de Dios y por lo que este pudo decir que el “había sido” o había “existido” antes que Abraham. Luego para entender de qué estamos hablando, hay que incorporar determinados aspectos a la cuestión y que se relacionan con la presciencia e infinito poder de Dios; veamos unos pocos pasajes en ese sentido:

Isa. 46:10: “Aquel que declara desde el principio el final y desde hace mucho, las cosas que no se han hecho; Aquel que dice: ‘Mi propio consejo subsistirá y todo lo que es mi deleite haré.”

Isa. 55:10-11: “Porque tal como la lluvia fuerte desciende y la nieve, desde los cielos y no vuelve a ese lugar, a menos que realmente sature la tierra y la haga producir y brotar y realmente se dé semilla al sembrador y pan al que come, 11 así resultará ser mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí sin resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he enviado.

Luc. 20:37-38: “Pero el que los muertos son levantados, hasta Moisés lo expuso en el relato acerca de la zarza, cuando llama a Jehová “el Dios de Abrahán y Dios de Isaac y Dios de Jacob”. 38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos ellos viven.”

Rom. 4:17: “…… así como está escrito: “Te he nombrado padre de muchas naciones”. Esto fue a vista de Aquel en quien tenía fe, sí, de Dios, que vivifica a los muertos y llama las cosas que no son como si fueran.”

Ya hemos dicho, que a menos que veamos las Escrituras desde el punto de vista de Dios, no es posible entenderlas; y es que para nuestro Creador y aún antes de ser expulsado Adán y Eva del paraíso por su pecado, Jesucristo ya vino a la existencia en Su Mente, por lo que bien pudo decir el profeta del personaje Jesús, que “su origen, es de tiempos tempranos” (Miq. 5:2); y no solo el de Jesús, sino también el “origen” de aquellos que le tendrían que acompañar en su gobernación y por lo que Pablo pudo decir también lo siguiente:

“…… en unión con el cual a nosotros también se nos asignó como herederos, por cuanto fuimos predeterminados según el propósito de aquel que opera todas las cosas conforme a la manera como su voluntad aconseja, 12 para que sirviéramos para la alabanza de su gloria, nosotros los que hemos sido los primeros en esperar en el Cristo.” (Efe. 1:11).

No en este caso que Jehová predeterminara que concretamente un tal Pedro, o un tal Juan, o un tal Pablo, etc. hubieran sido pre-escogidos, sino que como grupo o “clase” de Hijos adoptivos, había sido predeterminada también su aparición en el plan divino de redención…… es en este sentido, que todos esos personajes vinieron a la existencia y desde el punto de vista de Jehová antes de que el mundo (el actual mundo de pecado) fuera. No olvidemos, que desde que pecaron Adán y Eva, hasta que estos produjeron la primera descendencia (Caín) afectada por el pecado, hecho que se produjo ya fuera del paraíso y evento con el que inició el mundo actual de pecado, pasó algún tiempo (Gén. 4:1).

Dicho lo cual, permítannos una pequeña reflexión de índole personal, pues hay un detalle que a nosotros no nos cuadra con el “papel” que los TJ le quieren dar al arcángel Miguel, en el sentido que fuera el “niño mimado” o mano derecha de Jehová y el más elevado de los seres celestiales, cuando lo que hemos leído de él, es que era uno de tantos entre “los príncipes prominentes” y punto…… eso es, uno más entre otros tan prominentes como él (Dan. 10:13). Y situación que no le postula como la figura que nos quieren pintar esos señores, cuando tal parece que hubo otro ser más elevado que el arcángel Miguel; por tanto, veamos que nos dicen las Escrituras, acerca de ese otro personaje celestial y al que se hace referencia en el siguiente pasaje, en una endecha dirigida al rey de Tiro y en la que Jehová establece algunas similitudes entre ambos personajes:

Y continuó ocurriéndome la palabra de Jehová y dijo: 12 “Hijo del hombre, levanta una endecha acerca del rey de Tiro y tienes que decirle: Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová”: “Sellas (o estableces) un modelo, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. 13 En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar. Toda piedra preciosa fue tu cobertura: rubí, topacio y jaspe; crisólito, ónice y jade; zafiro, turquesa y esmeralda; y de oro era la hechura de tus engastes y tus encajaduras en ti. El día en que fuiste creado fueron alistadas (luego no podía existir otro con tanta gloria y extrema belleza, como ese personaje). 14 Tú eres el querubín ungido que cubre y yo te he colocado a ti. En la montaña santa de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas. 15 Estuviste exento de falta en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti. 

16 Por la abundancia de tus artículos de venta llenaron el centro tuyo de violencia y empezaste a pecar. Y yo te pondré como profano fuera de la montaña de Dios y te destruiré, oh querubín que cubre, de en medio de las piedras de fuego. 17 Tu corazón se hizo altivo debido a tu hermosura. Arruinaste tu sabiduría por causa de tu radiante esplendor. A la tierra (eso es, apartado del cielo o de la presencia de Dios) ciertamente te lanzaré. Delante de reyes ciertamente te colocaré, para que te miren”.” (Ezeq. 28:11-17). (Acotaciones nuestras).

Luego mientras que del arcángel Miguel se nos dice que era uno más entre otros príncipes sobre los ángeles (Dan. 10:13), el personaje del que se nos cita en Ezequiel, tal parece ser que era algo especial y por encima de los arcángeles: vemos que fue establecido como un modelo de sabiduría y belleza, sobre otros; el día en el que él fue creado, fueron alistadas o preparadas las hermosas piedras preciosas que lo adornaban y fue puesto en el jardín de Edén, al cargo de la creación terrestre de Jehová. Otra cosa que vemos en ese pasaje de las Escrituras, es el papel preponderante de los querubines (no así de los arcángeles, que ni se mencionan), pues siempre se les encuentra cerca de Dios; por ejemplo, cuando se construyó el arca del Tabernáculo, se pusieron dos querubines formando una sola pieza con la cubierta o propiciatorio, dispuestos cara a cara, uno a cada extremo y cubriéndolo con sus alas (Exo. 25:18-20; 37:7-9). Eran un símbolo de la presencia del Altísimo y un recordatorio a la vez, de la distancia que separa a Este del hombre pecador, pues lo que Jehová puso para guardar el acceso al paraíso después del pecado, fueron precisamente querubines (Gén. 3:24); por otra parte, vemos que la gloria del Creador, se manifestaba entre y sobre los querubines, en una clara manifestación de la cercanía de estos con el Creador…… veamos algunos pasajes que nos hablan de ello:

1 Sam. 4:4: “De modo que la gente envió a Siló y se llevaron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que está sentado sobre los querubines. Y los dos hijos de Elí estaban allí con el arca del pacto del Dios verdadero, a saber, Hofní y Finehás.”

2 Rey. 19:15: “Y Ezequías se puso a orar delante de Jehová y a decir: “Oh Jehová el Dios de Israel, sentado sobre los querubines, tú solo eres el Dios verdadero de todos los reinos de la tierra. Tú mismo has hecho los cielos y la tierra”.”

Sal. 80:1: “Oh Pastor de Israel, de veras presta oído, tú que estás conduciendo a José justamente como a un rebaño. Oh, tú, que estás sentado sobre los querubines, resplandece, sí.”

Isa. 37:16: “Oh Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel, sentado sobre los querubines, tú solo eres el Dios verdadero de todos los reinos de la tierra. Tú mismo has hecho los cielos y la tierra.”

Ezeq. 10:4: “Y la gloria de Jehová procedió a levantarse desde los querubines hasta el umbral de la casa y gradualmente la casa se llenó de la nube y el patio mismo estaba lleno del resplandor de la gloria de Jehová.”

Por otra parte, había figuras de querubines bordadas sobre los tapices del Tabernáculo (Éxo. 26:1); y el Templo de Salomón, por mucho más espléndido que el Tabernáculo, tenía dos gigantescos querubines, cuya altura era de casi 5 m. y la envergadura del arco formado por las dos alas era de 10 m. Estos querubines, de madera de olivo, estaban cubiertos de oro (1 Rey. 6:23; 28) y además, había querubines, además de palmeras y flores abiertas, esculpidos alrededor de los muros del Templo (1 Rey. 6:29) y lo cual nos habla de la prominencia de estas poderosas criaturas, siempre relacionadas con el entorno más inmediato del Altísimo; no olvidemos, que a orillas del Quebar, Ezequiel tuvo una visión de querubines, en la que cada uno de ellos tenía cuatro rostros y cuatro alas (Ezeq. 10:1; 22). Estos querubines eran idénticos a los “cuatro seres vivientes” que el profeta había visto anteriormente; los cuatro rostros eran, respectivamente: de hombre, de león, de buey y de águila y semejantes, dato importantísimo, a las que el apóstol Juan nos describe en Rev. 4:6; 9. Porque si ello es así y no entendemos que pueda ser diferente, Juan estaba teniendo en ese momento (como ya les hemos apuntado), una visión del organigrama de las cosas celestiales y lo que nos muestra que esos “cuatro seres vivientes” que Juan vio como más cercanos al trono del Soberado del Universo, Jehová Dios y que se corresponden a los vistos por Ezequiel, son querubines y lo que pone en entredicho, repetimos, como nos pretenden hacer creer los TJ, que fuera un arcángel de nombre Miguel el más cercano al Altísimo y mano derecha de Este…… por cierto, el querubín mencionado en Ezeq. 28:11-17, no es otro que el personaje Satanás que conocemos hoy en día.

Entonces y todo considerado, no parece plausible la afirmación de un arcángel como el enviado del Altísimo y futuro heredero del mundo, tal como nos afirman los TJ, pues de ser cierto su particular planteamiento nos encontraríamos con que en el milenio seríamos gobernados por un arcángel, pues el Jesús que les prometió a sus apóstoles que “en la re-creación, cuando el Hijo del hombre se siente sobre su trono glorioso” ellos también se sentarían sobre tronos para reinar con él, resulta que desapareció y en su lugar apareció un personaje con el cual ellos no tuvieron ningún trato. Recordemos, por otra parte, que cuando se produjo la conversión de Pablo, las palabras que le fueron dirigidas a este fueron las siguientes:

“…… y él cayó a tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”. 5 Dijo él: “¿Quién eres, Señor?”. Él dijo: “Soy Jesús, a quien estás persiguiendo”.” (Hech. 9:3-5).

¿No habría estado mintiendo el personaje tras esa voz, cuando admitió ser Jesús, si realmente no hubiera sido la misma persona en todos sus extremos, que conocieron los apóstoles entre otros y que había muerto crucificada y posteriormente resucitada? Porque, además, tenemos que tener en cuenta que durante el tiempo (cuarenta días) que permaneció en la tierra, después de su resurrección, fue el mismo ser y con el mismo cuerpo, cicatrices incluidas, que unos días antes agonizaba colgado en un instrumento de crucifixión, como un vulgar criminal y que poco después, vieron elevarse en las nubes, camino al encuentro con su Padre Celestial…… y dato importantísimo este, pues en ese momento, un ángel les dijo lo siguiente:

Y estando ellos mirando con fijeza al cielo mientras él se iba, también, ¡mira!, dos varones con prendas de vestir blancas estuvieron de pie al lado de ellos 11 y dijeron: “Varones de Galilea ¿por qué están de pie mirando al cielo? Este Jesús que fue recibido de entre ustedes arriba al cielo, vendrá así de la misma manera como lo han contemplado irse al cielo”.” (Hech. 1:10-11).

Luego, primero, tiene que regresar la misma persona y con el mismo cuerpo que ellos vieron marchar y segundo, Jesús tiene que volver y por lo que no puede reinar desde el cielo como nos aseguran los TJ, en otro de sus absurdos planteamientos. Recordemos que cuando los apóstoles le preguntaron por las señales que marcarían su segunda venida, Jesús no negó este extremo, sino que se las dio y con lo que implícitamente estaba reconociendo, la realidad de su regreso en un futuro distante a la tierra de la que pronto partiría.

Por lo tanto ¿quién fue Jesús de Nazaret? Pues un judío nacido de una virgen judía, milagrosamente fecundada por Dios y prueba de que ello fue así, lo muestra el hecho que el propio Jehová reconoció a Jesús como su único hijo en el momento de su bautismo y lo ungió con Su espíritu santo, lo que le dotó de los grandes poderes que, propios de un Hijo de Dios, este desplegó durante su ministerio; así mismo reconocido como heredero legal del trono de David (Luc. 1:32-33) y por tanto, el rey nombrado por el Altísimo para gobernar durante los mil años del reino de Dios…… y recompensado por Jehová, debido a su lealtad sin fisuras, al darle “el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo del suelo” (Fil. 2:9-10). Luego no pudo ser un arcángel re-encarnado en un hombre, como se nos quiere hacer creer, pues de lo contrario lo siguiente habría sido mentira:

Hebr. 2:9; 14; 17: “Contemplamos a Jesús, que había sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte (……). Por lo tanto, siendo que los ‘niñitos’ son partícipes de sangre y carne, él también de igual manera participó de las mismas cosas (……). Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto.”

¿Y cree alguien honestamente, que si Jesús hubiera sido la reencarnación de un poderosísimo ser celestial, hubiera podido ser igual en todo respecto, a aquellos que llegaron a convertirse posteriormente en sus “hermanos” de adopción? Tengamos en cuenta que son los propios TJ los que afirman que no existe tal cosa como la “reencarnación” y que ellos mismos definen como el que un “alma” o vida se pueda transferir o mudarse a otro cuerpo en el momento de su muerte y, por decirlo de alguna manera, nazca con otro cuerpo distinto del que tuvo en una vida anterior. Y es que en la revista ¡Despertad! del año 94 y en su número del 8 de Junio, en una serie de tres artículos en los que nos hablan de la citada “reencarnación”, en el tercero de ellos “¿Enseña la Palabra de Dios la reencarnación?” y bajo el subtema “Vida eterna en la Tierra”, plantean la siguiente cuestión:

Sin embargo, a las preguntas ¿ha vivido usted antes? (……) la Biblia responde: no, usted no ha vivido ninguna otra vida más que la actual.”

Luego si la Biblia no contempla dicha posibilidad y eso, obviamente, aplicaría a todos los seres humanos ¿por qué nos dicen esos señores que Jesús de Nazaret si tuvo una vida pasada y por lo que dicho personaje, no hubiera sido más que la reencarnación de otro ser anterior a él, espiritual o material y que para el caso, tanto da, que da lo mismo? Y da lo mismo en cualquier caso, puesto que ello de igual manera lo haría no semejante, sino totalmente distinto de aquellos que tenían que llegar a ser sus “hermanos”, lo cual invalidaría (y ahí está la gravedad de la situación) su sacrificio de rescate, siempre en función de lo que leemos de Hebr. 2:17:

Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.”

 Entonces y según se sobreentiende del párrafo en cuestión, vemos que si Jesús no hubiera llegado a ser semejante en todo respecto a sus hermanos, no habría llegado a obtener la condición de sumo sacerdote y sin la cual, no hubiera podido ofrecer el sacrificio de su cuerpo perfecto en beneficio de la humanidad. Y con lo cual, todo el “invento” se hubiera ido al garete y no podríamos estar ahora esperanzados en un nuevo mundo, en “donde la justicia habrá de morar” (2 Ped. 3:13) y en donde el ser humano volverá a vivir una vida de plenitud al igual que al principio y ello por una eternidad. Maravillosa esperanza, no obstante, que borran de un plumazo esos “genios” del llamado cuerpo gobernante de los TJ, con la disparatada enseñanza que hemos considerado en este artículo; ahora bien, si sus “otras ovejas” se lo “tragan”…… pues eso.

MABEL

domingo, 20 de enero de 2013

La parábola de la “gran cena” 

Una de las características de las enseñanzas de Jesús, era el que estas se impartían en forma de parábolas o ilustraciones; de hecho y según el registro escrito “sin ilustración no les hablaba” (Mat. 13:34)…… ahora bien ¿qué es una parábola o ilustración y porqué enseñaba Jesús de esta manera? Podríamos decir que una “parábola” o ilustración y resumiéndolo al máximo, no es más una comparación o símil, en todo caso una narración corta, generalmente ficticia y de la que se puede derivar una verdad moral o espiritual…… y definición de la cual se deduce la razón por la cual el Hijo de Dios enseñaba de esta manera. Y es que al explicar una historia ficticia (algo parecido a un cuento corto) que obviamente contenía la enseñanza que él pretendía transmitir, obligaba a la gente a pensar y razonar por sí misma sobre aquello que le estaban contando, con lo que se conseguía que la idea se quedará más impresa en la mente de las personas…… y circunstancia que actuaba a la vez como elemento clarificador, acerca de quiénes realmente estaban interesados y quienes no: pues los que lo estaban, continuaban siguiendo a Jesús y cada vez más instruidos debido a su esfuerzo personal por entender y los que no lo estaban, cada vez entendían menos y en consecuencia se alejaban, en una clara manifestación de falta de interés por el mensaje divino; ello se confirma por la respuesta que este dio cuando sus apóstoles le preguntaron el por qué siempre enseñaba en parábolas o ilustraciones:

De modo que los discípulos se acercaron y le dijeron: “¿Por qué les hablas usando ilustraciones? (o parábolas)”. 11 En respuesta, él dijo: “A ustedes se concede entender los secretos sagrados del reino de los cielos, mas a aquellos no se les concede. 12 Porque al que tiene, más se le dará y se le hará abundar; pero al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo a ellos usando ilustraciones, porque, mirando, miran en vano y oyendo, oyen en vano, ni captan el sentido de ello; 14 y para con ellos se cumple la profecía de Isaías, que dice: “Oyendo, oirán, pero de ningún modo captarán el sentido de ello; y, mirando, mirarán, pero de ningún modo verán. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha hecho indispuesto a recibir y con los oídos han oído sin responder, y han cerrado los ojos; para que nunca vean con los ojos, ni oigan con los oídos, ni capten el sentido de ello con el corazón y se vuelvan y yo los sane”.” (Mat. 13:10-15). (Acotación nuestra).

Y siendo aquí quizás y como una consecuencia colateral, en donde hallamos ya la primera enseñanza de dicha parábola en sí misma, en el sentido que solo el esfuerzo de uno en meditar y razonar en aquellas cosas que le hablan de Dios e intentar extraer de ellas su verdadera sustancia y siempre con una buena disposición de corazón, es como uno consigue alcanzar un entendimiento correcto de la enseñanza que tiene a su alcance; pero permítannos ponerles un pequeño ejemplo de lo que pretendemos decirles y que les rogamos no entiendan como petulante: en este blog nos centramos en la crítica razonada, sobre aquellas enseñanzas que entendemos no se ajustan al correcto sentido del contenido escritural (esa es la razón de ser de nuestro blog, tal como se muestra en nuestra declaración de intenciones al principio del mismo y por lo que no engañamos a nadie) y lo que nos lleva a tener que pronunciarnos en contra de determinados planteamientos de diversos personajes, como puedan ser Apologista Mario Olcese, Doug Batchelor, Rivas Martínez, David Diamond, Arturo Norero, Félix Guttmann, Dario Salas y algún que otro “despendolao” que se nos cruce por delante.

Ello nos ha llevado a recibir más de una crítica en el sentido que mejor sería que aprovecháramos nuestro tiempo, capacidad y recursos en ser más positivos a la vez que más constructivos, apartándonos por tanto de aquello que dichas personas no ven más que como simples enfrentamientos que a nada conducen, o como alguno ya nos ha dicho y parafraseando a Pablo, que son “cuestiones necias e ignorantes” (2 Tim. 2:23) que solo conducen a peleas y con lo que le estaríamos haciendo el “caldo gordo” a Satanás, con tantos “dimes y diretes”. Bien, estas son las personas que no entienden nuestros escritos y se alejan en busca de otra cosa que vaya más en línea con lo que ellas creen correcto y contra lo que, obviamente, no hay nada que objetar; pero que al igual que aquella persona que se va a una galería de arte para ver grandes cuadros y solo se fija en el marco que soporta las pinturas, nuestro decepcionado lector se ha fijado solo en el “marco” de circunstancias de nuestro escrito y que es el contexto en el que se halla inserto (una discusión con otro autor) y no en el lienzo o contenido del mismo y que es en donde está la razón de ser del escrito del que se trate: desbaratar una enseñanza que entendemos falsa, mediante rebatirla con la que nosotros entendemos que es la correcta y ajustada a las Escrituras, lo que permite al lector comparar y sacar lógicas conclusiones. Esto es y salvando todas las distancias, lo que hacía Jesús con los escribas y fariseos; y que no solo resultaba en transmitir mediante contraste con una falsa, una enseñanza verdadera, sino en desenmascarar a los “falsos maestros” (2 Ped. 2:1) y que es en definitiva, el objetivo que nosotros también perseguimos.

Sin embargo, afortunadamente, están aquellos que pasando por encima del hecho circunstancial, se centran en el fondo de la cuestión y no en la forma, captando por ello el correcto sentido del contenido de la información bíblica que subyace detrás de esas aparentes “peleas de gallos” y que lejos de ser la causa, no son más que la “excusa” para transmitir una enseñanza bíblica…… y estas personas son las que se quedan y cada día más, van ganando en capacidad de entendimiento, al tiempo que se ponen en guardia contra las “enseñanzas de esos falsos maestros y “que haberlos ahílos” como diría un gallego. Porque claro, habría que tener en cuenta que cuando rebatimos el planteamiento de determinado autor, no rebatimos a la persona, sino a la enseñanza tras ese planteamiento contenida y lo cual sirve de aviso para el lector, en el sentido de que cuando esa enseñanza en su momento rebatida, vuelva a aparecer ante él de nuevo y sin importar de quién proceda, sepa que es falsa y no se deje entrampar por ella…… y es que nosotros no rebatimos personas, sino contenidos (prescindiendo que de cuando en cuando, alguno nos saque de nuestras casillas y nos pasemos un par de “roscas” ¡pero qué quieren, la carne es débil!). Dicho lo cual, continuemos en donde estábamos y que era en el valor de la parábola o ilustración, como “instrumento” docente para el correcto entendimiento de la Palabra de nuestro Excelso Creador, Jehová Dios…… o Yahveh para otros, que en definitiva y ante la imposibilidad de saber cómo realmente se pronunciaba tan Majestuoso Nombre, no serían más que las dos caras de una misma moneda, eso es, el Único Soberano y Excelso Rey sobre todo el Universo.

Ya continuando con el tema propuesto, entre las parábolas que Jesucristo usó para transmitir enseñanzas y que es la que hoy nos ocupará, estuvo aquella que nos hablaba sobre cierto personaje que había preparado un banquete o “gran cena” para las muchas personas a las que había invitado; y que de acuerdo a las costumbres de la época, siempre a tenor de lo expuesto en el registro escrito, cuando todo estaba a punto se le notificaba al invitado, para que este pudiera acudir al mismo al tiempo apropiado para ello; dice así la parábola:

Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”. 21 De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”. 22 Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados gustará mi cena”.” (Luc. 14:16-24).

Tan solo nueve versículos (ya hemos señalado que los relatos son cortos), pero que encierran un mundo de información, siempre y cuando uno desee investigar y en un sincero deseo de aprender de su Creador, pues no olvidemos que estamos hablando de enseñanzas provenientes del propio Hijo de Dios; luego con esa finalidad de aprender, vamos a intentar averiguar, por medio de analizar dicha parábola por fracciones e ir extractando la información que cada uno de ellos pone a nuestro alcance, de qué se nos está hablando en la misma; veamos la primera de ellas:

Cierto hombre daba una gran cena, e invitó a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su esclavo a decir a los invitados: “Vengan, porque las cosas ya están listas”. 18 Pero todos a una comenzaron a rogar que se les excusara. El primero le dijo: “Compré un campo y tengo que salir a verlo; te pido: Excúsame”. 19 Y otro dijo: “Compré cinco yuntas de bueyes y voy a examinarlas; te pido: Excúsame”. 20 Uno más dijo: “Acabo de casarme con una esposa y por eso no puedo ir”.”

¿Cuál es el significado de esta parte de la ilustración o parábola? En primer lugar y para averiguarlo, tendríamos que fijar primero qué elementos figuran en la parábola en cuestión como protagonistas de la misma y que serían por orden de aparición, un poderoso personaje (podía hacer grandes banquetes, con numerosos invitados), el esclavo de confianza en quién se apoyaba tan poderoso personaje y en tercer lugar, aquellos invitados que habría que suponer, también de noble condición, pues se relacionaban con dicho poderoso personaje, ya que recibieron la honra de ser invitados por este; también nos encontramos, adicionalmente, con otros invitados de más baja condición y de diferentes característica entre ellos y de los que también se nos habla. Por otra parte y puesto que todo lo que Jesús explicaba tenía que ver con el “reino de los cielos”, el “local” en donde se celebraría dicha simbólica “gran cena” no era otro que “el reino de Dios” y que obviamente estaría en relación directa con aquello que tiene que ver con los gobernantes del mismo; sabido es y aceptado por la inmensa mayoría de autores bíblicos, el que Jesús vino a la tierra a buscar a aquellos que tendrían que compartir gobierno con él.

Por lo tanto y ya reconocidos los distintos elementos que componen dicha ilustración en su conjunto, entremos en el análisis y desarrollo de la primera fracción objeto de estudio y en donde tenemos que el “cierto hombre” que proveyó la “gran cena” no podía ser otro que Jehová Dios, mientras que el “esclavo” por medio de quien notificó a los invitados que la “gran cena” estaba lista, lógicamente sería Jesucristo y quien extendió las invitaciones para participar en la misma, en nombre de su Padre Celestial; y finalmente, esos primeros “invitados” que no podían ser otros por su supuesta cercanía al Creador, que los líderes religiosos del pueblo Israel y que tenían a su cargo, la interpretación y posterior enseñanza de la Ley al resto del pueblo…… pero siendo esto así ¿qué representaban las invitaciones para participar de la simbólica “gran cena”? Pues, obviamente, representarían las oportunidades disponibles para aprovechar el ofrecimiento de tener una participación activa en el reino de Dios y que fue lo que Jesús, el “esclavo” de la ilustración, vino a extender en representación del Altísimo a todos aquellos que quisieran aceptar.

Ahora bien ¿cuándo se hizo efectiva por primera vez esta invitación para llegar a formar parte del reino de los cielos en calidad de inmortal rey y sacerdote y a quiénes? Jesús extendió esta invitación durante los tres años y medio que duró su ministerio y tiempo durante el cual, fueron los líderes religiosos sobre todos los demás, quienes tuvieron la primera oportunidad de llegar a aceptar dicho ofrecimiento, en función de que estaban más familiarizados con las Escrituras Hebreas que el resto de judíos y por lo tanto, partían en mejor posición para entender y apreciar dicha invitación, pues en ellas se hablaba de ese ofrecimiento. Que estos personajes partían como favoritos, parece probarlo el hecho de que Jesús le dijo a una persona a quien había curado, que no se lo dijera a nadie más, sino que se mostrara al sacerdote (Mat. 8:4). La circunstancia que parece corroborar que ello era así, eso es, que a dichos personajes iba dirigida en primer lugar dicha invitación, se desprende de las palabras de reprobación que Jesús dirigió a estos líderes religiosos en cierto momento, ya al término de su ministerio:

El reino de Dios les será quitado a ustedes (luego en principio a ellos había sido dirigida le entrada al mismo) y será dado a una nación que produzca sus frutos.” (Mat. 21:43). (Acotación nuestra).

Y que esas personas estaban más interesadas en su búsqueda personal de prominencia y posesiones egoístas que en el reino de Dios, es algo que queda demostrado de forma palmaria, en la siguiente reflexión que en un momento determinado se hicieron dichos personajes y que los llevó a tomar una injustificable acción, como fue el atentar contra la vida del Hijo de Dios:

Si lo dejamos así (continuar el ministerio arrollador de Jesús), todos pondrán fe en él y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación (luego ya consideraban la nación como propiedad suya y no como propiedad de Jehová)”. 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Ustedes no saben nada 50 y no raciocinan que les es de provecho a ustedes (luego no a la nación) que un solo hombre (Jesús) muera en el interés del pueblo y no que la nación entera sea destruida (y de la que dependía su privilegiada posición).” (Juan 11:48-50). (Acotaciones nuestras).

De ahí, que en la primera parte que analizamos de dicha parábola, se muestren las inconsistentes excusas de esos primeros invitados y que con lo que no solo se manifestaba un total desprecio por el increíble privilegio que había sido puesto ante ellos, sino lo que es peor, para con el Magnífico Señor que les extendía semejante oportunidad y que no era otro que el propio Jehová Dios. Ya aclarado este primer aspecto del relato objeto en cuestión, continuemos avanzando en nuestro análisis y veamos que nos continúa diciendo la parábola de Jesús:

De modo que el esclavo vino al amo y le informó estas cosas. Entonces el amo de casa se airó y dijo a su esclavo: “Sal pronto a los caminos anchos y a las callejuelas de la ciudad, y trae acá a los pobres y a los lisiados y a los ciegos y a los cojos”.” (Luc. 14:21).

Luego solo era razonable que el “amo de casa” y que recordemos, prefiguraba al Altísimo, “se airara” en sobremanera ante semejante falta de respeto de aquellos privilegiados primeros invitados y que, rechazándolos, recabara de su “esclavo” y que como hemos dicho prefiguraba a Jesús, saliera a las “callejuelas de la ciudad” (eso es, aún dentro de los límites del pueblo judío) en busca de aquellos judíos de más baja condición, como serían los “pobres, lisiados, ciegos o cojos”, eso es, aquellos despreciados por dicha clase religiosa gobernante y que era el pueblo en general. Pero para entender estas palabras, primero sería oportuno conocer la opinión que de la gente normal tenían los engreídos dirigentes religiosos y que lejos de cumplir con el propósito que Jehová les había encomendado, eso es, cuidar de Sus “ovejas” de la casa de Israel, sencillamente no solo las habían abandonado y las utilizaban para su propio beneficio (Zac. 11:15-17), sino que encima las despreciaban:

Por lo tanto, los oficiales volvieron a los sacerdotes principales y fariseos y estos les dijeron: “¿Por qué no lo trajeron?”. 46 Los oficiales respondieron: “Jamás ha hablado otro hombre así”. 47 A su vez, los fariseos contestaron: “Ustedes no se han dejado extraviar también, ¿verdad? 48 Ni uno de los gobernantes o de los fariseos ha puesto fe en él, ¿verdad? 49 Pero esta muchedumbre (refiriéndose al pueblo llano que seguía a Jesús) que no conoce la Ley (o que no tenían el mismo conocimiento de la misma, que tenían ellos) son unos malditos.” (Juan 7:45-49). (Acotaciones nuestras).

Obviamente esos dirigentes religiosos pasaban por alto el hecho, que los que tenían la obligación de enseñar al pueblo por delegación directa de Jehová y por tanto, máximos responsables de semejante ignorancia, eran precisamente ellos y por eso, el que Este estuviera indignado con dichos dirigentes; pero en cualquier caso, el cumplimiento de la recolección de esos personajes de bajo relieve mencionados en esta segunda porción de la parábola que estamos analizando, comenzó en Pentecostés de 33 E.C. cuando espíritu santo proveniente del Soberano sobre todo el Universo, fue derramado sobre aquellos primeros invitados de entre los “despreciados” por la clase gobernante judía y que llegaron a ser los apóstoles y cabeza del grueso de judíos que se continuó añadiendo al grupo seguidor de Jesucristo, el “esclavo” enviado por su Excelso Amo y Padre, Jehová Dios. Y dándose la circunstancia que por unos tres años y medio después del Pentecostés, esta invitación del Reino se continuó ofreciendo entre los humildes de la nación judía; pero veamos que nos sigue diciendo la parábola:

Andando el tiempo el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste y todavía hay lugar” (eso es, el aforo del local destinado al evento en cuestión, aún no había sido cubierto, pero que en todo caso se nos habla de un número limitado de asistentes). De modo que el amo le dijo a su esclavo: “Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa. 24 Porque les digo a ustedes: Ninguno de aquellos varones que fueron invitados (los dirigentes religiosos mencionados) gustará mi cena”.” (Acotaciones nuestras).

Entonces lo que observamos es que dicha invitación, se extendió todavía aún más allá, eso es “a los caminos” o ya fuera de los límites de la ciudad de Jerusalén misma y lo que representaría que debido al general rechazo por parte del pueblo judío de aceptar dicha invitación, la misma fue ofrecida y en un intento de completar el aforo del lugar para la “gran cena” o lo que es lo mismo, completar el número de invitados que conformarían el conjunto de miembros que tomarían parte en el gobierno del reino de Dios, a personas no judías y que en las Escrituras se nos identifican como “gentiles” o “gente de las naciones” y de los cuales, Cornelio y su casa fueron los primeros que aceptaron dicho ofrecimiento (Hech. 10:1-48).

Por lo que resumiendo los hechos, tenemos que Jehová y en fiel cumplimiento de su promesa hecha al pueblo hebreo en el desierto de Sinaí, después de su liberación de la tiranía de Egipto y que tenía que ver con el sacar de entre ellos en un futuro aún lejano “un reino de sacerdotes”, eso es, reyes a la vez que sacerdotes (Éxo. 19:5-6), envió a Su Hijo Jesús a buscar de entre su pueblo, a aquellos que tendrían que colaborar con él en la gobernación del reino de Dios por espacio de mil años y privilegio que fue rechazado en primera instancia, por “aquellos varones que fueron invitados” (v.24) y que eran los dirigentes religiosos judíos en su calidad de máximos conocedores de la ley; en segunda instancia, por la inmensa mayoría del resto del pueblo de Israel y lo que obligó, ya en una tercera instancia, a extender a personas ajenas a la nación judía, o “gente de las naciones” dicho privilegio…… por lo que la pregunta que nos llevaría a la principal enseñanza de dicha parábola y captada por muy pocos, tiene que ver con el hecho de que si Jehová pactó con la nación de Israel de entre ellos sacar a los reyes y sacerdotes acompañantes de Su Hijo Jesucristo en el reino milenario ¿por qué extendió dicha invitación a personas que no pertenecían al mismo?

Y es que lo que hemos hecho hasta ahora, no ha sido más que identificar a unos personajes envueltos en determinada parábola o ilustración, en todo caso una historia ficticia y explicar una determinada relación de sucesos que tuvieron que ver con acontecimientos de la historia real…… pero la enseñanza fundamental de dicha parábola, que a nuestro juicio aún no ha sido contada (cuánto menos entendida) por tanto “ungido” que pulula por ahí, está directamente relacionada con la respuesta a la pregunta formulada: Jehová acudió a los gentiles para sacar futuros miembros de dicho gobierno del reino, porque el pueblo de Israel en su conjunto, no había proporcionado los suficientes candidatos para completar la cantidad predeterminada por el Altísimo en cuanto al número total de esos gobernantes; y que estaríamos hablando de un número limitado de individuos, fuere el que fuere, se sobreentiende de las siguientes palabras de Pablo en Rom 11:25 y dirigidas precisamente a “gentiles”:

Porque no quiero, hermanos, que ignoren este secreto sagrado, para que no sean discretos a sus propios ojos: que un embotamiento de las sensibilidades le ha sucedido en parte a Israel hasta que el número pleno de gente de las naciones haya entrado.”

Pasaje que nos señala, que estaríamos hablando de que solo un número determinado de “gente de las naciones” entraría a participar de dicha invitación, al efecto de poder completar el número total de gobernantes establecido por Jehová; y hecho que se entiende mejor en la interpretación que de dicho pasaje hace la versión Palabra de Dios para Todos:

Hermanos, quiero que sepan algo que les ayudará a no creerse sabelotodo. Así que les explicaré un secreto que Dios ha revelado: parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo.”

Luego obviamente de lo que estaríamos hablando, es que no solo de los gentiles un número determinado de ellos participaría del privilegio de reinar con Cristo, sino que existía un número global concreto y limitado, predeterminado por Jehová para el total de miembros de ese gobierno del reino. Y ello muestra el error de la inmensa mayoría, tanto de las organizaciones cristianas, como de autores de artículos bíblicos y que van supuestamente por libre (todos ellos se consideran “ungidos” ¡faltaría más!), que tienen la firme convicción y en ese sentido enseñan, de que cristianos de todos los tiempos (en función de su bautismo) y en número ilimitado, indiscutiblemente ya tienen su plaza en ese reino venidero, obviamente, como gobernantes en el mismo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes; por ello y dando por buena dicha enseñanza, no se han preocupado en asegurarse que las Escrituras no digan algo en sentido contrario y que desbarate dicha expectativa, pues no contemplan siquiera dicha posibilidad.

Pero como en este blog no tenemos tan claro que esto sea así, es más, no nos lo creemos “ni hartos de vino” que diría el castizo, porque sencillamente no puede ser así, en función del contexto general de las Escrituras en donde, por ejemplo y en unos versos antes del citado por partida doble, concretamente del 17 al 21, Pablo y dirigiéndose a miembros de entre los “gentiles” que formaban parte del simbólico olivo que representaba al Israel de Dios (Gál. 6:16), dijo lo siguiente:

Sin embargo, si algunas de las ramas fueron desgajadas, pero tú, aunque eres acebuche, fuiste injertado entre ellas y llegaste a ser partícipe de la raíz de grosura del olivo, 18 no te alboroces en triunfo sobre las ramas. Pero, si te alborozas en triunfo sobre ellas, no eres tú quien soporta la raíz, sino la raíz a ti. 19 Dirás, pues: “Algunas ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado”. 20 ¡Está bien! Por su falta de fe fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. Cesa de tener ideas encumbradas; antes bien, teme. 21 Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco te perdonará a ti.”

Entonces lo que queda claro es que ese simbólico olivo que representa al Israel espiritual, contiene un determinado y concreto número de ramas (entiéndase miembros) y si bien estas pueden ser sustituidas por otras, de ninguna manera se puede ver alterado su número (el que sea); eso es, que estaríamos hablando de sustitución de unas ramas por otras y no de aumento ilimitado o disminución del número de ellas…… luego el gobierno del reino de Dios, tiene un número fijo de participantes que no puede sufrir alteración alguna a través del tiempo. Pero volviendo a lo que decíamos, como nosotros no compartimos esa creencia general, hemos encontrado en la parábola en cuestión un detalle, repetimos, pasado por alto por la mayoría de estudiosos del tema y que corrobora nuestro planteamiento, en el sentido de que no puede haber de manera alguna, un aumento ilimitado de miembros de dicho gobierno divino. Y es que si se presta atención al relato analizado, vemos que después de que debido a que como clase (individualmente hubo algunos que sí aceptaron) los gobernantes judíos rechazaran dicha oferta, esta fue ofrecida al resto de pueblo de Israel y el cual también, de manera mayoritaria rechazó, posteriormente fue ofrecida a los gentiles o gente de las naciones…… pero antes de que el esclavo de la parábola recibiera dicha orden de extender la invitación a la gente de las naciones, este se dirige a su amo con las siguientes palabras:

Andando el tiempo, el esclavo dijo: “Amo, se ha hecho lo que ordenaste (el recoger a los humildes que del pueblo de Israel aceptaron) y todavía hay lugar”. 23 Y el amo dijo al esclavo: ‘Sal a los caminos y a los lugares cercados y oblígalos a entrar, para que se llene mi casa.” (Luc. 14:22-23). (Acotación nuestra).

Luego dado que en las Escrituras no hay palabras superfluas, sino que hasta la última de ellas tiene su importancia, pues todas ellas tienen su propósito y razón de ser…… o de estar donde están ¿qué significaba ese “todavía hay lugar”? O lo que es lo mismo ¿qué información se nos está transmitiendo, por medio de esas tres palabras? Obviamente hay que entender de ellas, que nos estarían indicando que de un espacio limitado a cierto número de comensales, aún quedaban algunas bacantes para que todos los asientos del banquete estuviesen ocupados y con ello, completado el aforo del local en cuestión…… y puesto que ya hemos señalado que este no era otra cosa que el “reino de Dios”, pues de eso es de lo que estaba hablando Jesús, solo podemos deducir de ellas que el reino de Dios tiene un número determinado e inamovible de plazas, por lo que no pueden ni aumentar ni disminuir con el tiempo.

Y que Jesús estaba hablando en esa parábola, del reino de Dios, queda claro por un detalle que así nos lo confirma; porque recordemos que dicho relato de Jesús, vino a cuento de un comentario que hizo una de las personas que estaban al lado de este, en una comida a la que había sido invitado:

Al oír estas cosas (las que estaba ensañando Jesús en ese momento), cierta persona de entre los convidados con él le dijo: “Feliz es el que coma pan en el reino de Dios.” (Luc.14:15). (Acotación nuestra).

Ello es lo que nos lleva a deducir, que la ilustración que estamos analizando tenía que ver con el reino de Dios y en el bien entendido, que este era el tema fundamental en el que se siempre se centró Jesús. Por lo que y continuando con lo que decíamos, queda claro que de los gentiles se tomó solamente la cantidad necesaria para que el número determinado de asistentes a la citada “gran cena”, quedara completo…… luego estaríamos hablando de un aforo, el que fuera, pero en todo caso perfectamente delimitado; de ello que en Rev. 14:1; 4, leamos lo siguiente:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. (……) Estos son los que no se contaminaron con mujeres; de hecho, son vírgenes. Estos son los que van siguiendo al Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”

Y ello nos quiere decir, que de la totalidad de seres humanos, 144.000 de entre ellos fueron apartados, comprados o redimidos, en todo caso separados del resto por el Altísimo, para que acompañaran a su Hijo Jesucristo en su tarea de gobernar al mundo por mil años; con ello no pretendemos afirmar que el aforo del local de la “gran cena” de la parábola tuviera capacidad para ese número de invitados, pues solo hacemos referencia al hecho concreto de que el acceso al mismo estaba limitado a determinado número de miembros y que no se podía sobrepasar. Aunque es cierto, que los que contemplan la absurda idea de que todos los cristianos bautizados tienen dicho privilegio (idea no contemplada en las Escrituras) y que aspiran a su cuota personal de poder, niegan tercamente la literalidad de dicha cantidad y a la que califican de simbólica, alegando para ello que el libro de Revelación o Apocalipsis está lleno de simbolismos y algo que es cierto; pero no es menos cierto, que ello no significa que todo lo que hay en dicho libro sea simbólico, sino que es el contexto de cada pasaje lo que determina su posible simbolismo…… y este no es el caso.

Ya de entrada, tenemos que dicha cantidad nos viene rebotada de Rev. 7:4-8 y es el resultado de una operación matemática: 12.000 miembros de cada una de las 12 tribus de Israel (este es otro tema de debate y del que algún día nos ocuparemos) y que multiplicando ambas cantidades entre ellas, dan la cifra en cuestión. Pero es que además, dicha cantidad se pone en directo contraste con otro grupo de personas de distinta procedencia y a las que se hace referencia como de una “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar”…… luego una vez más, el marcado contraste entre esas dos cantidades tiene que querer decirnos algo, puesto que como ya hemos mencionado, en las Escrituras todo lo dicho en ellas tiene su sentido y nos transmite información: y la que se nos transmite en este caso, es la que nos lleva a razonar que si una cantidad por inmensa no se podía contar y había otra que sí se podía contar y que estaba cuantificada en 144.000 miembros, ello significa que nos encontramos ante un número absolutamente real y creíble…… a menos eso sí, que Jesucristo no hubiera entendido bien la revelación que le dio su Padre, o que el ángel que la transmitió no fuera “el más listo de la clase” o de que Juan hubiera estado pensando en las “musarañas” en el momento de recibir dicha información. Pero para añadir a nuestro planteamiento, en el sentido que se trata de que estaríamos hablando de una cantidad literal, tenemos el hecho de que esta visión de Juan no era más, que una parte del cumplimiento profético “de las cosas que tienen que suceder dentro de poco” (Rev. 1:1) y señalado en el Sal. 2:5-6:

En aquel tiempo les hablará en su cólera (Jehová) y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”. (Acotación nuestra).

Por lo que contrastemos dicho salmo profético, con la visión de Juan en la Revelación y que se nos muestra en el ya citado Rev. 14:1:

Y vi y, ¡miren!, el Cordero (Jesucristo) de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.” (Acotación nuestra).

Luego si estamos ante la visión de un acontecimiento real a producirse en un futuro ya cercano, como es el reinado milenario de Cristo y nadie duda lo más mínimo de ello ¿por qué razón, los 144.000 personajes que aparecen flanqueando al Gran Rey Jesucristo, no tienen que ser tan reales como el número de ellos? Tengamos en cuenta que Juan no solo vio, sino que también oyó el número o cantidad en cuestión (Rev. 7:4), por lo que no puede quedar ninguna duda que esa es la cantidad de personas que acompañarán a Jesucristo en su gobierno mundial de hechura divina…… y cantidad, que aún no ha sido completada; veamos que se nos dice de ello en Rev. 6:9:11:

Y cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido degollados a causa de la palabra de Dios y a causa de la obra de testimonio que solían tener. 10 Y clamaban con voz fuerte y decían: “¿Hasta cuándo, Señor Soberano santo y verdadero, te abstienes de juzgar y de vengar nuestra sangre en los que moran en la tierra?”. 11 Y a cada uno de ellos se dio una larga ropa blanca; y se les dijo que descansaran por un poco de tiempo más, hasta que se completara también el número de sus co-esclavos y de sus hermanos que estaban a punto de ser muertos como ellos también lo habían sido.”

Recordemos, por otra parte, que en el pasaje de Pablo en Rom. 11:25, se nos señala el hecho que “parte de Israel se ha puesto terca, pero sólo hasta que se complete el número de los que no son judíos que llegue a Cristo”; y puesto que dicha “terquedad” tenía que ver con el hecho de no reconocer a Jesús como el Mesías enviado por Jehová y situación que se continúa manteniendo en nuestros días, ello significa que el número de esos 144.000 miembros gobernantes con Cristo en el reino de Dios, aún continúa por completar.

Entonces es obvio que al número de 144.000 elevados a la condición de Hijos adoptivos de Dios, hermanos por tanto de Jesucristo (Rom. 8:29) y consecuentemente, herederos con él del reino en calidad de inmortales reyes y sacerdotes, le quedan aún por incorporar para llegar a su total, algunos elementos y algo que nos confirma Rev. 11:3-6, al anunciarnos la próxima venida de “dos testigos” con grandes poderes a la manera de los Pedro, Juan, Pablo, etc. y que no es otra cosa, que la aparición de un pequeño resto “ungido” al que se le da la comisión y al igual que a los primeros apóstoles, de encabezar una predicación mundial ya anunciada por Jesús en Mat. 24:14…… y entonces es cuando viene el fin del actual sistema de cosas tal como lo conocemos; luego si solo son 144.000 los que reinan con Cristo y de los que se nos ha dicho que son comprados, redimidos o separados (Rev. 14:4) de entre la humanidad para tal comisión ¿qué hay entonces, de la inmensa cantidad restante de la humanidad y de la que en la actualidad todos formamos parte?

Pues muy sencillo, queridos amigos: con la venidera gran predicación, se le dará al personal la oportunidad de elegir, entre el venidero reino de Dios y el ya casi establecido Nuevo Orden Mundial y que estará regido en su momento por el llamado “Anticristo”; y para lo cual tendremos un plazo de 1.260 días (Rev. 11:3) o tres años y medio y que es la mitad de la 70 semana profética de Dan 9: 27, para fijar nuestra posición. Ya después de transcurrido dicho tiempo, aquellos que hayan confiado en Jehová y aceptado Su reino en manos de Jesucristo, serán protegidos u ocultados a la manera de Noé durante el diluvio…… mientras que aquellos que se hayan decantado por el gobierno satánico del Anticristo, se enfrentarán a la llamada “gran tribulación” y que por espacio de los restantes tres años y medio hasta completar los siete de la profética semana 70 mencionada, llevará a la destrucción eterna de todos aquellos que tan desatinada opción hayan escogido; de todas maneras y para una información más completa sobre este particular, nos permitimos sugerirles que lean nuestro artículo “¿Qué ocurrirá con nosotros, en la venidera “gran tribulación”?” del 08/12/12.

Y eso es todo, queridos amigos; ahora y si quieren seguir nuestra perenne recomendación, cojan su ejemplar de las Escrituras y comprueben por ustedes mismos si lo que les hemos contado se ajusta al contenido de las mismas: si es así, estupendo…… ya en caso contrario, les estaríamos muy agradecidos si nos lo señalaran, para con ello poder aprender un poco más; y ya saben: contarán con nuestro eterno agradecimiento.

MABEL