A cada uno lo suyo
Una constante desde que nos iniciamos en esta aventura de publicar en Internet, es que en esta página hemos tenido que hacer frente en innumerables ocasiones a la acusación de nunca haber dicho nada en contra de los TJ. Y puesto que generalmente dicha acusación va dirigida hacia mi persona en particular (Armando) y responsable único de lo que en este blog se publica, a título personal voy a escribir este artículo. Y esto que voy a escribir, tiene que ver con algo que acabo de leer en el blog de Apologista Mario Olcese titulado “Los líderes Testigos de Jehová, son guías fraudulentos” y que me ha hecho pensar que de este color ya hay bastante, porque lo que en él se hace, al igual que en más del noventa por cien de lo que se publica en contra de los TJ, adolece del mismo defecto: sus dirigentes son el mismo diablo y los dirigidos, “víctimas inocentes” de tan perversos individuos. Por lo tanto entiendo, que sería hora de empezar a llamar las cosas por su nombre y darle a cada uno la parte de responsabilidad que le corresponde.
Para ponerles en situación y para aquellos que no lo sepan, les diremos que los dos autores de este blog, sumábamos entre los dos y hasta el momento de nuestra expulsión, sobre los sesenta y cinco años de permanencia entre las filas de los Testigos de Jehová (más de treinta cada uno), lo cual nos confiere cierta autoridad para saber de lo que estamos hablando, o sea y ya personalizando, que yo sé de lo que estoy hablando y perfectamente consciente además, de lo que voy a decirles. Miren, yo estoy completamente de acuerdo en la primera parte de lo que se asevera en dicha afirmación: sus dirigentes son de lo peor de lo peor, pero también es cierto, que no les van a la zaga los dirigentes de la Iglesia Católica, por ejemplo y si no, vean la que está montada en estos últimos días acerca del abuso de menores por parte de sus miembros dirigentes, o de cualquier otra organización llamada “cristiana”; dicho de otro modo, que en todas partes “se cuecen habas”. Y es que en realidad, todos son del mismo pelaje: despreciables tanto los unos como los otros y cuya finalidad no parece ser otra que la de vivir a costa de los dirigidos...... ¿lo he dicho bastante claro o le queda alguna duda a alguien? Sin embargo, también es cierto y volviendo al tema que nos ocupa, que a ningún miembro de esa secta de los TJ se le puso una pistola en el pecho para obligarle a ingresar en ella, ya que cada uno decidió en uso de su libertad y derecho, el asociarse a ella. ¿O no es así? Luego y como dice Jehová “...... cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5). Que esos dirigentes se aprovechan del bajo nivel cultural de sus bases y las exprimen al máximo es obvio, pero también es obvio que estas y por alguna razón, lo permiten. Por lo tanto, vamos a hablar ahora acerca de esa supuesta “víctima” que es la clase dirigida.
Permítaseme decir en primer lugar, que entre ellos, he conocido a muchas y buenísimas personas, pero eso nada tiene que ver con lo que voy a decir. Porque por muy buenas que me hayan parecido, son las únicas responsables de lo que les pasa, o sea, el ser “víctimas” de tan nefasta clase dirigente. Porque cuando uno se hace TJ, tal y como ya he dicho, no lo hace a punta de pistola, sino que acepta voluntariamente ser miembro de ellos y por lo tanto, uno está asumiendo su “propia responsabilidad” y en dónde casi todos, siguen luego por comodidad. Todos ellos, llegado el momento, han hecho de su religión, no un camino para llegar a Jehová, sino que han hecho de esa forma de religión su Dios y que es muy distinto. Porque la Sociedad Wachtower, es su Dios y por ello, les gusta creer que con “cumplir con sus obligaciones” para con ella, que no para con Jehová, ya han cumplido. Obligaciones que entre otras cosas, implica el asistir a todas las reuniones, comentar algo en ellas, aunque sea leído directamente de sus publicaciones (luego sin profundizar para nada en lo que han leído); también el justificar ciertas horas de predicación al mes (para que no se diga, claro); las inevitables contribuciones para las distintas “causas nobles” de la Sociedad y alguna que otra cosilla por ahí y que a uno o a una, le hagan ganar méritos ante los ancianos de cada congregación. En fin y para entendernos: ir cumpliendo.
Ancianos por otra parte la mayoría de ellos, inútiles e ignorantes, que se sienten “algo” en medio de tanta mediocridad y acaban por realmente creérselo, de lo cual ya se cuida la propia organización con su continuo adoctrinamiento a las bases dirigidas, acerca del respeto debido a tan “ilustres personajes”. Y permítanme recordarles que yo y para mi vergüenza, “fui eso” también durante un tiempo. Pero claro, resulta que cuando uno es sincero dentro de su corazón y aunque esté en el lugar equivocado, en un momento determinado, si su intención de verdad es servir a Jehová, detalle que no le pasa por alto a nuestro Creador, ya se cuida Él de sacarlo de ahí en el momento oportuno. Porque ¿se han preguntado ustedes alguna vez, porque a Pablo se le mostró misericordia y fue apartado de ese camino de oposición y tenaz enfrentamiento a la verdadera religión, a diferencia de otros? Veamos el punto según sus propias palabras:
“Aunque yo tengo de qué confiar también en la carne. Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, irreprensible.” (Fil. 3:6).
Efectivamente, Pablo era sincero en su actitud y por lo tanto, él se ajustaba a aquellos de los que hablo Jesús y que según su conciencia, actuaban rectamente y de acuerdo a la Ley:
“Los expulsarán de la sinagoga. De hecho, viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios.” (Juan 16:2).
Por eso él sí fue apartado y llevado a la dirección correcta, mientras que otros de su misma posición, no. Él actuaba sinceramente y los demás por conveniencia y si no, vean la motivación de los otros fariseos:
“Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación”. (Juan 11:48).
Pues bien, ahora y salvando las distancias, en el caso que nos ocupa nos encontramos con lo mismo. Porque si bien Pablo fue objeto de una traumática experiencia (Hech. 9:3-6), no es menos cierto en nuestro caso, ya que la cosa siempre suele acabar muy mal y con un enfrentamiento que inevitablemente acaba en expulsión, con todo lo que ello conlleva de pérdida de amigos y a veces, hasta de la propia familia, como fue ni caso, pero en todo caso, liberado al fin de tan tortuoso camino. Y es que con esa clase corrupta, no se puede luchar y digo corrupta, porque ellos, los ancianos y aunque no por dinero, también se venden y siendo el precio, su ego enaltecido y lo cual les lleva a creer que son realmente “alguien” y haciendo bueno aquel refrán que dice...... “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”. Que esto es así, lo prueba el hecho de que algunos, muy pocos, de esos ancianos que son gente con algunas luces, de boquita para adentro se hayan manifestado en el sentido de que la cosa no está nada clara en esa organización; pero se excusan diciendo que qué pueden hacerle, ya que un enfrentamiento les llevaría a perder la relación con su familia y además, se quedarían sin referentes y claro, ¿a dónde ir entonces? Por lo cual y según su cobarde criterio, no les queda más opción que seguir aguantando y con lo que demuestran, que también tiene un precio. Y ya de los superintendentes viajantes para arriba, ni hablemos, porque esos sí viven literalmente de eso y claro, a determinadas edades, como que es más cómodo seguir viviendo del cuento que no tener que salir a ganarse la vida por ahí y con lo difícil que está, como cualquiera de sus correligionarios. Mejor el continuar viviendo a costa de ellos.
Pero la cuestión, es que al final Jehová acaba sacando a algunos de entre esa gente, aunque sea por las bravas. Porque si en esos enfrentamientos con los susodichos ancianos y como he mencionado, uno no puede jamás salir victorioso por mucha razón que tenga; y créanme, lo sé por experiencia. Y es que la Organización ya no lo permite, ya que ello podría socavar la autoridad sobre esa grey por parte de sus ancianos y con el peligro de que se les desmandara el rebaño y con el añadido, de que eso podría afectar al monto de las contribuciones “voluntarias” y que es donde está el meollo del asunto: si una congregación a final de mes, presenta un buen balance en contribuciones voluntarias, es una congregación amorosa; pero si por el contrario no es así, se tienen que hacer ajustes porque el amor de la congragación para con Jehová, se va enfriando. Sin embargo, ahí está la victoria de uno sobre Satanás (y gracias a Jehová), al ser arrebatado de la perniciosa influencia de dicha organización y al igual que Pablo, tener la oportunidad de encontrar el camino correcto y que no pasa necesariamente, por asociarse a otra organización ni muchísimo menos.Por lo tento entiendo yo y ya volviendo al tema que nos ocupa, que los máximos culpables, pero no los únicos de ese sistema abominable, son esos ancianos que sin sacar un beneficio directo y aprovechándose del ascendiente afectivo directo que tienen sobre sus subordinados compañeros de creencia, contribuyen al engaño, solo por ese miserable deseo de sentirse “alguien”...... y situación que permiten, todos los que están bajo su supervisión.
Pero al igual que en el caso de Pablo, ¿por qué saca Jehová a solo unos pocos de esa tela de araña que es la Sociedad Watchtower, dejando allí a la inmensa mayoría? Pues por lo que ya hemos apuntado: asunto de sinceridad de corazón. Veamos: es cierto el bajo nivel cultural de la inmensa mayoría de la base asociada a esa secta, pero no es menos cierto que ya les va bien vivir así. Ellos entienden que mediante su diaria actividad, ya se han comprado un pedacito de terreno en el futuro paraíso y con solo mantenerse al paso, sin alborotar, ya está todo resuelto y por eso no quieren escuchar cuando alguien les dice que están en un error: porque sencillamente quieren vivir así. Veamos una palabras de Pablo:
“Porque habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos 4 y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos.” (2 Tim. 4:3-4).
¿Y a quienes aplican dichas palabra? ¿Solo a las iglesias de la Cristiandad como ellos dicen? ¿O será más bien que es también a ellos a los que se refería Pablo con esas palabras, porque forman parte también de esa cristiandad de la que tanto abominan? Notemos que el texto dice que será “de acuerdo con sus propios deseos ” y eso es realmente lo que están haciendo: están permitiendo que personas incultas o en su defecto, personas con sus particulares intereses y a las que poco les importa la situación espiritual ellos, les vayan diciendo aquello que les gusta oír; y es que ellos, por comodidad, quieren vivir de esta manera. Luego también está la cobardía, el miedo a enfrentar las consecuencias de ponerse al lado de Jehová pase lo que pase y desvincularse de una organización, que ha demostrado hasta la saciedad que es un fraude; que no es a Jehová a quien sirve, sino a intereses materialistas como queda demostrado concluyentemente con la actual liquidación de muchos bienes inmuebles y que en su momento fueron sufragados con el sacrificio personal de millones de personas.
Y es que cuando uno analiza fríamente la situación, lo que aparece es una imagen aberrante, cuando no, esperpéntica. Veamos: esta organización concedió préstamos en su momento para la construcción de salones de reunión, lujosos inmuebles para asambleas, etc.; préstamos que a su vez, salían de las contribuciones voluntarias que los mismos miembros de la secta habían donado y con lo que se llevaba adelante el proyecto de que se tratara (amén de materiales y trabajo gratis, claro), pero que encima tenían que devolver con los debidos intereses, o sea y para entendernos: que de su dinero, recibían un préstamo que tenían que devolver con intereses, para luego poner el bien producido con ese dinero, a nombre de la organización que les prestaba de su propio dinero y convirtiendo por tanto a la misma, como única beneficiaria del bien producido. No me negarán ustedes que el plan es genial, porque además no puede ser calificado como estafa, porque la gente lo hizo voluntariamente y con plena libertad de decisión. Y ahora vayan, le cuentan eso a un miembro de dicha secta y a ver si consiguen convencerle de que le están engañando...... ¿a que no? Y es sencillamente porque no quieren cambiar, no quieren saber la verdad, porque ello les obligaría a tomar decisiones...... y se sienten muy cómodos dejando que otros las tomen por ellos; por lo tanto quieren vivir así, porque les es más cómodo el estar así. Pero ¿por qué? ¿Hay alguna explicación lógica para esta sinrazón? Si la hay y si no, lean como lo expreso Pablo:
“…… y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos. 11 Por eso Dios deja que les vaya una operación de error, para que lleguen a creer la mentira, 12 a fin de que todos ellos sean juzgados por no haber creído la verdad, sino haberse complacido en la injusticia.” (2 Tes. 2:10-12).
Efectivamente, se han complacido en la injusticia porque les gusta que otros les hagan el trabajo de profundizar en las Escrituras y que esos otros, les digan lo que quieren oír: que son los mejores y que solo ellos se salvarán, si continúan perteneciendo a la organización (¡faltaría más!), mientras que el resto de los mortales será destruido; en definitiva, que ellos están un peldaño por encima de sus congéneres humanos. Yo no sé si las palabras de Rev. 3:14-18, dirigidas a la congregación de Laodicea les aplican o no, sinceramente no lo sé, pero de lo que no me cabe ninguna duda, es que les van como anillo al dedo.
Luego y para resumirlo, podíamos decir que su cúpula dirigente son unos sinvergüenzas vividores y yo lo acepto, además convencido de ello. Pero en lo que ya no estoy tan de acuerdo, es en la afirmación tan extendida de que estos se aprovechan de “pobres e inocentes personas”; en eso no puedo estar de acuerdo, porque no es así. Ahí cada uno va a sacar lo que le interesa: los que mandan, vivir del cuento y los que obedecen, a que les regalen los oídos, les tranquilicen la conciencia y les hagan otros el trabajo, porque eso es sencillamente lo que quieren. El primer y más grande mandamiento (Mar. 12:30) según Jesús, como que les queda muy lejos a todos. Y quizás lo podría decir más alto, pero no más claro: todos son responsables.
Armando López Golart
miércoles, 14 de abril de 2010
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