miércoles, 27 de julio de 2011

Pero…… ¿qué hay de nosotros?

Acabamos de recibir un amable correo de un tal Sr. Angel (desconocemos los apellidos), en donde nos plantea una interesante pregunta sobre el artículo recientemente publicado “El Sr. Olcese…… y sus Cristos”; e interesante, porque ello podría estar en la mente de algunos de aquellos que también lo hayan leído. Y como solemos hacer con todos aquellos correos que nos parecen de interés, respondemos a la tal cuestión públicamente, pero primero vean el correo citado y en el que hemos omitido las direcciones pertinentes:

Autor: angel (IP: 190.43.101.126 , 190.43.101.126)
Correo electrónico: …….
URL: …….
Whois: http://whois.arin.net/rest/ip/190.43.101.126
Comentario:
Si se acabaron los ungidos y los hijos de Dios, con el ultimo apóstol ¿dónde quedamos aquellos que seguimos a Jesus?

Y pregunta que podría ser respondida y por aquello de resumir un poco la cuestión, diciendo que aquellos que somos fieles seguidores de Jesucristo y que no hayamos sido elegidos para gobernar con él en el reino de Dios (prácticamente el caso de la inmensa mayoría), quedamos a la espera de la ya inmediata aparición de un pequeño resto de esos “ungidos” o elegidos, representados proféticamente por los dos testigos de Rev. 11:3 y colaborar con ellos (Mat. 25: 34-40) en llevar adelante la gran predicación pendiente de Mat. 24:14 y ya cumplida dicha comisión y que tiene una duración de 1.260 días (o sea, tres años y medio), según el citado pasaje de Rev. 11:3, ser protegidos personalmente por Jehová (Salmo 91), durante el día de Su ira contra la humanidad desobediente, entrando a continuación y ya como parte de la “gran muchedumbre” de sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:9; 14), al reino milenario de Dios, profetizado en Dan. 2:44-45:

Y en los días de aquellos reyes (nuestros días) el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los que rigen actualmente) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; 45 puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro. El magnífico Dios mismo ha hecho saber al rey lo que ha de ocurrir después de esto. Y el sueño es confiable y la interpretación de él es digna de confianza.” (Acotaciónes nuestras).

Y que presidido por Jesucristo, es ayudado en esa tarea por aquellos que al igual que él, recibieron de Jehová el ser reconocidos como Hijos Suyos (en este caso, por adopción) y que según el propio Jesús tenían que ser un grupo de reducido tamaño, por lo que ahí, obviamente, no cabíamos todos y lo cual, no es más que un asunto de pura lógica y sentido común:

No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.” (Luc. 12:32).

Ahora bien ¿y qué sucede a partir del momento en que uno entra en ese período de mil años del reino de Dios? Pues que pasa a vivir en un tiempo en donde se gozará, por ejemplo, de un tiempo de paz inimaginable:

Salmo 37:11: “Pero los mansos mismos poseerán la tierra y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”

Salmo 72:7: “En sus días el justo brotará y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea.”

Isaías 9:6: “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el regir principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”

Ahora bien, es obvio que para ello no tendrían que existir las guerras ¿verdad queridos lectores? Pues vean cual es la promesa de Jehová:

Salmo 46:9: “Hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego.”

Miqueas 4:3: “Y él ciertamente dictará el fallo entre muchos pueblos y enderezará los asuntos respecto a poderosas naciones lejanas. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzarán espada, nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.”

Por otra parte, sería muy difícil gozar de esta paz a plenitud, si uno estuviera afectado por alguna enfermedad, defecto físico o por la misma vejez, que tantas limitaciones nos impone. Pues no se preocupen, porque también eso será atendido debidamente, por los miembros gobernantes del citado reino:

Isaías 33:24: “Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”. La gente que more en la tierra constará de los que habrán sido perdonados por su error.”

Isaías 35:5-6: “En aquel tiempo, los ojos de los ciegos serán abiertos y los oídos mismos de los sordos serán destapados. 6 En aquel tiempo, el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo y la lengua del mudo clamará con alegría…...”

Job 33:25: “Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil.”

Pero quizás alguien se pregunte, que como se podrá disfrutar a cabalidad de esas bendiciones, cuando vemos por toda la tierra una desertización galopante; sequías brutales; mares, ríos, lagos y otras diversas fuentes de agua contaminadas; la protectora capa de ozono, quebrantada y tantos y tantos otros aspectos nocivos que afectan directamente nuestra calidad de vida. Pero de nuevo no se preocupe, que Jehová también tiene en cuenta esta circunstancia:

Isaías 35:6-7: “…… Pues en el desierto habrán brotado aguas y torrentes en la llanura desértica. 7 Y el suelo abrasado por el calor se habrá puesto como un estanque lleno de cañas; y el suelo sediento, como manantiales de agua. En el lugar de habitación de los chacales, un lugar de descanso para ellos, habrá hierba verde con cañas y papiros.”

Rev. 11:18: “…… y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.”

Y no pase cuidado, que esa paz que Jehová le ofrece, no se verá ensombrecida por la falta de un trabajo remunerador y satisfaciente, de una vivienda apropiada o carencia alguna de alimentos, con los que sustentar su vida y la de sus seres queridos…… de lo contrario, no estaríamos hablando de una paz completa:

Isaías 65:21-22: “Y ciertamente edificarán casas y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. 22 No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos, mis escogidos usarán a grado cabal.”

Miqueas 4:4: “Y realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera y no habrá nadie que los haga temblar; porque la boca misma de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.”

Salmos 72:16: “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.”

Tan abundante y completa será esta paz proveniente de nuestro Dios Jehová, que se extenderá también al reino animal y a la relación de este con el hombre:

Isaías 11:6-8: “Y el lobo realmente morará por un tiempo con el cordero y el leopardo mismo se echará con el cabrito y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple muchachito, será guía sobre ellos. 7 Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. 8 Y el niño de pecho ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra venenosa, realmente pondrá su propia mano un niño destetado.”

Pero por otra parte, ¿no sería lamentable que esas bendiciones se acabaran con la muerte de uno? Por supuesto y por eso mismo, la muerte tampoco existirá:

Isaías 25:8: “Él realmente se tragará a la muerte para siempre y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro. Y el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra, porque Jehová mismo lo ha hablado.”

1 Cor. 15:26: “Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a nada.”

Rev. 21:4: “Y limpiará toda lágrima de sus ojos y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”

Luego entonces, ¡cuánto echaremos de menos en medio de esas felices circunstancias, a aquellos seres queridos que en su día perdimos en la muerte! Pero un momento: recuerde que la esperanza del malhechor ajusticiado al lado de Jesús (Luc. 23:42), se basaba precisamente en la creencia de una resurrección, luego ¿sería razonable el pensar en que se produzca tal milagro? Bueno, ciertamente ya se produjo en el pasado y no solo en la propia resurrección de Jesucristo, pues hasta donde sabemos del relato bíblico, tanto los profetas Elías, como Eliseo, así como el apóstol Pedro y posteriormente Pablo, sin olvidarnos del propio Jesús, tuvieron que ver con el traer de nuevo a la vida a otras personas que en su momento habían fallecido. Pues bien, Jehová se propone llevar a cabo dicho milagro, pero en una escala sin precedentes:

Daniel 12:2: “Y habrá muchos de los que están dormidos en el suelo de polvo que despertarán, estos a vida de duración indefinida y aquellos a oprobios y a aborrecimiento de duración indefinida.”

Juan 5:28-29: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”

Hechos 24:15: “…... y tengo esperanza en cuanto a Dios, esperanza que estos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección así de justos como de injustos.”

Y llegado el final de ese período milenario, la humanidad, habiendo alcanzado ya el mismo grado de perfección que en su día disfrutaron Adán y Eva, será sometida a la misma prueba a la que fueron sometidos ellos y con el objetivo, de poner punto y final a la cuestión del derecho a la Soberanía Universal:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.” (Rev. 20:7-9).

Luego aquellos que sean extraviados por Satanás y por lo tanto, fallen en la prueba, como lamentablemente ocurrió con nuestros primeros padres (ahí están los hechos que lo demuestran), serán destruidos eternamente. Pero aquellos que se decidan por la opción correcta, de apoyar la Soberanía de Jehová, serán recompensados con la vida eterna…… a partir de ahí, quedan abiertas todas las posibilidades y que nosotros, personalmente optamos por la que explicamos en nuestro artículo “Y después…… ¿qué?”, publicado el día 7 de este mismo mes de Julio y opción que por supuesto, puede no coincidir con la de otros.

Y eso es, queridos amigos, lo que nos espera a aquellos que somos fieles seguidores de Jesucristo y que no hemos sido elegidos para formar parte de ese reducido grupo que han de gobernar con Cristo en el citado reino de Dios. Reconocemos por otra parte, que la respuesta concreta a la pregunta en cuestión y reducida a un solo párrafo (el segundo de este artículo), puede parecer muy limitada; pero les rogamos que comprendan que no es tarea fácil explicar de la A a la Z y de una sola tacada, un asunto tan complejo. Por ello nos permitimos señalar a todos aquellos interesados en conocer más acerca de este tema, que (entre otros muchos) ya solo en los tres artículos anteriores al que hace referencia la pregunta en cuestión, tenemos expuestos todos los argumentos necesarios para probar lo que les decimos de forma tan resumida. Luego, si gustan……

Pero yendo ya un poco más allá del ámbito de la respuesta a nuestro amable comunicante, no podemos dejar de destacar, por su importancia, el hecho de lo cercano que está el tiempo de la instauración de ese reino de Dios y que según Dan. 2:44 “…… triturará y pondrá fin a todos estos reinos (los actuales) y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos”. Y lo cual significará también, un juicio a la entera humanidad, que tendrá que decidir entre apegarse a esos reinos existentes y condenados a desaparecer, o apegarse firmemente a ese reino de Dios entrante. Y según nos dijo Jesús, una de las características coincidentes en el tiempo con la llegada o instauración de dicho reino, tendría que ver con una total y gravísima inestabilidad social entre la humanidad, probablemente causada (es nuestra opinión) por la falta de respuesta de sus propios gobernantes, a los gravísimos problemas a los que se tienen que enfrentar, como consecuencia (por ejemplo) de la brutal crisis económica que tienen países otrora líderes mundiales como EEUU, literalmente al borde de la quiebra o suspensión de pagos y condenando con ello a sus ciudadanos al desempleo, ausencia de prestaciones sociales, miseria y hambre, algo que ya se está observando desde hace algún tiempo.

En idéntica situación, tenemos a la Comunidad Europea, incapaz de reconducir la dramática situación generada por Grecia, Irlanda y Portugal, a las que se suman (por aquello de que éramos pocos y parió la abuela) España, Italia y probablemente Bélgica y con la posible consecuencia de, si no se encuentra una solución acorde al problema, la casi segura caída o desaparición del Euro como moneda unitaria y por lo tanto, la desaparición de la Comunidad Europea como tal…… y con fatales consecuencias para la mayoría de naciones que la componen, como pueden ser, más paro, mas miseria, más sufrimiento en definitiva. Y qué decir de los países del tercer mundo, donde la gente está ya literalmente muriendo de hambre y de enfermedades propias de la escasez de agua, sin que nadie haga nada útil para remediar la situación…… muchas reuniones de los organismos que dicen ocuparse de ello, mucha fotografía, muchos proyectos o planes “a estudiar”, pero la gente continúa muriendo por falta de los más elementales medios para el sostenimiento de la vida…… penúltimo caso, Somalia.

Si a ello le sumamos las persistentes sequías o gigantescas inundaciones en cualquier parte del mundo, que destruyen innumerables cosechas (encareciendo con ello el precio en los mercados) y que conllevan el desplazamiento de miles y en algunos casos, de millones de afectados a otros países y con el consiguiente problema para los países receptores, pues lo cosa como muy bien, aquello que se dice muy bien, no pinta. Pero tenemos además y por aquello de que “para que falte, más vale que sobre”, los brutales terremotos con su secuela de destrucción, dolor y muerte en algunos casos (Indonesia, Haití, Japón, etc.), con su secuela de miedo e inseguridad entre la población, amén de la destrucción de recursos de las personas afectadas y que la mayoría de ellas, jamás se recuperarán de las pérdidas sufridas…… si acaso son capaces de hacerlo sus respectivos gobiernos, que esta es otra. Y como guinda del pastel, las guerras entre países vecinos, luego generándose más muerte, dolor, miseria y hambre; la violencia en sus vertientes callejera, doméstica, de género, etc.; o el terrorismo, en auge en estos los últimos tiempos y afectando a países que nunca lo habían padecido, al grado que no cuentan siquiera con la legislación adecuada para combatirlo, como queda patente en el reciente caso de Noruega.

Bien, todo ello y gracias a medios de comunicación como Internet, mantiene a la gente informada al detalle de cómo está el patio a nivel mundial y por ello, en un general estado de excitación, inseguridad e inquietud, provocando ello constantes revueltas que se producen en todo el mundo, en demanda de soluciones…… que sencillamente, no existen al alcance del ser humano. ¿Y qué tal, si por aquello de que la cosa esté a gusto de todos, completamos lo ya dicho, con la más que probable caída de algún pedrusco de esos que van perdidos por ahí en el espacio, que cada día nos enteramos de que son más y que nos pasan más cerca y que de darnos, nos causaría un buen “estropicio”? (ya saben, tanto va el cántaro a la fuente, que al final…… pues eso). O algo mucho más probable y real, de efectos letales para la pervivencia de la humanidad, pero que sin embargo, no es un tema que la gente en general, le dé excesiva importancia; porque ¿qué hay si el Sol continúa haciendo el burro (y que es lo que prevén los científicos) y nos alcanza de lleno con una de esas andanadas de radiación electromagnética y en unos segundos, nos “fríe” los transformadores de las centrales eléctricas, así como los tendidos cableados que distribuyen dicha energía, debido a una extrema sobrecarga y por supuestísimo, a todo aquello que contenga de un “chip” en adelante, desde satélites de comunicaciones, hasta cualquier electrodoméstico de nuestros hogares, pasando lógicamente por ordenadores, móviles y todo artilugio electrónico que se le ocurra a usted en este momento? Porque eso es lo que ocurriría, de producirse dicho supuesto.

Pero conste en que el problema no está en esos excesos de radiación electromagnética que nos manda el Sol cíclicamente y que por tanto, no son nada nuevo en su historia y que apenas son percibidas por ser humano a nivel físico. De hecho, un suceso parecido y conocido como “evento (o tormenta) de Carrington”, ocurrió en 1.859 y aunque había muy pocos aparatos eléctricos en aquella época, los pocos que había dejaron de funcionar, entre otros, los sistemas telegráficos (casi recién estrenados) que quedaron totalmente fuera de servicio, tanto en Europa como en América del Norte, al fundirse sus terminales, tendido cableado e incendiándose algunas de las oficinas operativas. Luego si la “tormenta de Carrington” no tuvo consecuencias fatales, fue debido a que nuestra estructura de civilización en aquél momento, continuaba siendo básicamente rural y la tecnológica todavía estaba en pañales. Pero si se diese a día de hoy una situación de igual potencial (se presume que superará en magnitud a la mencionada) y tal como hemos dicho, en una sociedad totalmente dependiente de la tecnología, el caos sería espantoso, ya que los satélites artificiales dejarían de funcionar, las comunicaciones por radio se interrumpirían y los apagones eléctricos tendrían proporciones de alcance mundial y sus servicios dependientes, quedarían interrumpidos durante semanas, meses y en algunos casos, por años. Imagínese por un momento, querido amigo, sin luz, sin ascensores en los edificios altos, sin suministro de agua (ya que las bombas elevadoras no funcionan sin electricidad), así como tampoco los surtidores de combustible, con lo cual el transporte de todo tipo de mercancías a nuestros puestos de abastecimiento (supermercados, gasolineras, etc.) sería tarea imposible; sin calefacción o sin aire acondicionado (según), sin asistencia médica ni servicios de ambulancia, sin servicios de transporte (metro, taxi, autobús, trenes, avión); sin fuentes de información, como radio, televisión, Internet; y etc., etc., etc., etc. Y todo ello, como hemos dicho, por semanas, meses o posiblemente y en algunos caso, por años…… ¿se puede imaginar la magnitud de la catástrofe a la que se enfrentaría la humanidad?

Y no olvidemos que estamos hablando de una posibilidad real, porque el Sol está ahí; que sus explosivas manifestaciones están más que confirmadas; luego todo depende de que una de ellas se produzca en una posición orientada hacia la Tierra y eso, se puede producir en cualquier momento…… o sea, una lotería en la que llevamos casi todos los números. Luego la tenebrosa realidad, es que la cosa está seriamente complicada y la humanidad, sino está casi al borde de la extinción, por lo menos está “rozando el larguero” y por usar un símil futbolístico. Por ello, la imperiosa necesidad de la instauración de un gobierno procedente de Jehová (Él sí tiene el poder de arreglar las cosas) y que como les íbamos diciendo (perdonen si nos hemos apartado un poco del tema), coincide en el tiempo con una sorprendente señal anunciada por Jesús:

También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar (la humanidad en su conjunto) y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria.” (Luc. 21:25-27). (Acotación nuestra).

Y no pasen por alto, queridos lectores, el hecho de que Jesús asoció esa “angustia de naciones” a señales “en el Sol, la Luna y las estrellas”, luego a señales en los cielos físicos, como las citadas explosiones en el astro rey y que nos pudieran afectar directamente, o el más que probable impacto de asteroides sobre la tierra. Porque note que Jesús, no dijo que los tales sucesos tuvieran que ocurrir realmente, sino que la expectativa o posibilidad de que pudieran ocurrir, es lo que contribuiría a la citada “angustia de naciones” y situación, que es la que se produce hoy en día.

Por lo tanto y visto el panorama que tenemos a nuestro alrededor, la cosa está como muy madura y por lo tanto, al caer y lo que no deja demasiado tiempo a uno, de hacer los arreglos necesarios para poder librarse de los horrores por venir y alcanzar un puesto en ese nuevo reino, que traerá las bendiciones citadas sobre la humanidad obediente. Y una forma de conseguirlo y ya nos perdonarán la inmodestia (cada uno arrima el ascua a su sardina), es el leer los artículos publicados en este blog, tanto pasados como futuros…… pero siempre, eso sí, con una Biblia a mano y comprobando exhaustivamente por ustedes mismos, mediante contraste, si las cosas son tal cual se las pintamos nosotros…… o no.

Recuerden: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos.” (Prov. 14:15).

MABEL

No hay comentarios:

Publicar un comentario