miércoles, 11 de julio de 2012

Zacarías 14:16…… y los súbditos del reino de Dios.

En primer lugar, les rogamos disculpen este lapsus de más de un mes de silencio y que ha sido debido a causas ajenas a nuestra voluntad, como por ejemplo, un pequeño “problemilla” con nuestro suministrador de ADSL (y que en su momento les explicaremos) y agravado por el desgraciado hecho de que cuando más 15 días después, conseguimos solventar el malentendido y recuperamos el acceso a Internet, a las 24 horas se nos apagó el ordenador y ha costado casi una semana la reparación del mismo (ya se sabe ¡las cosas de palacio van despacio!)…… pero una vez restablecida la normalidad y todo sea dicho con las debidas cautelas, de nuevo estamos con todos ustedes; dicho lo cual, pasemos al tema que hoy nos ocupa y que tiene que ver con un texto polémico, que erróneamente interpretado (como entendemos es el caso), puede llevar a disparatadas conclusiones.

Y es que para una persona que esté al tanto del tema religioso, o al menos sea asidua a blogs que se mueven dentro de esa línea, no le es desconocido el hecho que no son pocos los autores bíblicos que se apoyan en este pasaje, para mantener la afirmación de que aquellos que entrarán en el venidero reino de Dios como súbditos del mismo, serán personas no conocedoras de Jehová y que por medio de ser gobernadas con “vara de hierro”, a regañadientes aceptarán la regencia de Jesucristo como rey delegado del Altísimo…… ahora bien ¿qué se dice en ese pasaje, que lleva a tantos “estudiosos” a semejante conclusión? Veámoslo:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.”

Bien, leído así (obviamente descontextualizado), tal parece ser que sí es cierto que se nos señala que habrá miembros “sobrevivientes” de entre aquellos componentes de las naciones que subirán a guerrear contra Jerusalén y que serán eliminadas (como naciones) en la final batalla de Armagedón por Jesucristo y sus seguidores; luego habría que pensar y para fijar la idea, en personas de entre los combatientes que participarán en esa batalla y que no serán destruidas durante la misma, sino que escapándose por los pelos de dicha masacre, pasarán a ser los súbditos del reino milenario…… y que dados sus antecedentes, probablemente requerirán el ser tratados con la citada “vara de hierro” (con extrema dureza, deberíamos de entender), pues habría que pensar que ciertamente serán renuentes a someterse al gobierno de Cristo. Ese es en apariencia, el planteamiento correcto a entender del pasaje citado, siempre según dichos autores y entre los que destaca con luz propia (como no podía ser de otra manera) Apologista Mario Olcese y que en un artículo que publicó el 04/12/10, bajo el título “¿Será la grande muchedumbre de Testigos de Jehová, regida con vara de hierro?” desarrollaba, entre otras, las siguientes ideas:

La referencia a la vara de hierro siempre indica un hecho correspondiente al milenio, al reinado de Cristo, que durará mil años (Apocalipsis 12 y 20).”

Debemos entender que los súbditos de ese reino no son perfectos, y menos, mansos, como para ser regidos sin usar una vara de hierro. Estos súbditos tendrán que ser reeducados e instruidos en el camino del Señor a fin de que puedan conocer (luego según el Sr. Olcese, aún no lo conocen) al rey y someterse a él. Así lo podrán honrar como corresponde a un rey recto y justo, pues será el mismísimo Hijo de Dios quien los gobierne.”

Sin duda alguna estos súbditos del reino son los sobrevivientes de las naciones (gente aún no conversa) que habrán quedado vivos después de la destrucción sobrenatural del anticristo y sus fuerzas, al final de la Gran tribulación (Zacarías 14:16).” (Acotación y negritas nuestras).

Pero claro, resulta que las Escrituras niegan semejantes afirmaciones y que como pueden ver, dicho caballero apoya las tales con el pasaje objeto de análisis en este artículo, eso es, Zac. 14:16. Aunque antes de pasar a explicarles lo que nosotros entendemos del mismo y si nos lo permiten, desearíamos aclarar el por qué hacemos referencia en este escrito a Apologista Mario Olcese: resulta que hace ya algún tiempo, tuvimos un cruce de artículos en los que tratamos dicha cuestión y en donde en uno de ellos, D. Mario nos planteó la cuestión y ya como último recurso, ante las abrumadoras pruebas que aportábamos en el sentido de que estaba equivocado en su planteamiento (y está, pues hasta dónde nosotros sabemos, continúa defendiendo dicho disparate), de cómo podíamos entonces explicar nosotros, el significado correcto de dicho pasaje…… y a lo que respondimos reconociendo que en ese momento no teníamos ni la más remota idea de su significado, pero que estudiaríamos la situación y tan pronto tuviéramos un argumento razonable sobre el mismo, le responderíamos.

Por supuesto que hicimos hincapié en el hecho, de que los argumentos y textos bíblicos ya aportados en ese cruce de artículos mencionado, eran más que suficientes para poner en cuestión la enseñanza del Sr. Olcese y prueba de la veracidad de esta afirmación, es que no nos pudo rebatir ni uno solo de ellos; por lo que el significado del texto señalado, no podía de manera alguna (y aunque desconociéramos su interpretación), alterar lo que el contexto general de las Escrituras nos indicaba de manera aplastante. Pero no es menos cierto, que ese texto de Zac. 14:16 está ahí y alguna explicación debe de tener…… por lo que aún con cierto retraso, ya que otros temas han ocupado nuestro tiempo, vamos a explicar (o al menos intentarlo), cual es nuestra interpretación de dicho pasaje y en el bien entendido de que quizás pudiera haber otras. Y lo haremos usando el viejo método de ir avanzando por eliminación, por lo que empezaremos señalando en primer lugar, lo que no puede significar el texto en cuestión, eso es, que no puede significar lo que dicen esos caballeros, porque todo el contexto escritural (según acabamos de señalar) y como vamos a exponer a continuación, nos muestra exactamente lo contrario del planteamiento que se nos pretende “vender”; veamos:

Habría que decir de entrada y sin ánimo de discrepar por discrepar, que contrario a lo que tanta seguridad nos dice D. Mario en el tercer párrafo transcrito de su artículo, sí parece haber alguna duda más que razonable acerca de la aseveración que nos acaba de hacer. Y es que dicho caballero nos habla de personas que siendo fervorosos enemigos del Altísimo (pues se nos dice de ellos que atacan a Su pueblo Israel y se enfrentan a su Rey Jesucristo en singular confrontación, en lo que conocemos como la batalla final de Armagedón)), sobreviven no obstante a la destrucción sobrenatural que resulta de ella y con la que concluye la “gran tribulación”; por lo que se nos presenta a dichas personas como gente “no conversa” (siempre según dicho caballero), pero que sin embargo, entran en el reino de Dios en calidad de súbditos del mismo…… por lo que relacionar la “vara de hierro” (o mano dura) citada en el titular mencionado de dicho autor y a emplear con semejantes personajes, en principio y como ya hemos mencionado, entraría dentro de lo razonable.

Ahora bien, lo que ocurre y como hemos señalado, es que la evidencia bíblica va por otro camino, eso es, en dirección contraria y desmintiendo por tanto, al Sr. Olcese y a todos los que como él opinan, porque veamos: en Rev. 7:13-15 y hablándonos de unas personas que aparecen en el recién iniciado reino de Dios, como sobrevivientes de esos tiempos destructivos y que son las que se presume, pasan a ocupar el lugar de súbditos del mismo, de ellas se nos dice lo siguiente:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”

Luego si las Escrituras no nos mienten, la razón por la que esas personas han conseguido superar la “gran tribulación” y salir indemnes también de su episodio final, la batalla con la que esta finaliza (Armagedón) para acto seguido iniciar ya el período milenario, es por el hecho de que en un momento anterior a ese evento conjunto (“gran tribulación”/batalla de Armagedón), esas personas “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido con la sangre del cordero”, eso es, han ejercido fe (Juan 3:16) en el sacrificio de rescate de la sangre de Cristo…… “por eso”, según el texto transcrito y no por otra cosa, es por lo que les está permitida la entrada al reino de Dios y su presencia “delante del trono de Dios” (eso es, delante del trono que Dios tiene aquí en la tierra y que ocupará Jesucristo en calidad de rey delgado por Jehová) y pasando con ello a ocupar, el lugar de primeros súbditos del reino de Dios. Y que ello es así, que serán estos los primeros súbditos de dicho reino, queda probado por el hecho de que siendo reconocido por todos esos autores a los que aludimos, que evidentemente esas personas sí entran al milenio, no lo hacen en calidad de reyes y sacerdotes (como absurdamente afirma D. Mario y solo por el mero hecho de que van vestidos de blanco), porque resulta que esas personas son sobrevivientes de la “gran tribulación” por lo que y como la propia palabra nos indica, no han muerto, sino que pasan con vida a ese nuevo mundo y por ello no pueden participar de la llamada “primera” resurrección, que es la que concede tanto la inmortalidad como el poder reinar con Cristo en dicho reino (Rev. 20:6)…… por lo tanto, solo pueden estar allí en calidad de súbditos del mismo; y este planteamiento, que solo es de sentido común, no parece tener cabida en los esquemas mentales de D. Mario y adláteres. Pero no obstante, si desean más información al respecto, nos permitimos recomendarles uno de nuestros escritos (entre otros) titulado “Pero D. Mario…… ¿responderá Ud. a mis objeciones, sí o no?” (24/04/12) y que como queda claro por el título, le dirigí a título personal a dicho caballero.

Ahora bien ¿cómo sabemos que esas personas han tomado dicha decisión antes de la venida de la “gran tribulación”?...... pues porque dicha “gran tribulación” no es otra cosa que el juicio destructivo que Dios trae exclusivamente sobre aquellos que han rechazado el establecimiento de su reino o gobernación en esta tierra…… y por lo que carecería de sentido que hubiera sobrevivientes de entre aquellas personas que oponiéndose a Dios, han entrado en un franco enfrentamiento con Él, a tenor de lo que leeremos a continuación:

El gran día de Jehová está cerca. Está cerca y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:14-18).

Luego estaríamos hablando de un juicio a escala global, pues serán “todos” los habitantes de la tierra y por su actitud de frontal oposición al Altísimo, los que serán exterminados en ese “gran día de Jehová”, al pasar Este cuentas con la humanidad desobediente y por lo que no quedarán sobrevivientes de ese terrible evento. Cómo concilia dicha afirmación, con los sobrevivientes mencionados de Rev. 7:14, lo explicamos en nuestro artículo “¿Qué es realmente la “gran tribulación”?”, publicado el 04/04/12. Y es que por otra parte (continuando con nuestra exposición) no se pueden pasar por alto las palabras que dijo Jesús en su momento, en donde establecía un paralelo de ese evento por venir, con lo ocurrido en el tiempo del diluvio del día de Noé y en definitiva, un juicio de Jehová sobre la humanidad desobediente de aquel tiempo:

Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:37-39).

Obviamente no fueron barridos, aquellos que actuaron antes de que se produjera dicho cataclismo (Noé y los suyos) y que estuvieron en todo momento protegidos por el Altísimo de esa destrucción universal…… pero tuvieron que actuar y según nos refleja la historia, antes de que se produjera dicho aniquilamiento, mediante procurarse el medio de salvación establecido por Jehová, en este caso, la construcción del arca. Notemos también que por dos veces, Jesús menciona “así será la presencia (“venida” según la mayoría de las versiones) del Hijo del hombre” y lo que nos lleva, siempre teniendo en cuenta que la batalla de Armagedón no es otra cosa, más que el acto final de la “gran tribulación, a un pasaje de las Escrituras que hablando de dicha venida o regreso de Jesucristo, complementa al que acabamos de citar de Sof. 1:14-18 y que no solo confirma dicho exterminio, sino que muestra lejos de toda duda, que nadie que no conozca y tenga una buena relación con Dios y Su hijo Jesucristo (luego eso hay que conseguirlo antes de que él vuelva), puede acceder al reino de Dios en calidad de súbdito del mismo…… luego algo que es totalmente contrario a lo afirmado por el Sr. Olcese en el segundo de esos tres párrafos transcritos; pero veamos el pasaje al que hacemos alusión y que nos transporta al preciso instante de la futura segunda venida de Cristo:

“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (2 Tes. 1:7-9).

Entonces difícilmente son compatibles estas palabras y que nos ponen en antecedentes de la venidera e inmediata acción de Jesucristo en su regreso, al ejecutar juicio condenatorio sobre todas aquellas personas que en ese momento aún “no conocen” a Dios y que “no obedecen” las buenas nuevas acerca de Jesucristo (por lo tanto personas “no conversas”, según el Sr. Olcese) y con resultado de “destrucción eterna” para ellas, con el que esas personas puedan de algún modo sobrevivir y entrar en dicho reino en calidad de súbditos del mismo, según afirma “sin duda alguna” (tercer párrafo transcrito) el caballero en cuestión y todos aquellos que como él piensan, claro.

Pero establecida esta premisa y de difícil refutación (entendemos nosotros), hablemos ahora sobre el tema del futuro uso de la “vara de hierro” y que según palabras del Sr. Olcese, queda circunscrito al período milenario…… pero ya se sabe, que todo es asunto de cogerle el “tranquillo” a D. Mario: cuando él afirme una cosa, usted piense inmediatamente en la contraria y seguro que acierta; y para probar la certeza de nuestra afirmación, pasemos a recordar sus palabras en el primer párrafo transcrito del artículo que estamos analizando y veamos si se ajustan al contenido del registro escritural:

La referencia a la vara de hierro siempre indica un hecho correspondiente al milenio, al reinado de Cristo, que durará mil años.” (Negritas nuestras).

Pero claro, resulta que solo una breve ojeada a los contextos en donde se halla la citada expresión “vara de hierro”, ya nos da una pequeña idea de la empanada mental del Sr. Olcese y de todos aquellos “entendidos” que como él, afirman que los súbditos del reino de Dios serán aquellos que “se escapen” (como si a Jehová se le pudiera “escapar” alguien) de morir en su enfrentamiento con Jesucristo y sus ejércitos, en la venidera batalla de Armagedón y en un más que pésimo entendimiento de Zac. 14:16…… y que al ser esas personas rebeldes y “no conocedores” de Dios (según esos “genios” de la interpretación bíblica), precisarán de tan expeditivo “argumento” para ser metidos en vereda. Y planteamiento que sustentan, pues de lo contrario no hay manera de que les cuadren los números, en un texto sacado de su contexto (como no podía ser de otra manera), por lo tanto tampoco aquello que se dice excesivamente bien entendido:

Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono.” (Rev. 12:5).

Y es que es cuestión sine qua non, para un correcto entendimiento de lo que estamos hablando, el analizar el contexto en que están colocadas esas palabras o en su defecto y como es el caso, de la relación de las mismas con el contexto general de las Escrituras. Porque lo que no se puede hacer, es coger determinado pasaje y porque contiene aquellas palabras que nosotros necesitamos que diga como apoyo de la primera chorrada que se nos pase por la cabeza, usarlo y punto…… no, no: hay que tener presente aquella máxima en Teología que nos dice que “un texto sin su contexto, es solo un pretexto” y ver si el pasaje en cuestión, cuadra con el armonioso conjunto que son las Escrituras como un todo…… y que este no resulta ser precisamente el caso.

Porque en primer lugar, hay que tener en cuenta que esos autores (como el Sr. Olcese), que nos hacen tan absurda afirmación, sitúan el uso de la citada “vara de hierro” en un contexto de gobernación, al localizar su aplicación dentro del período del reinado milenario de Cristo, pues afirman que será dirigido su uso a aquellos “sobrevivientes” de las naciones que suben contra Israel y que escapando de ser destruidos, pasan a ser los súbditos de ese gobierno milenario de Dios, presidido por Jesucristo…… sin embargo, nada en el pasaje de Rev. 12:5 citado, nos da siquiera una ligera idea de dónde ni en qué circunstancias, se hará uso de dicha “vara de hierro”. Es más, la primera vez que leemos de dicha expresión (“cetro de hierro” según versiones), es en un contexto de enfrentamiento violento entre Dios y los hombres y que se nos menciona, proféticamente, en el Sal. 2:1-9 y que nos sitúa en el prólogo de la citada batalla de Armagedón:

¿Por qué han estado en tumulto las naciones y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía?

2 Los reyes de la tierra toman su posición y los altos funcionarios mismos, se han reunido en masa como uno solo…… contra Jehová y contra su ungido

3 y dicen: “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”.


4 El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos.


5 En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará,


6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.


7 Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre.


8 Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya y los cabos de la tierra por posesión tuya propia.


9 Las quebrarás con cetro
(o “vara”) de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos.” (Acotación nuestra).

Entonces queda claro que estaríamos hablando de un contexto de confrontación entre los “reyes de la tierra” (v. 2) y el Altísimo, quién encolerizado y en un ardiente desagrado (v. 5), los entrega a su Hijo para que este los quebrante y los haga añicos (v. 9)…… o dicho en “román paladino” que los destruya y los reduzca a “cachitos”, dado que esa es la idea que nos transmiten dichos términos. Luego no estaríamos ante un contexto de gobernación, de más o menos dureza, sino como hemos mencionado, en uno de abierta confrontación entre dos partes totalmente opuestas…… algo que queda claro cuando leemos las siguientes palabras de Jesucristo y que nos hablan de la comisión por él recibida, a llevar a cabo en un futuro aún lejano:

Y al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones 27 y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre.” (Rev. 2:27).

Luego la expresión “hacer pedazos”, queda claro que tiene la misma connotación que las anteriores “quebrantar” y “hacer añicos” y por lo que no puede quedar ninguna duda, que estaríamos hablando de una destrucción de personas como resultado de una confrontación y no de una determinada actitud, en la forma de gobernar de unos para con otros. Quizás e incidiendo en el tema, podríamos citar otro pasaje apocalíptico en donde se nos menciona con meridiana claridad, en qué circunstancias se produce ese “pastorear a la naciones con vara de hierro” y que nada tiene que ver con el reino milenario (diga lo que diga el Sr. Olcese), sino con la parte final de la “gran tribulación” que tiene como epílogo, la ya mencionada batalla de Armagedón:

Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso.” (Rev. 19:15).

Pero aparte que queda claro el sentido de dichas palabras, resulta que el contexto en el que se hallan situadas, no nos permite pensar que nos encontremos ya dentro del gobierno milenario y por tanto, hablando de una determinada forma de gobernar (en este caso de extrema dureza), sino en el mismo inicio de la citada batalla de Armagedón…… porque veamos el contexto de dichas palabras y que en este caso, son los cuatro versículos anteriores al que acabamos de citar:

Y vi el cielo abierto y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero y juzga y se ocupa en guerrear (que no gobernar) con justicia. 12 Sus ojos son una llama de fuego y sobre su cabeza hay muchas diademas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él mismo; 13 y está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios (eso es, Jesucristo). 14 También, los ejércitos (luego estaríamos hablando de una confrontación bélica) que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio (que significa guerra justa).” (Rev. 19:11-14). (Acotaciones nuestras).

Pero claro, como tenemos por costumbre en este blog, nos esforzamos en aportar como sostén de nuestras afirmaciones, todas las evidencias posibles…… y en este caso las encontramos en los siguientes versículos y que nos hablan del otro bando contendiente:

Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje fue prendida y junto con ella, el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás (los reyes de la tierra y sus ejércitos) fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Rev. 19:19-21). (Acotación nuestra).

Entonces, que nos encontramos en el contexto de un conflicto bélico de proporciones gigantescas, no lo duda ni el que asó la manteca…… y que no se salva ni el apuntador, parece quedar claro en el verso 21. Pero no obstante y para que no queden dudas acerca de la veracidad de nuestra afirmación, veamos que nos dicen los dos versículos intermedios, eso es, el 17 y el 18 y que dan un adelanto del resultado de dicho enfrentamiento, aún antes de que este se produzca; veámoslos:

Vi también a un ángel que estaba de pie en el sol y clamó con voz fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: “Vengan acá, sean reunidas a la gran cena de Dios, 18 para que coman las carnes de reyes y las carnes de comandantes militares y las carnes de hombres fuertes y las carnes de caballos y de los que van sentados sobre ellos; y las carnes de todos, de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes.”

Lo dicho…… no se salva ni el apuntador; por lo que no entendemos y si uno atiende a los pasajes bíblicos usados para apoyar las razones esgrimidas en este artículo y que se supone que conocemos todos (ahí están escritos en la Biblia, para quien quiera leerlos), como se puede hacer semejante estrafalaria afirmación por parte del Sr. Olcese y otros tantos como él, en el sentido que lo de la “vara de hierro” aplica al período milenario y por lo tanto, los que pasen al nuevo mundo por venir, serán personas que participando de dicha confrontación, se han escapado por los pelos y por lo que se les ha de tratar con mano dura o “vara de hierro”, a fin de que “traguen” con el nuevo gobierno impuesto por Jehová. O sea y resumiendo: una “historia para no dormir” totalmente disparatada y que nos da una muestra de la capacidad de esos “genios” de la interpretación bíblica y que se jactan de ser “adalides de la verdad”…… el Sr. Olcese por ejemplo.

Pero claro, cómo usted amigo lector, probablemente continúa interesado en saber cómo acaba lo de Zac. 14:16, vamos a intentar explicárselo y de una manera resumida; para ello, leámoslo de nuevo:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.”

Sabemos de entrada y porque en esa dirección hemos orientado nuestro análisis, qué es lo que no puede significar dicho pasaje, a menos eso sí, que contradiga al resto del registro sagrado…… luego entendiendo que eso no puede ser, preguntémonos: ¿quiénes, entonces, podrían ser aquellos “que queden” de las naciones que suban contra Jerusalén? Y es cierto que aquí nos hemos topado con un primer escollo…… porque resulta que esa expresión “todos los que queden” solo aparece en una versión (la TNM de los Testigos de Jehová y que es la que nosotros tenemos de referencia), mientras que en absolutamente todas las demás, dicho pasaje y con ínfimas variaciones entre ellas, se vierte más o menos de la siguiente manera:

Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” (RVR 1960).

Por lo que dicha forma de traducir el texto en cuestión y sin un mínimo análisis del contexto escritural, parecería dar la razón a D. Mario en su exposición, así como a todos aquellos que como él opinan; porque la connotación que lleva implícita la grafía empleada en el mismo, tal parece hacer referencia directa a sobrevivientes salidos de entre las personas que toman parte en dicho enfrentamiento…… pero no es menos cierto el hecho de que nadie que participe en esa singular batalla, luego enemigos declarados del Altísimo, consigue sobrevivir a la misma y algo que ha quedado claro en el pasaje ya citado de 2 Tes. 1:7-9, que podríamos volver a leer, por aquello de dejar la idea perfectamente establecida:

“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.”

Luego está claro que las personas que reúnan esas dos negativas características, eso es, “no conocer” y “no obedecer”, son las que en buena lógica y como hemos señalado, participan de esa desigual batalla y son todas aniquiladas. Pero por otra parte, si nos acogemos a la traducción que de Zac. 14:16, nos hace la versión TNM de los TJ y en donde leemos que “todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén” y ya suponiendo en un acto de generosidad, que no hace referencia a personas directamente implicadas en dicha batalla, sino a personas que aun viviendo en esa época, no han participado en ella (y que ya es mucho suponer), nos encontramos con las mismas…… porque en Sof. 1:18 se nos dice que “él (Jehová) hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.”

Luego es obvio que Zac. 14:16, nos tiene que señalar a otras personas que nada tengan que ver con ese evento, es más, que ni siquiera vivan en ese tiempo, pues el juicio es de alcance global a tenor de lo que hemos leído…… ¿entonces, de quiénes se nos podría estar hablando? Y a nuestro entender, solo se nos ocurre pensar que se está haciendo referencia a personas que habiendo pertenecido a esas naciones que suben contra Jerusalén y por tanto, no demasiado proclives a esa sujeción al Altísimo (por citar un ejemplo, el mundo islámico) habrían muerto antes de producirse los citados acontecimientos y que al ser resucitadas (luego ese pasaje de Zac. 14:16 apuntaría a la resurrección que se produce durante el milenio), tendrán que ajustar sus pensamientos y formas de conducta a los parámetros establecidos por Jehová, mediante ese reino presidido por su Hijo Jesucristo.

No podemos olvidar y dicho sea como un simple detalle anecdótico, que las naciones islámicas, descendientes de Ismael, el primer hijo de Abrahán, entienden (y dicho sea a “grosso modo”) que la gobernación del mundo y por derecho de primogenitura, les pertenece a ellos y no aceptan que un descendiente de la línea de Isaac (Jesucristo en este caso) y a quién el propio Jehová declaró como heredero legal de la promesa (Gén. 17:19), asuma esa responsabilidad…… pero en fin, esa ya sería otra historia y que ahora no viene al caso. Por lo tanto, eso es lo que opinamos del pasaje de Zac. 14:16: que está haciendo referencia a personas naturales de esas naciones que suben contra Jerusalén, pero que murieron antes de producirse ese juicio final y que al ser resucitadas, precisarán de un esfuerzo adicional para amoldarse a la realidad de las cosas en el nuevo mundo por venir…… y que los “tiros” parecen ir en esa dirección, se desprende de la exigencia de Jehová en Zac. 14:17-19:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a cualquiera que no suba de las familias de la tierra a Jerusalén a inclinarse ante el Rey (en un acto de sincero reconocimiento y sumisión), Jehová de los ejércitos, aun sobre ellos no ocurrirá lluvia fuerte (habría que pensar, que se nos está hablando de edificación espiritual y no de lluvia literal). 18 Y si la familia de Egipto misma no sube (acepta de buena gana los arreglos establecidos) y realmente no entra, sobre ella tampoco la habrá. Ocurrirá el azote con el cual Jehová azotará a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas. 19 Esto mismo resultará ser el castigo por el pecado de Egipto y el pecado de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas.” (Acotaciones nuestras).

Y en el bien entendido (y es solo una opinión) que la mención a Egipto, bien pudiera hacer referencia a lo que se podría considerar como una clara alusión a la población mundial de origen árabe y cuyo referente siempre a sido el norte de Africa y la Península Arábiga, tomándose Egipto solo como punto de referencia representativo. Y claro, las personas de esas naciones mencionadas, que se levanten en la resurrección (así como otras muchas que al no ser de ascendencia cristiana les será más duro el adaptarse), tendrán que hacer cambios más drásticos en su manera de ver y hacer las cosas, para ajustarse a la voluntad de Jehová y aprovechando para ello, todo beneficio espiritual que se imparta en el milenio y que es lo que significaría el acudir a rendir pleitesía al rey elegido por Dios, en la mencionada “fiesta de las cabañas”. Celebración en donde se aprovechaba para leer la Ley a todo el pueblo (básicamente en los años sabáticos), o lo que es lo mismo, el impartir edificación espiritual necesaria…… de ahí, quizás (y lo apuntamos como posibilidad) el que se cite específicamente dicha fiesta en el pasaje transcrito.

Porque si no existe tal edificación espiritual, será prácticamente imposible superar el “azote” de Jehová, cuando Este suelte al término de los mil años a Satanás de su encierro, para que salga a extraviar a esas personas que no han aprovechado dicho espacio de tiempo para nutrirse espiritualmente y solo se han preocupado de disfrutar de las espléndidas condiciones físicas y materiales que caracterizarán ese tiempo:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.” (Rev. 20:7-9). (Acotación nuestra).

Pero siempre en el bien entendido que nuestro comentario sobre el significado del pasaje de Zac. 14:17-19, es meramente una aproximación y siempre teniendo en cuenta, que el mismo es complemetario al de Zac. 14:16 y causa de este artículo…… y texto este del que, por otra parte, sencillamente hemos intentado explicar según lo entendemos desde nuestro particular punto de vista. Por lo que, si otra persona tiene una versión diferente a la nuestra…… pues eso, que la explique y así aprenderemos todos ¿no les parece?

MABEL

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