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sábado, 7 de junio de 2014

Los súbditos del reino de Dios.


Sabido es que el tema central de las Escrituras y sobre el que estas giran, tiene que ver con la instauración en la tierra de lo que se conoce como el “el reino de Dios” o “reino de los cielos”, solución a todos los problemas que atenazan al ser humano y tema que abordábamos en este blog en nuestro anterior escrito del 02/06/14 titulado “…… y sobre la tierra, angustia de naciones.”; tan importante es para la humanidad la instauración de dicho reino que, según propias palabras, el anunciar sobre el mismo fue la razón principal del ministerio de Jesús aquí en la tierra:

Pero él les dijo: “También a otras ciudades tengo que declarar las buenas nuevas del reino de Dios, porque para esto fui enviado”.” (Luc. 4:43).

Siendo ello así, es obvio que deberíamos dar una más que notable atención a lo que está envuelto en ese acontecimiento venidero y averiguar, no solo quiénes participarán en el gobierno de dicho reino, sino algo no menos importante, como es el saber quiénes serán los beneficiarios del mismo y lo que hay que hacer para ser uno de estos…… no olvidemos que un reino tipo y según hemos visto a lo largo de la historia, es el conformado por unos pocos que gobiernan sobre unos muchísimos que son gobernados y con lo que resulta que el más elemental cálculo de posibilidades, le sitúa a uno como miembro del conjunto de dicho “súbditaje”; y de ahí el interés, en averiguar lo relacionado sobre este particular. Partiendo de esta idea, vemos que ese gobierno de hechura divina (ya que proviene de Dios) y según nos plantean las Escrituras, estará compuesto por Jesucristo y 144.000 asociados (extremo este, polémico donde los haya y del que hablaremos más adelante), que gobernarán sobre una gran multitud de personas sobrevivientes de lo que se conoce como la “gran tribulación” e idea que defienden los TJ y con la que los autores de este blog estamos de acuerdo…… lo que nos ha valido para que algunos nos asocien en cuanto a ideas, entre ellos el ínclito Apologista Mario Olcese, con esos señores y que se nos acuse de mantener aún “reminiscencias” de nuestro pasado como miembros de esa secta.

Porque de nada parece haberle servido al caballero en cuestión, que repetidas veces le hayamos explicado que nosotros no decimos lo que dicen los TJ, sino solo aquello que está registrado en las Escrituras…… otra cosa es, que ambas partes coincidamos en propuestas parecidas acerca de algún tema, porque eso sea lo que se lee en ellas y lo que, obviamente, no identifica a nadie con nadie. Sencillamente y como dijo el poeta “la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero” y si mucho nos apuran, queridos lectores, hasta si el que la dice es el mismísimo puerco; por lo tanto, si los TJ dicen que solo 144.000 son los que reinan con Cristo y eso coincide con lo que dice el registro escritural (como así es y cuestión que analizaremos a lo largo de este escrito), no entendemos que haya que decirse lo contrario, solo porque esta enseñanza la defiendan también esos señores. Por lo que tal parece que el problema en el caso del Sr. Olcese sea otro, eso es, que a falta de recursos para poder negar la clara evidencia de veracidad en nuestros planteamientos y que desbaratan sus disparatadas enseñanzas, dicho personaje intenta la táctica del descrédito personal al señalar constantemente nuestra antigua militancia en dicha organización religiosa y en la que él, por cierto, también militó…… sin embargo a nosotros y que tenemos por mucho, más fundamentos bíblicos que dicho caballero (por lo que no tenemos que recurrir a esa barriobajera actitud del desprestigio personal, en función de determinado pasado), no se nos ocurre tachar al citado autor de tener ideas “jehovistas”, porque al igual que ellos defienda la idea, por ejemplo, de un venidero reino de Dios, o de una venidera “gran tribulación, o la del milenio, etc. etc., ya que ello sería absurdo; y siendo que en el caso que hoy nos ocupa, que de nuevo esos señores se apegan correctamente a lo que sobre este tema está escrito en la Biblia y el Sr. Olcese, como siempre, no sabe ni de lo que nos habla.

Y todo ello viene a cuento de que hace unos días y como ya les hemos adelantado, Apologista Mario Olcese objetó a un planteamiento que nosotros habíamos presentado acerca de los entresijos de ese reino por venir, pues en un video titulado “¿Son los súbditos del reino, los fieles de la gran tribulación?” y publicado el 03/06/14, negaba que las cosas fueran tal como nosotros las exponíamos y que en algunos puntos eran coincidentes con lo que defienden los TJ; la idea alternativa que nos presenta el caballero en cuestión y para meternos ya en harina, es la de que los 144.000 más los sobrevivientes de la “gran tribulación” mencionados, son los que como un “tótum revolútum” reinarán con Cristo en el milenio, mientras que los que ocuparán esa plaza de súbditos de ese reino por venir serán las personas de las que se nos habla en Zac. 14:16 y pasaje en el que se lee sigue:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.”

Excusamos decir, que en este blog ya nos hemos pronunciado al respecto en algunos de nuestros escritos anteriores acerca de tan disparatada propuesta y sin que el Sr. Olcese se haya dado por enterado y con ello, rebatido nuestros argumentos acerca de esta cuestión. Pero notemos y continuando con nuestro análisis, en qué fija su atención dicho autor sobre nuestro escrito, para sostener su objeción y que tiene que ver con la siguiente porción que transcribimos del mismo:

“De ahí que la gran promesa en torno a la que giran las Escrituras, sea la de un cambio radical de gobierno para la humanidad y en un futuro ya inmediato, en la forma de “nuevos cielos” y gobierno venidero que estará conformado por Jesucristo y sus 144.000 fieles seguidores (Rev. 14:1), poniendo con ello remedio a la catastrófica situación que en todos los aspectos amenaza al ser humano; gobernando, obviamente, sobre una “nueva tierra” compuesta por los sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:14), eso es, de personas que se han ganado el favor del Altísimo por su lealtad, pues esto es lo que se lee en Rev. 11:18:

Pero las naciones se airaron y vino tu propia ira y el tiempo señalado para que los muertos sean juzgados; y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre (en el sentido positivo del término), a los pequeños y a los grandes y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Acotación nuestra).”

Lo que el Sr. Olcese pone en duda de nuestra aseveración, es el que esas personas se hayan “ganado” el favor de Dios con su actitud y que por eso estén como súbditos en dicho reino, pues él sostiene y apoyándose en Zac. 14:16, que los súbditos de dicho gobierno teocrático salen de los sobrevivientes de entre aquellos pueblos rebeldes que han subido a pelear contra Jerusalén (por lo que no pueden haberse ganado el favor de Dios) y que se han escapado de morir en el subsiguiente juicio divino, como si a Jehová se le pudiera “escapar” alguien de recibir su galardón, sea este bueno o malo…… eso es, una justa retribución según la conducta de uno; pero en primer lugar y para desbaratar esa extraña idea del personaje referido y que una vez más, hace gala de un nulo conocimiento del contenido escritural, veamos la razón por la que esas personas sobrevivientes de esa “gran tribulación” mencionada en Rev, 7:14 y fueren quienes fueren, pasan a convertirse en los primeros súbditos del mencionado reino:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos”.” (Rev. 7:13-15).

Luego está claro que esas personas han accedido a la condición de súbditos del reino de Dios, no porque se hayan “escapado” de las consecuencias de una rebelde actitud de enfrentamiento con Jehová, atacando Su santa ciudad, sino porque han ejercido fe en el rescate de la sangre de Jesucristo y como queda meridianamente claro en el pasaje mencionado. Por otra parte, está el hecho incontestable de que en la Revelación o Apocalipsis y en ese mismo capítulo 7, queda perfectamente establecido que al reino de Dios solo entran dos grupos de personas perfectamente delimitados: uno identificado como los 144.000 y que serán los que gobernarán en dicho reino y otro, compuesto por los sobrevivientes de ese evento devastador que será la llamada “gran tribulación” y por la razón ya expuesta, que serán los gobernados…… luego nada se nos dice de un tercer grupo de unos supuestos personajes “escapados” de una rebelión en contra de Dios y como figurantes en ese reparto, o al menos no se nos da a entender dicha posibilidad en la lectura de este pasaje; pero profundicemos un poco más en el asunto.

Porque en cuanto al pasaje de Zac. 14:16 aludido por el Sr. Olcese y que ya hemos mostrado, explicábamos en nuestro artículo del 11/07/12 el significado de su contenido y sin que obtuviéramos la menor respuesta de dicho autor; no obstante e inasequibles al desaliento, persistiremos en nuestro “samaritano” empeño para ver si con ello conseguimos que dicho caballero entre en razón (algo “dificililla” se nos antoja la cosa), en el sentido de que lo que se nos dice en ese texto, nada tiene que ver con aquellos que serán súbditos del reino de Dios…… por lo que volveremos a explicar de qué realmente se nos habla en dicho pasaje y teniendo en cuenta que es precisamente alrededor del mismo que D. Mario cimenta su presente objeción. Pero a diferencia del autor aludido y como tenemos por costumbre en este blog, nosotros colocaremos dicho pasaje en su debido contexto y lo que nos permitirá comprobar, si en el mismo se nos dice algo que nos pudiera sugerir que de los que se enfrentan a Jehová, al atacar Jerusalén, vaya a haber sobreviviente alguno:

Y esto es lo que resultará ser el azote con el cual Jehová azotará a todos los pueblos que realmente hagan servicio militar contra Jerusalén: Habrá el pudrirse de la carne de uno, mientras uno está parado sobre sus pies; y los ojos mismos de uno se pudrirán en sus cuencas y la lengua misma de uno se pudrirá en la boca de uno. 

13 Y en aquel día tiene que ocurrir que entre ellos se hará extensa la confusión procedente de Jehová; y cada uno realmente agarrará la mano de su compañero y su mano realmente subirá contra la mano de su compañero. 14 Y Judá mismo también estará guerreando en Jerusalén; y la riqueza de todas las naciones en derredor ciertamente será recogida, oro y plata y prendas de vestir en abundancia excesiva. 

15 Y así resultará ser el azote del caballo, el mulo, el camello, el asno y toda suerte de animal doméstico que se halle en aquellos campamentos, como este azote. 

16 Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.” (Zac. 14:12-16).

Según lo leído parece quedar claro, que no pueden existir sobrevivientes de aquellos que vayan contra Jerusalén, puesto que los que no sean muertos por “el azote” o “plaga” enviado por Jehová (v. 12), se matarán entre sí a raíz de la confusión que Este provoca entre ellos, según el verso 13; que esto es tal cual se lo decimos, queda probado cierto cuando profundizamos en el contexto escritural sobre lo relatado acerca de ese mismo dicho trágico evento por otros profetas, lo que nos lleva directamente a la profecía de Sofonías y en donde se lee como sigue…… y repetimos que estaríamos hablando del mismo suceso:

El gran día de Jehová está cerca. Está cerca y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:14-18).

Queda diáfano por el relato que se da en ambos pasajes de ese un mismo suceso, que no se salva ni el apuntador de entre aquellos que se levantan contra Jerusalén; luego ¿a quiénes apuntan esas palabras de Zac. 14:16, cuando se nos habla de “los que queden” de todas las naciones que vienen contra Jerusalén y que tendrán que subir de año en año a rendir pleitesía al Gran Rey? Pues, sencillamente, a miembros individuales de esas naciones que se levantan contra Jehová y que no subirán a pelear contra Jerusalén, por lo que no sufrirán destrucción eterna ante la ira de Este y personas de las que hablaremos a continuación; pero antes y para entender correctamente este planteamiento que hemos formulado, tenemos que averiguar primero los hechos concurrentes en el momento histórico en que se produce dicho enfrentamiento. Y es que recordarán ustedes, que les hemos hablado muchas veces de la profética semana 70 de Dan. 9:27 y de lo que dentro de ese marco de circunstancias va a ocurrir, período de tiempo que abarca los siete últimos años del mundo tal como lo contemplamos a día de hoy…… y siendo este el orden en que se producen los distintos acontecimientos dentro de dicho período de tiempo: esta semana 70 inicia con la aparición del personaje “anticristo” y que queda identificado por el pacto de paz por siete años que consigue establecer “entre los muchos”, eso es, fundamentalmente entre judíos y musulmanes; al unísono, aparecen también los “dos testigos” o resto ungido de Rev. 11:3 y que tienen la comisión de liderar la predicación anunciada por Jesús en Mat. 24:14, que se extiende por 1.260 días o tres años y medio y con lo que estaríamos hablando de la primera mitad de la semana mencionada.

A estos proclamadores les seguirá una inmensa multitud que creerá en su mensaje y se “montará en el carro” del reino de Dios, siendo esta multitud conformada por los miembros individuales de las naciones que posteriormente atacarán Jerusalén y a los que acabamos de hacer mención, que puesto que no se oponen a Jehová no suben a pelear contra Jerusalén…… e inmensa multitud que será recogida, durante un período de tiempo caracterizado por una relativa era de tranquilidad y progreso (Rev. 7:1-3), circunstancia que favorecerá la labor de predicación por todo el globo y siendo esta, la idea que nos quiere transmitir el pasaje que acabamos de señalar. Acabada su tarea o comisión y según Rev. 11:7, la “bestia” liderada por el mencionado “anticristo” dará muerte a esos “dos testigos” que les han dado la “matraca” por 1.260 días y tendrá sus cadáveres expuestos por espacio de tres días, al término de los cuales son levantados de nuevo a la vida y preciso momento en que se cumple lo dicho por Pablo en 1 Tes. 4:15-17…… y no pierdan de vista el contenido de este pasaje, pues nos será útil más adelante para desmontar el incomprensible planteamiento del Sr. Olcese:

Porque esto les decimos por palabra de Jehová: que nosotros los vivientes que sobrevivamos hasta la presencia del Señor, no precederemos de ninguna manera a los que se han dormido en la muerte; 16 porque el Señor mismo descenderá del cielo con una llamada imperativa, con voz de arcángel y con trompeta de Dios y los que están muertos en unión con Cristo se levantarán primero (eso es, inicia la llamada “primera” resurrección). 17 Después nosotros los vivientes que sobrevivamos, seremos arrebatados (con lo que se “completa” según Rev. 6:9-11, el grupo de los 144.000) juntamente con ellos, en nubes al encuentro del Señor en el aire; y así siempre estaremos con el Señor.” (Acotaciones nuestras). 

Simultáneamente a esto, aquellos que han aceptado el mensaje de ese “resto ungido” enviado por Jehová, son “ocultados” o protegidos por Este y cumpliéndose en ellos lo profetizado en Isa. 26:20-21; en Sof. 2:2-3 y en el Sal. 91…… es a continuación de ese “ocultar” milagroso, cuando empieza la “gran tribulación” o el “día de la ira de Dios” y dirigido contra aquellos que rechazaron la oferta de Sus enviados en cuanto a asirse de la esperanza del reino; “gran tribulación” que tiene su desarrollo por los restantes tres años y medio, finalizados los cuales se entra ya en el reino de Dios. Este es el momento en que aparecen de nuevo en escena esos que habían sido apartados u ocultados, en todo caso protegidos de esa destrucción de la humanidad desobediente (por tanto sobrevivientes) y de la que se nos habla tanto en Zacarías como en Sofonías; para ilustrarlo gráficamente, personas que a la manera de Noé o de los israelitas en Egipto, habrán sido librados de afrontar los rigores de dicho evento destructivo, convirtiéndose por ello en los primeros súbditos del reino de Dios. 

Por lo tanto, es un total disparate la afirmación que nos hace el Sr. Olcese en el video objeto de análisis y en una pésima interpretación, no solo de Rev. 7:14, sino de todo el contexto escritural y del que no tiene ni idea, en el sentido de que por la “gran tribulación” vayan a pasar personas (creyentes cristianos, según nos cuenta) que serán “probadas” con respecto de su fe y que puedan salir con vida y airosas de la misma o en su defecto, que mueran en ella en defensa de dicha fe y por lo que, unas y las otras, pasarían a engrosar las filas de aquellos que han de reinar con Cristo…… cuando la realidad es que dicho evento y como hemos señalado, va dirigido exclusivamente contra y para su total destrucción, no de cristianos fieles, sino de aquellos que durante los 1.260 días o primeros tres años y medio de predicación, no hayan aceptado la oferta del reino y que es lo que será publicado u ofertado por los “dos testigos” o “resto ungido” por aparecer. Luego y a modo de inciso, permítannos señalar que debe quedar claro y así lo entendemos nosotros de las Escrituras, que la oportunidad de acceder al reino en calidad de súbdito del mismo, se circunscribe únicamente a esos 1.260 días por iniciar aún, pues terminados estos se termina dicha oportunidad y se pasa, por parte de Jehová, al inmediato castigo o aniquilación eterna de aquellos que le han afrentado no aceptando Su oferta y encima, revolviéndose contra Él, atacando la ciudad de Jerusalén. 

No siendo por tanto más que una falsedad, la afirmación sostenida por los teólogos de las actuales organizaciones religiosas en el sentido de que hoy se está predicando el “evangelio de salvación” y chorradas por el estilo, como la misma predicación de los TJ o la de elementos individuales como el propio Sr. Olcese, que no sirven absolutamente para nada como no sea para que los dirigentes de esas organizaciones que promueven esas campañas de predicación, vivan como reyes a costa de los incautos que les creen. ¡Hombre!, no deja de ser cierto que aquellos que ya hoy se interesan en el tema, probablemente lo tendrán más fácil para aceptar el mensaje venidero y actuar en una secuencia positiva, que aquellos que ahora pasan olímpicamente de las cosas de Dios; pero en términos prácticos y que es lo que nos interesa, lo que va a contar para escaparse uno de sufrir el castigo divino será lo que ocurra durante esos 1.260 días por venir y en función de la decisión que cada uno tome ante el mensaje recibido: aceptar de buena gana la propuesta ofertada, conllevará el ser protegido de la destrucción venidera y poder con ello acceder al reino de Dios en calidad de súbdito…… y el no aceptarla, significará la destrucción eterna durante la “gran tribulación”. 

Hecho este pequeño inciso, volvamos a dónde estábamos y que tenía que ver con el tremendo error que comete el Sr. Olcese en su planteamiento y en una total falta de capacidad para razonar con un mínimo de lógica y sentido común sobre aquello que lee, porque veamos: sabemos que los sobrevivientes de la “gran tribulación” aparecen al término de la misma, pues se nos dice de estos que “salen” de ella (Rev. 7:14); por otra parte, sabemos también que esta concluye con la llamada batalla de Armagedón y que pelea Jesucristo con las naciones que suben contra Jerusalén y en la que es acompañado ya por sus fieles hermanos (Rev. 17:14), lo que significa que la “primera” resurrección ya se ha producido…… “primera” resurrección que como hemos visto, ocurre en el mismo momento de ser devueltos a la vida los “dos testigos” (recuérdese ahora, lo leído en 1 Tes. 4:15-17), eso es, antes de que inicie el período de la “gran tribulación”. Lo que hace imposible la disparatada teoría del autor en cuestión, dado que aquellos que sean muertos dentro de dicha “gran tribulación” ya no tendrán a su alcance el poder participar de esa “primera” resurrección, pues esta ya aconteció estando ellos aún con vida y con lo que pierden la posibilidad de participar en ella y alcanzar así, la inmortalidad y el derecho de reinar con Cristo; recordemos que solo dicha “primera” resurrección es la que concede a uno el convertirse en inmortal rey y sacerdote junto a Cristo…… por otra parte, tampoco lo podrían hacer aquellos que salieran con vida de dicha “gran tribulación”, pues al no haber muerto no pueden participar de resurrección alguna y requisito fundamental para reinar con Cristo como inmortal rey y sacerdote: 

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra). 

Es obvio entonces, que aquellos que no participan de esa “primera” resurrección y como son los casos señalados, no tienen acceso alguno al gobierno del reino de Dios y por lo que, en todo caso, solo pueden acceder a ser súbditos del mismo; y este argumento presentado y que entienden hasta los tontos de pueblo en España, parece que es inalcanzable para el Sr. Olcese y que se ha “columpiado” una vez más, por no tener ni la más remota idea de lo que le transmite aquello que lee en la Biblia. Y es que el Sr. Olcese es semejante a aquellos marineros torpes, que esperan que sea el viento el que sople en la dirección que ellos han colocado las velas, en lugar de colocar las velas en la dirección que sopla el viento y que es algo muy distinto…… eso es, que espera que la Biblia se ajuste a aquello que él cree, en lugar de ajustar lo que él cree a lo que dice la Biblia; de ahí esas increíbles propuestas que nos hace y que se dan de bofetadas con todo el contexto escritural, por lo que es incapaz de defender las mismas (como no sea repitiéndose en ellas como el ajo) ante alguien que tenga un mínimo de conocimiento bíblico y como es el caso de los autores de este blog.  

Ello queda demostrado, analizando otra de las objeciones presentadas a nuestro artículo por el personaje mencionado y que tiene que ver con la afirmación que hacíamos en el mismo, en el sentido de que solo 144.000 son los que reinan con Jesucristo, sobre la inmensa multitud de personas que sobrevive a la “gran tribulación” y extremo al que se opone también dicho personaje, afirmando que los que participan de ese reinar son infinitamente muchos más de esa cantidad y entre los que (¡faltaría “plus”!), se encuentra él y que como animalada (ya nos disculpará el Sr. Olcese) no está nada mal…… porque claro: pensar que nos tengan que gobernar esa patulea de indocumentados que no tienen ni la más remota idea de lo que nos dicen las Escrituras (de ahí el disparate de considerarse “ungidos”), entre ellos el personaje en cuestión, es como para echarse a temblar. Y decimos indocumentados, puesto que eso es lo que demuestra ser el amigo Apologista y todos lo que como él piensan, porque veamos: en el texto escritural no hay nada que nos hable ni nos sugiera siquiera la idea de que serán “muchísimos” los que gobernarán en el reino de Cristo al lado de este y por lo que todo se reduce a meras especulaciones provocadas por la necesidad de dar respuesta a temas que están ahí y de los que no entienden lo más mínimo, pero de los que obviamente y por su reputación o prestigio, tienen que decir algo. Y es que la realidad más bien nos indica lo contrario, eso es, que todo el contexto apunta a una cantidad perfectamente delimitada, por lo que la afirmación del Sr. Olcese no es más que una simple e interesada especulación sin base alguna, para mantenerse en lo “políticamente correcto” dentro del extenso campo de autores que escriben de la Biblia…… dicho en otras palabras, una pura majadería. 

Porque el Sr. Olcese que tantas veces y para defender extraños planteamientos, ha recurrido con insistencia a la literalidad de ciertas expresiones, nos tendría que señalar en dónde se nos dice “literalmente” que los que han de reinar con Cristo serán multitud…… y siendo obvio que de existir dicha afirmación, ya nos la habría mostrado, solo podemos llegar a la conclusión de que no solo no existe la tal en el contexto escritural, sino siquiera algo que mínimamente pudiera sugerir dicha posibilidad; de hecho, lo que se nos señala en éste y fundamentalmente en el capítulo 7 de Revelación o Apocalipsis, es y como hemos dicho, totalmente lo contrario. Y es que lo que observamos en el mismo ya de entrada, es el llamativo contraste existente entre los dos únicos grupos que aparecen al iniciar su andadura el reino de Dios, pues mientras el uno está perfectamente cuantificado, el otro no lo está y diciéndonos del mismo que está compuesto por una “gran muchedumbre” que ningún hombre “podía contar” (se entiende por el contraste, que por su gran cantidad); entonces ello significaría y tomando la oración por pasiva, que el primer grupo sí se podía contar y de ahí que se nos dé la cantidad del mismo: 144.000 miembros. 

Se nos dice, además, que mientras estos están marcados con el sello de Dios “en sus frentes” (Rev. 7:2-3) y lo que denota pertenencia, están los segundos que no tienen sello alguno que los identifique como esclavos o siervos de Dios, en lo que es una significativa y clamorosa diferencia; y dado que la cifra sale de una operación matemática, como se ve en los versos 4 al 8 (12 x 12.000), la posibilidad de que estemos hablando de un número no literal, carece de todo sentido lógico. Porque siendo cierto que en la Revelación existe mucho simbolismo, no es menos cierto que siempre es el contexto y no la personal conveniencia del que lee de dicha profecía, el que nos dice si lo que estamos leyendo es literal o simbólico…… y en este caso, el contexto general de las Escrituras nos dice que estamos hablando de algo literal, a menos que Él que dio la Revelación no supiera multiplicar. Pero dicho lo cual, veamos un argumento adicional que apoya nuestra afirmación, al que el Sr. Olcese y a pesar de nuestra persistente insistencia, aún no ha sido capaz de aclararnos…… de nuevo habría que pensar que porque no puede (pues de poder ya lo habría hecho) y que tiene que ver con el siguiente pasaje: 

Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.” (Rev. 14:1). 

Luego partamos de la base, de que está fuera de toda duda que esos personajes son los mismos de los que se nos habla en el capítulo 7 y verso 4 de este mismo libro; tenemos, por otra parte, que esta visión que se le muestra a Juan, está directamente relacionada con el cumplimiento aún futuro del Sal. 2:5-6 y en donde se lee como sigue: 

En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.” 

De ello se deduce que lo que le fue mostrado a Juan en visión, es a un Jesucristo ya “de pie”, eso es, ya entronizado como rey y en el desempeño de sus funciones, por lo que solo se puede entender que aquellos que figuran a su lado son los que le acompañan en dicho reinar…… y es que si no hubiera correspondencia (que sí la hay) entre lo visto por Juan en su visión y lo dicho por el salmo mencionado, la pregunta sería la siguiente ¿por qué a Juan y en una revelación para, presuntamente, desvelar cosas escondidas, solo le fueron mostrados alrededor de Jesucristo a los 144.000 y no también a la “gran muchedumbre” o en su defecto, un compendio entre ambos grupos, eso es, una incontable multitud de personas al lado de este y en calidad de inmortales reyes y sacerdotes y que es lo que nos propone el Sr. Olcese? Pues porque el planteamiento de dicho caballero no es más que una perfecta estupidez, imposible de sostener y fruto de un total desconocimiento del contenido escritural, pues de lo que se nos habla en Rev. 14:1 es de 144.000 individuos literales…… y si no, que nos explique el personaje en cuestión, por qué razón a Juan no le fue mostrada a la “gran muchedumbre” también al lado de Jesucristo e imagen que ciertamente sí nos transmitiría esa idea de que todos, los 144.000 y la “gran muchedumbre”, son lo mismo; pero dado que eso no es así, mantener ese planteamiento es ir más allá de lo que nos dicen las Escrituras (1 Cor. 4:6) y con lo que ello significa de afrenta al Autor de esas palabras. O también, que nos aclare el porqué de que mientras unos pocos son sellados y “comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y el Cordero” (Rev. 14:3-4), los miembros de la “gran muchedumbre” no lo sean y con las lógicas consecuencias que se derivan de tan clamorosa diferencia…… como, por ejemplo, que no son lo mismo y por lo que no pueden ser considerados como un todo con los 144.000, pues de lo contrario ¿qué sentido tendría, el que Jehová hubiera establecido esa clara distinción entre los unos y los otros.

Mientras el Sr. Olcese no pueda respondernos a estas cuestiones (y no lo hará) que creemos haber demostrado sobradamente, más le valdría a D. Mario callarse y no alborotar “el gallinero”, pues siempre suele ocurrir que sale algún gallo “respondón” y como es en este caso, que le pone a uno la cara color tomate; y es que lo que no contempla ese personaje, en primer lugar, es que desde este blog jamás se publica nada que no esté debida y exhaustivamente contrastado…… y en segundo lugar, que en cuanto a entendimiento bíblico, los autores del mismo le damos “sopas con honda” en todos los terrenos. De ahí, que a lo único que alcance es a repetirse vez tras vez en sus disparatadas y erráticas “enseñanzas”, sustentadas sobre peregrinas y “sicodélicas” interpretaciones del contenido escritural y no sobre textos sólidamente establecidos por sus contextos y debidamente razonados…… y es que ya se sabe: el que vale, vale y el que no, pues a enredar haciendo de apologista. 

MABEL

domingo, 25 de agosto de 2013

Pero vamos a ver, Sr. Olcese ¿usted es tonto…… o qué?


Sí, sí, ya sé que me responderá que usted es “o qué”, pero comprenderá que tenía que preguntárselo…… porque mandarme lo que me acaba de mandar, es “pa mear y no echar gota” que diría mi amigo el castizo; y además sabiendo como sabe, que yo hago público todo lo que se me manda, sobre todo aquello que se me manda en contra y con lo que el que queda en la más absoluta evidencia al escribirme de tapadillo esos correos, en lugar de publicar un artículo contundente respondiendo y aclarando las objeciones que le planteo, es usted sin lugar a duda alguna…… pero claro, eso no puede hacerlo (de poder ya lo habría hecho) pues usted sabe perfectamente que de responder a las tales, se le van a hacer puñetas todos sus esperpénticos planteamientos: por ejemplo, el de unos notables del AT reinando con Cristo, o el de una “gran muchedumbre” reinando también con Cristo y para acabar de arreglar la cosa, la burrada de una segunda resurrección al término de los mil años. Y de ahí que vaya usted estúpidamente mareando la perdiz, en lugar de darme una lección de su supuesta “sapiencia” teológica y dejarme públicamente en ridículo; dicho lo cual y para general conocimiento de nuestros respectivos lectores, he aquí el libelo que me ha mandado y como siempre, sin retocar ni una sola coma:

apologista commented on AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA...... MONA SE QUEDA: 

 Ay, amigo López, qué pobre tu perorata, mucho sonido y pocas nueces...bla,bla,bla. No has podido responder mis dos sencillas preguntas. Simplemente te has ido por la tangente, insultándome y poniendo en tela de juicio la legitimidad de mis pergaminos que tanto envidias y quisieras tener. De todos modos te doy otra nueva oportunidad para que me contestes, pero esta vez sin irte por las ramas, por favor. Para eso tómate tu tiempo y consúltale a tu socio y amigo en la fe. Recuerda que dos personas piensan mejor que una. Mientras tanto, perdono todos tus insultos y burlas, como un buen cristiano, y espero, ahora sí, una respuesta puntual de tu parte. Céntrate en mis preguntas.”

Y ¡hombre!, decir eso de “pobre perorata, mucho sonido y pocas nueces, bla, bla ,bla” con respecto de mis escritos ¡pues que quiere usted que le diga, Sr. Olcese!, porque aún con ese supuesto “pobre” bagaje que usted me atribuye, resulta que le tengo cogido por sus partes nobles y prueba de ello, es que es del todo incapaz de atender a esas cuestiones que le planteo en mi artículo anterior y con las que llevo casi un año insistiendo, pues es usted consciente que de hacerlo tendría que rectificar toda esa sarta de disparates a los que usted eufemísticamente llama “preciosas enseñanzas”…… porque usted sabe que está equivocado y de ahí, que no pueda responderme. Por eso y como único recurso para no quedar como lo que es, un bocazas impresentable y un ignorante integral, se limita a escribirme de tapadillo esos correos que ofenden a la inteligencia…… y si lo que yo digo no es así, respóndame a esas cuestiones y deje de falsear la realidad insinuando que soy yo el que no atiende sus preguntas, lo cual es totalmente incierto y ahí está la hemeroteca para comprobarlo cuando usted quiera. Lo que me lleva a sugerirle, en primer lugar, que antes de responder a cualquier comunicado aprenda a leer un poco, más que nada para evitarse el ridículo que está haciendo; porque me acusa de no responder a sus “dos sencillas preguntas” y que para mí no son más que dos estupideces monumentales (y ya ni digamos del planteamiento a las que las tales hacen referencia), cuando la realidad es que yo le dije que ya las tiene debidamente respondidas desde mucho antes de que me las formulara. Y es que en cuanto a esa esperpéntica afirmación de los notables del AT (los Abraham, David, Moisés y compañía) reinando con Cristo a la que hace referencia y la presente con el argumento que la presente, yo siempre le he negado la mayor diciéndole que usted miente en dicha formulación, pues esto no puede ser así; y no puede ser así, porque resulta que el Sal. 45:16 y mal le pese, dice todo lo contrario de lo que usted en su ignorancia patológica afirma en la misma. Por lo que resulta, que el que le dice que usted está equivocado en su planteamiento no soy yo, sino el propio Jehová mediante Su Palabra; y es que usted recordará y si no se lo recuerdo yo, en vista de que parece que no quiere enterarse de qué va la película, que en el video/artículo “¿Qué premio recibirán los notables o beneméritos del Antiguo Testamento?” (13/01/13) y en el escrito de entradilla del mismo, usted y en clara alusión a lo que yo le había publicado anteriormente, decía lo siguiente en el último párrafo del mismo y que transcribo tal cual:

El verso usado frecuente en el Salmo 45:16, no prueba en modo alguno que estos tienen un destino diferente a la iglesia cuando se analiza a fondo. Los príncipes son hijos del rey, a la espera de sus coronas y reino. Esta es su herencia. Al recibir su herencia, se convertirán también en REYES, con excepción de Don Armandito, “el españolillo matador”, a quien hábilmente capeamos en este blog con nuestros fundamentos bíblicos.” (Negritas mías).

Inmediatamente, “D. Armandito, el “españolillo matador”, como usted me llama, le invitó y en varias ocasiones, a que le hiciera ese “análisis a fondo” del salmo mencionado y así resolver la cuestión de una vez por todas…… pero casi un año nos contempla y sin que usted, que se las da de “eminente” teólogo, se haya atrevido a abrir la boca para decir nada acerca del tema y en una clara demostración de que no puede; y con lo que el “españollilo matador” le ha dado otro “revolcón”, parecido al de los “millones, miles de millones” que según usted tenían que reinar con Cristo y planteamiento al que le obligue a tener que reconocer que no solo usted no sabía si eso era así, sino que la Biblia no lo dice en ningún sitio. Sin embargo, doctrina que llevaba publicando por más de dos años y lo que prueba fehacientemente que usted, en un alarde extremo de irresponsabilidad, es capaz de publicar como “enseñanza” la primera sandez que se le ocurre, sin comprobar siquiera si la Biblia habla de ello. Y que usted puede refrescar su memoria y nuestro lectores comprobar la veracidad de esta afirmación, leyendo mi artículo del 12/01/12 titulado “O sea…… que se equivocó usted ¿no D. Mario?” y al que por cierto, cobardemente usted nunca me respondió…… de lo contrario, muéstreme el artículo en donde lo hizo.

Pero por otra parte, veamos ahora lo más chocante y que se lo recordé en mi anterior artículo y algo de lo que usted, arteramente, en ese correo no menciona para nada…… y es que en su artículo “No, Don Armando, usted debe responderme esto primero…” (12/03/13), decía exactamente todo lo contrario de aquello a lo que ahora me exige respuesta, al afirmar en el mismo y entre los minutos del 16 al 20 de grabación (¿se acuerda usted de eso?), que solo aquellos que murieran y según sus propias palabras, “asesinados” en defensa de su fe durante la “gran tribulación” aún futura, por su enfrentamiento con la “bestia”, el “falso profeta”, el “anticristo” y que no recibieran la “marca” de dicha “bestia” (Rev. 13) en sus frentes o en sus manos, serían los únicos que gobernarían como reyes con Cristo durante el milenio. Y que como apoyo de dicha idea y para dar fuerza a la misma, nos la acompañaba con el texto de Rev. 20:4…… luego ¿a qué le tengo que responder, Sr. Olcese: a si serán los Abraham y compañía los que reinarán con Cristo, o si por el contrario los que lo harán, serán solo los mártires de la “gran tribulación” aún por venir y que según usted, es de lo que se nos habla en Rev. 20:4? Y que de ser así como nos afirma, no se olvide que este pasaje señalado estaría en total contradicción con los que usted usa para demostrar exactamente todo lo contrario, eso es, que los notables del AT participarán también en esa función de reyes, como por ejemplo: Rom. 8:29-30; o el Sal. 139:1-6; o Exo. 33:12; 17; o Jer. 1:4-5 y que usted usó en el video “¿Quiénes son todos los "conocidos" por Dios que serán como Jesús en el reino?” (02/08/13), para demostrar que personajes como David, Moisés o Jeremías, también reinarían con Cristo en el milenio…… y dado que la Biblia no se contradice, luego no puede estar diciendo lo uno y lo contrario ¿con cuál de esos dos planteamientos que usted propone, nos quedamos tenemos que quedar, Sr. Olcese?

Y contradicción perfectamente documentada en mi escrito del pasado día 7 del corriente mes de Agosto, bajo el título “Entonces, Sr. Olcese…… ¿en qué quedamos?” y al que usted en la cobarde y vil actitud que le caracteriza “de tirar la piedra y esconder la mano”, de nuevo dejó sin respuesta mi interpelación, con lo que queda claramente probado que yo tenía la razón cuando le objete tamaña salvajada; por lo tanto ¿cómo tiene la desfachatez de exigirme que le dé razón de un asunto, en el que usted mismo se contradice, pues no tiene ni puñetera idea de lo que habla y por lo que hoy nos dice una cosa, mañana la contraria y pasado mañana, ni la una ni la contraria, sino otra totalmente distinta y ello sobre un mismo tema? Y de esto, que se lo razoné en el artículo al que se refiere en el correo que me remite y que se lo demostré con pruebas, como son los artículos de referencia que aporté en el mismo, usted no me dice “ni mu”; luego la pregunta es obligada ¿reconoce usted haber afirmado en ese artículo que le cito del 12/03/13, que no son los notables del AT, ni siquiera los apóstoles los que reinarán con Cristo, sino solo aquellos que mueran “ejecutados con hacha” (o asesinados, según sus propias palabras) durante la “gran tribulación” venidera?...... y recuerde que tiene un video que le delata ¡a menos que también lo borre, claro está!

Luego menos correos evasivos y más dar la cara, que como ya le dije la tiene usted de granito; porque solo con un mínimo de vergüenza, no me habría dicho lo que me dice en ese correo y en el que tal parece que me “perdona” la vida, cuando resulta que es usted incapaz de responder a una simple objeción, pues aún es el momento en que me haya respondido alguna a mí. Y si no es verdad esto que yo le digo, le desafío a que lo demuestre echando mano de su hemeroteca y sacando de ella algún artículo en el que haya dado respuesta a una sola de mis objeciones en alguna ocasión…… y yo haré lo propio con los míos y así podremos comprobar, quién realmente es el que ha respondido a quién y quien es el que siempre se ha “escaqueado” de hacerlo. Por lo que” menos lobos, caperucita” que diría un castizo y póngase a la faena, explicando por ejemplo y públicamente, por qué acusó falsamente a los TJ sobre una supuesta omisión del término “Rabí” en Mat. 26:49 y que en el video aparecía leyendo una TNM (o al menos simulando hacerlo), cuando resulta que dicha expresión aparece en ese pasaje en todas las Biblias que han editado los TJ y lo que significa que usted omitió adrede dicha término para tener algo que decir sobre esa organización. Y que ello es como yo lo digo, quedó perfectamente demostrado cuando al denunciar yo públicamente que usted mentía con nocturnidad y alevosía, eso es, a sabiendas y al hacer dicha afirmación (recuerde mi artículo “Lo que nos suponíamos...... no lee la Biblia, sino las aventuras del Capitán Trueno” del 05/08/13), usted inmediatamente borró dicho documento y sin dar aún ahora, una sola explicación y lo que es más, sin pedir disculpas a dicha organización por la tropelía cometida…… organización que será todo lo corrupta que uno quiera que sea y algo que no le voy a discutir, pero sí digo que con su actitud se ha puesto a la misma altura de eso que tanto critica, pues usted mintió a sabiendas y solo su orgullo, altanería, prepotencia e indignidad moral, le impiden el reconocerlo; la prueba de que lo que digo es verdad, es que intentó hacer desaparecer inmediatamente la prueba de su felonía, como si esta nunca hubiera existido.

Por otra parte, no necesito que me perdone usted ningún insulto, ya que cuando digo que es usted un miserable embustero, un indigente intelectual, un ignorante integral y otras lindezas por el estilo, no le estoy insultando sino constatando una realidad y ahí está los hechos que acabo de reseñar, que lo prueban sin lugar a duda alguna…… por cierto, yo no he dicho en mi artículo al que usted hace referencia “que ponga en tela de juicio la legitimidad de sus pergaminos”, sino que lo que yo digo en el mismo, es que ante la falta de pruebas sólidas sobre la información que había llegado a mi conocimiento, me decantaba por creerme aquello que vi y que es lo que usted me enseño en uno de sus videos; luego no me atribuya cosas que yo no he dicho, pues tengo por costumbre el meditar y medir muy mucho las cosas que publico, aunque solo sea por el respeto que me merecen las personas que me leen. En cuanto a que yo envidie sus títulos ¡pues que quiere que le diga!, pero viendo de lo que es usted capaz, mejor no tenerlos ¿no cree? Y es que si bien usted tiene los títulos, un servidor tiene la capacidad y a las pruebas me remito: mientras que yo le he pillado en muchas contradicciones y le tengo objetas muchas de sus “enseñanzas”, usted aún no me ha pillado en ningún “renuncio”, ni me ha podido responder adecuadamente a dichas objeciones…… y si no, ahí le adjunto las últimas que le planteé y de las que usted continúa sin decir “ni mu”, a pesar de que ya llevamos casi un año con este asunto ¡y si a todos los teólogos les cuesta tanto el dar una lección de teología a un indocumentado como yo, como le cuesta a usted, desde luego vamos “apañaos”! Pero veamos de nuevo esas tres cuestiones de las que le acabo de hacer mención:

1º ¿Cómo nos explica que los notables del AT puedan reinar con Cristo, si el Sal. 45:16 nos dice que no son sus hermanos, sino sus hijos? ¿O no dice eso, Sr. Olcese, el salmo mencionado? Según sus “elevados” conocimientos en teología y que yo tendría que “envidiar” ¿cómo se tendría que interpretar dicho pasaje?

2º Por otra parte ¿por qué no nos aclara cómo puede ser que la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 reine con Cristo, si resulta que esta sobrevive a la “gran tribulación”, luego pasan con vida al nuevo mundo y por no morir, no pueden participar de la “primera” resurrección y que es la que da la inmortalidad y el derecho a reinar en el milenio? Luego ¿qué parte de la ciencia teológica de la que supuestamente es usted depositario, permite sostener semejante contradicción por usted planteada?

3º Si la “primera” resurrección es solo para aquellos que tienen que reinar con Cristo y las mujeres no pueden hacerlo (¿o no dijo usted eso, en su artículo “La Biblia dice que los 144,000 son varones… ¡La Watchtower dice que no!”?)…… ¿qué hacemos entonces con aquellas que sirvieron a Dios tanto en el AT, como en el NT, si según usted solo nos queda una “segunda” resurrección de juicio o destrucción eterna para los “injustos” al final del milenio? ¿En cuál resurrección nos las mete usted…… o es que Jehová y por ser mujeres, no piensa resucitarlas? En otras palabras ¿cómo y con arreglo a sus “expertos” conocimientos en teología, se puede solucionar dicho problema?

Recuerde que es usted el que presume de ser “teólogo” y algo que le obliga a responder…… pero yo ya sé que usted no responderá a estas cuestiones, pues no tiene ni los conocimientos necesarios para ello, ni las agallas suficientes para hacerlo, pues de lo contrario ya lo habría hecho; pero es que como ya le he dicho, usted sabe que está equivocado y antes muerto que reconocerlo; porque la realidad es que usted, no solo es un bocazas orgulloso y prepotente, además de un ignorante, sino que también es un pobre hombre frustrado y sin demasiado éxito en la vida, por lo que solo le queda vivir de una ilusión y que es la de creerse alguien en el tema bíblico, entre esa patulea de indocumentados que le siguen y que le aplauden sus “éxitos” teológicos, en una clara manifestación de la veracidad de aquél dicho en el que se lee que “en el país de los ciegos, el tuerto es el rey”…… y ambiente en el que usted se siente realizado, pues se siente alguien: en definitiva, que es usted un pobre hombre incapaz siquiera de responder de sus actos y a las pruebas me remito. Y soy consciente que mi afirmación puede parecer ofensiva para aquellos que le leen o que están a su alrededor, pero tengo por costumbre decir las cosas claras para que se me entienda bien lo que digo…… y es que si sus seguidores no fueran unos indocumentados como usted, o bien en vez de aplaudirle le pondrían a bajar de un burro como hago yo y defenderían la verdad expuesta en la Biblia, o bien me responderían ellos a esas cuestiones a las que usted es incapaz de responder; pero queda claro que ellos al igual que usted, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Sin embargo, como yo no puedo creer que usted sea tan inútil como para no poder responderme a dichas cuestiones, que no requieren de grandes conocimientos para ello, sino de lógica y sentido común, solo puedo pensar que no lo hace porque le es imposible el franquear esa barrera de orgullo, prepotencia y altanería que le impide reconocer que un ignorante como yo, en un momento dado pueda ponerle “las peras al cuarto”…… olvidándose de lo fundamental y que es que si uno entiende las Escrituras, no es porque sea más listo o más tonto que otro, que sea teólogo o sea un currito de a pie, sino que sea humilde y que es cuando Jehová le permite a uno el entender Su Palabra; al menos, eso es lo que parece que se nos quiere dar a entender en el siguiente pasaje:

Sin embargo, la bondad inmerecida que él da es mayor. Por eso se dice: “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes”.” (Sant. 4:6)

Y si contrastamos dicho pasaje con Luc. 10:21, la conclusión es clara; pero veamos primero que se lee en el mismo:

En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo, y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.”

Luego nada que ver para entender las Escrituras, con aptitudes intelectuales, sino con actitudes personales: si uno tiene la altanería propia del intelectual que cree que con sus conocimientos ya lo resuelve todo (su caso, Sr. Olcese, pues de lo contrario no hablaría como usted lo hace), sencillamente Jehová no le permite entender; sin embargo, si uno tiene la humildad del que sabe poco y confía en una “ayudita” por parte del Altísimo para conocerle mejor, Este bondadosamente y de acuerdo con el pasaje citado, le permite entender Su Palabra…… tan simple como eso, Sr. Olcese; aunque usted y desde su posición de “eminente” teólogo no lo pueda entender, pues se cree por encima de estas “tonterías”. Y por lo que si un servidor lo tiene a usted “contra las cuerdas” constantemente y valga el símil boxístico, no es en ningún caso por mérito personal, sino porque “alguien” me permite el tener la capacidad de entendimiento bíblico necesario para poderlo hacer. Y comprendo perfectamente que esa lógica no entre en sus esquemas mentales, de lo contrario no actuaría como actúa, pues su orgullo y altanería le impiden aceptar dicha sencilla lógica y lo cual le coloca en una posición un tanto delicada; porque usted, Sr. Olcese, resulta que no tiene un problema con “el españolillo matador”, pues en definitiva yo soy lo más parecido a un “mandao”, sino que lo tiene con el propio Jehová y eso ya son palabras mayores…… y es que como dijo el escritor bíblico y usted ha citado de ello en alguna ocasión “cosa horrenda es, caer en las manos del Dios vivo” (Hebr. 10:31).

Porque resulta que yo no me inventé el Sal. 45:16 y que refuta de plano su rocambolesca afirmación de los Abraham, David y compañía reinando con Cristo, sino que eso lo dice Jehová y que algo sabrá del tema, habría que pensar; por otra parte, tampoco me inventé Rev. 7:14, en donde se nos dice que habrá “sobrevivientes” de la “gran tribulación” y que por lo tanto pasarán con vida al reino de Dios, lo que les excluye del poder participar de la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y que es la que da la inmortalidad y el poder reinar con Cristo, lo que impide a esos sobrevivientes alcanzar tan elevada posición. Y ya para finalizar, no soy yo el que planeó mil años para la “restauración” de la humanidad (Hech. 3:20-21) y la cual restauración no tendría sentido alguno sin una “segunda” resurrección durante dicho período de tiempo, de aquellos que en el transcurso de los siglos han ido muriendo y a los que estando en la memoria de Jehová, también les aplica el rescate de la sangre de Cristo; y es que si como usted dice, en la “primera” se levanta a los “justos” y que ya lo hacen como perfectas e inmortales criaturas (luego sin nada ya que “restaurar” y esto lo digo yo) y la “segunda” al término de esos mil años, lo hacen los “injustos” para juicio o destrucción eterna por sus pecados anteriores, ya nos explicará usted sobre quienes se llevaría a cabo dicha restauración prometida por Dios. Y váyase olvidando de Zac. 14:16 (otro de sus disparates y que intenté aclararle en mi artículo del 11/07/12 “Zacarías 14:16…… y los súbditos del reino de Dios” y al que usted tampoco respondió), porque el capítulo 7 de Revelación y en el que se nos presenta a los primeros moradores del reino de Dios, no nos habla para nada de ellos, sino solo de 144.000 personas por un lado y de una “grande muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” por otro; y esto, porque “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”, eso es, que han ejercido fe en el sacrificio de Jesús y en las promesas divinas…… luego difícilmente, podríamos estar hablando de personas que salgan de guerrear contra Jerusalén, la ciudad que está defendiendo el propio Jehová. Y con el añadido, de que este episodio se refiere a la final batalla de Armagedón, que da paso al reino de Dios y en la que cae hasta el apuntador, eso es, que no quedan sobrevivientes entre aquellos que forman parte de las hordas de Satanás que atacan Jerusalén (Rev. 19:17-18).

Y yo ahí lo dejo, esperando (me imagino que en vano) que de una vez por todas se le haga la luz y sea capaz de atender a esas cuestiones que le planteo, aunque me temo “que no caerá esa breva”…… por cierto, Sr. Olcese, para responderle a usted yo no necesito de la asistencia de mi compañero, ni este de la mía, pues tanto el uno como el otro le damos sopas con honda en cuanto a conocimiento bíblico; espero que esto le quede claro y deje ya de hacer el payaso, dicho sea con el debido respeto a los payasos, por supuesto.

Armando López Golart.

miércoles, 22 de mayo de 2013

La “gran muchedumbre”…… y los súbditos del reino de Dios. 

Una de las enseñanzas más discutidas a la secta de los TJ, es aquella que señala a los miembros de la citada “gran muchedumbre” de Rev. 7:9, como los primeros súbditos del venidero reino de Dios y algo en lo que tienen toda la razón; bien es cierto que colocan como miembros de esta ingente cantidad de personas aún por aparecer, a lo que ellos llaman la “clase” de sus “otras ovejas”, eso es, a todos aquellos que no tienen acceso al gobierno de dicho reino, pues no pertenecen a su “clase ungida” o aquellos que, según su particular forma de entender la cosa, tienen que reinar con Cristo en el cielo. La cuestión es que si bien en la “forma” están completamente equivocados, pues ni los que tienen que reinar con Cristo en esa gobernación milenaria ejercerán su gobierno desde el cielo, ni su llamada clase “ungida” es tal, pues a día de hoy no existen “ungidos” (Hijos adoptivos de Dios) sobre la tierra, ni son los componentes de su llamada “clase” de las “otras ovejas” los que están llamados de manera exclusiva, a formar parte de esa incontable multitud por aparecer, es cierto sin embargo, que en lo que es el “fondo” de la cuestión tienen razón, pues hay unos “elegidos” que tienen que reinar con Jesús y otros que serán los súbditos de dicha gobernación de hechura divina…… y algo a lo que esos señores definen como las “dos clases” y planteamiento que es perfectamente bíblico, pues eso es lo que leemos en Rev. 7:1-10:

Después de esto vi a cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol. 2 Y vi a otro ángel que ascendía del nacimiento del sol, teniendo un sello del Dios vivo; y clamó con voz fuerte a los cuatro ángeles a quienes estaba concedido hacer daño a la tierra y al mar 3 y dijo: “No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, hasta después que hayamos sellado en la frente a los esclavos de nuestro Dios”.

4 Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel (……) 

9 Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. 10 Y siguen clamando con voz fuerte y dicen: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono y al Cordero”.”

Luego lo que vemos en este pasaje nos adelanta, es que para cuando se pone en marcha el reino de Dios ya después de la “gran tribulación”, solo son dos grupos de personas los que acceden al mismo y totalmente distintos el uno del otro, tanto en cantidad como en características: pues mientras que unos están perfectamente contados, vemos que los otros son incalculables…… y mientras que unos, solo 144.000, han sido sellados con el sello “del Dios vivo” y lo que indica propiedad o pertenencia especial (1 Ped. 2:9), los miembros de esa ingente cantidad de personas “que ningún hombre podía contar” no lo han sido y por lo tanto, no podemos estar hablando de personas en un mismo plano de igualdad. Además, mientras de los primeros se nos da una procedencia específica, eso es, sacados “de las doce tribus de Israel” y prescindiendo del significado que ello tenga y que ahora no viene al caso, los segundos proceden de “todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas” y lo que definitivamente hace distintos ambos grupos entre sí. Sin embargo, no son pocos los que pasando por alto estos “pequeños” detalles y a los que iremos añadiendo a continuación, continúan afirmando que no solo esos 144.000 sellados son los que tienen que reinar con Cristo en el milenio, sino que también lo hará los miembros de dicha “gran muchedumbre” y solo por el mero hecho de que se les menciona vestidos de “largas ropas blancas”.

Uno de los que más vehementemente se pronuncia en este sentido, es ese “genio” de la interpretación bíblica que va incordiando por ahí, el “ingeniero”, “teólogo” y probablemente presidente de la comunidad de vecinos de su escalera (por títulos que no quede), Apologista Mario Olcese y que no hace mucho ha colgado en su página en YouTube, concretamente el día 17 del corriente mes de Mayo un video bajo el título “Testigo de Jehová: ¡si no puedes resolver esta cuestión, será mejor que dejes la Watchtower!” y en donde al final del mismo, desafía a los TJ a que le respondan a esta cuestión, haciendo extensiva dicha invitación a un servidor (Armando López Golart); y como es norma en los autores de este blog, cuando alguien nos hace una demanda en cualquier sentido, siempre respondemos a la misma venga de quién venga, incluso si viene de un indocumentado de esa calaña y que aún no ha sido capaz de respondernos él a nosotros, a seis cuestiones que le tenemos planteadas (obviamente no está a la altura necesaria para ello) y en una muestra más que patente de su ignorancia supina con respecto del contenido escritural.

Por lo que resumiendo el asunto, lo que plantea el personaje en cuestión es, en primer lugar, que esos miembros de la “gran muchedumbre” y como ya les hemos señalado, también reinan con Cristo y por lo que no pueden ser los súbditos de dicho gobierno…… y por otra parte, que los que ocupan la plaza de súbditos del reino son aquellos de los que se nos habla en Zac. 14:16. Establecido el asunto, empecemos por el principio y con lo que habría que empezar diciendo, que la vestimenta con ropas blancas y en donde se apoya tan disparatado planteamiento, en terminología bíblica no significa otra cosa que el que uno tiene la aprobación de Dios, por lo que estaríamos hablando de una condición personal de apariencia ante Dios y no de una responsabilidad de privilegio, como pueda ser el reinar con Cristo en el reino…… pero veamos un ejemplo de ello:

No obstante, sí tienes en Sardis unos cuantos nombres que no contaminaron sus prendas de vestir exteriores y andarán conmigo en prendas blancas, porque son dignos.” (Rev. 3:4).

Y si ustedes buscan el mismo pasaje en la versión Traducción en lenguaje actual, leerán esto:

Sin embargo, en Sardes hay algunas personas que no han hecho lo malo. Por eso, andarán conmigo vestidos con ropas blancas, símbolo de victoria y santidad, pues se lo merecen.”

Luego dichas simbólicas vestiduras blancas no pueden ser otra cosa que lo dicho: una condición aprobada ante el Altísimo y en función de un comportamiento correcto, lo que conlleva una posición de favor ante Este; que ello es así, eso es, que la vestimenta blanca en sí misma no significa el que uno tenga que reinar con Cristo, queda claro por el hecho de que los ángeles siempre aparecen con dicho ropaje blanco y sin embargo, está claro que ellos no gobiernan en el reino de Dios al lado de Jesucristo. Pero dicho lo cual, veamos argumentos algo más sólidos en este sentido, considerando la razón por la que dicha “gran muchedumbre” vestía de blanco y el por qué no tienen parte en el gobierno del reino de Dios, pues de ella se nos dice lo siguiente:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. 16 Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, 17 porque el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”.” (Rev. 7:13-17).

Entonces estaríamos hablando de personas que habrán aceptado el sacrificio de rescate de Jesucristo y por ello se las considera aceptas ante Dios, pues como dice el pasaje han “lavado” y “emblanquecido” sus ropas o lo que es lo mismo, su apariencia personal ante Dios, con “la sangre del cordero”; y hablamos en tiempo futuro, porque dicha “gran tribulación” y de la que “sale” esa ingente muchedumbre aún está en un tiempo por venir. Y que esas personas no tienen nada que ver con aquellos que reinan con Cristo en el milenio, queda perfectamente plasmado en el versículo 17 del pasaje mencionado, en donde se nos dice que “el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas de vida”; y significando ello que cuando esas personas aparecen, precisan de cuidado y atención amorosa, para ser guiados a alcanzar la vida eterna y algo que está en línea con lo que leemos en Rev. 22:1:

Y él me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que fluía desde el trono de Dios y del Cordero, 2 por en medio de su camino ancho. Y de este lado del río y de aquel lado, había árboles de vida que producían doce cosechas de fruto y que daban sus frutos cada mes. Y las hojas de los árboles eran para la curación de las naciones.”

Luego si entendemos bien, en ese momento al que nos referimos los miembros de las naciones que en conjunto compondrán ese inmenso gentío, precisarán de curación espiritual para poder afrontar la prueba final de la suelta de Satanás y de la que se nos habla en Rev. 20:7-10 y alcanzar con ello y como acabamos de señalar, el acceso a la vida eterna. Sin embargo y en claro contraste, de aquellos que con Cristo tienen que reinar se nos dice que ya en el mismo momento de su resurrección, se les concede la inmortalidad y por lo que ya no precisan de ser pastoreados o guiados a ninguna fuente de “aguas de vida”, pues al ser inmortales ya tienen vida en sí mismos y por lo que no precisan de un medio externo para mantenerla:

Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad (lo que significa la inmortalidad), sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Rev. 20:6). (Acotación nuestra).

Pero es que si hacemos un compendio de todo lo que acabamos de decir, nos aparece otra razón por la que esa “gran muchedumbre” no puede reinar con Cristo durante el milenio, porque veamos: acabamos de leer, que los que han de reinar con Jesucristo durante el milenio, tienen que salir de la llamada “primera” resurrección pues, como hemos visto, solo “estos” que participan de la misma son los que adquieren la inmortalidad y reinan durante el milenio…… y obviamente sobre otras personas que no han participado de la tal resurrección y que serán los futuros súbditos del reino de Dios. Bien, hasta aquí de acuerdo; pero ahora volvamos atrás y recordemos que en Rev. 7:14 se nos ha dicho de esa “grande muchedumbre”, que estos son “los que salen de la gran tribulación”, eso es, que sobreviven a la misma y por tanto pasan con vida al nuevo mundo o reino de Dios…… pero si pasan con vida a través de la “gran tribulación” venidera y lo cual significa que no han muerto ¿cómo puede ser entonces, que reinen con Jesucristo, si dicha circunstancia les impide participar de la mencionada “primera” resurrección mencionada y que es precisamente el requisito imprescindible para conseguir la posición de inmortal rey en el milenio? Y pregunta que formulada hasta la saciedad desde este blog a ese “genio” de la teología Apologista Mario Olcese, aún es el momento que haya sido capaz de poderla responder y en una más que clara manifestación, de su total ignorancia sobre el registro escritural…… ¡vamos, que no sabe ni de lo que habla!

Y no acaba ahí la cosa, pues aún tenemos el siguiente argumento: la “gran tribulación” venidera, finaliza con lo que se conoce como la batalla final de Armagedón (Rev. 16:14; 16) y que es peleada por Jesucristo y sus leales o “escogidos”, contra las fuerzas opositoras de Satanás y sus demonios, eso es, los reyes de la tierra y sus ejércitos:

Estos combatirán contra el Cordero, pero, porque es Señor de señores y Rey de reyes, el Cordero los vencerá. También, los llamados y escogidos y fieles que con él están lo harán.” (Rev. 17:14).

O sea, que los que lideran las huestes celestiales en esa batalla por el bando de Dios, son Jesucristo y sus hermanos adoptivos y lo que significa que la “primera” resurrección se ha producido antes de finalizar la “gran tribulación” y de la que “sale” la mencionada gran multitud de Rev. 7:9…… por lo que no es posible que personas que aparecen después de acontecida dicha “primera” resurrección y que son los beneficiarios del resultado final de dicha batalla, puedan en manera alguna incorporarse a ese gobierno ya establecido y por tanto ya al completo, salido de la citada “primera” resurrección (Rev. 14:1). Y argumento añadido que parece una redundancia, pero que tiene que ver directamente con la afirmación que se nos hace en el video objeto de análisis, en el sentido que los súbditos de dicho reino no son los miembros de la “gran muchedumbre” sino los sobrevivientes terrestres de las naciones que han subido a enfrentarse al pueblo de Dios, en la batalla de Armagedón…… y en una clara demostración de la total incapacidad e ignorancia que adorna a ese “teólogo” de tres al cuarto y vergüenza de la profesión, que no solo no tiene ni idea de lo que dice, sino que acumula disparate tras disparate en su diabólica resistencia a reconocer la realidad del relato escritural; luego leamos el pasaje de Zac. 14:16, pero considerado en su contexto, eso es, a partir del verso 12:

Y esto es lo que resultará ser el azote con el cual Jehová azotará a todos los pueblos que realmente hagan servicio militar contra Jerusalén: Habrá el pudrirse de la carne de uno, mientras uno está parado sobre sus pies; y los ojos mismos de uno se pudrirán en sus cuencas, y la lengua misma de uno se pudrirá en la boca de uno. 

13 Y en aquel día tiene que ocurrir que entre ellos (los miembros de los pueblos que participen en dicha batalla) se hará extensa la confusión procedente de Jehová; y cada uno realmente agarrará la mano de su compañero y su mano realmente subirá contra la mano de su compañero. 

14 Y Judá mismo también estará guerreando en Jerusalén; y la riqueza de todas las naciones en derredor ciertamente será recogida, oro y plata y prendas de vestir en abundancia excesiva. 15 Y así resultará ser el azote del caballo, el mulo, el camello y el asno; y toda suerte de animal doméstico que se halle en aquellos campamentos, como este azote. 

16 Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.” (Acotación nuestra).

Luego resumiendo la cosa, tenemos que concluir que es de todo punto imposible que queden sobrevivientes de aquellos que suban contra Jerusalén, pues no solo sus órganos vitales serán destruidos, sino que además serán llevados a pelear unos contra otros dentro de sus mismas filas y lo que nos habla de un exterminio total; el mismo hecho que en el verso 15 se nos cite que dicho exterminio alcanza hasta a esa serie de animales que en él se nos mencionan y que ninguna responsabilidad tienen en el asunto, nos muestra que la aniquilación será completa ¡vamos, que no queda ni el apuntador! De hecho, en la profecía de Sof. 1:18, lo que se nos dice es que habrá un “exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra”…… obviamente de aquellos que no acepten la sujeción al reino de Dios, pues esto es lo que se nos aclara en 2 Tes. 1:8 y en donde leemos que una gran venganza divina será traída “sobre los que no conocen (obviamente porque no han querido) a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús”. Luego es solo obvio que “los que queden” de ese apocalíptico evento, solo pueden ser en una primera instancia, aquellos que en ese momento crucial de la historia humana se ponen del lado de su Creador y que las Escrituras identifican como una “gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” (Rev. 7:9)…… y que en el momento álgido del asunto, son ocultados por nuestro Dios Jehová al modo como Noé fue apartado en su momento, del cataclismo que le sobrevino al mundo de aquél tiempo; y dado que como hemos visto, esa innumerable multitud no puede reinar con Cristo, pero que sí entran al reino de Dios, es obvio que pasan a convertirse en los primeros súbditos de dicha gobernación divina y ya pronto a convertirse en una realidad.

Pero noten que hemos dicho que son los “primeros” súbditos, pues resulta que en la profecía de Zacarías se nos habla de “otros” que se sumarán a esta “fiesta” y algo que ya dimos a entender, aunque no profundizamos en el tema pues hablábamos de otra cosa, en nuestro anterior artículo “Zac. 14:16…… y los súbditos del reino de Dios” (11/07/12). Por lo tanto, veamos como continúa dicha profecía y averigüemos a quiénes se refiere…… aunque para no perdernos, tenemos que partir de la base que en Rev. 7:1-17, se nos habla de los dos únicos grupos de personas que aparecen tan pronto como el reino de Dios empieza su andadura y que son los 144.000 por una parte y la “gran muchedumbre que ningún hombre podía contar” por la otra, pues como ya hemos señalado y según las Escrituras, todos aquellos que lleguen vivos hasta el fin del sistema inicuo y sean considerados como “enemigos” de la adoración verdadera, sufrirán “el castigo judicial de destrucción eterna” (2 Tes. 1:7-9); algo que queda claro, ya que es corroborado por lo que leemos en Mat. 25:31-33; 45- 46:

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. 32 Y todas las naciones serán reunidas delante de él y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda (……) 46 Y estos partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna.”

Y lo que nos da a entender, lejos de toda duda, que fuera de esos personajes mencionados, eso es, Jesucristo y sus hermanos por un lado y las personas de condición de “oveja” señaladas, por el otro, ya no hay más seres humanos sobre la tierra para cuando inicia el reino de Dios, pues han sido totalmente aniquilados los enemigos de Dios. Luego sería razonable pensar, que la expresión “los que queden” de Zac. 14:16, incluye también a los habitantes de aquellas naciones que “subirán contra Jerusalén” y que mueran antes de que inicie la “gran tribulación” y a quienes la Biblia ofrece la esperanza de la resurrección.

 “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:28-29).

Y dado que todos los miembros de la “gran muchedumbre” sobrevivieron a la “gran tribulación” porque lavaron y emblanquecieron sus ropas (eso es, ejercieron fe en su sacrificio vicario y se procuraron con ello, una posición aprobada ante Dios) antes de que empezara la “movida”, es obvio que los resucitados también deben de hacer algo para que su resurrección resulte ser una de vida y no una de juicio adverso o destrucción eterna. Y ello tiene que ver con el acudir a los patios terrestres del templo de Jehová e inclinarse en dedicación a Dios mediante Jesucristo, lo cual incluye el aprovecharse del alimento espiritual que se pondrá a disposición de todos, mediante los nuevos “rollos” que se abrirán durante el milenio “para la curación de las naciones” (Rev. 22:2); y siendo el caso que cualquier resucitado que rehúse hacerlo, sufrirá el mismo azote que les sobrevendrá a las naciones de la actualidad, que en su momento se enfrenten al Creador: la destrucción eterna…… pero veamos como continua la profecía de Zacarías:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a cualquiera que no suba de las familias de la tierra a Jerusalén a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos, aun sobre ellos no ocurrirá lluvia fuerte (bendiciones espirituales). 18 Y si la familia de Egipto misma no sube y realmente no entra, sobre ella tampoco la habrá. Ocurrirá el azote con el cual Jehová azotará a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas. 19 Esto mismo resultará ser el castigo por el pecado de Egipto y el pecado de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas.” (Zac. 14:17-19). (Acotación nuestra).

Y verso 18 que tal parece indicar, a nuestro entender, que hace referencia a personas distintas a los sobrevivientes de la “gran tribulación” y que solo pueden ser los que posteriormente vayan levantándose en la resurrección de los muertos, a acontecer durante el período milenial. Pensemos que serán innumerables los resucitados que en su vida anterior y por distintas razones, no adoraron a Dios y lo que les llevará a tener que empezar a dar pasos para ello durante el milenio y así, como hemos dicho, que su resurrección resulte en una para vida y no en una para juicio o destrucción eterna. Tengamos en cuenta, además, que probablemente muchas personas durante esos mil años y prescindiendo que provengan de los sobrevivientes de la “gran tribulación” o de los que vayan resucitando posteriormente (e hipotéticamente, los que vayan naciendo tanto de unos como de otros), se decantarán más bien por disfrutar de la ventajas materiales de vivir en una tierra convertida en un paraíso y gozando de una plena salud, que por el esfuerzo de mantener el aprendizaje espiritual que nos será facilitado por los “nuevos rollos” que se abrirán (Rev. 20:12) y que nos fortalecerán espiritualmente para hacer frente a la prueba final, eso es, la suelta de Satanás…… porque no olvidemos y ello dicho para esos “teólogos” que nos hablan de una resurrección de juicio o destrucción eterna para después del milenio, que para el final del mismo nuestro Creador Jehová Dios no nos anuncia una resurrección, sino una prueba y como deja perfectamente claro el siguiente pasaje:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar (luego poner a prueba la fidelidad de uno hacia su Creador y al igual como hizo con Adán y Eva) a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.” (Rev. 20:7-9). (Acotación nuestra).

Porque eso es lo que se nos dice que ocurre, finalizados los mil años y no otra cosa, con lo que sería no solo interesante sino también instructivo, que esos “genios” de la teología que defienden dicho planteamiento, nos explicaran el por qué entonces de los mil años de gobierno teocrático; porque si según nos afirman, tanto los participantes de la “primera” resurrección, como los miembros de la “gran muchedumbre”, reinan en inmortalidad con Cristo en el milenio y ya hemos visto que de la “gran tribulación” no sobrevive persona alguna aparte de esa ingente multitud mencionada y por otra parte, que hasta después del milenio no ocurre la segunda resurrección ¿sobre quiénes se gobernará entonces y sobre quiénes además, se extenderán los beneficios de la labor sacerdotal de esos gobernantes? Es más ¿para qué ese tiempo de mil años, eso es, en qué se empleará dicho tiempo? Por otra parte, no estaría de más que nos contaran también, como queda el asunto de la “restauración de todas las cosas”, prometida por el Altísimo (Hech. 3:20-21), porque sin nadie que restaurar (pues de ser las cosas como se nos cuentan, en ese momento solo habrá sobre la tierra perfectos e inmortales Hijos de Dios), es obvio que no se puede hablar de restauración alguna…… luego ¿para qué esa promesa? Por lo que ¿sería mucho pedir que ese “experto” en cuestiones teológicas, Apologista Mario Olcese y puesto que comparte dicho disparate con otros “entendidos”, nos iluminara con sus “atinados” razonamientos y nos mostrara la lógica de dicho planteamiento por él propugnado?

MABEL

miércoles, 11 de julio de 2012

Zacarías 14:16…… y los súbditos del reino de Dios.

En primer lugar, les rogamos disculpen este lapsus de más de un mes de silencio y que ha sido debido a causas ajenas a nuestra voluntad, como por ejemplo, un pequeño “problemilla” con nuestro suministrador de ADSL (y que en su momento les explicaremos) y agravado por el desgraciado hecho de que cuando más 15 días después, conseguimos solventar el malentendido y recuperamos el acceso a Internet, a las 24 horas se nos apagó el ordenador y ha costado casi una semana la reparación del mismo (ya se sabe ¡las cosas de palacio van despacio!)…… pero una vez restablecida la normalidad y todo sea dicho con las debidas cautelas, de nuevo estamos con todos ustedes; dicho lo cual, pasemos al tema que hoy nos ocupa y que tiene que ver con un texto polémico, que erróneamente interpretado (como entendemos es el caso), puede llevar a disparatadas conclusiones.

Y es que para una persona que esté al tanto del tema religioso, o al menos sea asidua a blogs que se mueven dentro de esa línea, no le es desconocido el hecho que no son pocos los autores bíblicos que se apoyan en este pasaje, para mantener la afirmación de que aquellos que entrarán en el venidero reino de Dios como súbditos del mismo, serán personas no conocedoras de Jehová y que por medio de ser gobernadas con “vara de hierro”, a regañadientes aceptarán la regencia de Jesucristo como rey delegado del Altísimo…… ahora bien ¿qué se dice en ese pasaje, que lleva a tantos “estudiosos” a semejante conclusión? Veámoslo:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.”

Bien, leído así (obviamente descontextualizado), tal parece ser que sí es cierto que se nos señala que habrá miembros “sobrevivientes” de entre aquellos componentes de las naciones que subirán a guerrear contra Jerusalén y que serán eliminadas (como naciones) en la final batalla de Armagedón por Jesucristo y sus seguidores; luego habría que pensar y para fijar la idea, en personas de entre los combatientes que participarán en esa batalla y que no serán destruidas durante la misma, sino que escapándose por los pelos de dicha masacre, pasarán a ser los súbditos del reino milenario…… y que dados sus antecedentes, probablemente requerirán el ser tratados con la citada “vara de hierro” (con extrema dureza, deberíamos de entender), pues habría que pensar que ciertamente serán renuentes a someterse al gobierno de Cristo. Ese es en apariencia, el planteamiento correcto a entender del pasaje citado, siempre según dichos autores y entre los que destaca con luz propia (como no podía ser de otra manera) Apologista Mario Olcese y que en un artículo que publicó el 04/12/10, bajo el título “¿Será la grande muchedumbre de Testigos de Jehová, regida con vara de hierro?” desarrollaba, entre otras, las siguientes ideas:

La referencia a la vara de hierro siempre indica un hecho correspondiente al milenio, al reinado de Cristo, que durará mil años (Apocalipsis 12 y 20).”

Debemos entender que los súbditos de ese reino no son perfectos, y menos, mansos, como para ser regidos sin usar una vara de hierro. Estos súbditos tendrán que ser reeducados e instruidos en el camino del Señor a fin de que puedan conocer (luego según el Sr. Olcese, aún no lo conocen) al rey y someterse a él. Así lo podrán honrar como corresponde a un rey recto y justo, pues será el mismísimo Hijo de Dios quien los gobierne.”

Sin duda alguna estos súbditos del reino son los sobrevivientes de las naciones (gente aún no conversa) que habrán quedado vivos después de la destrucción sobrenatural del anticristo y sus fuerzas, al final de la Gran tribulación (Zacarías 14:16).” (Acotación y negritas nuestras).

Pero claro, resulta que las Escrituras niegan semejantes afirmaciones y que como pueden ver, dicho caballero apoya las tales con el pasaje objeto de análisis en este artículo, eso es, Zac. 14:16. Aunque antes de pasar a explicarles lo que nosotros entendemos del mismo y si nos lo permiten, desearíamos aclarar el por qué hacemos referencia en este escrito a Apologista Mario Olcese: resulta que hace ya algún tiempo, tuvimos un cruce de artículos en los que tratamos dicha cuestión y en donde en uno de ellos, D. Mario nos planteó la cuestión y ya como último recurso, ante las abrumadoras pruebas que aportábamos en el sentido de que estaba equivocado en su planteamiento (y está, pues hasta dónde nosotros sabemos, continúa defendiendo dicho disparate), de cómo podíamos entonces explicar nosotros, el significado correcto de dicho pasaje…… y a lo que respondimos reconociendo que en ese momento no teníamos ni la más remota idea de su significado, pero que estudiaríamos la situación y tan pronto tuviéramos un argumento razonable sobre el mismo, le responderíamos.

Por supuesto que hicimos hincapié en el hecho, de que los argumentos y textos bíblicos ya aportados en ese cruce de artículos mencionado, eran más que suficientes para poner en cuestión la enseñanza del Sr. Olcese y prueba de la veracidad de esta afirmación, es que no nos pudo rebatir ni uno solo de ellos; por lo que el significado del texto señalado, no podía de manera alguna (y aunque desconociéramos su interpretación), alterar lo que el contexto general de las Escrituras nos indicaba de manera aplastante. Pero no es menos cierto, que ese texto de Zac. 14:16 está ahí y alguna explicación debe de tener…… por lo que aún con cierto retraso, ya que otros temas han ocupado nuestro tiempo, vamos a explicar (o al menos intentarlo), cual es nuestra interpretación de dicho pasaje y en el bien entendido de que quizás pudiera haber otras. Y lo haremos usando el viejo método de ir avanzando por eliminación, por lo que empezaremos señalando en primer lugar, lo que no puede significar el texto en cuestión, eso es, que no puede significar lo que dicen esos caballeros, porque todo el contexto escritural (según acabamos de señalar) y como vamos a exponer a continuación, nos muestra exactamente lo contrario del planteamiento que se nos pretende “vender”; veamos:

Habría que decir de entrada y sin ánimo de discrepar por discrepar, que contrario a lo que tanta seguridad nos dice D. Mario en el tercer párrafo transcrito de su artículo, sí parece haber alguna duda más que razonable acerca de la aseveración que nos acaba de hacer. Y es que dicho caballero nos habla de personas que siendo fervorosos enemigos del Altísimo (pues se nos dice de ellos que atacan a Su pueblo Israel y se enfrentan a su Rey Jesucristo en singular confrontación, en lo que conocemos como la batalla final de Armagedón)), sobreviven no obstante a la destrucción sobrenatural que resulta de ella y con la que concluye la “gran tribulación”; por lo que se nos presenta a dichas personas como gente “no conversa” (siempre según dicho caballero), pero que sin embargo, entran en el reino de Dios en calidad de súbditos del mismo…… por lo que relacionar la “vara de hierro” (o mano dura) citada en el titular mencionado de dicho autor y a emplear con semejantes personajes, en principio y como ya hemos mencionado, entraría dentro de lo razonable.

Ahora bien, lo que ocurre y como hemos señalado, es que la evidencia bíblica va por otro camino, eso es, en dirección contraria y desmintiendo por tanto, al Sr. Olcese y a todos los que como él opinan, porque veamos: en Rev. 7:13-15 y hablándonos de unas personas que aparecen en el recién iniciado reino de Dios, como sobrevivientes de esos tiempos destructivos y que son las que se presume, pasan a ocupar el lugar de súbditos del mismo, de ellas se nos dice lo siguiente:

Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15 Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.”

Luego si las Escrituras no nos mienten, la razón por la que esas personas han conseguido superar la “gran tribulación” y salir indemnes también de su episodio final, la batalla con la que esta finaliza (Armagedón) para acto seguido iniciar ya el período milenario, es por el hecho de que en un momento anterior a ese evento conjunto (“gran tribulación”/batalla de Armagedón), esas personas “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido con la sangre del cordero”, eso es, han ejercido fe (Juan 3:16) en el sacrificio de rescate de la sangre de Cristo…… “por eso”, según el texto transcrito y no por otra cosa, es por lo que les está permitida la entrada al reino de Dios y su presencia “delante del trono de Dios” (eso es, delante del trono que Dios tiene aquí en la tierra y que ocupará Jesucristo en calidad de rey delgado por Jehová) y pasando con ello a ocupar, el lugar de primeros súbditos del reino de Dios. Y que ello es así, que serán estos los primeros súbditos de dicho reino, queda probado por el hecho de que siendo reconocido por todos esos autores a los que aludimos, que evidentemente esas personas sí entran al milenio, no lo hacen en calidad de reyes y sacerdotes (como absurdamente afirma D. Mario y solo por el mero hecho de que van vestidos de blanco), porque resulta que esas personas son sobrevivientes de la “gran tribulación” por lo que y como la propia palabra nos indica, no han muerto, sino que pasan con vida a ese nuevo mundo y por ello no pueden participar de la llamada “primera” resurrección, que es la que concede tanto la inmortalidad como el poder reinar con Cristo en dicho reino (Rev. 20:6)…… por lo tanto, solo pueden estar allí en calidad de súbditos del mismo; y este planteamiento, que solo es de sentido común, no parece tener cabida en los esquemas mentales de D. Mario y adláteres. Pero no obstante, si desean más información al respecto, nos permitimos recomendarles uno de nuestros escritos (entre otros) titulado “Pero D. Mario…… ¿responderá Ud. a mis objeciones, sí o no?” (24/04/12) y que como queda claro por el título, le dirigí a título personal a dicho caballero.

Ahora bien ¿cómo sabemos que esas personas han tomado dicha decisión antes de la venida de la “gran tribulación”?...... pues porque dicha “gran tribulación” no es otra cosa que el juicio destructivo que Dios trae exclusivamente sobre aquellos que han rechazado el establecimiento de su reino o gobernación en esta tierra…… y por lo que carecería de sentido que hubiera sobrevivientes de entre aquellas personas que oponiéndose a Dios, han entrado en un franco enfrentamiento con Él, a tenor de lo que leeremos a continuación:

El gran día de Jehová está cerca. Está cerca y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos; porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.” (Sof. 1:14-18).

Luego estaríamos hablando de un juicio a escala global, pues serán “todos” los habitantes de la tierra y por su actitud de frontal oposición al Altísimo, los que serán exterminados en ese “gran día de Jehová”, al pasar Este cuentas con la humanidad desobediente y por lo que no quedarán sobrevivientes de ese terrible evento. Cómo concilia dicha afirmación, con los sobrevivientes mencionados de Rev. 7:14, lo explicamos en nuestro artículo “¿Qué es realmente la “gran tribulación”?”, publicado el 04/04/12. Y es que por otra parte (continuando con nuestra exposición) no se pueden pasar por alto las palabras que dijo Jesús en su momento, en donde establecía un paralelo de ese evento por venir, con lo ocurrido en el tiempo del diluvio del día de Noé y en definitiva, un juicio de Jehová sobre la humanidad desobediente de aquel tiempo:

Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” (Mat. 24:37-39).

Obviamente no fueron barridos, aquellos que actuaron antes de que se produjera dicho cataclismo (Noé y los suyos) y que estuvieron en todo momento protegidos por el Altísimo de esa destrucción universal…… pero tuvieron que actuar y según nos refleja la historia, antes de que se produjera dicho aniquilamiento, mediante procurarse el medio de salvación establecido por Jehová, en este caso, la construcción del arca. Notemos también que por dos veces, Jesús menciona “así será la presencia (“venida” según la mayoría de las versiones) del Hijo del hombre” y lo que nos lleva, siempre teniendo en cuenta que la batalla de Armagedón no es otra cosa, más que el acto final de la “gran tribulación, a un pasaje de las Escrituras que hablando de dicha venida o regreso de Jesucristo, complementa al que acabamos de citar de Sof. 1:14-18 y que no solo confirma dicho exterminio, sino que muestra lejos de toda duda, que nadie que no conozca y tenga una buena relación con Dios y Su hijo Jesucristo (luego eso hay que conseguirlo antes de que él vuelva), puede acceder al reino de Dios en calidad de súbdito del mismo…… luego algo que es totalmente contrario a lo afirmado por el Sr. Olcese en el segundo de esos tres párrafos transcritos; pero veamos el pasaje al que hacemos alusión y que nos transporta al preciso instante de la futura segunda venida de Cristo:

“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (2 Tes. 1:7-9).

Entonces difícilmente son compatibles estas palabras y que nos ponen en antecedentes de la venidera e inmediata acción de Jesucristo en su regreso, al ejecutar juicio condenatorio sobre todas aquellas personas que en ese momento aún “no conocen” a Dios y que “no obedecen” las buenas nuevas acerca de Jesucristo (por lo tanto personas “no conversas”, según el Sr. Olcese) y con resultado de “destrucción eterna” para ellas, con el que esas personas puedan de algún modo sobrevivir y entrar en dicho reino en calidad de súbditos del mismo, según afirma “sin duda alguna” (tercer párrafo transcrito) el caballero en cuestión y todos aquellos que como él piensan, claro.

Pero establecida esta premisa y de difícil refutación (entendemos nosotros), hablemos ahora sobre el tema del futuro uso de la “vara de hierro” y que según palabras del Sr. Olcese, queda circunscrito al período milenario…… pero ya se sabe, que todo es asunto de cogerle el “tranquillo” a D. Mario: cuando él afirme una cosa, usted piense inmediatamente en la contraria y seguro que acierta; y para probar la certeza de nuestra afirmación, pasemos a recordar sus palabras en el primer párrafo transcrito del artículo que estamos analizando y veamos si se ajustan al contenido del registro escritural:

La referencia a la vara de hierro siempre indica un hecho correspondiente al milenio, al reinado de Cristo, que durará mil años.” (Negritas nuestras).

Pero claro, resulta que solo una breve ojeada a los contextos en donde se halla la citada expresión “vara de hierro”, ya nos da una pequeña idea de la empanada mental del Sr. Olcese y de todos aquellos “entendidos” que como él, afirman que los súbditos del reino de Dios serán aquellos que “se escapen” (como si a Jehová se le pudiera “escapar” alguien) de morir en su enfrentamiento con Jesucristo y sus ejércitos, en la venidera batalla de Armagedón y en un más que pésimo entendimiento de Zac. 14:16…… y que al ser esas personas rebeldes y “no conocedores” de Dios (según esos “genios” de la interpretación bíblica), precisarán de tan expeditivo “argumento” para ser metidos en vereda. Y planteamiento que sustentan, pues de lo contrario no hay manera de que les cuadren los números, en un texto sacado de su contexto (como no podía ser de otra manera), por lo tanto tampoco aquello que se dice excesivamente bien entendido:

Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono.” (Rev. 12:5).

Y es que es cuestión sine qua non, para un correcto entendimiento de lo que estamos hablando, el analizar el contexto en que están colocadas esas palabras o en su defecto y como es el caso, de la relación de las mismas con el contexto general de las Escrituras. Porque lo que no se puede hacer, es coger determinado pasaje y porque contiene aquellas palabras que nosotros necesitamos que diga como apoyo de la primera chorrada que se nos pase por la cabeza, usarlo y punto…… no, no: hay que tener presente aquella máxima en Teología que nos dice que “un texto sin su contexto, es solo un pretexto” y ver si el pasaje en cuestión, cuadra con el armonioso conjunto que son las Escrituras como un todo…… y que este no resulta ser precisamente el caso.

Porque en primer lugar, hay que tener en cuenta que esos autores (como el Sr. Olcese), que nos hacen tan absurda afirmación, sitúan el uso de la citada “vara de hierro” en un contexto de gobernación, al localizar su aplicación dentro del período del reinado milenario de Cristo, pues afirman que será dirigido su uso a aquellos “sobrevivientes” de las naciones que suben contra Israel y que escapando de ser destruidos, pasan a ser los súbditos de ese gobierno milenario de Dios, presidido por Jesucristo…… sin embargo, nada en el pasaje de Rev. 12:5 citado, nos da siquiera una ligera idea de dónde ni en qué circunstancias, se hará uso de dicha “vara de hierro”. Es más, la primera vez que leemos de dicha expresión (“cetro de hierro” según versiones), es en un contexto de enfrentamiento violento entre Dios y los hombres y que se nos menciona, proféticamente, en el Sal. 2:1-9 y que nos sitúa en el prólogo de la citada batalla de Armagedón:

¿Por qué han estado en tumulto las naciones y los grupos nacionales mismos han seguido hablando entre dientes una cosa vacía?

2 Los reyes de la tierra toman su posición y los altos funcionarios mismos, se han reunido en masa como uno solo…… contra Jehová y contra su ungido

3 y dicen: “¡Rompamos sus ataduras y echemos de nosotros sus cuerdas!”.


4 El Mismísimo que se sienta en los cielos se reirá; Jehová mismo hará escarnio de ellos.


5 En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará,


6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.


7 Déjeseme hacer referencia al decreto de Jehová; Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo, hoy, yo he llegado a ser tu padre.


8 Pídeme, para que dé naciones por herencia tuya y los cabos de la tierra por posesión tuya propia.


9 Las quebrarás con cetro
(o “vara”) de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos.” (Acotación nuestra).

Entonces queda claro que estaríamos hablando de un contexto de confrontación entre los “reyes de la tierra” (v. 2) y el Altísimo, quién encolerizado y en un ardiente desagrado (v. 5), los entrega a su Hijo para que este los quebrante y los haga añicos (v. 9)…… o dicho en “román paladino” que los destruya y los reduzca a “cachitos”, dado que esa es la idea que nos transmiten dichos términos. Luego no estaríamos ante un contexto de gobernación, de más o menos dureza, sino como hemos mencionado, en uno de abierta confrontación entre dos partes totalmente opuestas…… algo que queda claro cuando leemos las siguientes palabras de Jesucristo y que nos hablan de la comisión por él recibida, a llevar a cabo en un futuro aún lejano:

Y al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones 27 y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre.” (Rev. 2:27).

Luego la expresión “hacer pedazos”, queda claro que tiene la misma connotación que las anteriores “quebrantar” y “hacer añicos” y por lo que no puede quedar ninguna duda, que estaríamos hablando de una destrucción de personas como resultado de una confrontación y no de una determinada actitud, en la forma de gobernar de unos para con otros. Quizás e incidiendo en el tema, podríamos citar otro pasaje apocalíptico en donde se nos menciona con meridiana claridad, en qué circunstancias se produce ese “pastorear a la naciones con vara de hierro” y que nada tiene que ver con el reino milenario (diga lo que diga el Sr. Olcese), sino con la parte final de la “gran tribulación” que tiene como epílogo, la ya mencionada batalla de Armagedón:

Y de su boca sale una aguda espada larga, para que hiera con ella a las naciones y las pastoreará con vara de hierro. Pisa también el lagar de vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso.” (Rev. 19:15).

Pero aparte que queda claro el sentido de dichas palabras, resulta que el contexto en el que se hallan situadas, no nos permite pensar que nos encontremos ya dentro del gobierno milenario y por tanto, hablando de una determinada forma de gobernar (en este caso de extrema dureza), sino en el mismo inicio de la citada batalla de Armagedón…… porque veamos el contexto de dichas palabras y que en este caso, son los cuatro versículos anteriores al que acabamos de citar:

Y vi el cielo abierto y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero y juzga y se ocupa en guerrear (que no gobernar) con justicia. 12 Sus ojos son una llama de fuego y sobre su cabeza hay muchas diademas. Tiene un nombre escrito que nadie conoce sino él mismo; 13 y está vestido de una prenda de vestir exterior rociada de sangre y el nombre con que se le llama es La Palabra de Dios (eso es, Jesucristo). 14 También, los ejércitos (luego estaríamos hablando de una confrontación bélica) que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio (que significa guerra justa).” (Rev. 19:11-14). (Acotaciones nuestras).

Pero claro, como tenemos por costumbre en este blog, nos esforzamos en aportar como sostén de nuestras afirmaciones, todas las evidencias posibles…… y en este caso las encontramos en los siguientes versículos y que nos hablan del otro bando contendiente:

Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia salvaje fue prendida y junto con ella, el falso profeta que ejecutó delante de ella las señales con las cuales extravió a los que recibieron la marca de la bestia salvaje y a los que rinden adoración a su imagen. Estando todavía vivos, ambos fueron arrojados al lago de fuego que arde con azufre. 21 Pero los demás (los reyes de la tierra y sus ejércitos) fueron muertos con la espada larga del que iba sentado en el caballo, la espada que salía de su boca. Y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.” (Rev. 19:19-21). (Acotación nuestra).

Entonces, que nos encontramos en el contexto de un conflicto bélico de proporciones gigantescas, no lo duda ni el que asó la manteca…… y que no se salva ni el apuntador, parece quedar claro en el verso 21. Pero no obstante y para que no queden dudas acerca de la veracidad de nuestra afirmación, veamos que nos dicen los dos versículos intermedios, eso es, el 17 y el 18 y que dan un adelanto del resultado de dicho enfrentamiento, aún antes de que este se produzca; veámoslos:

Vi también a un ángel que estaba de pie en el sol y clamó con voz fuerte y dijo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: “Vengan acá, sean reunidas a la gran cena de Dios, 18 para que coman las carnes de reyes y las carnes de comandantes militares y las carnes de hombres fuertes y las carnes de caballos y de los que van sentados sobre ellos; y las carnes de todos, de libres así como de esclavos y de pequeños y grandes.”

Lo dicho…… no se salva ni el apuntador; por lo que no entendemos y si uno atiende a los pasajes bíblicos usados para apoyar las razones esgrimidas en este artículo y que se supone que conocemos todos (ahí están escritos en la Biblia, para quien quiera leerlos), como se puede hacer semejante estrafalaria afirmación por parte del Sr. Olcese y otros tantos como él, en el sentido que lo de la “vara de hierro” aplica al período milenario y por lo tanto, los que pasen al nuevo mundo por venir, serán personas que participando de dicha confrontación, se han escapado por los pelos y por lo que se les ha de tratar con mano dura o “vara de hierro”, a fin de que “traguen” con el nuevo gobierno impuesto por Jehová. O sea y resumiendo: una “historia para no dormir” totalmente disparatada y que nos da una muestra de la capacidad de esos “genios” de la interpretación bíblica y que se jactan de ser “adalides de la verdad”…… el Sr. Olcese por ejemplo.

Pero claro, cómo usted amigo lector, probablemente continúa interesado en saber cómo acaba lo de Zac. 14:16, vamos a intentar explicárselo y de una manera resumida; para ello, leámoslo de nuevo:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén, ellos también tendrán que subir de año en año a inclinarse ante el Rey, Jehová de los ejércitos y a celebrar la fiesta de las cabañas.”

Sabemos de entrada y porque en esa dirección hemos orientado nuestro análisis, qué es lo que no puede significar dicho pasaje, a menos eso sí, que contradiga al resto del registro sagrado…… luego entendiendo que eso no puede ser, preguntémonos: ¿quiénes, entonces, podrían ser aquellos “que queden” de las naciones que suban contra Jerusalén? Y es cierto que aquí nos hemos topado con un primer escollo…… porque resulta que esa expresión “todos los que queden” solo aparece en una versión (la TNM de los Testigos de Jehová y que es la que nosotros tenemos de referencia), mientras que en absolutamente todas las demás, dicho pasaje y con ínfimas variaciones entre ellas, se vierte más o menos de la siguiente manera:

Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.” (RVR 1960).

Por lo que dicha forma de traducir el texto en cuestión y sin un mínimo análisis del contexto escritural, parecería dar la razón a D. Mario en su exposición, así como a todos aquellos que como él opinan; porque la connotación que lleva implícita la grafía empleada en el mismo, tal parece hacer referencia directa a sobrevivientes salidos de entre las personas que toman parte en dicho enfrentamiento…… pero no es menos cierto el hecho de que nadie que participe en esa singular batalla, luego enemigos declarados del Altísimo, consigue sobrevivir a la misma y algo que ha quedado claro en el pasaje ya citado de 2 Tes. 1:7-9, que podríamos volver a leer, por aquello de dejar la idea perfectamente establecida:

“…… al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.”

Luego está claro que las personas que reúnan esas dos negativas características, eso es, “no conocer” y “no obedecer”, son las que en buena lógica y como hemos señalado, participan de esa desigual batalla y son todas aniquiladas. Pero por otra parte, si nos acogemos a la traducción que de Zac. 14:16, nos hace la versión TNM de los TJ y en donde leemos que “todos los que queden de todas las naciones que vienen contra Jerusalén” y ya suponiendo en un acto de generosidad, que no hace referencia a personas directamente implicadas en dicha batalla, sino a personas que aun viviendo en esa época, no han participado en ella (y que ya es mucho suponer), nos encontramos con las mismas…… porque en Sof. 1:18 se nos dice que “él (Jehová) hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.”

Luego es obvio que Zac. 14:16, nos tiene que señalar a otras personas que nada tengan que ver con ese evento, es más, que ni siquiera vivan en ese tiempo, pues el juicio es de alcance global a tenor de lo que hemos leído…… ¿entonces, de quiénes se nos podría estar hablando? Y a nuestro entender, solo se nos ocurre pensar que se está haciendo referencia a personas que habiendo pertenecido a esas naciones que suben contra Jerusalén y por tanto, no demasiado proclives a esa sujeción al Altísimo (por citar un ejemplo, el mundo islámico) habrían muerto antes de producirse los citados acontecimientos y que al ser resucitadas (luego ese pasaje de Zac. 14:16 apuntaría a la resurrección que se produce durante el milenio), tendrán que ajustar sus pensamientos y formas de conducta a los parámetros establecidos por Jehová, mediante ese reino presidido por su Hijo Jesucristo.

No podemos olvidar y dicho sea como un simple detalle anecdótico, que las naciones islámicas, descendientes de Ismael, el primer hijo de Abrahán, entienden (y dicho sea a “grosso modo”) que la gobernación del mundo y por derecho de primogenitura, les pertenece a ellos y no aceptan que un descendiente de la línea de Isaac (Jesucristo en este caso) y a quién el propio Jehová declaró como heredero legal de la promesa (Gén. 17:19), asuma esa responsabilidad…… pero en fin, esa ya sería otra historia y que ahora no viene al caso. Por lo tanto, eso es lo que opinamos del pasaje de Zac. 14:16: que está haciendo referencia a personas naturales de esas naciones que suben contra Jerusalén, pero que murieron antes de producirse ese juicio final y que al ser resucitadas, precisarán de un esfuerzo adicional para amoldarse a la realidad de las cosas en el nuevo mundo por venir…… y que los “tiros” parecen ir en esa dirección, se desprende de la exigencia de Jehová en Zac. 14:17-19:

Y tiene que ocurrir que, en lo que respecta a cualquiera que no suba de las familias de la tierra a Jerusalén a inclinarse ante el Rey (en un acto de sincero reconocimiento y sumisión), Jehová de los ejércitos, aun sobre ellos no ocurrirá lluvia fuerte (habría que pensar, que se nos está hablando de edificación espiritual y no de lluvia literal). 18 Y si la familia de Egipto misma no sube (acepta de buena gana los arreglos establecidos) y realmente no entra, sobre ella tampoco la habrá. Ocurrirá el azote con el cual Jehová azotará a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas. 19 Esto mismo resultará ser el castigo por el pecado de Egipto y el pecado de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las cabañas.” (Acotaciones nuestras).

Y en el bien entendido (y es solo una opinión) que la mención a Egipto, bien pudiera hacer referencia a lo que se podría considerar como una clara alusión a la población mundial de origen árabe y cuyo referente siempre a sido el norte de Africa y la Península Arábiga, tomándose Egipto solo como punto de referencia representativo. Y claro, las personas de esas naciones mencionadas, que se levanten en la resurrección (así como otras muchas que al no ser de ascendencia cristiana les será más duro el adaptarse), tendrán que hacer cambios más drásticos en su manera de ver y hacer las cosas, para ajustarse a la voluntad de Jehová y aprovechando para ello, todo beneficio espiritual que se imparta en el milenio y que es lo que significaría el acudir a rendir pleitesía al rey elegido por Dios, en la mencionada “fiesta de las cabañas”. Celebración en donde se aprovechaba para leer la Ley a todo el pueblo (básicamente en los años sabáticos), o lo que es lo mismo, el impartir edificación espiritual necesaria…… de ahí, quizás (y lo apuntamos como posibilidad) el que se cite específicamente dicha fiesta en el pasaje transcrito.

Porque si no existe tal edificación espiritual, será prácticamente imposible superar el “azote” de Jehová, cuando Este suelte al término de los mil años a Satanás de su encierro, para que salga a extraviar a esas personas que no han aprovechado dicho espacio de tiempo para nutrirse espiritualmente y solo se han preocupado de disfrutar de las espléndidas condiciones físicas y materiales que caracterizarán ese tiempo:

Ahora bien, luego que hayan terminado los mil años, Satanás será soltado de su prisión 8 y saldrá a extraviar a aquellas naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, para reunirlos para la guerra. El número de estos (los extraviados) es como la arena del mar. 9 Y avanzaron sobre la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo y los devoró.” (Rev. 20:7-9). (Acotación nuestra).

Pero siempre en el bien entendido que nuestro comentario sobre el significado del pasaje de Zac. 14:17-19, es meramente una aproximación y siempre teniendo en cuenta, que el mismo es complemetario al de Zac. 14:16 y causa de este artículo…… y texto este del que, por otra parte, sencillamente hemos intentado explicar según lo entendemos desde nuestro particular punto de vista. Por lo que, si otra persona tiene una versión diferente a la nuestra…… pues eso, que la explique y así aprenderemos todos ¿no les parece?

MABEL