El “yoga”…… ¿“inofensivo” en la vida del cristiano?
Desearíamos como primera providencia, decirles que lo que van a leer a continuación, no es más que una mera opinión personal de los autores de este blog, relacionada con una pregunta que acerca del tema se nos ha formulado y por lo tanto, ese es el valor que hay que darle y no más allá. Dicho lo cual y advertido ya el personal, pasemos al meollo del asunto y, repetimos, siempre desde nuestro personal e intransferible punto de vista.
Y para empezar, imaginémonos por un momento a una persona, que nota que un intenso dolor se extiende desde la parte inferior de la espalda hasta el pie y en busca de alivio, se arrodilla en una posición rígida y que sentada sobre sus talones, extiende el brazo derecho hacia el frente con el dedo índice hacia arriba. Lejos de pensar que dicha persona está “zumbada”, nos damos cuenta que lo que hace, es colocarse en la posición que en la práctica del “yoga” se conoce como “rayo” (Vajra Asana, en sánscrito), porque cree que dicha posición sirve de terapia para su problemático nervio ciático y que la está llevando a mal traer…… y esa persona citada, pudiera ser una de los cientos de miles, quizás millones, que practican el “yoga” por razones no religiosas y entre las que usted en este momento y quizás también por algún problema físico, estaría sospesando la posibilidad de entrar a formar parte.
Sin embargo, hay algunas preguntas que debería de hacerse antes de tomar dicha decisión y que podrían empezar por esta: ¿Por qué ha ganado el “yoga” tanta popularidad mundial? Obviamente una pregunta a la que muchas personas y de forma mayoritaria, contestarían siempre en función de su experiencia personal, algo parecido a esto: “Porque el yoga mejora mi salud”…… pero otra pregunta sería ¿es el “yoga” una práctica primordialmente terapéutica? Y cuya respuesta bien podría ser, que eso es lo que la inmensa mayoría de esas personas practicantes mencionadas, honestamente creen; pero entendemos nosotros, que cuando se hace necesario y como hemos señalado en el primer párrafo, hacer la matización cuando uno practica el “yoga”, que lo hace por razones “no religiosas” para así fijar determinada posición, ello evidentemente significa que estaríamos hablando de ello, como de una práctica eminentemente religiosa ¿no es así? Por otra parte, algunas personas ya dicen que dicha práctica hace que se manifiesten talentos “escondidos” y lo cual nos llevaría a una nueva pregunta: ¿Hace realmente esto el “yoga”?; y sobre lo que otras personas responderían que dicha disciplina, solo promueve un estado de tranquilidad mental o alivia las tensiones que causan frustración a la persona.
Por lo que la pregunta “fetén” o verdaderamente importante, siempre desde el punto de vista de la persona que cree en Dios y por lo que tiene necesidad de conocer la opinión del Altísimo al respecto, bien podría ser la siguiente: ¿Es el “yoga” la práctica sencilla y “aséptica” que millones de personas creen que es? Es más, quizás la pregunta del millón sería ¿qué es el “yoga” realmente? Porque si la práctica de dicha disciplina (o conjunto de disciplinas), es popular en el país donde usted vive y en consecuencia contempla la posibilidad de practicarlo por razones de salud (quizás aconsejada por su médico), entonces verdaderamente necesita saber que hay detrás de dicha práctica…… porque tenga en cuenta que su galeno particular, que puede ser un excelente profesional de la medicina y valorar esa disciplina como muy positiva desde un punto de vista terapéutico, puede sin embargo también, tener ideas religiosas muy distantes de las suyas y parecerle dicha práctica totalmente inocua en ese terreno, cuando el caso es que a usted la tal, le puede sentar a “cuerno quemao”; por lo que vamos a ver y de manera solo aproximada (pues no somos expertos en el asunto), de qué estaríamos hablando cuando nos referimos al “YOGA” en mayúsculas.
El “yoga” y con una antigüedad estimada entre los 3000 y los 5000 años (no hay acuerdo entre las fuentes consultadas), es una práctica netamente hindú, eso es, un complejo sistema de técnicas arraigadas en la filosofía hindú; de tal suerte que la palabra “yoga” se deriva de la raíz sánscrita “yuj” que significa “unir bajo yugo” y lo cual no deja de ser ya muy significativo, a la vez que preocupante. Tan lejos en el tiempo para nosotros en la actualidad (y estaríamos hablando de información sacada de Internet), como en el número de diciembre de 1981 de The Vedanta Kesari (revista divulgativa de la Misión Ramakrishna, de la India, editada en inglés), un tal Dr. B. S. Surti, autor del libro “La sabiduría de Zarathustra”, escribió lo siguiente:
“El objetivo principal de la filosofía yoga es enseñar los medios mediante los cuales el alma humana, puede estar completamente unida con el Espíritu Supremo”. (Negritas nuestras).
Al explicar y definir más ampliamente el “yoga”, el maestro hindú “swāmī” (palabra que significa más o menos “maestro” o “guía espiritual) Harshananda afirmó como sigue:
“El yoga o unión del ser individual con el Ser Supremo resulta mediante el yoga o samadhi (trance del yoga), cuando éstos (refiriéndose a determinados conflictos mentales) se controlan, se suprimen y se eliminan por medio del tipo apropiado de disciplina y entrenamiento. Tal disciplina y entrenamiento es también yoga.” (Acotaciones y negritas nuestras).
En resumidas cuentas, para los hindúes el “yoga” es la unión del “yo” con Dios (o “Ser Supremo) y por lo que estaríamos hablando de una actividad eminentemente religiosa…… luego ¿qué hay del practicar el “yoga” por razones de salud?
Se dice al respecto, que el antiguo sabio indio Patanyali (obviamente no tenemos el placer de conocerle) sistematizó la “filosofía” de dicha disciplina y por lo que no estaríamos hablando de una actividad dirigida a conseguir logros corporales sino mentales, por medio de enumerar ocho pasos para lograr “la unión” con el “Infinito”…… y se dice que esta unión resulta en buena salud; entonces dicho resultado no sería más que un efecto colateral y del que habría que averiguar, que “precio” hay que pagar para conseguirlo. Porque alguien podría decir “Pero yo no procuro lo espiritual; solo quiero tener buena salud”, en un intento por evadir el tema de fondo y que no es otro que el verse envuelto en una práctica religiosa, nada acorde con la creencia que uno manifiesta tener. Aparte, eso sí, de lo que un promotor del “yoga”, un tal “swāmī” Siddhinathananda escribió acerca de la salud con relación a dicha disciplina:
“Su potencial para proveer bienestar físico también contribuye a su atractivo popular. Pero el usarlo para cualquier otra meta que no sea espiritual, es hacer mal uso de él”. (En The Vedanta Kesari, revista india sobre el “yoga” ya mencionada). (Negritas nuestras)
Por lo que queda claro, que la buena salud no es ni de lejos, la meta principal del “yoga”. El escritor hindú “swāmī” Swahananda (fallecido hace poco, el 19 octubre 2012), afirmó en su momento lo siguiente:
“Los que procuran lo espiritual siempre consideran que los beneficios relacionados con la salud son beneficios complementarios, subordinados a su Meta principal, que es la realización del Yo o Dios.” (Negritas nuestras).
Ahora bien y volviendo al posible precio que uno tenga que pagar…… ¿hace el “yoga” que se manifiesten poderes latentes, según se alega? Y si así es ¿pueden “beneficiar” éstos a los cristianos verdaderos? Para contestar esta pregunta, note lo que advirtió el hindú “swāmī” Tapasyananda (1904-1991), en el siguiente comentario:
“Sin embargo, hay un punto tocante al cual el yogui (o persona que practica el “yoga”) tiene que ser extraordinariamente cuidadoso. Cuando se practica el yoga, se producen hazañas sobrenaturales. El poder (recibido de una fuente externa, obviamente) se convierte en un monstruo de Frankenstein que aniquila a su creador (la persona que lo ha recibido).” (Acotaciones y negritas nuestras).
Por lo que ya estaríamos hablando de palabras mayores y siendo que el caballero en cuestión, enumera estas “hazañas”, entre otras, como los poderes de la clarividencia, el oír voces, o la levitación…… cuando es el caso que tal clarividencia (el poder pronosticar el futuro), o el oír voces (mensajes del más allá) y la levitación (estado de ingravidez), están todas relacionadas con el espiritismo y que la Biblia a su vez, relaciona con una fuente tremendamente dañina: criaturas espirituales inicuas, o demonios. Porque puesto que es obvio que el ser humano por sí mismo no puede hacer esas cosas, es necesario que en la situación intervengan otro tipo de fuerzas y de las que en las Escrituras encontramos muchas referencias y que a modo de ejemplo, citaremos una de ellas:
“Y aconteció que, yendo nosotros al lugar de oración, nos encontró cierta sirvienta que tenía un espíritu, un demonio de adivinación. Ella proporcionaba mucha ganancia a sus amos practicando el arte de la predicción. 17 Esta muchacha seguía detrás de Pablo y de nosotros y gritaba, usando estas palabras: “Estos hombres son esclavos del Dios Altísimo, los cuales les están publicando el camino de la salvación”. 18 Esto lo siguió haciendo por muchos días. Por fin Pablo se cansó de ello y se volvió y dijo al espíritu (y no a la muchacha): “Te ordeno en el nombre de Jesucristo que salgas de ella”. Y salió en aquella misma hora. 19 Pues bien, cuando sus amos vieron que se les había ido su esperanza de ganancia (pues la muchacha perdió su capacidad de adivinación), se apoderaron de Pablo y de Silas y los arrastraron a los gobernantes en la plaza de mercado.” (Hech. 16:16-19). (Acotaciones nuestras).
Luego si la sirvienta en cuestión podía predecir el futuro y lo que daba pingües beneficios a sus amos, no era por su capacidad personal, sino por el demonio que “adivinación” por el que estaba poseída y que era en realidad, el que había reconocido a Pablo y Silas…… sin embargo, cuando dicho demonio fue expulsado del cuerpo de la muchacha, esta perdió todo el poder que tenía o capacidad de predicción y con lo que sus dueños cogieron un “rebote” de mil pares de narices, pues se les había acabado el “chollo”; pero lo que deja claro de la experiencia narrada, es que un ser humano sin esa “ayudita” externa, no puede manifestar dichos poderes. Y no hay que olvidar, que ese fenómeno de posesión demoníaca ocurre también en nuestros días, pues continúan habiendo médiums espiritistas que supuestamente hablan con los “muertos”, otros que sanan, otros que pronostican el futuro (los mejores al servicio incluso de poderosos gobiernos), etc. etc.; lo que nos demuestra que esos seres malignos continúan rondando y haciendo de la suyas por ahí y que si uno los “busca”…… pues eso: que los acaba encontrando. No olvidemos, la advertencia del bueno del apóstol Pedro:
“Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.” (1 Ped. 5:8).
Y una forma de buscarlos y lo que es peor, de encontrarlos como hemos visto (según los entendidos en el tema), es metiéndonos en “historias” como esa del “yoga” y por lo que la pregunta es obligada ¿continúa usted pensando meterse en ese “jardín”? La respuesta depende de dos factores: primero, el propósito que usted tenga en la vida y, segundo, sus valores y principios espirituales; por lo que antes de ponerse a practicar el “yoga”, o decidir si debe continuar practicándolo, en el supuesto que lo esté haciendo, sería oportuno identificar a ese misterioso “Infinito” o “espíritu supremo” con el cual se unirá bajo yugo. Porque ¿quisiera tener usted un encuentro con fuerzas espirituales sobrenaturales que acabarán controlándolo a usted? Y es que el que practica el “yoga” tiene que estar preparado para encararse a esta posibilidad, pues lo que ha quedado claro hasta el momento, es que al practicar dicha disciplina usted pudiera estar enredándose con el ocultismo; y si no, vea lo que un ex-practicante de esa “filosofía”, dijo en su momento:
“Uno cree que está controlando otras fuerzas, fuerzas ocultas del universo. Pero, atemorizado, ahora creo que en realidad ellas controlan a uno”.
Y lo que de nuevo trae a nuestra mente, el anterior comentario del Sr. Tapasyananda en el sentido que “el poder se convierte en un monstruo de Frankenstein que aniquila a su creador”…… por lo que y como decía el castizo “con las cosas del comer, pocas bromas”. Por lo tanto ¿cómo puede el cristiano considerar provechosa una opción para mejorar su salud física, que tiene un potencial de esa índole para perjudicar el bienestar espiritual de uno? Tal vez haya algunas personas que piensen que pueden separar los supuestos rasgos inofensivos de la práctica del “yoga” de aquellos que se consideren perjudiciales para la espiritualidad de la misma…… pero de acuerdo con la siguiente declaración, que se hace en “A Dictionary of Hinduism” parece que la cosa, algo “dificililla” sí es:
“Ningún sistema del yoga existe por sí solo y a menudo los elementos de uno se combinan con los de otro.”
¿Es de extrañar, pues, que algunas personas concluyamos que la práctica del “yoga” equivale a abrir una puerta y extender una invitación a los espíritus demoníacos, para que entren por ella?
Y como ejemplo de la manera como algunas personas pueden envolverse sin darse cuenta, en una práctica perjudicial, considere este paralelo antiguo, respecto de lo que es meterse en “follones” sin necesidad alguna; veamos: La nación de Israel adoraba al Dios de la Biblia, Jehová, quien exigía “devoción exclusiva” (Éxo. 20:5) y el pueblo hebreo estaba perfectamente de acuerdo con ello, pues habían aceptado el trato y mientras cumplían con lo acordado, recibían bendiciones de la otra parte “contratante”, eso es, del Altíasimo…… dichos personajes (israelitas ellos), que con el tiempo se establecieron en una tierra en la que estaban rodeados de adoradores del dios cananeo de la lluvia y la fertilidad “Baal”, por tierra, mar y aire, recibieron serias advertencias en el sentido de que no participaran en tal adoración falsa. Sin embargo, los israelitas y a pesar de su buena disposición inicial, finalmente lo hicieron; entonces ¿cómo pudo ocurrir eso sí, primero, tenían una clara advertencia sobre ello y, segundo, sabían perfectamente que “Baal” no era nada más que una estatua o imagen de hechura humana? Pues porque Satanás usó contra ellos, aquello que sabía que los enredaría: recordemos que puesto que los israelitas constituían una sociedad agrícola, era natural que se interesaran en mejorar su crianza de ganado y sus cultivos, que dependían del factor tiempo (lluvia, sol, etc.) y de los que sacaban además, los necesarios elementos para sus sacrificios y ofrendas a su Dios; pero lejos de continuar apoyándose en Jehová para obtener tal beneficio protector, paulatinamente se decantaron en procurarse ayuda de la fuente equivocada: de los dioses de los cananeos.
Poco a poco comenzaron a imitar a estos y ello los llevó de manera lenta pero inexorable, a impregnarse de sus creencias paganas y en consecuencia, el empezar a considerar que el culto a Baal, bien podía ser un medio alternativo de asegurarse la fertilidad de su ganado y el aumento de sus cosechas; y siendo la cuña usada por Satanás, para apartarlos de su Dios, el hasta cierto punto razonable deseo de prosperidad material…… pero el cual se interpuso lentamente entre ellos y su adoración exclusiva a Jehová, hasta que sin percibirse prácticamente de ello, se separaron de ésta y pasaron directamente a la adoración pura y dura de “Baal” y otros dioses; pero veamos cómo se nos relata este proceso en las Escrituras:
“Entonces murió Josué hijo de Nun, el siervo de Jehová, a la edad de ciento diez años. 9 De modo que lo enterraron en el territorio de su herencia, en Timnat-heres, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas. 10 Y toda aquella generación (la de José) también fue recogida a sus padres; y después de ellos empezó a levantarse otra generación que no conocía a Jehová ni la obra que él había hecho por Israel (o que no habían contemplado personalmente, las obras poderosas que Jehová había efectuado para ellos y que la cosa ya les venía como de muy lejos).
11 Y los hijos de Israel se pusieron a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová y a servir a los Baales. 12 Así abandonaron a Jehová el Dios de sus padres que los había sacado de la tierra de Egipto y se pusieron a seguir a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban todo en derredor de ellos; y empezaron a inclinarse ante ellos, de modo que ofendieron a Jehová. 13 Así abandonaron a Jehová y se pusieron a servir a Baal y a las imágenes de Astoret.” (Jue. 2:9-13). (Acotaciones nuestras).
Y si analizamos el ejemplo con la calma y atención que merece, veremos que Satanás fue astuto y que con paciencia y valiéndose de los naturales deseos del hombre y hasta cierto punto, razonables, entrampó a este: pues en primer lugar, dejó que el tiempo fuera pasando y diluyendo el efecto impactante que las grandes y poderosas obras efectuadas por el Altísimo para liberar a su pueblo, dejó en las mentes de los que las vivieron y en segundo lugar, probablemente, procurando y de manera adicional dicho maligno personaje, que tuvieran “éxito” las nuevas prácticas paganas de los israelitas y en línea con la de los pueblos que tenían alrededor, promoviendo arteramente (tiene poder para ello) la consecución de mejores resultados en sus actividades tendentes al progreso material, para así irlos entrampando poquito a poco…… no olvidemos que aún en la actualidad (por lo menos en España), en las zonas rurales y ganaderas, dependientes por tanto del agua o factor tiempo, se continúan haciendo procesiones o rogativas para que la “virgen” tal o el “santo” cual, “haga” que llueva en tiempos de sequía, o que deje de hacerlo en épocas de exceso de lluvias…… y que en muchos casos da el resultado solicitado; al menos y ese sería el foco de la cuestión, en la particular forma de “interpretar” lo hechos por parte de esas personas y en definitiva, objetivo último perseguido por Satanás.
Es cierto que en una mente normal, ello se podría entender como una simple coincidencia o casualidad ¡pero vaya usted a decírselo a esas fervorosas personas y verá lo que le contestan!...... o vayan a decirle y por poner otro ejemplo gráfico de la idea que pretendemos transmitirles, a una persona que en Lourdes o Fátima ha sido restablecida milagrosamente de la invalidez que la tenía postrada en una silla de ruedas por años, de que la Iglesia Católica no es la verdadera religión que apoya directamente Dios…… y verá lo que esa persona tarda en mandarle a hacer puñetas. Y así de esta manera, es como Satanás continúa manteniendo entrampada a la gente en la religión falsa, por una parte y en el engaño de la vida después de la muerte y de que todos vamos al cielo al morir, por otra…… y enseñanza que obviamente, defiende dicha religión “verdadera”. E idea que queda reforzada por el hecho, que esas rogativas mencionadas se dirigen a “vírgenes” o “santos”, que supuestamente están en el “cielo” y puesto que “responden” a dichas peticiones, pues nada ¡si Pitágoras no estaba loco, dos y dos son cuatro! Y con lo que estaríamos hablando, por tanto y al igual que en el caso de los israelitas mencionados, de idolatría generalizada y por tanto, rogativas dirigidas en realidad al dios de este sistema de cosas (2 Cor. 4-4) Satanás el Diablo y no al Dios verdadero Jehová.
Y algo de lo que el que suscribe, u séase aquí “el menda”, les puede contar una experiencia personal; porque cuando yo era un chaval (aproximadamente por el pleistoceno) pude ver en innumerables ocasiones y en momentos de lluvia incesante que perjudicaba los cultivos, venir los agricultores de la zona a mi abuela materna para que hiciera rogativas y cesara la lluvia…… y “clavao” ¡oigan!: hacer mi abuela la oración o rito preceptivo y a la media hora, más o menos, disiparse las nubes y salir un sol que rompía las piedras; y repito que estoy hablando de algo que he presenciado en primera persona en muchas ocasiones y que sin pretender pronunciarme en el sentido de cual podía ser la causa que producía dicho fenómeno, lo cierto es que tantas “coincidencias” o “casualidades” quedan bastante lejos de un razonable cálculo de posibilidades. Por lo que sin descartar la circunstancia del efecto casuístico en algunos casos, tanto en los citados de mi niñez, como en los actuales, que detrás de la mayoría de ellos hay una “mano indecente” manipulando las cosas con la finalidad de mantener engañado al personal…… a mí no me cabe la menor duda.
Por lo que volviendo al asunto que nos ocupa, eso es, el uso del “yoga” como terapia alternativa, de nuevo nos encontramos con un deseo normal del ser humano, que en este caso sería el poder aliviar algunos dolores que nos llevan a mal traer y en donde la práctica de algunos ejercicios o posturas de la citada disciplina (todo pinta que diabólica), pudieran ser beneficiosas y algo que ha quedado constatado con el tiempo; pero circunstancia que a su vez, ha llevado a muchísimas personas a razonar que siendo la cosa así, nada malo podría haber detrás de ello…… pero craso error, pues las Escrituras ya nos advierten de lo siguiente:
“Y no es maravilla, porque Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz (o benefactor).” (2 Cor. 11:14) (Acotación nuestra).
Y que para ejemplificarlo de manera gráfica, piensen en lo que usted hace para cazar un ratón: primero le pone al alcance de la boca, lo que para él es un manjar de dioses, eso es, un pedazo de queso y que dicho ratón, después de relamerse mil y una vez, dudando si va o no va en pos de tan exquisito bocado, o sea, el queso en cuestión, cede a su instinto natural, se va a por él y ¡zas!...... ya está en la trampa; pues así es como actúa Satanás con nosotros. Luego visto lo visto, es obvio que nos podríamos maliciar que dichos beneficios terapéuticos (como los “milagros” anteriores mencionados), bien pudieran ser auspiciados por nuestro “amigo” el de los cuernos y “reclamo” al que responde nuestro natural deseo (al igual que los israelitas mencionados, pero en otro aspecto) de conseguir el necesario alivio a nuestras dolencias y así de esta manera, poder dicho sujeto llegar a entrampar a las personas, pues de nuevo las Escrituras nos advierten de cómo está el “percal”:
“Sabemos que nosotros nos originamos de Dios, pero el mundo entero (el personal, obviamente) yace en el poder del inicuo (y evidentemente a través de tretas como las mencionadas y otras parecidas, en las que quedan entrampadas las personas incautas).” (1 Juan 5:19). (Acotaciones nuestras).
Por lo que si usted es un cristiano sincero ¿permitiría que el deseo, aunque lógico y razonable, de gozar de una buena salud socavara su relación con Jehová, su Creador? Porque por otra parte, es evidente que no hay nada malo en ejercitar con regularidad el cuerpo, pues ello entona los músculos, alivia la tensión, mejora el porte y ayuda a la respiración; de hecho, la misma Palabra de Dios reconoce que el entrenamiento corporal puede ser valioso, pero que a diferencia del “yoga”, separa totalmente de la religión tal entrenamiento corporal, al decirnos lo siguiente:
“Porque el entrenamiento corporal es provechoso para poco (relativamente hablando); pero la devoción piadosa (luego una cosa distinta y ya relacionada con las normas de Jehová) es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8). (Acotaciones nuestras).
Y aunque es cierto que el escoger, en este caso un conjunto de ejercicios para mejorar la salud, es asunto personal, el cristiano querría escoger en su vida actividades que agradaran a Jehová Dios y por tanto, evitar aquellas que pudieran provocar un conflicto con Este, al estar relacionadas, como es el caso que nos ocupa, con ideas religiosas que no sean compatibles con la adoración a nuestro Creador. Pero claro, siempre salen aquellos consoladores al estilo de esos tres “pendones verbeneros” de los que “disfruto” el bueno de Job, eso es, los Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita (Job 2:11) y que intentan convencernos, ante nuestra incomprensible (para ellos) e intransigente postura de rechazar ciertas posturas o conductas de general aceptación, en beneficio de nuestra salud espiritual, de que somos unos “exageraos” y que Jehová no va a culparnos por el hecho de (y en el caso que nos ocupa), buscar remedio a nuestras dolencias…… pero ¿es lógico tal razonamiento? Y puesto que el cristiano sincero se esfuerza en ver las cosas desde el punto de vista de su Creador y no del de aquellos que, aun reconociendo sus buenas intenciones para con nosotros, no tienen ninguna relación con Él (de lo contrario tendrían nuestro mismo punto de vista), vamos a analizar un pasaje que siendo cierto que no está escrito para ese tema del “yoga” en particular y que ignoramos si en aquellos tiempos y en esa zona, siquiera se conocía su existencia, no es menos cierto que como “principio” sí sería aplicable en esta situación:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio’. 28 Pero yo les digo que todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. 29 Ahora bien, si ese ojo derecho tuyo te está haciendo tropezar, arráncalo y échalo de ti. Porque más provechoso te es que uno de tus miembros se pierda y no que todo tu cuerpo sea arrojado en el Gehena. 30 También, si tu mano derecha te está haciendo tropezar, córtala y échala de ti. Porque más provechoso te es que uno de tus miembros se pierda y no que todo tu cuerpo vaya a parar al Gehena.” (Mat. 5:27-30).
Fijémonos que la enseñanza fundamental en dicho pasaje radica, no tanto en el hecho de que solo con pensar en la mera posibilidad de hacer algo, ya es suficiente motivo para afectar nuestra relación con el Creador, sino en que sería preferible el perder órganos tan vitales como pudieran ser el ojo derecho (el predomínate en la mayoría de seres humanos) o en su defecto la mano derecha y que es la que con mayor soltura maneja el personal, pues mayormente las personas son diestras…… y con las limitaciones que ambos casos implicarían para la persona, antes que perder nuestra buena relación con Jehová y algo que nos podría llevar al “Gehena”, o lo que es lo mismo, al “lago que arde con fuego y azufre” y lo que significa ir directos hacia la destrucción eterna (Rev. 21:8).
Y con ello no estamos diciendo que uno esté condenado a sufrir un dolor “in aeternum”, en el caso que lo tengamos, sino en buscar otras opciones alternativas al “yoga” y que por supuesto las hay, que no nos enfrenten al desagrado del Divino; pero que en todo caso y ya yendo al extremo, en el supuesto que no hubiera otra opción alternativa, la “moraleja” o principio contenido en ese pasaje mencionado, es el de que mejor es sufrir lo que sea, que ser apartados de una buena relación con nuestro Creador…… y es que Jesús en su momento, ya dijo algo que nos tiene que hacer pensar, pues “marca” de alguna manera el modo o línea de conducta del vivir cristiano:
“Tomen mi yugo (enseñanzas o normas a las que el cristiano está sujeto) sobre ustedes y aprendan de mí (seguir su ejemplo y consejo), porque soy de genio apacible y humilde de corazón y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:29-30). (Acotaciones nuestras).
Y esa es nuestra personal opinión (pues solo es una opinión, como ya les hemos señalado al inicio de este escrito) sobre el asunto de la práctica del “yoga” en un cristiano y en el bien entendido, de que quizás algo más se podría decir al respecto; no obstante creemos, que con lo dicho es suficiente para que uno pueda empezar a sacar conclusiones…… a partir de ahí, que cada cual haga lo que crea más oportuno. Por cierto y volviendo a esas palabras de Jesús ¿por qué su yugo es “suave” y su carga “ligera”? Pero en fin, ese ya sería otro tema y que pueden averiguar por ustedes mismos, solo meditando un poco sobre tan precioso pasaje…… ¡hombre, no pretenderán que se lo hagamos todo nosotros ¿no?!
MABEL
viernes, 23 de noviembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario