martes, 20 de noviembre de 2012

¿Seguro, Sres. Diamond y Norero, que existe un lugar de tormento llamado “infierno”? 

Esta enseñanza, característica de la Iglesia Católica y que podríamos considerar como la asignatura pendiente de este blog, pues nunca habíamos tratado el tema y con la importancia que probablemente puede tener para muchas personas, es aquella que nos habla (y generalizando un poco) de un tenebroso lugar en donde supuestamente van a parar las “almas” de aquellos que, desobedientes a Dios, han muerto en pecado y por lo que no tienen cabida en el “cielo”. Por otra parte nos gustaría señalar, que si nos hemos decidido meternos en este “fregao”, ha sido debido a la indicación de una buena amiga que tenemos en el continente americano, que leyendo nuestro último escrito en el que hablábamos del Sr. David Diamond y su “coleguilla” el Sr. Arturo Norero, sobre su “genial” afirmación en el sentido que en un futuro los mares en la tierra serán eliminados por nuestro Creador, nos mandó un correo en el que nos decía lo siguiente:

 “Pues si esto os ha alborotado de tal manera, no sé lo que haréis si escucháis lo que cuentan esos señores acerca del infierno.”

Y nosotros, que como buenos “miuras” (toro bravo español y con muy mala “gaita”) solo necesitamos que nos muestren la capa para embestir como “idems”, ni cortos ni perezosos nos fuimos en busca del video de referencia, titulado “David Diamond - ¿Existe el infierno?” y “corroídos” por la curiosidad, nos dedicamos a visionarlo…… tras lo cual, concluimos que nuestra buena amiga se había quedado bastante corta en su valoración, porque estaríamos hablando de la disparatada “enseñanza” promulgada por dos sujetos indocumentados e ignorantes, que no tienen ni la más remota idea de lo que están diciendo. Y que además, tal parece ser que arteramente escogen aquellos textos en los que se halla aquella palabra clave que necesitan que se diga, para mantener su rocambolesco planteamiento…… e incluso presentando como reales, relatos escriturales que son totalmente ficticios, para tener algo con qué apoyar su disparatada afirmación y que nada tiene que ver (nos permitimos señalar) con lo que dicen las Escrituras sobre el tema. Es cierto que ignoramos, si dicha actitud mencionada es voluntariosa o producto de la supina ignorancia de esos “caballeros” acerca del contenido escritural…… y que sinceramente, no sabemos que sería peor; pero que en todo caso y como es costumbre en este blog, pasaremos a intentar probar la falsedad de las tales “enseñanzas”, así como la catadura moral e intelectual de esos dos “genios” de la interpretación bíblica.

Por lo que iniciaremos nuestra exposición (y que ya les “amenazamos” con que será extensa, debido a la seriedad del tema que estamos analizando, luego la cosa va para largo), haciendo referencia a algunas de las distintas y disparatadas afirmaciones que dichos caballeros nos hacen, como por ejemplo, al decirnos que ese lugar llamado “infierno” y lugar de tormento según ellos, a dónde supuestamente va una (también supuesta) parte “inmaterial” del ser humano, eso es, las “almas” de los pecadores impenitentes (mientras el cuerpo físico o mortal se descompone en la tierra o sepultura), es conocido en hebreo como “sche´óhl” (Seol, en español) y traducido al griego como “hái·des” (“Hades” en español), cuando la realidad es que los tales términos, hacen simple referencia a la sepultura común de la humanidad y al grado que algunas traducciones, transliteraran dichas expresiones como “reino de los muertos”, o “morada de los muertos”, o “lugar donde descansan los muertos”. Luego lo que está claro es que la afirmación de esos dos señores, como mínimo no se ajusta, no solo al texto escritural, sino tan siquiera al punto de vista general de una inmensa mayoría de traductores y por tanto, perfectamente discutible.

Porque el Sr. Diamond inicia su exposición afirmando que esa palabra hebrea “sche´óhl”, es la que mejor describe ese lugar “único” en todo el universo (y que ¡oh casualidad! nos lo han “clavao” en el mismo centro de nuestra tierra), eso es, un “infierno” de fuego para tormento eterno de las almas de los pecadores impenitentes y planteamiento que dicho caballero resume de la siguiente manera:

“…… en pocas palabras; el Seol o Hades es el receptáculo de las almas rebeldes, en la vida después de la muerte.”

Y en el bien entendido que dicho caballero ya nos ha dejado claro, que el cuerpo físico se queda en la tumba o sepulcro y en donde se descompone, mientras que su “alma” pecaminosa va camino a un lugar más profundo llamado “Seol”. E incongruente afirmación donde las haya, pues decir que después de la muerte “continúa” habiendo vida, ya tiene sus “bemoles”…… pero es que además dicha afirmación es falsa y por lo que ya nos disculparán ustedes el exceso, pero es que hay que ser “pollino” para hacer semejante aseveración, a la par que de un total incapaz el Sr. Norero, por no saltar como una ballesta ante semejante animalada de su compañero de fechorías; porque dicha afirmación, no solo significa que ambos “genios” de la interpretación bíblica, “gozan” de un claro desconocimiento del contenido escritural, sino que aún no se han enterado de lo que le dijo Jehová al primer hombre, cuando le advirtió sobre las consecuencias de desobedecerle:

Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. 17 Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.” (Gén. 2:16-17).

Luego ¿qué podía significar en ese contexto, la expresión “morirás”? Pues obviamente lo contrario de estar vivo y que era lo único que conocía Adan; de hecho si ustedes buscan en cualquier diccionario, verán que el término “muerte” significa y en una primera acepción, la “Cesación o término de la vida.” Entonces cuando uno se muere, el común de los mortales entiende que uno deja de vivir, eso es, de existir como ser viviente. Pero dicho la cual, continuemos con el planteamiento que nos hacen esos “intelectuales”, en el sentido que exista un lugar parecido a un “infierno” de fuego, en donde residan las almas de los impíos en una situación de tormento perpetuo o eterno…… pero claro, para que eso fuera así, precisaríamos de cuatro hechos fundamentales: en primer lugar, que tanto esa palabra hebrea “Seol”, como la versión griega de la misma, eso es, “Hades”, realmente transmitan dicha idea; en segundo lugar, que la Biblia nos dé una mínima referencia de que el tal “infierno” exista en realidad; en tercer lugar, que el ser humano tenga una parte inmaterial o alma que se separe del cuerpo y susceptible de ir a ese lugar; y ya por último, que haya consciencia después de la muerte…… porque si no se dan esos cuatro requisitos, difícilmente puede ser creíble el planteamiento de dichos caballeros (y les continuamos advirtiendo, de que la cosa va para largo).

Por lo que empecemos por atender la primera cuestión planteada y que tiene que ver con si la palabra “Seol”, o su variante griega “Hades” (ya españolizadas ambas) “transmiten” la idea de un “infierno” o lugar ardiente de tormento en el centro de la tierra…… y supuesto destino de las “almas” pecadoras; para ello, veamos lo que se nos dice en cualquier diccionario bíblico que consultemos y que prácticamente vendría a ser, más o menos, lo que leemos en esta información extraída de “wikipedia.org”:

El término «hades» en la teología cristiana (y en el Nuevo Testamento Griego) es paralelo al hebreo sheol (“tumba” o “pozo de suciedad”) y alude a la morada de los muertos. El concepto cristiano de infierno se parece más al Tártaro griego, una parte profunda y sombría del Hades usada como mazmorra de tormento y sufrimiento.” (Negritas nuestras).

Entonces vemos en primer lugar, que la idea primitiva transmitida por la palabra hebrea “sche´óhl” así como su homónima griega “hái·des” nada tenía que ver con algo relacionado con el fuego y muchísimo menos, como forma de tormento, sino con el sentido de “tumba” o sepulcro y también por el descriptivo nombre de “pozo de suciedad”. Es más, se nos habla de la palabra “infierno” como de un concepto “cristiano” del término y que tendría que ver más con la mitología griega, que con el punto de vista hebreo acerca del mismo (que no aceptaba de ninguna manera la idea de la vida después de la muerte), pues conocida es la gran influencia que la cultura griega acabó teniendo ya a finales del primer siglo después de Cristo sobre el primitivo cristianismo, con enseñanzas como la de la inmortalidad del alma y que partiendo de las ideas filosóficas griegas (básicamente de Platón, 428-347 a.C.), encontró su acomodo en el cristianismo actual; recordemos que fue este filósofo, que atribuyéndola a su maestro Sócrates, en la supuesta conversación que este mantuvo en su último día de vida, con los personajes Simmias y Cebes (y narrada por Fedón, también supuesto testigo presencial de la misma), sostuvo la idea de la inmortalidad del alma: veamos unas breves referencias a dicha conversación, en una de las obras de Platón, titulada precisamente “Fedón”:

El alma, (…...) que se separa pura, sin arrastrar nada del cuerpo, (……) se va hacia lo que es semejante a ella, lo invisible, lo divino, inmortal y sabio, y al llegar allí está a su alcance ser feliz, apartada de errores, insensateces, terrores, (……) y de todos los demás males humanos, (……) para pasar de verdad el resto del tiempo en compañía de los dioses.” (Fedón, 80 d, e; 81 a.).

Luego es un absurdo lo que nos dice el Sr. Diamond a partir del minuto 4 de grabación, en el sentido que fueran los judíos los que tuvieron cierta “dificultad” para transmitir a los griegos, la idea de que la vida no acababa en la tumba (eso es, después de la muerte), cuando resulta que los hebreos jamás han tenido dicha creencia, sino que esta procedía de culturas mucho más antiguas que la hebrea y absorbida totalmente por la civilización griega…… ¡y que ya hay que ser cateto e ignorante, para afirmar semejante disparate! Ya otra cosa y como hemos comentado, sería el “cristianismo” de finales del primer siglo en adelante y que con la entrada de gentiles de origen griego, se contaminó de tal manera de dicha enseñanza pagana, que dio origen a una nueva orientación de las enseñanzas de Jesús…… pero el pueblo hebreo, como tal pueblo, nunca tuvo dicha creencia.

Porque es cierto que la primera traducción al griego de las escrituras hebreas fue la llamada “Septuaginta” y ordenada por Ptolomeo II (no IV, Sr. Diamond) Filadelfo y faraón de Egipto durante el período 285-246 a.d.C. y traducción que recibió dicho nombre en función de los sabios que intervinieron en la misma...... pero en realidad lo que se hizo, fue impregnar esa traducción al griego de las escrituras hebreas, del pensamiento egipcio y griego (y de culturas anteriores a estas, como hemos dicho) sobre la inmortalidad del alma y por lo tanto, muy anterior a dicha traducción; por lo que la palabra griega “hái·des” (“Hades”, en español) y a pesar de su lejano parentesco con el “Tártaro” de la mitología griega, resultó un término idóneo para ello…… y creencia egipcia, que queda gráficamente constatada por sus gigantescos monumentos funerarios como son las pirámides; pero veamos dos comentarios más de la citada obra de consulta:

El inframundo griego es un término general que se emplea para describir a los distintos reinos de la mitología griega que se creía estaban situados debajo de la tierra o más allá del horizonte. Entre estos reinos se incluyen los Campos Elíseos, las Islas de los Bienaventurados o Islas Elíseas, la morada de los muertos (que suele recibir el nombre de Hades) y el Tártaro.” (Negritas nuestras).

Pero lo que queda claro y según entendemos de esa transcripción, es que el “Tártaro” hacía referencia a una parte más profunda que el “Hades” y por tanto distinto a este…… y que si bien el “Tártaro” describía un lugar de tormento, este no tenía nada que ver con el propio “Hades” y por lo cual, obviamente, no estaríamos hablando de la misma cosa; por tanto y resumiendo, el concepto de un lugar de tormento no derivaba de la palabra hebrea para “Seol” y su homónima “Hades”, sino en todo caso y como ya hemos señalado, de la mitología griega, como nos muestra el siguiente comentario:

En la mitología griega, el Tártaro es tanto una deidad como un lugar del Inframundo, más profundo incluso que el Hades. En antiguas fuentes órficas y en las escuelas mistéricas es también la «cosa» ilimitada que existió primero, de la que nacieron la Luz y el Cosmos.” (Negritas nuestras).

Entonces estaríamos hablando de dos cosas totalmente distintas y en donde la versión griega de la palabra hebrea para “Seol”, eso es, “Hades”, solo transmitiría la idea original de la primera, como sepulcro común de la humanidad; y proviniendo la idea de un lugar de tormento o “infierno” situado en una parte más profunda de lo tierra (mucho más abajo del “Hades”), de la mitología griega a través de la palabra “Tártaro”, que nada en absoluto tenía que ver con el pensamiento hebreo para “Seol”. Por lo que resumiendo la cosa, podríamos decir que es falsa la afirmación que nos hacen dichos caballeros, en el sentido de que la palabra hebrea “sche´óhl” identifique un lugar único en el universo llamado “infierno”, para castigo o tormento eterno de las almas de los pecadores impenitentes…… por lo que esos señores, nos están mintiendo como bellacos y de lo que, obviamente, responderán ante Jehová.

Pero como desde este blog nos gusta dejar las cosas perfectamente clarificadas, entendemos que no basta con esas razonadas afirmaciones literarias (quizás se podrían presentar otras en sentido contrario) para dar fuerza a nuestra posición y por ello, pasaremos a la segunda cuestión planteada y que tiene que ver, en si realmente y desde la óptica de las Escrituras “existe” algo parecido a un “infierno” de fuego y lugar de tormento eterno que fuera conocido por los primeros patriarcas hebreos, pues de la palabra hebrea para “Seol” y según nos afirman dichos “genios” de la interpretación bíblica, se derivaría dicha idea…… recordemos que según el Sr. Diamond, dicha expresión hebrea “sche´óhl” identifica lo siguiente, a tenor de su afirmación textual transcrita del video en cuestión (minuto 4’25 de grabación en adelante) :

…… la palabra Seol, es la que más claramente describe a este lugar único en el universo ¡único! (......) esta palabra Seol se refiere a las profundidades de la tierra, pero no dónde va el cuerpo, sino dónde va lo inmaterial del ser humano, es decir el alma…… y más aún: el alma de los rebeldes en condenación

Y en donde a continuación entra en liza el “enteradillo” del Sr. Norero, para apoyar la salvaje afirmación del amigo Diamond, con una clase “magistral” en dónde nos cita de textos bíblicos en los que, presuntamente, el propio Jesucristo se refirió a ese citado “infierno” como lugar de tormento y reflejado en la palabra hebrea “sche´óhl”…… pero que ya después de acabar nuestro repaso a los cuatro puntos que les hemos señalado, es cuando le aclararemos esta cuestión a tan “entendido” y vehemente caballero; aunque nos permitimos el adelantarles a ustedes, que Jesús jamás hablo de ese “infierno” que nos están “vendiendo” esos dos ignorantes, que con un mínimo de sentido común y un poco de vergüenza torera, no dirían las burradas que dicen. Pero volvamos a la afirmación que nos acaba de hacer el Sr. Diamond sobre el significado de la palabra “sche´óhl” y que habríamos de imaginar que de ser las cosas como él nos las ha expuesto, los notables del AT obviamente tendrían que conocer de sobra que había detrás de dicho término, pues formaba parte de su idioma natural y de uso diario…… por lo tanto, veamos qué idea les transmitía a ellos dicha expresión; por ejemplo, al patriarca Jacob:

Gén 37:34-35: “Con eso, Jacob rasgó sus mantos y se puso saco sobre las caderas y se dio al duelo de su hijo por muchos días. 35 Y todos sus hijos y todas sus hijas siguieron levantándose para consolarlo, pero él siguió rehusando recibir consuelo y diciendo: “¡Porque en duelo bajaré a donde mi hijo, al Seol!”. Y su padre continuó llorándolo.”

 Luego ¿habría que pensar, que lo que entendía Jacob sobre su hijo José, de quien le acababan de comunicar su muerte, era que este estaba siendo “atormentado” en un “infierno” de fuego y lugar al que él mismo estaba deseando ir, precisamente para liberarse del tremendo dolor que sentía en ese momento? Razonable no parece al menos y ello lo prueba, el hecho que algunas traducciones sustituyen la palabra “Seol” en este pasaje, por las expresiones “reunirme con él en el reino de los muertos” (BLP); o “hasta que descienda al *sepulcro para reunirme con mi hijo” y asterisco en la expresión “*sepulcro” que nos remite a la siguiente nota a pie de página “o Seol en hebreo” (NVI); o “hasta que vaya a reunirme con él entre los muertos” (DHH) y otras de igual tenor. Por otra parte cabría destacar, que las versiones que en ese pasaje transliteran la palabra “Seol” directamente del original, como la RV 1960 y RVC dan una referencia sobre la misma a pie de página, con la aclaración “Nombre hebreo, del lugar de los muertos”…… luego nada más lejos de la mente de Jacob y que algo más que los Sres. Diamond y Norero sabría del asunto, el que el “sche´óhl” fuera algo parecido a un “infierno “ de fuego o lugar de tormento, e idea o punto de vista (la del patriarca en cuestión), compartido por los actuales traductores bíblicos, como hemos comprobado.

Pero es que además, hay que tener en cuenta que según el bueno de Jacob, José ya estaba en el “Seol”…… sin embargo, sabemos que Jehová posteriormente bendijo al citado personaje abundantemente, lo que nos indicaría que no era un “alma rebelde en condenación” (como tampoco lo era obviamente Jacob y que sin embargo, también pensaba en bajar al Seol) según menciona ese espantajo intelectual que es el Sr. Diamond, por lo que no podía haber sido mandado al “infierno” para ser atormentado: luego el “Seol”, lugar donde se afirma que José estaba y a dónde también esperaba ir Jacob, según el pasaje citado, no puede ser lo que esos caballeros nos dicen que es; pero veamos otro pasaje para confirmar nuestro planteamiento y que nos habla de otro reconocido patriarca: Job 14:13:

¡Oh que en el Seol me ocultaras, que me mantuvieras secreto hasta que tu cólera se volviera atrás, que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí!

Entonces ¿qué le estaba pidiendo el sufrido Job, al Altísimo? ¿Qué le mandara a un “infierno” o lugar de tormento eterno, peor por tanto que el que ya tenía en ese momento aquí en la tierra…… o más bien al contrario, ser ocultado en un lugar de descanso, apartado del “mundanal ruido” y que Jehová se acordara de él en el momento de la resurrección y en la que creían los hebreos? Porque hay que señalar que en este pasaje, mientras la RV 1960 transcribe la palabra “Seol” al igual que la versión que nosotros usamos por sistema en nuestros escritos (que es la TNM de los TJ), su versión hermana, la RVC la sustituye por la palabra “sepulcro” tal como hacen otras versiones; por ejemplo, la NVLH vierte el texto señalado con la siguiente acotación para la palabra “Seol”:

¡Oh, sí me escondieras en el Seol (región de los muertos), si me ocultaras hasta que Tu ira se pasara, si me pusieras un plazo y de mí te acordaras!

Por lo que de nuevo queda claro y digan lo que digan esos dos “enteraos”, que el “Seol” hebreo (y su sinónimo griego “Hades”), no es un “infierno” o lugar de tormento de fuego, sino el sepulcro común de la humanidad y algo situado (el susodicho “infierno”) más abajo de la posición de este…… que es lo que en su momento nos ha dicho el Sr. Diamond; sin embargo y de manera contraria, vean lo que nos dice Jehová:

Porque se ha encendido un fuego en mi cólera y arderá hasta el Seol, el lugar más bajo y consumirá la tierra y sus productos e incendiará los fundamentos de las montañas.” (Deut. 32:22).

Luego lo que habría que entender, razonando con lógica, es que si tal arrebato de justa furia del Altísimo y para enfatizar el máximo grado de indignación divina, se nos dice que llega hasta el “Seol”, es porque ya no hay otra lugar más allá de esas “latitudes” y con el que poder ser medido el gran enojo del Creador, eso es, que exista tal cosa como un “infierno” como lugar de tormento en las profundidades terrenas, mucho más abajo del citado “Seol”…… de lo contrario, Jehová no se habría expresado de la forma que lo hizo. Luego de todas todas y digan lo que digan esos dos analfabetos integrales en entendimiento bíblico (esperemos que la cosa no pase a mayores y llegue a otros aspectos), no hay nada parecido a un “infierno” de fuego, como lugar de tormento y situado más allá de la sepultura común de la humanidad, eso es, el “sche´óhl” en hebreo o “hái·des” en griego.

Pero vayamos ahora por la tercera cuestión planteada y que tiene que ver con que el ser humano tenga algo parecido a una cosa “inmaterial” que pueda ser separada del cuerpo cuando este muere y llamada “alma”. Porque el Sr. Diamond y con la completa aquiescencia del Sr. Norero, a la pregunta del moderador del programa sobre qué habría en este mismo momento en ese supuesto “infierno”, responde de forma categórica y enfática en el sentido de que lo que hay ahora mismo en el tal, son “almas”…… sin embargo, parece ser que la idea de Jehová no va por ahí, pues según Gén. 2:7 y en cuanto a lo que tiene que ver con la composición del ser humano, vean que se nos dice:

Y Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida y el hombre vino a ser (no “a tener”, que es distinto) un alma viviente (literalmente “né·fesch” que significa “ser viviente”). (Acotaciones nuestras).

Y que otras versiones, de manera equivalente, como por ejemplo RVC vierten dicho pasaje de la siguiente manera:

Así el hombre se convirtió en un ser con vida (y que equivale a “ser viviente” y no “con alma”).”

Luego en todo caso, lo que vemos y nosotros afirmamos, según se desprende del registro escritural, es que el hombre en su conjunto es en sí mismo un “alma”; tengamos en cuenta que el uso dado en el contexto bíblico al término original en hebreo “né·fesch” (“psy·kje” en griego) para “alma”, muestra que dicha expresión se refería tanto a personas como a animales o en su defecto, a la vida que hay en ambos y que los convierte en “seres vivientes”. Por lo que en contraste directo con la pagana enseñanza griega ya mencionada, sobre un “alma” inmaterial, intangible, invisible e inmortal, las Escrituras contraponen que cuando “psy·kje” o “né·fesch” se utilizan con respecto a las criaturas terrestres, ambas se refieren a lo que es material, tangible, visible y mortal…… o lo que es lo mismo, a un “ser viviente” y que es lo que significa el término hebreo “né·fesch”.

Pero si nos hemos fijado, el Sr. Diamond nos ha dicho que en el “infierno” están las “almas” de aquellas personas que han pecado contra Jehová de manera impenitente, mientras que las “almas” de aquellos que no lo han hecho, descansarían provisionalmente en un lugar distinto, en lo que él identifica como “seno de Abraham” o “segundo paraíso” (en todo caso, otra chorrada más de ese “genio”) y que los separaría o distinguiría, del resto de los que estaban en el “infierno”…… y algo que no cuadra con lo que dice Jehová, pues con respecto de los hombres en general, esto es lo que hay escrito acerca del destino de cada cual y transcrito también en este caso, de la citada RVC:

 “A todos nos espera lo mismo. El mismo final tendrán los justos y los injustos, los buenos y los malos, los puros y los impuros, los que ofrecen sacrificios y los que no los ofrecen, los que hacen lo bueno y los que hacen lo malo, los que hacen juramentos y los que no los hacen. 3 Hay un mal en todo lo que se hace bajo el sol y es que a todos los mortales nos espera lo mismo y que durante toda nuestra vida tenemos el corazón lleno de maldad e insensatez y que al final acabamos entre los muertos.” (Ecle. 9:2-3).

Por lo que si al final y contrario a lo manifestado por esos dos ignorantes integrales, tanto pecadores como no pecadores, buenos y no tan buenos, acabamos por igualentre los muertos” (lógicamente en espera de la resurrección), es obvio que no existen esos dos lugares distintos para diferentes personas…… y por lo que la palabra “Seol”, no puede significar otra cosa que la fosa común de la humanidad en general. A tenor de lo cual, lo dicho por el Sr. Diamond y corroborado por el ignorante Sr. Norero (bíblicamente hablando, esperemos), en el sentido que los “malos” y a diferencia de los que no lo son tanto, van a un “infierno” de fuego para sufrir tormento y dramatizado por D. Arturo, al decir aquello tan tétrico del “castañetear” de los dientes y eso por una eternidad, etc. etc. etc. no deja de ser una estupidez como un piano y propia de analfabetos integrales en el conocimiento de las Escrituras…… pero es que Jehová continúa remachando el clavo y en línea con lo mencionado acerca del significado de las palabra “né·fesch” para “alma” nos dice lo siguiente:

Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia y ellos tienen el mismo suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; y todos tienen un solo espíritu, de modo que no hay superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad. 20 Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos y todos vuelven al polvo.” (Ecle. 3:19-20).

Afirmación hecha por un personaje guiado por la sabiduría divina, como fue Salomón y en la que para nada se nos da a entender la existencia de un “infierno” a donde ser llevados los hombres “malos” para, conscientemente, ser atormentados por una eternidad. Contrario a esto, se nos dice que tanto hombre como animal, somos en esencia lo mismo y todos vamos al mismo sitio, eso es, al “polvo” o la “no existencia”; por lo que habría que sobreentender además, que si somos exactamente (y a tenor de esas palabras de Jehová), como los animales y que es universalmente reconocido, que no tienen nada parecido a un “alma” que se separe de su cuerpo cuando mueren y sobreviva a este, es que tampoco la tenemos nosotros, pues claramente nos dice nuestro Creador y que algo sabrá del tema (habría que suponer), que “no hay superioridad” del hombre sobre los animales o bestias salvajes…… y pasaje perfectamente en línea, con la sentencia que Jehová fijó para Adán:

Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo (o a la tierra), porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:19). (Acotación nuestra).

Y todos estaremos de acuerdo en que si hay un ser humano que merecería estar en un lugar de tormento, después de montar la que montó, ese sería Adán…… sin embargo, la sentencia divina fue tan simple como esta: morir y ser devuelto al polvo de la tierra, eso es, destruido eternamente…… y punto pelota; porque preguntémonos ¿qué fue realmente lo que le ocurrió a Adan al morir? Pues ni más ni menos que esto:

Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” (Sal. 146:4).

Eso es, cuando el hombre muere, su espíritu o “fuerza de vida” recibida por el aliento divino (Gén. 2:7) regresa al Dios verdadero que lo dio y hombre vuelve al polvo…… eso es, al menos, lo que nos confirma el siguiente pasaje:

Entonces el polvo (refiriéndose al hombre) vuelve a la tierra justamente como sucedía que era y el espíritu mismo vuelve al Dios verdadero que lo dio.” (Ecle. 12:7). (Acotación nuestra).

Pero puesto que el Altísimo no aprovechó esta circunstancia, para hablarnos de algo supuestamente inmaterial del ser humano parecido a un “alma” que separándose del cuerpo, pudiera ir a un lugar de tormento (solo nos habló de un espíritu que vuelve a Dios), solo cabría pensar que no existe nada inmaterial en el hombre a la forma de un “alma” (de la cual las Escrituras no nos hablan para nada) y que pudiera ir a un lugar tan estrambótico, como un “infierno” de fuego en un lugar, solo existente en la caótica y disparatada mente de esos señores. Porque no olvidemos un “pequeño” detalle que nos puede aclarar mucho las cosas, pero que precisamente por ser tan sencillo, no es tomado en cuenta por nadie y que es el siguiente: antes de ser creado el hombre por Dios, sencillamente no existía; luego Jehová tuvo que hacer una imagen de barro y soplar sobre ella aliento de vida y esa imagen cobró vida, convirtiéndose en un ser viviente y que es lo que significa la palabra hebrea “lené·fesch jai·yáh” o “criatura respiradora” y que tiene su raíz, en la expresión “né·fesch” (Gén. 2:7)…… cuando el hombre cae en el pecado, el proceso se invierte: Jehová retira su aliento de vida del hombre y por lo que este ya como simple materia, vuelve al polvo del que fue sacado o lo que es lo mismo, vuelve de nuevo a la no existencia. Todo lo que vaya más allá de este razonamiento, no dejan de ser más que historias para no dormir que se ha inventado el “cabrito” ese de Satanás para apartar al ser humano de su Creador y alejarlo por tanto de la salvación, al impartir falsas enseñanzas por medio de sujetos (como esos dos impresentables a los que nos estamos refiriendo) a los que Pedro calificó como de “falsos maestros” (2 Ped. 2:1)…… y con la satánica misión de introducir “sectas destructivas” eso es, diferentes grupos de personas con distintas y contradictorias enseñanzas, alejadas todas ellas del conocimiento de “la verdad” exigido por nuestro Creador (1 Tim. 2:4).

Dicho lo cual, entremos ya en la cuarta de las cuatro partes mencionadas al principio de este escrito y que tiene que ver con el averiguar si hay “consciencia” después de la muerte; porque recordemos que el Sr. Diamond y dando por buena la animalada de su compañero de fechorías, en el sentido que la ilustración o parábola del “hombre rico y Lázaro” (Luc. 16:19-31) era una historia “real” contada, para más inri, por el propio Hijo de Dios, aprovecha la circunstancia para, por una parte, confirmar la existencia del “infierno” y por otra y como veremos, sacar de dicha historia “real” datos para usar literalmente en favor de semejante salvajada…… sin embargo, lo que las Escrituras nos explican de Jesús y sobre su manera de enseñar a la gente, niega la literalidad de ese relato y por supuesto, la burrada que acaban de decir esos “caballeros”:

De manera que con muchas ilustraciones de ese tipo les hablaba la palabra, hasta el grado que podían escuchar. 34 Verdaderamente, sin ilustración no les hablaba, pero privadamente explicaba a sus discípulos todas las cosas.” (Mar. 4:33-34).

Entonces parece quedar claro que ese relato mencionado no era más que una simple ilustración o parábola, pues con el uso de las mismas era la manera en que enseñaba Jesús a sus oyentes y algo además, profetizado de antemano con respecto de este:

Todas estas cosas habló Jesús a las muchedumbres por ilustraciones. En verdad, sin ilustración no les hablaba; 35 para que se cumpliera lo que se habló por medio del profeta que dijo: “Abriré mi boca con ilustraciones, publicaré cosas escondidas desde la fundación”.” (Mat. 13:34-35).

¡Más claro agua ¿no?! Entonces y lejos de lo afirmado por esos dos ignorantes, no estaríamos hablando de una historia “real”, sino de una ilustración o parábola y cuya finalidad era la de transmitir una enseñanza moral, la que fuere en ese momento.

Pero volviendo a lo de la consciencia después de la muerte, vemos que el Sr. Diamond toma datos de esa historia “real” para “demostrarnos” que las “almas” de las personas tienen consciencia en ese “infierno”…… pero dado que ya parte de un supuesto falso, su planteamiento, lógicamente, se cae por su propia base: y es que según ese “genio” de la interpretación bíblica, puesto que el hombre rico de la historia en cuestión, pudo ver a Abrahán, ello significaría que en el “infierno” se puede ver y con lo que resultaría que hay consciencia después de la muerte. Además, puesto que el “hombre rico” de la ilustración, reconoció a Abrahán y dado que pudo calcular que este se encontraba lejos (siempre según el Sr. Diamond), es obvio que en ese lugar llamado “infierno”, se puede ver, reconocer y calcular; luego conclusión: todos los sentidos funcionan a la perfección en ese abismo de tormento, al que van las almas de los pecadores…… y es que ¡así de “borricos” (que diría el “mañico”) son esos dos personajes!; y rogando a tan nobles cuadrúpedos (nos referimos a los sufridos “borricos”, naturalmente) que no se sientan ofendidos por esta desafortunada comparación.

Y es que por otra parte, que el Seol/Hades es el sepulcro o tumba común de la humanidad, como la inmensa mayoría de traductores afirman que dicho término significa, nos lo aclara más si cabe lo que vamos a leer a continuación sobre el “Seol” y que niega tajantemente lo que nos dicen esos señores, en el sentido de que los que supuestamente allí van, están plenamente conscientes:

Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo, ni formación de proyectos, ni conocimiento, ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde estás yendo.” (Ecle. 9:10).

Traducen literalmente “Seol” en este pasaje la TNM de los TJ, la LBLA, la RVR 1989, la BJ, la NBLH y la RV 1995, mientras que el resto lo vierte con su equivalentes “sepulcro”, o “tumba” o “reino de los muertos”, etc.

Resumiendo, que estaríamos hablando de lo mismo y por lo que no hay consciencia en el “Seol”, pues ese pasaje mencionado dice exactamente todo lo contrario de lo afirmado por esos señores y con lo que quedaría también claro, que es una solemne majadería el afirmar la existencia del “Seol” como un “infierno” o lugar de tormento para las almas pecadoras y sobre lo que esos dos “iluminados” han montado todo su esperpéntico “tinglao”. Por lo tanto y visto que las cuatro premisas requeridas para que ello pudiera ser así, dicen todo lo contrario de lo que esos señores afirman, la palabra hebrea “sche´óhl” o “Seol” en español, no puede representar otra cosa más que la sepultura común de la humanidad…… lo que significa que nuestro planteamiento es correcto, mientras que esos señores nos están mintiendo y no tienen ni idea de lo que dicen las Escrituras ¡porque cuidado con la “película” que se han montado los “nenes”!

 Y que para mostrarles lo acertado de nuestra afirmación, en el sentido que esos señores no tienen ni puñetera idea de lo que hablan (se lo hemos prometido), pasaremos a analizar ahora la serie de textos que el Sr. Norero nos cita para “demostrar” al personal, que fue el propio Hijo de Dios el que nos habló del “infierno” como lugar de tormento y por lo que (según nos dice enfáticamente dicho caballero) negar la existencia del mismo, sería llamar mentiroso al propio Jesucristo. Y cosa que nosotros no hacemos, sino que con toda rotundidad decimos que Jesús jamás afirmo semejante necedad y que los que están mintiendo al enseñar la existencia de un “infierno” de tormento, son esos dos cretinos y a los que emplazamos públicamente, a que rebatan nuestros argumentos en contra de su disparatada afirmación; al tiempo que le recomendamos al Sr. Norero, que antes de apoyarse en un texto bíblico, se asegure un poco más de lo que el mismo realmente dice…… porque veamos, que en realidad, es lo que dicen esos pasajes “probatorios” por él mencionados:

Mat. 5:29-30: “Ahora bien, si ese ojo derecho tuyo te está haciendo tropezar, arráncalo y échalo de ti. Porque más provechoso te es que uno de tus miembros se pierda y no que todo tu cuerpo sea arrojado en el Gehena. 30 También, si tu mano derecha te está haciendo tropezar, córtala y échala de ti. Porque más provechoso te es que uno de tus miembros se pierda y no que todo tu cuerpo vaya a parar al Gehena.”

Mat. 10:28: “Y no se hagan temerosos de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; sino, más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena.”

Mat. 23:15: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo prosélito y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena dos veces más que ustedes.”

Mat. 23:33: “Serpientes, prole de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio del Gehena?

Luego ¿qué palabra leemos que pronunció Jesús: “infierno” o “Gehena”? Porque obviamente no son lo mismo, pues a diferencia de la palabra “Seol” que aparece hasta 65 veces en el texto escritural y siempre relacionada con la morada final de los muertos en general, esta última expresión y derivada del griego “gué·en·na”, aparece solo 12 veces en las Escrituras y que en algunas traducciones (como parece ser el caso de la que usan esos caballeros y que con toda probabilidad, será la RV 1960) se vierte como “infierno”. Pero es que resulta que dicha expresión “infierno” es traducida del latín “infernum” que a su vez, es el equivalente de las expresiones hebrea “sche´óhl” y griega “hái·des” y de las que ya hemos analizado su significado; por lo que esa expresión “infierno” en el sentido que la entienden esos señores, no cuadra para nada con aquello de lo que estaba hablando Jesús en esos pasajes.

Porque en dichos pasajes, tanto la TNM de los TJ que usamos en este blog, como la traducción La Palabra vierten directamente la palabra “Gehena”, mientras que cualquier otra traducción con referencias, como NVI, o la NBLH entre otras, al lado de la palabra “infierno” hay una acotación que dice “en griego, gehena”; y que la versión La Santa Biblia (versión Evaristo Martín Nieto), vierte como “el fuego” en clara alusión a ese lugar llamado “Gehena” y que conocían perfectamente los judíos a los que se dirigía Jesús en esos textos…… y que si conoce cualquier persona un poco versada en las Escrituras ¡cuánto más deberían de conocerlo, aquellos que como es el caso que nos ocupa, se arrogan la labor de enseñar a otros! Y que sin embargo en este caso, nos encontramos con unos sujetos que lo desconocen por completo y lo que les lleva a hacer el ridículo tan espantoso que estamos contemplando…… pero a todo ello ¿qué era el “Gehena”?

Pues resumiéndolo a una mínima expresión (bastante extenso es ya este escrito), estaríamos hablando de un vertedero cercano a Jerusalén, en un lugar conocido como el valle de Hinón y en el que había un fuego continuo mantenido con azufre, en donde junto a las basuras y otros desechos de la citada ciudad, para ser destruidos por quema, se echaban también los cadáveres de los malhechores ejecutados, que según la Ley Mosaica no merecían sepultura y que en la idea judía, ello significaba que Jehová no los tendría en cuenta en la resurrección que esperaba (y espera) ese pueblo…… por lo que echar a uno en ese fuego que ardía continuamente, tenía el simbolismo de destrucción eterna. Por eso Jesús pudo hacer referencia en Mar. 9:48, a que “donde su cresa no muere y el fuego no se apaga”, porque en ese quemadero y en aquellos rincones en los que el fuego no llegaba, se producía la repugnante visión de las cresas o gusanos que se alimentaban de productos orgánicos en descomposición (restos también de cadáveres) que lejos de desparecer, se reproducían continuamente; y al tiempo que el fuego no se apagaba, pues era mantenido artificialmente con azufre…… pero en todo caso, nada parecido a un lugar de tormento, pues los que eran arrojados en ese fuego, ya eran cadáveres. Por lo que Jesús nunca habló de algo parecido al “infierno” que esos dos indocumentados nos quieren vender y que ya en el colmo del paroxismo, el Sr. Norero nos sale con otro disparate, fruto de su estulticia y total ignorancia de lo que habla, en el sentido que también según el propio Hijo de Dios, dicho infierno había sido “creado para el diablo y sus demonios” y que para demostrar lo indemostrable y que en un claro desconocimiento del pasaje en cuestión, cita de Mat. 25:41:

Entonces dirá, a su vez, a los de su izquierda: “Váyanse de mí, ustedes que han sido maldecidos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles”.”

Bien, pero de nuevo nos tenemos que preguntar ¿de qué estaba hablando Jesús es ese pasaje? Pues Jesús estaba hablando y como aquellas personas que le estaban escuchando en esa ilustración conocida como “la de las ovejas y las cabras” entendían perfectamente, en clave del fuego como símbolo de destrucción eterna, porque ¿dónde en definitiva, se nos cuenta que fue echado el diablo y sus ángeles para su destrucción?; veámoslo, analizando un pasaje que tiene su cumplimiento al final de los mil años del reinado de Cristo:

Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde ya estaban tanto la bestia salvaje como el falso profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.” (Rev. 20:10).

Luego puesto que nos aparece un “lago de fuego” tendríamos que averiguar si estamos hablando de un literal lago de fuego y por tanto, literal “infierno” en el que el propio Satanás y demonios, en un momento dado también son arrojados…… o realmente se nos está diciendo otra cosa. Y para ello averiguarlo, puesto que sabemos que la Biblia se interpreta a sí misma, dejemos que sea esta la que hable y nos lo aclare; vamos a leer para ello, lo que se nos dice en Rev. 21:8:

Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe y los que son repugnantes en su suciedad y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto (el citado lago de fuego) significa la muerte segunda.” (Acotación nuestra).

Entonces dicho “lago de fuego” y según el citado pasaje, nada tiene que ver con algo literal, sino que significa la muerte “segunda”, o muerte de la que ya no hay resurrección posible…… por tanto, estaríamos hablando de destrucción eterna; y siendo eso a lo que se refería Jesús, cuando se dirigía a aquellas personas que le escuchaban y que sí sabían de lo que se les estaba hablando, cuando se les hacía referencia al “Gehena”. Pero resulta que el Sr. Norero, recordémoslo, es el que con gran énfasis y vehemencia ha dicho que fue el propio Jesús, el que dijo que el “infierno” del que nos hablan esos dos indocumentados, había sido preparado para el diablo y sus demonios…… y por tanto, en una clara confirmación de la existencia del mismo. Pero nosotros le recordamos a dicho “caballero” que también fue el propio Jesucristo el que le dio la Revelación a Juan y en ella se nos dice y como hemos visto, que el juicio de fuego nada tiene que ver con un literal “infierno” de tormento, como el que nos quieren “vender” esos analfabetos integrales en cuestiones bíblicas, sino que significa la muerte “segunda” y de la que ya no hay resurrección: en definitiva y como ya hemos señalado, estaríamos hablando de destrucción eterna…… luego ¿nos podría explicar entonces tan “entendido” caballero, en cuál de esas dos afirmaciones, nos miente el Hijo de Dios? ¿O más bien tenemos que entender que esos dos “genios” de la interpretación bíblica, son los que no tienen ni puñetera idea de lo que dicen y nos están mintiendo como bellacos, en cada una de sus disparatadas afirmaciones?

Porque puesto que esa es la realidad, la conclusión a la que llegamos los autores de este blog, sobre el tema objeto de análisis, es que no existe nada parecido a un “infierno” de fuego en donde ser atormentadas unas hipotéticas “almas”, sino que cuando uno muere, sencillamente deja de existir como ser viviente, por tanto en la inconsciencia más absoluta, como si de un fuerte sueño se tratara (ver Mat. 11:11-14) y queda esperando en el “Seol” o sepulcro común de la humanidad, el momento en que será resucitado ya en el reino de Dios, donde su cuerpo será regenerado en perfección y en un entorno paradisíaco.

Y que esto no puede ser de otra manera, queda claro si razonamos de manera lógica y con sentido común: puesto que es obvio que Jehová cuando nos habla de los muertos, sabe de lo que nos habla, habría que pensar que si quedara vivo en el ser humano después de la muerte física de este, algo parecido un “alma inmaterial” susceptible de ser atormentada en un lugar llamado “Seol” y siempre según la esquizofrénica paranoia de esos dos ignorantes, Dios nos habría hablado de ello para, lógicamente, advertirnos del potencial peligro; sin embargo, en ningún lugar de las Escrituras encontramos que nuestro Creador nos diga algo al respecto y de manera clarificadora, que nos permitiera el no tener que estar a estas alturas de la “película” aún en esta confusa situación de si hay o no hay un “infierno” para el tormento de las “almas” pecadoras.

Pero en todo caso, la prueba definitiva de que no existe ningún tipo de vida en el ser humano, después de la muerte de este, ni en aspecto material o físico, ni en un hipotético caso de algo inmaterial (como la mencionada “alma”), lo tenemos en el mismo inicio del registro sagrado y en el asunto que se puso en cuestión por medio de Satanás, acerca de la afirmación del Creador, a la criatura creada; por lo que veamos que dijo Jehová y lo que contraargumento Satanás:

Gén. 2:17: “Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día que comas de él, positivamente morirás.”

Y que ya hemos dicho, que ese “morir” significaba sencillamente lo contrario de “vivir”…… algo tan sencillo como esto, es cómo planteó la situación Jehová; sin embargo veamos ahora, lo que Satanás le dijo a Eva:

Gén. 3:4: “Ante esto, la serpiente (Satanás) dijo a la mujer: “Positivamente no morirán.” (Acotación nuestra).

Luego y dado que todos los días comprobamos que el ser humano sí muere ¿a quién le interesa mantener la idea de que realmente no acaba todo después de la muerte física, sino que la vida continua más allá de esta y en algo inmaterial como el “alma”? Pues al propio Satanás y de ahí la enseñanza falsa de la inmortalidad del “alma” promulgada ya por primitivas civilizaciones, con lugares de ultratumba y que en el caso del cristianismo, tiene su versión en el “infierno” de tormento como castigo de las “almas” pecadoras, así como la enseñanza de que dichas “almas” en el caso de los buenos, van al “cielo” y que en el caso de otras culturas, son parecidos sitios pero con distintos nombres. Por ello el porqué de los ancestrales y distintos ritos mortuorios, como las misas para las almas del purgatorio, o las oraciones por los muertos y otros distintos actos, según las distintas formas de religión existentes…… y toda esa parafernalia montada para el “alivio” de las “almas” de los muertos y a los que se supone aún vivos en otra dimensión. Y con lo que se perpetúa la idea satánica, de que la vida continúa después de la muerte física y con lo que resultaría, de ser ello así (que no lo es), que Satanás no le mintió a Eva, sino que fue Jehová el que le mintió a Adán…… ¡algo tan simple como esto, es alrededor de lo que gira todo el asunto! Entonces, la cuestión planteada es la siguiente: ¿a quién se cree usted? Si usted aún cree en un alma inmortal que se separa del cuerpo en el momento de la muerte, está creyendo a Satanás; si por el contrario, usted cree que cuando uno muere, ahí se acaba todo hasta el momento de la resurrección, está creyendo a Jehová…… o sea ¡que usted mismo!

En fin, aquí tienen ustedes la información de cómo vemos nosotros las cosas (rogamos de nuevo, disculpen por la extensión del escrito) y a partir de lo cual, ya serán ustedes los que tengan la última palabra; pero dicho esto, permítannos una pequeña explicación a modo de disculpa. Y es que se habrán dado cuenta que nos hemos “despendolao” un poco en el tono en que nos hemos dirigido a esos señores, pero es nos parece que ya está bien de tanta chorrada y tan poca vergüenza; porque como siempre hemos dicho desde este blog, un error de interpretación en determinado texto y en consecuencia, una incorrecta aplicación del mismo, lo podemos cometer todos, pues todos nos equivocamos…… pero eso es una cosa y de lo que estaríamos hablando aquí sería de otra.

Porque y por poner un ejemplo, es costumbre en este blog, antes de usar un texto que “pinte” un poco conflictivo como apoyo de cualquier afirmación, contrastarlo en primer lugar con lo que nos dicen otras 14 distintas traducciones que están contenidas en el sitio www.biblegateway.com, más tres también accesibles por Internet, como son la versión RV 1989; la Biblia de Jerusalén y la versión católica Sagrada Escritura, así como la que tenemos en formato de libro en nuestra biblioteca personal La Santa Biblia (en versión de Evaristo Martín Nieto), para eliminar toda posibilidad de error de interpretación personal y saber qué realmente se nos quiere transmitir en el texto del que se trate. Pero es que además, dedicamos gran cantidad de tiempo a analizar los distintos contextos envueltos en el mismo, tanto el más inmediato del versículo en cuestión, así como su relación con el contexto general de las Escrituras, de tal forma que no sea un solo texto el que determine el sentido de cualquier planteamiento que podamos formular, sino el argumento global del texto escritural. Y todo ello, por el más elemental sentido de la prudencia y sobre todo, por el respeto debido a la Palabra de Dios…… y algo que es obvio, no han hecho esos “caballeros”.

Y es que si se hubieran tomado dicha “molestia”, habrían llegado a las mismas conclusiones a las que hemos llegado nosotros y a las que muy posiblemente llegarán ustedes, si hacen lo que siempre aconsejamos desde este blog: coger su ejemplar de las Escrituras y comprobar por ustedes mismos, si lo que les contamos se ajusta a lo que dice la Palabra de Dios…… o no. Pero como queda claro que esos señores no han actuado con la prudencia debida, sino más bien todo lo contrario, por eso le hemos calificado de impresentables para arriba, pues demuestran no tener ningún respeto por las cosas de Dios…… por lo que entendemos, que tampoco merecen nuestro respeto.

MABEL

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