viernes, 27 de mayo de 2016
¿Se contradice la Biblia?...... ¿Qué opina usted?
Porque resulta que no son pocos los “estudiosos” que afirman que en esta aparecen serias contradicciones y convicción que repercute en que una inmensa mayoría de personas tiendan, consecuentemente, a restarle credibilidad al texto sagrado; ahora bien ¿estaríamos hablando realmente de contradicciones en el relato escritural…… o más bien de un escaso conocimiento bíblico por parte del que tal afirmación hace, aunando a ello una total falta de capacidad para leer con un mínimo de corrección? Obviamente estaríamos en la segunda tesitura, porque la Biblia no se puede contradecir al ser la Palabra escrita de Dios y de la que se nos asegura lo siguiente:
“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra.” (2Tim. 3:16-17).
Entonces y si ello es así, resulta que no fueron cosas que el hombre se inventó lo que está contenido en el texto escritural, sino las cosas que le fueron “dictadas” a este por el propio Creador mediante la operación de Su espíritu santo o fuerza activa; pero veamos ahora el pasaje de 2 Ped. 1:21 y en donde se nos confirma tal aseveración:
“Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.”
Por lo tanto, dada que lo capacidad interpretativa del hombre no tuvo nada que ver en la redacción del texto bíblico, sino que todo dependió del espíritu santo del Todopoderoso, tal texto no puede en modo alguno contener contradicción posible…… luego toda afirmación en este sentido y como ya hemos señalado, solo puede suponer por parte del que la formula una manifiesta incapacidad para entender lo que lee de las Escrituras, aparte de un supino desconocimiento del contexto escritural; pero veamos algunas de esas aparentes contradicciones, considerando en primer lugar lo que se lee en Isa. 45:18:
“Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella; Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.”
Y de esas palabras de ninguna manera se puede inferir, que en un momento dado el planeta Tierra pueda ser destruido y como señalan tantos catastrofistas sueltos por ahí, bien sea por el impacto de un asteroide, bien sea por una concatenación de explosiones nucleares, bien sea por el ocaso de la estrella de la que dependemos para sostener la vida en este “terruño” de nuestras entretelas o, por cualquier otra circunstancia que a uno se le ocurra aventurar; y para sostener este planteamiento de una tierra no finita, por tanto perdurable en el tiempo, veamos este consejo divino dirigido al ser humano:
“Apártate de lo que es malo y haz lo que es bueno y por lo tanto reside (o “vive en la tierra”) hasta tiempo indefinido (o “para siempre”). 28 Porque Jehová es amador de la justicia y no dejará a los que le son leales.
Hasta tiempo indefinido (o “para siempre) ciertamente serán guardados; pero en cuanto a la prole de los inicuos, ésta en verdad será cortada.
29 Los justos mismos poseerán la tierra y residirán para siempre sobre ella.” (Sal. 37:27-29). (Acotaciones nuestras).
Palabras que no se cumplirían si el planeta y en algún momento determinado en la corriente del tiempo, pudiera ser destruido…… luego lo que significan esas palabras es que nuestro hogar planetario permanecerá para siempre y lo que presupone, aunque ello les parezca una barbaridad a algunos, que permanecerá habitable por toda una eternidad ya que eso es lo que se nos dice en el pasaje ya leído de Isa.45:18; de hecho, recordemos que la promesa de Dios a aquellos que le sean fieles, tiene que ver con el vivir eternamente:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
Y si las perspectivas son las de vivir eternamente, es obvio que tenemos que tener también un hogar eterno donde poder hacerlo y que solo puede ser la tierra, según promesa divina:
“En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra (como morada del ser humano) se la ha dado a los hijos de los hombres.” (Sal. 115:16). (Acotación nuestra)
Bien, hasta aquí y visto lo visto, podríamos estar todos de acuerdo en que la tierra permanecerá para siempre…… el problema empieza para algunos “entendidos”, cuando leen las palabras que dijo Jesús en su momento:
“En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo sin que todas las cosas sucedan. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán.” (Luc. 21:32-33).
A partir de ahí, ya tenemos la contradicción en marcha, pues esta afirmación tan diametralmente opuesta a lo que acabamos de exponer, la hizo una persona de una autoridad tan reputada como pudiera ser el Hijo de Dios…… y a la que se agarran como lapas muchos “entendidos” en las Escrituras, para mantener su planteamiento de una tierra destruida y como castigo divino a la humanidad, en un apocalipsis de ámbito planetario. Ahora bien: siendo cierto que las palabras que el Hijo de Dios pronunció fueran esas, lo que ya no está tan claro es que su significado fuera precisamente el que se les está dando, porque Jesús no pudo decir semejante barbaridad y que invalidaba de un plumazo todo lo dicho anteriormente por los profetas…… y que recordemos, fueron inspirados por el propio espíritu santo del Altísimo; luego ¿cuál sería entonces una explicación razonable a esta aparente contradicción y que los citados “apocalípticos” no han tenido en cuenta?
Pues sencillamente diciendo que lo que estaba haciendo Jesús en esa frase, era usar una figura retórica llamada hipérbole y que no es más es una exageración tan obvia que deja grabada una imagen inolvidable en la mente del que la está escuchando…… por ejemplo, cuando unos padres le dicen a su hijo: “¡Te he dicho un millón de veces que no hagas eso!” y aunque solo se lo hayan dicho uno docena de veces, están usando una hipérbole. O sea, que cuando Jesús dijo “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán”, la idea que estaba intentando transmitir a sus oyentes con el uso de esa hipérbole tenía que ver con el hecho de que, tan imposible era que los cielos (como morada permanente de Dios) y la tierra (como permanente morada del ser humano) “pasaran” y según lo que ellos ya conocían sobre el particular por los escritos que tenían en ese momento y de los que hemos citado, así de imposible sería también que pasaran sus palabras, eso es, que no se cumplieran.
Por lo tanto, la persona que se apoya en dicho pasaje para plantear una destrucción apocalíptica final del planeta como castigo divino, primero, no tiene ni idea del contexto escritural y, segundo, no sabe leer con un mínimo de corrección y ambas cosas fundamentales, para meterse uno en el “berenjenal” de intentar hablar a otros acerca de las cosas de Dios; pero una vez puestos, veamos otra aparente contradicción y leyendo en esta ocasión del pasaje de Sof. 1:14-18, en donde se nos hace una clara referencia a la llamada “gran tribulación” venidera:
“El gran día de Jehová está cerca. Está cerca y hay un apresurarse muchísimo de él. El sonido del día de Jehová es amargo. Allí un hombre poderoso da un grito. 15 Ese día es día de furor, día de angustia y de zozobra, día de tempestad y de desolación, día de oscuridad y de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas, 16 día de cuerno y de señal de alarma, contra las ciudades fortificadas y contra las elevadas torres de las esquinas. 17 Y ciertamente causaré angustia a la humanidad y ciertamente andarán como ciegos, porque han pecado contra Jehová. Y su sangre realmente será derramada como polvo y sus entrañas como el estiércol. 18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.”
Bien…… eso es lo que se lee en la profecía de Sofonías y que, prescindiendo que tuvo un primer cumplimiento en el año 587 a.C. en la tierra de Judá, resulta que al igual como sucede en todas las grandes profecías apunta a un cumplimiento mayor en los últimos días del sistema de cosas y que son, precisamente, en los que nos encontramos inmersos nosotros; ahora bien, esa afirmación de que “todos los habitantes de la tierra” serán destruidos, eso es, que no habrá supervivientes de esa futura “gran tribulación” o “apocalipsis”, resulta que no pega “ni con cola” con lo que acerca del mismo período de tiempo se nos afirma en Rev. 7:9-14:
“Después de estas cosas vi y, ¡miren!, una gran muchedumbre que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera en sus manos. 10 Y siguen clamando con voz fuerte, y dicen: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono y al Cordero” (……)
13 Y, en respuesta, uno de los ancianos me dijo: “Estos que están vestidos de la larga ropa blanca, ¿quiénes son y de dónde vinieron?”. 14 De modo que le dije inmediatamente: “Señor mío, tú eres el que sabe”. Y me dijo: “Estos son los que salen de la gran tribulación (eso es, que sobreviven a esta) y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”.” (Acotación nuestra).
Luego lo que tenemos, es que mientras Sofonías nos dice que la destrucción de los hombres en el “apocalipsis” final será total, lo que a Juan le fue mostrado en la Revelación es que una “gran muchedumbre” (versículo 9) sobreviviría a dicho “apocalipsis” o “gran tribulación”…… luego ¿cómo se puede resolver esta flagrante “contradicción”? Pues sencillamente atendiendo al contexto escritural e intentando averiguar primero, a quiénes se refiere Sofonías (en última instancia Jehová Dios) con la expresión “todos los habitantes de la tierra” y para lo cual, tenemos que reconsiderar cómo se van a distribuir esos siete últimos años del mundo tal como hoy lo conocemos (equivalentes a la profética “70 semana” de Dan. 9:25-27) y que será de la siguiente manera: tres años y medio primeros (o 1.260 días, según Rev. 11:3) en los que se llevará a cabo la predicación mundial anunciada por Jesús en Mat. 24:14 (luego nada que ver con la llevada a cabo por los Testigos de Jehová u otros grupos y que nos vienen dando la “matraca” por décadas), seguidos por los restantes tres años y medio en donde se llevará acabo lo que se denomina la “gran tribulación” (o “apocalipsis”) y en donde se castigará a aquellos que hayan rehusado aceptar las condiciones del reino de Dios; pero veamos cómo se nos explica eso en 2 Tes. 1:6-9:
“Esto toma en cuenta que es justo por parte de Dios pagar con tribulación a los que les causan tribulación, 7 pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen (porque han rehusado hacerlo) a Dios y sobre los que no obedecen (más bien al contrario, se oponen a ello) las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (eso es, las que se predicarán durante esos primeros tres años y medio). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza.” (Acotaciones nuestras).
Eso ocurrirá, insistimos, en la segunda mitad de esa profética “semana 70” y periodo de tiempo que abarca la “gran tribulación” y coloquialmente denominada por muchos, la “apocalipsis final”; lo que está en juego entonces y a tenor de lo leído, es sencillamente si uno desea cambiar de forma de vida, eso es, el tomar partido por el nuevo mundo a instaurarse (el reino de Dios) o, por el contrario, permanecer sujeto a este injusto sistema en el que se encuentra cómodo, pues las cosas le van bien…… luego es a este tipo de personas que pretenden perpetuar el mundo tal cual lo conocemos, aquellas a las que se hace referencia en Sof. 1:18 como “todos los hombres de la tierra”. Porque aquellos que esperamos heredar ese reino de Dios con la condición de súbditos, pues confiamos en Sus promesas, tenemos muy en cuenta las palabras que dijo en su momento Jesús:
“Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría afecto a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia.” (Juan 15:19).
Ello implica el que, si bien físicamente estamos en este mundo como también era en el caso de los apóstoles y resto de seguidores de Jesús del I siglo, no participamos de sus asuntos (eso es lo que significa el no ser “parte del mundo”) porque no nos sentimos allegados a él; a modo de ilustración, imaginemos a la persona que siendo española se va a vivir a EE.UU. por un tiempo, pero que al no ser ciudadano de ese país no participa de sus elecciones ni de nada que tenga que ver con la gobernabilidad de ese país (bien sea en la política, sindicatos, patronatos, organizaciones de cualquier índole, etc.) pues es un “extranjero”…… pero circunstancia que no le exime del cumplimento de las leyes de dicho país. De hecho, el escritor de la carta “A los Hebreos” (se supone que fue el apóstol Pablo) y hablando de distinguidos personajes del AT, dijo lo siguiente sobre ellos y reflejando el especial sentir de aquellas personas de las que hablaba, acerca del particular posicionamiento que estas asumían con relación al mundo en el que vivían:
“En fe murieron todos estos, aunque no consiguieron el cumplimiento de las promesas (eso es, de una nueva tierra sin pecado o reino de Dios), pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporales en la tierra.” (Hebr. 11:13).(Acotación nuestra).
Con lo que se nos quiere decir que no se sentían identificados con la tierra que pisaban, al igual que los seguidores de Cristo no nos identificamos con el sistema de cosas actual y por ello anhelamos la nueva tierra por venir y de la que ya nos consideramos ciudadanos; es por eso que Jehová Dios no nos incluye en ese “todos los habitantes de la tierra” mencionados en Sof. 1:18 y que serán destruidos durante “el día de la ira de Jehová” o “gran tribulación”, pues en espíritu ya somos pobladores de esa nueva tierra…… siendo esta la explicación de la aparente contradicción existente entre Sof. 1:18 y Rev. 7:14 y que queda claro que no es tal, cuando uno conoce el contexto de las Escrituras. Y si quieren complementar esta información, les sugerimos la lectura de un corto artículo que hemos encontrado de un tal Oscar Morales, caballero al que no tenemos el placer de conocer (pero que escribe muy bien), titulado “Errores y contradicciones en la Biblia” de fecha 31/10/14; dicho lo cual, continuemos con lo que íbamos.
Porque los desatinos resulta que no acaban con lo que les acabamos de contar, sino que se extienden mucho más allá al haber algunos “entendidos” del texto sagrado y que se identifican como “ungidos” o Hijos de Dios, que afirman que no todo lo dicho en la Biblia puede ser considerado como “Palabra de Dios” y contraviniendo flagrantemente con ello, lo afirmado por Pablo en 2 Tim. 3:16-17 y de lo que algo ya hemos comentado:
“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra.”
Eso es, que todo lo contenido en las Escrituras y sin excepción, ha sido inspirado por Dios; pero veamos el abracadabrante razonamiento que hacen esos supuestos “ungidos” para sustentar semejante disparate:
“Sin duda alguna en la Biblia podemos encontrar la palabra de Dios, y su mensaje salvador para la humanidad. Sin embargo, la Biblia entera no es la palabra de Dios, puesto que hay palabras que provienen del diablo mismo, y de reyes y autoridades civiles y religiosas impíos.”
Decir de entrada que quién ha escrito eso o, en su caso, quiénes compartan dicha línea de razonamiento, no tienen ni la más remota idea de lo que se traen entre manos, porque veamos: siendo cierto la afirmado, en el sentido de que en la Biblia hay expresiones atribuidas a Satanás o en su defecto, a personajes que ningún afecto sentían por Jehová Dios como el Faraón de Egipto, o los mismos líderes religiosos de Su pueblo Israel que incluso asesinaron a Su propio Hijo, la pregunta a formular sería la siguiente: ¿qué ver tendrá, la gimnasia con la magnesia o, lo que es lo miemo, qué tiene que ver una cosa con la otra? Porque lo que hemos leído en el pasaje de 2 Tim. 3:16-17 es que “toda” la Escritura es “inspirada” por Dios y lo que significa, que si bien es cierto que en la Biblia hay expresiones que no pueden ser atribuidas al Altísimo, no es menos cierto que las tales fueron colocadas en ella por expreso deseo de Este y con un claro objetivo en mira, como se nos es explicado en ese mismo pasaje de 2 Tim. 3:16-1…… por ejemplo, el enseñarnos la diferencia entre una actitud correcta, en el caso de Jesús y una de incorrecta, en el caso de Satanás y por aquello de tomar de los dos ejemplos más extremos.
Por otra parte, razonemos lo siguiente: ¿cómo podríamos entender la decadente situación del ser humano sobre la tierra y que se reduce a nacer, crecer, envejecer y finalmente morir y todo ello sufriendo penalidades, a menos que se nos hubiera contado con “pelos y señales” el origen de esta situación y que encontramos ya al mismo principio de las Escrituras? (Gén, 3:1-24). Partamos de la base que ese libro de Génesis fue escrito por un personaje que vivió más de 2.500 años después del suceso que originó esa hecatombe en la humanidad; luego prescindiendo de que algo de información le hubiera podido haber llegado a Moisés por vía oral, eso es, a través de leyendas transmitidas de generación en generación, lo que está claro es que un relato tan minuciosamente detallado de los hechos que llevaron a la caída del primer hombre (conversaciones incluidas), solo se entiende por la intervención divina en el asunto……eso es y en armonía con 2 Tim. 3:16 ya leído, la directa acción del espíritu santo de Jehová Dios, “inspirando” o transmitiendo a Moisés la información que nuestro Creador creyó oportuna se pusiera por escrito y para general conocimiento del “personal”, acerca de lo sucedido.
¿O cómo se podría explicar y para enfatizar la idea temática de hoy, que partiendo de solo ocho personas que hablaban una misma lengua (Noé y su familia), hoy en día se calcule entre 3.000 y 5.000 las distintas lenguas existentes sobre la tierra, a menos que se nos contara el episodio de la “torre de Babel” y que no fue más que el castigo divino a un acto de brutal rebelión del ser humano en contra su Creador y que perdura hasta nuestros días? ¿O cómo podríamos entender la profecía y que tiene a Israel como eje vertebrador, si no se nos hubiera explicado con todo detalle la historia de este pueblo y en la que está incluida el enfrentamiento de Moisés con el Faraón de Egipto y en el que se nos señala la altanería del personaje, en su menosprecio al Dios Todopoderoso y causa fundamental del castigo de las “diez plagas”? Y así, en todos los casos que se nos explican en las Escrituras y que resultan ser veraces hasta el extremo; tan veraces y fiables, que no solo se nos cuenta en ellas las despectivas palabras o malas acciones de personas que no destacaron precisamente por su buena relación con Jehová Dios, sino también de negativos sucesos en los que incurrieron siervos fieles a Éste como fue, por ejemplo, en el caso de David con Bat-seba (2 Sam. 11:1-27), o como fue en el caso del apóstol Pedro que negó por tres veces al mismísimo Hijo de Dios (Mat. 26:69-75)…… ¡y anda que no tuvieron “miga” ambos casos!
En todo caso y siendo obvio que toda esa información contenida en las Escrituras, que nos ha permitido entender muchas cosas que de lo contrario desconoceríamos, nos ha sido transmitida por deseo expreso de nuestro Creador, es del todo increíble el que haya quienes tengan el atrevimiento de afirmar que “no todo” el contenido bíblico es la Palabra de Dios y con lo cual, lo que prácticamente nos vienen a decir esos personajes es que Satanás también participó en su redacción y colocando en ella aquello que a él le interesaba…… ¡y que ya hay que ser majadero para apuntar siquiera semejante posibilidad! Sin embargo, eso es lo que hacen aquellos que se llaman a sí mismos “ungidos” y que son peores que una “plaga malaya”; por lo que si se le acerca en la calle una de esas personas, o contacta usted con ella por Internet y ya empieza por presentarse como “ungida”, no se crea nada más de lo que le diga, pues de entrada ya le ha “colado” la primera mentira.
Porque resulta que con la muerte de los apóstoles de Jesús y de los más directos seguidores de estos (Juan 17:20), desaparecieron de sobre la tierra ese tipo de personas y por lo que no hay entre nosotros, a día de hoy, “ungidos” o Hijos de Dios enviados por el Altísimo…… porque de lo contrario, de haber hoy día esa clase de personas sobre la tierra, no se entendería lo que se nos dice en Rev. 11:3-6 y que está aún en un futuro:
“Y haré que mis dos testigos (un “resto ungido” aún por aparecer, según Rev. 6:9-11 y enviado a la manera de los apóstoles) profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco”. 4 Estos son simbolizados por los dos olivos y los dos candelabros y están de pie delante del Señor de la tierra (……).
6 Estos (los tales enviados) tienen la autoridad para cerrar el cielo de modo que no caiga lluvia durante los días de su profetizar y tienen autoridad sobre las aguas para tornarlas en sangre y para herir la tierra con toda clase de plaga cuantas veces deseen.” (Acotaciones nuestras).
¿Reconoce usted, amigo lector, en alguno de esos supuestos “ungidos” o pretendidos “enviados” de Dios actuales, tal autoridad o poder? Pues eso: si no la tienen (¡y no la tienen!), o es que ni son “ungidos” y por tanto, tampoco “enviados” del Altísimo, o es que Éste y algo totalmente impensable, nos ha “tomado el pelo” en la Revelación…… ¡usted mismo!
MABEL
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domingo, 22 de mayo de 2016
Sábado, 14 de mayo de 2.016
Probablemente esta fecha pase totalmente desapercibida por la mayoría de las personas, que enfrascadas como están en el día a día y los quebraderos de cabeza que esto en sí mismo ya conlleva, solo habrán considerado ese sábado como el primer día de un planificado fin de semana…… más allá de eso, paren ustedes de contar. Sin embargo, para aquellos que estamos al tanto de los propósitos de Dios, esa fecha 14 de Mayo tiene una gran importancia ya que en este día del año actual se han cumplido 68 años de la reaparición de nuevo a la escena mundial de Israel como nación y después de casi 2.000 años de haber desaparecido de la misma. Con todo y eso, la cosa no tendría mayor relevancia si no fuera porque el tal evento tiene que ver con una profecía registrada en las Escrituras y que encontramos en Luc.21:25-33:
“También, habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar (la humanidad en tumulto, según Isa. 27:20) y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos (gobiernos humanos, según Isa. 65:17-19; 66:22) serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.
29 Con eso les habló una ilustración: “Noten la higuera (simbolizando a la nación de Israel) y todos los demás árboles: 30 Cuando ya echan brotes (o renacen), ustedes, al observarlo, saben para sí que ya se acerca el verano. 31 Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas (en primer lugar, el renacer de Israel), sepan que el reino de Dios está cerca. 32 En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo, sin que todas las cosas sucedan. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán”.” (Acotaciones nuestras).
Noten que se nos está hablando de “señales” proféticas que nos indicarían la ya cercana segunda venida de Jesucristo y señales que todos hemos contemplado, fundamentalmente las mencionadas en los versos 25-26 y de las que hemos hablado largo y tendido en este blog; en los siguientes versos 29 al 33, se nos habla de una señal primaria y que tiene que ver con el renacer de Israel como nación, evento este que tenía que ir siendo complementado con señales posteriores, eso es, que solo a partir de dicha aparición en la escena mundial de la nueva Israel, es cuándo se tenía que empezar a estar “alerta” (Mat. 24:42). Tengamos en cuenta que la profecía tiene como sujeto primario a dicha nación y por lo que, si esta no está en la escena, la profecía bíblica no tiene ningún sentido…… por decirlo de una manera gráfica, Israel era la primera ficha de un puzle que tenía que irse completando con el tiempo y lo que genera la siguiente pregunta: ¿por cuánto tiempo?
Ello queda perfectamente establecido en el verso 32, cuando se nos habla de la generación “que no pasará” hasta que se cumplan todas las cosas y lo que lleva a plantearnos la cuestión de a qué “generación” se nos estaría señalando. Y todo hace pensar que estaríamos hablando de aquella generación que contempló ese renacer de Israel como nación y que en estos momentos estaría rondando los 75/80 años y que según Jesús, tenía que ser espectadora de “todas las cosas”, lo que incluye obviamente la misma instalación del reino de Dios en la tierra…… y para que no hayan dudas acerca del período de tiempo del que estaríamos hablando, Jehová Dios nos indicó acerca de lo que Él establece como el tiempo predeterminado para una generación:
“En sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial (en este caso, estaríamos hablando de los avances de la medicina) son ochenta años, sin embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales, porque tiene que pasar rápidamente y volamos.” (Sal. 90:10). (Acotación nuestra).
Circunstancia que se cumple en nuestros tiempos, pues debido a los adelantos de la ciencia actual la esperanza de vida en las naciones más desarrolladas, está situada sobre los 80 años y no son pocos los casos en que dicha longevidad alcanza hasta los 90/95…… es cierto, sin embargo, que la media mundial para una generación estaría situada alrededor de los 75 años de vida. Por lo tanto y volviendo al tema que nos ocupa, estaríamos ante una “generación” prácticamente ya vencida y por lo que no puede tardar el inicio de los acontecimientos que nos llevarán hasta el reino de Dios…… ¡y algo que dicha generación tiene que contemplar, insistimos, lo que añadiría siete años más a su ya larga vida! Ello nos lleva a pensar, que el inicio de los acontecimientos que nos tienen que llevar hasta el reino de Dios no puede demorarse más en el tiempo, pues de lo contrario nos fallarían todos los cálculos cifrados en dicha profecía y que para algo nos fue dada; de hecho, la última de las profecías a cumplir para alcanzar dicho logro y que está ya muy cercana en el tiempo, es la que se encuentra en Dan. 9:26-27:
“Y después de las sesenta y dos semanas (de años) Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará (luego en el año 70 E.C. dicho caudillo aún estaba en el futuro). Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.
27 Y él (el mencionado “caudillo”) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana (de años); y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva.” (Acotaciones nuestras).
Como ya hemos explicado en algunos de nuestros escritos, el “caudillo” mencionado tiene que ser un relevante personaje de ascendencia asiria, puesto que el “pueblo” como etnia que destruyó Jerusalén y su Templo fueron mercenarios asirios enrolados en las legiones romanas que participaron en dicha destrucción; y “caudillo” que a modo de tarjeta de presentación, establecerá un acuerdo de paz o de no agresión por siete años (la semana mencionada en el verso 27), entre Israel y sus vecinos árabes e irreconciliables enemigos desde la noche de los tiempos…… pero para ello se precisa que reaparezca Asiria como nación y cuestión en la que nos pronunciábamos en nuestro escrito del 10/03/16, por lo que ya no incidiremos en ello.
En todo caso y volviendo a la fecha en cuestión, el 14 de Mayo del corriente año 2.016 y que nos habla de los 68 años de la aparición de la primera de las señales en las que empezó la cuenta atrás en el tiempo y que debe de concluir con el establecimiento del reino de Dios en la tierra, esta no es una fecha más en el calendario sino que es un recordatorio de que la cosa está al caer o, como mínimo, que nos queda menos tiempo del que algunos se imaginan para que ocurra aquello que estamos esperando; recuerden, en cuanto a ello, lo que dijo Jesús en su momento:
“Por este motivo, ustedes también demuestren estar listos, porque a una hora que no piensan que es, viene el Hijo del hombre.” (Mat. 24:44).
Porque las señales mencionadas en Luc. 21:25-26, las primeras, eso es, las señales estelares coincidentes con fechas señaladas en el calendario judío, si bien tuvieron cierta repercusión en el momento de producirse (se escribió mucho sobre el tema), la realidad actual es que ya han pasado al olvido y nadie se acuerda de ello; en cuanto a las segundas y que tienen que ver con situaciones extremas en la tierra, mientras para algunos la cosa siempre ha sido así (la generación actual, pues estos han nacido ya dentro de estos tiempos conflictivos y no conocen otra cosa), están aquellos más optimistas que piensan que de alguna manera los gobiernos solventarán dicha situación, pues no estamos más que ante ciclos por los que pasa la humanidad. Sea como fuere, estamos ante personas sin creencia alguna en un futuro arreglo divino de la situación y por ello, sin esperanza alguna más allá de su muerte, se limitan a “vivir la vida” con total despreocupación y sacando lo mejor de ella, haciendo buena con ello el siguiente razonamiento que mueve a ese tipo de personas y denunciado por el apóstol Pablo:
“…. Si los muertos no han de ser levantados, “comamos y bebamos, porque mañana hemos de morir”.” (1 Cor. 15:33).
Ciñéndose más o menos, el bueno de Pablo, a unas palabras que en su momento pronunció el Hijo de Dios y en clara referencia a aquellos que pasan por alto las advertencias divinas en forma de señales (pronto se olvidan de ellas, en el supuesto de que les hayan hecho caso alguno), que encontramos en Mat. 24:36-39:
“Respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre. 37 Porque así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca 39 y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre (eso es, la destrucción les cogerá por sorpresa).” (Acotación nuestra).
Queda claro entonces que, prescindiendo de que Jehová Dios trajo juicios para castigar actitudes que también se están produciendo en nuestros días (Gén. 6:5; Judas 7), lo que destacó Jesús en este caso no es tanto la maldad existente en los tiempos de Noé, como el hecho de que “no hiciera caso” esa generación de las señales que estaba recibiendo por activa (la misma predicación de Noé, según 2 Ped. 2:5) y por pasiva (el arca que se estaba construyendo ante sus propias narices, según se relata en Gén. 6:14-16). Y para darnos cuenta de la magnitud del diluvio que asoló a un mundo, tengamos en cuenta que la población mundial en ese entonces está cifrada y según sofisticados métodos estadísticos actuales, entre los 1.200/1.500 millones de habitantes (ver nuestro escrito del 16/03/10) y que, lógicamente, mucho más cercanos a la perfección mental y física que nosotros, estarían con toda probabilidad mucho más avanzados que nosotros en los distintos campos del saber…… ello no quita para que la situación en esos días, fuera parecida a la que estamos viviendo en los nuestros:
“Y la tierra llegó a estar arruinada a la vista del Dios verdadero, pues la tierra se llenó de violencia. 12 De modo que Dios vio la tierra y, ¡mire!, estaba arruinada, porque toda carne había arruinado su camino sobre la tierra (eso es, que el problema estaba en la actitud de las personas).
13 Después de eso Dios dijo a Noé: “El fin de toda carne ha llegado delante de mí, porque la tierra está llena de violencia como resultado de ellos; y, ¡mira!, voy a arruinarlos junto con la tierra.” (Gén. 6:11-13). (Acotación nuestra).
Y que el problema estaba y sigue estando en nuestros días en la conducta del “personal”, lo dejó clarísimo el apóstol Pablo en una profecía de largo alcance y que leemos en 2 Tim. 3:1-5:
“Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.”
Noten que con esa conjunción causal “porque” que inicia el versículo 2, se establece una directa relación entre los tiempos “críticos, difíciles de manejar”, con la actitud de las personas y estableciendo con ello una directa relación causa/efecto en la situación señalada…… exactamente como fue en el caso de los días de Noé y por lo que solo se puede razonar que, a igual causa, idénticas consecuencias. Luego si Pablo identificó esa indeseable condición de la humanidad en general con “los últimos días”, puesto que es claro y notorio que ya la estamos viviendo, ello significa que estamos ya en esos días en los que Dios de nuevo traerá juicio sobre la tierra…… recuerden lo dicho por Jesús, en el sentido de que “así como fue” en los días de Noé “así será” en los días finales.
Pero lo interesante y a la vez estimulador, es que ello significa que así como en el tiempo del diluvio hubo sobrevivientes, también ahora los habrá; de hecho, la profecía ya leída de Mat. 24:36-39, el Hijo de Dios la concluye con las siguientes palabras:
“Entonces dos hombres estarán en el campo: uno será llevado y el otro será abandonado; 41 dos mujeres estarán moliendo en el molino de mano: una será llevada y la otra será abandonada. 42 Manténganse alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor.” (Versos 40-42).
Entonces está claro que estamos ante una destrucción selectiva y no indiscriminada de personas, cuya selección tendrá que ver con la actitud de cada uno…… y si quieren ver qué es lo que se requerirá para ser resguardado uno de dicha destrucción, les recomendamos nuestro escrito del 25/06/15, titulado “Ovejas y cabras…… ¿en qué grupo desea estar usted?”
En todo caso, nos reiteramos en lo dicho: esa fecha del 14 de Mayo de 2.016 tiene una gran importancia como muestra la información aportada al respecto, al tiempo que nos sirve de recordatorio de que estamos a las puertas de lo que Jesús señaló como nuestra “liberación”:
“Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28).
MABEL
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domingo, 15 de mayo de 2016
¿Qué cree usted que es más fácil: entender las Escrituras…… o resucitar un muerto?
Y no piensen que se nos han “cruzado los cables” al hacer esta pregunta, pues lo único que pretendemos es resaltar el hecho de que al leer los Sagrados Escritos (vulgo La Biblia), hay un montón de cosas que normalmente nos pasan desapercibidas; y que si bien es cierto que no alteran la comprensión de lo fundamental del mensaje recibido, no es menos cierto que nos privan el disfrutar de aquello a lo que Pablo, en una profunda reflexión, calificó de la siguiente manera:
“¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!” (Rom. 11:33).
Sin tener eso en mente, es cierto que la pregunta tal pudiera parecer como muy rebuscada y fuera de lugar, pues el común de la gente concordaría en que mientras lo primero es perfectamente accesible, ya que tal parece que las Escrituras las entiende hasta “el tonto del pueblo”, lo segundo (eso es, el resucitar a un muerto), no pasa de ser una simple quimera. Lo cierto, por otra parte, es que estamos ante algo que se nos cuenta en la Biblia y que se nos dice que pasó fundamentalmente en tiempos de Jesús…… pero no deja de ser menos cierto, en contraste, que de hecho no hay constancia de que en siglos posteriores se repitiera dicho fenómeno que, incluso para la ciencia más avanzada, representa un logro totalmente inalcanzable. Luego todo lleva a perpetuar la idea generalizada de que la Biblia no es más que un libro de mitos y que cuando uno muere, ahí se acaba todo y se nos haya contado, lo que se nos haya contado…… conclusión lógica: mientras que entender las Escrituras es accesible a cualquiera, resucitar a un muerto está fuera del alcance del ser humano.
De hecho, con lo que nos hemos encontrado a lo largo de la historia es con una gran cantidad de personajes que, creyéndose “tocados” por el dedo divino, por tanto elevados a la categoría de “ungidos” (el equivalente a ser considerado uno como un Hijos de Dios) y con toda la autoridad moral que supuestamente ello les concede ante el “personal”, han afirmado y continúan afirmando entenderla plenamente, creando alrededor de dicha idea el fenómeno que se ha dado en llamar “la religión verdadera” (Testigos de Jehová, entre otras muchas). Y que sin el concurso de la cual, faltaría más, el resto de mortales que no estamos “tocados” por el dedo de Dios no tendríamos acceso al conocimiento del propósito divino y por lo que estaríamos apartados del favor del Dios Altísimo…… luego o te arrimas al “pilón” y echas mano a la cartera (la contribución “voluntaria”, diezmo o como quieran llamarle y que en cualquier organización religiosa que se precie, no falta), o te pierdes “la fiesta”.
Tan es esto así, que dentro de la llamada “cristiandad” y heredera según se afirma, de las prístinas enseñanzas del Hijo de Dios, hay más de 30.000 denominaciones diferentes más o menos populosas, con doctrinas distintas, líderes distintos, ritos distintos, celebraciones distintas, etc. aunque, eso sí, con un común denominador en todas ellas y como les acabamos de señalar: todos sus líderes “se forran” y viven como “reyes” ya en este sistema de cosas, con el dinero de sus afiliados; y ello sin contar con aquellos que van por libre, eso es, que dicen no militar en denominación alguna y que solo publican sus particulares “enseñanzas” por Internet…… todo este “pandemónium”, montado a partir de un mismo punto neurálgico y que es la Biblia. Lo que vendría a poner en tela de juicio la afirmación de que esta es fácil de entender para una clase “privilegiada” (todas esas personas supuestamente “ungidas”), máxime cuando lo que se lee en las Escrituras es lo siguiente:
“Ahora los exhorto, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos hablen de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén aptamente unidos en la misma mente y en la misma forma de pensar.” (1 Cor. 1:10).
Queda claro entonces que algo está fallando aquí; porque lo que muestra la realidad es que si reunimos en una sala a un católico, un adventista, un mormón, un pentecostal, un evangélico, un metodista, un anglicano o un ortodoxo (por citar algunas de las organizaciones de más raigambre dentro del cristianismo) y les damos una Biblia para que se pongan de acuerdo en algún punto, al final ocurre como con los dos gatos encerrados en una habitación para ver cuál de los dos es el que gana: abres la puerta pasado un tiempo y solo encuentras los dos rabos…… es decir, que ninguno de esos contertulios se pondría de acuerdo con los restantes y partiendo todos, insistimos, de un punto en común: la Biblia.
Llegados a esta situación y visto lo visto, resulta que la pregunta inicial ya no es tan estrambótica como parece a simple vista y que tiene, además, una respuesta que para muchos será sorprendente: es tan difícil (o tan fácil, según se mire), el entender las Escrituras, como el resucitar a un muerto…… porque algo a lo que pocos han prestado atención, es al hecho de que tanto para una cosa como para la otra, se precisa del poder del espíritu santo que proviene de Dios; veamos al respecto, lo relatado acerca del momento en que Jesús envió a sus doce apóstoles a predicar:
“De manera que mandó llamar a sus doce discípulos y les dio autoridad (o un poder sobrehumano procedente de Dios y que ellos no tenían) sobre espíritus inmundos, para expulsarlos y para curar toda suerte de dolencia y toda suerte de mal (……).
5 A estos doce Jesús los envió, dándoles estas órdenes: “No se vayan por el camino de las naciones y no entren en ciudad samaritana; 6 sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7 Al ir, prediquen, diciendo: “El reino de los cielos se ha acercado”. 8 Curen enfermos, levanten muertos, limpien leprosos, expulsen demonios. Recibieron gratis (dicho poder), den gratis”.” (Mat. 10:1-8). (Acotaciones nuestras).
Ha quedado meridianamente claro, entonces, que la capacidad de resucitar muertos estaba intrínsecamente relacionada con el poder que habían recibido de Jehová Dios esos enviados y que identificamos como el “espíritu santo” o fuerza activa que proviene de Este; pero veamos ahora cómo la historia se repite, en lo tocante a algo aparentemente menos complicado como pueda ser la comprensión de la Palabra de Dios y reflejado esto, en unas palabras que les dijo Jesús a sus apóstoles poco antes de su muerte y tomadas en este caso de la versión BLP:
“Tendría que deciros muchas cosas más, pero no podríais entenderlas ahora (eso es, partiendo de la limitada capacidad de comprensión humana respecto de las cosas divinas). 13 Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará para que podáis entender la verdad completa. No hablará por su propia cuenta, sino que dirá únicamente lo que ha oído y os anunciará las cosas que han de suceder.” (Juan 16:12-13). (Acotación nuestra).
Todo parece indicar, leído lo leído, que esas personas tan próximas a Jesús y enseñadas por él (no pasemos por alto este detalle), en su estado natural y sin el concurso del espíritu santo de Dios, estaban totalmente inhabilitadas para poder entender a cabalidad los propósitos de Este; de hecho, lo que Jesús les había dicho instantes antes y reflejado en el versículo 7 de ese mismo capítulo 16 de Juan, confirma lo que les estamos diciendo en el sentido de que sin la operación del espíritu santo en uno, este uno no puede entender las Escrituras:
“No obstante, les digo la verdad: Es para provecho de ustedes por lo que me voy. Porque si no me voy, el ayudante (el espíritu santo de Jehová Dios) de ninguna manera vendrá a ustedes; pero si sigo mi camino, lo enviaré a ustedes.” (Juan 16:7). (Acotación nuestra).
¿Y qué haría dicho “ayudante” en esas personas a las que sería enviado? Pues algo que Jesús ya les había aclarado momentos antes y registrado en Juan 14:26:
“Más el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas (las que ellos no podían entender sin dicha ayuda) y les hará recordar todas las cosas que les
he dicho.” (Acotación nuestra).
Pero sin duda alguna, que esto es tal cual se lo explicamos, queda refrendado por unas palabras que Jesús en su momento dijo en una oración dirigida a su Padre Celestial y que nos explicaría el porqué de tanta confusión actual, en lo referente al entendimiento correcto del contenido bíblico y en donde nos encontramos de todo (menos coherencia), dentro de ese “maremágnum” de creencias que resulta ser “la cristiandad”…… pero veamos esas interesantes palabras:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los pequeñuelos (o “a los que son como niños”). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.” (Acotación nuestra).
Luego lo que se deduce de esas palabras, es que el entender correctamente las Escrituras o no, está totalmente supeditado a que Jehová Dios se lo permita a uno…… y si algo queda claro en nuestros días y visto lo visto, tal parece que se lo permite a unos pocos, muy pocos para ser más exactos; pero ¿por qué a unos pocos sí y a una inmensa mayoría no? Y es que no podemos sustraernos al hecho de que la Biblia fue escrita para ser leída por el hombre y con el propósito de traer consuelo y esperanza a este, lo que haría del entenderla la condición sine qua non para conseguir dicho objetivo; pero veamos qué se nos dice en la misma al respecto:
“Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).
Algo imposible de conseguir, si resulta que la Biblia no se puede entender por una inmensa mayoría y lo que nos lleva a la cuestión de fondo: ¿por qué si Dios dio Su Palabra de forma escrita para conseguir esos fines, resulta que es Él mismo el que obstaculiza su entendimiento a muchos, según lo leído en Luc. 10:21? La respuesta a esta pregunta la tenemos en los versículos que siguen al que acabamos de leer en Rom. 15:4, eso es, el 5 y 6, en donde se nos explica lo que resulta ser la clave para que a uno se le permita entender las Escrituras y con ello sacar el debido provecho; pero leamos esos versos 5 y 6:
“Ahora, que el Dios que suministra aguante y consuelo les conceda tener entre sí la misma actitud mental que tuvo Cristo Jesús, 6 para que, de común acuerdo, con una sola boca (eso es, dando todos el mismo mensaje) glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.” (Acotación nuestra).
Y dado que esas personas a las que hemos aludido (bien sean líderes de organizaciones religiosas o “teólogos” que vayan por libre), no cumplen con el requisito exigido en ese verso 6, eso es, el de hablar “con una sola boca” o, dicho de otra manera, todos hablando de acuerdo y enseñando lo mismo, ello solo puede significar que no tienen la misma actitud mental del Hijo de Dios y que se nos señala en el pasaje de Fil. 2:5-11:
“Mantengan en ustedes esta actitud mental que también hubo en Cristo Jesús, 6 quien, aunque existía en la forma de Dios (eso es, tenía condición divina al no ser engendrado por un hombre, sino por el propio Dios), no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. 7 No: antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres. 8 Más que eso, al hallarse a manera de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. 9 Por esta misma razón, también, Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, de los que están sobre la tierra y de los que están debajo del suelo; 11 y reconozca abiertamente toda lengua que Jesucristo es Señor para la gloria de Dios el Padre.” (Acotación nuestra).
Ahora bien ¿de qué manera, esas personas a las que nos referimos no manifiestan la “actitud mental” que caracterizó a Jesús? Veamos para entender esa cuestión, lo que dice de sí mismo uno de esos incapacitados personajes, en este caso el “teólogo” Apologista Mario Olcese y cuyas palabras reflejan exactamente la misma línea de razonamiento de todos esos “mandangas” que a sí mismos se reconocen como “ungidos” o Hijos de Dios:
“Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas nuestras).
Noten que el argumento “de peso” es sencillamente que él se cree ser un “ungido”…… y si uno duda de ello, es porque no ha entendido de qué va la “película”; veamos ahora esto otro:
“Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas nuestras).
Con lo que subliminalmente nos está diciendo que tiene un plus de autoridad en conocimiento escritural que el resto de la gente no tiene; o esto otro:
“Al contrario, soy un hombre muy feliz y dichoso, ya que por fin tengo la libertad que no gozan ellos para escribir y tener mi sitio web donde puedo exponer mis creencias personales y mis “descubrimientos” bíblicos según me lo revela el Espíritu de Dios. Sólo el Espíritu de Dios nos guía a la verdad.” (Negritas nuestras).
Bien, con estas u otras palabras parecidas (todos están cortados con el mismo “patrón”), lo que estos señores supuestamente “ungidos” nos vienen a decir es que son Hijos de Dios y parten de la “autoridad” que dicha condición les concede para enseñar a otros, pues se reconocen directamente guiados por el espíritu de Dios y con lo que nos encontramos, volviendo a lo de la correcta actitud mental desplegada por Jesús, con lo siguiente: Jesús era Hijo de Dios y se rebajó a la condición de hombre, mientras que esos personajes son hombres y se ensalzan a la condición de Hijos de Dios; por otra parte, mientras Jesús esperó que fuera su Padre Celestial el que lo “ensalzara” a una posición de privilegio, esos personajes se ensalzan a sí mismos y diciéndole por tanto a Jehová Dios de forma altanera, lo que Este tiene que hacer con respecto a ellos…… eso es, “reconocerlos” como hijos suyos, dado que ellos ya se han autoproclamado como tales. Es por esta presuntuosa y altanera actitud, que en armonía con lo dicho en las Escrituras el Altísimo no les permite entender su palabra escrita:
“Porque Jehová es alto y, no obstante, al humilde lo ve; pero al altanero lo conoce solo de distancia.” (Sal. 138:6).
Eso es, que no tiene la más mínima relación con los altaneros o presuntuosos; pero claro, en este pasaje se nos habla también de los “humildes” y que según el pasaje leído de Luc. 10:21, es a los que el Dios Altísimo “revela” el sentido de su palabra y algo que ya ocurrió en su momento…… véanlo:
“Y él (Jesús) procedió a decirles: “A ustedes (a los fieles y sinceros seguidores de este) se les ha dado el secreto sagrado del reino de Dios, más a los de afuera (a los que despreciaban las enseñanzas del Hijo de Dios) todas las cosas ocurren en ilustraciones, 12 para que, aunque estén mirando, miren y sin embargo no vean y, aunque estén oyendo, oigan y sin embargo no capten el sentido de ello, ni nunca se vuelvan y se les dé perdón”.” (Mar. 4:11-12). (Acotaciones nuestras).
Partiendo de aquí, la pregunta obligada es ¿y quiénes son, esos a los que se les permite captar el sentido correcto de las Escritura? Pues por ejemplo, sin ir más lejos, a todos los lectores de este blog y que están totalmente de acuerdo con lo que en el mismo se publica…… y a partir de ahí es cuando a usted que nos está leyendo por primera vez, se le ponen los pelos como “escarpias” y razona aquello tan manido de ¡“Ya están aquí los “enteradillos” de turno, afirmando que solo ellos entienden las Escrituras…… todos son iguales”! Pero “quieto parao” querido amigo, pues nosotros no hemos dicho esto; porque los autores de este blog (Manuel Bel Bordes y Armando López Golart) y a diferencia de los personajes señalados, jamás hemos dicho que seamos “ungidos”, sino que hemos afirmado exactamente por activa y por pasiva es todo lo contrario, eso es, que nosotros no somos “ungidos” o cosa que se le parezca y por lo que no tenemos más relevancia que usted que nos está leyendo. Solo somos y como consta en alguno de nuestros escritos, personas sencillas, sin estudios superiores de ninguna clase (uno un excelente carpintero –mi compañero y maestro “Manolo”– y aquí el “menda” –Armando y responsable de todo lo que se publica– un simple camionero en toda su vida), que por años nos ha apasionado el estudio de las Escrituras (muchos de ellos como miembros activos de la secta Testigos de Jehová) y que como nos sorprendía la falta de concordancia entre lo que leíamos en estas, con lo que otros nos “enseñaban” que estas decían, un día nos plantamos, les mandamos a hacer puñetas a todos y nos decidimos a denunciar dicha situación…… y esa es toda la historia.
Por otra parte, nunca hemos presentado nuestros planteamientos como “enseñanzas” y contrario a lo que hacen los personajes de los que hemos hablado, sean lideres representantes de alguna denominación religiosa dentro de la “cristiandad” o vayan por libre, como es el caso del que les hemos citado, Apologista Mario Olcese y que no deja de ser uno más entre tanto “zumbao” que se cree Hijo de Dios…… es más: cuando usted entra en nuestro blog y lee en nuestra entradilla de presentación los motivos que nos inspiraron a publicar en Internet, verá nuestra clara afirmación en el sentido de que nunca ha sido nuestra pretensión “el enseñar ni crear doctrina”, sino sencillamente el contrastar lo dicho por algunos “entendidos” en la materia, con aquello que dicen las Escrituras y cuestión que siempre nos había “chirriado”, pues había y hay en algunos casos un desfase brutal. Súmele a ello, querido y suspicaz lector, el hecho de que en muchos de nuestros escritos hemos señalado que la responsabilidad de decidir con qué quedarse de nuestras opiniones publicadas, está en la persona que nos lee, pues nosotros “ni quitamos ni ponemos rey” sino que solo constatamos una situación de flagrante contradicción entre lo que uno lee de algunos autores bíblicos u organización religiosa, con lo que de ello se nos dice en la Biblia…… a partir de ahí, lo que haga cada uno de nuestros lectores con dicha información, ya es asunto suyo.
Por ejemplo, querido lector y que aún continúa con la “mosca detrás de la oreja”, eso es, no demasiado “convencidillo” de que estemos nosotros entre aquellos pocos a los que se les permite entender las Escrituras, ahí tiene lo que acaba de leer en este artículo: primero vea si alguien le ha hablado jamás de ello y luego contraste por sí mismo si lo dicho se ajusta o no, a lo que usted lee en el texto escritural; por nuestra parte continuamos afirmando que, a menos que intervenga el espíritu santo de Dios, la misma dificultad entraña el entender correctamente la Biblia, que el resucitar un muerto: es imposible hacerlo. Recuerde que los apóstoles hicieron las dos cosas y, ambas, con la imprescindible ayuda del espíritu santo de Jehová Dios; y como dicho lo dicho, todo parece indicar que nosotros tenemos la razón en lo que estamos proponiendo, ello significaría y para aclarar las dudas que aún le puedan quedar, que a nosotros y a diferencia de la inmensa mayoría sí parece que se nos permite el entender correctamente las Escrituras…… ¿o no? ¿Qué opina usted?
MABEL
miércoles, 11 de mayo de 2016
¡Con la mentira por bandera!
Si hay un personaje que destaque sobre el común de los mortales en el arte de la mentira, al menos hasta donde un servidor alcanza (tampoco es que alcance mucho), ese es el “infausto” personaje Ignº Apologista Mario Olcese y que para colmo de sus desdichas, encima presume de ser un reputado “teólogo” cuando la realidad es que desconoce por completo el sentido correcto del contenido escritural…… y ahí están sus disparatadas propuestas, así como flagrantes contradicciones, de las que pondré algunos ejemplos para probar que ello es tal cual se lo estoy explicando. Lo dicho viene a cuento de un nuevo correo que me mandó, como respuesta (¿definitiva?) a mi escrito del 29/04/16 y correo en donde destaca por su ausencia, un mínimo de decoro y honestidad…… pero vean el contenido del mismo:
“Don Armando, ya me cansé de refutar todos sus engaños. Este artículo denota su desesperación y frustración por los buenos argumentos que le he venido presentando. Soy para usted como una piedra en su zapato y por eso quiere insistir en un debate que ya está agotado. Sea humilde, amigo Armando, y admita que metió la mata hasta el fondo. Ser honesto y humilde lo ensalzará más que seguir refutando lo que no se puede refutar. QEPD.”
Y es que si bien es cierto y como acabo de señalar, que en este correo brilla por su ausencia un mínimo de decoro y honestidad, no es menos cierto lo clamoroso de su falta de veracidad ya que todo lo señalado en el mismo es sencillamente mentira, porque veamos: el “caballero” en cuestión afirma estar “cansado de refutar” mis engaños, pero ¿me podría señalar alguno de los tales? Porque lo único que ha hecho a lo largo del tiempo, lejos de refutar mis continuas objeciones a sus delirantes planteamientos, ha sido sencillamente el reafirmarse en los mismos, pero sin ser capaz de desmontar ninguno de los argumentos con los que sostengo mis supuestos “engaños”…… y ahí está la hemeroteca para confirmar lo que estoy diciendo: luego ya estamos ante la primera mentira.
Sigue diciendo a continuación, que el artículo mencionado denota “mi desesperación y frustración” como consecuencia de los “buenos argumentos” que ha venido presentándome a lo largo del tiempo…… ¿mande? ¿De qué argumentos me está hablando? ¿Me podría señalar alguno? Porque por ejemplo y para no ir más lejos, no ha presentado ningún “buen argumento” con relación a las cuestiones que le planteo en el escrito al que hace alusión en su correo, como pueda ser la siguiente: recordemos que tan bufonesco personaje enseña que los sobrevivientes de la “gran tribulación” también reinarán al lado de Jesucristo en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… sin embargo, las Escrituras nos dicen que para acceder a dicha posición, se tiene que participar de una “primera” resurrección (Rev. 20:6) y cosa que dichos sobrevivientes, como la misma palabra indica, no pueden hacer de manera alguna pues no han muerto, sino que pasan con vida al reino de Dios (de ahí lo de “sobrevivientes” y por si no se ha enterado el “teólogo” en cuestión); no obstante, dicho personaje nunca ha sido capaz de aclararnos este punto.
Pero veamos otro, también enseñado por tan disparatado y mentiroso personaje, este ya más reciente: los “reyes de la tierra” de Rev. 21:24 y según una sicodélica y estrafalaria interpretación de Isa. 52:15 por parte de dicho personaje, no pueden ser “israelitas” y con lo que nos encontramos con la siguiente contradicción: mientras que la mitad de los “antepasados” de Jesús (anteriores a Jacob) mencionados en el Sal. 45:16 sí podrían ser esos reyes, por su condición de no “israelitas”, no podrían serlo sin embargo los descendientes de Jacob, pues estos ya sí eran “israelitas”…… pero teniendo todos, sin embargo, la condición de “antepasados” de Jesús. Con lo que resulta que mientras Abraham (anterior a Jacob) y por poner un ejemplo, sí podría figurar entre esos reyes, no lo podría hacer un personaje tan encumbrado como el rey David, pues era posterior a Jacob y por tanto “israelita” y, repito, los dos con la condición de “antepasados” de Jesús y que es el único requisito demandado en el citado Sal. 45:16. Por lo que el Sr. Olcese, ha dejado otro punto sin aclararnos…… con lo que continúa instalado en la mentira, al afirmar lo de los “buenos argumentos” que dice haber presentado a mis objeciones..
Otra cuestión que le he planteado en numerosas ocasiones (la última en el escrito aludido) y que tampoco nunca me ha podido aclarar, tiene que ver con el hecho de que esos “notables” del ATde ninguna manera pueden reinar al lado de Jesucristo como inmortales reyes y sacerdotes, pues en su inmensa mayoría no reúnen el requisito exigido en Rev. 20:4 para ostentar dicha condición y algo que explico, por ejemplo, en mi escrito del 15/03/16…… sin embargo, insisto en ello, ninguna de estas tres cuestiones mencionadas (ni ninguna otra, por supuesto), me ha sido aclarada por tan desnortado personaje; por lo que me reitero en lo de su completo estar posicionado en el ámbito de la mentira y circunstancia que denota con quién está alineado (Juan 8:44-15). Y como estamos hablando de un caradura de tomo y lomo, mentiroso hasta “las cachas”, me permito recabar la ayuda de los seguidores de dicho personaje, para ver si le “echan una manita” y, entre todos, consiguen encontrar algún video en que me hayan sido aclaradas dichas cuestiones por tan disparatado personaje; por otra parte y como prueba indudable de que miente más que habla, mantiene el más absoluto silencio acerca de mi continuado requerimiento en el sentido de que nos explique el hecho de mientras en el video del 20/04/13 nos afirmaba que las mujeres no pueden reinar al lado de Jesucristo, para cinco meses después (08/09/13) nos dijera totalmente lo contrario, eso es, que sí podían hacerlo…… no me negarán que, aparte de una actitud ladina y desvergonzada por dicho silencio, como ejercicio de “coherencia” en entendimiento escritural ¡la cosa no está nada mal!
Por otra parte ¿qué hay además, de esa “genial” interpretación que nos hizo dicho personaje del pasaje de Rev. 5:8-10 y amparada en la versión que daba del mismo, la RV 1960, como denunciaba un servidor “con pelos y señales” en mi escrito del 29/04/16 ya citado al inicio de este artículo? ¿Cómo nos lo interpreta ahora, que la RVA-2.015 ha corregido de forma totalmente contraria el sentido del mismo y cuestión que le señalaba también en el artículo referido pero que contrario a lo que afirma en su correo, no ha sido capaz de dar “argumento bueno” alguno para aclarar la situación? Por no hablar ya, de la disparatada enseñanza de los “millones, miles de millones” que tenían que reinar al lado de Jesucristo y que, de tan disparatada, no tuvo más remedio que a instancias de un servidor, retractarse de la misma y después de estar, no solo enseñándola, sino discutiéndomela por prácticamente tres años, algo que se puede constatar en mi escrito del 12/01/12…… por cierto, que el personal reconocimiento de lo falso de tan esperpéntica enseñanza, lo tienen ustedes “inmortalizado” en los minutos 10’55 y 16’45 de grabación en el video publicado en fecha 03/01/12 por el personaje en cuestión, al afirmar que él no sabe si ello es así y que la Biblia no dice nada al respecto.
Entonces y por continuar con el contenido de dicho correo, el que ha resultado ser una “piedra en el zapato” es un servidor para el Sr. Olcese, pues le he dejado en ridículo en tantos enfrentamientos como hemos tenido, pues en ninguno ha sido capaz de responder nada que pudiera poner en tela de juicio mis planteamientos…… más bien y como una vulgar “cotorra” se ha limitado a repetirse en el disparate perpetrado, pero sin contra argumentar a lo expuesto por un servidor. Pero como prueba de lo mentiroso que es el “personajillo” en cuestión y volviendo al tema de los “millones, miles de millones”, en mi escrito del 20/05/12 muestro como negó con contundencia el haber hecho semejante afirmación…… luego ¿por qué se rectificó cuatro meses antes a sí mismo, acerca de dicho entendimiento, si resulta que “nunca” se había pronunciado en dicho sentido? Luego lo dicho; una persona instalada permanentemente en la mentira y con todo lo que ello significa, eso es, de una total falta de criterio debido a su ignorancia extrema en temas escriturales y lo que le lleva a decirnos hoy una cosa, mañana la contraria y, pasado mañana, ni la una ni la otra sino toda la contraria y las tres, como “verdades” absolutas que le han sido “reveladas” al oído por el espíritu santo. Pero con todo, lo verdaderamente rocambolesco es cómo termina dicho correo y lo que nos devuelve a dicha parte final:
“Sea humilde, amigo Armando, y admita que metió la mata hasta el fondo. Ser honesto y humilde lo ensalzará más que seguir refutando lo que no se puede refutar.”
¡¡Vamos, lo mismito que la “Madame de Pompadour” haciendo un canto a la virginidad!! Y es que ¿me podría señalar por ventura ese “intelecto” andante de la teología, en cuál afirmación un servidor ha “metido la pata”? Porque claro, no basta con el denunciar que uno ha cometido determinado error, sino que hay que señalar en qué sentido lo ha metido y algo que el Sr. Olcese queda claro que de ninguna manera puede hacer, pues de lo contrario ya lo habría hecho; por tanto, lo que resulta de todo esto es que es el personaje en cuestión y lejos de haber presentado “buenos argumentos” como mentirosamente afirma el que, impotente y frustrado en su congénita ignorancia en cuanto a conocimiento escritural, recula para no tener así que responder a cuestiones en las que es consciente de que está del todo equivocado…… en todo caso, lo más parecido al enfermo que se mea en la cama y se justifica diciendo que ha sudado mucho. Y si no es este el caso, lo tiene sencillísimo para responder a mis supuestamente errados planteamientos: que haga valer su supuesta condición de “ungido”, por tanto “guiado” por el espíritu santo y como constantemente nos ha intentado “vender”, pues esto es lo que de forma tan categórica como estrafalaria nos decía, por ejemplo, en un artículo fechado el 13/02/09 y bajo el título “¿Quiénes son los ungidos de Dios?”, en la siguiente y “despendolada” afirmación:
“Yo soy un UNGIDO del Señor, y nadie debe o puede tocarme a mí, o a usted, si en verdad es un cristiano, sin tener luego que pagar un precio muy caro. Yo me considero un UNGIDO del Señor, y si usted no se considera así, entonces usted no ha entendido lo que significa ser un cristiano o un ungido.” (Negritas mías).
Disparatada afirmación y visto el “recorrido” de tan estrafalario personaje, solo comparable a esta otra anterior en el tiempo y publicada en esta ocasión el 29/03/08, en un artículo que llevaba el título “¡Todos los bautizados somos “Cristos”!”:
“Ahora bien, “Ungidos con el Espíritu Santo” resalta otras bendiciones colaterales que Dios nos añade cuando nos entrega el Espíritu Santo, PERO LO MÁS IMPORTANTE ES QUE NOS GUÍA A LA VERDAD (Ver Juan 16:13). NADIE PUEDE SER GUIADO A LA VERDAD SIN EL ESPÍRITU OBRANDO EN ÉL.” (Negritas mías).
Observemos el detalle de que habla en primera persona y lo que significa que cree tener el espíritu santo operativo sobre él y que como “gilipollez” no está nada mal, a tenor de las “genialidades” publicadas hasta el momento y en las que no ha dicho una sola verdad como no sea la fecha de publicación del artículo del que se trate; de hecho unos meses antes y en unos de sus primeros artículos, eso es, el 28/08/07 y en el colmo del “delírium tremens” del que es víctima el personaje en cuestión (ya desde un principio apuntaba “maneras” el hombre), publicó el tema “Consejos oportunos para miles de testigos de Jehová desanimados” y en donde hablando de la liberación que había supuesto para él, el salirse de dicha secta, hacía la siguiente y presuntuosa afirmación:
“Al contrario, soy un hombre muy feliz y dichoso, ya que por fin tengo la libertad que no gozan ellos para escribir y tener mi sitio web donde puedo exponer mis creencias personales y mis “descubrimientos” bíblicos según me lo revela el Espíritu de Dios. Sólo el Espíritu de Dios nos guía a la verdad.” (Negritas mías).
Entonces se hace bueno en dicho personaje y a la vista de los resultados, aquél refrán español que dice “Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”; y si ello es así, insisto en mi demanda: que haga uso de dicha “fuente” y no permita que un, a su entender, ignorante como yo y que además, no es teólogo, se le “suba a las barbas” y le esté obligando a “plegar velas” con esa vergonzante huida hacia delante en un “abandonar el campo” y ante la imposibilidad de ser capaz de responder algo mínimamente coherente a las cuestiones que, para no ir más lejos, le acabo de plantear en este mismo escrito…… y que nunca, me las ha podido responder. Pero si ello no es así, repito y ante la cobardía y desfachatez del personaje, que alguno de sus seguidores salga en su defensa y me muestre si ello es o no es, tal como yo lo estoy afirmando…… quedo a la espera.
Ya para concluir, hacer referencia a ese QEPD (que en paz descanse) con el que el Sr. Olcese cierra su correo, diciéndolo lo siguiente: servidor descansa siempre en paz, porque nadie puede decirme todo lo que yo le acabo de decir y demostrarlo como yo he hecho, porque aquí “el menda” no se corta un pelo para salir al quite de todo lo que se me plantea; en cambio dicho personaje, está constantemente puesto en entredicho por un servidor y por lo que no tiene más opción que encastillarse en sus disparatadas proposiciones, dando la callada por respuesta…… sin pensar que el problema no lo tiene conmigo, sino con Jehová Dios, que es el que no le permite entender las Escrituras debido a su arrogancia y altanería, siempre según palabras del propio Hijo de Dios, registradas en Luc. 10:21:
“En aquella misma hora se llenó de gran gozo en el espíritu santo y dijo: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido cuidadosamente estas cosas de los sabios e intelectuales (estas son la ínfulas que se da dicho personaje) y las has revelado a los pequeñuelos (o “humildes”, eso es, a los que no presumimos de títulos para refrendar nuestras propuestas). Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti”.”(Acotaciones mías).
Pues eso...
Armando López Golart
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sábado, 7 de mayo de 2016
Obviamente, nuestra “liberación” está más cerca, pero…… ¿cuánto más cerca?
Permítannos, de entrada, advertirles que con lo que vamos a exponer a continuación no pretendemos hacer catastrofismo y ni muchísimo menos enredarnos en el mundo de la futurología, eso es, el “profetizar” acerca de cosas a ocurrir en un futuro inmediato, sino sencillamente el poner negro sobre blanco acerca de lo que nosotros entendemos que se nos dice en las Escrituras y que es una cosa muy distinta; ya, a partir de ahí, que cada uno y en función de lo que sabe sobre el tema, saque sus propias conclusiones: nosotros solo exponemos aquello que “creemos” pueda pasar.
Y es que si usted es una persona que ha seguido con cierta asiduidad los artículos que han ido apareciendo en este blog, estará al tanto de nuestra particular opinión en el sentido de que estamos ya muy cerca del cumplimiento de lo que en las Escrituras se conoce como “la 70 semana de Daniel” y con todo lo que ello conlleva, pues dicho evento tiene que ver con los últimos siete años (dado que estaríamos hablando de una “semana” de años, según dicha profecía) del mundo tal como lo hemos contemplado hasta el día de hoy. Ya para las postrimerías del año 2.013, concretamente el 29/12/13, publicamos un artículo titulado “¿Se ha preguntado usted alguna vez…… cuán cerca estamos del cumplimiento de Dan. 9:27?” y en el que ya argumentábamos en el sentido de cómo todo apunta en que estamos en los tiempos para cuando dicho cumplimiento está “al caer”. Poco tiempo después, para el 22/04/14, incidíamos en el hecho de que la ocurrencia de una serie de acontecimientos astronómicos, estaba relacionada con lo profetizado por Jesús y que tendría que marcar el momento de su inminente regreso a la tierra; proféticas palabras que encontramos en Luc. 21:25-28:
“También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos (gobiernos humanos, según Isa. 65:17-19) serán sacudidos. 27 Y entonces verán al Hijo del hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca.” (Acotación nuestra).
Lo primero que notamos en este pasaje bíblico y algo que ya pusimos de manifiesto en posteriores artículos publicados (ver por ejemplo, nuestros escritos del 20/02/15, del 02/03/15 o el del 24/08/15), tiene que ver con el hecho de la coincidencia en el tiempo de unas señales astronómicas, con una situación de extrema dificultad en la tierra como nunca se había dado y con unas perspectivas de futuro para la humanidad más “negras” que el carbón: la violencia, bien sea mediante conflictos bélicos abiertos entre distintos países (lo raro a día de hoy, es encontrar a un país que no ande “a la greña” con su vecino), o de terrorismo, o de la llamada “violencia de género”, o de total corrupción de las instituciones que nos gobiernan, así como de una “justicia” nada beligerante con el poderoso (violencia al fin y al cabo, ambas cosas), campan hoy por sus respetos en todas las direcciones en la que uno mire. Si a ello le sumamos el total desmoronamiento de nuestro entorno medioambiental, con una brutal disminución de agua potable cada vez más acuciante, polución “a manta” de nuestras ciudades, contaminación de nuestro ríos, lagos, mares y acuíferos, no podemos más que concordar que realmente estamos en la situación descrita por las palabras de Jesús en el pasaje leído del evangelio de Lucas.
Pero claro, así como toda cosa tiene un inicio, también tiene que llegar finalmente a una conclusión y de eso es de lo que hablábamos en esos artículos mencionados del año 2.015, pues en alguno de ellos apuntábamos la posibilidad de que dicha conclusión se produjera en el verano de dicho año o en próximo, eso es, en el verano del año 2.016 y que es en el que nos encontramos actualmente; cierto es que uno podría objetar en el sentido de que, si bien esas palabras de Jesús eran constatables en 2.014 y 2.015 y que es cuando ocurrieron dichos fenómenos estelares, eso es, las señales en el Sol (eclipses) y en la Luna (el fenómeno de los “lunas de sangre”) y continúa sin ocurrir nada ¿por qué tendría que ser ahora cuando todo se precipite? De hecho, la gran expectación que dichos fenómenos despertaron en ese momento entre la “concurrencia” (se escribió mucho acerca del tema) ha ido diluyéndose en el tiempo, hasta el punto de hacer perder de vista lo más importante del asunto y que no está tanto en la ocurrencia en sí misma del hecho contemplado, sino el que estábamos ante una profecía bíblica que se estaba cumpliendo ante nuestras propias narices.
No olvidemos, sin embargo, que lo que se nos dice en las palabras de Lucas es que cuando veamos comenzar estas cosas, tenemos que saber que nuestra liberación “está cerca”…… luego habría cierto tiempo entre el cumplimiento de la profecía y la llegada de la esperada “liberación”; lo que sí está claro en cualquier caso, es que el pistoletazo de salida ya se ha dado, si bien la pregunta podría continuar siendo la de ¿cuánto más cerca, estamos de la susodicha “liberación”? Para averiguarlo, tenemos que continuar con las palabras de Jesús, dichas a continuación de las ya consideradas y tomadas, en este caso, del relato paralelo de Mat. 24:32-35:
“Ahora bien, aprendan de la higuera como ilustración este punto: Luego que su rama nueva se pone tierna y brota hojas, ustedes saben que el verano está cerca. 33 Así mismo también, ustedes, cuando vean todas estas cosas, sepan que él (Jesucristo) está cerca, a las puertas (expresión esta que transmite la idea de gran inmediatez). 34 En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación (la que contempló determinados acontecimientos) hasta que sucedan todas estas cosas. 35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras de ningún modo pasarán.” (Acotaciones nuestras).
Señalar el hecho de que, puesto que ya en fecha 26/09/15 profundizábamos en el tema de esa “generación que no pasará” sin que antes ocurra todo lo profetizado, no creemos necesario repetirnos en lo mismo (aunque sí recomendamos la lectura del mismo, para entender de qué realmente estamos hablando en este momento), por lo que nos dedicaremos a hablar acerca de qué es lo que tenemos que esperar y en una fecha tan temprana como pudiera ser, a lo sumo, dentro de dos o tres meses…… sí, sí, como lo están leyendo: dos o tres meses y partiendo de estos primeros días de Mayo. Luego de lo que vamos a hablar es de lo que tenemos que esperar suceda y que señalará el inicio del fin de esa “generación” mencionada, lo que nos lleva indefectiblemente a la profecía de Dan. 9:24-27:
“Hay setenta semanas que han sido determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para acabar con el pecado, para hacer expiación por el error, para introducir la justicia para tiempos indefinidos, para imprimir un sello sobre visión y profeta y para ungir el Santo de los Santos. 25 Y debes saber y tener la perspicacia de que desde la salida de la palabra de restaurar y reedificar a Jerusalén hasta Mesías el Caudillo, habrá siete semanas, también sesenta y dos semanas. Ella volverá y será realmente reedificada, con plaza pública y foso, pero en los aprietos de los tiempos.
26 Y después de las sesenta y dos semanas Mesías será cortado, con nada para sí. Y a la ciudad y al lugar santo el pueblo de un caudillo que viene los arruinará. Y el fin del tal será por la inundación. Y hasta el fin habrá guerra; lo que está decidido es desolaciones.
27 Y él (el caudillo mendionado) tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana; y a la mitad de la semana hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva. Y sobre el ala de cosas repugnantes habrá el que cause desolación; y hasta un exterminio, la misma cosa que se ha decidido irá derramándose también sobre el que yace desolado”. (Acotación nuestra).
De lo que se nos está hablando en los versos 26-27 acerca del “caudillo que viene”, es de un personaje que descenderá del pueblo que, como etnia, arruinó a Jerusalén y su Templo y que identificamos como “el anticristo”…… en todo caso, estaríamos hablando de un poderoso gobernante que tiene que aparecer y momento en el que inicia dicha “semana 70”, cuya tarjeta de presentación será el establecimiento de un pacto de paz o de no agresión entre “los muchos por una semana” (siete años), eso es, entre Israel y sus vecinos árabes (recordemos que el foco de atención de la Biblia está dirigida, fundamentalmente, a esa parte del mundo que conocemos como Oriente Medio). De ahí, la necesidad de averiguar sobre dicho personaje y lo que pasa por averiguar qué “pueblo” fue el que en el año 70 E.C. arrasó con Jerusalén y su Templo; porque aunque en el acervo popular se afirma que fue el pueblo “romano” el causante de tal “desaguisado”, ello no se ajusta de ningún modo a la realidad…… porque lo cierto es que fueron mercenarios pagados por Roma y originarios de un terreno situado al norte de Israel, que en su momento fue el poderoso Imperio Asirio, eso es, la antigua nación de Asiria. Luego esos soldados supuestamente “romanos” que conformaban la legiones que Roma mandó llevar a cabo la destrucción mencionada, no eran más que descendientes de dicha nación y ancestral enemiga de Israel, para más señas, que desapareció en la noche de los tiempos sin que se volviera a tener noticia alguna de ella (Rev. 13:1-3).
Debido a lo cual, es del todo necesario que dicha antigua nación reaparezca (como en su momento ocurrió con Israel), ya que de lo contrario no habría “anticristo” y con ello, sería imposible el inicio de dicha “semana 70” y por tanto, la final instauración del reino de Dios en la tierra…... pues todo está perfectamente concatenado; sin embargo y aunque hemos dicho al final del párrafo anterior, que el rastro de dicha nación se pierde en la noche de los tiempos, parece que se vislumbra en nuestros días un revivir de la misma, pues continuamente tenemos noticias que nos hablan de los actuales descendientes de la antigua Asiria, porque ¿les suenan de algo esas personas a las que llaman “kurdos” y que últimamente tienen un gran protagonismo en Oriente Medio? Pues son tal y como les acabamos de señalar, los descendientes de esa otrora poderosa nación que ocupaba la franja territorial que actualmente se denomina como el Kurdistán y por la que están sus moradores luchando a “cara de perro” contra el DAESH o EI y organizaciones terroristas satélites…… tanto es ello así, que algún medio de información ya no se refieren a esas personas como “kurdos”, sino como “asirios”; pensemos, por otra parte, que dichas personas tienen el total apoyo de Rusia, pues esta considera a los “kurdos” como aliados imprescindibles en ese enclave estratégico que es el Medio Oriente, para adquirir el dominio predominante de una zona en extremo conflictiva.
De hecho, Rusia está negando repetidamente que dicho aliado pueda ser Siria y a la que aparentemente están ayudando frente al EI, cuando lo que se está cociendo entre bambalinas por parte de los rusos es la protección de los “kurdos” de Siria, Irak e Irán…… de ahí el enfrentamiento más o menos soterrado de Rusia contra Turquía, por su política de demolición de esa etnia asiria que mora dentro de sus fronteras, pues de serles concedida la independencia de su territorio a los “kurdos”, esta última tendría que ceder casi el 40% del suyo y a lo que el Sr. Endorgan, a la sazón presidente de Turquía, no está dispuesto a ello ni “por el forro”: y como solución “salomónica” al problema, aplica aquella máxima de “muerto el perro, muerta la rabia” y que traducido, equivale a borrar a los “kurdos” de su territorio mediante masacrarlos. Por lo tanto y para no extendernos, queda claro que la aparición del personaje “anticristo” está directamente relacionada con la aparición de nuevo en la escena mundial, de la nación de Asiria (actualmente Kurdistán), pues dicho personaje tiene que ser precisamente de ascendencia asiria (Isa. 31:8); recordemos que según la profecía de Daniel, estaríamos hablando de un destacado personaje que como tarjeta de presentación y que no está nada mal, pues nadie ha triunfado en ese empeño, conseguiría un tratado de paz o no agresión por siete años entre dos partes irreconciliables…… ni uno más, ni uno menos y además, de una notable mejoría en la situación mundial.
Y tal como están las cosas que sabemos y que nunca es el “todo” de lo que realmente se está cociendo entre bastidores, ello podría ocurrir el día menos pensado; sin embargo notarán, que en los artículos de referencia a los que hemos hecho mención, hemos puesto especial atención en el hecho de que tal ocurrencia podría tener lugar en los meses de verano; pero ¿por qué, esa presunción? Veamos: los autores de este blog consideramos que todo lo que está escrito en la Biblia tiene un significado concreto, tendente a darnos las pistas necesarias a aquellos que escudriñamos en ella o, lo que es lo mismo, que nada en las Escrituras puede ser considerado como superfluo y por lo que no puede ser nada pasado por alto; porque recordemos que al unísono con dicho personaje “el anticristo”, aparecen también unos poderosos personajes a los que Dios identifica como “sus dos testigos” y enviados para una comisión específica, como es el anunciar la inmediata instauración del reino de Dios a la tierra:
“Y haré que mis dos testigos profeticen mil doscientos sesenta días vestidos de saco.” (Rev. 11:3).
Notemos primero que dicha actividad tiene una duración de 1.260 días o tres años y medio, justo el tiempo en que tarda el “anticristo” en romper su pacto (por lo que tienen que aparecer en el mismo espacio temporal) y lo que resulta en la muerte de esos “dos testigos”, como se nos explica en ese mismo capítulo 11, pero en los versos 7 al 9 y en donde encontramos un dato sumamente revelador:
“Y cuando hayan terminado de dar su testimonio (a los tres años y medio), la bestia salvaje que asciende del abismo hará guerra contra ellos y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en el camino ancho de la gran ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también el Señor de ellos fue fijado en el madero. 9 Y los de los pueblos y tribus y lenguas y naciones mirarán sus cadáveres por tres días y medio y no permiten que sus cadáveres sean puestos en una tumba (eso es, que son dejados a la intemperie). (Acotaciones nuestras).
La pregunta sería ¿por qué se nos da el dato de que dichos cuerpos tienen que permanecer por espacio de tres días y medio insepultos? ¿Hay algún propósito detrás de tan, en principio, irrelevante cuestión? Nosotros pensamos que sí, amparándonos en el hecho ya señalado que nada es las Escrituras ha sido escrito sin un propósito definido, eso es, que nada es casual, sino que todo está magistralmente diseñado con un propósito determinado…… otra cosa distinta es que seamos capaces de encontrarlo. Luego partiendo de dicha premisa (no de que seamos capaces de encontrarlo, sino de que todo en el registro sagrado tiene un propósito determinado), lo que nosotros nos barruntamos es que estamos ante una señal temporal que nos indica para qué época del año podemos situar el hecho esperado, porque veamos: Israel al estar situada en una latitud algo más cercana al Ecuador que España, tiene también calurosos y secos veranos, acentuados estos por un fenómeno denominado “khamsin” (en hebreo “sharav”), que son unos vientos secos y calientes procedentes del desierto de Arabia, que contribuyen a generar temperaturas muy elevadas. Súmenle a ello, el de por sí complicado “cambio climático” y que está aumentando a “ojos vista” la temperatura media mundial y con lo que nos encontramos que sería muy “complicadillo” en esa época del año, el mantener un cuerpo sin vida a la intemperie y sin que este entre en el lógico proceso de descomposición en unas pocas horas de exposición al fuerte calor.
Tengamos presente que el proceso de descomposición en una temperatura moderada, comienza dentro de los primeros tres días de ocurrida la muerte, mientras que la putrefacción se empieza a notar entre los días 4 y 10, siempre teniendo en cuenta que la influencia de factores climáticos puede acelerar o demorar el proceso…… si hay calor y como es el caso que planteamos, se podría calcular el inicio del proceso a partir del segundo día y en circunstancias mucho más frías (ambiente invernal), estaríamos hablando de unos siete u ocho días. Ello nos inclina a razonar, que la muerte de esos “dos testigos”, en todo caso representantes divinos, tiene que situarse en la época invernal y por lo tanto su aparición tiene que producirse, para que cuadren los tres años y medio de tarea, en época veraniega; ello, parece estar respaldado por unas palabras del apóstol Pablo registradas en el siguiente pasaje:
“¡Miren! Les digo un secreto sagrado: No todos nos dormiremos en la muerte, pero todos seremos cambiados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, durante la última trompeta. Porque sonará la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y nosotros seremos cambiados. 53 Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción y esto que es mortal, tiene que vestirse de inmortalidad.” (2 Cor. 15:51-53).
La expresión “toque final de la trompeta” hace referencia al momento en que se produce la llamada “primera” resurrección (Rev. 20:6) y en donde los apóstoles de Jesús y resto de seguidores del I siglo que con él tienen que reinar, recibirán cuerpos nuevos (los originales ya no existen desde hace siglos) dotados de la inmortalidad…… pero ¿qué ocurre con los cuerpos de esos “dos testigos”, cuando son asesinados por el “anticristo”? Veamos que nos dicen las Escrituras:
“Y después de los tres días y medio, espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos (eso es, en esos mismos cuerpos), y se pusieron de pie y gran temor cayó sobre los que los contemplaban. 12 Y oyeron una voz fuerte procedente del cielo decirles: “Suban acá”. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los contemplaron.” (Rev. 11:11-12). (Acotación nuestra).
Es en ese preciso instante cuando se produce la citada “primera” resurrección y los muertos de hace casi 2.000 años reciben los nuevos e inmortales cuerpos…… sin embargo, esos “dos testigos” son levantados con el mismo cuerpo, pero ya con la condición de inmortal y que no tenía dicho cuerpo, tres días y medio antes: de ahí que el apóstol Pablo mencionara el hecho de que los que sobrevivieran hasta la presencia de Jesucristo (1 Tes. 4:15), serían “transformados”, eso es, que el mismo cuerpo mortal que tenían en vida, es el que será levantado ya en inmortalidad. Pero claro, para que ello sea así, se precisa de un “pequeño” requisito: esos cuerpos no pueden tener el menor signo de descomposición para que en ellos se produzca dicha “transformación”, pues de lo contrario y de alguna manera, se estaría violentando la siguiente condición:
“Sin embargo, esto digo, hermanos: que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción (en este caso, un cuerpo ya afectado por la descomposición) hereda la incorrupción.” (1 Cor. 15:50). (Acotación nuestra).
Es cierto que algunos dirán que la aplicación de este pasaje está muy “cogida por los pelos”, pues lo que Pablo pretendía señalar con el mismo era otra cosa…… pero en todo caso, no es menos cierto que como máxima es perfectamente aplicable: Jehová Dios, por definición, no levantaría jamás de algo ya inmerso en un proceso de degradación y como sería el caso, algo de naturaleza incorrupta. Luego lo que todo parece indicar y si no erramos en el diagnóstico, es que estaríamos esperando una resolución que tiene que producirse a caballo en la época de verano y este, meteorológicamente hablando, inicia el 21 de Junio en la zona del hemisferio norte; y en el bien entendido, de que lo que estamos esperando es la aparición del “anticristo” y esos “dos testigos”, para ponernos en acción aquellos que confiamos en el propósito divino. Lo que ocurre a continuación de la puesta en escena de los citados personajes, es el inicio de la “gran predicación” de Mat. 24:14 por espacio, repetimos, de tres años y medio, a ser seguidos estos por la “gran tribulación” o “el día de la ira de Jehová” y que se extenderá por los restantes tres años y medio, para juicio y destrucción eterna de aquellos que hayan reusado aceptar el mensaje transmitido por esos “dos testigos” y sus colaboradores, cómo claramente se nos muestra en 2 Tes. 1:7-9:
“… pero, a ustedes que sufren la tribulación, con alivio juntamente con nosotros al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles 8 en fuego llameante, al traer él venganza sobre los que no conocen a Dios (porque no han querido) y sobre los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús (más bien se oponen a ellas). 9 Estos mismos sufrirán el castigo judicial de destrucción eterna de delante del Señor y de la gloria de su fuerza…” (Acotaciones nuestras)
Por lo que la perspectiva colocada ante aquellos, insistimos en ello, que esperamos en Jehová y que, repetimos, podría ser alcanzada en unos dos/tres meses, está directamente relacionada con lo dicho en la parábola conocida como la de “las ovejas y las cabras”, en donde aquellos colocados a la derecha del rey se garantizan la vida eterna, por el hecho de que han colaborado con esos “hermanos más pequeños” de Jesucristo, en la difusión del mensaje anunciado…… esperado momento, insistimos, que puede producirse en el breve espacio de tiempo señalado.
Es cierto y opción que no es descartable, que aquí “los mendas” estuviéramos totalmente equivocados en nuestra percepción de las cosas…… pero no es menos cierto, que todo nuestro argumentario está basado en hechos reales que hemos contemplado y que responden a profecías bíblicas cumplidas: las señales en el Sol y la Luna ahí están; la angustiosa situación de la humanidad, confluyendo con la anterior, ahí está también; la “generación” que no tiene que pasar hasta que ocurran todas las cosas, está perfectamente identificada. Por si fuera poco, tenemos la “radiografía” que hizo en su momento el apóstol Pablo para los “tiempos del fin” y que se ajusta como un guante a lo que vemos a nuestro alrededor, según se lee en 2 Tim. 3:1-5:
“Más sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar (situación que se corresponde plenamente a lo dicho en Luc. 21:26). 2 Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, 3 sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien, 4 traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, 5 teniendo una forma de devoción piadosa, pero resultando falsos a su poder; y de estos apártate.” (Acotación nuestra).
Añádanle a ello, la extrema decadencia moral de las personas precisamente dentro de la llamada “cristiandad”, estableciendo el aborto como un derecho, al tiempo que se legisla por ley la unión de personas del mismo sexo y con lo que Sodoma y Gomorra resulta un chiste al lado de lo que está ocurriendo en nuestros días; y por si alguno duda de “cómo está el percal”, vean cómo se “cuecen las habas” por esta España de nuestras entretelas, en una notica tomada de un artículo de prensa el 06/05/16…… con el agravante, todo ello, de que quién osa posicionarse en contra de tan depravadas prácticas, es prácticamente “lapidado” por el sentir mayoritario de una sociedad totalmente desquiciada y más allá de todo sentido moral, con la que uno tiene que “lidiar” todos los días ¡vamos, que las circunstancias que llevaron al diluvio del día de Noé, eran una broma al lado de lo que ocurre hoy! Actitud, por otra parte, perfectamente resumida en las siguientes proféticas palabras y que no auguran nada bueno para los transgresores de las normas morales, en su momento establecidas por Jehová Dios:
“¡Ay de los que dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno, los que ponen oscuridad por luz y luz por oscuridad, los que ponen amargo por dulce y dulce por amargo!” (Isa. 5:20).
Todo considerado, entendemos que no podemos por más que pensar que la cosa tiene que estar al caer, pues jamás la humanidad había llegado a semejante límite porque, por tener, tiene hasta la capacidad nuclear para destruirse a sí misma varias veces; entonces que cada uno y a partir de lo leído, saque sus propias conclusiones acerca de si nuestro Creador va a esperar más o va a actuar ya de inmediato. Por cierto y tómenlo como una pequeña apostilla, pero creemos que para aquellos que decidan el colaborar con esos “hermanos más pequeños” de Jesús y mencionados en la citada parábola de “las ovejas y las cabras”, a partir del momento de iniciar dicha colaboración, sus problemas ya se habrán terminado…… es cierto que no estarán aún en el reino de Dios, pero no es menos cierto que estarán trabajando para el Supremo Hacedor de todas las cosas, Jehová Dios y por lo que estarán atendidos y protegidos durante ese tiempo de actividad en favor del “resto ungido” por aparecer (los “dos testigos”), de cualquier acechanza maligna:
“¡Miren! El ojo de Jehová está hacia los que le temen, hacia los que esperan su bondad amorosa, 19 para librar el alma de ellos de la muerte misma y para conservarlos vivos en tiempos de hambre.” (Sal. 33:18-19).
Terminada dicha labor y ya en el tiempo de la “gran tribulación”, los que hayan tomado parte en ella serán “ocultados” y protegidos durante ese período de tiempo:
“Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él; y la tierra ciertamente, expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:20-21).
Tema este del que tienen más información, en distintos artículos publicados en este blog y siempre partiendo de la base que contamos las cosas según nosotros las entendemos; circunstancia esta que exime a nuestros lectores de concedernos credibilidad alguna, sino más bien y partiendo de lo leído, hacer una personal investigación y sacando de ella sus propias conclusiones. Y es que como tantas veces les hemos señalado, nosotros…… también nos podemos equivocar.
MABEL
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Luc. 21:25-28,
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semana 70,
señales
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