¡Y por fin apareció!
Si queridos lectores, aunque parezca mentira y cuando ya habíamos dado el caso por olvidado, el Dr. Javier Rivas Martínez ha aparecido de nuevo. Y decimos esto, porque después de algún tiempo sin demasiada actividad en su blog, ya que lo que iba apareciendo en él, mayoritariamente eran o bien colaboraciones de otros autores o bien diversas noticias de prensa, de nuevo ha vuelto a las andadas publicando un artículo titulado: “Dos resurrecciones: no cabe duda” (06/01/11). Bien, ello no tendría mayor trascendencia si no fuera por un “pequeño” detalle y es que el planteamiento que formula en ese escrito, lo tiene rebatido desde Febrero del año pasado (2.010), en un comentario que se publicó en este blog el día 6 del citado mes, bajo el siguiente título: “Las dos resurrecciones del Dr. Rivas” y sin que hasta el momento se haya dignado a dar una explicación, ni a los que le formulamos la citada objeción, cuestión de obligado cumplimiento si se tiene un mínimo de seriedad, ni por supuesto a sus lectores que, probablemente, se quedarían con las ganas de saber en qué quedaba la cosa y lo cual nos hablaría del respeto que estos le merecen y que es igual a cero. Y de eso, va a cumplirse el año.
Pero es que en el colmo de la desvergüenza y disculpen que hablemos tan claro, en este artículo que acaba de publicar el Dr. Rivas, no hace más que repetirse en los argumentos que sobre las dos resurrecciones de Juan 5:28-29 tiene a bien entender y que provocaron en su día, que a nosotros se nos pusieran los pelos como escarpias ante tal burrada y que desarrollada hasta su última consecuencia, sencillamente se carga el entero propósito de Jehová. Y la razón por la que nos expresamos con esta claridad, es que estamos tratando de un falso maestro y cuya enseñanza es tendente a destruir y no a edificar (2 Ped. 2:1); y que a pesar de que se le ha dicho por activa y por pasiva que está equivocado, no parece haber mermado el entusiasmo con que defiende tan disparatada idea, ni siquiera la lamentable circunstancia de que aún no ha sido capaz de responder a cierta pregunta, que referente a esta cuestión, desde este blog le planteamos y que, repetimos, hace de ello ya casi un año. Sin embargo, inasequible al desaliento e inalterable ante el ridículo, continúa encastillado en su inexplicable conclusión, exactamente la misma que en su día formuló. Pero veamos en primer lugar, qué nos dice el texto en cuestión, Juan 5:28-29:
“No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz 29 y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”
Y a nuestro entender, lo que ahí se nos dice es que al sonido de la voz, saldrán todos, no unos ahora y otros al cabo de mil años; eso el texto no solo no lo dice, sino que no hay nada en el mismo, que siquiera apunte a esa posibilidad. Pero lo que si nos dice, es que los que salen, parecen tener suertes diversas en función de diferentes líneas de actitud. Luego aquí de lo que estaríamos hablando, es de una misma resurrección, con dos retribuciones distintas.
Y resurrección que siendo la misma de la que se nos habla, tanto en Dan. 12:2, como en Hech. 24:15, nada tiene que ver, lo cual es un detalle muy importante, con la denominada primera resurrección de Rev. 20:6; pero que en todo caso y volviendo al texto de Juan, estaríamos hablando de un pasaje bastante claro, que ni por el forro permite sacar la conclusión a la que llega el Sr. Rivas. Sin embargo, veamos a que conclusión llega dicho caballero:
“El boceto de la resurrección (es) de los muertos quedaría de este modo:
1. «La resurrección de Cristo».
2. «La resurrección de los creyentes en Cristo» (Los que pertenecen a su Iglesia y los santos del Antiguo Testamento).
3. «La resurrección de los malvados para condenación eterna al final del milenio de Cristo».”
Y dado que ha pasado tanto tiempo, vamos a refrescarle la memoria al Sr. Rivas (y de paso a todos ustedes, que bien se merecen cualquier esfuerzo) repitiéndole algunos de los argumentos que no pudo rebatirnos, no hay que olvidarlo, al tiempo que le planteamos otras y diversas cuestiones. Para ello obviaremos esos enrevesados conceptos en los que se enreda, acerca de unas resurrecciones espirituales y otras literales o de esas complicadas formulaciones semánticas, sobre el significado de distintos términos de conceptos militares, que no hacen más que liar la cosa, porque las Escrituras solo nos hablan de resurrecciones literales y lo demás, son gaitas. Lo que ocurre y lo apuntamos como posibilidad, es que como ni él mismo se cree lo que dice y en un intento de defender lo indefendible, se imagina que con tanto despliegue de “conocimientos”, por demás superfluos, ya que no tienen nada que ver con el asunto en cuestión (que tendrá que ver la terminología militar con las resurrecciones), se da cierto toque de veracidad, además de enmascarar aquello que no es más que un puro disparate. Dicho esto y ya metiéndonos en harina, señalar que puesto que no hay discusión posible en cuanto al primer apartado, pasaremos al segundo y que ya no está tan claro. Veamos:
“2. «La resurrección de los creyentes en Cristo» (Los que pertenecen a su Iglesia y los santos del Antiguo Testamento).”
Y puesto que esta resurrección sigue a la de Jesucristo, que es las primicias, es obvio que estaríamos hablando de la resurrección de los que son de Cristo:
“Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” (1 Cor. 15:23).
Luego estaríamos hablando de lo que Rev. 20:6, llama la primera resurrección; pues bien, veamos que nos dice:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.”
Luego lo que queda claro de entrada, es que se nos está hablando de una primera resurrección y en la que vemos lo siguiente: los que participan de ella y puesto que la muerte segunda, ya no tiene autoridad sobre ellos, significaría que han alcanzado la inmortalidad, luego ya son completamente perfectos y salvos; pero también vemos que gobernarán con Cristo, los mil años de su reinado y lo que nos indica, que son los que conformarán ese gobierno del reino, en calidad de reyes y sacerdotes. Y no pierdan de vista esa condición de sacerdotes que les es concedida, ya que tiene su importancia a la hora de desmontar el disparate del “ínclito” D. Javier. Luego un resumen lógico, solo podría ser el de que todos los que con Cristo han de gobernar, participan de forma inexcusable de esa primera resurrección y que es a la que se tiene que referir el Sr. Rivas en ese segundo apartado.
Luego primera resurrección que aún no ha acontecido, dado que Jesucristo aún no ha regresado y que según el apóstol Pablo (1 Cor. 15:23) acontece en el mismo momento de su venida; pero ello no es óbice para que podamos formular la siguiente conclusión: todos aquellos que participan de esa primera resurrección, gobernarán con Cristo en el reino, lo que es lo mismo y dicho de una manera que nos aclara más las cosas: todos aquellos que con Cristo han de gobernar, son los únicos que pueden tomar parte de esa primera resurrección. Y ahí nos aparece el primer problema y que el Dr. Rivas lleva, para su vergüenza y descrédito, casi un año sin haber conseguido solucionar: ¿en qué resurrección colocamos a Juan el Bautista? Porque no olvidemos que fue el propio Jesús, el que sin lugar a dudas y de manera palmaria, dejó claro que el tal, no formaría parte de ese gobierno del reino:
“En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; mas el que sea de los menores en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mat. 11:11).
Y que solo el razonamiento lógico nos dice, que si el menor en ese gobierno del reino, o sea, el último empezando por la cola y para entendernos, ya era mayor que Juan, éste no podía estar entre ellos de ninguna manera; luego de nuevo le repetimos la pregunta a D. Javier: ¿qué hacemos con dicho caballero? Porque si no puede estar entre los miembros de dicho gobierno, significa que no participa de esa primera resurrección y por tanto, según la “original” interpretación del Sr. Rivas de Juan 5:28-29, solo le quedaría la segunda y que es para aquellos que son merecedores de destrucción eterna y lo cual, pues que quieren que les digamos…... pero mal si suena.
Pero en ese segundo apartado, D. Javier comete otro imperdonable error y que demuestra una vez más y por si nos quedaba alguna duda, su escaso conocimiento bíblico, así como su reducida capacidad de razonar con la debida lógica. Porque en el mismo nos afirma, que los notables del A.T. también participan de esa primera resurrección, lo que los convierte de forma automática en gobernantes de ese gobierno del reino y lo cual, ya nos disculparán, pero es que decir eso es no enterarse uno ni por donde le da el aire y de una supina ignorancia acerca del contenido de las Escrituras, que es demasiado; porque veamos: hay unas palabras que pronunció Jesús, durante una conversación que mantuvo con un maestro de Israel y hablando de la posibilidad de acceder al privilegio de ser gobernante en ese reino, que nos dicen exactamente todo lo contrario de la “película” que nos cuenta tan “entendido” caballero:
“Jesús contestó: “Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).
Ha quedado claro ¿no? Luego no queda ninguna duda en el sentido de que lo que estaba haciendo Jesús, en ese momento, era establecer dos requisitos indispensables para poder acceder al citado privilegio: el nacer del agua y el nacer del espíritu. Y dado que esos requisitos solo estuvieron disponibles a partir del día de Pentecostés de 33 E.C. y que iniciaron con el derramamiento del Espíritu Santo sobre los apóstoles, es obvio que dichos requisitos no estaban en poder de los notables del A.T., o sea, los Abraham, Noé, Jacob, David, Daniel, etc., etc. y que habían muerto siglos antes; y por lo tanto, a menos que Jesús nos hubiera mentido, no podían acceder a ser parte de ese gobierno. Y afirmación que tiene su punto de apoyo, en las siguientes palabras, también de Jesús:
“Pero desde los días de Juan el Bautista (no antes) hasta ahora el reino de los cielos es la meta hacia la cual se adelantan con ardor los hombres y los que se adelantan con ardor se asen de él. 13 Porque todos, los Profetas y la Ley, profetizaron hasta Juan……” (Mat. 11:12-13).
Y prescindiendo que hay muchas distintas formas de verter ese verso 12 y cada una con su particular significado, lo que queda claro, es que fuere lo fuere que aconteciera con relación al reino, ello y a tenor del significado de esos dos textos citados, tenía que ser a partir de Juan el Bautista y que no aplicaba por tanto a personas que hubieran vivido antes de esos tiempos; o sea, que fuera lo que fuera, no tenía efectos retroactivos. Luego Juan, representaba un antes y un después en la historia de Israel, quedando por tanto la oportunidad de acceder al gobierno del reino, reducida a una simple cuestión de oportunidad: estar en el sitio adecuado, en el momento oportuno. Entonces esos personajes citados del A.T., al igual que Juan el Bautista, así como el malhechor arrepentido ejecutado al lado de Jesús y que murieron todos ellos antes de estar accesibles dichos requisitos, no alcanzaron dicha oportunidad de ser partícipes del gobierno del reino y consecuentemente, no se levantarán en esa primera resurrección. Por lo tanto y si la teoría del Sr. Rivas fuera cierta, solo les queda el ser destruidos en la segunda resurrección de juicio y que como animalada (ya nos disculparán ustedes), no está nada mal.
Pero como dicen que no hay dos sin tres, resultaría que de ser cierta la enseñanza de D. Javier, se produciría un hecho insólito: un reino que no tendría un solo súbdito. Porque veamos: si todos los “buenos”, por decirlo de alguna manera, se levantan en una primera resurrección “para vida” y según Rev. 20:6, se convierten en gobernantes de ese reino en calidad de reyes y sacerdotes y por otra parte, los “malos” son levantados mil años después para ser destruidos en una resurrección “de juicio” y tal como nos indica el Sr. Rivas en su tercer apartado…
“3. «La resurrección de los malvados para condenación eterna al final del milenio de Cristo».”)
… ¿sobre quienes gobiernan durante esos mil años, Cristo y esos reyes/sacerdotes? Es más y volviendo a recuperar el hecho de que son, no solo reyes, sino también sacerdotes ¿sobre quienes derramarán sus benéficos servicios sacerdotales? Porque no podemos olvidar, que la función sacerdotal implica la mediación entre Dios…… y los hombres, si tomamos como punto de referencia la labor de estos en la historia del pueblo de Israel y de la idea que nos transmite 1 Tim. 2:5:
“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús.”
Sin embargo y según tan sorprendente enseñanza del Sr. Rivas, no habrá hombres sobre la tierra a quienes poder aplicar semejantes beneficios: en la tierra solo habrá reyes/sacerdotes, como para parar un tren, pero que no necesitan de tal mediación ya que siendo perfectos e inmortales Hijos de Dios, gozan de una relación directa con su Padre Celestial, al igual que su Hermano Mayor y Primogénito, Jesucristo.
Porque claro, siendo cierto que de la gran tribulación de Rev. 7:14, sobrevive una gran muchedumbre (versículo 9), no es menos cierto que la opinión mayoritaria se decanta por la tesis de Apologista Mario Olcese y que ha publicado varios artículos al respecto, en el sentido que los miembros de esa gran muchedumbre de sobrevivientes forman también parte de los 144.000 que según Rev. 14:1, gobiernan con Jesucristo en el reino; luego estarían en el reino en calidad de reyes asociados. Y puesto que dicha idea no ha sido discutida (hasta donde sabemos y a diferencia de nosotros) por D. Javier, solo podemos pensar que estará de acuerdo con la misma, luego la pregunta continúa en pie: ¿sobre quienes llevaran a cabo su labor sacerdotal de mediación? Porque sobre la tierra, no habrá personas imperfectas y necesitadas de semejantes servicios…… solo reyes/sacerdotes inmortales, como perfectos Hijos de Jehová.
Luego llevando dicha idea del Dr. Rivas al extremo, además lógico y razonable, se plantea otra grave cuestión: ¿qué objetivo tiene el reino de Dios? ¿Qué sucesos de interés para el ser humano en general, se van a producir en ese espacio de tiempo y en donde habrá una tierra llena de gobernantes (millones, miles de millones, según el amigo Olcese y enseñanza tampoco discutida por el Sr. Rivas) y sin nadie a quién gobernar? ¿Para esto se ha montado toda la historia del reino de Dios? Y es que cuando uno pasa a desarrollar de manera lógica y secuencial, la enseñanza de Rivas acerca de Juan 5:28-29, se da cuenta de que es una burrada de tal calibre, que no hay por dónde cogerla y que nos lleva inevitablemente a todos aquellos que esperamos en Dios, a formularnos la importante y decisiva pregunta ¿qué cosas entonces, son las que serán restauradas aquí en la tierra, durante el mileno? Porque no olvidemos, que el propósito de Jehová y el reino no es más que un instrumento para la consecución de ese propósito, es la restauración de todas las cosas (Hech. 3:21). Y hasta donde sabemos, el propósito del Altísimo con respecto a Adán, no era que reinara y mediara en calidad de sacerdote, con Dios y a favor de los hombres:
“Además, los bendijo Dios y les dijo Dios: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla; y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas voladoras de los cielos y toda criatura viviente que se mueve sobre la tierra.” (Gén. 1:28).
Luego nada que ver con la situación que se generaría de ser las cosas como dice ese señor y que llevaría, al fin del milenio, a Jesucristo devolverle a su Padre Celestial, no una humanidad restaurada a su condición original, sino un infinito número de reyes/sacerdotes y que nada habrían hecho durante los mil años, a favor de la humanidad, porque sencillamente…… no había humanidad sobre quién actuar. Entonces y en lugar de una restauración, tendríamos que hablar de la creación de algo nuevo y circunstancia derivada de esa “magnifica” enseñanza de ese “erudito”, “investigador de las Escrituras”, “evangelizador” y “maestro bíblico”, que deja como mentiroso a Jehová quién a través de sus profetas, nos habla claramente de una restauración a nivel universal, tanto física, como mental, psíquica y espiritual del ser humano, así como del medio ambiente y además, de la implantación sobre la tierra de una paz que alcanzará incluso al mundo animal y de la relación de este con el ser humano: y todo esto que dicen las Escrituras que tiene que ocurrir, porque esa es la voluntad de Jehová, tiene que ocurrir durante el milenio ya que para eso, se ha dotado Jehová de ese instrumento; porque nos permitimos enfatizar, que el reino no es más que un instrumento del que se sirve Jehová para la consecución de su propósito: luego el reino, no es el fin, sino el medio para alcanzar ese fin. Y ese señor, con su disparatada teoría, se carga de un plumazo todo el proyecto de Jehová.
Porque, si por una parte, los que participan de la primera resurrección y no olviden que se produce en el mismo momento de la segunda venida de Jesucristo a la Tierra (luego antes de iniciarse el milenio), ya se levantan inmortales, pues la muerte segunda no tiene autoridad sobre ellos, entonces ya son perfectos y no precisando por tanto, que se haga con ellos los arreglos citados; y si por otra parte, no hay otra resurrección hasta el final de los mil años ¿sobre quién o quienes, se van a llevar a cabo esas actuaciones profetizadas, si sobre la tierra solo habrá personas perfectas y que por lo tanto, no precisan ya de ninguna restauración? ¿Qué le dicen a usted, querido lector, la razón y el sentido común?
Y prescindiendo que se podrían decir más cosas, acerca de las incongruentes consecuencias de semejante interpretación de Juan 5:28-29 y que solo usando el sentido común y la capacidad de razonar con lógica, ya nos indica que estamos ante un disparate de mayor calibre, nosotros lo dejamos aquí. Ya sabemos que esos argumentos aportados, no serán rebatidos por tan “ilustrado” caballero y que tal parece ser, no tiene ni idea del alcance de su disparate; o sea, que no sabe de qué está hablando. Que recurra al insulto, como ha hecho en anteriores ocasiones, no lo ponemos en duda, es más, casi estamos convencidos de ello; ahora bien, que sea capaz de rebatir bíblicamente nuestra objeción…… pues exactamente lo mismo que hace casi un año.
Y disculpen por favor, queridos lectores, el duro tono que empleamos y que sin lugar a dudas, ustedes de ninguna manera merecen presenciar. Pero lo que estamos haciendo es evitar que sean engañados en su buena fe, por personajes de esa calaña. Porque una cosa, es que uno exponga un determinado planteamiento y en el que obviamente puede estar equivocado…... o no; pero que cuando se le señala dicha posibilidad, tiene que entrar en el debate, bien para rectificar si le prueban que realmente está equivocado y con ello aprender, o bien mediante probar lo correcto de sus argumentos, contribuir así a la enseñanza de la persona que ha presentado la objeción y por supuesto, de aquellos que sigan con atención dicho debate…… y aquí paz y allá gloria. Pero otra cosa, ya es la despectiva y contumaz actitud como es el caso, de una persona que siendo incapaz por espacio de un año de responder adecuadamente a una objeción de eminente carácter bíblico, fundamental como hemos visto para un correcto entendimiento del propósito de Jehová y que se las da de “entendido” en la materia, continúe propagando una enseñanza que se la ha señalado como falsa y que así será, mientras que no demuestre lo contrario, desmontando los argumentos que en contra de la tal se han publicado: mientras tanto, queda calificado como un falso maestro e instrumento de Satanás, porque sus enseñanzas se prueban falsas. Y personas con las que, según el registro bíblico, Jesús no se andaba con chiquitas:
“Ustedes proceden de su padre el Diablo y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44).
Y cierto que nosotros no somos Jesús, pero no es menos cierto, que estamos ante una enseñanza que no se ajusta a la verdad, luego es una mentira y que de forma persistente y voluntariosa se mantiene en el tiempo, luego…… ustedes mismos.
En definitiva, queridos amigos, ahora son ustedes los que tiene la soberana decisión de creerse lo que dice dicho caballero, o lo que decimos nosotros. Y ya conocen nuestro consejo: ni con los unos ni con los otros, sino que con su Biblia en la mano, analicen los contenidos, contrástenlos con lo que entienden de lo que leen en el sagrad0 registro y saquen sus propias conclusiones. De ellas, no se les olvide, algún día tendrán que responder y es que “cada uno llevará su propia carga de responsabilidad” (Gál. 6:5).
MABEL
lunes, 17 de enero de 2011
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