viernes, 15 de noviembre de 2013
¡Huuuyyy…… la que se ha liado!
Y es que hace unos días, el arzobispado de Granada, cuyo titular es D. Francisco Javier Martínez, impulsó a la Editorial Nuevo Inicio a editar en España el “best-seller” italiano del 2011, titulado: “Sposati e sii sottomessa: Pratica estrema per donne senza pauraen” de la autora italiana Costanza Miriano y que se ha traducido al español como: “Cásate y sé sumisa” y con la que se ha montado y dicho sea con todo el respeto “la de Dios es Cristo”: los partidos políticos, tanto de derechas, como de izquierdas, los de centro, los de arriba y los de abajo se han puesto como búfalos en celo…… y para que hablar, de las asociaciones feministas que están que braman. Sin embargo, dicha autora, periodista de la RAI italiana, de algo más de 40 años, madre de cuatro hijos y que se define como una mujer feliz (queremos suponer que aplicando dicha filosofía) ha conseguido algo impensable: que un libro que aboga por la “sumisión” de la mujer en el matrimonio, haya tenido la aceptación de las “féminas” italianas al grado de convertirlo en el más vendido en Italia en los últimos tiempos, con cerca de 100.000 ejemplares colocados…… es cierto que el “espabilao” de turno podría objetar, que han sido los maridos los que, como posesos, se han lanzado a la caza y captura de un ejemplar de librito en cuestión, para regalárselo a sus respectivas esposas para ver si hay “suertecilla” y la muy condenada se “queda” con algo de la idea. Pero que no cunda el pánico, pues les podemos afirmar que nada hay de ello, ya que son las encuestas llevadas a cabo con mujeres, las que determinan sin lugar a duda alguna que son estas las que han aceptado encantadas la sugerencia y según se nos dice, arreglando incluso con ello algún que otro matrimonio que se encontraba en la “cuerda floja”…… sin embargo y ante el revuelo montado en España, dicha periodista y en una entrevista concedida a Onda Cero Granada, dijo lo siguiente:
“Quien protesta, quien lo critica, es porque no lo ha leído. Tendrían que retirar también todas las Biblias de las estanterías, porque el título está basado en un epístola de San Pablo.” (Negritas nuestras).
La Sra. Miriano, defendió que el libro hace un repaso del papel jugado por el hombre y la mujer desde la década de los sesenta en adelante y explicando cómo determinadas asociaciones feministas, han llevado a las mujeres a asumir papeles masculinos y como ello ha perjudicado notablemente la institución del matrimonio. Considera la autora en cuestión, por otra parte, que si el Arzobispado de Granada se ha decidido a publicarlo, es porque traslada “en un lenguaje sencillo” la visión del matrimonio que tiene una determinada parte de la Iglesia…… claro, ya me le imagino querido lector y si es católico, escandalizado y con las manos en la cabeza, no por el contenido del libro en cuestión y con el que quizás hasta podría estar de acuerdo (y prescindiendo de que usted sea hombre o mujer), sino por la matización por parte de dicha autora en el sentido, de que solo “una determinada parte de la iglesia” estaría de acuerdo con su visión del asunto; pero ¿por qué tal afirmación excluyente?
Pues porque ha aparecido en escena, aparte de los ya mencionados en el primer párrafo (un arzobispo, políticos de todas las tendencias del arco parlamentario, asociaciones feministas, etc.), la opinión de un preclaro miembro de la Iglesia católica en España, eso es, el obispo de Bilbao, Monseñor Mario Iceta, que ha afirmado que el título del libro “Cásate y sé sumisa”, publicado por la diócesis de Granada “no refleja lo que piensa la Iglesia” en torno al matrimonio y considera, además, que tiene un título “provocador” y “desafortunado” porque “induce al error”…… o sea, que menuda puñalada “trapera” le ha arreado el obispo, a su colega de Granada. Claro, uno pensaría que para hacer semejante afirmación, dicho personaje estaría al tanto del contenido del dichoso librito y con ello estar en posesión del preceptivo, por demás exigible, conocimiento de causa necesario para emitir cualquier opinión…… ¡pues no señor, nada más lejos de la realidad!; vean sino, lo que se nos cuenta que dijo el personaje en cuestión en una rueda de prensa que dio en Bilbao, en este resumen de la misma y que publicaron diferentes medios de comunicación:
“En una rueda de prensa en Bilbao para presentar la actividad del Día de la Iglesia Diocesana, que tendrá lugar este domingo y a preguntas de los periodistas, Iceta ha puntualizado que no conoce más que el título de la obra, no su contenido y ha criticado que el título esté en imperativo –“Cásate y sé sumisa”-.
“El matrimonio no es fruto de un imperativo, sino de un exquisito acto de libertad, que responde a una vocación y la Iglesia no cree que sea un acto imperativo”, ha argumentado, antes de añadir que la palabra “sumisión” es “el sometimiento de alguien a otra persona”, algo con lo que, en el ámbito del matrimonio, el obispo no puede estar “más en desacuerdo”.
Asimismo, Iceta ha remarcado que, para la Iglesia, tanto el hombre como la mujer cuentan con “la misma dignidad” en el matrimonio, que se basa en una relación “de respeto, reciprocidad y complementariedad” dentro de un “proyecto compartido” en el que “uno y otro construyen el amor”.
“Por esta y otras razones, decir que el título “Cásate y sé sumisa” refleja lo que piensa la Iglesia, yo digo que no es así”, ha remarcado, antes de añadir que la institución eclesiástica tiene una “doctrina exquisita y muy hermosa” sobre lo que es el matrimonio. A su entender, la obra cuenta con un título “provocativo” que “por desgracia induce al error”, si bien ha insistido en que no conoce el contenido del libro.” (Negritas nuestras).
Bien, hasta aquí la entrevista y en la que cada uno podrá pensar lo que crea oportuno, pero que en nuestra opinión, dicho personaje debería de ser echado a patadas de la cátedra que ocupa, no tanto por el dar una opinión de esa magnitud sin conocer siquiera el contenido del libro objeto de crítica, qué también, sino por el hecho de que ha pronunciado un alegato dirigido más a no ofender la sensibilidad de la corriente feminista imperante, que a enjuiciar lo poco que sabe del libro desde un punto de vista bíblico del mismo y cómo es su obligación. Porque es claro que el propio título del libro, no es más que una clara referencia a las palabras de Pablo, por ejemplo, en Col. 3:18-19 y dirigidas a las respectivas conductas de ambos cónyuges dentro del matrimonio:
“Esposas, estén en sujeción a sus esposos, como es decoroso en el Señor. 19 Esposos, sigan amando a sus esposas y no se encolericen amargamente con ellas.”
Entonces vemos que la que tenía que estar en “sujeción” era la esposa con respecto del esposo y no este con respecto de la esposa; y si ustedes buscan en un diccionario, el significado del término “sujeción” hallarán que este les dice como sigue:
“Estado de la persona, entidad, etc., que se encuentra sujeta o sometida a otra.” (Negritas nuestras).
Por lo que si no se acepta dicha idea como principio fundamental del matrimonio y expresada por el apóstol Pablo, se está y como apuntó la autora mencionada, rechazando la Biblia como referente en la vida del cristiano. Y eso que lo haga el primer “mindunguis” que pase por ahí, pues ¡ni tan mal!...... pero que lo haga todo un obispo de la Iglesia Católica y que seguramente en su vida, habrá repetido “tropecientas mil” veces después de leer una porción de los evangelios al celebrar una misa, la coletilla con la que se finaliza dicha lectura, eso es, aquello de “Palabra de Dios”, desde luego ya tiene “mérito”. Porque dicho personaje y del que repetimos, por simple decoro, la Conferencia Episcopal Española tendría que echar a patadas de su cargo, tendría que conocer algunas “cosillas” más que dijo dicho apóstol y que por estar registradas en la Biblia, se convierten automáticamente en “Palabra de Dios” y por tanto de obligada aceptación…… al menos, si uno se toma un poco en serio esta afirmación:
“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, 17 para que el hombre de Dios sea enteramente competente y esté completamente equipado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16-17).
Y entre las “cosillas” que dijo Pablo y que algo más sabría del asunto que el obispo de Bilbao, está por ejemplo, el orden jerárquico diseñado por el Altísimo entre los seres vivos racionales y que es como sigue:
“Pero quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios.” (1 Cor. 11:3).
Si usted, querido amigo que nos lee, analiza estas palabras con un mínimo de coherencia, establecerá la infinita distancia existente entre Jesucristo con Aquél que es su cabeza, eso es, el Dios Todopoderoso y Creador de todas las cosas; lo que le permitirá una perspectiva clara de la distancia entre Jesucristo (el segundo personaje en importancia del Universo) con aquél del que es cabeza, eso es, el hombre…… partiendo de ahí y por igualdad de baremos, establezca usted mismo la distancia existente entre este y aquella del que este es cabeza, eso es, la mujer. De hecho, parece que el apóstol lo tenía perfectamente claro, pues su admonición con respecto de la mujer fue clara y tajante:
“Que la mujer aprenda en silencio, con plena sumisión. 12 No permito que la mujer enseñe, ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que esté en silencio.” (1 Tim. 2:11-12).
Eso, en un ambiente tan imparcial y cercano a Dios, como pudiera ser una congregación cristiana del primer siglo, nos indica en qué grado tenía que ser ello así en el ámbito de la relación de matrimonio; o esto otro, que también dijo Pablo:
“Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz (o sea, de “orden”). Como en todas las congregaciones de los santos, 34 las mujeres guarden silencio en las congregaciones, porque no se permite que hablen, sino que estén en sujeción, tal como dice la Ley. 35 Pues, si quieren aprender algo, interroguen a sus propios esposos en casa, porque es vergonzoso que una mujer hable en la congregación.” (1 Cor. 14:33-35). (Acotación nuestra).
Ahora bien ¿era Pablo un “machista”, como afirman la mayoría de las que se declaran “feministas”? Obviamente no, pues fue él mismo el que en un momento determinado dijo exactamente esto:
“Esposos, continúen amando a sus esposas, tal como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por ella (……) 28 De esta manera los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí mismo se ama, 29 porque nadie jamás ha odiado a su propia carne; antes bien, la alimenta y la acaricia, como también el Cristo hace con la congregación, 30 porque somos miembros de su cuerpo. 31 “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa; y los dos llegarán a ser una sola carne.” (Citando de Gén. 2:24).32 Este secreto sagrado es grande. Ahora bien, yo estoy hablando tocante a Cristo y la congregación. 33 Sin embargo, también, que cada uno de ustedes individualmente ame a su esposa tal como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.” (1 Cor. 5:25; 28-33). (Acotación nuestra).
Nada de esto hace presuponer que Pablo era dominante con la mujer, cuando instaba al hombre a llevar su amor por ella, al grado del sacrificio personal si ello fuera necesario; es más, incluso en un apartado tan íntimo como es el sexual dentro del matrimonio y, obviamente bajo inspiración divina, el apóstol estableció la siguiente norma:
“Que el esposo dé a su esposa lo que le es debido; pero que la esposa haga lo mismo también a su esposo. 4 La esposa no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposo; así mismo, también, el esposo no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino su esposa.” (1 Cor. 7:3-4).
Luego ¿cómo se puede resolver esta aparente contradicción en las palabras de Pablo? Pues diciendo que este, entendió perfectamente las palabras que hemos leído en 1 Cor. 11:3 y las colocó en su justo contexto, eso es, en armonía con lo dicho unos versículos más adelante, del 7 al 10:
“Porque el varón no debe tener cubierta la cabeza, puesto que es (el varón) la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del varón (luego no la de Dios). 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón; 9 y, más aún, el varón no fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. 10 Por eso la mujer debe tener una señal de autoridad (o señal de sujeción al varón) sobre la cabeza, debido a los ángeles.” (Acotaciones nuestra).
Fijémonos en un hecho que a la mayoría de las personas se les pasa completamente desapercibido y que es altamente significativo, como apoyo de las palabras que acabamos de leer y que, lógicamente, Pablo tenía perfectamente asimilado y que se nos relata en Gén. 2:21-23:
“Por lo tanto Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces cerró la carne sobre su lugar. 22 Y Jehová Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer y a traerla al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: “Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque del hombre fue tomada esta.”
La pregunta sería ¿por qué Jehová, no hizo a la mujer y al igual que a Adán, modelando una figura de barro y soplando en sus narices el aliento de vida y lo que en esencia, los habría hecho iguales? Porque lo que leemos con respecto de la creación de formas de vida inferior, Este no sacó de cada macho una costilla y con la que crear a su hembra, sino que lo que nos dicen las Escrituras es esto:
“Y Dios pasó a decir: “Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros (macho y hembra), animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género (o especie, eso es, las distintas formas de vida animal)”. Y llegó a ser así.” (Gén. 1:24). (Acotaciones nuestras).
Entonces solo podemos concluir que Jehová no quería que fueran iguales y de ahí que no usara el mismo procedimiento, eso es, hechos ambos “del polvo de la tierra” y con lo que la hembra perpetuamente sería una consecuencia o derivada resultante del varón…… y ya lamentamos haber “chafado la guitarra” a las feministas y que de ser lo contrario, estarían aplaudiendo hasta con las orejas, pero las cosas son como son. Y como son las cosas, sencillamente, es que varón y hembra no somos iguales (ya otra cosa distinta es que nos complementemos) y que para demostrarlo, les rogamos que nos permitan una “boutade” un tanto romanticona y en referencia a la palabras de Adán en Gen. 2:23 mencionado (y que pasa por ser la primera frase romántica de la historia), pero que cualquiera que en un momento de su vida haya estado o esté enamorado, habrá experimentado y que vendría a resumir lo dicho por Adán: cuando el hombre enamorado abraza a la mujer, instintivamente siente el deseo como de querer “fundirla” con su propio cuerpo o por decirlo de alguna manera mínimamente expresiva, una innata necesidad de hacerla parte de su cuerpo o carne a ese ser que “salió” de él, al tiempo que la mujer desea instintivamente lo contrario, eso es, “ser fundida” o pasar a ser parte del cuerpo del hombre y que del instintivamente, se reconoce salida…… o dicho de otra manera, como si ambos instintivamente desearan volver a un estado inicial. Quizás de ahí el que un Pablo bajo inspiración, dijera que hay que amar a la mujer de uno como a su propio cuerpo; ya sabemos que alguien habrá por ahí (de todo hay en la viña del señor) que dirá no haber sentido nunca esta sensación, pero que en el general de los seres humanos, es una sensación perfectamente acreditada.
Dicha la “chorrada” de turno (ya nos perdonarán ustedes el exceso), la conclusión es que se ha montado en España “la mundial”, simplemente por la afirmación de una mujer que, no solo ha reflejado el íntimo deseo de la mujer en general de ser sumisa al hombre de su vida y ahí está la reacción de una inmensa mayoría de mujeres italianas para refrendarlo, llevando el libro “de la discordia” a un record de ventas, sino que sencillamente nos ha recordado y puesto por escrito en el siglo XXI, lo que la Biblia lleva diciendo por casi 6.000 años y que “solo” hace apenas 2.000, Pablo nos recordó: que-no-somos-iguales; y esta es, a nuestro entender, toda la historia queridos amigos…… ya a partir de ahí, la opinión es libre.
MABEL
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