sábado, 31 de enero de 2015

Dios, usted…… y la fidelidad a una organización religiosa.


Y es que aunque ello parezca un contrasentido, resulta que no estaríamos hablando de lo mismo y por lo que, nos guste o no, todos estamos expuestos al reto moral que significa el averiguar si nuestra manera de relacionarnos con Dios está en línea con la voluntad divina…… al menos aquellos que tienen determinada forma de religión, eso es, que pertenecen o están afiliados a alguna de las distintas denominaciones de la cristiandad y que según se nos dice, su número asciende a más de 30.000 y cada una con sus propios dirigentes, ritos, doctrinas o enseñanzas, etc.; luego lo que está claro, es que no todas pueden ser la religión verdadera, es decir, las depositarias de “la verdad” (Juan 8:32). Y por lo que cada uno de sus respectivos seguidores tiene ante sí, el mencionado reto moral de averiguar si están en el lugar correcto y, si no es así, actuar en consecuencia saliéndose de él…… en definitiva, la disyuntiva de sujetarse a Dios o mantener fidelidad a la organización religiosa con la que uno está asociado; porque noten lo que ordena el Altísimo, al comparar al conjunto de religiones actuales (sean cristianas o no), como un imperio mundial de religión falsa y al que como un todo identifica como “Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra”…… y repetimos que estamos hablando de una orden divina:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas”.” (Rev. 18:4).

Por tanto, decisión esta que en sí misma es uno de esos ingredientes agridulces que nos presenta la vida del cual no se puede uno escapar y que tiene el poder de enriquecernos o empobrecernos como personas (de ahí lo de agridulce), además de determinar la calidad de nuestras relaciones con aquellos que nos son conocidos…… todo depende, de cómo respondamos a dicho reto. La respuesta a tal desafío es una decisión personal, sólo y exclusiva de uno y rara vez fácil en este proceloso campo de la religión; por lo que no son pocos los que suelen escoger el “blindar” su conciencia como con una coraza de complaciente conformidad, es decir, un “seguir la corriente” de manera pasiva y así protegerse de cualquier cosa que pudiera perturbarle a uno. Por ello cuando surgen circunstancias que urgen ser afrontadas, como es el averiguar si la organización religiosa a la que estamos sujetos es la correcta o no, más bien que adoptar una posición de firmeza en línea con las convicciones de uno, normalmente se suele salir por la tangente con aquello de “no me voy a comprometer en este asunto, no sea que me vea en un aprieto”, pensando que el problema es del “vecino” y que por lo tanto no nos afecta a nosotros, por lo que ¡allá lo que él haga con su religión!…… máxime cuando la organización a la que pertenecemos, nos jura y perjura que ella es la forma de religión que Dios aprueba y son las otras las que son falsas; llevadas por tal disposición, no son pocas las personas que permanecen toda su vida en una posición moral sometida, al evadir de continuo tan “espinosa” cuestión.

Pero resulta que estamos hablando de un proceso acumulativo, pues cuando todo ha pasado y la vida llega a su tramo final, la persona que haya actuado en conciencia y a pesar de posibles resultados adversos pueda decir aquello de “yo defendí una causa justa”, indudablemente tendrá una mayor satisfacción que aquella que rara vez haya abogado por cosa alguna; a veces, parece ser como si en nuestro tiempo las personas de principios y convicciones morales correctas y firmes fueran una raza en extinción, eso es, algún raro vestigio de un pasado ya lejano y por tanto, una actitud extraña en el presente. Y es que si bien la mayoría de las personas encuentran que es bastante fácil maniobrar con una buena conciencia, mientras los asuntos envueltos sean de poca relevancia, la cosa ya cambia a medida que más hay envuelto en el asunto y mayor es el costo derivado de tomar una determinada decisión, pues más difícil se nos hace el resolver cuestiones de conciencia que nos lleven a hacer un juicio moral correcto del asunto y, actuando en armonía con nuestra decisión, aceptar las consecuencias de ello. Ya cuando el costo es muy elevado, es entonces cuando nos enfrentamos a una encrucijada moral, a una verdadera crisis existencial en nuestra vida y cuando uno tiene que tener las ideas muy claras; esta clase de crisis es originada por la lucha interna que uno sostiene ante las dos opciones que se le plantean: hacer caso a su conciencia y sufrir las consecuencias que ello conlleve…… o vivir constantemente con el peso de su indecisión y que en nada compensa dicha situación, el no sufrir las posibles consecuencias de una acción que uno sabe que era la correcta.

La cosa se complica de manera espectacular y como apuntamos en nuestro titular, cuando uno tiene que enfrentarse al espinoso asunto de tener que optar por ser leales a Dios o, en su defecto, a la organización religiosa con la que nos asociamos; y que si bien nos centraremos en los miembros de la organización religiosa de los Testigos de Jehová por ser más graves y traumáticas las consecuencias ante una posible disensión con sus dirigentes, no deja de aplicar a miembros de otras denominaciones, pues la cuestión continúa siendo la misma y que se reduce a lo siguiente: o Dios…… o la “organización” y que, repetimos, no es lo mismo. Y decimos que es más grave la situación de los TJ, por la especial forma de actuar de esa secta contra aquellos que deciden apartarse de la misma, pues a partir de dicho momento son literalmente repudiados por sus propios compañeros (familiares incluidos, si estos son también TJ), que no pueden ni dirigirles un simple saludo...... algo que los autores de este blog podemos explicar por experiencia personal y que bien podría considerarse como el chantaje al que dicha “organización” somete a su membresía, con el fin de evitar las disensiones internas y que pudieran afectar al entramado económico que tienen montado (no para beneficio del bienestar espiritual de dicha membresía y que a la “organización” como tal, le importa más bien un pimiento) y del que les hablaremos más adelante. Sin embargo, nada que no hubiera ocurrido siglos atrás con los seguidores de Jesucristo, como pudieran ser los apóstoles y como queda reflejado en el siguiente pasaje:

Pero, en respuesta, Pedro y Juan les dijeron: “Si es justo a vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, júzguenlo ustedes mismos. 20 Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído”.” (Hech. 4:19-20).

Tengamos en cuenta que esos personajes vivían en una sociedad cerrada y repudiada por las demás naciones, como era la judía, por lo que si optaban por apartarse de ella se encontraban desamparados y en parecida situación a la de los actuales TJ o viceversa, como ustedes prefieran: repudiados como apóstatas por sus antiguos correligionarios y despreciados por el resto que nunca lo fueron…… en definitiva, más solos que la una; sin embargo, los apóstoles antepusieron la obediencia a Dios antes que la sujeción a la religión en la que habían nacido y que implicaba una estricta obediencia a la Ley , o más bien, a lo que sus dirigentes religiosos decían que decía esta y que es totalmente distinto. Por lo tanto, entre las personas a las que nos referimos están aquellas que nos son cercanas por mucho tiempo de militancia codo con codo; personas que continúan siendo miembros del grupo religioso mencionado y que se enfrentan a la misma encrucijada a la cual se enfrentaron Pedro, Juan, Pablo y hombres y mujeres de siglos posteriores: la lucha por mantenerse fieles a la conciencia personal, ante la presión de la autoridad religiosa de la que se trate. En definitiva, una lucha emocional crítica que le impele a uno a rechazar el que se entremeta la autoridad humana entre él y su Creador, a rechazar el dogmatismo religioso, el legalismo y autoritarismo…… en última instancia, a mantenerse fiel a la enseñanza de que Cristo Jesús y no algún cuerpo o grupo religioso humano, es “su cabeza”:

Pero quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo (eso es, directamente, luego no mediante intervención de grupo alguno de personas, por muy “ungidas” que estas se consideren ser); a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios.” (1 Cor. 11:3). (Acotación nuestra).

Pero como contrapeso de la balanza, está la tremenda carga que suponen las consecuencias de enfrentarse a la “organización” en el caso de los TJ; sin embargo y dado que las instrucciones de Jesucristo las tenemos en las Escrituras, es a estas a las que nos tenemos que apegar y no a aquellos que nos quieren “interpretar” lo que nos dijo este en las mismas, arrogándose con ello el ser “el medio” del que se sirve Jehová Dios para comunicarse con nosotros. Recordemos y centrándonos en esa organización de los TJ, que son sus propios dirigentes los que enseñan, concretamente en el libro “Escuchando al Gran Maestro” y en su capítulo dos, que la Biblia es una carta personal que nuestro Creador dirige a cada uno de nosotros…… de hecho, finalizan dicho capítulo con las siguientes palabras:

Cuando recibimos una carta de alguien a quien amamos mucho, la leemos y la volvemos a leer. Es de mucho valor para nosotros. Así debe ser la Biblia para nosotros, porque es una carta de la Persona que más nos quiere. Es una carta que viene de Dios.” (Negritas nuestras).

Por lo que en tanto y cuanto estamos ante una carta “personal”, sobran los intermediarios que nos quieren hacer de intérpretes de la misma; sin embargo, los miembros de dicha secta que opten la decisión de andar por libre (como en su momento hicimos los autores de este blog) se enfrentan y como ya hemos señalado, al riesgo de perder amigos de toda la vida, de ver relaciones de familia afectadas traumáticamente y de sacrificar una herencia religiosa que puede provenir de varias generaciones…… y es justo reconocer, que ante esa clase de encrucijada las decisiones no son fáciles de tomar. Porque estamos ante un tema verdaderamente conflictivo que ha llevado a muchos hombres y mujeres a una crisis de conciencia brutal, una y otra vez, durante toda la historia de la religión establecida; porque aunque lo que describimos aparenta ser en la superficie como característico de la organización de los TJ, se debería notar que los puntos básicos o fundamentales del asunto, afectan la vida de personas de cualquier fe que se tengan o hayan tenido por “cristianas”.

Y es que el precio pagado por creer firmemente que no es prudente ni correcto obrar en contra de la conciencia de uno, dentro de la “organización” de los TJ y para quién básicamente van dirigidas estas palabras, no ha sido poco para los hombres y mujeres que conocemos y entre los que nos contamos los creadores de este blog; pues algunos de ellos y por aquello de enfatizar la cosa, se ven súbitamente separados de seres queridos como resultado de la acción oficial religiosa de la “organización” y con ello, privados de todo trato con padres, hijos e hijas, hermanos o hermanas y aún de abuelos o nietos, según sea el caso. Pero la cosa va más allá, pues otra parte se ven privados de asociación libre con amigos y compañeros de creencia por muchos años por quienes sienten un afecto profundo, pues tal asociación pondría a esos amigos en peligro de que se tomara también acción represiva contra ellos. Son, además, víctimas de la denigración de su propio buen nombre o reputación (un nombre ganado en algunas ocasiones con el esfuerzo de toda una vida) y todo lo que ese nombre significaba en la mente y corazón de aquellos que se asociaban con ellos; de esta manera, se les priva también de cualquier influencia buena y sana que ellos pudieran ejercer para el bien de aquellas personas que ellos mejor conocen en su comunidad…… es justo reconocer, entonces, que toda pérdida material, aún el maltrato físico y el abuso, pueden ser más fáciles de sobrellevar que esto.

Entonces ¿qué podría motivar a una persona arriesgarse a sufrir tal pérdida? O lo que es más ¿cuántas personas hoy día estarían dispuestas a hacer esto? Existen, por supuesto (como siempre han existido) y ejemplos que todos conocemos, personas que arriesgarían cualquier o todas estas cosas señaladas por orgullo testarudo, para satisfacer algún deseo de ganancia material, para obtener poder, o prestigio, prominencia o, sencillamente, por placer carnal…… en todo caso, ganancia material relativamente al alcance de la mano de uno. Sin embargo, el caso es que cuando la cuestión deriva hacia la ancestral disyuntiva de a qué “soberanía” sujetarse, si a la de Dios o a la de, en este caso, la “organización” y que no son lo mismo, por mucho que la base militante de los TJ así lo entienda (pues así se les ha hecho creer), parece y parafraseando al Quijote que “con la iglesia hemos topado, amigo Sancho”...... porque pocos son, si acaso alguno, los que estén dispuestos a afrontar dicha situación de rechazo por amor y lealtad al Soberano de todo el Universo, Jehová Dios.

Y es que lo que ha sucedido entre los Testigos de Jehová, tendría que mover a un estudio de la naturaleza humana que es singular y que da mucho en que pensar; porque no podemos pasar por alto, que en el cuadro no entran solo los que se enfrentaron a la expulsión por causa de su conciencia, sino también la inmensa mayoría de sus antiguos correligionarios que se vieron obligados a participar o apoyar tales expulsiones, a permitir en algunos casos que el círculo familiar fuera quebrantado, así como a poner fin a amistades sinceras de muchos años. No hay duda acerca de la sinceridad de muchas de estas personas consentidoras, en el sentido de que sintieron (y que quizás todavía sientan), angustia por haber llevado a cabo lo que ellos consideraron en ese momento que era un deber religioso “necesario” para la buena convivencia dentro de la “organización”.

Sin embargo, la pregunta es ¿qué convicciones y razonamientos lógicos y razonables los motivaron a permitir o, incluso apoyar tales expulsiones, cuando el caso es que los TJ nunca dicen cuál es el motivo de una expulsión? ¿Sobre qué base pudieron entonces, hacer un juicio de valor que les permitiera sacar una conclusión razonable con que justificar la traumática exclusión de uno de sus compañeros de creencia de entre ellos…… o fue solo por aquello de que “algo habrá hecho, cuando se le expulsa de la “organización”? Pues probablemente nada de eso, sino sencilla y llanamente por el temor a las represalias que la “organización” emprende contra aquellos que hablan en favor del expulsado y como le ocurrió a mi compañero y maestro (Manuel Bel Bordes), que fue expulsado por defender la razón que me asistía en mi litigio; porque en lo que tiene que ver con las cosas que aquí se consideran y como fue en el caso de mi compañero, resulta que la mayor parte de los envueltos en tales expulsiones son personas que estuvieron asociadas con los Testigos de Jehová por 20, 30, 40 o más años y con lo que gozarían de lo que podríamos llamar una buena “hoja de servicios” y de cierto prestigio dentro de la “organización”…… por lo que no estaríamos hablando de elementos marginales, pues ellos habrían estado entre los miembros más activos y más productivos de dicha “organización” en diferentes áreas.

Entre estos, obviamente, están incluidas también personas que eran miembros prominentes de la “organización”, como personal de las oficinas principales en Brooklyn (Nueva York), pasando por superintendentes viajantes, ancianos cualificados, así como mujeres (precursoras) que dedicaron muchos años en obra misionera y de evangelización. Y que los cuales, para llegar a ser lo que fueron dentro de dicha “organización” y siempre creyendo honestamente que servían a Jehová, a menudo tuvieron que eliminar amistades previas con personas de otras fes, ya que la secta “aconseja” no tener tales asociaciones; lo que les “condenaba” por el resto de su vida a que sus únicos amigos se contaran entre los Testigos de Jehová y, significando ello, el que muchas de esas personas hubieran planificado su vida y sus planes futuros en torno a las metas puestas delante de ellos por la “organización”, permitiendo así el que ésta controlara lo extenso de la educación seglar que buscaran y el tipo de trabajo que hicieran…… luego la “inversión” de ellos fue extremadamente grande.

Sin embargo, muchas de esas voluntariosas personas vieron y al igual que en el famoso “Cuento de la lechera” (adjudicado al fabulista griego Esopo y que popularizó en España en el siglo XVIII, el literato español D. Félix María de Samaniego), cómo todo había desaparecido en sólo unas cuantas horas con su expulsión y que ya con edades avanzadas, sin perspectivas de futuro ni derecho a ayudas estatales, pues quemaron toda su vida al servicio de una “organización” que se aprovechó de forma mezquina de su esfuerzo sincero “al servicio” de Jehová, sin preocuparse de proporcionarles algún tipo de asistencia o cobertura para un futuro y al que todo trabajador tiene derecho. Por lo que se encontraron en la calle y totalmente desamparados, pues no podían acudir en busca de ayuda a sus antiguos correligionarios que les ignoraban por miedo a las represalias y mucho menos a esos que en su momento habían considerado como “gente del mundo” y con los que jamás mantuvieron relación o amistad alguna…… y este es el otro chantaje al que están sometidos los miembros de dicha “organización”, lo que les convierte en auténticos prisioneros, cuando no en verdaderos esclavos de la misma; y por lo que queda claro que en esta “organización” no tienen reflejo alguno las palabras de Jesús cuando dijo lo siguiente y algo que exige una profunda reflexión por parte de todo TJ:

De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos que le habían creído: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos 32 y conocerán la verdad y la verdad los libertará.” (Juan 8:31-32).

Luego solo una mínima capacidad para razonar con lógica y sentido común, unido a un deseo sincero de hacer lo correcto, tienen que llevar a uno a entender que en esa organización religiosa no está dicha “verdad”, pues tiene a sus miembros sujetos de modo permanente a un chantaje económico/social/afectivo y de ahí, que estos no sean libres pues está coartado su derecho a ejercer su libertad de conciencia…… y si no, que todos esos TJ con serias dudas acerca de la representación “divina” que se arroga dicha “organización” (y que como diría un gallego “haberlos, haylos”) y que queda desmentida por sus erráticas enseñanzas, se pregunten a sí mismos por qué razón no toman acción apartándose de ella y que no tiene más explicación que por el miedo a las represalias. Por tanto, lo razonable es concluir que no están asociados a la verdadera “organización” de Dios sobre la tierra, pues dentro de esta no existe la libertad anunciada por Jesús; “organización”, por otra parte, que ha mantenido constantemente a su feligresía, la inmensa mayoría de ella compuesta de buenísimas y sinceras personas, con la “zanahoria” (recuerden la fábula del arriero que colgó una zanahoria a un palmo de la cara del caballo, el cual no paraba de andar pensando que la podría alcanzar) de la inminente llegada del Armagedón y con ello, el reino de Dios, evento anunciado en primera instancia ya para 1.874 y llamándose aún “Estudiantes de la Biblia” y por lo que uno tenía que olvidarse de adquirir una buena preparación de futuro, pues el reino de Dios llegaba ya y la tal no era necesaria…… más bien al contrario, toda su energía tenía que estar volcada en anunciar dicho feliz evento y, claro está, en vender literatura para engrosar las arcas de la “organización” (¡faltaría más!).

Situación que se repitió en 1.914, en 1.918, en 1.925 y posteriormente en 1.975, dándose el caso de que se repetía siempre la misma constante: anuncio a bombo y platillo de dicho inmediato evento, seguida por un instar al “personal” a intensificar la predicación y con ello su esfuerzo en colocar literatura, al tiempo que se “recordaba” el hecho de que la “organización” aceptaba donaciones complementarias a la “organización” procedentes de testamentos, venta de inmuebles o joyas, pues dado que estábamos en el final de los tiempos y ello ya no se necesitaba en el reino de Dios, dicha donación ayudaría a extender más la ayuda a personas desinformadas. Para incentivar dichas donaciones, periódicamente aparecían en la revista La Atalaya artículos que mencionaban a personas que habían hecho esto y que eran puestas como “ejemplos” a seguir ante la feligresía y lo que significaba que la “organización” aprobaba dicha actitud y con ello, lo veraz del evento anunciado. Y los autores de este blog conocemos esto de primera mano, pues en esa época de 1.975 militábamos en dicha “organización” y fuimos testigos presenciales de cómo en discursos de congregación y de asamblea, se dirigía la atención del “personal” a la inmediata cercanía de la fecha mencionada como estímulo para mayor actividad y una mayor aportación económica, para con ello estar en disposición la susodicha “organización”, de dar un mayor adelanto a la predicación mundial y llegar con ello al mayor número de personas “antes” de que llegara el fin en la fecha por ellos fijada; fin que es obvio que nunca llegó, ni fue devuelto el dinero que bajo esa mentira había recaudado la “organización”, en todas las ocasiones en que esta fue usada al señalar diferentes fechas…… y por no hablar del daño causado en la moral de sus confiados seguidores.

Ahora bien, podría ser que si nos lee unTJ, este piense que nuestra intención es desacreditar a su “organización” al mencionar eso de las fechas fallidas; pero si resulta que nuestro lector es TJ, probablemente también tendrá en su biblioteca personal el libro “Los Testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios” y publicado en 1.993, en donde en su capítulo 28 encontrará una información que le sorprenderá, acerca de las fechas que dicha “organización” barajó como tiempo para la venida del reino y que no fueron pocas…… y eso ya sería una declaración de parte, por tanto creíble y no proveniente de la “malsana” intención de unos vulgares “apostatas” como nosotros. Pero es que además, puede leer en la revista ¡Despertad! del 22 de Junio de 1.995 y donde en su página 8, encontrará la siguiente información bajo el sugerente subtema “Fue necesario corregir el punto de vista” (negritas nuestras):

Antes que finalizara el año 1914, muchos cristianos esperaban que Cristo retornara y los llevara al cielo. Por esta razón, A. H. Macmillan, Estudiante de la Biblia, dijo lo siguiente en un discurso que pronunció el 30 de septiembre de 1914: “Este probablemente sea el último discurso público que dé, porque pronto nos iremos a casa al cielo”. Obviamente, Macmillan estaba equivocado (tendenciosa afirmación donde las haya, pues dicho discursante no podía ser el equivocado, pues solo estaba trasmitiendo lo que el bosquejo del discurso decía y que había sido preparado por la “organización”, por tanto única responsable del desaguisado montado); pero aquella no fue la única esperanza que él u otros Estudiantes de la Biblia vieron defraudada.

Los Estudiantes de la Biblia (en todo caso sus dirigentes, habría que concretar), conocidos desde 1931 con el nombre de testigos de Jehová, también se figuraban que en 1925 se realizarían ciertas profecías bíblicas maravillosas, como la resurrección de hombres fieles de la antigüedad, entre ellos Abrahán, David y Daniel (tan seguros estaban de ello, que mandaron construir la mansión de Beth-Sarim o “casa de los príncipes” para el alojamiento de dichos personajes en su vuelta a este mundo, obviamente con el dinero de los “paganos” y que al final sirvió de excelente residencia del en ese momento presidente de la sociedad, el Sr. Rutherford). En años más recientes, muchos Testigos conjeturaron que los sucesos vinculados al inicio del Reino Milenario de Cristo podrían dar comienzo en 1975. Su expectativa arrancaba del entendimiento de que en ese año empezaría el séptimo milenio de la historia humana.

Tales opiniones erróneas no implicaron que las promesas de Dios estuvieran equivocadas ni que él hubiera cometido un error. ¡En absoluto! Los errores o ideas falsas surgieron, como en el caso de los cristianos del siglo I, a consecuencia de desatender el aviso de Jesús: ‘Nadie sabe la hora’. Las conclusiones erradas no estaban motivadas por intenciones torcidas o infidelidad a Cristo (no claro, sino que lo que provocó tales “conclusiones erradas”, fue lo falso de la afirmación de dicha “organización” en el sentido de que era el portavoz de Dios en la tierra y que estaban bajo la guía directa del propio Jesucristo), sino por el anhelo de ver cristalizadas las promesas de Dios durante su vida (habría que preguntarse que ver tendrá el anhelo personal, con el estricto cumplimiento de una profecía bíblica…… pues de esta manera es como presentaron el cumplimiento de las mencionadas fechas).

Por ende, Macmillan explicó más tarde: “Aprendí que debemos reconocer nuestros errores y continuar examinando la Palabra de Dios para conseguir más esclarecimiento. Sin importar los ajustes que tuviésemos que hacer de vez en cuando (continuamente diríamos nosotros, a tenor de los hechos conconocidos) en nuestros puntos de vista, eso no cambiaría la provisión benigna del rescate ni la promesa de Dios de concedernos vida eterna”.” (Acotaciones y negritas nuestras).

Y siendo cierto que tales errores no cambian “la provisión benigna del rescate ni la promesa de Dios de concedernos vida eterna” y que depende de nuestro Creador, Jehová Dios, no es menos cierto que lo que sí cambia y de manera radical, es la afirmación de que dicha “organización” tiene la guía divina de Jesucristo en sus enseñanzas. Por otra parte, fíjense que en el segundo párrafo de esta información se lee que “algunos testigos conjeturaron” acerca de la venida del reino de Dios a la tierra, en un intento de descargar cualquier responsabilidad del Cuerpo Gobernante de dicha afirmación y atribuírsela a la base militante de la “organización”, cuando eso cualquier TJ de esa época, como los autores de este blog, nos hartamos de oírlo en numerosos discursos de congregación y de asambleas, tanto de circuito como de distrito y cuyos bosquejos venían directamente de la “organización” y se presentaban en todo el mundo...... por lo que no estaríamos hablando de un simple rumor entre la base militante, sino de una información que procedía del Cuerpo Gobernante y de quién partía toda enseñanza. Y que ello es como se lo contamos nosotros, queda probado por otra declaración de parte que encontramos en ese capítulo 28 del libro “Proclamadores” mencionado y que entre las páginas 632/633, encontramos el siguiente comentario:

Más tarde, durante los años 1935 a 1944, un examen de toda la cronología bíblica puso de manifiesto que la mala traducción de Hechos 13:19, 20 de la Versión Autorizada (con la que coinciden versiones españolas como la Reina-Valera), junto con otros factores, había desviado la cronología en más de un siglo. Esta revelación hizo concebir la idea, unas veces expresada como una posibilidad y otras con mayor seguridad (en todo caso, por parte de la “organización” y no de sus seguidores) de que, puesto que el séptimo milenio de la historia humana empezaría en 1975, los sucesos enlazados con el principio del Reinado Milenario de Cristo podrían empezar a realizarse ese año.

¿Resultaron correctas las creencias de los testigos de Jehová en estos asuntos? Los Testigos de ningún modo erraron al creer que Dios sin falta cumpliría lo que había prometido. Sin embargo, algunos de sus cálculos de tiempo (obviamente de la “organización” supuestamente “guiada” por el espíritu santo y no de sus adeptos, que solo eran pasivos receptores de dicha información) y las expectativas relacionadas con estos ocasionaron serias decepciones.

Después de 1925 se registró un descenso espectacular en la asistencia a las reuniones en algunas congregaciones de Francia y Suiza. También en 1975 hubo desilusión cuando las expectativas sobre el comienzo del Milenio no se realizaron. Como resultado, algunos se apartaron de la organización. Otros fueron expulsados por tratar de subvertir la fe de sus compañeros.” (Acotaciones y negritas nuestras).

¿Y quiénes fueron expulsados, por tratar de subvertir la fe de sus compañeros de creencia? Pues aquellos que intentaron explicar a los tales y con toda la razón que da la lógica y el sentido común, que dicha “organización” no era el instrumento que Dios usaba en la tierra para contactar con los seres humanos y por lo tanto, sus dirigentes no podían ser lo que afirmaban ser, eso es, “ungidos” o Hijos de Dios y futuros reyes asociados con Cristo, algo sobre lo que dicha “organización” ha mantenido su férrea “autoridad” desde un principio sobre su feligresía. Y es que es, como mínimo sorprendente, que el mismo espíritu santo que durante casi cuatro milenios de historia bíblica no se equivocó ni en una sola “coma” en el relato escritural, en los escasos 120 años de historia de dicha “organización” se haya equivocado en todo lo que ha dicho, siendo como era el mismo espíritu santo que afirman poseer los dirigentes “ungidos” de esta, además de estar guiados por el propio Hijo de Dios…… solo este razonamiento, debería de bastar a cualquier miembro de su base militante a abandonar dicha falsa religión; pero es que la hipocresía de dicha organización se ve reflejada en sus propios escritos, pues veamos lo que con referencia al fracaso de 1.975, dijeron en el volumen de La Atalaya de 1.976 y en su página 728, párrafo 11:

Puede ser que algunos que han estado sirviendo a Dios hayan planeado sus vidas en armonía con un punto de vista equivocado de precisamente lo que habría de suceder en cierta fecha o en cierto año (como si esto no fuera lo que dicha “organización” ha estado estimulando a hacer a sus militantes). Es posible que, por esta razón, hayan postergado o desatendido cosas que de otra manera habrían atendido. Pero no han caído en la cuenta del objeto de las advertencias de la Biblia en cuanto al fin de este sistema de cosas, al pensar que la cronología bíblica revela la fecha específica.”

Vemos de nuevo que, hipócritamente, la responsabilidad del fiasco es atribuida a la falta de perspicacia de “algunos” de sus adeptos que en su momento abandonaron la “organización” (y que se contaron por millones), en el sentido de que “no habían caído en la cuenta” de que la cronología bíblica no revela fechas específicas…… cuando eso no lo habían hecho los miembros de base de la “organización”, sino sus dirigentes del Cuerpo Gobernante y del que salía toda información; que ello es así, queda probado en el Anuario de 1.980 (pág. 30-31) en donde refiriéndose a la asamblea de distrito “Esperanza viva” y que se llevó a cabo por todo el mundo, se nos señala que en uno de sus discursos se dijo lo siguiente acerca del fiasco de 1.975:

Un punto excelente que se sacó a relucir en el discurso “Escogiendo el mejor modo de vivir” fue el de que Jehová Dios nos salva de tropezar —tal como lo hizo con David en el caso de la insolencia de Nabal— pero que tenemos que hacer nuestra parte. Los hermanos también apreciaron el candor de este mismo discurso, que reconoció la responsabilidad de la Sociedad por parte de la desilusión que sintieron algunos respecto a 1975.”

Porque la responsabilidad de dicha desilusión, no “en parte”, sino entera, recae en esa “organización” y su Cuerpo Gobernante, que por medio de sus publicaciones llevó a esa falsa esperanza a toda su membresía y que al no cumplirse, llevó a millones a mandar a hacer puñetas a dicha “organización” e incluso a algunos de ellos, lamentablemente, a apartarse de la Biblia de manera permanente. Por lo que, como acabamos de señalar, tales faltas de entendimiento escritural por parte de los miembros supuestamente “ungidos” y que conforman el conjunto del “esclavo fiel y discreto” y responsable de la “alimentación” espiritual de sus seguidores, tendría que llevar a todo TJ a la conclusión y que lamentablemente no es así, de que dicha “organización” no puede ser el vocero usado por Jehová Dios en la tierra, porque veamos: toda la información que hemos dado y mucha más, desenmascarando a dicha fraudulenta “organización”, se puede encontrar en Internet y de la que probablemente una gran mayoría de su base militante, más o menos ya tiene conocimiento de ello y por lo que no pueden alegar ignorancia ante Jehová Dios……sin embargo vemos y ya volviendo al tema central de este escrito, que adoptando la táctica mencionada al inicio del mismo, en el sentido de blindarse con una coraza de complaciente conformidad y en un absurdo “seguir la corriente”, la mayoría de los que son conscientes de dicha situación continúan optando por no tomar en cuenta la advertencia divina que hemos señalado al inicio de este escrito y que encontramos en Rev. 18:4, que por otra parte es inapelable:

Y oí otra voz procedente del cielo decir: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados y si no quieren recibir parte de sus plagas.”

Siendo por tanto, que la pregunta sería ¿por qué esa empecinada actitud, por parte de sus militantes de base de aferrarse a la organización”, en clara desobediencia a la orden divina? Pues la respuesta está en algo que de forma subrepticia hemos ido señalando a lo largo de este escrito, pues se habrán fijado que continuamente hemos estado hablando de la “organización”……y es que para un TJ su Dios no es Jehová, sino la “organización”, aunque la inmensa mayoría de ellos no se hayan enterado de qué va la “película”, pues esto es lo que de forma subliminal y a través de las publicaciones de la susodicha “organización” se le inculca a uno desde el mismo momento en que se asocia con ella . De ahí, que aquellos de sus miembros que están al tanto de lo falso y fraudulento de esta (que no son pocos) no quieran ni oír siquiera de ello para no verse obligados a reconocer la realidad demostrada y con ello enfrentar una brutal represalia, algo de lo que ya les hemos puesto en antecedentes…… por eso se niegan a aceptar lo que es a todas luces una realidad incontestable: como parte del actual sistema religioso, porque eso es lo que son, los TJ no pueden resultar ser otra cosa que una religión falsa más de entre las muchísimas que existen en el mundo y de las que Jehová abomina y destruirá en un futuro inmediato, según Rev. 18:1-8. Sin embargo, muchos de sus miembros prefieren guardar las apariencias y no darse por enterados de la situación, cuando eso no les vale para nada ante su Creador pues esto es lo que se nos dice de Él:

Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón completo y con alma deleitosa; porque todos los corazones Jehová los está escudriñando y toda inclinación de los pensamientos la está discerniendo. Si tú lo buscas (mediante apegarse al mandato divino), él se dejará hallar de ti; pero si lo dejas (en este caso, anteponiendo a Él a la “organización”), él te desechará para siempre.” (1 Crón. 28:9). (Acotaciones nuestras).

Luego si uno tiene esa sospecha dentro de sí mismo, sepa que Jehová está enterado de ello y pendiente de que este tome una decisión y que pasa por hacer las investigaciones oportunas para verificar dicha sospecha y por lo que tiene que valorar cualquier información al respecto…… y de confirmarse tal sospecha, mandar a dicha “organización” a hacer puñetas y en obediencia a la voluntad divina. Y este es el duro problema al que se enfrentan muchos de los miembros de la citada “organización” y que son conscientes de la realidad en que viven: la lucha de conciencia ante la evidencia palmaria de que están encuadrados en una religión falsa y de la que Jehová les exige que abandonen de forma inmediata…… y el temor a las graves consecuencias que se acarrearán si llevados por la exigencia divina, actúan en conciencia.

Dicho lo cual, nos gustaría señalar y ya a modo de conclusión, que con lo expuesto no pretendemos atacar a nadie y algo que sí han hecho la mayoría de los críticos de dicha organización religiosa, que se han limitado y tomando la parte por el todo, a acusar indiscriminadamente a todos por igual: desde el presidente de dicha fraudulenta organización religiosa, hasta el último de sus militantes y algo que jamás hemos hecho los autores de este blog. Porque hay una gran diferencia entre los perversos dirigentes que los gobiernan, ávidos de ganancia injusta y que les intoxican con enseñanzas falsas (2 Ped. 2:3), con la pareja de TJ que cualquier día se presentan ante cualquiera de nosotros para explicarnos lo que ellos honestamente creen que es verdad y que nos puede beneficiar; porque esas personas usan su tiempo de esparcimiento, primero para documentarse y, segundo, para visitar a las personas donde quiera que estas se encuentren y lo que implica coste económico, tiempo y mucho esfuerzo personal…… por lo que en todo caso su labor es, como mínimo, digna de alabar y agradecer en cuanto a la intención.

Por lo que es del todo razonable que esas voluntariosas personas se hayan sentido agredidas en su buena fe y hayan decidido el pasar olímpicamente de esos críticos mencionados y que si bien en los datos o argumentos presentados, eso es, en el “fondo” tienen toda la razón, no ha sido así en la “forma” pues han metido a todos en el mismo saco y lo que no es justo; con lo que han desaprovechado una oportunidad excelente para llevar hasta esas personas que periódicamente nos visitan en nuestros hogares o nos abordan por la calle (además con mucha amabilidad), esa información que les pudiera haber sido de ayuda para tomar la correcta decisión de abandonar la “organización”. Otra cosa distinta es que las tales hayan sido engañadas en su buena fe y que es de lo que hemos tratado en este escrito (recordemos que no todas están al tanto de ello), que no tiene más objetivo que el de intentar sacarles de dicho engaño; que lo consigamos o no, tendrá mucho que ver con lo dispuestas que estén a actuar con libertad de conciencia y escoger entre las dos opciones posibles presentadas, eso es, Jehová Dios por un lado y la “organización” por el otro…… y en el bien entendido que un futuro acceso al reino de Dios en calidad de súbdito del mismo, tendrá mucho que ver con el resultado final de dicha elección.

MABEL


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