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miércoles, 14 de mayo de 2014
No basta con afirmar algo, Sr. Olcese…… hay que probarlo.
Hace unos días, concretamente el día 8 del corriente mes de Mayo, publicamos un artículo en este blog en el que rebatíamos una extraña propuesta de Apologista Mario Olcese y al que dicho personaje respondió de inmediato, pero en todo caso y como tiene por costumbre (parece ser que el hombre no da más de sí), una respuesta que se nos antoja un tanto “descafeinada” y si mucho se nos apura, tendente a “escaquearse” de responder a la importante cuestión que realmente se planteaba a partir de su anterior propuesta (publicada en su blog el 02/05/14) y algo impropio de un personaje que se identifica como teólogo, guiado por el espíritu de Dios y “llamado” por Este, se supone que para “enseñar al que no sabe”…… lo que ocurre es que cuando se topa con alguien que más o menos sí sabe lo que se trae entre manos y como es en nuestro caso, lo único de lo que es capaz es de hacer el ridículo y quedar como lo que realmente es, o sea, un “falso maestro”, incapaz de entender por dónde le sopla el aire en cuestiones bíblicas. Y es que lo que realmente puso en cuestión el personaje mencionado en su propuesta, tenía que ver con qué hacer cuando una traducción bíblica nos hace determinada interpretación de un pasaje escritural y otra nos lo vierte totalmente al contrario, como es el caso denunciado de Rev. 5:8-10…… pero veamos la notoria diferencia:
RV 1960: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;
9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra.”
Claro, leído de esta manera, es obvio que el planteamiento del Sr. Olcese en el sentido de que los cuatro “seres vivientes” y los “24 ancianos” de los que se nos habla en esa porción bíblica, bien pudieran ser “seres humanos, redimidos y glorificados” y destinados a reinar con Cristo en el milenio o reino de Dios, no sería tan descabellada y con lo que la idea subyacente detrás de ello, en el sentido de que los llamados a tan alto privilegio superaran con creces la cantidad de 144.000 individuos que se nos menciona en la Biblia, sería poco discutible…… aunque es cierto, que el Sr. Olcese y en su respuesta, solo se reafirma en dicha idea, pero sin poder probar su razón mediante el desbaratar nuestros argumentos en sentido contrario y algo muy característico de dicho personaje; pero vamos al asunto que nos ocupa y que es la distinta forma de verter dicho pasaje por otras traducciones bíblicas como, por ejemplo, la siguiente:
NVI: “Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo de Dios.
9 Y entonaban este nuevo cántico: “Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado y con tu sangre compraste para Dios, gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. 10 De ellos hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios y reinarán sobre la tierra”.”
Luego la discrepancia es notoria y de ser esta segunda versión del pasaje analizado la verdadera, todo lo planteado por el Sr. Olcese se diluiría como un azucarillo en una taza de café; pues lo que leemos en esta versión es que no son esos “cuatro seres vivientes” y esos “24 ancianos” los que tienen que reinar con Cristo, sino que son otros los que lo hacen y de los que se nos dice que han sido comprados de la tierra para Dios, siendo esta la postura que los autores de este blog sostenemos…… por lo que de ser eso cierto, lo propuesto por el personaje en cuestión en el sentido que los “cuatro seres vivientes”, así como los “24 ancianos” son “seres humanos redimidos y glorificados” no es más que un disparate, con lo que tampoco y por extensión, se sostendría su afirmación de que los que reinarán con Cristo son muchísimos más de 144.000 individuos. Y es que lo razonable por parte del susodicho personaje es que nos hubiera explicado en su video de respuesta, no solo cuál es la versión correcta de las dos distintas interpretaciones, sino también el porqué de ello, eso es, que hubiera replicado a nuestro argumentario y contrario a su propuesta; sin embargo, lo único que hace es justificar el hecho de que hubiera tomado dicha versión de la RV 1960 para sostener su planteamiento, diciendo que hay otras versiones que también dicen lo mismo y partiendo de manuscritos más antiguos…… dejando con ello, repetimos, en el aire lo sustancial del asunto y ya fuera de otras consideraciones, pues resulta que es cierto que nos encontramos ante una discrepancia severa dentro del registro escritural y que hay que aclarar.
Actitud la tomada por dicho “caballero”, por otra parte, con la que no se aporta ninguna luz a los que desean aprender de las Escrituras y a los que seguramente les encantaría el que alguien les explicara con cuál de las dos versiones mencionadas se tienen que quedar y el porqué de ello: y es que siendo cierto que dicha situación de conflicto interpretativo se produce, no es menos cierto que la Biblia y por definición, no se puede contradecir, por lo que solo una de esas dos distintas interpretaciones puede ser la verdadera…… ahora bien ¿cómo averiguarlo? Pues para ello, hacer lo que ese “genio” de la teología no ha hecho, como es el acudir al contexto bíblico e intentar averiguar cuál de las dos fórmulas presentadas cuadra con el mismo; y lo que nos lleva a un caso parecido que se encuentra en el famoso pasaje de Mat. 28:18-19:
“Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. 19 Vayan, por lo tanto y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo…”.”
Fórmula bautismal de corte trinitario y que aparece en todas las traducciones bíblicas en lengua española que tenemos a nuestro alcance, cuando el caso es que no son pocos los estudiosos del tema que afirman que la tal expresión no existe en los manuscritos más antiguos del evangelio de Mateo y lo cual es cierto, pues en esos manuscritos lo que aparece más o menos es “hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en mi nombre”…… entonces ¿cuál versión es la auténtica de entre esas dos formas de verter el pasaje en cuestión y partiendo del hecho, como ya hemos señalado, que todas la traducciones actuales se decantan por la primera? En llegando a esta encrucijada, no tenemos más remedio que recurrir al contexto escritural y que en este caso tiene que ver, con lo que hicieron los apóstoles de Jesús tan solo iniciar el ministerio encomendado por este:
Hech. 2:38: “Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo”.”
Hech. 10:48: “Con eso, mandó (Pedro) que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces ellos le solicitaron que permaneciera algunos días.” (Acotación nuestra).
Hech. 19:5: “Al oír esto, se bautizaron en el nombre del Señor Jesús.”
Partamos de la base, que el libro de Hechos de los Apóstoles es un relato de cómo se llevaban las cosas en la primitiva congregación cristiana…… luego siendo ello es así, preguntémonos lo siguiente: ¿sería razonable que si Jesucristo realmente hubiera ordenado bautizar en el nombre “del Padre, del Hijo y del espíritu santo”, estos apóstoles ya hubieran empezado su ministerio desobedeciendo flagrantemente dicho mandato y bautizar solo en el “nombre de Jesucristo”, eliminando de un plumazo con ello el nombre del “Padre” y el del “espíritu santo” en dicha fórmula bautismal? Obviamente, no sería razonable tal posibilidad y máxime teniendo en cuenta que el tiempo transcurrido entre Hech. 2:38 y 9:15 señalados era de unos 20 años, eso es, que como mínimo y durante dicho espacio de tiempo, el bautismo se hizo solo en el “nombre de Jesucristo” por parte de aquellos enviados por este; y no olvidando el “pequeño” detalle de que los apóstoles eran guiados por el espíritu santo y que además, por medio de este, tenían la capacidad para expulsar demonios, sanar enfermos, levantar muertos y alguna que otra “menudencia” por el estilo…… luego sería como mínimo sorprendente, el que hubieran estado aún en posesión de dichos poderes si realmente fuera el caso de que hubieran estado desobedeciendo por más de 20 años, una orden directa de Jesucristo y bautizando con una fórmula que él no había ordenado.
Entonces todo nos lleva a concluir, que esa fórmula bautismal trina nada tiene que ver con lo que Jesucristo mandó a sus apóstoles y por lo que estaríamos hablando de una tergiversación posterior de las palabras de este, a cargo de “poderes” interesados en orientar dicho pasaje en una determinada dirección; en todo caso, lo que hemos visto es que una consideración atenta del contexto escritural, es la que nos ha orientado hacia cuál es la versión correcta de las dos planteadas en el tema de Mat. 28:18-19; y que para una información más exhaustiva sobre el tema, pueden leer nuestro artículo del 15/03/10. Por lo tanto y partiendo de lo expuesto, veamos si aplicando la misma estrategia podemos averiguar lo que ocurre con el pasaje en conflicto de Rev. 5:8-10 y con ello, saber cuál de las dos formas de traducirlo es la correcta…… no olvidemos que en función de que sea la una o la otra la buena, se pueden derivar de ellas interpretaciones totalmente distintas del mensaje escritural, eso es, la que tiene el Sr. Olcese y la que tenemos los autores de este blog. Y por lo que habría que empezar primero por averiguar quiénes eran esos personajes mencionados en el verso 8 y para lo que usaremos la misma versión en la que el Sr. Olcese se apoya para afirmar que esos personajes son “seres humanos, redimidos y glorificados” (obviamente por la sangre de Cristo), eso es, la versión RV 1960:
“Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.”
Fijémonos y ya de entrada, en que las copas de oro que tienen en las manos dichos personajes están llenas de “incienso”, e incienso que representa “las oraciones de los santos” y por lo que en principio habría que pensar, que ellos no son los “santos” mencionados, por lo que estaríamos hablando de las oraciones de otros y no las suyas propias…… recordemos que esos seres están frente al Soberano de todo el Universo y pueden hablar directamente con Este, por lo que no precisan y a diferencia de los seres humanos, el tener que elevar oraciones al Altísimo y que tengan que ser contenidas en algún receptáculo; quizás de ahí, que algunas traducciones viertan en ese pasaje en su parte final, diciendo “las oraciones del pueblo de Dios” y el cual está en la tierra. Y esto que pudiera ser considerado como un mero detalle sin trascendencia alguna, adquiere mucha relevancia cuando averiguamos la procedencia, primero, de esos “seres vivientes” y de los que las Escrituras nos dicen lo siguiente y tomado de nuevo de la misma RV 1960:
“Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, 5 y en medio de ella (de la “gran nube”) la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. 6 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.” (Ezeq. 1:4-6). (Acotación nuestra).
Luego de lo que se nos está hablando es de seres que, como mínimo, existían ya en los cielos y en los tiempos de Ezequiel, por lo que no se puede estar hablando en Rev. 5:8 de “hombres redimidos y glorificados” por la sangre de Jesús, pues a este le faltaban aún muchos siglos para aparecer y poder redimir a alguien con su sangre; y si hablamos de los “24 ancianos”, resulta que nos encontramos con tres cuartos de lo mismo, porque veamos lo que se lee de ellos en las Escrituras y en la misma versión RV 1960:
“Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga.” (Sal. 82:1).
O como lo vierte la NTV y de manera más ilustrativa “preside la corte de los cielos” y pronuncia sus juicios “en medio de los seres celestiales”, eso es, que Jehová tendría a su alrededor lo que podríamos considerar como una asamblea o consejo permanentemente de “ancianos” a Su directo servicio y ello, obviamente, circunscrito al ámbito celestial; que ello es así, queda claro por lo que leemos en Rev. 4:1 y continuando con la RV 1960:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas (eso es, de las narradas en las capítulos 2 y 3).” (Acotación nuestra).
O sea, que Juan fue llevado en una visión al cielo y allí pudo contemplar las cosas que había en él y de las que nos da una detallada perspectiva, como es la presencia alrededor del majestuoso trono del Altísimo, de 24 tronos menores para otros tantos “ancianos” (o dioses) y en permanente adoración al Supremo (v. 4). También se nos muestran en los vs. 6-8 de ese mismo capítula cuatro, a los “cuatro seres vivientes” y cuya descripción encaja perfectamente con las criaturas mencionadas en la profecía de Ezequiel; por lo tanto, de lo que se nos está hablando en los capítulos 4 y 5 de Revelación (o Apocalipsis) es de las cosas que hay y que ocurren en los cielos y no de cosas que se correspondan con la tierra…… luego de las dos distintas interpretaciones del pasaje de Rev. 5:8-10, la que cuadra perfectamente con el contexto bíblico es la mencionada en la NVI y todas aquellas que en el mismo sentido se pronuncian, eso es, que no son esos “cuatro seres vivientes” ni los “24 ancianos” los que son redimidos, hechos un reino y por tanto, que reinarán en la tierra al lado de Jesucristo, sino que los “redimidos” que reinarán con Cristo son “unos terceros” y que son comprados de entre la humanidad mediante la sangre de Jesús…… y es que la existencia de esos “cuatro seres vivientes” y de los “24 ancianos” es anterior al sacrificio del Hijo de Dios, de lo contrario no se nos podría hablar de ellos ni en la profecía de Ezequiel, ni en los Salmos respectivamente. Pero es que además y con referencia a esos “24 ancianos”, en el sentido de que nada tienen que ver con aquellos que con Cristo tienen que reinar, tenemos lo dicho por el apóstol Pablo y con referencia a la llamada “primera” resurrección, en 1 Tes. 4:16-17 y en la RV 1960:
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo (en su segunda venida); y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (Acotación nuestra).
Entonces si el regreso de Jesucristo aún no se ha producido (lo cual es evidente) y con ello dicha “primera” resurrección aún está en el futuro, solo es obvio que los cuerpos de esos “muertos en unión con Cristo” o “santos” continúan estando en sus tumbas y en una condición de total inexistencia (Ecles. 9:5) y por lo que no pueden estar en el cielo ya “glorificados” y como nos afirma el Sr. Olcese en su disparatado planteamiento; por lo que y como ya hemos mencionado, la interpretación correcta del pasaje de Rev. 5:8-10 no es la que hace la RV 1960 y las que como ella se pronuncian y en las que se apoya el “teólogo” Mario Olcese, sino la que hace la NVI y aquellas que en el mismo sentido vierten dicho pasaje y en las que nos apoyamos los autores de este blog…… obviamente, merced al análisis que antes de pronunciarnos en un sentido u otro, hicimos del contexto escritural.
Lo que nos lleva a la conclusión, de que todo el “andamiaje” montado por el Sr. Olcese alrededor de ese pasaje bíblico de Rev. 5:8-10 en su video/artículo del 02/05/14 y del que ya hemos hecho mención, no es más que otra de sus estrafalarias “enseñanzas” y detrás de la cual, no hay ni un mínimo de investigación; prueba de ello es que en su respuesta del 08/05/14 (también señalado al inicio de este escrito) a nuestro artículo y publicada unas pocas horas después de que colgáramos nuestro escrito en el blog y respuesta que estamos analizando, es incapaz de rebatir de forma adecuada nuestros argumentos contrarios a su tesis y que son prácticamente los mismos que acaban de leer ustedes; más bien al contrario, vemos que se limita a justificar su actitud y aceptando que es verdad que existen dos formas de entender el pasaje de Rev. 5:8-10 y que él se ha decantado por una de ellas…… ¡y se queda tan ancho el hombre, sin pensar que dicha contradicción en la Biblia, es por definición imposible que se produzca! Porque una cosa es que determinado pasaje haya sido adulterado por razones espurias y existan como es el caso, diferentes interpretaciones del mismo en diversas versiones bíblicas y otra muy distinta, que el contexto escritural permita semejante situación…… por lo que cuando uno se preocupa un poco por averiguar la verdad y “rasca” en dicho contexto escritural, esta sale a la luz y se deshace el entuerto.
Pero claro, resulta que a dicho esperpéntico personaje lo que menos le interesa es conocer la verdad de las cosas, sino el simplemente tener la razón a toda costa (pues su orgullo y prepotencia le impiden el reconocer que está equivocado) y al no poder rebatir nuestras objeciones, se limita a justificar su ignorante actitud en primer lugar y a reafirmarse en su disparatado planteamiento, en segundo: o sea, que para ese indocumentado, esos “cuatro seres vivientes”, más los “24 ancianos” de Rev. 5:8-10; más los 144.000 de Rev. 14:1 y más la “grande muchedumbre” de Rev. 7:9, continúan siendo los reinarán con Cristo durante el milenio…… y en una clara evidencia de no tener ni la más remota idea de que lo que está diciendo es una auténtica salvajada. De ahí que en su total ignorancia y dado que el principal soporte de su teoría, eso es, el pasaje de Rev. 5:8-10 ya le ha fallado “más que una escopeta de feria”, por extensión tampoco nos pueda rebatir el argumento de demuestra que solo 144.000 son los que reinarán con Cristo en el milenio y que en nuestro artículo exponíamos más o menos de la siguiente manera:
“Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel.” (Rev. 7:4).
Aquí tenemos a 144.000 personajes y a los que se les ha puesto un sello distintivo de pertenencia a Dios “en sus frentes”, en claro contraste con otros que no son sellados y de los que se nos habla en el versículo 9 de dicho capítulo 7; y personajes sellados que no vuelven a aparecer en escena hasta Rev. 14:1, en donde se nos dice de ellos como sigue:
“Y vi y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él, a ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.”
Visión dada a Juan y directamente relacionada con el cumplimiento de la profecía del Sal. 2:5-6, en donde se lee esto:
“En aquel tiempo les hablará en su cólera y en su ardiente desagrado los perturbará, 6 diciendo: “Yo, sí, yo, he instalado a mi rey sobre Sión, mi santa montaña”.”
Ahora bien, si dicha visión muestra a Jesucristo ya como rey entronizado por Jehová sobre el monte Sión, la pregunta solo puede ser una: ¿qué “pintan” entonces, esos 144.000 “sellados en sus frentes” de pie a su lado, sobre dicho monte Sión? Obviamente y para una mente medianamente amueblada, solo podríamos estar hablando de aquellos que le acompañarán en su regir, en calidad de inmortales reyes y sacerdotes…… no olvidemos que ese enclave, es desde dónde Jehová reinaba sobre su pueblo, mediante reyes delegados; por lo que mencionar el monte Sion, es prácticamente sinónimo de gobernación divina y por lo que aquellos que sobre él se encuentran, solo pueden ser reyes. A ello se le añade, el hecho de que en la Revelación solo se nos habla de dos únicos grupos de personas que entran al reino de Dios en el momento de iniciar este su andadura: 144.000 sellados por un lado y una “grande muchedumbre” que no tiene sello alguno, por el otro y por lo que, obviamente, no podemos estar hablando de lo mismo…… y es que como dijimos en nuestro anterior escrito ¡juntos vale, pero no revueltos!
Entonces lo que vemos y contrario a lo que ese “teólogo” de pizarrín afirma, es que en las Escrituras sí se nos da el número exacto de aquellos que han sido escogidos para reinar con Cristo en el milenio (144.000) y cuestión de la que el indocumentado del Sr. Olcese no ha dicho “ni mu” en su video de respuesta, limitándose a reiterar su postura de que muchísimos más de 144.000 (¿quizás “millones, miles de millones”, Sr. Olcese?) son los que reinarán con Cristo y como si, llevado por su paranoia, pensara que con su simple afirmación fuera más que suficiente para establecer un asunto. Como tampoco se ha pronunciado acerca de la cuestión de la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 y que se refiere a aquellos que “salen” (o “han salido” según la RV 1960) de la llamada “gran tribulación”…… en todo caso que sobreviven a esta y por lo que pasan con vida al reino de Dios; luego si como es caso estamos hablando de personas que no han muerto ¿cómo se explica el que puedan participar de la llamada “primera” resurrección y que es la que concede la inmortalidad y el poder reinar junto a Jesucristo? Porque veamos lo que se nos dice en Rev. 20:6 y en dicha versión RV 1960:
“Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”
Por lo que se entiende que aquellos que no tienen parte en dicha “primera” resurrección y como es el caso de la “gran muchedumbre” que sobrevive a la “gran tribulación” y por lo que pasa al reino de Dios con vida, no pueden de ninguna manera reinar junto a los 144.000 al lado de Jesucristo: primero, porque no han sido sellados y Juan solo vio sobre el monte Sión a personas selladas en la frente; segundo, porque a Juan en su visión de Rev. 14:1, no le fue mostrada la “gran muchedumbre” de Rev. 7:9 al lado de Jesucristo sobre el monte Sión, sino solo a los 144.000 sellados del versículo cuatro y, tercero, porque no pueden participar de la “primera” resurrección al pasar con vida al reino de Dios…… y eso que “es de cajón” para un coeficiente intelectual “normalito”, resulta que para ese “genio” de la teología es imposible de asimilar y de ahí que continúe con el rocambolesco disparate de afirmar que dicha “gran muchedumbre” sí o sí tiene que reinar con Cristo, pues esto es lo que el “teólogo” Apologista Mario Olcese afirma va a suceder, pero de nuevo sin dar argumento alguno que sustente dicha afirmación. Pero claro, si tan preclara figura de la teología dice eso ¡qué remedio le quedará a Jehová, sino el aceptar que las cosas no son como Él las ha expuesto en Su Palabra, sino como las plantea el Sr. Olcese…… faltaría más!
Dicho lo cual, parece quedar claro es que ese controvertido personaje y como tantas veces hemos afirmado desde este blog, no es más que un indocumentado que lejos de intentar averiguar la verdad de lo que realmente nos dicen las Escrituras y enseñar sobre ello, solo vive para satisfacer su orgulloso ego y de ahí la soberbia que le impide el reconocer que está equivocado, pues hemos visto que es el propio contexto de la RV 1960 el que le dice que es incorrecta la idea que esta versión transmite de Rev. 5:8-10 y en la que se apoya el Sr. Olcese para defender su errática formulación; por ello es incapaz de poder responder a nuestros argumentos con la debida solvencia, pues es un ignorante integral y por lo que se limita a sostener sus disparatadas “enseñanzas” mediante el repetirlas a “machaca martillo”, sin molestarse en demostrar aquello que dice…… probablemente con la esquizofrénica convicción de que una mentira repetida convenientemente, pueda llegar a convertirse en una verdad absoluta.
Tal parece que dicho personaje no es más que el equivalente del tonto al que le señalan la Luna con el dedo y se queda embobado mirando el dedo: porque lo que está haciendo ese “caballero” es olvidarse de la “Luna” (el Autor del mensaje que recibe, eso es, que está equivocado en sus formulaciones) y que es lo verdaderamente importante, fijando solo su atención en el “dedo” (eso es, en el mensajero y que en este caso es su detractor “españolillo”). Y es que puesto que lo que desde este blog se usa para objetar sus erráticas “enseñanzas” no se basa en opiniones personales, sino en argumentos sólidamente apoyados en las Escrituras, resulta que el que objeta realmente a ese caballero, no es aquí “el menda” (o “el españolillo matador”, como gusta en llamarme dicho “caballero”), sino que es el propio Jehová Dios el que le dice que está equivocado y en consecuencia, con quién realmente se está enfrentando el “teólogo” en cuestión…… y terca actitud, la de querer derribar un muro de hormigón a cabezazos, que casi siempre termina acabando mal.
MABEL
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martes, 18 de junio de 2013
¿Y qué hay de Filipenses 2:6 y 7?
Eso es lo que decía escueta y literalmente, uno de los correos que hemos recibido con relación a nuestro último artículo “Jesús de Nazaret…… ¿quién fue realmente?” (13/06/13) y en donde afirmábamos, siempre según nuestro entender, que este fue un ser humano perfecto, “engendrado” por el propio Dios en una virgen judía, no siendo por tanto un poderoso ser angelical cuya vida fuera transferida por Este a la matriz de la mujer en cuestión y dando lugar con ello, a la simple reencarnación de un poderoso ser espiritual y no a la creación de algo nuevo, como es el caso. Por otra parte, también hacíamos mención a algunos pasajes que parecían inducir a la idea de que Jesús había tenido, efectivamente, una preexistencia en la región celestial, como poderoso ser al directo servicio divino e instrumento usado por el Altísimo para llevar a cabo el acto de la creación. Entre estos, por ejemplo, citamos de Juan 8:57-58 o Juan 17:5 y a los que añadíamos a continuación la coletilla de “entre otros del mismo talante”, entre los que se contaría el pasaje mencionado; no obstante, los argumentos presentados para sostener nuestro planteamiento en el citado artículo y que no se nos han discutido en ningún momento, dejan perfectamente clara la identidad del personaje Jesús, fuera de toda duda…… pero puesto que ahí está la pregunta, vamos a contestarla y para ello, lo primero que vamos a hacer es leer el pasaje señalado y ya después lo analizaremos con detalle, para ver de qué, realmente, se nos está hablando en el mismo:
“…… quien, aunque existía en la forma de dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. 7 No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres.”
De entrada, decir que cuando se usa ese pasaje para situar la acción del mismo en un contexto celestial y con ello, avalar la idea de una pre-existencia divina de Jesús, como un poderoso arcángel y mano derecha del Altísimo, se está asumiendo un monumental disparate, pues es del todo impensable que un ser espiritual, por muy poderoso que fuera, pensara que pudiera prevalecer al rebelarse directamente contra el Soberano Señor del Universo, Jehová Dios, en un intento de usurparle el trono universal. De hecho, la más grande criatura de magnificente belleza en la aurora cósmica y según las Escrituras (Ezeq. 28:11-19), fue un magnífico querubín de una hermosura increíble y no comparable a ninguna otra creación; todos los seres angelicales que fueron creados después de él, arcángeles incluidos, no tenían la belleza ni la grandeza que poseía esa poderosa creación de Dios y que hoy conocemos como Satanás…… y a este ni se le paso por la cabeza el desafiar el poder del Altísimo, sino que centro el foco de su rebelión en la primera creación terrestre de la que estaba al cuidado, por expreso mandato divino. Luego la rebelión de ese poderoso personaje, posteriormente secundada por otros seres celestiales, se produjo después de la creación de la primera pareja humana, eso es, Adán y Eva y para conseguir el dominio sobre estos y no para conseguir ser “igual” a Dios, algo totalmente imposible.
Por otra parte ¿leemos en Fil. 2:6-7, atisbo alguno que nos indique algo parecido a una pre-existencia en la región celestial del personaje al que se hace referencia en el mismo, como nos sugieren los TJ y otros? Obviamente no y por lo que solo podemos situar la acción de ese pasaje como refiriéndose a ya estando Jesús aquí en la tierra, máxime cuando intentamos averiguar en primer lugar, el significado que tiene en las Escrituras, por ejemplo, el término “dios”, cuando no hace referencia al Altísimo:
“Jesús les contestó: “¿No está escrito en su Ley: ‘Yo dije: “Ustedes son dioses”’? 35 Si él llamó “dioses” a aquellos contra quienes vino la palabra de Dios (se hace referencia al Sal. 82:6 y que iba dirigido a los jueces de Israel, luego estaríamos hablando de hombres mortales) y sin embargo la Escritura no puede ser nulificada, 36 ¿me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo: ‘Blasfemas’, porque dije: Soy Hijo de Dios? (luego un “dios”).” (Juan 10:34-36). (Acotaciones nuestras).
Y Pablo, que fue uno de los que entendió perfectamente la idea, dijo esto en su momento:
“Porque aunque hay aquellos que son llamados “dioses”, sea en el cielo o en la tierra, así como hay muchos “dioses” y muchos “señores.” (1 Cor. 8:5).
Por lo tanto, el concepto de “dios” aplicaría también a hombres poderosos, como por ejemplo, Moisés, pues el propio Jehová le dijo y con referencia a su hermano Aarón “y tiene que suceder que él te servirá de boca y tú le servirás de dios. Y esta vara la tomarás en tu mano para que ejecutes con ella las señales” (Éxo. 4:16-17). Luego, personajes tales como el citado Moisés, o Elías, o Eliseo, o incluso los Pedro, Juan, Pablo, entre otros, podrían ser considerados dioses al grado que fueron poderosos con respecto del resto de sus contemporáneos (Hech. 14:11). De hecho, el propio Adán fue un dios o ser poderosísimo y creado solo un poco inferior a los ángeles, al ser hecho a imagen y semejanza del Divino (Gén. 1:26) en la creación material; podríamos decir y salvando todas las distancias (entiendan, por favor, la idea), que así como Jehová reinaba sobre lo espiritual (obviamente el Altísimo gobierna sobre todo tipo de creación existente y por existir), le concedió al hombre Adán tener dominio sobre toda la creación material (Hebr. 2:6-7); tanto es eso así, que el mismísimo Satanás no se atrevió a enfrentarle directamente, sino que se valió de la complicidad de Eva para entramparlo. Entonces y volviendo a Fil. 2:6-7 ¿en qué sentido se puede decir de Jesús y en su estancia sobre la tierra, “existía en la forma de dios”?...... y para averiguarlo, deberíamos recuperar la lectura de Luc. 1:34-35:
“Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”. 35 En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”.”
Luego lo que María concibió en su matriz, no contenía y dicho sea en términos sencillos y para no perdernos, el genoma humano sino el divino y de ahí que lo que llegara a nacer, sería un ser humano sin pecado e hijo de Dios…… por lo tanto, un “dios” tan poderoso como en su momento lo fue el perfecto Adán, que también llevaba en sus genes esencia divina y de ahí que también se nos diga de él, que fue un “hijo” de Dios (Gén. 5:1; Luc. 3:38). Y esencia divina que habría transmitido a sus descendientes, de no haber pecado y con lo que la historia de la humanidad hubiera sido totalmente distinta a como la conocemos…… y la padecemos aún hoy en día; pero ese primer dios venido en carne pecó y de ahí, que el Altísimo y para enmendar el entuerto, precisara de hacer una copia exacta de Adán (aunque el método empleado fuera distinto: creación personal de Dios en el caso de Adán {Gén. 2:7} y mediante engendramiento, en el caso de Jesús) y usara la matriz de una mujer virgen, transfiriendo en ella esencia divina de vida (equivalente al “soplo de vida” que recibió la imagen de barro de Adán y que lo trajo a la existencia), que esta virgen judía gestó en su vientre hasta que vino también a la existencia o, dicho sea ya en términos humanos, llegó a nacer un hijo de Dios (el segundo, en este caso) sobre la tierra (1 Cor. 15:45). No olvidemos, que nos diga lo que nos diga dicho pasaje u otros del mismo tenor, ya mostramos en su momento que Jesús tenía que ser un calco del primer hombre Adán según la ley de Dios (Éxo. 21:23-25), o de lo contrario el sacrificio vicario llevado a cabo por este habría quedado invalidado, siempre según la idea que se desprende de Hebr. 2:17 y del que ya les hablábamos en nuestro anterior artículo:
“Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.”
Visto ya en qué sentido Jesús vino a existir en la “forma” de dios, veamos ahora como se puede entender la expresión de que “no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios”…… que traducido al cristiano, significaría que no permitió que en su mente de hombre perfecto, asomara siquiera la idea de llegar a elevarse por encima de la condición que tenía, a diferencia de Adán que sí dio “consideración a una usurpación” al intentar ocupar en la tierra el papel que le correspondía exclusivamente a Jehová: determinar sobre ella qué era lo correcto, o qué lo incorrecto; porque recordemos que la oferta de Satanás para Adán y a través de su esposa Eva, fue la siguiente:
“Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.” (Gén. 3:2-5).
Y eso es lo que hizo pecar a Adán: el deseo de usurpar al propio Jehová, el derecho de Este a gobernar sobre sus criaturas y en un intento de establecer sus propias normas acerca de lo que era bueno y lo que era malo, sobre todo ser vivo que llegara a existir en su entorno terrenal. Sin embargo, Jesús no cedió a esa tentación, aunque la tal también le fue presentada por el propio Satanás y con ello, dada la oportunidad de llegar a ser más de lo que era y lo que significaba el “usurpar” o tomar posesión de algo que solo le pertenece al Divino, como es el dictar las normas sobre aquello que es correcto y lo que es incorrecto…… normas por las que nos tenemos que gobernar los seres humanos:
“De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; 6 y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien yo quiera se la doy. 7 Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí (eso es, el someterse a Satanás, como sí hizo en su momento Adán), todo será tuyo”.” (Luc. 4:5-7). (Acotación nuestra).
Fue en este sentido que Jesús “no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios”, eso es, estableciendo los parámetros de lo que era lo bueno y de lo que era lo malo; ante bien y como continúa el pasaje objeto de análisis “se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres”…… lo que significa que Jesús renunció a los privilegios consustanciales a su condición de poderoso ser perfecto y se rebajó al papel de simple hombre, ajustándose y en una prueba de humildad y sumisión a su Padre Celestial, al entorno humano en el que tuvo que vivir. Que ello es así, entendemos que queda perfectamente reflejado en un suceso normalmente pasado por alto por los estudiosos del tema, pero totalmente explícito de lo que estamos planteando en este escrito y que ocurrió en el momento del bautismo de Jesús:
“Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán a Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero este trató de impedírselo, diciendo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por ti ¿y vienes tú a mí?”. 15 En respuesta Jesús le dijo: “Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo (o voluntad de Dios)”. Entonces él dejó de impedírselo.” (Mat. 3:13-15). (Acotación nuestra).
Recordemos que el bautismo en agua no significaba, en última instancia, más que el reconocimiento público de los pecados de uno, pues según se nos relata en el evangelio de Marcos, Juan el bautizante se presentó en el desierto predicando el bautismo de agua en “símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados” (Mar. 4:1) y algo que lógicamente no aplicaba a Jesús, pues él era un poderoso ser perfecto y por lo tanto sin pecado (Mat. 3:11)…… sin embargo y en un intento de hacerse igual, no a su Padre Celestial, sino a sus contemporáneos terrestres, acudió a ese bautismo y lo que públicamente le declaró como igual al resto de los mortales, desprendiéndose o renunciando con ello voluntariamente a los privilegios que derivaban de su condición de ser perfecto y sin pecado. Es más, si continuamos leyendo en Fil. 2, veremos lo que se nos dice en su verso 8:
“Más que eso, al hallarse a manera de hombre (eso es, pecador, a la que voluntaria y públicamente se había rebajado, aunque sin tener pecado), se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento (o “cruz”, como vierten el resto de traducciones).” (Acotaciones nuestras).
O sea y dicho de manera coloquial y sencilla, Jesús, entre escoger continuar siendo un poderoso hombre perfecto y todo lo que ello conllevaba (incluso “aspirar” a algo más, como intentó Adán), o renunciar voluntariamente a su condición privilegiada, sometiéndose a la voluntad de su Padre Celestial y pasar por todo lo que pasó, para con ello dar adelanto al propósito divino de redención…… decidió, afortunadamente para la humanidad, “despojarse” de los privilegios de su condición de poderoso hijo perfecto de Dios y llegar a estar en la “forma de hombre”, con lo que evidentemente escogió la “mejor porción” (Luc. 10:42).
Por lo que volviendo de nuevo al pasaje inicial de Fil. 2:6-7 y ya para concluir, no es lo que diga o parezca que dice un pasaje en concreto, lo que nos tiene que indicar por dónde van las Escrituras en determinado asunto, sino el contraste de este con el contexto general de las mismas…… y en este caso, dicho contexto general nos dice sin lugar a duda alguna, que Jesús no tuvo una pre-existencia celestial al lado de Jehová, en calidad de “obrero maestro” (Prov. 8:30) como nos pretenden “vender” los TJ. Y permítannos mencionarles, que para una total comprensión de lo que les acabamos de contar, es aconsejable leer el artículo de origen señalado en el primer párrafo de este escrito, pues ambos se complementan. Disculparnos también, por las expresiones un tanto “de andar por casa” que hemos empleado al expresar alguna de nuestras formulaciones, ante la carencia intelectual para encontrar otros términos más acordes con el que expresar las ideas planteadas en el tema tratado…… y en el bien entendido, que estas no son más que el reflejo de nuestro personal punto de vista sobre el asunto objeto de debate; y es que ya saben ustedes aquello de que “el que da lo que tiene, no está obligado a más”…… ¿o sí?
MABEL
Eso es lo que decía escueta y literalmente, uno de los correos que hemos recibido con relación a nuestro último artículo “Jesús de Nazaret…… ¿quién fue realmente?” (13/06/13) y en donde afirmábamos, siempre según nuestro entender, que este fue un ser humano perfecto, “engendrado” por el propio Dios en una virgen judía, no siendo por tanto un poderoso ser angelical cuya vida fuera transferida por Este a la matriz de la mujer en cuestión y dando lugar con ello, a la simple reencarnación de un poderoso ser espiritual y no a la creación de algo nuevo, como es el caso. Por otra parte, también hacíamos mención a algunos pasajes que parecían inducir a la idea de que Jesús había tenido, efectivamente, una preexistencia en la región celestial, como poderoso ser al directo servicio divino e instrumento usado por el Altísimo para llevar a cabo el acto de la creación. Entre estos, por ejemplo, citamos de Juan 8:57-58 o Juan 17:5 y a los que añadíamos a continuación la coletilla de “entre otros del mismo talante”, entre los que se contaría el pasaje mencionado; no obstante, los argumentos presentados para sostener nuestro planteamiento en el citado artículo y que no se nos han discutido en ningún momento, dejan perfectamente clara la identidad del personaje Jesús, fuera de toda duda…… pero puesto que ahí está la pregunta, vamos a contestarla y para ello, lo primero que vamos a hacer es leer el pasaje señalado y ya después lo analizaremos con detalle, para ver de qué, realmente, se nos está hablando en el mismo:
“…… quien, aunque existía en la forma de dios, no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios. 7 No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres.”
De entrada, decir que cuando se usa ese pasaje para situar la acción del mismo en un contexto celestial y con ello, avalar la idea de una pre-existencia divina de Jesús, como un poderoso arcángel y mano derecha del Altísimo, se está asumiendo un monumental disparate, pues es del todo impensable que un ser espiritual, por muy poderoso que fuera, pensara que pudiera prevalecer al rebelarse directamente contra el Soberano Señor del Universo, Jehová Dios, en un intento de usurparle el trono universal. De hecho, la más grande criatura de magnificente belleza en la aurora cósmica y según las Escrituras (Ezeq. 28:11-19), fue un magnífico querubín de una hermosura increíble y no comparable a ninguna otra creación; todos los seres angelicales que fueron creados después de él, arcángeles incluidos, no tenían la belleza ni la grandeza que poseía esa poderosa creación de Dios y que hoy conocemos como Satanás…… y a este ni se le paso por la cabeza el desafiar el poder del Altísimo, sino que centro el foco de su rebelión en la primera creación terrestre de la que estaba al cuidado, por expreso mandato divino. Luego la rebelión de ese poderoso personaje, posteriormente secundada por otros seres celestiales, se produjo después de la creación de la primera pareja humana, eso es, Adán y Eva y para conseguir el dominio sobre estos y no para conseguir ser “igual” a Dios, algo totalmente imposible.
Por otra parte ¿leemos en Fil. 2:6-7, atisbo alguno que nos indique algo parecido a una pre-existencia en la región celestial del personaje al que se hace referencia en el mismo, como nos sugieren los TJ y otros? Obviamente no y por lo que solo podemos situar la acción de ese pasaje como refiriéndose a ya estando Jesús aquí en la tierra, máxime cuando intentamos averiguar en primer lugar, el significado que tiene en las Escrituras, por ejemplo, el término “dios”, cuando no hace referencia al Altísimo:
“Jesús les contestó: “¿No está escrito en su Ley: ‘Yo dije: “Ustedes son dioses”’? 35 Si él llamó “dioses” a aquellos contra quienes vino la palabra de Dios (se hace referencia al Sal. 82:6 y que iba dirigido a los jueces de Israel, luego estaríamos hablando de hombres mortales) y sin embargo la Escritura no puede ser nulificada, 36 ¿me dicen ustedes a mí, a quien el Padre santificó y despachó al mundo: ‘Blasfemas’, porque dije: Soy Hijo de Dios? (luego un “dios”).” (Juan 10:34-36). (Acotaciones nuestras).
Y Pablo, que fue uno de los que entendió perfectamente la idea, dijo esto en su momento:
“Porque aunque hay aquellos que son llamados “dioses”, sea en el cielo o en la tierra, así como hay muchos “dioses” y muchos “señores.” (1 Cor. 8:5).
Por lo tanto, el concepto de “dios” aplicaría también a hombres poderosos, como por ejemplo, Moisés, pues el propio Jehová le dijo y con referencia a su hermano Aarón “y tiene que suceder que él te servirá de boca y tú le servirás de dios. Y esta vara la tomarás en tu mano para que ejecutes con ella las señales” (Éxo. 4:16-17). Luego, personajes tales como el citado Moisés, o Elías, o Eliseo, o incluso los Pedro, Juan, Pablo, entre otros, podrían ser considerados dioses al grado que fueron poderosos con respecto del resto de sus contemporáneos (Hech. 14:11). De hecho, el propio Adán fue un dios o ser poderosísimo y creado solo un poco inferior a los ángeles, al ser hecho a imagen y semejanza del Divino (Gén. 1:26) en la creación material; podríamos decir y salvando todas las distancias (entiendan, por favor, la idea), que así como Jehová reinaba sobre lo espiritual (obviamente el Altísimo gobierna sobre todo tipo de creación existente y por existir), le concedió al hombre Adán tener dominio sobre toda la creación material (Hebr. 2:6-7); tanto es eso así, que el mismísimo Satanás no se atrevió a enfrentarle directamente, sino que se valió de la complicidad de Eva para entramparlo. Entonces y volviendo a Fil. 2:6-7 ¿en qué sentido se puede decir de Jesús y en su estancia sobre la tierra, “existía en la forma de dios”?...... y para averiguarlo, deberíamos recuperar la lectura de Luc. 1:34-35:
“Pero María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no estoy teniendo coito con varón alguno?”. 35 En respuesta, el ángel le dijo: “Espíritu santo vendrá sobre ti y poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, también, lo que nace será llamado santo, Hijo de Dios”.”
Luego lo que María concibió en su matriz, no contenía y dicho sea en términos sencillos y para no perdernos, el genoma humano sino el divino y de ahí que lo que llegara a nacer, sería un ser humano sin pecado e hijo de Dios…… por lo tanto, un “dios” tan poderoso como en su momento lo fue el perfecto Adán, que también llevaba en sus genes esencia divina y de ahí que también se nos diga de él, que fue un “hijo” de Dios (Gén. 5:1; Luc. 3:38). Y esencia divina que habría transmitido a sus descendientes, de no haber pecado y con lo que la historia de la humanidad hubiera sido totalmente distinta a como la conocemos…… y la padecemos aún hoy en día; pero ese primer dios venido en carne pecó y de ahí, que el Altísimo y para enmendar el entuerto, precisara de hacer una copia exacta de Adán (aunque el método empleado fuera distinto: creación personal de Dios en el caso de Adán {Gén. 2:7} y mediante engendramiento, en el caso de Jesús) y usara la matriz de una mujer virgen, transfiriendo en ella esencia divina de vida (equivalente al “soplo de vida” que recibió la imagen de barro de Adán y que lo trajo a la existencia), que esta virgen judía gestó en su vientre hasta que vino también a la existencia o, dicho sea ya en términos humanos, llegó a nacer un hijo de Dios (el segundo, en este caso) sobre la tierra (1 Cor. 15:45). No olvidemos, que nos diga lo que nos diga dicho pasaje u otros del mismo tenor, ya mostramos en su momento que Jesús tenía que ser un calco del primer hombre Adán según la ley de Dios (Éxo. 21:23-25), o de lo contrario el sacrificio vicario llevado a cabo por este habría quedado invalidado, siempre según la idea que se desprende de Hebr. 2:17 y del que ya les hablábamos en nuestro anterior artículo:
“Por consiguiente, le era preciso llegar a ser semejante a sus “hermanos” en todo respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.”
Visto ya en qué sentido Jesús vino a existir en la “forma” de dios, veamos ahora como se puede entender la expresión de que “no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios”…… que traducido al cristiano, significaría que no permitió que en su mente de hombre perfecto, asomara siquiera la idea de llegar a elevarse por encima de la condición que tenía, a diferencia de Adán que sí dio “consideración a una usurpación” al intentar ocupar en la tierra el papel que le correspondía exclusivamente a Jehová: determinar sobre ella qué era lo correcto, o qué lo incorrecto; porque recordemos que la oferta de Satanás para Adán y a través de su esposa Eva, fue la siguiente:
“Ante esto, la mujer dijo a la serpiente: “Del fruto de los árboles del jardín podemos comer. 3 Pero en cuanto a comer del fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios ha dicho: ‘No deben comer de él, no, no deben tocarlo para que no mueran’”. 4 Ante esto, la serpiente dijo a la mujer: “Positivamente no morirán. 5 Porque Dios sabe que en el mismo día que coman de él tendrán que abrírseles los ojos y tendrán que ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo”.” (Gén. 3:2-5).
Y eso es lo que hizo pecar a Adán: el deseo de usurpar al propio Jehová, el derecho de Este a gobernar sobre sus criaturas y en un intento de establecer sus propias normas acerca de lo que era bueno y lo que era malo, sobre todo ser vivo que llegara a existir en su entorno terrenal. Sin embargo, Jesús no cedió a esa tentación, aunque la tal también le fue presentada por el propio Satanás y con ello, dada la oportunidad de llegar a ser más de lo que era y lo que significaba el “usurpar” o tomar posesión de algo que solo le pertenece al Divino, como es el dictar las normas sobre aquello que es correcto y lo que es incorrecto…… normas por las que nos tenemos que gobernar los seres humanos:
“De modo que lo llevó hacia arriba y le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; 6 y el Diablo le dijo: “Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien yo quiera se la doy. 7 Por eso, si tú haces un acto de adoración delante de mí (eso es, el someterse a Satanás, como sí hizo en su momento Adán), todo será tuyo”.” (Luc. 4:5-7). (Acotación nuestra).
Fue en este sentido que Jesús “no dio consideración a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios”, eso es, estableciendo los parámetros de lo que era lo bueno y de lo que era lo malo; ante bien y como continúa el pasaje objeto de análisis “se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los hombres”…… lo que significa que Jesús renunció a los privilegios consustanciales a su condición de poderoso ser perfecto y se rebajó al papel de simple hombre, ajustándose y en una prueba de humildad y sumisión a su Padre Celestial, al entorno humano en el que tuvo que vivir. Que ello es así, entendemos que queda perfectamente reflejado en un suceso normalmente pasado por alto por los estudiosos del tema, pero totalmente explícito de lo que estamos planteando en este escrito y que ocurrió en el momento del bautismo de Jesús:
“Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán a Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero este trató de impedírselo, diciendo: “Yo soy el que necesito ser bautizado por ti ¿y vienes tú a mí?”. 15 En respuesta Jesús le dijo: “Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo (o voluntad de Dios)”. Entonces él dejó de impedírselo.” (Mat. 3:13-15). (Acotación nuestra).
Recordemos que el bautismo en agua no significaba, en última instancia, más que el reconocimiento público de los pecados de uno, pues según se nos relata en el evangelio de Marcos, Juan el bautizante se presentó en el desierto predicando el bautismo de agua en “símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados” (Mar. 4:1) y algo que lógicamente no aplicaba a Jesús, pues él era un poderoso ser perfecto y por lo tanto sin pecado (Mat. 3:11)…… sin embargo y en un intento de hacerse igual, no a su Padre Celestial, sino a sus contemporáneos terrestres, acudió a ese bautismo y lo que públicamente le declaró como igual al resto de los mortales, desprendiéndose o renunciando con ello voluntariamente a los privilegios que derivaban de su condición de ser perfecto y sin pecado. Es más, si continuamos leyendo en Fil. 2, veremos lo que se nos dice en su verso 8:
“Más que eso, al hallarse a manera de hombre (eso es, pecador, a la que voluntaria y públicamente se había rebajado, aunque sin tener pecado), se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento (o “cruz”, como vierten el resto de traducciones).” (Acotaciones nuestras).
O sea y dicho de manera coloquial y sencilla, Jesús, entre escoger continuar siendo un poderoso hombre perfecto y todo lo que ello conllevaba (incluso “aspirar” a algo más, como intentó Adán), o renunciar voluntariamente a su condición privilegiada, sometiéndose a la voluntad de su Padre Celestial y pasar por todo lo que pasó, para con ello dar adelanto al propósito divino de redención…… decidió, afortunadamente para la humanidad, “despojarse” de los privilegios de su condición de poderoso hijo perfecto de Dios y llegar a estar en la “forma de hombre”, con lo que evidentemente escogió la “mejor porción” (Luc. 10:42).
Por lo que volviendo de nuevo al pasaje inicial de Fil. 2:6-7 y ya para concluir, no es lo que diga o parezca que dice un pasaje en concreto, lo que nos tiene que indicar por dónde van las Escrituras en determinado asunto, sino el contraste de este con el contexto general de las mismas…… y en este caso, dicho contexto general nos dice sin lugar a duda alguna, que Jesús no tuvo una pre-existencia celestial al lado de Jehová, en calidad de “obrero maestro” (Prov. 8:30) como nos pretenden “vender” los TJ. Y permítannos mencionarles, que para una total comprensión de lo que les acabamos de contar, es aconsejable leer el artículo de origen señalado en el primer párrafo de este escrito, pues ambos se complementan. Disculparnos también, por las expresiones un tanto “de andar por casa” que hemos empleado al expresar alguna de nuestras formulaciones, ante la carencia intelectual para encontrar otros términos más acordes con el que expresar las ideas planteadas en el tema tratado…… y en el bien entendido, que estas no son más que el reflejo de nuestro personal punto de vista sobre el asunto objeto de debate; y es que ya saben ustedes aquello de que “el que da lo que tiene, no está obligado a más”…… ¿o sí?
MABEL
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sábado, 17 de marzo de 2012
Usted…… y las diez plagas de Egipto
Y no se preocupe, querido lector, que aunque parezca que le estamos comparando con una plaga ¡nada más lejos de la realidad! Por lo tanto, que no cunda el pánico, que no hay nada de qué preocuparse…… sencillamente le estamos hablando de un suceso que como usted conocerá (aunque sea de forma superficial), ocurrió en la tierra de Egipto hace más o menos la friolera de 4.000 años atrás en el tiempo. Y este relato que se encuentra en la Biblia y más concretamente, en el libro de Éxodo y del que, si nos lo permite, le recomendamos una atenta lectura de los capítulos 1 al 12 (para una mayor comprensión de lo que pretendemos explicarle), es muy importante para nosotros hoy en día, porque nos hará más entendible el propósito de Jehová para con aquellos que confiamos en Él. Además le ayudará a rechazar algunas enseñanzas fraudulentas, a cargo de algunos “entendidos” en la interpretación bíblica, en el sentido que hemos de alcanzar el reino de Dios (próximo a establecerse), enfrentando una “gran tribulación”…… al final de la cual todos aquellos que consigan “vencer” a todas las dificultades habidas y por haber en ella, “reinaran” con Cristo (Rev. 3:21). Y entendemos el que no se acabe de creer lo que le estamos contando, pues parece absurdo que un acontecimiento tan remoto en el tiempo pueda enseñarnos algo a nosotros, que vivimos en medio de la más alta tecnología que jamás haya alcanzado el ser humano, que además creemos saberlo casi todo y que nos sentimos el ombligo del universo…… pero así es, a menos que nuestro Creador esté equivocado:
“Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).
Y si analizamos detenidamente lo que acabamos de leer, de entrada lo que se percibe es que hay un propósito determinado y que obra en nuestro beneficio, en el registro de esos relatos de tiempo antiguo en las Escrituras y que no es otro, según se nos afirma en el texto, que el instruirnos y siempre que consideremos con atención esos sucesos, con la finalidad de que nos proporcionen el consuelo que genera esperanza. O sea y para entendernos: del conocimiento y oportuno análisis de esos hechos del pasado, eso es, el cuándo, el cómo y el porqué de los mismos, uno puede adquirir una instrucción, generadora de esperanza; ahora bien ¿esperanza…… en cuanto a qué? Pues por una parte y con una proyección a medio plazo, esperanza que tiene que ver con el hecho de que no siempre van a continuar las cosas tan graves como están actualmente, sino que se van a aliviar a tal grado, que de nuevo podremos volver a vivir en una tierra convertida en un “paraíso”, por usar una expresión que todos conocemos. Sin embargo, a cortísimo plazo, esperanza en cuanto a que seremos librados de los tiempos de máxima angustia por los que pasará la humanidad desobediente, antes de alcanzar ese ansiado paraíso de paz y que quedan perfectamente reflejados, en las palabras de Jesús en Luc. 21:25-26:
“También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos.”
Y nadie que este medianamente informado de cómo está el patio a escala mundial, puede negar que nos estamos acercando a marchas forzadas a dicha situación y que en Rev. 7:14, se la califica como de “gran tribulación”. Dicho lo cual y para ponernos en situación, retrocedamos 4.000 años en el tiempo y situémonos en la corte del Faraón de Egipto, concretamente en el salón de audiencias y en el momento que un Faraón atónito, escuchaba las siguientes palabras de dos de sus esclavos hebreos:
“Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”. 2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”. 3 Sin embargo, ellos pasaron a decir: “El Dios de los hebreos se ha puesto en comunicación con nosotros. Queremos ir, por favor, camino de tres días al desierto y hacer sacrificios a Jehová nuestro Dios; de lo contrario quizás nos hiera con peste o con espada”. 4 Ante esto, les dijo el rey de Egipto: “¿Por qué, Moisés y Aarón, hacen ustedes que el pueblo desista de sus trabajos? ¡Vayan a llevar sus cargas!”.” (Éxo. 5:1-4).
Y Faraón (¡anda que no era chulo el tío!), quizás temeroso de ser el primer gobernante de la historia en sufrir una huelga general (se nos ocurre pensar a nosotros), no solo se opuso altaneramente al Creador del Universo, sino que empezó a darles “caña” de la buena a los esclavos israelitas y a poner en pie de guerra al “sector” de la construcción:
“Inmediatamente en aquel día Faraón mandó a los que obligaban a la gente a trabajar y a sus oficiales y dijo: 7 “Ustedes no deben recoger paja para dársela al pueblo para que haga ladrillos como antes. Que vayan ellos mismos y recojan la paja para sí. 8 Además, la cantidad de ladrillos que les era exigida y que hacían antes, todavía se la impondrán. No deben hacerles ninguna reducción, porque están holgando. Por eso andan clamando y dicen: ‘¡Queremos irnos, queremos hacer sacrificios a nuestro Dios!’. 9 Dejen que el servicio pese sobre los hombres y que se ocupen en él y que no presten atención a palabras falsas.”
10 De modo que salieron los que obligaban a la gente a trabajar y sus oficiales y dijeron al pueblo: “Esto es lo que ha dicho Faraón: ‘Ya no les doy más paja. 11 Vayan ustedes mismos, consíganse paja dondequiera que la hallen, porque no ha de haber ni una pizca de reducción de sus servicios’”. 12 Por lo tanto, se esparció el pueblo por toda la tierra de Egipto a fin de recoger rastrojo para usarlo como paja. 13 Y los que los obligaban a trabajar seguían apremiándolos, diciendo: “Acaben sus trabajos, cada uno su tarea, día por día, tal como cuando estaba disponible la paja”. 14 Más tarde, los oficiales de los hijos de Israel, que habían sido puestos sobre estos por los señaladores de tareas de Faraón, fueron golpeados, mientras estos decían: “¿Por qué no acabaron su tarea prescrita de hacer ladrillos como antes, ni ayer ni hoy?” (Exo. 5:1-14)
Y claro, ante tan expeditivo intento de “negociación” de la “patronal” (Faraón) con los “sindicatos” (los citados oficiales o representantes de los israelitas), no hubo otro remedio que tirar por la calle de en medio y emplear mano dura…… por lo que ni corto ni perezoso, Moisés y a instancias de Jehová, empezó de mandar plaga tras plaga sobre la tierra de Egipto. Y plagas con las que se consiguieron varias cosas: no solo por una parte, se metió en cintura a Faraón y por otra, se liberó al pueblo hebreo, sino que además (por mucho más importante, pues ahí estaba el quid de la cuestión) se humilló a sus falsos dioses y se ejecutó juicio sobre ellos, a la vista de un pueblo que asombrado, no podía dar crédito a lo que estaba viendo: sus dioses eran derrotados uno tras otro, por el Dios de los esclavos hebreos…… ¡vivir para ver!, pensarían algunos egipcios (Éxo. 12:12; Núm. 33:4); pero vayamos a las plagas en cuestión.
La primera de ellas, la transformación de las aguas del rio Nilo y de todas las restantes aguas de Egipto en sangre, trajo deshonra sobre el dios-Nilo Hapi. Por otra parte, con la consiguiente escabechina de peces en el rio Nilo también se dio un golpe a la religión de Egipto, pues se estima que algunas variedades de esos peces, se veneraban y hasta se momificaban:
“Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales del Nilo y sobre sus estanques llenos de cañas y sobre todas sus aguas represadas, para que se conviertan en sangre”. Y ciertamente habrá sangre en toda la tierra de Egipto y en las vasijas de madera y en las vasijas de piedra.” (Éxo. 7:19-21).
La rana, símbolo de fertilidad y resurrección para los egipcios, estaba consagrada a la diosa-rana Heqet; por lo tanto, la plaga de las ranas (la segunda) humilló a esta diosa:
“Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, los canales del Nilo y los estanques llenos de cañas y haz subir las ranas sobre la tierra de Egipto’”. 6 Por lo cual Aarón extendió la mano sobre las aguas de Egipto y las ranas empezaron a subir y a cubrir la tierra de Egipto.” (Éxo. 8:5-14.)
La tercera plaga llevó a los sacerdotes practicantes de magia a reconocer su derrota cuando resultaron incapaces de convertir el polvo en jejenes por medio de sus artes ocultas. Al dios Thot se le atribuía la invención de la magia o las artes ocultas, pero nada pudo hacer este dios para ayudar a los sacerdotes practicantes de magia en su intento de imitar la tercera plaga:
“Jehová ahora dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra y tiene que convertirse en jejenes por toda la tierra de Egipto’”. 17 Y procedieron a hacer esto. De modo que Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. Todo el polvo de la tierra se convirtió en jejenes en toda la tierra de Egipto. 18 Y trataron de hacer lo mismo los sacerdotes practicantes de magia por sus artes ocultas, a fin de producir jejenes, pero no pudieron. Y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. 19 Por lo tanto, los sacerdotes practicantes de magia dijeron a Faraón: “¡Es el dedo de Dios!”. Pero el corazón de Faraón continuó obstinado y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.” (Éxo. 8:16-19).
Sin embargo y algo en lo que incidiremos más adelante, vemos que una línea de demarcación entre los egipcios y los adoradores del Dios verdadero, quedó trazada claramente a partir de esta tercera plaga mencionada. Porque aun cuando los enjambres de tábanos de la cuarta plaga, invadieron las casas de los egipcios, en la tierra de Gosén (el delta del rio Nilo) donde estaban ubicados los israelitas, no hubo ni un solo tábano:
“Entonces Jehová dijo a Moisés: “Levántate muy de mañana y toma una posición enfrente de Faraón. ¡Mira! ¡Va a salir al agua! Y tienes que decirle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 21 Pero si no envías a mi pueblo, aquí voy a enviar sobre ti y tus siervos y tu pueblo y en tus casas el tábano; y simplemente estarán llenas del tábano las casas de Egipto y también el suelo sobre el cual están. 22 Y ciertamente haré distinta en aquel día la tierra de Gosén sobre la cual está situado mi pueblo, para que no exista allí tábano alguno; a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 23 Y verdaderamente fijaré una demarcación entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana se efectuará esta señal”. 24 Y Jehová procedió a hacerlo así; y densos enjambres de tábanos empezaron a invadir la casa de Faraón y las casas de los siervos de este y toda la tierra de Egipto. Quedó arruinada la tierra como resultado de los tábanos.” (Éxo. 8:23-24).
La siguiente plaga, la peste sobre el ganado (quinta), humilló a deidades como la diosa-vaca Hator, el dios Apis y la diosa-cielo Nut, a la que se imaginaban como una vaca con las estrellas fijadas en su vientre (¡anda que no hay que tener imaginación!):
“En consecuencia, Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde Faraón y tienes que declararle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 2 Pero si continúas rehusando enviarlos y todavía los tienes asidos, 3 ¡mira!, la mano de Jehová va a venir sobre tu ganado que está en el campo. Sobre los caballos, los asnos, los camellos, la vacada y el rebaño habrá una peste gravísima. 4 Y Jehová ciertamente hará distinción entre el ganado de Israel y el ganado de Egipto y no morirá ni una sola cosa de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.” (Éx 9:1-4).
Por otra parte, la plaga de diviesos (la sexta) supuso la deshonra de las deidades que, según se creía en esa cultura religiosa, poseían facultades curativas, como Thot, Isis y Ptah:
“Después de eso Jehová dijo a Moisés y a Aarón: “Llévense ambas manos llenas de hollín de un horno y Moisés tiene que aventarlo hacia los cielos a la vista de Faraón. 9 Y tiene que convertirse en polvo menudo sobre toda la tierra de Egipto y tiene que convertirse en diviesos que hagan erupción en ampollas sobre hombre y bestia en toda la tierra de Egipto”.
10 De modo que ellos tomaron el hollín de un horno y estuvieron de pie delante de Faraón y Moisés aventó el hollín hacia los cielos y este se convirtió en diviesos con ampollas, que les salieron a hombre y bestia. 11 Y los sacerdotes practicantes de magia no pudieron estar de pie ante Moisés como resultado de los diviesos, porque los diviesos se habían desarrollado en los sacerdotes practicantes de magia y en todos los egipcios.” (Éxo. 9:8-11).
La severa tormenta de granizo que siguió a continuación (séptima plaga), humilló a aquellos dioses que se pensaba controlaban los elementos de la naturaleza, como por ejemplo a Reshpu, quien según se creía controlaba los relámpagos y Thot, de quien se decía también, que tenía poder sobre la lluvia y el trueno:
“Ahora Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que venga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre hombre y sobre bestia y sobre toda la vegetación del campo en la tierra de Egipto”. 23 De modo que Moisés extendió su vara hacia los cielos; y Jehová dio truenos y granizo y fuego bajaba corriendo a la tierra y Jehová siguió haciendo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Así que vino granizo y fuego trémulo (se supone que relámpagos) en medio del granizo. Fue muy fuerte, de modo que no había ocurrido uno semejante en toda la tierra de Egipto desde el tiempo en que este llegó a ser nación. 25 Y el granizo fue hiriendo toda la tierra de Egipto. El granizo hirió todo lo que estaba en el campo, desde hombre hasta bestia y toda clase de vegetación del campo; y destrozó toda clase de árboles del campo. 26 Solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.” (Éxo. 9:22-26). (Acotación nuestra).
La plaga de langostas (octava) fue una derrota en toda línea para los dioses que, según los egipcios, aseguraban una cosecha abundante, uno de los cuales era el dios de la fertilidad Min, al que consideraban un protector de las cosechas:
“Jehová ahora dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para las langostas, para que suban sobre la tierra de Egipto y se coman toda la vegetación de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado que quede”. 13 En seguida extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto y Jehová hizo que un viento del este soplara sobre el país todo aquel día y toda la noche. Llegó la mañana y el viento del este trajo las langostas. 14 Y empezaron las langostas a subir sobre toda la tierra de Egipto y a posarse sobre todo el territorio de Egipto. Fueron sumamente gravosas. Antes de ellas nunca se habían presentado de esta manera langostas semejantes y nunca se presentarán otras de esta manera después de ellas. 15 Y fueron cubriendo la superficie visible de todo el país y el país se oscureció; y siguieron comiéndose toda la vegetación del país y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado; y no quedó nada verde en los árboles ni en la vegetación del campo en toda la tierra de Egipto.” (Éxo. 10:12-15).
Entre las deidades que la novena plaga (la de la oscuridad total) dejó bastante mal parados, estuvieron los dioses solares como Ra y Horus, así como también a Thot, el dios de la Luna y que, según se opinaba, era quien controlaba el Sol, la Luna y las estrellas:
“Entonces Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que ocurra oscuridad sobre la tierra de Egipto y la oscuridad pueda palparse”. 22 Inmediatamente extendió Moisés su mano hacia los cielos y empezó a acaecer una oscuridad tenebrosa en toda la tierra de Egipto por tres días. 23 No se vieron unos a otros y ninguno de ellos se levantó de su propio lugar por tres días; pero para todos los hijos de Israel resultó que hubo luz en sus moradas.” (Éxo. 10:21-23).
Y llegamos por fin a la décima plaga, que tenía que ver con la muerte del primogénito de cada familia y que resultó en la máxima humillación para los dioses y las diosas de los egipcios:
“Y Moisés pasó a decir: Esto es lo que ha dicho Jehová: “Como a la medianoche voy a salir en medio de Egipto 5 y tiene que morir todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que está sentado sobre su trono hasta el primogénito de la sierva que está junto al molino de mano y todo primogénito de bestia. 6 Y ciertamente ocurrirá un gran alarido en toda la tierra de Egipto, como el cual nunca ha ocurrido uno todavía y como el cual nunca volverá a efectuarse uno. 7 Pero contra cualquiera de los hijos de Israel no moverá agitadamente ningún perro su lengua, desde hombre hasta bestia; a fin de que sepan ustedes que Jehová puede hacer distinción entre los egipcios y los hijos de Israel”.” (Éx 12:4-7).
Y es que en realidad, los gobernantes de Egipto se consideraban a sí mismos dioses, o los hijos de Ra o Amón-Ra; para defender semejante teoría se afirmaba que el dios Ra o Amón-Ra, tenía coito con la reina. Por lo tanto, a su hijo se le consideraba un dios encarnado y era dedicado a Ra o Amón-Ra en su templo, de modo que la muerte del primogénito del faraón suponía en realidad la muerte de un dios. Este hecho en sí debió ser un golpe severo para la religión de Egipto, al poner en descubierto la completa impotencia de todas las deidades, para salvar de la muerte a los primogénitos de los egipcios en general:
“Y sucedió que a medianoche, Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón sentado sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en el hoyo carcelario y todo primogénito de bestia. 30 Entonces se levantó Faraón de noche, él y todos sus siervos y todos los demás egipcios; y empezó a alzarse un gran alarido entre los egipcios, porque no había casa en que no hubiera un muerto.” (Éxo. 12:29-30).
Hasta aquí la somera exposición de las diez plagas de Egipto…… a partir de ahora vamos a ver cuál es el mensaje que nos transmite y que pueda ser de interés para nosotros. Lo que notamos en primer lugar, es que aunque el período de esa “gran tribulación” (por decirlo de alguna manera) del poderoso imperio egipcio y que terminó en el total arrasamiento de la nación, inició con la primera de las plagas reseñadas y acabó con la total destrucción el ejército egipcio en el mar Rojo, a partir de la tercera de esas diez plagas el pueblo hebreo fue ocultado, protegido o puesto a salvo (como prefieran) durante el resto de sucesos que siguieron a esa tercera plaga. De tal suerte fue eso así, que cosas que no tenían fronteras delimitadas, como los tábanos, o las pestes sobre hombres o animales, o las langostas, o la oscuridad, afectaron a unos…… y no afectaron a otros; lo cual nos habla de la capacidad o poder ilimitado de nuestro Dios Jehová para proteger, en tiempos de angustia, a los que le temen (Sal. 34:7).
Pero por otra parte, este relato es el anuncio de que un cataclismo parecido al sufrido por Egipto hace 4.000 años, pero corregido y aumentado, está por venir…… es más, probablemente (y es solo una opinión) estamos viviendo ya en tiempos equivalentes a las tres primeras plagas y que afectan aún a todos los habitantes de la tierra sin distinción y lo cual nos indica, puesto que las complicaciones a todos los frentes aumentan sin control, que muy pronto aquellos que ejercen fe en el sacrificio redentor de Cristo, verán como Jehová, el Magnífico Soberano de todo el Universo, les aparta o protege (Sof. 2:3) y dejarán de ser afectados por los catastróficos sucesos mundiales venideros. Y es que nuestro Creador, pronto establecerá una línea divisoria entre los que le sirven y los que no le sirven (Mal. 3:18), como en un tiempo hizo en la tierra de Egipto y para cuando las cosas vayan subiendo de tono…… porque en un momento determinado, nuestro Excelso Hacedor, extenderá la siguiente invitación:
“Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:20).
A tal grado será eso así, que el Sal. 91:5-7 y que hace referencia a esos tiempos tan críticos y tenebrosos que afrontará la humanidad, nos dice lo siguiente:
“No tendrás miedo de nada pavoroso de noche, ni de la flecha que vuela de día, 6 ni de la peste que anda en las tinieblas, ni de la destrucción que despoja violentamente al mediodía. 7 Mil caerán a tu lado mismo y diez mil a tu diestra; a ti no se te acercará (lo que causa tal destrucción). (Acotación nuestra).
Luego de lo que nos están hablando esos pasajes bíblicos, obviamente es de que en un momento determinado, aquellos que cifren su confianza en su Supremo Hacedor serán ocultados, protegidos o puestos a cubierto de cualquier adversidad…… ¡ni siquiera experimentarán miedo!; pues nuestro Hacedor asegura que aunque a su mismo lado ocurran las escenas más espantosas de destrucción y muerte que jamás hayan imaginado, ellos no serán de ninguna manera afectados. No olvidemos, que el Sal. 91 inicia de la siguiente manera:
“Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo, se conseguirá alojamiento (eso es, ubicación permanente) bajo la mismísima sombra (protectora) del Todopoderoso.” (Acotaciones nuestras).
Por otra parte, una constante en todos los juicios llevados a cabo por Jehová, de los que hay registro escrito, es que siempre de una manera u otra y más o menos milagrosa, ha mantenido a salvo a sus fieles: a Noé mediante un arca flotante (Gén. 6:14; en 587 a.E.C. y en el cerco de Jerusalén a manos de Nabucodonosor, ordenando a sus fieles que se entregaran a los caldeos (Jer. 38:2), lo cual los libró de los horrores que se vivieron dentro de la ciudad de Jerusalén, mientras que ellos tuvieron su ración de comida y agua diarias…… en definitiva, conservaron la vida y al final de algún tiempo, fueron devueltos a su tierra; en cuanto al tema de Lot, acerca de Sosoma y Gomorra, Jehová le mandó dos ángeles para que les sacaran de allí (Gén. 19:1:11). Luego ¿qué razón habría para pensar que Jehová de pronto cambiara de línea de conducta? Pues ninguna a tenor de las palabras de Santiago:
“Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes y con él no hay la variación del giro de la sombra.” (Sant. 1:17).
O sea, que ni algo tan leve como la variación del giro de una sombra, existe en nuestro Creador que es inmutable en sus actitudes y comportamientos, como lo son Sus leyes que rigen el Universo, como bien conocen los científicos. Dicho todo lo cual, querido lector, permítanos unas preguntas: ¿Ha quedado más tranquilo con respecto de su futuro y el de los suyos, ante el inminente desastre que amenaza a la humanidad? ¿Cree que le ha sido provechoso, el considerar un hecho ocurrido hace 4.000 años y sacar lógicas conclusiones del mismo? ¿Aprecia usted que nuestro Creador, haya sido tan generoso de preocuparse en que tengamos un registro escrito de estos relatos de tiempo antiguo, que contribuyen a instruirnos para tener una esperanza real de que si le somos leales, Él jamás nos abandonará?:
“Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta.” (Sal. 18:25).
Y si la respuesta a esa tres preguntas ha sido afirmativa y esta convencido de ello, usted, querido amigo que nos lee, está en el camino correcto que conduce a gozar de la protección divina, a la vez que continuará interesándose por eso pequeños relatos, como el que hoy nos ha ocupado y que tanto nos ayudan a entender los propósitos del Altísimo…… y que siempre tienen como finalidad, nuestro propio beneficio. Y fíjese cuánto esto es así y si es grande Su amor hacia aquellos que le son leales, que dio a su propio Hijo Jesús en sacrificio, para que precisamente nosotros pudiéramos gozar de Su incomparable poder de protección y pudiéramos en un futuro, alcanzar la posibilidad de vivir eternamente en una tierra convertida en un deslumbrante paraíso:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
MABEL

“Porque todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que mediante nuestro aguante y mediante el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.” (Rom. 15:4).
Y si analizamos detenidamente lo que acabamos de leer, de entrada lo que se percibe es que hay un propósito determinado y que obra en nuestro beneficio, en el registro de esos relatos de tiempo antiguo en las Escrituras y que no es otro, según se nos afirma en el texto, que el instruirnos y siempre que consideremos con atención esos sucesos, con la finalidad de que nos proporcionen el consuelo que genera esperanza. O sea y para entendernos: del conocimiento y oportuno análisis de esos hechos del pasado, eso es, el cuándo, el cómo y el porqué de los mismos, uno puede adquirir una instrucción, generadora de esperanza; ahora bien ¿esperanza…… en cuanto a qué? Pues por una parte y con una proyección a medio plazo, esperanza que tiene que ver con el hecho de que no siempre van a continuar las cosas tan graves como están actualmente, sino que se van a aliviar a tal grado, que de nuevo podremos volver a vivir en una tierra convertida en un “paraíso”, por usar una expresión que todos conocemos. Sin embargo, a cortísimo plazo, esperanza en cuanto a que seremos librados de los tiempos de máxima angustia por los que pasará la humanidad desobediente, antes de alcanzar ese ansiado paraíso de paz y que quedan perfectamente reflejados, en las palabras de Jesús en Luc. 21:25-26:
“También, habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas y sobre la tierra angustia de naciones, por no conocer la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, 26 mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos.”
Y nadie que este medianamente informado de cómo está el patio a escala mundial, puede negar que nos estamos acercando a marchas forzadas a dicha situación y que en Rev. 7:14, se la califica como de “gran tribulación”. Dicho lo cual y para ponernos en situación, retrocedamos 4.000 años en el tiempo y situémonos en la corte del Faraón de Egipto, concretamente en el salón de audiencias y en el momento que un Faraón atónito, escuchaba las siguientes palabras de dos de sus esclavos hebreos:
“Y después Moisés y Aarón entraron y procedieron a decir a Faraón: “Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: Envía a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto”. 2 Pero dijo Faraón: “¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y envíe a Israel? No conozco a Jehová en absoluto y, lo que es más, no voy a enviar a Israel”. 3 Sin embargo, ellos pasaron a decir: “El Dios de los hebreos se ha puesto en comunicación con nosotros. Queremos ir, por favor, camino de tres días al desierto y hacer sacrificios a Jehová nuestro Dios; de lo contrario quizás nos hiera con peste o con espada”. 4 Ante esto, les dijo el rey de Egipto: “¿Por qué, Moisés y Aarón, hacen ustedes que el pueblo desista de sus trabajos? ¡Vayan a llevar sus cargas!”.” (Éxo. 5:1-4).
Y Faraón (¡anda que no era chulo el tío!), quizás temeroso de ser el primer gobernante de la historia en sufrir una huelga general (se nos ocurre pensar a nosotros), no solo se opuso altaneramente al Creador del Universo, sino que empezó a darles “caña” de la buena a los esclavos israelitas y a poner en pie de guerra al “sector” de la construcción:
“Inmediatamente en aquel día Faraón mandó a los que obligaban a la gente a trabajar y a sus oficiales y dijo: 7 “Ustedes no deben recoger paja para dársela al pueblo para que haga ladrillos como antes. Que vayan ellos mismos y recojan la paja para sí. 8 Además, la cantidad de ladrillos que les era exigida y que hacían antes, todavía se la impondrán. No deben hacerles ninguna reducción, porque están holgando. Por eso andan clamando y dicen: ‘¡Queremos irnos, queremos hacer sacrificios a nuestro Dios!’. 9 Dejen que el servicio pese sobre los hombres y que se ocupen en él y que no presten atención a palabras falsas.”
10 De modo que salieron los que obligaban a la gente a trabajar y sus oficiales y dijeron al pueblo: “Esto es lo que ha dicho Faraón: ‘Ya no les doy más paja. 11 Vayan ustedes mismos, consíganse paja dondequiera que la hallen, porque no ha de haber ni una pizca de reducción de sus servicios’”. 12 Por lo tanto, se esparció el pueblo por toda la tierra de Egipto a fin de recoger rastrojo para usarlo como paja. 13 Y los que los obligaban a trabajar seguían apremiándolos, diciendo: “Acaben sus trabajos, cada uno su tarea, día por día, tal como cuando estaba disponible la paja”. 14 Más tarde, los oficiales de los hijos de Israel, que habían sido puestos sobre estos por los señaladores de tareas de Faraón, fueron golpeados, mientras estos decían: “¿Por qué no acabaron su tarea prescrita de hacer ladrillos como antes, ni ayer ni hoy?” (Exo. 5:1-14)
Y claro, ante tan expeditivo intento de “negociación” de la “patronal” (Faraón) con los “sindicatos” (los citados oficiales o representantes de los israelitas), no hubo otro remedio que tirar por la calle de en medio y emplear mano dura…… por lo que ni corto ni perezoso, Moisés y a instancias de Jehová, empezó de mandar plaga tras plaga sobre la tierra de Egipto. Y plagas con las que se consiguieron varias cosas: no solo por una parte, se metió en cintura a Faraón y por otra, se liberó al pueblo hebreo, sino que además (por mucho más importante, pues ahí estaba el quid de la cuestión) se humilló a sus falsos dioses y se ejecutó juicio sobre ellos, a la vista de un pueblo que asombrado, no podía dar crédito a lo que estaba viendo: sus dioses eran derrotados uno tras otro, por el Dios de los esclavos hebreos…… ¡vivir para ver!, pensarían algunos egipcios (Éxo. 12:12; Núm. 33:4); pero vayamos a las plagas en cuestión.
La primera de ellas, la transformación de las aguas del rio Nilo y de todas las restantes aguas de Egipto en sangre, trajo deshonra sobre el dios-Nilo Hapi. Por otra parte, con la consiguiente escabechina de peces en el rio Nilo también se dio un golpe a la religión de Egipto, pues se estima que algunas variedades de esos peces, se veneraban y hasta se momificaban:
“Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales del Nilo y sobre sus estanques llenos de cañas y sobre todas sus aguas represadas, para que se conviertan en sangre”. Y ciertamente habrá sangre en toda la tierra de Egipto y en las vasijas de madera y en las vasijas de piedra.” (Éxo. 7:19-21).
La rana, símbolo de fertilidad y resurrección para los egipcios, estaba consagrada a la diosa-rana Heqet; por lo tanto, la plaga de las ranas (la segunda) humilló a esta diosa:
“Más tarde Jehová dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, los canales del Nilo y los estanques llenos de cañas y haz subir las ranas sobre la tierra de Egipto’”. 6 Por lo cual Aarón extendió la mano sobre las aguas de Egipto y las ranas empezaron a subir y a cubrir la tierra de Egipto.” (Éxo. 8:5-14.)
La tercera plaga llevó a los sacerdotes practicantes de magia a reconocer su derrota cuando resultaron incapaces de convertir el polvo en jejenes por medio de sus artes ocultas. Al dios Thot se le atribuía la invención de la magia o las artes ocultas, pero nada pudo hacer este dios para ayudar a los sacerdotes practicantes de magia en su intento de imitar la tercera plaga:
“Jehová ahora dijo a Moisés: “Di a Aarón: ‘Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra y tiene que convertirse en jejenes por toda la tierra de Egipto’”. 17 Y procedieron a hacer esto. De modo que Aarón extendió su mano con su vara y golpeó el polvo de la tierra y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. Todo el polvo de la tierra se convirtió en jejenes en toda la tierra de Egipto. 18 Y trataron de hacer lo mismo los sacerdotes practicantes de magia por sus artes ocultas, a fin de producir jejenes, pero no pudieron. Y los jejenes llegaron a estar sobre hombre y bestia. 19 Por lo tanto, los sacerdotes practicantes de magia dijeron a Faraón: “¡Es el dedo de Dios!”. Pero el corazón de Faraón continuó obstinado y no les escuchó, tal como había hablado Jehová.” (Éxo. 8:16-19).
Sin embargo y algo en lo que incidiremos más adelante, vemos que una línea de demarcación entre los egipcios y los adoradores del Dios verdadero, quedó trazada claramente a partir de esta tercera plaga mencionada. Porque aun cuando los enjambres de tábanos de la cuarta plaga, invadieron las casas de los egipcios, en la tierra de Gosén (el delta del rio Nilo) donde estaban ubicados los israelitas, no hubo ni un solo tábano:
“Entonces Jehová dijo a Moisés: “Levántate muy de mañana y toma una posición enfrente de Faraón. ¡Mira! ¡Va a salir al agua! Y tienes que decirle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 21 Pero si no envías a mi pueblo, aquí voy a enviar sobre ti y tus siervos y tu pueblo y en tus casas el tábano; y simplemente estarán llenas del tábano las casas de Egipto y también el suelo sobre el cual están. 22 Y ciertamente haré distinta en aquel día la tierra de Gosén sobre la cual está situado mi pueblo, para que no exista allí tábano alguno; a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 23 Y verdaderamente fijaré una demarcación entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana se efectuará esta señal”. 24 Y Jehová procedió a hacerlo así; y densos enjambres de tábanos empezaron a invadir la casa de Faraón y las casas de los siervos de este y toda la tierra de Egipto. Quedó arruinada la tierra como resultado de los tábanos.” (Éxo. 8:23-24).
La siguiente plaga, la peste sobre el ganado (quinta), humilló a deidades como la diosa-vaca Hator, el dios Apis y la diosa-cielo Nut, a la que se imaginaban como una vaca con las estrellas fijadas en su vientre (¡anda que no hay que tener imaginación!):
“En consecuencia, Jehová dijo a Moisés: “Entra a donde Faraón y tienes que declararle: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de los hebreos: “Envía a mi pueblo para que me sirva. 2 Pero si continúas rehusando enviarlos y todavía los tienes asidos, 3 ¡mira!, la mano de Jehová va a venir sobre tu ganado que está en el campo. Sobre los caballos, los asnos, los camellos, la vacada y el rebaño habrá una peste gravísima. 4 Y Jehová ciertamente hará distinción entre el ganado de Israel y el ganado de Egipto y no morirá ni una sola cosa de todo lo que pertenece a los hijos de Israel.” (Éx 9:1-4).
Por otra parte, la plaga de diviesos (la sexta) supuso la deshonra de las deidades que, según se creía en esa cultura religiosa, poseían facultades curativas, como Thot, Isis y Ptah:
“Después de eso Jehová dijo a Moisés y a Aarón: “Llévense ambas manos llenas de hollín de un horno y Moisés tiene que aventarlo hacia los cielos a la vista de Faraón. 9 Y tiene que convertirse en polvo menudo sobre toda la tierra de Egipto y tiene que convertirse en diviesos que hagan erupción en ampollas sobre hombre y bestia en toda la tierra de Egipto”.
10 De modo que ellos tomaron el hollín de un horno y estuvieron de pie delante de Faraón y Moisés aventó el hollín hacia los cielos y este se convirtió en diviesos con ampollas, que les salieron a hombre y bestia. 11 Y los sacerdotes practicantes de magia no pudieron estar de pie ante Moisés como resultado de los diviesos, porque los diviesos se habían desarrollado en los sacerdotes practicantes de magia y en todos los egipcios.” (Éxo. 9:8-11).
La severa tormenta de granizo que siguió a continuación (séptima plaga), humilló a aquellos dioses que se pensaba controlaban los elementos de la naturaleza, como por ejemplo a Reshpu, quien según se creía controlaba los relámpagos y Thot, de quien se decía también, que tenía poder sobre la lluvia y el trueno:
“Ahora Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que venga granizo sobre toda la tierra de Egipto, sobre hombre y sobre bestia y sobre toda la vegetación del campo en la tierra de Egipto”. 23 De modo que Moisés extendió su vara hacia los cielos; y Jehová dio truenos y granizo y fuego bajaba corriendo a la tierra y Jehová siguió haciendo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Así que vino granizo y fuego trémulo (se supone que relámpagos) en medio del granizo. Fue muy fuerte, de modo que no había ocurrido uno semejante en toda la tierra de Egipto desde el tiempo en que este llegó a ser nación. 25 Y el granizo fue hiriendo toda la tierra de Egipto. El granizo hirió todo lo que estaba en el campo, desde hombre hasta bestia y toda clase de vegetación del campo; y destrozó toda clase de árboles del campo. 26 Solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.” (Éxo. 9:22-26). (Acotación nuestra).
La plaga de langostas (octava) fue una derrota en toda línea para los dioses que, según los egipcios, aseguraban una cosecha abundante, uno de los cuales era el dios de la fertilidad Min, al que consideraban un protector de las cosechas:
“Jehová ahora dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para las langostas, para que suban sobre la tierra de Egipto y se coman toda la vegetación de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado que quede”. 13 En seguida extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto y Jehová hizo que un viento del este soplara sobre el país todo aquel día y toda la noche. Llegó la mañana y el viento del este trajo las langostas. 14 Y empezaron las langostas a subir sobre toda la tierra de Egipto y a posarse sobre todo el territorio de Egipto. Fueron sumamente gravosas. Antes de ellas nunca se habían presentado de esta manera langostas semejantes y nunca se presentarán otras de esta manera después de ellas. 15 Y fueron cubriendo la superficie visible de todo el país y el país se oscureció; y siguieron comiéndose toda la vegetación del país y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado; y no quedó nada verde en los árboles ni en la vegetación del campo en toda la tierra de Egipto.” (Éxo. 10:12-15).
Entre las deidades que la novena plaga (la de la oscuridad total) dejó bastante mal parados, estuvieron los dioses solares como Ra y Horus, así como también a Thot, el dios de la Luna y que, según se opinaba, era quien controlaba el Sol, la Luna y las estrellas:
“Entonces Jehová dijo a Moisés: “Extiende tu mano hacia los cielos, para que ocurra oscuridad sobre la tierra de Egipto y la oscuridad pueda palparse”. 22 Inmediatamente extendió Moisés su mano hacia los cielos y empezó a acaecer una oscuridad tenebrosa en toda la tierra de Egipto por tres días. 23 No se vieron unos a otros y ninguno de ellos se levantó de su propio lugar por tres días; pero para todos los hijos de Israel resultó que hubo luz en sus moradas.” (Éxo. 10:21-23).
Y llegamos por fin a la décima plaga, que tenía que ver con la muerte del primogénito de cada familia y que resultó en la máxima humillación para los dioses y las diosas de los egipcios:
“Y Moisés pasó a decir: Esto es lo que ha dicho Jehová: “Como a la medianoche voy a salir en medio de Egipto 5 y tiene que morir todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que está sentado sobre su trono hasta el primogénito de la sierva que está junto al molino de mano y todo primogénito de bestia. 6 Y ciertamente ocurrirá un gran alarido en toda la tierra de Egipto, como el cual nunca ha ocurrido uno todavía y como el cual nunca volverá a efectuarse uno. 7 Pero contra cualquiera de los hijos de Israel no moverá agitadamente ningún perro su lengua, desde hombre hasta bestia; a fin de que sepan ustedes que Jehová puede hacer distinción entre los egipcios y los hijos de Israel”.” (Éx 12:4-7).
Y es que en realidad, los gobernantes de Egipto se consideraban a sí mismos dioses, o los hijos de Ra o Amón-Ra; para defender semejante teoría se afirmaba que el dios Ra o Amón-Ra, tenía coito con la reina. Por lo tanto, a su hijo se le consideraba un dios encarnado y era dedicado a Ra o Amón-Ra en su templo, de modo que la muerte del primogénito del faraón suponía en realidad la muerte de un dios. Este hecho en sí debió ser un golpe severo para la religión de Egipto, al poner en descubierto la completa impotencia de todas las deidades, para salvar de la muerte a los primogénitos de los egipcios en general:
“Y sucedió que a medianoche, Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón sentado sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en el hoyo carcelario y todo primogénito de bestia. 30 Entonces se levantó Faraón de noche, él y todos sus siervos y todos los demás egipcios; y empezó a alzarse un gran alarido entre los egipcios, porque no había casa en que no hubiera un muerto.” (Éxo. 12:29-30).
Hasta aquí la somera exposición de las diez plagas de Egipto…… a partir de ahora vamos a ver cuál es el mensaje que nos transmite y que pueda ser de interés para nosotros. Lo que notamos en primer lugar, es que aunque el período de esa “gran tribulación” (por decirlo de alguna manera) del poderoso imperio egipcio y que terminó en el total arrasamiento de la nación, inició con la primera de las plagas reseñadas y acabó con la total destrucción el ejército egipcio en el mar Rojo, a partir de la tercera de esas diez plagas el pueblo hebreo fue ocultado, protegido o puesto a salvo (como prefieran) durante el resto de sucesos que siguieron a esa tercera plaga. De tal suerte fue eso así, que cosas que no tenían fronteras delimitadas, como los tábanos, o las pestes sobre hombres o animales, o las langostas, o la oscuridad, afectaron a unos…… y no afectaron a otros; lo cual nos habla de la capacidad o poder ilimitado de nuestro Dios Jehová para proteger, en tiempos de angustia, a los que le temen (Sal. 34:7).
Pero por otra parte, este relato es el anuncio de que un cataclismo parecido al sufrido por Egipto hace 4.000 años, pero corregido y aumentado, está por venir…… es más, probablemente (y es solo una opinión) estamos viviendo ya en tiempos equivalentes a las tres primeras plagas y que afectan aún a todos los habitantes de la tierra sin distinción y lo cual nos indica, puesto que las complicaciones a todos los frentes aumentan sin control, que muy pronto aquellos que ejercen fe en el sacrificio redentor de Cristo, verán como Jehová, el Magnífico Soberano de todo el Universo, les aparta o protege (Sof. 2:3) y dejarán de ser afectados por los catastróficos sucesos mundiales venideros. Y es que nuestro Creador, pronto establecerá una línea divisoria entre los que le sirven y los que no le sirven (Mal. 3:18), como en un tiempo hizo en la tierra de Egipto y para cuando las cosas vayan subiendo de tono…… porque en un momento determinado, nuestro Excelso Hacedor, extenderá la siguiente invitación:
“Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos interiores y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por solo un momento hasta que pase la denunciación. 21 Porque, ¡mira!, Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta por el error del habitante de la tierra contra él y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:20).
A tal grado será eso así, que el Sal. 91:5-7 y que hace referencia a esos tiempos tan críticos y tenebrosos que afrontará la humanidad, nos dice lo siguiente:
“No tendrás miedo de nada pavoroso de noche, ni de la flecha que vuela de día, 6 ni de la peste que anda en las tinieblas, ni de la destrucción que despoja violentamente al mediodía. 7 Mil caerán a tu lado mismo y diez mil a tu diestra; a ti no se te acercará (lo que causa tal destrucción). (Acotación nuestra).
Luego de lo que nos están hablando esos pasajes bíblicos, obviamente es de que en un momento determinado, aquellos que cifren su confianza en su Supremo Hacedor serán ocultados, protegidos o puestos a cubierto de cualquier adversidad…… ¡ni siquiera experimentarán miedo!; pues nuestro Hacedor asegura que aunque a su mismo lado ocurran las escenas más espantosas de destrucción y muerte que jamás hayan imaginado, ellos no serán de ninguna manera afectados. No olvidemos, que el Sal. 91 inicia de la siguiente manera:
“Cualquiera que more en el lugar secreto del Altísimo, se conseguirá alojamiento (eso es, ubicación permanente) bajo la mismísima sombra (protectora) del Todopoderoso.” (Acotaciones nuestras).
Por otra parte, una constante en todos los juicios llevados a cabo por Jehová, de los que hay registro escrito, es que siempre de una manera u otra y más o menos milagrosa, ha mantenido a salvo a sus fieles: a Noé mediante un arca flotante (Gén. 6:14; en 587 a.E.C. y en el cerco de Jerusalén a manos de Nabucodonosor, ordenando a sus fieles que se entregaran a los caldeos (Jer. 38:2), lo cual los libró de los horrores que se vivieron dentro de la ciudad de Jerusalén, mientras que ellos tuvieron su ración de comida y agua diarias…… en definitiva, conservaron la vida y al final de algún tiempo, fueron devueltos a su tierra; en cuanto al tema de Lot, acerca de Sosoma y Gomorra, Jehová le mandó dos ángeles para que les sacaran de allí (Gén. 19:1:11). Luego ¿qué razón habría para pensar que Jehová de pronto cambiara de línea de conducta? Pues ninguna a tenor de las palabras de Santiago:
“Toda dádiva buena y todo don perfecto es de arriba, porque desciende del Padre de las luces celestes y con él no hay la variación del giro de la sombra.” (Sant. 1:17).
O sea, que ni algo tan leve como la variación del giro de una sombra, existe en nuestro Creador que es inmutable en sus actitudes y comportamientos, como lo son Sus leyes que rigen el Universo, como bien conocen los científicos. Dicho todo lo cual, querido lector, permítanos unas preguntas: ¿Ha quedado más tranquilo con respecto de su futuro y el de los suyos, ante el inminente desastre que amenaza a la humanidad? ¿Cree que le ha sido provechoso, el considerar un hecho ocurrido hace 4.000 años y sacar lógicas conclusiones del mismo? ¿Aprecia usted que nuestro Creador, haya sido tan generoso de preocuparse en que tengamos un registro escrito de estos relatos de tiempo antiguo, que contribuyen a instruirnos para tener una esperanza real de que si le somos leales, Él jamás nos abandonará?:
“Con alguien leal tú actuarás en lealtad; con el hombre físicamente capacitado, exento de falta, tratarás de un modo exento de falta.” (Sal. 18:25).
Y si la respuesta a esa tres preguntas ha sido afirmativa y esta convencido de ello, usted, querido amigo que nos lee, está en el camino correcto que conduce a gozar de la protección divina, a la vez que continuará interesándose por eso pequeños relatos, como el que hoy nos ha ocupado y que tanto nos ayudan a entender los propósitos del Altísimo…… y que siempre tienen como finalidad, nuestro propio beneficio. Y fíjese cuánto esto es así y si es grande Su amor hacia aquellos que le son leales, que dio a su propio Hijo Jesús en sacrificio, para que precisamente nosotros pudiéramos gozar de Su incomparable poder de protección y pudiéramos en un futuro, alcanzar la posibilidad de vivir eternamente en una tierra convertida en un deslumbrante paraíso:
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).
MABEL
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