sábado, 26 de noviembre de 2011

Es que si esto fuera así…

… resultaría que Apologista Mario Olcese no es un Hijo de Dios, como él con tanta contundencia nos afirma, luego nos estaría mintiendo en todos y cada uno de los artículos que publica en el sentido de que no solo él, sino todos aquellos bautizados en nombre de Jesús, desde el primer siglo en adelante, por arte de “birlibirloque” ya se convierten en Hijos de Dios, por tanto en hermanos de Cristo y en consecuencia, herederos con él del reino de Dios en calidad de reyes y sacerdotes…… enseñanza falsa y engañosa, por tanto diabólica y circunstancia que desde este blog, venimos señalando con insistencia; porque veamos:

Una de las afirmaciones más rotundas de dicho caballero, tiene que ver con el hecho de que se considera un Hijo de Dios y algo que le habrán oído decir en numerosos de sus videos, así como habrán leído en anteriores artículos escritos. De hecho, en el apartado nº 6 de los veinte puntos que resumen su fe y que figuran debajo de su fotografía y subsiguiente presentación en su blog, leemos lo siguiente:

6.- Creemos que somos miembros de la iglesia de Dios, y coherederos con Cristo de la herencia de la vida eterna en el reino porque somos también ungidos e hijos del Padre Eterno por adopción.” (Negritas nuestras).

Luego queda claro que el Sr. Olcese, se reconoce inequívocamente a sí mismo como un Hijo de Dios, a la semejanza de los Pedro, Juan, Andrés, Bartolomé, Mateo, etc., e incluyendo a Pablo, naturalmente; por tanto y como él mismo afirma, miembro de la iglesia o “Cuerpo de Cristo” y en consecuencia, como reconoce en el citado punto 6 de sus creencias, coheredero con Cristo del reino de Dios, en calidad de rey y sacerdote (Rev. 20:6)…… y hasta aquí, pues ni tan mal ya que dicho caballero es muy libre de creer lo que le parezca, incluso que cuando llueve, lo hace hacia arriba. Pero la cosa se complica, cuando dicho caballero usa ese argumento como “enseñanza” y para tomar el pelo a crédulos incautos; sin embargo, resulta que D. Mario publicó hace unos días un curioso video, bajo el título “Los llamados apóstoles de la iglesia cristiana” (13/11/11), en donde hacía referencia a la definición que “Wikipedia, la enciclopedia libre”, hace del término “apóstol” (que solo significa “enviado”) y en donde, entre otras cosas, se puede leer lo siguiente:

En todo caso, un apóstol debe ser testimonio del poder de Dios, a través de la realización de señales, prodigios y milagros (sanación de los enfermos, exorcismos, resurrecciones), de la predicación del evangelio (“buena noticia” en griego) a judíos y a gentiles en todo el mundo.” (Negritas nuestras).

Y afirmación en la que el Sr. Olcese muestra estar de acuerdo, al decir en un momento de su video (minuto 9’35 de grabación) que los apóstoles no solo “caminaron con Jesús, que fueron escogidos directamente por él, sino que también tenían los mismos poderes que él tenía para hacer milagros”…… y lo cual es cierto; pero claro, la pregunta a plantear es esta: la razón de poder efectuar esas obras poderosas ¿a qué se debía, a su condición de “apóstoles” o a su condición de “Hijos de Dios”? ¿Qué era realmente, lo que les dotaba de su sobrenatural poder para expulsar demonios, sanar enfermedades, curar paralíticos e incluso, levantar muertos? Y respuesta a esta pregunta, que está directamente relacionada con la respuesta que le podamos dar a la siguiente: ¿Cuándo fueron bautizados en espíritu santo en el Pentecostés de 33 E.C. y a partir de donde ya empezaron a desarrollar estos poderes, el reconocimiento que recibieron…... fue como de “apóstoles” o como el de Hijos de Dios?

Y queda claro que el de “apóstoles”, obviamente no, porque ese nombramiento ya se lo dio Jesús en el mismo momento de escogerlos y a partir del cual, ya actuaron como tales:

En el transcurso de aquellos días él salió a la montaña a orar y pasó toda la noche en oración a Dios. 13 Pero cuando se hizo de día llamó a sí a sus discípulos y escogió doce de entre ellos, a los cuales también dio el nombre de “apóstoles”.” (Luc. 6:12-13).

Luego es razonable pensar, que lo que recibieron ese día de Pentecostés los citados apóstoles, solo pudo ser el reconocimiento como Hijos adoptivos de Dios, pues no olvidemos que Jesús, después de ser resucitado, ya se refirió a ellos como a “mis hermanos”:

Jesús le dijo: “Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”.” (Juan 20:17).

Luego no queda ninguna duda de que en ese momento, ya fueron reconocidos por Jesucristo como Hijos adoptivos de Jehová y por tanto, hermanos suyos y por lo que en ese día de Pentecostés, lo que recibieron como antes hemos dicho y para entendernos, fue el reconocimiento “oficial” por parte del Altísimo, de que esa era la situación, al derramar sobre ellos el espíritu de adopción como Hijos Suyos y en consecuencia, dotarlos de los mismos poderes que en su momento desplegó Jesús; no olvidemos lo que, antes de ser elevado al cielo, este les había dicho que recibirían:

Y, ¡miren!, envío sobre ustedes lo que está prometido por mi Padre. Ustedes, sin embargo, permanezcan en la ciudad hasta que lleguen a estar revestidos de poder desde lo alto.” (Luc. 24:49).

Luego no queda ninguna duda, que el ser investidos de poderes tenía que ver directamente con el haber sido declarados Hijos de Dios y no con el haber sido reconocidos como “apóstoles”, pues como hemos dicho, eso ocurrió mucho tiempo antes y sin que les fueran añadidos poderes algunos, sino que solo podían hacer aquello que les permitía Jesús, tanto en el caso de los doce, como en el caso de los setenta (Luc. 10:1) que envió posteriormente y que ya de vuelta, se expresaron de la siguiente manera:

Entonces los setenta volvieron con gozo y dijeron: “Señor, hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre”. 18 Ante aquello, él les dijo: “Contemplaba yo a Satanás ya caído como un relámpago del cielo. 19 ¡Miren! Yo les he dado la autoridad para hollar bajo los pies serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo y nada les hará ningún daño”.” (Luc. 10:17-19).

Por lo tanto lo que vemos, es que la autoridad residía en Jesús y no en ellos, por lo que recibieron solo una cesión temporal de esos poderes, eso es, mientras estaban en la comisión asignada. Sin embargo, ya muerto Jesús, sobre los doce apóstoles fue derramado espíritu de poder, no solo para realizar las mismas obras poderosas que hacía Jesús, sino que al igual que este, la autoridad de impartir también a otros dichos poderes, como explicamos en nuestra serie de dos artículos “Una maravilla llamada “Hechos de los Apóstoles” ” (17/11/11 y 24/11/11). Y en dónde dejamos meridianamente claro, que solo aquellos que recibieron la adopción como Hijos de Dios, bien sean los apóstoles (más Pablo) elegidos directamente por Jesús o de aquellos, que no formando parte de ese “grupeto” (luego no siendo apóstoles), la recibieron mediante la imposición de manos por parte de estos, podían realizar portentos sobrenaturales, como por ejemplo, los Esteban, Felipe y otros muchos que no se mencionan en los escritos…… y eso en su condición de Hijos de Dios, que no de apóstoles, pues estos últimos no recibieron de Jesucristo dicho nombramiento, a diferencia del caso de Pablo:

Pero el Señor le dijo: “Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel. 16 Porque le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre”.” (Hech. 9:15-16).

El propio Pablo y bajo inspiración, se definió como “apóstol a las naciones”, o sea, “enviado” a las naciones (Rom. 11:13) y dotado para llevar adelante su comisión, de los poderes que le eran necesarios, entre ellos y al igual que los doce, de la autoridad de poder impartir a voluntad dicho poder a otros (Hech. 19:6) y cosa que no hubiera podido hacer, si no hubiera sido reconocido como Hijo de Dios.

Luego y si como afirma el Sr. Olcese, en la citada grabación, actualmente no hay personas que lleven a cabo dichos poderes, resulta que como desde este blog hemos defendido tantas veces, a día de hoy no hay nadie sobre la tierra que pueda afirmar ser Hijo de Dios…… bueno, que lo afirmen los hay a patadas, cierto es, pero que lo puedan demostrar y que es de lo que se trata, ninguno. Por lo tanto y en virtud del mismo razonamiento que emplea el Sr. Olcese, podemos afirmar que dicho caballero miente, cuando con tanto énfasis asegura ser un ungido o un Hijo de Dios. Porque si bien es cierto, que el Sr. Olcese hace referencia solamente a los que hoy en día afirman ser “apóstoles”, en algunas denominaciones religiosas de la cristiandad, hemos visto claramente que dichos poderes, no les fueron concedidos a aquellas personas del primer siglo por ser apóstoles, sino por ser Hijos de Dios y lo cual cambia radicalmente la cuestión. Y es que lo que ocurre, es que no puede decirlo de otra manera, pues de lo contrario desmentiría su auto-proclamación como Hijo de Dios…… pero para eso estamos nosotros: para decirles a todos ustedes y en particular al caballero en cuestión, que a menos que pueda llevar a cabo las mismas obras poderosas que en su momento efectuaron el propio Jesús, los apóstoles a continuación y todos aquellos a los que estos impusieron las manos después y que no eran de los doce, pero que también recibieron dichos poderes, miente descaradamente en su afirmación de ser un “ungido” o un Hijo de Dios y no siendo por tanto, más que un farsante.

Porque seguramente ustedes recordarán, ese disparate que publicó el día 16 del mes en curso (Noviembre) titulado “Testigos de Jehová: no hay hermandad cristiana sin Jesús” y en el que dicho caballero se postula, sin lugar a duda alguna, como un “hermano” de Jesucristo, al igual que los doce apóstoles (a los que este llamó “hermanos”, según Juan 20:17) y lógicamente, según afirma en dicho video, resultaría ser un Hijo de Dios…… luego ¿por qué no puede hacer lo mismo que hicieron en su momento esos estos personajes citados? ¿O es que el Altísimo tiene Hijos de primera categoría e Hijos de segunda? ¿O es que resulta que y contrario a lo afirmado siempre por dicho caballero, en esa cuestión Jehová sí hace acepción de personas? ¿O es que todo se reduce a que este señor y todos los que como él se auto-proclaman como Hijos del Altísimo, no son más que unos farsantes y unos embusteros?...... y no sabemos qué pensarán ustedes, pero nosotros lo tenemos clarísimo.

MABEL

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