domingo, 20 de noviembre de 2011

Mat. 12:50…… y Apologista

Y es que acabamos de visionar una grabación de Apologista Mario Olcese, que de nuevo nos ha dejado pasmados, por la manera irresponsable que tiene de usar pasajes bíblicos para apoyar determinadas ideas, cuando la cuestión es que los mismos no dicen absolutamente nada de aquello que el Sr. Olcese pretende apoyar con ellos. En dicha grabación “Testigos de Jehová: no hay hermandad cristiana sin Jesús” (16/11/11) y de la que les haremos un breve resumen, la cosa viene a ser así y en función, del contenido de Mat. 12:46-50, que leeremos en primer lugar:

Mientras él todavía hablaba a las muchedumbres, ¡mire!, su madre y sus hermanos se situaron fuera y procuraban hablarle. 47 De modo que alguien le dijo: “¡Mira! Tu madre y tus hermanos están parados fuera y procuran hablarte”. 48 Como contestación, dijo al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: “¡Mira! ¡Mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano y hermana y madre”.”

A partir de ese pasaje, D. Mario desarrolla el siguiente argumento, tendente a llamar la atención sobre el parentesco que une con Jesucristo a los que hacen la voluntad de Dios y por extensión, su relación filial con Jehová; veamos: Jesús fue enviado a predicar el reino, de acuerdo a la voluntad del Padre (Luc. 4:43), luego todos aquellos que se ocupan en la predicación de dicho reino, también hacen la voluntad del Padre; en consecuencia y en armonía con las palabras de Jesús en el pasaje citado (v. 50) pasan a convertirse en sus hermanos, hermanas o madres, en definitiva en familia de Jesucristo y por ende, puesto que Jesús era Hijo de Dios, finalmente todas esas personas pasan a convertirse también en Hijos de Dios…… y después de semejante disparate, se queda el hombre más ancho que largo.

Porque en primer lugar, si bien es cierto que Jesús fue “enviado” a predicar las buenas nuevas del reino de Dios y que tenían que ver, con la restauración del hombre a su posición original de favor ante su Creador y siendo el reino un instrumento más para conseguir dicho objetivo, en estos momentos actuales y a diferencia de lo que el Sr. Olcese parece afirmar, no hay nadie que esté comisionado o haya sido enviado por Jehová, para llevar a cabo tarea semejante. Porque si ello fuera así ¿qué razón habría en su momento, para que Jesús hubiera profetizado una gran predicación (Mat. 24:14), a cargo de un resto “ungido” que aparecería en un futuro y simbolizado por los “dos testigos” de Rev. 11:3? Y recordemos que ello tiene que acontecer, en la primera mitad de la séptima semana profética de Dan. 9:27…… y que aún no ha iniciado; luego ¿de qué predicación que nos iguale a Jesús, nos está hablando el Sr. Olcese?

Pero en segundo lugar ¿era eso realmente lo que nos pretendía decir Jesús con esas palabras de Mat. 12:50? ¿Cuál era el contexto en qué se produjeron las mismas y que es en definitiva, lo que nos puede dar una pista de por dónde iba la cosa? Porque no podemos olvidar y si entendemos que pertenecer a la familia de Dios, es el ser adoptados como Hijos Suyos, convenimos con D. Mario en que ello convierte a uno en hermano de Jesucristo y en consecuencia, en heredero con él del reino de Dios en calidad de rey y sacerdote, o sea, en gobernante del mismo…… y ahí ya nos aparecen las primeras pegas, que nos demuestran que Jesús no pudo darle a esas palabras, el mismo sentido que interpreta el Sr. Olcese que les dio, sino que nos quería decir otra cosa.

Porque tenemos el caso de otras personas que también llevaron a cabo la voluntad de Jehová y que sin embargo, no pasan a formar parte de su familia, según el supuesto planteado por el Sr. Olcese; vemos algún ejemplo de ello, como el caso de Juan el Bautista y que al igual que Jesucristo, reconoció el haber sido “enviado” para llevar a cabo determinada comisión, de parte de Jehová, según Juan 1:33:

Ni siquiera yo lo conocía, pero El Mismo que me envió a bautizar en agua me dijo: ‘Sobre quienquiera que veas el espíritu descender y permanecer, este es el que bautiza en espíritu santo.”

Y a nadie le queda ninguna duda de que el bueno de Juan, cumplió perfectamente con la voluntad de Jehová, pero del que sin embargo, el propio Jesús manifestó que no formaría parte de la familia de Dios, al afirmar que no heredaría el reino en calidad de gobernante y con lo cual, se le excluye de entre aquellos que serían sus hermanos y coherederos:

En verdad les digo: Entre los nacidos de mujer, no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; mas el que sea de los menores en el reino de los cielos, es mayor que él.” (Mat. 11:11).

Y estaremos de acuerdo en que Jesús, pudo haberlo dicho más alto pero no más claro, aunque a algunos, entre los que se cuenta el Sr. Olcese, no les interese en absoluto entender lo que estaba diciendo Jesús con esas palabras…… sin embargo, ahí están las tales palabras y que no admiten discusión. Pero es que tenemos muchos más ejemplos en el mismo sentido, en este caso, entre los notables del A T y en donde destacan, como personas que llevaron a cabo la voluntad de Jehová, los Noé, Abrahán, Moisés, David, Isaías, Daniel, etc., etc., etc. y que sin embargo, no forman parte de la familia de Dios en el sentido del que nos habla D. Mario, pues no son reconocidos como Hijos de Dios…… al menos, hasta donde el propio Jehová ha tenido a bien enseñarnos:

En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Sal. 45:16).

Luego si los antepasados de Jesús (y esas son palabras de Jehová), pasan a convertirse en sus hijos que no en sus hermanos, ello solo puede significar que no son reconocidos como Hijos de Dios y por lo tanto, no forman parte de la familia directa del Altísimo, a diferencia del propio Jesucristo, o de los Pedro, Juan, Pablo, Santiago, Bernabé y un largo etc. de personas que fueron reconocidas como tales y de las cuales, nos habló el apóstol Pablo:

Todos ustedes, de hecho, son hijos de Dios mediante su fe en Cristo Jesús.” (Gál. 3:26).

Luego y volviendo a la afirmación del Sr. Olcese y al pasaje que usa para apoyarla ¿debemos de entender que Jesús nos mintió en sus palabras del citado verso 50, o que D. Mario no tiene ni la más remota idea de lo que estaba queriendo decir Jesús en ese momento? Porque lo que está claro, es que cada situación tiene su propio contexto y a él tenemos que ceñirnos para poder entender, que es lo que en el momento del que se trate, se está poniendo en cuestión. Y el contexto en el que se produjo dicha situación, nos muestra que para nada Jesús pretendió decir algo parecido a lo que interpreta dicho caballero; pero analicemos el caso:

Jesús estaba en ese momento en una casa, en la que se había congregado una muchedumbre, así como algunos escribas y fariseos que habían bajado de Jerusalén para escucharle, enseñando importantes verdades acerca de su evangelio y envuelto en una franca discusión con esos líderes religiosos judíos…… y en ese momento es cuando se produce la interrupción citada, en la que alguien le señala a Jesús, que su familiares están fuera, esperando para hablar con él. Luego ¿cuál era el mensaje subliminal que se le estaba transmitiendo en este momento a Jesús? Pues que tenía algo más importante que hacer en este momento, como era el interrumpir la reunión para atender a sus familiares, o sea, que sus familiares se colocaban en un orden de importancia más elevado que lo que él estaba haciendo en ese instante y que era el hablar de las cosas de Jehová…… por eso Jesús respondió como respondió y que lo podríamos traducir de la siguiente manera: lo más importante para él, no eran sus familiares, sino aquellos que en aquel momento estaban haciendo lo correcto y que era el aprender de Dios, mediante el mensaje que él les estaba proclamando, en el estricto cumplimiento de la voluntad de su Padre Celestial con respecto de él (Luc. 4:43)…… y eso tenía absoluta prioridad, muy por encima de familiares o amigos y siendo este el punto que Jesús quiso enfatizar; pero es que además, Jesús sabía otra cosa; veamos qué era lo que sabía:

En el relato paralelo de este incidente, en Mar. 3: 14-35, se nos dan unos detalles muy interesantes: por ejemplo, que el incidente en cuestión, se produjo casi inmediatamente después de haber elegido Jesús a sus doce apóstoles y lo que significaba una clara actitud subversiva en contra del orden religioso establecido en Israel, de imprevisibles consecuencias, lo que probablemente causo temor a sus más directos familiares y razón por la cual, estos fueron allí a buscarle para intentar de alguna manera el frenarle en su “irresponsable” actitud; veamos el relato al que hacemos referencia:

Y formó un grupo de doce, a quienes también dio el nombre de “apóstoles”, para que continuaran con él y para enviarlos a predicar 15 y a tener autoridad para expulsar los demonios.

16 Y el grupo de doce que él formó fueron: Simón, a quien también dio el sobrenombre de Pedro, 17 y Santiago, hijo de Zebedeo y Juan, el hermano de Santiago (también dio a estos el sobrenombre de Boanerges, que significa Hijos del Trueno), 18 y Andrés, y Felipe, y Bartolomé, y Mateo, y Tomás, y Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo, y Simón el cananita 19 y Judas Iscariote, que más tarde lo traicionó.


Y entró en una casa. 20 Una vez más se juntó la muchedumbre, de modo que ellos no podían siquiera tomar una comida. 21 Pero cuando sus parientes oyeron esto
(no lo de predicar en una casa, pues lo había hecho muchas veces, sino lo de la formación de un grupo de adictos) salieron para apoderarse de él, porque decían: “Ha perdido el juicio.” (Acotación nuestra).

Luego su presencia en ese lugar, no tenía nada que ver con el dar adelanto a los intereses de Jehová, sino como en el caso de Pedro en su momento (Mat. 16:23), el de entorpecerlos y algo a lo que Jesús no podía acceder; por esa razón continuó con lo que estaba haciendo y ni siquiera les atendió. Y esa es toda la historia y bastante alejada de la película de bomberos que nos cuenta el Sr. Olcese y que dicho sea de paso, podría ser un poco más riguroso en sus afirmaciones, pero claro…… para eso hay que entender un poco de las Escrituras. Porque la idea que Jesús quería transmitir, era que cualquiera que sea el grado de parentesco que se tenga con alguien, siempre está por debajo en orden de importancia, de la relación con aquellos que comparten nuestras creencias relacionadas con el mensaje divino y que deben ser objeto de todos nuestros afectos y prioridades. No pasemos por alto tampoco, el hecho de que solo heredan el reino como gobernantes, los hermanos de Jesús y no así, hermanas o madre a las que hizo referencia en su respuesta y en una clara manifestación, de que el sentido de la respuesta de Jesús, no iba en la dirección que pretende darle el Sr. Olcese.

Y por lo tanto, el hecho de que Jesús respondiera lo que respondió, solo tenía que ver con la dirección en la que le fue dirigido el llamado, en el sentido de que personas importantes para cualquiera, como “tu madre y tus hermanos” requerían de su atención y a lo que él respondió, dando a entender que las personas más importantes para él, por encima de “hermanos, hermanas o madre” o cualquier otro tipo de relación parental, eran aquellas que prestaban atención a las cosas de Dios…… y sin que eso significara de ninguna manera, obviamente, el que aquellos que le escuchaban se convirtieran literalmente en hermanos, hermanas o madres de Jesús, ya con el derecho adquirido de reinar con él en el reino de Dios. Los ejemplos que hemos citado de personas que habiendo hecho también la voluntad de Jehová, no adquirieron dicho estatus, creemos que son suficientemente significativos y avalan lo que intentamos explicar.

MABEL

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