¿Se acuerda Ud. de lo mío, Sr. Olcese?
Tal como le prometíamos ayer al Sr. Olcese, aquí tiene de nuevo, esos cuatro puntos que de forma pertinaz se resiste a contestarnos y que por lo sencillo de las preguntas, no entendemos el por qué de tanta resistencia…… pero por algo será ¿no creen ustedes?
Primero:
El Sr. Olcese reconoció en su video/artículo “Llamados a ser príncipes en el reino de Dios” (04/01/12) y acerca de su disparatada enseñanza de los “millones, miles de millones” que supuestamente tenían que gobernar con Cristo en el reino de Dios, que él no sabía si eso realmente era así y que además (continuaba diciendo el Sr. Olcese), tal afirmación o idea no estaba contenida en las Escrituras, a pesar de habernos discutido dicho extremo por casi dos años (nosotros diciendo que eso no podía ser así y D. Mario afirmando y “probando”, según él, lo contrario)…… y lo que nos llevó a responderle unos días después (el 12 del mismo mes) con el artículo “O sea…… que se equivocó usted ¿no D. Mario?” y escrito que no recibió respuesta alguna; luego la cuestión es la siguiente:
¿Reconoce D. Mario que estaba equivocado en dicha enseñanza y como desde este blog y por espacio de dos años, vinimos señalándole…… o por el contrario, se reafirma en la misma?
Segundo:
El Sr. Olcese y desde que le conocemos, mantiene con firmeza la enseñanza de que los santos del AT, eso es, los Abrahán, Moisés, Noé, Jacob, David, Daniel y un larguísimo etc., también reinarán con Cristo en el reino milenario (de hecho, en su nueva vuelta al “tajo”, acaba de publicar un artículo en el que incide en dicho planteamiento, titulado “La fe de Jesús es la misma fe de Abrahán”, el día 4 del presente mes de Mayo) y a lo que constantemente, por un largo espacio de tiempo y en lógica armonía con el contexto general de las Escrituras, desde este blog nos hemos opuesto frontalmente a semejante idea (disparatada donde las haya) y apoyándonos, entre otros diversos argumentos, en el Sal. 45:16 y en el que leemos lo siguiente:
“En lugar de tus antepasados (o “padres”, según versiones) llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.”
Y dado que dicho pasaje no puede ser más explícito, este es nuestro razonamiento a partir de esas palabras: si esos personajes mencionados y que son los “antepasados” de Jesús (eso es, los Abrahán y compañía) pasan a convertirse en sus hijos durante el milenio, que no en sus hermanos, lógicamente es que no son Hijos de Dios, de lo contrario serían reconocidos por las Escrituras como sus hermanos y eso no es lo que nos dice el salmo en cuestión; luego si no son hermanos de Jesucristo, no pueden ser Hijos de Dios y en consecuencia no pueden heredar el reino en calidad de reyes y sacerdotes…… eso es, no pueden reinar con Jesucristo en el período milenario. Pero es que además, en el citado salmo se nos ofrece una derivada que confirma la veracidad de nuestra afirmación, cuando en el mismo se nos dice que esos “antepasados” de Jesucristo serán nombrados por este y ya dentro del milenio, como “príncipes” sobre toda la tierra…… cuando el caso es que aquellos que con Cristo tienen que reinar, ya se levantan en la “primera” resurrección (Rev. 20:6) y que ocurre antes de entrar en dicho milenio, investidos con la condición de inmortales reyes y sacerdotes, por lo que no precisan de nadie que les proponga para nombramiento alguno: ellos ya son reyes; luego la cuestión es la siguiente:
¿Podría explicarnos el Sr. Olcese, si nuestro entendimiento de dicho Sal. 45:16 es correcto o, en su defecto, cómo cree él que hay que interpretarlo?
¿Es correcta nuestra argumentación sobre el mismo y de no ser así, en qué nos equivocamos?
Tercero:
Según dicho caballero, también los sobrevivientes de la “gran tribulación” (Rev. 7:14), reinarán con Cristo en el reino de Dios, en función de su indumentaria (según “genial” observación del Sr Olcese) puesto que van vestidos de blanco; y “genialidad” que pueden leer en su artículo “¿Tienen razón los Testigos de Jehová cuando dicen que la grande muchedumbre entrará en el reino como súbditos?” (26/02/12)…… sin embargo, este es nuestro argumento, siempre en función de lo que nos dicen las Escrituras, en este caso en Rev. 20:6:
“Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre estos (luego no sobre otros) la muerte segunda no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo y reinarán con él por los mil años.” (Acotación nuestra).
Luego requisito fundamental para reinar con Cristo en su reino milenario, si no entendemos mal y el pasaje es clarísimo en su exposición, es el participar de esa “primera” resurrección…… pero es que el Sr. Olcese en el citado artículo, nos está hablando de personas que según Rev. 7:14 sobreviven a la “gran tribulación” y evento que culmina con la batalla de Armagedón. Y la cual cosa significa, que esas personas pasan con vida al nuevo orden o reino de Dios y por lo tanto, puesto que no han muerto, solo es razonable pensar que no pueden participar de resurrección alguna y lo cual le impide el tomar parte, lógicamente, en esa “primera” resurrección y que es la que da acceso a reinar con Cristo; y por lo tanto esas personas no puedan reinar con Cristo en el reino de Dios…… al menos si dos y dos, continúan sumando cuatro.
Pero es que por otra parte y como detalle adicional, tenemos que la citada batalla de Armagedón es peleada por Jesucristo y…… sus hermanos, según Rev. 17:14; luego la “primera” resurrección ya tiene que haber acontecido para ese tiempo, luego antes de que aparezca en escena la citada “gran muchedumbre” de sobrevivientes de Rev. 7:9; 14; por lo que la cuestión es la siguiente:
¿Nos podría aclarar el Sr. Olcese, cómo se come esta “ensalada”, eso es, como cuadra su enseñanza, con la lógica de las cosas?
¿O es que en este blog entendemos mal lo que se nos dice en esos pasajes del libro de Revelación citados…… y D. Mario tiene otra interpretación de los mismos?
Cuarto:
Es proverbial el enconado enfrentamiento que desde este blog hemos mantenido con el Sr. Olcese, en el sentido de lo incorrecto de su enseñanza “estrella” y sobre la que giran todas las demás, en la que afirma que mediante el bautismo en agua, uno ya es de manera automática e inmediata adoptado como Hijo de Dios, por tanto hecho hermano de Jesucristo y consecuentemente, heredero con él del reino en calidad de gobernante. Sin embargo, en un artículo publicado el 31/03/12, bajo el título “¿Salva el bautismo en agua, ciertamente?”, el Dr. D. Javier Rivas Martínez venía a decir exactamente todo lo contrario, en la siguiente y contundente afirmación:
“Existen controversias “no muy nuevas” acerca de si el bautismo en agua salva o no. Demostraremos en este sencillo estudio que el bautismo en agua no está involucrado en lo más ínfimo en la «regeneración espiritual» del creyente, en su «conversión», en su «salvación».”
“En 1 de P. 3:21, no se proporciona o se sugiere la idea, y en ninguna otra parte, que el bautismo en agua logre salvar de un modo u otro.” (Negritas nuestras).
Luego no quedan dudas acerca de lo que D. Javier nos quiere decir: en absoluto el bautismo en agua tiene relación alguna, con nada que tenga que ver con la “salvación” de la persona que lo recibe…… y uno no es “salvo” (nos permitimos recordar), si no adquiere la condición de Hijo adoptivo de Dios y pasa a ser gobernante con Cristo en el reino milenario, en calidad de inmortal (por eso se dice que uno ya es “salvo”) rey y sacerdote (Rev. 20:6). Sin embargo, si realmente y según nos afirma D. Mario Olcese, dicha condición de Hijo adoptivo de Dios, se recibiera a través del bautismo en agua, en una directa relación causa/efecto, eso es, si el recibirla fuera consustancial con el mismo (así reconoce haberla recibido dicho caballero), dicho bautismo sí tendría obviamente, relación directa con la “salvación” mencionada. Pero algo que como hemos visto, nos niega tajantemente el Sr. Rivas, cuando nos dice en el primer párrafo transcrito de su artículo, que dicho bautismo en agua “no está involucrado en lo más ínfimo” (eso es, ni en lo más remoto) en la “salvación” del individuo…… y afirmación que D. Mario Olcese aún no ha desmentido, a pesar que ya ha pasado más de un mes desde que fuera realizada; luego la cuestión es la siguiente:
¿Desmiente el Sr. Olcese, el planteamiento de D. Javier Rivas y se mantiene firme en su postura, o por el contrario y como en el caso de los “millones, miles de millones” citado en el apartado primero, reconoce que en las Escrituras no se dice nada sobre el particular y que está equivocado en dicha enseñanza?
¿O por el contrario, es el Sr. Rivas el que está equivocado?
¿Nos responderá en esta ocasión, D. Mario?...... ¡chi lo sa!
MABEL
jueves, 10 de mayo de 2012
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